ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y … · catalogación de libros antiguos tuve la oportunidad...

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN

SUPERIOR UNIVERSITARIA

ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA

LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA DE MATERIALES BIBLIOGRÁFICOS EN

SOPORTE DE PAPEL DETERIORADOS POR HONGOS CELULOLÍTICOS

T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN BIBLIOTECONOMÍA

P R E S E N T A:

JUAN GABRIEL MORALES SAMPER

ASESORES: Mtra. Brenda Cabral Vargas

Lic. César M. Trahyn Hernández

MÉXICO, D. F. 2006

Dedicatoria A la memoria de mi padre, Francisco Morales Díaz-Otero. A mi madre, Rosa Samper Lupión. A mi esposa, Enriqueta Amora Lazcano. A mi hermano, Francisco N. Morales Samper, y a mis sobrinos, Elena y Francisco.

iii

AGRADECIMIENTOS

Mi agradecimiento a la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, que será

siempre mi alma máter y mi casa de estudios. También quiero agradecer a mis maestros las enseñanzas y los conocimientos que me

transmitieron durante mi formación académica.

Mi agradecimiento y reconocimiento a la maestra Graciela Tecuatl Quechol, quien durante mi formación evidenció una entrega, dedicación y un profesionalismo digno de elogio y mención que constituye un ejemplo para muchos egresados de esta institución por su desempeño como docente.

Agradezco a todos mis compañeros de generación y amigos de la ENBA sus muestras de

amistad y compañerismo. A mis amigos, Arturo Barrientos, Antonio Valcárcel e Idalia García, por los buenos

momentos que disfrutamos dentro y fuera de la ENBA, y las muchas conversaciones que sostuvimos.

A Abel Moreno, Toñi y a Sofía Garrido, mis amigos de Granada con quienes comparto una gran amistad.

Agradezco a Julio Salomo y Jessica, que desde el primer día que llegué a México me brindaron su amistad, y siempre estuvieron dispuestos a apoyarnos y ayudarnos en todo momento.

A todos mis familiares de dos países hermanados, México y España.

A mi madre y a mi hermano, a quienes les estaré enormemente agradecido por brindarme siempre su apoyo incondicional y por sus permanentes muestras de aliento y ánimo, no sólo en la realización de esta investigación sino también a lo largo de mi existencia, a ellos mi eterna gratitud.

Por último, agradezco profundamente a mi querida esposa su inestimable e invalorable apoyo, su enorme comprensión, su infinita paciencia, sus valiosos y acertados consejos. Gracias por tu amor, cariño y confianza, pero sobre todo por compartir conmigo este continuo caminar por la vida.

iv

“La escritura, al fijar un decir, sólo puede conservar las palabras, pero no las intuiciones vivientes que integran su sentido. La situación vital donde brotaron se volatiliza inexorablemente: el tiempo, en su incesante galope, se la lleva sobre el anca. El libro, pues, al conservar sólo las palabras conserva sólo la ceniza del efectivo pensamiento. Para que éste reviva y perviva no basta con el libro. Es preciso que otro hombre reproduzca en su persona la situación vital a que aquel pensamiento respondía. Sólo entonces puede afirmarse que las frases del libro han sido entendidas y que el decir pretérito se ha salvado”.

José Ortega y Gasset 1883-1955 Misión del bibliotecario 1935

“¿Quién podrá acudir a este reclamo, si no es el centinela que alerta, desde su puesto de vigilancia en la avanzada, tiene por altísima misión, no la material e intranscendente de custodiar las piezas de su colección, sino la extraordinaria de animar aquél ejército de infolios que encierra toda la poesía de los tiempos idos, todos los misterios de las edades muertas, todas las angustias de las civilizaciones que nos precedieron, toda la sabiduría de una experiencia milenaria, para que el hombre actual los use en su provecho y deleite, esto es el bibliotecario?”

Berta Becerra de Léon (1950) Directora de la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País (Sociedad fundada en el siglo XVII)

v

La conservación “no es en sí misma un fin, sino un medio por un fin”.

Carole Milne “Si se entiende adecuadamente, esta frase significa que la conservación de las colecciones y el acceso a ellas no pueden contemplarse como dos objetos distintos y contradictorios, sino que deben considerarse más bien los dos pilares gemelos en los que descansan todas las funciones de los museos, [archivos y bibliotecas]”.

“… la [universidad] no ha sido creada para enseñar todo el caudal que la ciencia ha acumulado a través de los siglos […] su misión es fomentar el amor al estudio, despertar vocaciones, llevar al estudiante por el comienzo de un terreno que ha de recorrer por él mismo el resto de su vida si tiene interés por el estudio…”

Julio Jiménez Rueda. Historia jurídica de la Universidad de México. México : Facultad de Filosofía y Letras, 1955, p. 253.

Bibliotecas, archivos y museos, catedrales de la información. Juan G. Morales Samper

vi

TABLA DE CONTENIDO

Pág.

ÍNDICE DE FIGURAS ……………………………………………………………….….. viii ÍNDICE DE CUADROS …………………………………………………………………. xi PREFACIO ……………………………………………………………………………... xii INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………..…... xvi CAPÍTULO 1. EL PAPEL COMO SOPORTE DE LOS LIBROS …………………………... 1 1.1 Los primeros soportes escriptóreos …………………………………………..... 2 1.1.1 Tabletas de arcilla ……………………………………………………….. 8 1.1.2 Papiro ……………………………………………………………………. 11 1.1.3 Pergamino ……………………………………………………………….. 15 1.2 El papel ……………………………………………………………………….... 18 1.2.1 Historia y difusión ………………………………………………………. 18 1.2.2 Manufactura del papel: técnicas y materias primas ……………………... 21 1.2.2.1 Papel “a mano” …………………………………………………. 21 1.2.2.2 Papel de madera ………………………………………………… 29 1.2.3 Composición química …………………………………………………… 35 1.3 Materiales sustentados: las tintas ……………………………………………… 38 1.3.1 Composición …………………………………………………………….. 39 1.3.2 Clasificación …………………………………………………………….. 41 1.4 La encuadernación como soporte auxiliar ……………………………………... 47 CAPÍTULO 2. LOS HONGOS CELULOLÍTICOS COMO AGENTES DEL BIODETERIORO DE LIBROS ELABORADOS EN PAPEL ………………………………….. 53 2.1 Factores de deterioro …………...……………………...………………………. 54 2.1.1 Factores intrínsecos ……………………………………………………... 60 2.1.1.1 Agentes químicos ………………………………………………. 60 2.1.2 Factores extrínsecos ……………………...……………………………... 66 2.1.2.1 Agentes ambientales ………....………………………….….…... 66 2.1.2.2 Agentes físico-mecánicos ………………………………………. 84 2.1.2.3 Agentes biológicos ……………………………………………... 95

Tabla de contenido

vii

2.2 Hongos celulolíticos …………………………………………………………… 108 2.2.1 Definición y generalidades ……………………………………………… 108 2.2.2 Principales géneros de hongos identificados en el papel …...…………... 112 2.2.3 Acción degradadora ……………………………………………………... 116 2.2.4 Patogenicidad en el hombre …………………………………………….. 118 CAPÍTULO 3. CONTROL Y TRATAMIENTO DE LOS HONGOS CELULOLÍTICOS: LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA DE LOS MATERIALES BIBLIOGRÁFICOS ……………………………………………………... 124 3.1 Materiales bibliográficos ………………………………………………………. 125 3.1.1 Definición ……………………………………………………………….. 125 3.1.2 Tipología ………………………………………………………………... 126 3.2 Conservación preventiva ………………………………………………………. 134 3.3 Control y tratamiento de un ataque fúngico …………………………………… 149 3.3.1 Medidas preventivas …………………………………………………….. 150 3.3.1.1 El edificio y sus instalaciones ………………………………….. 151 3.3.1.2 Mobiliario ………………………………………………………. 159 3.3.1.3 Control de las condiciones ambientales ………………………... 161 3.3.1.4 Condiciones de higiene y limpieza ……………………………... 169 3.3.2 Medidas curativas: métodos para el tratamiento de hongos celulolíticos 177 3.3.2.1 Métodos de control químicos …………………………………... 192 3.3.2.2 Métodos de control físicos ……………………………………... 209 CONCLUSIONES …………………………………………………………………..…... 226 GLOSARIO ……………………………………………………………………….......... 232 BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………………... 244

viii

ÍNDICE DE FIGURAS

No. de figura

Título

Pág.

1 Pictogramas que representan un objeto natural ………………….. 3

2 Tableta de arcilla ………………………………………………… 9

3 Prisma de Senaquerib (686 a. C.) …………..……………………. 10

4 Papiro egipcio ……………………………………………………. 12

5 El Libro de los Muertos, documento egipcio escrito en papiro ..... 13

6 Colocación de papiros en la estantería de una biblioteca romana .. 14

7 Proceso de elaboración del pergamino …………………………... 16

8 Elaboración artesanal del papel en la antigua China …………….. 22

9 Selección y separación de los trapos de algodón ………………... 23

10 Molino papelero con sistema de martillos que tritura los trapos

para las obtención de pasta ………………………………………. 23

11 Forma ……………….…………………………………………… 24

12 Fabricación manual del papel ……………………………………. 25

13 Filigranas en papeles del siglo XIV y XV ……………………….. 26

14 Pila holandesa ………………………………………………….… 27

15 Máquina de papel construida según los dibujos originales de

Nicolas-Louis Robert ……………………………………………. 28

16 Máquina continua de fabricación de papel ………………………. 29

17 Máquina continua de finales del siglo XIX ……………………… 30

Índice de figuras

ix

18 Fibras de papel vistas a través de un microscopio ………………. 36

19 Cadena de celulosa ………………………………………………. 37

20 Daños ocasionados por tintas ferrogálicas ………………………. 45

21 Encuadernación en pergamino ………………..………………..... 48

22 Encuadernación en piel restaurada con broches y cantoneras …… 49

23 Taller de encuadernación en el siglo XVI ……………………….. 50

24 Manchas producidas por migración del ácido del passpartout …... 63

25 Acción degradadora de las tintas ferrogálicas en un documento

manuscrito ……………………………………………………….. 64

26 Efecto corrosivo de las tintas metaloácidas ……………………… 65

27 Acción del agua y la humedad en un manuscrito elaborado en

papel ……………………………………………………………... 67

28 Espectro electromagnético …………...………………………….. 75

29 Manchas fotoquímicas provocadas por un exceso de iluminación 77

30 Material bibliográfico dañado por un incendio ………………….. 86

31 Deterioro provocados por la acción del agua y humedad ……….. 88

32 Barro espeso depositado sobre un libro antiguo …………………. 89

33 Manuscrito del siglo XIV deteriorado por uso y manipulación

inadecuada ……………………………………………………….. 92

34 Colocación incorrecta de libros y documentos en la estantería …. 93

35 Exhibición insegura de un incunable mexicano del siglo XVI ….. 95

36 Daños en un manuscrito por orines de roedor …………………… 98

37 Insectos bibliófagos ……………………………………………… 100

38 Daño provocado por insectos ……………………………………. 101

39 Insectos bibliófagos ……………………………………………… 103

40 Isóptero (termitas) ……………………………………………….. 104

41 Penicillium crustosum …………………………………………… 109

Índice de figuras

x

42 Proliferación de hongos a consecuencia de una excesiva humedad 117

43 Controles de humedad y temperatura de un sistema de aire

acondicionado ……………………………………………………. 162

44 Termohigrógrafo e higrómetro a escala gradual y electrónico ….. 163

45 Limpieza por aspiración …………………………...…………….. 172

46 Sistema manual para la limpieza de libros Spiribillia® ………..... 174

47 Sistema para el aspirado automático o manual de libros y

documentos Depulvera® ………………………………………… 175

48 Diagrama de flujo que muestra las cuestiones que deben ser

consideradas antes de decidir la aplicación de un tratamiento de

control de deterioro biológico …………………………………… 186

49 Cámara de vacío del Museo de la ciudad de Trondheim empleada

para el secado de libros mojados ………………………………… 189

50 Cámara de fumigación al vacío del Archivo Nacional de la India,

Nueva Delhi ……………………………………………………… 193

51 Cámara de fumigación de la Biblioteca “Raúl Baillères Jr. del

Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), México, D.F. 203

52 Cámara herméticamente cerrada para tratamiento gaseoso …..…. 205

53 Cámara de fumigación Ex-libris® ………………………………. 208

54 Cámara de congelación para el secado de libros ……………...…. 220

55 Fabricación de una bolsa por termoselladora …………………..... 223

xi

ÍNDICE DE CUADROS

No. de cuadro

Título

Pág.

1 Vida media del papel dependiendo de la temperatura …………… 70

2 Valores medios recomendados de HR y temperatura …………… 73

3 Valor de luz aconsejado …………………………………………. 79

4 Contaminantes naturales del aire ………………………………… 81

5 Bacterias más frecuentes en materiales bibliográficos y patología

humana …………………………………………………………... 107

6 Número de especies de hongos encontradas en papel …….......…. 112

7 Principales géneros de hongos aislados e identificados en libros y

documentos de papel en archivos y bibliotecas ……..................... 115

8 Materiales susceptibles de ser atacados por hongos ……………... 118

9 Hongos patógenos aislados en archivos y bibliotecas ……............ 122

10 Condiciones de tratamiento por métodos físicos ………...………. 216

11 Principales métodos de control de plagas empleados en archivos y

bibliotecas ………………………………………………………... 224

P R E F A C I O

xiii

PREFACIO

En nuestros actos y en nuestras decisiones siempre hay algún motivo, alguna razón por la cuál decidimos inclinarnos por una u otra opción, por ello es conveniente explicar el porqué de esta investigación. En primer lugar, durante mi estancia profesional en unidades de información documental, archivos y bibliotecas, donde realicé actividades de organización bibliográfica y catalogación de libros antiguos tuve la oportunidad de trabajar con materiales bibliográficos y documentales en soporte papel, los cuales presentaban un avanzado estado de deterioro ocasionado, principalmente, por hongos celulolíticos. Fue a raíz de esta estancia cuando surge una enorme preocupación por la conservación de estos materiales y donde se empieza a gestar la idea de realizar un estudio interdisciplinario para estudiar la población de microorganismos presentes en libros y documentos, a través del cual pude observar y conocer con mayor detalle el estado de conservación de estos materiales.

Este tipo de estudio me permitió interactuar con otros profesionales como historiadores,

conservadores, biólogos y bibliotecarios y conocer el interés y la preocupación de éstos por la conservación preventiva y los criterios aplicados en esta materia sobre las colecciones bibliográficas, así como las medidas tanto preventivas como curativas que se adoptan en diversas unidades de información documental. Lamentablemente éstas no responden a criterios profesionales pues no se dispone de la información necesaria ni de los conocimientos mínimos para combatir este tipo de deterioro. En segundo lugar, creo que era necesario la elaboración de un texto sobre conservación preventiva en el cual se recopilará y recabará información sobre los distintos métodos empleados, hoy en día, para el tratamiento de hongos que deterioran libros y documentos en papel que lograra paliar, en cierta medida, estas deficiencias y que mejorara los patrones de actuación en materia de conservación así como las condiciones presentes de las colecciones bibliográficas. Éstos fueron los motivos que originaron este trabajo de investigación.

En la realización de esta investigación documental encontré algunas limitantes, como el plazo de tiempo estipulado para la conclusión de este trabajo, la escasa bibliografía en materia de conservación preventiva, concretamente sobre hongos celulolíticos que deterioran el papel y los diversos tratamientos empleados para combatir este biodeterioro, y el hecho de no disponer de fuentes actualizadas. Aunado a esto debo mencionar que no son muchos los trabajos que se han llevado a cabo sobre esta materia y los pocos que se han realizado son estudios científicos correspondientes al área de biología o química. Por ello, mucha de la información y de la bibliografía estaba disponible en bibliotecas especializadas, por lo que algunos de los materiales tuvieron que solicitarse mediante préstamo interbibliotecario para su consulta.

Prefacio

xiv

Realizar un estudio interdisciplinario de esta naturaleza aunque sea a un nivel básico conlleva grandes retos y expectativas. El hecho de incursionar en temas en los cuales uno no ha sido formado como profesional constituye, sin duda alguna, un gran desafío. Uno de estos retos pasa, principalmente, por conocer, aprender y entender a un nivel general los aspectos teóricos de la disciplina de la micología y del estudio de los hongos y, a la vez, asumir su complejidad y saber cómo aplicar estos conocimientos, así cómo delimitar y precisar lo que es propio del objeto de estudio de nuestra disciplina, y en concreto, qué contenidos debían plasmarse en este trabajo y cómo relacionarlos y vincularlos con la conservación preventiva de materiales en soporte de papel.

Por consiguiente, esta investigación incorpora enfoques de disciplinas como la micología

y la conservación de materiales documentales, y abarca aspectos teóricos de éstas, sin incluir cuestiones muy técnicas que no están a mi alcance y, obviamente, teniendo presente que este trabajo está dirigido a la comunidad bibliotecaria. En consecuencia, creo que los contenidos teóricos-prácticos plasmados en este texto son de fácil comprensión para los estudiantes del primer ciclo de las licenciaturas en Biblioteconomía y Archivonomía.

Con ello se pretende recabar información con relación a los distintos métodos de control empleados para el tratamiento de hongos que deterioran libros en papel, dando a conocer los resultados obtenidos en distintas investigaciones así como la información disponible en libros especializados en materia de conservación preventiva. Tampoco está a mi alcance determinar la eficacia o no de un determinado método o técnica, por razones obvias, pero sí exponer, proporcionar, analizar, interpretar y sintetizar la información de acuerdo a las diversas fuentes consultadas.

En este sentido, creo que, en cierta medida, este trabajo cumple y responde a las

expectativas inicialmente establecidas y planteadas en el proyecto de investigación. Con ello se pretende que los profesionales de la información incorporemos enfoques de otras disciplinas a nuestro quehacer bibliotecario que, sin duda, va a redituar de forma beneficiosa en el mejoramiento de las condiciones de los materiales y, por consiguiente, en el funcionamiento de las unidades de información documental.

Agradezco a todas aquellas personas que, de una manera o de otra contribuyeron en la realización del presente trabajo.

Deseo hacer patente mi agradecimiento a quienes fungieron como asesores y revisores de este trabajo, a la Mtra. Brenda Cabral Vargas, persona de gran generosidad y bondad, responsable y formal en sus compromisos a quien le agradezco las enseñanzas transmitidas y con quien compartí durante estos últimos años de mi formación numerosas pláticas, analizando éste y otros trabajos realizados en la ENBA. Gracias por sus valiosos comentarios y sugerencias, pero sobre todo, por su infinita paciencia. Y al Lic. César Trahyn Hernández, a quien le agradezco su disposición y apoyo para la conclusión de esta tesina, así como las revisiones, observaciones y correcciones realizadas a este manuscrito.

Prefacio

xv

La realización y conclusión de esta investigación no hubiera sido posible sin la actuación y supervisión de una persona, a quien le agradezco enormemente su intervención y su compromiso. Por ello, deseo agradecer particularmente al Profr. Nahúm Pérez Paz quien como gestor académico evidenció que la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía no sólo forma profesionales de la información, bibliotecónomos y archivónomos, sino que inculca valores éticos y morales, entre ellos la verdad, la libertad de ideas y expresión, el respeto a las personas, la tolerancia y la justicia, ideales y principios que deben guiar y prevalecer en todo profesionista durante su labor y ejercicio profesional. De esta forma se demuestra que nuestras instituciones educativas contribuyen a la formación y la idealización de una sociedad democrática apoyada en estos pilares básicos.

Agradezco a las profesoras de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional su apoyo y colaboración, a la Bióloga Rosario Vázquez Bravo, amiga de la familia y profesora de la asignatura de Micología de la carrera de Biología por la bibliografía proporcionada sobre hongos celulolíticos que fueron de gran ayuda en la elaboración de este texto. Finalmente, agradezco el apoyo incondicional e invaluable de la Dra. Enriqueta Amora Lazcano del Departamento de Microbiología por sus consejos y sugerencias.

Juan G. Morales Samper México, D. F., junio de 2006.

I N T R O D U C C I Ó N

xvii

INTRODUCCIÓN

Desde tiempos muy remotos el hombre ha tenido la necesidad y la preocupación por proteger y conservar en buen estado físico los materiales bibliográficos que son transmisores de la cultura, las costumbres y las vivencias, los cuales son producto de las numerosas actividades intelectuales desarrolladas a lo largo de su historia, y que han sido registradas y plasmadas, mayoritariamente, en soporte de papel.

Hoy en día, este legado bibliográfico y cultural se resguarda en diversas unidades de información documental, principalmente bibliotecas y archivos, que tienen la misión de custodiar y proteger estos testimonios históricos para asegurar su conservación y el acceso a generaciones futuras. Sin embargo, muchas de las bibliotecas atesoran en sus acervos un gran número de libros, tanto antiguos como contemporáneos, de gran valor histórico, bibliográfico y cultural, que triste y lamentablemente se encuentran en un estado de conservación deplorable, presentando un gran deterioro ocasionado, fundamentalmente, por la acción degradadora de los hongos celulolíticos.

Este agente biológico constituye, sin duda alguna, uno de los grandes problemas para la

conservación de los materiales bibliográficos en soporte de papel, ya que su acción destructora no sólo puede ocasionar daños irreversibles en el libro y sus componentes constitutivos, sino también serios riesgos en la salud de los usuarios y del personal que manipulan estos materiales con presencia de ataque fúngico.

Este texto está dirigido a estudiantes que cursan las asignaturas de Conservación de

Documentos y Conservación Preventiva correspondientes al primer ciclo de las licenciaturas en Archivonomía y Biblioteconomía respectivamente, y constituye un estudio interdisciplinario en el cual se aplican enfoques de otras disciplinas como la Conservación de materiales documentales, la Biología y la Biblioteconomía, entrelazando contenidos teóricos-prácticos de éstas. Este estudio teórico-descriptivo pretende proporcionar a la comunidad bibliotecaria información y conocimientos básicos y generales sobre los diversos agentes de deterioro, y en particular, de los hongos celulíticos lo cual permitirá a los bibliotecarios tomar decisiones con propiedad con relación a la conservación preventiva de los materiales bibliográficos deteriorados por hongos celulolíticos. La inclusión de esta información permitirá a bibliotecarios y archivistas su aplicación inmediata, mediante la adopción y el establecimiento de medidas preventivas y curativas para combatir este tipo de deterioro.

De esta forma, el bibliotecario dispondrá de información de cómo actuar, planificar y

establecer políticas en materia de conservación preventiva mediante el empleo de métodos y

Introducción

xviii

técnicas bajo criterios profesionales que coadyuven a la protección y conservación de los materiales bibliográficos. Este trabajo puede servir de apoyo y orientación para identificar las causas y fuentes de deterioro que presentan los materiales con ataque fúngico, y así estar en mejor disposición para seleccionar el método y procedimiento más idóneo o conveniente para combatir una infección fúngica.

Dada la problemática aquí expuesta esta investigación tiene como objetivo general exponer, proporcionar y dar a conocer las medidas preventivas y curativas para el control y tratamiento de los hongos celulolíticos que deterioran materiales bibliográficos elaborados en papel. Así como contribuir a la formación del bibliotecario y del archivista mediante un texto especializado que apoye las asignaturas de Conservación de Documentos y Conservación Preventiva impartidas en la ENBA, fomentando el interés por el establecimiento de políticas adecuadas para la conservación de materiales en soporte de papel en relación al deterioro causado por hongos celulolíticos. Con este trabajo también se pretende sensibilizar y concientizar a la comunidad bibliotecaria de la necesidad de asumir el compromiso y la responsabilidad de preservar y conservar este legado cultural, y así asegurar su permanencia y el acceso a generaciones futuras.

El presente trabajo se estructura en tres capítulos. En el primer capítulo se dan a conocer los primeros soportes escriptóreos empleados en la antigüedad, y se aborda de forma más amplia el papel como soporte de los libros, donde se explica su proceso de manufactura y los materiales empleados, cuya composición química es determinante y, a la vez, responsable de las características del papel y de su permanencia. Asimismo, se detallan otros elementos constitutivos del libro, las tintas como materia gráfica y su composición, y las encuadernaciones como soporte auxiliar.

El segundo capítulo, consta de dos partes. Una primera, en la que se analizan los diversos factores de deterioro, intrínsecos y extrínsecos, dentro de los cuales se agrupan los diferentes agentes de naturaleza física, química y biológica que actúan como degradadores de los materiales bibliográficos elaborados en papel, describiendo sus efectos y el tipo de deterioro que ocasiona cada uno de ellos en este soporte celulósico. Y una segunda parte, en la cual se profundiza en el estudio de los hongos celulolíticos como agentes del deterioro biológico, donde se abordan las principales especies identificadas en el papel, su acción degradadora en el sustrato y sus efectos patógenos en la salud del ser humano.

En el tercer y último capítulo, se presenta una herramienta fundamental para los profesionales de la información, la conservación preventiva, que permite emprender acciones tanto de carácter pasivo como activo tendientes a combatir el deterioro biológico ocasionado por hongos en materiales bibliográficos elaborados en papel, donde se muestran las diversas medidas preventivas que deben establecerse en relación con el edificio, el mobiliario, el control de los agentes ambientales y las condiciones de higiene y limpieza. También se proporcionan las distintas medidas curativas que deben adoptarse para la erradicación de hongos celulolíticos, en las cuales se describen los diversos métodos, físicos y químicos, que se pueden aplicar para el tratamiento de hongos que degradan libros en papel exponiendo su acción fungicida, toxicidad, eficacia y los efectos que ocasionan tanto en los materiales como en el hombre.

Introducción

xix

Finalmente, se incluyen las conclusiones de forma breve y sintetizada de los aspectos más relevantes de esta investigación, un glosario de aquellos términos técnicos referidas a una u otra disciplina que no fue posible definirlos o explicarlos en el cuerpo de la obra y la bibliografía de las fuentes consultadas, cuya disposición en el texto se realiza, en lo que a materiales impresos se refiere, conforme a lo dispuesto en la norma ISO 690-1987 – Documentation – Bibliographic references – Content, form and structure, y en relación con los documentos electrónicos consultados en la Web, éstos se realizan de acuerdo a la norma ISO 690-2 - Information and documentation – Bibliographis references – Part 2 : Electronic documents or parts thereof, las cuales se encuentran ordenadas alfabéticamente por apellidos de autor.

La realización de este trabajo interdisciplinario pretende aplicar enfoques de otras disciplinas cuyos contenidos teórico-prácticos, de fácil aplicación, pueden resultar de gran utilidad para muchos profesionales de la información, bibliotecónomos y archivónomos, que tienen la responsabilidad de conservar en óptimas condiciones el patrimonio bibliográfico y documental en soporte de papel. La adquisición de estos conocimientos permitirá a la comunidad bibliotecaria interactuar con otros profesionistas como químicos, biólogos, conservadores, etc., y participar de forma activa en la realización de estudios y trabajos relacionados con la búsqueda de soluciones reales y viables para nuestras unidades de información documental, encaminados éstos al seguimiento, control y tratamiento de hongos que deterioran libros en soporte de papel mediante la adopción de medidas preventivas y curativas que aseguren la conservación de este patrimonio cultural.

Como consecuencia de lo aquí expuesto, considero que era necesario un texto que

respondiera a las problemáticas y realidades de nuestras unidades de información y a las muchas inquietudes que los profesionales de la información tanto del ámbito académico como del sector productivo enfrentan en materia de conservación, brindándoles información sobre las diversas alternativas o métodos para el tratamiento de hongos que deterioran libros y documentos en soporte de papel. Creo que este texto, con sus lagunas, sus deficiencias y sus carencias, de las cuales yo me responsabilizo, puede responder, en cierta medida, a estas inquietudes y problemáticas. Es, por ello, que este trabajo coadyuvará a la resolución de problemas en materia de conservación de libros en papel y permitirá la adopción de medidas preventivas y curativas orientadas al mejoramiento de las condiciones de las colecciones bibliográficas. En este sentido, la información aquí plasmada constituye una aportación a nuestra disciplina, ya que ésta puede orientar el proceso de toma de decisiones del personal bibliotecario, dado que una de las responsabilidades de los administradores bibliotecarios consiste, precisamente, en tomar decisiones que permitan a sus unidades de información efectuar y realizar las distintas actividades y procedimientos en materia de conservación preventiva de acuerdo a criterios profesionales para así eficientar cada uno de estos procesos.

Por tanto, es de vital importancia realizar una adecuada planificación que sea el eje central

de este proceso para evaluar cada una de las decisiones tomadas y, por consiguiente, de las acciones emprendidas. De esta forma la calidad de estas decisiones podrá ser decisiva y determinante no sólo en el estado de conservación de los materiales bibliográficos sino en el normal funcionamiento de una unidad de información documental.

CAPÍTULO 1

EL PAPEL COMO SOPORTE DE LOS LIBROS

2

CAPÍTULO 1

EL PAPEL COMO SOPORTE DE LOS LIBROS

“El libro es sin duda alguna, el más sorprendente de todos los instrumentos del hombre. Los otros son prolongaciones de su cuerpo. El microscopio y telescopio son prolongaciones de su vista, el teléfono prolongación de su voz, tenemos también el arado y la espada, prolongaciones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es la prolongación de la memoria y de la imaginación”.

Jorge Luis Borges

1.1 Los primeros soportes escriptóreos

Desde tiempos muy remotos el hombre ha sentido la necesidad de representar y perpetuar sus ideas1 y pensamientos mediante una técnica determinada y un soporte duradero, y así “conservar [y comunicar] la memoria de los hechos que le interesaban”.2

“Esta intencionalidad de mantener y transmitir […] responde a la necesidad de superar las limitaciones tempoespaciales de la voz y los gestos”,3 siendo éstos, los primeros intentos de expresión oral y visual, respectivamente. La comunicación permite remontar las barreras del tiempo y del espacio en la recepción de los mensajes y por consiguiente, facilitar el intercambio de información.4

Uno de los problemas que enfrentó el hombre en relación a la información fue la forma de transmitirla, después, la de conservarla. Para transmitirla empleó primero la memoria, para lo cual se comunicaba de forma oral historias, narraciones y tradiciones, las cuales eran transmitidas de generación en generación. Esta forma de comunicar tiene el inconveniente de que la

1 IGUÍNIZ, JB. El libro : epítome de bibliología. México : Porrúa, 1998, p. [11]. 2 FINÓ, JF y HOURCADE, LA. Tratado de bibliología, historia y técnica de producción de documentos. Argentina : Castellvi, 1954, p. 17. 3 VIÑAS TORNER, V. “Medidas y políticas de conservación de materiales bibliotecarios : problemas y soluciones”. En MAGÁN WALS, JA. Tratado básico de biblioteconomía. Madrid : Complutense, 2004, p. 465. 4 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia universal del libro. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1993, p. 25.

Capítulo 1. El papel como soporte de los libros

3

información así transmitida está sujeta al error y a la deformación, y era claro el riesgo de la tergiversación y del olvido, lo cual lo hacía poco fiable.5

Otros procedimientos rudimentarios de transmisión de mensajes que superan las barreras del espacio y del tiempo, lo constituyen los instrumentos mnemotécnicos, como auxiliares de la memoria. Entre éstos encontramos el quipu, el wampum, los winter counts, los stickmessages y las tarjas, entre otros. “Hay otros que suponen distancias relativas, aunque sean instantáneos, como las señales de humo de los indios norteamericanos, los tantanes de los negros africanos, los silbidos de los guanches canarios, el sonido de las cornetas y trompetas militares, de las campanas y de las sirenas”.6

Posteriormente, “a medida que el ser humano fue desarrollando su inteligencia y

agudizando su ingenio, surgieron formas más consistentes y [perdurables] de emitir, fijar y conservar mensajes”,7 en diferentes soportes más permanentes y duraderos con un sistema de signos de interpretación generalizada. Entre estas formas avanzadas de comunicación encontramos la escritura y el alfabeto.

Pérez Largacha8 señala: La invención de la escritura constituye uno de los hitos más importantes de la humanidad y marca un salto cualitativo en la evolución cultural de las sociedades, poniendo a disposición de las mismas una herramienta que facilita la organización y administración así como un instrumento para preservar su memoria histórica. La escritura […] establece la línea de separación entre lo que se considera la prehistoria y la historia, que se inicia en el momento en el que comienzan a existir [libros o] documentos escritos, aunque estos sean de carácter pictográfico, [ideográfico o fonético] (figura 1).

norteamericano chino egipcio babilonio

Figura1. Pictogramas que representan un objeto natural. Fuente: Moorhouse, A.C. Historia del alfabeto. México : FCE, 1999, p. 26.

5 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Pequeña historia del libro. 3a ed. Gijón : Trea, 1999, p. 21. 6 ESCOLAR SOBRINO, H. Manual de historia del libro. Madrid : Gredos, 2000, p. 12. 7 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. [21]-22. 8 PÉREZ LARGACHA, A. “Escritura en el Próximo Oriente”. En CASTILLO GÓMEZ, A. Historia de la cultura escrita : del Próximo Oriente Antiguo a la sociedad informatizada. Gijón : Trea, 2002, p. [29].


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Con la aparición de estos sistemas de escritura se puede afirmar que comienza verdaderamente la historia del libro, ya que los libros representan la validación escrita de una civilización y de una cultura mediante la comunicación de vivencias, acontecimientos, concepciones y pensamientos registrados en un material o soporte duradero con la finalidad, en primera instancia de fijar información, y posteriormente, de preservar y difundir la cultura escrita.

La historia del libro se divide en dos grandes periodos: el libro manuscrito, que abarca desde la antigüedad hasta mediados del siglo XV; y el libro impreso, desde mediados del siglo XV, con la invención de la imprenta,9 hasta nuestros días. Sin duda, que el libro impreso contribuyó, en gran medida, a la transformación social del mundo moderno y al cambio de costumbres, modos de vida y pensamiento del hombre.10 “La historia del libro está ligada irremediablemente a la historia de los soportes y de las diversas culturas”.11

En ambas etapas de la historia del libro se emplearon diversos y muy variados materiales físicos para registrar estas ideas o pensamientos, pero antes de abordar los primeros soportes de la escritura, mencionaré los diferentes factores que explican la importancia de la escritura, y el hecho de que constituya uno de los grandes adelantos, y una herramienta trascendental en el devenir de la cultura de la humanidad. Entre éstos destacan:

- Permitió al hombre comunicarse en forma más precisa. - Facilitó la acumulación de conocimientos. - Dio permanencia a la comunicación. - Hizo posible la comunicación a larga distancia. - Permitió legar a las futuras generaciones el fruto de la variada experiencia humana. - Representa una forma de comunicación más eficiente.12

Como se puede observar con la aparición y la invención de la escritura se rompieron

barreras y se superaron las limitaciones del tiempo y del espacio en la recepción de mensajes, principalmente, visuales y auditivos, como parte de la comunicación momentánea, siendo la escritura una forma de comunicación, permanente y más eficaz. Es innegable, pues, que “con este instrumento la memoria humana se vuelve física y permanece”.13

Pero para su manifestación, la escritura necesitaba tres elementos materiales: un soporte, donde permanecía el signo o símbolo, una materia gráfica o elemento sustentado y un 9 “El invento de Gutenberg permitió la rápida reproducción de un mismo texto y ofreció a la escritura las posibilidades de una difusión que el manuscrito no poseía. La imprenta permite la multiplicación de las unidades noticiosas o intelectuales, entre ellas el libro y los folletos, estableciéndose así el comercio y la difusión de estos productos informativos. Además se constituye en la primera técnica de comunicación masiva, asumiendo mediante su actividad de publicación cuatro funciones básicas que al cabo de cuatro siglos iba a compartir con las nuevas técnicas de comunicación de masas: la de información, la de diversión, la de educación, y la de propaganda y adoctrinamiento”. Luis Fernando Ramos Simón. Dirección, administración y marketing de empresas e instituciones documentales. Madrid : Síntesis, 1995, p. [47]. 10 LEÓN PENAGOS, JE de. El libro. México : Trillas, 1985, p. 14, 18. 11 GARCÍA AGUILAR, I. Miradas aisladas, visiones conjuntas : defensa del patrimonio documental mexicano. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 2001, p. 68. 12 LITTON, G. Del libro y su historia. Buenos Aires : Bowker, 1971, p. 26. 13 GARCÍA AGUILAR, I. Op. cit., p. 66.


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instrumento para trazar ese signo.14 Centrando nuestra atención en el primero de estos elementos, es decir, en el soporte físico o material, “a lo largo de los milenios, el hombre ha utilizado todos los soportes de la escritura a su alcance para dejar en ellos el mensaje de su vivencia”.15

Los materiales empleados primitivamente para recibir anotaciones y asentar la escritura fueron muy variados a lo largo de la historia, y dependiendo de su procedencia pueden ser:

De origen mineral: Son aquellos cuya materia prima son el metal, la piedra. De origen animal: El marfil, el hueso, la concha, el pergamino, etc. De origen vegetal: Dentro de estos podemos contar con dos grupos, los llamados naturales, aquellos que el hombre no ha manipulado, y los transformados o elaborados por distintos procedimientos, como puede ser el papel de lino o trapos.16 También se puede establecer otra clasificación de los soportes escriptóreos, los cuales se

dividen en: 1. Soportes duros:

- Piedra (estelas, cipos, monumentos, fachadas de templos, etc.). - Arcilla (tablillas, ostracas, etc.). - Mármol y basalto. - Metales (oro, plomo y bronce). - Hueso. - Madera y corteza de árbol.

2. Soportes blandos: - Hoja de árboles. - Papiro. - Pergamino. - Papel. - Materiales sintéticos (plástico, etc.).17

Desde las primeras representaciones en las rocas de las cuevas hasta los materiales

sintéticos empleados en la actualidad como los registros de computadora, existen numerosos y diversos soportes y técnicas utilizadas para la conservación y transmisión de ideas.

Al hablar de soportes, me refiero a elementos u objetos materiales empleados para la escritura, y en definitiva, de soportes escriptóreos. Pero, previamente definiré qué es un soporte.

14 Cfr. MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 30. 15 Ibidem, p. 31. 16 VERGARA, J. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas. Valencia : Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació, Direcció General del Llibre, Arxusi Biblioteques, 2002, p. 15. 17 VALCÁRCEL VALCÁRCEL, A. Programa de la asignatura Historia del libro y las bibliotecas I de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (ENBA). Ciclo escolar septiembre 2000-enero 2001.


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En sentido amplio, el Diccionario de la lengua española, define el vocablo soporte como: “Apoyo o sostén”. Entre otra de sus acepciones, señala lo siguiente: “Material en cuya superficie se registra información como el papel, la cinta de video o el disco compacto”.18

Asimismo, se entiende por soporte: “[…] todo material de apoyo sobre el cual se extiende

algo. Es decir, se trata de cualquier estructura física que sirve para conservar algo que se ha fijado sobre él”.19

En un sentido más específico y relacionado con la Biblioteconomía, el Glosario de la ALA de bibliotecología y ciencias de la información emplea el vocablo medium como “soporte, medio”. Y lo define así: “Material o substancia en la que puede registrarse o almacenarse datos, por ejemplo, papel, película, disco magnético, cinta perforadora y cinta magnética”.20

Angulo Marcial21 define el término soporte como: “Todo elemento material que sirve de

base a un documento o que permite fijar un mensaje, como el papel, la cinta magnética, etc.”.

Referido a la informática, conviene rescatar la definición ofrecida por Ezequiel Pardo Clemente22 según la cual un soporte es: “[…] cualquier estructura física susceptible de contener por tiempo indefinido, una información que ha de ser comunicada a terceras personas o al propio equipo”.

De acuerdo a lo aquí expuesto, y con base en las definiciones ofrecidas, al hablar de soporte me refiero a la materialidad, al elemento físico, al material en el cual se registra un dato, una información. Por tanto, el soporte hace referencia o alude a su naturaleza física o material. Por ende, se puede conceptualizar el término soporte como la base material que constituye el elemento o su naturaleza física en el cual se registra información durante un tiempo indefinido para ser comunicado a otras personas.

Por ende, defino soporte escriptóreo como todo elemento de diversa naturaleza física, que

posibilita la escritura, o dicho de otra forma, material sobre el que se asienta, fija o traza la escritura.23

En muchas ocasiones se puede establecer una sinonimia entre los vocablos y/o expresiones compuestas, soporte físico, material, medio físico, soporte material, base material, materialidad, o naturaleza física, pero no debemos confundirlo con la forma del libro o del

18 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. Madrid : Espasa Calpe, 2001, vol. 2, p. 2003. 19 COSTA CARBALLO, CM. da. Fundamentos de tecnología documental. Madrid : Complutense, 1992, p. 95. 20 Glosario ALA de bibliotecología y ciencias de la información. Madrid : Díaz de Santos : ALA, 1988, p. 27. 21 ANGULO MARCIAL, N. Manual de tecnología y recursos de la información. México : IPN; 1996, p. 194. 22 PARDO CLEMENTE, Ezequiel. Informática general. Madrid : Ediciones Júcar, 1985, p. 161. Citado por Carlos Manuel da Costa Carballo. Op. cit., p. 95. 23 Llámese o úsese, indistintamente, soportes de la escritura, materiales escriptóreos, soportes o materiales escriptorios, materia escriptórea, soporte escriptórico, materias escriptóricas o materias escriptorias. El Diccionario de la lengua española no recoge los vocablos o expresiones compuestas aquí mencionadas pero en la literatura profesional, concretamente del área de Biblioteconomía y Conservación Preventiva, es aceptado su uso.


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documento, o sea, el mensaje o contenido informativo. “La forma hace que la base material se constituya de una manera determinada. Gracias a la forma como se organiza la materia del documento, se construyen los diversos elementos que configurarán, posteriormente, un contenido”.24

La materia del documento es algo físico, un material que encontramos disponible en la

naturaleza: madera, cera, arcilla, papiro, piel, etc. Pero este material, tal cual lo encontramos en su medio natural, puede ser transformado por el ser humano para recibir anotaciones, asentar la escritura o, en definitiva, registrar información. Por su parte, el contenido del documento es algo creado por el hombre, que es susceptible de ser utilizado y transmitido a otras personas. “La materia final del documento, la cual alberga el contenido, puede ser llamada medium, soporte físico o soporte material. Este soporte material posibilita que en el documento exista el contenido, este contenido es también material, pero contiene algo más que simple materia (formas simbólicas)”.25 Por ende, podemos distinguir entre “el medium (o substrato medial o materia) y la forma (contenido)”,26 que son los elementos constitutivos del documento.

Y en este sentido, así lo manifiestan Guinchat y Menou,27 al afirmar que: Las características de los documentos son de dos clases: a) físicas (material, naturaleza de los signos empleados, tamaño, peso, presentación, medios de producción, posibilidad de consulta o necesidad de utilizar un aparato, periodicidad, etc.); b) intelectuales (finalidad, contenido, tema, tipo de autor, fuente, modo de difusión, accesibilidad, originalidad, etc.). Estos autores señalan que “el material es el soporte físico del documento. La naturaleza y

el material son dos características distintas”.28 Pues “una cosa es el contenido o mensaje, la obra escrita por el autor, y otra la forma material en que se presenta, el objeto material en que se registran o plasman las ideas y que sirve para su difusión”.29 Por tanto, “el soporte físico en que está constituido un documento es independiente de su contenido”.30

En esta misma línea, Sánchez Hernampérez31 coincide plenamente con lo mencionado anteriormente:

Un mismo objeto documental posee dos facetas distintas: las físicas y las intelectuales. Las primeras son meramente materiales, el soporte que las retiene, el medio con el que se han plasmado, y están sujetas a los rigores del tiempo del uso o a la desaparición [y tiene gran trascendencia a la hora de conservar el objeto material]. Las segundas son intangibles, el mensaje

24 BROWN CÉSAR, J. Elementos de una teoría bibliotecaria. México : SEP, ENBA, 2000, p. 89. 25 Ibidem, p. 89-90. 26 Ibid., p. 64. 27 GUINCHAT, C. y MENOU, M. Introducción general a las ciencias y técnicas de la información y documentación. París : UNESCO : CINDOC, 1983, p. [41]. 28 Ibid., p. 42. 29 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia universal del libro, p. 26. 30 AMAT NOGUERA, N. La documentación y sus tecnologías. Madrid : Pirámide, 1995, p. 33. 31 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Políticas de conservación en bibliotecas. Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 47.


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o la información que transmiten, y son su verdadera razón de ser. [Y que en conjunto constituyen la base del saber y del conocimiento, el documento].32

Las características o finalidades del soporte o material físico y el contenido informativo

registrado y plasmado en él, se pueden resumir de la siguiente manera:

- Sirve para almacenar información. - Permanece grabado o registrado por un tiempo indefinido. - Son perdurables y duraderos. - Transmitir información a otras personas. - Están limitados en cuanto a su capacidad de registro de información. - Pueden o no ser reutilizados, es decir, pueden servir o no para registrar o almacenar

información nuevamente. - Se lee y accede a la información directamente o requiere de un aparato para reproducir

la información. - Es útil para el conocimiento.33

Como bien se puede apreciar las características mencionadas anteriormente son aplicables

tanto a los materiales tradicionales (piedra, arena, metal, papiro, pergamino, etc.) como a los nuevos soportes que incorporan los avances de las nuevas tecnologías y que han llegado a nuestros días, tales como los soportes electromagnéticos (videos, casetes), las memorias ópticas o documentos de lectura láser (CD-ROM, DVD), cuyo soporte físico o material bien pueden ser el plástico, acetato, silicón, vidrio, aluminio, etc.

Los soportes empleados han variado sensiblemente a lo largo de los siglos y se han adaptado a las características de las nuevas civilizaciones de acuerdo a las necesidades informativas de la población, a los materiales disponibles y a las posibilidades técnicas de cada época.

Hasta aquí he mencionado, la gran mayoría de los soportes que recibieron anotaciones o que se emplearon para fijar la escritura. Para fines de esta investigación abordaré los primeros soportes elaborados o transformados por el hombre como las tabletas de arcilla, el papiro y el pergamino, y haré especial hincapié en el soporte tradicional y por excelencia, el papel. 1.1.1 Tabletas de arcilla

En la antigua región de Mesopotamia, entre los ríos Eufrates y Tigris, se encontraron los primeros vestigios que datan del IV milenio a. C. Entre éstos figuraban las tabletas de arcilla, libro material mesopotámico, creado y empleado por los primeros pobladores de la zona, los sumerios.

32 Cfr. GUINCHAT, C. y MENOU, M. Op. cit., p. [41]. Hasta aquí he mencionado en reiteradas ocasiones el término documento. Por ello, considero necesario definirlo como: “La base de conocimiento expresada en un soporte material y susceptible de ser utilizada para diversos fines”. Javier Brown César. Op. cit., p. 208. 33 COSTA CARBALLO, CM. da. Op. cit., p. 96-98.


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Utilizaron como materia escriptórea estas tabletas de arcilla humedecidas, en las que grababan con una caña en los primeros tiempos pictogramas e ideogramas, y posteriormente usaron como forma de comunicación generalizada, la escritura cuneiforme.34

El pueblo sumerio se extendió, y desarrolló una importante civilización, fundando

ciudades y centros religiosos. Y es precisamente en Nippur, y en excavaciones realizadas en Nínive y Babilonia donde se han descubierto restos pertenecientes a bibliotecas y archivos, compuestos de tabletas de arcilla en las cuales había grabados importantes textos35 (figura 2).

Figura 2. Tableta de arcilla. Fuente: Dahl, Svend. Historia del libro. México : Alianza Editorial, 1999, p. 21.

Gracias a la labor arqueológica se hallaron enormes depósitos de tabletas de barro en desorden y parcialmente rotas que originalmente “se encontraban colocadas en cajas de madera, depósitos de arcilla (jarras) o en cestos, alineados sobre pedestales de arcilla o estantes de madera a lo largo de las paredes, protegidos contra la humedad, al igual que las cestas por una capa de alquitrán”36 como una forma de conservar este material escriptóreo. 34 ESCOLAR SOBRINO, H. Manual de historia del libro, p. [16]. “Cuneiforme significa ‘en forma de cuña’ (del latín cuneus ‘cuña’) y es el nombre que se aplicó a la antigua escritura más importantes y más extensamente usada del Medio Oriente, [principalmente, por los sumerios, los babilonios, los caldeos y los asirios. La escritura cuneiforme ]nació antes de que terminara el cuarto milenio a. C” y se caracterizó por el uso de signos con trazos triangulares o caracteres cuneiformes, en forma de cuña o clavo, mediante impresión del estilo (instrumento gráfico) de caña de sección triangular, que pudieran escribirse fácil y rápidamente, los cuales se fijaban o trazaban sobre barro o arcilla. “La dirección normal de la escritura era de izquierda a derecha: de esa manera la persona que escribía con su mano derecha no estropearía la impresión que acababa de hacer cuando el barro todavía conservaba su maleabilidad”. A.C. Moorhouse. Historia del alfabeto. México : FCE, 1999, p. 79-82. 35 TAGLE DE CUENCA, M. Notas sobre historia del libro. Córdoba, Arg. : Del Copista, 1997, p. 24. 36 DAHL, S. Historia del libro. Madrid : Alianza, 1999, p. 20. Aquí podemos apreciar los primero intentos por organizar pero sobre todo por conservar estos materiales en buenas condiciones. Tanto es así que en el reverso de las tabletas se encontraba el colofón, donde figuraba entre otros datos, el titulo, el nombre del propietario, así como una


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También los caldeos y los asirios emplearon tabletas o tablillas de arcilla en las cuales escribían o grababan caracteres por medio de un estilete37 acabado en punta. Una vez terminada la escritura las tabletas se endurecían exponiéndolas al sol o, si el documento era importante38 se sometían a cocción con lo que se tornaban prácticamente indestructibles39 dando con ello una mayor durabilidad a la escritura40 y quedando inutilizada la arcilla para nuevos usos.41

Las tabletas de arcilla solían ser planchas rectangulares, aunque las había redondas y oblongas. Su longitud variable oscilaba entre los 20 cm. También se emplearon, en vez de tabletas, figuras geométricas como cilindros, primas o conos42 (figura 3). No obstante, algunos textos se grabaron en piedra y metales preciosos, como el oro, y maleables, como el plomo.43

Figura 3. Prisma de Senaquerib (686 a. C.) Fuente: Escolar Sobrino, Hipólito. Historia Universal del libro.

Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1993, p. 56.

Las tablillas, como también se conocen, constituyen unos de los soportes más primitivos que recibieron escritura y que proporcionó no sólo un material escritorio barato, sino también

anotación donde se especificaba si era una copia y el estado del original, la fecha e incluso se proporcionaban algunos consejos y advertencias para su conservación, “así como maldiciones para los que las robaran, rompieran, humedecieran o cambiaran el nombre del autor o propietario”. Hipólito Escolar Sobrino. Manual de historia del libro, p. 19-20. 37 FINÓ, JF. y HOURCADE, LA. Op. cit., p. 19. 38 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia universal del libro, p. 55. 39 FINÓ, JF. y HOURCADE, LA. Op. cit., p. 19. 40 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Principios básicos de la conservación documental y causas de su deterioro. Madrid : Instituto del Patrimonio, Histórico Español, 1996, p. 21. 41 ESCOLAR SOBRINO, H. Manual de historia del libro, p. 19. 42 Ibidem, p. 20. 43 Idem.


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duradero. Pero sobre todo permitía escribir con rapidez y facilidad e incluso borrar, gracias al agua que humedecía la arcilla y mantenía blanda la superficie donde se escribía.44

En la época asiria se usaron tabletas de madera y marfil con bordes y un baño de cera interior para escribir encima y borrar con facilidad. Unían varias de ellas lateralmente por medio de correas o anillas, origen del cuaderno, la actual forma de libro.45

La conservación de un gran número de tabletas de arcilla se vio favorecida por los constantes incendios provocados por los actos bélicos y los numerosos asaltos acontecidos en las antiguas ciudades mesopotámicas, cuyas llamas endurecieron y cocieron la arcilla asegurando así la permanencia y durabilidad de este material.

1.1.2 Papiro

Dejando aparte uno de los soportes más primitivo que recibió anotaciones, el material más antiguo en la cultura occidental es, sin duda, el papiro.

El papiro es una hoja utilizada como soporte de escritura elaborado a partir de tiras extraídas del interior de una planta46 herbácea (cuyo ciclo vivaz se prolonga por un tiempo superior a los dos años),47 cuyo nombre científico es Cyperus papirus que pertenece a la familia de las ciperáceas. Es una especie de caña semejante al junco y a la enea48 que crece espontáneamente en las riberas y lugares pantanosos de Egipto, Siria, Palestina y Sicilia.49

Pero, sin duda, Egipto fue el gran productor y consumidor de papiro, que constituía su material de escritura por antonomasia, aunque también lo utilizaron en forma corriente los pueblos de Oriente, de Grecia, de Roma y de Europa Occidental.50 De esta planta no sólo obtenían su material escriptóreo (véase figura 4), sino también cierto alimento, bebida, vestidos, calzado y aún embarcaciones.51

El primer papiro descubierto estaba sin utilizar y en blanco y fue encontrado en la tumba de Hemaka, un funcionario o alto dignatario de Saqqara, correspondiente a la I dinastía egipcia, hacia el año 3035 a. C. El más antiguo documento escrito sobre papiro data del 2400 a. C., en la V dinastía y contiene la contabilidad del Templo de El-Gebelien en Neferirkare-Kakai.52

44 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia universal del libro, p. 54-55. 45 ESCOLAR SOBRINO, H. Manual de historia del libro, p. 19. 46 Enciclopedia de la encuadernación. Madrid : Ollero & Ramos, 1998, p. 223-224. 47 Enciclopedia Hispánica. 2a ed. EE. UU. : Barsa Planeta, c2003, vol. 11, p. 264. 48 Enciclopedia Barsa de consulta fácil. Chicago, USA : Enciclopedia Británica, 1976, vol. 11, p. 326. 49 LITTON, G. Op. cit., p. 29. 50 FINÓ, JF. y HOURCADE, LA. Op. cit., p. 22. 51 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. La evolución del libro : brevario histórico. México : IPN, 1986, p. 9. 52 El papiro [en línea]. [Consultado: 18 de mayo de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.egiptodreams.com/EPapiro.htm>. “Muchos de estos papiros han sido conservados gracias a la generalizada costumbre religiosa de proveer a los difuntos de diversos textos sagrados, oraciones y otros análogos,


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Figura 4. Papiro egipcio.

La hoja de papiro se preparaba con largas y finas láminas de los tallos del papiro, que se colocaban en dos capas, una longitudinal y otra transversal. La hoja así formada era encolada, prensada y secada al sol para luego bruñirse con piedra pómez, y así estaba lista para recibir la escritura.53

Los rollos se formaban pegando las hojas, y se montaban unas sobre otras unos dos

centímetros y se prensaban las junturas para dejar la superficie lisa54 formando una larga tira continua (véase figura 5). Cada uno de cuyos extremos iba pegado a un cilindro o una varilla de madera (cedro o ébano), marfil o hueso, que servía de base para enrollar.55 En ellos se ubica el denominado titulus, una indicación donde aparecía el autor y el título del escrito. El rollo se presentaba, generalmente, unido a la cinta que lo ataba para mantenerlo cerrado.56

La longitud de un rollo era muy variable, lo normal era que midiera entre 5 y 8 metros de

largo. Algunos de los papiros que se conservan en el British Museum tienen hasta 40 metros.

El papiro por ser un producto liviano, frágil, muy delgado y poco resistente a la humedad, pero sobre todo debido a las desigualdades de su superficie, no permitía la escritura sino de un solo lado. 57

Para la escritura se utilizaba la cara más tersa, en la que los filamentos aparecían en forma horizontal, paralelos a la línea de escritura y era la que quedaba en el interior del rollo, con lo que se conseguía que la parte del texto estuviera más protegida y defendida tanto de la luz como de

depositándolos en la tumba como protección durante su peregrinaje al más allá”. Svend Dahl. Historia del libro. Madrid : Alianza, 1999, p. 16. 53 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 9. 54 MARSÁ VILA, M. El fondo antiguo en la biblioteca. Gijón : Trea, 1999, p. 44. 55 LITTON, G. Op. cit., p. 30. 56 VERGARA, J. Op. cit., p. 69. 57 LITTON, G. Op. cit., p. 31. Si está escrito por un solo lado o cara recibe el nombre de anospistógrafo y cuando están escritas ambas caras se denomina opistógrafo.


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cualquier accidente físico.58 Ya que el reverso se recubría, previamente a su uso, con aceite de cedro o resina a fin de darle más ductilidad.59

Figura 5. El Libro de los Muertos, documento egipcio escrito en papiro. Fuente: Enciclopedia Barsa de consulta fácil.

Chicago, USA : Enciclopedia Británica, 1976, p. 326.

El escriba escribía con la mano derecha mientras iba desenrollando con la izquierda. El

comienzo del texto estaba a la derecha, y el sentido de la escritura era de derecha a izquierda. La escritura se realizaba en columnas, dejando unos márgenes entre ellos, así como en la parte inferior y superior.60

Por otra parte, la conservación del papiro requería un cuidado especial. Como la parte externa del rollo sufría forzosamente mayor deterioro, estaba compuesto con frecuencia de un material de calidad más resistente o protegido con una cubierta así como en los bordes de los rollos se los reforzaba pegándoles una banda.61

El rollo de papiro debido a su extensión tenía que ser enrollado después de cada lectura, y a causa de su uso excesivo, muchas veces las partes se rompían al comienzo y al final de un rollo, causando lagunas en el texto.62

Los rollos de papiro se guardaban dentro de una caja cilíndrica de madera o cuero,

decorados con más o menos lujo a la que se le daba el nombre de scrinia o capsa,63 e incluso se

58 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia del libro, p. 80, 82. 59 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 9. 60 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 44. 61 DAHL, S. Op. cit., p. 15. 62 LITTON, G. Op. cit., p. 31. 63 IGUÍNIZ, JB. Op. cit., p. 16.


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utilizaban jarras de barro para su conservación.64 También se colocaban en las bibliotecas sobre tablas o en cajones65 (figura 6).

Figura 6. Colocación de papiros en la estantería de una biblioteca romana. Fuente: Escolar Sobrino, Hipólito. Manual de historia del libro. Madrid : Gredos, 2000, p. 96.

