ERK Erikson

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María Bernabé Martínez Nava 2° “C” Lic. Psicología 04/05/2015 Erik Erikson: Teoría de la identidad “La personalidad nunca deja de formar parte de los peligros de la existencia, incluso cuando el metabolismo afronta la decadencia.”

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LA TEORÍA DEL DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ERIK ERIKSON

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María Bernabé Martínez Nava

2° “C” Lic. Psicología

04/05/2015

Erik Erikson: Teoría de la identidad

“La personalidad nunca deja de formar parte de los peligros de la existencia, incluso cuando el metabolismo

afronta la decadencia.”

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LA TEORÍA DEL DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ERIKSON

La obra de Erik Erikson ejerció una profunda influencia en el psicoanálisis y en la cultura

en general. Se vendieron cientos de miles de sus libros y su imagen apareció en la portada

de las revistas Newsweek y New York Times Magazine, un reconocimiento poco usual para

un teórico de la personalidad. Su libro sobre el origen de la no violencia militante, Gandhi’s

Truth, ganó el Premio Pulitzer. Erikson llegó a tener enorme prestigio, a pesar de que nunca

tuvo un título universitario.

Fue formado en la tradición psicoanalítica por Anna, la hija de Freud, y planteó un enfoque

que amplía el alcance de la obra de éste, pero que al mismo tiempo conserva gran parte de

su esencia. Si bien aporta innovaciones importantes, también exhibe una sólida vinculación

con la postura de Freud. Él mismo confesó: “El psicoanálisis siempre era el punto de

partida”. A lo largo de toda su vida profesional “se definió públicamente como un fiel

partidario de Freud, incluso cuando se distanció sustantivamente de la teoría psicoanalítica

ortodoxa”.

Erikson amplió la teoría psicoanalítica en tres sentidos. En primer lugar, profundizó las

etapas del desarrollo. A diferencia de Freud, que se concentró en la niñez y afirmaba que la

personalidad quedaba fijada por ahí de los cinco años, Erikson sugirió que se sigue

desarrollando, en ocho etapas sucesivas, durante todo el ciclo vital.

El segundo sentido en el que se distanció de la teoría freudiana radica en que concedió más

importancia al yo que al ello. Según él, el yo es una estructura independiente de la

personalidad; es decir, no está subordinado al ello ni sometido a él.

En tercer lugar, Erikson reconoció las repercusiones que las fuerzas culturales e históricas

tienen en la personalidad; es decir, los factores biológicos innatos que operan en la niñez no

nos dirigen del todo. Son importantes, pero no explican enteramente la personalidad.

En razón de que Erikson amplió estos tres temas básicos del psicoanálisis, cabría

catalogarle en este libro dentro de los neopsicoanalistas. Sin embargo, hemos decidido

destacar un singular aspecto de su teoría –el ciclo vital o el enfoque desarrollista—que se

centra en la búsqueda de la identidad del yo.

ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSOCIAL DE LA PERSONALIDAD

Erikson dividió el desarrollo de la personalidad en ocho etapas psicosociales. Las cuatro

primeras se parecen a las de Freud: oral, anal, fálica y latencia. La principal diferencia entre

los dos radica en que Erikson ponía énfasis en los correlatos psicosociales, mientras que

Freud se concentraba en los factores biológicos. Según Erikson, lo que él llamaba principio

epigenético de maduración rige el proceso de desarrollo. Lo anterior significa que las

fuerzas heredadas son las características que determinan las etapas del desarrollo. El prefijo

griego epi significa “de”; por lo tanto, el desarrollo depende de factores genéticos. Las

fuerzas sociales y ambientales a las que estemos expuestos influirán en cómo se desarrollen

las etapas predeterminadas genéticamente. Así pues, los factores biológicos y sociales, o las

variables personales y situacionales, inciden en el desarrollo de la personalidad.

En la teoría de Erikson, el desarrollo humano implica una serie de conflictos personales. El

potencial para estos conflictos existe de nacimiento en forma de predisposiciones innatas, y

éstas adquirirán preeminencia en diferentes etapas, cuando el entorno exija ciertas

adaptaciones. Cada confrontación con nuestro entorno es una crisis. Ésta implica un

cambio de perspectiva que nos obliga a redirigir la energía de los instintos en razón de las

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necesidades de cada etapa del ciclo vital. Cada fase del desarrollo tiene su crisis particular,

o punto de quiebre, que requiere algún cambio de conducta y de personalidad. Podemos

responder a la crisis de dos maneras: con inadaptación (negativa) o con adaptación

(positiva). Mientras no hayamos resuelto el conflicto, la personalidad no podrá proseguir

con la secuencia normal del desarrollo ni adquirir la fuerza necesaria para encarar la crisis

de la etapa siguiente. Si no se resuelve el conflicto de una etapa cualquiera, es menos

probable que podamos adaptarnos a problemas posteriores. No obstante, sigue siendo

posible tener un resultado exitoso, pero será más difícil de lograr.

Etapas del desarrollo

psicosocial

Según Erikson, ocho etapas

sucesivas que

abarcan el ciclo vital. En cada

una es preciso enfrentar una

crisis de manera adaptada o

inadaptada.

Principio epigenético

de la maduración

Idea de que el desarrollo

humano se rige por una serie de

etapas que dependen de

factores genéticos o

hereditarios.

Crisis

Según Erikson, el momento

decisivo en cada una de las

etapas del desarrollo.

Sin embargo, Erikson pensaba que el yo incorpora las dos maneras de manejar el conflicto,

o sea, la inadaptación y la adaptación. Por ejemplo, en la infancia –la primera etapa del

desarrollo– podemos responder a la crisis de indefensión y dependencia desarrollando un

sentimiento de confianza o desconfianza. Es evidente que la confianza, la manera más

deseable de manejar el conflicto, la de mayor adaptación, es la actitud psicológica más

sana. Pero todos debemos desarrollar cierta medida de desconfianza como forma de

protección. Si somos totalmente confiados o demasiado ingenuos, la gente nos podrá

engañar, confundir o manipular con facilidad. En un plano ideal, en cada etapa del

desarrollo el yo consistirá primordialmente de una actitud positiva o de adaptación, pero

siempre estará equilibrada por una fracción de la actitud negativa. Sólo así se puede

considerar que la crisis ha sido resuelta satisfactoriamente.

Erikson también planteó que cada una de las ocho etapas psicosociales ofrece la posibilidad

de desarrollar nuestras fortalezas básicas (o virtudes), las cuales surgen cuando se ha

superado la crisis de modo satisfactorio. También sugirió que las fortalezas básicas son

interdependientes; es decir, una no se puede desarrollar mientras no se haya confirmado la

fortaleza asociada con la etapa anterior. Fortalezas básicas: según Erikson, características

y creencias que tienen su origen en una resolución satisfactoria de la crisis de las etapas del

desarrollo. (Tabla 6.1)

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Tabla 6.1 Etapas del desarrollo psicosocial y fortalezas básicas

ETAPA EDADES

FORMAS

ADAPTADAS O

INADAPTADAS DE

MANEJAR LA

CRISIS

FORTALEZA

BÁSICA

Oral-sensorial Nacimiento-1 Confianza frente a

desconfianza Esperanza

Muscular-anal 1-3 Anatomía frente a duda

y vergüenza Voluntad

Locomotora-genital 3-5 Iniciativa frente a culpa Propósito

Latencia 6-11 Laboriosidad frente a

inferioridad Competencia

Adolescencia 12-18

Cohesión de identidad

frente a confusión de

roles

Fidelidad

Adultez temprana 18-35 Intimidad frente a

aislamiento Amor

Adultez 35-55 Generatividad frente a

estancamiento Afecto

Madurez-Senectud 55-en adelante Integridad del yo frente

a desesperación Sabiduría

CONFIANZA FRENTE A DESCONFIANZA

La etapa oral-sensorial del desarrollo psicosocial, paralela a la etapa oral propuesta por

Freud, se presenta en el primer año de vida, tiempo de la máxima indefensión del ser

humano. El lactante depende enteramente de su madre o de quien lo cuide para sobrevivir,

sentirse seguro y recibir afecto. La boca tiene una importancia vital durante esta etapa.

