Entrevistas a víctimas del conflicto armado colombiano
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HISTORIA DE VIOLENCIA EN COLOMBIA
PORTAFOLIO 3
DIANA SOFIA BENAVIDES LASSO
YENI FERNANDA CARRILLO PIRAZAN
MARIA CAMILA BASTIDAS ROSERO
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA CLARETIANA
FACULTAD DE HUMANIDADES
TRABAJO SOCIAL
CALI
2015
Todos los actores armados han incorporado el ataque a la población civil como estrategia
de guerra. Sin embargo, las modalidades de violencia empleadas y la intensidad de su
accionar difieren según las evaluaciones que cada actor hace del territorio, del momento
de la guerra y de las estrategias que despliega, dentro de las cuales se implica siempre la
población civil1. Los actores armados no han restringido el uso de la violencia hacía
ningún tipo de objetivo, puede ser militar como no lo puede ser, estos han incursionado en
prácticas de violencia hacía todo tipo de personas para causar eso que llamamos temor
consecuencia de lo llamado Guerra o Conflicto.
Una de las modalidades de violencia en Colombia, es el desplazamiento forzado (Delito
de lesa humanidad), es un fenómeno masivo, sistemático, de larga duración y vinculado
en gran medida al control de territorios estratégicos, esta última característica evidencia
que más allá de la confrontación entre actores armados, existen interés económicos y
políticos que presionan el desalojo de la población civil de sus tierras y territorio2; definido
también por las Naciones Unidas así: “Personas o grupos de personas obligadas a huir o
abandonar sus hogares o sus lugares habituales de residencia, en particular como
resultado de un conflicto armado, situaciones de violencia generalizada, violación de los
derechos humanos” (ONU, 1998, 4).
Según el CODHES, en los diez años comprendidos entre 1985 y 1995 fueron
desplazadas de manera violenta 819.510 personas. De acuerdo con el registro único de
víctimas (RUV), en solo seis años, entre 1996 y 2002, la cifra llegó a 2.014.893 víctimas.3
El agravamiento de la expulsión de la sociedad civil respondió a factores como la
estrategia de expansión territorial de los grupos paramilitares; la deficiencia de los
procesos de desarme (ley 975 del 2005); el reagrupamiento y rearme de algunos hombres
desmovilizados; la ofensiva militar de recuperación territorial del Estado en cumplimiento
de la política de seguridad democrática: y la siembra masiva e indiscriminada de minas
antipersonal por parte de las FARC4,
En los testimonio se evidencia la vivencia profunda del desplazamiento forzado por parte
de las víctimas. En el municipio de Samaniego Daniela Álvarez narra así por el
desplazamiento que tuvo que soportar, después de apoyar un desminado humanitario:
1 GMH ¡BASTA YA! Colombia: Memoria de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional, 2013.2 Op Cit. Pag 1. 3 Registro único de víctimas. Recuperado de http://rni.unidadvictimas.gov.co/?q=node/1074 MENDOZA, P. (s.f). El desplazamiento forzado en Colombia y la intervención del Estado. Recuperado de http://www.economiainstitucional.com/pdf/no26/amendoza.pdf
“En un momento se me dio la oportunidad de trabajar con la organización de los estados
americanos con el programa para sensibilizar a la población civil en cuanto a la
problemática de minas antipersona y lo que era seguimiento a las personas que habían
caído en estos artefactos… En el desarrollo de nuestras labores recibimos amenazas por
los grupos al margen de la ley, porque el trabajo que nosotros realizamos va en contra de
ellos, siempre nos vieron como objetivo militar, empezando una persecución, por decirlo
así, y amenaza psicológica en primer lugar, lo cual nos obligó a dejar de trabajar en
ciertas zonas, en varias ocasiones escuchamos por personas de la comunidad que nos
intentaban hacer atentados, una vez en la vereda chugulbí, explotaron 2 artefactos
explosivos, el cual el líder de la comunidad confirmó que ese atentado iba dirigido para los
que trabajan con el desminado. Después de varios comentarios de la comunidad y la
llegada de un panfleto la oficina del director de la organización, diciendo que el desminado
que se realizaba era militar más no humanitario, decidimos suspender esa labor en
Samaniego, suspendiéndola por un mes”.
