ERROR TIPOGRÁFICO

5
ERROR TIPOGRÁFICO En la página 2, columna central, segunda línea, donde figura 2012 debería aparecer 2013 (año en el que convocamos huelga todos los sindicatos de Iberia, excepto STAVLA y CTA Tierra). Lamentamos las molestias.

Transcript of ERROR TIPOGRÁFICO

Page 1: ERROR TIPOGRÁFICO

ERROR TIPOGRÁFICO En la página 2, columna central, segunda línea, donde figura 2012 debería aparecer 2013 (año en el que convocamos huelga todos los sindicatos de Iberia, excepto STAVLA y CTA Tierra). Lamentamos las molestias.

Page 2: ERROR TIPOGRÁFICO

EL pasado 30 de diciembre, la direc-ción de Iberia emitía un comunicadoen el que reconocía que el compromi-

so de los trabajadores con la compañía,plasmado en los acuerdos firmados con lostres colectivos en la primavera pasada, erala clave que había permitido darle la vuel-ta a la peligrosa situación que atravesabaIberia, y el regreso a los beneficios en elejercicio de 2014. A diferencia de los suce-sivos equipos directivos que han pasadopor aquí, con más pena que gloria enmuchos casos, somos los trabajadoresquienes demostramos el mayor grado decompromiso posible con el futuro de estaempresa. Aunque los propietarios sean losaccionistas, Iberia es más nuestra que denadie. No es la primera vez que los trabajadoresde Iberia tenemos que arremangarnos parasalvar la compañía. En 1994 hicimos lomismo con la firma del Plan de Viabilidad,gracias al cual hubo una ampliación decapital de 107.000 millones de pesetas,que sacó a Iberia de la situación de quie-bra técnica en la que se encontraba, yenderezamos el rumbo de la empresa,manteniéndola en la senda de los benefi-cios de manera ininterrumpida hasta 2008.En ambas ocasiones, los esfuerzos quehemos tenido que realizar los trabajadoreshan sido de envergadura, dada la situaciónextremadamente delicada en que seencontraba Iberia. En ambos casos, lossacrificios de la plantilla obtienen surecompensa. En la última presentaciónrealizada a los inversores, el pasado 12 dediciembre, la diapositiva titulada ASKsPLAN LONG TERM GROWTH dibuja unalínea ascendente en la capacidad de Iberiapara los próximos años, con un crecimien-

to de un 6,5% anual. Ese crecimiento erala única garantía posible para nuestra via-bilidad y es la plasmación de aquello por loque hemos peleado los últimos dos años. La lucha ha merecido la pena y demuestraque, en cada momento, hicimos locorrecto: cuando había que pelear,peleamos; y cuando había que nego-ciar y pactar, lo hicimos. Peleamoshasta tumbar una reestructuración salvajey forzar la intervención del Gobierno que,paradójicamente, supuso aparcar la refor-ma laboral que había impulsado, para sus-tituir los despidos indiscriminados a 20días por año por prejubilaciones. Ademásde este importante triunfo –costó muchoforzar al empresario a seguir jugando con

el coche de madera, cuando le acababande regalar un Scalextric–, también le cor-tamos la cabeza al anterior consejero dele-gado. Allanamos así el camino para que elprincipal ejecutivo de IAG se tentara laropa antes de volver a las andadas, y ter-minara nombrando a un nuevo consejerodelegado, con una actitud más dialogante. Una vez esquivada la reforma laboral, gra-cias a la presión sindical y a la moviliza-ción de los trabajadores, tocaba darle lavuelta a la empresa como a un calcetín.Con unas pérdidas de 1.118 millones deeuros entre 2008 y 2013, con el ERE de lamediación avalado por una sentencia de laAudiencia Nacional, en la que subrayabaque el “sacrificio” era proporcionado a la

SITCPLAC/ Núñez de Balboa, 119, 3º D - 28006 Madrid

Tel.: 91 563 50 58 • Fax: 91 563 24 04

Nº 71 Enero 2015Cuaderno de opinión de SITCPLA

LOS TRABAJADORES LEVANTAMOSIBERIA, UNA VEZ MÁS

Iberia CapacityASK (bn)

