Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    1/19

     Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Revista de Crítica Literaria Latinoamericana.

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    Entre el realismo y el vanguardismo en las: Residencias

    Author(s): Greg DawesSource: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 37, No. 74 (2011), pp. 287-304Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACPStable URL: http://www.jstor.org/stable/41940848Accessed: 11-12-2015 14:08 UTC

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    2/19

    Revistade CríticaLiteraria Latinoamericana

    Año

    XXXVII,

    74.

    Lima-Boston,

    do

    emestre

    e

    2011,

    p.

    287-304

    Entre

    el realismo

    y

    el

    vanguardismo

    en

    las

    Residencias1

    Greg Dawes

    NorthCarolina

    tate

    University

    Resumen

    Este

    ensayo

    ostiene

    ue

    el

    vanguardismo

    el realismo onviven

    n

    la obra

    nerudiana

    asta as Residencias

    en

    cuyo

    momento

    e

    presenta

    a influenciaan-

    guardista

    n

    su

    auge.

    se

    proyecto

    stéticoe vincula

    on el

    anarquismo,

    a

    que

    el

    vanguardismo

    s la

    expresión

    rtísticael

    pensamiento

    crata. iendo

    e ten-

    dencia

    narquista

    esde

    u

    juventud,

    eruda

    asa por

    una

    etapavanguardista

    -con

    rasgos

    ealistas-,

    ero

    va más llá

    partir

    e as Residendas.

    Palabraslave:eruda, esidenzan a tierra,realismo,narquismo,anguardia.

    Abstract

    This

    ssay

    rgues

    hat

    vantgardism

    ndrealismoexist

    n

    Neruda

    work

    p

    to

    Residendan

    a tierra,the

    point

    n which he

    vant-gardist

    nfluence

    eaches

    ts

    apogee.

    hat esthetic

    roject

    nites ith

    narchism,

    ince

    anguardism

    s the

    artistic

    xpression

    f anarchist

    hought.

    aving

    been nclined

    oward

    nar-

    chism

    incehis

    youth,

    eruda

    went

    hrough

    n

    avant-gardisthase

    with

    ea-

    list

    eaturesbut

    uperseded

    t

    beginning

    ith esidence

    n arth.

    Keywords:

    eruda,

    esidence

    n arth

    realism,

    narchism,

    vant-garde.

    En

    torno

    a Residencia

    n a tierra

    iempre

    se han sucitado

    comen-

    tarios

    contradictorios

    ntre os críticos

    como

    Amado

    Alonso,

    Emir

    Rodríguez

    Monegal,

    Enrico

    Mario Santi

    y Jaime

    Alazraki-

    quienes

    han advertido

    en él

    una tendencia

    rupturista

    vanguardista or

    ex-

    1

    Dejo

    constancia

    e

    mi

    gradecimiento

    la Cátedra

    eruda,

    ue

    me nvitó

    a dar onferencias

    obre

    stas deas

    n a Universidad

    e Chile

    el

    14 de

    octubre

    del2009)yen a Fundación ablo Neruda nValparaísoel17 de octubre el

    2009).

    Le

    agradezco,

    n

    particular,

    Manuel

    ofré

    e

    la Fundación

    ablo

    Ne-

    ruda

    y

    a Universidad

    e Chile.

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    3/19

    288

    Greg

    Dawes

    celencia,

    y

    los

    que

    -como

    Jaime

    Concha,

    Alain Sicard

    y

    HernánLo-

    yola-

    sostienen

    que

    la

    columna vertebral e esta obra es fundamen-

    talmenterealista.

    Si es

    verdad

    que

    la

    angustia

    dolorosamente

    plas-

    mada en este

    poemario

    de

    Neruda

    parecería

    deberse al exceso de

    realidad ,

    al

    decir de

    Sicard,

    o a lo real

    inmediato ,

    como lo

    pone

    Loyola,

    no se

    puede negar tampoco

    la

    presencia

    de elementos

    que

    no

    parecerían

    encajar

    en este retratomimètico.

    En

    un artículo re-

    ciente,

    Concha señala

    el

    intenso

    mimetismo ,

    pero

    también la

    in-

    novación

    y

    el

    experimento que

    recorren Residenza n

    la

    tierra.

    manera de ver del crítico

    hileno,

    este afán

    por experimentar

    abría

    fraguado

    ya

    en una estructura

    nterna,

    ntensamentebuscada en

    los

    Tres Cantos

    materiales ,

    ugiriendo

    así una suerte de resolu-

    ción

    momentánea a lo

    que

    no dudaríamos en llamar una crisisvan-

    guardista

    Concha,

    En

    torno

    62-66).

    Así

    también,

    y

    desde el otro

    punto

    de

    vista,

    Saúl Yurkievich advierte a

    presencia

    indirectadel

    surrealismo

    y

    alega que

    la naturaleza humana

    ya

    no

    puede

    ser

    aprehendida

    a

    través de

    descripciones

    realistas en este

    poemario

    clásico,pero no puede pasar por alto la franquezafísicay sobre to-

    do sexual

    que

    se manifiesta n sus

    páginas

    (Yurkievich).

