Es Lícito Practicar o Someterse a Una Práctica de Hipnotismo

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¿Es lícito practicar o someterse a una práctica de Hipnotismo? Dice el Padre Antonio Peinador, en su Moral Profesional, n. 613- 614 (B.A.C., Madrid 1962), que en el hipnotismo se corre el peligro de que, repetido con demasiada frecuencia, se produzca una debilidad orgánica y mental con fatiga nerviosa e impotencia psicológica, que puede influir desfavorablemente en el orden de la moralidad de la conducta posterior. Además, el quedar el hipnotizado sometido a la voluntad del hipnotizador trae el inconveniente de posibles desafueros o tentativas de ellos, por parte del médico o de terceros desinteresados. Esto supuesto, cabe concluir tocante al hipnotismo: 1. Es lícito emplearlo con fines terapéuticos, siempre que el hipnotizador sea persona versada en la psicología clínica. 2. También es lícito hipnotizar con fines experimentales y científicos, si se hace con consentimiento del hipnotizado, que no sea el mismo de manera habitual, y en las sesiones se evite todo cuanto pudiera escandalizar por parte del médico o de cualquier modo entrañara algún peligro de inmoralidad. 3. Por solo fin de lucro o de recreación, no deben tolerarse las prácticas hipnóticas, sea sobre una misma persona de manera habitual, sea sobre diversas. Lo que no significa que en todo caso haya de reprobarse como pecado grave; lo será cuando, no habiendo otro motivo que el de la pura curiosidad, junto con el afán de lucro, se den peligros serios de perjuicios notables en los hipnotizados o en los asistentes a la sesión hipnótica. 4. Aunque se trate de un reo, no es lícito el uso del sueño hipnótico con el fin de explorar los secretos del sujeto contra su voluntad. Lo sería, aun supuesta la negativa del sujeto a dejarse hipnotizar, si se intentase sólo averiguar el grado de sugestibilidad o de capacidad de ser hipnotizado, cuando afirmare haber cometido un delito en ese estado.

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Casos de moral

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Es lcito practicar o someterse a una prctica de Hipnotismo? Dice el Padre Antonio Peinador, en su Moral Profesional, n. 613-614 (B.A.C., Madrid 1962), que en el hipnotismo se corre el peligro de que, repetido con demasiada frecuencia, se produzca una debilidad orgnica y mental con fatiga nerviosa e impotencia psicolgica, que puede influir desfavorablemente en el orden de la moralidad de la conducta posterior. Adems, el quedar el hipnotizado sometido a la voluntad del hipnotizador trae el inconveniente de posibles desafueros o tentativas de ellos, por parte del mdico o de terceros desinteresados.Esto supuesto, cabe concluir tocante al hipnotismo:1. Es lcito emplearlo con fines teraputicos, siempre que el hipnotizador sea persona versada en la psicologa clnica.2. Tambin es lcito hipnotizar con fines experimentales y cientficos, si se hace con consentimiento del hipnotizado, que no sea el mismo de manera habitual, y en las sesiones se evite todo cuanto pudiera escandalizar por parte del mdico o de cualquier modo entraara algn peligro de inmoralidad.3. Por solo fin de lucro o de recreacin, no deben tolerarse las prcticas hipnticas, sea sobre una misma persona de manera habitual, sea sobre diversas. Lo que no significa que en todo caso haya de reprobarse como pecado grave; lo ser cuando, no habiendo otro motivo que el de la pura curiosidad, junto con el afn de lucro, se den peligros serios de perjuicios notables en los hipnotizados o en los asistentes a la sesin hipntica.4. Aunque se trate de un reo, no es lcito el uso del sueo hipntico con el fin de explorar los secretos del sujeto contra su voluntad. Lo sera, aun supuesta la negativa del sujeto a dejarse hipnotizar, si se intentase slo averiguar el grado de sugestibilidad o de capacidad de ser hipnotizado, cuando afirmare haber cometido un delito en ese estado.5. En la prctica procesal ser lcito hipnotizar a los testigos con su consentimiento.No est dems advertir que, segn afirmacin de los tcnicos y a base de la experiencia, es poco probable que la persona sugestionada siga las rdenes del hipnotizador cuando ellas estuvieran en oposicin con su conciencia moral. El conflicto psquico que se establece en fuerza de la oposicin entre el mandato y la conciencia del sujeto provoca el despertarse de la hipnosis.Roberto Aguirre