El ataque de los insectos era muy frecuente y se trataba de combatirlo con la inmersión de la hoja de papiro en aceite de cedro66 con lo cual adquirían el tono amarillento característico. Para preservarlos de este agente biológico se guardaban en recipientes de madera o arcilla.67

Otra de las causas del deterioro del papiro no era solo la fragilidad del mismo material, sino su escasa resistencia a los factores climáticos, principalmente la humedad68 que los hacía frágiles y los ennegrece, y cuando se han humedecido y secado varias veces, se deshacen con facilidad al menor roce.69

De ahí que los principales hallazgos de papiro de las arenas áridas del Egipto Medio y Alto, en contraposición con los pocos que se han realizado en el húmedo delta del Nilo, por lo que el clima seco de Egipto favorecía su conservación.70

Por otra parte, la fabricación egipcia parece haber sido monopolizada, por ello la

producción de papiro fue insuficiente para cubrir los requerimientos de un mercado en expansión, cuyo destino era Roma, Grecia y Pérgamo. El papiro será sustituido más tarde por el pergamino, y su uso cesó definitivamente en el siglo XII.71

64 DAHL, S. Op. cit., p. 15. 65 LITTON, G. Op. cit., p. 30. 66 DAHL, S. Op. cit., p. 16. 67 MILLARES CARLO, A. Introducción a la historia del libro y las bibliotecas. México : FCE, 1971, p. 19. El reverso solía recubrirse con “cedrus” o aceite o exudación resinosa de enebro común, que tenía un color amarillento. 68 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 10. 69 ESCOLAR SOBRINO, H. Historia del libro, p. 80. 70 DAHL, S. Op. cit., p. 16. 71 IPERT, S. y ROME HYACINTE, M. Restauración de libros. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez : Pirámide, 1989, p. 17. “Donde más tiempo se mantuvo el uso del papiro fue en la cancillería papal, que en el año


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El papiro resultó ser un elemento cultural, de gran valor en la historia del progreso humano, el precursor y antecesor del papel tal cual hoy es conocido. 1.1.3 Pergamino

La antigüedad del pergamino es difícil de precisar. El pergamino ya se empleaba como

soporte de escritura en Asia en los tiempos antiguos. Se han descubierto algunos pergaminos alrededor del II milenio a. C., también se usaron en Babilonia y Fenicia, y los judíos estaban obligados a copiar la ley sobre piel.72

Su utilización fue perfeccionada en el siglo II a. C., en los años 158 a 138 a. C., cuando

ante la dificultad de importar papiro de Egipto, los reyes de Pérgamo, Eumenes II y Atalo II Filadelfo mejoraron y popularizaron esta técnica, que constituyó el más importante soporte de escritura de la Edad Media.73

La palabra pergamino (en latín, pergamena) proviene del nombre de la antigua ciudad de

Pérgamo, en Asia Menor, donde la tradición sitúa su descubrimiento.74 El pergamino se obtiene a partir de pieles de animales como carnero, ovejas, cerdos,

cabra, terneras75 e incluso de asno y antílope76 que se sometían a diferentes tratamientos antes de considerarlos aptas para recibir la escritura.77 La calidad del pergamino era variable siendo el más valorado el procedente de animales nonatos o recién nacido, que se denominó vitela.78 La modalidad más fina se obtenía sobre pieles de ternera, becerro o cordero.

Los procedimientos para la obtención del pergamino incluyen: la inmersión en cal, el

raspado y/o estiramiento. La cal elimina el pelo y produce la saponificación de los contenidos estructurales de la piel.79 Una vez despojada de los pelos se seca extendiéndola sobre un tablero o un bastidor para que se mantuviera tensa.80 Finalmente, se raspa y se lija, removiendo así la parte interior de la piel y el pelo restante, lográndose así el espesor deseado81 y dejando una superficie fina, pulida, lisa y apta para recibir la escritura82 (véase figura 7). 1056 expidió un documento del papa Víctor II, el cual es uno de los últimos textos de importancia escrito en papiro que se tenga conocimiento”. Gaston Litton. Op. cit., p. 31-32. 72 MARTÍNEZ DE SOUZA, J. Op. cit., p. 35. 73 Enciclopedia de la encuadernación, p. 230. 74 IPERT, S y ROME HYACINTE, M. Op. cit., p. 18. 75 VERGARA, J. Op. cit., p. 15. 76 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 35. 77 “Los cueros tienen diferentes calidades. Las pieles de vaca y de cerdo eran las menos apreciadas para la escritura por su excesivo grosor. Las más estimadas para los finos códices eran la de ternera, oveja, y cabra”. Gaston Litton. Op. cit., p. 32. Sin embargo, “algunos consideran que la calidad del pergamino dependía de la preparación y el tratamiento, y no de la res”. José Vergara. Op. cit., p. 71. 78 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 46. 79 BECK, I. Manual de conservación y restauración de documento. México : AGN, 1992, p. 22. 80 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 45. 81 BECK, I. Op. cit., p. 22. 82 También se empleaba como soporte el cuero, cuya utilización se remonta probablemente al tercer milenio a. C. Ambos soportes, el cuero y el pergamino, se elaboraban a partir de pieles de animales, pero la diferencia estriba en el


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Figura 7. Proceso de elaboración del pergamino. Fuente: Mcleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos : manual

práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. 29. El pergamino, así obtenido, era una materia más sólida y flexible que el papiro, lo que

permitía rasparla con más facilidad y borrar lo escrito.83 Se podía también cortar las dimensiones necesarias y escribir por las dos caras, lo que no se hacía con el papiro. Su perdurabilidad superaba a la hoja de papiro, sin que fuese inmune a todas las influencias. No obstante, se trataba de una materia cara por su escasez y por el costo de la mano de obra necesaria para las operaciones de su preparación antes de la escritura.84 “Dado que era un material costoso, había que aprovecharlo al máximo, utilizando incluso los bordes de la piel con formas irregulares o los trozos que resultaban con agujeros tras la preparación, cosiendo con aguja e hilo las rasgaduras e incluso textos inútiles para volver a escribir”.85

El empleo del pergamino trajo consigo una importante modificación en el modo de

presentar los textos, puesto que muy pronto se adaptó a la forma de cuadernos cosido con hilos entre sí86 que se protegían con tapas de madera. La ventaja del pergamino sobre el papiro es que

procedimiento empleado para su obtención. El cuero es la piel curtida de los animales. Se obtenía por el curtido, a través del cual se transformará la piel en cuero mediante el secado natural y posteriormente, mediante una reacción química entre el colágeno constituyente de la piel y un producto curtiente que puede ser de origen diverso: orgánico, sintético, vegetal y mineral. Por el contrario, el pergamino no se obtiene mediante curtido, sino a base de un tratamiento con cal. Vid. Stephane Ipert y Michele Rome Hyacinte. Restauración de libros, p. 18; Ingrid Beck. Op. cit., p. 23-25. 83 “Una propiedad del pergamino era que podía ser raspado. En la Edad Media se llama palimpsesto o rescripti, al manuscrito cuyo original ha sido raspado y nuevamente escrito”. Matilde Tagle de Cuenca. Op. cit., p. 26. 84 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit. p. 35. 85 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 46. 86 “A partir del siglo III la nueva forma en cuadernos se generalizó en todo Occidente, y tomo el nombre de codex. Esta forma de libro es la que ha permanecido hasta nuestros días, y fue exclusiva del libro medieval, por lo que los libros de ese periodo se denomina códices”. María Marsá Vila. Op. cit., p. 45.


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se podía plegar y coser, de forma que los voluminosos libros de rollo, al igual que los papiros, se redujeron de tamaño, facilitando la aparición del códice.87

La producción del pergamino no se limitó a un solo país. Con anterioridad al siglo XIII, su elaboración fue tarea casi exclusiva de los monasterios. En la centuria mencionada, con el surgimiento y aparición de las ciudades universitarias, se secularizó, creándose gremios pergamineros en las ciudades europeas más importantes.88

Durante la Alta Edad Media, el uso del papiro desaparece poco a poco. El pergamino lo sustituye y predomina hasta casi finalizar el medioevo.89 Desde ese momento el pergamino coexiste con el papiro, al que poco a poco irá ganando terreno como materia escriptórea, hasta el siglo IV, en lo que lo sustituirá totalmente.90 El pergamino fue el soporte por excelencia a partir de los siglos III y IV, hasta la introducción del papel y la invención de la imprenta que acabaron con este material.

El pergamino es el soporte para la escritura que se utilizó durante parte de la Antigüedad,

y casi toda la Edad Media, continuó su uso ocasional en la época moderna.91 Recordemos que el pergamino se empleaba en forma de estuches para guardar los rollos de papiro.

Por otro lado, su conservación en cuanto al aspecto químico es excelente, pues el tratamiento con cal le proporcionaba una reserva alcalina que lo defiende contra la corrosión de las tintas metaloácidas y contra otros agentes ácidos presentes en la atmósfera en forma de contaminantes.

Si por una parte, los pergaminos, son más resistentes para la escritura y la pintura, debido

a su condición alcalina, por la otra son vulnerables a los cambios climáticos, por su estructura interna e irregular, pero sobre todo por ser una materia higroscópica, la cual se expande o contrae en la medida que absorbe o cede vapor de agua. En condiciones de humedad, absorbe el agua hasta quedar completamente mojados, cuando los niveles disminuyen hasta un 40% pierde fácilmente su humedad estructural, produciéndose un enrojecimiento del colágeno; en ese punto pierde totalmente su flexibilidad y forma, volviéndose quebradizo.92

En la actualidad para su mejor conservación, las condiciones ambientales deben estar bajo control; el pergamino debe mantenerse limpio y protegido en fólderes, carpetas o cajas de cartón de buena calidad.93

Como podemos observar, tanto factores de orden intrínseco (estructura interna, tintas)

como de orden extrínseco94 (humedad, temperatura, contaminantes atmosféricos) producen diversas reacciones en el material que propician un deterioro acelerado en el mismo. 87 SÁCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 52. 88 MILLARES CARLO, A. Op. cit., p. 22. 89 FINÓ, JF. y HOURCADE, LA. Op. cit., p. 23. 90 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 35. 91 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 45. 92 BECK, I. Op. cit., p. 22. 93 Idem.


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1.2 El papel 1.2.1 Historia y difusión

Por la época en que los occidentales y orientales hacían pleno uso del papiro y eventualmente del pergamino, en China se produce la invención del papel, como consecuencia de la búsqueda de un material escriptóreo más idóneo, duradero y barato que las tablillas de madera y seda.95

La utilización del papel como soporte para la escritura tuvo su origen en China, y aunque los historiadores atribuyen su descubrimiento a T´sai Lun, residente en Lei-Yan, en el año 105 d. C., la tradición China lo atribuye a un hombre llamado Han Hsin, que vivió entre los años 247 y 194 a. C.96

Muchos expertos han seguido la pista del descubrimiento del papel a lo largo del siglo II a. C. Y en esta dirección, hay muchos indicios de que los chinos elaboraban papel de materias fibrosas antes de la era cristiana. La invención del papel en Pachiao (Shensi), al norte de China, alrededor del año 105 a. C. es un dato que puede confirmar esta hipótesis, pero sobre todo el descubrimiento de un fragmento de papel hecho de fibra de seda y vegetales, que data al menos 250 años anterior al 105 a. C.,97 reafirma esta teoría.

Las investigaciones realizadas por Viñas Lucas98 confirman esta hipótesis, según la cual manifiesta que:

Tradicionalmente se viene admitiendo que el papel como tal apareció en China, en el siglo II d. C., en realidad su uso se generalizó a partir de esta época, una vez perfeccionado el proceso de fabricación, pero los restos arqueológicos del papel más antiguos están datados en el año 205 a. C. (Museo de la ruta de la seda en Xi´an). Esta aparente contradicción se justifica por la existencia de un material muy parecido que resulta su más cercano antecedente: el fidaliz o proto-papel, obtenido a partir de una amalgama de restos de seda y tejidos que tras desleirse [sic] en agua, y su pérdida posterior, constituía un conglomerado laminar más o menos uniforme, peor de escasa consistencia. Esta condición obligaba a que el fidaliz, tuviese que ir adherido a un soporte a base de tablillas de bambú u otro material. La historia china atribuye el invento del fidaliz a Han Hsin, aproximadamente en el año 200 a. C., y ese dato se corresponde claramente con los restos de ‘papel’ encontrados en excavaciones arqueológicas chinas99 que, para mayor concordancia con la historia, aparecen pegados a tabletas,

94 Vid. infra cap. 2, h. 54 et seq. 95 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 18. 96 VERGARA, J. Op. cit., p. 15. 97 Vid. MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 36. 98 VIÑAS LUCAS, Ruth. Estabilidad de los papeles para estampas y dibujos. El papel como soporte de dibujos y grabados : conservación [en línea]. Madrid : El autor, 1994, p. 64. Tesis (Doctor en Bellas Artes)−Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Bellas Artes [consultado: 26 septiembre de 2005]. Disponible en: <http://site.ebrary.com/lib/escebc/Top?channelName=escebc&cpage=1&docID=10080663&f00=text&frm=smp.x&hitsPerPage=10&layout=document&p00=papel&sortBy=score&sortOrder=desc>. 99 “William, et al. (1981) mencionan el descubrimiento, en 1957, de fragmentos de papel amarillento en la tumba de Pa-Ch´iao, en Sian, que parecen pertenecen a la dinastía Han [sic] 202 a. C. / 9 d. C. Keim (1996, 33) también


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u ofrecen una consistencia tan frágil, por falta de encolado, que hace pensar en la desaparición de la madera. Las fibras son de lino u otras materias textiles, pero la seda no aparece, cosa que tampoco es de extrañar por su menor resistencia al paso del tiempo.

Los escritos más antiguos sobre el papel fueron encontrados en la muralla china y datan

del año 100 de nuestra era.100

La invención del papel, con su aspecto y consistencia característicos, se atribuye a Ts´ai Lun en el año 105 d. C. Viñas Lucas101 resalta que:

Quizás su mérito consistiera en añadir a las materias de fidaliz una sustancia encolante, probablemente a base del extracto de una alga marina (agar-agar), aunque lo más seguro es que su aportación fuera ofrecer al Emperador Chino (Ho-ti 96-105, dinastía Hang) este soporte de uso popular, ligeramente perfeccionado para que lo adaptase como soporte de la escritura, en su biblioteca, en sustitución de los caros rollos de seda, y las incómodas tabletas de bambú. Si bien el Imperio chino se esforzó por mantener en secreto el proceso de su manufactura,

ocultándolo al extranjero, la técnica se extendió poco a poco por Asia a Japón donde llegó en el año 610 vía Corea.

Pero fue gracias a las invasiones árabes cuando se difundió rápidamente la técnica fabricación del papel. Éstos, al tomar Samarkanda en el año 751, capturaron varios obreros chinos que habían llegado a dicha ciudad a trabajar en una fábrica de papel recién instalada.102 De allí transmitieron el conocimiento de la técnica de papel a través de la antigua ruta de la seda, por todo el Oriente Medio donde en el año 793 se empezó a fabricar papel en Bagdad bajo el reinado de Harum-Al- Rachiel y más tarde en Damasco. En la siguiente centuria los árabes extienden el arte de fabricar papel hasta las costas del Norte de África, llegando a El Cairo (Egipto) en el año 906 y de aquí pasó a Marruecos donde aparece el papel en el año 1100.103

Con las invasiones árabes la técnica del papel se extendió poco a poco, pero tardaría más de mil años, después de su invención, en llegar a Europa. Hubo dos vías de penetración: la primera es la española, donde la elaboración de papel de trapos fue realizada por los árabes en ciudades del Al-Andalus como Granada y Córdoba, a finales del siglo X y principios del XI. Con la invasión almohade (1139-1147) en la Península ibérica, las zonas de fabricación del papel se trasladaron de Granada, Toledo, Sevilla y Córdoba a Játiva (Valencia), donde se establece un nuevo molino de papel en el año 1150.104 Desde Egipto partió la segunda introducción del papel

informa de restos de papel hallados en una tumba, en Schansi, datados en el año 140 a. C”. Citado por Ruth Viñas Lucas. Op. cit., p. 64. 100 BECK, I. Op. cit., p. [13]. 101 VIÑAS LUCAS, R. Op. cit., p. 65. 102 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 18. 103 McCLEARY, J. y CRESPO, L. El cuidado de libros y documentos : manual práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. 18. 104 “Es muy probable que la puerta de entrada de papel en España [fuera] Córdoba a mediados del siglo X, y también muy probable [que se fabricara el primer papel de trapos] y se construyera en esta misma ciudad el primer molino papelero, […]”. José Vergara. Op. cit., p. 16. Y esto se confirma con la existencia de “varias referencias bibliográficas sobre el comienzo de esta fabricación, la primera se documenta por el codex d´Ibn Bádis (1007-1061),


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en Europa a través de Italia.105 El primer conocimiento que tenemos de un molino papelero italiano se localiza en Génova, en 1230, aunque algunos historiadores lo sitúan en Fabriano, en 1276;106 así como en Montefarno, Bolonia (1286) y Venecia. A través de España e Italia se propagó paulatinamente por toda Europa llegando vía Játiva a Colonia, en 1320; en Francia, posiblemente se comenzó a producir papel en Montpelier, en 1326107 y en Troyes, en 1338;108 y por la vía de Venecia a Nuremberg, en 1391. El arte de fabricar papel también se propagó a Holanda en 1405.109 De Alemania pasó a Inglaterra, en 1494, y de aquí pasó a los Estados Unidos, a Filadelfia, en 1690.110 En México la industria papelera nació después de la Independencia (1821), cuando D. José Manuel Zozaya y Bermúdez implantó la industria del papel, estableciendo un ingenio en Chimalistac, San Angel.111

Durante el siglo XII el papel empieza a ser empleado a la par del pergamino pero hacia

finales del siglo XIII comenzaba la sustitución del pergamino, material escaso y costoso, que exigía el sacrificio de numerosos animales, por otro mucho más barato y con posibilidades de producción en enormes cantidades.112 “El empleo del papel para el uso general en la literatura se había establecido ya firmemente en toda Europa occidental en la segunda mitad del siglo XIV”113 con la fabricación de los primeros papeles y la instalación de la industria papelera. Así llegaba a su término el monopolio de varios siglos que los árabes ejercieron sobre la producción de papel en Occidente.114

En el siglo XV, con la invención de la imprenta, la industria papelera alcanza su apogeo incrementándose la producción de papel, el cual sustituye, definitivamente, al pergamino.

la segunda por el codex d´Idrisi (1100-1172) que son las primeras reseñas sobre el papel fabricado en Granada y Córdoba respectivamente. Una tercera referencia del papel fabricado por los árabes es el del papel más antiguo que se conoce existente en España y en Europa que son las 39 primeras páginas del Brevarium Goticum, libro de rituales, escrito por monjes mozárabes, que se conserva en la Abadía de Santo Domingo de Silos, datado entre los años 940-980, por el estudio de sus características codicológicas y que parece ser que lo elaboraron los monjes copistas mozárabes de dicha abadía”. Resumen de la fabricación del papel. Restauración, procedimientos manuales : su necesidad. Nuevas técnicas en restauración. AREAL GUERRA, Rogelio, et al. Patrimonio [en línea]. Julio-Agosto-Septiembre 2001, año II, no. 6 [consultado: 2 de marzo de 2006], p. 24. Disponible en World Wide Web: <http://www.fundacionpatrimoniocyl.es/archivos/publicaciones_archivos/22.pdf>. 105 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 36-37. 106 VERGARA, J. Op. cit., p. 16. 107 Idem. 108 IPERT, S. y ROME HYACINTE, M. Op. cit., p. 19. 109 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 18. 110 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 37. 111 HERNÁNDEZ PIUKI, A. “El papel, elemento indispensable para la conservación de ideas de una manera concreta”. Boletín bibliográfico de la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archivistas, Enero/Febrero 1957, tomo III, no. 7 y 8, p. 24. En 1822 inicia la industria papelera en la ciudad de Puebla Don José María Manzo, seguramente la primera fábrica establecida en México. Hacia 1845, aparece también en Jalisco una buena fábrica, la del “Batán”, situada en Atemajac, y en la misma época se establece la fábrica del señor Berazaluce en Tizapán, y la de los señores Benfiel y Marshal en Tacuba (fábrica de papel de “Belén”), en 1840. Sin olvidar, el nacimiento de la fábrica de Loreto, en 1852, por Doña Dolores Fuentes viuda de Fuentes. En 1884, las fábricas establecidas en México eran siete, pues ya abastecían a los editores de periódicos y de libros de texto. Agustín Hernández Piuki. Op. cit., p. 24 et seq. 112 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 46. 113 Enciclopedia Barsa de consulta fácil, vol. 11, p. 320. 114 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 18.


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1.2.2 Manufactura del papel: técnicas y materias primas 1.2.2.1 Papel “a mano”

En la fabricación del primer papel oriental, T´sai Lun empleó como materia prima una mezcla de trapos viejos, corteza de árbol, fibras vegetales e hilos de cáñamo115 y espinas de pescado,116 también se empleo bambú, restos de tejidos de algodón y viejas redes de pesca.117 El papel así obtenido es de origen vegetal, y se fabricaba fundamentalmente con celulosa.118

Las mejores fibras para la fabricación del papel oriental eran, año 105 d. C., el cáñamo y

el algodón, pero se necesitaba para la industria textil, por lo que los chinos emplearon especialmente el bambú y la morera, además del yute, lino, amio, roten y tallos de trigo y arroz.119

Del siglo II d. C. se conocen instrucciones de T´sai Lun en las que se recomendaba varios productos o especies vegetales como las ya mencionadas. Este funcionario descubrió en el año 105 d. C. el secreto de la elaboración del papel al observar una pulpa producida con fibras derivadas de trapos, corteza de morera, cáñamo y hierba podía comprimirse sobre un cedazo o artesa en el que perdía una gran cantidad de agua y formaba una especie de pasta. Pudo comprobar que al ser separado este pasta y puesto a secar, se obtenía una lámina que podía alisarse con alumbre y otros aprestos a fin de producir una superficie apropiada para la escritura.120

Con el paso de los años el proceso de elaboración sufrió algunos cambios, pero la técnica empleada por los chinos no varió mucho en relación de las instrucciones dadas por T´sai Lun. Para ello los chinos machacaban en agua las materias primas del papel para separar las fibras. Luego vaciaban la espesa mezcla en una artesa con fondo hecho de delgadas tiras o hilos de bambú.121, las cuales se colocaban horizontal y verticalmente formando una trama.122 Una vez que se escurría el agua, se dejaba secar la masa sobre una superficie lisa (véase figura 8).

115 LITTON, G. Op. cit., p. 33. 116 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 53. 117 MILLARES CARLO, A. Introducción a la historia del libro y las bibliotecas. México : FCE, 1971, p. 24. 118 IPERT, S. y ROME HYACINTE, M. Op. cit., p. 18. 119 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 36. 120 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 18. 121 Mientras los orientales empleaban moldes de hilo de bambú, los occidentales utilizaron hilos de cobre. La artesa china fue reemplazada por un marco movible en cuya base se colocaba una rejilla de alambre. 122 BECK, I. Op. cit., p. 15.


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Figura 8. Elaboración artesanal del papel en la antigua China. Fuente: Martínez de Sousa, José. Pequeña historia del libro. 3a ed. Gijón : Trea, 1999, p. 36.

La técnica de manufacturación china también se difundió por todo el Oriente Medio, Norte de África y Europa, gracias a los árabes que propagaron la técnica de fabricar papel y extendieron su uso, pero en cada región fue adquiriendo características propias, de acuerdo a las materias primas disponibles. De esta difusión, y su posterior evolución, se originó la existencia de dos clases de papel, el papel oriental y el occidental.123

Los papeles occidentales, a diferencia de los orientales, se fabricaban a partir de trapos viejos de lino y cáñamo en los primeros tiempos, y de algodón en época posterior,124 con un alto contenido de celulosa (materia casi exclusiva en la composición del tejido liberiano), que primeramente eran fragmentados y luego convertidos en pasta, por medios manuales al principio y posteriormente mediante la ayuda de molinos con mazos, pisones o martinetes de madera, impulsados por agua, para obtener las fibras de celulosa,125 largas y fuertes, sin los aditivos nocivos que se emplearían con posterioridad, que son la base del papel. Prueba de su permanencia y durabilidad es que el papel fabricado antes de esta época sigue fuerte y flexible.

El proceso de elaboración manual del papel se realizaba en molinos papeleros situados al borde de ríos de limpio caudal. Los trapos de algodón y lino llegaban a los molinos recogidos por traperos que los recolectaban en las ciudades y pueblos aledaños. En la fábrica, los trapos eran seleccionados según el tipo de fibra, color y calidad (véase figura 9). A la vez que se realizaba la selección, se troceaban o se rasgaban los trapos, inicialmente esto se hacía a mano y posteriormente a máquina, quedando así las telas reducidas a pequeños jirones o fragmentos.

123 Vid. MILLARES CARLO, A. Op. cit., p. 23. 124 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 53-54. 125 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 46.


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Figura 9. Selección y separación de los trapos de algodón. Fuente: Sánchez Hernámperez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.

Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 55.

Cuando se contaba con una cantidad suficiente, los trapos pasaban a una sala abovedada o pudridero en grandes pilones, se cubría de agua y se sometía a un proceso de putrefacción. Mediante la sumersión en agua se lograba una mayor limpieza, eliminado las impurezas y liberando la celulosa, y de esta forma se activaba el proceso de fermentación. Del pudridero, los trapos pasaban al cortador, un operario que reducía a jirones con el fin de prepararlos para el trabajo mecánico de los mazos y evitar que se enredaran en las cuchillas. En el molino propiamente dicho, estos fragmentos eran reducidos a una papilla o pasta por la acción de los martillos movidos por la fuerza del agua126 (figura 10).

Figura 10. Molino papelero con sistema de martillos que tritura los trapos para las obtención de pasta.

Fuente: Febvre, Lucien y Martin, Henri-Jean. La aparición del libro. México : UTHEA, 1962. Lámina II.

126 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 54.


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La pasta así obtenida se volcaba en una tina llena de agua, que se agitaba continuamente para evitar que las fibras se apelmazasen y se depositaran en el fondo de la misma.127 Esta operación se conoce con el nombre de maceración o destilado, y la pasta obtenida se maceraba y se trituraba hasta convertirla en una pulpa más homogénea. El contenido de la tina se pasaba a un molde a modo de cedazo, llamado forma o formadora (véase figura 12), consistente en una batea rectangular compuesto por un fondo reticular y rodeado de un marco de madera, cuya función era recoger las materias en suspensión existentes en la pasta de papel y que formarán la futura hoja.128

Figura 11. Forma. Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.

Valencia : Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació, Direcció General del Llibre, Arxusi Biblioteques, 2002, p. 16.

La base de la forma era de hilos metálicos entrelazados, normalmente de bronce. Los hilos que van en sentido de mayor longitud son llamados puntizones (líneas más abundantes y juntas, separadas por unos milímetros) y los transversales corondeles (líneas más espaciadas entre sí, separadas por varios centímetros) (figura 11).

El artesano sujetando el conjunto, marco y molde, por los lados opuestos, lo sumergía verticalmente en la tina, y lo sacudía en posición horizontal, de izquierda a derecha y de adelante hacia atrás a fin de eliminar el agua que sobraba de forma que, al escurrirse ésta entre la trama de hilos, arrastrase las fibras en suspensión depositándolas de forma entrecruzada entre sí, lo cual creaba una mejor visión de la misma. El marco exterior que llevaba el molde evitaba el escurrimiento de las fibras por los bordes quedando así toda la fibra sobre la trama de hilos o la

127 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 46. 128 Idem.


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rejilla.129 La hoja que reposaba sobre la rejilla del molde se podía llamar papel. Y el papel así obtenido se denominaba verjurado, porque en él se apreciaban unas líneas traslúcidas por haber recibido menor cantidad de pasta que el resto de la superficie y además, se reflejaba la impronta, marca o huella de los hilos metálicos de la forma.

Para extraer el resto del agua y aumentar la trabazón entre las fibras se prensaba lo que era la hoja de papel, colocando alternativamente hojas de papel y piezas de fieltro bajo una prensa; posteriormente se procedía al secado sobre las cuerdas colocadas en un lugar aireado (figura 12). Luego encolaban las hojas una por una con una sustancia hecha a base de huesos (reapresto) para eliminar la porosidad y, finalmente, se satinaban con la ayuda de un rollo o bruñidor de ágata.130 La aplicación del reapresto a base de engrudos vegetales o colas animales permitía conseguir una superficie apta para escribir sin que la tinta se corriera.

Figura 12. Fabricación manual del papel. Fuente: Glasiter, Geoffrey Ashall. Glaister´s glosary of the book : terms used in papermaking printing,

bookbinding and publishing with notes on illuminated manuscripts and privates presses. 2nd ed. London : George Allen & Unwin Ltd, 1979, p. 361.

129 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 19-20. “La hoja de papel, así fabricada, pese a la habilidad con el operario mueve la forma para conseguir una homogénea distribución de la pulpa, es de desigual grosor, apreciándose, incluso, en ocasiones, restos de filamentos del trapo originario, motivado todo ello por la manualidad del procedimiento”. Carmen Crespo y Vicente Viñas. La preservación de documentos y libros en papel : un estudio del RAMP con directrices. París : UNESCO, 1984, h. 3. 130 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 47.


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La aceptación tanto del proceso de elaboración como el producto obtenido trajo consigo el aumento de molinos papeleros y una mayor competencia en la calidad del papel, por lo que los propios papeleros comenzaron a grabar sus productos con un símbolo distintivo, generalmente signos, iniciales y figuras, que indican la marca de procedencia correspondiente a cada fabricante. Para ello se adhería, ya sea cosido o pegado, una figura de alambre en el fondo del molde o a la forma metálica. La huella que dejaba en la hoja de papel seca se conoce como filigrana, marca de agua o contramarca,131 (figura 13) que consiste en unas líneas muy finas visibles al trasluz, que hoy, debidamente identificadas, nos sirven para situar la procedencia, datar el papel,132 localizar un documento sin fecha y autentificarlo.133

Figura 13. Filigranas en papeles del siglo XIV y XV. Fuente: Iguíniz, Juan B. El libro. México : Porrúa, 1998, p. 16.

En la segunda mitad del siglo XVII aparece la pila holandesa que movida con la energía

del viento se utilizó en combinación con los martinetes.134 La pila holandesa, trajo consigo la sustitución de las pilas con mazos o martillos, que eran gruesos y llevaban en su extremidad largos clavos, por cilindros giratorios con láminas de acero, en forma de cuchillas, que permitían fragmentar con mayor rapidez y eficacia los trapos y reducirlos a pasta135 (véase figura 14).

Esta máquina de fácil construcción y manejo que, en unas cuatro horas, fabricaba la misma cantidad de pulpa que antes se tardaba 24 horas en producir con los mazos hidráulicos del molino.136 Con ella se consigue una producción mucho mayor y un refino más perfecto.137 131 VERGARA, J. Op. cit., p. 17. 132 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 47. 133 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 55. 134 PAULLADA MENA, M. La conservación preventiva de los materiales de archivo. México : El autor, 1980, h. 19. Tesis (Licenciado en Restauración de Bienes Muebles)−Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”. 135 MILLARES CARLO, A. Introducción a la historia del libro y las bibliotecas. México : FCE, 1971, p. [167]. 136 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit. p. 19. 137 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 3.


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Figura 14. Pila holandesa. Fuente: Mcleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos : manual

práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. 21.

Con este procedimiento ya no era necesario efectuar la fermentación pero se continuaba añadiendo adhesivo animal y carbonato de calcio a la pulpa. Mediante este proceso se machacaba más la fibra haciéndola más corta y menos cohesionable,138 por lo que el papel obtenido era considerado menos resistente que el producto elaborado mediante el sistema de martinetes.139

Sánchez Hernampérez140 señala que:

La fabricación artesanal permitía obtener papeles de gran calidad, químicamente estables y de tacto muy agradable. Sin embargo, la enorme cantidad de pasos y de operarios indispensables para conseguir papel en cantidades semi-industriales, la excesiva especialización de cada operario y la necesidad de disponer de trapos de calidad, implicaba trabas que, a la larga, la industria papelera no pudo soportar. […] A comienzos del siglo XVIII, la alta demanda de papel era superior a la oferta de trapos viejos y los fabricantes eran incapaces de satisfacer las exigencias del mercado. Si en un principio bastaba los blancos de lino y, en menos medida, los de algodón, en épocas de crisis, la industria papelera utilizó todos los disponibles, incluyendo los de baja calidad y coloreados. Ello hizo necesario sustituir el lavado, el lejiado con ceniza y el blanqueo solar por métodos más drásticos.

Entre ellos el blanqueo con productos derivados del cloro, fue la solución encontrada. Sin

embargo, traerá consecuencias negativas en la estabilidad del papel. Fue a finales del siglo XVIII, cuando comienza a emplearse “productos clorados para el blanqueo de trapos, y aunque la pulpa obtenida por este sistema era bien lavada, para eliminar todo residuo de cloro, nunca desaparecería en su totalidad y, por su acción oxidante, se convertía en un elemento nocivo y 138 Enciclopedia de la encuadernación, p. 221. 139 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 19. 140 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 58, 59.


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peligroso para el papel”,141 y tendría consecuencias negativas para la estabilidad química del mismo.

En 1797, Nicolas-Louis Robert construyó la primera máquina de fabricación de papel (figura 15), que contenía una pantalla móvil capaz de recibir un flujo continuo de suministro y producir una lámina de papel húmedo que pasaba inmediatamente por una prensa rotativa.142 Y aunque era un proceso mecánico, cada etapa de de la producción se tenía que hacer manualmente.143

Esta máquina consistía en una formadora de papel continuo, la cual sustituía al cedazo

manual, muy lento y limitado, por una cinta o movida por una manivela que permitía fabricar hojas de hasta 15 metros de largo. Este sistema mecánico va sustituyendo a la tradicional forma de la hoja.

Figura 15. Máquina de papel construida según los dibujos originales de Nicolas-Louis Robert.

Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas. Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 58.

La máquina fue perfeccionada por los hermanos Fourdrinier, Henry y Sealy, y consistía en una serie de rodillos que soportaban una tela sin fin sobre la que se iba depositando la pulpa. Un enrasador proporcionaba el grosor ideal de la hoja, y finalmente, unos rodillos calientes prensaban la cinta y secaban el papel, que era recogido por unas bobinas, sistema que, con mejoras sigue siendo la base de la industria papelera144 (véase figura 16 y 17).

En la actualidad dicha máquina ha sido perfeccionada pero consiste aún en una malla sin fin, hecha de fina tela de alambre de bronce, atirantada en derredor de un rodillo frontal en el 141 VERGARA, J. Op. cit., p. 18. 142 Enciclopedia Hispánica, vol. 11, p. 262. 143 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 22. 144 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 60.


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extremo de alimentación, y en un rodillo impulsor a unos 15 m, de distancia. La malla se mantiene plana porque corre sobre pequeños rodillos que forman una mesa, así como sobre una serie de cajas aspiradoras.

El papel resultante no es verjurado, y su espesor es mucho más regular y uniforme. A diferencia del papel hecho a mano, el continuo tiene sus fibras alineadas fundamentalmente en la dirección en que se mueve en la máquina y será en su sentido transversal en la que contraerá y expandirá de modo preferente.145

El invento de la máquina continua permitió prescindir de la forma o cedazo y constituye,

sin duda alguna, el punto de partida de la industria de papel.

Figura 16. Máquina continua de fabricación de papel. Fuente: Enciclopedia Hispánica. 2a ed. EE.UU : Barsa Planeta, 2003, vol. 11, p. 263.

1.2.2.2 Papel de madera

Hasta el siglo XIX el papel se fabricaba a partir de trapos de lino, cáñamo o algodón, y otras materias vegetales. La producción y la mecanización alcanzaron cada vez mayor importancia y la materia prima se hizo cada vez más escasa. Desde 1840 fue necesario utilizar otras fibras vegetales, tales como la paja, esparto, ortiga y después la madera.146

Fue a partir de mediados del siglo decimonónico, gracias al descubrimiento del alemán Friedrich Köller, cuando se comienza a usar la madera como materia prima y con ello, la obtención de pasta de papel a partir de troncos de árboles, innovación ésta que relegará de modo definitivo a su antecesor el trapo y que contribuyó a modificar esencialmente las bases de la industria papelera.147

145 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 4. 146 IPERT, S. y ROME HYACINTE, M. Op. cit., p. 19. 147 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h 5.


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La máquina de Köller se basa en la acción mecánica de una serie de muelas o ruedas de piedras giratorias de arenisca, carborundo y otros materiales adhesivos, que trituran y convierten la madera, previamente descortezada, troceada y lavada, en una amalgama de agua, astillas y serrín.148 A través de este proceso mecánico de desfibración se logra extraer la materia prima para pulpa o pasta mecánica de papel.149 La pulpa obtenida por este método retiene todos los componentes de la madera, incluyendo la dañina lignina,150 aunque algunos componentes solubles en agua se eliminan durante el proceso de trituración.151

En 1846, Hernando Voelter, compró la patente de Köller para la producción industrial de

papel de prensa. Este papel se obtenía de un tipo de pulpa o pasta que en un principio se mezclaba con una alta proporción de fibras procedentes de trapos, y en la actualidad continúa fabricándose para la impresión de periódicos y papeles de baja calidad.152

Figura 17. Máquina continua de finales del siglo XIX. Fuente: Enciclopedia Hispánica, vol. 11, p. 262.

Los papeles modernos, que en su gran mayoría poseen fibras cortas, son, por tal motivo,

menos durables y poco resistentes. Si por una parte, estos nuevos productos beneficiaron a la industria del papel y dieron unos resultados excelentes en la relación calidad papel-precio final

148 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 62. 149 “Muy diferente del algodón o el lino, con una materia prima con más de 93% de celulosa, la madera, por su parte, posee un contenido máximo de 50% de celulosa, así como otros componentes ácidos, no apropiados para la fabricación del papel, como son la lignina, la hemicelulosa, resinas, etc”. Ingrid Beck. Op. cit., p. 17. 150 “La lignina es un material reactivo, y cuando se expone al aire y a la luz ultravioleta, se deteriora produciendo sustancias ácidas, las cuales pueden catalizar la hidrólisis rompiendo la cadena de celulosa, reduciendo el peso molecular de la misma. Por estas razones, el papel producido con esta pulpa carece de permanencia, se hace quebradizo y débil, y tiende a adquirir una coloración amarillenta (p. ej., el papel de periódico). La lignina es insoluble en agua y es muy vulnerable a la acción de agentes oxidantes”. José Vergara. Op. cit., p. 18-19. 151 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 22. 152 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 62.


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del mismo, por la otra, para la preservación de los documentos, constituyeron un cambio muy negativo, pues la acidez presente en ellos induce a degradarse rápidamente.153

La preparación de la pulpa de madera puede obtenerse por procedimientos mecánicos, químicos y semiquímicos. Estos procedimientos tienen por objetivo la obtención de la fibra de celulosa procedente de la madera que va a permitir la fabricación de papel. Veamos a continuación de forma sucinta los distintos medios para preparar la pulpa o pasta de madera para hacer papel. Procedimiento mecánico

La fibra de celulosa se obtiene principalmente por maceración de maderas. La pulpa de fibras de madera se hace machacando los troncos,154 de maderas blandas o semiduras,155 mecánicamente por medio de desfibradoras con muelas, previamente descortezados y troceados, en presencia de agua por medio de elementos abrasivos, pasando a continuación por la pila holandesa, donde continua su desfibración y formación de la pasta, siendo blanqueada con agentes clorados y un apresto a base de alumbre y colofonia,156 conservando de esta forma todas las sustancias no celulósicas.157

En las pulpas mecánicas se aprovecha prácticamente toda la materia prima. Durante el pulpeo sólo se pierde una cantidad muy pequeña de las sustancias solubles.158 Sin embargo, el proceso mecánico para la separación de las fibras es destructivo.159 A pesar de satisfacer la demanda de materia prima, los papeles fabricados con pastas mecánica presentan una estabilidad muy reducida. La pulpa de madera molida no tiene entidades fibrosas morfológicas, sino que está formada por fibras individuales rotas y haces de fibras brutas. Su resistencia es muy baja si la comparamos con la procedente del lino o algodón y, al contener todos los elementos perjudiciales de la madera, como la lignina, resinas hemicelulosa, ácidos tupérnicos, etc., se amarillea rápidamente volviéndose ácida y frágil en poco tiempo.160

A diferencia de los trapos, la madera tiene otros componentes además de la celulosa (50%) tales como la hemicelulosa de composición parecida a la celulosa, lignina, resinas, pectinas, etc. Ninguna de estas sustancias son eliminadas en la fabricación del papel de pasta mecánica el cual, además, por la brutal tracción a que fue sometida la madera para su desintegración poseerá una fibra corta e irregular. A la baja calidad del producto contribuirá la presencia de agentes clorados no eliminados en su totalidad después del proceso de blanqueo a que estas fibras de coloración oscura son sometidas, a fin de mejorar su aspecto estético, que no su calidad.161

153 BECK, I. Op. cit., p. 18. 154 VERGARA, J. Op. cit., p. 18. 155 MILLARES CARLO, A. Op. cit., p. 168. 156 VERGARA, J. Op. cit., p. 18. 157 BECK, I. Op. cit., p. 18. 158 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 20. 159 VERGARA, J. Op. cit., p. 18. 160 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 62. 161 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 5.


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El papel fabricado con pasta mecánica, carece de consistencia, es poco resistente, quebradizo y se amarillea rápidamente.162 Además, son papeles muy problemáticos y poco duraderos, con graves problemas de conservación.

Conscientes de estos problemas, los fabricantes papeleros del siglo XIX procuraron mejorar la calidad de la pasta, a un precio razonable, por otros métodos.

Procedimiento químico

El desarrollo de la industria química en la segunda revolución industrial favoreció la aplicación de procesos complejos para la eliminación de todos aquellos componentes químicos, principalmente la lignina y otras materias resinosas y no celulósicas, que provocaban el rápido deterioro del papel.163

Para ello se emplearon procedimientos químicos que permitieron obtener una pulpa de

gran pureza y alto contenido de celulosa, semejante a los papeles de tela o trapos, pero siempre que se usen los procesos adecuados para extraer y eliminar las sustancias no celulósicas.164 La pulpa resultante, llamada pasta química de madera, requiere el tratamiento de las astillas del tronco de madera,165el cual se realiza mediante un proceso de digestión,166 bajo presión y altas temperaturas, que oscilan entre 100 a 175 ºC,167 en una disolución de sales, normalmente de sulfuro sódico o de sulfato sódico. Las fibras resultantes se dejan en una solución acuosa y luego se lavan para eliminar la lignina y otros compuestos que no contribuyen a la estabilidad del papel.168

Mediante este procedimiento se logra producir un papel de bastante calidad, más o menos estable, y comercialmente más rentable.

Los procesos químicos empleados para preparar la pulpa de madera son: el procedimiento al sulfito y el procedimiento al sulfato. Procedimiento al sulfito

El proceso al sulfito, o, más correctamente, al bisulfito se basa en el empleo de ácidos. El proceso fue inventado por el americano Tilghman, en 1863, quien descubrió que era posible obtener pulpa si se trataba la madera a temperaturas (no suele sobrepasar 135-140 ºC) y presiones altas con ácido sulfuroso y bisulfito de calcio.169 Así se libera anhídrido sulfuroso y la lignina se

162 MILLARES CARLO, A. Op. cit., p. 169. 163 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 63. 164 BECK, I. Op. cit., p. 18. 165 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 22. 166 BECK, I. Op. cit., p.18. 167 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 20. 168 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 22. 169 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 63.


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transforma en ácidos solubles que, en esta forma, quedan eliminados. La celulosa es afectada ligeramente, pues se produce una disminución en la longitud de las cadenas.170

Ha gozado de gran éxito por su gran rendimiento, bajo coste de los reactivos y alta blancura de las pulpas no blanqueadas. Una ventaja añadida es que permite un proceso de blanqueo, realizado con cloros, más rápido cuando es necesario, pero con algunos inconvenientes, pues produce materiales más efímeros y es altamente contaminante para el medio ambiente, motivo por el que su producción ha decrecido notablemente.171 Posteriormente el cloro es sustituido por peróxidos.

Este procedimiento no obtiene la total eliminación de la lignina sino una fuerte

disminución de la resistencia, calidad y cantidad de fibra obtenida.172

Procedimiento al sulfato En 1851, los ingleses Carlos Watt y Hugh Burgess inventaron este sistema, que se conoce

con el nombre de proceso a la sosa, el cual está basado en la descomposición de la materia leñosa, por medio de la acción alcalina (álcalis) que deshace totalmente la molécula de lignina.173 Dicho sistema consiste en la cocción de madera procedente de frondosas (abedul y álamo) en sosa cáustica (hidróxido de sodio) a altas temperaturas.174 Con él, además de permitir mayor control del daño que se puede ocasionar en la obtención de la celulosa, se consiguen fibras más elásticas y fibrosas.175 Los papeles obtenidos presentaban una baja resistencia física, eran opacos, blandos y voluminosos.176

Una variante del proceso anterior es conocida como cocción al sulfato, proceso que no

elimina por completo la lignina, pero que mejora notablemente la resistencia del papel. En este proceso, inventado por el alemán Dahl, en 1879, se puede emplear cualquier tipo de madera, lo que, evidentemente, amplia la oferta de materias primas. 177

En un principio se empleaba como reactivo químico una mezcla de hidróxido sódico (lejía o sosa cáustica) y a la solución acuosa que contiene la pulpa se le agrega sulfuro de sodio obteniéndose sulfato de sodio178 de donde proviene el nombre de “procedimiento del sulfato”.

Este procedimiento al sulfato producirá una pulpa denominada kraft (fuerza o fuerte en

alemán) indicio de su buena calidad. Sus aplicaciones más importantes han sido la fabricación de papel de embalar, sobres, etc. Su coloración oscura, pues, conserva el color café de la madera, la

170 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 20. 171 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 63. 172 VERGARA, J. Op. cit., p. 19. 173 Idem. 174 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 63. 175 VERGARA, J. Op. cit., p. 19. 176 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 63. 177 Idem. 178 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 21.


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hace, en principio, impropia para la fabricación de papeles de impresión.179 La pulpa obtenida se puede someter a un blanqueo posterior, mediante el empleo del cloro y sus derivados,180 los cuales tienen efectos nocivos sobre el papel, ya que la acción oxidante de estos blanqueadores, tal y como se mencionó, los hace más agresivos para la celulosa. En la degradación oxidativa ocurre el encogimiento de la molécula y rompimiento de las cadenas, motivo por el cual los papeles blanqueados tienen baja resistencia física. El gran peligro del cloro es que difícilmente se consigue extraerlo en su totalidad por lo que la continuidad del proceso oxidativo contribuye a la degradación del papel.181

Hoy en día, los procedimientos “a la sosa” y “al sulfato” son alcalinos, y no tan perjudiciales para las fibras. Procedimiento semiquímico

También se conoce con el nombre de proceso o procedimiento semimecánico, media pasta o mecánico-químico. Su elaboración incluye un tratamiento inicial de tipo mecánico que después se continúa con un procedimiento químico.182

El proceso de extracción de la pulpa se inicia con el desfibramiento mecánico, mediante el

cual la madera se trata con vapor o se cuece en agua, desintegrándola mecánicamente, seguido de un tratamiento químico.183 Este procedimiento no descompone químicamente la totalidad de la materia leñosa, sino que conservan cierta parte de la lignina sin macerar,184 y por tanto, no llega a extraerse en su totalidad muchos de los compuestos no celulósicos. En este proceso también se emplea el cloro y sus derivados para blanquear la pulpa, la cual se volvía muy ácida. Además, en los procesos semiquímicos “se altera parcialmente la macromolécula de la lignina, lo que acelera el envejecimiento del papel fabricado con estas [pulpas], aunque no se exponga a los rayos de luz ultravioleta”.185 Pese a que este procedimiento es menos agresivo para el papel, sigue conteniendo elementos internos que propician su deterioro.186

A su favor aportan un superior rendimiento y mayor facilidad técnica; su defecto es la

baja calidad del papel obtenido. Con estos procedimientos se consigue un rendimiento del 80%, mientras que con los químicos sólo se consigue un 42-46%. Por la creciente demanda de papeles baratos se produce pulpa sin mucha maceración, usándose los métodos descritos anteriormente, pero con reactivos más diluidos y reduciendo el plazo de actuación.187

179 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 6. 180 Los más empleados son el hipoclorito de calcio y de sodio, el cloro gaseoso, los peróxidos de hidrógeno y de sodio, el dióxido de cloro, el cloruro de calcio y otros más. Mariela Paullada Mena. Op. cit., h. 21. 181 BECK, I. Op. cit., p. 19. 182 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 22. 183 BECK, I. Op. cit., p. 19. 184 VERGARA, J. Op. cit., p. 19. 185 Idem. 186 BECK, I. Op. cit., p. 19. 187 VERGARA, J. Op. cit., p. 19.


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La composición del papel obtenido es menos pura que la pasta química y más que la pasta mecánica, al ver disminuida la cantidad de lignina y de los componentes no celulósicos.

En la actualidad, existen numerosos procesos para la obtención de fibras de celulosa partiendo de la madera, aunque la mayoría son variaciones de los tres procesos expuestos.

Por otra parte, para lograr papeles de características especiales, los fabricantes utilizan

distintas proporciones de fibras obtenidas por sistemas diferentes, siendo habitual encontrar fibras de algodón mezcladas con pulpas mecánicas o al bisulfito. No obstante, todos los procesos químicos tienen la característica de proporcionar grandes cantidades de pulpa a costos reducidos, especialmente si lo comparamos con los anteriores a la revolución industrial. Sin embargo, aunque los procesos al sulfato son menos agresivos, todos tienen la característica común de degradar celulosa. Las altas temperaturas y las elevadas presiones exigidas durante el proceso, así como el empleo de encolado en masa, principalmente colofonia, con componentes ácidos y el trabajo mecánico de los molinos y refinadores, dan como resultado un papel de menor estabilidad que se degradan rápidamente por la absorción de la luz, los contaminantes atmosféricos y el calor. 1.2.3 Composición química

El Diccionario de la lengua española define papel como: “Hoja delgada hecha con pasta de fibras vegetales obtenidas de trapos, madera, paja, etc., molidas, blanqueadas y desleídas en agua, que se hace secar y endurecer por procedimientos especiales”.188

Buonocore189 señala que el papel es: ”Una hoja o membrana delgada y flexible, hecha de

diversas sustancias, sobre la cual se imprime o escribe”. También se puede definir como: “Una hoja afieltrada que se forma cuando se hace pasar

una suspensión líquida de fibras a través de una pantalla fina. El líquido se escurre y deja un conjunto de fibras entreveradas que se remueve de la pantalla y se pone a secar”.190

Asimismo se puede afirmar que el papel: “Es un fieltro delgado de un material fibroso, las fibras individuales, después de ser separadas y suspendidas en agua, son enmarañadas en una lámina, sumergiendo una pantalla en la suspensión de fibras y levantando las necesarias para forma la hoja, ya sea de manera manual o mecánica”.191

188 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 1671. 189 BUONOCORE, D. Diccionario de bibliotecología : términos relativos a la bibliología, bibliografía, bibliofilia, biblioteconomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. 2a ed. aum. Buenos Aires : Marymar, 1976, p. 330. 190 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 13. 191 UNIKEL SANTONCINI, F. Conservación preventiva de documentos cartográficos elaborados en papel. México : El autor, 1996, h. 13. Tesis (Licenciado en Restauración de Bienes Muebles)−Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”.


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El papel que hoy día conocemos “es una hoja delgada, hecha con pastas de materiales fibrosos, molidos, blanqueados y disueltos en agua, secados y endurecidos por procedimientos especiales”.192

A lo largo de la historia del papel, se han empleado como fuente de material fibroso diversas plantas, como el cáñamo, lino, esparto, bambú, seda, algodón, arroz, madera, entre otras, que por sus características físicas y químicas se han usado para su fabricación. Todas estas fibras tienen en común el estar compuestas básicamente por celulosa.193 La celulosa, componente principal las paredes celulares vegetales, es la forma más abundante de biomasa de la corteza terrestre. Otras sustancias que se encuentran en la pared celular son la hemicelulosa, la pectina, la extensina (que actúan como aglutinante entre las fibras celulósicas) y la lignina.194

Las cadenas de celulosa se unen para formar filamentos muy pequeños, largos y delgados,

denominados microfibrillas que puede alinearse en la pared celular principal, ya sea transversal o longitudinalmente.195 Los haces de microfibrillas, a su vez, dan lugar a la formación de filamentos mayores denominados macrofibrillas.196 La fibra de celulosa que constituyen las paredes celulares se forma por la adición de millones de macrofibrillas en torno a las células.

La madera posee entre un 50 y 60% de celulosa, mientras que el lino y el algodón presentan un alto contenido celulósico, aproximadamente del 80 y 90%, respectivamente.

a b

Figura 18. Fibras de papel vistas a través de un microscopio: a) Fibras de algodón; b) Fibras procedentes de la madera.

Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas. Valencia : Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació,

Direcció General del Llibre, Arxius Biblioteques, 2002, p. 27.

192 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 37. 193 UNIKEL SANTONCINI, F. Op. cit., h. 13. 194 EL RINCÓN DEL VAGO. Celulosa y sus aplicaciones industriales [en línea]. [Consultado: 9 de septiembre de 2005]. Disponible en Word Wide Web: <http://html.rincondelvago.com/celulosa.html>. 195 Ibidem, h. 14. 196 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. [94].


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Las fibras de algodón y lino poseen alta pureza química, resistencia y grado de polimerización (mayor longitud en sus cadenas celulósicas), lo que permiten elaborar papeles más fuertes, resistentes y estables; mientras que las fibras obtenidas de maderas blandas (abeto, pino, etc.) son largas y resistentes, tienen bajo contenido de hemicelulosa y alto grado de polimerización; por su parte, las fibras de maderas blandas (abedul, álamo, eucalipto, sauce, haya, castaño, nogal, etc.) son cortas, de bajo grado de polimerización y alto contenido de hemicelulosa197 (véase figura 18). Los papeles elaborados con fibras de madera tienden a deteriorarse más fácilmente, por lo que su esperanza de vida se estima en 50 años.198

La celulosa es una sustancia orgánica, blanca, inodora, insípida,199 insoluble en agua, muy estable y resistente,200 compuesta por hidrógeno, carbono y oxígeno.201 Su fórmula química es (C6H10O5)n , siendo n el número de moléculas de la cadena con un valor mínimo de n=200. La celulosa es un polisacárido que está formada por una gran molécula constituida por unidades menores de azúcar (celobiosa), cada una de ellas compuesta por dos moléculas de glucosa.202

Por tanto, la estructura de la celulosa se forma por la unión de moléculas D-glucosa

unidas por enlaces β-1,4 glucósidos, lo que hace que sea insoluble en agua.203 Estas moléculas de glucosa están adheridas entre sí por la lignina, sustancia ésta que refuerza la pared celular, confiriéndole consistencia y rigidez.204 La molécula de glucosa está formada a su vez por seis átomos de carbono en cadena. Cada átomo de carbono lleva unidos un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno (OH), llamados oxhidrilos, ligados entre sí, en torno a un anillo formado por cinco átomos de carbono y uno de oxígeno205 (figura 19).

Figura 19. Cadena de celulosa.

197 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 37-38. 198 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 17. 199 Pequeño Larousse de ciencias y técnicas. México : Larousse, c1967, p. 226. 200 La resistencia mecánica de la celulosa “puede ser comparada a la de ciertos aceros, pues las fibras de algodón llegan a soportar un peso de 80 kg/mm2 ”. Pequeño Larousse de ciencias y técnicas, p. 226. 201 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 13-14. 202 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 3. 203 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 9 de septiembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Celulosa>. 204 La celulosa [en línea]. [Consultado: 9 de septiembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.papelnet.cl/celulosa/celulosa.htm>. 205 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 3.


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Su estructura y composición juegan un papel importante en su permanencia y la del soporte, y su comportamiento puede ser predeterminado con el conocimiento de la técnica y materiales empleados en su elaboración.

1.3 Materiales sustentados: las tintas

Para poder plasmar las ideas, experiencias, vivencias y pensamientos sobre el soporte de papel a través de un conjunto de signos o símbolos convencionales o generalizados, se requiere de un elemento, la materia gráfica que permita fijarse en el soporte. El elemento sustentado, más ampliamente utilizado, intermedio entre el soporte y el instrumento de escritura, es la tinta.

El empleo y la aplicación de esta materia gráfica favoreció la permanencia y la

perdurabilidad de estos hechos, ideas, acontecimientos plasmados y fijados en distintos soportes, principalmente, papel.

El Diccionario de la lengua española propone para el vocablo tinta la siguiente definición: “Líquido coloreado que se emplea para escribir o dibujar, mediante un instrumento apropiado”.206

También se puede definir como: “Toda sustancia más o menos fluida que es apta para escribir, imprimir o colorear, según las técnicas o instrumentos utilizados en cada una de estas posibilidades”.207

Se conoce como tinta a “un líquido límpido [o terso], que no contiene materia en suspensión, móvil, que se fija al soporte, dotado de un color intenso, durable, inodoro y de acidez variable”.208

Buonocore209 la define así: “Una preparación líquida o sólida que sirve para escribir, imprimir o dibujar sobre papel, pergamino u otra superficie adecuada”.

Con el nombre de tintas “se engloba a los materiales fluidos, semifluidos o pastas que

contienen materia colorante (pigmentos o colorantes), empleadas para dibujar con pluma, pincel, escribir e imprimir, aunque las tintas para cada uno de estos usos [específicos] difieren entre sí en su composición y propiedades físicas”.210

A lo largo de los siglos se han empleado una gran variedad de sustancias para la

elaboración de tintas, de distinta naturaleza y procedencia, tanto de origen vegetal, animal, mineral y, hoy día, sintéticas. 206 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 2, p. 2178. 207 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 8. 208 ABARCA ZÁRATE, G. Op. cit., p. 65. 209 BUONOCORE, D. Diccionario de bibliotecología : términos relativos a la bibliología, bibliografía, bibliofilia, biblioteconomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. 2a ed. aum. Buenos Aires : Marymar, 1976, p. 405. 210 UNIKEL SANTONCINI, F. Op. cit., h. 30.


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Toda tinta debe reunir, al menos, tres condiciones básicas:211 que su color resalte, que quede fijado en el soporte de forma resistente (para ello debe penetrar suficientemente en las fibras del papel, sin traspasarlo)212 y que sea un producto estable y permanente (por lo que debe ser neutra y no volverse viscosa, ni enmohecerse, ni ser pegajosa),213 de esta forma se preservará tanto el elemento gráfico como el papel.

Para lograr la permanencia y calidad de la tinta, en su elaboración deben emplearse materiales o sustancias que reúnan las siguientes características:

- Estabilidad (aún expuestas a la luz y a temperaturas superiores a 93 ºC). - Secado rápido sobre el papel. - Ausencia de escurrimiento para el soporte (durante o después de la escritura o

impresión). - Neutralidad o suave alcalinidad. - Inocuidad al soporte celulósico. - Insolubilidad al agua, solventes orgánicos y blanqueadores.214 No debemos olvidar que las tintas son, generalmente ácidas por dos razones: una para

obtener una tinta más traslúcida y, otra, para permitir una mejor penetración de la tinta en el papel. Sin embargo, el exceso de ácido en la tinta puede quemar el papel y finalmente destruirlo. Los papeles ácidos ayudan a las tintas en este proceso destructivo. 1.3.1 Composición

En la composición de las tintas intervienen diferentes componentes que van a determinar la calidad y propiedad de las mismas. Éstas, pueden estar integradas por dos componentes: básicos y secundarios.

Componentes básicos Colorante: Constituye el elemento tintóreo que proporciona el color característico de la tinta. Son sustancias constituidas por pigmentos o tinturas de origen natural o artificial.215 Normalmente estas sustancias se encuentran en estado sólido.216 Disolvente: Es el medio líquido en el que son diluidos o dispersados los ingredientes que intervienen en la obtención de la tinta, principalmente las partículas del pigmento y el resto de los

211 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. El patrimonio bibliográfico y documental : claves para su conservación preventiva. Gijón : Trea, 2002, p. 17. 212 ESPINOSA ROSALES, R. Los procedimientos de restauración de documentos de archivo: un acercamiento. México : El autor, 1992, h. 15. Tesis (Licenciado en Archivonomía)−Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. 213 Idem. 214 BECK, I. Op. cit., p. 29. 215 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 9. 216 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 17.