    Efectiva-

    mente,

    pese

    a la

    asombrosa

    capacidad

    nerudiana de dar testimonio

    de su

    propia

    alienación,

    sigue

    habiendo

    características

    anguardistas

    en este libro. Estos

    son,

    a

    mi

    ver,

    os

    vestigios

    de la

    alienación

    que

    Neruda

    logra

    destacar,

    tales como la ambición

    profética,

    a exalta-

    ción de

    juventud,

    u

    autopercepción

    como héroe o

    víctima

    o

    hé-

    roe

    degradado ),

    la

    dicotomía entre u labor burocrática

    y

    su anhelo

    de

    liberarsede ese

    yugo,

    sus denuncias del

    Estado

    y

    su

    predilección

    por la espontaneidad.Son hartas característicasue se asocian con

    el

    vanguardismo

    n la

    estética

    y

    el

    anarquismo

    en la

    política.

    Si

    me convence la críticade los

    que

    sostienen

    que

    R

    esidenda n

    a

    tierra

    s,

    en el

    fondo,

    una sofisticadaobra

    realista,

    hay

    que

    explicar

    aún la

    función de los elementos

    vanguardistas

    n el

    poemario.

    El

    objetivo

    sería examinar

    el

    conjunto

    de

    rasgos

    miméticos

    y

    vanguar-

    distas

    y

    mostrar ómo coexisten de

    manera

    antagónica

    en el texto.

    Según

    creo,

    esto incluiría l

    análisis

    de

    los

    planteamientos

    políticos

    de la

    vanguardia

    que

    -a más tardar-

    para

    los años

    30

    se

    estetiņan,

    ,

    dicho de otro modo, se vuelvenpartede unapolítica ulturale rai-

    gambre

    anarquista.

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    4/19

    Entre el

    realismo

    y el

    vanguardismo n las Residencias 289

    El

    anarquismo,

    como han

    apuntado

    los estudios de Renato

    Pog-

    gioli

    y

    Donald G.

    Egbert, uega

    un

    papel

    decisivo en

    la fundación

    y

    el desarrollo de

    la

    vanguardia,

    nfluyendo

    de manera determinante

    en la

    experimentación

    formal

    y

    los

    temas abordados de sus inte-

    grantes.

    Se idea así una estética

    anarquista que

    resulta

    ser,

    a la

    postre,

    el

    arte

    vanguardista2.

    En

    su estudio sobre

    el modernismo

    anglosajón,

    David

    Weir

    sos-

    tiene

    que

    el

    anarquismo prevalece

    en el ámbito

    cultural

    después

    de

    haber

    fracasado como

    proyecto político (Weir 5). Después

    de su

    decadencia,

    que

    Weir

    estima

    que

    es de 1909 a 1914

    en el mundo an-

    glosajón,

    el

    anarquismo

    sobrevive

    en el

    plano

    cultural

    porque

    el es-

    critor

    uede

    dar rienda suelta a su libertad stética

    y

    servir,

    ndirecta

    o

    directamente,

    omo

    figuraprofética

    en el movimiento.

    Una vez

    que

    la influencia

    del

    vanguardismo

    empieza

    a

    disminuir,

    l

    proyecto

    político

    del

    anarquismo

    se transforma

    n

    y

    se

    integra

    la culturadel

    modernismo

    anglosajón.

    Este,

    dice

    Weir,

    retoma el

    proceso

    de este-

    tización de la

    vanguardia

    l

    abandonar

    sus

    principios

    políticos

    (Weir

    158-160). En ese momentopodríamos decirque el modernismoan-

    glosajón empieza

    a sintetizarse on

    la

    ideología

    dominante

    que

    se

    va

    consolidando en los años

    30: el liberalismo.

    En

    cambio,

    en el con-

    texto atinoamericano

    a duración

    de la

    vanguardia

    y

    su radicalismo

    político

    se extienden

    hasta la

    guerra

    civil

    española,

    momento en

    el

    cual da

    paso

    a una

    plétora

    de obras

    dedicadas a denunciar

    el fascis-

    mo

    incipiente

    n la

    península.

    En

    el caso chileno

    propiamente

    tal,

    dice el

    historiador

    Ángel

    Cappellettique

    después

    de

    la decadencia de

    dicho movimiento

    polí-

    ticoque sirvió de vanguardiade los sindicatosde más peso en Chile

    a fines del

    siglo

    XIX

    y

    comienzos del

    XX,

    quedaron

    aún

    en el

    país

    los efectos

    deológicos

    del

    pensamiento

    ibertario.Como

    muy

    bien

    se

    sabe,

    a

    comienzos

    de

    siglo,

    os

    anarquistas

    protagonizaron

    varios

    levantamientos

    de masas

    y

    de obreros

    que

    tuvieron

    ugar

    en

    esa

    época;

    entre

    ellos,

    la Semana

    Santa de

    Santiago

    de

    1905,

    en la

    que

    murieron lrededor

    de doscientos

    obreros,

    a

    huelga

    general

    de

    An-

    tofagasta

    n 1906

    y

    la

    huelga

    de salitreros

    n

    Iquique

    en

    1907

    (Cap-

    pelletti

    LXXX).

    Entre

    1919

    y

    1926 estallaron

    más de

    2,000

    huelgas

    en prácticamente odas las industriasprimariasen el territorio a-

    2

    Ver l excelente

    ibro e

    André

    eszler,

    a estética

    narquista.

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    5/19

    290

    Greg

    Dawes

    cional

    (Ramírez

    Necochea

    87-93).

    Esta

    agitación

    social

    y

    laboral tu-

    vo, naturalmente,

    n

    impacto

    decisivo en la conciencia de

    todas las

    capas

    sociales,

    y

    fue

    algo

    determinante

    ara

    los intelectuales e

    clase

    media

    por

    ser sectores

    mediadores

    y,

    por

    tanto,

    nestables.Llamó la

    atención de los

    escritores

    y

    artistasno sólo

    por

    su

    despliegue

    social,

    sino también

    por

    sus

    publicaciones.