2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 20200

10

20

30

40

50

60

70

80

90

+6,5%

+1%

+2%

www.sitcpla.eswww.sitcpla.es/sitcpla/[email protected]

Page 3: ERROR TIPOGRÁFICO

“calamitosa situación de la empresa”, queprecisaba una intervención inmediata paraevitar “mayores sacrificios e incluso ladesaparición de la propia compañía”, toca-ba negociar y llegar a acuerdos que garan-tizasen la supervivencia de Iberia. Otro delos compromisos plasmados en el acuerdode mediación, la promoción de un plan derenovación de flota, también se está cum-pliendo. La mejor garantía de que los nue-vos aviones llegaran radicaba en la firmade los propios acuerdos, como finalmentese ha visto. Llama la atención el estruendoso silencioque guardan los enemigos de lo buenoante las positivas noticias que se van acu-mulando. Crecimiento, renovación de flota,vuelta a los beneficios…, nada de esto seestaría produciendo si a los trabajadoresde Iberia se nos hubiera ocurrido prolongarla dinámica de enfrentamiento, tal y comopropugnaban STAVLA y CTA Tierra, quie-

nes curiosamente fueron los únicos en noconvocar huelga en 2012, cuando todos lossindicatos lo hicimos. Dados los antece-dentes en la Audiencia Nacional, dehabernos emperrado en ignorar la realidady haber obrado en contra de lo que dictabael sentido común, el escenario en el quenos encontraríamos sería, sin duda, un EREsalvaje, sancionado positivamente por lostribunales. ¿Dónde están los agoreros quevaticinaban que “esto en 2015 se cierra yse lo dan todo a la British”? O bien han fir-mado los acuerdos, o han destrozado supropia organización, o están rumiando surencor por las esquinas. O, como veremosen el siguiente artículo, metiendo palos enlas ruedas de los intereses de los propiostrabajadores de Iberia.Una vez que nosotros hemos aportado lonecesario para reflotar la compañía, lapelota está enteramente en el tejado delos directivos. De nada servirá la reduc-

ción de gastos si no se ve acompañadapor un incremento de los ingresos, a tra-vés de una mejora sustancial en el área deventas, marketing y captación de pasaje.La renovación de flota es una excelentenoticia, pero hasta tanto esta no se pro-duzca en su totalidad, los aviones quesiguen en servicio deben tener las cabinasde pasaje en mejor estado del que seencuentran. Entendemos que no se invier-ta en un retrofit para un avión al que lequeda poco para ser sustituido, pero la“experiencia Iberia” del pasajero que nopuede encender –o apagar– la luz de lec-tura en un vuelo de 10 horas, o que nopuede reclinar su respaldo, o que nopuede siquiera escuchar el audio de unalejana pantalla no será algo por lo quequiera volver a pasar. Así que ya puedenespabilar nuestros directivos y aplicarse ahacer sus deberes, que nosotros ya loshemos hecho.

