Escritos sobre el despotismo · descarta gustos y disgustos y los ministros mostrarán su forma...

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Revista Derecho del Estado n.12, junio 2002 HAN FEI TZU Escritos sobre el despotismo terminología típicamente taoísta y se expresan en un estilo terso y balanceado en extremo, con frecuente uso de rimas, que no es típico de la obra como un todo. Otras dos secciones, que no se incluyen aquí, están en realidad concebidas bajo la forma de comentarios acerca de pasajes del Tao-te-ching de Lao Tzu. Estas le dan al clásico taoísta una interpretación netamente política, legalista con préstamos del confucionismo, y son probablemente el trabajo de estudiosos del Ch’in o del Han temprano. Otras secciones del Han Fei Tzu son así mismo casi ciertamente el trabajo de escritores posteriores de la escuela legalista, y algunos pasajes pueden incluso ser parte de un ensayo escrito por un estudioso llamado Liu T’ao (muerto en 185 d. C.) para refutar las enseñanzas de Han Fei Tzu, que de alguna manera se colaron en el texto. Aunque existe desa- cuerdo entre los estudiosos acerca de cuáles de las secciones son obra de Han Fei Tzu, no hay razón, con la excepción mencionada arriba, para dudar de la autenticidad de las secciones que hemos incluido. Los siglos IV y V antes de Cristo vieron la aparición de un cuerpo de literatura técnica en chino –tratados de adivinación, medicina, agricultura, lógica, ciencia El Han Fei Tzu está dividido en 55 secciones. En el “Tratado en literatura” de la Historia del antiguo Han, y en otras bibliografías anteriores está listado con el título Han Tzu; la palabra Fei fue agregada al título mucho después para distinguirlo de los escritos del estudioso confucionista T’ang, Han Yü (786-824). La mayoría de las secciones son ensayos cortos y concisos sobre algún aspecto del pensamiento legalista, ajustados con títulos, y muy semejantes a ensayos de trabajos anteriores tales como el Mo Tzu, Hsün Tzu o el Libro del gran maestro Shang. Casi todas las doce secciones de mi selección son de este tipo. Algunas de las secciones consisten en anécdotas sacadas de los escritos históricos o leyendas de los tiempos Chou tardíos, y diseñadas para demostrar la validez de las políticas legalistas por medio de ilustraciones del pasado o para formular calumnias acerca de las teorías de otras escuelas del pensa- miento. He incluido uno de tales capítulos, la sección 10, en mi selección; hay alguna duda acerca de si es realmente de la mano del mismo Han Fei Tzu, pero ilustra la tendencia de los legalistas a aclarar sus pronunciamientos por medio de ejemplos concretos de la historia. Dos secciones de mi selección, la cinco y la ocho, emplean

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Revista Derecho del Estado n.… 12, junio 2002

HAN FEI TZU

Escritos sobre el despotismo

terminología típicamente taoísta y seexpresan en un estilo terso y balanceadoen extremo, con frecuente uso de rimas,que no es típico de la obra como un todo.Otras dos secciones, que no se incluyenaquí, están en realidad concebidas bajola forma de comentarios acerca de pasajesdel Tao-te-ching de Lao Tzu. Estas le danal clásico taoísta una interpretaciónnetamente política, legalista con préstamosdel confucionismo, y son probablementeel trabajo de estudiosos del Ch’in o delHan temprano. Otras secciones del HanFei Tzu son así mismo casi ciertamente eltrabajo de escritores posteriores de laescuela legalista, y algunos pasajes puedenincluso ser parte de un ensayo escrito porun estudioso llamado Liu T’ao (muerto en185 d. C.) para refutar las enseñanzas deHan Fei Tzu, que de alguna manera secolaron en el texto. Aunque existe desa-cuerdo entre los estudiosos acerca decuáles de las secciones son obra de HanFei Tzu, no hay razón, con la excepciónmencionada arriba, para dudar de laautenticidad de las secciones que hemosincluido.

Los siglos IV y V antes de Cristo vieronla aparición de un cuerpo de literaturatécnica en chino –tratados de adivinación,medicina, agricultura, lógica, ciencia

El Han Fei Tzu está dividido en 55secciones. En el “Tratado en literatura”de la Historia del antiguo Han, y en otrasbibliografías anteriores está listado conel título Han Tzu; la palabra Fei fueagregada al título mucho después paradistinguirlo de los escritos del estudiosoconfucionista T’ang, Han Yü (786-824).La mayoría de las secciones son ensayoscortos y concisos sobre algún aspecto delpensamiento legalista, ajustados contítulos, y muy semejantes a ensayos detrabajos anteriores tales como el Mo Tzu,Hsün Tzu o el Libro del gran maestroShang. Casi todas las doce secciones demi selección son de este tipo. Algunas delas secciones consisten en anécdotassacadas de los escritos históricos o leyendasde los tiempos Chou tardíos, y diseñadaspara demostrar la validez de las políticaslegalistas por medio de ilustraciones delpasado o para formular calumnias acercade las teorías de otras escuelas del pensa-miento. He incluido uno de tales capítulos,la sección 10, en mi selección; hay algunaduda acerca de si es realmente de la manodel mismo Han Fei Tzu, pero ilustra latendencia de los legalistas a aclarar suspronunciamientos por medio de ejemplosconcretos de la historia. Dos secciones demi selección, la cinco y la ocho, emplean

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militar, etc.–. El Han Fei Tzu está en rea-lidad aliado más de cerca con este géneroque con los trabajos filosóficos más ampliosdel período. El maestro de Han Fei Tzu,Hsün Tzu, escribió en forma amplia sobretemas variados como política, artes mili-tares, ética, estética, lógica y epistemología.Pero Han Fei Tzu y los otros autores dellibro que lleva su nombre se confinan enforma rígida a un solo tema: la política.Dentro del límite que ellos se impusieron,sin embargo, su tratamiento es exhaustivo.Casi no existe un problema de administra-ción que no hayan analizado y discutido,y apenas un problema contra el que nohayan advertido. El estilo de la obra es,como un todo, claro, conciso y pulido,aunque las metáforas en forma ocasionalse permiten salirse de las manos. Sutratamiento es ingenioso, mordaz y marcadopor un aire de sofisticación y cinismo.Generaciones de estudiosos chinos hanmanifestado conmoción por sus contenidos–el rechazo de todos los valores morales,el llamado a la dureza y engaño en política,la aseveración de que incluso la propiaesposa e hijos no deben ser sujetos deconfianza– y levantado sus plumas paradenunciarlo. Pero no ha existido una épocaen la que el libro haya dejado de leerse, yel texto parece haber llegado a nosotroscompleto. Es uno de esos libros que llamala atención en cualquier época debido aque se enfrenta a un problema de impor-tancia insoslayable: la naturaleza y el usodel poder.

Mi traducción está basada en el Han FeiTzu chi-shih por Ch’en Ch’i-yu (dos volú-menes, Shanghai, 1958). En sus exhaustivasnotas Ch’en saca a relucir todos los estu-dios importantes y comentarios de los estu-diosos chinos y japoneses anteriores (subibliografía incluye 89 títulos), agregandosus propias sugerencias para corregir e

interpretar. También he consultado el HanTzu ch’ien-chie por Lian Ch’i-hsiung (dosvolúmenes, Pekín, 1960); la traducciónjaponesa por Uno Tetsuto en las seriesKokuyaku kanbun taisei (1921) y la deTakeuchi Teruo (sólo el volumen I, Tokio,1960); la traducción al inglés de W. K. Liao,The complete Works of Han Fei Tzu (dosvolúmenes, Londres, Probsthain, 1939-59)y la traducción parcial de la sección 12por Arthur Waley en Three Ways of Thoughtin Ancient China (Londres, 1939).

BURTON WATSON

§5. EL CURSO DE ACCIÓNDEL GOBERNANTE

El curso de acción del gobernante es elprincipio de toda existencia y la medidadel bien y del mal. Por tal razón, el gober-nante iluminado1 se asegura firmementeal principio en orden de comprender lafuente de continua provisión de todas lasexistencias, y presta su atención a la medida,de modo tal que sepa la fuente de lo buenoy lo malo. Él aguarda –vacío y quieto–permitiendo a los nombres2 definirse a símismos y a los asuntos alcanzar su propioarreglo. Al estar vacío puede comprenderel aspecto real de la abundancia; al estarquieto puede corregir al que se mueve ocolocar algo en movimiento. Aquelloscuyo deber es hablar se adelantarán y senombrarán a sí mismos; aquellos cuyodeber es actuar, producirán resultados.Cuando nombres y resultados3 concuerden,el gobernante no necesitará hacer nadamás, y el verdadero aspecto de todas lascosas será revelado.

Por lo tanto, el gobernante no debe revelarsus deseos debido a que si lo hace susministros se pondrán la máscara que a élcomplace. Él no deberá revelar su voluntad

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porque si lo hace sus ministros mostraránun rostro diferente. Entonces se dice:descarta gustos y disgustos y los ministrosmostrarán su forma verdadera; descarta lasabiduría y la treta y los ministros cuidaránsus pasos. Por lo tanto, aunque el gobernantees sabio, no madura esquemas desde susabiduría, pero causa que todos los hombresconozcan su lugar. Aunque él tiene valía,no la despliega en sus obras, pero observalos motivos de sus ministros. Aunque esvaliente, no demuestra en forma ostentosao imprudente su valentía con muestras deindignación, pero permite que sus subor-dinados desplieguen su valor al máximo.Así, aunque él descarta la sabiduría, sumandato es iluminado; aunque descarta lavalía, alcanza el mérito; y aunque descartala valentía, su Estado crece poderoso.Cuando sus ministros se mantienen en suspuestos, los cien oficiales tienen sus deberesregulares y el gobernante emplea a cadauno de ellos de acuerdo con sus habilidadesparticulares. Esto es conocido como elestado de múltiple constancia.

Por lo tanto se ha dicho: «tan quieto enapariencia, que parece dirigir su atencióna ningún lugar; tan vacío, que nadie puedetratar de descubrirlo». El gobernanteiluminado reposa en ninguna acción porencima suyo y, hacia abajo, sus ministrostiemblan de miedo.

Este es el curso de acción del gobernanteiluminado: causa que los sabios develentodos sus esquemas y decide sus asuntosacorde; por lo tanto su propia sabiduríanunca se agota. Hace que el valioso des-pliegue sus talentos y los emplea acorde;por lo tanto su propia valía nunca se agota.Donde se consiguen logros, el gobernantetoma el crédito por su valía; donde se pro-ducen errores, los ministros son imputadosresponsables por la culpa, por lo tanto, elnombre del gobernante nunca sufre. Así,

aunque el gobernante no es valioso en símismo, es el líder de la valía; aunque noes sabio en sí mismo, es el corrector de lasabiduría. Los ministros tienen la labor, elgobernante disfruta el éxito. Esto se llamala máxima del gobernante valioso.

El curso de acción reposa en lo que nopuede ser visto, su función en lo que nopuede conocerse. Sea vacío, quieto ydesocupado y desde su lugar de oscuridadobserve los defectos de los otros. Vea peroparezca como si no viera, escuche peroaparente no escuchar, sepa pero no dejesaber que sabe. Cuando perciba la direcciónde las palabras de un hombre no la cambie,no lo corrija; pero examínelo y compárelocon los resultados. Asigne un hombre a cadaoficina y no los deje hablar entre sí, y deesa manera todos harán lo más que les seaposible. Esconda sus huellas, oculte susfuentes de modo que sus subordinados nopuedan rastrear los resortes de su actuar.Descarte la sabiduría, jure falsamentehabilidad, de modo que a sus subordinadosno les sea posible adivinar en qué anda.Aférrese a sus objetivos y examine losresultados para ver cómo coinciden; tomeel control de las riendas del gobierno cuida-dosamente y sosténgalas con firmeza4.Destruya toda esperanza, aplaste todaintención de que se las arrebaten y no per-mita que hombre alguno las desee.

Si no cuida la puerta, si no la alcanzarápido, los tigres se esconderán allí. Si noes cuidadoso en sus obligaciones, si noesconde su verdadero aspecto, entonces lostraidores surgirán. Ellos asesinan a susoberano y usurpan su puesto y todos loshombres por temor hacen causa común conellos; por lo tanto se les llama tigres. Ellosse sientan alrededor del gobernante y, alservicio de ministros malévolos, espían sussecretos; por lo tanto se les llama traidores.Aplaste sus camarillas, arreste a los que

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los respaldan, cierre la puerta, prívelos detoda esperanza de respaldo, y la Naciónestará libre de tigres. Sea inmensamentegrande, sea profundo en el sondeo; ase-gúrese que los nombres y los resultadoscorrespondan, examine las leyes y aduanas,castigue a aquellos que actúan de modoobstinado y el Estado permanecerá sintraidores.

El gobernante de hombres permanece enpeligro de ser encerrado de cinco maneras.Cuando los ministros aíslan al gobernante,es un tipo de bloqueo. Cuando ellos obtienenel control de la riqueza y los recursos delEstado, es el segundo tipo de encierro.Cuando están en libertad de impartir órdenesa su gusto, es el tercer tipo. Cuando soncapaces de hacer obras correctas en su pro-pio nombre, es el cuarto tipo. Cuando soncapaces de construir sus propias camarillas,es el quinto tipo. Si los ministros aíslan algobernante, entonces él pierde efectividadde su posición. Si ellos controlan la riquezay los recursos, él pierde los medios dedispensar generosidad a los otros. Si ellosimparten órdenes a su gusto, él pierde losmedios de mandar. Y si ellos son capacesde llevar a cabo obras correctas en su propionombre, él pierde su derecho a reclamarcomo propia su iluminación. Y si ellos pue-den construir sus propias camarillas, élpierde a sus seguidores. Todos estos sonderechos que deben ejercitarse por el mismogobernante, nunca deben ser delegados enmanos de sus ministros.

El curso de acción del gobernante dehombres es atesorar la quietud y reserva.Sin manejar por sí mismo los asuntos, élpuede reconocer la torpeza o habilidad enlos otros; sin proponer planes de su autoría,sabe qué traerá fortuna o desgracia. Por lotanto, no necesita pronunciar palabra, perolas buenas respuestas le serán dadas; nonecesita promesas, pero los buenos trabajos

se incrementarán. Cuando se le presentanpropuestas, toma cuidadosa nota de sucontenido; cuando las obligaciones se hallanencaminadas, toma nota cuidadosa delresultado; y de acuerdo con el grado en quelas propuestas y resultados correspondanentre sí, nacen castigos y premios. Así, elgobernante asigna obligaciones a sus diver-sos ministros sobre la base de las palabrasque ellos hablan y evalúa la importanciade sus logros de acuerdo con la manera comoellos llevaron a cabo la obligación. Cuandolos logros están de acuerdo con la obligacióny la obligación está de acuerdo con lo quese ha dicho acerca de ella, entonces el gober-nante premia al hombre; cuando estas cosasno concuerdan, él castiga al hombre. Estáen el curso de acción del gobernante ilu-minado nunca permitir que sus ministroshablen palabras que no puedan hacer coin-cidir con sus resultados.

El gobernante iluminado es, al poner enuso recompensas, tan benevolente como lalluvia de estación; el rocío de su generosidadbeneficia a todos los hombres. Pero al repar-tir castigo él es tan terrible como el trueno;hasta los sagrados sabios no pueden apa-ciguarlo. El gobernante iluminado nuncaes demasiado liberal en sus recompensas,nunca muy indulgente en sus castigos. Sisus recompensas son muy liberales, enton-ces los ministros que han ganado méritoen el pasado se volverán relajados en susdeberes, y si sus castigos son muy indulgen-tes, entonces los ministros malvados encon-trarán fácil hacer el mal. Así, si un hombreha ganado realmente mérito, sin importarqué tan insignificante y lejanamente apar-tado se encuentre, debe ser recompensado;y si él cometió realmente un error, sin impor-tar qué tan cercano o querido por el gober-nante pueda ser, debe ser castigado. Siaquellos que son insignificantes y lejana-mente apartados pueden estar seguros de

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recibir recompensa5, y los otros cercanosy queridos al gobernante pueden estarseguros del castigo, entonces el primero noescatimará sus esfuerzos, y el último nocrecerá en orgullo.

§6. DE CÓMO TENER NORMAS

Ningún Estado es fuerte por siempre odébil por siempre. Si aquellos quemantienen la ley son fuertes, el Estadoserá fuerte; si son débiles, el Estado serádébil. El rey Chuang [r. 613-591] de Ch’uanexó 26 estados y extendió su territoriotres mil li, pero la muerte lo llamó de susaltares de tierra y grano, y Ch’u con eltiempo declinó. El duque Huan [r. 685-643] de Ch’i anexó treinta estados yextendió su territorio tres mil li, pero lamuerte lo llamó de sus altares de tierra ygrano, y Ch’i con el tiempo declinó. Elrey Chao [r. 311-279]6 de Yen extendiósus dominios hacia el río Amarillo al sur,hizo su capital en Chi, y reforzó sus defensasen Cho y Fang-ch’eng; rebasó el estadode Ch’i y conquistó Chung-shan, hastaque todos los que se aliaron con él fueronvistos como poderosos y los que no, comoinsignificantes, pero la muerte lo llamóde sus altares, y Yen con el tiempo declinó.El rey An’his [r. 276-243] de Wei atacó aYen para salvar a Chao7, cercó el área aleste del río Amarillo, atacó y ganó controlcompleto de las regiones de Tao y Wei,despachó tropas contra Ch’i y cercó laciudad de P’ing-lu para su uso privado;atacó Han, tomó control de Kuan y salióvictorioso del río Ch’i; en la campaña enSui-yang la armada Ch’u huyó de él agotaday en la campaña en Ts’ai y Chao-ling laarmada Ch’u fue aplastada; sus tropasmarcharon hacia los cuatro costados delmundo y su poderío impresionó a los

estados de capa y faja8; pero después deque el rey An-his muriera, Wei con eltiempo declinó.

De esta manera, bajo Chuang y Huan,los estados de Ch’u y Ch’i se convirtieronen dictatoriales; y bajo Chao y An-his losestados de Yen y Wei fueron fuertes. Peroahora todos ellos se han vuelto paísescondenados, porque sus ministros y fun-cionarios persiguen sólo lo que trae caos ynunca lo que trae orden. Sus estados yacayeron en desorden y debilidad y, a pesarde esto, los ministros y funcionarios hacencaso omiso de las leyes y persiguen ganan-cias privadas al negociar con poderes exter-nos. Uno podría tanto como cargar un bultode leña para apagar un fuego –el caos y ladebilidad sólo pueden incrementarse–.

En nuestro tiempo, aquél que pueda ponerfin a las intrigas privadas y hacer que lagente mantenga la ley pública verá a supueblo seguro y a su Estado bien ordenado;aquél que pueda bloquear las búsquedasegoístas y hacer cumplir la ley pública veráa sus ejércitos crecer más fuertes y a susenemigos debilitarse. Al encontrar hombresque tengan un entendimiento claro de loque es benéfico para la nación y un senti-miento por el sistema de leyes y regula-ciones, colocándolos al mando de losoficiales menores, entonces el regidor nuncapodrá ser engañado por mentiras y false-dades. Al encontrar hombres con un claroentendimiento de lo que es benéfico parala nación y el juicio para sopesar los asuntosen forma apropiada, al ponerlos al mandode los asuntos externos, entonces el gober-nante nunca será engañado en sus relacionescon otros poderes del mundo.

Ahora, si hombres capaces son selec-cionados para promoción sólo sobre la basede la reputación, entonces los funcionariosharán caso omiso del gobernante y buscaránsólo la buena voluntad de sus asociados y

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subordinados. Si los nombramientos a loscargos son controlados por camarillas,entonces los hombres sólo trabajarán paraestablecer conexiones rentables y no trataránde alcanzar cargos por las rutas regulares.En tales casos, los cargos públicos nuncaserán llenados por hombres capaces, y elEstado caerá en el desorden. Si se entreganrecompensas sobre la única base de buenosreportes, y castigos sobre la base decalumnias, entonces los hombres quecodician recompensas y temen los castigosabandonarán el interés público y perseguiránsólo conspiraciones privadas, asociándosepara favorecer sus propios intereses. Si loshombres olvidan quién es su soberano y seasocian con poderes extranjeros parafavorecer los intereses de su propio grupo,entonces los subordinados serán de pocaayuda para sus superiores. Si los gruposson grandes y sus aliados numerosos, talque una sola camarilla incluya hombrestanto de dentro como de fuera del Estado,entonces, aunque sus miembros cometanfaltas manifiestas, encontrarán sobradasmaneras de ocultarlas. Como resultado, losministros realmente leales enfrentaránpeligro y muerte aunque no sean culpables;mientras que los ministros malvados goza-rán de seguridad y beneficios por los queno han hecho nada para merecer. Si losministros leales, aunque sin culpa, aunenfrenten peligro y muerte, entonces seocultarán; y si los ministros malvados,aunque sin mérito, gozarán de seguridad ybeneficios, entonces los funcionarios co-rruptos pasarán al frente. Este es el principiode la caída.

En tales casos los funcionarios darán laespalda a la ley, buscando sólo establecerconexiones personales de peso y deberesoficiales moderados. Algunos de ellos vola-rán a las puertas de hombres poderosos, peroninguno aparecerá en la corte del soberano.

Mostrarán cientos de planes para el avancede los intereses privados de la familia, perosin dar un solo pensamiento acerca de cómoel regidor deberá ordenar su Estado. De estamanera, aunque existen muchos hombressujetos a la administración, no serán de losque hagan honor a su regidor; aunque todoslos puestos oficiales están llenos, ningunode los que los llenen será alguien a quiense pueda confiar los asuntos del Estado.Entonces, aunque el soberano retiene eltítulo de regidor de hombres, será en realidadun peón de las familias ministeriales.

Por lo tanto digo9: no hay hombres enla corte de un Estado en ruina. Cuando digoque no hay hombres, no quiero decir queel número actual de hombres de una cortesea más bajo que el usual. Pero las familiaspoderosas buscan sólo beneficiarse entreellas y no enriquecer al Estado; los altosministros buscan sólo honrarse entre ellosy no honrar a su soberano; y los funcionariosinsignificantes se aferran a sus salarios ytrabajan para hacer amigos influyentes envez de atender a sus deberes. Y la razónpor la que se ha llegado a tal estado de cosases que el regidor no toma desiciones im-portantes sobre la base de la ley, pero ponesu fe en cualquier cosa que hagan sussubordinados.

Un gobernante en verdad iluminado usala ley para seleccionar a los hombres quenecesita, no los escoge por sí mismo. Usala ley para sopesar sus méritos, no intentajuzgarlos por sí mismo. De ahí que loshombres de verdadero valor no serán capa-ces de ocultar sus talentos, ni dañar a otrospara encubrir sus faltas. El hombre no puedeavanzar sobre la base única del elogio,tampoco ser manejado desde la corte porcalumnias. Entonces habrá un entendimientoclaro de los valores entre el regidor y susministros, y el Estado puede ser fácilmentegobernado. Pero sólo si el regidor hace uso

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de la ley puede tener la esperanza dealcanzarlo.

Cuando un hombre de verdadera valíallega a ser ministro enfrenta el norte ante elsoberano, presenta muestras de su lealtad10

y destierra de su mente los pensamientosde todas las demás lealtades. Si sirve en lacorte, no se aventura a excusarse debido alo bajo del puesto que se le asignó; si sirveen el ejército, no se atreve a esquivar elpeligro. Sigue la dirección de sus superioresy obedece las leyes de su soberano; con lamente vacía espera las órdenes y no preguntasi éstas están bien o mal. De ahí que aunquetenga boca nunca la usa para hablar paraventajas personales; aunque tiene ojos, nuncalos emplea para espiar ganancias privadas;en todas las cosas está bajo el control desus superiores. Un ministro puede ser compa-rado con una mano, la que se eleva para servira la cabeza o desciende para atender a lospies; su deber es aliviar al cuerpo del caloro del frío, y cuando las espadas amenazan11,no se atreve a fallar en golpearlas. Por suparte, el regidor nunca debe hacer uso egoístade sus ministros juiciosos u hombres capaces.De modo que nunca el pueblo esté tentadoa ir más allá de sus comunidades a formaramistades, ni que se preocupen acerca de loque pase a cien li de distancia. El honorabley el humilde no se meten en el camino delotro, y el estúpido y el juicioso encuentransu propio sitio. Esta es la perfección del buengobierno.

A los hombres que son desdeñosos delos rangos y salarios, rápidos para desecharsus cargos y abandonar el Estado en buscade otro soberano, no los llamaré rectos. Aquienes proponen falsas doctrinas y causancontroversia sobre la ley, a aquellos quedesafían a su soberano o se le oponen confuertes censuras, no los llamaré leales. Aaquellos que practican la caridad y repartenbeneficios para ganarse a sus subordinados

y hacerse a un nombre, no los llamaré bene-volentes. A quienes se apartan del mundo,viven en retiro y emplean sus juicios pararegar calumnias en contra de sus supe-riores12, no los llamaré correctos.

A aquellos que dedican todo su tiempoa establecer relaciones favorables con lospríncipes de otros estados, empobreciendoa su propio Estado en el proceso, y quienes,cuando ven el momento de crisis apro-ximarse, intentan intimidar a su soberanoal decir: «sólo a través mío pueden esta-blecerse relaciones amistosas con éste yaquél, sólo a través de mí se puede aplacarla cólera de éste y aquél», hasta que elregidor termina por creer en ellos y les confíatodos los asuntos del Estado a su decisión;quienes degradan el nombre del regidor pararealzar su propia eminencia, quienes asaltanlos recursos del Estado para beneficiar asus propias familias, a tales hombres nolos llamaré juiciosos.

Obras como éstas prevalecen en unaépoca peligrosa, pero fueron evitadas porleyes de reyes anteriores. Las leyes de losantiguos reyes dicen: «Los ministros nodeben manejar los instrumentos de autoridadni dispensar beneficios, pero sí seguir lasórdenes del rey; ninguno deberá hacer elmal, sino defender la trayectoria del rey».En la antigüedad el pueblo de una épocabien ordenada sostuvo la ley pública yrenunció a las maquinaciones privadas, con-centró su atención en un objetivo y sus accio-nes en un objeto, y juntos esperaron la cargaque se les impuso.

Si el regidor de hombres trata de mantenerun control personal en todos los variadoscargos de su gobierno, encontrará el díamuy corto y sus energías insuficientes.Además, si el regidor usa sus ojos, sus subor-dinados tratarán de petrificar lo que él ve;si usa sus oídos, tratarán de embellecer loque él oye, y si usa su mente, estarán donde

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él está, con interminables discursos. Losreyes del pasado, al saber que estas tresfacultades no serían suficientes, en formacorrespondiente dejaron de lado sus propiashabilidades confiando en cambio en la leyy las políticas y tuvieron cuidado de verque los premios y los castigos fuesen co-rrectamente distribuidos. Desde que seaferraban al punto esencial, sus códigoslegales eran simples y a la vez inviolables,ejerciendo solos control sobre todo lo quese hallaba dentro de los cuatro mares. Aunlos hombres más inteligentes no erancapaces de hallar espacio para sus mentiras,los de más fácil hablar no hallaban audi-cencia para sus sofismas, y la maldad y elenagaño fueron dejados sin fundamento.Aunque a mil millas del regidor no habíahombre que se atreviera a decir nada dife-rente de lo que dirían ante su presencia;aunque cortesanos en el palacio, ellos nose atrevían a ocultar bien o encubrir maldad.Los cortesanos y los oficiales se movíanen tropel para el servicio de su soberano,cada uno atendiendo diligentemente suspropias obligaciones, y sin atreverseninguno a pasarse de la raya en su posición.Los asuntos del gobierno no eran urgentes13

y el tiempo se desperdiciaba. La forma enque el regidor confiaba en su posición lohacía posible.