    Desde comienzos del

    siglo

    XX

    hasta 1922 en

    Chile,

    los

    anarquistas

    publicaron

    diarios,

    panfletos

    y

    libros

    que

    alentaron a intelectualesde clase

    media

    e

    intelectuales

    orgánicos

    a

    tomar conciencia

    política

    en ciudades

    como Antofa-

    gasta,

    La

    Calera,

    Iquique,

    Tarapacá

    y

    Punta Arenas

    (Cappelletti

    LXXXV-LXXXVI).

    A

    Neruda,

    al

    igual que

    a muchos

    de sus

    contemporáneos,

    e

    in-

    teresaron as ideas libertarias

    anto

    en el

    sur

    (Temuco)

    como

    en

    la

    capital,

    como lo constata en una

    entrevista on Rita Guibert

    en

    1971:

    Yo

    vengo

    e una

    generación

    n

    que

    todos ramos

    narquistas.raduje

    os

    libros

    narquistas

    uando

    enía 6 años.Del francés

    raduje Kropotkin,JeanGravesya otros scritoresnarquistas.eía solamente losgrandes

    escritores,

    los

    grandes

    scritoresusos e

    tipo nárquico,

    omo

    Andreiev

    y

    otros.

    n

    aqueltiempo,

    osotros,

    óvenes

    narquizantes,

    omenzamos

    descubrir

    or

    nuestra

    ropia

    uenta

    ue

    era

    ndispensable

    na

    unión on el

    movimientoel

    pueblo, ue

    en ese momento

    ambiénra de tendencia-

    narquista.

    ra

    a

    época

    de a

    IWW

    Industrial

    orkersf the

    World),

    casi

    todos os

    sindicatos

    ertenecían

    esa

    tendencia,

    ue representaba

    reo

    Harry

    ridges,

    no

    de

    los

    últimosn EstadosUnidos.

    ste

    grupo

    e anar-

    quistas, ue

    tuvo

    mártiresomo Sacco

    y

    Vanzetti n Estados

    Unidos,

    tambiénn

    América atina uvo

    norme

    mportancia.

    ero,

    qué

    pasó

    con

    la juventude la épocaqueparticipabaundel terrorismoque predicaba,

    como

    yo

    mismoo

    hacía,

    l

    sabotaje,

    l boicot las

    elecciones,

    a

    oposición

    a los

    movimientos

    rganizados?Qué

    pasó?

    Unos

    comprendimosue

    nuestro amino

    staba n la

    organización,

    staba l

    lado del movimiento

    obrero,

    otros

    asaron

    irectamente

    serviros interesese la

    gran

    ur-

    guesía,

    el

    capitalismo

    del

    mperialismo

    Guibert).

    Esta cita

    aclara los

    vínculos estrechos

    que

    tenía Neruda con el

    anarquismo político

    y

    artístico.

    De artículos

    periodísticos

    que

    escri-

    bió

    para

    Claridad

    órgano

    y

    diario ácrata

    de la

    Federación de Estu-

    diantes en Temuco y Santiago,y para Juventuden Santiago) y co-

    mentariosen entrevistas

    omo ésta así

    como en sus

    memorias,

    sa-

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    6/19

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    7/19

  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    8/19

    Entre el

    realismo y el

    vanguardismo

    n

    las Residencias 293

    Galope

    muerto

    Durante la

    primera

    fase en

    Chile,

    de 1925 a

    1927,

    Neruda

    joven,

    como señala

    Jaime

    Concha,

    está

    totalmente esorientado en la tie-

    rra

    y

    en su

    tierra,

    iene

    unos cuantos

    amigos

    y

    amigas que

    lo

    apoyan

    y

    le

    ayudan,

    rompe

    con

    su

    padre

    debido a sus fallidos estudios uni-

    versitarios,

    a

    pobreza

    lo cerca

    y

    lo esclaviza

    constantemente

    y,

    agregaríamos,

    e halla en la

    capital

    ndustrializada

    ejos ya

    del

    fron-

    doso Sur

    (Concha,

    En

    torno

    49). Huye

    al Sur

    para escaparse

    de

    esa

    encrucijada.

    Y

    es ahí

    que

    compone

    sus versos de

    corte

    postmo-

    dernista

    y

    vanguardista

    ue

    se hallan en el

    primer

    ibro

    de las Resi-

    dencias. racias a la valiosísima

    nvestigación

    de Hernán

    Loyola

    sa-

    bemos

    que

    Neruda escribió

    a

    mitad de los

    poemas

    en este libro du-

    ranteesta

    primera

    fase.

    Tomemos

    como

    poema ejemplar

    el

    muy

    comentado

    y

    conocido

    Galope

    muerto ,escrito,

    egún

    Hernán

    Loyola,

    en 1926 en Termi-

    co,

    Puerto

    Saavedra,

    Ancud

    o

    posiblementeSantiago.

    Como

    cenizas,

    omo

    mares

    oblándose,

    en a

    sumergida

    entitud,

    n o

    informe,

    o

    como e

    oyen

    esde l altode os caminos

    cruzaras

    campanadas

    n

    cruz,

    teniendose sonido

    a

    parte

    el

    metal,

    confuso,

    esando,

    aciéndose

    olvo

    en

    el mismomolino e as formas emasiado

    ejos,

    o

    recordadas no

    vistas,

    y

    el

    perfume

    e as ciruelas

    ue

    rodando tierra

    se

    pudren

    n en el

    tiempo,

    nfinitamenteerdes.