Erikson escribió que el lactante “vive y ama por medio de la boca”. Sin embargo, la

relación entre el infante y su mundo no es exclusivamente biológica. También es social. La

interacción con la madre determina si incorporará a su personalidad una actitud de

confianza o desconfianza para sus intercambios futuros con el entorno. Si la madre

reacciona adecuadamente a las necesidades físicas del bebé y le brinda mucho afecto, amor

y seguridad, el pequeño adquirirá un sentimiento de confianza, actitud que caracterizará la

idea creciente de sí mismo y de los demás. Así, aprendemos a esperar que otras personas y

situaciones del entorno sean “congruentes, continuas e iguales”. Erikson decía que esta

expectativa constituye el inicio de la identidad del yo y recordaba haber establecido ese tipo

de vínculo con su madre.

De otra parte, si la madre rechaza al niño, no lo atiende y observa una conducta

incongruente, el infante desarrollará una actitud de desconfianza y será suspicaz, miedoso y

ansioso. Según Erikson, la desconfianza también se puede presentar si la progenitora no

muestra un interés exclusivo por su hijo. Argumentaba que la madre actual, que reanuda su

trabajo fuera de casa y deja a su infante al cuidado de parientes o en una guardería, corre el

riesgo de fomentar la desconfianza en él.

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Si bien el patrón de confianza o desconfianza como dimensión de la personalidad se fija en

la infancia, el problema podría resurgir en una etapa posterior del desarrollo. Por ejemplo,

una relación ideal entre niño-madre produce un grado elevado de confianza, pero se

destruirá si la madre muere o abandona el hogar. Cuando eso ocurre, la desconfianza rige la

personalidad. La desconfianza infantil se modifica más adelante en la vida gracias a la

compañía de un maestro o un amigo afectuoso y paciente.

La esperanza es una fortaleza básica asociada con una resolución adecuada de la crisis

registrada durante la etapa oral-sensorial. Erikson la describió como la creencia de que

nuestros deseos se verán satisfechos. La esperanza implica un sentimiento persistente de

confianza, sentimiento que conservaremos a pesar de los reveses y fracasos temporales.

AUTONOMÍA FRENTE A DUDA Y VERGÜENZA

En la etapa muscular-anal, que se presenta durante el segundo y tercer año de vida, y que

corresponde a la etapa anal de Freud, el niño desarrolla velozmente varias habilidades

físicas y mentales, y es capaz de hacer muchas cosas sin ayuda. Aprende a comunicarse

mejor, a caminar y trepar, a empujar y jalar, a retener objetos o a soltarlos. Se siente

orgulloso de estas destrezas y casi siempre quiere hacer todo el solo.

Para Erikson, la más importante de estas capacidades es la de retener o soltar, que se trata

de prototipos de cómo se reaccionará frente a conflictos posteriores por medio de las

conductas y las actitudes. Por ejemplo, la acción de retener se puede manifestar de modo

afectuoso u hostil. La acción de soltar se puede convertir en la ventilación de una ira

destructiva o en una pasividad relajada.

Lo importante es que, durante esta etapa, el niño es capaz de decidir un poco por primera

vez, de sentir la fuerza de su voluntad autónoma. A pesar de que todavía depende de sus

padres, empieza a verse como una persona, o una fuerza por derecho propio, y quiere poner

en práctica las fortalezas recién descubiertas. Entonces la cuestión fundamental es: ¿qué

grado de libertad le otorgará la sociedad, representada por los padres, para expresarse y

hacer lo que es capaz de hacer?

En esta etapa, la principal crisis entre padre e hijo se suele centrar en el control de

esfínteres, visto como la primera situación en la que la sociedad intenta regular una

necesidad instintiva. Se enseña al niño a contenerse y a evacuar tan sólo en determinados

momentos y lugares. Los padres pueden dejar que aprenda el control de esfínteres a su

propio ritmo o pueden enojarse con él. En este caso, estarían negando su autonomía al

imponerle el aprendizaje y mostrando impaciencia e ira cuando no se comporta

correctamente. Si cortan y frustran así el intento del niño por ejercer su independencia, éste

aprenderá a dudar de sí mismo y experimentará vergüenza al tratar con otros. La región

anal es el centro de esta etapa debido a la crisis provocada por el control de esfínteres, pero

salta a la vista que la expresión del conflicto es más de índole psicosocial que biológica.

La fortaleza básica que se obtiene con la autonomía es la voluntad, que implica la decisión

de ejercer el libre albedrío y la autorrestricción frente a las exigencias de la sociedad.

INICIATIVA FRENTE A CULPA

La etapa locomotora-genital, que se presenta entre los tres y cinco años, se parece a la etapa

fálica del sistema de Freud. Las capacidades motoras y mentales siguen desarrollándose, y

el niño hace más cosas él solo. Expresa un fuerte deseo de tomar la iniciativa en muchas

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actividades. Iniciativa que también se puede desarrollar en forma de fantasías, las cuales se

manifiestan en el deseo de poseer al progenitor del sexo opuesto y en la rivalidad con el del

mismo sexo. ¿Cómo reaccionarán los padres ante estas fantasías y actividades iniciadas por

el niño mismo? Si lo castigan o inhiben estas manifestaciones de iniciativa, el niño

desarrollará sentimientos de culpa persistentes que influirán en sus actividades

autodirigidas a lo largo de toda su vida.

El niño inevitablemente fracasa en la relación edípica, pero si los padres manejan la

situación con amor y comprensión, se dará cuenta de la conducta que es permisible y de la

que no lo es. Puede canalizar su iniciativa hacia metas realistas y aceptadas por la sociedad

como preparación para desarrollar su responsabilidad y moralidad de adulto. En términos

freudianos, diríamos que se trata del superyó.

La iniciativa da origen al propósito, fuerza básica que implica imaginar y perseguir metas.

LABORIOSIDAD FRENTE A INFERIORIDAD

La etapa de latencia del desarrollo psicosocial de Erikson, que se presenta entre los seis y

once años, corresponde al periodo de latencia de Freud. El niño ingresa a la escuela y entra

en contacto con nuevas influencias sociales. En teoría, aprende buenos hábitos de trabajo y

de estudio (que Erikson llama laboriosidad), tanto en casa como en la escuela,

primordialmente como un medio para conseguir el elogio y la satisfacción que se deriva de

realizar una tarea con éxito.

Su creciente capacidad para el razonamiento deductivo y para jugar siguiendo las reglas

conlleva al perfeccionamiento intencional de las destrezas que se muestran al construir

cosas. Las ideas de Erikson reflejan los estereotipos sexuales de la época en que propuso su

teoría. En su opinión, los niños construirán casas en árboles y modelos a escala; las niñas

cocinarán y bordarán. Sin embargo, independientemente de las actividades asociadas con

esta edad, el niño está haciendo un serio intento por terminar una tarea aplicando su

concentración, diligencia y persistencia. En palabras de Erikson: “El niño aprende las

destrezas básicas de la tecnología a medida que su madurez le va permitiendo manejar los

utensilios, las herramientas y las armas que usa la gente grande”.

De nueva cuenta, las actitudes y las conductas de padres y maestros determinan en gran

parte la medida en que el niño percibe que está aprendiendo y utilizando sus habilidades

debidamente. Si lo regañan, ridiculizan o rechazan, es probable que desarrolle sentimientos

de inferioridad y falta de adecuación. En cambio, el elogio y el reforzamiento favorecen el

sentimiento de competencia y estimulan el esfuerzo constante.

La competencia es la fortaleza básica que se origina en la laboriosidad durante el periodo

de latencia. Implica ejercitar la habilidad y la inteligencia para desempeñar y terminar

tareas.

El resultado de la crisis en cada una de las cuatro etapas del desarrollo que hemos descrito

hasta ahora depende de otras personas. La resolución está más bien en función de lo que se

le haga al niño, que de lo que él haga por su cuenta. A pesar de que el niño se va volviendo

más independiente, desde que nace hasta los 11 años, su desarrollo psicosocial está sujeto,

en gran medida, a la influencia de los padres y maestros, que casi siempre son las personas

más importantes de su vida en este periodo.