El proceso con el que los ministros inva-den los derechos de su soberano es tangradual como el cambio en los contornosdel paisaje. Poco a poco hacen que pierdasu sentido de dirección, hasta que él enfrentael este cuando antes enfrentaba el oeste y,aun así, no se da cuenta del cambio. Deahí que los antiguos reyes colocasen marcashacia el sur para determinar la direccióndel amanecer y la del ocaso. De la mismamanera, un regidor iluminado se aseguraráde que la ambición de sus ministros no vaguemás allá de los límites de la ley y que no

vayan dispensando favores, aunque talesactos puedan estar dentro de la ley. No seles permite hacer movimientos que no esténde acuerdo con la ley. Las leyes son el mediode prohibir el error y descartar motivosegoístas14; penas estrictas son el medio parareforzar las órdenes y disciplinar a losinferiores. La autoridad nunca debe residiren dos lugares15; el poder de decretar nuncadebe estar abierto al uso conjunto. Si auto-ridad y poder son compartidos con otros,entonces toda clase de abuso se convertiráen común. Si la ley no impone respeto,entonces todas las acciones del regidorcorrerán peligro. Si las penas no son refor-zadas, entonces la maldad nunca será ven-cida.

Aunque el carpintero habilidoso es capazde juzgar una línea recta tan sólo con suojo, siempre tomará sus medidas con unaregla; aunque un hombre de sabiduríasuperior es capaz de manejar los asuntostan sólo por medio de un ingenio innato,siempre mirará las leyes de antiguos reyespara su guía. Estira la plomada, y la maderatorcida puede cepillarse derecha; aplica elnivel, y baches y huecos pueden hacersedesaparecer; balancea las pesas, y pesadoy ligero pueden ser ajustados; saca las jarrasde medición y las discrepancias de cantidadpueden corregirse. De la misma manera unopuede usar leyes para gobernar el Estado,disponiendo sobre todos los asuntos tan sólocon base en ellas.

La ley ya no hace excepciones en per-sonas de alta posición, así como la plomadase dobla para acomadarse a una parte torcidaen la madera. Lo que la ley ha decretado elhombre sabio no puede disputar ni el hombrevaliente aventurarse a desafiar. Cuando lasfaltas han de ser castigadas, el ministro másalto no puede escapar; cuando el bien debeser premiado, el más humilde campesinono debe ser desechado. Por lo tanto, para

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corregir las faltas de los superiores, castigarlas malas acciones de los subordinados,restaurar el orden, exponer el error, corregirel exceso, remediar la maldad y unificar elestándar del pueblo, nada puede compararsecon la ley. Para asustar a los oficiales, atemo-rizar al pueblo, eliminar la lascivia y la pe-reza, y prevenir las mentiras y los engaños,nada puede compararse con las penas. Silas penas son pesadas, los hombres no seatreverán a usar su posición encumbradapara abusar del humilde; si las leyes estánclaramente definidas, los superiores seránhonrados y sus derechos no serán invadidos.Si son honrados y sus derechos inviolables,entonces el regidor será fuerte y se aferrarácon rapidez a lo que es esencial. Por lo tanto,los antiguos reyes mantenían las leyes enalta estima y las pasaban hacia la posteridad.Donde el regidor de los hombres descartala ley y sigue su sabiduría personal, entoncestoda distinción entre lo alto y lo bajo dejaríade existir.

§7. LAS DOS ASAS

El regidor iluminado controla a sus minis-tros tan sólo por medio de dos asas. Las dosasas son castigo y favor. ¿A qué me refierocon castigo y favor? Infligir mutilación ymuerte en los hombres es llamado castigo;conferir honor y recompensa es llamadofavor. Aquellos que actúan como ministrostemen las penas y tienen la esperanza deobtener ganancias de las recompensas. Porlo tanto, si el regidor ejerce sus penas yfavores, sus ministros temerán su severidady se agruparán para recibir sus beneficios.Pero los ministros malvados de la épocason diferentes. Engatusan al regidor paraque los deje infligir castigos por sí mismosa la gente que odian y conferir recompensas

a los que son de su agrado. Ahora, si elregidor de hombres no insiste en reservarpara sí el derecho a dispensar beneficiosbajo la forma de recompensas y mostrar laseveridad de sus castigos, pero en cambiolos entrega siguiendo el consejo de susministros, entonces todo el pueblo de suEstado temerá a los ministros y despreciaráal rey, se agrupará en torno a los ministrosy abandonará al rey. Este es el peligro quese cierne cuando el regidor pierde el controlde los castigos y los favores.

El tigre está en capacidad de vencer alperro debido a sus garras y sus dientes, perosi descarta sus garras y sus dientes y dejaque el perro los use, entonces, por elcontrario, será vencido por el perro. De lamisma forma el regidor de hombres usa loscastigos y favores para controlar a susministros, pero si los descarta y deja quesus ministros los usen, entonces, por elcontrario, se encontrará bajo el control desus ministros.

T’ien Ch’ang le pidió al regidor variostítulos y estipendios que luego distribuyóentre los otros ministros, y utilizó una por-ción extremadamente grande en subsidiargrano para el pueblo. De esta forma elregidor, el duque Chien, perdió el derechoexclusivo a dispensar favores, pasándolomás bien a las manos de T’ien Ch’ang. Asífue como el duque Chien terminó por serasesinado16.

Tzu-han le dijo al regidor de Sung: «Dadoque el pueblo se regocija en recompensasy regalos, debería conferírselos usted mismopero, dado que odian los castigos y lassentencias de muerte, le suplico me permitadispensarlas por usted». Desde entonces elregidor de Sung entregó el derecho exclu-sivo a aplicar los castigos y lo puso en manosde Tzu-han. Así fue como el regidor de Sungvino a ser intimidado17.

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T’ien Ch’ang se puso a conferir favoresa su gusto, y el duque Chien fue asesinado;Tzu-han se hizo de los castigos y los repartióa su gusto y el regidor de Sung fue inti-midado. Por lo tanto, si se les permite alos ministros de la era presente compartirel derecho a repartir los castigos y favores,los regidores de este tiempo se pondrán enmayor peligro que el duque Chien y el señorde Sung. De manera invariable, cuando losregidores son intimidados, asesinados, obs-truidos o forzados a permanecer en la som-bra, siempre ha sido porque entregaron asus ministros su derecho a administrarcastigos y favores, y por lo tanto produjeronsu propio riesgo y caída.

Si el regidor de hombres desea poner final obrar del mal, entonces deberá cuidadosa-mente combinar nombres y resultados, loque equivale a decir palabras con acciones18.Los ministros presentan sus proposiciones;el gobernante les asigna tareas sobre la basede sus palabras y de ahí se concentra endemandar el cumplimiento de las tareas.Si el cumplimiento se ajusta a la tarea, y latarea se ajusta a las palabras, entonces con-cede recompensas, pero si no se ajustan,reparte castigos. Por lo tanto, si uno de losministros viene con grandes palabras peroproduce sólo pequeños resultados, el regidorlo castiga, no porque sus resultados seanpequeños sino porque no se ajustan alnombre que se les dio al comprometerlos.Del mismo modo, si uno de los ministrosviene con pocas palabras pero producegrandes resultados, también se le castiga,no porque el regidor se disguste con losgrandes logros sino porque considera ladiscrepancia con el nombre dado a la em-presa una falta muy seria al ser sobrepasadapor grandes resultados.

Una vez en el pasado el marqués Chaode Han se emborrachó y se quedó dormido.El guardián del capelo real, al ver que el

marqués estaba frío, puso un manto sobreél. Cuando el marqués despertó, se sintiócomplacido y le preguntó a sus ayudantes:«¿quién me cubrió con un manto?», «elguardián del capelo», le contestaron. Elmarqués en seguida castigó tanto al guardiándel capelo real como al guardián del mantoreal. Castigó al guardián del manto por fallaren cumplir con su deber, y al guardián delcapelo por excederse en sus funciones. Nofue que le agradase el frío, pero consideróla invasión de un oficial sobre los deberesde otro un peligro mayor que el frío.

Por lo tanto, un gobernante iluminado,en el manejo de sus ministros, no permiteque ellos ganen mérito al traspasar susfunciones, o hablar palabras que no se co-rrespondan con sus acciones. Aquellos quetraspasen sus oficios están condenados amorir; aquellos cuyas palabras y accionesno correspondan serán castigados. Si seobliga a los ministros a apegarse a sus pro-pios deberes y a hablar sólo lo que es justo,entonces serán incapaces de agruparse encamarillas para trabajar en beneficio mutuo.

El regidor de hombres tiene dos preo-cupaciones: si emplea tan sólo hombres devalía, entonces sus ministros utilizarán elencanto de la valía como medio para inti-midarlo; por otro lado, si promueve personasen forma arbitraria, los asuntos de Estadoserán mal ejecutados y nunca alcanzaránuna conclusión exitosa. Por lo tanto, si elregidor demuestra afecto por el mérito, todossus ministros procurarán poner una fachadaplacentera a sus acciones en orden a sa-tisfacer sus deseos. En tal caso, nuncamostrarán sus verdaderos colores, y si nuncamuestran sus verdaderos colores, entoncesel regidor no tendrá forma de distinguir alhábil del inútil. Debido a que el rey de Yüehadmiraba el valor, muchos de sus súbditosdesafiaban la muerte; debido a que el reyLing de Ch’u gustaba de las cinturas

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delgadas, su estado estaba lleno de gente amedio morir de hambre por las dietas.Debido a que el duque Huan de Ch’i eraceloso y amaba a sus damas de compañía,Shu-tia se castró para que lo pusiesen a cargodel harem; debido a que el duque sentíapredilección por comidas inusuales, Yi-yacoció al vapor la cabeza de su hijo y laofreció al duque. Debido a que Tzu-k’uaide Yen admiraba a las personas de valía,Tzu-chih insistió en que no aceptaría el tronoaun si se le fuese ofrecido19.

De esta manera si el regidor revela loque le desagrada, sus ministros tendráncuidado en disfrazar sus motivos; si muestralo que le agrada, sus ministros fingiránhabilidades que no tienen. En resumen, sideja que sus deseos sean conocidos, le daa sus ministros pistas acerca de la actitudque mejor deben asumir.

Por lo tanto, Tzu-chih, al fingir ser unhombre de valía, fue capaz de arrebatar elpoder de manos de su soberano; Shu-tiaoy Yi-ya al atender los deseos del regidor,fueron capaces de invadir su autoridad.Como resultado, Tzu-k’uai murió en el caosque propició, y el duque Huan fue dejadosin enterrar por tanto tiempo que los gusanosse arrastraban fuera de la puerta de su cámaramortuoria.

¿Qué causó esto? Esto es un ejemplo dela calamidad que resulta cuando el regidorrevela sus sentimientos a sus ministros. Tanlejos como vayan los sentimientos de losministros, ellos no necesariamente aman alregidor; le sirven sólo con la esperanza deuna ganancia sustancial. Ahora, si el regidorde hombres no oculta sus sentimientos ymotivos, pero en cambio da a sus ministrosun asidero por medio del cual puedan invadirsus derechos, entonces no tendrán dificultadalguna en hacer lo que Tzu-chih y T’ienCh’ang hicieron. Por lo tanto, se ha dicho:aleja los gustos, aleja los odios, y los ministros

mostrarán sus colores verdaderos. Y cuandolo hayan hecho, el regidor de hombres nuncaserá engañado20.

§8. EJERCIENDO EL PODER21

Tanto el cielo [naturaleza] como el hombretienen sus destinos fijados. Los aromasfragantes y los sabores delicados, vino ricoy carne grasosa complacen al paladar peroenferman el cuerpo. Facciones justas ydientes perlados alientan el corazón perogastan el espíritu. Por lo tanto, renuncia aldisturbio y al exceso, porque sólo entoncespuedes mantener tu salud sin mella.

No dejes que tu poder sea visto; per-manece en blanco y sin acción. El gobiernoalcanza a los cuatro barrios pero su fuenteestá en el centro. El sabio se aferra a lafuente y los cuatro barrios vienen a él paraservirle. Los espera en vacío y ellos en formaespontánea hacen cuanto sea necesario.Cuando todo lo que se halla dentro de loscuatro mares ha sido puesto en sus lugaresadecuados, se sienta en la oscuridad aobservar la luz. Cuando aquellos a su dere-cha e izquierda han tomado sus lugares, abrela puerta para enfrentar al mundo. No cam-bia nada, no altera nada, pero actúa conlas dos asas de recompensa y castigo, actúay nunca cesa; esto es lo que se llama recorrerel camino del principio.

Las cosas tienen su propio lugar, lostalentos sus propios usos; cuando todos estánen su propio lugar, entonces superior e infe-rior pueden estar libres de acción. Deja queel gallo sea el heraldo del amanecer, dejaal gato atrapar ratas. Cuando cada uno ejer-cita su habilidad, el regidor no necesita hacernada. Si el regidor trata de excederse, enton-ces nada irá bien. Si se jacta de un ojo parala habilidad de otros, invitará al engaño entresus subordinados. Si es indulgente y gusta

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de perdonar vidas, sus subordinados seimpondrán sobre su naturaleza bondadosa.Si superior e inferior tratan de cambiar roles,el Estado nunca estará ordenado.

Utiliza el modo de acción simple y hazque los nombres sean lo principal. Cuandolos nombres son correctos, las cosas perma-necen en su lugar; cuando los nombres estánretorcidos, las cosas cambian de la mismaforma. Por lo tanto, el sabio se aferra a launidad en quietud; deja que los nombresse definan a sí mismos y los asuntos alcan-cen su propio nivel. No revela su naturaleza,y sus subordinados son abiertos y rectos.Les asigna tareas de acuerdo con sus habi-lidades y los deja resolver22 las cosas porsí mismos; entrega recompensas de acuerdocon los resultados y los deja elevar suspropias estaciones. Establece el estándar,se soporta en él, y deja que todas las cosasse asienten solas. Sobre la base de losnombres hace sus nombramientos y dondeel nombre no es claro, mira la realizaciónreal a la cual aplica. De acuerdo con la rea-lización y el nombre correspondan, da larecompensa o castigo merecidos. Cuandose tiene certeza de que las recompensas ylos castigos deben ser impartidos, entonceslos subordinados desnudan su verdaderanaturaleza.

Atiende en forma diligente estos asuntos,aguarda el decreto del cielo, no pierdas elcontrol del punto vital, y podrías convertirteen sabio. Descarta la sabiduría y las tretasporque, si no lo haces, encontrarás difícilpermanecer constante. Cuando la gente usala sabiduría y el engaño, traen grave peligroa sí mismos; cuando el regidor los usa, suEstado enfrenta peligro y destrucción. Sigueel camino del cielo, refléjate en el principiodetrás de los asuntos humanos; investiga,examina y compara estas cosas, y cuandollegues a un final, vuelve a empezar. Sé vacío,calmado y solitario; nunca te adelantes. Todas

las preocupaciones del gobernante aparecenporque trata de ser como otros. Confía enotros, pero nunca seas como ellos, y entoncesla miriada de la gente te seguirá como a unsolo hombre.

El modo de acción es vasto, grandiosoy sin forma; su poder es claro y ordenadoy se extiende a todas partes. Desde que seextiende a todos los seres vivientes, ellospueden usarlo proporcionalmente; pero,aunque todas las cosas florecen a través deél, no descansa entre las cosas. El modode acción extiende todas las cosas de aquíhacia abajo. Por tanto examina y obedecelos decretos del cielo23 y vive y muere enel momento justo; compara nombres, dife-rencia eventos, comprende su unidad eidentifícate con la naturaleza verdadera delmodo de acción.

Así, se ha dicho: el modo de acción nose identifica con la miriada de seres; su poderno se identifica con el ying y el yang másde lo que una balanza se identifica conpesado o ligero, una plomada con bachesy huecos, un órgano de junco con humedado sequedad24, o el regidor con sus ministros.Todos estos (miriada de seres, el yin y elyang, pesado y ligero, etc.) son productosdel modo de acción; pero el modo de acciónpor sí mismo nunca es plural –por lo tantoes llamado una unidad–. Por esta razón, elgobernante iluminado aprecia la solitud, quees la característica del modo de acción. Elregidor y sus ministros no siguen el mismocamino. Los ministros presentan sus propo-siciones, el regidor asegura firmemente elnombre, y los ministros se adelantan conresultados. Cuando los nombres y los resul-tados concuerdan, entonces superior einferior alcanzarán la armonía.

El modo de escuchar las palabras de losministros es tomar las frases que vienende ellos y compararlas con los poderes deque han sido investidos. Por lo tanto, debes

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examinar los nombres cuidadosamente parapoder establecer rangos, clarificar deberespara poder distinguir valía. Esta es la manerade escuchar las palabras de otros: sé silen-cioso como si estuvieras en un estupor deborracho. Repítete a tí mismo: ¡labios!¡dientes! no sean los primeros en moverse;¡labios! ¡dientes! sean más gruesos, ¡seantan torpes como nunca lo han sido! Dejaque los otros digan sus piezas –ganarésabiduría de ese modo–.

Aunque el bien y el mal pululan a sualrededor, el regidor no discute con ellos.Sé vacío, quieto, inactivo, ya que esta esla verdadera naturaleza del modo de acción.Estudia, compara, y ve lo que coincide, yaque esto revelará qué tanto ha sido alcan-zado. Compara con resultados concretos;verifica contra las aseveraciones vacías.Donde la raíz y la base del asunto esténfirmes no habrá error en el movimiento ola quietud. Sea que te muevas o permanezcasquieto, transforma cualquier inacción pen-sada. Si muestras complacencia, tus asuntosse multiplicarán; si muestras odio, naceráresentimiento. Por lo tanto, descarta tantoel placer como el odio, y con una mentevacía conviértete en la morada del modode acción.

El regidor no trata de trabajar hombro ahombro con su gente y ellos de acuerdocon esto respetan la dignidad de su posición.No trata de decirles a los demás qué hacer,pero los deja hacer las cosas por sí mismos.Tranca firmemente su puerta interior y desdesu cuarto mira hacia afuera al patio; proveyólas reglas y varas de medición de modo quetodas las cosas conocen su lugar25. Aquellosque ameriten recompensa serán recom-pensados; aquellos que merezcan castigoserán castigados. Recompensa y castigosiguen a la obra; cada hombre se los acarreaa sí mismo. Por lo tanto, sin importar que

el resultado sea placentero u odioso, ¿quiénse atreve a cuestionarlo? Cuando el compásy la regla han marcado una esquina de laverdad, las otras tres esquinas se haránevidentes.

Si el regidor no es como Dios en suaislamiento, sus subordinados encontraránlos medios para removerlo. Si su manejode los asuntos no es imparcial, ellos adivi-narán sus inclinaciones. Sé como el cielo,sé como la tierra, y todos los ovillos serándesenredados. Sé como el cielo, sé comola tierra, entonces ¿quién estará cerca deti, quién estará distante? Aquel que puedamoldearse en cielo y tierra puede ser llamadoun sabio.

¿Arreglarías los asuntos del palacio?Delégalos y no te intimides con ninguno.¿Arreglarías asuntos exteriores? Nombra unhombre en cada oficina. No dejes que nadieobre a su antojo y nunca permitas que unhombre cambie de oficina o mantenga dosoficinas al mismo tiempo. ¡Date cuentacuando hay muchos hombres agrupados alas puertas de los altos ministros! La alturadel buen gobierno es no permitir a tus subor-dinados medios que les permitan tomarteventaja. Asegúrate de que el nombre y elresultado concuerden, y entonces la gentese mantendrá en sus puestos. Si descartasesto y buscas otro método para gobernar,ganarás el nombre de alguien que estáprofundamente engañado; los astutossolamente se incrementarán, y los ministrosmalvados llenarán tus filas. Por tanto se hadicho: nunca enriquezcas a un hombre hastael punto en que pueda darse el lujo de tornarseen tu contra26; nunca ennoblezcas a unhombre hasta el punto en que se conviertaen una amenaza; nunca pongas tu confianzaen un solo hombre y de ese modo pierdas tuEstado. Cuando la espinilla crece más fuerteque el muslo, se hace dificil correr; cuando

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el regidor pierde sus cualidades de Dios, lostigres merodean detrás de él. Si el regidorfalla en notarlos, entonces él y sus ministros,que pueden ser ellos mismos los tigres, sevuelven tan impotentes como perros. Si elregidor falla en advertir el peligro, entonceslos perros continuarán aumentando en núme-ro; los tigres formarán una banda y asesinarána su amo. Un regidor que no tenga ministros–¿cómo puede mantener posesión de unEstado? Dejen al regidor aplicar las leyes ylos tigres más grandes temblarán; déjenloaplicar castigos y los tigres más grandescrecerán dóciles. Si las leyes y castigos seaplican con justicia, entonces los tigres setransformarán en hombres de nuevo y rever-tirán a su forma verdadera27.

Si deseas gobernar el Estado, debes ase-gurarte de destruir los cónclaves; si no lohaces, sólo se volverán más numerosos. Sideseas gobernar la tierra, debes asegurarteque tus otorgamientos pasen a las manosapropiadas; si no lo haces, entonces personasrevoltosas vendrán buscando de nuevoganancia. Si confieres lo que buscan, estarásprestando un hacha de guerra a tus enemi-gos; esto es lo que no debes hacer, ya quesolo será usado en tu contra.

El Emperador Amarillo solía decir: «Su-perior e inferior pelean cien batallas al día».Los subordinados esconden sus deseosprivados y ven lo que pueden obtener delregidor; el regente emplea sus estándares ymedidas para sopesar qué es lo que realmentepersiguen. Por lo tanto, los estándares y lasmedidas que se utilizan son los tesoros delregidor; y los partidos y camarillas que seforman son los tesoros de los ministros. Laúnica razón por la que los ministros noasesinan a su soberano es porque sus par-tidos y camarillas no son lo suficientementefuertes. Por lo tanto, si el regente pierde unapulgada, sus subordinados ganan una yarda.

El regidor que sabe cómo gobernar suEstado no deja que sus ciudades crezcandemasiado grandes; el regidor que entiendeel modo de acción no enriquece a lasfamilias poderosas28 ni ennoblece a susministros. Si él los enriqueciera y enno-bleciera, ellos se le voltearían y trataríande derrocarlo. Permanece en guardia contrael riesgo, teme el peligro, apresúrate adesignar a tu heredero, y la desgracia notendrá medios para elevarse.

Al desentrañar el mal al interior del pala-cio y controlarlo al exterior, debes por timismo aferrarte a tus estándares y medidas.Ve reduciéndoles a aquellos que tienen de-masiado, mejora a aquellos que tienen muypoco, pero deja que el tomar y el dar esténde acuerdo con la medida. Nunca dejes quelos hombres formen camarillas o se juntenpara engañar a sus superiores. Deja que tusreducciones sean tan graduales como la lunaque adelgaza, y tus mejoras como un calorque lentamente se esparce. Simplifica lasleyes y sé precavido en el uso de las penas,pero cuando las penas se hagan necesariasasegúrate de que se lleven a cabo. Nuncadestiemples tu arco, o encontrarás dos gallosen un solo gallinero cacareando en ferozrivalidad. Cuando los gatos monteses y loslobos entran en el redil es poco probableque las ovejas se incrementen. Cuando unacasa tiene dos venerables, sus asuntos nuncaprosperarán. Cuando tanto el marido comola esposa dan órdenes, los niños quedan sinsaber a cuál de los dos obedecer.

El regidor de hombres debe podar susárboles de tanto en tanto y no dejarlos crecermuy espesos, ya que si lo hacen bloquearánsu puerta; mientras las puertas de los hom-bres privados estén atestadas de visitantes,las cortes del regidor permanecerán vacíasy estará encerrado dentro y acorralado. Debepodar sus árboles de tanto en tanto y no dejar

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que las ramas crezcan más largas que eltronco, ya que si lo hacen, no serán capacesde soportar el viento de primavera y causarándaño al corazón del árbol. Cuando las casasde los hijos menores se vuelven muy nu-merosas, la familia real enfrentará ansiedady pena. El modo de prevenir esto es podartus árboles de tanto en tanto y no dejar quelas ramas crezcan muy lujosas. Si los árbolesson podados de tanto en tanto, camarillas ypartidos se romperán. Desentiérralos desdelas raíces, y entonces los árboles no seesparcirán. Llena los charcos y no dejes queel agua se empoce en ellos29 . Busca loscorazones de otros, arrebátales el poder. Sóloel regidor debe poseer el poder, ejerciéndolocomo el rayo o el trueno.

§9. LAS OCHO VILEZAS

Hay ocho estrategias que los ministrosemplean en forma acostumbrada paracometer sus vilezas.

La primera se llama “hacer uso de suscompañeros de cama”. ¿A qué me refierocon esto? El regidor es fácilmente seduciblepor mujeres hermosas y muchachos en-cantadores, por todos aquellos que puedenengatusar y jugar al amor. Ellos esperan elmomento cuando él está gozando sutranquilidad, toman ventaja del momentocuando está saciado con vino y comida parapedir por cualquier cosa que deseen, ya quesaben que por medio de esta treta es muyseguro que sus requerimientos sean tenidosen cuenta. Los ministros entonces los ma-nejan dentro del palacio con oro y joyas ylos emplean para engañar al gobernante.A esto es a lo que me refiero con hacer usode sus compañeros de cama.

La segunda se llama “hacer uso de susasistentes”. ¿A qué me refiero con esto?

Los cómicos y los artistas, asistentes yfavoritos del regidor –hombres como estoschillan «¡sí, sí!» antes de que él haya dadouna orden, «¡de inmediato, de inmediato!»antes de que él haya dispuesto algo–;adivinan sus deseos antes que él mismo lossepa, miran su rostro y observan sus expre-siones para adivinar lo que tiene en su mente.Al unísono se adelantan, se retiran al uní-sono, todos ellos contestando y respon-diendo maquinalmente, en frases idénticas,de modo que puedan mover la mente delregidor. Los ministros entonces los manejandentro del palacio con oro, joyas, abaloriosy cosas preciosas, y por fuera les hacenfavores prohibidos, empleándolos paradoblegar al regidor hacia sus deseos. A estome refiero con hacer uso de sus asistentes.

La tercera se llama “hacer uso de susmayores y de su familia”. ¿Qué quiero decircon esto? El regidor siente cariño por susparientes de las ramas más jóvenes de lafamilia y por los príncipes de sangre, yconsulta con los hombres de Estado ycortesanos de más edad cuando prepara susplanes. Por lo tanto, cuando tales hombresse combinan para urgir alguna proposición,el regidor ciertamente escuchará, Losministros entonces se congracean con lospríncipes y miembros más jóvenes de lafamilia al presentarse ante ellos con músicosy mujeres, y se ganan a los estadistas ycortesanos mayores con finas palabras; en-tonces ellos proponen variados compro-misos que, les aseguran, cuando lleguen abuen término, les acarreará recompensasy avances para todos. De este modo, encan-tan los corazones de estos hombres y lospersuaden de actuar en contra del regidor.A esto me refiero con hacer uso de sus mayo-res y de su familia.

La cuarta se llama “alentar pasatiemposfunestos”. ¿Qué quiero decir con esto? Los

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regidores aman embellecer sus palacios,terrazas y piscinas, rodearse con asistentesatractivos, y perros y caballos finos para sudiversión, aunque estos pasatiempos seanfunestos para la riqueza del regidor. Losministros por lo tanto agotan la energía delpueblo en construir bellos palacios, terrazasy piscinas, y demandan pesados impuestosde ellos para proveer asistentes atractivos yperros y caballos finos, como medio paracomplacer al regidor y traer desorden a sumente, complacer sus deseos y extraer algunaganancia privada en el proceso. A esto merefiero con alentar pasatiempos funestos.

La quinta se llama “hacer uso del pueblo”.¿Qué quiero decir con esto? Los ministroscon frecuencia distribuyen fondos comomedio de gratificar al pueblo y otorganpequeños favores para ganarse el corazónde los plebeyos, hasta que eventualmentecada persona tanto en la corte como en elcampo los alaba. Por lo tanto, vienen aopacar a su regidor y son capaces de actuarcomo les plazca. A esto me refiero con haceruso del pueblo.

