Eres El Lugar Donde Vives
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Eres el lugar donde vives (cmo el ambiente moldea tu mente)SOMOS SERES INTEXTRICABLEMENTE UNIDOS AL LUGAR DEL QUE EMERGEMOS: SUS CONDICIONES, REGLAS, RELACIONES Y CAMPOS DE INFORMACIN NUTREN Y LIMITAN LA FORMA EN LA QUE ACTUAMOS.POR:ALEJANDRO MARTINEZ GALLARDO- 14/08/2013 A LAS 14:08:58
ALTERCULTURA/ALTER-EXISTENCIA
Now heres a painting of a landscape
Now, the artist who painted that picture
Says something is missing. What is it?
It is I myself who was part of the landscape I painted.
Quantic-Infinite RegressionTodos sabemos que el lugar y el ambiente
en donde vivimos tienen una influencia en cmo somos, pero
difcilmente dimensionamos hasta qu punto. Creemos generalmente que
el lugar es siempre una cosa externa que no opera cambios en
nuestra psique, pero quizs lo contrario es verdad. Creemos que
somos autnomos y la conducta de los dems no nos afecta de manera
sustancial, pero pocos realmente lo somos. El lugar (con todo su
ecosistema y red de relaciones) en la vida cotidiana se experimenta
como un estado mental o un sistema operativo.Donde estamos
transforma cmo somos,argumenta Adam Alter en el New York Times.
Existen numerosos estudios que nos pueden ayudar a entender hasta
qu punto est abierta una membrana de influencias psicoculturales
entre una persona, sus vecinos (las ideas que pululan) y el lugar
en el que habita.Un grupo de investigadores hizo un experimento
tirando cartas con un sello postal listas para ser enviadas en
dormitorios universitarios. Los investigadores descubrieron que en
los dormitorios de mayor densidad de alumnos slo cerca del 60% de
las misivas lograban llegar a su destino (el porcentaje fue mucho
mayor en dormitorios donde se habitaba de manera ms holgada); su
hiptesis es que el vivir en un ambiente relativamente hacinado los
haca desconectarse de sus compaeros. Posteriormente, los
investigadores preguntaron a otro grupo de alumnos cmo habran
respondido en la misma situacin: el 95% dijo que habra llevado la
carta al buzn postal sin importan el lugar donde vivaesto es
evidentemente un ejercicio imaginario, ya que, como veremos,
difcilmente podemos actuar sin importar el lugar donde vivimos.Dos
experimentos con los sorpresivos poderes de la luz azul nos pueden
ilustrar ms al respecto. En el ao 2000 contratistas instalaron una
serie de luces azules en diferentes puntos de la ciudad de Glasgow.
La intencin era hacer que ciertos distritos lucieran ms atractivos;
despus de unos meses el ayuntamiento not una tendencia interesante:
el ndice de crimen haba declinado en los lugares que haban sido
baados en azul. Esto al parecer debido a que las luces mimetizaban
las luces azules caractersticas de las patrullas de polica en buena
parte del mundo. La luz azul, sin embargo, tiene otras
cualidades.En el 2005 la prefectura de Nara, en Japn, instal luces
azules siguiendo la misma lnea de evitar el crimen en zonas
peligrosas. Si bien los resultados fueron los esperados y el crimen
declin, autoridades japonesas descubrieron un efecto inadvertido a
partir de la fotoestimulacin: disminuy la cantidad de basura en la
calle y el ndice de suicidios en estaciones y sitios que eran
utilizados por personas para quitarse la vida. Al parecer la luz
azul tiene una serie de propiedades calmantes, que tal vez tengan
que ver en que este color es el que ms eligen las personas como su
favorito. (Otros estudioshan mostrado que una pantalla azul de
computadora asiste en la solucin de problemas matemticos o que
pacientes prefieren ser tratados por enfermeras vestidas de azul).