Quienes defendemos los derechos de los trabajadores somoslos sindicatos. Desgraciadamente, también existen las bandasparasindicales, instaladas en el cuanto peor, mejor. Aunque lopeor sea para los trabajadores. El 24 de julio de 2014 se firmóel nuevo ERE voluntario para Iberia, el 187/14. Como sabrás,STAVLA y UGT privaron a los TCP de la posibilidad de escogervoluntariamente si nos prejubilábamos o no a los 55 años. Nonos vamos a extender ahora sobre este asunto, que ya fueextensamente explicado en el número anterior de LVDG. Porsu parte, CTA y CGT, además de no firmarlo, interpusieron sen-dos recursos en contra de este nuevo ERE voluntario. Lo que hanconseguido los perros del hortelano con sus patadas a la estu-fa es que los trabajadores puedan calentarse durante menostiempo. La Audiencia Nacional ha estimado parcialmente surecurso, recortando la duración del ERE hasta el 31 de diciem-bre de 2015. Han amputado así en dos años, 2016 y 2017, laduración que se había pactado con los dos colectivos que lo fir-maron: Tierra y Pilotos. En el terreno sindical existe algo peor que el ciego vocacional,aquel que no quiere ver: hablamos de quienes ponen en peligroadrede los intereses de los trabajadores, con tal de alimentaruna determinada estrategia política, diseñada en provechoexclusivo de sus siglas. Caiga quien caiga. Aunque sea a costade poner a los trabajadores –esos con los que tanto se llenan laboca– en el disparadero. Aunque a la estrategia le salga repe-tidas veces el tiro por la culata y termine redundando en perjui-cio de la organización que la promueve. No aprenden.Los planes de futuro que se acaban de presentar a los inverso-res están realizados de acuerdo a determinadas previsiones deplantilla. Nadie se cree que la dirección de IAG va a permane-cer cruzada de brazos, cuando contaba con unas determinadasprejubilaciones y bajas voluntarias para 2016 y 2017. Las cuen-tas para los próximos años estaban hechas con determinadoscálculos de plantilla: o tales cifras se respetan, o las cuentas nosaldrán. Lo único que consiguen los francotiradores parasindi-

cales con sus ráfagas es alimentar la línea dura de IAG, a la queha costado un triunfo doblegar en el pasado bien reciente. A lavista del incremento en los costes de reestructuración que hasupuesto pasar del escenario inicialmente presupuestado a los

costes finales, ponerle palos en las ruedas a los ERE voluntariosrepresenta una estrategia no solo suicida para las organizacio-nes que la promueven (eso nos importa una higa), sino muy peli-grosa para los trabajadores (eso nos importa todo). Estamosconvencidos que el sentido común, mayoritario en los trabaja-dores de Iberia, pondrá en su lugar a quienes alimentan susegos personales jugando a la ruleta rusa con las cabezas de losdemás.

CTA Y CGT SABOTEAN EL ERE VOLUNTARIO EN IBERIA

Page 4: ERROR TIPOGRÁFICO

ACOMETER la primera encuesta de clima laboral en Iberiajusto después de dos años de intensa conflictividad teníasus riesgos. El primero de ellos, como ya advertimos a la

dirección, era el enorme sesgo que se podían encontrar en las res-puestas. Por más que se hayan introducido preguntas de control,tal y como aconsejamos, para minimizar el sesgo, es obvio que laencuesta alberga la resaca de los acontecimientos vividos enIberia desde noviembre de 2012, fecha de presentación del plande transformación. Con todo, nos parece muy positivo que se hayarealizado y, más positivo aún, que se vaya a realizar con periodi-cidad anual. La comparación de los resultados actuales con losque se obtengan dentro de un año será determinante para elimi-nar el “efecto resaca”. Se podrá así valorar el alcance del Plan deFuturo, no solo en el plano económico, sino en el laboral. La participación de los trabajadores ha llegado al 44%, lo que es unbuen síntoma: es una cifra alta para este tipo de encuestas, denotaun alto grado de implicación y permite contar con resultados socio-lógicamente relevantes. Comparando las medias del total de laplantilla con los datos obtenidos en nuestro colectivo, cabe destacarel altísimo grado de compromiso de los TCP con los objetivos de lacompañía: un 94%, frente al 88% de media en Iberia. En amboscasos, las cifras son muy positivas. La dirección tiene en sus manosun tesoro, porque pocas empresas pueden contar con tal grado deimplicación de sus empleados. Ciñéndonos al colectivo de TCP, estaactitud tiene especial valor, teniendo en cuenta que la anteriorDirección de Servicio a Bordo hizo todo cuanto estuvo en su manopara encabronar al colectivo, y a fuer que lo consiguió. Sin embar-go, la erosión sufrida durante largos años no ha mermado el gradode compromiso de los TCP con Iberia. En el resto de los parámetros,

