Esbozo de arquitectura histórica en Puerto Rico

8/9/2019 Esbozo de arquitectura histrica en Puerto Rico

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Esbozo de arquitecturahistrica en Puerto Rico

ensayo analtico resumido

Arq. Jorge Ortiz ColomOficina de Zonas y Monumentos Histricos

Regin Sureste y Sur-CentroInstituto de Cultura Puertorriquea

Este texto fue escrito originalmente para una presentacin hecha en Mayagez el 12 de marzo de 1995 para una charla

ante los Centros Culturales de la regin.

Este ensayo ha sido ligeramente editado para esta ocasin.

Ilustraciones del autor excepto donde se indique otra cosa

Reedicin y reformateo Mayo 2004


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INTRODUCCIONINTRODUCCIONINTRODUCCIONINTRODUCCIONEN CADA PUEBLO de nuestra Isla hay un tesoro: las viejas casas y tiendas respiran el alma de un ayer rico

en tradiciones. A menudo desaliadas, enfermas y harapientas, estas edificaciones nos confrontan con nuestraesencia puertorriquea. Frente a la muda esterilidad de los edificios utilitarios erigidos en tiempos modernos, ellas

expresan momentos alegres, tristes, difciles, festivos; losrecuerdos de algn literato, prcer o empresario que lashabitara, el aroma de caf o guarapo, ceremonias solemnes ola pura alegra de vivir... En el frenes tenso y desenfrenadode hoy, ellas se han visto como antigedades inservibles, y porende arrancadas y depositadas en el zafacn de los escombros.

Qu derecho real, qu derecho moral tenemos nosotros, losherederos de estos venerables ejemplos de obra en ladrillos,mampostera y maderas autctonas, para desecharlos ysustituirlos por nuestras altisonantes cajas de hormign yacero?

Por suerte, la semilla de una conciencia ha germinado enlas personas culturalmente sensibles de nuestra tierra. Son cadavez ms los lderes culturales, cvicos y entusiastas de lo nuestro

que claman a un alto a la loca desfiguracin de los pueblos de Puerto Rico, pidiendo una oportunidad para nuestrosvenerables edificios antiguos; para demostrar su adecuacin estupenda a nuestro clima y costumbres, mostrando

la solidez de su material a pesar del abandono de aos, para engalanar las calles con sus elegantes proporcionesy la verdadera artesana de sus terminaciones.

En los ltimos diez aos, la cantidad de zonas histricas enPuerto Rico ha aumentado de una a ocho, con otras encamino. Adems se busca proteccin para nuestras hermosashaciendas rurales, de caa, caf y otros frutos de nuestratierra, y algunas han resucitado como residencias, hoteles omuseos. Con este opsculo, deseo renovar ese compromiso deconciencia entre miembros de la comunidad, en especial elliderato cultural de los pueblos cuya expresin msdecantada es los Centros Culturales que rebosan de actividad

y dinamismo. Les dedico esta pequea obra y con ellos esperoel rescate de nuestra tradicin edificada, de nuestraarquitectura del ayer. No ignoro la cooperacin de otras entidades culturales y de los municipios, pero para que elrescate del patrimonio sea un quehacer sustentable, tiene que surgir de una base comunitaria.

JOC -Octubre de 1996 y mayo de 2003

Ilustracin 1: San Germn a la llegada de losnorteamericanos en 1898

Ilustracin 2: Casas de inspiracin antillanaen Arroyo


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LA CONSTRUCCION TAINA

Ya es sabido que los indios tanos que poblaron a Borikn por cientos de aos no eran nimucho menos brbaros incultos, sino, al contrario, una cultura sencilla y fina que sedesarrollaba en relativa paz. Vivan estos indgenas en pequeos poblados, llamados

yucayeques, en pequeas residencias de forma cilndrica y hechas con ramas y pajas quedenominaban bohos. Se dice que el cacique resida en una estructura de planta rectangular,levantada sobre zocos que se llamaba caney; y que bohos y el caney, por igual, seagrupabanalrededor de una plaza central o batey.