Podemos hablar tambin de ambientes jugando a una eco-sinestesia
azules o verdes y rojos, que influyen en nuestra psicologa.Existen
diferentes formas en las que el lugar en el que estamos presiona
nuestras conductas. Un grupo de psiclogos de la Universidad de
Newcastle hall que trabajadores de una universidad tendan a pagar
ms su caf o t cuando el sistema de recoleccin de pago voluntario
era una caja que estaba acompaada de la imagen de un par de ojos
que cuando haba una imagen de unas flores. Los investigadores
alternaron esta caja de la honestidad con ojos de hombres y mujeres
o flores y siempre hubo ms pagos bajo la metfora de los ojos
vigilantes.Unestudio de la dcada de los 70, sugiere que las
personas hacen menos trampa resolviendo un examen cuando son
colocados frente a un espejo, lo que se conoce como el efecto de la
autoconciencia en la conducta anti-normativa.Un efecto inverso
parece propagarse cuando el medio ambiente enva seales de descuido
y poca vigilancia. Estudios sugieren que las ventanas rotas generan
ms crimen en zonas donde stas abundan. Lo mismo ocurre con la
basura en la calle: entre ms basura existe en la calle no slo las
personas menos tiran la basura en los lugares apropiados, sino que
tambin esto parece fomentar el crimen en la zona. De nuevo es como
si hubiera un efecto psicogeogrfico y el caos o desorden del
espacio fsico en el que nos movemos se convierte en el espacio
mental que detona respuestas como el crimen.En un experimento
bastante revelador, un grupo de investigadores coloc una serie
defliersde papel en 139 automviles en el estacionamiento de un
hospital y observ que hacan los dueos de los mismos. Cuando los
dueos salan del hospital para encontrarse con el estacionamiento
llen defliersy envolturas de dulces tiradas en el piso, cerca de la
mitad tom elflierde su auto y lo arroj al piso. Mientras que cuando
el suelo estaba limpio, slo 1 de 10 personas tiraron elflieral
piso.Adam Alter concluye:Estos estudios muestran algo profundo, y
tal vez un poco perturbador, sobre qu es lo que nos hace quines
somos: no existe una versin nica de t y yo. Aunque todos estamos
anclados en nuestras distintas personalidades, las seales
contextuales muchas veces nos llevan lejos de esas anclas y es
difcil saber quin somos en realidad o al menos qu es lo que haremos
en ciertas circunstancias.Podemos pensar que nosotros s tenemos un
poder de voluntad que evita que nos arrastre la multitud o el
ambiente; pero las seales y la influencia del entorno en el que
vivimos son innumerables y demasiado sutiles. As la construccin del
ser debe de concebirse de una manera dinmica, constantemente
cambiando segn el cariz del momento (el tiempo como propiedad
continua del espacio). Vivir entre rboles, entre personas que
tienen perros, en zonas donde existen muchos bares, en medio de
arquitectura que tiende ms hacia formas curvas, etc., todo esto
influye de manera importante en cmo nos comportamos en ciertas
situaciones, en qu pensamos y hasta en nuestra salud. Hasta tal
punto el lugar cincela nuestra forma de ser que hablamos de cosas
tan abstractas y abominables como la conciencia de un pas o la
idiosincracia (algo como la patria: el paternalismo conductivista).
Y aunque no podemos pensar que el pas donde nacimos nos define, si
podemos conjeturar la existencia de egregors o meta-entidades como
la argentinidad o la mexicaneidad, de las cuales participamos en
menor o mayor grado.LaHYPERLINK
"http://pijamasurf.com/2013/03/el-adn-no-es-destino-la-epigenetica-y-el-campo-dinamico-del-ser/"epigentica,
la rama de la biologa que estudia los cambios genticos producidos
por el medio ambiente y las relaciones humanas (como el trauma),
deja claro que el lugar (todo el clima fsico y mental) en el que
habitamos puede hacer que se expresen (o no) ciertos genes. As
muchas de las enfermedades que podemos padecer en la vejez son el
resultado de los lugares (en toda su extensin) en los que vivimos
de nios.De manera ms amplia todos vivimos en el mismo lugar. Como
anticip Marshall Mcluhan en su visin de la aldea global, la
sociedad digital tiene mucho de la sociedad tribal, en la que todos
estamos en un estado de cambio constante, cada uno de nosotros
afectando a a todos los dems, sin verdadera privacidad. Compartir
el mismo espacio meditico es compartir el mismo espacio mental (la
cultura es nuestro sistema operativo, deca Terence Mckenna).
Evidentemente no actuamos exactamente igual en las mismas
situaciones, pero una persona que pudiera tener una perspectiva de
cientos, tal vez miles de aos, se sorprendera ante la uniformidad
de nuestra sociedad. La mayora de las personas del mundo viste con
ms o menos la misma ropa (jeans, t-shirts, las mismas marcas, etc),
utiliza los mismos aparatos de telfono, televisin, transporte,
etc., ve las mismas pelculas y programas (y por lo tanto el
contenido de su pensamiento y de sus sueos es algo similar).
(Unestudiomostr que un incremento en pelculas sobre OVNIs y
extraterrestres en la cartelera increment el nmero de avistamientos
entre ciudadanos britnicos). Ante una situacin como las presentadas
en los estudios cientficos que hemos discutido, la mayora de
nosotros actuara de la misma forma cediendo ante el dictamen del
lugar. Ese lugar est en todas partes y somos todos nosotros. La
reflexin va dirigida hacia la posibilidad de visitar y habitar
otros lugares psicofsicos en los que las reacciones puedan surgir a
contracorriente, con irreverente espontaneidad, aunque por momentos
puedan ser absurdas. Operar tambin desde ah, en los espacios
liminales, mrgenes del camposanto cultural y filtrarnos hacia las
zonas que an no han sido patentadas de la conducta y la conciencia
humana.Enlaces a los estudios mencionados en esteartculo del New
York TimesTwitter del autor:@HYPERLINK
"http://twitter.com/alepholo"alepholo