Es Bíblico

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¿Es Bíblico: “Decretar” y “Declarar”? Dentro de la jerga cristiana se usan expresiones que muchos creyentes le dan carácter de doctrina por desconocimiento de la Palabra y de los atributos de Dios. Con mucha frecuencia se oye decir: “si quieres algo, ¡decláralo!”. Y esto es suficiente para que Dios tenga la obligación de dártelo. ¿Quieres un carro? ¡Decláralo!, ¿Una esposa?, ¡Decláralo!, ¿Una casa? ¡Decláralo! Sin embargo los que así creen se olvidan del atributo de Dios que el autor describe en Síntesis de Doctrina como la causa de todos los atributos: Su soberanía. Los atributos de Dios se pueden agrupar en morales y naturales, estos últimos son exclusivos de la deidad y pertenecen a su naturaleza y se les denomina incomunicable. Uno de esto es la soberanía. Este atributo establece que Dios tiene el control de todo lo que existe y decreta y actúa sin que nadie ni nada pueda resistir su autoridad. (Isaías 40:23,24 ; 43:13 Efesios 1:11). Cuando los discípulos del Señor le pidieron que les ensenara a orar, Él les enseñó en la llamada oración modelo la frase: “Sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra.” (v. 10). Expresa el deseo de la concreción del reinado de Dios en forma absoluta en la tierra, pues así lo es en el cielo. El verbo significa literalmente “que se llegue a ser”. “Voluntad” es la traducción del término griego: Thélema que significa el resultado del deseo y propósito de Dios, o sea, lo que Él ha deseado. Dios ha revelado su eterno propósito – su voluntad – en la Biblia y supremamente en la persona de su Hijo Jesucristo. El súbdito del reino debe presentarse a su Rey cada día, someterse a su soberanía y prometerle obediencia en llevar a cabo su santa voluntad. En esta forma se concreta el reino de Dios entre los hombres. Uno de los grandes problemas de aceptar como válida esta errónea creencia de que por declararlo será hecho, está en la jactancia y la vanagloria. En Santiago 4:15-16 dice la Biblia Textual: “Vamos ahora lo que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, estaremos allá, comerciaremos, y ganaremos en lugar de lo cual debierais decir Si el Señor quiere y establece. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias”. Toda jactancia semejante es mala. Es triste ver como los llamados mega-predicadores expresan una supuesta autoridad para demandar a Dios las cosas que quieren o inducir a otros a poseer y declarar todo lo que quieran bajo la premisa de que por ser hijos de Dios el tiene la obligación de darle lo que ellos pidan. Esta expresión “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” es conocida como la condición de Santiago, sin embargo este principio se encuentra a través de toda la Biblia. (Hechos 18:21,1 Corintios 4:19; Filipenses 2:19:24, Hebreos 6:3, 1 Pedro 3:17). En cualquiera de los casos siempre será lo mismo, queriendo o no queriendo siempre será su voluntad. De ahí que la actitud correcta del creyente debe ser someterse siempre a la voluntad de Dios. Todo creyente debe saber que muchas de las cosas que queremos o por la cual luchamos no nos ayudan a bien, de hecho el mismo Santiago destaca que: “Pedimos mal conforme a nuestro deleite” y muchas veces esto que tanto deseamos no nos ayudan a bien. Es por eso que entender que a pesar de todo lo que declaremos o deseemos intensamente, nuestro Dios que es soberano nos dará lo que nos conviene y El quiera, y nosotros solo tenemos que sometemos a su voluntad soberana y aprender a dar gracias en cualquier circunstancia de la vida. Porque otros atributos de Dios son su bondad y su misericordia el está

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¿Es Bíblico: “Decretar” y “Declarar”?Dentro de la jerga cristiana se usan expresiones que muchos creyentes le dan carácter de

doctrina por desconocimiento de la Palabra y de los atributos de Dios.

Con mucha frecuencia se oye decir: “si quieres algo, ¡decláralo!”. Y esto es suficiente para que Dios tenga

la obligación de dártelo. ¿Quieres un carro? ¡Decláralo!, ¿Una esposa?, ¡Decláralo!, ¿Una casa?

¡Decláralo! Sin embargo los que así creen se olvidan del atributo de Dios que el autor describe en Síntesis

de Doctrina como la causa de todos los atributos: Su soberanía.