los TCP también presentamos un perfil de mayor implicación que lamedia de la plantilla. El orgullo de pertenencia lo comparten un 95%de los TCP (frente al 88% de media en Iberia, porcentaje aun así altí-simo). El 90% se muestra motivado (frente al 77% global). El 84%se muestra satisfecho (69% global), y el grado de vinculación con laempresa es del 93%. ¡Supera incluso al del personal del ÁreaCorporativa! Esperemos que la nueva DSB sepa valorar este poten-te activo y encauzar sus energías de manera constructiva. El 90% de los TCP (frente a un 71% en el global de la plantilla)percibe que la situación de Iberia ha mejorado en el último año, yel 91% (77% en el total de Iberia) opina que la situación será aúnmejor dentro de un año. La confianza en el Plan de Futuro se sitúaen el 65% de la plantilla, llegando al 77% en el colectivo de TCP.Sin embargo, los empleados otorgamos un suspenso claro a laorganización del trabajo dentro de la compañía. También existeuna cierta contradicción entre la percepción de la imagen corpo-rativa de Iberia, que goza de gran prestigio entre sus trabajado-res, y la opinión negativa de un 24% de ellos sobre la calidad delservicio que ofrecemos. El nuevo equipo de dirección tiene mucha tarea por delante. Debeser capaz de poner en valor los recursos humanos con los que cuen-ta, dado su grado de implicación y motivación. Debe mejorar losprocesos de trabajo para mejorar nuestra confianza en su lideraz-go. Y, sobre todo, debe poner énfasis en darle la vuelta a un pará-metro en singular: un 63% de los trabajadores de Iberia valoranegativamente la preocupación de la empresa por la calidad devida de sus empleados. Está demostrado que un trabajador conten-to produce más y mejor. Para tener éxito en su Plan de Futuro, nues-tros directivos tienen que ser capaces de mejorar nuestra sonrisa.

PRIMERA ENCUESTA DE CLIMALABORAL EN IBERIA

El Tribunal Supremo acaba de emitir unasentencia que arrea un mazazo a uno delos pilares de la última reforma laboral:los derechos recogidos en los conveniossiguen vigentes a pesar de que estos pac-tos hayan caducado y se haya agotado elaño de prórroga sin acuerdo. La reformalaboral de 2012 acabó con la ultraactivi-dad, la prórroga automática de formaindefinida de los convenios hasta queempresarios y trabajadores llegaran a unnuevo pacto, limitándola a solo un año. Sifinalizaba este plazo sin acuerdo, elnuevo marco por el que pasarían a regir-se los trabajadores de una empresa seríael convenio sectorial –si lo hubiera– y sino, el Estatuto de los Trabajadores. El TS ha establecido que los derechos

colectivos se mantengan, pasando a for-mar parte de los contratos individualesde los trabajadores desde el momentoque se inició la relación laboral. Es decir,la sentencia afecta a los empleados queya están en plantilla en el momento deldecaimiento del convenio, sin pronun-ciarse sobre quienes fueran contratadosdespués de ese momento. No obstante, la reforma laboral de 2012–esa batería de medidas contra los tra-bajadores que hizo las delicias de laCEOE, cuyos representantes no oculta-ban las carcajadas en una vergonzosarueda de prensa con motivo de suimplantación– ofrece a las empresas laposibilidad de descolgarse de los conve-nios, mediante la modificación unilateral

de las condiciones de trabajo. Esta posi-bilidad es realmente lo más preocupantede la última reforma laboral, ya que vacíade contenido los cimientos de la negocia-ción colectiva, permitiendo solo a una delas partes desvincularse de los acuerdosfirmados, en base a unos supuestos deli-beradamente vagos. De todos modos,cabe felicitarse por una sentencia queenmienda la plana a los legisladores,quienes si tuvieran un mínimo de ver-güenza, habrían presentado su dimisiónal día siguiente.

EL TRIBUNAL SUPREMO MANTIENE LA ULTRAACTIVIDAD DE LOS CONVENIOS

Page 5: ERROR TIPOGRÁFICO

k