En las últimas cuatro etapas del desarrollo psicosocial vamos adquiriendo mayor control de

nuestro entorno. Escogemos consciente y deliberadamente a nuestros amigos, colegas,

carrera, cónyuge y actividades de tiempo libre. No obstante, es evidente que las

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características de personalidad que hayamos desarrollado en las fases que van del

nacimiento a la adolescencia influirán en estas elecciones deliberadas. El hecho de que, en

este punto, nuestro yo exhiba principalmente confianza, autonomía, iniciativa y

laboriosidad, o desconfianza, duda, culpa e inferioridad, determinará el curso de nuestra

existencia.

COHESIÓN DE IDENTIDAD FRENTE A CONFUSIÓN DE ROLES: LA CRISIS

DE IDENTIDAD

La adolescencia, entre los 12 y 18 años, es la etapa en la que tenemos que encarar y

resolver la crisis básica de la identidad del yo. Es cuando formamos nuestra autoimagen, o

sea, que integramos lo que pensamos de nosotros mismos y lo que la gente piensa de

nosotros. Si este proceso se resuelve de forma satisfactoria, el resultado será una imagen

congruente y constante.

La tarea de moldear y aceptar una identidad no es fácil, y a menudo constituye un periodo

lleno de ansiedad. El adolescente ensaya diversos roles e ideologías tratando de seleccionar

el más adecuado para él. Erikson sugirió que la adolescencia es una especie de paréntesis

entre la niñez y la edad adulta, una pausa psicológica necesaria que proporciona tiempo y

energía suficientes para desempeñar varios roles y encarnar diversas autoimágenes.

Las personas que pasan esta etapa con un sólido sentido de identidad personal están

preparadas para iniciar la edad adulta con certeza y confianza. Las que no consiguen una

identidad congruente –que sufren una crisis de identidad– mostrarán confusión de roles.

Al parecer, no saben quiénes son o qué son, a dónde pertenecen ni dónde quieren ir. Se

alejan de la secuencia de una vida normal (educación, empleo y matrimonio), como le

sucedió a Erikson por algún tiempo, o buscan una identidad negativa en el crimen o las

drogas. Incluso una identidad negativa –tal como la define la sociedad– es preferible a

ninguna identidad, aun cuando no sea tan satisfactoria como una identidad positiva.

Erikson advirtió el efecto potencial tan fuerte que los grupos de coetáneos pueden tener en

el desarrollo de la identidad del yo en la adolescencia. Señaló que la afiliación a grupos y

cultos fanáticos o la identificación obsesiva con íconos de la cultura popular pueden limitar

el desarrollo del yo.

La fidelidad es la fortaleza básica que se debe desarrollar en la adolescencia y surge de una

identidad cohesionada del yo. Abarca la sinceridad, la autenticidad y un sentido del deber

en las relaciones con otros.

INTIMIDAD FRENTE A AISLAMIENTO

Erikson pensaba que la adultez joven era una etapa más larga que las anteriores y que iba

desde el final de la adolescencia hasta los 35 años, aproximadamente. En ella nos

independizamos de nuestros padres e instituciones cuasi paternas, como la universidad, y

empezamos a funcionar con mayor autonomía como adultos maduros y responsables.

Emprendemos algún tipo de trabajo productivo y establecemos relaciones íntimas:

amistades estrechas y uniones sexuales. Según Erikson, la intimidad no se limita a las

relaciones sexuales, sino que comprende el cariño y el compromiso. Son emociones que se

pueden manifestar abiertamente, sin recurrir a los mecanismos de autoprotección ni de

defensa y sin temor a perder el sentido de la identidad personal. Podemos fusionar nuestra

identidad con la de otra persona sin sumergirnos ni desaparecer al hacerlo.

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Quienes no logran establecer esta clase de intimidad en la adultez temprana tendrán

sentimientos de aislamiento. Evitarán el contacto social y rechazarán a la gente, incluso

volviéndose agresivos. Prefieren estar solos porque tienen miedo de la intimidad como una

amenaza para su identidad del yo.

El amor es la fortaleza básica que surge de la intimidad durante los años de la adultez

temprana y Erikson consideraba que era la mayor virtud humana. Lo definió como una

entrega mutua en una identidad compartida, la fusión de uno con otra persona.

GENERATIVIDAD FRENTE A ESTANCAMIENTO

La edad adulta, entre los 35 y los 55 años aproximadamente, es una etapa de madurez en la

cual necesitamos participar activamente en la enseñanza y la orientación de la siguiente

generación. La necesidad va más allá de la familia inmediata. Según Erikson, nuestro

interés se extiende y amplía, pues abarca a las generaciones futuras y el tipo de sociedad en

que vivirán. No se requiere ser padre o madre para manifestar la generatividad; tampoco el

mero hecho de tener hijos satisface este impulso.

Erikson pensaba que todas las instituciones –fueran empresas, gobierno, de servicio social o

académicas– ofrecen oportunidades para expresar la generatividad.

Por lo tanto, sea cual fuere la organización en la que estemos o la actividad que

desarrollemos, siempre podremos encontrar la manera de ser mentores, maestros o guías de

personas más jóvenes con el propósito de mejorar la sociedad en general.

Cuando un individuo maduro no puede o no quiere buscar un cauce para la generatividad,

se sentirá abrumado por “el estancamiento, el aburrimiento y el empobrecimiento de sus

relaciones interpersonales”. La descripción que hace Erikson de estos problemas

emocionales de la edad madura se parece a la de Jung de la crisis a la mitad de la vida. A

veces se observa una regresión a una etapa de seudointimidad, complaciéndose el individuo

en actividades de tipo infantil.

Estas personas se pueden convertir en inválidos físicos o psicológicos porque sus

necesidades y gustos los absorben.

La solidaridad es la fortaleza básica que surge de la generatividad de la adultez.

Erikson la definió como un gran interés por otros, y pensaba que se manifiesta en la

necesidad de enseñar no sólo para ayudar a otros, sino también para realizar la propia

identidad.

INTEGRIDAD DEL YO FRENTE A DESESPERACIÓN

En la etapa final del desarrollo psicosocial –madurez y senectud– es preciso elegir entre la

integridad del yo y la desesperación. Ambas actitudes determinan la manera en que

evaluaremos toda nuestra vida. A estas alturas ya hemos cumplido todas nuestras metas o

estamos a punto de cumplirlas. Recorremos nuestra existencia, pensamos en ella y hacemos

un balance final. Si al volver la vista atrás nos sentimos realizados y satisfechos,

convencidos de que hemos vivido con serenidad los triunfos y los fracasos, cabe decir que

poseemos la integridad de yo. En pocas palabras, la integridad implica aceptar el presente y

el pasado.

Por el contrario, si cuando repasamos nuestra existencia nos sentimos frustrados, enojados

por las oportunidades pérdidas y arrepentidos de errores que es imposible enmendar, nos

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invadirá la desesperación. Nos enfadaremos con nosotros mismos, despreciaremos a la

gente y nos amargaremos por lo que pudo haber sido y no fue.

A los 84 años Erikson publicó un libro con los resultados de una investigación, de largo

plazo, realizada con 29 personas de entre 80 y 90 años. Los datos de la historia de sus vidas

se habían recopilado desde 1928. El título Vital Involvement in Old Age refleja las ideas de

Erikson sobre cómo conseguir la integridad del yo. Los adultos mayores no se deben

contentar con reflexionar sobre el pasado. Deben seguir participando activamente en la

vida, buscando retos y estimulación en el entorno. También deben realizar actividades

propias de los abuelos, como regresar a la escuela o cultivar nuevas habilidades e intereses.

La sabiduría es la fortaleza básica que acompaña esta etapa final del desarrollo.

Ésta, derivada de la integridad del yo, se expresa como un interés independiente de la

existencia en general. Se transmite a las siguientes generaciones integrando las

experiencias, como tan bien describe el término legado.

DEBILIDADES BÁSICAS

Tal como las fortalezas básicas se presentan en cada etapa del desarrollo psicosocial,

también se presentan las debilidades básicas. En páginas anteriores señalamos que la

adaptación y la inadaptación como maneras de manejar la crisis de cada etapa se incorporan

a la identidad del yo en una especie de equilibrio creativo. El yo debería consistir

primordialmente de la actitud de adaptación, pero también contiene cierta medida de la

actitud negativa.

En un desarrollo desequilibrado, el yo sólo tiene una actitud, sea la de adaptación o la de

inadaptación. Erikson llamó desarrollo inadecuado a esta condición.