Daniela, sin embargo decidió seguir apoyando este desminado de la OEA en otro
municipio de Nariño llamado Barbacoas:
“…Después de un mes la organización nos solicitó que fuéramos a otros municipio de
Nariño, a Barbacoa a trabajar con el mismo programa…En esta zona también, primero
fuimos bien recibidos, la gente aceptó el programa, la gente estaba muy agradecida con el
desminado humanitario, después de un mes, empezaron los problemas porque dijeron
que desminado era militar y no humanitario, y que habían personas de la comunidad que
no aceptaban nada que viniera del gobierno, ni nada que tenga que ver con lo militar,
entonces nos llegaron a decir hasta el lugar donde nos quedábamos que teníamos que
salir de la vereda.”
Después de esto que le sucedió a Daniela, quedaba el pedazo más duro por el que pasó
y fue el tener que irse de su lugar de origen, por participar del desminado de estos
artefactos:
“Y las amenazas seguían en nuestro pueblo, los moto taxistas que nos transportaban
recibieron amenazas, diciendo que si ellos nos seguían transportando o se nos acercaran,
les quemaba las motos o atentaban contra las vidas de ellos y nos llegaron comentarios
que siempre vigilaban nuestras casas, siempre buscándonos, entonces debido a esto
decidimos salir de Nariño y nos radicamos en Bogotá”.
En nuestro segundo testimonio, la señora Dina, también ubicada en Samaniego, nos
habla un poco de lo que sufrió como desplazada:
“Vivi 16 años en la Dorada Putumayo, era líder allá, y pertenecí a comité del DDHH,
entonces como habían tantas persecuciones y cosas nosotros nos preparábamos en
capacitaciones en Puerto Asís y resulta que en 1999 mataron a unos compañeros míos
que eran del grupo de DDHH, entonces pues estábamos terminando el 11, como en
septiembre por ahí y en la misa de despedida, dije unas palabras a mi compañero
Francisco Arias, entonces me dijeron que si tanto me había dolido, que también me iban a
hacer lo mismo a mí, pero yo no creía y ya empezó a decirme la gente Doña Dina la van a
matar y yo no eso no pasa nada y hasta lo último mis amigos me sacaron de la casa y me
subieron a un carro y me mandaron me vine con mis dos hijos, y me toco dejar todas mis
cosas.”
Estos testimonios son realmente desgarradores, porque al escucharlos, da mucha
impotencia, para ellas el dolor de dejar su vida atrás por completo, sólo por ayudar a la
comunidad, fue muy duro como lo narran de la siguiente manera:
Daniela: “Así pasaron 5 años, sin ninguna solución, después de esto, decido volver a mi
pueblo, sabiendo que la situación estaba un poco mejor, que de pronto ya las personas
que nos amenazaron ya no estaban. Pero es otra vez volver a empezar, llegas y sientes
que todo cambio, tu pueblo, tu familia, tu, y todas las cosas son extrañas. El
desplazamiento cambia mucho la vida de alguien, es como dejar las raíces atrás y
después cuando ya quieres o puedes volver a ellas es muy difícil”
Dina: “y me toco dejar todas mis cosas, mis sueños que tenía yo allá, y ya me vine para
Pasto y me hicieron una poquita ayuda humanitaria y se me acabo de poco recurso que
traje y me vine para la conga… Para mí el hecho victimizante me ha hecho más fuerte, no
sólo eso y pues yo pensaba que acá vivíamos más en paz, también me vine por mis hijos
que eran pequeños y no quería que vivieran esa violencia que se vivía en la dorada, que
era tan dura en esos días”
En este trabajo vimos ese lado oscuro de la guerra, a través de estas dos grandes
mujeres, pero nos sorprendimos mucho con el testimonio de una de ellas, DINA, que es
una mujer que vivió el conflicto, pero que deja un gran legado de paz y memoria. Cuando
llegó como una desconocida más a Samaniego, empieza a crear lazos, redes, y en su
primera gran actuación con la comunidad, salvo la vida de cinco muchachos,
demostrándonos que este es un derecho demasiado valioso:
“… ahí ya empezamos a organizarnos como comité de DDHH y con la comunidad fuimos
hasta por abajo a la montaña a rescatar a unos 5 muchachos que los había retenido el
ELN y nos fuimos como 80 personas a reclamarlos, llegamos allá y pues los señores nos
recibieron, nos investigaron a nosotros y a los muchachos retenidos, luego nos sentamos
a dialogar casi toda la noche, a otro día también hasta medio día, y le dijimos que si no
nos daban los muchachos nos quedábamos allá que de alguna manera teníamos que