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componentes, para proporcionarle la fluidez idónea al instrumento escriptóreo y al soporte utilizado.217 Los más habituales son, en un medio acuoso, el agua para las tintas de escribir, y en un medio graso, el aceite para las de impresión.218 Aglutinante: Se denomina vehículo o aglutinante a una sustancia pegamentosa, pegajosa o adhesiva que proporciona cohesión entre las partículas del pigmento o colorante y, también, la adhesión de éste al soporte.219 Es decir, une los colorantes al soporte. Son comunes, entre los glúcidos, la goma arábiga, goma del Senegal, dextrinas, azúcar, melaza, goma laca, almidones, y entre los proteínicos, la gelatina, caseína, albúmina, cola de pescado, etc.; así como otras sustancias de carácter sintético.220 Mordiente: Sustancia química, generalmente ácida, que actúa como elemento fijador de la tinta al soporte,221 llegando a sustituir la acción mecánica de las sustancias adhesivas, es decir, refuerzan o sustituyen al aglutinante. Interviene fundamentalmente en la composición de las tintas metaloácidas.222 Componentes secundarios223

A las tintas también se incorporan otros componentes, principalmente aditivos, para proporcionarles características definidas. Los más empleados son los siguientes: Espesante: Es el material que se añade a algunas tintas para controlar la densidad del preparado (carbonato de sodio, espato pesado o blanco de barita). Humectante: Agente controlador del secado a la vez que puede actuar como ligante y flexibilizante (glicerina, glícoles, etc.). Antiséptico: Actúa como inhibidor de la actividad microbiana (fenol, bórax, bicloruro de mercurio, timol, ácidos salicílico y bórico, esencia de clavo, tomillo, alumbre, naftol, etc.). Olorante: Sustancia que propicia el grato olor de la tinta o reduce su olor desagradable (esencia de almizcle, de ámbar gris, terpineol). Anticongelante: Empleado para reducir el punto de congelación (alícoles y alcoholes). Abrillantador: Elemento que confiere brillo a la tinta (azúcar, café, resina de colofonia, goma laca, cerveza, etc.). Penetrante: Actúa favoreciendo la inclusión de la tinta en el soporte (alcohol). 217 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 9. 218 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 17. 219 VERGARA, J. Op. cit., p. 32. 220 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 9. 221 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 17. 222 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 9. 223 Ibidem, h. 9-10.


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1.3.2 Clasificación

Se pueden establecer diferentes clasificaciones de las tintas de acuerdo a los diversos criterios: según un orden cronológico, según su procedimiento de aplicación, según su composición, según la técnica de elaboración, e incluso se pueden clasificar atendiendo a su conservación.

McCleary y Crespo224 incluyen aquellas tintas que han tenido, y tienen en la actualidad,

un uso más amplio y que, son más fáciles de encontrar en tanto en materiales documentales como bibliográficos. Entre éstas destacan las siguientes:

- Tintas de carbón. - Tintas ferrogálicas. - Tintas de imprenta. - Tintas modernas (tintas para plumas estilográficas, tintas de colores, de cintas de

máquinas de escribir, y las llamadas tintas permanentes de calidad de archivo). Por su parte, Vergara225 establece la siguiente clasificación de las tintas de acuerdo al

proceso de aplicación al soporte:

1. Tintas caligráficas: - Carbón. - Sepia. - Bistre. - Metaloácidas. - Ferrogálicas. - Campeche. - Alizarina. - Vanadio.

2. Tintas de impresión:

- Tintas gráficas. - Tintas de grabado.

Crespo y Viñas226 también dividen las tintas de acuerdo a los procedimientos más

habituales de su aplicación al soporte. Según este criterio las tintas se clasifican en: 1. Tintas caligráficas:

- De carbón. - De obtención. - De sepia. - De bistre.

224 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit. p. 27-28. 225 VERGARA, J. Op. cit., p. 29-31. 226 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 10-18.


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- Metaloácidas: - Ferrogálicas o de hierro - De campeche. - De alizarina. - De vanadio.

- De anilinas (tintas de cintas de máquina de escribir, de papel carbón para copias, de bolígrafo, de rotulador, de estilográfica, de clichés de duplicación, para tampones de caucho o metálicos).

2. Tintas de impresión:

- Tipográficas. - Litográficas y zincográficas. - De huecograbado. - De offset. - Tintas para estampación de talla dulce.

3. Tintas pictóricas (hace referencia a colores básicos). Bello Urgellès y Borrel Crehuet227 establecen que el elemento sustentado puede clasificar

en: 1. Sustentados antiguos caligráficos:

- Tintas al carbón: - Tinta sepia. - Tinta bistre. - Tintas metaloácidas (tintas ferrogálicas, de campeche, de alizarina y de

vanadio).

2. Sustentados gráficos modernos: - Tintas de impresión (de acuerdo al método de impresión encontramos tintas de

huecograbado, litográficas, tipográficas y de offset).

3. Sustentados pictóricos: De acuerdo a la técnica empleada, destacan las siguientes tintas:

- Procedimiento en seco (punta metálica, grafito, carboncillo, tiza y pastel). - Procedimiento acuoso (acuarela, guache o tempera, acrílicos). - Técnicas grasas (óleo y la encáustica).

Sánchez Hernampérez228 menciona diferentes clasificaciones de las tintas según quien las

establezca: Un químico hablará de tintas ácidas, grasas o solubles en agua; el impresor las clasificará por las técnicas con las que se aplica, siendo diferentes las litográficas de las calcográficas o las serográficas; un estudioso del libro diferenciará las tintas de las iluminaciones de las caligráficas o

227 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 18-25. 228 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 66-71.


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de las de imprenta; el artista se referirá a ellas aludiendo a la técnica, separando los colores de agua (acuarelas o tempera) de las grasas o similares (óleo, acrílico), y los conservadores establecerán diferencias entre las estables, a las que el medio ambiente no afecta ni causan degradación al soporte, y las inestables, que se alteran fácilmente y afectan a su vez a la superficies sobre las que están depositadas. Este autor establece una clasificación mixta, de acuerdo a la técnica de aplicación y la

finalidad con la que se realiza el documento. Según este criterio, distingue entre:

1. Tintas manuscritas o caligráficas: - Tintas de carbón (muy estables). - Tintas occidentales (empleadas en el siglo II y están compuestas de vidrio,

nuez de agallas, vitrolo y goma). - Anilina (líquido grasiento derivada del benceno).

2. Tintas de imprimir:

- Tintas para impresiones de calidad, en relieve o planográficas. - De grabado. - De prensa. - De litografía. - De offset.

3. Tintas artísticas: - Tintas empleadas para dibujos (pigmentos molidos mezclados con gomas o

ceras en forma de barra como sanguinas, lápices compuestos y acuarelables). - Tintas pictóricas, que atendiendo al tipo de aglutinante se dividen en:

- Grasientas (óleo). - Acuosas (temple, tintas chinas y acuarela).

Las tintas también se pueden dividir en:

- Tintas estables (que no experimentan modificaciones físico-químicas ante factores

ambientales y no perjudican al soporte). - Tintas inestables (ellas mismas provocan su deterioro e incluso la destrucción del

soporte). - Tintas permanentes (cuya composición no se ve afectada por el agua, ya que son

insolubles en ella, pero atacan el papel por su efecto corrosivo). - Tintas de imprimir (disueltas en un medio graso). Encontramos las siguientes:

- Tipográficas. - De huecograbado. - De offset. - De fotocopiadoras e impresoras.229

229 LÓPEZ MENÁRQUEZ, M. “Tratamiento manual de la conservación de papel”. Curso regional sobre hemerotecas (1er. : 1995 : Murcia, Esp.). Hemerotecas : aportaciones al estudio y tratamiento de publicaciones periódicas. Murcia : ANABAD; Caja Murcia; Editora Regional Murcia, 1995, p. 176-177.


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Con base a lo aquí expuesto estableceré una clasificación de acuerdo a los procedimientos más habituales de su aplicación al soporte. Según este criterio, las tintas se clasifican en: tintas caligráficas, tintas de impresión y tintas pictóricas. Dado que en los libros y documentos encontramos principalmente tintas caligráficas y de impresión, en las siguientes líneas abordaré estas dos clases de tintas, ya que las tintas pictóricas no son muy habituales en los materiales bibliográficos, aunque si se aplican sobre el soporte de papel. A continuación mencionaré estas tintas, señalando aspectos relacionados con su composición, coloración así como el tipo de deterioro que provocan sobre el papel.

Tintas caligráficas

Utilizadas en la escritura manual. Son tintas, “más o menos fluidas [aunque adoptan estados muy variados respecto a su viscosidad, dureza, etc.], que se aplican sobre el papel por medio de pequeños instrumentos puntiagudos, como puede ser el cálamo, la pluma, el bolígrafo, etc.”.230 Entre estas tintas, destacan:

Tintas al carbón: El colorante básico es el carbón que se obtiene del negro de humo u hollín. Es una tinta de color negro, permanente y muy durable, sólida a la luz y no tiene ningún efecto dañino sobre el papel.231 Es muy estable e inalterable ante ácidos o álcalis, así como al agua o factores microbiológicos.232 No se decolora y no se puede dañar o desprender por simple frotamiento. Pero con el tiempo cambia de tono que se va transformando en bronceado, debido a factores como la luz, el oxígeno y a la acidez o alcalinidad de la tinta y del papel.233 Tintas de sepia: Se emplean sustancias minerales orgánicas, obtenidas del árbol Sepia officinalis, son insolubles en agua, no es tan estable como la tinta al carbón. Es inestable a la luz y muy sensible al cloro que la transforma en color anaranjado.234 Tinta de bistre: Se obtiene por cocción del hollín, presenta una coloración gris-ocre cuyos componentes son muy similares a la tinta de carbón pero de calidad inferior y muy inestable ante la luz que la decolora.235 Tintas metaloácidas: Compuestas por un colorante a base de metal y un elemento ácido. Destacan las tintas ferrogálicas, de campeches, de alizarina y de vanadio. Tintas ferrogálicas: Obtenida a partir de los taninos de las agallas del roble, compuesto ácido, que en combinación con una sal de hierro236 tiene un efecto deteriorante sobre el papel. Este tipo de tinta tiene la desventaja de que provoca procesos de corrosión en el papel,237 ya que por la

230 VERGARA, J. Op. cit., p. 29. 231 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 27. 232 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 10. 233 ABARCA ZÁRATE, G. Op. cit., p. 66. 234 VERGARA, J. Op. cit., p. 30. 235 Idem. 236 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 19. 237 ABARCA ZÁRATE, G. Op. cit. p. 66.


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acción del aire se oxida llegando incluso a quemar el papel provocando su destrucción (figura 20). Es permanente pero susceptible al descoloramiento.238

Figura 20. Daños ocasionados por tintas ferrogálicas. Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.


Tintas de campeche: El campeche es un árbol leguminoso de cuya madera negruzca y dura se obtiene, por cocción, la hematoxilina que al oxidarse da lugar a una sustancia llamada hemateína cuyas características colorantes son aptas para la elaboración de tintas. Es una tinta fluida y de buena coloración, de naturaleza ácida, oxidable, muy sensible a la luz, que la decolora muy fácilmente, y a los agentes blanqueadores, pero resistente al agua.239 Tintas de alizarina: Es una sustancia colorante roja formada por una mezcla de una sal de hierro, a base de tanato a la cual se le añade ácido y un colorante.240 Presenta gran acidez e, inicialmente, coloración verdoso parda débil que sólo se transforma en intenso negro al ser oxidadas por el aire.241 Tintas de vanadio: Es una tinta de coloración negro intenso con efectos corrosivos por su contenido ácido. Son insensibles a ácidos, álcalis y cloro, salvo recién aplicados.242 Tintas de anilina: La anilina es un líquido grasiento derivado del benceno,243 moderadamente soluble en agua.244 Es una tinta muy tóxica e incolora, aunque con el oxígeno del aire toma una

238 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 27-28. 239 VERGARA, J. Op. cit., p. 30. 240 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 13. 241 VERGARA, J. Op. cit., p. 30. 242 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 13. 243 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 68. 244 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 13.


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tonalidad amarilla. Muy sensibles a la luz y al aire, se degrada con la humedad y pierde color con el tiempo245 Generalmente neutra, muy sensible a los medios químicos, de poca duración y resistencia.246 Su calidad es inferior al de las ferrogálicas, pero tiene la capacidad de adherirse muy bien al soporte, y no provocan daños al papel.247 Tintas de impresión

Las tintas de impresión son: “Aquellas que se usan para reproducir textos e imágenes a través de las planchas, por medio de la aplicación de diferentes técnicas de impresión”.248

Se diferencian de las caligráficas por sustituir el disolvente acuoso por un medio o

aglutinante graso, denominado comúnmente barniz, que se obtiene por cocción del aceite de linaza y que actúa como vehículo de aplicación del colorante.249 Asimismo las de impresión deben ser medianamente fluidas o, incluso, muy espesas y, una vez que han sido aplicadas, deben secar rápidamente.250 Esto se logra gracias a que en su composición se añaden diferentes elementos como disolventes, secativos, espesantes, anitoxidantes o plastificantes lo que le confiere ciertas características, obteniéndose así calidad y gran variedad de tintas, aunque esto va a depender, en gran medida, de la técnica y del sistema de estampación utilizado.

Las tintas de impresión pueden clasificarse251 en: tipográficas, que agrupa las tintas para periódicos e impresiones de calidad, utilizando en los primeros, aceites minerales, de resina y hulla o negro de carbón, la tinta obtenida es de mala calidad y muy económica;252 y en los segundos, aceite de linaza refinado, colofonia y melaza; litográficas o zincográficas, usan negro de humo disperso en aceite de lino al que se añade una sustancia grasa como cera, sebo, aceite de oliva para poder adherirse a la piedra o plancha metálica; de huecograbado, utiliza como disolvente el benzol, y en ocasiones es sustituido por agua, alcohol y aceite vegetal; de offset, llevan vehículo de aceite de lino y un secante muy activo,253 es una tinta muy fluida y de secado muy rápido, con poder de tinción; y, finalmente de estampación de talla dulce, emplean como barniz el aceite de lino o de nueces.

Normalmente estas tintas presentan permanencia, especialmente las de color negro, pues

utilizan pigmentos a base de carbono.254

En la actualidad existe una creciente preocupación por preservar los materiales bibliográficos, para ello se requiere no sólo de soportes duraderos sino también de una materia gráfica de calidad. Para ello se recomienda producir tintas químicamente estables, elaboradas con

245 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 68. 246 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 14. 247 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 30. 248 VERGARA, J. Op. cit., p. 31 249 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 14. 250 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 68. 251 Vid. CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 15; SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 68-69. 252 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Diccionario de tipografía y del libro. 4a ed. Madrid : Paraninfo, 1995, p. 265. 253 Idem. 254 BECK, I. Op. cit., p. 28.


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materiales inorgánicos, libres de impurezas, carentes de pigmentos o aglutinantes solubles en agua, resistentes a la luz, el calor y el agua. La utilización de estas tintas, llamadas estables o permanentes ofrecen un equilibrio fisicoquímico ante factores extrínsecos, garantizan su estabilidad y no degradan el papel, asegurando así su permanencia. 1.4 La encuadernación como soporte auxiliar

Los soportes auxiliares son: “Los materiales asociados [a los libros] con objeto de proveerlos de un apoyo adicional que les dé mayor resistencia física” 255 y que proporcione sostén y protección al soporte y al objeto material. En los materiales bibliográficos, los soportes auxiliares más empleados son las encuadernaciones.

La encuadernación es: “El método tradicional de compaginar folios sueltos para dar unidad artística y cultural al libro y para facilitar su manipulación”.256

Buonocore257 define el verbo encuadernar como: La operación que consiste en unir y coser los pliegos [u hojas] que componen un libro, cubriendo el todo con una tapa de material resistente a fin de asegurar su conservación. La palabra [encuadernar] deriva de las voces ‘en’ y ‘cuaderno’. Al principio, la impresión no se hacía en pliegos formando cuadernillos, sino en hojas simples, la encuadernación se reducía a juntar esas hojas en ‘cuadernos’, atándolos por una costura.

A lo largo de la historia los materiales empleados para la encuadernación han sido muy

variados, pero podemos reducirlos, básicamente, a cuatro: pieles (badana, chagrín, marroquín, talifete, gamuza, piel de Rusia, pergamino, vitela y cuero), telas (de algodón, lino, seda, lona, percalina, brocado, Damasco, tisú, terciopelo, moaré), madera (roble, haya, pino, arce, etc.) y papel (cartón, cartoné).258 También se utilizaron otros, como materiales plásticos, imitaciones del cuero y de la tela, y otros materiales poco usados, como los metales, el marfil, el carey y el nácar, que suelen sustituirse por el hueso, el celuloide y la galalita.259

La encuadernación o pasta, propiamente hablando, puede considerarse como la “vestimenta” del libro, es la cubierta elaborada con distintos materiales con que se cubren los libros para resguardo de sus hojas, comodidad de su manejo y su apariencia exterior.

255 UNIKEL SANTONCINI, F. Op. cit., h. 22. 256 FIGUEROA RUIZ, MM. y FIGUEROA RUIZ, A. Propuesta para la conservación de documentos en el sistema red de archivos. México : El autor, 1998, h. 153. Tesis (Licenciado en Archivonomía)−Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. 257 BUONOCORE, D. Op. cit., p. 194. 258 Cfr. MILLARES CARLO, A. Op. cit., p. 220. 259 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Diccionario de bibliología y ciencias afines. 2a ed. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez : Pirámide, 1993, p. 327.


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Como se mencionó en páginas anteriores el pergamino fue uno de los materiales empleado como cubiertas de los rollos de papiro, dando origen a las formas más primitivas de encuadernaciones.260

Los primeros libros encuadernados estaban protegidos por una hoja de papel que cubría totalmente el volumen y evitaba que se ensuciara con el manoseo.261

En el siglo IV, los códices romanos estaban cubiertos de lienzo o cuero y con el tiempo emplearon para resguardarlo tapas de tablillas de cedro. La encuadernación de los códices consistía en la reunión de varios cuadernos mediante su cosido para formar un volumen, una sola pieza, dotada de tapas protectoras, generalmente de una materia fuerte, el propio cuero o, cuando el número de hojas era elevado y el grosor suficiente, de madera, que normalmente se forraba de cuero.262 El libro de los romanos es llamado, también, libro cuadrado (liber quadratus) y con él nace la encuadernación propiamente dicha.263

La encuadernación tradicional en los libros antiguos era sólida y acorde a su función

protectora, lo que le ha propiciado su permanencia.

En el medioevo las tapas se hacían generalmente, de madera (haya, roble, arce) y recubiertas con pergamino o cuero (figura 21), por lo general, piel de ternera pardo oscura que también se decoraba en diversas formas. Existen indicios de que se empleó la piel de ciervo y otros animales salvajes.264

Figura 21. Encuadernación en pergamino. Fuente: Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.

Valencia : Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació, Direcció General del Llibre, Arxius Biblioteques, 2002, p. 90.

260 ÁVILA VILLAGÓMEZ, P. Prácticas de restauración de libros y documentos. México : SEP, ENBA, 2000, p. 37. 261 LITTON, G. Op. cit., p. 206. 262 ESCOLAR SOBRINO, H. Manual de historia del libro, p. 101. 263 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 323. 264 DAHL, S. Op. cit., p. 70.


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En la Alta Edad Media las encuadernaciones eran artísticos trabajos de orfebrería, las

tapas de los libros se componían de placas de madera que se decoraban con marfil labrado o finos trabajos en plata y oro con incrustaciones de piedras preciosas y esmaltes, artesanía que se empleaba especialmente en libro litúrgicos265 destinados al culto y que eran empleados por la alta jerarquía eclesiástica.

Las encuadernaciones bizantinas, propias del periodo altomedieval, además de incluir

grandes ornatos, en las tapas se colocaban unos clavos de cabeza gorda o bollones de plomo, latón o plata para preservar la piel cuando el libro debía permanecer abierto.

Durante la Baja Edad Media se generalizó el uso de las pieles que cubrían las tapas de madera.266 En los ángulos de las tapas se solía emplear guarniciones de latón con chatones y el libro se mantenía cerrado por medio de broches de metal (figura 22).

Figura 22. Encuadernación en piel restaurada con broches y cantoneras. Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.

Valencia : Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació, Direcció General del Llibre, Arxius Biblioteques, 2002, p. 108.

En las bibliotecas monásticas se emplearon cadenas de hierro, fijas a las tapas en su parte posterior o inferior, con la que los libros podían quedar sujetos al pupitre y si estaban depositados en un estante, el lomo se colocaba en la parte junto a la pared. Al finalizar la Edad Media, la piel de la encuadernación, se recubrió de terciopelo, brocados y seda.267

265 FERNÁNDEZ SERNA, G. y VITE BONILLA, O. Op. cit., p. 26. 266 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Diccionario de bibliología y ciencias afines, p. 323. 267 ESCOLAR SOBRINO, H. Manual de historia del libro, p. 182.


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La encuadernación hecha a mano, manual o artesanal tiene como fin prolongar la conservación de los libros, poseen una gran belleza exterior, respondiendo al estilo artístico del encuadernador (figura 23). Son piezas individualizadas y constituyen ejemplares únicos.

Figura 23. Taller de encuadernación en el siglo XVI. Fuente: Iguíniz, Juan B. El libro. México : Porrúa, 1998, p. 105.

A principios del siglo XVI se sustituyó la madera por el cartón268 para la fabricación de las tapas de los libros, uso que se ha continuado hasta la fecha. El cartón es una hoja de mayor espesor y resistencia, formada de hojas de papel superpuestas las unas con las otras y sólidamente pegadas o fabricado con desperdicios de papel u otras materias trituradas, encoladas y prensadas.269

La sustitución del cartón por la madera que se venía utilizando como soporte de la piel, le

proporcionaba ligereza a los volúmenes para que los lectores pudieran sostenerlos más cómodamente durante la lectura, pero por el contrario los hace más frágiles y susceptibles al deterioro. Sin embargo, la madera no desapareció del todo en las encuadernaciones hasta el siglo XVIII.270

En las postrimerías del siglo XVIII, comenzaron a aparecer las encuadernaciones “a la

rústica”, protegida por un forro o cubierta de papel grueso y regularmente de color.271 Este tipo

268 Aldo Manuzio introduce el cartón como materia sostenedora del libro y la empleó en la elaboración de tapas para encuadernar sus clásicos populares de forma estándar. José Martínez de Sousa. Diccionario de bibliología y ciencias afines, p. 323, 325. 269 IGUÍNIZ, JB. Op. cit., p. 105. 270 ESCOLAR SOBRINIO, H. Manual de historia del libro, p. 226. 271 MILLARES CARLO, A. Op. cit., p. 218.


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de encuadernación consiste en coser ligeramente el volumen, a continuación se pega con encolante resistente el lomo, recubriéndolo con cubiertas de papel, cartón, cartoncillo o cartulina.272

En la segunda mitad del siglo XVIII, en algunos países, los cantos se solían dorar y eran

cincelados, pintados o coloreados en rojo o azul oscuro, y con frecuencia eran jaspeados o salpicados; las guardas se encuentran asimismo coloreadas y frecuentemente jaspeadas con dibujos vivos, veteados o en espiral, etc.273

Durante los años 1822 y 1832, a causa de la mayor difusión del libro, se utilizó la tela para encuadernar, este periodo marcó el reemplazo paulatino de los materiales nobles como la piel o el cuero por la tela, que era mucho más económica.274

Y es precisamente, a fines del siglo XIX cuando la encuadernación manual fue

reemplazada por la encuadernación a máquina. Este tipo de encuadernación ha alcanzado una gran aceptación, dando como resultado un abaratamiento del costo e incidiendo, a la vez, en el perfeccionamiento técnico y artístico.275

Con la edición comercial los editores presentaban los libros en rústica, y en ocasiones, recubrían la tapa de cartón con una tela. Otras veces, cuando los libros iban destinados a los niños, se encuadernaba en cartoné, o sea, recubriendo la tapa de cartón con un simple papel, generalmente impreso con ilustraciones a color, y el lomo se reforzaba con tela.

Los libros contemporáneos, particularmente los “libros de bolsillo”, suelen encuadernarse

mecánicamente, poseen una cubierta de cartoné o cartulina, muy atractiva y llamativa, suelen ser baratos y se pueden sujetar fácilmente con las manos, pero su duración, en ocasiones, es efímera por su encuadernación.

En la actualidad, la encuadernación es la parte del libro que ha experimentado mayor

degradación y un deterioro más rápido, pues la gran mayoría de las publicaciones desde los ya mencionados “libros de bolsillo” hasta ediciones de carácter científico presentan una encuadernación basada en un pegado de hojas tan inseguro como la cartulina que cubre al libro con más intención simbólica y de apariencia que de auténtico propósito protector.276

La totalidad de los materiales empleados en la encuadernación debían ser adheridos o fijados al soporte. Los adhesivos generalmente empleados para pegar, aprestar el papel o para encuadernar pueden ser de origen animal, vegetal o sintético. A lo largo de la historia se han utilizado diversas sustancias pegamentosas como engrudos de almidón, gomas vegetales y en la actualidad, encolantes y adhesivos sintéticos. También se emplean otros materiales como hilos

272 ÁVILA VILLAGÓMEZ, P. Op. cit., p. 40. 273 DAHL, S. Op. cit., p. 204. 274 ESCOLAR SOBRINIO, H. Historia universal del libro, p. 557-558. 275 LITTTON, G. Del libro y su historia, p. 264. 276 VIÑAS TORNER, V. “Medidas y políticas de conservación de materiales bibliotecarios : problemas y soluciones”. En MAGÁN WALS, JA. Tratado básico de biblioteconomía. Madrid : Complutense, 2004, p. 264.


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para coser las hojas o en las encuadernaciones, de diferente procedencia, como el algodón, la seda, el lino, etc.

Pero además de los elementos constituyentes del libro y de las encuadernaciones,

encontramos otros considerados como accesorios277 de la encuadernación como separadores o registros de diversos materiales como algodón, lino, seda, papel, etc.; correas o presillas de cuero para cerrarse mejor, así como cierres y broches con cordones de seda y cuentas de cristal u hornillas de hueso o de marfil278 y otros elementos decorativos como esmeraldas, piedras preciosas, etc.; también se elaboraron broches de tela, piel, pergamino y de elementos metálicos como hierro, cobre, latón, etc.

La composición de los diversos materiales empleados para la encuadernación, los adhesivos utilizados, así como otros materiales como hilos, accesorios, etc. contribuyen, en gran medida, al deterioro del soporte del papel.

“Esta diversidad de materiales empleados que nos encontramos como constitutivos de los

libros hace que se complique enormemente la tarea de conservación”,279 no sólo del soporte auxiliar sino incluso del papel y del mismo objeto cultural.

Una vez expuestas las características de los primeros soportes empleados para fijar la

escritura, así como la composición y estructura química del papel y los distintos elementos constitutivos del libro, las tintas y la encuadernación, en el siguiente capítulo se abordarán los diversos agentes que degradan los materiales bibliográficos en soporte de papel, desarrollando de forma amplia la acción degradadora de los hongos celulolíticos como agentes de deterioro biológico.

277 Como accesorios de la encuadernación pueden considerarse los broches o manecillas, los registros y los digitales. “Los [broches o manecillas son] elementos indispensables en los libros antiguos, se sujetan en las orillas laterales de las tapas y sirven para ajustar y para mantener cerrado el volumen; los hay de oro, plata, hierro, latón y otros metales, cincelados o guarnecidos de esmaltes o piedras. En los libros ordinarios sustituían antiguamente a los broches, presillas o sean cintas o correas adheridas a las tapas o dispuestas alrededor del volumen, las que se ligaban por medio de un nudo. Los registros son las cintas de seda o de algodón, sujetas directa o indirectamente a la cabeza superior del libro, las que se introducen dentro de las hojas con el objeto de marcar o señalar o señalar pasajes determinados. Los digitales son los fragmentos de papel, tela o pergamino adheridos en el borde lateral de determinados hojas del libro, o ranuras abiertas en la media caña con el fin de encontrar fácilmente los lugares del texto por ellos señalados”. Juan B. Iguiniz. Op. cit., p. 109. Estos accesorios, de diversa composición, pueden degradar tanto la encuadernación como el soporte de papel. 278 “Las correas o presillas fueron empleadas en las pastas de pergamino del México virreinal”. Pilar Ávila Villagómez. Op. cit., p. 36. 279 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 6.

CAPÍTULO 2

LOS HONGOS CELULOLÍTICOS COMO AGENTES DEL BIODETERIORO DE LIBROS ELABORADOS EN PAPEL

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CAPÍTULO 2

LOS HONGOS CELULOLÍTICOS COMO AGENTES DEL BIODETERIORO DE LIBROS ELABORADOS EN PAPEL

Primum non nocero (Lo primero, no hacer daño).

2.1 Factores de deterioro

Los materiales bibliográficos elaborados en soporte de papel están compuestos de materia orgánica, son frágiles, perecederos y muy susceptibles al deterioro, lo cual afecta a la permanencia y durabilidad de los mismos.

Sánchez Hernampérez280 señala que “todos los materiales sufren con el paso del tiempo una serie de modificaciones que alteran sus características originales. Cuando estas alteraciones suponen un riesgo para la estabilidad del material, se dice que ha sufrido un deterioro”.

Se puede definir deterioro como: “Las transformaciones físico y químicas que tienen lugar en los [materiales bibliográficos] después de su proceso de manufactura, motivados por un uso excesivo o inadecuado, por exposición a condiciones ambientales desfavorables, o provenientes de la estabilidad intrínseca de [sus componentes] y que afectan a la forma física y al aspecto original [del material]”.281

También se entiende por deterioro: “Desgaste, daño o alteraciones que sufren los libros, ya sea de forma inherente o inducido”.282

280 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, Arsenio. Conservación de bibliotecas de presupuesto reducido [en línea]. [Consultado: 9 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.biblioposiciones.com/artic/art00004.htm>. 281 [Deterioro de materiales fotográficos] [en línea]. [Consultado: 9 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.juntaandalucia.es/cultura/iaph/publicaciones/cuadernos/pdf/cuadernof5/capitulo-iv.pdf>. 282 MENDOZA BECERRA, A. Propuesta de programa para la asignatura conservación y restauración de documentos en soporte papel. México : El autor, 2004, h. 26. Tesina (Licenciado en Biblioteconomía)–Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía.

Capítulo 2. Los hongos celulolíticos como agentes del biodeterioro de libros elaborados en papel

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Este desgaste, cambios, o transformaciones que se producen en los libros, hacen que éstos se “hagan viejos”, y por tanto, que envejezcan. El envejecimiento es también una característica innata de todo objeto cultural, y por tanto, de los libros y documentos en soporte de papel.

Se denomina envejecimiento “al conjunto de procesos y cambios irreversible que sufren

los [materiales] durante su [uso] y almacenamiento”.283 Los materiales sufren con el tiempo una serie de transformaciones que alteran sus características primitivas, así como alteraciones en su aspecto externo lo que conlleva un riesgo para la integridad física del soporte y de la información contenida, limitando su uso y llegando incluso a provocar su destrucción. A este envejecimiento se le denomina proceso de deterioro, y su velocidad es variable dependiendo de las causas que lo provocan y de la susceptibilidad del material.284

Por ende, se puede conceptualizar deterioro como el conjunto de daños, cambios,

alteraciones o transformaciones de diversa naturaleza que se producen de manera progresiva, en mayor o menor grado, en las características físicas y funcionales de los materiales bibliográficos ya sea de forma inherente o inducida.

Asimismo conviene definir el término que da título al capítulo para precisarlo. El biodeterioro “comprende todas las modificaciones físicas o químicas de una materia provocadas por la actividad de un organismo vivo”.285

Se entiende por biodeterioro: “Todo tipo de deterioración causada por organismos vivos,

como insectos, hongos, bacterias, etc., que a determinadas densidades, los mismos producen daños económicos o ecológicos convirtiéndose en plaga”.286

También se define como: “El conjunto de daños que ocurren a los objetos causados por

agentes biológicos”.287

No todos estos daños, cambios o alteraciones son visibles en el momento de producirse. Cuando el deterioro ocurre a escala macroscópica y afecta a una parte del material bibliográfico, las alteraciones son notorias, observables a simple vista y reconocibles. Por el contrario, los daños o procesos de alteración más graves suelen producirse a escala molecular o microscópica288 y se originan cuando se produce la ruptura de las moléculas, principalmente de la cadena celulósica289 lo cual puede provocar un proceso de degradación, en ocasiones, irreversible.

283 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Principios básicos de la conservación documental y causas de su deterioro. Madrid : Instituto del Patrimonio Histórico Español, 1996, p. 43. 284 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Políticas de conservación de bibliotecas. Madrid : Arco/Libros, 1999, p. [79]. 285 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Sauvergade des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 12. “La biodetétérioration comprend toutes les modifications physiques ou chimiques d’un matériau provoquées par l’activité d’un organisme vivant”. La traducción es mía. 286 BATTÁN HORENSTEIN, Moira. Procedimientos para el diagnóstico y el control de plagas en archivos, bibliotecas y museos [en línea]. [Consultado: 23 de enero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.bmayor.unc.edu.ar/curso%20control%20de%20plagas.ppt>. 287 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 86. 288 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. [79]-80. 289 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 44.


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Múltiples y muy variadas clasificaciones han surgido sobre los factores de deterioro. A continuación citaré algunas de ellas.

Almela Meliá290 en su obra Higiene y terapéutica del libro clasifica en tres los factores

que dañan y destruyen los libros y documentos:

1. Factores físicos (humedad, luz natural, fuego y el hombre). 2. Factores químicos (acidez, oxidación, tintas). 3. Factores biológicos (ratas, ratones, insectos microscópicos, hongos). Ipert y Rome-Hyacinthe291 clasifican en cuatro los agentes de degradación:

1. El medio ambiente (luz, temperatura, humedad y contaminación atmosférica). 2. Agentes biológicos (hongos, bacterias, insectos y roedores). 3. Mala calidad de los materiales. 4. Siniestros accidentales o naturales. Por su parte, Ingrid Beck292 distingue entre factores intrínsecos o internos y factores

extrínsecos o externos, los cuales pueden estar ligados a causas de orden físico, físico-mecánico, químico y biológico.

1. Agentes físicos (luz, temperatura y humedad). 2. Agentes físicos y mecánicos (ausencia de protección, manejo inadecuado y desastres). 3. Agentes químicos (contaminantes atmosféricos, polvo, materiales inestables). 4. Agentes biológicos (microorganismos, insectos y roedores).

Crespo y Viñas293 establecen que las causas de alteración son las siguientes:

1. Causas intrínsecas (naturaleza del papel, tintas, aditamentos y formatos). 2. Causas extrínsecas:

- Físico-mecánicas (manipulación y uso). - Físico-ambientales (humedad, temperatura y luz). - Químico-ambientales. - Biológicas (roedores, insectos bibliófagos y microorganismos como hongos y

bacterias). - Catastróficas (inundaciones, incendios). - Otras causas.

290 ALMELA MELIÁ, J. Higiene y terapéutica de libro. 2a ed. México : FCE, 1976, p. 43-58. 291 IPERT, S. y ROME HYACINTHE, M. Restauración de libros. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1992, p. 19-23. 292 BECK. I. Manual de conservación y restauración de documentos. México : AGN, 1992, p. 33-50. 293 CRESPO, C. y VIÑAS, V. La preservación de documentos y libros en papel : un estudio del RAMP con directrices. París : UNESCO, 1984, h. 18-27.


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El Manual de planificación y prevención de desastres en archivos y bibliotecas294 menciona una tipología de desastres atendiendo a su origen, naturaleza y extensión.

1. Según su extensión:

- Accidente menor. - Desastre moderado. - Desastre mayor - Catástrofe.

2. Según su naturaleza:

- Desastres provocados por fuego. - Desastres provocados por el agua. - Desastres provocados por fuerzas físicas.

3. Según su origen:

- Naturales (meteorológicos, climatológicos, geológicos, cósmicos). - Humanas (técnicos, voluntarias, psicópatas, sabotajes y terrorismo, vandalismo

y acciones bélicas). - Accidentales (accidentes físico o mecánico, eléctricos, fallos en la conducción

de agua, contaminación ambiental interior, accidentes de carácter químico y por fallos en la organización).

Esta misma fuente establece que acuerdo a los daños producidos en los materiales, éstos

pueden ser clasificados en cuatro categorías:

a) Daños físicos (roturas, desgarros, pérdidas de pigmento, pérdidas o daños en la encuadernación o en el contenedor, etc.).

b) Daños químicos (hidrólisis ácida, degradación térmica, etc.). c) Biodeterioro (microorganismos y plagas de insectos). d) Alteración de la información (modificación del texto original por manchas o el

desvanecimiento de las tintas, etc.).

Bello Urgellès y Borrel Crehuet, en su libro El patrimonio bibliográfico y documental: claves para su conservación preventiva295 distinguen los siguientes factores de degradación:

1. Factores intrínsecos (naturaleza de los materiales, componentes constitutivos). 2. Factores ambientales (humedad, temperatura, luz, contaminación atmosférica). 3. Factores biológicos (microorganismos como hongos y bacterias, insectos y roedores). 4. Factores inducidos por el hombre (entorno/edificio, manipulación y uso, actos

violentos y robos).

294 Manual de planificación y prevención de desastres en archivos y bibliotecas. Edición corr. y rev. por A. Sánchez Hernampérez. Madrid : Fundación Histórica Tavera : Fundación MAPFRE Estudios, 2000, p. 15-24. 295 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. El patrimonio bibliográfico y documental : claves para su conservación preventiva. Gijón : Trea, 2002, p. [27]-61.


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Vaillant Callol y Valentín Rodrigo296 clasifican los factores de deterioro en dos grupos: a) Factores internos (tipo y calidad del material fibroso, proceso y materiales para el

encolado, cargas y rellenos, aditivos químicos, acidez). b) Factores externos:

- Químicos (humedad y contaminantes ambientales). - Físicos (temperatura, luz). - Climatológicos. - Físico-mecánicos (uso y manipulación, catástrofes naturales y humanas,

procedimientos inadecuados). - Biológicos (roedores, insectos y microorganismos como hongos y bacterias).

Sánchez Hernampérez297 distingue dos categorías fundamentales de causas de alteración:

1. Causas endógenas (materias empleadas en la confección del documento, su forma física y las técnicas seguidas para su fabricación y acabado).

2. Causas exógenas: - Clima (humedad, calor y presión atmosférica). - Calidad del aire (contaminantes). - Iluminación (luz natural y artificial). - Biodeterioro (microorganismos como hongos y bacterias, insectos y roedores) - Catástrofes (fuego, tierra, agua, aire). - Entorno humano (uso correcto e incorrecto, destrucción intencionada y

modificaciones de propiedad).

También podemos afirmar que el deterioro de los materiales bibliográficos puede ser inducido e inherente. El primero está relacionado con las condiciones ambientales en el lugar de almacenamiento y con el manejo que se le da al material. El segundo, se manifiesta principalmente por la naturaleza de los materiales originales y, por tanto, tiene relación con su proceso de manufactura y elaboración.

De acuerdo a lo aquí expuesto se puede observar que ha habido, hay y habrá muchas y

muy diferentes clasificaciones sobre los factores de deterioro. He querido mostrar y recoger distintas clasificaciones en un sentido u otro, de esta forma se llega a la conclusión que se pueden establecer tantas clasificaciones como se desee. Sin embargo, existe una coincidencia de que dos son los factores de deterioro: intrínsecos y extrínsecos, endógenos y exógenos, internos o externos y dentro de cada uno de ellos se agrupan los diferentes agentes que actúan como degradadores de materiales bibliográficos.

296 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Principios básicos de la conservación documental y causas de deterioro. Madrid : Instituto del Patrimonio Histórico Español, 1996, p. 51-67. 297 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 82.


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Por consiguiente, los factores que influyen o inciden en el deterioro de los materiales bibliográficos, se pueden dividir, básicamente, en dos: intrínsecos y extrínsecos. De acuerdo a lo aquí mencionado propondré la siguiente clasificación en relación a los factores de deterioro:

1. Factores intrínsecos: - Agentes químicos (oxidación, acidez y tintas).

2. Factores extrínsecos: - Agentes ambientales (humedad, temperatura, luz y contaminantes

atmosféricos). - Agentes físico-mecánicos (catástrofes naturales y humanas y sociales). - Agentes biológicos (roedores, insectos bibliófagos, microorganismos y el

hombre). Estos factores de deterioro y, por tanto, el conjunto de elementos que dañan los materiales

bibliográficos agrupan a los diferentes agentes causantes del deterioro, los cuales llevan a cabo la acción degradadora y son de naturaleza física, química y biológica.298 Se entiende por factores de deterioro: “Aquellas variables [tanto internas como externas de diversa naturaleza] que provocan o favorecen un determinado suceso, [cambio o alteración] en el objeto [cultural], siendo los factores el resultado de su agresión”.299

Sin embargo, debemos mencionar y aclarar que dichos factores no actúan de forma

independiente, o de forma aislada, sino que existe una relación directa entre ellos. Esta interrelación es la que determina la magnitud del daño ocasionado. Cualquier factor afectará a dos características que determinan la estabilidad del objeto material: permanencia y durabilidad.300

Nuevamente conviene definir estos dos conceptos que aparecerán de forma reiterada en

este texto. Vaillant Callol y Valentín Rodrigo301 afirman que la permanencia “se refiere a la estabilidad química, es decir, al grado de resistencia de un material al deterioro. Por su parte, la durabilidad [hace referencia] al grado de resistencia física, o sea, la capacidad para resistir el estrés mecánico”. Crespo y Viñas302 señalan que:

La permanencia y la durabilidad son dos condiciones que determinan la buena conservación de un objeto. La primera se refiere a la cualidad de un objeto para mantener sus características originales. La segunda a la resistencia de un objeto a ser deteriorado por el uso. La permanencia afecta a la propia materialidad del objeto. La durabilidad a su función. Sin permanencia no puede existir durabilidad. Sin durabilidad sí puede haber permanencia, aún cuando de poco sirve ésta si el objeto no cumple ya la función para la que fue creado, por falta de durabilidad. Una vez hecha esta precisión terminológica, en los siguientes puntos se desarrollará de

forma amplia los distintos factores de deterioro de los libros y, en general, de materiales bibliográficos elaborados en soporte de papel.

298 Cfr. CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 18. 299 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 80. 300 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 21. 301 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 49. 302 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 7.


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2.1.1 Factores intrínsecos

Están relacionados con la composición y calidad de los materiales empleados en la elaboración del papel, la técnica de manufactura del papel, el formato o forma física del material, los elementos sustentados y los soportes auxiliares. 2.1.1.1 Agentes químicos

Los diferentes agentes químicos y sus efectos “están relacionados con las transformaciones moleculares que se producen, a corto o largo plazo, [en el papel y en los elementos sustentados, y se caracterizan por que no son observados a simple vista] y permanecen latentes”.303 En la mayoría de los casos, la alteración química conlleva un daño irreversible de las características originales del objeto cultural. Oxidación

La oxidación es “un proceso de deterioro natural producido por el aire en toda la materia orgánica” 304 y conlleva una reacción química en el papel modificando la estructura original de la celulosa y su consiguiente degradación. Como efecto más inmediato se producirá una pérdida de resistencia del papel.

En condiciones ambientales idóneas este proceso es relativamente lento, pero se va acelerando en presencia de ciertos agentes oxidantes, como el ozono, dióxido de azufre, los disolventes volátiles, productos clorados, entre otros.305

Sus efectos no se manifiestan de forma visible hasta pasado muchos años. Éstos se traducen en un cambio de color en tono rojizo o amarillento y un debilitamiento del soporte. El papel se tornará débil y frágil. Acidez

“La acidez o actividad química de un ácido” 306 es “el grado de concentración de iones de hidrógeno” 307 y constituye uno de los principales agentes de deterioro químico y una de las mayores preocupaciones de la conservación de libros y documentos en soporte de papel.

303 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 81. 304 FIGUEROA RUIZ, MM. y FIGUEROA RUIZ, A. Propuesta para la conservación de documentos en el sistema Red de Archivos. México : El autor, 1998, h. 103. Tesis (Licenciado en Archivonomía)–Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. 305 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 103-104. 306 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 19. 307 LARA RAMOS, Luis Fernando. Diccionario del español usual en México. México : COLMEX, HARLA, 1996. Citado por María Asunción MENDOZA BECERRA. Op. cit., h. 30.


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La celulosa es el componente principal del papel que le confiere resistencia. Este compuesto orgánico es muy susceptible al deterioro ocasionado por la acidez “ya que altas concentraciones de iones de hidrógeno catalizan las reacciones de degradación de la celulosa”.308 Mediante esta actividad la celulosa experimenta un proceso de hidrólisis309 que produce la ruptura y fragmentación de las cadenas moleculares provocando el amarillamiento y debilitamiento del papel.

Podemos determinar la acidez o alcalinidad de un material midiendo la concentración de

iones de hidrógeno. Para ello se emplea una escala denominada índice de pH, concepto que corresponde a las siglas de potencial de hidrógeno. Los valores de pH están comprendidos en una escala de 0 a 14, siendo 7 el punto medio o neutro, es decir, ni alcalino o ácido. Cuando es menor de 7, se dice que el pH es ácido, y si es superior a 7, el pH es alcalino o base. Existen diferentes tipos de medidores de pH, llamados pH-metro, como el medidor de pH electrónico, el tornasol, las tiras indicadoras de pH, el rotulador indicador de pH, entre otros.310

La acidez del papel procede tanto de causas internas como externas. A continuación mencionaré de forma sucinta las principales causas que ocasionan acidez. Causas de acidez interna

La acidez es inherente a la composición inicial del material fibroso, el papel, y a los materiales empleados en el proceso de manufactura y puede proceder de los siguientes elementos:

- El agua empleada en su fabricación, ya que si ésta es ácida el papel obtenido tendrá un pH ácido. Los papeles así obtenidos son extremadamente frágiles y presentan grandes problemas de conservación.311

- Las partículas metálicas procedentes de los recipientes y aparatos metálicos empleados en el proceso de elaboración, principalmente, hierro y cobre, que actúan como catalizadores y ayudan a la formación de ácidos.312 Estas sales metálicas en presencia de humedad forman ácidos sulfúrico que destruye la celulosa, y hace que el papel se torne quebradizo y se desmorone al más mínimo contacto.313

- Los residuos blanqueantes, de composición ácida, que son introducidos durante el proceso de blanqueo que reducen de forma drástica la estabilidad del papel.

308 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 54. 309 La hidrólisis ácida consiste en el “desdoblamiento de la molécula de ciertos compuestos orgánicos por la acción del agua”. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. 22a ed. Madrid : Espasa Calpe, 2001, vol. 1, p. 1207. 310 Vid. McCLEARY, J. y CRESPO, L. El cuidado de libros y documentos : manual práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. [45]-46. 311 Vid. BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. [27]. 312 ESPINOSA ROSALES, R. Los procedimientos de restauración de documentos de archivo : un acercamiento. México : El autor, 1992, h. 14. Memoria (Licenciado en Archivonomía)–Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. 313 PAULLADA MENA, M. La conservación preventiva de los materiales de archivo. México: El autor, 1980, h. 36. Tesis (Licenciado en Restauración de Bienes Muebles)–Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”.


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- La lignina y los grupos fenólicos provenientes de esta sustancia no celulósica forman compuestos ácidos que debilitan la celulosa papel. La lignina incrementa la acidez y acelera los procesos degradativos del papel al descomponerse por efecto de la luz. El papel de pasta de madera obtenido mediante procesos mecánicos posee un alto contenido en lignina y se degrada fácilmente.

- El encolado con colofonia y alumbre facilita la formación de ácidos que fragmentarán las cadenas moleculares de la celulosa acelerando el deterioro del papel, lo cual conlleva una pérdida de estabilidad del mismo. El empleo de colas y cargas no sólo llega a transmitir acidez sino también oxidación, hidrólisis, entre otras reacciones químicas. Asimismo estas cargas llevan incorporadas al papel muchas impurezas que a la larga pueden presentar manchas, transparencias, escamaciones, etc.314

Debo mencionar que el mismo proceso de manufactura y los continuos avances

tecnológicos, desde los molinos hidráulicos pasando por la pila holandesa hasta las nuevas máquinas continuas de papel, y la utilización de materias más económicas ha llevado a la producción de fibras más cortas, dando lugar a un papel más débil y de baja calidad que los primeros papeles de trapos. Causas de acidez externa

La acidez procedente de causas externas está determinado por:

1. Las condiciones atmosféricas

Las reacciones de acidificación se producen como consecuencia de la absorción de los ácidos procedentes de los contaminantes atmosféricos315 que están presentes en el aire ya sea en forma de gases o como partículas en suspensión, y que en combinación con otros agentes externos, tales como la luz, la humedad, la temperatura aceleran el proceso de deterioro del papel.

2. La contaminación resultante de otros materiales ácidos “Dado que la acidez es emigrante y, por lo mismo, contagiosa”,316 ésta puede ser

introducida al papel por diversos materiales. La acción destructiva e insidiosa de la acidez provoca la decoloración y el debilitamiento del papel y sus efectos al igual que la oxidación no se manifiesta de forma inmediata sino cuando el daño está muy avanzado.

La migración de acidez puede provenir de materiales como carpetas, cajas de protección,

cartones de encuadernaciones de mala calidad (véase figura 24), “ya que el papel neutro o alcalino colocado junto a otro papel [o cartón] ácido se tornará ácido”.317 De igual modo, los materiales y las sustancias empleadas en intervenciones y restauraciones anteriores pueden llegar a transmitir acidez. También las tintas pueden provocar acidez, el empleo de tintas metaloácidas produce destrucciones localizadas. En el caso de las tintas ferrogálicas que en presencia de 314 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 28. 315 Vid. infra, h. 80-84. 316 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 19. 317 Idem.


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humedad y dióxido de azufre forman ácido sulfúrico que es corrosivo y llega a perforar el papel. El ácido de estas tintas se confiere al papel, lo decolora y debilita.

En líneas generales, los efectos de la acidez sobre el soporte de papel se manifiestan a

través de: - Decoloración del papel que pasa del amarillo al marrón. - Disminución del pH. - Descomposición de la celulosa y ruptura de las cadenas ácidas (hidrólisis). - Pérdida de resistencia y estabilidad del papel que redundará en la permanencia y

durabilidad del mismo.318

a b

Figura 24. Manchas producidas por migración del ácido del passpartout: a) Antes de su reducción; b) Después de su restauración.

Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas. Valencia : Biblioteca Valenciana; Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació,

Direcció General del Llibre, Arxusi Biblioteques, 2002, p. 42.

La solución al problema puede ser de muy diversa índole pero básicamente sólo existen dos caminos: salvar la información y avanzar en las soluciones químicas (gaseosas o acuosas) de desacidificación masiva, y la utilización de un papel permanente, libre de ácido.319 Tintas

La materia gráfica, concretamente las tintas de impresión y escritura, constituye otra de las causas de deterioro químico del papel.

318 Cfr. ESPINOSA ROSALES, R. Op. cit., h. 14. 319 ROMERO FERNÁNDEZ PACHECO, JR. y GONZÁLEZ DÍAZ, R. Conservación y reproducción. Madrid : Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, Subdirección General de los Archivos Estatales, 1999, p. 24.


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Desde la elaboración de las primeras tintas en tiempos remotos se tenía la intención de hallar la fórmula ideal para encontrar una tinta indeleble, lo cual condujo a la insensatez de emplear sustancias ácidas y corrosivas.

La composición ácida de las tintas, especialmente las tintas ferrogálicas, tienen como

principal efecto la corrosión, que en ocasiones cubre grandes espacios en la superficie de papel llegando al punto que resulta ilegible el texto. Estas tintas están compuestas por una sal de hierro y un ácido que en presencia de humedad y dióxido de azufre es sumamente corrosivo y constituye uno de los principales agentes destructores.320

Como consecuencia, las tintas corrosivas perforan el papel (figura 25), haciendo

desaparecer las letras y signos trazados en el mismo, dejando sólo el contorno, con la apariencia de haber sido quemado.321

Figura 25. Acción degradadora de las tintas ferrogálicas en un documento manuscrito. Fuente: McCleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos :

manual práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. 27.

Orlandini322 señala que la acción degradadora de este tipo de tintas provoca:

[…] la oxidación de sus ingredientes [lo cual] hace que se perfore o queme la superficie escrita. La tinta puede causar deterioro en el papel y este proceso es frecuentemente llamado ‘corrosión de la tinta’ o ‘quemado de la tinta’. […] pero, cuando la tinta se aplica sobre el papel y es expuesta al aire, se oscurece por la oxidación, [tornándose totalmente negra]. Con el paso del tiempo pierde su intensidad y tiende a tomar un tono marrón o marrón grisáceo debido a la presencia de impurezas. La inestabilidad de

320 ESPINOSA ROSALES, R. Op. cit., h. 14. 321 ALMELA MELIÁ, J. Op. cit., p. 43. 322 ORLANDINI, Valeria. El deterioro de las tintas en obras de arte y documentos antiguos [en línea]. Ponencia ofrecida en la Universidad Católica Argentina el 24 de marzo de 2004 [consultado: 8 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www2.uca.edu.ar/esp/sec-biblioteca/esp/Act.Extension/Bibliotecologia/novedades-ponencia.php>.


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esta tinta puede causar un ataque químico sobre el soporte empleado ya a que este fluido tiene una alta acidez. […]. Cuando el estado de corrosión es evidente la tinta ferrogálica tiende a difundirse en el papel, pierde su nitidez y adquiere una apariencia de quemada o perforada. […] La corrosión puede ser identificada a simple vista cuando se producen manchas borrosas y sombras.

El efecto de la corrosión de las tintas también ha prevalecido en otros soportes, concretamente en el pergamino, a pesar de ser un material muy alcalino, de gran consistencia y su espesor, aunque presenta mayor resistencia al problema de la acidez.

Algunos de los pigmentos contenidos en las tintas son inestables, palidecen o se alteran

con el paso del tiempo. Los procesos de alteración y degradación de las tintas se aceleran con el efecto de la acidez, la humedad, la temperatura y la luz.323 En este sentido, Orladini324 menciona que “los libros con tintas en corrosión son muy susceptibles a daños ocasionados por la luz visible y ultravioleta, y que la contaminación del aire acelera la corrosión de la tinta”.

Por tanto, la acidez de las tintas constituye otra de las causas de deterioro del papel, ya que el ácido de éstas se confiere al papel y con el paso del tiempo lo decolora y debilita página tras página conforme avanza la migración de la acidez325 (figura 26).

Figura 26. Efecto corrosivo de las tintas metaloácidas. Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación de bibliotecas.

Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 69. 323 FIGUEROA RUIZ, MM y FIGUEROA RUIZ, A. Propuesta para la conservación de documentos en el sistema Red de Archivos. México : El autor, 1998, h. 100. Tesis (Licenciado en Archivonomía)–Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. 324 ORLANDINI, V. Op. cit. 325 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 36.


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Orlandini326 afirma en relación al deterioro causado por las tintas ferrogálicas, que la solución pasa por:

Encontrar un tratamiento de conservación que pueda estabilizar satisfactoriamente las propiedades corrosivas de la tinta sobre elementos individuales y también en una escala masiva sin causar alteraciones a largo plazo al papel y al aspecto de la tinta. […] [También deben adoptarse medidas preventivas mediante] el control de la humedad y temperatura (se recomienda 50% de HR y 18 ºC de temperatura), eliminar las radiaciones de luz ultravioleta y almacenar los libros en un lugar lo más oscuro posible. Asimismo, para evitar la contaminación atmosférica los materiales bibliográficos deben almacenarse en carpetas, cajas o entre papeles libres de ácido. [Además; debe realizarse una limpieza mecánica de forma sistemática y metódica para evitar la progresión del problema, ya que la restauración se emplea únicamente en casos muy excepcionales]. Con relación a las tintas de impresión (máquinas de escribir, fotocopias e impresoras),

éstas son tintas débiles e inestables y para su conservación se debe prevenir y controlar la incidencia de la luz.327 2.1.2 Factores extrínsecos

Están determinados por las condiciones ambientales y obedecen a situaciones extraordinarias o circunstanciales, principalmente, fenómenos naturales que actúan de forma habitual u ocasional y también pueden ser provocados, consciente o inconscientemente, por el hombre. Los factores extrínsecos “son absolutamente imprevisibles con un fuerte componente accidental y de incidencia masiva”.328 2.1.2.1 Agentes ambientales

El medio ambiente es el resultado de muchos elementos que actúan de manera independiente e interrelacionada y que inciden directamente en la estabilidad de los materiales bibliográficos.

Los agentes ambientales más importantes son la humedad, la temperatura, la luz y los contaminantes atmosféricos que aceleran el deterioro del papel y ocasionan efectos físico-químicos y biológicos sobre este soporte. Humedad

El agua es esencial para la vida de los seres humanos y se encuentra en la naturaleza en diferentes estados, sólido, líquido y gaseoso. Aquí nos interesa en su estado gaseoso. El vapor de agua corresponde al estado gaseoso y generalmente, se le denomina humedad. Por tanto, en 326 ORLANDINI, V. Op. cit. 327 ROMERO FERNÁNDEZ PACHECO, JR. y GONZÁLEZ DÍAZ, R. Op. cit. p. 24. 328 Idem.


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términos generales se puede afirmar que la humedad es: “La cantidad de agua que posee la atmósfera”.329

Este agente ambiental tiene gran importancia en el caso de los materiales orgánicos, en

especial del papel y el pergamino. El papel “tiene la propiedad de ser un material altamente higroscópico, es decir, que absorbe o cede humedad para llegar a un equilibrio con la atmósfera circundante”.330

El porcentaje en peso de agua que un material puede absorber es una característica de cada material y está relacionada con su peso. Este porcentaje se conoce como humedad de equilibrio, y recibe este nombre porque se encuentra siempre en equilibrio en relación a la humedad relativa del ambiente, y varía en función de éste.331 El contenido de humedad de equilibrio del papel se sitúa entre el 5 y 10%.332

La presencia de humedad en el ambiente explica los fenómenos de contracción y dilatación del papel, pero los cambios bruscos de humedad relativa provocan alteraciones en las dimensiones del papel que pueden llevar a la pérdida de elasticidad, flexibilidad y resistencia ocasionada por la ruptura de las fibras celulósicas.333

Figura 27. Acción del agua y la humedad en un manuscrito elaborado en papel. Fuente: McCleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos :


329 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 21. 330 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 201. 331 Cfr. BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 30. 332 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. ci., p. 56. 333 UNIKEL SANTONCINI, F. Conservación preventiva de documentos cartográficos elaborados en papel. México : El autor, 1996, h. 28. Tesis (Licenciado en Restauración de Bienes Muebles)–Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”.


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Asimismo, esta acción física produce variaciones o daños estructurales que conllevan la disolución de tintas y pigmentos, descamaciones de sustentados, deformaciones, reblandecimiento de los aprestos y las colas de las encuadernaciones, formación de ácidos, etc. (véase figura 27).

La humedad se mide en términos de humedad absoluta y de humedad relativa.

Humedad absoluta

La humedad absoluta se define como: “La cantidad de vapor de agua que contiene un metro cúbico de aire, y se expresa en gr/m3 ”.334 También se puede afirmar que es: “El cociente de la división del peso del agua por el volumen de aire que lo contiene (gr/m3)”.335 Este indicador no es un punto de partida muy operativo, pues dependiendo de la temperatura, la atmósfera puede almacenar una mayor o menor cantidad de humedad o vapor de agua. Humedad relativa

La humedad del aire se expresa en valores relativos, de ahí su denominación de humedad relativa del aire. Se representa por las siglas HR, se expresa en tanto por ciento (%) y puede definirse como: “La relación entre la cantidad de gramos de vapor de agua presente en un volumen de aire dado y la cantidad máxima de vapor de agua que puede contener [dicho] volumen a una determinada temperatura”.336

Dependiendo del porcentaje de humedad que se produzca, los ambientes mostrarán una tendencia seca e hidratada. De esta manera una humedad relativa (HR)337 del 20%, se considera baja y representa un ambiente seco, mientras que una HR del 80% es alta y corresponde a un ambiente muy húmedo. El 100% representa un espacio o local saturado de humedad completamente lleno de vapor de agua.