Cuando en el yo sólo está presente la tendencia positiva a la adaptación, se dice que la

condición es de “inadaptación”. Cuando sólo está presente la tendencia negativa, se dice

que la condición es “maligna”. Las inadaptaciones pueden llevar a neurosis y las

malignidades a la psicosis.

Erikson suponía que las dos condiciones se podían corregir por medio de la psicoterapia.

Las inadaptaciones, que son trastornos menos severos, también se pueden aliviar mediante

un proceso de readaptación, con la ayuda de cambios de ambiente, relaciones sociales de

apoyo o una buena adaptación a una etapa posterior del desarrollo.

La tabla 6.2 contiene las características de un desarrollo inadecuado en las ocho etapas.

PREGUNTAS ACERCA DE LA NATURALEZA

Cabría suponer que un teórico de la personalidad que definió las fortalezas básicas

presentaría una idea optimista de la naturaleza humana. Erikson estaba convencido de que

no todo el mundo logra alcanzar la esperanza, el propósito, la sabiduría y otras virtudes,

pero que todos tienen potencial para lograrlo. La naturaleza humana no tiene nada que lo

impida. Tampoco es inevitable que suframos conflictos, ansiedad y neurosis debido a las

fuerzas biológicas instintivas.

El optimismo tiene cabida en la teoría de Erikson porque todas las etapas del desarrollo

psicosocial, aun cuando se centran en una crisis, ofrecen la posibilidad de un resultado

positivo. Somos capaces de resolver cada situación con adaptación y de un modo que nos

fortalece. Aun cuando fracasemos en una etapa y presentemos una respuesta de

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inadaptación o una debilidad básica, siempre queda la esperanza de cambiar en una etapa

subsecuente.

Tenemos potencial para dirigir conscientemente el crecimiento a lo largo de toda nuestra

existencia. No somos un producto exclusivo de las experiencias de la niñez.

A pesar del escaso control que ejercemos durante las primeras cuatro etapas del desarrollo,

vamos obteniendo mayor independencia con el tiempo, y la capacidad de decidir cómo

enfrentar las crisis y las exigencias de la sociedad. Las influencias de la niñez son

importantes, pero lo que sucede en etapas posteriores puede contrarrestar las experiencias

tempranas desafortunadas.

La teoría de Erikson sólo es determinista en parte. En las primeras cuatro etapas no tenemos

control de la mayoría de nuestras experiencias con los padres, los maestros, los grupos de

coetáneos y sobre diversas oportunidades. Tenemos mayor posibilidad de ejercer nuestro

libre albedrío en las últimas cuatro etapas, a pesar de que las actitudes y las fortalezas

formadas en las anteriores afecten nuestras decisiones.

En general, Erikson pensaba que el aprendizaje y la experiencia influyen en la personalidad

más que la herencia. Las experiencias psicosociales, y no las fuerzas biológicas instintivas,

son las más decisivas. La meta suprema es conseguir una identidad positiva del yo que

incorpore todas las fortalezas básicas.

Tabla 6.2 Tendencias del desarrollo inadecuado

ETAPA FORMA DE MANEJAR LA

CRISIS

DESARROLLO

INADECUADO

Oral-sensorial Confianza

Desconfianza

Desarrollo sensorial inadecuado

Alejamiento

Muscular-anal Autonomía

Duda, Vergüenza

Obstinación insolente

Compulsión

Locomotora-genital Iniciativa

Culpa

Crueldad

Inhibición

Latencia Laboriosidad

Inferioridad

Virtuosismo estrecho

Inercia

Adolescencia Cohesión de la identidad

Confusión de roles

Fanatismo

Repudio

Adultez temprana Intimidad

Aislamiento

Promiscuidad

Exclusividad

Edad adulta Generatividad

Estancamiento

Sobreextención

Rechazo

Edad madura y vejez Integridad del yo

Desesperación

Presuntuosidad

Desdén

LA EVALUACIÓN EN LA TEORÍA DE ERIKSON

Erikson aceptó algunas formulaciones teóricas de Freud, pero se apartó de ellas en los

métodos para evaluar la personalidad. Puso en tela de juicio la utilidad, e incluso la

seguridad, de algunas técnicas psicoanalíticas, empezando por el famoso diván. Para él,

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pedir a los pacientes que se recostaran podía dar lugar a una explotación sádica, crear una

ilusión de objetividad, favorecer la exageración del material inconsciente, y producir una

impersonalidad y distanciamiento excesivos por parte del terapeuta.

Como Erikson quería facilitar una relación más personal con el paciente y asegurarse de

que las dos partes se trataran como iguales, prefería que los dos estuvieran sentados en

sillas cómodas para poder conversar.

En su trato con los pacientes, utilizaba las técnicas formales de evaluación menos que

Freud. A veces recurría a la asociación libre, pero rara vez intentaba analizar los sueños,

método que le parecía inútil y hasta nocivo. Estaba convencido de que las técnicas de

evaluación se debían seleccionar y adaptar a las necesidades del paciente.

Al formular su teoría de la personalidad, Erikson utilizó datos obtenidos principalmente de

la terapia de juego, de estudios antropológicos y del análisis psicohistórico.

Prefería la terapia de juego cuando atendía a menores con problemas emocionales y al

realizar investigaciones sobre niños y adolescentes normales. A los chicos les ofrecía varios

tipos de juguetes y luego observaba cómo interactuaban con ellos. El tipo e intensidad del

juego revelaba aspectos de la personalidad que tal vez no se manifestarían verbalmente

debido a una expresión verbal limitada.

Antes nos referimos a los estudios antropológicos que Erikson efectuó con pueblos de

indios de Estados Unidos. Vivió con ellos para observarlos, llevó registro de su conducta y

sostuvo largas entrevistas, sobre todo para investigar las prácticas de crianza.

ANÁLISIS PSICOHISTÓRICO

El análisis psicohistórico es la original técnica de evaluación utilizada por Erikson.

En esencia, se trata de un estudio biográfico. Erikson usaba su teoría del ciclo vital para

describir las crisis y las formas de manejarla de personajes de la política, la religión y la

literatura, como Gandhi, Martin Luther y George Bernard Shaw. Las psicohistorias se

concentraban casi siempre en una crisis importante, un episodio que representa un hito de la

vida que une las actividades, actuales, pasadas y futuras.

Utilizando lo que llamó “subjetividad disciplinada”, adoptaba el punto de vista del sujeto

como propio para evaluar los hechos de su vida con esa mirada.

PRUEBAS PSICOLÓGICAS

A pesar de que Erikson no aplicaba pruebas psicológicas para evaluar la personalidad,

existen varios instrumentos basados en sus ideas. La Escala de Identidad del Yo fue

diseñada para medir el desarrollo de la identidad del yo durante la adolescencia. El

Cuestionario del Proceso de Identidad del Yo, también diseñado para adolescentes,

contiene 32 reactivos que miden dos dimensiones: exploración y compromiso. La Escala

Loyola de Generatividad (tabla 6.3) es un inventario de autorreporte de 20 reactivos que

mide el nivel de generatividad o estancamiento en la edad adulta

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Tabla 6.3 Ejemplos de reactivos de una escala que mide la generatividad

¿Estos reactivos aplican a las personas de edad madura que conoce?

1. Trato de transmitir a otros el conocimiento que obtuve de mis experiencias.

2. No creo que la gente me necesite.

3. Creo que influí decisivamente en la vida de otras personas.

4. La gente dice que soy productivo.

5. Creo que no he hecho nada que me sobreviva.

6. La gente acude a mí en busca de consejo.

7. Creo que la sociedad no tiene la obligación de alimentar ni albergar a los indigentes.

8. Poseo habilidades importantes que trato de enseñar.

9. No me gusta trabajar en obras de caridad.

10. A lo largo de mi vida he hecho y mantenido muchos compromisos con personas, con

grupos y con actividades.

INVESTIGACIONES SOBRE LA TEORÍA DE ERIKSON

El principal método de investigación de Erikson fue el estudio de caso. Ahora el lector ya

estará familiarizado con las debilidades de este método: el problema de reproducir y

comprobar el material estudiado. Pero también sabrá que se puede obtener mucha

información valiosa. Erikson sostenía que la historia de caso produce numerosas ideas en

cuanto al desarrollo de la personalidad que sirven para resolver problemas.