    Aquello

    odo an

    ápido,

    an

    iviente,

    inmóvilin

    mbargo,

    omo a

    polea

    oca en sí

    misma,

    esasruedas e os

    motores,

    n fin.

    Existiendoomo as

    puntadas

    ecas n as costuras

    el

    rbol,

    callado,

    or

    lrededor,

    e

    tal

    modo,

    mezclandoodos os imbos uscolas.

    Es

    que

    de

    dónde,

    or

    dónde,

    n

    qué

    orilla?

    El

    rodeo

    onstante,ncierto,

    an

    mudo,

    como as ilas lrededorelconvento

    o la

    legada

    e a muerte la

    engua

    el

    buey

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    9/19

    294 Greg

    Dawes

    quecae a tumbos,uardabajo,cuyos uernosuierenonar3.

    El

    mismo títulodel

    poema

    -esa antítesis

    ue

    no

    apunta

    todavía

    hacia una

    superación-

    anuncia

    desde

    ya

    el tema

    que quisiera

    abordar

    el

    poeta.

    ¿Cómo

    puedo , pareciera preguntarse

    Neruda,

    entender

    y

    captar

    el movimiento del

    tiempo

    -ese

    galope

    de las horas- en

    las cosas

    y

    en la naturaleza? . Las dos

    primeras

    estrofas

    son una

    presentación

    de

    ese

    tema.

    En

    ellas el

    poeta

    tratade

    objetivar

    a fun-

    ción

    del

    tiempo

    en la naturaleza.La

    faltade verbos activos

    y

    la

    pre-sencia de

    gerundios

    recalca la

    apariencia engañosa

    de la naturaleza

    inmóvil.

    El

    punto

    de vista de tercera

    persona

    omniscientehace

    que

    el

    sujeto

    poético quede

    al

    margen

    de

    momento,

    al

    igual

    que

    el

    lec-

    tor,

    y

    que perciba

    la

    desintegración

    mplacable

    de la vida en el mun-

    do naturaldescritacon

    un

    lenguaje

    denso.

    De ahí la

    cadena de imá-

    genes que

    apuntan

    hacia la extinción

    paulatina:

    as

    cenizas,

    el

    sonido

    de las

    campanadas,

    el

    polvo,

    y

    el

    perfume

    de las

    ciruelas

    que

    se

    pu-

    dren. Sin

    embargo,

    este

    proceso que pareciera representar

    na

    su-

    mergida entitud , s,

    a su

    vez,

    tan

    rápido,

    tan

    viviente

    9).

    Y esa

    antítesishace

    que

    el hablante

    -apenas

    perceptible-

    se

    percate

    del

    dèsorden vasto

    y

    que

    advierta a confusión

    y

    la incertidumbre.

    Inmerso en

    este

    ambiente,

    el hablante

    -y

    lector

    también- se siente

    confuso

    e incierto ante este

    ciclo de

    la

    naturaleza. Si el

    fin

    es

    objetivar

    este

    ciclo,

    como decía

    anteriormente,

    l

    poeta

    lo

    hace

    por

    medio

    de

    un

    estilo

    vanguardista

    l tratar

    e

    captar

    el desorden vas-

    to en el

    lenguaje.

    Es

    decir,

    al

    ensayar

    el retrato

    oético

    de

    la

    natu-

    raleza la

    representa

    al

    y

    como le

    parece

    al

    vate

    que

    se manifiesta.

    lo

    logra

    con

    imágenes

    insólitas

    y sorpresivas,mágenes

    ndiosincrá-

    ticas

    que

    son difícilesde

    descifrar,

    yuxtaposiciones.

    El

    poema

    en

    sí,

    entonces,

    es

    una contradicción

    ructífera: eruda busca

    grabar

    n

    su

    lenguaje vanguardista

    na escena

    naturalde una manera

    realista.

    Aparte

    de este afán de

    aproximarse

    la

    escena con la

    mediación

    imperfecta

    el

    lenguaje,

    retoma

    muchas

    imágenes

    del

    campo.

    Y

    así

    destaca varios

    fragmentos

    ealistas de

    la naturaleza

    ( las

    campana-

    das ,

    el mismo

    molino ,

    las

    ciruelas ,

    el

    árbol ,

    las lilas

    y

    el

    3PabloNeruda, esidencian atierra,cuarta dición

    Buenos

    Aires: ditorial

    Losada,

    971

    1935]),

    -10.

    as referenciaseste

    ibro continuación

    ienen e

    esta

    dición.

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    10/19

    Entre

    el

    realismo

    y el

    vanguardismo n las

    Residencias 295

    buey , 9).

    Este

    sería,

    entonces,

    el lado

    postmoderno

    del retrato

    poético.

    En la

    tercera

    estrofa,

    presenciamos

    la intervención el hablante

    que

    encarna

    la tensión entre a tendencia realista

    y

    la

    vanguardista.

    Por

    un

    lado,

    el

    sujeto

    poético quiere percibir

    y

    abarcar este

    drama de la

    naturaleza;

    por

    otro

    lado,

    resulta

    er un anhelo no reali-

    zado a estas alturas.De ahí el neorromanticismo

    e este don

    profé-

    tico

    que,

    como se

    sabe,

    forma

    parte ntegra

    del

    vanguardismo:

    ay,

    lo que mi corazón pálido no puede abarcar .Y, no obstante, uego

    se

    sobrepone

    a esa incertidumbre reafirma

    u

    voluntad

    profética

    (y

    vanguardista): para

    que

    entro

    cantando,

    /

    como

    con una es-

    pada

    entre ndefensos

    (10).