Las condiciones ambientales óptimas para la conservación de materiales en soporte de papel varían dependiendo de la zona climática donde esté ubicado la unidad de información. Se recomienda mantener un nivel de humedad relativo en el rango de 40-60%,338 no debiendo ser reducidos o superados estos porcentajes para evitar posibles alteraciones en el papel que favorezcan el desarrollo de plagas de microorganismos e insectos así como degradaciones físico-químicas.

Pero hay otro agente que juega un papel trascendental en la estabilidad de los materiales bibliográficos, y que interactúa con la humedad relativa, la temperatura. A continuación de forma independiente desarrollaré este agente ambiental y posteriormente, estableceré su relación con la humedad.

334 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 29. 335 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 201. 336 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 30. 337 En lo sucesivo se emplearán las siglas HR. 338 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 56.


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Temperatura

La temperatura es: “Una magnitud física que expresa el grado o el nivel de calor de los cuerpos o del ambiente”.339

En términos de conservación, la temperatura como se mencionó está ligada a la humedad

y siempre interactúa entre sí. Este binomio, humedad relativa-temperatura y la falta de control de estos agentes ambientales de deterioro pueden acelerar sensiblemente los procesos de degradación del papel.

Se dice que por cada 5.5 ºC que aumente la temperatura, la gravedad del daño se duplica. Se ha calculado que una hoja de papel mantenida a 100 ºC, durante 72 horas, presenta los mismos signos de envejecimiento que un papel conservado durante 25 años a temperatura normal. Está demostrado que la velocidad de los procesos químicos del envejecimiento se aceleran 2-3 veces por el incremento de temperatura en 10 ºC.

Sánchez Hernampérez340 menciona los trabajos realizados por: Barrow [quien] efectuó una serie de experimentos en los que se expusieron papeles de diferentes épocas y calidades a temperaturas comprendidas entre 60 ºC y 120 ºC en atmósferas secas, de forma que dedujo que cada 20 ºC la estimación de vida de un papel crecía o decrecía 7.5 veces […]. [Smith, por su parte, realizó el cálculo de vida media a determinadas temperaturas. De acuerdo al método empleado por este autor] la vida media de un papel de calidad conservado a 60 ºC sería de un año, […] mientras la vida media a 20 ºC es 490 veces la vida media a 60 ºC o, lo que es lo mismo, la vida media a 60 ºC es el 0.2% del valor a 20 ºC. Así mismo, Smith estableció una tabla de vida media dependiendo de las temperaturas (véase cuadro 1). Aunque las estimaciones de vida e incluso las extrapolaciones a la realidad de los mecanismos de deterioro observados en los procesos de envejecimiento artificial y en la ecuación de Arrhenius parecen ser objeto de profundas revisiones […], se ha admitido de modo general que, efectivamente, existe una relación [directa entre la temperatura] y la estabilidad del papel, debiendo aceptar como imprescindible la adopción de ciertas medidas de precaución y mantener los niveles de temperatura en los límites más bajos posible siempre que sean compatibles con las actividades habituales de [las unidades de información documental].

La magnitud del daño causado por la temperatura depende del tiempo de exposición y del grado en que el papel está sujeto a ella. Es fácil comprender que si un libro es conservado en condiciones inadecuadas de temperatura, su vida útil disminuirá en al misma medida.341

339 REAL ACADEMIA DE LA LENGUA. Diccionario de la lengua española, vol. 2, p. 2151. 340 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, Arsenio. Variables de deterioro ambiental : humedad relativa y calor : el problema de la degradación medioambiental del papel [en línea]. [Consultado: 12 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://palimpsest.stanford.edu/byauth/hernampez/ambient.html>. 341 Cfr. VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 57; PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 52.


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Es innegable, pues, que un aumento de temperatura tiene efectos negativos en la conservación de los materiales bibliográficos, ya que cuanto más alta es la temperatura, mayor es la cantidad de agua en forma de vapor que un determinado volumen requiere para su saturación y, por lo tanto, menor es la humedad relativa, lo cual acelera las reacciones químicas.

Cuadro 1. Vida media del papel dependiendo de la temperatura

Temperatura Vida media(años) Temperatura Vida media

(años) Temperatura Vida media(años)

60 ºC 1 25 ºC 204 10 ºC 3.100

50 ºC 4.1 22.5 ºC 320 5 ºC 7.900

40 ºC 18 20 ºC 490 0 ºC 21.000

35 ºC 40 17.5 ºC 760 -10 ºC 170.000

30 ºC 88 15 ºC 1.200 -20 ºC 1,7 m.a

Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Variables de deterioro ambiental : humedad relativa y calor : el problema de la degradación medioambiental del papel [en línea]. [Consultado: 12 de mayo de 2006].

Disponible en World Wide Web: <http://palimpsest.stanford.edu/byauth/hernampez/ambient.html>. Su interacción con la humedad relativa provoca la dilatación y contracción de las fibras,

que a la vez producen separaciones y roturas de algunas uniones químicas en la que entra al actuar el oxígeno del aire.342 Por consiguiente, los cambios de temperatura modifican las dimensiones de los materiales ocasionando daños en la estructura química del papel, o lo que es lo mismo, un incremento en la temperatura provoca a su vez un aumento de las reacciones de degradación de la celulosa y restantes macromoléculas constituyentes del papel.343 Esto se traduce en la descomposición de la celulosa y, conlleva una disminución de las propiedades de resistencia mecánica del papel y un debilitamiento del soporte.344

El caso de aquellos materiales con soportes auxiliares, como libros y documentos encuadernados, pueden presentar coeficientes térmicos de expansión distintos, al estar elaborados con materiales de diferente composición, lo cual puede producir deformaciones y presentar curvaturas transversales o laterales que llegan a ocasionar daños irreversibles en estos materiales.345 342 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 58. 343 Idem. 344 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 31. 345 Esto se conoce como abarquillado. Se define abarquillar como: “La acción de encorvar un cuerpo ancho y delgado a semejanza de un barquillo. Los libros a la rústica, de gran tamaño y pocas hojas, se abarquillan fácilmente”. Domingo Buonocore. Diccionario de bibliotecología : términos relativos a la bibliología, bibliografía, bibliofilia, biblioteconomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. Buenos Aires : Marymar, 1976, p. [29]. También se entiende por abarquillar: “Acción que produce una deformación curva del papel. Puede


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Las altas temperaturas aceleran las reacciones enzimáticas de los microorganismos favoreciendo el biodeterioro ocasionado por insectos y, principalmente, por hongos.346

Por el contrario, las temperaturas bajas reducen el punto de saturación y aumentan la

humedad relativa del ambiente.347 Por tanto, se producen problemas de condensación, el papel se humedece y aparecen manchas de humedad y deformaciones en el soporte.348 Asimismo, un descenso de la temperatura detiene la actividad microbiana e inhibe el deterioro de los materiales orgánicos.

Lo ideal es mantener baja la temperatura, aunque controlando que no se produzca

condensación. La temperatura recomendada, según los estándares internacionales, para los materiales bibliográficos fluctúa entre los 18 y 20 ºC.349

Dado que estos agentes de deterioro, humedad y temperatura, son importantes en la conservación de los materiales bibliográficos, y puesto que no actúan de forma independiente o aislada, sino que interactúan entre sí y está ligado el uno al otro, es necesario exponer los efectos y daños que ocasionan estos agentes ambientales cuando actúan en forma conjunta y sus posibilidades de combinación. Humedad alta y temperatura baja

En estas condiciones ambientales el exceso de humedad provoca un reblandecimiento de los adhesivos y origina manchas en el papel favoreciendo las deformaciones y putrefacción de los materiales. Se debe evitar un aumento de la temperatura ya que se proporcionarían las condiciones microclimáticas idóneas para la proliferación de microorganismos.350 Un alto nivel de humedad relativa acelera la velocidad de las reacciones químicas degradantes favoreciendo un ataque fúngico.351 Humedad baja y temperatura alta

El resultado es un ambiente seco y caliente que provoca la desecación y el resquebrajamiento de los adhesivos que pierden su cualidad de tales aumentando la rigidez del mismo volviéndose frágil y quebradizo acelerando así su envejecimiento natural.352 De persistir estas condiciones ambientales puede ocasionar un daño irreversible en el material llegando incluso a destrucción total.

estar producida tanto por los componentes internos del mismo como por la acción de presiones mecánicas externas, como la humedad…” Enciclopedia de la encuadernación. Madrid : Ollero & Ramos, 1998, p. 11. 346 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 31. 347 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 21. 348 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 31. 349 Idem. 350 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 53. 351 McCLEARY, J. y CRESPO, L. El cuidado de libros y documentos : manual práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. 35. 352 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 21.


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Una atmósfera seca provocará la pérdida de humedad papel, deshidratándolo, disminuyendo así los puentes interfibrilares de la celulosa y, por consiguiente, haciéndolos más frágil y friable.

Fluctuaciones bruscas y continuadas de ambos agentes, humedad y temperatura, someten

al papel a fuertes tensiones de contracción y dilatación que quebrantan sus enlaces estructurales353 y por consiguiente, el papel se desmorona y se rompe fácilmente. Los papeles de alta calidad y elaborado con pulpa purificada resisten bien las altas temperaturas. Por el contrario, los papeles ácidos como el papel de periódico, con altos porcentajes de pulpa mecánica de madera, son los que resultan más afectados por las altas temperaturas.354

Humedad alta y temperatura alta

Esta combinación conlleva un mayor riesgo y peligro para los materiales bibliográficos, pues provoca el desarrollo de agentes biológicos como hongos, insectos y roedores.

Estas condiciones ambientales favorecen el crecimiento y la actividad de los

microorganismos y las reacciones químicas degradantes como las de oxidación de la celulosa y la hidrólisis ácida. El papel se vuelve más receptivo a los contaminantes atmosféricos y va perdiendo resistencia. Las tintas se oxidan y el proceso de acidificación del papel se acelera. Si la humedad es extrema puede provocar la desintegración química del soporte y, por consiguiente, la putrefacción total.355

En un ambiente cálido y húmedo, la acidez y la oxidación encuentra el medio idóneo para

su desarrollo dando lugar a soportes amarillentos y quebradizos.356

En definitiva, un ambiente con exceso de humedad relativa y altas temperaturas acelera las reacciones de degradación de la celulosa, provoca dilatación y contracción de las fibras, que producen separaciones y roturas de las uniones químicas y por consiguiente, la pérdida de resistencia y estabilidad del papel. También se puede producir la decoloración de las tintas ferrogálicas, deformación de los libros y daños en las encuadernaciones.

Humedad baja y temperatura baja

Ante este tipo de ambiente se suelen presentar los efectos y daños descritos anteriormente, especialmente lo relacionado con la pérdida de las propiedades mecánicas de los materiales por una disminución excesiva de la humedad relativa.

En conclusión, la interrelación de estos agentes ambientales y sus diferentes combinaciones, así como las variaciones bruscas de humedad y temperatura resultan perniciosas para los materiales bibliográficos, ya que pueden provocar alteraciones tanto en la estructura química del papel como en las propiedades del mismo afectando a la elasticidad, flexibilidad y 353 Ibidem, h. 22. 354 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 54. 355 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 32. 356 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A Op. cit., p. 202.


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resistencia del papel llegado a producir degradaciones de tipo físico, químico y, sobre todo, biológico que pueden ocasionar daños irreversibles en el papel.

Las condiciones ambientales idóneas y óptimas para la conservación de materiales bibliográficos varían dependiendo de la zona climática, de la ubicación del edificio, entre otros aspectos.

McCleary y Crespo357 señalan lo siguiente: La prestigiosa Northeast Document Conservation Center […] [recomienda que] la temperatura debe ser estable con un valor no superior a 20 ºC y la humedad relativa debe situarse en un mínimo de 30% y un máximo de 50%. […] Estos niveles, que son aceptables para la gran mayoría de los materiales que se pueden encontrar en un depósito, tienen en cuenta los siguientes factores:

- Las fluctuaciones recomendadas no provocan tensiones indeseadas en los materiales ni en sus interrelaciones.

- Una humedad relativa entre el 30% y el 50% es lo suficientemente alta para evitar el secado de los materiales.

- Además, una temperatura de 20 ºC no acelera indebidamente las reacciones químicas dañinas y un ambiente propicio y agradable para el bibliotecario.

En esta misma línea diversos organismos internacionales recomiendan los siguientes

rangos de temperatura y humedad relativa que deben mantenerse en archivos y bibliotecas para conservar en buenas condiciones físicas los materiales bibliográficos y documentales como se muestra en el cuadro 2.

Cuadro 2. Valores medios recomendados de HR y temperatura

Organismo Temperatura HR IFLA (1986)

18 ºC ± 2ºC

55% ± 5%

Norheast Document Conservation Center (1991) hasta 21 ºC 35-45% ± 3%

Society American Archivist (1983) 20 ºC ± 2 ºC United States National Bureau of Standars 10-13 ºC

Britain´s National Preservation Office (1989) 13-18 ºC 55-65%

Archives Nationales (1993) 18 ºC ± 2 ºC 55% ± 5% ICRBC (1989) 18 ºC ± 2 ºC 55% ± 5%

Fuente: Normas para edificios destinados a archivos y bibliotecas [en línea]. [Consultado: 9 de febrero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://xlpv.cult.gva.es/files/normas%20edificios.pdf>.

357 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 35-36.


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Luz

Uno de los agentes de deterioro, más ignorados y menospreciados es, sin duda, la luz. La

luz puede representar un grave problema para la conservación de los materiales bibliográficos elaborados en papel si éstos están expuestos de forma prolongada e incontrolada a altos niveles de radiación, lo cual puede degradar el papel provocando la destrucción de los libros.

El Diccionario de la lengua española define el término luz como: “La claridad que

irradian los cuerpos en combustión, ignición o incandescencia”. En un sentido más específico y referido a la Física, esta misma fuente la define así: “La radiación electromagnética en el espectro visible”.358

La luz es una forma de energía que cubre una parte considerable del espectro

electromagnético que comprende una amplia gama de radiaciones de luz visible e invisible clasificadas de acuerdo a su longitud de onda.359 Estas longitudes de onda se expresan en metros (m) y sus submúltiplos: milímetro (mm), micrómetro (μm) y nanómetro (nm). Por tanto, el espectro electromagnético consta de zonas bien diferenciadas, cada una de las cuales posee una frecuencia y longitud de onda características y emite un tipo de radiación específica.360 La luz tiene una naturaleza dual, a veces se comporta como ondas y a veces como partículas, denominadas fotones. Por lo que, posee una naturaleza ondulatoria y corpuscular, según las condiciones del fenómeno que experimentan.

Se denomina espectro electromagnético al conjunto de ondas electromagnéticas. Van

desde las de menor longitud de onda, como son los rayos cósmicos, los rayos gamma y los rayos X, pasando por la luz ultravioleta, la luz visible y los rayos infrarrojos, hasta las ondas electromagnéticas de mayor longitud de onda, como son las ondas de radio (véase figura 28). En cualquier caso, cada una de las categorías es de ondas de variación de campo electromagnética.361

El ojo humano solamente puede percibir un pequeño conjunto de radiaciones

electromagnéticas de longitudes de onda comprendidas entre los 380 y 770 nm, que corresponde a la porción de luz visible y que representa apenas una pequeña porción del espectro electromagnético. Con longitudes de onda inferiores está la radiación ultravioleta, comprendida entre 1.6 y 380 nm, que es la más dañina. En el otro extremo y con longitudes de onda superiores a los 780 nm están las radiaciones infrarrojas que emiten gran cantidad de calor.

358 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 2, p. 1406. 359 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 48. 360 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 59. La frecuencia se expresa en Hertz o hercio (Hz) y sus múltiplos: MHz = 106 Hz y GHz = 109 Hz. 361 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 14 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Espectro_electromagn%C3%A9tico>.


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Figura 28. Espectro electromagnético. Fuente: La luz [en línea]. [Consultado: 25 de mayo de 2006].

Disponible en World Wide Web: <http://edison.upc.edu7curs/llum/luz_vision/luz.html>.

Propiedades de la luz

Cuando la luz blanca choca con un objeto parte de los colores que la componen son

absorbidos por la superficie y el resto son reflejados. La absorción es un proceso muy ligado al color. El ojo humano sólo es sensible a las radiaciones pertenecientes a un pequeño intervalo del espectro electromagnético. Son los colores que mezclados forman la luz blanca. Queda claro, que el color con que percibimos un objeto depende del tipo de luz que enviamos y de los colores que éste sea capaz de reflejar.

Para propósitos de esta investigación, las porciones del espectro electromagnético son las

radiaciones ultravioleta, la luz visible y las radiaciones infrarrojos, ya que forman parte de la luz natural o artificial a la que están expuestos los materiales bibliográficos.

Respecto a su origen, existen dos tipos de iluminación: luz natural y luz artificial.

Luz natural

Es la luz del sol y emite radiaciones visibles y en alto porcentaje de radiaciones infrarrojas

y ultravioletas362 que son especialmente dañinas y perjudiciales para los materiales bibliográficos mas si los rayos solares inciden directamente sobre ellos. Por tanto, la exposición a la luz natural no es deseable por su intensidad y elevado contenido de rayos ultravioletas, que provoca el 362 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 40.


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calentamiento de los materiales expuestos. Sin embargo, este tipo de luz es recomendable emplearla en las unidades de información documental en combinación con luz artificial.

Cuando el papel o el libro se mantienen constantemente sometido a la luz intensa del día,

se amarillea y se oscurece de tal forma que desaparecen los rasgos más finos, los colores se estropean, e incluso el cuero que protege las encuadernaciones se quema.363

Luz artificial

Este tipo de luz es creado por el hombre. La luz artificial es generada principalmente por

un flujo eléctrico que estimula una bombilla o lámpara. Puede provenir de dos fuentes diferentes: la luz fluorescente y la luz incandescente. Luz fluorescente

Las lámparas fluorescentes compactas desarrollan una fuente de luz más pequeña y

eficiente, que requiere muy poca electricidad y tiene una duración mayor.364 Este tipo de lámparas son empleadas en la inmensa mayoría de las bibliotecas y tienen la ventaja de que no aumentan la temperatura del lugar. Por el contrario, no se pueden graduar y emiten radiaciones visibles, muy pocas radiaciones infrarrojas, y en general, un alto porcentaje de radiaciones ultravioletas365 que son altamente oxidantes de la celulosa.

Otra de las ventajas de estas lámparas fluorescentes es que su encendido es breve y rápido

y no presenta inconveniente con respecto a la lentitud de encendido y de un posible parpadeo.366 Como en el proceso de encendido utilizan sólo por breves instantes los filamentos de tungsteno, no da tiempo a que se calienten tanto como ocurre con las lámparas incandescentes. Así, al ser mucho menor la pérdida de energía por disipación de calor al medio ambiente el consumo eléctrico se reduce a un alto por ciento. Esto lo convierte en una fuente emisora de luz económica, eficiente y duradera si la comparamos con las lámparas o bombillas incandescentes.367 En resumen, las ventajas de este tipo de lámparas son las siguientes:

- Aportan más luminosidad con menos watt de consumo. - Tienen bajo consumo de corriente eléctrica. - Poseen una vida útil prolongado (entre 5,000 y 7,000 horas) - Tienen poca pérdida de energía en forma de calor.368

363 FIGUEROA RUIZ, MM. y FIGUEROA RUIZ, A. Op. cit., h. 96. 364 El ABC de la iluminación [en línea]. [Consultado: 15 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.gelighting.com/eusp/contactus/gele_glosary.html#1>. 365 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 40. 366 MORALES SAMPER, JG. Organización bibliográfica del material documental de la Biblioteca del Archivo Histórico del Distrito Federal. México : El autor, 2003, h. 33. Informe de Servicio Social / Estancia Profesional (Profesional Asociado en Biblioteconomía)–Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. 367 GARCÍA ÁLVAREZ, José Antonio. Así funcionan las lámparas fluorescentes [en línea]. [Consultado: 15 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.asifunciona.com/electrotecnia/af_fluorescentes/af_fluorescentes_2.htm>. 368 Idem.


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Luz incandescente La luz incandescente como su nombre indica, incandesce o pone candente un filamento

metálico por la acción del calor. Dentro de este tipo de iluminación existen los llamados focos halógenos, barra de cuarzo, etc.

Una bombilla incandescente es un trozo de metal, principalmente tungsteno, introducido

en una ampolla sin aire. Al pasar la corriente eléctrica el tungsteno se calienta y se enciende, la temperatura a la que se funde este filamento metálico es de 3653 ºK, pero trabaja aproximadamente a unos 3000 ºK.

Las lámparas incandescentes de tungsteno emiten radiaciones visibles, un porcentaje alto

de radiaciones infrarrojas y muy poca o ninguna de ultravioleta.369 Este tipo de luz genera mucho calor y, por consiguiente, provoca un aumento de

temperatura, así que debe colocarse a buena distancia de los objetos y nunca dentro de vitrinas ni espacios cerrados de la biblioteca. Otra de las desventajas es que el consumo de energía es mayor.

Efectos degradadores de la luz

La luz solar es la más perjudicial ya que tiene la proporción más alta de radiación ultravioleta, seguida de la luz fluorescente e incandescente.

Ambos tipos de iluminación causan que se destiñen las encuadernaciones y las tintas, el

papel se vuelve oscuro y amarillo, y que se debiliten las fibras celulósicas por la acción de la decoloración y la oxidación (figura 29).

a b

Figura 29. Manchas fotoquímicas provocadas por un exceso de iluminación: a) Antes de su reducción; b) Después de su restauración.


Direcció General del Llibre, Arxusi Biblioteques, 2002, p. 41. 369 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 40.


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La luz natural y artificial aceleran el deterioro de las colecciones bibliográficas y tiene efectos degradadores sobre el soporte de papel y los demás elementos constitutivos del libro. Diversos estudios han establecido que la luz que afecta al papel se compone de longitudes de onda comprendidas entre los 330 y 440 nm.370

Veamos a continuación la degradación provocada por las radiaciones ultravioleta,

infrarrojos emitidas tanto por la luz natural como por los diferentes tipos de luz artificial.

La luz ultravioleta emite radiaciones de poca longitud de onda que puede producir un tipo de deterioro conocido como fotólisis. Cuando la luz incide de forma directa sobre el libro, éste la absorbe en parte lo que provoca reacciones químicas que cambian la estructura molecular de la celulosa llegando a provocar la ruptura de las cadenas moleculares de la celulosa.

Esto conduce al debilitamiento y friabilidad de las fibras de la celulosa y puede hacer que

el papel se decolore, se torne amarillo o se oscurezca,371 sobre todo en aquellos papeles con un alto contenido de lignina, aunque también ataca otros constituyentes e impurezas del papel, como colas, productos de degradación, etc.372

El daño que ocasiona la luz va más allá de la alteración visual, pues como se mencionó

ataca y produce cambios en la estructura física del papel volviéndolo débil y quebradizo.

La luz ultravioleta provoca en las tintas una pérdida de tonalidad, brillo e intensidad

original, llegándose en ocasiones, a alterar la legibilidad y la apariencia del texto. También provoca alteraciones en “los lomos de los libros, encuadernados en piel, tela o papel, que se decoloran en las estanterías expuestas a la luz, creando contrastes con las tapas de los libros que no lo han sido”373 y, también pueden desteñir las cubiertas.

Por su parte, la luz infrarroja puede afectar de una manera indirecta, ya que su energía no

es suficiente para producir daño por sí sola. Cuando el papel absorbe la energía luminosa la convierte en calor, que puede producir cambios físicos y químicos en los materiales.

Otro efecto que ocasiona la luz es la generación de calor, por tanto se producirá un

aumento de temperatura que provocará una variación de la humedad y, por tanto, desestabilizará el equilibrio existente, respecto a la conservación, en estos dos parámetros. Este aumento de la temperatura se puede traducir en un deterioro de los materiales constitutivos de los libros: encuadernaciones, tintas, papel, etc. pudiendo ocasionar daños en los libros como resecamiento, decoloración, craqueladuras, etc. Por su parte, una variación en el porcentaje de humedad puede

370 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 222. 371 LINDBLOM PATKUS, B. Protección al daño causado por la luz. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 95 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 2. Medio ambiente. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam3.pdf>. 372 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 222. 373 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 38.


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favorecer el crecimiento de la actividad biológica.374 Asimismo la acción de la luz sobre los agentes biológicos puede activar o inhibir su crecimiento.

La potente acción destructiva de la luz es debido, fundamentalmente, a los efectos de la

energía luminosa, cuyas radiaciones electromagnéticas provocan reacciones fotoquímicas en los materiales irradiados. Estas reacciones fotoquímicas provocan, finalmente, la decoloración y degradación del papel y el desvanecimiento de un gran número de pigmentos de las tintas.375 Las radiaciones emitidas son capaces de producir en los materiales bibliográficos, ya sea aisladamente o en presencia de otros agentes de deterioro como la humedad, la temperatura y la contaminación atmosférica, reacciones físico-químicas que aceleran su proceso de deterioro.376

Otro efecto que puede producir el aumento de luz sobre los materiales bibliográficos es el

conocido como fotooxidación, que se forma mediante la combinación de tres elementos, la luz, el vapor de agua y el oxígeno, produciendo sustancias capaces de ocasionar daños químicos a los libros.

En definitiva, podemos afirmar que la exposición a la luz de forma continua y prolongada

es causa de deterioro del papel y de los materiales bibliográficos. Cada tipo de luz, artificial o natural, tienen un rango de luz y calor diferente, y el daño que ocasiona depende, principalmente, de su intensidad o la dosis, así como de la sensibilidad del objeto cultural, de la distancia entre el objeto y la lámpara y la duración de la exposición. Existe una controversia en relación al efecto degradador de la luz:

Ya que unos expertos afirman que es necesario acortar el tiempo de exposición a pesar de haber controlado la intensidad de la luz. Frente a esta posición, hay quienes argumentan que produce la misma tasa de alteración una luz fuerte en poco tiempo que una luz débil a largo plazo. Para ser exactos, la ley de reciprocidad dice que la luz, como radiación de energía, actúa de forma acumulativa, siendo la dosis total de exposición lo que importa.377 En el siguiente cuadro se representan los rangos de nivel de luz aconsejados para evitar el

deterioro de los materiales bibliográficos:

Cuadro 3. Valor de luz aconsejado

Área Valor de luz aconsejado Depósitos 50-200 lux

Sala lectura 200-300 lux Exposiciones 50 lux

Radiaciones UV 75 μw/Lumen

Fuente: Normas para edificios destinados a archivos y bibliotecas [en línea]. [Consultado: 9 de febrero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://xlpv.cult.gva.es/files/normas%20edificios.pdf.>.

374 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 33. 375 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 222. 376 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 48. 377 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 219.


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Para medir la iluminación existe una unidad llamada lumen, unidad de medida de flujo luminoso en el Sistema Internacional, que puede ser definida como: “El flujo de energía radiante que el ojo humano es capaz de percibir,[es decir, entre 400 y 780 nm que corresponde a la luz visible]. Un lumen equivale a 1 lux por metro cuadrado. […] En cuanto a la luz artificial, la radiación ultravioleta al tratarse de una banda no visible, no puede medirse de la misma forma que la banda [de luz visible], pero sí la proporción de rayos ultravioleta por lumen, es decir, de luz visible”.378

En relación a la luz incandescente la radiación ultravioleta máxima que deben recibir los libros y documentos en papel es aproximadamente de 75 μw/lumen (microvatios por lumen). Por otro lado, la luz fluorescente recomendable es de 400 μw/lumen. Este tipo de luz suministra una iluminación muy superior a la incandescente con el mismo número de vatios por consumo. Una luz fluorescente de 40 vatios produce 1,700 a 3,450 lumen.379

Para conocer la intensidad lumínica en las distintas áreas de nuestra biblioteca se pueden

emplear diversos aparatos como un luxómetro (que mide la intensidad de la luz sobre un objeto expresada en luxes, su escala está graduada en lúmenes por m2) y un ultraviolímetro (que sirve para medir la cantidad de energía de radiación ultravioletas y la medida se realiza en microvatios de radiación por lumen).

Contaminantes atmosféricos

La atmósfera es: “La capa de aire que rodea la Tierra”380 que está compuesta por diversos

elementos esenciales para el desarrollo de los seres vivos. Contiene una mezcla de varios gases, principalmente, nitrógeno, oxígeno, argón, hidrógeno, criptón, xenón, neón, helio, etc. y otros elementos químicos así como partículas en suspensión que son altamente nocivas para las personas y que actúan como degradadores de los materiales bibliográficos.

Al conjunto de estas sustancias y elementos químicos que alteran nocivamente el medio

ambiente, la pureza del aire o las condiciones normales del medio ambiente por agentes químicos o físicos es lo que llamamos contaminantes atmosféricos.

Los contaminantes atmosféricos son liberados en el aire por una fuente natural (volcanes,

incendios, tormentas de arena, etc.) o antropogénica (industria, tráfico, calefacciones, etc.) en un proceso conocido como emisión381 (véase cuadro 4).

378 Ibidem, p. 222. 379 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 39. 380 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 1, p. 242. 381 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. GOBIERNO DE CASTILLA-LA MANCHA. Los contaminantes atmosféricos [en línea]. [Consultado: 16 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.jccm.es/medioambient/rvca/contamina.htm>. Con frecuencia los contaminantes naturales ocurren en cantidades mayores que los producidos o resultantes de las actividades humanas, los llamados contaminantes antropogénicos. Sin embargo, los contaminantes antropogénicos representan la amenaza más significativa a largo plazo para la biosfera.


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Cuadro 4. Contaminantes naturales del aire

Fuente Contaminantes Volcanes Óxidos de azufre, partículas Fuegos forestales Monóxido de carbono, dióxido de

carbono, óxidos de nitrógeno, partículas Vendavales Polvo Plantas (vivas) Hidrocarburos, polen Plantas (en descomposición) Metano, sulfuro de hidrógeno Suelo Virus, polvo Mar Partículas de sal

Fuente: Recursos naturales. Los contaminantes atmosféricos [en línea]. [Consultado: 16 de diciembre de 2005].

Disponible en World Wide Web: <http://www.jmarcano.com/recursos/contamin/catmosf2.html>.

Estas sustancias nocivas son generadas como consecuencia de las actividades humanas y del desarrollo tecnológico e industrial de las sociedades modernas, procedentes principalmente de las zonas industrializadas y de los grandes núcleos urbanos y que emitidas en forma de gases, partículas o aerosoles provocan la contaminación del aire.

Se entiende por contaminación atmosférica: “La presencia en el aire de sustancias y

formas de energía que alteran la calidad del mismo, de modo que implique riesgos, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza, [incluyendo los bienes culturales, libros y documentos]. De esta definición de contaminación atmosférica, se desprende que el que una sustancia sea considerada contaminante o no dependerá de los efectos que se produzca sobre sus receptores”.382 Por tanto, un contaminante es: “Una sustancia que se encuentra en el aire y, al ser absorbida por los materiales [bibliográficos y documentales], causa reacciones químicas de alteración”.383

Los efectos producidos por la contaminación atmosférica dependen principalmente de la

concentración de contaminantes, del tipo de contaminantes presente, del tiempo de exposición y de las fluctuaciones temporales en las concentraciones de contaminantes, así como de la sensibilidad de los receptores y los sinergismos entre contaminantes. Hay que tener muy en cuenta la graduación del efecto a medida que aumentan la concentración y el tiempo de exposición.384 La acción de los contaminantes atmosféricos sobre los materiales puede manifestarse por la sedimentación de partículas sobre la superficie de los mismos, afectando su aspecto exterior, o por ataque químico al reaccionar el contaminante con el material.385

Por tanto, los contaminantes atmosféricos son la mayor fuente de alteración química de

libros y documentos en soporte de papel. A pesar de que la celulosa pura tiene una buena 382 Recursos naturales. Los contaminantes atmosféricos [en línea]. [Consultado: 16 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.jmarcano.com/recursos/contamin/catmosf2.html>. 383 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 227. 384 Efectos producidos por la contaminación atmosférica [en línea]. [Consultado: 16 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.jmarcano.com/recursos/contamin/catmosf6.html>. 385 Idem.


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estabilidad, las impurezas presentes en el papel, especialmente la lignina y los restos de partículas metálicas de hierro, cobre y aluminio, modifican esas características convirtiéndolo en un material muy susceptible a los ácidos y oxidantes procedentes de la atmósfera. Las principales reacciones de alteración de la celulosa son la hidrólisis, acelerada por la presencia de ácidos o bases fuertes y la oxidación, ocasionada ésta última por la absorción de ozono.386

Los contaminantes atmosféricos se presentan en forma de gases y como partículas sólidas

en suspensión, que “producen efectos abrasivos, canalización química y contaminación biológica sobre los [libros] y documentos”.387

En forma de gases

Los contaminantes gaseosos son moléculas que se mueven libremente por la atmósfera y pueden trasladarse de un lugar a otro por la acción del aire. Entre los gases contaminantes que degradan los materiales bibliográficos destacan: el dióxido de azufre (SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono (O3) y el monóxido de carbono (CO2), que “catalizan las reaccciones químicas nocivas que conduce a la formación de ácido en las colecciones”.388

Dióxido de azufre

Es originado como subproducto de la combustión de carburantes fósiles que se produce en las zonas industriales y de denso tráfico vehicular que combinado con la humedad y el oxígeno de la atmósfera forma ácido sulfúrico. Esta sustancia es fuente de acidez y participa en las reacciones de hidrólisis y oxidación de la celulosa del papel.389

Sus efectos se manifiestan en un papel más oscurecido y friable en los cantos de las hojas,

ya que éstas se decoloran en las zonas no protegidas por la encuadernación, mientras que en la parte interior, protegida, aparece perfecta.390 Las pieles de las encuadernaciones pierden su fortaleza y flexibilidad, volviéndose débiles y quebradizas, y si el daño persiste pueden ser reducidas a polvo.391

El dióxido de azufre es una sustancia ácida sumamente corrosiva que es rápidamente

absorbida por el papel y no puede ser eliminada mediante sistemas de filtración y limpieza de aire, ya que no es una sustancia volátil.

386 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 228. 387 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 35. 388 OGDEN, S. Temperatura, humedad relativa, luz y calidad del aire : pautas básicas para la preservación. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 69-70 [consultado: 8 de mayo de 2005]. Capítulo 2. Medio ambiente. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam3.pdf>. 389 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 57. 390 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 22. 391 PAULLDA MENA, M. Op. cit., h. 58.


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Dióxido de nitrógeno

Fuerte oxidante y, sin duda, potente destructor del papel. Es originado por los procesos de combustión de los vehículos de motor. El dióxido de nitrógeno al disolverse en agua forma ácido nítrico que se adhiere a los materiales afectando al pH de los mismos.392

Ozono

Se encuentra en forma natural en la atmósfera. Es un gas invisible e incoloro altamente oxidante y corrosivo. Proviene de tres fuentes principales:

a) De la parte superior de la atmósfera. b) De los efectos de la luz solar combinada con los gases emitidos (dióxido de

nitrógeno). c) De los sistemas de filtración utilizados en algunos tipos de equipamientos eléctricos

(impresoras, fotocopiadoras, aire acondicionado, etc.) que se usan en interiores.

El ozono daña severamente todos los materiales orgánicos. Produce efectos devastadores sobre los materiales bibliográficos elaborados en papel por su alto poder de oxidación que afecta directamente a las fibras celulósicas, rompiendo su cadena molecular y modificando su estructura.393

Monóxido de carbono

Contaminante ácido que proviene de la quema de combustibles fósiles cuyas emisiones proceden de los vehículos, calefacciones, etc. y degradan los materiales bibliográficos.

El humo producido por el cigarro, las cocinas y los gases de materiales inestables

(películas de nitrato de celulosa, recubrimiento retardantes de fuego y adhesivos) también pueden producir contaminantes gaseosos dañinos.394

Partículas en suspensión

El aire transporta una serie de pequeñas partículas sólidas, también llamadas aerosoles, procedentes de diversos materiales como hollín, polvo, carbón, fragmentos metálicos, esporas de microorganismos, cenizas, sales (sulfato de calcio y amoniaco, nitratos, cloruros), materias silíceas, óxidos sólidos y otras partículas sedimentables que producen efectos abrasivos, catalizadores y de contaminación biológica sobre el papel.395

392 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 57. 393 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 35-36. 394 IFLA : principios para el cuidado y manejo de material de biblioteca. Compilado y editado por EP. Adcock con la asistencia de MT. Varlamoff y V. Kremp [en línea]. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 37 [consultado: 16 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ifla.org.sg/vi/4/news/pchlm-s.pdf>. 395 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 22.


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Estas partículas, por lo general, ácidas ingresan en la biblioteca por medio de la circulación de aire, adhiriéndose y penetrando en los materiales bibliográficos, degradándolos paulatinamente causando un deterioro físico-químico y biológico. En presencia de humedad pueden resultar sumamente corrosivas.

El hollín origina manchas difíciles de eliminar, y el polvo es fuente de suciedad al entrar

en contacto con el sudor y la grasa de las manos al ser manipulados los libros por los usuarios y el personal bibliotecario.396 También el polvo es portador de esporas microbianas que en condiciones óptimas de humedad y temperatura favorecen la proliferación de hongos y bacterias que pueden tener efectos devastadores sobre el acervo bibliográfico. El polvo y hollín dañan los materiales por su acción abrasiva.397

Los cloruros provenientes de las atmósferas industriales y del mar pueden ser causa de

deterioro de los materiales bibliográficos. Las partículas de cloruro y nitrato de sodio producen cristalizaciones en la superficie del papel y son fuertemente corrosivas asociadas a las tintas ferrogálicas.398

El cloro en combinación con el óxido de carbono produce oxicloruro de carbono (Cl2CO),

contaminante sumamente peligroso, pero que no es absorbido tan fácilmente por los materiales.399

En las zonas marítimas el aire tiene un alto contenido en sales. Estas partículas de sal al

depositarse sobre los libros y dadas las características higroscópicas del papel, mantienen una humedad relativa que favorece la actividad de microorganismos. Este tipo de contaminación puede ocasionar graves daños al papel, y es difícil de prevenir.

El aire también transporta esporas microbianas, tanto fúngicas como bacterianas, que pueden crecer y desarrollarse rápidamente sobre los libros. 2.1.2.2 Agentes físico-mecánicos

Responden a situaciones extraordinarias o circunstanciales. Asimismo, obedecen a circunstancias fortuitas ocasionadas tanto por el hombre como por fenómenos físicos o naturales. Catástrofes naturales

Las catástrofes naturales son agentes de destrucción masiva que pueden ocasionar daños irreversibles en las colecciones bibliográficas e incluso provocar la destrucción de acervos.

396 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 57. 397 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 42. 398 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 57. 399 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 36.


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La recuperación de los materiales dañados o destruidos conlleva una erogación cuantiosa y los servicios bibliotecarios deben interrumpirse o suspenderse temporalmente. De ahí la importancia de “establecer e implementar planes contra desastres para minimizar los posibles efectos destructores y devastadores y los derivados de las acciones precipitadas y no planeadas de salvamento”.400 Entre los principales fenómenos físicos que causan daño a las bibliotecas y, por consiguiente, a los materiales bibliográficos destacaré los terremotos, los incendios y las inundaciones. Terremotos

Un terremoto es: “El movimiento brusco de la Tierra causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo”.401

Dependiendo de la intensidad del sismo será el daño causado a las colecciones bibliográficas. En general, los daños son de tipo mecánico, y van desde el desplome de estanterías hasta el derrumbe de la estructura del edificio que puede desencadenar en la destrucción total o parcial del acervo.

Como consecuencia del sismo se pueden producir incendios e inundaciones debido a cortocircuitos eléctricos y a rupturas de tuberías, que también contribuyen, en gran medida, al deterioro de los materiales bibliográficos.

Para prevenir este tipo de situaciones se recomienda aplicar la normatividad vigente en

relación a la construcción de bienes inmuebles y de edificios de bibliotecas, así como las medidas preventivas que se deben adoptar de acuerdo a protección civil en caso de sismos.

Las medidas de protección se concentran en el diseño respetuoso de los edificios en

relación con los grados de intensidad que se pueden esperare en la zona geográfica donde esté ubicada la unidad de información. La resistencia del edificio radica en la solidez de la cimentación y de la estructura, en menor medida, de los cerramientos de paredes, pisos y cubiertas, que han de respetar lo establecido en normas de construcción. Por otra parte, es aconsejable fijar equipo, mobiliario y materiales, que pueden ser desplazados, a las partes resistentes del edificio.402

A nivel institucional cada unidad de información documental deberá implementar las medidas preventivas necesarias en relación a la ubicación y colocación de los materiales bibliográficos en las estanterías, así como la capacidad de las mismas. Debiéndose colocar los libros de gran formato y pesados en la parte inferior de la estantería para asegurar su buen estado físico y funcional. 400 QUIROZ FLORES, R. Material del curso “Preservación, conservación y restauración de materiales bibliográficos”. Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México. 30 de agosto al 3 de septiembre de 2004, h. 17. 401 Terremotos y otros desastres naturales [en línea]. [Consultado: 19 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.angelfire.com/nt/terremotos1/>. Puede usarse indistintamente terremoto o sismo. En lo sucesivo se empleará el término sismo. 402 ROMERO FERNÁNDEZ PACHECO, JR. y GONZÁLEZ DÍAZ, R. Op. cit., p. 65-66.


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Incendios

Otro elemento físico de gran fuerza destructiva y enemigo de los acervos bibliográficos y documentales es el fuego. El desarrollo y propagación del fuego se debe a la conjunción de tres factores: el combustible, usualmente un compuesto o material que arde (papel, madera, etc.), el comburente, material que alimenta y permite la combustión (el oxígeno del aire), y una fuente de energía o, también, llamada energía de activación (que se puede obtener con una chispa u otra llama como cigarros, lámparas, cables de electricidad, etc.). Por tanto, se llama fuego “al proceso de oxidación violenta de una materia combustible, con desprendimiento de llamas, calor y gases. Es un proceso muy exotérmico”.403

El fuego puede ser producido de modo accidental por negligencia o descuido debido a la falta de previsión, por inadecuadas instalaciones eléctricas o por la proximidad y el contacto con materiales inflamables y cables eléctricos.

Los daños causados a los materiales bibliográficos van desde la destrucción total del acervo hasta su mutilación (véase figura 30). Lamentablemente el deterioro ocasionado por el fuego, no tiene retorno. Recordemos el incendio producido en la Biblioteca de Alejandría que provocó la destrucción total de más de 700,000 volúmenes.

El calor y las altas temperaturas producidas por la combustión aceleran las reacciones de alteración, carbonizan las moléculas de celulosa y las proteínas, debilitando el soporte hasta el punto de que más leve roces implica la rotura.404

Figura 30. Material bibliográfico dañado por un incendio. Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.

Valencia : Biblioteca Valenciana; Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura i Educació, Direcció General del Llibre, Arxusi Biblioteques, 2002, p. 166.

Junto al cumplimiento de las normativas de construcción contra incendios, es preceptivo que los depósitos dispongan de sistemas autónomos de detección y extinción. 403 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 20 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Fuego>. 404 QUIROZ FLORES, MR. Op. cit., h. 17.


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Los sistemas de detección del fuego deben dar forzosamente una señal de alarma sonora, y es recomendable que estén conectados a un sistema automático antiincendio y directamente con el servicio de bomberos o de policía más cercano. Los detectores más habituales son: ópticos (detectan el humo), iónicos (detectan gas y humo), de llama (detectan la radiación luminosa), termoestáticos (detectan la temperatura), termovelocímetros (miden la variación de temperatura en relación a la velocidad en que varían).405 Los más recomendables son los llamados de ionización o detectores iónicos que perciben con rapidez el humo que precede la inflamación de los materiales orgánicos. La instalación de sistemas de detección con sensores incorporados constituye una de las medidas preventivas que permiten detectar los primeros indicios de humo.

Además, se debe contar con sistemas de extinción de incendios, tanto manuales como automáticos (extintores, regaderas, tomas de agua por áreas y generales, etc.), que permitan prevenir y combatir los incendios. Los sistemas de extinción deben completarse con aparatos portátiles (de polvo polivante y antibrasa, no tóxico y que no ocasione ningún tipo de manchas o alteraciones en el papel o pieles, fácil de eliminar con aspiradora o brocha) y de instalación fija (que consiste en agua a presión conducida por manguera que para evitar el daño que ésta ocasiona se deben instalar nebulizadores-rociadores de agua que se activan en el momento en el cual el sistema detecte el fuego) distribuidos estratégicamente.406 Inundaciones

Las inundaciones pueden ser originadas por el agua de las lluvias torrenciales, ciclones, huracanes, desbordamiento de los cauces de ríos, ruptura de tuberías y sistemas de cañerías, e incluso por la misma agua empleada en la extinción de incendios.

La entrada de agua al recinto de la biblioteca puede ser accidental o imprudencial por

descuido del personal y el daño puede ser drástico llegando a ocasionar una pérdida total de los materiales o parcial donde la humedad se transmite a otros materiales para lo cual se deberán de someter a un tratamiento de lavado total de secado o ambos.407 La magnitud de la catástrofe estará en función del tipo de material así como del número de volúmenes afectados. Recordemos las inundaciones del río Arno en Florencia y del Po en Venecia en el año 1966, cuyos desbordamientos causaron graves daños en libros y documentos en soporte de papel tanto contemporáneos como antiguos.

Los materiales bibliográficos elaborados en papel por su naturaleza higroscópica son capaces de absorber una determinada cantidad de agua. Conviene mencionar que

la cuantía dependerá de diferentes aspectos como el tipo de papel y de encolado, la presión con la que están colocados en las estanterías y el estado del soporte. Así los manuscritos e impresos fabricados con papel de trapos, esto es, anteriores a 1840, absorberán una cantidad de agua, evaluada al 80 y 200% de su peso original. Los papeles de madera, en cambio, muestran una menor absorción, apenas el 60%. Dentro de las cuatro primeras horas después del desastre, el

405 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 63. 406 VIÑAS TORNER, V. “Medidas y políticas de conservación de materiales bibliotecarios : problemas y soluciones”. En MAGÁN WALS, JA. Tratado básico de biblioteconomía. Madrid : Complutense, 2004, p. 476-477. 407 FIGUEROA RUIZ, MM. y FIGUEROA RUIZ, A. Op. cit., h. 92.


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resultado de la absorción se irá haciendo patente por una serie de cambios físicos que entrañan una mayor dificultad en la manipulación de los materiales.408

Los efectos ocasionados son fundamentalmente, un aumento considerable de peso y

volumen, apelmazamiento de hojas y roturas de las mismas, corrimiento de tintas, solubilidad y pérdida de las sustancias encolantes, desteñido de las pieles de las encuadernaciones, deformación, desprendimiento y roturas de las encuadernaciones, manchas o residuos de barro y de cualquier producto que el agua lleve en suspensión409 (véase figura 31 y 32).

Figura 31. Deterioro provocados por la acción del agua y humedad. Fuente: McCleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos :


Durante las siguientes 48 horas, si las operaciones de salvamento no se realizan correctamente y la puesta en marcha de los planes de desastres no resultan eficaces, la humedad presente en el material favorecerá la proliferación de colonias fúngicas y bacterianas llegando a ocasionar daños importantes.

La recuperación de los materiales afectados consta de una serie de fases sucesivas que deberán de ser contempladas con antelación en los mismos planes de desastres para ser puestas en práctica de la forma más rápida posible por parte:

408 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 273. 409 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 26.


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- Acceso a los locales y valoración de los planes, - Estabilización del medio ambiente, - Rescate de los materiales dañados, - Congelación, secado, limpieza y rehabilitación de los locales, - Reposición de ejemplares en su ubicación original.410

Figura 32. Barro espeso depositado sobre un libro antiguo. Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.


Catástrofes humanas y sociales

El hombre es, en gran medida, el principal causante del deterioro de los materiales bibliográficos y documentales, ya sea de forma directa o indirecta, consciente o inconscientemente. Por consiguiente, la inmensa mayoría de los procesos degradantes de estos materiales están inducidos por el hombre.

Entre las principales acciones destructoras destacan los numerosos actos bélicos acontecidos a lo largo de la historia de la humanidad que han contribuido en gran parte a la destrucción del patrimonio bibliográfico y de gran parte de las unidades de información documental de cualquier país.

Recordemos la destrucción de los primeros libros de la humanidad, las tablillas de barro, procedentes de la región mesopotámica de Sumer (5300 años), pasando por la quema de libros por parte del emperador chino Qin Shih Huang Ti (213 a. C.), la destrucción de códices prehispánicos en la Nueva España, y los conflictos Iglesia-Estado durante la Inquisición española

410 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 275.


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destruyó miles de ejemplares de textos de científicos y de magia,411 la quema y destrucción durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), por parte de las tropas alemanas de libros judíos, sospechosos de hacer apología del comunismo, de ideas anarquista, etc., y como los aviones aliados arrasaron con millones de libros de las bibliotecas alemanas, hasta la guerra serbo-bosnio, con la destrucción total de la Biblioteca Nacional de Sarajevo, depositaria de la memoria histórica y bibliográfica de cuatro culturas diferentes, entre ellas la musulmana.412 Sin olvidar, la más reciente confrontación bélica entre norteamericanos e iraquíes donde se produjo la destrucción y el saqueo de materiales pertenecientes a una de las culturas milenarias y que algunos han llegado a llamar el “bibliocausto” de Irak.

Para evitar estas pérdidas irreparables del patrimonio bibliográfico se debe contemplar y

planificar el traslado de las colecciones a lugares más seguros.

Las acciones vandálicas conllevan un espíritu de destrucción y unos actos de barbarie que pueden llegar a ocasionar grandes daños en los materiales bibliográficos, ya sean de forma intencionada o no. Es frecuente y habitual la mutilación de los acervos bibliográficos por irresponsabilidad de los usuarios de las bibliotecas, desprendiendo hojas y secciones de papel de forma deliberada. Asimismo las anotaciones manuscritas y el subrayado de los libros constituyen otros de los daños más frecuentes y que representan en su conjunto una conducta agresiva a lo que es la cultura escrita.

No debemos olvidar los coleccionistas de libros y los bibliómanos conscientes del valor y la riqueza bibliográfica de muchos ejemplares, y ante la imposibilidad de acceder a ellos mutilan de forma intencionada aquellos que no pueden encontrar por otras vías.413

Las medidas para evitar la mutilación de libros deben pasar por la vigilancia y supervisión de los materiales en las áreas de consulta y préstamo, y la aplicación cabal del reglamento así como la imposición de las sanciones correspondientes. De esta forma se logrará concientizar a los usuarios.

En las salas de consulta y préstamo “debe colocarse el mostrador en una zona elevada de total visibilidad, asimismo la sala no debe contar con obstáculos ni recovecos, y disponer de un

411 Esta destrucción ha acompañado a la escritura desde sus inicios: el hombre que crea es el mismo que destruye, la bibliofagia nace en el momento mismo de la inscripción. Fernando Báez afirma: "El instinto destructor es cultivado socialmente, desarrollado en la madurez individual, y su grado de daño responde a las expectativas sociales de quien lo ejerce. Ningún individuo o sociedad destruye o mata sino aquello con lo que no quiere dialogar. Es el monólogo más radical de la acción vital. Destruir un libro es negarse al diálogo que supone la razón plural de éste". Sin sentido de la historia: curiosamente el lugar del nacimiento del libro, 55 siglos después, es también su convulsa sepultura. Fernando Báez. La historia universal de la destrucción de los libros Barcelona : Destino, 2004. Citado por Rafael Toriz. De la destrucción de libros [en línea]. [Consultado: 21 de enero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.letralia.com/101/ensay.03.htm>. 412 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 60. 413 SÁCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 118.


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solo acceso por delante del mostrador y utilizar cerramientos acristalados que faciliten la visión desde las dependencias contiguas”.414

Otro de los actos más frecuentes en las unidades de información documental son los

robos. La sustracción de libros por parte de usuarios irresponsables ya sea para satisfacer la codicia de algún coleccionista o para obtener beneficios económicos en el mercado ilegal.

Para evitar o reducir el riesgo de robo o sustracción de libros se recomienda la adopción

de medidas de seguridad e intensificar la vigilancia y control de los materiales bibliográficos mediante la adquisición e incorporación de sistemas de vigilancia visual (circuitos cerrados de televisión), sistemas de vigilancia magnética (colocación de sensores y marcación de libros) que detecte la sustracción al cruzar la barrera de alarma y en el caso de bibliotecas históricas y fondos antiguos se deben establecer convenios con los cuerpos policiacos y judiciales que permitan las labores de coordinación en la recuperación del patrimonio bibliográfico así como la adopción de medidas de control en establecimientos donde se lleve a cabo el mercadeo de libros y documentos, tales como subastas de libros antiguos, casas de empeño, etc.

Estas acciones requieren previamente de la realización de catálogos e inventarios que permitan la descripción e identificación de cada uno de los materiales bibliográficos, así como el control y registro de los mismos que permitan así su posterior recuperación.

El uso constante y un manejo inadecuado de los materiales bibliográficos conlleva graves y severo daños e implica causas inevitables de deterioros provocados por el trato descuidado de los libros durante su almacenamiento, manejo y consulta tanto por el personal bibliotecario como por los usuarios (véase figura 33).

El deterioro causado a los libros por parte de los usuarios puede provenir de diversas causas, provocadas por desgarros o roturas, arrugas, deformaciones, desprendimientos de hojas y secciones de las mismas en forma deliberada; por manchas de distinto origen (huellas, grasa, inscripciones, restos de comida, etc.); por pasar las hojas doblándolas con los dedos húmedos o ensalivados o por abanicarlas para hallar una página provocando un paso excesivo y continuo de hojas; por anotar y subrayar en las hojas del libro, por forzar las tapas y las costuras al abrirlos más para leer el libro, por usarlo para recargar los codos y de apoyo para escribir, tomar notas o hacer calcos; por la colocación de cintas adhesivas, pegamentos, grapas, clips, separadores de distinta composición y otros métodos empleados para mantener los materiales que se anexan al cuerpo de la obra que no sólo dañan las hojas sino que transmiten sustancias químicas como óxidos, gomas y grasa que alteran la composición química del papel.415

Los daños producidos por el personal bibliotecario son ocasionados por colocar los libros

sobre los anaqueles de manera forzada y apretados dificultando la extracción del volumen, ocasionando el desgaste de las encuadernaciones y afectando la estructura del libro; por el contrario, hileras excesivamente laxas o flojas provocarán vicios y deformaciones. También se 414 RUIZ RODRÍGUEZ, Antonio Ángel. Parte V. La tutela del patrimonio bibliográfico y documental [en línea]. Tema 15. Factores influyentes en la degradación de los materiales de archivo y biblioteca [consultado: 12 de enero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ugr.es/~aangel/BellasArtes/Tema15BA.ppt>. 415 FIGUEROA RUIZ, MM. y FIGUEROA RUIZ, A. Op. cit., h. 118.


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producen daños por extraer los libros por las cabezadas del lomo, pues éste se desprenderá; por abrir los libros con violencia rompiendo el cajo y las tapas; por apilar un excesivo número de libros y por trasladar en una sola etapa más libros de los que se pueden cargar o manipular sin riesgo.

Figura 33. Manuscrito del siglo XIV deteriorado por uso y manipulación inadecuada. Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.


La falta de mobiliario adecuado y suficiente provoca daños físicos importantes sobre todo para los libros de gran tamaño, ya que la manera en que éstos son colocados o almacenados es factor determinante para su conservación. Los libros de formato muy grande se colocarán tumbados y nunca deben superponerse más de cinco o seis. Los libros colocados con el lomo hacia arriba o diagonalmente en los estantes e introducidos en anaqueles de una altura menor al volumen, etc., constituyen situaciones de manejo inadecuado e incorrecto que pueden provocar deformaciones y por tanto, daños físicos y estructurales importantes (véase figura 34). Cuando se saquen uno o dos volúmenes de un lugar, hay que cuidar de que el resto no quede inclinado, esta posición daña los cajos débiles.

Como se observa este tipo de daños y el consiguiente deterioro que sufren los libros están íntimamente relacionados con las propiedades físico-mecánicas que afectan a la resistencia de los materiales bibliográficos.416

En todos los casos se recomienda una manipulación cuidadosa y un almacenamiento adecuado de los materiales, así como tomar las medidas precautorias mínimas o elementales que eviten fenómenos de migración, abrasión, suciedad, rasgado, dobleces, deformaciones y otros daños.417

416 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 62. 417 Idem.


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Figura 34. Colocación incorrecta de libros y documentos en la estantería. Fuente: McCleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos :


Para ello se debe concientizar y educar a los usuarios en el uso y la manipulación adecuada de los materiales bibliográficos para conservarlos en óptimas condiciones.

Sólo en la medida en que podemos evitar la consulta directa del original y el uso y manejo que ello conllevan, y sobre todo, gracias a las nuevas técnicas de reproducción como la microfilmación o la digitalización, la difusión del patrimonio bibliográfico se agiliza, asegurándose así su conservación.

Los traslados y transporte constituyen otra de las causas de deterioro de los materiales bibliográficos. En la mayoría de las ocasiones el traslado se realiza en condiciones inapropiadas y sin la protección necesaria, sin el embalaje adecuado empleándose cuerdas y lazos para transportarlos atados y colocándose, en ocasiones, un gran número de volúmenes en cajas que por su excesivo peso pueden debilitar la coherencia de las fibras.418

“Con el transporte [los libros] reciben golpes e impactos que producen vibraciones que

tienden a desajustar la estructura física de los materiales mal protegidos, además de los estragos que ocasionan en los bordes, esquinas y bisagras”.419

Los equipos de transporte empleados, tales como diablos, montacargas y carretillas, producen daños durante el desplazamiento, particularmente, en pisos no uniformes y partes desniveladas.420

418 FIGUEROA RUIZ, MM y FIGUEROA RUIZ, A. Op. cit., h. 121. 419 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 62. 420 Idem.


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Para evitar este tipo de situaciones se debe planear anticipadamente y realizar de forma cuidadosa y detallada el traslado y reacomodo de los materiales, así como seleccionar los materiales de embalajes más adecuados o apropiados para su transporte tanto dentro como fuera de las instalaciones de la biblioteca. Para eliminar estos riesgos debe contratarse un seguro contra daños y accidentes y, si los materiales poseen un gran valor bibliográfico y económico, un seguro contra robo.

Las intervenciones y restauraciones anteriores pueden a llegar a ser causas de alteración del patrimonio bibliográfico. Los distintos procedimientos y los materiales empleados en la recuperación de la integridad física y funcional que pretenden mantener el estado original de los materiales bibliográficos pueden llegar a ser causa de deterioro sobre todo si no son realizados por personal profesional y con conocimientos en el área de restauración.

El empleo de materiales inadecuados para la restauración de libros tales como colas y adhesivos inestables que al producirse la oxidación de éstos dejan huella en el papel y deterioran la tinta.421 También el uso de blanqueadores químicos puede degradar el papel afectando su estructura, lo cual lo hace más frágil.

En ocasiones es común el empleo de papeles y cartones ácidos, los cuales transmiten acidez al soporte de papel. Para las envolturas y cajas de protección deben emplearse materiales libres de ácido y elementos inocuos. El deterioro del encapsulado de poliéster en ocasiones puede provocar el amarillamiento del soporte y propiciar el ataque fúngico cuando hay presencia de humedad en el papel.

Las exposiciones bibliográficas constituyen otra causa de deterioro de los materiales

bibliográficos, muchas veces motivada por el desconocimiento de las técnicas para exhibir libros. Éstos pueden ser degradados por diversos agentes como la luz natural o artificial, las altas temperaturas, ya que si no se controla la intensidad y el tiempo de exposición de los materiales, puede llegar a ocasionar deshidratación, resecación, amarilleo y deformación en el papel (véase figura 35).

