ESCUELA NORMAL SUPERIOR OFICIAL DE GUANAJUATO

Viernes/14/Febrero/2014

 

OBSERVACIÓN Y PRÁCTICA DOCENTE

IV

 

“Motivar para aprender”

ALUMNA:

María Elena Lona Ramos

 

MAESTRO:

Pedro Chagoyán García

 

GRADO: 3° (Telesecundaria) GRUPO: “B”

Introducción

Hablar de la tarea primordial del proceso educativo, alcanzar el aprendizaje, lleva a

situarse en un plano donde la motivación por aprender constituye la primer condición

para conseguir la acción principal de educar; es decir, se trata de una serie de momentos

por los que el estudiante ha de pasar para permitirse llegar a la construcción de su propio

conocimiento. Sin embargo el tema que ocupa tocar, en solo algunas de sus vertientes, es

la motivación considerada como elemento primero y fundamental para aprender

tomando en cuenta que ésta juega en conjunto con una gama de factores tanto de

carácter personal, así como todos aquellos relacionados con circunstancias externas al

alumno pero que finalmente están involucradas en ese proceso de aprendizaje tales como

la actuación adecuada del profesor y hasta el establecimiento de qué es lo que se

pretende enseñar, pero aún más importante para qué .

A través de este escrito se pretende pues estimular la reflexión acerca de la importancia

de conocer a los estudiantes, siendo ese conjunto de características que los definen, el

recurso principal para orientar la práctica educativa de modo que se logre despertar en

ellos el deseo, el interés y la necesidad de aprender, es decir de producir cambios en su

manera de interpretar y comportarse ante diversas situaciones de su entorno próximo.

Motivar para aprender

El papel del docente en el ámbito de la motivación debe estar centrado en inducir motivos

en sus alumnos en lo que respecta a sus aprendizajes y comportamientos para aplicarlos

de manera voluntaria a los trabajos de clase, dando significado a las tareas escolares y

proveyéndolas de un fin determinado, de manera tal que los alumnos desarrollen un

verdadero gusto por la actividad escolar y comprendan su utilidad personal y social.

(Picardo, Oscar, 2005)

Se entiende entonces que la motivación está centrada en promover el significado del

conocimiento y la utilidad del conocimiento de tal manera que la tarea primordial recae

fuertemente en el aprendizaje del alumno, en el cual se busca una formación integral, es

decir, los propósitos de una educación en ese mismo sentido y el desarrollo de

competencias que le permitan establecer un nexo entre la escuela y un conjunto de

necesidades sociales e individuales que demandan la reflexión, la toma de postura y el

compromiso colectivo para la autorrealización como individuo y el apoyo hacia los demás.

Se habla entonces de un aprender con sentido y atender actividades que demandan el

análisis y la reflexión de lo que se hace y para qué proceder de tal forma, con la finalidad

de permitir al alumnos conocerse y descubrir su técnicas de aprendizaje para lograr que

sea él el protagonista en la construcción de su propios conocimiento, habilidades,

actitudes y valores conscientes y aplicables de forma asertiva a situaciones diversas como

saber seleccionar y clasificar las informaciones recibidas y percibir de manera crítica los

diferentes fenómenos existentes para favorecer un mejor desarrollo de la personalidad

del alumno y de su capacidad para actuar cada vez con más capacidad de autonomía y

discernimiento.

Alternativas docentes que repercuten en la motivación

En el afán de establecer una metodología educativa o sencillamente desarrollar una sesión

de clase se aprecia la existencia de diversos factores que están fuertemente relacionados

con la motivación, es decir, dentro de la práctica educativa estos juegan un papel muy

importante en el logro de los propósitos de la misma, de los cuales se identifican

principalmente la propuesta de actividades, el uso de materiales didácticos y la

evaluación, y que a su vez también se convierten en metas o desafíos tanto para el

profesor como para el alumno. Sin embargo, estos elementos no se mueven por si solos ni

se dan sin alguna intención sino que el responsable de articular e intencionarlos recae

marcadamente en la actuación docente, en la manera en cómo éste los baja con el grupo;

de este modo, y como lo señala Alonso Tapia, la importancia de que el maestro se

involucre en el conocimiento de sus alumnos, en enterarse cuáles son sus necesidades e

intereses y de ahí partir para motivarles en relación a eso que a ellos les interesa y les

mueve para encontrarle sentido y utilidad a cada una de las acciones que dirige el

docente.

La primera alternativa de las que se habla en el párrafo anterior está situada en la

propuesta de actividades, si realmente el plan de trabajo contempla las estrategias de

aprendizaje acorde a las características de los estudiantes, a sus necesidades e intereses;

entonces aquí viene una parte importante referente a los contenidos curriculares que

establecen los programas de cada asignatura en donde se considero que la cuestión

esencial está en buscar la manera de bajar esos contenidos no a manera de instructivo

sino insistir en desarrollar actividades que atiendan a las necesidades y preferencias de los

chicos. Meramente relacionado a este aspecto está el uso de materiales por medio de los

cuales se implementan acciones de aprendizaje, qué de lo que motiva a los estudiantes

sirve para cumplir el objetivo y qué hay en sus posibilidades para el mismo. Finalmente la

evaluación constituye un factor que suele ser en algunos casos conveniente para

incrementar la motivación y pero hay que tener cuidado cuando éste se convierte en una

desventaja que puede disminuir el autoestima de los alumnos.

Conclusiones

La motivación, por propia definición, implican una acción, una intervención en la que, para

que ésta sea eficaz, es necesaria la movilización de distintos recursos constituidos por

esquemas de actuación que integran al mismo tiempo conocimientos, procedimientos y

actitudes, es decir el desarrollo de competencias que permitan al alumno encontrar la

utilidad de lo aprendido. Sin embargo, cuando los alumnos llegan al aula cada uno ya trae

un antecedente cultural que le caracteriza como ser individual y social, lo que explica ese

fenómeno denominado diversidad, intereses personales únicos que deben tomarse en

cuenta al proponer las actividades. Debido a esa diversidad existente, los chicos

responden de distinta manera ante la motivación, la respuesta por parte de cada uno es

diferente, de manera que la cuestión está contemplar que la consciencia de que no existe

un alumno promedio y de que cada estudiante percibe al mundo y procesa la información

que recibe de éste de una manera única, dependiendo de sus características biológicas y

de su propia historia personal, es un elemento detonante para el mejoramiento del

quehacer docente.

La tarea de la educación implica un proceso de indagación y análisis de las características

que perfilan un grupo para partir de ahí la tarea de establecer un plan de intervención

donde se prevén situaciones como estilos de aprendizaje de los chicos, sus formas de

relacionarse y las fortalezas que poseen para trabajar en la potencialización de éstas y

lograr situarlos en el plano del aprendizaje y la formación de personas íntegras capaces de

responder con una postura crítica ante la resolución de problemas tanto individuales

como sociales y no como máquinas programadas para hacer lo que al otro le agrada

dejando de lado la autonomía y libertad de velar por el bien común de una sociedad

dinámica.

Referencias

-Picardo J. Oscar (2005); Diccionario enciclopédico de ciencias de la educación, San

Slvador, edición El Salvador.