    Pero la resolución

    que

    se

    espera

    en las

    dos estrofasno se ofrece. Se

    trata,

    más

    bien,

    de una

    descripción

    de

    la

    presencia

    del

    tiempo

    (de

    las

    pesadas

    gotas )

    en los

    grandes

    za-

    pallos

    (10).

    En

    ese

    sentido,

    es como si volviera

    al

    punto

    de

    partida

    en

    Galope

    muerto .

    El

    poema

    se

    queda

    en

    el nivel de

    la antítesis

    entre

    a

    vida

    y

    la muerte

    Galope

    muerto )

    en cuanto

    a

    presenta-

    ción del contenido. Lo que es más, quedan en un limbo antagónico

    también as

    influencias

    anguardistas

    y

    realistas.

    Siendo

    así,

    la crisis

    a la

    que

    me

    referíamás

    arriba,

    igue vigente.

    Sonata

    y

    destrucciones

    El

    segundo

    trecho de esta crisis

    se da en el

    Oriente,

    de 1927

    a

    1932. Como se

    puede

    apreciar

    en su

    correspondencia

    con Héctor

    Eandi

    y

    en los

    poemas

    de estos

    años,

    la crisisse acrecienta.

    Los fac-

    tores que la agudizan son ya muy conocidos: no habla las lenguas

    locales;

    lee

    pero

    no habla

    muy

    bien el idioma

    del

    imperio

    británico;

    detesta

    el tedio

    y

    la

    gala

    artifical e

    su

    trabajo

    de

    cónsul;

    sufre

    por

    el

    sueldo miserable

    que

    le

    pagan;

    y

    se encuentra

    ejos

    de su

    patria,

    u

    familia

    y

    sus

    amigos.

    Estas condiciones crean

    una tensión

    dialéctica

    entre el mundo

    que

    rodea al

    poeta

    y

    su

    maravillosa

    capacidad

    de

    describirlo,

    su

    propio

    anhelo

    de buscar

    una salida de su

    alienación.

    Quiero

    decir

    que

    las condiciones

    sociales en el

    Oriente

    que

    Neruda

    detalla con

    rigor

    realista

    configuran

    ambién el entorno

    que

    lo van

    hundiendo en su propia enajenación.Trata de sobreponersea esta

    crisis al dar testimonio

    de

    ella,

    pero

    también

    al buscar

    soluciones

    espurias,

    vale

    decir,

    vanguardistas.

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    11/19

    296 Greg Dawes

    Esto se hace

    patente

    nclusive en sus crónicas

    y

    cartas

    desespe-

    radas del

    Oriente,

    en

    que

    se destacan ambas tendencias: a mimètica

    y

    la

    libertaria.

    n

    Madrás,

    contemplaciones

    del

    acuario ,

    por

    ejem-

    plo,

    ofrece

    estas

    agudas

    observaciones:

    La

    primera

    iseria

    ndígena

    e hace

    presente

    l

    viajero,

    os

    primeros

    en-

    digos

    de la India vanzan on

    pasos

    majestuosos

    mirada

    e

    reyes,

    ero

    sus dedos

    garran

    omotenazas a

    pequeña

    moneda,

    l annade

    níquel;

    os

    coolies ufren

    or

    as

    calles,

    rrastrando

    esadas

    arretas e materiales:e

    reconoce l hombreeemplazandoos duros estinos e abestia,elcabal-

    lo,

    del

    buey

    44).

    En

    cambio,

    en su carta del 6 de

    agosto

    de 1928 a

    José

    Santos Gon-

    zález

    Vera,

    después

    de confesarle su

    angustia

    y

    sufrimiento conó-

    mico

    y

    personal, agrega

    lo

    siguiente:

    Ya le he

    contado,

    grandes

    inactividades,

    ero

    exteriores

    nicamente;

    n mi

    rofundo

    o

    dejo

    de

    so-

    luáonarme

    ya

    que

    mi

    cuestión iteraria s un

    problema

    de

    ansiedades,

    de ambiciones

    expresivas

    bastante

    obrehumana

    cit.

    en

    Loyola,

    Las

    dos residencias 24, énfasises mío). Al cotejarestas dos citasvemos

    que

    su

    enfoque

    consiste,

    en la

    primera

    arta,

    n describir as relacio-

    nes

    sociales en esta ciudad de la

    India,

    y

    en la

    segunda,

    en dar cuen-

    ta de su

    propia

    alienación. Para

    alejarse

    de

    ésta,

    vuelve

    a

    principios

    ácratas: el

    poeta

    como ser sumamente

    dotado

    que quiere

    cumplir

    con sus anhelos

    proféticos.

    Esto le

    proporciona

    a la

    larga,

    sin

    duda,

    el

    ímpetu para

    salirse de la

    crisis,

    pero

    no

    dejan

    de ser los

    vestigios

    de la estética

    narquista.

    Se halla el

    apego

    de Neruda al realismo

    y

    a ciertos

    principios

    ácratas en sus cartas emitidasdel Orientey en el poema paradigmá-

    tico,

    Sonata

    y

    destrucciones ,

    scrito en

    Rangún

    en 1928. Sin em-

    bargo,

    este

    poema

    resulta ser la

    negación

    de

    Galope

    muerto .

    No

    se

    aprecia

    la

    negación

    de esa

    negación

    y

    por

    lo tanto la

    afirmación

    de

    algo

    nuevo,

    pero

    sí se

    subraya

    a

    importancia

    de ese

    yo

    profético

    con

    ambiciones

    expresivas

    bastante sobrehumanas

    que

    se

    destaca

    en una

    carta del Oriente

    y

    que

    ha

    sobrevivido su enfrentamiento

    con el

    tiempo

    encarnado en la

    naturaleza

    ibid).

