Entrevista Revista Crónica

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Crónica de la Cultura y el Ocio Crónica Cultura y Ocio 48 Crónica Enero 2014 Francisco Alejandro Méndez [email protected] Sus imágenes han aparecido en nu- merosas exposiciones individuales y colectivas. Algunas de sus temáti- cas abordan temas que dialogan con la religión, el sincretismo, el color y el movimiento. Sus retratos van más allá de los rostros y la interpretación del espectador. Se podría decir que sus fotografías no roban el alma de sus modelos, contrariamente, los for- talecen. ¿Cuál es su concepto de la foto- grafía en esta época posmoderna? Mi trabajo es tan personal y catártico que, honestamente, no me he deteni- do a analizarlo en términos ni catego- rías de modernidad/posmodernidad. No sé, en todo caso, si me interese hacerlo. Cuéntenos de sus modelos. Por lo Eny Roland es un guatemalteco que ha captado impresionantes imágenes como una forma de búsqueda, encuentro entre lo onírico y lo real. En esta entrevista relata aspectos relevantes de su trabajo. Jamás complacer con la imagen Fotografía Digital regular mis modelos son amigos. Con algunos es fácil, con otros no tanto, pues la inseguridad y timidez que nos es tan natural a los guatemaltecos suele salir a flote en estos asuntos. En todo caso, vale decir que para mí es un halago que la gente me permita fotografiarla y lograr esa simbiosis entre modelo y fotógrafo que nos retrate a ambos de la mejor ma- nera posible. ¿Piensa en el espectador cuando re- trata? Creo que el espectador de todo tipo de arte —no solo de la fotografía— de todas maneras se forma el rostro que quiere ver, la historia que desea inter- pretar, la que lo identifica a él como per- sona. Es por eso que la lectura que cada quien da a una obra de arte es en reali- dad lo que constituye la misma, al final de cuentas. A partir de esta postura es que no suelo pensar en el espectador al trabajar en mis fotografías; egoístamente —y pienso que así debe de ser— lo hago para mí mismo. Como dije, es un asun- to personal y catártico. Hábleme de los retratos sin rostro. Me gustan mucho, porque para mí la esencia del retrato va más allá de una cara, de unas facciones y hasta de una mirada. Tanto el lenguaje corpo- ral como el entorno pueden ser fun- damentales para relatar una historia, para retratar a alguien, incluyéndome a mí mismo como fotógrafo. ¿Quiénes son sus fotógrafos favori- tos? Si hablamos de fotógrafos gua- temaltecos, debo mencionar a dos, sin un orden en particular: primero, aunque no se clasifica como fotó- grafo, pero utiliza la fotografía como medio de expresión Mario Santizo, por su notoria irreverencia, individua- lidad y profundidad; Mario sabe crear imágenes únicas con mucha ironía y mensaje de fondo que no siempre son cómodas, pero siempre son her- mosas. Segundo, Julio Zadik, que en su tiempo logró capturar una fotogra- fía urbana que aún me cautiva. Censura y utocensura forman par- te de la creación, ¿le importa eso cuando fotografía? Es importante distinguir la autocensura de la au- toedición. La autocensura no es una preocupación porque no me importa, como dije, la reacción del espectador (ni tampoco del mercado del arte). La autoedición, sin embargo, sí es importante porque es un ejercicio de autocrítica que me permite buscar la mejor forma de transmitir el mensaje que deseo, de comunicarme. Como a muchos, al principio sí me preocu- paba “quedar bien”; era inevitable, habiendo sido criado dentro de una cultura que entiende la obediencia y la sumisión como valores encomia- bles. Pero habiendo superado esa eta- pa —que es menos difícil de lo que parece, una vez se dan los primeros pasos— me acepté como soy y he ido aprendiendo a conocerme. La foto- grafía me ha fortalecido y mi fotogra- fía es muchas cosas, pero jamás una forma de complacencia ajena. El sincretismo, el homenaje y la parodia también forman parte de lo que este fotógrafo expone. Algunas imágenes no presentan rostros, el espectador elabora sus propias historias.