También es frecuente observar severos daños en la estructura de las encuadernaciones si

no son expuestos de forma correcta. Asimismo la instalación de los materiales deber realizarse en espacios específicos destinados para tal fin, lejos de fuentes de humedad, e incluso tuberías en mal estado o sistemas de calefacción, ya que pueden provocar manchas de humedad y degradación biológica por ataque de microorganismos.422 Las medidas preventivas a adoptar se centran en garantizar el acomodo, la seguridad y el mantenimiento de las condiciones microclimáticas, así como descartar cambios bruscos equivalentes a más o menos 5% de HR y 3ºC de temperatura y renunciar a la iluminación perniciosa. De esta forma se garantiza la difusión, y la conservación de los materiales 423

421 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 26. 422 UNIKEL SANTONCINI, F. Op. cit., h. 33. 423 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 478.


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Figura 35. Exhibición insegura de un incunable mexicano del siglo XVI. Vocabulario en lengua mexicana y castellana de Fray Alonso de Molina e

impreso en México en el año de 1571 por Antonio de Spinosa. Las distintas técnicas de reproducción, como la microfilmación, la digitalización, la

fotografía, las reproducciones fotoestáticas pueden llegar a ocasionar deterioro en los materiales.

El uso de equipos reprográficos puede producir daños a las hojas, a la estructura de los libros y a las encuadernaciones principalmente por el calor generado por las lámparas durante la exposición de los materiales en la fotoduplicación. Asimismo los rayos infrarrojos y ultravioletas emitidos por el equipo reproductor son altamente dañinos al papel y a los libros.424

La reproducción fotoestática de los materiales originales ocasiona un gran deterioro en las encuadernaciones por el continuo abrir y cerrar del libro en la fotocopiadora. Por ello, se recomienda aplicar estas técnicas de reproducción de forma correcta y adecuada, extremando precauciones y no forzando las tapas para evitar el daño ocasionado por esta actividad.

En el caso de los fondos antiguos, que cuentan con manuscritos, libros raros e incunables, es conveniente reproducir este tipo de material, retirando así el original de la consulta y reservándolo sólo para casos excepcionales, lo cual va a permitir no sólo su difusión sino también su conservación.

2.1.2.3 Agentes biológicos

Uno de los grandes problemas en materia de conservación de las colecciones bibliográficas lo constituye, sin duda, el deterioro ocasionado por agentes biológicos.

Se consideran agentes biológicos aquellos seres vivos que se adaptan a vivir en un ambiente determinado que les permite reproducirse y crecer. Entre estos organismos encontramos

424 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 62.


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desde mamíferos, insectos, aves hasta microorganismos que utilizan los materiales orgánicos, principalmente, el papel y el pergamino, como sustrato para su nutrición.

La actividad biológica está relacionada con los materiales bibliográficos y su soporte, principalmente papel y pergamino, con el edifico y las condiciones microclimáticas de la biblioteca, especialmente de los depósitos que albergan dichos materiales, así como de las condiciones de higiene y limpieza tanto de las instalaciones como del mobiliario y las colecciones.425

Los procesos biológicos son de carácter físico-químico. Físico, por que responden a necesidades alimenticias y reproductivas, y químico, por que los organismos secretan sustancias digestivas o producen excrementos que alteran y modifican la estructura del sustrato. Como consecuencia de dichas actividades, los agentes biológicos son capaces de destruir los componentes constitutivos de los libros e incluso pueden llegar a ocasionar daños irreversibles e irreparables por que la materia sobre la cual actúan desaparece a través de sus órganos digestivos.

Los agentes biológicos más frecuentes en bibliotecas que destruyen libros en soporte de papel son los roedores, los insectos bibliófagos y los microorganismos. Roedores

Los roedores son: “Mamíferos generalmente pequeños, unguiculados, con dos incisivos en cada mandíbula, largos, fuertes y encorvados hacia fuera, cuyo crecimiento es continuo y sirven para roer”.426

Habitan en ambientes cálidos, húmedos y oscuros, tienden a ocultarse y, por lo general,

tienen hábitos nocturnos. Invaden los depósitos a través de puertas y ventanas, falsos techos, orificios o agujeros de paredes y pisos, y cañerías y túneles excavados por ellos.427

Los roedores roen el papel, el pergamino, el cartón, los adhesivos de las encuadernaciones y carcomen estanterías para construir sus nidos y mantener afilados sus dientes, ocasionando grandes agujeros en los materiales bibliográficos. También suelen roer el aislamiento de los cables eléctricos, provocando cortocircuitos e incendios. Depositan orina y excrementos sobre los materiales, transmitiendo suciedad, humedad y rastro de urea.428

Además de los daños químicos y mecánicos que ocasionan a las colecciones

bibliográficas, también pueden constituir un foco de infección y transmitir enfermedades al hombre.

Los roedores más comunes y frecuentes en bibliotecas son las ratas y los ratones.

425 Cfr. BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 42; VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 65. 426 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 1, p. 1983. 427 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 65. 428 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 47.


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Ratas

Existen numerosas especies, las más peligrosas son la especie Rattus rattus o rata negra, frecuente en las zonas portuarias y en ambientes cálidos, y la especie Ratus navergicus o rata de alcantarilla, que se desenvuelve con facilidad en ambientes húmedos en el interior de los edificios y en zonas de acumulación de alimentos y desperdicios. Ambas especies tienen un tamaño comprendido entre 30 y 40 cm.

Las ratas se reproducen con gran rapidez. Invaden y penetran los edificios por la red de alcantarillado, cañerías y agujeros de los muros y paredes, conductos de aire acondicionado, etc.

Cuando invaden las salas y los depósitos de la biblioteca no sólo roen los papeles, libros y otros materiales sino también constituyen un grave riesgo para la salud del hombre ya que pueden transmitir enfermedades como la peste, el tifus murino, la ictericia contagiosa, la léptopirósis y la rabia.429 Ratones

El roedor más común y que se encuentra con mayor frecuencia en las bibliotecas es el ratón doméstico. Vive en el exterior invadiendo en el otoño los edificios de las regiones templadas.430

Su radio de acción no supera los nueve metros alrededor del nido. Al igual que la rata se reproducen rápidamente, pudiendo parir cada 50 días.431

Gusta de ocultarse y tiene hábitos nocturnos. Se alimenta de restos de comida,

desperdicios e insectos muertos. No necesitan agua en abundancia. El daño que ocasionan a los libros es de tipo mecánico ya que roen los materiales marcando sus dientes incisivos y dejando señales inequívocas en los materiales dañados para construir sus nidos, además defecan y orinan sobre el papel, provocando manchas amarillentas u ocres (véase figura 36).

Suelen mordisquear las encuadernaciones de pergamino o los bordes de los libros y los

cantos de las hojas que conservan restos de grasa como consecuencia de su manipulación. También utilizan el material mordisqueado tanto para alimento como para la construcción de sus nidos. Al morir, sus cadáveres constituyen una fuente de alimento para los insectos.

Los indicios de una plaga y una señal para descubrir una infestación de roedores son los

excrementos depositados en los lugares por donde pasan, las marcas de sus dientes sobre los libros, los agujeros y grietas en suelos y paredes, y el fuerte olor acre de la orina.432

429 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 66. 430 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 105. 431 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 116. 432 Idem.


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Figura 36. Daños en un manuscrito por orines de roedor. Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.


Para combatir este tipo de plaga no se deben dejar restos de alimentos en las salas de

consulta ni en las áreas que resguardan materiales bibliográficos, y deben taparse orificios o agujeros de pisos y paredes con cemento y colocar repelentes, cebos envenenados, productos raticidas y ratoneras. Insectos bibliófagos433

La inmensa mayoría de los insectos son omnívoros, es decir, son capaces de nutrirse de una gran variedad de materiales. Se alimentan de celulosa, pergamino, tela, madera, cartón, colas, engrudos y otras sustancias orgánicas que se encuentran en los libros y documentos.

Los insectos son uno de los agentes de deterioro del papel que pueden llegar a ocasionar

daños severos, tanto de tipo físico-mecánico como alteraciones cromáticas a los materiales que infestan.434

433 Bibliófago. (De bibliofagia, del gr. biblion, libro, y phagoo, comer). “Sinónimo de devorador de libros, […]”. Juan B. Iguíniz. Léxico bibliográfico. 2a ed. México : UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 1987, p. 38. Este mismo autor define animales bibliófagos: “Insectos de varias especies que atacan los libros para su nutrición, perforándolos, desgarrándolos y destruyéndolos”. Juan B. Iguíniz. Op. cit., p. 21. Bibliófago es: “El que come libros o papel escrito. Los roedores y las polillas son animales bibliófagos”. Domingo Buonocore. Diccionario de bibliotecología : términos relativos a la biblilogía, bibliografía, bibliofília, biblioteconomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. 2a ed. aum. Buenos Aires : Marymar, 1976, p. 63. 434 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 67.


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Su acción destructora es más intensa en los climas tropicales y subtropicales donde su crecimiento y desarrollo se ve favorecido por ambientes cálidos, húmedos, oscuros, con suciedad y mala ventilación.

Se han identificado alrededor de 70 especies de insectos que atacan los materiales

bibliográficos y documentales pertenecientes a varias familias y órdenes. Cada una tiene una íntima relación con el medio climático y el área geográfica donde se localizan, por lo que podemos encontrar insectos que se desarrollan en regiones muy específicas y otros que son cosmopolitas y que pueden vivir de forma permanente en todos los climas.

Aunque necesitan unas condiciones de humedad y temperatura determinadas, se adaptan fácilmente a condiciones ambientales extremas, e incluso en presencia de insecticidas.435

Los insectos presentes en archivos y bibliotecas podemos dividirlos en dos grupos: habitantes regulares y habitantes ocasionales. Los primeros se alimentan fundamentalmente de papel de buena calidad (papel de algodón, neutro o alcalino) y son llamados insectos celulósicos. Los segundos tienen como fuente de alimentación la madera de las estanterías, mobiliario y, ocasionalmente, pueden llegar a anidar y dañar el papel.436 Estos últimos son conocidos como insectos xilófagos.

Las diferentes vías de entrada de insectos en las bibliotecas son las ventanas, la ropa de los usuarios, el viento, los nidos de polvo, y de otros materiales bibliográficos, etc.

El insecto pasa por las siguientes fases de crecimiento: huevo, larva, pupa o ninfa e insecto adulto. El daño mayor lo produce en su estado larvario donde realiza perforaciones en el papel.437

Los principales insectos que causan daños a los materiales bibliográficos son el escarabajo, las carcomas, las cucarachas, el pececillo de plata, el piojo de libro y las termitas. Escarabajo

Este insecto pertenece al orden de los Coleópteros y la familia Dermestida. Se encuentra principalmente en regiones templadas. Miden entre 6 y 10 mm. y tiene forma redonda y globulosa.

Viven en los nidos de los pájaros, roedores y arañas, de donde se trasladan a los depósitos de materiales bibliográficos. Suelen encontrarse debajo de las estanterías y en los libros apilados que no han sido movidos.

435 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 111. 436 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 23. 437 Idem.


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Se alimentan de sustancias animales como el cuero y el pergamino. Atacan el papel, las colas de origen animal, el engrudo, y la seda y el terciopelo de las encuadernaciones.438

Figura 37. Insectos bibliófagos: 1) Coleóptero (escarabajo); 2) Gusano del libro (carcoma); 3) Dictióptero (cucaracha).


Direcció General del Llibre, Arxusi Biblioteques, 2002, p. 130.

Carcomas

También pertenece al orden de los Coleópteros y a la familia Anobidae. También conocido como gusano del libro. Es un insecto muy pequeño, mide entre 2 y 3 mm., aproximadamente, pero altamente destructivo ya que penetra en los libros donde deposita sus huevos sobre todo en las encuadernaciones con relieve o en las grietas de la madera.

Son insectos xilófagos, alimentándose principalmente de madera pero también de otros materiales como telas, papel, cuero y colas de almidón, etc.

Durante su fase de crecimiento van comiendo el material celulósico, digiriéndolo y dejando sus excrementos con aspecto de arenillas o polvillo,439 el cual se deposita como pequeños montoncillos en el suelo o en las estanterías.

En el interior de los libros producen daños severos y, en ocasiones, el texto queda

prácticamente ilegible, debido a la gran cantidad de galerías que excavan, las cuales pueden llegar incluso a perforar las pastas y los lomos de los libros.

Tanto el escarabajo como la carcoma se pueden eliminar con diversos productos como, por ejemplo, una mezcla en polvo de pelitre y fluoruro. Otra alternativa es sellar el depósito y

438 PAULLADA MENA, M. Op. cit, h. 91-92. 439 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 47.


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pulverizarlo con un insecticida mortífero, ya sea mediante la fumigación del material en cámara de vacío con óxido de etileno o la utilización de la congelación.440

Figura 38. Daño provocado por insectos. Fuente: McCleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documentos :

manual práctico de conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan Editorial, 2001, p. 102. En líneas generales, los métodos de detección y tratamiento para insectos se basan en la

revisión periódica del edificio y las colecciones; en el tendido de trampas, tanto adhesivas (consistentes en papeles con sustancias adherentes donde los insectos quedan atrapados) y trampas de luz (los insectos son atraídos por la luz, principalmente fluorescentes y el calor emitida por la misma), y un monitoreo, mediante un método de apreciación visual, que permita detectar daños provocado por este tipo de agente biológicos, restos de insectos, etc., realizados de forma periódica y sistemática y con variabilidad de tiempo.441 Cucarachas

Pertenece al orden de los Dictiópteros, de la familia Blattidae (blátidos). Las especies que se encuentran con frecuencia en las bibliotecas son las cucarachas domésticas. Entre éstas destacan Phyllodromia germánica (cucaracha germánica), Periplaneta orientales L. (cucaracha oriental) y Periplaneta americana L. (cucaracha americana).

440 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 109. 441 RUIZ RODRÍGUEZ, Antonio Ángel. Parte V. La tutela del patrimonio bibliográfico y documental [en línea]. Tema 15. Factores influyentes en la degradación de los materiales de archivo y biblioteca [consultado: 12 de enero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ugr.es/~aangel/BellasArtes/Tema15BA.ppt>.


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Son insectos nocturnos que requieren ambientes húmedos para sobrevivir. Su distribución es cosmopolita pero abunda en zonas tropicales. Las cucarachas son omnívoras, se alimentan tanto de sustancias vegetales como animales pero tienen especial preferencia por los materiales proteínicos como el pergamino, el cuero, así como por el papel, las encuadernaciones y los adhesivos. Se reproducen en proporciones extraordinarias.

Es frecuente encontrarlas en depósitos, almacenes y zonas de desagüe. Hacen sus nidos en las grietas de las paredes y viven en rincones oscuros, tibios y húmedos.

Las cucarachas producen daños y desperfectos superficiales e irregulares en las tapas de los libros y dejan agujeros en el papel y el pergamino.442 Producen excrementos negruzcos que provocan erosión y manchas de color oscuro en los bordes de las hojas de un libro cerrado.

Para combatir este tipo de plaga se requiere adoptar medidas preventivas, enfocadas a la higiene y limpieza de las colecciones y las instalaciones, así como sellar y tapar drenajes y fisuras en pisos y paredes.

Para su erradicación deben instalarse trampas pegajosas en sótanos, fosos de ascensores, en el forjado del techo, ranuras de tuberías y cañerías. Otra opción es la utilización de cebos industriales como los de la marca comercial Baygon® cuya composición es a base de salvado mezclado con melaza y con un aspecto parecido al serrín. También se puede emplear un spray insecticida y ácido bórico en forma de polvo.443 Pececillo de plata

Pertenece al orden de los Tisanuros y a la familia Lepismatidae. También conocido como Lepisma. Son cosmopolitas y se encuentran en regiones tropicales.

Es un insecto de color blanquecino, plateado o gris perla. Son delgados y pueden llegar a medir hasta 12 mm. Tiene hábitos nocturnos, por tanto, le desagrada la luz y prefiere ambientes húmedos. Se reproduce muy rápidamente y colocan sus huevos al abrigo de la luz, en hendiduras e irregularidades de las encuadernaciones.444

El pececillo de plata “roe el cuero y el papel”,445 provocando, en este último, erosiones

superficiales de forma irregular446 llegando incluso a perforarlo.

Se alimentan de materiales como los encolados del papel y las encuadernaciones. Otras fuentes de alimento son telas como el lino, el algodón y el rayón. Los daños que ocasionan en la superficie de los libros son similares a los de las cucarachas pero de menor tamaño.447

442 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 104. 443 Ibidem, p. 109. 444 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 23. 445 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 2, p. 1246. 446 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 46. 447 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 104.


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Al igual que las cucarachas debe colocarse trampas pegajosas en los lugares donde se detectó. En armarios y vitrinas puede emplearse gel de sílice en forma de polvo fino debajo de la última balda o cajón o en zonas discretas de la vitrina. Otra opción es el uso de productos químicos en forma de polvo que combinan el gel de sílice con el pelitre, así como la aplicación de un spray insecticida en la base de la estantería, rendijas, zócalos, etc.448 Piojo de libro

Pertenece al orden de los Corrondentia, de la familia Liposcelidae. Son insectos cosmopolitas, de tamaño minúsculo llegando a medir de 1 a 2 mm., casi imperceptibles. Viven en lugares húmedos y mal iluminados, ocultándose en las zonas oscuras del suelo y las paredes.

Es prácticamente omnívoro alimentándose de material vegetal y animal, concretamente de insectos u hongos que se encuentran en el papel, así como de almidón, engrudos y colas.

Se reproducen en dos generaciones anuales y depositan sus huevos en los lomos de los libros, por tanto, se los puede localizar tanto en las encuadernaciones donde hallan grandes cantidades de adhesivos y pegamentos como en libros con presencia de ataque fúngico.

El daño que ocasiona se limita a las partes de las encuadernaciones cercanas al lomo.

Producen infinidad de perforaciones en la superficie del papel y ligeras erosiones449 llegando a dañar las fibras del papel.

Las medidas de combate recomendables son la limpieza periódica de polvo, la eliminación de la humedad que necesita para sobrevivir y una adecuada ventilación. La presencia de calor y un buen oreo del material infectado seguido de una corta exposición al sol eliminan el problema.450

Figura 39. Insectos bibliófagos: 4) Ortóptero (saltamontes); 5) Lepidóptero (polilla);

6) Lepisma (pececillo de plata); 7) Psocóptero (piojo de libro). Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.


448 Ibidem, p. 109. 449 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 46. 450 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 109.


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Termitas

Las más frecuentes en archivos y bibliotecas son las que pertenecen al orden de los Isópteros y a la familia de las Kalotermitidae y las Reticulermes. También son conocidas como hormigas blancas y comején.

Son los insectos más temibles y devastadores que podemos encontrar en las bibliotecas. Proliferan en las zonas tropicales, aunque las podemos encontrar en las regiones cálidas y templadas.

Son lucífugas, es decir, huyen de la luz y actúan en la oscuridad. Prefieren los ambientes húmedos y las altas temperaturas. Las termitas son omnívoras y se alimentan de madera, celulosa y, en casos excepcionales, de piel devorando rápidamente todo material celulósico que encuentran a su paso.

Forman una sociedad organizada con una perfecta división del trabajo donde se distinguen cuatro individuos: rey y reina alados y sexuados, y las obreras y soldados asexuados. Se reproducen con gran rapidez.

Figura 40. Isóptero (termitas). Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.


Viven en grupos o comunidades y en sistemas completamente cerrados de túneles intercomunicados. También los podemos encontrar en los libros donde hacen cavidades o perforaciones en forma circular e irregular, penetrando en su interior y llegando en ocasiones, a destruir totalmente el libro, convirtiéndolo en polvo y dejando sólo la encuadernación y el lomo.451 451 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 47.


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Se distinguen dos grupos: las termitas subterráneas y las termitas de madera seca. Las primeras tienen sus nidos bajo tierra junta a las raíces de los árboles, recorren grandes distancia para invadir los edificios con vigas o estructuras de madera utilizando las grietas o construyendo túneles a través de paredes y pisos. Las segundas, viven a nivel de la superficie y suelen construir sus nidos en madera seca o madera permanentemente erosionada452 o de árboles muertos, así como en las vigas de madera grandes y abandonadas.453 A diferencia de las termitas subterráneas no requieren humedad y estar en contacto con el suelo. Un signo de su existencia son las manchas de color oscuro de los excrementos granulados que producen los obreros.

Los daños que causan son temibles, difíciles de detectar ya que no se pueden observar desde el exterior hasta el último momento, ya que atacan por la parte posterior de los estantes excavando sus galerías en la madera y de ésta pasan e invaden los libros que están en contacto con las estanterías, pudiendo destruir colecciones completas, lo que significaría un daño irreparable.

Por lo complicado que es su eliminación y dado que constituyen un gran peligro y una amenaza constante por los graves daños que ocasionan a los materiales bibliográficos se debe contratar los servicios de un exterminador de termitas profesional.

Microorganismos

Los microorganismos son seres microscópicos que se hallan difundidos en los diferentes ecosistemas como el suelo, el agua, el aire, las plantas, los animales y sobre todo tipo de objetos. Son organismos vivos que debido a su tamaño sólo pueden ser observados a través del microscopio. Existen como células aisladas o agrupaciones celulares.454

Estos seres vivos viajan transportados por el viento, por el agua, o adheridos a las

partículas de polvo y suelo, y se desarrollarán cuando encuentren las condiciones microclimáticas idóneas y los nutrientes necesarios para su crecimiento y proliferación.

Dentro de la gran variedad de seres microscópicos, encontramos a los protozoarios, las bacterias, los hongos y las algas. Los grupos microbianos más frecuentes en archivos y bibliotecas son las bacterias y muy especialmente, los hongos. Estas dos clases de microorganismos constituyen los principales agentes del biodeterioro de libros y documentos elaborados en papel por su gran acción destructiva llegando a ocasionar daños irreversibles en los materiales e incluso pueden provocar enfermedades a las personas que están en contacto con materiales contaminados.

452 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 105. 453 ALMELA MELIÁ, J. Op. cit., p. 57. 454 MADIGAN, MT., MARTINKO, JM. y PARKER, J. Brock Biología de los microorganismos. 8a ed. Madrid : Prentice Hall Iberia, 1999, p. 2. “Si un objeto tiene un diámetro inferior a 0.1 mm, el ojo no puede percibirlo en absoluto, e incluso en un objeto de 1mm de diámetro pueden apreciarse muy pocos detalles. Por tanto, hablando en términos generales, los organismos que tienen un diámetro de 1 mm o inferior son microorganismos”. Roger Y. Stainer, Edward A. Adelberg y John L. Ingraham. Microbiología. México : REPLA, 1986, p. 1.


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Bacterias

Son organismos unicelulares que carecen de membrana celular diferenciada y se reproducen por fisión binaria o bipartición donde la célula madre da lugar a dos células hijas exactamente iguales.455

Algunas bacterias forman esporas que viajan transportas por el aire y pueden mantenerse viables por varios años. La mayoría de las bacterias son heterótrofas, es decir, obtienen su fuente de alimento a partir de sustancias orgánicas como el papel. Para llevar a cabo estas reacciones disponen de enzimas o catalizadores biológicos que metabolizan el sustrato en el que se encuentran. Mediante esta actividad enzimática descomponen la celulosa, el almidón, el colágeno y otras sustancias constitutivas del papel, llegando a la destrucción total del material.456

Las condiciones de vida en las que se desarrollan son: un medio neutro o ligeramente

alcalino que corresponde a un pH de 7-8, humedades relativas superiores al 80% y temperaturas comprendidas entre 25 y 37 ºC, aunque algunas especies soportan temperaturas inferiores a 0ºC.457

Muchas especies excretan pigmentos y otras sustancias que ocasionan manchas de aspecto compacto. Al principio son de diferentes colores y al final, por la descomposición del soporte, de color castaño oscuro.458

Basándose en el margen de temperatura óptima de crecimiento, las bacterias se dividen en tres grandes grupos: termofílicas, que crecen a temperaturas elevadas (por encima de 55 ºC); mesofílicas, que crecen bien en el margen intermedio (20 a 45 ºC), y psicrofílicas, que crecen bien a 0 ºC.459

Éstas a su vez pueden ser aeróbicas, es decir, que necesitan oxígeno para subsistir, y

anaeróbicas y anaeróbicas facultativas, que viven en ausencia de oxígeno. Algunas pueden presentar estructuras de resistencia, debido a la formación de esporas, que les permiten sobrevivir incluso en condiciones ambientales no óptimas, y se les denomina esporuladas. Las bacterias que no presentan dicha estructura son denominadas no esporuladas. La inmensa mayoría de las bacterias que degradan el papel son aeróbicas, es decir, requieren de oxígeno para su desarrollo y crecimiento.

En el siguiente cuadro se muestran las principales familias y géneros de bacterias que se encuentran con mayor frecuencia en archivos y bibliotecas como agentes del biodeterioro del papel.

455 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 75. 456 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 44-45. 457 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 76. 458 FIGUEROA RUIZ, MM. y FIGUEROA RUIZ, A. Op. cit., h. 109. 459 STAINER, RY., ADELBERG, EA. y INGRAHAM, JL. Microbiología. México : REPLA, 1986, p. 292. “Los datos que describen los márgenes de temperatura de crecimiento de muchas bacterias muestran la naturaleza algo arbitraria de las designaciones aquí mencionadas. El margen en el cual es posible el crecimiento es tan variable como los son los máximos y los mínimos”. Roger Y. Stainer, Edward A. Adelberg y John L.Ingrahma. Op. cit., p. 292.


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Cuadro 5. Bacterias más frecuentes en materiales bibliográficos y patología humana

Familia

Género

Pigmentación y actividades

Patología

Acinetobacter

Degradación de pergamino y

colas.

No se consideran especialmente patógeno con excepción del A.

calcoacéticus causante de neumonías de comunidad.

Bacilaceas

Bacillus

Manchas violáceas. Acidificación, hidrólisis de

la celulosa.

Poca importancia.

Pseudomonaceas

Pseudomonas

Manchas de tonos amarillos.Decoloración y acidez.

El género P. earuginosa es patógena en condiciones especiales.

Microccocaceas

Staphylococcus

Manchas amarillas y crema.

Acidificación.

S. aureo infecciones supurativas y epidermitis. S. epidermitis,

septicemias e infecciones urinarias.

Streptococcus

Acidificación y degradación

del soporte.

S. piógenes y S. viridans producen infecciones en el sistema

respiratorio y formación de pus.

Fuente: Arsenio Sánchez Hernampérez. Políticas de conservación en bibliotecas. Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 109-110 y Milagros Vaillant Callol y Nieves Valentín Rodrigo.

Principios básicos de la conservación documental y causas de su deterioro. Madrid : Instituto del Patrimonio Histórico Español, 1996, p. 76, 77.

Hongos

Otros de los microorganismos causantes del biodeterioro de libros y documentos son, sin duda, los hongos, pues su acción destructora no sólo puede ocasionar daños irreversibles en el papel, sino también serios riesgos en la salud de los usuarios y del personal bibliotecario que manipulan estos materiales documentales.

En los siguientes apartados desarrollaré ampliamente lo relacionado con este agente biológico y su acción degradadora sobre los materiales bibliográficos elaborados en papel. Hombre

El hombre es el principal agente destructor y causa directa o mediata de muchos de los efectos degradantes de los libros, y paradójicamente, tiene el compromiso y la responsabilidad de conservar y salvaguardar el patrimonio bibliográfico.

Los daños ocasionados por el hombre pueden ser de forma directa o indirecta, consciente o inconsciente y pueden provenir de infinidad de causas, desde un uso y manipulación incorrecta hasta la mutilación y destrucción total de los acervos bibliográficos.


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La solución a este tipo de amenazas pasa por concientizar, sensibilizar y formar al usuario en el uso y manejo de los libros. Asimismo se debe crear una cultura de preservación de los materiales bibliográficos e impulsar el concepto de libro como objeto cultural que permita no sólo su conservación sino la difusión de la información y el acceso a futuras generaciones.

Es labor de los bibliotecónomos y de los profesionales de la información, en general,

contemplar el establecimiento de políticas de conservación y la adopción de medidas preventivas bajo técnicas, métodos y criterios científicos en materia de conservación y restauración de libros y documentos en soporte de papel que coadyuven a la conservación de la memoria bibliográfica y del patrimonio cultural de la humanidad. 2.2 Hongos celulolíticos 2.2.1 Definición y generalidades

Tradicionalmente los seres vivos estaban clasificados en dos Reinos, el Reino Animal (Reino Animalia) y el Reino Vegetal (Reino Plantae). Durante mucho tiempo los hongos habían sido clasificados dentro del Reino Plantae por suponer que tenían comportamientos parecidos a las plantas por el aspecto general de sus fructificaciones, su relativa inmovilidad y la producción de esporas. Sin embargo, con la aplicación de la biología molecular y la bioquímica en los estudios taxonómicos, los especialistas han clasificado a los hongos en el Reino Fungi, también llamado Reino de los Hongos, tomando como base la propuesta de Whitakker en 1969 para clasificar a los seres vivos en cinco reinos (Monera, Protista, Plantae, Animalia y Fungi). Basándose en estos criterios científicos el Reino Fungi difiere de los animales y de las plantas en su ciclo de vida, modo de reproducción, pautas de desarrollo y muchas otras características, lo cual ha determinado que se consideren a los hongos como un reino independiente.460

Los hongos son seres vivos de estructura unicelular o pluricelular, es decir, compuestos por una o varias células. Existen tanto hongos microscópicos como macrocóspicos. Son seres heterótrofos, es decir, obtienen los nutrientes y el carbono de compuestos orgánicos sintetizados por otros organismos. Este hecho condiciona su modo de vida, ya que en la naturaleza se encuentran en forma de parásitos, saprófitos y simbióticos. Si el alimento se obtiene directamente de otro organismo, el hongo se denomina parásito; por el contrario, si obtiene su alimento de materia orgánica muerta o de restos orgánicos en descomposición, se le llama saprófito; si viven a expensas de o en sociedad con sus huéspedes con beneficio mutuo, se denominan simbióticos.461 De una u otra forma los hongos obtienen los nutrientes por absorción, descomponiendo el sustrato y asimilando una gran variedad de sustancias como fuente de energía. De ahí que los hongos contribuyan a la descomposición de la materia orgánica y participen en los ciclos biológicos.

460 HERRERA, T. y ULLOA, M. El reino de los hongos : micología básica y aplicada. México : UNAM : FCE, 1990, p. 19-21. 461 DEACON, JW. Introducción a la micología moderna. México : Limusa, 1988, p. 14.


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Los hongos poseen dos estructuras básicas: vegetativa y reproductiva. La estructura vegetativa consiste en una red de filamentos ramificados y entrelazados llamados hifas.462 La unión o agrupación de varias hifas forman el micelio, que se extiende sobre la superficie y el interior del sustrato, y puede o no ser percibido a simple vista.463 A través de esta red de filamentos, semejante a las raíces de una planta, los hongos pueden absorber los nutrientes del huésped.

Una vez que los micelios están maduros, las hifas producen una serie de apéndices, denominados conidióforos, que a su vez forman fiálides, los componentes coloreados del moho, generalmente verde o amarillo, y que son perfectamente visibles464 (figura 41).

a

b

Figura 41. Penicillium crustosum: a) Morfología colonial; b) Morfología microscópica. Al microscopio (figura 41B) se observa la estructura reproductiva asexual del Penicillium crustosum donde se distingue claramente el conidióforo rugoso (1), una rama (2), sus fiálides en forma de ámpula (3) y conidios elipsoidales (4).

462 Las hifas de los hongos normalmente se desarrollan a partir de esporas, aunque también pueden originarse a partir de fragmentos de otras hifas, y crecen gracias al depósito de nuevos materiales. No todos los hongos tienen hifas, como es el caso de las levaduras. 463 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 109. 464 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos. Caracas : Biblioteca Nacional de Venezuela, 1998, p. 12.

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Estas fases de desarrollo forman parte de las estructuras reproductivas en la cual se producen esporas, células ovales altamente resistentes a los ambientes desfavorables y que pueden permanecer en estado latente durante un tiempo indefinido,465 hasta que éstas cambien y faciliten su desarrollo. Las esporas constituyen, en definitiva, formas o estructuras de resistencia que se encuentran en el ambiente y viajan arrastradas por las corrientes de aire, al quitar el polvo o porque se adhieren a la ropa o al calzado de las personas que están en contacto con ellas, y de esta forma se trasladan a las salas de la biblioteca depositándose así sobre los materiales.

Para su crecimiento y desarrollo los hongos requieren determinadas condiciones ambientales de humedad y temperatura, una limitada circulación de aire, concentración de nutrientes, pH y luz.466 Para cada uno de ellos hay un rango mínimo, óptimo y máximo, que pueden afectar a su desarrollo y crecimiento.

Los parámetros de humedad y temperatura que favorecen el desarrollo y la proliferación de hongos se sitúan en 25 ºC de temperatura y 65% de humedad relativa, aunque está demostrado que muchas especies pueden desarrollarse en otros parámetros.467 Por encima de estos niveles de humedad relativa y temperatura se incrementa la probabilidad de infestación y la tasa de crecimiento.

Los hongos aeróbicos requieren oxígeno cuando menos en pequeñas cantidades para su

crecimiento. La circulación del aire favorece la rápida evaporación y secado, previniendo y eliminando total o parcialmente el contenido de humedad que favorece el crecimiento de los hongos.468

Otro factor que incide en el desarrollo de los hongos es el tipo de nutrientes. Los hongos suelen alimentarse de sustancias orgánicas como la celulosa del papel, las proteínas del pergamino, las pieles, las telas de encuadernaciones y adhesivos de cola animal y del almidón utilizado para encolar las hojas y pegar las pastas y otros materiales constitutivos de los libros.469 Otros elementos nutritivos que favorecen su crecimiento son las dextrinas, la gelatina, proteínas de otros tipos, sales metálicas, aminoácidos, aditivos y otras impurezas.470

Los hongos celulolíticos son capaces de degradar estos materiales, y especialmente la

celulosa del papel por medio de enzimas que secretan producto de su actividad metabólica que aceleran el proceso de deterioro y destrucción de la celulosa. Estas enzimas actúan

465 BECK, I. Op. cit., p. 43. 466 Cfr. GÓMEZ FERNÁNDEZ, A. “Métodos de control y erradicación de agentes causantes de biodeterioro en micropelículas”. Bibliotecas y Archivos: órgano de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, Enero/Abril 1999, vol. 1, no. 1, p. 19. 467 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 43. 468 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 14. 469 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 94. 470 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 70.


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hidrolíticamente convirtiendo el material insoluble (celulosa) en azúcares o productos solubles471 que son incorporados como sustancias nutritivas a través de la membrana celular.

La mayoría de los compuestos naturales pueden ser utilizados por los hongos como

fuentes de carbono y energía, entre los que se encuentran los diferentes carbohidratos: azúcares y polisacáridos.472

Los elementos necesarios para su crecimiento incluyen carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre, potasio y magnesio, y como microelementos utilizan hierro, zinc, cobre, manganeso y calcio, y ciertas vitaminas. El desarrollo de los hongos se ve significativamente afectado por la naturaleza y el tipo de nutriente.473

El pH es importante ya que muchos seres vivos pueden sobrevivir en reducidos intervalos de pH. Los hongos prefieren un medio ligeramente ácido para su desarrollo, que corresponde a un pH 6, como nivel óptimo para la mayoría de las especies.474 Ingrid Beck475 coincide en gran medida al determinar un intervalo de pH entre 5 y 6 para su desarrollo y proliferación. Por su parte, Laure Méric establece un rango más amplio en el cual “la gran mayoría de los hongos pueden desarrollarse dentro de una zona de pH comprendida entre 4.5 y 8.0 (un rango óptimo de 5.5-7.5). Los hongos acidófilos crecen hasta un pH inferior a 4 (los valores mínimos están entre 1.5 y 3.5), […]. Estas zonas de crecimiento corresponde a la zona ácida del papel”.476

El papel desempeñado por la luz en el crecimiento de los hongos no está bien definido. Puesto que “los hongos carecen de clorofila, la luz desempeña un papel mínimo en el crecimiento de las especies fúngicas”.477 Sin embargo, en algunas especies la luz solar inhibe su crecimiento mientras que la oscuridad acelera.

Si por un lado la luz es esencial en la formación de los conidióforos y en la producción y dispersión de esporas, dado que los conidióforos de muchos hongos son positivamente fototrópicos y descargan esporas hacia la luz, por otro lado, la exposición a la luz ultravioleta es perjudicial para algunas especies.478

471 MORETTI LAUR, C. y ROBLEDO Y MONTERRUBIO, MS. Estudio sobre hongos que atacan documentos en el Archivo General de la Nación. Seminario Internacional de conservación de documentos, libros y materiales gráficos (1a : 1982 ago. 24-26 : México, D. F.). Memoria. México : AGN, 1983, p. 75. 472 CASTILLO TOVAR, J. Micología general. México : Limusa : Dirección General de Institutos Tecnológicos, 1987, p. 30. 473 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 14-15. 474 Ibidem, p. 15. 475 BECK, I. Op. cit., p. 43. 476 MERÍC, L. “Les micro-organismes : biologie, développement, facteurs environnementaux, mécanismes de dégradation des documents”. Actes des Deuxièmes Journées sur la Conservation Préventive (2o. : 1996 nov. 18-19 : Arles, Francia). Biodétérioration et désinfection des collections d´archives et bibliothèques. Arles : Centre de Conservation du Livre, 1999, p. 15. “La grande majorité des champignons peut se développer dans une zone de pH comprise entre 4,5 et 8,0 (optima 5,5-7,5). Des champignons acidophiles croissent á des pH inférieurs à 4 (les valeurs minimales étant 1,5 à 3,5), mais il n’existe pas de vrais basophiles. Ces zones de croissance correspondent à la zone d’aciditie du papier”. La traducción es mía. 477 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 15. 478 Idem.


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2.2.2 Principales géneros de hongos identificados en el papel

Los hongos se dividen en cuatro Phyla denominados Ascomycota, Basidiomycota, Zygomycota, Chytridiomycota. Los hongos en los que no se conoce su reproducción sexual, constituyen un grupo heterogéneo denominado Deuteromicetos, hongos imperfectos o mitospóricos, que representan el segundo grupo más numeroso y que también incluye patógenos del hombre.479 Éstos se subdividen, en escala decreciente, en clases, órdenes, familias, géneros y especies según las reglas de la nomenclatura internacional.480

En la actualidad, se conocen 132 géneros y 308 especies de hongos que habitan el papel

(cuadro 6).

Cuadro 6. Número de especies de hongos encontradas en papel

Clase Orden Género Especie Zigomycetes 1 8 14 Ascomycetes 7 33 55 Basidiomycetes 2 8 8 Deuteromycetes 2 83 231

Total 12 132 308

Fuente: Nyuksha, J.P. (1974). “Paper inhabiting fungi”. En Mikol. Fitapatol. 8(4) : 306-311. Citado por María Sol Robledo y Monterrubio. Aislamiento y descripción de Chaetomium spp. en

documentos del Archivo General de la Nación. México : El autor, 1986, h. 13. Tesis (Biólogo)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias.

Los hongos encontrados en el papel pertenecientes a la clase Zigomycetes, pertenecen al orden Mucorales. Están presentes en el ambiente de los depósitos y en la superficie del papel. En condiciones de excesiva humedad relativa ocasionada por diversas catástrofes como inundaciones, accidentes o incendios prolifera rápidamente en el papel.481

479 El reino de los hongos [en línea]. [Consultado el 18 de enero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.hongos-alergenicos.reviberoammicol.com/files/001.pdf>. 480 “Como para todos los seres vivientes, se han adoptado unas normas para designar un nombre, en el caso de los hongos, las reglas de nomenclatura dadas en el siglo XVIII por Linneo. Es decir, que cada especie se designa primero por el nombre del género al que pertenece, después por un adjetivo ‘específico’ que, dentro del género, limita dicha especie a un conjunto de caracteres que sólo pertenece a ella. Esto es lo que se denomina “binomio linneano”. Por convenio siempre el nombre que indica el género se escribe con la inicial en letra mayúscula, mientras que al especie se hace en minúscula, ambos nombres además se imprimen en letra cursiva. Es necesario saber que también las clases de los hongos tienen un nombre terminado en –micetos. Los nombres de las familias se terminan en –áceas, y los grupos que terminan en –ales. Cada vez que se encuentra una especie desconocida, se le incorpora el nombre de su descubridor”. Setas. Madrid : Susaeta, 1989, p. 29-30. 481 ROBLEDO Y MONTERRUBIO, MS. Aislamiento y descripción de Chaetomium spp. en documentos del Archivo General de la Nación. México : El autor, 1986, h. 13. Tesis (Biólogo)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias.


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En la clase Ascomycetes se pueden encontrar hongos celulolíticos que se aislan del papel y los textiles.482 Kowalik y Gallo483 señalan que los géneros deteriorantes del papel más representativos son: Chaetomium y Myxotrichum. Los hongos del género Chaetomium, pertenecen a la subdivisión Ascomycotina, y son frecuentemente aislados a partir de libros, documentos e impresos.

Por su parte, los hongos de la clase Basidiomycetes proliferan en la masa del papel que se resguardan durante largos periodos de tiempo. Aún se desconoce su acción degradadora en el sustrato celulósico.484

Dentro de la clase Deuteromycetes los hongos que se encuentran deteriorando el papel, pertenecen la mayoría a la subdivisión Deuteromycotina y están representados por los órdenes Sphaeropsidales (16 especies) y Moniliales (215 especies).485 Algunos de los géneros y especies más comunes son: Penicillum spp., Aspergillus spp., Fusarium spp., Humicula grisea spp., Myrothecium verucaria, Trichoderma spp., Stachybotrys atra, Stemphylium spp., entre otros.

Cabe señalar que entre las especies que se encuentran degradando libros y documentos,

existe un número importante pertenecientes a los géneros Aspergillus, Penicillium y Chaetomium. Un análisis estadístico realizado por Gallo,486 dice que Aspergillus es el responsable de alrededor del 30% de ellas, en tanto que Penicillium, lo es más del 30%.

Areal Guerra et al.487 mencionan lo siguiente: Los hongos del género Aspergillus son responsables del 80% de las destrucciones de las encuadernaciones. Trichoderma lignorum destruye la celulosa pura. Sepurla lagrimans degrada la celulosa hasta glucosa, y aunque al principio necesita agua para colonizar la madera, después se puede propagar en madera seca por lo que resulta difícil de erradicar. Los hongos de los géneros Chaetomium, Penicillium y Cladosporium destruyen el papel en general. Es importante señalar que los hongos encontrados en el sustrato celulósico, y que

constituyen, por tanto, la micobiota del papel no son únicamente hongos degradadores de la celulosa, ya que muchos de ellos pueden habitar o permanecer en el papel sin llevar a cabo una acción deteriorante sobre el sustrato. 482 FLIEDER, F. y CAPDEORU, C. Sauvegarde des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 23. La traducción es mía. 483 KOWALIK, R. 1980. “Microbiodeterioration on Library Part 1”. Restaurator 4, no. 1-3 y GALLO, F. Facteurs biologiques de deterioration du papier. Roma : ICCROM, 1985. Citado por Gabriela Cruz Chagoyan. Hongos que deterioran documentos históricos del siglo XVII. México : El autor, 1993, h. 16-17. Tesis (Biólogo)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias. 484 ROBLEDO Y MONTERRUBIO, MS. Op. cit., h. 15. 485 Idem. 486 GALLO, F. Facteurs biologiques de deterioration du papier. Roma : ICCROM, 1985. Citado por Gabriela Cruz Chagoyan. Hongos que deterioran documentos históricos del siglo XVII. México : El autor, 1993, h. 16-17. Tesis (Biólogo)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias. 487 Resumen de la fabricación del papel. Restauración, procedimientos manuales : su necesidad. Nuevas técnicas en restauración. AREAL GUERRA, Rogelio, et al. Patrimonio [en línea]. Julio-Agosto-Septiembre 2001, año II, no. 6 [consultado: 2 de marzo de 2006], p. 23-34. Disponible en: <http://www.fundacionpatrimoniocyl.es/archivos/publicaciones_archivos/22.pdf>.


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Según el grado de ubicación en el sustrato y la agresividad, Nyusha488 los ha clasificado en cinco niveles ecofisiológicos:

1. Hongos que se encuentran permanentemente en el papel, que penetran en las fibras y

conducen al sustrato a un estado de desintegración. Todos estos hongos reúnen la capacidad de destrucción de las distintas formas de celulosa.

2. Hongos que se localizan constantemente en el papel y que provocan algunas destrucciones en su textura, aunque no al grado de las anteriores, en agrupaciones pueden actuar como sinergistas.

3. Hongos que asimilan ciertos componentes específicos (cera, colas, parafina, caucho, etc.). El número de especies es menos constante que en las anteriores y puede modificarse según la medida de desarrollo de la producción poligráfica; los distingue la capacidad de multiplicarse en el papel más rápidamente que los otros lo cual acrecienta sus colonias y les permite ocupar una mayor parte del papel.

4. Hongos cuya presencia en el papel depende de la micobiota circundante. La presencia cuantitativa de estas especies supera significativamente a su nocividad, esto es debido a su ubicación.

5. Ciertos representantes casuales. Esta micobiota depende de las condiciones específicas del local donde se resguardan los materiales bibliográficos y documentales.

Los principales hongos observados en el deterioro del papel son: Acremonium,

Acrobthecium, Alternaria, Aspergillus, Auerobasidium, Botryotrichum, Candida, Cephalosporium, Chaetomium, Cladosporium, Cloratomyces, Curvularia, Eidemella, Epicoccum, Fusarium, Gliodadium, Gliomastix, Hormiscium, Humicula, Monilia, Mucor, Mycogone, Myrothecium, Myxotrichum, Paecilomyces, Penicillum, Pestolatia, Phoma, Rhizophus, Rhodotorula, Scopulariopsis, Sepedonium, Sepurla, Sporotrichum, Stachybotrys, Stemphylium, Symnoascus, Syncephalustrum, Trichoderma, Trichothecium, Ulocladium, Verticillium. Con menor frecuencia se encontraron: Botrytis, Pellicularia, Torula, Trichocladium, entre otros.489

En el cuadro 7 se muestran los principales géneros fúngicos aislados de materiales de archivos y bibliotecas. 488 NYUKSHA, JP. 1974. “Paper inhabiting fungi”. Mikol. Fitopatol. 8 (4) : 306-311. Citado por María Sol Robledo y Monterrubio. Caracterización taxonómica, distribución y algunos aspectos fisiológicos de Aspergillus spp. que deterioran documentos en el Archivo General de la Nación. México : El autor, 1991, h. 8. Tesis (Maestro en Ciencias, Biología)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias. 489 Para esta información se consultaron las siguientes fuentes: ROBLEDO Y MONTERRUBIO, MS. Caracterización taxonómica, distribución y algunos aspectos fisiológicos de Aspergillus spp. que deterioran documentos en el Archivo General de la Nación. México : El autor, 1991, h. 8. Tesis (Maestro en Ciencias, Biología)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias; CRUZ CHAGOYAN, G. Hongos que deterioran documentos históricos del siglo XVII. México : El autor, 1993, h. 16-17. Tesis (Biólogo)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias; FLIEDER, F. y CAPDEORU, C. Sauvegarde des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 23-39; VALENTÍN RODRIGO, Nieves, VAILLANT CALLOL, Milagros y GUERRERO, Helbert. Programa de control integrado de plagas en bienes culturales de países de clima mediterráneo y tropical [en línea]. Trabajo presentando en el Congreso de Conservación de Bienes Culturales (11o. : 1996 oct. : Castellón, España) [consultado: 24 de julio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://apoyo.solinet.net/vol7-1_11.htm> y las especies de hongos mencionados en los distintos cuadros incluidos en este trabajo.


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Cuadro 7. Principales géneros de hongos aislados e identificados en libros y documentos de papel en

archivos y bibliotecas

Género Fuente de aislamiento Actividad deteriorante

Alternaria Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas micelares de color pardo. Degradación del soporte

Aspegillus Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas micelares de diferentes colores. Degradación y acidificación

Candida Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas micelares de color pardo oscuro. Manchas pigmentarias y acidificación.

Cephalosporium Papel, materiales sintéticos y textiles.

Manchas micelares tonos pardo-oliváceos. Acidificación.

Chaetomium Papel, cartón, pieles y fotodocumentos.

Manchas pigmentarias en tonos crema y rosa. Acidificación.

Cladosporium Materiales orgánicos, fotografías, cintas magnéticas y ambiente.

Decoloración del papel, acidificación y machas micelares azul-violeta y/o rosa.

Fusarium Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas rosadas, decoloración y afectan las fibras celulósicas.

Gliocladium Papel y cartón. Manchas pardas y rosas.

Mucor Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas micelares de color pardo y acidificación.

Paecilomyces Papel, textiles, fotografías. Manchas micelares de color pardo, degradación de fibras y acidificación.

Penicillium Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas micelares tonos verdes, degradación de fibras y acidificación.

Phoma Papel y textil. Manchas de color pardo oscuro. Afectan las fibras celulósicas.

Rhizopus Materiales orgánicos y ambiente.

Manchas micelares de color pardo, pigmentos y acidificación.

Sporotrichum Papel. Manchas micelares de color blanco, pigmentos pardos que rompen las fibras celulósicas.

Stachybotrys Materiales orgánicos. Manchas pardo oscuro. Afectan las fibras celulósicas.

Trichoderma Papel, cartón y madera. Manchas tono oliváceos, debilitan las fibras celulósicas.

Verticillium Papel y textiles. Manchas micelares pardo oscuro, los pigmentos afectan la estructura de las fibras celulósicas.

Fuente: Milagros Vaillant Callol y Nieves Valentín Rodrigo. Principios básicos de la conservación documental y causas de su deterioro. Madrid : Instituto del Patrimonio Histórico Español, 1996, p. 85.


116

2.2.3 Acción degradadora

Como consecuencia de su actividad metabólica los hongos producen sobre el sustrato celulósico, el papel, una serie de degradaciones que pueden provocar alteraciones y transformaciones físico-químicas.

La acción de los hongos en el papel se manifiesta por la aparición de manchas de forma circular de distintos colores (verde, azul, gris, amarillo, café, negro, rojo, etc.)490 e intensidades debido a los pigmentos o sustancias que secretan como resultado de su metabolismo.491

Es importante señalar que las coloraciones del papel no derivan solamente de los hongos que lo invaden sino que depende de otros factores como el tipo de papel y los procesos de manufactura, la coexistencia de varias especies, la acidez del papel, la condiciones microclimáticas circundantes, de la duración del daño, la presencia de partículas minerales y otros materiales que forman parte del papel.492

Primeramente el papel sufre una erosión, posteriormente aparece una capa aterciopelada, algodonosa o pulverulentas, de forma abundante, en la superficie del mismo. Este tipo de degradación hace que el papel adquiera un aspecto blando, como el algodón. A nivel estructural la presencia del hongo y de su acción acidifican el papel hasta llegar a romper la cadena molecular, lo que ocasiona una ruptura de las fibras como consecuencia de la degradación de la celulosa, lo que hace que el papel se torne frágil y quebradizo.493 Esta degradación provoca manchas que pueden borrar un manuscrito o el resto del libro y son casi imposibles de eliminar sin dañar de alguna manera la estructura física del material.494

Conviene señalar que no siempre se debe pensar que un papel manchado lo es por hongos u otros organismos. Distinguir a simple vista si una infección está producida por hongos o bacterias suele ser muy complicado si no tenemos constancia del terciopelo superficial evidente.495

Otra de las reacciones provocadas por un ataque fúngico es la disminución de la fuerza que el encolado proporciona al papel y el daño ocasionado a la estructura, volviéndola blanda y frágil. Además, cuando los hongos penetran entre los intersticios, hendiduras o espacios de las hojas de un libro, hacen que se peguen entre sí haciendo difícil su separación.496

490 Vid. McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 94. 491 MORETTI LAUR, C. y ROBLEDO Y MONTERRUBIO, MS. Op. cit., p. 75. 492 Ibidem. Cfr PAULLAD MENA, M. Op. cit., h. 75. 493 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 43-44. 494 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 94. 495 La forma de averiguarlo es llevando a cabo un diagnóstico mediante el empleo de métodos que permitan detectar e identificar el tipo de microorganismo, así como el género y la especie a la que pertenece. Para realizar este tipo de análisis y estudio se requiere previamente tomar muestras de los materiales contaminado y depositarlas en un medio de cultivo que transcurrido cierto tiempo permitan la identificación del microorganismo. El aislamiento y la identificación de las diferentes especies y géneros de hongos es una labor compleja y debe realizarse por micólogos expertos en el área. 496 Ibidem, p. 94-95.


117

El resultado final de un ataque fúngico puede ser devastador y catastrófico, llegando a ocasionar la putrefacción de la celulosa y la destrucción total del material, provocando daños irreversibles.

Los hongos también pueden deteriorar los elementos sustentados si la capa en que se encuentra es más accesible que el papel y si sus componentes son una fuente de nutrientes. El hongo puede desestabilizar la tinta ferrogálica e incrementar su solubilidad en las áreas dañadas.497

Otro de los elementos constitutivos del libro susceptibles de ser deteriorados por los hongos son las encuadernaciones, principalmente de telas de algodón y lino, que por su alto contenido celulósico son vulnerables al ataque de numerosas especies de hongos (figura 42).

Figura 42. Proliferación de hongos a consecuencia de una excesiva humedad. Fuente: Vergara, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas.


También, las cargas y revestimientos añadidos al papel durante los procesos de

manufactura constituyen una fuente adicional de nutrientes. Los engrudos, las colas, las gomas y adhesivos elaborados tanto con productos vegetales, animales e incluso sintéticos y empleados para encolar las hojas y pegar las encuadernaciones son una rica fuente de nutrientes que favorecen el desarrollo de los hongos y, por lo tanto, también pueden ser deteriorados.

El pergamino y el cuero son, sin duda alguna, otra fuente de energía por su alto contenido proteínico, aunque este tipo de material puede ser degradado tanto por hongos celulolíticos como proteolíticos.

En el cuadro 8 se muestran los materiales que son atacados por diversas especies de

hongos.

497 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 17.


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Cuadro 8. Materiales susceptibles de ser atacados por hongos

Hongos Papel/ Cartón

Cuero Pergamino Tinta Colas Textiles Fotos

Rhizopus x x x x x Chaetomium x x x x x Aspergillus x x x x x x x Penicillium x x x x x x x Phoma x x Trichoderma x x x x x Paecilomyces x x x x x Trichothecium x x x x Cephalosporium x x x Scopulariopsis x x x x x Monilia x x x Auerobasidium x x x Stachybotrys x x x Cladosporium x x x x Alternaria x x x x x x

Fuente: Resumen de la fabricación del papel. Restauración, procedimientos manuales : su necesidad. Nuevas técnicas en restauración. AREAL GUERRA, Rogelio, et al. Patrimonio [en línea]. Julio-Agosto-Septiembre 2001, año II, no. 6 [consultado: 2 de marzo de 2006], p. 23-34.

Disponible en World Wide Web: <http://www.fundacionpatrimoniocyl.es/archivos/publicaciones_archivos/22.pdf>.

2.2.4 Patogenicidad en el hombre

Los hongos no sólo constituyen un peligro para los materiales bibliográficos y documentales por la capacidad celulolítica de muchas de sus especies sino que también son causantes de diversas enfermedades e infecciones fúngicas en las personas que están en contacto con libros y documentos contaminados.

Se denomina patogenicidad: “A la capacidad potencial de determinadas especies de microorganismos de provocar un proceso infeccioso”.498 El término patogenicidad denota “la capacidad de un parásito para causar enfermedad. Es, por tanto, un atributo taxonómicamente significativo, siendo propiedad de una especie”.499

La virulencia de una especie patógena, es decir, que origina y desarrolla una enfermedad, está determinada por dos factores: su poder invasor, o capacidad de proliferar en el cuerpo de 498 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 91. 499 STAINER, RY., ADELBERG, EA. y INGRAHAM, JL. Microbiología. México : REPLA, 1986, p. 753.


119

hospedador, y su toxigenicidad, o capacidad para producir sustancias químicas, toxinas, que dañan los tejidos del hospedador.500 Los parásitos microbianos, entre ellos los hongos, son transmisibles de un individuo de la especie del hospedador a otro, el establecimiento de un patógeno en el cuerpo de un nuevo hospedador se denomina infección, si se produce daño al hospedador, el proceso se denomina enfermedad infecciosa.501

Las enfermedades fúngicas del hombre son o bien micosis, causadas por verdadera infección, o bien toximicosis o micotoxicosis causadas por la ingestión de metabolitos fúngicos tóxicos,502 ya que muchos hongos producen sustancias venenosas, denominadas micotoxinas, que causan graves enfermedades si son ingeridas.

En lo que se refiere a infecciones, los hongos pueden causar tres tipos de enfermedades, esto es, micosis superficiales (causa infecciones de la piel, de las uñas y del pelo, es decir, partes en las que abunda la queratina, un ejemplo es la dermatomicosis), micosis intermedias (producen infecciones de los tejidos subcutáneo o mucocutáneo, a menudo con participación linfática, por ejemplo la queratomicosis) y micosis profundas (denominadas micosis generalizadas, que afecta a los tejidos y órganos internos, incluye un grupo de enfermedades que varían en gravedad, desde infecciones inaparentes a infecciones mortales dependiendo del hospedador y del parásito).503 Entre las principales micosis profundas están la candidiasis y la esporotricosis. Existen otras micosis generalizadas menos frecuentes como murcomicosis, aspergilosis, geotricosis504 que son ocasionadas por diferentes especies fúngicas.

Durante mucho tiempo se pensó que los hongos presentes en el papel no afectaban al hombre, pero los expertos han admitido que pueden causar problemas respiratorios, dermatológicos, e incluso digestivos.505 También pueden ocasionar ataques asmáticos, bronquitis, neumonía, alteraciones del oído, rinoconjuntivitis o infecciones generalizadas por todo el organismo. Muchas de las enfermedades se originan por la inhalación, y son de naturaleza respiratoria. Según diversos estudios, casi todos los órganos del cuerpo se han visto afectados por diversas especies de hongos celulolíticos.

Según el agente causal presente en libros y documentos elaborados en papel, éstos pueden ocasionar diferentes enfermedades como la aspergilosis, cladosporosis, peniciliosis, mucormicosis, geotricosis, esporotricosis, candidiasis, entre otras. A continuación mencionaré el efecto patógeno ocasionado por estas enfermedades en el hombre y las principales especies causantes de estas infecciones.506 Las especies aquí mencionadas fueron aisladas e identificadas tanto del ambiente como de libros y documentos en soporte de papel que han sido encontradas en archivos y bibliotecas. 500 Idem. 501 Ibid., p. 753-754. 502 Ibid., p. 786. 503 MYRVIK, QN., PEARSALL, NN. y WEISER, RS. Bacteriología y micología médica. México : Interamericana, 1977, p. 433, 438, 453. 504 BURDON, KL. y WILLIAM, RP. Microbiología. México : Publicaciones Cultural, 1974, p. 687. 505 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 44. 506 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 99,100-102.


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Aspergilosis

Los representantes del género Aspergillus son hongos saprofíticos filamentosos, de los cuales siete especies se han hallado asociadas a enfermedades humanas o como invasores secundarios de tejidos dañados.507 Los tres tipos básicos de la enfermedad observados en orden de importancias son: alergias, infecciones y toxicosis. A. fumigatus es causante del 90% de estas infecciones y alergias. A. flavus es un potente productor de toxinas y carcinógenos. A. nidulans, A. vesicolor, A. restrictus y A. carneus son especies menos frecuentes de infecciones.