La sexta se llama “hacer uso de oradoreselocuentes”. ¿Qué quiero decir con esto?El regidor, debido a la naturaleza de sueducación, ha sido por lo general aisladode la conversación ordinaria, y raramenteha tenido la oportunidad de escuchar deba-tes, por lo que es particularmente susceptiblea la charla persuasiva. Los ministros porlo tanto buscan a los retóricos de otrosestados o son condescendientes con los máshábiles oradores en su propio Estado y losemplean para pedir por sus causas espe-ciales. Con frases astutas y elegantes, pala-bras fluidas y apremiantes, tales hombresatraen al regidor con perspectivas de ganan-cia, lo aterrorizan con predicciones de pe-ligro y lo abruman por completo con susprédicas vacías. A esto me refiero con haceruso de oradores elocuentes.

La séptima se llama “hacer uso de laautoridad y el poder”. ¿Qué quiero decircon esto? Los regidores algunas veces creenque los oficiales y los plebeyos son capacesde ejercer autoridad y poder, y por lo tantocualquier cosa que los oficiales y la gentedel común apruebe, ellos también apruebany cualquier cosa que los oficiales y la gentedel común desapruebe, ellos también desa-prueban. Los ministros entonces juntanbandas de hombres armados a su alrededory apoyan a caballeros que están dispuestosa morir por su causa a modo de hacer unespectáculo de su poder. Dejan claro quecualquiera que trabaje en su interés obtendráganancias, mientras que cualquiera que nolo haga, morirá; de este modo consiguenintimidar a los oficiales de menor rango ya la gente del pueblo y amplían sus propiosintereses. A esto me refiero con hacer usode la autoridad y el poder.

La octava se llama “hacer uso de losestados vecinos” ¿Qué quiero decir conesto? Es costumbre que un regidor cuyoEstado es pequeño se una a estados másgrandes, y si su ejército es débil permane-cerá temeroso de ejércitos más fuertes.Cuando los estados más grandes llegan condemandas, el Estado pequeño debe conce-derlas; cuando ejércitos más poderososaparecen, el ejército débil debe someterse.Los ministros por lo tanto duplican losimpuestos, vacían las arcas y agotan alEstado en el servicio de grandes poderes,y después usan su influencia con potenciasextranjeras en un esfuerzo por engañar alregidor. Los que son peores pueden inclusollamar sus tropas privadas y apostarlasamenzadoramente sobre la frontera30 comomedio para hacer cumplir su voluntad dentrodel Estado, en tanto que aun los menosmalvados harán entrar de tiempo en tiempoenviados desde el extranjero para inquietaral regidor y llenarlo de terror. A esto me

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refiero con hacer uso de los estados vecinos.Estas ocho estrategias son los medios por

los cuales los ministros obran su vileza,obstruyen y aterrorizan a los regidores deldía y los privan de lo que deberían poseer.¡Uno no debe fallar en examinarlos de cerca!

Al tratar con aquellos con los que com-parte su cama, el regidor iluminado puededisfrutar de su belleza, pero no debe escu-char sus súplicas especiales o dejarlosacercarse con peticiones personales. Al tratarcon sus asistentes debe hacerlos responsablespor sus palabras y no permitirles hablar fuerade turno. Al tratar con sus familiares y hom-bres de estado mayores, aunque obedezcasus palabras, debe ser cuidadoso al impartirlos castigos apropiados o las promocionesmás tarde y no debe dejarlos avanzar aoficinas en forma arbitraria. En cuanto a losedificios y posesiones que encantan yentretienen al regidor, debe asegurarse deque sean construidos y producidos solosiguiendo sus órdenes; nunca se debe permitira los oficiales presentarlos a su gusto en unesfuerzo por congraciarse con él31. En lo quese refiere a la dispensa de favores y caridad,todas las órdenes para distribuir fondos deemergencia o para abrir los graneros parael alivio del pueblo deben venir del regidor;nunca debe permitir que sus ministrosrepartan limosna por sí mismos. En lo querespecta a discursos y debates, debe sercuidadoso para descubrir la verdadera habi-lidad de aquellos de quienes los aduladoreshacen alabanza y encontrar las verdaderasfaltas de aquellos de quienes los difamadoreshacen denuncia y no dejar que los oficialesrueguen en favor unos de otros. Al tratarcon héroes y hombres de lucha, el regidornunca debe entregar grandes recompensasinmerecidas a aquellos que han ganadodistinción en el ejército y nunca debe per-donar una ofensa de hombres que se hayan

alzado en armas en una riña personal. Nodebe dejar que los oficiales usen sus fondospara organizar su propia soldadesca. En loque respecta a peticiones y demandas de losseñores feudales de otros estados, si éstasson legítimas, debe acceder a ellas, si no,debe rechazarlas.

Cuando el pueblo habla de un gobernanteperdido no se refieren a que él no ostentemás la posesión del Estado; aún tiene suposesión de éste, pero ya no es en ningúnsentido su propiedad. El regidor que permitea sus ministros usar sus conexiones ex-tranjeras para apoderarse del control de losasuntos internos está perdido. Si hace casode las demandas de grandes potencias enun esfuerzo por salvarse a sí mismo, entoncesenfrentará la caída mucho antes que si nohubiese hecho caso de ellas. Sus ministros,a sabiendas de que él no les hará caso, nointentarán más negociar con otros señoresfeudales y los otros señores feudales, sa-biendo que no les harán caso, no cooperaránmás con los esfuerzos de los ministros paraembaucar a su propio regidor32.

El gobernante iluminado asigna puestosy entrega títulos y estipendios como mediosde promover hombres de valía y talento yalentar a los hombres de éxito. Por lo tantose ha dicho que los hombres de valía ytalento deben recibir estipendios generososy ser asignados a cargos altos, y los hombresde éxito deben tener títulos honorables yobtener ricas recompensas. Nombra al devalía en los cargos al sopesar su habilidad,entrega estipendios al juzgar los méritosobtenidos. Si se hace esto, entonces loshombres de valía no pretenderán una habi-lidad más grande de la que tienen comomedio de buscar servicio con su regidor;los hombres de mérito estarán encantadosal llevar a cabo sus tareas y todo lo que seemprenda alcanzará una conclusión exitosa.

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Pero hoy en día los gobernantes no hacenesto. Ellos no miran para ver quién es devalía y quién no, o discutir quién ha al-canzado mérito o trabajado duro; en vezde esto emplean a aquellos que tieneninfluencia con otros señores feudales, ohacen caso a las peticiones privadas de susasistentes. Los parientes y hombres deestado mayores del regidor suplican títulosy estipendios de él y luego los venden asus subordinados como medio para ganarriqueza y beneficio para sí mismos y volver-se de respeto, y crear un grupo de partidariospara sí mismos. De este modo, los hombresque tienen dinero e influencia pueden com-prar posiciones para sí mismos y volversehonorables y aquellos que tienen amigosentre los asistentes del regidor pueden haceruso de sus súplicas especiales para ganarposiciones importantes. Los ministros quehan demostrado mérito real y esfuerzo nocuentan para nada, y la asignación depuestos y deberes procede de una basecompletamente errada. Por ello encontramosoficiales robando puestos para los que notienen derecho, e intrigan con potencias ex-tranjeras descuidando sus obligaciones ycultivando hombres de riqueza33. Comoresultado, los hombres de verdadera valíase vuelven disgustados y cesan de ejercerellos mismos, y los hombres de mérito cre-cen laxos y descuidados en sus trabajos.¡Esta es la marca de un Estado decadente!

§10. LAS DIEZ FALTAS

Estas son las diez faltas:1. Practicar una lealtad insignificante y

de ese modo traicionar una lealtad mayor.2. Fijarse en una ganancia insignificante

y de ese modo perder una más grande.3. Comportarse de modo infame y obs-

tinado y no mostrar cortesía para con los

otros señores feudales, de ese modo buscarsesu propia caída.

4. No prestar oído a los asuntos delgobierno pero sólo desear el sonido de lamúsica, de ese modo hundirse en angustia.

5. Ser codicioso, perverso y demasiadoencariñado de la ganancia, de ese modo abrirel camino para la destrucción del Estado ysu propia desaparición.

6. Enamorarse de mujeres músicos y serindiferente a los asuntos del Estado, de esemodo se invita al desastre nacional.

7. Dejar el palacio para viajes distantes,desdeñando las protestas de sus ministros,lo que conduce a un grave peligro para ustedmismo.

8. Fallar en hacer caso a sus ministrosleales cuando está en error, insistiendo enhacer las cosas a tu manera, lo que con eltiempo destruirá su buena reputación y sehará el hazmerreír de otros.

9. No hacer cuentas de la fortaleza in-terna, sino depender solamente de tus alia-dos extranjeros, lo cual coloca al Estadoen grave peligro de desmembramiento.

10. Ignorar las demandas de la cortesía,aunque su Estado sea pequeño, y fallar enaprender de las protestas de sus ministros,actos que encaminan a la caída de tu linaje.

1. ¿A qué me refiero con lealtad insignifi-cante? Hace mucho, cuando el rey Kungde Ch’u peleó con el duque Li de Chin enYen-ling, el ejército Ch’u fue derrotado yel rey Kung resultó herido en un ojo34.Cuando la batalla se encontraba en sumomento más feroz, el comandante Ch’udel ejército, Tzu-fan, tuvo sed y pidió debeber. Su paje Ku-yang se acercó con unjarro35 de vino y se lo presentó. «Aléjatede mí», dijo Tzu-fan, «¡Es vino lo quetienes!». Pero Ku-yang insistió en que noera vino, hasta que finalmente Tzu-fan lo

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aceptó y bebió de él. Tzu-fan era el tipo dehombre que estaba tan encariñado delvino que, una vez que lo probaba, no po-día detenerse hasta que se hubiere embo-rrachado. Mientras tanto, la batalla llegóa su final y el rey Kung, con la esperanzade reiniciarla al día siguiente, envió unaorden citando a su comandante Tzu-fan,pero Tzu-fan se excusó, diciendo que teníaun dolor en el corazón. El rey Kung montóen su carruaje y fue en persona a ver aTzu-fan pero cuando traspasó las cortinasde la tienda de Tzu-fan y olió los vaporesdel vino, dio la vuelta y se fue. «Aun yomismo fui herido en la batalla de hoy», sedijo. «Y sin embargo mi comandante, dequien yo más dependo, ¡está así de borra-cho! Él trae destrucción a los altares delEstado de Ch’u y no tiene piedad de mishombres. No pelearé de nuevo». Con estoretiró sus ejércitos del campo y se marchó,decapitando a Tzu-fan en castigo por elterrible crimen que había cometido.

Así, cuando el paje Ku-yang presentóel vino no tenía pensamiento de enemistadhacia Tzu-fan. Su corazón estaba lleno tansólo de lealtad y amor por su comandantey sin embargo terminó matándole. Esto eslo que significa practicar lealtad subordinaday por lo tanto traicionar una lealtad mayor.

2. ¿A qué me refiero con fijar sus ojos enuna ganancia insignificante? Hace mucho,cuando el duque Hsien de Chin quisoasegurar un paso a través del Estado deYü para poder lanzar un ataque sobre elEstado de Kuo36, Hsün His dijo al duque:«Su señoría debe sobornar al duque de Yücon el jade de Ch’ui-chi y un equipo decuatro caballos de Ch’ü. Entonces, sipedimos un paso, él, muy de seguro, noslo otorgará». Pero el duque dijo: «¡El jade

de Ch’ui-chi fue un tesoro de mi padre, elextinto regidor, y el equipo de Ch’ü sonmis mejores caballos! ¿Qué haré si elduque de Yü acepta los regalos pero rehúsaconcedernos el paso?». «Si no tiene inten-ción de concedernos un paso, no losaceptará», dijo Hsün His. «Y si los aceptaa cambio del paso, entonces sólo serácomo si estuviéramos removiendo el jadede la parte interna del tesoro y depositándoloen uno de los distritos adyacentes; otransferir los caballos de los establos delpalacio a los del campo. No necesitaspreocuparte». «Muy bien», dijo el duque,y envió a Hsün His con el jade de Ch’ui-chi y el equipo de Ch’ü a sobornar alduque de Yü por el paso. El duque de Yü,codicioso por el jade y los caballos, estabaa punto de dar su consentimiento, cuandoKung Chih-ch’i lo reprendió, diciendo:«¡No debes dar consentimiento! Kuo es aYü como la barbilla es a la mandíbula. Labarbilla depende de la mandíbula y lamandíbula de la barbilla, y Yü y Kuopermanecen en la misma relación. Si lespermite el paso, entonces Kuo será destruidopor la mañana y Yü lo seguirá con lamarea de la tarde. ¡No debe hacerse! ¡Teruego no dar tu consentimiento!». Pero elduque de Yü rehusó escucharlo y dio elpaso a Chin. Hsün Hsi atacó y conquistó37

Kuo, y tres años después de la expediciónvolvió a llamar a las tropas y atacó yconquistó también Yü. Él entonces devolviólos caballos y el jade al duque Hsien. Elduque estuvo complacido y observó: «eljade está tan bien como siempre y losdientes de los caballos están más largosque antes».

¿Cómo sucedió que el duque de Yü vioa sus tropas superadas y su dominio des-pojado? Porque anheló una gananciainsignificante y no pensó en el daño que

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estaba envuelto. Por lo que digo: al fijartus ojos en una ganancia insignificante,puedes privarte de una más grande.

3. ¿A qué me refiero con comportarse demanera infame? Hace mucho, el rey Lingde Ch’u citó a los otros señores feudales auna conferencia en Shen38. Pero debido aque el príncipe de la corona de Sungarrivó tarde, lo capturó e hizo prisionero;también insultó al regidor de Hsü yencarceló a Ch’ing Feng de Ch’i. Uno desus guardias de palacio protestó diciéndole:«¡Cuando se reúne con los otros señoresfeudales es impensable comportarse contal descortesía! Este es un asunto de vidao muerte para el Estado. En tiempos anti-guos Chieh llevó a cabo una reunión enYu-jung, y el pueblo de Yu-min se rebeló;Chou celebró una conferencia de caza enel monte Li y los Jung y Ti se rebelaron.Esto acaeció porque se comportaron sincortesía. ¡Le ruego considerar esto!».

Pero el rey rehusó escuchar y siguióhaciendo lo que quiso. Antes de que pasarandiez años39 el rey Ling hizo una gira por elsur, y sus oficiales tomaron ventaja de suausencia para robarle el trono. Fue reducidoal hambre y murió en Valle Seco. Por lotanto yo digo: comportarse de modo infamey obstinado y no mostrar cortesía hacia losotros señores feudales es la manera de traersu caída.

4. ¿A qué me refiero con desear el sonidode la música? Hace mucho el duque Ling[r. 534-493 a. C.] de Wei se hallaba caminoal Estado de Chin y cuando alcanzó lasriveras del río P’u, desamarró sus carruajes,soltó sus caballos a pastar y preparó elcampamento para la noche. En la mitad de

la noche escuchó a alguien tocando unaextraña pieza musical que le agradógrandemente, pero cuando envió un hombrea interrogar a sus asistentes acerca deesto, todos dijeron no haber oído nada.Citó a su maestro de música Chüan y dijo:«Alguien está tocando una extraña piezamusical, pero cuando he enviado a preguntara mis asistentes, todos han respondido nopoder oír nada. ¡Casi parece ser obra dealgún fantasma o espíritu! Quiero queescuches por mí y veas si puedes copiarla».

«¡Como diga!», respondió el maestroChüan y tomó asiento en silencio y empezóa rasgar el laúd imitando la música. A lamañana siguiente, el maestro Chüan informóal duque: «Ya tengo la melodía correcta,pero aún no he tenido tiempo de practicarla.¿Puedo pedir permanecer otra noche parapoder hacerlo?». «Como desees», dijo elduque y para tal fin acamparon allí otranoche. Para al día siguiente el maestroChüan había perfeccionado la música yprosiguieron su camino a Chin.

El duque Ping [557-532 a. C.] de Chinlos entretuvo con un banquete en la terrazaShih-i y cuando las libaciones estaban ensu punto máximo, el duque Ling se levantóde su asiento y dijo: «Hay una nueva piezamusical que quisiera presentarle». «¡Exce-lente!», dijo el duque Ping. Entonces elduque Ling citó al maestro Chüan y le orde-nó sentarse al lado del maestro K’uang, elmaestro de música de Chin, tomar el laúdy tocar la nueva pieza. Pero antes quehubiese terminado, el maestro K’uang pusosu mano en el laúd y lo detuvo diciendo:«¡Esta es la música de una nación conde-nada! ¡no debes continuar!».

«¿De dónde viene esta música?», pre-guntó el duque P’ing, y el maestro K’uangreplicó: «Fue escrita por el maestro demúsica Yen, una de las más salvajes y

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licenciosas piezas compuestas por él parael rey Chou de la dinastía Yin. Cuando elrey Wu atacó al rey Chou, el maestro Yenhuyó hacia el este y al alcanzar el río P’u,se arrojó a el. Por eso cualquiera que hayaescuchado esta música lo debe haber hechoen las riveras del río P’u. ¡Aquel que seatreva a escuchar su música perderá susdominios a manos de él! ¡no debes continuarhasta el final!».

Pero el duque P’ing dijo: «La música esmi más grande encanto. ¡Déjalo continuarhasta el final!». Entonces el maestro Chüan,obediente, continuó tocando hasta el finalde la pieza. El duque P’ing se volteó haciael maetro K’uang y le preguntó: «¿En quémodo está escrita esta pieza?». «En el modopuro shang», dijo el maestro K’uang. «¿Eseste el más triste de los modos?», preguntóel duque. «No se puede comparar con elmodo puro chih», replicó el maestro K’uang.«¿Puedo escuchar algo en el puro modochih»: preguntó el duque, pero el maestroreplicó: «¡Eso es imposible! Aquellos queen tiempos inmemorables escucharon elpuro modo chih eran todos regidores devirtud y honradez, pero usted, mi señor,aún es deficiente en virtud. No mereceescucharlo».

«La música es la única cosa en la queme deleito», dijo el duque P’ing, «te ruegodejarme escuchar una muestra de ella»; elmaestro K’uang, incapaz de rehusarse, tomóel laúd y empezó a tocar. Mientras tocabala primera sección de la música, dos vecesocho grullas negras aparecieron por el sury se reunieron en el caballete de la puertade la galería. Mientras tocaba la segundasección, se acomodaron en una fila. Mientrastocaba la tercera, estiraron sus cuellos yempezaron a llorar, batiendo las alas ybailando; sus voces igualaron a la músicade los modos kung y shang, y el sonido de

su canto alcanzó los cielos. El duque P’ingestaba lleno de alegría y todos los que sesentaban con él estaban llenos de deleite.

El duque cogió una copa de vino y,poniéndose de pie, propuso un brindis porla felicidad y larga vida del maestro K’uang.Entonces, volvió a su asiento y preguntó:«¿Existe algún modo que sea más triste queel puro chih?». «El puro chüeh es aún mástriste», replicó el maestro K’üang. «¿Puedooír algo en el puro chüeh?», preguntó elduque, pero el maestro K’uang respondió«¡Eso es imposible! En tiempos pasadosel Emperador Amarillo llamó a los espíritusa que se juntasen en la cumbre del MonteT’ai. Conduciendo un carruaje de marfiltirado por seis dragones, el dios Pi-fangabriendo camino con el perno del eje delcarruaje, con el dios Ch’ih-yu se estacionóante él, el Conde del Viento para barrer elcamino, el Maestro de la Lluvia para regarel camino, tigres y lobos en la vanguardia,fantasmas y espíritus detrás, serpientesretorciéndose debajo en el suelo, fenicesplaneando sobre él, llamó a los espíritus auna gran asamblea y creó la música delmodo puro chüeh. Pero usted, mi señor,todavía es deficiente en virtud. No mereceescucharlo. Si fuese a escucharlo, temo quealguna desgracia podría sobrevenir».

Pero el duque P’ing replicó: «Soy unhombre viejo, y la única cosa que anheloes música. ¡Te ruego, de cualquier modo,dejarmela oír!». El maetro K’uang, incapazde rehusarse, comenzó a tocar. Mientrastocaba la primera sección de la música,nubes negras empezaron a alzarse por elnoroeste. Con la segunda sección, un fieroviento se adelantó, seguido de una violentalluvia, que desgarraron las cortinas y col-gaduras de la terraza, volteando las tazasy los platos y derribando las tejas del techode la galería. Aquellos que habían estado

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sentados en la compañía volaron en todasdirecciones, mientras que el duque, presadel terror, se agazapó en un rincón.

El Estado de Chin fue afectado por unagran sequía que quemó la tierra por tresaños, y el cuerpo del duque P’ing se llenóde llagas. Por lo tanto yo digo: no prestaroído a los asuntos del gobierno pero anhelarsin cesar el sonido de la música es el modode hundirse en la miseria.

5. ¿A qué me refiero con codicia y perver-sidad? Hace mucho, Chih Po Yao [+ 453 a.C.] guió a las tropas de Chao, Han y Wei aun ataque sobre las familias Fan y Chung-han, eliminándolas. Después de regresar asu territorio dio licencia a sus tropas porunos pocos años, y luego envió a uno desus hombres a reclamar territorio del Estadode Han. El vizconde K’ang de Han deseórechazar la solicitud, pero Tuan Kuei lereprendió diciendo: «¡No hará bien conservarel territorio! Chih Po es el tipo de hombreal que sólo le importan las ganancias y esarrogante y perverso. Si viene a nosotroscon una demanda por territorio y rehusamosentregarlo, él de seguro enviará tropas contranosotros. Confío, por lo tanto, que le dé loque él quiere. Si lo hace se acostumbrará aobtener lo que quiere, y hará demandassimilares por tierra de los otros estados.Algunos de ellos de seguro lo rechazarán,y cuando lo hagan estará obligado a enviarsus tropas contra ellos. ¡De esta formapodemos escapar al peligro, y sentarnos aesperar por algún cambio en la situación!».«Estás en lo correcto», dijo el vizcondeK’ang, y ordenó a su enviado presentar aChi Po un distrito de diez mil familias.

Chi Po, muy complacido, procedió aenviar a sus hombres al estado de Wei parademandar territorios. El vizconde Hsüande Wei deseó rehusar, pero Chao Chia lo

reprendió diciéndole: «Él reclamó territoriode los Han y los Han se lo dieron. Ahoraviene a nosotros con la misma petición. Silo rechazamos, parecerá que creemos quenuestro Estado es internamente tan fuerteque estamos dispuestos a provocar la furiade Chih Po en el extranjero. Por rechazarlo,él de seguro enviará sus tropas contranosotros. Será mejor, por lo tanto, entregarleel territorio». «Como digas», dijo el viz-conde Hsüan y ordenó a uno de sus hombresentregar a Chih Po un distrito de diez milfamilias.

Chih Po entonces envió un hombre alEstado de Chao para demandar los territoriosde Ts’ai y Kao-lang. El vizconde Hsiangde Chao rehusó entregárselos y Chih Poen respuesta hizo una alianza secreta conHan y Wei para lanzar un ataque sobre Chao.El vizconde Hsiang citó a Chang Meng-t’an y le explicó la situación diciéndole:«Chi Po es amistoso por naturaleza40 en lasuperficie, pero secretamente frío y distante.Tres veces ha intercambiado enviados conHan y Wei y sin embargo yo no he sidoincluido en las discusiones. Es seguro queestá presto a despachar tropas en mi contra.¿Dónde habrá un lugar seguro para mí ahorapara tomar residencia?».

Chang Meng-t’an replicó: «Tung Kuan-yü, quien fuera uno de los ministros máshábiles de tu padre, el señor de Chien, go-bernó la ciudad de Chin-yang y más tardeYin To asumió el control y siguió sus modos,de manera que la influencia de su buentrabajo aún permanece allí. Le recomiendono considerar lugar distinto de Chin-yang».«Muy bien», dijo el vizconde y citó a Yen-ling Sheng, ordenándole guiar los carruajesdel ejército y la caballería en avanzada haciaChin-yang, siguiéndolos él más tarde.Cuando alcanzó Chin-yang, inspeccionó losmuros interiores y exteriores y las bodegasde las cinco dependencias estatales, encon-

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trando los muros en pobre reparación, losgraneros vacíos de provisiones, los tesorosescasos de dinero, los arsenales desabas-tecidos de armas y la ciudad en completafalta de preparaciones para la defensa. Muyalarmado citó a Chang Meng-t’an y dijo:«He inspeccionado los muros y bodegasde los cinco dependencias estatales y loshallo completamente desprevenidos ydesaprovisionados. ¿Cómo podré conteneral enemigo?».

«He escuchado, dijo Chang Meng-t’an,que cuando un sabio gobierna almacenariquezas entre el pueblo41, no en granerosni tesorerías, y trabaja para entrenar alpueblo en su deber, no a reparar muros yalmenas. Sugiero que expida una ordeninstruyendo al pueblo reservar provisionesde alimentos para tres años y, si les sobrasecualquier grano, traerlo a los graneros. Ins-trúyalos también para reservar fondos paratres años, y si tuvieran algún dinero de sobra,traerlo a las tesorerías. Finalmente, si hubie-sen hombres sin ocupación, ponerlos areparar los muros».

El vizconde expidió la orden esa tardey para el día siguiente los graneros no podíancontener todo el grano que se les habíallevado, no había espacio disponible en lastesorerías para guardar el dinero y losarsenales estaban rebosando con armas.Pasados cinco días, los muros estabanperfectamente reparados y se habían hechoprovisiones completas para la defensa dela ciudad.

El vizconde volvió a citar a Chang Meng-t’an: «Los muros de mi ciudad están ahorabien reparados, y se han tomado las pro-visiones para su defensa. Tengo suficientedinero y grano y más armas de las quenecesito. Pero, ¿qué haré para obtenerflechas?». Chang Meng-t’an respondió: «Heescuchado que cuando el maestro Tunggobernó Chin-yang tenía los cercos de todos

los edificios públicos plantados con hilerasde caña y arbustos espinosos, algunos delos cuales han crecido bastante altos. Puedescortarlos y usarlos». El vizconde acorde conesto hizo cortar y probar algunos de ellos,encontrándolos de una dureza insuperable,incluso por el robusto bamboo chün-lu.«¿Ahora tengo suficientes flechas, dijo elvizconde; pero qué deberé hacer para elmetal?». Chang Meng-t’an replicó: «Heescuchado que cuando el maestro Tunggobernó Ching-yan, hizo que los pilares ylas bases de los corredores principales delos edificios públicos y las porterías fueranhechas de cobre refinado. Puedes remo-verlos y usarlos». El vizconde de acuerdocon esto hizo que los pilares y las basesfueran removidos y de este modo obtuvomás metal del que necesitaba.

Cuando el vizconde terminó la expedi-ción de sus órdenes de guerra y hubo hechotodas las preparaciones para la defensa, losejércitos de los otros tres estados aparecieronen realidad. Tan pronto como hubieronllegado, cayeron sobre las murallas de Chin-yang, y aunque presionaron el ataquedurante tres meses, no fueron capaces detomar la ciudad. Entonces ellos se desple-garon y rodearon la ciudad y desviaron aguadel río a las afueras de Chin-yang para inun-darla. Así mantuvieron cercada a Chin-yangdurante tres años. La gente de la ciudadfue obligada a vivir en perchas como nidos,por encima del agua, y a colgar sus marmitasde andamiajes para poder cocinar. Lossuministros de comida estaban casi agotadase incluso los nobles de la corte estabanmuriendo de hambre y enfermizos.

El vizconde Hsian dijo a Chang Meng-t’an: «Nuestras provisiones se han acabado,nuestra fuerza y recursos están agotados,los oficiales están hambrientos y enfermosy temo que no podremos sostenernos pormucho tiempo más. Voy a rendir la ciudad,

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pero, ¿a cuál de los tres estados debo ren-dirme?».

«Dicen, respondió Chang Meng-t’an, quea menos que la sabiduría pueda salvar alque fallece y restaurar la seguridad al queestá en peligro, entonces no es merecedorde honra. Le ruego olvidar este plan y medeje escabullirme fuera de la ciudad ensecreto y visitar a los regidores de Han yde Wei».