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Entrevista realizada por Francisco Alejandro Méndez, enero 2014.

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Crónica de la Cultura y el OcioCrónica Cultura y Ocio

48 Crónica • Enero 2014

Francisco Alejandro Mé[email protected]

Sus imágenes han aparecido en nu-merosas exposiciones individuales y colectivas. Algunas de sus temáti-cas abordan temas que dialogan con la religión, el sincretismo, el color y el movimiento. Sus retratos van más allá de los rostros y la interpretación del espectador. Se podría decir que sus fotografías no roban el alma de sus modelos, contrariamente, los for-talecen.

¿Cuál es su concepto de la foto-grafía en esta época posmoderna? Mi trabajo es tan personal y catártico que, honestamente, no me he deteni-do a analizarlo en términos ni catego-rías de modernidad/posmodernidad. No sé, en todo caso, si me interese hacerlo.

Cuéntenos de sus modelos. Por lo

Eny Roland es un guatemalteco que ha captado impresionantes imágenes como una forma de búsqueda, encuentro entre lo onírico y lo real. En esta entrevista relata aspectos relevantes de su trabajo.

Jamás complacercon la imagenFotografíaDigital

regular mis modelos son amigos. Con algunos es fácil, con otros no tanto, pues la inseguridad y timidez que nos es tan natural a los guatemaltecos suele salir a flote en estos asuntos. En todo caso, vale decir que para mí es un halago que la gente me permita fotografiarla y lograr esa simbiosis entre modelo y fotógrafo que nos retrate a ambos de la mejor ma-nera posible.

¿Piensa en el espectador cuando re-trata? Creo que el espectador de todo tipo de arte —no solo de la fotografía— de todas maneras se forma el rostro que quiere ver, la historia que desea inter-pretar, la que lo identifica a él como per-sona. Es por eso que la lectura que cada quien da a una obra de arte es en reali-dad lo que constituye la misma, al final de cuentas. A partir de esta postura es que no suelo pensar en el espectador al trabajar en mis fotografías; egoístamente —y pienso que así debe de ser— lo hago para mí mismo. Como dije, es un asun-

to personal y catártico.

Hábleme de los retratos sin rostro. Me gustan mucho, porque para mí la esencia del retrato va más allá de una cara, de unas facciones y hasta de una mirada. Tanto el lenguaje corpo-ral como el entorno pueden ser fun-damentales para relatar una historia, para retratar a alguien, incluyéndome a mí mismo como fotógrafo.

¿Quiénes son sus fotógrafos favori-tos? Si hablamos de fotógrafos gua-temaltecos, debo mencionar a dos, sin un orden en particular: primero, aunque no se clasifica como fotó-grafo, pero utiliza la fotografía como medio de expresión Mario Santizo, por su notoria irreverencia, individua-lidad y profundidad; Mario sabe crear imágenes únicas con mucha ironía y mensaje de fondo que no siempre son cómodas, pero siempre son her-mosas. Segundo, Julio Zadik, que en su tiempo logró capturar una fotogra-fía urbana que aún me cautiva.

Censura y utocensura forman par-te de la creación, ¿le importa eso cuando fotografía? Es importante distinguir la autocensura de la au-toedición. La autocensura no es una preocupación porque no me importa, como dije, la reacción del espectador (ni tampoco del mercado del arte). La autoedición, sin embargo, sí es importante porque es un ejercicio de autocrítica que me permite buscar la mejor forma de transmitir el mensaje que deseo, de comunicarme. Como a muchos, al principio sí me preocu-paba “quedar bien”; era inevitable, habiendo sido criado dentro de una cultura que entiende la obediencia y la sumisión como valores encomia-bles. Pero habiendo superado esa eta-pa —que es menos difícil de lo que parece, una vez se dan los primeros pasos— me acepté como soy y he ido aprendiendo a conocerme. La foto-grafía me ha fortalecido y mi fotogra-fía es muchas cosas, pero jamás una forma de complacencia ajena.

El sincretismo, el homenaje y la parodia también forman parte de lo que este fotógrafo expone.

Algunas imágenes no presentan rostros, el espectador elabora sus propias historias.