Los atributos de Dios se pueden agrupar en morales y naturales, estos últimos son exclusivos de

la deidad y pertenecen a su naturaleza y se les denomina incomunicable. Uno de esto es la soberanía.

Este atributo establece que Dios tiene el control de todo lo que existe y decreta y actúa sin que nadie ni

nada pueda resistir su autoridad. (Isaías 40:23,24 ; 43:13 Efesios 1:11).

Cuando los discípulos  del Señor le pidieron que les ensenara a orar, Él les enseñó en la llamada

oración modelo la frase: “Sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra.” (v. 10).

Expresa el deseo de la concreción del reinado de Dios en forma absoluta en la tierra, pues así lo es en el

cielo. El verbo significa literalmente  “que se llegue a ser”. “Voluntad” es la traducción del término griego:

Thélema que significa el resultado del deseo y propósito de Dios, o sea, lo que Él ha deseado.

Dios ha revelado su eterno propósito  – su voluntad – en la Biblia y supremamente en la persona

de su Hijo  Jesucristo.

El súbdito del reino debe presentarse a su Rey cada día, someterse a su soberanía y prometerle

obediencia en llevar a cabo su santa voluntad. En esta forma se concreta el reino de Dios entre los

hombres.

Uno de los grandes problemas de aceptar como válida esta errónea creencia de que por

declararlo será hecho, está en la jactancia y la vanagloria. En Santiago 4:15-16 dice la Biblia

Textual: “Vamos ahora lo que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, estaremos allá, comerciaremos, y

ganaremos en lugar de lo cual debierais decir Si el Señor quiere y establece. Pero ahora os jactáis en

vuestras soberbias”. Toda jactancia semejante es mala.

Es triste ver como los llamados mega-predicadores expresan una supuesta autoridad para

demandar a Dios las cosas que quieren o inducir a otros a poseer y declarar todo lo que quieran bajo la

premisa de que por ser hijos de Dios el tiene la obligación de darle lo que ellos pidan. Esta expresión “Si

el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” es conocida como la condición de Santiago, sin

embargo este principio se encuentra a través de toda la Biblia. (Hechos 18:21,1 Corintios 4:19;

Filipenses 2:19:24, Hebreos 6:3, 1 Pedro 3:17).

En cualquiera de los casos siempre será lo mismo, queriendo o no queriendo siempre será su

voluntad. De  ahí que la actitud correcta del creyente debe ser someterse siempre a la  voluntad de Dios.

Todo creyente debe saber que muchas de las cosas que queremos o por la cual luchamos no nos ayudan

a bien, de hecho el mismo Santiago destaca que: “Pedimos mal conforme a nuestro deleite” y muchas

veces esto que tanto deseamos no nos ayudan a bien. Es por eso que entender que a pesar de todo lo

que declaremos o deseemos intensamente, nuestro Dios que es soberano nos dará lo que nos conviene y

El quiera, y nosotros solo tenemos que sometemos a su voluntad soberana y aprender a dar gracias en

cualquier circunstancia de la vida. Porque otros atributos de Dios son su bondad y su misericordia el está

atento a nuestra situación y  circunstancia y siempre obrará; nuestro favor aunque no lo entendamos.

En medio de una situación difícil con la destrucción del Templo de Jerusalén y el cautiverio de

Judá  por parte de Nabucodonosor, el profeta Jeremías lloraba por toda la situación y encontró consuelo

esperanza en la convicción d entender y conocer que Dios e misericordioso, lo que significa que Dios no

trata contigo según lo que mereces, y también es fiel y su misericordias son nuevas cada mañana

mientras permanece el tiempo, cuantas veces sea necesario Dios ofrece una porción de gracia. Nunca

falto en cumplir lo prometido en el pasado, no falta hoy y no faltará en ninguna circunstancia futura.

Y por último, la bondad de Dios. Qué importante, Bueno es Jehová, las circunstancias de

Jeremías no cambiaron, sin embargo su perspectiva cambió cuando pudo relacionar la teología con la

vida diaria.

Así por más que lo  “declare y decrete” nuestro soberano Dios  hará lo que quiera, pero como

también es bueno, misericordioso, y fiel, hará lo mejor para nosotros.

Autor: Miguel Matos

Sendas de Luz

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