Cuando Chang Meng-t’an visitó a losregidores de Han y de Wei les dijo: «Serumora que cuando los labios se han ido,los dientes están fríos. Ahora Chih Po losha persuadido a ustedes, señores, para quese le unan en su ataque sobre Chao, y Chaoestá a punto de caer. Pero cuando Chao hayadesaparecido, ¡entonces será su turno!».«Estamos bastante seguros de ello», lerespondieron. «Pero Chih Po es por natura-leza receloso de corazón, y le importan pocolos demás. Si conjuramos en su contra ysomos descubiertos, entonces de seguro eldesastre caerá sobre nosotros. ¿Qué pode-mos hacer?».

«El complot sale de tu boca, llega a misoídos y eso es todo», dijo Chang Meng-t’an. «Nadie más sabrá de él». Y de acuerdocon esto los dos regidores prometieronunirse a Chao de modo que los tres ejércitospudieran tornar en contra de Chih Po, yfijaron el día en que llevarían a acabo elcomplot. La misma noche enviaron a ChangMeng-t’an de vuelta a Ching-yang parareportar la promesa de sus deserciones alvizconde Hsiang. A su regreso el vizconderecibió a Chang Meng-t’an con repetidasreverencias, su expresión fue una mezclade alegría y aprehensión.

Mientras tanto los regidores de Han y deWei, habiendo despachado a Chang Meng-t’an con su promesa, fueron a la mañanasiguiente a pagar sus acostumbrados respetosa Chi Po y mientras emergían de la puerta

formada por las líneas de sus carruajes decombate, por casualidad encontraron a suministro Chih Kuo. Chih Kuo, después deobservar sus rostros con sospecha, se fue aver a Chih Po. «Por la apa-riencia de estosdos hombres, parece como si fueran avolverse en su contra», dijo. «¿Cómo erasu apariencia?», preguntó Chi Po. «Su pasoera arrogante y sus maneras altaneras, connada de la contención que han mostrado enotros tiempos. Mejor es que se mueva antesde que ellos lo hagan».

Pero Chi Po replicó: «He hecho unapromesa solemne con ellos que una vezhayamos derrotado a Chao, dividiremos suterritorio en tres partes. Puesto que he sidoasí de bueno con ellos, de seguro no meatacarán o engañarán. Nuestras tropas sehan empeñado en Chin-yang durante tresaños. Ahora que la ciudad está lista paracaer en cualquier momento y estamos apunto de difrutar las sobras, ¿qué razón po-drían tener ellos para cambiar de parecer?Estás de seguro equivocado. ¡Ponlo fuerade tu mente, no te preocupes, y no digasnada más de esto!».

A la mañana siguiente, cuando los dosseñores hubieron pagado sus respetos a ChinPo y partido se reunieron una vez más conChih Kuo en la puerta de los carros decombate. Cuando Chih Kuo entró a ver aChih Po, le preguntó: «¿Le dijo a esos doshombres lo que le hablé ayer?». «¿Cómoadivinaste?», dijo Chih Po. «Esta mañaname encontré a los dos mientras salían de visi-tarlo», dijo Chih Kuo. «Tan pronto comome vieron, sus caras cambiaron y me miraronduramente. Tienen ahora la seguridad derebelarse. ¡Usted debería mejor haberlos ma-tado!». Pero Chih Po replicó: «¡Deja el asuntoy no digas más de ello!». «Eso no servirá»,insistió Chih Kuo. «Debe matarlos. De locontrario, si no puede aceptar matarlos debehacer algo para ganar su amistad».

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«¿Y cómo debo ganar su amistad?»,preguntó Chih Po. Chih Kuo replicó: «Elseñor de Wei tiene un ministro llamadoChao Chia a quien le consulta asuntos depolítica, y el señor de Han tiene un ministrosimilar llamado Tuan Kuei. Ambos hombrestienen el poder de hablar con sus señorespara cambiar sus planes. Debe prometer alos señores de estos dos ministros que unavez Chao sea derrotado les dará feudos acada uno de ellos con un distrito de diezmil familias. Si hace esto, entonces los dosregidores no pensarán más en volverse ensu contra».

Pero Chih Po respondió: «Ya les heprometido dividir el territorio de Chao entres partes una vez que haya sido derrotado.Ahora, si además tengo que dar feudos acada uno de estos dos ministros con un distritode diez mil familias, ¡mi parte será menosque un tercio de las sobras! ¡Eso no servirá!».

Chih Kuo, viendo que su consejo no ibaa ser seguido, partió, y además tomó laprecaución de cambiar su apellido a Fu.Cuando la tarde del día señalado para laejecución del complot llegó, los hombresde Chao mataron a los guardias quepatrullaban los diques del río y abrieronun paso de modo que el agua inundase alejército de Chi Po. En sus esfuerzos pordetener el agua, los hombres de Chi Pocayeron en confusión y Han y Wei cayeronsobre ellos de cada lado, mientras elvizconde Hsiang de Chao dirigió a sus sol-dados en un ataque frontal. Juntos infligieronuna severa derrota al ejército de Chi Po ytomaron a Chi Po prisionero.

Así, pues, Chi Po fue muerto, su ejércitoderrotado, su territorio dividido en trespartes y se convirtió en la mofa de todo elmundo. Entonces yo digo: ser codicioso,perverso y muy encariñado con las ganan-cias abre la vía para la destrucción del Estadoy su propia desaparición.

6. ¿A qué me refiero con enamorarse demujeres músicos? Hace mucho Jung elrey de los bárbaros, envió a Yu Yü en unavisita de estado a Ch’in. El duque Mu[659-621 a. C.] de Ch’in lo interrogódiciendo: «He escuchado discusiones gene-rales del modo de acción, pero nunca mehe topado cara a cara con una descripciónconcreta de éste. ¿Puedo preguntarte cuáles el principio constante por el cual losregidores iluminados de los tiempos anti-guos ganaron o perdieron sus estados?».«He escuchado decir, replicó Yu Yü, queellos siempre ganaron sus estados pormedio de la frugalidad, y los perdieron através de la extravagancia».

«No he considerado por debajo de midignidad preguntarte acerca del modo deacción», dijo el duque Mu. «Ahora, ¿por quéme das una respuesta como frugalidad?».

Yu Yü replicó: «He escuchado decir queen tiempos antiguos, cuando Yao regía almundo, comía sus alimentos en un platode barro y bebía de un jarro de barro, y sinembargo dentro de su territorio, que seextendía tan lejos como Chiao-chih en elsur, Yu-tu en el norte, y al este y oeste alugares donde el sol y la luna salían y seponían, no había nadie que no reconocierasu soberanía. Yao entonces renunció alimperio, y éste pasó a Shun de Yü, quemandó a hacer nuevos platos. Hizo cortarmadera en los montes y moldearlos comojarras y entonces, después que los rastrosde hachas y sierras se habían pulido y lassuperficies se habían pintado con laca negra,hizo traerlas al palacio para el uso en sumesa. Pero los otros señores feudales consi-deraron que se estaba volviendo extrava-gante, y trece estados rehusaron seguirlepagando lealtad.

«Más tarde Shun cedió el imperio y selo pasó a Yü, quien hizo hacer jarras desacrificio que estaban barnizadas en negro

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por fuera y pintadas de bermellón por dentro.Tenía cojines de tela de lana, tapetes decésped de agua con filos decorados, copasembellecidas y jarros y toneles y fuentesornamentados. Habiéndose vuelto cada vezmás extravagante en sus maneras, se diocuenta de que 33 de los estados rehusabanservirle.

«La dinastía Hsia fundada por Yü pasócon el tiempo y fue remplazada por loshombres de Yin, quienes construyeron el grantransporte del estado y lo decoraron connueve carteles. Tenían platos que estabantallados y pulidos, recipientes para bebertaraceados, muros blanqueados42 y pórticosenyesados, cojines y tapetes ornamentadoscon diseños. Al haberse vuelto aún másextravagantes que sus predecesores hallaronque 53 estados no los obedecerían. Cuantomás atención prestaban los gobernantes alrefinamiento y la elegancia, menos eranaquellos que deseasen someterse a ellos. Porlo tanto, digo que la frugalidad es la esenciadel modo de acción».

Después que Yu Yü hubiera dejado lahabitación, el duque citó a su secretariointerno Liao y le informó lo que habíapasado. «He escuchado, dijo, que la presen-cia de un sabio en un país vecino amenazaa todos los estados rivales vecinos. Es obvioque Yu Yü es un sabio, y esto me preocupa.¿Qué debo hacer?».

El secretario interno Liao respondió:«Dicen que el rey de Jung vive en una regiónremota fuera de camino, y que nunca haescuchado la música del Reino Medio.Debería enviarle algunas mujeres músicospara poner su régimen en desorden y almismo tiempo solicitar que el regreso deYu Yü sea pospuesto de manera que se leprive del buen consejo de Yu Yü. De estemodo, Yu Yü y su soberano se enemisteny entonces podremos preparar planes paraexplotar la situación».

«Muy bien», dijo el duque y ordenó alsecretario interno Liao enviar dos vecesocho mujeres músicos al rey de Jung, y almismo tiempo solicitar que el regreso deYu Yü fuera pospuesto.

El rey de Jung concedió lo solicitado yestuvo tan encantado con las mujeres músicosque ordenó traer vino y preparar banquetesy gastó cada día oyendo su música. Pasó unaño y aún él no se había movido a nuevaspasturas, de modo que la mitad de su ganadoy caballos murieron. Cuando Yu Yü regresó,recriminó al rey, pero el rey rehusó hacerlecaso hasta que finalmente Yu Yü dejó elEstado y regresó a Ch’in. El duque Mu deCh’in lo recibió honrándolo con el puestode primer ministro e inquiriéndole acercade la fortaleza militar y topografía de la tierrade Jung. Habiendo obtenido la informaciónque necesitaba, llamó entonces a sus tropasy atacó Jung, anexando doce estados yextendiendo sus dominios mil li43. Por lotanto digo: dejarse seducir con mujeresmúsicos y desatender los asuntos del Estadoinvitan a la destrucción nacional.

7. ¿A qué me refiero con dejar el palaciopara hacer viajes distantes? Hace mucho,el vizconde T’ien Ch’eng44, viajaba pormar y disfrutándolo tanto que promulgóuna orden para sus ministros que decía:«¡Cualquiera que mencione ir a casa serámuerto!». Yen Cho-chü le dijo: «Mi señor,está disfrutando su viaje por el mar, ¿peroqué tal que sus ministros en casa conjurencontra el Estado? Si perdiera su Estado,¿como podría volver a disfrutar de esteplacer nuevamente?». «¡He dado una ordenque dice que cualquiera que mencione ir acasa será muerto! ¡Acabas de violar miorden!, dijo el vizconde, cogiendo unalanza y preparándose a golpear a Yen Cho-chü.

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«En tiempos antiguos, el tirano Chiehmató a su ministro Kuan Lung-feng, y Choumató al príncipe Pi Kan. Entonces, tieneun perfecto derecho para matarme y hacermela tercera víctima. Puede estar seguro que,como los otros, ¡hablo por el bienestar delEstado, no por mí!». Entonces, estiró elcuello y dijo: «Golpee mi señor».

El vizconde dejó caer la lanza, se apresuróa llamar sus carruajes y retornó a casa. Tresdías después de llegar conoció que algunosde sus súbditos habían estado conjurandopara evitar que él ingresase en la capital.Fue de ese modo como debido a los es-fuerzos de Yen Cho-chü, el vizconde TienCh’eng fue finalmente capaz de apoderarsedel control del Estado de Ch’i. Por lo tantodigo: Dejar el palacio para viajes distanteslo ponen en grave peligro.

8. ¿A qué me refiero con fallar en hacercaso a los ministros leales cuando haserrado? Hace mucho el duque Huan deCh’i citó nueve veces a los otros señoresfeudales a conferenciar, trajo unidad ypaz al imperio y se convirtió en el primerode los cinco dictadores, y Kuan Chung[m. 645 a. C.] lo ayudó. Cuando KuanChung envejeció y no pudo seguir sirviendoal duque se retiró a su casa a descansar. Elduque Huan lo mandó llamar y dijo: «PadreChung, estás enfermo y vives en retiro. Sipor alguna mala fortuna no puedes volvera levantarte de tu lecho de enfermo, ¿aquién puedo confiar los asuntos delEstado?». «Soy un hombre viejo y nopuedo contestar tal pregunta», dijo KuanChung. «Dicen que nadie conoce a losministros mejor que su soberano, y nadieconoce a los hijos mejor que sus padres.Debe tratar de tomar la decisión por ustedmismo».

«¿Cómo se desempeñaría Pao Shu-ya?»,preguntó el duque, pero Kuan Chung replicó«¡Imposible! Pao Shu-ya es por naturalezaterco, perverso y dado a demostracionesde arrogancia. Al ser terco ofenderá a lagente con sus modos revoltosos; al serperverso nunca ganará sus corazones; y alser arrogante nunca asegurará la coopera-ción de sus subordinados. Y con todas estasfallas no tiene el sentido de ser temeroso.No puede actuar como ayuda para undictador».

«Entonces, ¿qué tal Shu-tiao?», preguntóel duque, pero Kuan Chung replicó: «¡Impo-sible! Es sólo naturaleza humana cuidar elpropio cuerpo. Sin embargo, Shu-tiao, cono-cedor de que usted es celoso y adora a susmujeres de compañía, se castró de modoque se le pusiera a cargo del harem. Si sepreocupa tan poco por sí mismo, ¿cómopuede cuidar de usted?».

«Entonces, ¿qué tal el príncipe K’ai-fangde Wei?», preguntó el duque, pero KuanChung respondió: «Él nunca será capaz. Losestados de Wei y Ch’i no distan más de diezdías de viaje uno del otro y, sin embargo,desde que K’ai-fang llegó a la corte ha estadotan absorto en congraciarse con usted ¡queno ha ido a su casa a ver a su padre o madreen quince años! Esto es contrario a lanaturaleza humana. Si él no siente afectopor sus propios padres, ¿cómo puede tenerafecto por usted?».

«¿Qué tal Yi-ya?», preguntó el duque,pero Kuan Chung replicó: «Él no sirve.Estuvo a cargo de suplir su mesa con deli-cadezas y sabedor de que la única cosa quenunca había probado era carne humanahirvió la cabeza de su hijo y se la presentó.Usted sabe esto tan bien como yo. No haynadie que no sienta afecto por su hijo y sinembargo aquí tenemos a un hombre quepudo cocinar la cabeza de su propio hijo y

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presentarla en una bandeja a su regidor. Siél no ama a su hijo, ¿cómo puede amarlo austed?”.

«En tal caso, ¿quién servirá?», preguntóel duque. «Hsi P’eng», dijo Kuan Chung.«Por naturaleza es firme de corazón y ho-nesto con los demás, pequeño en sus deseosy lleno de buena voluntad. Al ser firme decorazón, puede servir como modelo; al serhonesto con los otros, puede confiárseleasuntos importantes; al ser pequeño endeseos, puede confiársele supervisar lasmasas; y al estar lleno de buena voluntad,puede establecer relaciones amistosas conestados vecinos. Puede actuar como ayudapara el dictador. Confío en que le empleará».

«Como tú digas», respondió el duque. Peroaproximadamente un año después, cuandoKuan Chung murió, el duque no empleó aHsi P’eng, sino que entregó los asuntos aShu-tiao. Después que Shu-tiao tuvo a sucargo los asuntos del Estado por tres años,el duque Huan viajó al sur en un viaje deplacer a T’ang-fu. Shu-tiao entonces dejóque Yi-ya, el príncipe K’ai-fang de Wei ylos otros altos ministros hicieran una revuelta.El duque Huan murió de hambre y sed enconfinamiento vigilado, en una cámara enel Palacio de la Puerta Sur y su cuerpo per-maneció sin sepultura durante tres meseshasta que los gusanos empezaron a arrastrarsefuera de la puerta de la cámara.

¿Por qué, aunque sus ejércitos marcharona través del imperio a voluntad y él mismofue el primero de los cinco dictadores, elduque Huan terminó siendo asesinado porsus ministros, perdió su justa reputación yse convirtió en el hazmerreír del mundo?Porque falló en hacer caso a Kuan Chung.Por lo tanto digo: fallar en hacer caso asus ministros leales cuando se equivoca,pero insistir en hacer las cosas a su modo,con el tiempo destruirá su buena reputacióny se convertirá el hazmerreír de otros.

9. ¿A qué me refiero con no hacer cuentasde la fortaleza interna y depender solamenteen tus aliados extranjeros? En tiempospasados Ch’in lanzó un ataque sobre laciudad de Yi-yang, y los hombres del clanHan, que mantenían la posesión de Yi-yang, estaban profundamente presionados45.Kung-chung P’eng dijo al regidor de Han:«No podemos confiar en nuestros aliadospara que nos ayuden. Será mejor pedir aChang Yi que arregle términos de paz conCh’in. Podemos sobornar a Ch’in presen-tándole una de nuestras ciudades más grandesy después unirnos a Ch’in en un ataque aCh’u hacia el sur. De este modo podremosresolver nuestras dificultades con Ch’in ycambiar el daño hacia Ch’u». «¡Excelente!»,dijo el regidor de Han y ordenó a Kung-chung P’eng hacer preparativos para viajaral oeste y negociar la paz con Ch’in.

Cuando el rey de Ch’u oyó de esto seaterrorizó y citó a Ch’en Chen y le informóde la situación. «Kung-chung P’eng de Hanestá a punto de ir al oeste para negociar lapaz con Ch’in. ¿Qué debemos hacer?»,preguntó. «Ch’in, habiendo obtenido unaciudad de Han llamará a sus mejores tropasy se unirá a Han para enfrentar el sur ymarchar en contra de Ch’u», dijo Ch’enChen. «¡El rey de Ch’in ha rezado larga-mente en el templo de sus ancestros poruna oportunidad como esta! Ch’u ésta atadoal sufrimiento. Le ruego despachar unenviado de inmediato a la corte de Han,acompañado por muchos carruajes quecontengan abundantes regalos para decirleal regidor de Han: «Pequeño como lo esnuestro poco valioso Estado, hemos llamadoa todas nuestras tropas y confiamos en queusted se mantenga firme en su defensa deCh’in. Nosotros de acuerdo con esto pe-dimos que mande un enviado que ingreseen nuestras fronteras y observe las fuerzasque hemos movilizado para ayudarle».

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Cuando éste plan fue ejecutado, Han dehecho envió un hombre a Ch’u. El rey deCh’u por consiguiente llamó sus carruajesy jinetes y los arregló a lo largo del caminoque conduce al norte, hacia Han. Entoncesdijo al enviado de Han: «Puede usted infor-mar al regidor de Han que las tropas de mipoco valioso Estado están a punto de cruzarla frontera».

Cuando el enviado regresó con este men-saje, el regidor de Han estuvo gratamentecomplacido y ordenó a Kung-chung P’engcesar los preparativos para el viaje haciaCh’in. Pero Kung-chung P’eng dijo: «¡Esono sirve!, Ch’in está en realidad afligién-donos46, mientras que Ch’u sólo ha dichoque vendrá en nuestro rescate. Si hacemoscaso de las palabras vacías de Ch’u ytomamos a la ligera el verdadero peligroque las poderosas fuerzas de Ch’in estánimponiendo, ¡pondremos al Estado en gravepeligro!».

El regidor de Han, de cualquier modo,rehusó escucharle, y Kung-chung P’eng engran amargura regresó a su hogar y durantediez días no apareció por la corte. Mientrastanto el cerco de Yi-yang se hizo más y máscrítico. El regidor de Han despachó enviadosy urgió a Ch’u para el envío de sus refuerzos,pero aunque los enviados siguieron muycerca, sobre los tobillos del anterior, tantoque sus sombreros y los cobertores de suscarruajes estaban a la vista en el camino,ninguna tropa llegó jamás. Yi-yangfinalmente capituló y el regidor de Han seconvirtió en el hazmerreír de los otros señoresfeudales. Por lo tanto digo: no hacer cuentasde la fortaleza interna y depender solamentede los aliados extranjeros coloca al Estadoen grave peligro de desmembramiento.

10. ¿A qué me refiero con ignorar lasdemandas de cortesía, aunque su Estado

sea pequeño? Hace mucho, cuando elpríncipe Ch’ung-er de Chin huyó de suhogar, visitó el Estado de Ts’ao47. El regidorde Ts’ao lo hizo desnudar hasta la cinturay lo miró fijamente48, mientras Hsi Fu-chiy Shu Chan estaban presentes. DespuésShu Cahn dijo al regidor de Ts’ao: «Puedover que el príncipe de Chin no es hombreordinario, y aún así lo ha tratado con des-cortesía. Si él puede alguna vez regresar asu Estado y llamar a sus tropas, temo queese daño caerá sobre Ts’ao. Lo mejor parausted será matarlo en el acto». Pero elregidor de Ts’ao no hizo caso del consejo.

Hsi Fu-chi regresó a casa, profundamenteperturbado. Su esposa le preguntó: «Por quévienes a casa con una expresión tan infelizen tu rostro?», Hsi Fu-chi replicó: «Dicenque la buena fortuna beneficia a una solapersona, pero que la mala fortuna se riegahacia otros. Hoy nuestro señor citó alpríncipe de Chin y lo trató con descortesía.Yo estaba presente y por lo tanto estoyperturbado».

«He visto al príncipe de Chin», dijo suesposa, «está apto para ser el regidor deun Estado de diez mil carruajes, y sus segui-dores son aptos para ser los ministros detal Estado. Ahora está siendo duramentepresionado, y en sus correrías en el exilioha terminado por visitar a Ts’ao y, sinembargo, él lo ha tratado con descortesía.Si alguna vez retorna a su propio Estado,él seguramnete castigará estos insultos yTs’ao será el primero en sufrir. ¿Por quéno haces algo ahora para mostrarle que túno lo consideras de la misma manera queel regidor de Ts’ao lo hace?».

«Tienes razón», dijo Hsi Fu-chi. Enseguida llenó muchas vasijas con oro, cubrióel oro con regalos de comida, y colocó piezasde jade encima, enviando a alguien por lanoche para presentárselos al príncipe.Cuando el príncipe recibió al mensajero,

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se inclinó dos veces, aceptó la comida, peroretornó las piezas de jade.

De Ts’ao el prícipe prosiguió a Ch’u ydespués a Ch’in. Tres años después quepartiera a Ch’in, el duque Mu de Ch’in citóa sus ministros a una conferencia y anunció:«En el pasado, como todos los señoresfeudales saben, el duque Hsien de Chin fueun amigo cercano a mí. Ahora han pasadounos diez años desde que la muerte inde-licadamente se lo llevó del lado de susministros. Su heredero no es un buen hombrey temo que si las cosas continúan de estemodo, él puede profanar el templo de susancestros y privar los altares del Estado delsuelo y el grano de sus sacrificios constantes.Si yo no fuera a hacer esfuerzo alguno porrestaurar la estabilidad del Estado, estaríadescuidando mi deber como amigo delduque Hsien. De ese modo quisiera asistira Ch’ung-er e instalarlo en el trono de Chin.¿Cuál es su opinión?». Todos los ministrosreplicaron: «¡excelente!», y el duque Muen concordancia llamó a sus tropas y asignó500 carruajes de guerra cubiertos con cuero,2.000 jinetes escogidos y 50.000 soldadosde infantería para asistir a Ch’ung-er en suentrada a la capital de Chin. Por lo tanto,instauró a Ch’ung-er como regidor de Chin.

Tres años después de convertirse enregidor, Ch’ung-er llamó a sus tropas y atacóTs’ao49. Al mismo tiempo envió hombrespara anunciarle al regidor de Ts’ao: «Debesbajar a Shu Chan de los muros de la ciudady entregármelo, ¡porque tengo la intenciónde matarlo en castigo por su comporta-miento!». También envió hombres paraanunciarle a Hsi Fu-chi: «Mis tropas asedianla ciudad. Sé que no vas a desertar a tusoberano, pero quiero que marques laspuertas de tu recinto. Expediré una ordena mis tropas instruyéndoles no traspasarlas».Cuando la gente de Ts’ao se enteró de estotrajeron a sus padres y parientes, y más de

setecientas familias se refugiaron en elbarrio residencial de Hsi Fu-chi. Tal es larecompensa de la cortesía.

Ts’ao era un pequeño Estado presionadoentre Chin y Ch’u, y la seguridad de suregidor era tan precaria como una pila dehuevos; sin embargo, condujo sus asuntossin cortesía. Esta es la razón por la que sulínea llegó a un final. Por lo tanto digo:ignorar las demandas de la cortesía, aunquesu Estado sea pequeño, y fallar en aprenderde las reprimendas de sus ministros, sonactos que llevan a la caída de su linaje.

§12. LAS DIFICULTADESDE LA PERSUASIÓN50

En un todo, lo difícil acerca de persuadir alos demás no es que uno carezca del co-nocimiento necesario para establecer sucaso ni la audacia para ejercitar sus habi-lidades al máximo. En un todo, lo difícilacerca de la persuasión es conocer la mentede la persona que uno trata de persuadir yser capaz de ajustar sus palabras a ella.

Si la persona que tratas de persuadir estálejos de establecer una reputación por virtud,y hablas con él acerca de obtener un gruesobeneficio, entonces él te tomará por vulgar,te concederá una recepción miserable ydespectiva y, sin lugar a dudas, te enviará aempacar. Si la persona que estás tratando depersuadir está, por el contrario, interesada enobtener gruesos beneficios y le hablas acercade una reputación virtuosa, te tomará por faltode juicio y fuera de la realidad y nunca harácaso de tus argumentos. Si la persona queestás tratando de persuadir está secretamentefuera para obtener grandes ganancias, peroclama ostensiblemente estar interesado sóloen un nombre virtuoso y le hablas acerca dereputación por virtud, entonces pretenderáaceptar y hacerte caso, pero en relidad te hará

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a un lado; si le hablas de obtener una granganancia, en secreto seguirá tu consejo, perote rechazará ostensiblemente. Estos son hechosque no debes fallar en considerar cuida-dosamente.

Los compromisos tienen éxito a travésdel secreto, pero fallan cuando son descu-biertos. Aunque el regidor mismo aún nohaya divulgado sus planes, si durante tusdiscusiones sucede que te topas con susmotivos ocultos, entonces correrás peligro.Si el regidor persigue de modo manifiestouna cosa, pero en realidad trata de conseguiruna bastante diferente, y tú percibes no sólosu objetivo ostensible sino además losverdaderos motivos detrás de sus acciones,entonces también correrás peligro. Si se teocurre pensar en un plan inusual para elregidor, que atrae su aprobación, y algunaotra persona de inteligencia consiguemediante medios externos adivinar lo quees y divulga el secreto al mundo, entoncesel regidor supondrá que fuiste tú quien lodivulgó, y estarás en peligro. Si aún no hasganado recompensa sustancial y favores,y sin embargo tus palabras son en extremoaptas y sabias, entonces si el regidor hacecaso de ellas y el compromiso es exitoso,él olvidará recompensarte; si no hace casode ellas y el compromiso falla, te mirarácon sospecha y estarás en peligro. Si algunapersona eminente toma un paso breve enla dirección incorrecta y tú de inmediatote lanzas con un sermón sobre los principiosrituales y retas sus fechorías, entonces esta-rás en peligro. Si alguna persona eminenteconsigue hacerse con un buen proyecto enalgún lado y planea usarlo para ganar méritopara sí mismo, y tú sabes de dónde lo sacó,entonces estarás en peligro. Si tratas deforzar a una persona a hacer algo que nopuede hacer, o detener lo que no puededetener, entonces estarás en peligro.