CONSTRUCCIONES DE JUEGO

Erikson se valió de la terapia de juego para investigar su teoría, concentrándose en lo que

llamó construcciones de juego. En un estudio pidió a 300 niños y niñas de 10 a 12 años de

edad que construyeran la escena de una película imaginaria con muñecas, animales de

juguete, automóviles y bloques de madera. Las niñas propendieron a construir escenas

estáticas, pacíficas, que contenían estructuras bajas y cerradas. Los intrusos (figuras de

animales o de hombres, nunca de mujeres) trataban de abrirse paso al interior. En cambio,

los niños se concentraron en exteriores, en la acción y la altura. Sus creaciones

propendieron hacia la acción, con imponentes estructuras elevadas, automóviles y personas

en movimiento (figura 6.1).

Fiel a su formación psicoanalítica, Erikson interpretaba esas construcciones de juego a

partir de criterios freudianos. Escribió: las diferencias sexuales en la organización de un

espacio lúdico parecen reflejar la morfología de la diferenciación genital: en los hombres

un órgano externo, de tipo eréctil e intrusivo... en la mujer los órganos internos, con acceso

vestibular, conducen a huevos estáticos, expectantes.

En otras palabras, basándose en el efecto decisivo de las diferencias biológicas, las niñas

construían espacios bajos donde las personas quedaban aprisionadas, y los niños construían

torres.

Erikson ha sido objeto de críticas por esta interpretación, porque indica que las mujeres son

víctimas de su anatomía y que su personalidad está determinada por la ausencia del pene.

Erikson admitió que las diferencias en las construcciones de juego tal vez se debían

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13

también a las que la sociedad impone en al aprendizaje de los roles de género; es decir, a

las mujeres no se las orienta tanto a ser activas y agresivas como a los hombres.

En una réplica de este estudio participaron niños y niñas de entre dos y cinco años. Los

resultados no corroboraron los de Erikson. No se detectaron diferencias sexuales

importantes en la construcción de torres y espacios cerrados. Se plantea entonces la

posibilidad de que el aprendizaje de los roles de género estuviera más completo en el caso

de los niños de entre 10 y 12 años del estudio de Erikson.

Los más pequeños tal vez no habían sido muy adoctrinados todavía en cuanto a la conducta

que la sociedad esperaba de ellos.

Más de 50 años después de la investigación de Erikson sobre las construcciones de juego,

persisten los estereotipos de género relacionados con los juguetes y las conductas lúdicas.

La mayoría de los pequeños sigue prefi riendo los juguetes orientados a su género. A los

niños les gusta jugar con camiones, soldados y armas. Las niñas prefieren hacerlo con

muñecas, joyas y utensilios de cocina.

Se ha encontrado que los patrones de la preferencia por los juguetes existen desde los dos

años porque los padres los enseñan y alientan. Ellos son los que compran la mayor parte de

los juguetes de sus hijos. Elogian a los niños por divertirse con los juguetes propios de su

sexo y los regañan cuando utilizan los del sexo opuesto. El mensaje se aprende

rápidamente.

Un psicólogo observó a un menor que “había estado jugando con un automóvil de carreras

y el conductor, pero en un momento dado el casco de éste cayó al suelo y dejó al

descubierto una larga cabellera rubia. El conductor era una mujer. El niño soltó el

automóvil como una papa caliente”.

Los estudios indican que los padres tratan a hijos e hijas de forma más estereotipada que la

madre. Por lo tanto, ellos son los que enseñan y refuerzan principalmente el juego basado

en el género. También les enseñan a los hijos y las hijas otras conductas y actitudes de

género. Así, tienden a premiar la sumisión en las niñas, y la asertividad y la agresión en los

niños.

CONFIANZA Y SEGURIDAD

Erikson subrayó la importancia de adquirir el sentimiento de confianza en la niñez porque,

de lo contrario, más adelante no se lograría el sentimiento de seguridad ni el de bienestar

personal. Muchas investigaciones apoyan esta posición.

Estudios de niños de entre 12 y 18 meses arrojaron que aquellos que habían tenido un fuerte

vínculo emocional con la madre (por lo tanto, que supuestamente tenían mucha confianza)

funcionaban, cuando se les observó tres años después, en un nivel social y emocional más

alto que aquellos cuyo apego a la madre era menos seguro. Los niños con un sentimiento de

confianza bien desarrollado también eran más curiosos, sociables y populares. Tendían más

a asumir el liderazgo en el juego y también mostraban mayor sensibilidad a las necesidades

y los sentimientos de otros.

Los niños que tenían poca confianza eran más retraídos en el aspecto social y emocional,

más renuentes a jugar con otros niños, menos curiosos y menos decididos para perseguir

metas.

Un estudio de 50 sobrevivientes del Holocausto, entrevistados entre 30 y 40 años después

de la Segunda Guerra Mundial (1945), reveló que habían manejado con éxito cada una de

las etapas psicosociales de Erikson menos la primera: confianza frente a desconfianza. Su

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14

visión de otros incluía mucha más desconfianza que confianza. Sin embargo, el hecho de

que fueran capaces de manejar las crisis del desarrollo posterior confirma la idea de Erikson

de que los hechos positivos de etapas posteriores pueden contrarrestar o superar las

experiencias tempranas negativas.

LAS ETAPAS PSICOSOCIALES

Otras investigaciones han abordado las etapas del desarrollo psicosocial. Se pidió a niños

de cuatro, ocho y 11 años que inventaran historias basándose en varias imágenes de la

prueba. A continuación, se analizaron las historias para averiguar cuál etapa reflejaban. Los

resultados confirmaron los temas propuestos en la teoría de Erikson. Por ejemplo, las

historias de los niños de cuatro años se referían a la autonomía (la fase apenas terminada).

Asimismo, en las historias de los niños que tenían más años se advertían las etapas del

desarrollo.

DESARROLLO DEL ADOLESCENTE

En un programa exhaustivo de investigación sobre la etapa de la adolescencia se

descubrieron cinco tipos –o estados– psicosociales correspondientes a ella a saber: logro

de la identidad, moratoria, exclusión, difusión de la identidad y logro enajenado. Logro de la identidad. Describe a adolescentes que se comprometen con decisiones

profesionales e ideológicas. En un estudio realizado con 74 estudiantes de enseñanza

superior se detectó una correlación positiva entre la condición de logro de la identidad y las

medidas objetivas de compromiso. Los jóvenes habían adquirido una sólida identidad del

yo. Eran estables, buscaban metas realistas y sabían enfrentar las exigencias cambiantes del

entorno. Su aprovechamiento en tareas difíciles era mejor que el de los adolescentes con

confusión de roles. Optaban por áreas más difíciles en la universidad; les atraían los cursos

de ingeniería y de ciencias físicas.

Una investigación llevada a cabo con 502 estudiantes de preparatoria reveló que la

condición de logro de la identidad presentaba una elevada correlación con la autoestima y

con modalidades positivas de manejo de la crisis. Representaba el estado más maduro, tanto

en el aspecto psicológico como en el social.

Moratoria. Es el segundo estado de los adolescentes y describe a los que todavía están

pasando por una crisis de identidad. Sus compromisos profesionales e ideológicos son

vagos. Tienen ideas ambivalentes respecto de las figuras de autoridad; a veces se rebelan

contra ellas y a veces requieren ser orientados. Su conducta fluctúa entre la indecisión, el

dinamismo y la creatividad. También tienden a soñar despiertos, a creer en los fenómenos

sobrenaturales y a gozar comportándose como niños.

Exclusión. Describe a adolescentes que no han pasado por una crisis de identidad, pero que

están firmemente comprometidos con una profesión o ideología. Sin embargo, los

compromisos a menudo han sido impuestos por los padres, sin que ellos hayan participado

en la decisión. Estos adolescentes tienden a ser rígidos y autoritarios; además, tienen

problemas para manejar el cambio. No obstante, una investigación realizada con 23

universitarios y 37 universitarias demostró que los que se hallaban en el estado de exclusión

tendían a orientarse al logro, y concentraban su energía en las metas externas y no en las

internas.