A. glaccus, A. fumigatus y A. niger son frecuentemente encontrados como contaminantes de documentos y pueden provocar micosis con afectaciones de la piel, mucosas, oídos, ojos y vías respiratorias.

En general, los Aspergillus patogénicos o toxigénicos causan tres tipos de enfermedades; dos de ellas afectan al hombre, la micosis (primaria o secundaria) resultante de la invasión de tejido vivo por los hongos, y la alergia, que está asociada a la inhalación de las conidias.

Cladosporiosis

Es la micosis causada por algunas especies de Cladosporium. También provocan estados alérgicos. C. cladosporoides es una especie aislada del ambiente de archivos y bibliotecas. Ha sido encontrada en pacientes infectados con bola fúngica pulmonar. Ocasionalmente se asocia a otras especies y provocan infecciones cutáneas, oculares y ungulares. Peniciliosis

Existen más de 30 especies de Penicillium patógenas al hombre. Éstas están asociadas a la enfermedad denominada peniciliosis, la cual se manifiesta mediante afecciones de la piel, uñas, oídos, así como infecciones generalizadas con formación de focos en órganos internos.

Algunas especies son oportunistas adicionales, y otras son causantes de queratomicosis. P.

glaccus y P. citrorosum son especies patógenas y P. decumbens se encuentra con frecuencia en los archivos y es causa de enfermedades en las vías respiratorias y afecciones cutáneas agudizando los eccemas. Queratomicosis

Las especies Fusarium solani y F. dimerum causan la enfermedad denominada queratomicosis, y en menor grado, F. oxysporum y F. moniliforme. Son hongos fitopatógenos que crecen fácilmente como saprofíticos y se encuentran en casi todos los ambientes. Son perjudiciales al hombre, ya que provocan gravísimas lesiones en la córnea.

507 Tratado de microbiología con inclusión de inmunología y genética molecular. DAVIS, Bernard D., et al. 2a ed. Barcelona : Salvat, 1978, p. 1019.


121

Mucormicosis508

Es una enfermedad generalmente mortal, originada por Mucorales (géneros Mucor, Rhizopus y Absidia). Evoluciona rápidamente en pacientes con diabetes desarrollándose en el interior y paredes de los vasos sanguíneos severas inflamaciones y trombosis.

El género Mucor se encuentra frecuentemente en el ambiente y es alergeno. Más de 15 especies de este género, entre ellas M. mucedo, M. racemosus, M. exitosus y otras, son agentes causantes de la murcomicosis.

Las especies del género Rhizopus se crecen con gran rapidez sobre los materiales que contaminan y se encuentran con frecuencia en el ambiente. R. nigricans se encuentra en toda clase de materiales enmohecidos, R. oryzae y R. arrhizuas son patógenos al hombre. Producen lesiones fulminantes del tejido orbitario y senos nasales y ocasionan mucormicosis fatales. Geotricosis

Geotrichum cándidum es el agente etiológico de la geotricosis, generalmente secundaria a otros estados debilitantes, en infecciones en pulmones, bronquiolos, mucosas o lesiones en la boca. Provocan erupciones en la piel en forma de llagas, pústulas y cicatrices. Cuando afectan a los bronquios y los pulmones aparece tos y expectoración purulenta, síntomas parecidos a una tuberculosis crónica. Esporotricosis

Esta enfermedad es ocasionada por Sporotrichum schenckii, hongo que se encuentra en la naturaleza como saprofítico aislado del suelo, de las plantas y de la madera. Ocasiona lesiones en la piel y en el tejido subcutáneo, habitualmente en el dorso de la mano y del brazo, dando lugar a la formación de hinchazones blandas con ulceraciones que se sitúan a lo largo de los ganglios linfáticos.509 S. pulverulentum ha sido aislado como contaminante de materiales de archivos y bibliotecas. Candidiasis

Es provocada por levaduras del género Candida que comprende más de 30 especies, muchas de ellas patógenas para el hombre y animales. Constituyen el agente causantes de esta enfermedad, que se manifiesta por una infección aguda de la piel, mucosas, uñas y algunos órganos. Viven como saprofíticas en la piel, mucosas y tracto gastrointestinal. Prefieren las altas humedades relativas y temperaturas ambientales. Las especies encontradas en archivos y bibliotecas son: C. tropicalis y C. krusei, la cuales infectan al hombre.510

508 “La enfermedad ocasionada por los géneros Mucor y Rhizopus fue denominada en principio murcomicosis; sin embargo, es mucho más adecuado el término genérico de ficomicosis”. Tratado de microbiología con inclusión de inmunología y genética molecular. DAVIS, Bernard D., et al. 2a ed. Barcelona : Salvat, 1978, p. 1020. 509 BURDON, KL. y WILLIAM, RP. Microbiología. México : Publicaciones Cultural, 1974, p. 699. 510 MYRVIK, QN., PEARSALL, NN. y WEISER, RS. Op. cit., p. 458.


122

Casi todas las especies de Alternaria se encuentran en la naturaleza como parásitas de las plantas, en el suelo y materiales orgánicos. Son patógenas, ya que pueden causar alergias, invadir la piel previamente lesionada y provocar ulceraciones en lesiones cutáneas. A. gephila y A. solana son especies aisladas de documentos de archivo y son alérgenos.

El siguiente cuadro muestra los hongos potencialmente patógenos aislados e identificados en materiales de archivo que en gran medida frecuentan también los materiales bibliográficos.

Cuadro 9. Hongos patógenos aislados en archivos y bibliotecas

Género

Especies Patogenicidad humana

Alternaria geophila solani

Alergias.

Aspergillus niger versicolor fumigatus flavus-oryzae

Aspergilosis, alergias, toxicosis.

Candida tropicalis krusei spp.

Candidiasis, onicomicosis.

Chaetomium globosum homopilatum

Dermatitis.

Cladosporium cladosporoides variable

Cladosporiosis e infecciones oportunistas.

Fusarium solani moniliformes

Queratomicosis, toxicosis.

Geotrichum candidum Geotricosis, onicomicosis. Mucor

racemmosus javanicus spinossu

Murcomicosis, alergias.

Penicillium glaucum citrorosum spp.

Peniciliosis.

Rhizopus oryzae arrhisus

Infecciones micóticas, alergias.

Sporotrichum pulverulentum Especie no patógena. Alguna especie de Sporotrichum puede producir esporotricosis.

Syncephalustrum racemosus Alergias. Trichoderma

lignorum viridee

Alergias.

Fuente: Milagros Vaillant Callol y Nieves Valentín Rodrigo. Principios básicos de la conservación documental y causas de su deterioro. Madrid : Instituto del Patrimonio Histórico Español, 1996, p. 102.


123

En general, las personas con alergias y problemas respiratorios no deben manipular materiales infectados por hongos. Asimismo, aquellas otras que padecen de diabetes o presentan deterioro en su sistema inmunológico, así como las que consumen esteroides, deben también evitar las áreas y los materiales con presencia fúngica.

Como se deduce la acción degradadora de los hongos celulolíticos sobre los materiales

bibliográficos puede llegar a ocasionar la destrucción total de los libros provocando con ello daños irreversibles en los fondos de una biblioteca, e incluso la presencia de hongos en los libros y documentos causa infecciones y diferentes enfermedades en las personas que manipulan estos materiales con presencia fúngica. En el siguiente capítulo se expondrán las diversas medidas preventivas y curativas que deben adoptarse para el control y tratamiento de los hongos celulolíticos como parte de los procedimientos de actuación que deben contemplarse en la conservación preventiva de los materiales bibliográficos cuyas acciones a emprender tienen como propósito asegurar y mantener su integridad física y funcional, lo cual va a posibilitar la accesibilidad a la información en ellos contenida.

CAPÍTULO 3

CONTROL Y TRATAMIENTO DE LOS HONGOS CELULOLÍTICOS: LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA DE

LOS MATERIALES BIBLIOGRÁFICOS

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CAPÍTULO 3

CONTROL Y TRATAMIENTO DE LOS HONGOS CELULOLÍTICOS: LA CONSERVACIÓN PREVENTIVA DE LOS

MATERIALES BIBLIOGRÁFICOS

“[Libraries and archives] in every stage of their development have an obligation to protect their collection from loss and from damage of any sort, and they have an obligation to protect their staff and their visitors as far as possible from hazards that may exist in work, study and exhibition areas”.

Robert S. Burke and Sam Adeloye

3.1 Materiales bibliográficos 3.1.1 Definición

En el medio bibliotecario el término material “se utiliza para describir el rango completo de las formas existentes de almacenamiento de la información transmitida por diferentes medios [o soportes]. Por ejemplo, libros, folletos, cintas de videos, casetes y discos de [computadora]”.511 Iguíniz512 afirma que material bibliográfico es: “Un conjunto de datos, noticias, documentos, etc. para la formación de una obra”.

Se puede definir material bibliográfico como: “Término que incluye libros, publicaciones periódicas, folletos, mapas, etc., que se adquieren para las colecciones de una biblioteca”.513

Los materiales bibliográficos son aquellos “materiales impresos y no impresos

[seleccionados], procesados y [resguardados] por las bibliotecas. Comprenden libros, periódicos,

511 FOTHERGILL, R. y BUTCHART, I. Materiales no librarios en las bibliotecas : guía práctica. 3a ed. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez : Pirámide, 1992, p. 12-13. 512 IGUÍNIZ, JB. Léxico bibliográfico. México : UNAM; Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 1987, p. 196. 513 PIERCY, EJ. Biblioteconomía lógica : manual para la organización de libros y otros materiales en bibliotecas, escolares y pequeñas bibliotecas. México : Pax, 1988, p. 196.

Capítulo 3. Control y tratamiento de los hongos celulolíticos: la conservación preventiva de…

126

panfletos, informes, microformas, mapas, manuscritos, películas y todas las otras formas de registros audiovisuales”.514

La definición ofrecida por Juan B. Iguíniz hace referencia al tipo de fuentes consultadas

en la realización de una obra literaria o un texto. Bajo mi percepción no define ni ofrece un concepto de material bibliográfico ni que tipo o clase de materiales incluye, ni el tipo de soporte físico o material en el que se registra la información, y sí estos materiales forman parte de las colecciones de una biblioteca.

Por el contrario, la segunda definición si especifica el tipo de materiales, todos ellos en

formato impreso, que en su conjunto integran o conforman el acervo de una biblioteca. Pero no incluye ni hace alusión a los materiales que incorporan las nuevas tecnologías en los cuales se emplean soportes electrónicos, magnéticos, ópticos, etc.

En la última definición si se mencionan los materiales que forman parte de los fondos

bibliográficos y además establece una clasificación, al agruparlos en materiales impresos y no impresos. Sin embargo, esta clasificación es imprecisa y no es tan específica, ya que al hablar de materiales “no impresos”, debería precisar las “otras formas registros audiovisuales” para ampliar la definición y la clasificación aquí ofrecida.

De acuerdo a las definiciones aquí expuestas podemos conceptualizar materiales

bibliográficos, como el conjunto de objetos informativos de distinta naturaleza física integrados por materiales librarios en soporte de papel (libros manuscritos e impresos tanto antiguos como contemporáneos, artículos, publicaciones periódicas, folletos, hojas sueltas, cartas, etc.) y por materiales especiales o no librarios elaborados, éstos últimos, tanto en formato impreso como en formato electrónico, magnético (cintas magnetofónicas y de video, disquetes, etc.) u ópticos (videodiscos, CD-ROM, discos compactos, etc.), y que contienen, ambos tipos de materiales, información textual (conjunto de signos que corresponden a una lengua), no textual (gráfica, sonora, visual) o mixta, los cuales se incorporan a una unidad de información documental como parte de sus colecciones.

En definitiva, los diversos materiales bibliográficos que conforman los fondos de una

biblioteca, poseen una finalidad esencialmente informativa que se vincula a un soporte material o físico, en el cual se registra el contenido o el mensaje para ser comunicado o transmitido a otras personas y, que tiene, además, la particularidad de perdurar y permanecer a lo largo del tiempo.

3.1.2 Tipología En la actualidad las bibliotecas han incorporado a sus fondos numerosos y diversos tipos

de materiales bibliográficos elaborados en diferentes soportes físicos que han surgido en estas últimas décadas como consecuencia de los grandes avances tecnológicos, y que vienen a sumarse a los materiales tradicionales elaborados, principalmente, en soporte de papel. 514 Biblioteca Virtual en Salud [en línea]. [Consultado: 26 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://regional.bvsalud.org/php/decsws.php?tree_id=L01.178.476&lang=es&PHPSESSID=d0338fc>.


127

Pinto Molina515 afirma: La diversidad de los soportes de la información es un fenómeno de nuestra época, y el especialista del tratamiento de la información ya no puede permitirse el lujo de ignorar los documentos cuyo canal no es precisamente el papel. La tipología de soportes distintos del papel impreso, entendido este como toda la forma que el texto puede tomar tradicionalmente (libro, artículo de periódico, informe, tesis, etc.), se puede ordenar de la siguiente manera:

1) Visuales: Gráficos (mapas, planos, redes, esquemas y diagramas) e iconográficos (dibujos, cuadros, fotografías, películas fijas y mudas).

2) Sonoros: Cinta magnética y disco. 3) Audiovisuales: Película, cinta de video. 4) Objetos: Museográficos e industriales. 5) Electrónicos: Textuales, multimedia e hipermedia.

Como se puede observar, en esta primera tipología encontramos materiales elaborados en

soportes físicos diferentes al libro impreso en papel, conocido, éste último, tradicionalmente como material bibliográfico o material librario. Tal y como se mencionó, las bibliotecas están incorporando con mayor frecuencia materiales en otros soportes (electrónicos, magnético u ópticos), que están siendo denominados como materiales especiales, materiales no impresos, no bibliográficos o no librarios, éstos últimos, corresponden a la traducción de los términos anglosajones non-print materials o non-book materials.

Se puede establecer otra clasificación atendiendo no al soporte material o físico, sino al código que se emplea para comunicar un mensaje:

- En el caso de que sea la escritura, se puede encontrar documentos textuales o escritos, a veces denominados gráficos, en papel fundamentalmente, con lo que equivalían a los bibliográficos, pero en la actualidad lo textual tiene mucha presencia en los documentos digitales.

- Si es el sonido, nos encontramos con los documentos sonoros o fónicos que engloban los discos, casetes y CD-audio, principalmente.

- Si se trata de documentos visuales o en imagen, fija o en movimiento, esta denominación agrupa las fotografías, películas, diapositivas, etc.

- Existen por último los documentos mixtos, hasta hace poco audiovisuales, pero el documento digital permite la integración de del documento sonoro, visual y textual, y se constituye así el documento multimedia, en el que todavía predomina la información textual.516

En esta otra clasificación no se hacer referencia al término “materiales”, sino que emplea

en su lugar otro término, con una connotación integradora y más universal, “documentos”. Sin embargo, se puede establecer una sinonimia entre estos términos (sin entrar en precisiones terminológicas), pues ambos poseen una misma finalidad informativa y su contenido es registrado en cualquier tipo de soporte físico. Además, en el primer punto se hace alusión a los materiales bibliográficos como aquellos materiales textuales escritos o impresos en papel, y en los subsiguientes puntos se incluyen aquellos “documentos” elaborados en soportes ópticos,

515 PINTO MOLINA, M. El resumen documental : paradigmas, modelos y métodos. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2001, p. 28. 516 RODRÍGUEZ BRAVO, B. El documento : entre la tradición y la renovación. Gijón : Trea, 2002, p. 112.


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magnéticos y electrónicos, que contienen tanto información textual como no textual (sonora, visual, gráfica) o mixta. Creo que esta clasificación se establece, como bien lo menciona el autor, de acuerdo al código empleado pero también atendiendo al tipo de soporte en el que se registra el mensaje o el contenido informativo, ya que toda información, indistintamente del código empleado, precisa de un mensaje que la soporte, y ese menaje debe incorporarse a un soporte permanente.517

Las Reglas de Catalogación Angloamericanas, segunda edición (RCAA2),518 se refieren a materiales de biblioteca, y establece la siguiente clasificación:

1) Libros, folletos, pliegos sueltos, y monografías, en general. 2) Tipos específicos de materiales:

- Material cartográfico (mapas y plano en dos y tres dimensiones, cartas aeronáuticas , de navegación y celestes, atlas, globos, diagramas en bloque, secciones, fotografías aéreas con fines cartográficos, vistas a ojo de pájaro, etc.).

- Manuscritos de todas clases (materiales mecanografiados o impresos como libros, tesis, cartas, discursos, etc.).

- Música (música manuscrita). - Grabaciones sonoras (discos, cintas, casete, cartucho de cinta, rollos de piano y

grabaciones sonoras en película). - Películas y videograbaciones (películas cinematográficas y programas

completos, compilaciones, avances, noticiarios y noticiarios fílmicos, tomas de archivo y material inédito).

- Materiales gráficos opacos (originales y reproducciones de arte bidimensional, diagramas, fotografías, dibujos técnicos) o destinados a ser proyectables (fotobandas, radiografías, diapositivas).

- Recursos electrónicos (datos y programas o combinaciones de ambos) - Artefactos tridimensionales y realia (modelos, dioramas, juegos, casetes braile,

esculturas y otras obras de arte tridimensionales, objetos de exposición, máquinas y vestuario, etc.).

- Microformas (microfilmes, microfichas, microopacos y tarjetas de ventana). - Recursos continuos (publicaciones seriadas o actualizaciones de sitios Web).

Esta clasificación menciona la gran mayoría de materiales que se pueden encontrar en los

diversos tipos de biblioteca, sin hacer alusión al soporte físico con el que está elaborados.

Por su parte, Fothergill y Butchart519 hacen referencia a materiales no librarios que: Literalmente, significa materiales que no forman parte de un libro. Aquí se utiliza para excluir cualquier mensaje impreso que se presente en forma de manuscrito, mapa, publicación periódica, folleto o partitura. Es decir, que abarca un espectro amplio, puesto que también incluye los

517 Cfr. RODRÍGUEZ BRAVO, B. Op. cit., p. 90, 91. 518 Reglas de Catalogación Angloamericanas. 2a ed. Bogotá, D. C. : Rojas Eberhard Editores Ltda., 2004, p. 3-3, 4-2, 5-2, 6-3, 7-3, 8-3, 9-2, 9-3, 10-2, 10-3, 11-3, 12-3. 519 FOTHERGILL, R. y BUTCHART, I. Op. cit., p. 13-14.


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materiales excluidos anteriormente, siempre que éstos se presenten de forma diferente, como un mapa en una diapositiva, o una publicación periódica en una microficha. Estos autores, distinguen cuatro materiales diferentes: a) Papel, con el que pueden hacerse tarjetas, reproducciones de arte, fotografías

impresas. b) Película, que incluye:

- Tira de filmina. - Diapositiva. - Cinefilme: 35 mm, 16 mm. - Microforma: rollo de 35 mm, de 16 mm, tarjetas de apertura, microficha.

c) Cinta magnética, que incluye: - Cinta sonora: bobina, casete. - Cinta de video, bobina, casete. - Discos magnéticos.

d) Plástico, bien plano y transparente, u opaco y con surcos: - Plástico transparente: transparencias utilizadas en un retroproyector. - Discos de vinilo: discos de gramófono. - Sistemas de almacenamiento óptico: disco compacto musical, CD-ROM.

En proyectos pilotos se utilizan otro tipo de materiales como maquetas, modelo, o

animales disecados, que también se consideran materiales no librarios. Existen también mezclas de materiales, conjuntos de multimedios, que se llaman “kits” (publicaciones constituidas por distintos tipos de materiales bibliográficos, por ejemplo, libro, vídeo y CD). Por último, existen colecciones de materiales no librarios a las que se pueden acceder a través de terminales de computadora, como por ejemplo, los sistemas de hipertexto e hipermedia.520

Como se puede observar la anterior tipología de los materiales no librarios se establece en función del soporte destacando, en algunos casos, el elemento físico empleado (plástico, vinilo y papel) para su elaboración.

Continuando con los materiales no librarios, conviene rescatar esta definición, según la

cual contempla: “Aquellos documentos especiales bibliográficos presentados en soporte papel y los no bibliográficos cualquiera que sea el soporte en que se presentan”.521 Estos documentos son los siguientes:

1. Soporte de papel: - Fotografías. - Partituras musicales. - Dibujos. - Grabados. - Carteles. - Material cartográfico.

520 Idem. 521 RUIZ DE OSMA DELATAS, E. “Fuentes de información sobre materiales no librarios”. En TORRES RAMÍREZ, I. de. Las fuentes de información : estudios teóricos-prácticos. Madrid : Síntesis, 1998, p. 389.


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2. Película: - Microformas. - Diapositivas. - Películas animadas.

3. Material plástico: - Transparencias. - Discos de vinilo.

4. Soporte magnético: - Casetes. - Videos. - Discos magnéticos.

5. Sistemas de almacenamiento óptico: - CD-A. - CD-ROM. - CD-I. - DAT. - CD-ROM XA. - CD-V. - CD+G. - CD-ASSIST. - etc.

De acuerdo a la definición ofrecida anteriormente, ésta menciona nuevamente el término “documento”, el cual engloba e integra tanto a los materiales especiales bibliográficos en papel como a los no bibliográficos en cualquier otro tipo de soporte material.

Por lo aquí expuesto, las diversas tipologías de los materiales de biblioteca se establecen,

principalmente, en función del soporte. En consecuencia, se puede distinguir entre materiales bibliográficos y no bibliográficos, impresos o no impresos, materiales librarios o no librarios y “normales” o especiales.

Por consiguiente, propondré la siguiente clasificación en relación a los materiales

bibliográficos: - Materiales librarios. - Materiales especiales (no librarios). Los términos empleados en la clasificación propuesta, no resultan tan imprecisos ni tan

ambiguos como los otros mencionados y aunque dichos términos, librarios y especiales, son una traducción al castellano, su uso es más extendido y son términos aceptados en el medio bibliotecario y que encontramos con frecuencia en la literatura profesional.


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Materiales librarios Se consideran aquellos que se presentan en soporte de papel que incluyen información

textual y no textual. Se incluyen libros, folletos, hojas, pliegos sueltos, trípticos, memorias, informes científicos-técnicos, tesis, disertaciones, monografías, publicaciones oficiales, actas (de congresos, simposios y conferencias), boletines institucionales, patentes, normas, publicaciones seriadas (periódicos y revistas), etc.

Materiales especiales (no librarios)

Son aquellos materiales informativos registrados en diferentes soportes físicos (papel,

magnético, óptico y electrónico) que integran información textual y no textual (gráfica, sonora, visual) o mixta y que requieren, algunos de ellos, de ciertos aparatos o dispositivos electrónicos para reproducir la información contenida. Entre este tipo de materiales destaco los siguientes:

- Materiales cartográficos. - Materiales gráficos. - Microformas. - Música impresa y manuscrita. - Grabaciones sonoras. - Películas y videograbaciones. - Recursos electrónicos. - Objetos culturales.

A continuación abordaré los diversos materiales especiales que pueden encontrarse en la

gran mayoría de las bibliotecas. Materiales cartográficos

Pueden ser definidos como: “Representaciones geométricas, bien planas, bien tridimensionales, simplificadas y convencionales, de toda o parte de la superficie terrestre o de los cuerpos celestes, con una relación de similitud proporcionada llamada escala”.522 Podemos considerar materiales cartográficos: mapas y planos en dos y tres dimensiones, atlas, croquis, fotografías aéreas de la superficie terrestre, cartas aeronáuticas, de navegación y celestes, globos, diagramas en bloque, fotografías aéreas con fines cartográficos, vistas a ojo de pájaro (vistas de mapas), imágenes satelitales, modelos o maquetas en relieve, obras cartográficas manuscritas. Se consideran material cartográfico antiguo a los documentos anteriores a 1901. Materiales gráficos

Se consideran aquellos que presentan una imagen sin movimiento, que son una representación en dos dimensiones. Estos pueden ser: materiales gráficos impresos y opacos, tales como: estampas, diagramas, dibujos técnicos, fotografías, postales, carteles, láminas sueltas,

522 CLAUSÓ GARCÍA, A. Manual de análisis documental : descripción bibliográfica. Pamplona, Esp. : EUNSA, 2001, p. 227.


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láminas en calendario, póster, grabados o proceso gráfico específico (grabado de madera, litografía, aguafuerte), gráfico mural, originales y reproducciones de arte, ilustración didáctica, naipes, reproducción artística, estampas, cromos, tarjetas de Navidad, anuncios artísticos, tablero de hojas separables, tarjeta de identificación rápida, tarjeta esterográfica, y tarjetas mnemotécnicas.

También podemos encontrar materiales gráficos proyectables que no son opacos

destinados a ser proyectados o vistos mediante un equipo destinado para tal fin. También son conocidos como proyecciones visuales, que pueden ser definido como “una imagen o colección de imágenes bidimensionales realizadas en su forma original mediante técnicas como dibujo, pintura o fotografía, y que se ha diseñado para usarse con un proyector o un mecanismo de ampliación del tipo de un microscopio o una visionadora”.523 Entre este tipo de materiales gráficos destacan: las radiografías, diapositivas, transparencias, fotobandas, estereografías (carrete estereográfico), diapositivas de microscopio y tira de películas.

Microformas

Incluye material en cualquier soporte o medio, ya sea transparente u opaco, generalmente, película que contiene microimágenes. Normalmente son reproducciones de otros documentos impresos o gráficos.524 Los podemos encontrar en diversos formatos como: microfilms (tira de película que contiene cierto número de microimágenes en una secuencia lineal y los podemos encontrar en carrete, cartucho y casete de microfilm) y microfichas (lámina rectangular de película que consta de microimágnes o microfotografías ordenadas en una secuencia bidimensional, suelen incluir un título y otros datos que pueden leerse sin ampliar). También se incluyen la microscopia opaca (tarjeta opaca rectangular con un conjunto de fotografías en secuencia bidimensional, también conocida como microopacos, sobre cartón), la tarjeta de ventanilla, la tira de microfilm y las tarjetas o fichas de ventana.

Música impresa y manuscrita

Incluye documentos musicales impresos y manuscritos o partituras musicales.

Grabaciones sonoras

Las Reglas de Catalogación Angloamericanas las definen como: “[Registros acústicos] en las cuales las vibraciones sonoras han sido registradas por medios mecánicos, eléctricos [o digitales], de tal manera que puede reproducirse el sonido”525 mediante un dispositivo diseñado para tal fin. Las podemos encontrar en cualquier tipo de soporte que permita grabar sonidos, ya sean archivos musicales, de la palabra o cualquier sonido sin especificar.526 Se incluyen los discos, disco compacto musical o CD de audio, discos de acetatos de 45 rpm o discos LP´s, cintas 523 FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE ASOCIACIONES DE BIBLIOTECARIOS Y BIBLIOTECAS. ISBD (NBM) : descripción bibliográfica para materiales no librarios. Madrid : ANABAD : Arco/Libros, 1993, p. 107. 524 HERRERO PASCUAL, C. “Catalogación de materiales especiales”. En PINTO MOLINA M. Catalogación de documentos : teoría y práctica. 2a ed. rev. y aum. Madrid : Síntesis, 2001, p. 361. 525 Reglas de Catalogación Angloamericanas, apéndice D-5. 526 HERRERO PASCUAL, C. Op. cit., p. 346.


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de casetes, cartuchos, carrete de banda sonora, cinta abierta de carrete a carrete, rollo, grabación sonora en película (diferentes a las destinadas a acompañar imágenes visuales).

Películas y videograbaciones

La película cinematográfica es: “Un trozo de película, con o sin pista de sonido magnético u óptico, que contiene una secuencia de imágenes que dan sensación de movimiento cuando se proyectan en una sucesión rápida”.527 Comprende los siguientes materiales: carrete, cartucho y casete de película, película sin fin, compilaciones, avances, noticiarios fílmicos, tomas de archivo.

Por su parte, las videograbaciones son: “Grabaciones de imágenes visuales, normalmente

en movimiento y con acompañamiento de sonido, diseñada para su reproducción mediante [un aparato] receptor de televisión”.528 Se incluyen videos analógicos y digitales, DVD-video, carrete, cartucho y casete de video y videodisco, cintas de video en formato BETA, VHS, y V8, guión impreso, soundtrack, videos documentales y didácticos.

Recursos electrónicos

Se entiende por recurso electrónico lo siguiente:

Los materiales controlados por [computadora], incluidos los que requieren la utilización de un periférico conectado a una [computadora]. Esta definición se aplica a la mayoría de los recursos que normalmente están disponibles por los procedimientos habituales (acceso local), incluidos los multimedia interactivos, y aquellos recursos producidos en redes o accesibles por telecomunicaciones (acceso remoto). Incluye los datos almacenados [en la computadora (información que representa números, texto, gráficos, imágenes, mapas, imágenes en movimiento, música, sonidos, etc.) y los programas (instrucciones, etc.)] usados para procesar esos datos, [o la combinación de ambos], tanto si son publicados como inéditos.529

Entre estos materiales se incluyen los disquetes, archivos de computadora, cintas de

discos, discos magnéticos, discos en soporte óptico (discos compactos o CD-ROM, DVD-ROM), cintas de papel, fichas perforadas o fichas de marca sensible, objetos digitales y disponible en la Web, las bases de datos en línea, hipermedia e hipertexto. Objetos culturales

Se considera un artefacto tridimensional y realia.530 Hace referencia tanto a un único objeto como a un conjunto de partes separadas. Dentro de este grupo de materiales también abarcan “objetos que ocurren en forma natural como especímenes de microscopio (o 527 FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE ASOCIACIONES DE BIBLIOTECARIOS Y BIBLIOTECAS. Op. cit., p. 107. 528 Ibid., p. 108. 529 HERRERO PASCUAL, C. Op. cit., p. 382. La información incluida a modo de interpolación en esta definición fue consultada en las Reglas de Catalogación Angloamericanas, 9-2, 9-3. 530 Reglas de Catalogación Angloamericanas, apéndice D-9. Esta misma fuente define el término realia como: “Artefacto u objeto de la naturaleza, en contraste con una réplica”.


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representaciones de éstos) y otros especímenes montados para ser exhibidos”.531 Incluyen tanto objetos museográficos, didácticos, e industriales, tales como obras de arte, cuadros, esculturas, globos, dioramas, maquetas, planetarios, modelos, juegos (rompecabezas y simulaciones), juguetes, obras de arte tridimensionales, objetos de exposición, máquinas y vestuario.

Tal vez esta lista no exhaustiva, pero recoge la gran mayoría de los materiales que

podemos encontrar en las distintas bibliotecas, e incluso se pueden utilizar otros términos similares o alusivos a los aquí mencionados.

Para esta investigación los materiales bibliográficos objeto de estudio serán, únicamente, aquellos materiales impresos o manuscritos elaborados en soporte de papel a excepción de los materiales fotográficos,532 ya que no se puede aplicar de forma general las medidas preventivas y correctivas, dado que cada tipo de soporte posee una composición química distinta y, por ello, requiere de unas condiciones específicas para su conservación. Además los distintos procedimientos curativos o correctivos a implementarse son igualmente diferentes debido, precisamente, a la naturaleza del soporte. 3.2 Conservación preventiva

Una de las problemáticas más preocupantes del patrimonio bibliográfico es el de la conservación de la integridad física y funcional de los materiales que permita el mantenimiento de las características originales del objeto cultural. Las acciones encaminadas a conservar en buen estado y en óptimas condiciones físicas las colecciones bibliográficas posibilitan su permanencia y durabilidad, lo cual garantiza el uso y el acceso de la información contenida a generaciones futuras.

La conservación de libros y documentos en soportes de papel constituye uno de los principales retos, cometidos y preocupaciones tanto de los profesionales de la información como

531 Ibid., 10-2. 532 “Una fotografía típica consta de tres partes diferentes: Soporte (puede ser de vidrio, película, plástico, papel o papel con recubrimiento de resina), emulsión (o capa aglutinante, generalmente de gelatina, aunque también puede ser de albúmina o colodión; cumple la función de fijar al soporte, el material de la imagen final o la substancia que forma la imagen), y el material de la imagen final (hecho de plata, tintes de colores o partículas de pigmentos, generalmente está suspendido en la emulsión o capa aglutinante). A través de los años, se han utilizado muchos tipos de materiales y emulsiones para la imagen final; sin embargo, hoy en día la mayoría de las fotografías en blanco y negro están compuestas de plata suspendida en gelatina”. IFLA : principios para el cuidado y manejo de material de biblioteca. Compilado y editado por EP. Adcock con la asistencia de MT. Varlamoff y V. Kremp [en línea]. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 66 [consultado: 16 de diciembre de 2005]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ifla.org.sg/vi/4/news/pchlm-s.pdf>. Creo que es conveniente esta breve nota introductoria con objeto de conocer la naturaleza y composición de este tipo de material, pues la fotografía elaborada en soporte de papel requiere de unas condiciones ambientales para su conservación muy distintas a los otros materiales impresos o manuscritos elaborados también en papel. Además, los hongos que proliferan en las fotografías pueden pertenecer a otro tipo de especies diferentes a las que habitualmente se encuentran en los libros, precisamente por que el sustrato que degradan estas especies fúngicas tiene una composición química distinta al papel tradicional debido a las sustancias y compuestos que incorpora. Por estas razones, las fotografías en papel no son materiales objeto de esta investigación.


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de las bibliotecas y archivos encargados de la custodia y el resguardo del patrimonio bibliográfico y documental.

Antes de abordar el desarrollo de este punto conviene elaborar una breve reseña histórica y dar a conocer los antecedentes de la conservación.

A través de la historia, las restauraciones realizadas en las obras de arte buscaban la actualización estética e iconográfica de éstas, tratando de adaptarlas a los gustos e ideologías de una época, cambiando por lo general sus valores estéticos e históricos, e inclusive materiales, alterándolos y degradándolos la mayoría de las veces. Pero a partir del siglo XVIII y a través del XIX, se comienza a ver la obra de arte como un documento con importancia histórica y valores estéticos, por lo que los criterios y metodologías de intervención cambian y tratan de adaptarse a esta nueva visión. Se producen a partir de entonces enfrentamientos y debates al tratar de regular los trabajos que hasta ahora se venían realizando. Surgen entonces, en el siglo XIX, dos grandes tendencias que definirán las posturas seguidas durante el siglo XX: en primer lugar estaban los seguidores de la ‘restauración radical’, quienes se planteaban una recuperación total de original, y por el otro los defensores de una ‘intervención mínima’, que trataba de conservar lo que del original había llegado a nosotros, con sentido, si se quiere, más arqueológico. Ya en el siglo XX, los debates y polémicas en torno a estas dos posturas continúan. Se realizan congresos internacionales en los que intervienen cada vez más profesionales especializados que tratan de aclarar los errores y desmanes que hasta el momento se han venido realizando con las obras de arte y comienzan a verse estas como objetos con valores estéticos, históricos, educativos, documentales e inclusive económicos.533

Como se puede observar en el pasado, restaurar suponía muchas veces modificar o añadir

sin criterio de rigor histórico, sino de mero gusto subjetivo o de la época. Durante el siglo decimonónico empezaron a suscitarse polémicas sobre la conveniencia o no de intervenir en una obra alterada o en ruinas. Se aducía que la acción del tiempo aportaba efectos estéticos a la obra que no debían ser eliminados, lo cual es, sin duda alguna, un grave error. Durante el siglo XX se fue definiendo una política de conservación de centros históricos. La conciencia del valor intrínseco de éstos alentó e impulsó planes de conservación y protección en los diferentes países.534

Desde esta nueva percepción de la conservación han surgido diversos documentos donde se hace referencia a la interdisciplinariedad entre la conservación y la restauración. Entre éstos destaca la Carta de Atenas, o Carta del Restauro (1933), pero principalmente la Carta de Venecia o Carta Internacional sobre la Conservación y Restauración de los Monumentos y de los Sitios (1964) sentó los principios generales para la conservación y restauración del Patrimonio Cultural (entre los objetos culturales se encuentran los libros y documentos), según la cual la restauración “tiene como fin conservar los valores estéticos e históricos y se fundamenta el resto hacia elementos antiguos porque se basa en el rigor lógico y la autenticidad del contenido”.535 Otros

533 La conservación de obras sobre papel [en línea]. [Consultado: 10 de marzo de2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.periciascaligraficas.com/Guia%20Pericial/peri085.htm>. 534 Enciclopedia Hispánica., vol. 12, p. 350. 535 La restauración y conservación en la dirección general de bibliotecas. CASTELL, Emilia, et al. Encuentro de Bibliotecarios de la Universidad Nacional Autónoma de México (1o : 1982 oct. 4-6 : México, D.F.). Memoria. México : UNAM, DGB, 1983, p. 173.


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documentos surgieron de la Revolución de Santo Domingo (1974), la Declaración de Amsterdam (1975) que introdujo el concepto de conservación integrada, la Carta de Machu-Pichu (1978)536 referidos estos últimos a obras de arte.

En la celebración del V Centenario de la Biblioteca Apostólica Vaticana, en 1975, se celebró un coloquio sobre la conservación y reproducción de los manuscritos antiguos, en el cual se puso de manifiesto la creciente preocupación por la conservación de los materiales bibliográficos.537

Allo Manero señala que

1979 fue una fecha decisiva en la Historia de la conservación de las colecciones bibliográficas. La Sección de Conservación de la IFLA presentó en Copenhague un interesante documento sobre principios de Conservación y Restauración para colecciones de bibliotecas, cuyo contenido fue publicado posteriormente en 1986 con el título “Principios para la preservación y conservación de materiales bibliográficos”,538 y es una referencia básica y fundamental que todo bibliotecario debe conocer. La publicación de estos principios abrió una nueva etapa, gestada naturalmente en las décadas anteriores, para el entendimiento de la acción conservadora en el sector bibliotecario. Esta declaración supone una aproximación general a la naturaleza y a los objetivos del trabajo de preservación y conservación de los materiales bibliográficos. No se propone suministrar una lista exhaustiva de métodos y prácticas en detalle, pero sí pretende crear una actitud sensible a la preservación en los bibliotecarios y en las bibliotecas. […], los aspectos más innovadores que aportó este documento para la configuración de una nueva percepción sobre la conservación, inciden directamente sobre su propio concepto, sobre la responsabilidad de su ejercicio y sobre el ámbito documental al que debe ir dirigida. Hasta hace relativamente muy poco tiempo, la conservación documental venía siendo concebida como una actividad técnica relacionada directamente con dos actuaciones concretas: la encuadernación libros y publicaciones periódicas, y la reparación o restauración de libros y manuscritos antiguos […].539 En 1986, se celebró en Viena el Congreso sobre Conservación y Preservación organizado

conjuntamente por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios (FIAB), la Federación Internacional de Documentación (FID), el Consejo Internacional de Archivos (CIA), y la UNESCO, donde el pensamiento de los profesionales responsables del patrimonio escrito se centró en la protección y conservación de éste como un conjunto documental integrado tanto por libros y documentos antiguos y/o de artesanía y por aquellos materiales contemporáneos

536 Principios para la preservación, conservación y restauración de las pinturas murales. Revista digital nueva museología [en línea]. [Consultado: 10 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.nuevamuseologia.com.ar/Murales.htm>. 537 LÓPEZ DE PRADO, Rosario. Preservación y conservación de los materiales bibliográficos [en línea]. [Consultado: 6 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.geocities.com/zaguan2003/310.html>. 538 Publicado en el IFLA Journal, vol. 5 (1979), no. 4, p. 292-300. Éste fue revisado y ampliado por Jeanne Marie Dureau y David W.G. Clements, de la Sección de Conservación del IFLA y publicado por el HQ del IFLA en 1986 como Informe Profesional no. 8. 539 ALLO MANERO, MA. “Conservación de la colección”. En ORERA ORERA, L. Manual de Biblioteconomía. Madrid : Síntesis, 1998, p. [181].


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producidos por medios industriales durante los siglos XIX y XX, así como aquellos soportes que incorporan los avances de las nuevas tecnologías bajo la implementación de métodos preventivos y de restauración. Estas dos actividades pueden ser ubicadas dentro de la disciplina de la conservación encaminada al mantenimiento y protección de la integridad física y funcional de estos objetos culturales.540

Desde 1994 el Programa Core en Preservación y Conservación (PAC) de la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA) cuyo objetivo es fomentar la cooperación mundial para la preservación de material bibliotecario, ha realizado una encuesta entre los especialistas en conservación de un gran número de instituciones y organizaciones (bibliotecas, archivos, instituciones internacionales vinculadas a la conservación de materiales documentales, entre otras) para recabar información, opiniones y comentarios con miras a actualizar el documento de 1986.

Instituciones internacionales como la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias) a través de su programa PAC (Preservation and Conservation) y la UNESCO a través de su programa internacional RAMP ((Records and Archives Management Programme) han elaborado y publicado diversos artículos y libros relacionado con la preservación y conservación de los materiales bibliográficos y documentales que tienen como objetivo impulsar y promover la aceptación y difusión de los principios profesionales de administración de la preservación y conservación así como proporcionar las directrices sobre los métodos de protección y conservación de libros y documentos.

Estas continuas reuniones, conferencias y los documentos generados de las mismas representan en sí un gran esfuerzo colectivo dentro de un marco de cooperación internacional por mantener, proteger, salvaguardar, conservar y restaurar el legado histórico y bibliográfico de nuestro patrimonio cultural.

Gaël de Guichen,541 miembro del Centro Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM), dice: “En los tres últimos decenios, los profesionales han incorporado a su lenguaje el término de ‘conservación preventiva’, que ha venido a sumarse a los de ‘conservación’ y ‘restauración’.

Hasta aquí he mencionado diversos conceptos conservación, preservación, restauración y conservación preventiva. Es conveniente definir, precisar y delimitar cada uno de ellos.

Conservación

El Diccionario de la lengua española define el término conservar como: “Mantener algo o cuidar su permanencia”.542

540 Vid. IPERT, S. y ROME HYACINTHE, M. Op. cit., p. 9-13. 541 GUICHEN, Gaël de. La conservación preventiva : ¿simple moda pasajera o cambio trascendental? Museum international [en línea]. No. 201. [Consultado: 10 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.unesco.org/culture/museum/html_sp/mi201.shtml#cotidiana>. 542 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 1, p. 631.


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En un sentido más específico y referido a materiales de biblioteca, Viñas Torner543 señala que conservar es:

Mantener y, en consecuencia, la conservación del libro se centra en el mantenimiento de sus propiedades físicas y funcionales para lograr el cumplimiento de su finalidad transmisora de lo inmaterial a lo tangible. Este mantenimiento será posible mediante dos posibilidades: la prevención y la restauración. Esta acción de conservar conlleva, como se mencionó anteriormente, mantener la integridad física y funcional de los valores documentales prolongándoles la vida. La integridad física: es mantener todos los elementos del cuerpo material del documento y la integridad funcional: es la capacidad de transmisión de la información a dicho documento. Ante la inexorable ley de caducidad de todo material, debemos actuar en dos frentes, la prevención y la restauración.544 La American Library Association (ALA) afirma que la conservación es: “La utilización

de procedimientos químicos y físicos en el tratamiento o almacenamiento para asegurar la conservación de libros, manuscritos, registros y otros documentos”.545

Martínez de Sousa546 define el vocablo conservación como: La guarda física de documentos de archivo que comporta la responsabilidad jurídica de su protección. Función fundamental de los archivos que consiste en asegurar el almacenamiento y la protección de los documentos. Utilización de procedimiento químicos y físicos para asegurar el mantenimiento físico de los libros, códices, manuscritos y otros documentos. Romero Fernández Pacheco y González Díaz547 la definen así: Conjunto de técnicas, tratamientos y procedimientos y actuaciones de cualquier naturaleza que tenga por objeto tanto la durabilidad y permanencia de los soportes documentales como [la protección y difusión] de la información en ellos contenida. Es decir, la conservación es la suma de dos facetas, la preservación que tiene un carácter más pasivo y preventivo, y la restauración que tiene un carácter más activo.

McCleary y Crespo548 dicen que la conservación de documentos gráficos:

543 VIÑAS TORNER, V. “Medidas y políticas de conservación de materiales bibliotecarios : problemas y soluciones”. En MAGÁN WALS, JA. Tratado básico de Biblioteconomía. Madrid : Complutense, 2004, p. 465. 544 LÓPEZ MENÁRGUEZ, M. “Tratamiento manual de la conservación del papel”. Curso regional sobre hemerotecas (1er. : 1995 : Murcia, Esp.). Hemerotecas : aportaciones al estudio y tratamiento de publicaciones periódicas. Murcia : ANABAD; Caja Murcia; Editora Regional de Murcia, 1995, p. 165. 545 Glosario ALA de bibliotecología y ciencias de la información. Madrid : Díaz de Santos : ALA, 1988, p. 84. 546 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Diccionario de bibliología y ciencias afines. 2a ed. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez : Pirámide, 1993, p. 198. 547 ROMERO FERNÁNDEZ PACHECO, JR. y GONZÁLEZ DÍAZ, R. Conservación y reproducción. Madrid : Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Dirección General de Libro, Archivos y Bibliotecas, Subdirección General de los Archivos Estatales, 1999, p. 9. 548 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 13-14.


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Es una disciplina que se compone del conjunto de trabajos bien pasivos, usando métodos que no modifican la estructura física del objeto, bien activos, caso de las restauraciones, llevados a cabo para prolongar la vida del formato físico y/o lo escrito o impreso en un documento o libro. La conservación preventiva se engloba entre los métodos pasivos utilizados para lograr este fin. [..] [El método activo consiste en el uso de] técnicas o tratamientos de conservación llevados a cabo para devolverle al objeto, siempre hasta cierto grado, su estado original. [Se conoce como restauración, y la] responsabilidad de los profesionales encargados de esta actividad se centra en la estabilización química y la reparación física de los materiales y técnicas que componen las obras: el papel, el pergamino, las pieles, las tintas, las encuadernaciones, etc.

En esta misma línea, Crespo y Viñas,549 definen conservación como:

El mantenimiento de algo en buenas condiciones físicas, a fin de que pueda cumplir la función para que fue creado. Dicha conservación se consigue evitando el deterioro o destrucción de ese objeto o reparándolo si ha sufrido daños que le impiden o pongan en riesgo el cumplimiento de dicha función. Se trata, en el primer caso, de una conservación conseguida por métodos preventivos. En el segundo, ella se obtiene con el tratamiento directo del objeto, a fin de devolverle su salud perdida por métodos curativos (restauración).

Dureau y Clements550 afirman que la conservación: “Se refiere a las políticas y prácticas

que tienen por objeto específico evitar, aplazar y reparar el deterioro y los daños sufridos por los documentos, incluyendo la aplicación de métodos y técnicas activas y pasivos”. Por tanto, “comprende los planes y prácticas específicas, relativos a la protección de los materiales de archivos y bibliotecas frente al deterioro, daños y abandono, incluyendo los métodos y técnicas desarrollados por el personal técnico”.551

Carrión Gútiez552 señala que la conservación implica tanto adelantarse a los daños (preservación) como curarlos (restauración). La preservación lleva consigo, además de la encuadernación, en su sentido más amplio, y el almacenamiento adecuado de la colección, las medidas de prevención contra las catástrofes (por agentes naturales, como el agua y el fuego, o por agentes humanos como las guerras) y los actos de vandalismo (robos y mutilaciones). Incluye además los planes de reproducción preservativa, imprescindibles cuando se trata de defender el tesoro bibliográfico. En otro sentido, Sánchez Hernampérez553 afirma que la conservación es: “Una actividad

dentro de la preservación que implica el uso de medidas preventivas y de procesos de reparación

549 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 27. 550 DUREAU, JM. y CLEMENTS, DWG. Principios para la preservación y conservación de los materiales bibliográficos. Traducción de Alicia Girón García. Madrid : Dirección General del Libro y Bibliotecas , Ministerio de Cultura, 1988, p. 5-6. Citado por María Adelaida Allo Manero. “Conservación de la colección”. En ORERA ORERA, L. Manual de Biblioteconomía. Madrid : Síntesis, 1998, p. 182. 551 ROPER, M. Planificación, equipo y provisión del personal de un servicio de preservación y conservación de archivos : un estudio del RAMP con directrices. París : UNESCO, 1989, h. 2. 552 CARRIÓN GÚTIEZ, M. Manual de bibliotecas. 2a ed. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez : Pirámide, 1993, p. 418. 553 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 447.


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de materiales dañados que aseguren la longevidad de materiales. La conservación abarca desde la desacidificación en masa a la reparación de un grabado”.

Por su parte, Vargas Saldaña554 define conservación como: La materia que se ocupa de mantener la integridad física y funcional del objeto en cuestión, comprende dos áreas que son complementarias entre sí, la preservación, también llamada conservación preventiva y la restauración o conservación curativa. La primera consiste en las acciones tendientes a evitar el deterioro de los materiales o en detener el daño ya existente, en tanto que la segunda consiste en los procesos que permiten devolverle la integridad material y funcional a los objetos.

Carpallo Bautista555 sostiene que:

El término conservación, en el ámbito de los archivos y bibliotecas hace referencia o alusión a todas aquellas medidas destinadas a proteger adecuadamente los libros y documentos con el fin de prolongar su utilización en condiciones óptimas durante el mayor tiempo posible. Existen dos corrientes diferentes sobre la disciplina de la conservación. La anglosajona, que a su vez se divide en otras dos disciplinas, la denominada Preservation que determina las medias preventivas de permanencia y durabilidad de los documentos, y la Conservation, que determina las medidas a tomar para la restauración de los documentos deteriorados. Y la latina, en la que se contempla como una única disciplina llamada, Conservación, de la que forman parte la preservación y la restauración. La primera, también denominada conservación preventiva, se ocupa de la prevención del deterioro de los documentos y la segunda de la reparación y recuperación funcional de los documentos deteriorados. Conviene mencionar y rescatar la percepción de conservación y el enfoque que se le da a

dicho concepto: Solo para dar una idea de cómo mirar la conservación de otra manera, hemos inventado la Pirámide de conservación. Observándola advertiremos que en la base de la Pirámide está la línea de la preservación. Sobre ésta, está la línea de la conservación pasiva. Por encima de la conservación pasiva, está la línea de la conservación activa, y en el vértice de la pirámide se encuentra la restauración. Este es el método de tratamiento que se aplica a las piezas individuales, el que consume más tiempo, y el que es la parte más cara de la conservación. El establecimiento de una política de conservación efectiva implica mirar el problema en su totalidad, invirtiendo la pirámide y transformándola en un embudo. Para pensar en la política hay que considerar la nueva línea superior del embudo, la preservación, y por ella se debería comenzar. Las razones son obvias, todas las medidas que se tomen en esta área beneficiarán a la totalidad de la colección. En este sentido, trabajando desde afuera hacia adentro del embudo llegaremos en último término a la pieza individual. Probablemente esto suceda sólo en casos especiales. En esta aproximación

554 VARGAS SALDAÑA, E. Causas de deterioro del material bibliográfico. Seminario sobre conservación y restauración de material bibliográfico (1o. : 1983 : México, D.F.). Memoria. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1983, p. 21. 555 CARPALLO BAUTISTA, Antonio. El papel de la conservación documental como disciplina al servicio de los profesionales de la documentación [en línea]. Congreso Universitario de Ciencias de la Documentación (1er. : 2000 nov. 14-17 : Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid) [consultado: 14 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ucm.es/info/multido/multidoc/revista/num10/paginas/pdfs/carpallo/pdf>.


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también está implícita la necesidad de mucha información sobre las condiciones edilicias, ambientales y físicas del acervo, las prioridades de la institución y la competencia del personal a cargo. Para la preparación de una política de preservación son necesarios, asimismo, instrumentos para recabar la información. Conservar es mantener algo que está amenazado o ha sufrido daño mediante la preservación y la restauración.556 De acuerdo a lo aquí expuesto la conservación es la suma de dos facetas, la preservación

que tiene un carácter más pasivo y preventivo que pretende evitar el deterioro o destrucción del objeto cultural, procurando un ambiente y unas condiciones microclimáticas idóneas que permita mantener su integridad física y funcional. Es, por tanto, como se mencionó una conservación conseguida por métodos preventivos, y que se denomina conservación pasiva. Y la restauración que tiene un carácter más activo y requiere de un tratamiento específico y directo sobre el objeto, con la finalidad de recuperar el estado original del mismo y, por lo tanto, la llamaremos conservación activa.557 Preservación

El Diccionario de la lengua española propone para la voz preservar la siguiente definición: “Proteger, resguardar anticipadamente a una persona, animal o cosa, de algún daño o peligro”.558

Aplicado al ámbito de la Biblioteconomía y la Archivonomía, y concretamente a los libros y documentos, el Diccionario del archivero bibliotecario define el verbo preservar como: “Proteger, resguardar anticipadamente el patrimonio bibliográfico y documental en general y en particular el de un centro documental, adaptando las medidas necesarias para evitar posibles daños por factores ambientales o fortuitos”.559

Sánchez Hernampérez afirma que la preservación es: “Un término múltiple y complejo

que abarca todas aquellas operaciones encaminadas a retener en óptimas condiciones las colecciones documentales y sus contenidos intelectuales con el fin de facilitar su permanencia y el acceso de la sociedad a la información”.560

Romero Fernández Pacheco y González Díaz561 señalan que la preservación previene, estabiliza, neutraliza, controla y, en general, garantiza las condiciones del patrimonio documental. Sus retos de futuro están en la estandarización de los parámetros de conservación y aspirar a su aplicación tanto para la [permanencia] de los soportes como para la [protección y comunicación] de la información.

556 STEEMERS, Ted. Política de preservación en archivos [en línea]. [Consultado: 9 de febrero de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.rau.edu.uy/universidad/ag/politica_preservacion_ted.htm>. 557 Cfr. VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 465. 558 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 2, p. 1827. 559 GARCÍA EJARQUE, L. Diccionario archivero-bibliotecario : terminología de la elaboración, tratamiento y utilización de los materiales propios de los centros documentales. Gijón : Trea, 2000, p. 367. 560 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 453. 561 ROMERO FERNÁNDEZ PACHECO, JR. y GONZÁLEZ DÍAZ, R. Op. cit., p. 9.


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Martínez de Sousa562 define el vocablo preservación como: “El conjunto de procedimientos y medidas destinados a asegurar la protección física de los conjuntos de documentos contra agentes de deterioración, así como el remedio de los documentos dañados”.

Por su parte, Ingrid Beck563 establece que: La preservación de los documentos debe estar dividida en dos frentes: el primero estriba en la conservación preventiva, entendida como la acción de retardar el deterioro y prevenir los daños por medio del mantenimiento de las instalaciones, el control de las condiciones ambientales y los tratamientos profilácticos para mantener en buen estado los documentos; el otro consiste en la restauración de los documento dañados.

La American Libray Association (ALA)564 define el término anglosajón preservation

como: Las actividades asociadas al mantenimiento en buenas condiciones del material de archivo y bibliotecario para su utilización en forma original. Compárese con conservation (medidas de protección) que se emplea como sinónimo frecuente, aunque parecen estar surgiendo diferencias entre ambos términos, por lo menos en Norteamérica, en el mundo archivero y bibliotecario. Las medidas de protección, o simplemente, la protección se suelen referir a las técnicas y procedimientos aplicados a los libros y otros documentos para mantener lo más posible su integridad material original. La conservación, tiende a abarcar, también, estas medidas de protección, pero además comprende las técnicas de conservación parcial del objeto material, así como los procedimientos empleados para la sustitución del artefacto original por conversión de material, con lo cual el contenido material o intelectual del original se conserva, por lo menos parcialmente.

La preservación es “un término genérico para designar el conjunto de medidas necesarias para mantener la integridad de los documentos y su contenido informativo. Abarca los aspectos gerenciales y financieros, el acondicionamiento de locales de trabajo y de almacenamiento, la provisión de personal y la adopción de políticas, técnicas y métodos destinados a salvaguardar el [patrimonio bibliográfico y documental]”.565

Además de actividades de gestión y planificación, la preservación: Incluye cuantas actividades se llevan a cabo para alargar la vida de una pieza o de toda una colección. Su función es prevenir, evitar que el daño pueda producirse y, si ello no es posible, retrasarlo. La preservación es una obligación de todo aquel que tiene relación con un fondo bibliográfico o documental. Quienes preservan necesitan conocer el comportamiento general de los materiales pero enfocando su labor a la calidad y funcionalidad de los sistemas de almacenado, a las posibilidades de control de los factores medio ambientales, a la identificación de elementos

562 MARTÍNEZ DE SOUSA, J. Op. cit., p. 704. 563 BECK, I. Op. cit., p. 51. 564 Glosario ALA de bibliotecología y ciencias de la información, p. 266. 565 ROPER, M. Op .cit., h. 2.


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deteriorados que pueden hacer peligrar la permanencia de la colección, incluso a como evitar el uso y la manipulación inadecuada de los materiales bibliográficos.566

En esta misma línea, Dureau y Clements567 afirman que la preservación: Comprende todas las actividades económicas y administrativas que incluyen el depósito y la instalación de los materiales, formación del personal, los planes de acción, los métodos y técnicas referentes a la preservación de materiales de archivos y bibliotecas y la información contenida en los mismos.

Restauración

El Diccionario de la lengua española define el verbo restaurar así: “Recuperar o recobrar, reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía”.568

En sentido más específico, la American Library Association (ALA)569 define el término restauración como: “La acción reparadora realizada en un libro o en cualquier otro documento que no implica la sustitución del algún material o la separación de su cubierta. La restauración tiene como misión recuperar la integridad física dañada”.

Buonocore570 afirma que: El trabajo de restauración de libros consiste en rehacer las páginas deterioradas, rellenando con material ad hoc las roturas y los agujeros causados por insectos, por la acción de la humedad o por accidentes de diversa índole […]. La restauración tiene por objeto volver a poner un libro, estampa, etc., en el mismo estado y características que originariamente tenía, esto es, sin alterar las condiciones y modalidades del documento en cuanto a la naturaleza física, estilo, etc. No debe confundirse la restauración con la reparación de un libro, operaciones que aplican [técnicas] y métodos distintos y que responden a fines también distintos.

Michael Roper571 señala que la restauración y la reparación comprenden una amplia variedad de procedimientos activos de conservación destinados a mejorar el estado físico de los documentos estropeados y restituirlos, en la medida posible, a su estado original. Los procedimientos pueden ir desde la reparación de una hoja desgarrada, la reencuadernación de un tomo o la supresión de una mancha, hasta la desacidificación, el reforzamiento o el reapresto de un documento. La restauración no incluye en ningún caso el reemplazo de los textos o la información perdidos.

566 CARMONA DE LOS SANTOS, M., DESANTES FERNÁNDEZ, B. y ALFONSO ALONSO-MUÑOYERRO, B. de. Sellos, fotografías y documentación notarial. Madrid : Ministerio de Educación y Cultura, Subdirección General de los Archivos Estatales, 1999, p. 37. 567 DUREAU, JM. y CLEMENTS, DWG. Principios para la preservación y conservación de los materiales bibliográficos. Traducción de Alicia Girón García. Madrid : Dirección General del Libro y Bibliotecas, Ministerio de Cultura, 1988, p. 5-6. Citado por María Adelaida Allo Manero. Op. cit., p. 182. 568 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 1961. 569 Glosario ALA de bibliotecología y ciencias de la información, p. 218. 570 BUONOCORE, D. Op. cit., p. 373. 571 ROPER, M. Op. cit., h. 2.