Si le hablas al regidor de gente de verda-dero valor, pensará que insinúas que él noes competencia para ellos; si le hablas dehombres insignificantes, pensará queintentas usar tu influencia para colocar atus amistades en los cargos; si le hablasacerca de lo que le gusta, sospechará quetratas de utilizarlo; si le hablas de lo queodia, sospechará que tratas de probar supaciencia. Si hablas con demasiada fran-queza y directamente, te considerará pocoinformado y te rehuirá; y si hablas conmucha elocuencia y con lujo de detalles,te considerará presuntuoso y te rechazará51.Si eres demasiado impreciso al delinear tusideas, pensará que eres un cobarde dema-siado temeroso para decir lo que en realidadquieres decir. Si eres demasiado exuberantey prolijo en declarar tus propósitos, te tomarápor un rústico poco sofisticado y groseroque trata de hablarle de manera condescen-diente. Estas son las dificultades de lapersuasión: ¡no puedes darte el lujo de serignorante en ellas!

Lo importante en la persuasión es apren-der cómo hacer un juego de los aspectos delos que la persona a la que estás hablandose siente orgullosa, y no hacerlo de los quese siente avergonzada. Por lo tanto, si lapersona tiene algún deseo urgente, debesmostrarle que es su deber público llevarlo acabo y urgirlo a no demorarlo. Si tiene algúnobjetivo mezquino en mente y sin embargono puede contenerse, debes hacer lo mejorque puedas para señalarle cualquier aspectoadmirable que pueda tener y para minimizarlos reprensibles. Si tiene algún objetivoelevado en mente y sin embargo no tiene lahabilidad necesaria para realizarlo, debeshacer lo mejor que puedas para señalarle lasfallas y aspectos malos de tal objetivo y queparezca una virtud no perseguirlo. Si estáansioso de hacer una exhibición de sabiduría

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y habilidad, menciona muchos propósitosque sean distintos del que tienes en mente,pero que sean de la misma naturaleza general,de modo que lo aprovisionen con ideas;entonces déjalo que se base en tus palabras,pero pretende que no te das cuenta que loestá haciendo y, de esta manera, socorre susabiduría.

Si deseas urgir una política de coexis-tencia pacífica, entonces asegúrate deexponerla en términos de ideales elevados,pero además insinúa que es proporcional alos intereses personales del regidor.

Si deseas prevenir al regidor en contrade políticas peligrosas e injuriosas, entonceshaz una muestra del hecho de que ellasinvitan a reproche y censura moral, perotambién insinúa que ellas son contrarias asus intereses personales.

Alaba a otros hombres cuyas accionesson como aquellas de la persona con quienestás hablando; condena otras accionesbasadas sobre las mismas políticas de lapersona. Si hay alguien más que sea culpabledel mismo vicio que él, asegúrate de encu-brirlo mostrando que eso en realidad nocausa gran daño; si hay alguien más quehaya sufrido el mismo fracaso que él sufrió,asegúrate de defenderlo al demostrar que,después de todo, no es una pérdida. Si élse enorgullece de sus habilidades físicas,no lo hostilices al mencionar las dificultadesque ha encontrado en el pasado; si él seconsidera un experto en la toma de deci-siones, no lo acoces señalando sus errorespasados; si él se percibe como un pla-nificador sagaz, no lo graves con sus fallas.Asegúrate de que no haya nada en tus ideascomo un todo que enfade a tu interlocutory nada acerca de tus palabras que le re-cuerden la manera equivocada, y entoncesejercitarás tus poderes de retórica almáximo. Esta es la forma de ganar la con-fidencia e intimidad de la persona a la que

te diriges y de estar seguro que eres capazde decir todo lo que tienes que decir sinincurrir en sus sospechas.

Yi Yin se convirtió en cocinero, y Po-liHsi en un esclavo en cautiverio, de modoque ellos pudieron ganar el odio del regidor52.Estos hombres fueron sabios y sin embargono pudieron evitar cargar con tareas pesadaspor el bien del progreso y disminuirse a símismos de esta manera. Por lo tanto, tú tam-bién debes volverte un cocinero o un esclavocuando sea necesario; si esto te permite ganarla confianza del regidor y salvar el Estado,entonces no es desgracia para un hombrede habilidad tomar tal camino.

Si eres capaz de satisfacer largos añosde servicios con el regidor, disfruta al má-ximo de su favor y confianza, prepara planesde largo alcance para él sin siquiera levantarsospecha y, cuando sea necesario, opónteleen argumento sin incurrir en culpa; entoncespuedes alcanzar mérito al dejarle claro quées beneficioso y qué es dañino, y traertegloria por medio de tus francos juicios delo bueno y lo malo. Cuando el regidor y elministro se ayudan y se sostienen uno alotro de este modo, se puede decir que lapersuasión ha alcanzado realizarse.

En tiempos antiguos el duque Wu deCheng quiso atacar el Estado de Hu, yentonces primero casó a su hija con elregidor de Hu, de modo que llenase su mentecon pensamientos de placer. Luego dijo asus ministros: «Quiero lanzar una campañamilitar. ¿Cuál sería un Estado adecuado paraatacar?». El alto oficial Kuan Ch’i-ssurespondió: «Hu podría ser atacado», despuésde lo cual el duque Wu montó en ira y lohizo ejecutar53, diciendo: «¡Hu es un Estadohermano! ¿Qué intención tienes al acon-sejarme atacarlo?». El regidor de Hu, al oíresto asumió que Cheng le otorgaba suamistad y por lo tanto no tomó precaucionespara defenderse de él. Los hombres de

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Cheng entonces hicieron un ataque sorpresasobre Hu y lo tomaron.

Una vez había un hombre rico de Sung.Cuando el muro de tierra alrededor de sucasa colapsó por una fuerte lluvia, su hijodijo: «Si tú no lo reconstruyes, seguramenteentrarán ladrones», y el anciano que vivíaen la casa vecina le dijo lo mismo. Cuandocayó la noche los ladrones se entraron yescaparon con una gran porción de la fortunadel hombre rico. La familia del hombre ricoalabó al hijo por su sabiduría, pero vieronal anciano de la casa vecina con sospecha.Ambos hombres –el alto oficial Kuan Ch’i-ssu y el anciano de la casa vecina– dijeronla verdad, y sin embargo uno fue ejectuadopor sus palabras, mientras que el otro acarreósospechas sobre sí. No es difícil saber algo,lo difícil es saber cómo usar lo que tú sabes.Jao Chao dijo la verdad pero, aunque se letenía como sabio por los hombres de Chin,fue ejecutado por aquellos de Ch’in54. Estoes algo que no puedes permitirte dejar deexaminar.

En tiempos antiguos Mi Tzu-hsia ganófavor con el regidor de Wei55. De acuerdocon las leyes del Estado de Wei, quienquieraque hiciese uso del carruaje del regidor eracastigado con la amputación de los pies.Cuando la madre de Mi Tzu-hsia enfermó,alguien se deslizó en el palacio por la nochea informarle a Mi Tzu-hsia. Mi Tzu-hsiafalsificó una orden del regidor, se metióen el carruaje del regidor y salió a verla,pero cuando el regidor oyó de esto, solo loalabó diciendo: «¡Qué filial! ¡por el biende su madre olvidó todo acerca del peligrode que le corten los pies!». Otro día, MiTzu-hsia se hallaba paseando con el regidoren un huerto y mordiendo un durazno quehalló dulce, dejó de comer y le dio la mitadrestante al regidor para su disfrute. «¡Quésincero es tu amor por mí!, exclamó elregidor. ¡Has olvidado tu propio apetito y

piensas sólo en darme cosas buenas paracomer!». Más tarde, sin embargo, cuandolas miradas de Mi Tzu-hsia se hubierondesvanecido y la pasión del regidor por élse enfrió, fue acusado de haber cometidoalgún crimen en contra de su señor, despuésde lo cual dijo el regidor; «¡Él una vez robómi carruaje, y otra vez me dio un duraznoa medio comer!». Mi Tzu-hsia no actuabaen realidad de modo distinto a como siemprelo había hecho; el hecho de haber sidoalabado en los primeros días y acusado deun crimen después, se debió a que el amordel regidor se había tornado en odio.

Si te ganas el amor del regidor, tu sabi-duría será apreciada y además disfrutarásde su favor; pero si él te odia, no sólo tusabiduría será rechazada, sino que serástenido como un criminal y serás rechazado.Por lo tanto, los hombres que desean pre-sentar sus protestas y exponer sus ideas nodeben fallar en averiguar los amores y odiosdel regidor antes de lanzarse a sus discursos.

La bestia llamada dragón puede serdomesticada56 y entrenada hasta el puntoen que puedas montar en su espalda. Peroen la parte inferior de su garganta tieneescamas de un pie de diámetro que se erizandesde el cuerpo, y cualquiera que se arriesgaa cepillarse contra ellas de seguro morirá.El regidor de hombres también tiene susescamas erizadas. Sólo si un orador puedeevitar cepillarse contra ellas tendrá algunaesperanza de éxito.

§13. EL SEÑOR HO

Una vez un hombre de Ch’u llamado elseñor Ho, habiendo encontrado una piezamatriz de jade en las montañas de Ch’u lallevó a la corte y se la presentó al rey Li57.El rey Li instruyó al joyero para que laexaminara y el joyero informó: «Es sólo

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una piedra». El rey, suponiendo que Hotrataba de engañarlo, ordenó que su pieizquierdo fuera cortado en castigo. Con eltiempo, el rey Li murió y el rey Wu llegóal trono, y Ho una vez más tomó su matrizy se la presentó al rey Wu. El rey Wu leordenó a su joyero examinarla, y nueva-mente el joyero reportó: «Es sólo unapiedra». El rey, también suponiendo queHo trataba de engañarlo, ordenó que supie derecho fuera cortado. Ho, abrazandola matriz contra su pecho, fue al pie de lasmontañas Ch’u donde lloró por tres días ynoches y cuando había llorado todas suslágrimas lloró sangre en su lugar. El rey,oyendo de esto, envió a alguien a interro-garle. «Mucha gente en el mundo ha sufridola amputación de sus pies, ¿por qué llorastan lastimosamente por eso?», preguntóel hombre. Él respondió: «No me aflijopor habérseme cortado los pies. Me aflijoporque una joya preciosa es tenida pormera piedra y un hombre de integridad esllamado mentiroso. Por esto es que lloro».Entonces el rey ordenó al joyero cortar ypulir la matriz y cuando lo hubo hecho,emergió una preciosa joya. Así, pues, fuellamada “el jade del señor Ho”.

Los regidores están siempre ansiosos porponer sus manos en perlas y piedraspreciosas. Aunque Ho presentó una matrizcuya real belleza no era aún aparente, élciertamente no le hizo daño de ese modoal regidor; y aun así tuvo que sufrir laamputación de ambos pies antes que la realnaturaleza de su tesoro fuera finalmentereconocida. Esto significa lo duro que eslograr que se reconozca un tesoro. Los regi-dores de estos días no están siquiera cercade estar tan ansiosos de acoger leyes yestablecer políticas como lo están de agarrarel jade de Ho y no se preocupan por ponerun alto a las maldades privadas y decepcio-nes de los oficiales y gente del común. Bajo

estas circunstancias, si un hombre queverdaderamente entiende el modo de accióntiene la esperanza de evitar castigos, su únicorecurso es simplemente no presentar alregidor joya alguna sin cortar de sabiduríay conducción de los asuntos del Estado.

Si el regidor sigue políticas prefijadas,entonces los altos ministros no serán capacesde tomar decisiones arbitrarias, y aquellosque están cerca de él no se atreverán a tratarde vender su influencia. Si los magistradoshacen cumplir las leyes, entonces los vaga-bundos tendrán que regresar a su trabajode granja y los caballeros errantes seránenviados al campo de batalla, dondepertenecen, a enfrentar los peligros de suprofesión. Entonces, en efecto, leyes ypolíticas son en realidad contrarias a losintereses privados de los oficiales y la gentedel común. Por lo tanto, si un regidor notiene la fuerza de carácter para desafiar losconsejos de los altos ministros, elevarse porencima de la crítica de la gente común yhacer caso sólo a los consejos que de verdadestén de acuerdo con el modo de acción,entonces los planificadores de la ley y lapolítica pueden persistir, como el señor Ho,hasta que enfrenten la pena de muerte, yaun el verdadero valor de sus palabras nuncaserá entendido.

En tiempos pasados Wu Ch’i aconsejóal rey Tao [401-381 a. C.] de Ch’u sobrelas costumbres del Estado. «Los altosministros tienen demasiado poder, dijo, ylos señores a quienes se les ha otorgadofeudos son demasiado numerosos; por lotanto, suponen una amenaza al regidor quetienen encima, y oprimen a la gente comúnque tienen debajo. Tal sendero tan sóloempobrecerá al Estado y debilitará suejército. Sería mejor confiscar todos lostítulos y estipendios de los señores a losque se ha otorgado feudos después de latercera generación, reducir58 los rangos y

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salarios de sus varios oficiales, reducir lasoficinas que no sirven es una necesidad vitaly emplear sólo a aquellos hombres que hanprobado ser hábiles y experimentados». Elrey Tao actuó acorde con este consejo, peroun año después murió y Wu Ch’i fue des-pedazado de extremidad en extremidad porlos hombres de Ch’u.

El señor Shang59 le enseñó al duque Hsiao[361-338 a. C.] de Ch’in cómo organizaral pueblo en grupos de a cinco y diez fami-lias que pudiesen espiarse unos a otros yser corporativamente responsables de loscrímenes cometidos por sus miembros; leaconsejó quemar el Libro de odas y el Librode documentos60 y aclarar las leyes y regula-ciones, para rechazar las solicitudes persona-les de las familias poderosas y concentrarseen fomentar los intereses de la familia real;prohibir a la gente deambular en busca deuna oficina política y para glorificar el nú-mero elevado de aquellos que se dedican ala agricultura y la guerra. El duque Hsiaopuso sus sugerencias en práctica, y comoresultado la posición del regidor se volviósegura y respetada, y el Estado creció ricoy poderoso. Pero ocho años después el duqueHsia murió y el señor Shang fue atado ados carruajes y despedazado por los hombresde Ch’in.

Ch’u falló en continuar las políticas deWu Ch’i y sufrió la incursión extranjera yel caos interno; Ch’in aplicó las leyes delseñor Shang y se volvió rico y poderoso.Sin embargo, aunque ambos hombres habla-ron lo que era acertado y cierto, ¿por quéWu Ch’i fue destrozado extremidad porextremidad y el señor Shang fue desmem-brado por los carruajes? Porque los altosministros resintieron sus leyes y la gentedel pueblo odió a un gobierno ordenado.Y en la era presente los altos ministroscodician el poder y la gente del puebloencuentra satisfacción en el desorden en

un grado lejanamente mayor que el que loshombres de Ch’u y Ch’in encontraban enlos tiempos que he descrito. Si no hubieseun rey Tao o un duque Hsiao para seguirsu consejo, entonces ¿cómo los planifica-dores de la ley y la política serán algunavez capaces de arriesgar el destino de WuCh’i y del señor Shang de modo que puedanaclarar sus leyes y políticas? Es por estoque nuestra era presente está en caos y carecede un verdadero dictador o rey.

§17. PRECAUCIONESDENTRO DEL PALACIO

Es riesgoso para el regidor de hombresconfiar en otros, porque aquel que confíaen otros será controlado por otros. Losministros no tienen lazos de carne y huesoque los aten a su regidor; es sólo la fuerzade las circunstancias lo que los impulsa aservirle. Por lo tanto, aquellos que actúancomo ministros nunca cesan por un momentoen su intento por espiar en la mente de susoberano, y sin embargo el regidor de hom-bres se siente por sobre ellos con indolenciay orgullo. Por eso es que hay regidores enel mundo que enfrentan intimidación, ysoberanos que son asesinados. Si el regidordeposita demasiada confianza en su hijo,entonces los ministros malvados encontraránlos medios para utilizar al hijo para realizarsus planes privados. De esta manera LiTui, que ejercía como ayudante del rey deChao, mató de hambre al padre del regidor61.Si el regidor deposita demasiada confianzaen su consorte, entonces los ministrosmalvados encontrarán la forma de utilizarlapara realizar sus planes privados. De estamanera el actor Shih ayudó a la señora Lia acarrearle la muerte a Shen-sheng y colocara Hsi-ch’i en el trono62. Ahora, si alguientan cercano al regidor como su propia

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consorte, y tan querido por él como supropio hijo, aún no pueden ser de confianza,entonces obvia-mente nadie más puedetampoco serlo. Además, que uno sea regidorde un Estado de diez mil carruajes o de unode sólo mil es bastante probable que suconsorte, sus concubinas o el hijo que hadesignado como heredero a su trono desearansu muerte temprana. ¿Cómo sé que esto esasí? Una esposa no está atada a su esposopor ningún lazo de sangre. Si él la ama, ellase mantiene cercana a él; si no, ella esseparada. El dicho va «si la madre esfavorecida, el hijo será abrazado». Pero siesto es así, entonces el opuesto deberá ser«si la madre es despreciada, el hijo será unnáufrago». Un hombre a los cincuenta aúnno ha perdido interés en el sexo y sinembargo la belleza de una mujer de treintaya se ha marchitado. Si una mujer cuyabelleza ya se ha marchitado espera a unhombre que aún se ocupa en pensamientossobre sexo, entonces ella será desdeñada ydesfavorecida63, y su hijo mantendrá pocasesperanzas de acceder al trono. Es por estoque consortes y concubinas anhelan la muertetemprana del regidor.

Si la consorte puede convertirse en reinaviuda y su hijo ascender al trono, entoncescualquier ley que ella promulgue seráejecutada, cualquier prohibición que elladecrete será atendida. Ella podrá disfrutarlos encantos del sexo tan frecuentementecomo nunca lo haya hecho mientras sudifunto esposo vivía, y podrá regir un Estadode diez mil carruajes de la manera que sele antoje, sin miedo de sospecha. Por estoes que tenemos venenos secretos, estran-gulaciones y acuchillamientos. Como losAnales de primavera y otoño de Tao Tso64

dicen: «menos de la mitad de todos losregidores mueren por enfermedades». Siel regidor no entiende esto, entonces perma-nece abierto a la revuelta en todos los lados.

Así, se dice: Cuando aquellos que puedenbeneficiarse de la muerte del regidor sonmuchos, él está en peligro.

El conductor de carruaje Wang Liangera bueno con sus caballos, y Kou-chien,rey de Yüeh, era bueno con sus hombres,el primero, de modo que corrían para él; elotro, de modo que ellos peleaban por él.Un médico usualmente chupará las heridasde sus pacientes para limpiarlas y mantendrála mala sangre en su boca, no porque estéligado a ellos por ningún lazo de parentesco,sino porque sabe que hay ganancia en ello.El constructor de carruajes al construirlostiene la esperanza de que las personascrezcan ricas y eminentes; el carpintero alfabricar ataúdes tiene la esperanza que laspersonas mueran en forma prematura. Noes que el constructor de carruajes sea debuen corazón y el carpintero sea falso. Essólo que si las personas no se vuelven ricasy eminentes los carruajes nunca se ven-derán, y si las personas no mueren no habrámercado para ataúdes. El carpintero no tienesentimiento alguno de odio hacia los otros;él sólo espera obtener beneficio de susmuertes. De la misma manera, cuando con-sortes, concubinas y herederos han orga-nizado sus camarillas anhelan la muerte delregidor, pues a menos de que él muera, suposición nunca será realmente fuerte.

Ellos no tienen sentimientos de odio haciael regidor; simplemente esperan beneficiarsecon su muerte. El regidor, por lo tanto, nodebe fallar en observar de cerca a aquellosque podrían beneficiarse con su muerte.

Aunque el sol y la luna están rodeadosde halos, el verdadero peligro viene de suinterior65. Preparado como puedas en contrade aquellos que te odian, la calamidad tellegará de aquellos a los que amas.

Así, el gobernante iluminado no se apre-sura en ningúna empresa que no haya estu-diado apropiadamente de antemano, así

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como tampoco come ninguna comidainusual. Estudia los reportes de las lejaníasy observa con cuidado a los hombres cercaa él para averiguar los defectos de aquéllosdentro y fuera del palacio.

Él examina los acuerdos y desacuerdosen debate, como medio para determinar cómolas variadas facciones en el gobierno tomanforma. Él compara propósitos y resultadospara estar seguro de que las palabras estánsustentadas por hechos. Demanda que lo quevenga después deba concordar con lo quehubo antes, gobierna a las masas de acuerdocon la ley, y cuidadosamente verifica losvariados motivos de todo. Si puede estarseguro de que los hombres no reciben nin-guna recompensa no ganada ni pasarse dela raya en su autoridad, que las penas demuerte sean justamente impartidas y ningúncrimen quede sin castigo, entonces loshombres malvados y maliciosos no encon-trarán apertura alguna para llevar a cabo susplanes privados.

Si se demanda demasiada labor obliga-toria del pueblo, se siente afligido y estodará ascenso a grupos de poder local. Cuandogrupos locales de poder se han formado,empezarán a ejercitar el derecho de dispensaral pueblo del servicio de laborar, y una vezque son capaces de esto, sus líderes sevolverán ricos por sobornos. Afligir al puebloy así enriquecer a hombres de influencia,crear grupos poderosos, y de ese modo renun-ciar a su autoridad pasándola a sus ministros,no son formas de traer beneficios de largaduración al mundo. Por ello se ha dicho: silos servicios laborales son pocos, el puebloestará contento; si el pueblo está contento,no habrá oportunidad de que los hombresejerciten una autoridad indebida en los nivelesinferiores y los grupos poderosos desapare-cerán. Una vez que los grupos poderososhayan sido limpiados, entonces todo derechoa dispensar favores residirá en el soberano.

Es obvio que bajo condiciones normalesel agua supere al fuego. Pero si una olla seinterpone entre ellos, el agua hará burbujasy hervirá hasta secarse completamente enla parte de arriba, mientras el fuego seguiráardiendo felizmente por debajo, habiéndoseprivado al agua de los medios para impo-nerse al fuego. Esto es tan obvio como queel gobierno debe ser capaz de poner fin ala maldad, de la misma manera como elagua supera al fuego. Pero si los oficialescuyo papel es sostener la ley juegan, encambio, al papel de la olla, entonces lasleyes serán claras sólo en la mente del re-gidor, y habrá sido privado de los mediospor los que puede prohibir la maldad.

A juzgar por las historias que nos hanllegado desde la antigüedad y los incidentesregistrados en los Anales de primavera yotoño66, aquellos hombres que violaron lasleyes, cometieron traición y llevaron a cabograndes actos de maldad, siempre trabajarona través de algún ministro eminente y deposición alta. Y sin embargo, las leyes y re-gulaciones son por costumbre designadaspara prevenir la maldad entre la gente hu-milde y es sólo sobre ellos que las penas ycastigos caen. Por lo tanto, la gente del pueblopierde la esperanza y se le deja sin lugardónde airear sus penas. Por lo que los altosministros se agrupan y trabajan como un solohombre para velar la visión del regidor. Parademostrar que no tienen planes privadospretenden en el exterior estar en discrepanciaentre ellos, aunque en secreto son lo sufi-cientemente amigos, actuando como ojos yoídos entre ellos para espiar defectos en ladefensa del regidor. El regidor, con su visiónde esta manera nublada y obstruida, carecede los medios para obtener información real;aunque mantiene el nombre de soberano, haperdido la realidad, y sus ministros estánen libertad para hacer cumplir las leyes dela manera que les plazca. Esto es lo que le

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sucedió al Hijo del Cielo de la dinastía Chu.Si el regidor presta aunque sea un poco desu poder a otros, entonces superior e inferiorcambiarán lugares. Por lo tanto se dice quea ningún ministro se le debe permitir pres-tarse el poder y la autoridad del regidor67.

§18. DE CARA AL SUR68

Aquí es donde los regidores cometen erroral haber asignado ciertos ministros a[ciertos] despachos, entonces ellos tratande usar hombres que no han sido asignadospara controlar el poder de los asignados.Ellos justifican esta política proclamandoque los intereses de los asignados y los noasignados serán mutuamente contrarios,pero en realidad los regidores se hallan así mismos cayendo bajo el poder de los noasignados, ya que los hombres que tratande controlar hoy son los hombres queusaron previamente para controlar a otros.Si los regidores no pueden hacer la leyclara y usarla para contener la autoridadde los altos ministros, entonces no tendránlos medios para ganar la confianza delpueblo en general.

Si el regidor de hombres descarta la ley,y en cambio intenta usar a alguno de susministros para controlar a otros, entoncesaquellos que se aman entre sí se juntaránen grupos para la alabanza mutua, y aquellosque se odian entre sí formarán camarillaspara la mutua difamación. Con la alabanzay la difamación luchando para acallarseentre ellos, el regidor devendrá desorientadoy confundido.

Quienes actúan como ministros creenque, a menos que puedan de alguna maneraestablecer una buena reputación o persuadira alguien a hacer una petición especial porellos, nunca avanzarán en el cargo; esto amenos que le vuelvan la espalada a la ley

y concentren poder en sus propias manos,nunca podrán ejercer autoridad; y así, a noser que dependan de una máscara de lealtady buena voluntad, nunca podrán burlar lasprohibiciones. Sin embargo, estos tres tiposde comportamiento de hecho sólo sirvenpara engañar al soberano y destruir la ley.Entonces el regidor de hombres debe tenerseguridad que, sin importar lo juiciosos ycapaces que sus ministros puedan ser, nuncales será permitido dar las espaldas a la leyy concentrar poder en sus propias manos;sin importar qué tan valiosas sean susacciones, nunca se les permitirá presumiracerca de sus realizaciones y arrebatar re-compensas que pertenecen a otros; sin im-portar qué tan leales y confiables sean, nuncase les permitirá descartar la ley y burlarlas prohibiciones. Esto es lo que significahacer la ley clara.

El regidor de hombres es a veces enga-ñado en los proyectos y cegado por palabras.Estos son dos peligros que no debe fallaren considerar cuidadosamente.

Los ministros se acercan alegremente conuna propuesta para un proyecto y, debidoa que los fondos que están pidiendo sonpequeños, el regidor es engañado por lapropuesta; como la posibilidad de ser en-gañado está en su naturaleza, él falla enexaminarla con cuidado para en cambiollenarse de admiración hacia los hombresque la hicieron. De este modo los ministrosson capaces de usar proyectos para ganarpoder sobre el regidor. Esto es lo que signi-fica ser engañado con proyectos, y aquelque es de esta manera engañado estaráacosado por el riesgo.

Si al acercarse un ministro con una pro-puesta, pide fondos exiguos, y después dehaberse retirado para ponerlo en efecto, susgastos son muy grandes, entonces, aunqueel proyecto pueda producir resultados, lapropuesta no fue hecha de buena fe. Aquel

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que habla con mala fe es culpable de uncrimen y, aunque su proyecto haya alcan-zado resultados, no debe recibir recom-pensa69. Si esta regla es obedecida, entonceslos ministros no se atreverán a disfrazar suspalabras en un esfuerzo por engañar alsoberano.

El modo de acción del soberano es tenerla seguridad de que, si lo que un ministrodice de antemano no concuerda con lo quedice después, o si lo que dice más tarde noconcuerda con lo dicho previamente, en-tonces, aunque puede haber cumplido sutarea con distinción, es condenado a ciertocastigo. Esto es lo que significa hacer a tussubordinados responsables [de sus actos].

Si un ministro planea llevar una propuestapara emprender alguna empresa al regidor,pero teme que será recibida con crítica, debetener la seguridad de anunciar de antemano:«cualquiera que cuestione este proyecto lohace simplemente por celos». El regidor,con estas palabras firmemente grabadas ensu memoria, no prestará mayor caso al con-sejo de otros ministros, mientras que ellos,de su parte, temerosos del efecto de talespalabras, no se aventurarán a cuestionar laempresa. Cuando estas dos circunstanciasprevalecen, entonces los ministros en verdadleales desatenderán la advertencia y sóloaquellos que se las han arreglado paraadquirir una reputación serán puestos acargo. Esto es lo que significa ser cegadopor palabras, y aquel que es así cegado ter-minará en poder de sus ministros.