solucionar, a esos jóvenes los sindicaban de un robo, decíamos que todo el mundo era
inocente hasta que no se compruebe lo contrario, que les respetaran la vida, en últimas
dijimos que si había que pagar algo, la comunidad pagaba, que más valía la vida, y si nos
tocó pagar esa deuda que los muchachos dicen que nunca se cogieron, pero lo
importante siempre es la vida. De ahí miramos la importancia de organizarse porque
rescatar 5 vidas, es un logro grande para nosotros”
Exactamente como lo narra la Señora Dina, organizarse fue un gran paso para esta
comunidad, dándose cuenta de la importancia de no sólo estar organizados y unidos sino
también de defenderse de las violaciones a las que estaban sometidos por parte no sólo
de los grupos armados sino de las misma autoridades legales, como la policía, pero no de
manera violenta sino pacifica:
“Ya después se militariza y ya nos tocó la lucha con los militares, que nos requisaban, nos
bajan del carro, regaban las cosas al piso, era un abuso de los DDHH, entonces nosotros
miramos que necesitábamos conformar y fortalecernos capacitándonos en DDHH para
defender y hablar, ahí pues agradecer a la pastoral social, que nos acompañó en todo
este proceso, en el tiempo que nadie iba ellos eran los únicos, con la hermana Yolanda
Castillo también unas muchachas estudiantes Leidy y Magaly, de la universidad de
Nariño, acompañándonos, haciendo talleres, varias Organizaciones también estuvieron,
nosotros lo que hicimos fue pedir una escuela para capacitarnos en DDHH, estuvimos 2
años o más, en ese tiempo estudiamos, conocimos los derechos”
La señora Dina, también nos habla de memoria histórica esa que es tan importante
cuando existen víctimas inocentes:
“Entonces eso hicimos, desmontamos la piedra, con minga y luego tallamos las cosas y
dijimos de esta guerra, toda esta violencia no la debemos olvidar, debemos recordar a
todas las víctimas, como son las de mina, por eso está tallado un hombre que le falta el
brazo, la pierna y también hay una cabecita que esas son las personas que han muerto y
están en la memoria de los familiares y la comunidad porque en la comunidad pesé a
todas las dificultades vivimos más como hermanos, pero no quiero decir que todo es color
de rosa, hay sus dificultades como siempre, porque es difícil que pensemos todo lo
mismos. Y hoy gracia a la lucha de la ley de víctimas, en donde la memoria histórica es un
derecho de las víctimas, entonces nosotros decimos que ya teníamos adelantado eso,
precisamente ayer estábamos en la reinauguración de un sendero que es la entrada a la
piedra, entonces estábamos haciendo esto con el centro de memoria histórica, y con la
OIEP, nosotros mandamos la propuesta con el ejemplo que hay acá, y fue acogida y nos
hicieron un aporte para hacer el sendero, pero hay en esa piedra hay unos terrenos que
le pertenecen a la parroquia de la llanada, y aunque está ubicado en esos terrenos,
sabemos que es todos los que vivimos allá. Entonces ahí tenemos grandes sueños”
Y por último, ella quien padeció desde pequeña esta violencia, nos hace una invitación
muy grande a todos y es a querer construir paz:
“Un día nosotros somos aportadores a la paz, estos son gestos de paz y creemos en la
paz, sabemos que en la Habana se van a firmar unos acuerdos, pero la paz está dentro
de cada uno de nuestros corazones y de mi parte la tengo y de ahí tenemos que ver cómo
es que queremos construir la paz. E invito a las personas que hagamos parte del proceso
de paz desde nuestras propias iniciativas que no nos vengan a decir la paz se va a hacer
así, sino como la queremos, aportando siendo mujeres, niños, comunidades. Porque la
paz no la van a mandar, nosotros tenemos que construirla.”
Piedra de memoria Histórica en Samaniego.
Bibliografía
GMH ¡BASTA YA! Colombia: Memoria de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional, 2013.
Registro único de víctimas. Recuperado de http://rni.unidadvictimas.gov.co/?q=node/107
MENDOZA, P. (s.f). El desplazamiento forzado en Colombia y la intervención del Estado Recuperado de http://www.economiainstitucional.com/pdf/no26/amendoza.pdf.
Rosero, M. C. (Entrevistador). (2015). Tema: Testimonio de víctima del conflicto armado. Samaniego Nariño.
Rosero, M.C. (Entrevistador). (2015). Tema: Testimonio de víctima del conflicto armado. Samaniego Nariño.