Se han encontrado lo que se cree sean zocos deestas casas en lugares tales como el Parque Ceremonial

de Caguana en Utuado, en lugares frescos y ventiladosprximos a fuentes de agua (ros, manantiales). Pero dela forma exacta de estas casas poco se dice:aparentemente tenan uno o dos espacios interiores ylas funciones de la casa no estaban divididas por reas;hay que saber que las funciones de cocina y bao sehacan fuera de las estructuras.

Herederas de estas simples estructuras, sinembargo, fueron los bohos rectangulares que hasta hace alrededor de medio siglo erancomunes en nuestros campos. De estos se puede decir que eran hechos de una armazn detroncos y piezas rsticas de madera, forrados por los costados con pencas y tablas de palmareal, reforzados con riostras de ramas ms delgadas y techados con hojas y pencas depalmas.Virtualmente ninguno de estos bohos ha llegado a sobrevivir hasta nuestros das, sibien es posible encontrar algunas imitaciones de bohos en merenderos y otras estructuras deuso recreativo.

Ms permanente fue el legado de los sitiosceremoniales. Plazas rectangulares y a

veces de otras formas, han sido desenterradas yubicadas en lugares frecuentes de nuestro pas. En ellaslos tanos y otras etnias precedentes jugaban y rendanculto a sus varios dioses, especialmente los que lessignificaban el bien, y aplacaban la ira de dioses

violentos y malos.

Los lugares ceremoniales de los indgenas boricuas

Ilustracin 3: Boho rural con piso en tierra

(alrededor de 1903)

Ilustracin 4: Caguana y su cem


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eran los puntos de encuentro y de compartir de los distintos yucayeques y aldeas. As secontinuaban las costumbres y cultura hasta la violenta invasin de los espaoles en el sigloXVI.

LA PRESENCIA ESPAOLA. FORTIFICACIONES

En 1508, Ponce de Len estableci el primer enclave de pobladores espaoles en PuertoRico, en Caparra, Trece aos ms tarde, la ciudad de Puerto Rico fue trasladada a su actuallugar. Al paso de los siglos, San Juan (como se rebautiz luego) creci, se reedific varias veces,

y fue fortificada. Como capital, era sede de instituciones que requeran albergue: cabildo(alcalda), catedral, sede del gobierno general, plazas ceremoniales... Junto a todo esto, se

levantaban casas: apretujadas entre sus medianeras, de (usualmente) una planta, conconstruccin de mampostera y techos a veces de dos o cuatro aguas con tejas, o techos deazotea de ladrillos sobre un armazn de alfajas y vigas de madera.

Estas casas eran similares a aquellas existentes en los pueblos del centro y sur de Espaa,pero al paso del tiempo, se fueron criollizando con el uso de materiales locales como laexcelente piedra caliza; el ausubo o moraln como maderas estructurales, y el cap o la caobapara puertas y ventanas.

Usualmente tienen una planta compuesta de varios mdulos espaciales interconectados

por aberturas en el centro de las paredes divisorias; dos o tres mdulos de frente (y expresadosen los vanos de la fachada) y dos mdulos de fondo con una o dos extensiones hacia atrsdenominadas martillos, de un mdulo de ancho, y definiendo un patio interior, principalespacio social y utilitario de la casa.

Como las casas carecen de patios laterales, ventilan hacia la calle o hacia el patio interior.Este ltimo est rodeado por una galera que es el principal elemento de circulacin. Estagalera puede ser tanto abierta como cerrada con persianas fijas que


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tamizan el sol. Tambin se modula la ventilaciny la iluminacin mediante el uso de rejillas, solestruncos o cristales en la parte superior de los

vanos, especialmente cuando estos se rematan enarco, solucin muy comn en San Juan.