    Despuésdemucho, espués evagas eguas,

    confuso e

    dominios,

    nciertoe

    territorios,

    acompañado

    e

    pobres

    speranzas

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    12/19

    Entre

    el

    realismo

    y el

    vanguardismo n las Residencias

    297

    ycompañíasnfielesdesconfiadosueños,

    amo o tenaz

    ue

    aún

    obrevive

    n

    mis

    jos,

    oigo

    n

    mi

    orazónmis

    pasos

    de

    inete,

    muerdo l

    fuego

    ormido

    a sal

    arruinada,

    y

    de

    noche,

    e atmósferascura uto

    rófugo,

    aquel ue

    vela la orilla e os

    campamentos,

    el

    viajero

    rmado e estériles

    esistencias,

    detenidontre ombras

    ue

    crecen alas

    que

    tiemblan,

    me siento

    er,

    mi

    brazode

    piedra

    medefiende.

    Hay ntre iencias e lanto n altaronfuso,

    y

    en

    mi

    esión e atardeceresin

    perfume,

    en mis bandonados ormitoriosondehabitaa

    una,

    y

    arañas e

    mi

    propiedad,

    destrucciones

    ue

    me son

    queridas,

    adoro

    mi

    propio

    er

    perdido,

    i

    ubstancia

    mperfecta,

    mi

    golpe

    de

    plata

    y

    mi

    pérdida

    terna.

    Ardió

    a

    uva

    húmeda,

    su

    agua

    funeral

    aún

    vacila,

    ún

    reside,

    y

    el

    patrimonio

    stéril,

    el domicilioraidor.

    Quiénhizo eremoniae cenizas?

    Quién

    o

    perdido,uién rotegió

    o último?

    El

    huesodel

    padre,

    a madera el

    buque

    muerto,

    y

    su

    propio

    inal,

    u misma

    uida,

    su fuerza

    riste,

    u diosmiserable?

    Acecho,

    ues,

    o inanimado o

    doliente,

    y

    el

    testimonioxtraño

    ue sostengo,

    con

    eficiencia

    ruel escrito

    n

    cenizas,

    es a forma e olvido

    ue prefiero,

    el

    nombre

    uedoy

    la

    tierra,

    l

    valor e

    mis

    ueños,

    la cantidadnterminableuedivido

    con mis

    jos

    de

    nvierno,

    uranteadadíade estemundo

    43-44).

    De la incertidumbre la confusión ante el mundo

    natural,

    y

    de

    las desilusiones sufridas n el

    plano personal ( compañías

    infieles

    y

    desconfiados

    sueños )

    pasa

    al aserto desbordado e irónico del

    suje-

    to

    poético:

    amo o tenaz

    que

    aún sobrevive en mis

    ojos,

    /

    oigo

    n

    mi

    corazón mis

    pasos

    de

    jinete,

    /

    muerdo l

    fuego

    dormido

    y

    la sal

    arruinada

    el

    énfasises

    mío,

    43).

    El

    hablante

    observa

    la destrucción

    que lo lleva a estarenajenado de sí mismo y de su ambiente,pero

    ahora no se da

    por

    vencido,

    sino

    que

    se

    enfrenta on esas

    fuerzas

    perniciosas.

    Se trata de una transformación

    ignificativa,

    sin em-

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    13/19

    298 Greg Dawes

    bargo,

    imitada.En

    Galope

    muerto el

    predominio

    de las

    imágenes

    del

    vacío,

    el

    paso

    del

    tiempo

    y

    a muerte n la naturalezaconfundían

    y

    frustraban l hablante. Esa escena se

    repite aquí

    en los

    primeros

    versos con las referencias lo confuso e incierto .Pero a conti-

    nuación el hablante se encara con esa muerteencarnada en la natu-

    raleza,

    y

    con la destrucción a su alrededor. Interioriza as fuerzas

    negativas que

    lo amenazan.

    En

    vez de huir de las fuerzas destructi-

    vas de la

    naturaleza,

    l

    luto

    es el

    que

    huye,

    y

    el

    sujeto

    se autorretrata

    como

    jinete

    del

    tiempo.Así,puede afirmarse,

    entirse

    er,pero sólo,

    como señala Federico

    Schopf,

    en relación con

    esas

    destrucciones

    que

    le son

    queridas (Schopf).

    Adoro

    mi

    propio

    ser

    perdido ,

    dice,

    mi

    substancia

    mperfecta

    43).

    Como

    indican los últimos versos

    de esta

    estrofa,

    l

    yo

    que

    so-

    brevive

    y

    se aferra la

    destrucción,

    o hace también al

    enfrentarse

    con la

    figura

    del

    padre.

    La

    relación

    antagónica

    con

    su

    padre

    con

    respecto

    de la

    poesía

    se recalca en la

    misma

    estructura e la estrofa.

    La

    intimidad

    presente

    en la

    repetición

    de los

    adjetivos

    posesivos

    ( /wsesión , misabandonados dormitorios y mi sustancia mper-

    fecta )

    contrastanvisiblemente on los artículosdefinidos e

    imper-

    sonales

    en el

    patrimonio

    estéril

    y

    el domicilio

    traidor

    (énfasis

    mío).

