Ensayo 1-3 Relacion Entre El Ibero y El Vasco

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Ensayo Tema 1-3

¿Qué restos de la lengua de los iberos podemos observar en el español actual? ¿Podría existir una relación entre el ibérico y el vasco?

En sus comienzos la península ibérica era ocupada por distintos pueblos, los cuales estaban muy dispersos y no compartían un mismo lenguaje. Sin embargo entre estos pueblos, se destacaban los iberos, celtas, vascos, tartesios y fenicios. Un contacto estrecho que tuvo el pueblo Vasco fue con los iberos, llevándonos a formular una gran variedad de hipótesis para explicar la existencia de estas lenguas ¿Es tal vez el íbero familia del vasco?, ¿Qué tipo de relación hubo entre los pueblos ibéricos y vascuence que condicionaron un intercambio léxico entre ambas lenguas prerromanas? ¿Es posible rastrear ciertos rasgos del ibero en el español actual?, La cultura y la lengua son elementos fundamentales para poder ejercer la influencia de un pueblo sobre otro por lo que la Lengua se define como el conjunto de formas vocales de expresión que emplea para hablar cada nación. Se aplica con preferencia a «idioma» cuando se trata de pueblos antiguos... (Diccionario de Uso del Español, 1994, Editorial Gredos). Los lingüistas muchas veces usan indistintamente las palabras lengua e idioma. Para ellos, no hay gran diferencia entre estos términos. En el habla popular, sin embargo, la palabra idioma suele referirse a una lengua que se utiliza en foros nacionales e internacionales; que tiene un número mayor de hablantes o que se ha estandarizado de alguna manera formal.

El primer aspecto que debemos señalar sobre la situación lingüística de la Hispania prerromana es que, como señalaron las fuentes clásicas (Estrabón, Herodoto, Polibio, etc.), no se hablaba una única lengua sino varias. La forma más general de clasificar estas lenguas es establecer dos criterios básicos: de un lado, el origen de sus hablantes; de otro, la familia lingüística. Según el origen de sus hablantes, se diferencia entre lenguas autóctonas y lenguas de colonización; y según la familia, se habla de lenguas indoeuropeas y no indoeuropeas.

Tomando el criterio del origen de los pueblos la lengua ibera se considera aislada y se hablada en la región oriental de la Península Ibérica con anterioridad a la llegada de los romanos, en cambio al Euskera o idioma Vasco su origen se remonta a los diversos pueblos del norte de la península que se mostraron férreamente opuestos a la romanización, sólo los vascos hablaban una lengua no indoeuropea ya que no se parece a los idiomas de los países vecinos,.. Es decir, para los vascos era difícil aprender el latín que para los pueblos peninsulares que hablaban lenguas célticas.

Entre las diversas tentativas de explicar los orígenes del euskera han gozado de mayor crédito las que lo hacen derivar del ibérico, de las lenguas hamitosemíticas y de las lenguas caucásicas. La lengua vasca, cuyo origen sigue siendo confuso pero lo cierto es que hay indicios de que el vascuence es una de las lenguas más antiguas de Europa, pues sus orígenes se remontan alrededor de 5 mil años.

La tesis sobre la filiación del ibero con el vasco lo emparenta, es una de las más polémicas. Según Tovar (1980), la palabra ibero procede del hidrónimo iberus flumen (río ibero > río Ebro). El apelativo ibar en boca de los marineros y comerciantes jonios pudo convertirse en iberus (> ibero, río) y los habitantes de la zona en iberos, que podríamos traducir algo así como «los del río». Sin embargo, si combinamos informaciones lingüísticas, geográficas e históricas, es posible proponer que, antes de la indoeuropeización de la Península, pudo haber continuidad (al menos isoglósica) entre las lenguas que ocupaban la zona pirenaico-mediterránea, en la que incluiríamos el tartesio, el ibero (o sus dialectos), el vasco, y otras lenguas y dialectos de los que no tenemos noticias. Esto no significaría, por supuesto, uniformidad lingüística (una sola lengua), pero sí, como decimos, una posible relación de familia, se considera que el ibérico no es una lengua en el sentido estricto del término, sino una koiné (oral o escrita) utilizada por los comerciantes (no sólo iberos sino también fenicios y griegos) como forma de intercambio en una zona muy rica en materias primas y un fuerte crecimiento político-cultural (véase Guadán, 1985). El ibero, o el conjunto de dialectos a los que llamamos ibero, sería una especie de lingua franca que, manteniendo su carácter independiente, bebería de varias fuentes, especialmente, en el léxico.