Page 15: ERK Erikson

15

Difusión de identidad. Es un estado que caracteriza a quienes no tienen un compromiso

profesional ni ideológico en la adolescencia y que tal vez no hayan pasado por una crisis de

identidad. Su estilo de vida no acepta compromiso alguno, llegando a veces al extremo de

vagar sin rumbo. Las relaciones con los padres son frías, porque los ven como personas

indiferentes y que los rechazan.

Logro enajenado. Es el quinto estado y describe a los adolescentes que han pasado por una

crisis de identidad, que carecen de una meta profesional y se aferran a ideas contrarias al

sistema socioeconómico. Su compromiso con ellas excluye cualquier carrera que los

vincule con el sistema que atacan. En sus años estudiantiles suelen ser ingeniosos,

impasibles y cínicos.

Cuatro de estos estados en el siguiente orden (difusión de identidad, exclusión, moratoria y

logro de la identidad) representan resoluciones cada vez más exitosas del problema de la

identidad. Según lo previsto por Erikson, las personas que están cerca del logro o que han

conseguido una identidad integral del yo mostrarán mayor fuerza del yo que aquellas que

estén más lejos de resolver la disyuntiva de la identidad.

Esta previsión es respaldada por una investigación realizada con alumnos de enseñanza

superior.

Según los resultados de un estudio llevado a cabo con más de 500 estudiantes de

preparatoria, los que participaban más en actividades extracurriculares y de voluntariado

tenían mayor fortaleza del yo relacionada con la fidelidad, que aquellos que participaban

menos.

En otra investigación se detectaron diferencias sexuales en la resolución de la crisis de

identidad. Los hombres tienden a separarse y a desligarse de la gente; las mujeres tienden a

la unión y al apego. Otros estudios apoyan y amplían ese hallazgo: la identidad de los

hombres se centra en la competencia y el conocimiento individual; la identidad de las

mujeres se centra más en relacionarse con los demás.

Es decir, cuando ellas establecen una identidad, muestran gran dependencia de las

relaciones sociales. Los hombres se concentran más en el yo, las habilidades y las aptitudes

individuales.

Identidad virtual

Los videojuegos y los sitios de Internet brindan al adolescente una excelente oportunidad

de alta tecnología para hacer exactamente lo que Erikson juzgó tan necesario en esta etapa

del desarrollo: ensayar varios roles y determinar el más adecuado.

Además, la navegación en la red se realiza conservando el anonimato. Esto se ejemplifica

en Calabozos y dragones, un juego de representación de roles que permite a los jóvenes

encarnar personajes ficticios para realizar fantasías complejas.

En el vocabulario especializado de la computación, el término calabozos designa un lugar

virtual. Estos lugares compartidos simultáneamente por varios usuarios reciben el nombre

de calabozos multiusuarios. Permiten al jugador interactuar con otros y además crear un

mundo virtual propio, con personajes imaginarios que interactúan entre sí. Con toda

libertad puede asumir roles similares o diferentes a su personalidad, manteniendo siempre

el anonimato. Un autor escribe: “Uno puede ser lo que desee. Se puede redefinir si así lo

desea”. Y eso es precisamente lo que Erikson recomendaba hacer durante la adolescencia:

ensayar diversas identidades.

Page 16: ERK Erikson

16

GÉNERO E IDENTIDAD DEL YO

Según Erikson, los factores sociales e históricos afectan la formación de la identidad del yo

y, a su vez, esto afecta la naturaleza de la personalidad. El movimiento feminista de las

décadas de 1960 y 1970 ofreció un laboratorio realista para probar los efectos de las fuerzas

sociales. En concreto, los psicólogos se preguntaron si las mujeres que estaban entonces en

la etapa de la adolescencia –periodo en el cual se lucha por conseguir la identidad del yo–

recibieron una influencia mayor del movimiento feminista que las que tenían más años.

Suponían que estas últimas ya habían formado su identidad.

La respuesta fue afirmativa en dos estudios. En ambos se seleccionó a mujeres que se

habían graduado de instituciones de enseñanza superior durante la década de 1940 y a

mediados de la de 1960. Se recabaron datos mediante entrevistas, cuestionarios y pruebas

de autorreporte referentes a la personalidad. Las mujeres que asistían a esos planteles

cuando se inició el movimiento feminista tenían aspiraciones más elevadas. Apreciaban su

independencia más que las de mayor edad y, con el tiempo, obtuvieron una escolaridad más

completa, mejor empleo y más ingresos.

LA CRISIS DE IDENTIDAD

Algunas investigaciones se concentran en los tiempos de la crisis de identidad. Erikson

sugirió que la crisis inicia hacia los 12 años y que a los 18 años ha sido resuelta de una u

otra manera. Sin embargo, en algunos casos se presenta más adelante. Un estudio arrojó

que hasta 30% de los sujetos seguía buscaban una identidad a los 24 años de edad.

La enseñanza superior retrasa la resolución de la crisis y alarga el periodo en que los

adultos jóvenes ensayan varios roles e ideologías.

En una comparación de estudiantes con personas de su misma edad que trabajaban en

empleos de tiempo completo, se observó que estos últimos llegaban antes a la identidad del

yo. Los estudiantes permanecían más tiempo en el estado de moratoria. Trabajos

posteriores indican que, a veces, la construcción de la identidad es un proceso que se

extiende a lo largo de todo el ciclo vital.

GENERATIVIDAD

Las investigaciones en torno a la etapa adulta del desarrollo psicosocial han demostrado

que la generatividad en la edad madura guarda una correlación positiva con la motivación

de poder y de intimidad. Así pues, como lo previó Erikson, la generatividad produce la

necesidad de intimidad con la gente y una estrecha relación con ella. En otra investigación

se asoció la generatividad al afecto. Todo ello es indispensable para enseñar y orientar a la

siguiente generación.

Al parecer, la generatividad en la edad madura está estrechamente relacionada con una

crianza afectuosa. Los resultados de investigaciones corroboran la importancia del padre y

la madre para el bienestar emocional del niño. Los adultos de edad madura que obtuvieron

una puntuación alta en generatividad propendían a creer en la bondad y en el valor de la

vida humana, y a sentirse más felices y satisfechos con la propia que aquellos que

obtuvieron una calificación baja.

Otros trabajos confirmaron y ampliaron los hallazgos anteriores. Las personas con mucha

generatividad también obtuvieron puntuaciones más altas en extroversión, escrupulosidad y

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17

apertura a nuevas experiencias que aquellas que obtuvieron una puntuación baja en

generatividad. Tendían más a participar en relaciones sociales importantes y satisfactorias,

a sentir un fuerte apego a la comunidad y a mostrar más estabilidad.

Tenían un matrimonio feliz, conseguían mayores logros en el trabajo y contaban con

amigos más íntimos. Además, expresaban una conducta más altruista que aquellos que

tenían una puntuación baja en las medidas de generatividad. En Bélgica, un estudio de

sujetos adultos demostró que las personas con mucha generatividad obtenían puntuaciones

altas en las medidas de extroversión, afabilidad, apertura a experiencias nuevas y

escrupulosidad.

MADUREZ

Erikson pensaba que las personas que están en las etapas de la edad madura y de la vejez de

su desarrollo psicosocial pasan el tiempo recordando y repasando su vida, así como

aceptando o lamentando sus decisiones pasadas. Una investigación que tomó a 49

psicólogos como sujetos reveló que la mayor parte de sus recuerdos se refería a sus años de

universitarios y a su edad adulta temprana, o sea un periodo que involucró la mayor

cantidad de decisiones importantes que afectaron el curso de su vida. Otra investigación

arrojó que las personas mayores que obtuvieron una puntuación alta en integridad del yo

dedicaban parte de tiempo a repasar su vida para resolver problemas molestos y

comprender mejor sus circunstancias. En general, las que obtuvieron una calificación baja

en integridad del yo dijeron que no dedicaban tiempo al autoexamen.

Un estudio efectuado con 259 adultos de entre 60 y 65 años reveló, como previó Erikson,

que la aceptación de los arrepentimientos y las oportunidades pérdidas guardaba una

relación directa con la satisfacción y la salud física de hombres y mujeres.