    Esta tensión entre

    padre

    e

    hijo

    parece

    llevar entonces a la

    muerte simbólica del

    padre que

    señalara Freud. Para

    liberarse

    y

    ha-

    llar

    su voz

    poética, pareciera

    decir

    Neruda,

    hace faltadramatizar l

    funeral e su

    padre:

    El

    hueso del

    padre,

    a madera del

    buque

    muer-

    to

    /

    su

    propio

    final,

    u misma huida . Su

    pérdida

    es eterna:

    percibe

    el

    agua

    funeral

    y

    presencia

    una

    ceremonia de

    cenizas

    (44).

    En efecto,la estrofasiguientepasa nuevamente a su objetivo

    poético:

    Acecho,

    pues,

    lo inanimado

    y

    lo

    doliente,

    /

    y

    el testimo-

    nio

    extraño

    que sostengo,

    /

    con eficienciacruel

    y

    escrito en ceni-

    zas

    (44).

    Muerto simbólicamente l

    padre,

    el

    poeta

    rebelde

    puede

    forjar

    u

    creatividad;

    muerta a Tradición

    (literaria

    paternal)puede

    Neruda idear

    su

    nueva

    poesía.

    Esa

    es,

    al

    menos,

    su ambición van-

    guardista ue,

    sin

    embargo,

    entra n

    plena pugna

    con el realismo.

    Walking

    around

    En el

    segundo

    libro de Residenza n

    la

    tierra,la crisis

    poética

    y

    personal

    entra en sintonía con el

    desorden social del

    capitalismo

    en

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    14/19

    Entre el

    realismo

    y el

    vanguardismo

    n las Residencias

    299

    crisis.Lo

    que

    le

    perjudica

    al hablante

    ya

    no es la

    naturaleza,

    ue

    de

    hecho sirve de referente

    ositivo

    contra a sociedad industrializada.

    Esto se

    ve,

    por ejemplo,

    en el

    poema

    clásico,

    Walking

    around ,

    es-

    critoen Buenos Aires en 19334.

    Sucede

    ue

    mecansode serhombre

    Sucede

    ue

    entro

    n

    as sastrerías

    en

    os cines

    marchito,

    mpenetrable,

    omoun cisne e fieltro

    navegando

    n

    un

    agua

    de

    origen

    ceniza.

    El

    olorde as

    peluquerías

    ehace

    lorar

    gritos.

    Sólo

    quiero

    n descanso e

    piedras

    de

    ana,

    sólo

    quiero

    o

    ver stablecimientos

    i

    ardines,

    ni

    mercaderías,

    i

    anteojos,

    i

    ascensores.

    Sucede

    ue

    me cansode mis

    pies

    y

    misuñas

    y

    mi

    pelo

    y

    mi

    ombra.

    Sucede

    ue

    mecansode serhombre.

    Sinembargoería eliciosoasustar un notario onun irio ortado

    o darmuerte una

    monja

    on un

    golpe

    de

    oreja.

    Sería

    ello

    ir

    por

    as

    calles

    on un

    cuchillo erde

    y

    dando

    ritos

    astamorir e frío.

    No

    quiero

    eguir

    iendo aíz n as

    tinieblas,

    vacilante,xtendido,

    iritandoe

    sueño,

    hacia

    bajo,

    n as

    tripas

    mojadas

    e a

    tierra,

    absorbiendo

    pensando,

    omiendo adadía.

    No

    quiero ara

    antas

    esgracias.

    No

    quiero

    ontinuare raíz

    y

    de

    tumba,

    de subterráneo

    olo,

    de

    bodega

    on

    muertos,

    aterido,

    uñéndomee

    pena.

    Poreso el día unes rde omo l

    petróleo

    cuandomeve

    legar

    on

    mi

    arade

    cárcel,

    y

    aulla n su transcursoomounarueda

    erida,

    y

    da

    pasos

    de

    sangre

    aliente acia a noche.

    4

    En

    éste

    y

    todos os casos

    dependo

    e las fechas os

    ugares

    ue

    Hernán

    Loyola

    es

    ha

    dado.Ver

    Loyola,

    Las

    dos residencias .

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    15/19

  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    16/19

    Entre el realismo

    y

    el vanguardismo n las Residencias

    301

    tomando

    prestado

    de los modernistas

    y

    de Darío la

    imagen

    del cisne

    -el

    símbolo

    por

    autonomasia de

    la

    perfección,

    a

    belleza,

    y

    la sensi-

    bilidad- la transforma n

    algo

    contaminado

    por

    la vida

    urbana.

    Ni

    natural

    ni

    manufacturado on mano de

    obra

    calificada,

    el

    fieltro

    -como

    tela-

    subraya

    a idea de la artificialidad e la vida moderna

    y

    de la

    desesperación que

    lo tiene

    navegando

    en un

    agua

    de

    origen

    y

    ceniza

    (metonimicamente,

    e vida

    y

    muerte).

    Esta ansiedad

    e

    im-

    paciencia

    van aumentando hasta

    la última estrofa en

    que

    se

    yuxta-

    pone con calma y con furia 86).

    Ya en la

    tercera

    strofa,

    a alienación urbana

    que

    aflige

    l hablan-

    te marchito e

    impenetrable

    se vuelve más

    aguda

    aun

    y

    lo car-

    come.

    El

    cansancio

    deshumanizante

    ue

    siente se

    reitera,

    e

    manera

    genial,

    con el

    polisíndeton,

    a

    repetición

    excesiva

    del

    adjetivo

    pose-

    sivo,

    y

    a aliteración: Sucede

    que

    me canso de mis

    pies

    y

    mis uñas

    /

    y

    mi

    pelo

    y

    mi

    sombra.