Acerca de la filiación entre el vasco y la lengua íbera se encuentran los siguientes argumentos de investigadores sobre dicho parentesco: 1. La existencia de topónimos ibéricos, extendidos por toda la península, que indudablemente se parecen al vasco: Iliberris (Granada, que equivaldría al vasco "hiri-berri": ciudad nueva); Calagurris (Calahorra, que parece contener el término "gorri": rojo); Egara (Terrassa; ¿de "garai": alto?)... 2. La existencia de palabras homófonas: "egiar" versus "egin" (hacer); "salir"

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(en monedas de plata) versus "zilar" (plata); "saltu" versus "zaldi" (caballo); "Gizon" (nombre propio) versus "gizon" (hombre); "andere" (haciendo referencia a personas) versus "andere" (mujer); "nescato" versus "neska" (muchacha); Arse(tar) (de Arse, Sagunto), versus "Paris(tar)" (de París)... Se ha llegado incluso a descifrar un fragmento escrito en una vasija de Liria, representando una batalla naval, en el que se lee "cutua teistea" (en vasco "gudu deitzea": o sea, "llamada al combate"). 3. El vasco antiguo y el íbero comparten una fonética parecida (por ejemplo, las cinco vocales). Y no sólo eso: no existe el sonido efe, ni probablemente el sonido pe, ni puede escribirse la secuencia muda+líquida (bri, cla...), por lo que se cree que no existieron dichos sonidos en la lengua íbera. Estos rasgos fónicos son comunes a la lengua vasca (el actual "patxaran" deriva de "basaran"; "foru" deriva del latín "forum"). Recientemente el autor Jorge Alonso García, en la revista "Selecciones de Misterios de la Arqueología" (número 3) asegura que ha conseguido descifrar la lengua ibérica haciendo uso de la lengua vasca. Para ello habría hecho servir la que sería la piedra de Rosetta de dicho idioma de la Antigüedad: una inscripción bilingüe con la leyenda "Are.Tace.Cen", acompañada del latín "Heic.Est.Sit" (aquí yace enterrado). Se da la circunstancia de que en vasco "aratze cen" significa "aquí yace el difunto" ("eratzan": acostar + "zen": difunto). Nótense las siguientes traducciones: Lengua ibérica: ISBATARISSEREMEM(>::: |)ERIRIL Transcripción fonética ibérica: ISBA.TAR.ISSERE.MEN.ER(R)I.(I)RI.(I)L Lengua vasca (transcripción del autor): IZPI.TAR.IZAR.MEN.HERRI.HIRI.HIL. Esto llevó a varios investigadores a proponer no sólo su parentesco, sino su equivalencia.

¿Qué queda de todo aquello en el español del siglo XXI? Los restos del mundo prerromano prevalecen todavía en las actuales lenguas peninsulares, aunque su importancia sea relativa. Dejando de lado la pervivencia del vasco o euskera actual, que es el único resto lingüístico de la Hispania prerromana. Sin embargo, es posible rastrear, El sustrato ibérico en ciertos rasgos del Español, que es la lengua que ahora nos ocupa. Desde el plano fonético, el castellano comparte con el vasco y con el ibero la existencia de cinco vocales /a, e, i, o, u/, y con este rasgo se diferencia de las restantes lenguas románicas (excepto el sardo). Si observamos las consonantes del ibero y las comparamos con las del castellano actual, tampoco encontraremos muchas diferencias, aunque en este caso la evolución castellana es independiente de la influencia ibérica. Por lo que respecta a la morfología, se suele afirmar (véase Lapesa, 1981; Cano Aguilar, 1988; Martínez y Echenique, 2000; etc.) que sufijos como -arro (-urro, -erro) o -ieco, -ueco, -asco (que no tienen equivalente latino) deberían ser influencia del sustrato ibérico. Los encontramos en palabras como: baturro, calentorra, mazueco, muñeca, peñasco, ventisca, etc. Por último, el ibero o sus parientes se dejan sentir aparentemente en el léxico y la toponimia. Son palabras no indoeuropeas prerromanas: arroyo, conejo, charco, galápago, garrapata, gusano, perro, silo, toca, zarza, y muchas otras que no tienen una ubicación clara. Encontramos, además, numerosos topónimos de origen ibero que hoy conservamos latinizados: Acci (> Guadix), Basti (> Baza), Dertosa (> Tortosa), Gerunda (> Girona), Ilici (> Elche). También se habla del posible origen ibero(-vasco) del apellido García (<Garseitz) o Blasco, Velásquez y Velasco (con sufijo ibérico -asco) (véase Sanchis Guarner, 1985)

Por tanto en la España prerromana no se hablaba una única lengua sino varias... por encima de toda lengua extranjera, la indígena es la sometida, y ésa es la lengua de las inscripciones en caracteres ibéricos, la de la toponimia ibérica por la Península esparcida, y la que, en fin, dio origen al vascuence, lengua esta última la más vieja de Europa, anterior a la indoeuropea, y reliquia venerable de la madre patria España.