IDENTIDAD ÉTNICA

El efecto de la identidad étnica es un aspecto del desarrollo del yo que Erikson no tomó en

cuenta. Las investigaciones del tema consistentemente demuestran la importancia que la

identidad racial o étnica tiene para los miembros de los grupos minoritarios: negar la propia

identidad racial puede causar enorme estrés. Un estudio a gran escala con 582 hombres y

mujeres, adolescentes y adultos, de raza blanca y de grupos étnicos minoritarios arrojó que

los blancos obtenían puntuaciones significativamente más bajas en las medidas de identidad

racial y étnica que los miembros de cualquiera de los grupos minoritarios estudiados. Otra

investigación realizada con más de 6 000 estudiantes (de entre 14 y 18 años) demostró que

los afroamericanos propendían a escoger amigos basándose en la identidad étnica mucho

más que los blancos o los americanos de origen asiático.

El modelo de Cross postula las siguientes cuatro etapas de desarrollo de una identidad

negra psicológicamente sana:

1. Preencuentro

2. Encuentro

3. Inmersión-emersión

4. Internalización

La etapa de preencuentro incluye tres racimos de identidad. La identidad de asimilación

del preencuentro contiene poca conciencia de raza o identidad racial. En esta etapa, la

educación errónea de la identidad internaliza los estereotipos negativos del hecho de ser

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18

negro. En el preencuentro, la identidad del odio a sí mismo implica tener ideas muy

negativas respecto de los negros, lo cual origina actitudes contra éstos y de odio a sí mismo.

En la etapa de encuentro el individuo es víctima de racismo o de discriminación, lo cual

provoca un viraje en la visión que el adolescente tiene del mundo. La etapa de inmersión-

emersión propone dos identidades. En ella, la identidad de una intensa participación negra

celebra todo lo que es negro como bueno y adecuado.

La identidad anti-blancos considera que todo lo de los blancos es malo y está equivocado.

La etapa de internalización consta de dos identidades. Una es el nacionalismo negro, que

opta por una perspectiva afrocéntrica favorable a los negros, mientras que la identidad

multiculturalista incluyente no sólo adopta la identidad de esta raza, sino también otras

clases de identidad étnica, racial y de género.

IDENTIDAD Y PREFERENCIA DE GÉNERO

Este es otro aspecto de la identidad del yo que Erikson no abordó directamente y que puede

influir en la identidad global del yo y variar en función de la identidad étnica.

Por ejemplo, en un estudio realizado con 863 niños blancos, negros e hispanos cuya edad

promedio era de 11 años, los negros y los hispanos hablaban de mucha mayor presión para

que se conformaran a su género que los blancos.

Los investigadores han propuesto que la identidad homosexual o gay se desarrolla

siguiendo una serie de etapas, de forma similar a la planteada por Erikson y otros teóricos

para explicar el origen de la identidad del yo o la étnica. Un modelo incluye cuatro etapas

para el desarrollo de la identidad de preferencia de género.

1. Sensibilización. Esta etapa, que se presenta antes de la adolescencia, se refiere a la

primera vez que uno se da cuenta de que es diferente de los coetáneos del mismo sexo.

2. Confusión de la identidad. Esta fase de la adolescencia se caracteriza por la conciencia

ambigua, quizás hasta aterradora, de que los sentimientos y los pensamientos que tiene uno

se podrían considerar homosexuales.

3. Asunción de la identidad. En esta etapa, el individuo se convence de que es homosexual

y empieza a aceptar el inicio de una identidad gay.

4. Compromiso. El individuo acepta sin reservas la identidad homosexual como una forma

de vida.

PREGUNTAS DE REPASO

1. Describa los tipos de crisis de identidad que experimentó Erikson en la niñez y en la

adolescencia.

La primera crisis de identidad personal, por desconocer quién era su padre

biológico, él afirmaba que creció sin estar seguro de su nombre ni de su identidad

psicológica. Tuvo otra crisis de identidad cuando entró a la escuela; pues era de

ascendencia danesa, pero él se consideraba alemán y su madre y padrastro eran

judíos.

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19

2. ¿Qué similitudes y diferencias existen entre la teoría de Erikson y la de Freud?

Ambas teorías son muy similares, ya que ambos tienen muchos de los mismos

grupos de edad divisoria para el desarrollo. Sin embargo, hay varias diferencias que

permanecen entre los nombres de las etapas y los temas de desarrollo que se

encuentran dentro de ellos.

Freud pensaba que una persona era motivada únicamente por el deseo de satisfacer

las necesidades biológicas. Su teoría contiene cinco etapas psicosexuales diferentes,

comenzando con el nacimiento y termina a los 18 años. Se cree que si una persona

no experimenta una gratificación especial en cada etapa, la persona se convertirá en

una fijación en el escenario y llevar ciertos Hang Ups psicológicos con él o ella en

la edad adulta. Etapas de Freud son orales (menor de 1 año), anal (1 a 3 años), fálica

(3 a 6 años), la latencia (7 a 11 años) y genital (12 a 18 años).

La teoría de Erikson se basa en la de Freud, Erikson excepto expande en los

elementos más sociales o culturales que pueden afectar el desarrollo de la

personalidad. Además, su teoría incluye ocho etapas en vez de cinco. Las etapas de

Erikson son la confianza básica versus desconfianza (menor de 1 año), la autonomía

frente a la vergüenza y la duda (1 a 3 años), iniciativa vs culpa (3 a 6 años), la

industria versus inferioridad (7 a 11 años), identidad frente a la confusión de roles

(12 a 18 años), la intimidad vs. aislamiento (a los 20 años), la generatividad vs.self-

absorción (20s a 50s), y la integridad frente a la desesperación (50 años y mayores.)

Las diferencias principales

Una diferencia importante en las dos teorías es donde se pone el énfasis en el

desarrollo. Para Freud, es totalmente sobre la biología de una persona y las

necesidades básicas que los impulsan. Freud no pone ningún énfasis en las

influencias culturales o ambientales como Erikson hace. Él designó a un órgano

específico para cada etapa del desarrollo, mientras que Erikson miró a la cuestión en

una escala más amplia mediante la incorporación de un entorno de una persona.

Erikson cree que cada etapa se basa en la siguiente, y cualquiera que sea

característica se adquiere en cada grupo de edad se lleva a cabo en el contexto de la

siguiente etapa.

3. Para Erikson, ¿qué significaba el concepto de confusión de la identidad? ¿Qué

pruebas a su favor encontró en los indios nativos de Estados Unidos?

En la confusión de identidad los y las adolescentes procuran mantener satisfechas

sus mismas necesidades infantiles, cambiando sólo la apariencia. En ella se toman

caminos equivocados que permitirían la satisfacción inmediata de la necesidad de

identidad, pero que, por falta de consideración de las consecuencias a mediano

plazo, generarán conclusiones destructivas para el futuro.

En la tribu americana de los Oglala Lakota, existía una tradición que se aplicaba a

los adolescentes para determinar su sino en la vida. Se les animaba a introducirse en

el bosque sin armas y sin otra vestimenta que un taparrabos y un par de mocasines

en búsqueda de un sueño. Hambriento, sediento y cansado, el chico esperaría a tener

un sueño al cuarto día de su viaje que le revelaría su destino vital. Al volver al

hogar, relataría a los ancianos de la tribu el contenido de su sueño, el cual sería

interpretado de acuerdo con una práctica legendaria. Y su sueño le diría al chico si

estaba destinado a ser un buen cazador, o un gran guerrero o un experto en la caza

de caballos salvajes, o quizás convertirse en un especialista en la fabricación de

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20

armas, o un líder espiritual, sacerdote o curandero. En algunos casos, el sueño le

llevaría a resolver las desviaciones y problemas de la tribu Oglala.

4. El principio epigenético de maduración, ¿cómo explica los efectos que los factores

genéticos y sociales tienen en la personalidad?

El principio epigenético afirma que “todo ser vivo tiene un plano básico de

desarrollo, y es a partir de este plano que se agregan las partes, teniendo cada una de

ellas su propio tiempo de ascensión, maduración y ejercicio, hasta que todas hayan

surgido para formar un todo en funcionamiento”. Este principio según el autor se

aplica en los tres procesos complementarios: a) en el proceso biológico de la

organización de los sistemas de órganos que constituyen un cuerpo (soma); b) en el

proceso psíquico que organiza la experiencia individual a través de la síntesis del yo

(psique); c) en el proceso social de la organización cultural e interdependencia de

las personas (ethos).