A nivel del primer piso, se usa mucho elantepecho: so es, una puerta con baranda quefunciona como ventana, mejorando la ventilacinen comparacin con una ventana. En lossegundos niveles hacia la calle, es obligado el usode distintos tipos de balcones: corridos (de

fachada completa), de parte de la fachada o losantepechos antes mencionados.

Hoy da, todos los techos en SanJuan son del tipo plano de azotea deladrillo (cuando no han sido alterados).Techos de teja, similar a lo que pudohaber existido, existen en otras ciudadescoloniales de Amricas tales como LaHabana en Cuba y varias en Mxico. Estoseran de teja de barro semicilndrica sobrearmazn de madera.

UN ESTILO PUERTORRIQUEO:LOS PALOMARES Y LOS CAMPOS CERREROS

Lejos del poder oficial sanjuanero, en campos, vegas y montaas de Puerto Rico empeza desarrollarse una forma muy particular de sociedad. El campesino dedicado a los cueros, el

jengibre y las maderas resida en su finca y no en los entonces pequeos poblados rurales. Encampo y ciudad, las casas, segn un cronista del siglo XVIII, parecan palomares. Erancasas altas de madera, levantadas sobre zocos lo cual permita un espacio

Ilustracin 5: Plantas originales decasas de San Juan, sector Ballaj

Ilustracin 6: Muestra del funcionamiento climtico delas casas del San Juan Antiguo


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inferior para usos mltiples y desahogo de la casacomo tal, que era fundamentalmente lugar paradormir y funciones ntimas.

Se ascenda a estos palomares porescaleras ubicadas al lado o debajo de stas, yeran de una o dos habitaciones. A pesar de losdetalles rsticos, algunas evidenciaban grandestreza en el corte y coneccin de la madera.

Algunas adems incorporaban, segnilustraciones de la poca, balcones hacia uno oms lados, presagiando la idea del balcn a vuelta

redonda que se hiciera comn en las casas de hacienda.

Usualmente tenan techo en cuatro aguas, aunque las haba de dos. El techo era de tejasde barro sobre alfajas de madera cercanas entre s, y segn algunas descripciones, estabanrematadas en su cumbrera por una cruz, para que Dios bendijera a sus moradores.

De estas quedan muy pocas. Se han identificado almenos dos ejemplos en la vecindad de San Germn, para lascuales se est buscando proteccin oficial. Estas sin embargotestimonian algn deterioro, no tanto al ponderarse que

estas casas tienen de 150 a 200 aos de levantadas.Tambin en los pueblos de la isla se levantaron iglesiasparroquiales muy austeras, de frecuente terminacin rsticaque en algunas fue mejorndose a travs de los aos. As sepuede ver por ejemplo en la capilla conventual de PortaCoeli, tambin en San Germn (1606-7). Algunas de lascasas en los centros urbanos tenan cierto parecido con lasque se hacan en San Juan, pero eran pocas, muy pocas, ysalvo algunos ejemplos hacia reas del centro-este de la isla

ya no existen.

Esta epoca de pueblos pequeos, residentes rurales, cultivos de subsistencia ydependencia del contrabando a contrapelo del regulado comercio oficial fue definitorio dela existencia de la primera poca colonial de la Isla. Y a pesar que sus testimonios escasean,esta fue la vivencia por tres siglos de nuestra sociedad.

Ilustracin 7: Casa campestre de alrededor de1800 en el valle del Toa, Toa Alta (demolida)

Ilustracin 8: Junta entremaderos basado en ejemplo

visto en San Germn


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CASA CRIOLLA: EL HOGAR DE NUESTRA TRADICIN (1850-1925)

Lo ms caracterstico de aquellos pueblosnuestros que conservan su patrimonio es la quedenominamos (con alguna nostalgia y sentidopatritico) la casa criolla. Esta surge al iniciar elauge de los pueblos rurales tras lamodernizacin de la agricultura y lostransportes. Ya estos pueblos no son lugar depaso y de domingos: adquieren vida propia,estabilidad y facilidades. Con ellos se levantancasas ms slidas y permanentes, cuya forma y

presencia hacia afuera definen el paisaje de lacalle.