El modo de acción del regidor es ase-gurarse que los ministros sean llamados adar cuenta de las palabras que hablan y seantambién llamados a rendir cuenta de laspalabras que fallan en hablar. Si el principioy el final de sus palabras no coinciden, sisus argumentos carecen de pruebas, enton-ces son llamados a dar cuentas de lo dicho.Si intentan evadir la responsabilidad al no

decir nada, aunque ocupen posicionesimportantes, entonces son llamados a rendircuentas por lo que no dijeron. El regidor dehombres debe tener seguridad que cuandosus ministros hablan entiende el principio yel fin de lo que ellos dicen, y los puede hacerresponsables de que lo hagan correspondercon hechos; y cuando fallan en hablar, éldebe interrogar acerca de las causas de sureticencia, y hacerlos responsables tambiénde esto. Si esto se hace, entonces los ministrosno se atreverán a hablar descuidadamente,ni se atreverán a mantenerse en silencio,porque sabrán que discurso y silencio seránpor igual llamados a rendir cuentas.

Cuando el regidor de hombres deseallevar a cabo alguna empresa, si no adquiereun entendimiento claro de todos los factoresinvolucrados, sino que simplemente haceobvio su deseo de realizarlo, entonces eltrabajo no traerá beneficio sino, por el con-trario, invariablemente terminará en pérdida.Aquel que comprenda esto sabrá que debeproceder sobre la base de principios y des-cartar el factor de deseo.

Hay una forma apropiada de iniciarempresas. Si consideras que el ingreso deuna empresa en particular será grande y elgasto pequeño, entonces el proyecto es prác-tico. Pero un regidor engañado no entiendeesto. Estima el ingreso pero no el egreso, yaunque el egreso pueda ser el doble delingreso, falla en comprender que esto es unapérdida. Nominalmente parece que hubieselucrado pero en realidad no lo ha hecho; eléxito es pequeño y la pérdida grande. Unresultado puede ser llamado exitoso sólo siel ingreso es grande y el egreso pequeño.Pero si se permite a los hombres gastargrandes sumas de dinero sin incurrir en culpay todavía tomar crédito del exiguo éxito quehan alcanzado, entonces los ministros no sepreocuparán por gastar altas sumas paraalcanzar un pequeño objetivo. Sólo ganancias

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pequeñas serán alcanzadas, y además elregidor sufrirá pérdidas.

Aquellos que no tienen entendimientodel gobierno siempre dirán: «¡Nunca cam-bies modos antiguos, nunca te alejes de lascostumbres establecidas!». Pero al sabio nole importa el cambiar o no cambiar; su únicapreocupación es regir apropiadamente. Seao no que cambie modos antiguos, sea o noque se aleje de las costumbres establecidas,depende solamente sobre si tales modosantiguos y costumbres sean efectivos o no.

Si Yi-Yin no ha cambiado los modos deYin y Tai-kung no hubiera cambiado losmodos de Chou, entonces T’ang y Wu nuncase hubiesen convertido en reyes. Si KuanChung no hubiera reformado los modos deCh’i y Kuo Yen no hubiese alterado aquellosde Chin, entonces los duques Huan y Wennunca se hubieran convertido en dictadores70.

En general, aquellos que desaprueban elcambio de los modos antiguos son simple-mente tímidos acerca de alterar cosas a lasque el pueblo se ha ido acostumbrando. Peroaquellos que fallan en cambiar modosantiguos están a menudo prolongando enrealidad el curso del desorden, mientras queaquellos que se esfuerzan por gratificar alpueblo van detrás de un final egoísta ymalvado. Si el pueblo es demasiado estúpidopara reconocer los signos del desorden ysus superiores demasiado medrosos paraadoptar reformas, entonces el gobierno sehabrá desviado de curso.

El regidor de hombres debe ser lo sufi-cientemente iluminado para comprender elmodo de gobierno, y ser lo suficientementeestricto para efectuarlo. Aunque signifiqueir en contra de la voluntad del pueblo, élhará cumplir su reglamento. Como pruebade esto podemos anotar que el señor Shangcuando llegó y salió de la corte estabaresguardado por lanzas de acero y pesadosescudos para prevenir un ataque repentino71.

Similarmente, cuando Kuo Yen instituyósus nuevas políticas en Chin el duque Wense proveyó de guardaespaldas, y cuandoKuan Chung empezó primero sus reformasen Ch’i el duque Huan rodaba en un carruajeblindado. Todas estas fueron precaucionesen contra del peligro que venía del pueblo.Porque el pueblo, en su modo estúpido ydescuidado, se quejará hasta del gasto máspequeño y olvida las grandes ganancias quese cosecharán de éste72.

§49. LAS CINCO SABANDIJAS

En los tiempos más antiguos, cuando loshombres eran pocos y las criaturas nume-rosas, los seres humanos no podían superara las aves, bestias, insectos y reptiles. Luegoapareció un sabio que fabricó nidos de ma-dera para proteger a los hombres del daño.El pueblo estuvo encantado y lo hizo regidordel mundo, llamándolo “el Constructor deNidos”. El pueblo vivía de frutas, bayas,mejillones y conchas –cosas malolientes yde olor malvado que herían sus estóma-gos–, de modo que muchos de ellos seenfermaban. Entonces apareció un sabioque frotó con maderas y produjo fuego,con el que transformó las comidas malolien-tes y pútridas. El pueblo estuvo encantadoy lo hicieron regidor del mundo, llamándolo“el Hombre Frotador”.

En la antigüedad media hubo una graninundación en el mundo, pero Kun y Yüde la dinastía Hsia abrieron canales parael agua. En la edad de la antigüedad recienteChieh y Chou gobernaron en forma violentay perversa, pero T’ang de la dinastía Yin yWu de la dinastía Chou los derrocaron.

Ahora, si alguien hubiera construidonidos de madera o hubiera taladrado paraobtener fuego en el tiempo de la dinastíaHsia, Kun y Yü se hubiesen reído de él, y

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si alguien hubiera tratado de abrir canalespara el agua durante las dinastías Yin oChou, T’ang y Wu se hubieran reído de él.Siendo esto así, si el pueblo en la erapresente va por ahí exaltando los modosde Yao, Shun, Yü, T’ang y Wu, los sabiosde hoy tendrán que reírse de ellos. Debidoa que los sabios no tratan de practicar losmodos de la antigüedad o mantenerse enun estándar fijo, entonces examinan losasuntos de su era y toman las precaucionesque son necesarias.

Había un granjero de Sung que labrabala tierra y en su campo había un tocón73.Un día un conejo, corriendo a través delcampo, chocó con el tocón, se rompió elcuello y murió. En seguida el granjero dejóa un lado su arado y montó guardia al ladodel tocón, con la esperanza que pudiesecoger otro conejo en la misma forma. Perono consiguió más conejos y en cambio seconviertió en el hazmereír de Sung. Aque-llos que piensan que pueden tomar losmodos de los reyes de la antigüedad yusarlos para gobernar al pueblo de hoy,¡todos pertenecen a la categoría de loscuidatocones!

En tiempos antiguos, los esposos no teníanque labrar la tierra, debido a que las semillasde hierba y la fruta de los árboles eransuficientes para alimentar a la gente. Lasesposas no tenían que tejer, debido a quelas pieles de las aves y las bestias proveíanropajes suficientes. Nadie debía esforzarsepara mantenerse aprovisionado. Había pocagente, había abundancia de bienes, y por estonadie reñía. Por lo tanto, no se repartían ricasrecompensas, no se administraban castigosexagerados y entonces el pueblo por sí mismoera ordenado. Pero hoy en día nadie consideraa cinco hijos como un número grande y estoscinco hijos a su vez tendrán cada uno cincohijos, de modo que antes de que el abuelohaya muerto, tendrá veinticinco nietos. Por

lo tanto, el número de gente se incrementa,los bienes escasean y los hombres tienen queesforzarse y esclavizarse por una vida exigua.De ahí que ellos caen en riñas y aunque lasrecompensas se duplican y los castigos seapilan, no se puede prevenir que el desordencrezca.

Cuando Yao rigió al mundo abandonó lapaja de su techo sin podar y sus travesañosmoteados sin planear. Comía mijo burdo ysopa de verduras, vestía pieles de venadoen los días de invierno y trajes de fibrasásperas en verano. Incluso un humilde porterono estaba peor vestido y provisto que él.Cuando Yü rigió el mundo tomó el arado yla espada en sus manos para guiar a su pueblo,trabajando hasta que no había más vello ensus muslos o pelo en sus espinillas. Aun elduro trabajo de un esclavo tomado prisioneroen las guerras no era más amargo que el suyo.Por lo tanto, aquellos hombres en los tiemposantiguos que abdicaban y renunciaban aldominio del mundo estaban, por así decirlo,abandonando la vida de un portero y esca-pando del duro trabajo de un esclavo. Poresto pensaban poco en entregar el dominiodel mundo a alguien más. Hoy en día, sinembargo, el magistrado de un distrito muerey sus hijos y nietos son capaces de pasearmontados en carruajes varias generacionesdespués. Por tanto, la gente aprecia talescargos. En lo que a renunciar a las cosasrespecta, en los tiempos antiguos la gentepensaba poco en abandonar la posición deHijo del Cielo y sin embargo hoy son reaciosa dejar el puesto de magistrado de distrito;esto se debe a la diferencia en los beneficiosreales obtenidos.

Aquellos que viven en las montañas ydeben descender al valle para coger agua,se dan unos a otros regalos de agua en tiem-po de festival. Aquellos que viven en lospantanos y tienen problemas de humedad,contratan obreros para cavar zanjas para

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drenar el agua. En la primavera que siguea un año de hambruna, aun los niñospequeños de la familia no reciben comida;en el otoño de un año de abundancia, inclusolos visitantes casuales reciben banquetes.No es que los hombres sean indiferentes asu propia carne y hueso y generosos conlos visitantes de paso; es por la diferenciaen la cantidad de comida que se tendrá.

De ahí que cuando los hombres de lostiempos antiguos tomaban a la ligera losbienes materiales no era por su benevolen-cia, sino por el superávit de bienes; y cuandolos hombres de hoy riñen y arrebatan noes porque sean maliciosos, sino porque losbienes son escasos. Cuando los hombresrenuncian a la ligera a la posición de Hijodel Cielo, no se debe a que sean de menta-lidad encumbrada sino porque las ventajasdel puesto son insignificantes; cuando loshombres se esfuerzan por una posición querequiere poco o ningún trabajo en el go-bierno no es porque sean infames sinoporque el poder que conseguirán es grande.

Cuando el sabio rige toma en considera-ción la cantidad de cosas y delibera sobreescasez y plenitud. Aunque sus castigospuedan ser leves, esto no es debido a sucompasión; aunque sus penas puedan serseveras no es porque sea cruel, simplementesigue la costumbre apropiada para la época.Las circunstancias cambian de acuerdo conla edad; los modos de lidiar con ellas cam-bian con las circunstancias.

En tiempos antiguos el rey Wen vivíaen el área entre Feng y Hao, su dominiono era de más de 100 li cuadrados; sinembargo, practicaba la benevolencia y larectitud, venció a los bárbaros del oeste yeventualmente se convirtió en regidor delmundo. El rey Yen de Hsü vivía al este delrío Han en un territorio de 500 li cuadrados.Practicaba la benevolencia y la rectitud y36 estados llegaron con regalos territoriales

para rendirle tributo, hasta que el rey Wende Chin, temiendo por su propia seguridad,llamó a sus tropas, atacó a Hsü y lo barrió74 .De esta manera el rey Wen practicó labenevolencia y la rectitud y se convirtióen regidor del mundo, pero el rey Yen prac-ticó la benevolencia y la rectitud y destruyósu Estado. Esto se debe a que la benevolen-cia y la rectitud servían en tiempos antiguos,pero hoy en día no sirven más. Entoncesdigo que las circunstancias difieren con laedad.

En los tiempos de Shu las tribus Miaofueron indomables, y Yü propuso atacarlas.Pero Shun dijo: «¡Eso no es posible! Tomarlas armas mientras la virtud del regidor aúnno es perfecta sería una violación del modode acción». Shung enseñó los modos deun buen gobierno los siguientes tres años,y después tomó el escudo y el hacha debatalla y ejecutó la danza de guerra y losMiao se sometieron. Pero en la guerra conlos Kung-kung75 los hombres usaban lanzasde hierro con cabezas de acero que alcan-zaban al enemigo, de modo que a menosque uno estuviese protegido por un sólidocasco y armadura era probable que resultaseherido. Por lo tanto, los escudos y las hachasde batalla servían para tiempos antiguos,pero hoy no sirven más. Entonces digo quecomo las circunstancias cambian los modosde lidiar con ellas también se alteran.

Los hombres de la alta antigüedad seesforzaban por conseguir la virtud moral;los hombres de la edad media buscaronplanes inteligentes; los hombres de hoycompiten por ser conocidos por su fortalezay espíritu. Ch’i estuvo una vez planeandoun ataque sobre Lu. Lu despachó a Tzu-kung76 para persuadir a los hombres de Ch’i,pero replicaron: «Tus palabras son lo sufi-ciente elocuentes. Pero lo que nosotrosqueremos es territorio y esa es la única cosaque no has mencionado». Entonces, al final,

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Ch’i llamó a sus tropas, atacó Lu y fijó sulímite a sólo diez li de la puerta de la capitalde Lu.

El rey Yen practicó la benevolencia y larectitud, y el Estado de Hsü fue arrasado;Tzu-kung empleó la elocuencia y la sabi-duría y Lu perdió territorio. Entonces es obvioque la benevolencia, la rectitud, la elocuenciay la sabiduría no son los medios por los malesse puede mantener el Estado. Descarta labenevolencia del rey Yen y ponle fin a lasabiduría de Tzu-kung; construye el poderde Hsü y Lu hasta que puedan enfrentar caraa cara a un Estado de 10.000 carros de guerra;¡entonces Ch’i y Ching ya no serán capacesde hacer con ellos lo que les plazca!

El pasado y el presente tienen diferentescostumbres; viejo y nuevo adoptan medidasdiferentes. Tratar de usar los modos de ungobierno generoso e indulgente para regiral pueblo de una época crítica es como tratarde manejar un caballo de carreras sin usarriendas o látigo. Esta es la desgracia queinvita la ignorancia.

Ahora los confucionistas y los moístasalaban a los antiguos reyes por su amoruniversal del mundo diciendo que velan porel pueblo como los padres velan por un hijoamado77. ¿Y cómo prueban ellos este argu-mento? Dicen: «Cuando sea que el ministrode justicia administre algún castigo, elregidor cancelará a propósito todas laspresentaciones musicales; y cuando sea queel regidor haya decretado la pena de muertede alguien derramará lágrimas». Por estarazón alaban a los reyes antiguos.

Ahora si rey y súbdito deben convertirseen padre e hijo antes de que pueda haberorden, entonces hemos de suponer que nohay cosa tal como un padre o un hijo revol-tosos. Entre los afectos humanos ningunotiene prioridad sobre el amor de los padrespor sus niños. Pero aunque todos los padrespueden mostrar su amor por sus niños, los

niños no tienen siempre una buena conducta.Y aunque los padres los amen aún más,¿impedirá esto que los niños se vuelvanrevoltosos? Ahora bien, el amor de los reyesde la antigüedad por su pueblo no era másgrande que el amor de los padres por susniños. Y si ese amor no puede prevenir quelos niños se vuelvan revoltosos, entonces¿cómo puede traer al pueblo el orden?

En lo que respecta al rey derramandolágrimas cuando se ejecutan castigos deacuerdo con la ley, esta es una buena muestrade benevolencia, pero no contribuye en nadapara alcanzar el orden. La benevolenciapuede hacer que uno derrame lágrimas ysea renuente a aplicar penas; pero la leydeja claro que tales penas deben ser apli-cadas. Los reyes de la antigüedad permitíana la ley ser suprema y no cedían a sus lloro-sos deseos. Por lo tanto, es obvio que labenevolencia no puede ser usada para alcan-zar orden en el Estado.

Además, el pueblo se inclinará natural-mente ante la autoridad, pero pocos de ellospueden ser movidos por la rectitud.Confucio fue uno de los más grandes sabiosdel mundo. Perfeccionó su conducta, hizoclaro el modo de acción y viajó a travésdel área dentro de los cuatro mares, peroen toda esa área aquellos que se alegraroncon su benevolencia, admiraron su rectitudy tuvieron la voluntad de volverse susdiscípulos fueron sólo setenta. Debido a quehonrar la benevolencia es una cosa rara yadherirse a la rectitud es duro. Por lo tanto,dentro de la vasta área del mundo sólosetenta hombres se volvieron sus discípulosy sólo un hombre –él mismo– fue realmentebenévolo y correcto.

El duque Ai de Lu fue un regidor me-diocre; sin embargo, cuando ascendió altrono y enfrentó el sur como soberano delEstado, no hubo persona dentro de suslímites que dejara de reconocer lealtad hacia

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él. El pueblo se inclina naturalmente antela autoridad, y aquel que ejerce autoridadpuede fácilmente ordenar a los hombres quese sometan; por lo tanto Confucio perma-neció como súbdito y el duque Ai continuósiendo su regidor. No es que Confucio hayasido ganado por la rectitud del duque; sim-plemente se inclinó ante su autoridad. Sobrela sola base de la rectitud Confucio nuncase hubiera inclinado ante el duque Ai; perodebido a que el duque ejercía autoridad fuecapaz de hacer que Confucio reconocierasu soberanía.

Hoy en día, cuando los estudiosos acon-sejan al regidor, no lo urgen a ejercer laautoridad, que es el camino seguro haciael éxito, sino que en cambio insisten en queél debe practicar la benevolencia y rectitudantes de que pueda convertirse en un reyverdadero. Esto es, en efecto, demandar queel regidor se eleve al nivel de los discípulosde Confucio y que toda la gente del comúnde aquel entonces fuese como los discípulosde Confucio. Tal disciplina está condenadaal fracaso.

Ahora, aquí tenemos a un joven de malcarácter. Sus padres le encarrilan pero nose reforma; los vecinos le regañan peropermanece impasible; sus maestros lo instru-yen pero rehúsa cambiar sus maneras. Deeste modo, aunque tres buenas influenciasse traen para soportarlo –el amor de suspadres, los esfuerzos de sus vecinos y lasabiduría de sus maestros– aun así semantiene impasible y se rehúsa a cambiarsiquiera un pelo de su espinilla. Pero dejenque el magistrado local envíe soldados delgobierno para hacer cumplir la ley y buscara los que hacen mal, y entonces él estarálleno de terror, reformará su conducta ycambiará sus maneras. Así, el amor de lospadres no es suficiente para hacer que losniños aprendan lo que es correcto, y debenser apoyados por las penas estrictas de los

oficiales locales; por naturaleza la gentecrece orgullosa en amor, pero escuchan ala autoridad.

Aun el ágil Lou-chi no puede trepar unmuro de la ciudad de diez brazas de alto,porque es demasiado escarpado; peroincluso una oveja coja puede pacer arribay abajo de una montaña cien veces más alta,porque la pendiente es gradual. Por lo tanto,el regidor iluminado hace sus leyes escar-padas y sus castigos severos. La genteordinaria no tiene la voluntad para desecharunos pocos pies de tela, pero ni siquiera elladrón Chih podrá levantar cien taels deoro fundido. Mientras no haya daño invo-lucrado, el pueblo no descartará unos pocospies de tela, pero debido a que están segurosde que herirán sus manos se rehúsan alevantar cien taels de oro fundido. Por lotanto, el regidor iluminado hace sus castigosciertos.

Por esta razón las mejores recompensasson las generosas y predecibles, de modoque el pueblo pueda obtener beneficios deellas. Las mejores penas son las severas eineludibles, de modo que el pueblo las temerá.Las mejores leyes son las uniformes einflexibles, de modo que el pueblo las puedeentender. Por lo tanto, el regidor nunca deberetrasar la entrega de recompensas, ni sermisericordioso en administrar castigos. Siel elogio acompaña a la recompensa, y lacensura sigue pisando los talones del castigo,entonces los hombres de valía y sin ella, porigual, adelantarán sus mejores esfuerzos.

Pero esta no es la manera como se hacenlas cosas en el presente. Los regidores lesotorgan títulos oficiales a los hombres quehan alcanzado mérito, pero les asignanpuestos insignificantes. Dan recompensasa los campesinos pero en realidad en lapráctica les reducen sus medios de super-vivencia. Se disocian de aquellos que des-deñan los cargos oficiales, pero al mismo

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tiempo alaban su desprecio por el mundo.Castigan a aquellos que violan las prohibi-ciones, pero al mismo tiempo admiran suvalor. De ese modo, las cosas que censurano alaban son completamente encontradascon aquellas que premian o castigan.

Hoy en día aquel que se asegura de vengarcualquier cosa mala que se le ha hecho asu hermano es llamado un hombre derecho,y aquel que se une a su amigo en atacar alperpetrador de un insulto es llamado unhombre de honor. Tal hombre realiza obrasque son consideradas derechas y honorables,olvida castigar la violación de sus obras, yde ahí el pueblo se supera entre sí en mues-tras de valor y los magistrados no puedencontrolarlos más.

Así mismo, aquel que logra conseguirvestido y comida sin trabajar es llamadopor ellos un hombre hábil, y aquel que ganaestima sin haber alcanzado mérito algunoen batalla es llamado un hombre de valor.Pero las acciones de tal hombre hábil yvaleroso en realidad debilitan al ejército ytraen devastación a la tierra. Si el regidorse alegra de las obras de tales hombres yolvida el daño que hacen al debilitar alejército y al traer devastación a la tierra,entonces los intereses privados prevalecerány el beneficio público será frustrado.

Los confucionistas con sus enseñanzastraen confusión a la ley; los caballeros consus habilidades militares violan las prohi-biciones78. Sin embargo, el regidor trata aambos grupos con respeto, y entonces tene-mos desorden. La gente que se desvía dela ley debe ser tratada como criminal y, aunasí, los estudiosos obtienen puestos en elgobierno debido a sus logros literarios. Lagente que viola las prohibiciones debe sercastigada y, aun así, las bandas de caballerosson capaces de ganarse la vida al manejarsus espadas en una causa privada. Por lotanto, aquellos a quienes la ley condena,

el regidor los acepta, y aquellos a quieneslos magistrados buscan castigar, los altosoficiales tratan con condescendencia. Así,ley y práctica, alto oficial y bajo magis-trado, todos son colocados en disparidad yno hay un estándar fijado. Bajo tales cir-cunstancias, aun diez emperadores ama-rillos no pueden traer orden al Estado.Aquellos que practican la benevolencia yrectitud no deben ser alabados, ya que ala-barlos es lanzar calumnias sobre los logrosmilitares; los hombres de logros literariosno deben ser empleados en el gobierno, yaque emplearlos es traer confusión a la ley.

En el Estado de Ch’u había un hombrellamado el honesto Kung. Cuando su padrerobó una oveja reportó el robo a las auto-ridades. Pero el magistrado local, conside-rando que el hombre era honesto en elservicio de su soberano pero un villano consu propio padre, replicó «¡mátenlo»; y elhombre fue sentenciado y ejecutado. Asívemos que un hombre que es un súbditohonesto de su soberano puede ser un hijoinfame para su padre.

Había un hombre de Lu que acompañóa su soberano a la guerra. Tres veces fuerona la batalla y tres veces salió huyendo.Cuando Confucio le preguntó la razón, éldijo: «Tengo un padre anciano y si debomorir no habrá persona alguna que cuidede él». Confucio, considerando al hombrefilial, lo recomendó e hizo que lo promo-viesen a un puesto en el gobierno. De esemodo vemos que un hombre que es un hijofilial para con su padre puede ser un súbditotraidor para su señor.

El magistrado de Ch’u ejecutó a un hom-bre y como resultado los crímenes del Estadonunca fueron reportados a las autoridades;Confucio recompensó a un hombre y comoresultado de ello el pueblo de Lu no pensóen rendirse o huir de la batalla. Desde quelos intereses de superior e inferior sean tan

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dispares no habrá esperanza de que elregidor alabe las acciones del individuoprivado y al mismo tiempo trate de asegurarbendiciones para los altares del suelo y elgrano del Estado.

En tiempos antiguos, cuando Ts’ang Chiehcreó el sistema de escritura, utilizó el caracterde “privado” para expresar la idea deconcerniente sólo a los propios deseos,necesidades o intereses, y combinó loselementos de “privado” y “opuesto a” paraformar el caracter de “público”. El hechoque público y privado son mutuamenteopuestos era ya bien entendido en el tiempode Ts’ang Chieh. Considerar a ambos comoidénticos en interés es un desastre que vienede una falta de consideración.

Si fuera a dar un consejo desde el puntode vista del individuo privado, diría que lomejor es practicar la benevolencia79 y larectitud, y cultivar las artes literarias. Alpracticar la benevolencia y la rectitud tevuelves una persona de confianza. Y cuandote has vuelto una persona de confianza puedesrecibir un nombramiento oficial. De la mismamanera, al cultivar las artes literarias puedesconvertirte en un profesor eminente, y cuandote has convertido en un profesor eminenteganarás honor y renombre. Esta es la metamás alta del individuo privado. Pero cuandoesto sucede, entonces, desde el punto de vistadel Estado, aquel que no haya realizadoservicio meritorio alguno a la nación recibeun nombramiento oficial, y quien no poseatítulo alguno del gobierno disfruta de honory renombre. Si se conduce el gobierno deesta forma, entonces el Estado enfrentarápor cierto al desorden, y el regidor de seguroestará en peligro. Por lo tanto, el interés delEstado y del individuo están mutuamenteenfrentados y ambos no pueden prevaleceral mismo tiempo.

Recompensar a aquellos que cortan lascabezas del enemigo, y sin embargo admirar

los actos de misericordia y compasión;entregar títulos y estipendios a aquellos quecapturan las ciudades del enemigo, y sinembargo prestar oídos a las doctrinas delamor universal80; fortalecer su armadura yafilar sus armas en preparación para lostiempos de problemas, y sin embargo alabarel atuendo elegante de la aristocracia civil;confiar en enriquecer la nación a través dela agricultura, y rechazar al enemigo consoldados entrenados, y sin embargo pagarhonor a los hombres de logros literarios;desdeñar a aquellos que respetan a susregidores y temen a la ley, y en cambio sercondescendiente con las bandas y los caba-lleros errantes y espadachines privados, serindulgente en actos contradictorios comoestos es asegurar que el Estado nunca estébien ordenado. La nación en paz puede sercondescendiente con los estudiosos con-fucianos y con los caballeros; pero la naciónen peligro debe llamar a sus hombres decombate. De esa forma, quienes son de realprovecho para el Estado no serán usados, yaquellos que son usados, no son de provecho.Como resultado, aquellos que atienden losasuntos del gobierno se vuelven descuidadosen sus trabajos y los estudiosos errantes seincrementan en número día tras día. A estose debe el desorden de nuestra era.

El mundo llama valiosos a aquellos cuyaconducta está marcada por la integridad ybuena voluntad, y sabios a aquellos cuyaspalabras son sutiles y misteriosas. Peroincluso el hombre más sabio tiene dificultadpara entender palabras sutiles y misteriosas.Ahora, si quieres establecer leyes para lasmasas y tratas de basarlas en doctrinas queincluso los hombres más sabios tienendificultad en comprender, ¿cómo podría lagente del común comprenderlas? Un hombreque ni siquiera puede obtener su ración delgrano más burdo, no insite en carne y finomijo; un hombre con un abrigo corto todo

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en harapos no insiste en esperar por vestidosbordados. Es lo mismo en asuntos delgobierno; si no puedes encontrarle solucióna problemas críticos, no tienes nada quehacer preocupándote acerca de los que notienen importancia. Ahora, al administrartu reino y al lidiar con el pueblo, si no hablasen términos que cualquier hombre y mujerpuedan claramente entender, pero en cambioanhelas aplicar las doctrinas de los hombressabios, entonces derrotarás tus propiosesfuerzos como regidor. Las palabras sutilesy misteriosas no son de interés del pueblo.

