Enfrentando a la frustración

Enfrentado a una gran parte importante de lo que nos cuesta vivir en sociedad es que no todo sucede como queremos pese a nuestras mejores intenciones, muchos experimentamos una sensación negativa muy perturbadora de cualquier estado de ánimo en que nos encontraremos hacia una reacción defensiva, por lo general este tipo de reacción no razonada complica la situación original, los malos además nos como por ejemplo los insultos, amenazas de agresión, a menudo proveniente de personas de comprobada educación y encanto personal, ponen el relieve el tinte violento con que está marcada esta reacción.

Los hijos cuando están creciendo y quieren actuar por su propia cuenta apartándose de la rigidez de la autoridad paterna, ni que hablar de la frustración conyugal y el resultado desastroso de las reacciones inadecuadamente canalizadas, incluso la frustración se puede presentar a nivel colectivo. Muchas veces la frustración no la descargamos contra la fuente que la origino, sino que la desplazamos hacia otra persona u otro objeto como por ejemplo ‘’ no te acerques a tu papa que esta enojadísimo’’

Nos frustramos porque nos imponemos metras que nuestra incapacidad nos impide alcanzar nuestras propias limitaciones o complejos nos impiden tener éxito en la relación con los demás manteniéndose como resentido social, lo más importante es reconocer que estamos frustrados. El solo hecho de detenernos una fracción antes de actuar y preguntamos si esa seria nuestra mejor respuesta, le quitara el componente impulsivo a nuestra reacción, quienes provocamos inicialmente la situación que termino frustrándonos. Por lo tanto debemos proteger nuestra salud física y mental elevando nuestro umbral de tolerancia además la persona frustrada es amargada e infeliz, pero el propósito de la vida es ser feliz ayudando siempre a mantener en el camino