La llamada casa criolla fue construida entre los aos1850 y 1925 y generalmente es de madera toda, o lasparedes exteriores en mampostera (mezcla irregular detierra, piedra y/o ladrillos enteros o partidos) o ladrillo.Generalmente son construidas de una o dos plantas ytambin suelen tener:

* Un frente del balcn que colinda con la calle, o en loscasos de dos plantas el frente de los bajos colinda con lacalle; el balcn sobrevuela la va pblica;

* balcn corrido a todo lo largo de la fachada y con variaspuertas de doble hoja (de la sala central y los cuartos

laterales) abriendo a ste;

* techo a dos aguas, a veces de cuatro; pero casi siempre la cumbrera del techo est paralela

a la calle. En algunos pueblos existen de una sola agua (hacia atrs). El techo era casi siemprede madera con cubierta en metal corrugado (algunas - muy pocas - tienen tejas);

* sala y antesala (un espacio ms privado, tambin de estar) al centro. Sala y antesala sedividan con una pared en las casas ms antiguas: en versiones posteriores (1885 aprox. enadelante, existe en su lugar la particin decorativa denominada medio punto, con piezaslabradas, torneadas o caladas en madera, y que daba especial elegancia a este espacio en el

Ilustracin 9: Casa de dos niveles conalmacn abajo, Coamo

Ilustracin 10: Residencia seorial deladrillo con balcn en hierro, Ponce


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cual se daban las principales actividades de la casa. Esta rea central era flanqueada conhabitaciones a ambos lados, y a su vez las habitaciones se comunican entre s por puertas quelas interconectan;

* galera posterior y martillo (extensin del ancho de una habitacin que tena cuartos paraservidumbre, cocina y a veces baos).

* Cuando eran de dos plantas, los bajos se utilizaban para tienda o almacn, frecuentemente(no siempre) del que la habitaba arriba.

* Casas de este tipo tambin se hicieron como casasgrandes de las haciendas de caf o caa.

Muchas de estas casas criollas asumieron formasderivadas de las distintas influencias europeas quecolonizaron a Puerto Rico en el siglo xix.Especialmente en los pueblos comerciales era posibleencontrar influencias inglesas, francesas,norteamericanas, y hasta holandesas o danesas.

mediopunto

Generalmente, estas casas se adaptaban alesquema de sala central que ya era norma en lamayor parte de nuestros pueblos y campos pero las

destrezas tradas particularmente desde las AntillasMenores mantuvieron un alto nivel de calidad enla construccin tradicional no empece la crecientedependencia en maderas importadas mientrasnuestros bosques primigenios se agotaban.

Ilustracin 11: Esquema de tpica casacriolla

Ilustracin 12: Casa con influencias de lasPequeas Antillas y EE.UU., Arroyo


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TIENDAS, PULPERIAS Y ALMACENES (1850 A 1930):

Los pueblos puertorriqueos a fines del siglo XIX eran puntos de intercambio donde

mercancas importadas y manufacturas eran pagadas con frutos de la tierra: caa, caf y,posteriormente, tabaco tambin. Las relaciones comerciales eran directas y era frecuente eltrueque, el uso de vales como moneda y las frecuentes recuas de mulas y yuntas de bueyes,cargaditas de productos.

En ciudades y campos por igual nacieronedificios para el comercio de construccin muysencilla, generalmente de planta rectangular ycubiertos de inmensas armaduras de madera o de

bosques de columnas que apoyaban armadurasms pequeas o techos de azotea de ladrillo.Hacia las calles y caminos abran mltiples

puertas, de doble hoja y macizas, en madera ohierro, slidamente fijadas a goznes decapuchino.