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La restauración es una “actividad que comprende las técnicas y conocimientos utilizados por el personal técnico responsable de reparar los daños ocasionados por el uso, el tiempo y otros factores en los materiales de archivo y bibliotecas”,572 “[…] cuyo fin primordial es la recuperación de las condiciones originales del objeto por la imitación cuidadosa de los materiales y las técnicas, actividad que sólo es justificable por criterios estéticos o históricos”.573

La Enciclopedia de la encuadernación574 define restauración como: “El empleo de técnicas que traten de recuperar en la mayor medida posible las propiedades pérdidas”.

Viñas Torner575 nos dice en relación a la restauración, que: Ante la necesidad de la intervención curativa, se debe actuar bajo un absoluto respeto a la originalidad de la obra y su autoría. Esto implica descartar radicalmente cualquier manipulación que suponga variaciones a la integridad material que la define y, por supuesto, desechar toda falsificación. En cualquier caso, toda actuación tendrá garantía de inocuidad para la obra, sea por la posible agresión de los medios de trabajo o por el procedimiento de su aplicación. Igualmente, estarán aseguradas la identificación de los elementos o zonas intervenidas y, la reversibilidad de los productos incorporados a la obra para, si se hiciera necesario, proceder con facilidad a su localización y anulación o sustitución. Para todo ello, también se contará con la ayuda de los correspondientes informes que reflejarán los trabajos realizados. Toda restauración conlleva la responsabilidad de que las obras deterioradas recuperen las características originales y privativas de cada una de ellas. A la restauración “le incumbe recuperar o subsanar el estado original de las facultades

que han sufrido detrimento”,576 para lo cual “requiere de materiales, instalaciones y conocimientos especializados. Es una actividad muy lenta y costosa, aplicable sólo a ejemplares más dañados o valiosos de los fondos y no debe ser competencia [del bibliotecarios ni del archivista]”.577

Después de esta aclaración terminológica debemos decir que dichos términos,

conservación, preservación (prevención) y restauración son diferentes pero a la vez complementarios donde “la restauración sólo se justifica por la ausencia de los medios previsores o preventivos”. 578

La prevención “es siempre mucho más positiva, pues aunque el gasto o esfuerzo inicial

parezca desproporcionado, permite tratamientos masivos frente a la costosa y no siempre posible restauración que necesariamente tiene que proceder sobre cada una de ellas”.579

572 DUREAU, JM. y CLEMENTS, DWG. Principios para la preservación y conservación de los materiales bibliográficos. Citado por María Adelaida Allo Manero. Op. cit., p. 182. 573 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 453. 574 Enciclopedia de la encuadernación. Madrid : Ollero & Ramos, 1998, p. 76. 575 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 467, 478. 576 Ibid., p. 465. 577 CARMONA DE LOS SANTOS, M., DESANTES FERNÁNDEZ, B. y ALFONSO ALONSO-MUÑOYERRO, B. de. Op. cit., p. 37. 578 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 466. 579 Idem.


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Por lo que, la prevención (preservación) y restauración “son realidades inversamente proporcionales. El auge de uno supone el decrecimiento del otro”.580 Por consiguiente, “la adopción de medidas preventivas es la política más acertada para evitar el deterioro de los documentos, lo cual no obsta para que, ante la realidad de unos ejemplares dañados, deba procederse a su restauración. Prevenir, primero; restaurar, después, en caso necesario, es el camino a seguir en todo proceso de conservación, que confirma aquel viejo aforismo médico ‘más vale prevenir que curar’, convertido, hoy en día, en un principio básico de la conservación documental”. 581

Por tanto, la conservación tiene como finalidad mantener, proteger y recuperar la integridad física y funcional original de los materiales bibliográficos y documentales mediante dos actividades: la prevención y la restauración, las cuales van a asegurar la permanencia y durabilidad del objeto cultural.

Pero lo ideal no es sólo conservar la integridad física o material sino también emprender acciones preventivas que permitan conservar el contenido intelectual y conceptual con objeto de que favorecer la accesibilidad a la información en ellos contenida.

Crespo y Viñas582 afirman que “la eficacia de una política preventiva está en razón directa con el conocimiento de las características del objeto, de las causas que producen su patología y en el empleo de materiales y medios técnicos que evite esta última”. En este sentido, existe una gran coincidencia con lo mencionado por Viñas Torner,583 quien señala:

Para lograr el desarrollo eficaz de las medidas preventivas o restauradoras, resulta imprescindible conocer la integridad material de la obra. Es decir, identificar las particularidades físicas que la define en su estado estático (permanencia) y las funcionales en su estado dinámico (durabilidad). Sólo así, conociendo la naturaleza y estructura de cada obra, podrán conocerse los factores que agreden la integridad y así optar por las oportunas medidas tanto preventivas como curativas, para conseguir su conservación.

López Menárguez584 menciona los lineamientos que ha establecido la UNESCO para la

protección y salvaguarda del patrimonio de la Humanidad:

1) Identificación de la naturaleza y estructura de los materiales que le dan forma. 2) Determinación de las causas potenciales de su deterioro. 3) Aplicación de los medios que erradiquen las causas de alteración sin ocasionar daño directo o

indirecto a la obra que tratan de proteger.

580 CRESPO, C. y VIÑAS, V. La preservación de documentos y libros en papel : un estudio del RAMP con directrices. París : UNESCO, 1984, h. 27. 581 GONZÁLEZ CASTRILLO, R. Oposiciones a bibliotecas y archivos : escalas de facultativos y de ayudantes. Temario básico. Madrid : Complutense, 2002, p. 266. 582 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 27. El énfasis y la cursiva es mía. 583 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 466. El énfasis y la cursiva es mía. 584 LÓPEZ MENÁRGUEZ, M. Op. cit., p. 165-166.


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Si el uso de la obra ocasiona peligro para la integridad de la misma, ésta se protegerá de la siguiente forma: 1) Restricciones del usufructo, reservándolo únicamente a quienes para bien de la cultura tienen

imperiosa necesidad del manejo directo. 2) Obtención de la réplica que, sin desmerecer los valores culturales del original y sin caer en el

fraude, satisfaga el estudio y la contemplación. La adopción de medidas preventivas constituye, sin lugar a dudas, la mejor opción y

alternativa para conservar y mantener la integridad material original. Estas medidas de protección forman parte de lo que hoy llamamos conservación preventiva. Conservación preventiva

Vaillant Callol y Valentín Rodrigo definen la conservación preventiva como: Cualquier medida que evita o reduce el potencial de daños. Se fundamenta en el cuidado de las colecciones más que en el tratamiento. En términos prácticos, el almacenamiento y administración de las colecciones, incluyendo la planificación para emergencias, constituye elementos básicos de un programa de conservación preventiva […]. La conservación preventiva incluye el control ambiental, un sistema óptimo de exhibir y almacenar los materiales bibliográficos, el desarrollo de directrices, guías y procedimientos para proteger las colecciones en los depósitos o durante su uso, la concienciación y formación de todo el personal de la institución, así como el desarrollo de proyectos cooperativos. Estas actividades deben estar debidamente planificadas y ejecutadas de forma sistemática en cada unidad de información documental.585 Asimismo, se denomina conservación preventiva a todas aquellas medidas de seguridad y controles de conservación que procuran evitar pérdidas y daños por el uso y almacenaje del material cultural en archivos y bibliotecas […]. Uno de los factores más importantes en la conservación preventiva es el control de aquellos agentes cuya simple presencia o cantidad desproporcionada pueda resultar perjudicial como la contaminación atmosférica, temperatura/humedad, agentes biológicos, polución en el medio ambiente, contaminación biológica, luz y fuego […]. Es importante un estudio a fondo de las situaciones endémicas y tomar medidas preventivas para todas y cada una de ellas, crear reglas y disposiciones convenientes para un mejor uso de este material, medidas contra robos, y disponer, en especial, de un programa de defensa y recuperación, en caso de siniestro.586

Conviene rescatar esta definición, referida a pinturas murales, y otros objetos culturales,

según la cual la conservación preventiva:

Tiene por objeto propiciar unas condiciones favorables para reducir al máximo posible la degradación y evitar los tratamientos curativos innecesarios, prolongando así la vida de las pinturas murales. La práctica de un seguimiento adecuado y el control medioambiental son

585 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 124-125. 586 VERGARA, J. Op. cit., p. 125.


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componentes sustanciales de la conservación preventiva. Las condiciones climáticas adversas y los problemas de humedad pueden producir no sólo deterioro, sino también ataques de carácter biológico. El seguimiento puede servir para detectar procesos de degradación de las pinturas, o de la estructura que les sirve de soporte, en su fase inicial, contribuyendo así a prevenir daños ulteriores. También permite conocer desde un principio la deformación y los fallos de estructura que podrían provocar la ruina del soporte. Un mantenimiento regular del edificio o de la estructura en cuestión, constituye la mejor garantía para salvaguardar [los objetos culturales]. Por tanto, es importante que en la gestión del bien se incluya un cuidadoso plan de uso y acceso que contribuya a preservar, en la medida de lo posible, los auténticos valores, tangibles e intangibles, propios de los monumentos y los lugares patrimoniales.587

Para obtener resultados eficaces en la conservación preventiva de las colecciones

bibliográficas deben conjugarse conocimientos técnicos y una adecuada gestión administrativa, cuyo enfoque debe ser aplicado al funcionamiento de la biblioteca y de la institución a la que pertenece. Con base a criterios técnicos y científicos la conservación preventiva comprende cuatro etapas progresivas:

1) Identificar los deterioros de las colecciones. 2) Determinar las causas que amenazan la integridad de las obras. 3) Cuantificar el riesgo. 4) Establecer los medios eficaces en función del costo para cuantificar el riesgo. 5) Desarrollar métodos para reducir o eliminar el riesgo.588

Por consiguiente, la conservación preventiva comprende un conjunto de acciones y procedimientos tanto de carácter pasivo (medidas de prevención) como de carácter activo (medidas curativas) de diversa naturaleza que aseguren la integridad física y funcional de los materiales bibliográficos mediante el establecimiento de políticas y la elaboración de planes que contemplen el control de las condiciones ambientales, el mantenimiento del edificio y sus instalaciones, las normas de uso y manipulación adecuada de los materiales, las condiciones de almacenamiento y protección de las colecciones, la adopción de medidas de seguridad para evitar situaciones de robo y vandalismo, la formación de usuarios y del personal bibliotecario, el uso de diversas técnicas de reproducción que posibiliten la transferencia de información a soportes más estables y su accesibilidad, la prevención y planificación de medidas de emergencia en caso de desastres o siniestros que permitan la recuperación de los materiales, y el establecimiento de convenios de cooperación con otras bibliotecas y organismos especializados en materia de conservación, todas ellas englobadas dentro de un programa de conservación acorde a cada unidad de información cuya implementación conlleva actividades de gestión administrativa que requieren de un manejo óptimo tanto de los recursos financieros y presupuestales como de los recursos humanos por parte de los profesionales de la información que asumen esta responsabilidad.

587 Principios para la preservación, conservación y restauración de las pinturas murales. Revista digital nueva museología [en línea]. [Consultado: 10 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.nuevamuseologia.com.ar/Murales.htm>. 588 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 131-132.


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Todas estas actividades deben efectuarse de forma sistemática y periódica que propicien las condiciones más estables y favorables para garantizar la longevidad de las colecciones bibliográficas.

Por tanto, el sintagma o la expresión compuesta, conservación preventiva, es un concepto

unificador e integrador que engloba un conjunto de medidas y procedimientos de actuación tanto de carácter activo y pasivo como actividades de gestión y planificación tendientes a minimizar los riesgos de deterioro y de intervención restaurativa y, que constituyen la base de cualquier programa de conservación del patrimonio bibliográfico y documental.

En relación al trabajo preventivo y como parte de los planes de estrategia de conservación,

cinco son las acciones que deben emprenderse para garantizar la integridad de los materiales bibliográficos y que forman parte de la actividad a desarrollarse en la conservación preventiva:

- Valoración de las características arquitectónicas del edificio para detectar y corregir los problemas estructurales

- Control y regulación de las condiciones ambientales (humedad, temperatura, luz y ventilación)

- Planificación de siniestros o situaciones catastróficas (incluyendo la recuperación de documentos dañados).

- Protección y mantenimiento de los materiales (condiciones de higiene y limpieza del local, el mobiliario y las colecciones)

- La educación de los trabajadores y los usuarios.589

Los planes permanentes de conservación preventiva brindan altos beneficios a las unidades de información documental que los adoptan como estrategia, ya que ello conlleva un ahorro de esfuerzo, tiempo, recursos financieros, etc. Las utilidades de la conservación preventiva se observarán a medida que las acciones se apliquen de forma eficaz, sistemática y acorde a las políticas establecidas por las distintas unidades de información.590

Ya que cada unidad de información establecerá su propio plan de conservación

preventiva, el cual deberá ser congruente con sus objetivos y funciones, y se ajustará a las necesidades derivadas del tiempo y al tipo de uso que sus materiales van a estar sujetos para cumplir su misión de accesibilidad.

Sin duda alguna, que la mejor opción para conservar en óptimas condiciones los

materiales bibliográficos es mediante la adopción de medidas preventivas o “como se le suele llamar hoy en día: conservación preventiva”.591

589 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 24. 590 GUTIÉRREZ ZEPEDA, N. “Conservación preventiva : ¿moda o necesidad?” En VILLANUEVA BAZÁN, G. Teoría y práctica archivística I. México : UNAM, 2000, p. 46-47. 591 La conservación de obras sobre papel [en línea]. [Consultado: 10 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.periciascaligraficas.com/Guia%20Pericial/peri085.htm>.


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3.3 Control y tratamiento de un ataque fúngico

Antes de abordar y desarrollar este punto conviene definir y precisar los dos primeros términos que dan nombre a este título.

Respecto al término control y en sentido amplio, el Diccionario de la lengua española

menciona los siguientes significados: “Comprobación, inspección, fiscalización, intervención. Regulación manual o automática, sobre un sistema. 592

Referido al ámbito de la administración, conviene rescatar esta definición: “Proceso que consiste en supervisar las actividades para garantizar que se realicen según lo planeado y en corregir cualquier desviación significativa […]. Un sistema de control eficaz asegura que las actividades se completen de tal manera que conduzcan al logro de los objetivos de la organización”.593

También puede ser definido como: “Actividad de monitorear los resultados de una acción y tomar medidas para hacer correcciones inmediatas y medidas preventivas para evitar eventos indeseables en el futuro”.594

De acuerdo a las definiciones aquí ofrecidas, y vinculándolas con la conservación de materiales bibliográficos, se puede conceptualizar control como el proceso tendiente a supervisar y asegurar que las actividades realizadas o ejecutadas en materia de conservación se ajustan a los objetivos inicialmente establecidos y que permite emprender acciones para corregir o subsanar las fallas detectadas y adoptar medidas preventivas que eviten el deterioro de los materiales bibliográficos y garanticen su conservación.595

Con relación al término tratamiento, éste se puede definir como: “Conjunto de medios que se emplean para curar o aliviar una enfermedad. Modo de trabajar ciertas materias para su transformación”.596

En medicina tratamiento, es definido así: “Conjunto de medios de cualquier clase higiénicos, farmacológicos, quirúrgicos o físicos cuya finalidad es la curación o el alivio (paliación) de las enfermedades o síntomas, cuando se ha llegado a un diagnóstico. Son sinónimos terapia, terapéutico, cura, método curativo”.597

592 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol 1, p. 645-646. 593 ROBBINS, SP. y COULTER, M. Administración. 8a ed. México : Pearson Educación, 2005, p. 458. 594 COMITÉ INTERINSTITUCIONAL DE CONTROL INTERNO DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS (CIUP) [en línea]. [Consultado: 7 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://controlinterno.udea.edu.co/ciup/glosario.htm>. 595 De ahí la importancia de establecer políticas de conservación, ya que éstas van a normar o regular cada una de las acciones que se lleven a cabo en una unidad de información documental para asegurar la integridad física y funcional de los materiales bibliográficos y documentales que en ella se resguardan. 596 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 2220. 597 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 7 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Tratamiento>.


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En sentido específico, y relacionado con temas agrícolas, el Glosario de la Comisión Intersecretarial para el Control del Proceso y uso de plaguicidas y sustancias tóxicas (CICOPLAFEST) define tratamiento como: “Procedimiento de naturaleza química, física o de otra índole, para eliminar, remover o inducir esterilidad a las plagas que afectan a los vegetales”.598 Vinculando nuevamente estas definiciones al tema objeto de estudio, podemos afirmar que el tratamiento de hongos celulolíticos hace referencia a los medios o procedimientos empleados para erradicar o inhibir el desarrollo de microorganismos que contaminan los materiales bibliográficos mediante la aplicación de diversos métodos, principalmente, físicos y químicos que mejoren o modifiquen las condiciones y el estado de deterioro de las colecciones bibliográficas, asegurando de esta forma su conservación.

Para el control y el tratamiento de hongos celulolíticos deben adoptarse tanto medidas preventivas o procedimientos profilácticos como medidas curativas o correctivas. Las primeras, están encaminadas a evitar el deterioro ocasionado por los hongos a las colecciones bibliográficas. Tienden a proteger los materiales de futuros ataques fúngicos y prevenir la invasión de hongos así como de evitar posibles daños a los materiales bibliográficos. Por su parte, las medidas curativas o correctivas se implementan una vez que se ha detectado la presencia de un brote de hongos o exista un alto riesgo de desarrollo o contaminación fúngica, para lo cual es necesario seleccionar y aplicar algún tipo de método o procedimiento (físico o químico) que detenga el avance o el daño ocasionado por este agente biológico antes de que alcance mayores proporciones. La aplicación de medidas curativas tiene como propósito la erradicación o eliminación del brote, ya sea de forma total o parcial, o en su defecto retardar o inhibir el crecimiento del hongo que degrada materiales bibliográficos elaborados en papel.

La adopción tanto de medidas preventivas como curativas tiene como fin mantener el

buen estado de conservación los materiales bibliográficos. 3.3.1 Medidas preventivas

Hoy en día, los conservadores y restauradores abogan por la adopción de medidas preventivas como un fin para asegurar la integridad física y funcional de los materiales bibliográficos y evitar, en la medida de lo posible, la restauración de estos objetos culturales.

Para evitar el deterioro ocasionado por una contaminación fúngica, se deben establecer una serie de medidas preventivas y unos mecanismos específicos de control que favorezcan un entorno físico y un medio ambiente estable y favorable que propicie y asegure la conservación del acervo bibliográfico. Estas medidas y mecanismos deben centrarse, principalmente en:

- Las características ideales del edificio y sus instalaciones. - Las especificaciones del mobiliario y el equipamiento donde se almacenan y

resguardan los materiales. 598 SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA, DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACIÓN. SUBSECRETARÍA DE AGRICULTURA. Glosario CICOPLAFEST [en línea]. [Consultado: 7 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.sagarpa.gob.mx/cicoplafest/glosario/glosario.htm>.


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- El control de las condiciones ambientales (humedad y temperatura, iluminación, contaminantes atmosféricos y circulación del aire).

- Las condiciones de higiene y limpieza (del edificio, el mobiliario y las colecciones). De esta forma se logrará impedir, en gran medida, la proliferación y el crecimiento de

hongos celulolíticos. 3.3.1.1 El edificio y sus instalaciones

La biblioteca, como edificio o construcción que alberga y resguarda las colecciones bibliográficas, constituye un elemento arquitectónico que garantiza la conservación de las mismas. Por ello, el edificio es la primera y más importante de las defensas pues de sus características constructivas, distribución y emplazamiento (ubicación) depende la formación de un macroambiente que propicie las condiciones idóneas para la conservación de los acervos bibliográficos.

Es innegable, pues, que el problema de las características estructurales del edificio de una

biblioteca es uno de los más olvidados y a la vez, uno de los problemas más serios y preocupantes.

Las condiciones del edificio y las instalaciones de la biblioteca deben ser evaluadas de forma periódica y sistemática para así detectar posibles problemáticas y de esta forma establecer una serie de medidas y acciones a emprender que permitan la creación de un medio favorable que aseguren la permanencia y durabilidad de los materiales. Una vez que se hayan detectado las deficiencias o problemáticas, habrá que corregirlas adoptando las medidas y acciones preventivas y mecanismos específicos de control que permitirán realizar reformas o remodelaciones en los materiales de infraestructura que evitarán alteraciones o daños en los materiales bibliográficos.

En el caso de un proyecto destinado a la construcción de un edificio para biblioteca deberán contemplarse de forma anticipada como parte del proceso de planeación las condiciones del edificio, las cuales van a coadyuvar a la conservación de los materiales. Sin duda, que una construcción segura y bien diseñada y planeada es el principal instrumento para la conservación de los acervos bibliográficos de una unidad de información documental.

Las condiciones de un edificio destinado a biblioteca deberán tener en consideración, principalmente, su ubicación y orientación, por la incidencia que éstas tienen sobre los principales agentes ambientales: temperatura, humedad, luz y contaminación atmosférica que pueden ser agentes potenciales de deterioro de los fondos bibliográficos.

Por ello, resulta de vital importancia que los edificios de bibliotecas, ya sean edificios históricos o un edificio construido para tal función, se remodelen o se construyan de acuerdo a la normatividad vigente en materia de construcción, siguiendo ciertas recomendaciones técnicas que van asegurar la conservación del patrimonio bibliográfico.


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Ubicación

Sería deseable que las bibliotecas estuviesen ubicadas en edificios diseñados y construidos ex profeso para albergar recursos bibliográficos, pero en su gran mayoría se encuentran en edificios históricos no aptos para tal función.

En el caso de los edificios históricos, debo señalar que tales inmuebles, en algunos casos, han sido catalogados como patrimonio, lo cual impide que se lleven a cabo las reformas tanto en su estructura como en su interior. Otra situación que se suele presentar es que este tipo de construcciones no reúne las condiciones, los requisitos mínimos y adecuados para adaptarse como biblioteca ya que han sido remodelados y habilitados para resguardar y albergar materiales bibliográficos. Su adaptación y acondicionamiento debe cumplir unos requisitos mínimos e indispensables que garanticen la conservación de los materiales. Ya que en muchos de estos edificios son frecuentes los problemas de humedad, filtraciones, cubiertas y tejados en mal estado, instalaciones eléctricas obsoletas y una distribución interna que no fue diseñada para cumplir la función de una biblioteca. Por consiguiente, las adaptaciones y remodelaciones de edificios elegidas para tal fin tendrán que ser estudiadas y evaluadas con máximo detalle teniendo presente las recomendaciones técnicas (instalaciones eléctricas, ventilación, sistemas de climatización, soporte o cargas, etc.) necesarias que permitan albergar y conservar en buen estado físico las colecciones bibliográficas.

La contraparte sería que estos edificios históricos tienen gruesos muros y paredes de material pétreo que actúan como termoaislante. Asimismo este tipo de construcciones generan ambientes ventilados y despejados que favorecen las condiciones estables de los materiales bibliográficos. En edificios adaptados, los elementos constructivos de madera que no pueden ser sustituidos o reemplazados por otro material serán consolidados y tratados con productos ignífugos e insecticidas.

En el caso de un proyecto para la construcción de un edificio ex profeso para biblioteca,

en relación a su ubicación, debe contemplarse con antelación, aspectos relacionados con las condiciones climáticas, el tipo de suelo y la topografía lo cual ayudará a que el edificio cuente y reúna las condiciones idóneas para albergar y conservar en óptimas condiciones los materiales bibliográficos. A continuación se recomiendan una serie de acciones y medidas que deben tenerse en cuenta para la construcción de un edificio para biblioteca.

Condiciones climáticas y ambientales

Se debe eliminar y descartar una serie de lugares en razón de las condiciones climáticas y ambientales ya que la humedad, la temperatura, la pluviosidad, los vientos, la contaminación atmosférica, las plagas biológicas y la luz natural o solar, inciden y condicionan la estructura del edificio. Para ello se recomienda lo siguiente:

- Construir el edificio en regiones o zonas donde las variaciones climáticas sean

mínimas, o en su defecto, emplear materiales de construcción que sean aislantes térmicos.


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- Situarlo lo más lejano de las regiones costeras, con el fin de evitar la contaminación por partículas salinas.

- Ubicarlo fuera de zonas industriales (complejos químicos, centros nucleares, cableados de alta tensión, etc.) que ocasionen problemas de contaminación atmosféricos y de áreas de intenso tráfico vehicular o aéreo.

- No debe situarse en las laderas de las montañas, ni al pie de elevaciones naturales propensas a caídas de agua torrenciales o alud de nieve.

- Ubicar el edificio lejos de depósitos de materiales combustibles o explosivos y si estuviera emplazado cerca de una gasolinera que acumule productos inflamables debe extremarse precauciones y adoptarse medidas antiincendios.

- Es conveniente que el edificio esté alejado de zonas extremadamente ruidosas. - Construir fuera del influjo de fuertes vientos y de grandes cambios de temperatura.

Suelo y topografía

En la construcción de un edificio se deberá controlar la topografía de la región y el tipo de suelo sobre el que se levante el edificio de la biblioteca. Para ello:

- Se dará preferencia a los suelos de características secas, libres de riesgos de inundaciones, derrumbes y sismos.

- No deberá construirse cerca de un arroyo, río o sobre un caudal de aguas subterráneas, en su defecto, los depósitos no deberán situarse en los pisos inferiores o subterráneos, si tiene alguna pared de tierra cerca, montículo de contención, se evitará que los depósitos se hallen en esta zona.

- Deberá evitarse la edificación de bibliotecas en suelos arcillosos o pantanosos, en las proximidades del mar, de un lago, de los ríos, las acequias o cualquier otra masa de agua, ya que el efecto del peso, y por la capilaridad de los materiales con que esté construido, una parte penetrará al interior, elevándose así los niveles de humedad relativa, o en el peor de los casos pudiera producir inundaciones en condiciones meteorológicas adversas.

- Se evitará construir cerca de jardines o áreas verdes ya que los muros del edificio absorben parte del agua y ésta pasa al interior de los depósitos elevando la humedad relativa y creando bolsas de aire húmedo muy peligroso, llegando incluso a producirse acumulación de agua. Además, en los jardines es habitual la presencia de insectos que pueden ocasionar la aparición de plagas de insectos bibliófagos y de microorganismos.

Orientación

- Debe evitarse que las fachadas del edificio estén orientadas a aquellas zonas expuestas al sol y los fuertes vientos ya que pueden ser portadores de aerosoles o componentes nocivos para la conservación.599

- La orientación septentrional es la más conveniente ya que las variaciones térmicas entre el día y la noche así como entre el verano e invierno son menores.600

599 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 29. 600 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 184.


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Habida cuenta de que la misión cultural de la biblioteca en la elección del lugar destinado a albergar deberá considerarse su facilidad de comunicación y acceso, y la proximidad de otros centros docentes y culturales que complementan su función principal.

Para asegurar la conservación de los materiales bibliográficos se debe procurar que las diversas áreas de la biblioteca reúnan las condiciones mínimas estructurales y de instalaciones técnicas para cumplir dicha función. Para ello deberán contemplarse los siguientes aspectos para su construcción: Dimensiones y capacidad

Se considera que una superficie mínima de 10 m2 y máxima de 250 m2 y una altura de techo entre 2.30 y 2.50 m no sólo permiten tener al alcance de la mano los materiales sin necesidad de usar escalera sino que además permite albergar una gran cantidad de materiales documentales utilizando un sistema de estantería fija.601

Locales más amplios y espaciosos no permiten que el control de las condiciones ambientales pueda llevarse a cabo con facilidad. Aunado a esta circunstancia, las labores de fumigación del recinto pueden resultar problemáticas. Por ello se recomienda compartimentar o efectuar divisiones de las distintas áreas de la biblioteca con las dimensiones antes mencionadas. “Así será mucho más fácil la vigilancia y la aplicación de tratamientos preventivos, e incluso curativos en masa cuando el conjunto de [los materiales] presentan alteraciones comunes por fuego, inundación, ataque de plagas bibliófagas, deshidratación o humectación […]”.602 Estructura y cimientos

Se recomienda preferentemente emplear hormigón armado, lo que proporcionará resistencia y solidez a la estructura y que podrá ser reforzada en caso de que resulte insuficiente.

La construcción de unos buenos cimientos aportan la base constructiva sobre la que se

apoya y levanta la estructura y otras partes del edificio, lo cual le confiere y proporciona al edificio la estabilidad deseada frente a los sismos, reasentamientos del terreno, hundimientos e inundaciones.603

En los proyectos de construcción debeá contemplarse el peso que va a soportar los cimientos y la estructura, y hacer los cálculos de cargas de cimentación para evitar posibles riesgos de hundimientos, ya que los edificios para bibliotecas van a albergar un peso estático y en movimiento bastante considerable correspondiente a materiales, estanterías, mobiliario, recursos tecnológicos, usuarios, entre otros aspectos a considerar. Crespo y Viñas604 “[aconsejan] 1,000 kg/m2 por planta de 2.50 m de altura, en el caso de estantería metálica tradicional, con pasillos

601 Cfr. Idem. 602 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 474. 603 Manual de planificación y prevención de desastres en archivos y bibliotecas. Edición corr. y rev. por A. Sánchez Hernampérez. Madrid : Fundación Histórica Tavera : Fundación MAPFRE Estudios, 2000, p. 42. 604 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 30.


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intermedios de 75 cm.” Orera Orera605 dice: “La utilización de este tipo de estantería requiere forjados preparados para soportar 750 kg/m2, mientras que el sistema denso o ‘compacto’ precisa [resistencias mecánicas] cifradas en 1,250 kg/m2 ”.

Cualquier falla en la estructura, cimientos, muros que presenten grietas, filtraciones y humedad favorecerá la aparición y formación de hongos, pudiendo provocar la dispersión de esporas en las distintas áreas de la biblioteca que albergue materiales bibliográficos, lo cual puede ocasionar nuevos brotes fúngicos. Tejados y cubiertas

- Debe realizarse una inspección periódica para comprobar el estado del tejado del edificio.

- En las unidades de información documental situadas en climas de lluvias continuas o torrenciales o de abundantes nevadas se aconseja el uso de cubiertas inclinadas de doble vertiente que facilita la rápida eliminación de las aguas de lluvias y permite la construcción de un cámara de aire que actúa como excelente aislante higrotérmico.606

- Deberá existir un sistema de drenaje adecuado para evacuar el agua y la nieve que se acumule en el tejado.

- El tejado debe mantenerse limpio de hojas, ramas u otros materiales que épocas de lluvias propician acumulación de agua y humedad.

- Deben revisarse posibles grietas en el tejado, así como cualquier filtración de agua cuyo origen sea el tejado.

- Los tejados aislados con telas asfálticas serán revisados periódicamente pues la capa impermeabilizantes se degrada por efecto del sol y la lluvias en periodo de 5 a 10 años, limitando su acción y eficacia.607

- Ciertos animales como las aves suelen anidar entre las tejas o rincones de las azoteas, causando daños y destrozos que provocan nuevas vías de entrada de agua. Las palomas y los murciélagos defecan sustancias ácidas que dañan la superficie de los tejados y atraen insectos y microorganismos que deterioran los materiales. Ante este tipo de situaciones debe revisarse constantemente el estado del tejado y realizarse labores de limpieza en el mismo.

- Cuando un edificio cuenta con patios interiores que se encuentran desprotegidos con aberturas al exterior por las alturas, deben colocarse mallas metálicas que impida el paso de aves, como pájaros, murciélagos, palomas, etc. al interior del edificio.608

Muros, paredes y techos

- Se utilizarán muros de gran espesor o de inercia térmica que actuarán como acumuladores, atenuando en el interior del depósito las grandes oscilaciones térmicas día/noche de las zonas áridas y de características altamente aislantes en climas semejantes y se evitará la condensación de las húmedas.

605 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 185. 606 Cfr. CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 30 y ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 185. 607 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 140. 608 LÓPEZ MENÁRGUEZ, M. Op. cit., p. 168.


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- En los muros más delgados, el agua penetra fácilmente y a causa de la diferencia térmica entre las condiciones internas y externas, por lo que se producirán fenómenos de condensación en el exterior o interior dependiendo de las estaciones del año.609

- Los muros serán de piedra natural o artificial, o de ladrillo de cara vista, evitándose los recubrimientos impermeabilizantes que impidan la transpiración.

- Deben examinarse el aislamiento de los muros. - Se revisarán posibles grietas por donde puede haber filtraciones de humedad o agua. - Para disminuir la incidencia de los factores de temperatura y humedad exterior y sus

oscilaciones en la construcción del depósito se emplearán materiales aislantes térmicos.610

- En los sitios donde las variaciones climáticas exteriores son muy marcados, los muros y techos pueden aislarse con fibra de vidrio, a fin de amortiguar estas fluctuaciones en la mayor medida posible.

- Se revisarán con detenimiento todas las paredes que den al exterior o a patios interiores, poniendo especial atención en aquellas zonas en las que existan estanterías u otros elementos que dificulten la aireación y oculten la formación de colonias de hongos.

- Los muros y pisos deben ser sellados con un recubrimiento o sellador de la mejor calidad que impida el paso de la humedad al interior del edificio, y a la vez ayuda a reducir el polvo que se produce por el concreto y la mampostería.

- Las paredes expuestas al sol externamente no deben contener conductos de tuberías de agua, de calefacción o cables de alta tensión.611

- Los recubrimientos de yeso y escayola empleados en las paredes y techos llevarán una pintura lisa y de naturaleza plástica e impermeabilizante.612 Esta medida persigue contrarrestar el efecto contaminante de partículas ultrafinas de cemento que se desprenden de las superficies, ya que éstas son alcalinas y causan deterioro en los materiales bibliográficos.613

- Los muros, techos y paredes de las distintas áreas de la biblioteca deben aislarse de las humedades producidas por capilaridad, condensación y filtraciones de aguas freáticas y por la acción de la temperatura o del viento, pues estos agentes ambientales favorecen el desarrollo y la proliferación de insectos y microorganismos.614

Pavimento y suelo

Los suelos y forjados (relleno con que se hacen las separaciones de los pisos de un edificio) sirven de sustentación y deben soportar una carga que debe ser contemplada con anticipación al igual que los cimientos.

609 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 142. 610 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 31. 611 BECK, I. Op. cit., p. 52. 612 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 185. 613 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h., 102. 614 BELLO URGELLÈS, C y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 49.


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Crespo y Viñas615 recomiendan que: Los suelos sean de material pétreo pulimentado con un desgaste mínimo a la abrasión, para evitar el polvo interior producido por disgregación del suelo a causa de pisadas, transporte mecánico de materiales, labores de limpieza del mismo, etc., o de resinas sintéticas (materiales plásticos) termoestables con el menor número de juntas o de tipo continuo. El material más conveniente y apropiado es el terrazo, de color claro, semipulido, sin brillo y de las máximas dimensiones.

Los falsos suelos o techos (cielos rasos) que disponen de espacios ocultos en los que

dificulta de acceso y mantenimiento facilita la acumulación de polvo y plagas llegando a ocasionar averías a las instalaciones técnicas que se encuentran en su interior. Puertas y ventanas

Las puertas y ventanas son una vía de acceso para insectos y microorganismos, u otros animales como roedores y aves. Por ello debe asegurarse el cierre hermético de las mismas, para evitar la entrada de polvo, gases contaminantes y las variaciones de humedad y temperatura. Para evitar tales situaciones se recomienda:

- Examinar el estado y la calidad de ventanas, puertas y otros accesos. - Sellar perfectamente las ventanas y claraboyas. - Comprobar que no hay evidencia de filtraciones de polvo y humedad. - Instalar rejillas en las ventanas de las plantas bajas que impidan la entrada de insectos,

polvo y contaminantes atmosféricos. - Colocar ventanas pequeñas con un tamaño suficiente como para obtener una buena

iluminación y ventilación de los depósitos. - Poner ventanas en los muros menos expuestos al sol y al influjo de los vientos,

evitando colocarlas en el lado sur y procurando que su superficie no rebase 1/10 la del muro.

- Emplear ventanas de aluminio anonizado o lacado, herméticas sin contraventanas ni fraileros.

- Instalar puertas contrafuegos metálicas, con cerraduras antipánico y una anchura mínima de un metro.616 Las puertas externas de los depósitos deben ser de cierre rápido.617

Drenajes, canalones y bajantes

Es importante contar con un buen sistema de drenaje, ya que puede darse el caso de que existan inundaciones temporales, causadas por los aguaceros, en las que el agua se introduzca al interior del edificio y deteriora los materiales cercanos al piso. Para ello se recomienda:

- Evitar al máximo canalizaciones innecesarias.

615 Cfr. CRESPO, C y VIÑAS, V. Op. cit., h. 31 y ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 185. 616 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p, 185. 617 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 102.


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- Tapar agujeros y grietas y sellar perfectamente aquellas salidas que no sean imprescindibles.

- El local debe estar ligeramente por encima del nivel de la superficie para evitar la entrada inesperada de agua.

- Revisar los sistemas de suministro y drenaje de agua (pilas, baños, fregadores, inodoros, depósitos de agua, etc.) que acumulen o filtren agua y produzcan goteras y humedad.

- Comprobar el estado de las tuberías de agua y revisar que no exista ninguna fuga. - Inspeccionar de forma periódica el estado de los canalones y bajantes, y también debe

mantenerse limpios los drenajes de despojos (hojas de árboles, papeles, plásticos, nidos de aves, etc.) que pueden obstruirlos provocando con ello acumulación y rebosamiento de agua en algunas zonas llegando incluso a reventar los tubos pudiendo ocasionar daños en el interior del edificio.

- Evitar colocar bajantes en el interior del edificio. Si los hubiera, deben revisarse si hay filtraciones de agua, goteras y humedad en las zonas que lo recorren.

- Comprobar las conducciones interiores de agua, en especial aquellas cañerías o tuberías que están en el interior de las paredes.

- En los edificios históricos, deben revisarse los bajantes y tuberías ya que éstos suelen ser de plomo, hierro o zinc, por lo que pueden presentar óxido y las juntas pueden no ofrecer el grado de solidez deseado llegando a ocasionar goteras o filtraciones.

Instalaciones eléctricas

El Manual de Planificación y prevención de desastres en archivos y bibliotecas618 señala lo siguiente:

Las distintas partes de que consta una instalación eléctrica (transformadores de alta o baja tensión, cuadros eléctricos, cableado, tomas de corrientes o conexiones, interruptores) deben ser revisadas de forma periódica ya que pueden liberar energía dañina, descargas, cortocircuitos o, presentar fallas que ocasionen daños personales y materiales, así como incendios y averías eléctricas.

En los edificios históricos debe comprobarse el estado de las instalaciones eléctricas ya

que pueden ser obsoletas y no fueron diseñadas para una biblioteca y por tanto, no suelen ser las más adecuadas. Esto puede llegar a ocasionar cortocircuitos que puede provocar un incendio destruyendo así el acervo de una biblioteca. En tal caso se recomienda evaluar los posibles riesgos y realizar las adaptaciones adecuadas y pertinentes de acuerdo a los objetivos de cada unidad de información documental.

Paullada Mena619 recomienda que:

- Debe disponerse de un número suficiente de enchufes para la realización de las distintas actividades que se lleven a cabo en la biblioteca.

618 Manual de planificación y prevención de desastes en archivos y bibliotecas, p. 47. 619 PAULLADA MENA, M. Op. cit., h. 103.


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- Los cables eléctricos deben estar protegidos y a una distancia conveniente de los materiales.

- No debe usarse ninguna conexión auxiliar ni tampoco otra forma de instalación provisional de alambres.

- Debe procurarse no sobrecargar nunca los circuitos. Es muy común que se tienda a aumentar el número de conexiones por medio de enchufes múltiples, incrementando el riesgo de que ocurra un incendio.

También debe evitarse la instalación de cableado de alta tensión en el exterior de los

muros expuestos a la luz solar. Sistemas de calefacción y aire acondicionado

Para los sistemas de calefacción es recomendable:

- Revisar los sistemas de calefacción y su incidencia en las condiciones ambientales y sus efectos sobre los materiales bibliográficos.

- Evitar la instalación de conductos de calefacción en el interior de las paredes. Si los hubiera, deben retirarse unos centímetros los estantes o muebles para evitar el daño ocasionado por la generación de calor.

Con relación a los sistemas de aire acondicionado:

- Deben renovarse las conducciones de aire acondicionado ya que pueden producir

goteras y acumulación de agua lo cual produce humedad que es requerida por los hongos.

- Es conveniente instalar sistemas de climatización que funcionen sin interrupción las 24 hrs. del día y que permita mantener los parámetros de humedad y temperatura sin fluctuaciones.

- Se recomienda controlarlos y revisarlos constantemente y que sean de paro automático.

- Debe examinarse de forma periódica y constante la capacidad del sistema, su correcto funcionamiento, los filtros de partículas ya que puede haber presencia de gases contaminantes, partículas y esporas de hongos provenientes del exterior, o concentraciones de gases, óxidos, peróxidos y ácidos, generados por la descomposición de materiales almacenados y de los de construcción, que pueden ser distribuidos al interior del edificio.620

3.3.1.2 Mobiliario

Las medidas preventivas no sólo afectan al edificio de la biblioteca, sino también a su mobiliario y su equipamiento. De forma sucinta mencionaré los principales requisitos en relación a las características y la colocación que debe cumplir el mobiliario de biblioteca, ya que el 620 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 145.


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almacenaje, disposición y colocación de los materiales bibliográficos pueden condicionar su conservación.

Características

El mobiliario y la estantería deben ser, de preferencia, metálica con antióxido, que ofrezcan firmeza y solidez acorde a su tamaño y función, y cómodas de utilización, tanto las tradicionales como las compactas. También, se recomienda que sean químicamente inertes (inoxidables), incombustible e ignífugas (superficies de porcelana cocida, cuidadosamente curadas y no pintadas), antiácidas y antibibliófago o haber recibido tratamiento para serlo.621 Respecto a este último aspecto, “se aconseja la utilización de mobiliario [antibibliófago] que repele o dificulte el desarrollo de insectos, microorganismos y otros seres vivos que pueden habitar o alimentarse en [las bibliotecas]”.622 Este tipo de estantería “debe estar recubierta de un esmalte resistente con acabado liso, redondeado, sin aristas ni tornillos salientes que puedan dañar los libros”.623

En el mercado existen varias opciones de estanterías metálicas, entre ellas destacan los

muebles de acero con revestimiento de esmalte horneado (muy económicos pero no es recomendable ya que emite gases formaldehído y otras sustancias perjudiciales para los materiales), el mobiliario de almacenamiento de acero con varios revestimientos en polvo (son químicamente estables y presentan un riesgo mínimo de emanación de gases), los muebles de aluminio anodizado (es la mejor opción especialmente para materiales altamente sensibles, pero es muy costoso), y las estanterías abiertas de acero cromado (ideal para almacenamiento de materiales en cajas).624

Por el contrario, las estanterías de madera no son recomendables ya que suelen ser

atacadas por algunos insectos, y pueden deformarse por la acción de la humedad del ambiente. Además la madera, los compuestos de la madera y algunos selladores y adhesivos vinculados a la fabricación de muebles de este tipo emiten ácidos perjudiciales y otras sustancias volátiles. Para evitar esto se debe recubrir y sellar la madera con un sellador (poliuretanos a base de agua, no debe emplearse pinturas u otros productos que contengan aceite, ni resinas alquídicas) que forme una barrera efectiva (empleando laminado metálico inerte, láminas de aluminio y vidrio) y no emita sustancias tóxicas.625

Por lo tanto, si se utilizan estanterías de madera, es conveniente recubrirlas con un aislante inerte que evite la migración de ácidos al material depositado en ellas”.626

621 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 474. 622 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 49. 623 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 312. 624 OGDEN, S. Muebles para el almacenamiento : breve revisión de las opciones actuales. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 234-235 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 4. Almacenamiento y manipulación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>. 625 Ibid., p. 235-236. 626 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 312.


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Colocación y disposición

El mobiliario debe permitir una adecuada ventilación en el depósito, para ello deben colocarse correctamente las estanterías, es decir, perfiladas en el sentido de la circulación del aire.

Las áreas destinadas a albergar las estanterías y el mobiliario donde se van a colocar, depositar y almacenar los materiales bibliográficos deben estar ubicadas en espacios centrales del edificio, lejos de las paredes exteriores, calefacciones y sistemas de aire acondicionado, así como de tuberías de agua e iluminación natural que impiden la circulación y renovación del aire llegando a provocar humedad que favorece la proliferación de microorganismos.

Los estantes deben estar separados de las paredes, unos 20 cm. para permitir la ventilación del aire. Por ello, “es recomendable colocar y situar las estanterías apartadas de muros, para evitar la humedad y facilitar la circulación de aire, colocarlas de forma perpendicular a las ventanas para evitar la incidencia de la luz natural y con una altura que puede variar pero que en ningún caso deba llegar al techo, porque eso impide [la circulación de aire]”.627

Los anaqueles o entrepaños inferiores deben quedar a una distancia del suelo de entre 10 y 20 cm. como mínimo, para evitar que en caso de inundaciones se mojen los libros y poder desempolvarlos con facilidad.

En los muebles con cierre hermético que no disponen de orificios o rejillas que permitan

la renovación de aire, es conveniente colocar en su interior un doble contenedor de productos, insecticida-fungicida y reguladores de humedad. 628

En el mobiliario, que ha sido objeto de reparación o mantenimiento (barnizado, pintado,

etc.), no debe colocarse de forma inmediata materiales bibliográficos, ya que las sustancias empleadas para ello tienen componentes ácidos que pueden migrar a los libros, además los vapores que se desprenden son perniciosos para ellos. Ante esta situación conviene aguardar un tiempo hasta que no se perciba ningún tipo de olor.629 3.3.1.3 Control de las condiciones ambientales

Los diversos agentes ambientales que inciden de manera directa sobre los hongos celulolíticos son: la humedad y la temperatura, la luz, los contaminantes atmosféricos y la ventilación (circulación de aire). Para ello, deberán controlarse los niveles y parámetros de estos agentes ambientales para impedir que este microorganismo encuentre las condiciones favorables para su aparición y proliferación.

627 Idem. 628 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 475. 629 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 107.


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Humedad y temperatura

El control de la humedad y temperatura se puede realizar mediante la instalación de sistema artificiales de climatización, ya sean sistemas de aire acondicionado que regulan la humedad y la temperatura o sistemas de calefacción que únicamente regulan la temperatura ambiente.

Los sistemas de calefacción ocasionan problemas de sobrecalentamiento puntual de determinadas áreas del edificio y son inadecuados en los depósitos de libros, dependiendo del medio de producción (calefacción eléctrica, combustión, etc.) puede resultar altamente contaminantes dado el tipo de combustible que empleen. Puesto que únicamente regulan la temperatura en los meses más fríos, no tiene funcionalidad alguna en los meses de intenso calor.

La opción más empleadas en las unidades de información documental para el control de la humedad y la temperatura es la instalación de sistemas de aire acondicionado, que permiten regular de manera simultánea la humedad y temperatura en unos parámetros prefijados y así mantener de forma constante y estable estas variables ya sea por calentamiento o enfriamiento del aire evitando con ello fluctuaciones en la humedad relativa y la temperatura (figura 43).

Figura 43. Controles de humedad y temperatura de un sistema de aire acondicionado. Fuente: Editorial Marco Polo, S.A. de C.V. : alta tecnología en preservación [en línea].

[Consultado: 2 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.edmarcopolo.com>. Este tipo de sistema conlleva una gran inversión y presenta el inconveniente del elevado

costo de su instalación y mantenimiento. Otro de los problemas es que deben permanecer conectados las 24 hrs., consumiendo gran cantidad de energía y, en caso de una desconexión, durante las horas en las que la biblioteca permanece cerrada al público, puede tener un gran impacto sobre las colecciones. En el mercado podemos encontrar numerosos modelos y tipos de sistemas de aire acondicionado, pero antes de realizar alguna adquisición o realizar algún cambio significativo de las condiciones ambientales de las bibliotecas es necesario saber las condiciones existentes, consultar los catálogos de diversos proveedores y comparar modelos, características y precios, y formular preguntas y dudas. Para ello se debe buscar la asesoría de un ingeniero en climatización con experiencia.


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Una vez instalado el sistema de aire acondicionado es importante llevar un control de las condiciones microclimáticas mediante un buen programa de supervisión y vigilancia que incluya un registro para recabar la información y dar mantenimiento cuando se requiera. Para ello se debe asignar a una persona específica que tome las mediciones, en la mayoría de las bibliotecas ésta será la primera actividad a realizar en la mañana temprano, al mediodía o en la tarde. Se deben realizar dichas mediciones en una carta psicométrica donde se registran las variaciones de humedad y temperatura del ambiente.

Para realizar estas mediciones se requiere de unos instrumentos que permiten registrar la

humedad y la temperatura. Entre los instrumentos destinados a la medición únicamente de la temperatura en las salas encontramos los termómetros. De la gran variedad que existen en el mercado destacamos los termómetros de mercurio, los termómetros biláminas y termómetros electrónicos. En cuanto a la medición simultánea de la humedad relativa y la temperatura encontramos diferentes instrumentos como el termohigrógrafo, el psicrómetro fijo o giratorio, el psicrómetro de batería, los medidores de precisión de memoria y los registradores de datos (dataloggers). Para medir únicamente la humedad relativa del ambiente de la biblioteca disponemos de higrómetros simples a escala gradual y los higrómetros electrónicos (figura 44).

Figura 44. Termohigrógrafo e higrómetros a escala gradual y electrónico. Fuente: Trinkus-Randall, Gregor. Protecting your collections : a manual of archival security.

Chicago, Illinois : The Society of American Archivits, 1995, p. 29.

Debo enfatizar que los instrumentos antes mencionados tiene como finalidad registrar datos con relación a las variables, humedad relativa y temperatura, y constituye una herramienta confiable para recabar información sobre las condiciones microclimáticas de la biblioteca y así poder tomar decisiones con propiedad que posibiliten realizar los ajustes, cambios o correcciones necesarios en los sistemas de climatización instalados. Estos instrumentos de medición deben ser sometidos a un mantenimiento de rutina, deben protegerse del polvo y limpiarse de forma periódica de acuerdo a las instrucciones del manual.


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La diferencia entre los instrumentos de medición y los sistemas de climatización estriba en que los primeros, son instrumentos que proporcionan mediciones precisas de humedad relativa y la temperatura y permiten registrar dichas variables, ya sea de forma simultánea o únicamente una de ellas, a cualquier hora del día y la noche durante un periodo determinado de tiempo. Por su parte, los sistemas de climatización (aire acondicionado o calefacción) son aparatos que van a permitir controlar, regular, y modificar dichas variables y, por tanto, las condiciones ambientales de la biblioteca evitando que se produzcan fluctuaciones en la misma, lo cual proporcionará unas condiciones estables para la conservación de los materiales bibliográficos.

Otro de los recursos empleados por numerosas unidades de información documental para el control de las condiciones ambientales son los humidificadores y deshumidificadores que permiten estabilizar los parámetros de humedad relativa del ambiente de la biblioteca.

Estos aparatos están dotados de un sistema de control que regule el apagado y encendido cuando los niveles de humedad presentan oscilaciones o no son los idóneos para la conservación de los materiales.

Humidificadores630

Los humidificadores son aparatos que van a proporcionar y aumentar el grado de humedad del aire en un espacio determinado y en un momento dado. Con ello se logra restaurar el nivel de humedad relativa, especialmente en aquellas estaciones del año donde se produce una disminución de ésta. Básicamente existen tres tipos de humidificadores:

a) Ultrasónicos (fríos). b) De electrodos (calientes). c) De evaporación (calientes).

a) Humidificadores ultrasónicos: Producen una nebulización del agua a través de

vibraciones de muy alta frecuencia, son extremadamente seguros, silenciosos, con caudal regulable y de muy bajo consumo (de 20 a 35 w). Únicamente emplean agua y está absolutamente prohibido el uso de cualquier aditivo. Su uso favorece la restauración de la humedad relativa durante largos períodos de tiempo.

b) Humidificadores de electrodos: Generan vapor mediante la ebullición del agua del depósito calentada a través de la corriente eléctrica que pasa directamente por el agua. Son más peligrosos (ya que expulsa vapor a alta temperatura), y tienen un consumo elevado. El caudal de salida no es regulable y depende mucho de la dureza del agua. A mayor contenido de sales del agua mayor es la conductividad eléctrica y por tanto mayor la intensidad que circula, lo que a su vez implica un mayor caudal. Por otra parte, se les pueden añadir aceites balsámicos a la salida del vapor (nunca en el agua) lo que los hace especialmente útiles para las situaciones de corta duración. Sin embargo, pueden causar problemas respiratorios especialmente en los niños pequeños.

630 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 31 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Humidificador>.


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c) Humidificadores por evaporación: Producen un caudal menor, no regulable y deben funcionar sólo con agua destilada. Su funcionamiento es mediante una mecha que se mantiene húmeda por capilaridad y que a su vez es calentada mediante un calefactor eléctrico. Si el agua contiene sales, la mecha se obtura con relativa facilidad. Pueden usarse con aceites balsámicos a la salida del vapor, pero su eficiencia es menor a la de los electrodos. Es el tipo menos usado. Deshumidificadores

Éstos por el contrario, extraen la humedad y permiten mantener el nivel de humedad de forma automática, controlada y constante. Debo señalar que en cuanto a su forma de operar:

Los deshumidificadores funcionan bajo un principio de condensación. El aire húmedo es aspirado por un ventilador y pasa a través de una batería de evaporador donde se enfría por debajo de su temperatura rocío. De esta forma la humedad contenida en el aire se condensa en forma de agua y es recogida en la bandeja de condensación de donde es evacuada a una tubería de desagüe.631 Manteniendo los niveles óptimos de humedad relativa, mediante este tipo de aparatos se

previene la proliferación de hongos y bacterias, y la aparición de insectos bibliófagos, evitándose con ello el deterioro de los materiales bibliográficos elaborados en papel.

Actualmente existen en el mercado una gran variedad aparatos que ofrecen una solución inmediata, rápida y eficaz a los problemas originados por la humedad relativa. A la hora de seleccionar uno de estos aparatos es importante contar con la asesoría de especialistas donde se dé a conocer la problemática que presenta nuestra biblioteca, nuestras necesidades y recursos presupuestales, el volumen de aire a tratar y el tipo de espacio, ya sea compartimentado o abierto, para que seleccionemos el tipo y número de aparatos necesarios para estabilizar y regular los niveles de humedad.

Si la biblioteca no dispone de los recursos necesarios para instalar un sistema de aire

acondicionado, y tampoco no puede adquirir humidificadores y deshumidificadores, se puede optar por la colocación de ventiladores, los cuales poseen un dispositivo para agitar o mover aire gracias a una paletas o álabes y que va a permitir el flujo y la distribución del aire en las áreas ubicadas sí se sitúan estratégicamente.632

Para regular las condiciones ambientales en pequeños volúmenes de aire también se

pueden emplear materiales desecantes, que absorben la humedad de los materiales y del lugar donde se encuentran, tipo gel de sílice. El gel de sílice es una forma granular y porosa de dióxido de silicio hecho a partir de silicato sódico. A pesar del nombre, este gel es sólido y duro en forma de partículas cristalinas. Su presentación es en pequeños paquetes o bolsitas transpirables. También se puede esparcir una capa de 7 cm. de espesor de cristales de sílice sobre un recipiente que tenga tapa, preferiblemente de cristal o metálico.

631 Deshumidificadores [en línea]. [Consultado: 20 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.consumer.es/web/economia_domestica/hogar/2005/10/05145913.php>. 632 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 31 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Ventilador>.


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El gel de sílice exige una elevada cantidad para el volumen de aire tratado, 20 kg/m3 de aire.633 Su gran porosidad, alrededor de 800 m²/g, le convierte en un absorbente de agua, por este motivo se utiliza para reducir la humedad en espacios cerrados; normalmente hasta un 40%. Su periodo de uso no es ilimitado, ya que pierde sus propiedades al volverse completamente blanca la bolsita que las envuelve, por lo que conviene vigilar de de vez en cuando su estado ya que una vez que se ha saturado de agua debe regenerase (calentándose a una temperatura de 150 ºC durante 90 minutos por litro de agua) o sustituirse por otra. Este gel no es tóxico, inflamable ni químicamente reactivo. Sin embargo, las bolsitas de bolitas de gel, llevan un aviso sobre su toxicidad (debido cloruro de cobalto que se suele añadir para indicar la humedad del gel) en caso de ingestión.634

La marca comercial Art Sorb® es uno de los productos que podemos encontrar en el mercado, como regulador de humedad para la conservación de libros y documentos. “Es una especie de gel de sílice que forma un microclima en espacios cerrados. Se presenta en forma de perlas o gránulos, cassettes y hojas o planchas”.635 Este producto “proporciona excelentes resultados en el intervalo de 40 a 70 HR y, aunque es más costoso, requiere menor cantidad, unos 3 Kg/m3 de aire […]. [Debe] ser expuesto ocupando la mayor superficie posible y ser periódicamente removido y desechado”.636

En líneas generales y refiriéndonos a los distintos productos, sistemas y aparatos que permiten controlar y regular los niveles de humedad relativa y temperatura debemos tomar una serie de precauciones como: verificar el flujo y la distribución del aire, comprobar que no hay espacios sin ventilar o bolsas de aire viciado o estancado dentro de las salas y depósitos, y revisar de forma periódica y constante el funcionamiento y el estado de los aparatos o productos empleados para ello. Estas medidas preventivas van a permitir el mantenimiento de las condiciones microclimáticas lo cual va a asegurar la conservación de los acervos bibliográficos. Iluminación

Para un mayor control de la iluminación y evitar los fenómenos físico-químicos producidos por la luz, lo más inmediato es suprimir cualquier tipo de iluminación directa, especialmente la luz solar. Para ello se debe instalar en los cristales de las ventanas filtros plásticos que incorporan compuestos orgánicos o barnices reflectantes o absorbentes de las radiaciones ultravioletas e infrarrojas que transmite el sol. Asimismo deben aplicarse pinturas que contengan dióxido de titanio o blanco de zinc, absorbentes naturales de la radiación ultravioleta.

En caso de no poder adoptar estas medidas para evitar la acción degradadora de la luz

solar Viñas Torner637 señala que:

633 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 216. 634 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 31 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Gel_de_s%C3%ADlice>. 635 Productos de conservación, S.A. [en línea]. [Consultado: 5 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.productosdeconservacion.com/fichaasp?id=921>. 636 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 216. 637 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 476.


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En su defecto pueden colocarse […] contraventanas que ofrecen mejores resultados que toldos y cortinas. La iluminación más recomendable es la artificial mediante luminarias fluorescentes que no generan calor y son más económicas de mantenimiento que las incandescentes y halógenas. Pero también deben instalarse filtros o difusores que impidan a la luz incidir directamente sobre los materiales bibliográficos.

Contaminantes atmosféricos

Los contaminantes atmosféricos pueden provenir tanto del exterior como del interior del edificio. La procedencia de gases o partículas contaminantes del exterior de la biblioteca es causada, principalmente, por el aire que se introduce al interior de la misma a través de distintos accesos, puertas y ventanas. También pueden provenir del interior del inmueble a través de diversas vías como los dispositivos y aparatos electrónicos y de los sistemas de climatización (aire acondicionado o calefacción), los cuales pueden generar diversas partículas o gases contaminantes.

Niveles bajos de humedad relativa y temperatura reducirán significativamente el impacto de los gases contaminantes en los materiales bibliográficos y el efecto de las partículas disminuirá mediante las labores de limpieza tanto en las colecciones como en el mobiliario, lo que evitará la proliferación de microorganismos e insectos.

Para el control del aire procedente del exterior, se recomienda la instalación de filtros de

partículas y químicos para el tratamiento previo de los gases. Asimismo, deben revisarse dichos filtros, en especial los sistemas de aire acondicionado, ya que puede haber presencia de diversos tipos de gases y esporas de hongos. Cada tipo de contaminante requiere diferentes dispositivos para su control y tratamiento.

