Ensayo Pajaro Verde Juan Emar

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El pájaro verde es un cuento de Juan Emar, en el que vemos la vida de un loro verde del amazonas, su muerte y lo que ocurre después de esta. La vida de nuestra ave se remonta al año 1847 en la desembocadura del amazonas en el que un grupo de sabios investigan los misterios naturales del nuevo mundo. Un investigador en particular, el doctor de la Crotale, hombre sentimental y un apasionado de las aves, tenia como deseo adoptar uno de estos ejemplares, logrando su interés capturando al protagonista de esta historia, ave bella de plumas verdes con rayas negro-azuladas. De la Crotale llevo al loro al viejo mundo donde lo acompaño (el ave) hasta su muerte, pasando a ser propiedad de su sobrina, y siendo el hijo de esta, Henri Guy, pintor de profesión, quien hereda de forma mas vivida el amor de su tío-abuelo por el loro. Como su profesión era la pintura no dudo en retratarlo en su ora, siendo esta la causa del debilitamiento de la salud del ave, y causándole la muerte a los 85 años de edad. La historia del loro no termina con su muerte, pues el pintor lo hizo embalsamar, y así este se pierde por el mundo al ser rematado junto a otras pertenencias de la familia, cuando esta emigra hacia el nuevo mundo. El loro tuvo como nuevo hogar una tienda de antigüedades de poco valor.

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El pájaro verde es un cuento de Juan Emar, en el que vemos la vida de un loro verde del

amazonas, su muerte y lo que ocurre después de esta.

La vida de nuestra ave se remonta al año 1847 en la desembocadura del

amazonas en el que un grupo de sabios investigan los misterios naturales del nuevo mundo.

Un investigador en particular, el doctor de la Crotale, hombre sentimental y un apasionado

de las aves, tenia como deseo adoptar uno de estos ejemplares, logrando su interés

capturando al protagonista de esta historia, ave bella de plumas verdes con rayas negro-

azuladas.

De la Crotale llevo al loro al viejo mundo donde lo acompaño (el ave)

hasta su muerte, pasando a ser propiedad de su sobrina, y siendo el hijo de esta, Henri Guy,

pintor de profesión, quien hereda de forma mas vivida el amor de su tío-abuelo por el loro.

Como su profesión era la pintura no dudo en retratarlo en su ora, siendo esta la causa del

debilitamiento de la salud del ave, y causándole la muerte a los 85 años de edad.

La historia del loro no termina con su muerte, pues el pintor lo hizo

embalsamar, y así este se pierde por el mundo al ser rematado junto a otras pertenencias de

la familia, cuando esta emigra hacia el nuevo mundo. El loro tuvo como nuevo hogar una

tienda de antigüedades de poco valor.

Por otro lado nuestro narrador nos cuenta de su llegada a Paris en abril

del 1924, relatándonos noche de juerga, bohemia, y toda clase de excesos que van junto con

esa energía juvenil proveniente de las noches de amigos. Una característica que penetra en

el corazón de nuestro narrador es un tango el que dice: yo he visto un

pájaro verde

Bañarse en agua de rosas

Y en un vaso cristalino

Un clavel que se desoja.

El y sus amigos no pierden la ocasión para citar esta frase para

expresar sus emociones, locuras y todas esas manifestaciones que todos los amigos

comprenden al exclamar esas palabras.

Cierto día en el que los amigos se fueron de una noche de farra con la

ausencia de nuestro narrador que por motivos del exceso y una resaca debilitadora no le fue

posible la junta con los amigos, encontraron ahí, de sorpresa, en la tienda de antigüedades,

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nuestro pájaro verde, el que inmediatamente se le llevo de obsequio al amigo ausente, y

posteriormente cantando todos a la vez el coro de amistad por el hallazgo de la reliquia.

Al regreso a chile de nuestro narrador junto con el loro, pasaron un

par de años de tranquilidad, hasta la visita de un tío, el que revolucionara la actitud de

nuestros protagonistas.

El tío, al parecer un hombre reaccionario, de moral tajante, sin

embargo preocupado por los suyos, pero hostigador hasta el mayor desagrado, llega a la

casa de nuestros protagonistas, dando largas charlas sobre la nefasta y libertina vida que le

toco vivir a nuestro narrador allá en Paris.

Al percatarse el tío de la presencia del loro, y al enterarse de el

como y el porque de su adquirir, condena a nuestra ave con violentas palabras: ¡infame

bicho ¡ , inmediatamente después del sonido de estas palabras, nuestro loro cobra vida,

levantándose en contra del tío, y arrojándose fuertemente contra su cráneo y dándole toda

clase de picotazos, fluyéndole al tío toda clase de materia interior a la cabeza, mientras todo

esto se acompaña de espantosos gritos de terror, luego el “pajarraco” dispuesto a clavar

nuevamente su pico en el cráneo del tío, busca a su dueño y pregunta: ¿el señor Juan Emar,

si me hace el favor?, respondiendo este: servidor de usted, y clava nuevamente el pico en la

cabeza del tío. Así fue reiteradas veces, llegando asi, a cercenarle el ojo de una blancura y

redondez característica, el loro picoteó hasta la muerte del pobre viejo, siempre antes

buscando una suerte de consentimiento por parte del dueño.

El loro, el mismo de antes, se quedo inmóvil sobre su escritorio, paso el

funeral del tío, y por mas que quiera el narrador de arreglar cuentas, será siempre su

servidor, pues es el (el loro) quien representa las verdaderas intenciones de quien nos relata

este cuento.