Su concepto arquitectnico era de simple elegancia: molduras, pilastras y cornisasmodulaban las proporciones de los abundantes ejemplos en mampostera y ladrillo. Ademsse dotaban de ojos de buey y elegantes montantes sobre los vanos de las puertas, para permitir

ventilacin y la conservacin mejor de la mercanca.

A la vez, versiones de este concepto en maderaaparecieron en encrucijadas rurales y hasta en losmismos poblados. Eran a menudo asientos de laspequeas tiendas de gneros diversos, las llamadaspulperas, que suplan de vituallas al obrero, alartesano, al ciudadano.

Los almacenes y edificios para maquinaria enlas haciendas agrcolas siguieron un principiosimilar en su ereccin. Grandes armaduras sobrefirmes cuadros en maderas del pas, forrados en loslados con tablas cortadas en el lugar o gruesasplanchas de acero, altos y generosos, fueron los almacenes y beneficiados de caf; en la bajuracaera, los almacenes, las casas de purgas y los trapiches solan ser construdos en slidosladrillos o en mampostera, a veces desplegando monumentales arcadas y gruesas

Ilustracin 13: Almacn en ladrillos, Arroyo

Ilustracin 14: Almacn de madera y tahonaurbana, Ciales


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armaduras de madera. Aun de lasruinas de stos ltimos, quedan cuales

signos de admiracin de la feracidad denuestro suelo numerosas chimeneas deladrillo.

El surgimiento del tabaco aprincipios de este siglo dio a variospueblos del centro/este del pas unafisonoma de grandes almacenes,despalillados y tabaqueras levantadas

en grueso hormign, con grandes pisosde planta rectangular, en los cualescentenas de obreros a la vez enrollabannuestros finos cigarros mientrasescuchaban literatura, filosofa, poltica ynoticias del odo de lectores deapasionada fogosidad.

EL NUEVO VERNACULO DEL SIGLO XX (1910 - 1950)Nuestro siglo, presentado por nuevos colonizadores de rubicundo y anglfono semblante,

moderniz campo y ciudad - barriadas obreras, latifundios caeros, centrales... La centralcaera, un apretujamento de colosales ranchones en acero; albergues utilitarios demaquinaria flanqueados por chimeneas enormes, con pequeos poblados de bungalowsal modo del sureste estadounidense; un paisaje de trenes, ginchas y caaverales sin fin: he

Ilustracin 15: Almacn de hacienda cafetalera en Yauco

Ilustracin 16: Despalillado de tabaco construido enmadera, Comero


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Ilustracin 17: Casa del siglo xx, Coamo

ah Aguirre, Ensenada y San Vicente, por ejemplo. Ms all: entre los caaverales verdes,pequeos y esculidos barracones, las chozas de uno o dos cuartos y los bohos de los peonesque dieron tanta riqueza a estos ausentistas.

En los pueblos se levantaron casuchas dearrabal, y en los mejores sectores aparecieron lascasas de madera de pino de planta rectangular;algunas de ellas manteniendo la disposicininterior tradicional, pero otras colocando una salafrontal del ancho de la casa conectada al comedor

y cocina por un largo pasillo entre los dormitorios.Otras casas ms modestas tenan los dormitorios a

un lado y el mdulo de sala/comedor/cocina ybao al otro. Los balcones eran corridos, perotambin existe el medio balcn. Los techos eran dedos aguas o cuatro aguas, pero esta vez la cumbrera era perpendicular al sentido de la calle.

A menudo el pedimento o frontn resultante era adornado con rejillas primorosamenteornamentadas. En las puertas y ventanas del frente, es usual la disposicin de cristales acolores en patrones geomtricos, a menudo adornando y rodeando el principal acceso alinterior.

A menudo el balcn era de

hormign, hecho de piezasprefabricadas que imitaban lospostes y balastres de madera deuna poca anterior, o que enalgunos casos introducen nuevospatrones. La construccin engeneral era de madera de pinoresinoso, importado y derelativamente bajo costo; y se complementaba por obra dehormign armado en la base, a veces todo el primer nivel en casasde dos niveles de uso mixto.