Si el pueblo estima81 que los que actúancon integridad y buena fe son valiosos,puede ser debido a que ellos valoran82 a loshombres que nunca han engañado, y valorana los hombres que no engañan porque ellosmismos carecen de los medios para pro-tegerse del engaño. Cuando la gente delcomún, por ejemplo, selecciona sus amis-tades no tiene riquezas de las que valersepara ganarse a otros ni autoridad para inti-midar a otros. Por esa razón buscan hombresque estén sin engaño para ser sus amigos.Pero el regidor ocupa una posición desdela que puede imponer su voluntad sobreotros, y tiene la completa riqueza de lanación a su disposición; puede repartirabundantes recompensas y penas severasy, al ejercer estas dos formas, puede iluminartodas las cosas a través de sus sabias polí-ticas83 . En tal caso, incluso los ministrostraidores como T’ien Cang y Tzu-han nose atreverán a engañarlo84. ¿Por qué ha deesperar por hombres que, por naturaleza,no sean mentirosos?

Difícilmente diez hombres de verdaderaintegridad y buena fe se pueden encontrarhoy y, sin embargo, los despachos del Estadose cuentan por cientos. Si deben ser llenadospor hombres de integridad y buena fe, en-tonces nunca habrá suficientes hombres paraescoger; y si los despachos se dejan vacíos,

entonces aquellos cuyo negocio es gobernarquedarán reducidos en número, mientras quelos hombres desordenados se incrementarán.Por lo tanto, el modo de acción del regidoriluminado es unificar las leyes en vez debuscar hombres sabios, formular políticasfirmes en vez de anhelar hombres de buenafe. Entonces sus leyes nunca le fallarán yno habrá crimen o engaño entre sus oficiales.

En estos días cuando el regidor escuchalas palabras de los hombres se regocija ensu elocuencia y no se molesta en averiguarsi son aptos, y cuando se embarca en algunaempresa se emociona con el reporte de loque se consiga, y no demanda ver los resul-tados reales. Por esta razón el pueblo delmundo, cuando tiene que hacer un discursose esfuerza por la elocuencia y no atiende ala pregunta de si sus palabras son prácticas.Por lo tanto, la corte está llena de hombresque dan discursos acerca de los reyes delpasado y discuten la benevolencia y larectitud, y el gobierno no puede escapar aldesorden.

De la misma manera, en el tema de laconducta personal, los hombres tratan desuperarse unos a otros en actos de elevadosprincipios y sentimientos, sin tener en cuentasi producen o no un resultado útil. Por estolos hombres de sabiduría se retiran delservicio del gobierno y se marchan a viviren cueva y rehúsan los estipendios que seles ofrece, y como resultado los ejércitos sevuelven débiles y el gobierno no puedeescapar al desorden. ¿Cuál es la causa detodo esto? El hecho es que los honores delpueblo y del regidor son en realidad políticasque los guían a la ruina del Estado.

Ahora, toda la gente del Estado discutesobre el buen gobierno, y cada uno tieneuna copia en casa de los trabajos sobre leyesde Shang Yang y de Kuan Chung85, y sinembargo el Estado se vuelve más y máspobre, ya que aunque mucha gente habla

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acerca de cultivar, muy pocos ponen susmanos en el arado. Toda la gente del Estadodiscute de asuntos militares y cada uno tieneuna copia en la casa de los trabajos de SunWu y Wu Ch’i86, y sin embargo los ejércitosse vuelven más y más débiles, ya que aunquemucha gente habla acerca de la guerra, muypocos se abrochan la armadura. Por lo tanto,un regidor iluminado usará la fortaleza delos hombres, pero no hará caso de sus pala-bras, recompensará sus logros, pero prohi-birá actividades inútiles. Entonces el puebloestará dispuesto a emplearse a sí mismohasta el punto de morir en el servicio de susoberano.

Cultivar requiere mucho trabajo pesado,pero el pueblo lo hará porque dice: «De estemodo podemos volvernos ricos». La guerraes una empresa peligrosa, pero el pueblotomará parte de ella porque dice: «De estaforma podemos volvernos eminentes».Ahora, si los hombres que se dedican a laliteratura o al estudio del arte de la oratoriapersuasiva son capaces de obtener los frutosde la riqueza sin el trabajo duro del agricultory pueden ganar las ventajas de la eminenciasin el peligro de la batalla, entonces, ¿quiénno tomará tales profesiones? Entonces, porcada hombre que trabaja con sus manos habrácien dedicados a la profesión de la sabiduría.Si aquellos que se ocupan en la sabiduríason numerosos, las leyes serán derrotadas,y si aquellos que laboran con sus manos sonpocos, el Estado se volverá pobre. La era sevolverá desordenada.

De ahí que en el Estado de un regidoriluminado no haya libros escritos en papelitosde bambú; la ley provee la única instrucción.No hay sermones acerca de los reyes delpasado; los oficiales sirven como los únicosprofesores. No hay feroces riñas de espa-dachines privados; cortar las cabezas delenemigo es el único acto de valor. Cuandola gente de tal Estado hace un discurso no

dice nada que esté en contradicción con laley; cuando actúan es de manera tal queacarrean resultados útiles; y cuando hacenactos de valor los hacen en el ejército. Porlo tanto, en tiempos de paz el Estado es rico,y en tiempos de problemas sus ejércitos sonfuertes. Esto es lo que se ha llamado losrecursos del regidor. El regidor debeguardarlos y esperar por una abertura paragolpear a su enemigo. Aquel que supere alos “cinco emperadores” de la antigüedad yrivalice con los “tres reyes” debe procedercon este método.

Pero esta no es la forma de las cosas dehoy. Dentro del Estado el pueblo se com-porta como quiere, mientras que los hace-dores de discursos trabajan para extendersu influencia al exterior. Así, aquellos encasa y los que están en el exterior, amboslistos para la malicia y con la esperanza dela intervención de estados enemigospoderosos, ¿cómo puede el Estado escaparal peligro? Cuando los ministros hablan deasuntos exteriores actúan sea como vocerosde las alianzas horizontal y vertical87, seatratando de enlistar la ayuda del Estado paravengar algún mal personal. Pero ni la alianzavertical, a la que uno se une con un númerode estados débiles en la esperanza de atacara otro fuerte, ni la alianza horizontal, en laque uno sirve a un Estado fuerte con el propó-sito de atacar a un número de estados débiles,pueden asegurar la supervivencia del propioEstado.

Aquellos ministros que urgen a la alianzahorizontal dicen: «¡Si no entramos al servi-cio de un Estado poderoso, seremos atacadospor enemigos y enfrentaremos el desastre!».Ahora, cuando entras al servicio de unEstado poderoso, no puedes estar aún segurode las ventajas prácticas y, sin embargo,debes entregar todos los mapas de tu terri-torio y presentar tus sellos oficiales cuandorequieras de ayuda militar. Una vez que los

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mapas han sido presentados, serás privadode territorio y una vez que tus sellos oficialeshayan sido puestos en las manos de otro,tu prestigio se desvanecerá. Si se te ha qui-tado territorio, el Estado estará debilitado,y si tu prestigio desaparece, el gobiernocaerá en el desorden. Entonces no ganasbeneficio alguno al entrar a la alianzahorizontal en el servicio de un Estado pode-roso sino meramente pierdes territorio yminas el gobierno.

Aquellos ministros que urgen la alianzavertical dicen: «Si no rescatamos a losestados más pequeños y atacamos a lospoderosos, el mundo entero estará perdido,y cuando el resto del mundo esté perdido,¡nuestro propio Estado estará en peligro ynuestro regidor enfrentará el desprecio!».Ahora bien, no puedes estar en realidadseguro de salvar estados más pequeños, ysin embargo debes llamar a tus tropas paraenfrentar a un enemigo poderoso. Cuandotratas de salvar a los estados más pequeñosno puedes estar siempre seguro de preser-varlos de la destrucción; y cuando te en-frentas a un enemigo poderoso88 no puedesestar siempre seguro de que tus aliadospermanezcan leales. Y si tus aliados te aban-donan estarás a merced del Estado pode-roso. Entonces si envías tropas a la batallatus ejércitos serán derrotados, y si te retirasy tratas de proteger tu propio reino tus ciu-dades caerán. Por ello no ganas beneficioalguno al entrar a la alianza vertical en unintento por salvar estados más pequeños,pero pierdes tus propias tierras y destruyestu propio ejército.

Por lo tanto, si entras al servicio de unEstado poderoso despachará a sus propioshombres de autoridad a tomar los despachosen tu gobierno; y si trabajas para rescatara los estados más pequeños tus propiosministros importantes tomarán ventaja dela situación para adelantar sus intereses en

el extranjero. Ningún beneficio le vendráal Estado como un todo, sino sólo feudosy ricas recompensas para sus ministros. Ellosdisfrutarán todo el honor, mientras que elregidor es despreciado; sus familias se vol-verán ricas, mientras al Estado se le quitansus tierras. Si sus intrigas tienen éxito usaránsu poder para prolongar su eminencia; sisus intrigas fallan se retirarán con toda suriqueza intacta.

Pero si el regidor, cuando hace caso atales recomendaciones, honra a sus ministrosy los premia con títulos y estipendios antesde que sus consejos hayan producido resul-tados exitosos, y falla en castigarlos cuandohan probado ser un fracaso, entonces,¿quiénes de los que están entre los teóricoserrantes no se adelantarán con algún plande “golpea o pierde”, con la esperanza debeneficiarse por un golpe de suerte?

¿Por qué los regidores escuchan lasteorías salvajes de los que hacen discursosy traen destrucción al Estado y ruina a símismos? Porque no distinguen claramenteentre intereses públicos y privados, no exa-minan la intención de las palabras que oyeny no se aseguran de que los castigos seanrepartidos cuando son merecidos.

Cada regidor dice: «Al atender losasuntos exteriores puedo tal vez convertirmeen rey, y si no garantizaré por lo menos miseguridad». Un rey verdadero es el que estáen una posición para atacar a otros, y unregidor cuyo Estado está seguro no puedeser atacado. Pero un regidor poderosotambién puede atacar a otros y un regidorcuyo Estado está bien ordenado de la mismaforma no puede ser atacado. Ni poder niorden, de cualquier modo, pueden ser bus-cados en el exterior –son únicamente asuntode gobierno interno–. Ahora, si el regidorno aplica las leyes y los procedimientosapropiados dentro de su Estado, pero leapuesta todo a la sabiduría de su política

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exterior, su Estado nunca se volverá pode-roso ni bien ordenado.

El proverbio dice: «Si tienes mangas largasserás bueno para la danza; si tienes montonesde dinero serás bueno para los negocios».Esto significa que es fácil volverse hábilcuando tienes recursos amplios. Así, es fácilplanear para un Estado que es poderoso yordenado, pero difícil hacer cualquier planpara uno que es débil y caótico. Aquellosque planean para el Estado de Ch’in puedenhacer diez cambios y aun así sus planesdifícilmente fallarán; pero aquellos queplanean para el Estado de Yen pueden hacersólo un cambio y aun tener alguna esperanzade éxito. No es que aquellos que planeanpara Ch’in necesariamente sean sabios yaquellos que planean para Yen seanestúpidos, sino simplemente que los recursoscon los que cuentan para trabajar –orden enun caso, desorden en el otro– son diferentes.

Chou desertó del lado de Ch’in y se unióa la alianza vertical y en el curso de un añolo perdió todo89. Wey le dio la espalda aWei para unirse a la alianza horizontal y enmedio año estaba arruinado90. De esta maneraChou fue arruinado por la alianza vertical yWey fue destruido por la alianza horizontal.En vez de ser tan apresurados en sus planespara unirse a una alianza debieron trabajaren fortalecer el orden dentro de sus dominios,hacer sus leyes claras y sus recompensas ycastigos ciertos, para utilizar los recursoscompletos de la tierra en construir almacenesde provisiones y entrenar a su pueblo paradefender las ciudades hasta el punto de lamuerte, para así asegurar que cualquier otroregidor consiguiese una pequeña gananciaal tratar de capturar sus tierras, pero, por elcontrario, sufriesen gran daño si intentabanatacar sus estados. En ese caso, aun el regidorde un Estado de diez mil carruajes hubieracarecido de la voluntad de agotar sus ejércitosante sus fuertes murallas y, en su exhausta

condición, atraer el ataque de enemigospoderosos. Esta hubiera sido la manera paraescapar de la destrucción. Abandonar lamanera que asegure escapar de la destruc-ción para seguir, en cambio, un camino queconduce a una caída certera es el más grandeerror que uno puede cometer al gobernar unEstado. Una vez que la sabiduría de supolítica exterior91 se agote y su gobiernointerno caiga en el desorden, ningún Estadose salvará de la ruina.

El pueblo, en la planeación de su bie-nestar, está muy preocupado en encontrarla seguridad y la ganancia y en evitar elpeligro y la pobreza. Pero si deben salir aluchar guerras extranjeras por el Estado,enfrentan la muerte a manos del enemigo,deben avanzar y morir por castigos oficiales,deben retirarse –por lo tanto, están en pe-ligro–. Si deben abandonar sus asuntosdomésticos e ir a soportar el sudor y lasprivaciones de la batalla, sus familias seempobrecerán y el regidor muy probable-mente nunca los recompensará por susservicios –por lo tanto enfrentarán la po-breza–. Si tal pobreza y peligro se presentanante ellos, ¿cómo esperas que el pueblo notrate de escapar de ellos? Entonces van enbandadas a las puertas de los hombresinfluyentes buscando una garantía deexención del servicio militar, ya que contal garantía pueden permanecer lejos de laescena de la batalla y vivir en seguridad.

De la misma manera deslizan sobornosa los funcionarios para conseguir algúnnombramiento, ya que con tal nombra-miento pueden garantizar su seguridadprivada. Si pueden conseguir algo tanrentable como su seguridad privada, ¿cómoesperar que no recurran a tales medios? Así,los hombres que se preocupan por el bienes-tar público cada vez son menos, y aquellosque piensan sólo en sus intereses privadosse incrementan en número.

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Un gobernante iluminado administrarásu Estado de tal manera que reducirá elnúmero de mercaderes, artesanos y otroshombres que se ganan la vida errando delugar en lugar, y velará por que tales hom-bres sean vigilados. De este modo reduceel número de gente que abandona92 susprofesiones primarias [la agricultura, porejemplo] para tomar ocupaciones secunda-rias. Hoy en día, de cualquier modo, si unhombre puede asegurarse la petición privadade alguien en la corte, puede comprar cargosy títulos. Cuando cargos y títulos puedenser comprados, se puede estar seguro quemercaderes y artesanos no permanecerándesdeñados por mucho tiempo; y cuandoriqueza y dinero, sin importar qué tan des-honestamente se hayan adquirido, puedancomprar lo que está en el mercado, puedesestar seguro de que el número de mercaderesno permanecerá pequeño por mucho tiempo.Cuando un hombre que recolecta impuestosgana dos veces más que el granjero, y dis-fruta de honor más grande que el labradoro el soldado, entonces los hombres de espí-ritu público se reducirán y los mercaderesy tenderos se incrementarán en número.

Estas son las costumbres de un Estadodesordenado: sus estudiosos alaban losmodos de los reyes del pasado e imitan subenevolencia y rectitud, se revisten de unaapariencia justa y hablan con frases ele-gantes; de ese modo arrojan duda sobre lasleyes de su tiempo y causan que el regidortenga dos maneras de pensar. Sus hacedoresde discursos93 proponen falsos planes y seprestan influencia del extranjero, adelan-tando sus intereses privados y olvidando elbienestar de los altares de tierra y grano delEstado. Sus espadachines reúnen bandas deseguidores a su alrededor y realizan actosde honor, haciéndose de un buen nombre yviolando las prohibiciones de las cinco agen-cias del gobierno. Aquellos de su pueblo que

están preocupados por el servicio mili-tar94 van en bandadas a la puerta de individuosprivados y riegan sus riquezas en sobornospara influenciar a los hombres que suplicaránpor ellos, y de esta forma escapan a lasprivaciones de la batalla. Sus mercaderes yartesanos gastan su tiempo haciendo artículossin uso práctico y reuniendo provisiones debienes de lujo, acumulando riquezas, espe-rando el mejor momento para vender yexplotar a los granjeros.

Estos cinco grupos son las sabandijas delEstado. Si los regidores no borran talessabandijas, para en su lugar alentar ahombres de integridad y espíritu público,entonces no deben sorprenderse cuandomiren hacia el área dentro de los cuatromares, para ver sucumbir los estados ymenguar y morir las casas regidoras.

§50. EMINENCIA DE LAS ENSEÑANZAS

En la era presente, los confucionistas ylos moístas son bien conocidos por susconocimientos. Los confucionistas paganel más alto honor a Confucio, los moístas,a Mo Ti. Desde la muerte de Confucio hanaparecido la Escuela Tzu-chang, la EscuelaTzu-ssu, la Escuela de la Familia Yen, laEscuela de la Familia Meng, la Escuela dela Familia Ch’i-tiao, la Escuela de la FamiliaChung-liang, la Escuela de la Familia Suny la Escuela de la Familia Yüeh-cheng.Desde la muerte de Mo Tzu, han aparecidola Escuela de la Familia Hsiang-li, laEscuela de la Familia Hsiang-fu y la Escuelade la Familia Teng-ling. Así, desde lamuerte de su fundador, la escuela confucio-nista se ha dividido en ocho facciones, yla escuela moísta en tres. Sus doctrinas yprácticas son diferentes o incluso contra-dictorias, y sin embargo cada una clamarepresentar las verdaderas enseñanzas de

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Confucio y Mo Tzu. Pero desde que nopodemos llamar a Confucio y Mo Tzu devuelta a la vida, ¿quién decidirá cuál delas versiones presentes de la doctrina es lacorrecta?

Tanto Confucio como Mo Tzu siguieronlos modos de Yao y Shun y aunque susprácticas difieren, cada una clama ser laverdadera seguidora de Yao y Shun95. Perodesde que no podemos llamar a Confucioy Mo Tzu de vuelta a la vida, ¿quién decidirási son los confucionistas o los moístasquienes están diciendo la verdad?

Ahora, más de setecientos años hanpasado desde Yin y los primeros tiemposde Chou, y más de dos mil años desde Yüy los primeros tiempos de Hsia. Si ni siquierapodemos decidir cuál de las presentesversiones de la doctrina confucionista ymoísta son las genuinas, ¿cómo podemostener la esperanza de escrutar los modosde Yao y de Shun, que vivieron hace tresmil años? ¡Obviamente no podemos estarseguros de nada! Aquel que clame estarseguro de algo para lo que no hay evidenciaes un tonto, y aquel que actúa sobre la basede lo que no se puede probar es un impostor.Por consiguiente, está claro que aquellosque claman seguir a los reyes de la anti-güedad y ser capaces de describir con certezalos modos de Yao y Shun deben ser o tontoso impostores. Los conocimientos de tontose impostores, doctrinas diversas y contra-dictorias, son cosas que el regidor iluminadonunca aceptará.

Para los funerales, los moistas ordenanusar ropajes invernales de luto en inviernoy ropajes de verano en verano, que el ataúdsea de madera de paulownia96 de trespulgadas de espesor y que el luto sea obser-vado por tres meses. Los gobernantes deaquel tiempo consideraban tales modoscomo frugales y los honraban. Los confucio-nistas, de otro lado, arruinaban a la familia

para llevar a cabo el funeral, vistiendo ropa-jes de luto durante tres años, reduciéndosea sí mismos al agotamiento físico y vagandocon bastones. Los gobernantes de aqueltiempo consideraban tales modos comofiliales y los honraban. Ahora, si apruebasla frugalidad de Mo Tzu, debes condenara Confucio por su extravagancia, y siapruebas la piedad filial de Confucio, debescondenar a Mo Tzu por su irrespeto. Así,las enseñanzas de los confucionistas y delos moístas abrazan ambos piedad e irres-peto, extravagancia y frugalidad, y sinembargo ¡el gobernante acoge a ambas!

De acuerdo con las enseñanzas de Ch’i-tiao97, un hombre nunca debe acobardarseante otros o encogerse frente al peligro; sisus acciones son bajas, no debe rehusar sertratado como un esclavo, pero si sus accio-nes son rectas, no debe dudar en desafiar alos señores feudales. Los regidores de sutiempo estimaban tal conducta como hono-rable y la alababan. De acuerdo con laenseñanza de Sung Jung-tzu98, un hombredebe condenar el arte militar y la discusión,y rehusar tomar parte en actos de venganza;no debe avergonzarse de ir a prisión y nodebe considerar una vergüenza el sufririnsultos. Los regidores de su tiempo consi-deran tal actitud como de mente amplia yla alaban. Ahora bien, si apruebas laconducta honorable de Ch’i-tiao, debescondenar a Sunj Jung por ser demasiadoclemente, y si apruebas la amplitud de mentede Sung Jung, debes condenar a Ch’i-tiaopor ser muy violento. Así estos dos códigosde comportamiento abrazan ambos laamplitud mental y un agudo sentido delhonor, perdón y violencia, ¡y sin embargoel gobernante los honra a ambos!

Porque el gobernante presta oído porigual a los conocimientos de los tontos eimpostores y a los pleitos de las variadas ycontradictorias escuelas; los caballeros del

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mundo no siguen una política fija en suspalabras y ningún código constante deacción en su comportamiento. Como el hieloy las brasas ardientes no pueden compartirel mismo recipiente por mucho tiempo, oel invierno y el verano ambos arribar almismo tiempo, tampoco las doctrinas varia-das y contradictorias no pueden permaneceruna al lado de la otra y producir un estadode orden. Si se presta oído por igual a lasdoctrinas variadas, falsos códigos de honory afirmaciones contradictorias, ¿cómo puedehaber cualquier cosa distinta del caos? Siel regidor escucha y actúa en tal modo, deseguro gobernará a su pueblo de la mismamanera absurda.

Cuando los estudiosos de hoy distuten elbuen gobierno, muchos de ellos dicen: «Daletierras al pobre y destituido, de modo queaquellos que no tienen los medios de su-pervivencia puedan ser proveídos de ellos».Ahora, si los hombres empiezan con igualdadde oportunidades y sin embargo hay unospocos que, sin la ayuda de las cosechasusualmente buenas o ingresos extras, soncapaces de mantenerse a sí mismos bienabastecidos, debe ser por el trabajo duro ola vida frugal. Si los hombres empiezan conigualdad de oportunidades y sin embargohay unos pocos que sin haber sufrido algunacalamidad, como hambruna o enfermedad,aun así se hunden en pobreza y desamparo,debe ser por la pereza o la vida extravagante.El perezoso y extravagante se vuelve pobre;el diligente y frugal se vuelve rico. Ahora,si el regidor exige dinero del rico para darlimosna al pobre, le está robando al diligentey frugal para ser indulgente con el perezosoy extravagante. Si espera por estos mediosinducir al pueblo a trabajar apli-cadamentey gastar con precaución, será decepcionado.

Ahora, supongamos que hay un hombreque en un principio rehúsa entrar a unaciudad que está en peligro, para tomar parte

en una campaña militar, o de hecho cambiartanto como un pelo de su pantorrilla, aunqueello pueda traer el más grande beneficio almundo99. Los regidores del tiempo estánseguros de honrarlo, admirando su sabiduría,alabando su conducta y considerándolocomo un hombre que desprecia las cosasmateriales y valora su vida. Ahora, el regidorentrega buenos campos y grandes casas, yofrece títulos y estipendios de manera quese aliente al pueblo a arriesgar sus vidasen su servicio. Pero si él honra y alaba aun hombre que desprecia las cosas mate-riales y valora la vida por encima de todolo demás, y al mismo tiempo espera que elpueblo arriesgue su vida y le sirva hasta lamuerte, será decepcionado.

Después, hay otros hombres que colec-cionan libros, estudian retórica, juntanbandas de discípulos y se dedican a laliteratura, a la enseñanza y al debate. Losregidores del tiempo están seguros detratarlos con respeto diciendo: «Es el modode los reyes pasados honrar a los hombresvaliosos». Los granjeros son los que debenpagar impuestos a los oficiales y sin em-bargo el regidor es condescendiente con losestudiosos –de ese modo los impuestos delos granjeros se vuelven más y más pesados,mientras que los estudiosos disfrutan derecompensas crecientes. Si el regidor espera,pese a esto, que el pueblo trabaje laboriosa-mente y gaste poco tiempo hablando, serádecepcionado.

Hay otros que fundan un nombre para laacción caballeresca y juntan bandas deseguidores, quienes guardan su honor de todoinsulto y tienen las espadas listas para vengarla más leve palabra hosca que les llegue alos oídos. Los regidores del tiempo se ase-guran de tratar a tales hombres con cortesía,considerándolos caballeros con amor propio.Ninguna recompensa es dada a aquellos quese esfuerzan por cortar las cabezas del

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enemigo en batalla, y sin embargo la osadíaque los hombres muestran en las peleasfamiliares les trae honor y renombre. Si elregidor confía, pese a esto, que el pueblopelee fieramente para hacer retroceder alenemigo y abstenerse de riñas privadas, serádecepcionado. La nación en paz puedepatrocinar a los estudiosos confucionistasy a los caballeros, pero la nación en peligrodebe llamar a sus hombres de combate. Deeste modo, aquellos patrocinados no son losque sirven verdaderamente, y aquellos quesirven verdaderamente no son patrocinados.Por lo tanto, tenemos desorden.

Además, cuando el regidor escucha a unestudioso, si aprueba sus palabras, le darádifusión oficial y nombrá al hombre en unpuesto; pero si desaprueba sus palabras debedestituir al hombre y poner freno a su ense-ñanza. Ahora, aunque el regidor puedaaprobar alguna doctrina, no le da difusiónoficial y aunque desaprueba alguna doctrina,no la frena. No usar lo que apruebas y nosuprimir lo que desapruebas, este es el ca-mino a la confusión y a la ruina. Tan-t’aiTzu-yü tenía la apariencia de un caballero.Confucio, considerándolo prometedor, loaceptó como discípulo pero, después deasociársele por un tiempo, encontró que susacciones no estaban a la altura de su apa-riencia. El discurso de Ts’ai Yü era elegantey refinado, y Confucio, considerándoloprometedor, lo aceptó como a un discípulo.Pero después de asociársele encontró quesu sabiduría no igualaba su elocuencia. Así,Confucio dijo: «¿Deberé escoger un hombresobre la base de su apariencia? Cometí unerror con Tzu-yü. ¿Deberé escoger a unhombre sobre la base de su discurso? Cometíun error con Ts’ai Yü». De esta forma,incluso Confucio, con toda su sabiduría,debió admitir que juzgó los hechos errada-mente. Ahora nuestros nuevos oradores dehoy son mucho más volubles que Ts’ai Yü,

y los regidores del tiempo mucho mássusceptibles a las ilusiones que Confucio.Si se nombran hombres para las oficinassimplemente porque están satisfechos consus palabras, ¿cómo pueden fallar en co-meter errores?

Wei confió en la elocuencia de MengMao y sufrió la calamidad bajo el MonteHua100. Chao confió en la elocuencia deMa-fu y encontró el desastre en Ch’ang-p’ing101. Estas dos instancias muestran quelos errores pueden ser cometidos por hom-bres de confianza debido a su elocuencia.

Si uno fuese sólo a anotar la cantidadde estaño usado en la aleación y examinarel color del metal, sin aplicar ninguna otraprueba, entonces hasta el famoso forjadorOu no podría garantizar el filo de unaespada. Pero si uno la ve quitar cabezas deaves acuáticas y cortar caballos en la tierra,entonces hasta el más estúpido de losesclavos no dudará que la espada estáafilada. Si uno fuese sólo a mirar los dientesde un caballo y examinar102 su forma, enton-ces hasta el famoso juez de caballos Po Lono podría garantizar la calidad del caballo.Pero si uno lo amarra a un carruaje y observacómo cubre una cierta distancia de terreno,entonces incluso el más estúpido de losesclavos puede decir si el caballo es buenoo no. De igual forma, si uno fuera sólo aobservar las características y vestimentasde un hombre y escuchar su discurso,entonces incluso Confucio no podrá estarseguro sobre qué tipo de persona es. Perosi uno lo prueba en una oficina del gobiernoy examina sus alcances, entonces hasta unhombre de juicio mediocre puede decir sies estúpido o inteligente.