    /

    Sucede

    que

    me canso de ser hombre

    (85).

    En

    resumidas

    cuentas,

    se

    enajena

    del ambiente

    y

    de sí mismo.

    Esa

    impotencia

    ndividual

    y

    social

    sigue vigente

    en la cuarta es-

    trofa on la rebeliónespontáneadel hablante contra el gobiernoyla

    Iglesia

    representados

    on las

    sinécdoques

    notario

    y

    monja .

    Pero

    la rebelión individual del hablante

    que empuña

    el cuchillo verde

    resulta ser una misión fallida

    que

    lo lleva

    a

    la

    desesperación

    (de

    ahí

    la

    referencia los

    gritos

    hasta

    morir de

    frío ,

    85).

    Así,

    el

    sujeto

    poético llega

    a ser víctima

    arquetípica que quiere

    ser

    héroe,

    o

    bien,

    como lo

    pone

    Hernán

    Loyola,

    un

    héroe

    degradado

    (Loyola,

    Modernidad/Posmodernidad

    83).

    Por

    añadidura,

    la

    impaciencia

    con las instituciones

    ociales se

    exacerba con la combinación de imágenes inesperadas.No es fácil

    interpretar

    l lirio cortado

    y

    el cuchillo verde como armas

    que

    el

    hablante blande

    contra a

    Iglesia

    y

    el

    gobierno.

    Y

    hay

    que

    estudiar

    el

    poema

    detenidamente

    ara

    ver el

    vínculo

    entreesas

    imágenes

    y

    el

    descanso de

    piedras

    o de lana en

    la

    segunda

    estrofa.

    Son,

    enton-

    ces,

    lo

    que George

    Lakoff

    y

    Mark

    Johnson

    llaman idiosincráticos

    conceptos

    metafóricos

    que

    dificultan

    a

    comprensión

    (Lakoff

    y

    Johnson

    50).

    Las estrofasocho

    y

    diez también

    nos

    ponen

    a

    prueba

    y

    estiran a

    lógica

    más allá de sus confines

    normales

    y,

    como

    tal,

    subrayan a impotencia que siente el hablante,evidentehasta en la

    sintaxisde los versos. Fondo

    y

    forma,

    ntonces

    reflejan

    a alienación

    social

    y

    personal

    del

    sujeto

    poético

    y

    del ser humano como

    tal

    y

    se

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  • 8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias

    17/19

    302 Greg

    Dawes

    rindenante la

    incapacidad

    de ofreceruna solución colectiva a dicha

    enajenación.

    Hacia el realismo

    crítico

    Esta tensión entre os

    elementos

    experimentales

    el mimetismo

    en Res denría n la tierra

    lcanza una suerte de resolución

    momentá-

    nea,

    como lo han

    señalado Alain

    Sicard,

    Jaime

    Concha

    y

    Hernán

    Loyola, una vez que el poeta llega, en la últimafase de la crisis,

    España

    y

    escribe los Tres cantos

    materiales .

    En

    éstos Neruda

    vuelve a afirmar u

    anclaje

    en la naturaleza a

    medida

    que presencia

    el comienzo de la

    guerra

    civil

    española.

    Lo

    que

    en el 'Macchu

    Pic-

    cini'

    posterior

    será inmersión histórica

    y

    americana en el sitio del

    monumento

    ncaico ,

    dice

    Concha,

    en 'Entrada a la madera' es ce-

    lebración del

    poder

    de la

    tierra,

    nfinitamente

    uperior

    ésta a la irre-

    velancia e

    impotencia

    humanas

    (Concha,

    En

    torno

    63).

    Es indu-

    dable esta

    vuelta

    a la

    naturaleza

    que

    se constata en los Tres

    cantos

    materiales y en particular n Entrada a la madera , ¿pero hasta

    qué grado

    son,

    como

    apuntan

    Concha

    y

    Yurkievich,

    cosas

    que

    se

    van amontonando en

    el libro?

    ¿Hasta

    qué

    grado

    se tratade un rea-

    lismo

    descriptivo

    con

    elementos

    experimentales?

    A mi

    juicio

    este

    realismo

    palpable

    y

    descriptivo

    rea

    fricción on los elementos van-

    guardistas

    n el

    texto,

    generando

    así lo

    que

    van a

    ser los versos de

    compromiso político

    en jE

    paña

    en el

    corazón.

    e

    ser

    así,

    para

    usar la

    terminología

    e

    Georg

    Lukács,

    pasaríamos

    del

    mimetismo l realis-

    mo

    crítico,

    sto

    es,

    a

    un

    realismo

    sofisticado.Ahora

    bien,

    no creo

    que los vestigiosdel vanguardismohayandesaparecido del todo a

    partir

    e ese

    momento,

    sino

    que

    forman

    parte ntegra

    y

    latentede lo

    que

    llamó el

    poeta

    su

    espontaneidad dirigida 5.

    o

    dirigido

    clara-

    mente abarca el método

    y

    la

    organización

    que emplea

    Neruda;

    lo

    espontáneo capta,

    en

    cambio,

    esas

    ráfagas

    de

    la

    imaginación

    que

    ha-

    cen de sus

    poemarios

    deslumbrantemente nicos.

    5

    PabloNeruda, onfiesouehevivido62. Merefiero estemétodomásendetalle nmis ibrosVerses

    gainst

    he arknessPablo

    eruda*

    Poetry

    nd olitics

    Poetasnte a

    modernidad:

    as deas stéticas

    políticas

    e

    Vallejo,

    uidobro,

    eruda

    Paz-

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