En ciertos sectores y en la zona rural se acostumbraba echarla casa hacia atrs y crear un patio delantero con jardn, en el cualflorecan rboles y plantas ornamentales, frutales y medicinales por

igual. Las verjas en postes de ladrillo u hormign con paos dehierro eran verdaderas obras de artesana.

Ilustracin 18: Central Gunica

Ilustracin 19: Esquema de casatradicional - principios del siglo xx


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Junto a estas casas, se construan tiendas y almacenes en hormign con las mismas lneas quelos anteriores en ladrillo. En fin: estas nuevas residencias y los edificios comerciales siguierondefiniendo y hermoseando campos, pueblos y ciudades de nuestra isla. Y el estilo tropical en

madera se emple tambin para edificios institucionales como escuelas y bibliotecas.

INICIOS DE UNA ARQUITECTURA CULTA (1890 - 1940)

Toda esta obra que hasta ahora hemos reseado fue elproducto, frecuentemente annimo, de incontablesmaestros de obra y constructores con mnima educacin

formal en los principios de la arquitectura. Ciertamenteimpresiona, cmo estos constructores pudieron adecuar tanbien sus obras al espritu de pueblos y campos, y cmo tiranestas casas, tiendas; estos almacenes y ranchones los hilos dela emocin!

Existan ya en el ocaso del siglo pasado arquitectos eingenieros con educacin formal que tambin hicieron suaporte indiscutible a ciudades y campos boricuas. A pesarde la inexistencia de una escuela de arquitectura local,

varios hijos del pas estudiaron fuera los preceptosacadmicos y regresaron a darnos lo mejor de su capacidad.

Mucha de la obra culta es similar a la verncula y sedistingue por la presencia del detalle clsico en laornamentacin; otros exploraron nuevas formas dedistribuir el espacio, pero siempre partiendo de la solidez de

Ilustracin 20: Biblioteca de Ensenada en Gunica,hecha al estilo de una casa tropical

Ilustracin 21: Arquitecturapara nuevas funciones: Cine FoxDelicias de Ponce, en estilo Art

Deco, del Arq. FranciscoPorrata Doria


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las tradicionales formas de construir y de los materiales (sobre todo ladrillo y madera)disponibles. Aun as se respetaba la presencia de las galeras, los medios puntos, las secuenciasespaciales sala-antesala-cuartos y la abundancia de balcones como expresin comunitaria de

la residencia.

Algunos otros importaron la idea del bungalow, de la casa grande con espacios fluidosy balcones alrededor desarrollada en los pases de habla inglesa y sus colonias tropicales; elgnero se criolliz casi instantnemente. Tambin se ensayaron el estilo prairie de alerosanchos y siluetas bajas, importado de Estados Unidos; y casi incontables derivaciones de unestilo espaol trado en una interpretacin moderna, para estilos de vida del siglo xx, va laFlorida y California: tejas, arcos, adornos moriscos y mozrabes, etctera. Estos tres estilos yotros ms se adaptaron a nuestra idiosincrasia.

Los arquitectos de estas obras en la tradicin culta dejaron amplio testimoniodocumental de su proceso de creacin mediante el uso habitual de planos detallados ydocumentos tcnicos: sto facilita documentacin y rescate de las edificaciones. Tambininfluyeron con su ejemplo en ciertas obras de maestros de obras vernaculos, como se ve en

ciertos sectores de nuestros pueblos.

La influencia de estos arquitectos se sintide manera bastante evidente en sectoresrelativamente acomodados de nuestros pueblos,

tales como el Condado en San Juan, la Alhambra en Ponce y el Cerro Las Mesas enMayagez. Estos eran el hbitat buclico de unaburguesa en franca huida de la complejidad,algo de incomodidad y abigarramiento de laszonas urbanas tradicionales.Ilustracin 22: El estilo inspirado en lo"espaol": El Cortijo de Barranquitas, casa

de veraneo diseada por el Arq. RafaelCarmoega


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RESUMEN PROVISIONAL Y EXPECTATIVAS

Por ahora detengo mi relato sobre los estilos histricos de Puerto Rico para hacer unclamor de buscar una verdadera integracin de nuestra arquitectura moderna con la cultura.La armonizacin y la nueva construccin fundamentada en los principios de nuestra tradicines una necesidad perentoria y urgente.