5. Explique el papel del conflicto en las etapas del desarrollo psicosocial.

En la teoría de Erikson, el desarrollo humano implica una serie de conflictos

personales. El potencial para estos conflictos existe de nacimiento en forma de

predisposiciones innatas, y éstas adquirirán preeminencia en diferentes etapas,

cuando el entorno exija ciertas adaptaciones. Cada confrontación con nuestro

entorno es una crisis. Ésta implica un cambio de perspectiva que nos obliga a

redirigir la energía de los instintos en razón de las necesidades de cada etapa del

ciclo vital. Cada fase del desarrollo tiene su crisis particular, o punto de quiebre, que

requiere algún cambio de conducta y de personalidad.

6. Describa las cuatro etapas del desarrollo psicosocial durante la niñez.

1.-Confianza básica frente a desconfianza (del nacimiento a los 12 0 18 meses)

2.-Autonomía frente a vergüenza (12 0 18 meses a los 3 años)

3.-Iniciativa frente a culpa (3 a 6 años)

4.-Laboriosidad frente a inferioridad – (6 años a la pubertad)

7. Compare la cohesión de identidad y la confusión de roles como formas adaptadas o

inadaptadas de manejar las crisis durante la adolescencia.

La adolescencia, entre los 12 y 18 años, es la etapa en la que tenemos que encarar y

resolver la crisis básica de la identidad del yo.

El adolescente ensaya diversos roles e ideologías tratando de seleccionar el más

adecuado para él. Erikson sugirió que la adolescencia es una especie de paréntesis

entre la niñez y la edad adulta, una pausa psicológica necesaria que proporciona

tiempo y energía suficientes para desempeñar varios roles y encarnar diversas

autoimágenes.

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21

8. ¿Cuál es la principal diferencia entre las cuatro primeras etapas del desarrollo y las

últimas cuatro?

Las cuatro primeras etapas se tratan de averiguar el mundo, mientras que las últimas

cuatro implican la búsqueda de tu identidad.

9. ¿Qué factores afectan el desarrollo de la identidad del yo? ¿Por qué algunas

personas no logran una identidad en esta etapa?

Según Erikson, los factores sociales e históricos afectan la formación de la identidad

del YO y, a su vez, esto afecta la naturaleza de la personalidad. Porque los factores

sociales influyen en la dimensión afectiva de la identidad del yo.

10. ¿Cómo se pueden resolver de forma positiva los conflictos de las etapas adultas del

desarrollo psicosocial?

Transformando una experiencia negativa de la vida en una positiva redentora.

11. Mencione las dos formas de adaptarse a la edad madura y a la vejez. ¿Cómo

podemos conseguir una adaptación positiva?

La aceptación de los arrepentimientos y las oportunidades perdidas guardaba una

relación directa con la satisfacción y la salud física de hombres y mujeres.

La participación continua en actividades familiares y comunitarias produce un

sentimiento permanente de generatividad bien avanzada la vejez.

12. Explique las fortalezas básicas en cada una de las etapas del desarrollo psicosocial.

Las fortalezas básicas según Erikson, son las características y creencias motivadoras

que tienen su origen en una resolución satisfactoria de la crisis de las etapas del

desarrollo.

ETAPA FORTALEZA BÁSICA

Oral-sensorial Esperanza

Muscular-anal Voluntad

Locomotora-genital Propósito

Latencia Competencia

Adolescencia Fidelidad

Adultez temprana Amor

Adultez Afecto

Madurez-senectud Sabiduría

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13. Señale las diferencias entre las dos clases de desarrollo inadecuado. ¿Cómo se

pueden corregir?

Cuando el yo sólo está presente la tendencia positiva a la adaptación, se dice que la

condición es de “inadaptación”. Cuando sólo está presente la tendencia negativa,

se dice que la condición es “maligna”. Las inadaptaciones pueden llevar a neurosis

y las malignidades a la psicosis.

Erikson suponía que las dos condiciones se podían corregir por medio de la

psicoterapia.

14. ¿Qué diferencias existen entre la imagen de la naturaleza humana propuesta por

Erikson y la propuesta por Freud?

Erikson estaba convencido de que no todo el mundo logra alcanzar la esperanza, el

propósito, la sabiduría y otras virtudes, pero que todos tienen potencial para

lograrlo. La naturaleza humana no tiene nada que lo impida. Tampoco es inevitable

que suframos conflictos, ansiedad y neurosis debido a las fuerzas biológicas

instintivas. El optimismo es parte fundamental en esto; las influencias de la niñez

son importantes, pero lo que sucede en las etapas posteriores puede contrarrestrar

las experiencias tempranas desafortunadas. El aprendizaje y la experiencia influyen

en la personalidad más que la herencia.

15. ¿Qué métodos de evaluación utilizó Erikson al formular su teoría?

Al formular su teoría de la personalidad, Erikson a i recurría a la asociación libre;

utilizó datos obtenidos principalmente de la terapia de juego, de estudios

antropológicos y del análisis psicohistórico.

16. ¿Qué conclusión sacó Erikson, basándose en los resultados de la investigación sobre

las construcciones de juego, respecto de las diferencias sexuales de la personalidad?

¿Por qué podemos criticar esas conclusiones?

Basándose en el efecto decisivo de las diferencias biológicas, las niñas construían

espacios bajos donde las personas quedaban aprisionadas, y los niños construían

torres. Los estudios indican que los padres tratan a hijos e hijas de forma más

estereotipada que la madre.

17. Mencione los resultados de las investigaciones de la identidad del yo en la

adolescencia y de la generatividad en la edad madura.

En un programa exhaustiva de investigación sobre la etapa de la adolescencia se

descubrieron cinco tipos (o estados) psicosociales correspondientes a ella; a saber:

logro de la identidad, moratoria, exclusión, difusión de la identidad y logro

enajenado.

Cuatro de estos estados en el siguiente orden (difusión de la identidad, exclusión,

moratoria y logro de identidad) representan resoluciones cada vez más exitosas del

problema de identidad.

Page 23: ERK Erikson

23

Al parecer, la generatividad en la edad madura está estrechamente relacionada con

una crianza afectuosa. Los resultados de investigaciones corroboran la importancia

del padre y la madre para el bienestar emocional del niño.

18. Explique cómo la identidad étnica de los adolescentes de las minorías étnicas afecta

la formación de la identidad del yo y también las actitudes y las conductas

posteriores.

Las investigaciones del tema consistentemente demuestran la importancia que la

identidad racial o étnica tiene para los miembros de los grupos minoritarios: negar

la propia identidad racial puede causar enorme estrés.

La importancia de este tipo de modelo del desarrollo de la identidad del yo de

minorías radica en que reconoce la identidad étnica como un elemento vital de la

importancia del yo y en que sugiere que se desarrolla siguiendo una serie de etapas,

de forma parecida a las etapas psicosociales.

19. ¿Los videojuegos en que se representan roles, cómo ayudan al adolescente a crearse

una identidad del yo?

Permiten al jugador interactuar con otros y además crear un mundo virtual propio

con personajes imaginarios que interactúan entre sí. Pueden asumir roles similares o

diferentes a su personalidad, manteniendo siempre el anonimato. Puede ser lo que

desee. Se puede redefinir si así lo desea.

20. ¿En qué se diferencian los individuos con una elevada generatividad de los que

tienen poca generatividad?

Los individuos con elevada generatividad siguen conservándola años después,

cuidan más y mejor a sus padres ancianos, y también al marido y a los hijos, que

aquellas de la misma edad que tenían poca generatividad.

21. Describa las etapas de desarrollo de la identidad de la preferencia de género.

Incluye cuatro etapas para el desarrollo de la identidad de preferencia de género que

son las siguientes:

1. Sensibilización. Esta etapa, que se presenta antes de la adolescencia, se refiere a

la primera vez que uno se da cuenta de que es diferente de los coetáneos del mismo

sexo.

2. Confusión de la identidad. Esta fase de la adolescencia se caracteriza por la

conciencia ambigua, quizás hasta aterradora, de que los sentimientos y los

pensamientos que tiene uno se podrían considerar homosexuales.

3. Asunción de la identidad. En esta etapa, el individuo se convence de que es

homosexual y empieza a aceptar el inicio de una identidad gay.

4. Compromiso. El individuo acepta sin reservas la identidad homosexual como una

forma de vida.