Encuentro IRF

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ENCUENTRO  El despertar fue todo lo plácido como el que tanto tiempo había estado almacenand o en ese lugar de nuestro cuerpo, y que el estresado tiempo de la vida no logra borrar; ahora entiendo ese mirar hacia la nada de mi abuelo, y este lugar en que me encuentro me trae esa misma mirada que tantos reflejos me ha traído.  Sentado en el borde de la cama me deleito en mirar lo que tantos años atrás fue ese lento caminar de nuestra propia vida, y todo lo que nos acompaña en el largo trecho nos hace ver el gran valor que nos fue dado por todos los que formaron parte de ese  gran libro del q ue todos somos partícipes.  o fue el añorado canto de gallo alguno el que me devolvi! a la realidad; fueron unos golpes secos en la puerta de doble hoja, que era de lo poco que a"n quedaba del cortijo, pues tiempo atrás se había remodelado, y fue dejada para tener esa presencia continua de toda mi famil ia ,ent rand o entre el cruj ir de sus bisagr as traídas por mi abuelo en un viaje a #iudad $eal para comprar un trillo, en el que de niños nos dimos largos paseos en la era, entre las voces pausadas que emitía mi abuelo al cansado mulo, en esa mon!tona tarea del trillado del trigo.  %e un salto me incorpor& y solo alcanc& a decir' ()*ui&n va+ lo que se me respondi!' ( -ente de bien. Sufrí un escalofri! de alegría tras abrir el ruidoso cerrojo  y ver su cara rechoncha y esa mirada pícara que no había perdido a lo largo de los años; sin mediar palabra alguna nos fundimos en un largo abrao; lágrimas de rabia nos hacía un nudo en el est!mago, por habernos permitido tanto tiemp o de ause ncia. os qued amos mirándonos. Solo mira ndo, reprimiendo que las lágrimas se hicieran dueñas de la situaci!n; su mirada me dio esa fuera de niño grande que a lo largo de mi larga vida de ausencias había buscado sin resultado alguno.  /aj& la mirada y solo acert& a decir (0o siento, -abriel; ( 1 o lo siento má s por no haber dado este paso antes, (me responde2 (3anolico mío, qu& importa la lluvia caída, importa el árbol en el cual y siendo los niños que siempre hemos sido, nos dimos esa amistad que perdur! y será un referente que nos dará esa sombra que el viejo algarrobo a"n da. 1 o di el paso, pe ro el vil egoísmo que nos atrap a me dio la vuelta a lo andado; no es tiempo para p&rdida algu na, si a caso, para disf rutar del canto ronco de las ranas en celo, para escuchar ese ruido en los anocheceres que tanto v&rtigo nos daba y que t", 3anuel, mitigabas pasándome simplemente la mano  por el hombro. o hemos de sentir pena alguna, pues nuestras propias lágrimas, habrán de ser el propio rocío de purea que a lo largo de tantos años nos acompañ! en los pilares de nuestra amistad.  os fundimos en un más largo abrao, y dejamos que las lágrimas fueran las  palabras que en ese momento, en modo algu no, podíamos de cir.  3anuel 4&re 567# #alahonda8

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7/25/2019 Encuentro IRF

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ENCUENTRO

 El despertar fue todo lo plácido como el que tanto tiempo había estado almacenando

en ese lugar de nuestro cuerpo, y que el estresado tiempo de la vida no logra borrar;

ahora entiendo ese mirar hacia la nada de mi abuelo, y este lugar en que meencuentro me trae esa misma mirada que tantos reflejos me ha traído.

 Sentado en el borde de la cama me deleito en mirar lo que tantos años atrás fue ese

lento caminar de nuestra propia vida, y todo lo que nos acompaña en el largo trecho

nos hace ver el gran valor que nos fue dado por todos los que formaron parte de ese

 gran libro del que todos somos partícipes.

 o fue el añorado canto de gallo alguno el que me devolvi! a la realidad; fueron

unos golpes secos en la puerta de doble hoja, que era de lo poco que a"n quedaba del 

cortijo, pues tiempo atrás se había remodelado, y fue dejada para tener esa presencia

continua de toda mi familia ,entrando entre el crujir de sus bisagras traídas por mi 

abuelo en un viaje a #iudad $eal para comprar un trillo, en el que de niños nos

dimos largos paseos en la era, entre las voces pausadas que emitía mi abuelo al 

cansado mulo, en esa mon!tona tarea del trillado del trigo.

 %e un salto me incorpor& y solo alcanc& a decir' ()*ui&n va+ lo que se me

respondi!' ( -ente de bien. Sufrí un escalofri! de alegría tras abrir el ruidoso cerrojo

 y ver su cara rechoncha y esa mirada pícara que no había perdido a lo largo de los

años; sin mediar palabra alguna nos fundimos en un largo abrao; lágrimas de rabia

nos hacía un nudo en el est!mago, por habernos permitido tantotiempo de ausencia. os quedamos mirándonos. Solo mirando,

reprimiendo que las lágrimas se hicieran dueñas de la situaci!n; su

mirada me dio esa fuera de niño grande que a lo largo de mi larga

vida de ausencias había buscado sin resultado alguno.

 /aj& la mirada y solo acert& a decir (0o siento, -abriel; ( 1o lo siento más por no

haber dado este paso antes, (me responde2 (3anolico mío, qu& importa la lluvia

caída, importa el árbol en el cual y siendo los niños que siempre hemos sido, nos

dimos esa amistad que perdur! y será un referente que nos dará esa sombra que el 

viejo algarrobo a"n da. 1o di el paso, pero el vil egoísmo que nos atrapa me dio lavuelta a lo andado; no es tiempo para p&rdida alguna, si acaso, para disfrutar del 

canto ronco de las ranas en celo, para escuchar ese ruido en los anocheceres que

tanto v&rtigo nos daba y que t", 3anuel, mitigabas pasándome simplemente la mano

 por el hombro. o hemos de sentir pena alguna, pues nuestras propias lágrimas,

habrán de ser el propio rocío de purea que a lo largo de tantos años nos acompañ!

en los pilares de nuestra amistad.

 os fundimos en un más largo abrao, y dejamos que las lágrimas fueran las

 palabras que en ese momento, en modo alguno, podíamos decir.

 3anuel 4&re 567# #alahonda8