Tambin urge utilizar los mecanismos reglamentarios y legales que nos da, por ejemplo,el reglamento 5 de zonas y sitios histricos(implementado por la Junta de Planificacin y elInstituto de Cultura Puertorriquea). Existenincentivos contributivos - exoneracin de

contribuciones sobre la propiedad y de ingresopor concepto de alquileres - que las leyes dan alugares histricos restaurados, o a los nohistricos armonizados.

Hay que fichar, documentar, buscarrecursos y apoyo de manos, dinero y materialespara identificar, nominar formalmente ydesignar nuestros ms de diez mil lugares de

inters histrico y cultural. Integrar esto, a su vez, con las faenas paralelas de garantizar la

conservacin de nuestros paisajes, bosques y sitios naturales, y atracciones de intersturstico-cultural; que nos hacen sentirnos orgullosos de nuestra prosapia borincana.

El ensayo ilustrado inconcluso que les legointenta levantar la conciencia del ciudadanopuertorriqueo hacia la existencia de un ricopatrimonio edificado por doquier, y que poco onada tenemos que envidiarles a otros pases denuestras Antillas. Pero, tenemos que avanzar, ya

que las fuerzas de la alienacin contemporneahomogenizan y desnaturalizan nuestrapersonalidad vista a travs de su residuo culturalms inmanente: sus edificaciones y sus paisajescivilizados.

Los edificios y casas, que hechos con cario yverdadera autenticidad, engalanan nuestros

Ilustracin 23: Mapa de Zona Histrica deCoamo, implantada en 1995

Ilustracin 24: Jvenes en Juana Dazdocumentando el patrimonio de su

comunidad, verano de 2000


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pueblos y campos, son verdaderamente smbolos evocativos de unas tradiciones de excelenciaen la artesana de la construccin. No fueron tiempos nada fciles, ni tampoco momentos debienandanzas para quienes entonces vivieron; pero son el espejo en el cual nosotros, hoy da,

nos reflejamos y vemos con mayor nitidez nuestra imagen y destino.

Los edificios y sitios histricos deben de estudiarse como parte de los planes de estudiode nuestras escuelas y universidades para que estos sean amados y protegidos efectivamentedesde la comunidad que los sientan como suyos y parte de su identidad. Los esfuerzos

voluntarios y el trabajo paciente de valientes rompen gradualmente este silencio sobre eltestimonio ms evidente de nuestro pasado.Conservemos nuestro patrimonio para el futuro y as haremos de Puerto RicoConservemos nuestro patrimonio para el futuro y as haremos de Puerto RicoConservemos nuestro patrimonio para el futuro y as haremos de Puerto RicoConservemos nuestro patrimonio para el futuro y as haremos de Puerto Rico

una patria orgullosa y feliz.una patria orgullosa y feliz.una patria orgullosa y feliz.una patria orgullosa y feliz.

jo


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Ilustraciones (dibujos y fotografas, incluyendo mediopunto) del autor, Arq. Jorge Ortiz Colom, excepto lassiguientes:

1 Our Islands and their People, 19003 Archivos de Library of Congress, Washington, USA

pgina .4 San Juan en 1753, tomado del Archivo General de Indias, Sevilla5 Arq. Domingo Sesmero, 1875, Archivo General de Puerto Rico, fondo municipal de San Juan, serie

Hospitales Legajo 65-1, expediente 25.17 Fuente annima, Gunica21 Edgar Vzquez, Municipio de Ponce22 Luis Enrique Malav, Coamo23 Junta de Planificacin de Puerto Rico

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