En la burocracia de un gobernante ilumi-nado el primer ministro ha salido del puestode magistrado de distrito y los generalesde renombre se han elevado de la tropa.Desde que los logros son invariablemente

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recompensados, el hombre capaz se elevaen título y estipendio y trabaja más duroque nunca; desde que se mantiene movién-dose a oficinas más altas y un mejor rango,con el tiempo alcanzará una posiciónimportante y hará su trabajo mejor quenunca. De ese modo, ver que los títulos yestipendios sean generosos103 y los trabajossean bien hechos, es el modo de acción deun rey verdadero.

El regidor con mil li de tierra pedregosano puede ser llamado rico; el regidor conmil muñecos funerarios no puede ser llamadopoderoso. No es que los campos pedregososno sean vastos o los muñecos no seannumerosos. Pero tal regidor no puede serllamado rico o poderoso, porque los campospedregosos no darán grano y los muñecosno podrán rechazar al enemigo. Ahora losartistas y artesanos, o los mercaderes quecompran para sí mismos oficinas de gobierno,se las arreglan para comer sin labrar la tierra.De este modo la tierra permanece tan impro-ductiva como si en realidad fuese un campopedregoso. Así mismo, los confucionistasy caballeros ganan fama y gloria sin las priva-ciones del servicio en el ejército; son de hechociudadanos inútiles, no distintos a muñecosfunerarios. Ahora, si reconoces la maldi-ción104 de tener sólo tierras pedregosas ymuñecos sin vida, pero no la maldición demercaderes que compran su camino a unpuesto, o confucionistas y caballeros –hom-bres que no labran tierra alguna y no sirvenpropósito alguno– entonces no tienes cabezapara las analogías.

Aunque el regidor de un Estado cuyopoder es igual al tuyo pueda admirar tu rec-titud, no lo puedes forzar a venir con tributoy reconocer tu soberanía; aunque uno delos marqueses dentro de tus fronteras puedadesaprobar tus acciones, puedes hacerle traerlos regalos de costumbre y atender a tu corte.De ese modo, aquel que tiene gran poder a

su disposición puede forzar a otros a cor-tejarle, pero aquel cuyo poder es débil debecortejar a otros. Por esta razón el regidoriluminado trabaja para construir poder. Enuna casa de familia estricta no hay esclavosdesordenados, pero los hijos de una madrebondadosa muchas veces resultan malos.Por esto sé que el poder y la autoridad puedeprevenir la violencia, pero la bondad y lagenerosidad son insuficientes para ponerlefin al desorden.

Cuando un sabio rige el Estado, no dependede personas que sólo hacen el bien para símismas; verifique que esto se haga al nopermitirles hacer lo que es malo. Si dependede personas que hacen el bien para sí mismas,entonces dentro de sus fronteras puede contarmenos de diez posibilidades de éxito. Perosi asegura que sea así, al no permitirles hacerlo que es malo, entonces el Estado entero puedetraerse a un nivel uniforme de orden. Aquellosque rigen deben emplear medidas que seanefectivas con la mayoría y descartar aquellasque sean efectivas sólo con unos pocos. Porlo tanto ellos se dedican no a la virtud sino ala ley.

Si piensas que los astiles de las flechasse pondrán derechos por sí mismos, nuncaproducirás una flecha en cien generaciones.Si piensas que las piezas de madera sevuelven redondas por sí mismas, nuncaobtendrás una rueda de carro en mil años.Si en cien generaciones no encuentras unastil de flecha que se enderece por sí mismoo una pieza de madera que se haga redondapor sí misma, entonces, ¿cómo es que elpueblo se las arregla para montar en carrua-jes y derribar pájaros? Porque se usan lasherramientas para enderezar y doblar. Y aunsin la aplicación de tales herramientas, sihubiese un astil de flecha que se hiciera a símismo recto o una pieza de madera que sehiciera a sí misma redonda, un buen artesanono la apreciaría. ¿Por qué? Porque no es sólo

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un hombre el que quiere montar y no sóloun tiro el que el arquero quiere hacer. Y aunasí, sin depender de recompensas y castigos,si hubiese un hombre que se volviera buenopor sí mismo, el regidor iluminado no lopremiaria. ¿Por qué? Porque las leyes delEstado no deben ser ignoradas y es más queun hombre el que debe ser gobernado. Porlo tanto, un regidor que entiende de políticano persigue la bondad fortuita, sino que sigueel camino del éxito seguro.

Si alguien deambulara diciéndole alpueblo: «¡Puedo darte sabiduría y largavida!», el mundo lo consideraría como aun impostor. La sabiduría es un asunto dela naturaleza del hombre, y larga vida esun asunto de fe, y ni la naturaleza humanani la fe se pueden obtener de otros. Porqueel hombre le dice al pueblo que puede hacerlo que es imposible, el mundo naturalmentelo considera un impostor. Al decir quepuedes hacer algo que no puedes hacer essimplemente hacer una aseveración vacía,y una aseveración vacía afecta la naturalezahumana105. Así mismo, tratar de enseñaral pueblo a ser benevolente y recto es lomismo que decir que puedes hacerlos sabiosy de larga vida. Un regidor que tenga están-dares adecuados no escuchará idea tal.

Puedes admirar la belleza de una mujeradorable como Mao-ch’iang o Hsi-shih todolo que quieras, pero eso no mejorará tu propiaapariencia. Si aplicas rubor, polvo y pintura,de cualquier modo puedes hacerte dos vecesmás atractivo de lo que eras al principio.Puedes hablar acerca de la benevolencia yrectitud de los reyes del pasado todo lo quequieras, pero eso no hará a tu Estado en nadamejor ordenado. Pero si haces tus leyes yregulaciones claras y tus recompensas ycastigos seguros será como aplicar rubor,polvo y pintura al Estado106. El regidoriluminado presta cercana atención a talesayudas para regir y tiene poco tiempo para

elogiar a los antiguos. Por lo tanto, no hablaacerca de la benevolencia y la rectitud.

Cuando los sacerdotes chamanes rezanpor alguien, dicen: «¡Que puedas vivir milotoños y diez mil años!». Pero los «mil otoñosy diez mil años» son sólo una cena ruidosaen el oído –nadie ha probado alguna vez quetales rezos agreguen siquiera un día a la vidade alguien–. Por esta razón el pueblo despre-cia a los sacerdotes chamanes. Lo mismo,cuando los confucionistas del tiempo presenteaconsejan a los regidores, no alaban aquellasmedidas que brindarán orden hoy, perohablan sólo de los logros de los hombresque trajeron orden en el pasado. No investiganlos asuntos del sistema burocrático o la ley,o examinan las realidades de la villanía y lamaldad, sino que gastan todo su tiempocontando historias del pasado distante yalaban los logros de los reyes anteriores. Ydespués tratan de hacer sus palabras másatractivas, al decir: «Si escuha nuestro con-sejo, ¡podría convertirse en un dictador oun rey!». Ellos son los sacerdotes chamanesde los retóricos, y ningun regidor con losestándares apropiados los tolerará. Por lotanto, el regidor iluminado trabaja con hechosy descarta las teorías inútiles. No habla acercade actos de benevolencia y rectitud, y noescucha las palabras de los estudiosos.

Hoy en día, aquellos que no entiendencómo gobernar, invariablemente dicen:«¡Debes ganar los corazones del pueblo!».Si pudieras asegurar el buen gobierno sólopor ganar los corazones del pueblo, entoncesno habrá necesidad de hombres como Yi Yiny Kuan Chung107, puede simplementeescuchar lo que el pueblo dice. La razón porla que no puedes confiar en la sabiduría delpueblo es que tienen las mentes de niñospequeños. Si la cabeza del niño no es afeitada,sus llagas se esparcirán108; y si su furúnculono se abre con una lanceta, se pondrá másenfermo que nunca. Pero cuando se le está

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afeitando la cabeza o lanceando el furúnculo,alguien debe sostenerlo mientras la amorosamadre realiza la operación, y grita y chillaincesantemente, porque no entiende que elpequeño dolor que sufre ahora le traerá granbeneficio después.

Ahora el regidor presiona al pueblo paralabrar la tierra y abrir nuevas pasturas, demodo que se incrementen sus medios desubsistencia, y sin embargo ellos lo consi-deran duro; redacta un código penal y hacelos castigos más severos para ponerle frenoa la maldad, y sin embargo el pueblo loconsidera severo. Impone impuestos en efec-tivo y grano para llenar los cofres y granerosde modo que habrá comida para loshambrientos y fondos para el ejército, y sinembargo el pueblo lo considera avaro. Seasegura que todos dentro de sus fronterasentiendan el arte de la guerra y ve que nohaya exenciones privadas109 para el serviciomilitar; unifica la fortaleza del Estado ylucha fieramente para tomar a sus enemigosprisioneros, y sin embargo el pueblo loconsidera violento. Estas cuatro clases deempresas aseguran todas orden y seguridadal Estado, y sin embargo el pueblo no tieneel sentido suficiente para alegrarse de ellas.

El regidor busca hombres de entendi-miento y habilidad superiores precisamenteporque sabe que la sabiduría del pueblo noes suficiente para ser de algún uso. Entiempos antiguos Yü abrió canales para losríos e hizo más profundos los canales, y sinembargo el pueblo juntó tejas y piedras paratirarle; Tzu-ch’an abrió los campos y plantómoreras, y sin embargo los hombres deCheng hablaron mal de él110. Yü beneficióal mundo entero, Tzu-ch’an preservó alestado de Cheng, y sin embargo amboshombres sufrieron calumnias; de esto esevidente que la sabiduría del pueblo no essuficiente para ser de uso alguno. Al nombrar

hombres, buscar entre el pueblo aquellos queson valiosos y sabios; al gobernar, tratar decomplacer al pueblo, tales métodos son lafuente de confusión. No son de ninguna ayudapara asegurar un buen gobierno.

Texto inglés establecido porBURTON WATSONColumbia University, Nueva York

Traducción al españolANTONIO MILLAUniversidad Externado de Colombia

1. El término enlightened se traduce aquí como“iluminado” o “ilustrado”, culto, libre de ignoranciay desinformación, que, desde luego, debió ser elsentido utilizado por Burton Watson.

2. En este caso Han Fei entiende por “nombre” eldel cargo del que un funcionario está encargado; asu vez, “formas” será el desempeño de un funcio-nario en su cargo, e insiste que sólo cuando estosdos coincidan en una forma exacta, el funcionariopodrá ser considerado como uno que ejecuta su trabajoen forma adecuada. Ver supra, pp. 13-14.

3. Literalmente, “formas” o “realidades”. Pero HanFei Tzu discute en ese momento problemas concretosde ciencia política, v. gr. ¿los oficiales hacen realmen-te lo que dicen van a hacer? ¿Su actual desempeñoconcuerda con el cargo que tienen?

4. Sobre las dos asas o riendas del gobierno –castigoy favor–.

5. La primera frase fue eliminada del texto peropuede restaurarse a partir de una cita preservada enalgún otro lugar.

6. El texto cita de manera errónea al rey Hsiang.7. El texto cita de manera errónea: «atacó Chao

para salvar Yen».8. Hace referencia a los estados en los que se vestía

ropa china.9. Literalmente, “su sirviente dice”, sugiriendo que

este fue originalmente un memorial para algúnregidor, es probable el rey de Han.

10. Ritualmente, regalos prescritos presentados alentrar al servicio de un regidor. Los regidores chinossiempre se sentaban de cara al sur cuando recibíanen audiencia.

11. Omitiendo el ju, que es o bien superfluo o elremanente de una cláusula que se ha suprimido.

12. Siguiendo a Ch’en Ch’I-yu, quien corrige tsopor cha y suministra chih sobre éste.

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13. Al enmendar tsu por ts’u, de acuerdo con lasugerencia de Ch’en Ch’i-yu; pero el significadoes bastante dudoso.

14. Al corregir ling por chin y al omitir yu, deacuerdo con la sugerencia de Ch’en Ch’i-yu.

15. Al leer erh en vez de tai.16. En 481 a. C., T’ien Ch’ang, un alto ministro

de la corte de Ch’i, asesinó al gobernante de Ch’i,el duque Chien. Previo a este hecho se dice que T’ienCh’ang ganó el apoyo del pueblo al utilizar unamedida mayor a la estándar para subsidiar granopara el pueblo, pero, a su vez, utilizó la medidaestándar para recolectar los impuestos en grano. VerTso chuan, duque Chao, 3.er año.

17. El incidente al que Han Fei Tzu hace aquí re-ferencia es desconocido por cualquier otra fuente.

18. Al leer yü en vez de yi.19. En sus últimos días, el duque Huan (685-643 a.

C.) de Ch’i confiaba demasiado en Shu-tiao y en Yi-ya, dos ministros malvados de los que se decía sehabían congraciado con el duque de la maneradesagradable mencionada. Como resultado, cuandoel duque murió la Corte estaba deshecha debido aconflictos partidarios (ver p. 54). En 316 a. C. el reyK’uai de Yen, con la esperanza de imitar a los sabiosde la antigüedad de los que se decía ofrecieron sustronos a los hombres de valía, ofreció el suyo a suministro Tzu-chih. En contra de lo que el rey esperaba,Tzu-chih lo aceptó, convirtiéndose en rey y llevandoal Estado al borde de la ruina.

20. Al leer jen en vez de ta.21. En este capítulo, Han Fei Tzu toma prestado

el lenguaje lacónico del quietismo taoísta paraexpresar su filosofía política, al usar frases cortas ybellamente balanceadas que en forma frecuenteterminan en rimas. Debido al modo deliberadamentearcaico de expresión que él utiliza, los comentaristasdiscrepan en muchos puntos acerca de qué es lo queexactamente está diciendo.

22. Al leer ting en vez de shih.23. Al leer t’ien en vez de erh. En la terminología

taoísta, el cielo es sinónimo del modo de acción otao.

24. Un tipo de instrumento musical de junco cuyotono se decía permanecía sin afectarse por cambiosde humedad; puede entonces ser usado para afinarel tono de otros instrumentos.

25. Al omitir ts’an y al leer chih (saber) en lugardel presente chih.

26. Al leer erh en vez de tai.27. Hay varias teorías en el sentido simbólico de

los tigres y los perros en este párrafo; dependiendo

sobre cuál se tenga en cuenta, la interpretación delpasaje difiere considerablemente. He seguido la deTao Hung-ch’ing.

28. Al leer chün en vez de ch’en y fu en vez dekuei.

29. Al omitir hsiung y al leer yen en vez de ch’ingde acuerdo con la sugerencia de Ch’en Ch’i-yu. Ellenguaje de estos dos últimos párrafos es tan extra-vagante metafórico que presenta dificultades deinterpretación en muchos puntos.

30. Como a la espera de aliarse con tropas extran-jeras.

31. El texto parece estar contaminado. He omitidoel shan-t’ui.

32. El texto y la interpretación de esta última fraseson bastante dudosos. He seguido la corrección einterpretación de Wang Wei.

33. Al reversar el orden de ts’ai ch’in.34. La batalla tuvo lugar en 575 a. C. Ver Tso

chuan, duque Ch’eng, 16.º año.35. Flagon, vasija de metal o cerámica con una

agarradera y pico y usualmente una tapa (n. del trad.).36. Los eventos más tempranos de la historia tuvie-

ron lugar en 658 a. C.; los posteriores, en 655 a. C.Tso chuan, duque Hsi, 2.º y 5.º años.

37. Las palabras «y conquistó» fueron puestas fueradel texto.

38. En el 538 a. C. Tso chuan, duque Chao, 4.º año.39. El texto dice «antes que un año hubiese pasa-

do», pero debe tratarse de un error, ya que el reyLing murió en 529 a. C.

40. Al leer ch’in en vez de kuei.41. Al leer min en vez de ch’en.42. Al leer pai en vez de ssu.43. De acuerdo con Shih chi 5, esto tuvo lugar en

623 a. C.44. Ch’eng es su título póstumo; su nombre era

Tien Ch’ang. Miembro de una familia ministerialextremadamente poderosa del Estado de Ch’i, sucedióa su padre como vizconde en 485 a. C. y se aseguróun lugar en la historia al asesinar al duque Chien deCh’i en 481 a. C. y colocar al hermano menor delduque en el trono (ver supra, nota 16). La familiaT’ien eventualmente terminó la usurpación del tronode Ch’i. En otras versiones de esta anécdota, elregidor errante no es T’ien Ch’ang sino el duqueChing (547-490 a. C.) de Ch’i.

45. De acuerdo con Shih chi 15 y 45, el ataquesobre Yi-yang tuvo lugar entre 307 y 306 a. C. Peroel Shih chi relaciona el resto de la anécdota con unataque anterior hecho por Ch’in sobre Han entre316 y 314 a. C.

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46. Al leer k’u en vez de kao.47. El príncipe Ch’ung-er, hijo del duque Hsien

de Chin, fue forzado a huir de Chin en 656 a. C.debido a las maquinaciones de su malvada madrastrala señora Li. El Tso chuan registra su visita a Ts’aodurante el año 637 a. C. (Duque Hsi, vigésimo terceraño).

48. Se dice que Ch’ung-er tenía unas costillaspeculiares que crecieron juntas y el regidor de Ts’aoestaba ansioso de verlas por sí mismo. De acuerdocon la versión de la historia en el Tso chuan, él espióal príncipe mientras éste tomaba un baño.

49. De acuerdo con los Anales de primavera y otoño(Duque Hsi, vigésimo octavo año), el ataque tuvolugar en 632 a. C.

50. Este capítulo, con frecuentes diferencias tex-tuales, se registra en Shih chi 63, la biografía deHan Fei Tzu.

51. Al leer ch’i en vez de chiao.52. Yi Tin se convirtió en un cocinero de Ch’eng

T’ang, el fundador de la dinastía Shang; Po-li Hsise convirtió en esclavo de la corte del duque Mu deCh’in (659-621 a. C.).

53. De acuerdo con los Anales del bambú, estotuvo lugar en 763 a. C.

54. Jao Chao es mencionado brevemente en el Tsochuan, Duque Wen, 13.º año (614 a. C.), comoministro de Ch’in, quien avizoró una conspiraciónde los hombres de Chin, pero la anécdota exacta ala que Han Fei Tzu se refiere aquí no es conocida.

55. Duque Ling de Wei (534-493 a. C.).56. Al leer jao en vez de jou.57. La famosa anécdota del jade del señor Ho se

encuentra en muchos trabajos filosóficos chinos. Enalgunas versiones, el nombre del señor Ho se dacomo Pien Ho. La lista de los reyes Ch’u a quienesél presentó su tesoro varía.

58. Al leer ts’ai-chien en vez de chüeh-mieh.59. Wei Yang o Kung-sun Yang, un hombre de

estado legalista y reputado autor del trabajo El librodel señor Shang.

60. Si la declaración de Han Fei Tzu es de hechocorrecta, el duque Hsiao no parece haber aplicadoeste consejo; quedó para el primer emperador de ladinastía Ch’in instituir una quema sistemática delas Odas y los Documentos.

61. “Padre del regidor” era un título asumido porel rey Wu-ling de Chao cuando abdicó en 291 a. C.en favor de su hijo, el rey Hui-wen. En 294 a. C. supalacio fue rodeado por soldados liderados por el altoministro Li Tui y después de unos tres meses deconfinamiento murió de hambre. Shih chi, 43.

62. La señora Li, la última consorte del duque Hsiende Chin, tuvo éxito, con la ayuda de un actor de lacorte llamado Shih, en levantar sospechas sobre elheredero Shen-sheng, y forzarlo a cometer suicidioen 656 a. C. Su propio hijo, con el duque Hsi-sh’i,fue entonces nombrado heredero y alcanzó el tronoen 651 a. C. Kuo yü, Chin yü, 2.

63. Al omitir el ssu, que es superfluo.64. Esta obra sólo se conoce por su título.65. Han Fei Tzu se refiere probablemente al cuento

popular del sapo que vive en la luna y el cuervo detres patas que vive en el sol, de los que se dice causanlos eclipses de estos cuerpos celestes. No es seguroqué tanto los hombres del tiempo de Han Fei Tzuentendieran acerca de la verdadera naturaleza de loseclipses, pero aquí él encuentra conveniente parasu argumento considerarlos como causados porfactores internos.

66. No está claro si esto se refiere a las crónicasdel estado de Lu, supuestamente compiladas porConfucio, que llevan este título, o si se trata de untérmino genérico para las crónicas de los variosestados feudales.

67. El texto de la segunda mitad de este párrafoes más bien deshilvanado y desorganizado, y se haasumido que algunas partes de él pueden en realidadser fragmentos de comentarios que erróneamentese copiaron en el texto.

68. Se interpreta como “siendo un regidor”, versupra, nota 10.

69. Suministrando un sui antes de yu y leyendopu en vez de pi.

70. Yi Yin y T’ai-kung fueron sabios ministros queayudaron al rey T’ang, el fundador de la dinastía Yino Shang, y el rey Wu, el fundador de la Chou, respec-tivamente. Kuan Chung (muerto en 645 a. C.) fueasesor del duque Huan de Ch’i (ver supra, nota 19).Kuo Yen, cuyo apellido se da en otros trabajos comoKao o Hsi, prestó un servicio similar para el duqueWen (636-628 a. C.) de Chin. Estos dos últimos reyesconstituyen el primero y segundo de los así llamadosCinco Pa –dictadores o líderes supremos–.

71. Sobre el señor Shang, el ministro legalista delduque Hsiao de Ch’in, cuyas medidas severas lohicieron extremadamente impopular con el pueblo(ver supra, p. 61).

72. La sección cierra con un pasaje de 34 caracteres,cuyo significado es casi imposible de interpretar.Trata sobre anécdotas históricas que, de otro modo,son desconocidas y en adición el texto parece habersecorrompido. Ha parecido lo mejor, por lo tanto, omi-tirlo todo.

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Revista Derecho del Estado86

73. Tocón: «Parte del tronco de un árbol que quedaunida a la raíz cuando lo cortan por el pie». REAL

ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua espa-ñola, 22.ª ed. (n. del trad.).

74. La historia del rey Yen de Hsü aparece en muchasformas distintas en libros tempranos. Debido a quehay tanto desacuerdo en los hechos, es impo-sibleasignar los eventos a alguna fecha en particular oincluso determinar si tienen base en un hecho histórico.

75. Kung-kung es usualmente mencionado comouna figura legendaria del tiempo de Yao o aun deantes, pero Han Fei Tzu en apariencia tiene otrosignificado del nombre en mente. Puede ser queKung-kung aquí se refiera a una tribu que remontasus ancestros hasta la figura de ese nombre.

76. Tzu-kung fue un discípulo de Confucio, célebrepor su elocuencia. Tso chuan, Duque Ai, 15.º año,menciona su misión a China en 480 a. C., pero elresto de la anécdota parece ser apócrifa.

77. Al agregar las palabras chi ai tzu de acuerdocon la sugerencia de Ch’en Ch’i-yu.

78. Cuando los confucionistas quisieron oponersea algunas medidas políticas, acostumbraban declararque no estaban de acuerdo con la práctica antigua ycitaban algún texto temprano como prueba. Loscaballeros, destacados por su atrevido y estrictocódigo de honor, usualmente actuaban como “jefes”locales, en desafío de las autoridades del gobierno,garantizando protección al pueblo que buscaba suayuda o contratando sus servicios para conducirvendetas privadas.

79. Al leer jen en vez de hsing, aquí y en la cláusulasiguiente.

80. Al leer chien en vez de lien.81. Al omitir el liang, que es superfluo.82. Al seguir textos que leen kuei al comienzo de

esta cláusula.83. El texto de la última parte de la frase parece

estar corrompida y la traducción es tentativa.84. Para T’ien Ch’ang y Tzu’han, ver supra notas

6 y 7.85. El Libro del señor Shang y el Kuan Tzu, trabajos

legalistas que destacaban la importancia de laagricultura.

86. El Sun Tzu y Wu Tzu son trabajos de cienciamilitar.

87. La alianza horizontal fue una coalición Este-Oeste de estados bajo el liderazgo del poderosoEstado de Ch’in en el oeste. La alianza vertical, unacoalición norte-sur, fue diseñada para preservar laindependencia de los estados más débiles y bloquearla expansión de Ch’in. Los estados más pequeños

frecuentemente cambiaban su alianza de acuerdocon la conveniencia política del momento.

88. Al leer ti en vez de chiao.89. En 256 a. C. el rey Nan de la dinastía Chou se

unió con los líderes de la alianza vertical en un ataquesobre Ch’in que falló miserablemente. Para enmen-darse, fue obligado el mismo año a entregar todosu territorio a Ch’in.

90. El evento al que Han Fei Tzu probablementese refiere ocurrió en 241 a. C., aunque los detallesno son conocidos. Los nombres de los dos estadosestán romanizados de la misma manera en el chinomoderno, pero he deletreado el nombre del estadomás antiguo “Wey” para distinguirlos.

91. Al reversar la posición de nei y de wai.92. Al leer she en vez de ch’ü.93. Al leer t’an en vez de ku.94. Al leer yi en vez de yü.95. A juzgar por las Analectas, el propio Confucio

tenía poco qué decir acerca de los sabios regidoresde la antigüedad Yao y Shun, y las pocas referenciasa ellos pueden bien ser inserciones tardías en el texto.Pero los estudiosos de Confucio de los últimos tiemposde Chou concedían gran honor a Yao y a Shun y com-pilaron el Canon de Yao, la primera sección del Librode documentos, como un registro de sus vidas.

96. Cada uno de los géneros de árboles chinos dela familia del dragón, en especial la paulownia tor-mentosa, ampliamente cultivada por sus inflores-cencias en racimos de fragantes flores violeta (n.del trad. esp.).

97. Nada se sabe de la identidad de este hombre.Parece ser una persona distinta del Ch’i-tiao men-cionado más arriba como el líder de una escuelaconfucionista.

98. Al que se refieren en otros textos como a SungChien o Sung K’eng, parece haber enseñado unadoctrina de pasividad, frugalidad y pocos deseos.

99. Una referencia a los seguidores de Yang Chu.Cfr. Mencio VII A, 26: Mencio dijo, «El principiode Yang Tzu era “cada uno para sí mismo”. Aunqueél podría haber beneficiado al mundo entero alarrancarse un solo pelo, no lo hubiera hecho».

100. En 273 a. C. Ch’in atacó a Wei y sus aliados,derrotando al ejército del general de Wei, Meng Mao,en Hua-yang.

101. El general de Chao, Chao Ma-fu, fue derrotadoen Ch’ang-p’ing por el ejército Ch’in en 260 a. C.

102. Proveyendo hsiang encima de hsing.103. Al leer hou en vez de ta, de acuerdo con la

sugerencia de Ch’en Ch’i-yu.104. Al invertir el orden de huo y chih.105. Al agregar un fei antes de hsing y traducir de

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Han Fei Tzu Escritos sobre el despotismo 87

acuerdo con la interpretación de Ch’en Ch’i-yu. Peroel pasaje dista de ser claro.

106. El ritmo de la oración es difícil y el paralelismodefectuoso; es probable que algo se haya retiradodel texto.

107. Para Yi Yin ver supra, nota 70; para KuanChung ver supra, notas 19 y 70.

108. Al enmendar el fu en el texto por el fu quesignifica “crecientemente”.

109. Al agregar she después de chieh y traducirde acuerdo con la interpretación de Ch’en Ch’i-yu.

110. Yü, el fundador de la dinastía Hsia, es tenidocomo el que arregló el curso de los ríos y rescatóChina de una gran inundación. Tzu-ch’an (muertoen 522 a. C?), jefe de ministros del Estado de Cheng,introdujo variadas reformas agrícolas que levantaronal principio la oposición del pueblo pero que, even-tualmente, trajeron beneficio al Estado.

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