Como medidas de control de la contaminación en el interior de las bibliotecas se pueden emplear los siguientes métodos:

Spray de agua: Consiste en duchar el aire con agua ligeramente alcalina que arrastra por efecto físico al polvo, a partículas y gases de dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno. Baterías de carbón activado: El aire se filtra a través de unos filtros de papel para eliminar el polvo y después se hace pasar por carbón activado que absorbe los gases contaminantes. Ambos sistemas suelen estar incorporados en el sistema general de climatización o de aire acondicionado. Filtros HEPA: Se suelen colocar en las aspiradoras de polvo que se utilizan en la limpieza de depósito o de documentación. Estos filtros eliminan las micropartículas contaminantes, son costosos y no siempre se pueden asegurar sus recambios. Espacios hiperbáricos: Se trata de conseguir que la presión atmosférica del interior del edificio sea superior a la del exterior, con lo cual conseguimos que el aire interior empuje el aire que entra al abrir las puertas o ventanas que dan al exterior, impidiendo su entrada.638

638 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 39.


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Ventilación

La ventilación o circulación del aire es un aspecto que debe contemplarse anticipadamente al momento de construir un edificio para bibliotecas, ya que el control de la actividad biológica se realiza a través de una buen sistema de aireación natural. La ventilación es fundamental para evitar la condensación y enrarecimiento del aire pues el aire viciado constituye un medio de cultivo excelente para el desarrollo de microorganismos e insectos bibliófagos.639

Para poder conseguir una circulación de aire el edificio deberá contemplar de forma

anticipada determinadas condiciones estructurales. En este sentido Sánchez Hernampérez640 nos dice que:

La premisa para establecer un sistema de ventilación natural, es la dotación de estructura de aislantes y la selección de materiales constructivos altamente higroscópicos que regulen las condiciones ambientales y amortiguen [sic] las variaciones de humedad. Para ello es necesario aislar el interior de las salas de los muros exteriores, [mediante] la creación de salas interpuestas o de dobles muros y reducir las superficies acristaladas, condiciones que han de ser igualmente observadas por los edificios con sistema de climatización. El tratamiento del aire se realizará mediante galerías que modifique las condiciones en las que el aire natural llegará a [las salas y] depósitos.

Con relación a este aspecto Viñas Torner641 lo complementa al afirmar que la ventilación

natural se consigue al disponer de entradas de aire en la parte baja del muro exterior más umbrío y, salidas, diametralmente dispuestas, en la zona alta de las paredes de mayor calentamiento. De esta forma al calentarse el aire en el interior de los depósitos fuerza su salida por los registros más elevados produciendo la entrada de aire fresco por las entradas más inferiores. Así se genera un barrido de aire que propicia unas condiciones microclimáticas más equilibradas y estables con respecto al exterior.

La puesta en funcionamiento de un sistema de ventilación tiene dos objetivos principales: Por una parte, el mantenimiento de las [condiciones] de humedad ambiental en unos valores estables y aceptables, y por otra, impedir que las esporas presentes en el ambiente se depositen sobre los libros y puedan germinar, puesto que la acción de un flujo constante de aire las renovará continuamente.642

Es importante inspeccionar las áreas y elaborar un estudio en el cual se refleje las zonas

del edificio, en especial los depósitos, en que se encuentran bolsas de aire contaminado difícil de remover para evitar la proliferación de hongos.

639 Ibidem, p. 50-51. 640 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 215-216. 641 VIÑAS TORNER, V. Op. cit., p. 475-476. 642 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 50.


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Valentín Rodrigo643 recomienda “aplicar un determinado número de renovaciones de aire por hora en un espacio cerrado, [de esta forma] se logra inhibir el crecimiento de hongos y bacterias y se consigue decrecer su actividad en ambientes contaminados como en los materiales históricos”.

Para evitar al máximo este tipo de situaciones que ponen en riesgo el buen estado físico de las colecciones bibliográficas y la salud del personal se aconseja:

- Aplicar este sistema de ventilación en todo el edificio, si esto no fuera posible, debe llevarse a cabo, como mínimo en los depósitos.

- Establecer una aireación natural o mecánica, las cuales deben mantenerse de forma constante y regular siguiendo un índice de renovación de 0.251/seg/m2.644

3.3.1.4 Condiciones de higiene y limpieza

El Diccionario de la lengua española define el vocablo higiene como: “Parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de la salud y la prevención de enfermedades”. En otra de sus acepciones, lo define así: “Limpieza, aseo de [objetos], viviendas, lugares públicos y poblaciones”.645

Por otra parte, esta misma fuente nos dice que limpieza es: “La cualidad de limpio. Acción

y efecto de limpiar”. Asimismo, define el verbo limpiar como: “Quitar la suciedad o inmundicia de algo”.646

Si aplicamos estas definiciones al ámbito de los libros y documentos debo rescatar las “explicaciones” dadas por Almela Meliá,647 donde precisa que la higiene del libro, abarca

las consideraciones y cuidados que debemos guardar en él para evitar que lo ataque algún elemento destructor; por que si está bien declamar loas al libro, enalteciendo su misión civilizadora y cultural, no lo está el abandonarlo, […], arrumbándolo de cualquier manera y en cualquier lugar, muchas veces en rincones y desvanes […] donde siempre se convierte en pasto de roedores, de cucarachas y de polillas. Si existe el abandono a que nos referimos, es decir, esa falta de higiene, es inevitable que el libro acabe sufriendo una enfermedad y aun varias enfermedades simultáneamente. Y a nadie debe sorprender que, existiendo éstas, haya habido hombres -buenos amigos del libro- que pongan empeño en [prevenirlas], remediarlas, en curarlas, creando una verdadera terapéutica. De acuerdo a lo aquí expuesto se puede conceptualizar la higiene de los libros como una

actividad u operación encaminada a prevenir el buen estado físico y funcional de las colecciones

643 Citado por Carme Bello Urgellès y Àngel Borrel Crehuet. Op. cit., p. 51. 644 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 187. 645 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 2, p. 1210. 646 Ibid., p. 1381. 647 ALMELA MELIÁ, J. Higiene y terapéutica del libro. México : FCE, 1976, p. 7-8.


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bibliográficas mediante labores de limpieza que tienen como fin la eliminación de la suciedad de los libros y así garantizar la conservación de los materiales.

Por consiguiente, “el grado de higiene interior permite establecer, a priori, el interés por la conservación o la dejadez en la que se mantienen las colecciones”.648 Por tanto, la higiene y la limpieza en los materiales bibliográficos y documentales, es un aspecto determinante y prioritario para la conservación de estos objetos culturales.

Para el buen mantenimiento de las condiciones físicas de los materiales bibliográficos es imprescindible realizar revisiones y actividades de limpieza de forma periódica y sistemática tanto en el edificio, en todas las áreas de la biblioteca, como en el mobiliario y las colecciones “para comprobar la ausencia o detectar la presencia de factores bióticos-degradadores”.649

Las labores de limpieza “deben [realizarse] regularmente, con una frecuencia determinada por la rapidez con que el polvo y la suciedad se acumulen en los depósitos de libros”.650 En un principio, todos los materiales y documentos del depósito debería limpiarse dos veces al año, si esto no es posible, será preciso al menos una limpieza a fondo una vez al año.651 Muchas unidades de información documental realizan estas labores de limpieza casi a diario y de forma rutinaria.

Estas revisiones, acciones y controles deben efectuarse, especialmente, durante la

primavera y el verano, pues durante estas estaciones es frecuente una mayor actividad biológica y en ellas se producen las condiciones ambientales que pueden constituir un medio favorable para la proliferación de insectos y microorganismos. Como se puede observar “la limpieza está íntimamente ligada a este control biológico, ya que la suciedad y el polvo favorecen la actividad biológica”.652

Para evitar esta situación de dejadez, abandono y presencia de polvo y suciedad,

procuraremos mantener siempre limpios tanto el edificio, el mobiliario y, en especial, las colecciones, libres de polvo y otras partículas que se encuentran dispersas en el aire, ya que “el polvo asociado a agentes ambientales como la humedad relativa y la temperatura, provoca reacciones químicas de degradación de casi todos los materiales”.653

Michael Roper654 menciona lo siguiente: El polvo y la suciedad [depositada y acumulada en los libros y documentos] pueden penetrar en las fibras del papel y provocar alteraciones o abrasión de los [materiales] o los componentes. Son

648 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 14. 649 CRESPO, C y VIÑAS, V. Op. cit., h. 43. 650 OGDEN, S. Limpieza de libros y estantes. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 241 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 4. Almacenamiento y manipulación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>. 651 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 187. 652 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 51. 653 VAILLANT CALLOL, M y VALENÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 106. 654 ROPER, M. Op .cit., h. 6.


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además portadores potenciales de contaminantes químicos y de esporas de hongos susceptibles de atacar [y deteriorar los libros y] documentos. El polvo de hormigón suele ser muy alcalino, lo que resulta tan dañino como la acidez excesiva. También, “el sucio y el tizne superficial desfiguran y desgastan las páginas de los

libros”.655

Las labores de limpieza y los procedimientos empleados deben programarse y realizarse de forma organizada, coordinada y supervisada por un responsable. Puesto que la realización de estas labores implica riesgos para los libros, el personal deberá ser instruido en cuanto a las técnicas de limpieza y manipulación. Se recomienda que estas actividades sean realizadas por las mismas personas, lo cual permite detectar posibles infecciones por microorganismos o la aparición de plagas de insectos.

El personal de limpieza “deberá lavarse las manos antes de tocar ningún tipo de objeto de valor cultural, ya que la grasa, el sudor y la saliva favorecerá también el crecimiento de microorganismos”656 e incluso después de finalizar estas labores de limpieza deberá nuevamente lavarse las manos y las uñas con un jabón desinfectante de acción fungicida para evitar posibles infecciones por hongos. Asimismo deberá emplear diversos medios de protección necesarios, tales como:

- Guantes de algodón o de látex desechables. - Mascarillas con un filtro HEPA657 (no se deben emplear una simple máscara contra el

polvo). - Traje guardapolvo o batas de laboratorio. - Gafas o lentes protectoras para evitar posibles infecciones oculares. - Protectores para pies y cabeza en situaciones muy extremas.

También deberá efectuar una serie de recomendaciones como:

- Asignar un área dentro de la cual se pueda quitar el equipo protector ya contaminado. - Realizar de forma periódica y programada la desinfección del equipo no desechable. - Lavar las batas y otras prendas de uso con lejía y agua caliente, evitándose mezclarse

con otro tipo de vestimenta de uso personal. - Proceder a la limpieza de los respiradores o máscaras con isopropanol, alcohol

desnaturalizado o Lysol, y también deberá realizarse el cambio de los filtros HEPA de forma periódica.658

655 ODGEN, S. Tratamientos de conservación para materiales valiosos encuadernados. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 354 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 6. Procedimientos de conservación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>. 656 VAILLANT CALLOL, M y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 106-107. 657 Las siglas HEPA corresponde a High Efficency Particulate Arrestant, traducido al español, Filtro de Alta Eficacia para Retener Partículas. 658 El moho : cómo manejar una invasión de moho. Pautas para una intervención en caso de desastre [en línea]. [Consultado: 25 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.1a3soluciones.com/DOCUMENTOS/VARIOSmoho.htm>.


172

Figura 45. Limpieza por aspiración. Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.

Madrid : Arco /Libros, 1999, p. [346].

Para mantener limpias las salas de lectura, depósitos y demás áreas de la biblioteca se recomienda encarecidamente no introducir alimentos, ni bebidas ya que esto contribuye a la aparición y desarrollo de microorganismos y atrae a insectos y roedores. Tampoco se debe fumar en el interior de las salas de lectura no sólo porque el humo y la ceniza producen manchas en hollín y grasa en los libros sino que se genera un ambiente contaminado con presencia de humo o con fuerte olor que no propician un ambiente idóneo para la lectura y el estudio llegando incluso a impedir la concentración de los usuarios presentes en las salas o del personal que labora en la biblioteca. Pero lo más grave que puede llegar a ocasionar es un incendio. Limpieza del local

Para realizar la limpieza del local deben seguirse unas normas básicas y elementales que van a favorecer la conservación del acervo bibliográfico y a la vez van a mantener lo más limpio posible las distintas áreas de la biblioteca. Éstas son las siguientes:

- Para la limpieza del suelo no se recomienda barrer ya que el uso de escobas tiende a levantar y propagar el polvo. En su lugar deben emplearse, preferentemente, aspiradoras semi-industriales o en su defecto, mopas.

- Los suelos de material poroso como el parqué y la madera no deben ser fregados, pues absorben agua y alteran el control higrométrico, provocando oscilaciones de humedad. Por el contrario, los suelos de terrazo o de cualquier material compacto impermeable si pueden ser fregados, pero teniendo la precaución de recoger al máximo el agua empleada.659

- En caso de que se laven los suelos con agua debe evitarse que los libros ubicados en los anaqueles más bajos se salpiquen o manchen de agua o detergente.660

659 ALLO MANERO, MA. Op. cit., p. 188. 660 OGDEN, S. Limpieza de libros y estantes. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 241 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 4. Almacenamiento y recuperación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>.


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- En los locales alfombrados, la acumulación de polvo es constante y abundante ya que éste puede provenir tanto del ambiente exterior como del calzado del personal y los usuarios lo que dificulta su limpieza, para ello debe emplearse una aspiradora de agua.

Limpieza del mobiliario

La colocación y disposición de las estanterías y demás mobiliario de la biblioteca tanto en las salas de lectura, depósitos y áreas del trabajo del personal bibliotecario puede facilitar y permitir la circulación de aire y su limpieza, evitando con ello la acumulación de polvo y suciedad ya que si esto ocurre puede producirse la proliferación de microorganismos e insectos.

Sherelyn Odgen661 recomienda:

- Limpiar los estantes con un paño limpiador magnético, que atrae y retiene las partículas de polvo con una carga electrostática.

- No usar plumeros pues sólo se logra dispersar el polvo. - Remover el polvo pesado con una aspiradora diseñada para prevenir y evitar la

recirculación del polvo a través del escape, por lo tanto, se debe usar una aspiradora con filtro HEPA.

Aunque pueden lavarse las estanterías con agua o un trapo húmedo debe tenerse cuidado

de no colocar los libros en los anaqueles hasta que éstos no estén completamente secos. Asimismo debe prestarse especial atención a los anaqueles situados en la parte inferior de las estanterías ya que al estar próximos al suelo puede acumularse gran cantidad de polvo y suciedad.662 No es del todo recomendable lavar con agua ya que se puede ocasionar derrames y aumento de la humedad del ambiente,663 tal vez sería aconsejable emplear un trapo ligeramente húmedo.

Limpieza de las colecciones

La organización de un proyecto de limpieza y los procedimientos empleados para limpiar los libros varían dependiendo de diversos factores. Éstos incluyen:

a) La condición física, la cantidad y tipo de polvo a remover (un capa delgada de polvo

contra una acumulación gruesa de suciedad). b) La naturaleza del valor de los libros (si son valiosos únicamente por la información

que contienen o si tienen un valor histórico, bibliográfico, artístico o asociado).

661 Idem. 662 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 313. 663 OGDEN, S. Limpieza de libros y estantes. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 241 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 4. Almacenamiento y manipulación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>.


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c) El alcance de la limpieza que se va a realizar (si la limpieza es un programa continuo destinado a mantener cada libro de la biblioteca, o si es un proyecto limitado diseñado para limpiar solamente los libros de un área o colección en particular).664

Los procedimientos básicos para efectuar labores de limpieza, y las recomendaciones a

seguir para la conservación de los materiales bibliográficos son los siguientes: - Antes de incorporar los materiales al acervo, deben revisarse minuciosamente y

examinarse a fin de detectar cualquier tipo de daño, deterioro, muestras de suciedad y evidencias de un ataque fúngico o bacteriano. Si es así debe aislarse del resto trasladándose ya sea al taller de restauración o un área destinada para tal propósito (áreas de fumigación). Se establecerán prioridades de acuerdo al tipo de deterioro que presente el material y se procederá a la acción curativa o correctiva correspondiente.

Este sistema fue concebido para la limpieza fina de libros y documentos delicados, mediante su intervención manual dentro de una cámara cerrada. Esto protege al operador del riesgo de contaminación al tiempo que recoge los polvos y detritos dentro de un aspirador integrado. Cuenta con un dispensador de aire a presión para limpieza a chorro, mangas protectoras y operación silenciosa.

Figura 46. Sistema manual para la limpieza de libros Spirabillia®.

Fuente: Editorial Marco Polo, S.A. de C.V. : alta tecnología en preservación [en línea]. [Consultado: 2 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.edmarcopolo.com>.

- La limpieza de los libros puede realizarse dentro del mismo local, teniendo cuidado de no propagar el polvo al resto de los materiales. Si es necesario transportarlo a otras áreas o un local independiente para su limpieza deben colocarse en cajas para evitar que los insectos y microorganismos en ellos depositados se dispersen durante el trayecto. Dicho local debe estar perfectamente ventilado, iluminado y en su limpieza diaria debe usarse limpiadores microbicidas en piso y muebles.665

- La limpieza de las colecciones bibliográfica in situ debe llevarse a cabo en días tibios y secos.

664 Idem. 665 BECK, I. Op. cit., p. 75.


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- Los libros pueden limpiarse de forma manual o mecánica, con brochas de cerdas suaves, cepillos o trapos secos de carga electrostática nunca mojados o con aspiradoras de baja potencia a las que se les colocarán una malla fina en la salida del tubo de succión para no ocasionar graves daños666 e incluso con sistema de aire comprimido (mediante chorros de aire regulado bajo un campana o extractor que absorbe la suciedad). Si están cubiertos por una capa gruesa de polvo no debe aplicarse el tubo de la misma directamente sobre el material. En documentos, planos y mapas en soporte de papel se recomienda colocar sobre ellos una malla tersa de nylon en un pequeño bastidor de madera diseñado para tal fin y así proceder a su aspirado. Nunca deben utilizarse plumeros.667 En la actualidad existen diversos sistemas de limpieza tanto manuales como automáticos de libros y documentos mediante un sistema de aspirado que elimina el polvo de los materiales y ofrece protección al personal (véase figura 46 y 47).

Este sistema permite aspirar el polvo de libro mediante un equipo de funcionamiento automático, cuenta con una banda de alimentación que conduce los ejemplares dentro de una cámara de aspirado en línea. Opera silenciosamente dentro de la biblioteca, de pequeño tamaño que permite trabajar por secciones, anaquel por anaquel, con rapidez y eficiencia (12 libros por minuto).

Figura 47. Sistema para el aspirado automático o manual de libros y documentos Depulvera®. Fuente: Editorial Marco Polo, S.A. de C.V. : alta tecnología en preservación [en línea].

[Consultado: 2 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.edmarcopolo.com>.

- Acumulaciones como las producidas por manchas de insectos y residuos en las superficies de la página de un libro pueden eliminarse en forma mecánica con una herramientas de canto afilado como una espátula, bisturí, o en el caso de los hongos con una aspiradora.668

666 VAILLANT CALLOL, M y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 106. 667 PAULLADA MENA, M. Op. cit. h. 119-120. 668 ODGEN, S. Tratamientos de conservación para materiales valiosos encuadernados. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 354 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 6. Procedimiento de conservación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>.


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- No deben limpiarse aquellos libros que se encuentren húmedos o en un estado avanzado de deterioro.669

- Durante la limpieza debe retirarse objetos extraños como clips metálicos, grapas, separadores, etiquetas, cintas adhesivas, cartones o papeles ácidos, etc.670

Sherelyn Odgen671 establece las siguientes recomendaciones en la limpieza de los materiales bibliográficos:

- Los libros deben limpiarse manteniéndose firmemente cerrado, sujetándolos con las

manos, para evitar que le polvo se deslice entre las hojas y quitándoles el polvo con un paño limpiador magnético o con la aspiradora teniendo cuidado de no dañar el material con la succión del aire.

- La parte superior del libro, que generalmente es el área más sucia, debe limpiarse primero, luego se procederá a limpiar el resto de libro.

- Si los libros están cubiertos con una capa gruesa de polvo, es recomendable el aspirado. Para ello se debe colocar un pedazo de gasa o tamiz entre el extremo de la manguera de la aspiradora y la extensión con el cepillo para evitar que fragmentos sueltos de encuadernaciones deterioradas sean succionadas por la aspiradora.

- Se puede usar una brocha de cerdas suaves para eliminar el polvo del libro, pero deben sacudirse o cepillarse en dirección contraria al lomo de la encuadernación para evitar empujar el polvo hacia el mismo.

- Los paños, preferentemente electrostáticos, usados para limpiar los estantes nunca deben usarse para limpiar los libros.

- Igualmente deben mantenerse limpias de polvo las cubiertas de los libros y no deben aplicarse cremas o sustancias para pieles porque pueden resultar dañinas a largo plazo; la limpieza con un cepillo de cerdas suaves es suficiente. Las cubiertas de pergamino se limpian perfectamente retirando el polvo con un cepillo o mediante una aspiradora suave.672

Si las colecciones bibliográficas, el mobiliario en el que se depositan y las diversas áreas

de la biblioteca se mantienen lo más limpias posibles y bajo condiciones microclimáticas estables, prolongaremos de forma significativa la vida útil de los materiales resguardados en la biblioteca, asegurando la permanencia y durabilidad de los mismos, logrando así la conservación del patrimonio bibliográfico.

669 PAULLADA MENA, M. Op. cit. h. 120. 670 BEKC, I. Op. cit., p. 75. 671 OGDEN, S. Limpieza de libros y estantes. En OGDEN, S. El manual de preservación de bibliotecas y archivos del Northeast Document Conservation Center [en línea]. 3a ed. Santiago de Chile : Dibam, 2000, p. 241-242 [consultado: 8 de mayo de 2006]. Capítulo 4. Almacenamiento y manipulación. Disponible en World Wide Web: <http://www.nedcc.org/spplam/spplam3.pdf>. 672 MARSÁ VILA, M. Op. cit., p. 313.


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3.3.2 Medidas curativas: métodos para el tratamiento de hongos celulolíticos Puesto que los hongos celulolíticos son los principales agentes biológicos que causan

graves daños sobre el soporte de papel es importantísimo combatir este tipo de deterioro para evitar posibles pérdidas del patrimonio bibliográfico y así asegurar la conservación de estos objetos culturales.

Cuando se detecta un ataque fúngico es necesario aplicar una serie de medidas curativas que retarden o detengan el avance ocasionado por este tipo de microorganismo antes de que alcance mayores proporciones. Las medidas curativas o correctivas tienen como propósito destruir todo rastro de vida de microorganismos en los materiales afectados.

En la literatura profesional consultada para efectos de dicha investigación se han encontrado diversos métodos y procedimiento para el tratamiento de microorganismos e insectos que deterioran materiales bibliográficos y documentales elaborados en papel.

De acuerdo a las fuentes consultadas, se encontraron las siguientes clasificaciones en relación a los diversos métodos correctivos o curativos aplicados como desinfectantes para el control y tratamiento de hongos celulolíticos.

Bello Urgellès y Borrel Crehuet673 establecen que las técnicas de aplicación de los

insecticidas o de los desinfectantes pueden dividirse en tres:

1. Químicas: - Sublimación (sólido). - Pulverización/micronebulización (líquido). - Fumigación (gas). - Gases inertes.

2. Físicas: - Radiaciones. - Descargas eléctricas. - Cámaras de vacío.

3. Biológicas (feromonas).

Vaillant Callol y Valentín Rodrigo674 distinguen diversos métodos de desinfección para la erradicación de hongos e insectos en bienes culturales. Entre éstos menciona:

- Fumigación con gases. - Irradiación. - Radiaciones electromagnéticas (rayos gamma, roentgen y ultravioletas). - Partículas cargadas con alta energía. - Microondas. - Atmósferas controladas con gases inertes.

673 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 52-56. 674 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 103-121.


178

- Atmósferas transformadas (baja humedad y bajo contenido de oxígeno). - Congelación. - Control biológico. - Métodos tradicionales (calentamiento, succión, aplicación de repelentes, sellado y

otros). Santucci675 nos dice que los procedimientos o métodos para el tratamiento de hongos e

insectos se clasifican en:

a) Químicos (fumigación con gases en cámara). b) Físicos (luz ultravioleta, radiaciones gamma, congelación, corriente de alta frecuencia,

fibras ultrasónicas). c) Biológicos.

Por su parte, Sánchez Hernampérez676 establece que los métodos de control y erradicación

de plagas en bibliotecas pueden clasificarse de la siguiente manera:

1. Sistemas tóxicos: - Productos tóxicos o altamente tóxicos (fumigantes sólidos, líquidos y

gaseosos). - Productos de baja toxicidad (aerogel de sílice y piretrinas).

2. Sistemas no tóxicos:

- Radiaciones. - Congelación. - Atmósferas controladas (dióxido de carbono, nitrógeno, una combinación de

ambos y argón).

Caneva, Pia Nugari y Salvadori,677 en su libro Biology in the Conservation of Works of art, establecen los siguientes métodos de control:

1. Métodos mecánicos (limpieza mediante aspiradoras de vacío). 2. Métodos físicos (rayos ultravioleta, rayos gamma, corriente de alta frecuencia,

corriente eléctrica de baja frecuencia, calor, congelación o reducción de la presión usando cámaras de vacío para secado, ultrasonidos y trampas de luz).

3. Métodos biológicos (introducción de especies antagónicas y predador). 675 SANTUCCI, L. Insecticidas y fungicidas para libros y documentos : tratamiento y efectos. Seminario Internacional de conservación de documentos, libros y materiales gráficos (1o : 1982 agto 24-26 : México, D.F.). Memoria. México : AGN, 1983, p. 42. 676 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 377-401. 677 CANEVA, G., NUGARI, MP. y SALVADORI, O. Biology in the conservation of works of art. Rome : ICCROM, 1991, p. 124-143. La información resumida es la siguiente: “[…] control methods can be classified as mechanical, physical (ultraviolet rays, gamma rays, high-frequency current, low-frequency, heat, deep-freeze temperatures or reduction in pressure using vacuum dryers, ultrasound and light traps), biological (introductions of antagonic species and predators), chemical (pesticides and disinfectants, bactericides, fungicides and algicides, insecticides, biocides with both antimicrobial and insecticidal activity, herbicides) or biochemical (antibiotics, piramicin, enzymes, pheromones)”. La traducción es mía.


179

4. Métodos químicos (pesticidas y desinfectantes; bactericidas, fungicidas y algicidas; insecticidas; biocidas con actividad antimicrobiana e insecticida; herbicidas).

5. Métodos bioquímicos (antibióticos, piramicina, enzimas, feromonas). McCleary y Crespo678 mencionan los siguientes métodos:

- Métodos de fumigación limpios. - Atmósferas controladas (anhídrido carbónico, argón y nitrógeno). - Congelación. Por otra parte, Crespo y Viñas679 establecen que los medios y procedimientos contra las

especies bibliófagas son de carácter químico, físico y biológico.

1. Medios y procedimientos de carácter químico: De acuerdo a su forma de aplicación:

- Sublimación (sólido). - Pulverización (líquido). - Fumigación (gas).

2. Medios y procedimientos de carácter físico: - Radiaciones. - Descargas eléctricas.

3. Medios y procedimientos biológicos.

DePew680 en su libro, A library, media, and archival preservation handbook establece los siguientes procedimientos correctivos para el control de hongos y moho:

1. Control medio ambiental (mediante el control la humedad y temperatura, la

localización de fuentes de humedad, la comprobación de posibles fuentes de crecimiento de hongos y germinación de esporas, el aislamiento de los materiales infectados, el incremento de la circulación de aire, y un monitoreo continuo de las condiciones ambientales de la zona afectada).

2. Eliminación o inactivación del hongo:

a) Tratamientos no químicos o de baja toxicidad: - Cambio de las condiciones medioambientales. - Aspiradoras y cámaras de vacío.

678 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 110-114. 679 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit, h. 60-62. 680 DePEW, JN. A library, media, and archival preservation handbook. Santa Bárbara, California : ABC-CLIO, c1991, p. 75-81. La información resumida es la siguiente: “Corrective procedures for mold and mildew. 1. The environment (check the temperature, look for a source of water, check for sources of fungus growth and spore production, isolate the infected materials to minimize the spread of mold, increase air circulation, monitor the environment in the affected area continuously with a hygrometer […]). 2. Removing mold, a) Treatments using little or no chemicals (changing the environment, vacuum cleaner, blast freezing, gamma radiation, ultraviolet light), b) Treatments using chemicals (ethylene oxide, ortho-phenyl phenol, pardichlorobenzene, thymol)”. La traducción es mía.


180

- Congelación. - Radiación gamma. - Luz ultravioleta.

b) Tratamientos químicos: - Oxido de etileno. - Ortofenilfenol. - Paradiclorobenceno. - Timol.

También existen diversos métodos para la aplicación de desinfectantes para destruir o

eliminar microorganismos. Entre éstos cabe mencionar:

- Inmersión del objeto en el desinfectante. - Impregnación del objeto con el desinfectante. - Pulverización. - Nebulización. - Vaporización o fumigación. - Sublimación. - Circulación de desinfectantes a través del circuito.681 Como se puede observar, los diversos métodos o procedimientos aquí mencionados

contemplan diferentes acciones o actividades relacionadas con la esterilización, desinfección y desinsectación de libros y documentos. Conviene nuevamente precisar dichos términos conceptuales lo cual va a facilitar su comprensión y aclarar la introducción y aplicación de dichas técnicas para la erradicación de microorganismos.

El Diccionario de la lengua española define el vocablo esterilización como: “Acción y efecto de esterilizar”. Esterilizar es la acción de “destruir los gérmenes patógenos”.682 El término esterilización es: “Un absoluto que implica la total inactivación de todos las formas de vida […]”.683

La esterilización por aire caliente o vapor es un método muy utilizado para la eliminación de hongos y bacterias. Este tipo de tratamiento consiste en someter a los materiales bibliográficos a altas temperaturas durante un tiempo determinado. El empleo de aire caliente es bueno, pero la transferencia es lenta. Se requieren largas exposiciones a altas temperaturas (160 ºC durante 120 minutos o 180 ºC durante 30 minutos) pero tiene efectos adversos sobre los materiales, ya que aceleran los procesos de oxidación y envejecimiento ya que el papel se vuelve quebradizo por la pérdida de agua. Por otra parte, la esterilización por vapor en autoclave a temperatura de 120 ºC durante 20 minutos o 130 ºC por tres minutos, los riesgos de deterioro son similares al aplicar aire caliente.

681 DEQUISUR SANITARIA. Desinfección [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://dequisur.com/?desinfección>. 682 REAL ACAMEDIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, vol. 1, p. 996. 683 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 107.


181

Mediante estos procedimientos la esterilización tiene como propósito “la eliminación de toda forma de vida, incluidas las esporas”.684

Otro de los términos empleados en las distintas clasificaciones aquí ofrecidas es desinfección. Entendemos por desinfección: “La destrucción de microorganismos potencialmente patógenos, como bacterias, hongos y [protozoarios]”.685 Por tanto, desinfectar es: “Quitar a algo la infección o la propiedad de causarla, destruyendo los gérmenes nocivos o evitando su desarrollo”.686

La desinfección se basa en una técnica de saneamiento con la finalidad de destruir gérmenes patógenos en ambientes de determinado riesgo. Con ella, se trata de mantener los niveles de contaminación microbiana dentro de unos límites aceptables puesto que los microorganismos tienen una gran capacidad de adaptación”.687

Debemos aclarar y precisar que la desinfección “se refiere a la reducción de los organismos patógenos (que ocasionan enfermedades) mientras que el saneamiento se refiere a la calidad de la limpieza”,688 ya que las labores de limpieza, como medida preventiva o procedimiento profiláctico, se lleva a cabo tanto en el edificio, mobiliario y colecciones y que, en gran medida, va a coadyuvar al control de los agentes biológicos.

Otro concepto al cual se hace alusión en las diversas fuentes consultadas es el de

desinsectación. Dicho término hace referencia

al conjunto de técnicas y métodos dirigidos a prevenir y controlar la presencia de ciertas especies de artrópodos nocivos en hábitat determinado […]. Aunque hace referencia al control de insectos éste engloba a otras especies, fundamentalmente, arácnidos y crustáceos. Como principio general, la desinsectación tiene como objetivo y, en su caso, la eliminación de los insectos y por ende de los artrópodos […]. Por tanto, la desinsectación es la acción de eliminar insectos por medios químicos [físicos, biológicos], mecánicos o con la aplicación de medidas de saneamiento básico.689

Para fines de esta investigación las acciones y tratamientos a aplicarse para la erradicación

de microorganismos, concretamente hongos, se centran en la esterilización y más aún en la desinfección, pues de acuerdo a las definiciones aquí ofrecidas con relación al concepto de

684 MATEOS, Pedro F. Control de poblaciones microbianas : esterilización y desinfección [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ati-gestion.com/Aspsis%20%y%20desinfeccion.htm#anchor136196>. 685 INFOJARDIN. Glosario [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://infojardin.net/glosario/desague/desinsectación.htm>. 686 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 1, p. 788. 687 DEQUISUR SANITARIA. Desinfección. [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://dequisur.com/?desinfección>. 688 Fundamentos de desinfección y del saneamiento [en línea]. [Consultado: 1 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.geocities.com/raydelpino_2000/desinfeccion.html>. 689 Desinsectación [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://dfonet.com/treser/primera.htm>.


182

desinsectación, esta acción no persigue la destrucción de hongos sino la eliminación de insectos bibliófagos.

Aplicado al ámbito bibliotecario y archivístico, la desinfección de materiales bibliográficos y documentales es el proceso de eliminar o destruir, de forma total o parcial, los microorganismos (hongos, bacterias) que pueden causar efectos patógenos tanto al sustrato (papel) como a las personas que manipulen dichos materiales contaminados y que tiene como propósito minimizar los riesgos de salud de las personas y reducir el deterioro de los materiales.

La destrucción de microorganismos patógenos, puede lograrse mediante el empleo de determinados métodos o procedimientos o a través de la aplicación de productos o químicos, llamados éstos últimos desinfectantes.

Desinfectantes “se refiere a las sustancias empleadas sobre objetos inanimados”.690 Obviamente que esta definición es algo escueta. Conviene complementarla con esta otra, la cual nos dice que un desinfectante puede ser definido como: “El agente químico que destruye microorganismos pero no así esporas [bacterianas y fúngicas]”. En esta misma línea podemos afirmar que es: “Aquella sustancia que destruye o neutraliza los microorganismos y los parásitos. Es un producto que mata todos los microorganismos patógenos pero no necesariamente todas las formas microbianas esporuladas en objetos y superficies inanimadas”,691 lo cual está en consonancia y, por lo tanto, existe una gran coincidencia con las definiciones expuestas anteriormente.

La acción mortal de los desinfectantes para diversos organismos patógenos (hongos,

bacterias, virus y protozoarios), depende de la composición química del desinfectante y de la naturaleza del organismo. Cuando se selecciona un desinfectante, se debe considerar las siguientes características:

- Costo. - Eficacia (eficiencia de destrucción contra hongos, bacterias o virus). - La toxicidad (seguridad por los materiales y el hombre). - La actividad residual (en el sustrato, en la salud de las personas y en el medio

ambiente). - Efectividad sobre el material. - La solubilidad (acidez, alcalinidad, pH). - Tiempo de contacto. - Temperatura ambiente.692

690 MATEOS, Pedro F. Control de poblaciones microbianas : esterilización y desinfección [en línea]. [Consultado: 2 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: http://www.ati-gestion.com/Aspsis%20%y%20desinfeccion.htm#anchor136196>. 691 INFOJARDIN. Glosario [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://infojardin.net/glosario/desague/desinsectación.htm>. 692 Fundamentos de desinfección y del saneamiento [en línea]. [Consultado: 1 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.geocities.com/raydelpino_2000/desinfección.html>.


183

En esta misma línea los criterios determinados para la eliminación de hongos y bacterias en archivos y bibliotecas son los siguientes:

- Eficacia frente a las especies biológicas a eliminar. Ello implica la identificación del agente o agentes causales del daño.

- Las alteraciones que puedan producir los productos químicos y/o los procesos físicos (radiación, congelación, etc.) sobre los sustratos o las tintas de los libros y documentos.

- Posible toxicidad para el hombre de los productos utilizados y la forma de evitarla para poder aplicarlos con criterios de seguridad.693

En la elección de un método o procedimiento se debe tener en cuenta los siguientes

requisitos:

- Alta eficiencia contra el biodeterioro. - Baja toxicidad para el operador. - Riesgos bajos de contaminación ambiental. - No interferencia con los materiales,694 es decir, no tener efectos residuales. En definitiva, a la hora de seleccionar un desinfectante deben contemplarse los siguientes

aspectos: - Costo. - Eficacia contra todo tipo de agentes biológicos, principalmente, hongos y bacterias.

Debe ser de amplio espectro de acción, tanto fungicida, bactericida e incluso, insecticida.

- Baja toxicidad para el ser humano.695

693 Resumen de la fabricación del papel. restauración, procedimientos manuales : su necesidad. nuevas técnicas en restauración. AREAL GUERRA, Rogelio, et al. Patrimonio [en línea]. Julio-Agosto-Septiembre 2001, año II, no. 6 [consultado: 2 de marzo de 2006], p. 23-34. Disponible en World Wide Web: <http://www.fundacionpatrimoniocyl.es/archivos/publicaciones_archivos/22.pdf>. 694 CANEVA, G., NUGARI, MP. y SALVADORI, O. Op. cit., p. 128. La traducción es mía. 695 La toxicidad es la capacidad de un compuesto químico, ya sea aplicado en estado sólido, líquido o gas, de herir o matar. Un gran número de parámetros definen la toxicidad de un compuesto pero es realmente difícil cuantificarla con precisión. El índice o parámetro más común se obtiene de calcular la cantidad de materia activa (administrada oralmente o a través del tejido cutáneo) que es letal para el 50% de los experimentos realizados en animales (p. ej.: ratas o conejos). Cuanto mayor es este valor, más bajo es la toxicidad del compuesto. Se expresa en mg de materia activa por kg del peso del animal, y se representa por las siglas LD50 = Lethal Dose (mg/kg) o dosis letal. En el caso de los compuestos gaseosos, la toxicidad se expresa en concentración letal y se representa por las siglas LC50 = Lethal Concentration (μg/l). También se debe contemplar el valor límite de exposición de la dosis expresado en mg/m3 máximo aceptable para una exposición de 15 minutos y que son recomendables por las autoridades públicas de salud sí son empleados en espacios cerrados. Se pueden establecer varias categorías en relación a la toxicidad de los compuestos: 0-50 mg/kg : altamente tóxico; 50-500 mg/kg : moderadamente tóxico; más de 500 mg/kg : ligeramente tóxico a relativamente no tóxico. En el caso de los gases, las categorías son las siguientes: 0-2,000 μg/l : altamente tóxico; entre 2,000 y 20,000 μg/l : moderadamente tóxico. Vid. Guilia Caneva, Maria Pia Nugari y Ornella Salvadori. Biology in the conservation of Works of art. Rome : ICCROM, 1991, p. 128-129 y Françoise Flieder y Christine Capderou. Sauvegarde des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 116-117.


184

- Inocuidad para los materiales bibliográficos y que no deje remanentes residuales en ellos.

- Las condiciones ambientales (humedad relativa y temperatura) en las cuales debe aplicarse el desinfectante.

- El tiempo de exposición. - Impacto ambiental, que sea, preferentemente, de nulo o bajo riesgo de contaminación. La acción de desinfección puede ser bactericida, fungicida, viricida, esporicida según sea

la actuación sobre las bacterias, hongos, virus y protozoarios o sus formas de resistencia.696 Es frecuente encontrar en la literatura profesional, otros conceptos, como biocidas y microbicidas que también actúan como desinfectantes y tienen la finalidad de eliminar y erradicar todo organismo vivo patógeno. De forma breve, ofreceré una definición de dichos conceptos con el fin de precisar su forma de actuación.

Los biocidas son: “Sustancias activas y preparados que contengan una o más sustancias activas [con capacidad] para destruir, contrarrestar, neutralizar, impedir la acción o ejercer un control de otro tipo sobre cualquier organismo nocivo por medios químicos o biológicos”.697

También se puede definir biocida como:

Una sustancia química de amplio espectro de acción capaz de eliminar o destruir organismos vivos. Entre ellos están los insecticidas (contra las plagas de insectos), los acaricidas (contra los ácaros), los fungicidas (contra hongos), los herbicidas (para controlar malezas), los nematicidas (contra gusanos y similares) y los raticidas. Pueden producir efectos negativos en organismos como los hongos, insectos u otros que se intentan eliminar ya que pueden desarrollar resistencia. Algunos biocidas son selectivos, siendo más potentes contra un número pequeño de especies, en tanto otros son más indiscriminadamente tóxicos.698 Algunos llaman microbicidas: “Aquellas sustancias que matan formas vegetativas, pero

no necesariamente las esporas de microorganismos”.699

Muchos de las sustancias aquí mencionadas con fines de desinfección, y por consiguiente, los términos designados o palabras empleadas para referirse a dichas sustancias, se forman con el sufijo –cida, el cual se agrega cuando implica una acción de destrucción total (p. ej.: fungicida), por el contrario se agrega –stático cuando simplemente inhibe o retarda el crecimiento o impide la multiplicación del organismo, y suelen ser utilizados como procedimientos profilácticos o medidas preventivas que eviten la aparición de un microorganismo en concreto (p. ej.: fungiestático), pero no lo elimina o destruye efectivamente. 696 DEQUISUR SANITARIA. Desinfección. [en línea]. [Consultado: 2 de marzo de 2006]. Disponible en: <http://dequisur.com/?desinfección>. 697 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 21 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Biocida>. 698 INFOJARDIN. Glosario [en línea]. [Consultado: 21 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://infojardin.net/glosario/basal/biocida.htm>. 699 MATEOS, Pedro F. Control de poblaciones microbianas : esterilización y desinfección [en línea]. [Consultado: 2 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ati-gestion.com/Aspsis%20%y%20desinfeccion.htm#anchor136196>.


185

Tras este breve paréntesis y retomando nuevamente los criterios de selección de un método o procedimiento para el control y tratamiento de microorganismos, Caneva, Nugari y Salvadori700 señalan algunos criterios que deben ser considerados a la hora de seleccionar un tratamiento. Éstos son los siguientes:

- Estudio de las alteraciones biológicas, por lo que se debe aislar e identificar el tipo de

agente de deterioro biológico, y clasificar y cuantificar el daño. Cuando estas operaciones han sido llevadas a cabo podemos decidir si la intervención es necesaria o si la mejor elección es no implementar ningún tratamiento.

- Las propiedades físicas y químicas, así como el estado de conservación del objeto cultural.

- El aspecto o la apariencia del objeto después del tratamiento y el posible impacto del tratamiento en el equilibrio del ecosistema. Ya que el tratamiento podría favorecer la aparición de nuevos brotes de agentes biológicos en el sustrato por que algunas especies son más agresivas y resistentes.

- El tipo de agente biológico y su desarrollo, la naturaleza del sustrato y su condición y la extensión o alcance de la superficie a desinfectar. En algunos casos, es muy importante seleccionar la mejor época para el tratamiento.

- Es muy importante prever la necesidad eventual de nuevos tratamientos, tomando en cuenta la posibilidad de desarrollo de especies resistentes, y formular planes de mantenimiento de forma constante y periódica para evitar nuevos brotes.

- La posibilidad de aplicar medidas preventivas necesarias para modificar los parámetros medioambientales o algunas características físico-químicas del sustrato. Tales medidas evitarían la aparición de nuevas colonias biológicas.

En el siguiente diagrama de flujo se presentan algunas cuestiones que deben ser

consideradas para decidir la implementación un tratamiento de control de deterioro biológico (véase figura 48).

La elección de un método o procedimiento para la erradicación de microorganismos estará

determinada por la situación específica de infección (brote incipiente, moderado o generalizado), y por el hecho de que sea necesario matar a todos los microorganismos o sólo a ciertas especies. Caneva, Nugari y Salvadori lo mencionaban anteriormente como uno de los criterios de selección, “clasificar y cuantificar el daño”. Además, se deberá tomar en cuenta los componentes del material a tratar y su estado de conservación. Dicha elección también estará condicionada, en muchas ocasiones, por los medios económicos y el presupuesto de que disponga la unidad de información que desee implementar algún tratamiento de control biológico.

Lo primero que debe tenerse en cuenta es la intensidad y el origen del daño, para así

adoptar las medidas necesarias y seleccionar el método más idóneo para combatir un ataque fúngico, ya que no es lo mismos la presencia de hongos en un número limitado de materiales que un ataque de forma generalizada. 700 CANEVA, G., NUGARI, MP. y SALVADORI, O. Op. cit., p. [123]-124. La traducción es mía.


186

INICIO NO

SI NO SI NO

SI

- Aislar y clasificar el daño biológico - Evaluar el daño

No realizar ningún tipo de control

biológico

¿Piensas que hay algún

problema de biodeterioro?

¿Es necesario el

tratamiento?

¿Puede el objeto tolerar

el tratamiento?

Estudiar las condiciones físicas

y químicas del sustrato


187

NO SI

FIN

Figura 48. Diagrama de flujo que muestra las cuestiones que deben considerarse antes de decidir la aplicación de un tratamiento de control de deterioro biológico.

Fuente: Caneva, Giulia, Nugari, Maria Pia y Salvadori, Ornella. Biology in the conservation of Works of art. Roma : ICCROM, 1991, p. 125.

Planificar el tratamiento

Seleccionar el mejor método y el mejor

periodo para el tratamiento

Llevar a cabo un mantenimiento

rutinario y periódico

¿Pueden aplicarse métodos

preventivos?


188

Hay tres situaciones de infección fúngica que de acuerdo al número de materiales bibliográficos afectados requerirán un tratamiento específico. Éstas son las siguientes:

- Infección a pequeña escala. - Infección moderada. - Infección a gran escala.

Infección a pequeña escala

Tan sólo afecta a un número limitado de libros (unos pocos centenares) que presentan un daño incipiente en un área también muy limitada de la biblioteca reduciéndose a unas pocas estanterías, cuyo manejo y tratamiento se puede realizar internamente.

En la mayoría de los casos es suficiente realizar una limpieza en seco con la finalidad de eliminar la contaminación superficial, especialmente en cubiertas y lomos, ésta se puede llevar a cabo de forma mecánica. Previamente los materiales deben ser retirados de la estantería y llevados a un área de trabajo (laboratorio de restauración o sala de fumigación) o al exterior para evitar así su propagación. La limpieza se efectuará con una brocha o pincel de pelo suave o con una aspiradora. Posteriormente, se colocarán los libros entreabiertos, en forma de abanico por un tiempo muy breve para que se sequen y se ventilen.

Infección moderada

Una infección fúngica de esta magnitud recoge aquellas situaciones en las que los materiales estén expuestos a altos niveles de humedad relativa o se hayan mojado centenares de libros y, a la vez, miles de otros algo más secos han sido infectados.

Cuando los libros estén mojados deberá llevarse a cabo el secado por ventilación (aireación), en caso de que estén algo húmedos deberán retirarse del área afectada y secarse mediante corrientes de aire naturales o con ventiladores, procurando evitar que el aire incida directamente sobre los materiales. También puede optarse por la congelación que constituye un método de estabilización muy aceptado por la inmensa mayoría de las bibliotecas que permite recuperar los materiales dañados por el agua y “controlar el crecimiento de los hongos al inducir un estado de inactividad en las esporas”.701 También podrá optarse por el secado por congelación al vacío (liofilización) que trabaja con fuentes de calor interno a una temperatura aproximada de 37.8 ºC (100 ºF), evitando el contacto con el material y procurando evitar un posible recalentamiento y quemaduras, de esta forma se logra que las esporas del hongo permanezcan inactivas (véase figura 49). Se recomienda que al final del ciclo de secado, los materiales permanezcan en la cámara y sean esterilizados lográndose así un tratamiento completo. Debo hacer énfasis en que esta técnica se emplea para el secado de materiales mojados no como fungicida.

701 Para mayor información sobre estos tratamientos, congelación, y secado por congelación al vacío Vid. NARA - Preservation and Archives Professionals. Pasos a seguir para el salvamento de materiales de biblioteca dañados por el agua [en línea]. Parte 6 y 8 [consultado: 20 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.archives.gov/preservation/spahish/spanish-damaged-library-materials-part6.html>.


189

En el caso de materiales secos, se pueden emplear diversos métodos de desinfección químicos o físicos.702 Infecciones a gran escala

Ante esta situación el tratamiento seleccionado deberá aplicarse a todo el acervo bibliográfico y a todas las áreas que alberguen o resguarden materiales, por lo que debe procederse a una desinfección total.

Figura 49. Cámara de vacío del Museo de la ciudad de Trondheim empleada para el secado de libros mojados.

Fuente: McCleary, John y Crespo, Luis. El cuidado de libros y documento : manual práctico para su conservación y restauración. 2a ed. Madrid : Clan, 2001, p. 86.

En el caso de bibliotecas pequeñas, los libros contaminados con hongos podrán ser tratados por paquetes en una cámara de gas de alta capacidad. Sin embargo, en grandes bibliotecas este procedimiento no es válido. Ante esta situación se requieren medidas de emergencia, y puesto que es una operación riesgosa tanto para los materiales como para el personal bibliotecario, es importante solicitar el asesoramiento y la asistencia de empresas y personal profesional altamente capacitado para efectuar la fumigación de los materiales y de local mediante el procedimiento, ya sea físico o químico, que ellos recomienden.

Las distintas situaciones anteriormente descritas requieren, además de la selección de un método o procedimiento, de la estabilización de las condiciones microambientales, humedad y temperatura, lo que impedirá nuevos brotes fúngicos. También deben efectuarse labores de limpieza de las estanterías y el mobiliario para eliminar las áreas contaminadas con hongos limpiando con un trapo humedecido en alcohol o formaldehído, ambas acciones coadyuvarán a la efectividad del tratamiento seleccionado y, por consiguiente, a la erradicación e inhibición de los hongos, según sea el caso.

702 Vid. infra h. 192 et seq.


190

De acuerdo a lo aquí expuesto, propondré la siguiente clasificación con relación a los métodos o procedimientos para el control y tratamiento del biodeterioro ocasionado por hongos celulolíticos:

1. Métodos de control químicos: • Fumigación:

- Fumigantes sólidos (sublimación). - Fumigantes líquidos (pulverización, nebulización o termonebulización). - Fumigantes gaseosos.

2. Métodos de control físicos:

• Radiaciones: - Radiaciones electromagnéticas (rayos roentgen, rayos ultravioleta,

rayos gamma, microondas y radiofrecuencias). • Partículas cargadas con alta energía. • Congelación. • Atmósferas controladas.

Antes de abordar los diferentes métodos de control conviene aclarar y precisar el significado de dos términos empleados en este texto y mencionados en las distintas clasificaciones aquí ofrecidas con relación a las “acciones” a realizar para combatir el deterioro ocasionado por hongos celulolíticos, éstos son método y procedimiento. A continuación se presentan algunas definiciones:

Con relación al vocablo método el Diccionario de la lengua española recoge las

siguientes acepciones: “Modo de decir o hacer con orden. Modo de obrar o proceder, hábito o costumbre que cada uno tiene y observa. Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla”.703

Nicola Abbagnano,704 en su Diccionario de filosofía, determina dos significados para el

término método, de los cuales uno de ellos prevalece en el mundo moderno y contemporáneo por su uso. Este significado, referido a una particular técnica de investigación “indica un procedimiento de investigación ordenado, repetible y autocorregible, que garantiza la obtención de resultados válidos […]”.

Se puede definir método como: “Disposición racional de una actividad para la obtención

de un fin determinado. Suele relacionarse con el conocimiento científico”.705

703 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 1499. 704 ABBAGNANO, N. Diccionario de filosofía. 4a ed. act y aum. México : FCE, 2004, p. 719. 705 EL RINCÓN DEL VAGO. Diccionario y personajes filosóficos [en línea]. [Consultado: 8 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://rincondelvago.com/diccionario-y-personajes-filosoficos.html>.


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También se entiende por método: “Sucesión de acciones ordenadas más o menos complejas que parte de un principio orientador razonado fundamentado en una concepción ideológica, filosófica, pedagógica, etc.”.706

Por consiguiente, se puede conceptualizar método como modo o procedimiento de realizar

un conjunto de acciones de forma lógica y ordenada para obtener un resultado determinado.

Ahora es necesario ofrecer también algunas definiciones del término procedimiento. El Diccionario de la lengua española reduce los significados de dicho término a estas dos acepciones: “Acción de proceder. Método de ejecutar algunas cosas. Esta misma fuente, define el verbo proceder como: “Hacer algo conforme a razón, derecho, mandato, práctica o conveniencia”.707

Procedimiento puede ser definido como: “La secuencia de acciones concatenadas entre sí, que ordenadas en forma lógica permite cumplir un fin u objetivo predeterminado”.708

Además se puede definir así: “Método o sistema estructurado para ejecutar algunas cosas. Acto o serie de actos u operaciones con que se hace una cosa”.709

También se entiende por procedimiento: “Secuencia de actividades relacionadas entre sí

que especifican sus formas de ejecución para llevarlas a la práctica”.710 De acuerdo a las numerosas definiciones aquí ofrecidas, defino procedimiento como la forma metódica de realizar una serie de acciones enlazadas entre sí dentro de un proceso o actividad para lograr un objetivo preestablecido. Sin duda, que se puede establecer una sinonimia entre los vocablos método y procedimiento. Con base a las diversas definiciones podemos observar que el vocablo método es definido como procedimiento, sucesión de acciones ordenadas…, o el modo de hacer una cosa para lograr un resultado. Lo cual tiene una misma o muy parecida significación con el vocablo, procedimiento, que es conceptualizado también como método, secuencia de acciones u operaciones concatenada…, es decir, el camino que se sigue, o secuencia lógica de acciones que se realizan para cumplir un objetivo determinado. De ahí, que en las distintas clasificaciones

706 [Definición de método] [en línea]. [Consultado: 22 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://educacion.123.cl/profesores/hora_libre/nuevos_conceptos_educacion.htm>. 707 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 1837. 708 UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS. VICE RECTORADO ADMINISTRATIVO. OFICINA GENERAL DE PERSONAL. OFICINA DE CAPACITACIÓN. Glosario de términos sobre administración pública [en línea]. [Consultado: 8 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.unmsm.edu.pe/ogp/ARCHIVOS/Glosario/indp.htm#74>. 709 COMITÉ INTERINSTITUCIONAL DE CONTROL INTERNO DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS (CIUP) [en línea]. [Consultado: 8 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://controlinterno.udea.edu.co/ciup/glosario.htm>. 710 [Definición de procedimiento] [en línea]. [Consultado: 22 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.icas.net/icasweb/glosario.htm>.


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ofrecidas anteriormente sobre métodos y/o procedimientos empleados para la erradicación de hongos celulolíticos se usen indistintamente estos dos términos. 3.3.2.1 Métodos de control químicos

La aplicación de métodos de control químicos para el tratamiento de hongos se basa, principalmente, en el uso de sustancias químicas, ya sean como compuestos orgánicos, inorgánicos e incluso sintéticos los cuales actúan, principalmente, como fungicidas.

Fumigación

El proceso químico más efectivo es, sin duda, la fumigación. Mediante este procedimiento

se logra la desinfección de los materiales bibliográficos y documentales que presentan contaminación fúngica. El término fumigación se emplea para denominar cualquier tratamiento que implique la exposición de una sustancia química, principalmente fungicida, en cualquier estado o forma física (sólido, líquido o gas) y que tiene por objetivo la eliminación de hongos.

El control o la destrucción de microorganismos (bacterias y hongos) se logra fumigando el edificio y sus instalaciones, así como los materiales bibliográficos y documentales. En las bibliotecas, museos y archivos se emplean diferentes formas de fumigación. Las más usuales son:711 Fumigación masiva

Este método consiste en fumigar el local en su totalidad sin mover ningún objeto. Se sellan perfectamente puertas y ventanas, se aplica el fumigante y se cierra el local, dejándolo actuar durante horas o días, dependiendo de sus dimensiones. Transcurrido este tiempo se ventila perfectamente mínimo 24 horas antes de reutilizar las instalaciones. Fumigación mecánica

Se puede llevar a cabo utilizando ya sea una bolsa de plástico, una caja de madera con recubrimiento plástico e incluso puede adaptarse un refrigerador doméstico, gabinetes o mobiliario de metal o pequeños armarios (cámaras de fumigación sin vacío). Para eliminar hongos de forma efectiva deben usarse cámaras de fumigación al vacío (véase figura 50), ya que favorece la penetración del gas ocasionando efectos adversos en la estructura del hongo, al remover el oxígeno que este microorganismo requiere para su desarrollo y crecimiento (en el caso de hongos aeróbicos). Si el fumigante empleado es realmente efectivo puede ocasionar, incluso, la destrucción de las esporas fúngicas. Si se emplea una cámara de fumigación, los libros deberán colocarse separados o entreabiertos.

711 CODOLMAG. Control de plagas en archivos y bibliotecas. [México] : [s.n.], [199-?], h. 15.


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Fumigación individual

Se aplica directamente, mediante el uso tópico de un hisopo o una hoja impregnada de fungicida que se coloca en el documento o en cada hoja del libro. Es un proceso muy lento y depende del tipo de fungicida que se utilice, así como del estado y resistencia del papel y de la tinta.

Existen numerosas sustancias químicas muy efectivas para los procesos de fumigación,

cuya aplicación depende de sus diferentes estados físicos, sólido, líquido y gas. Estas sustancias químicas presentan una gran toxicidad y tienen efectos dañinos resultando tóxicas para la salud del ser humano, al actuar por ingestión, inhalación o por contacto, y también puede llegar a ocasionar posibles alteraciones o daños sobre el objeto cultural al que se aplica, en nuestro caso, el libro y sus componentes constitutivos.

Figura 50. Cámara de fumigación al vacío del Archivo Nacional de la India, Nueva Delhi.

Fuente: Plumbe, Wilfred J. The preservation of books in tropical & subtropical countries. Hong Kong : Oxford University Press, 1964. Entre págs. 22-23.

Fumigantes sólidos

La aplicación de este tipo de fumigantes se realiza mediante sublimación. Los fumigantes sólidos actúan por ingestión o contacto, poseen, en general, poca penetrabilidad y se puede aplicar tanto en depósitos como en recipientes distribuidos por todo el local. En la actualidad su uso se ha reducido notablemente.


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Los principales productos químicos empleados como fungicidas son los siguientes:

Timol

El timol (C10H14O) se utiliza en forma cristalina. Es, por tanto, un cristal blanco con un olor un gusto característico. Pertenece a los fenoles y es un derivado del aceite de tomillo y se puede mezclar con alcanfor en forma cristalina.712

Esta sustancia química ha sido empleada por los conservadores de papel para el

tratamiento de hongos ya sea aplicado en forma de vapor generado por el calentamiento de sus cristales o diluyendo previamente los cristales con un solvente (alcohol), que puede ser aplicado tópicamente como aerosol. Se puede usar en concentraciones de 30 gr/m3. 713

En forma gaseosa el timol puede eliminar insectos, hongos y sus esporas, según sean expuestos al gas por un periodo de tiempo suficiente, aunque se puede emplear como pesticida se cuestiona su actividad fúngica. Durante el tratamiento los libros deben ser suspendidos y ventilados evitando el contacto directo con el reactivo.

Otra forma de emplearlo es sumergiendo tiras de papel en una solución de timol con un solvente orgánico, colocando las tiras impregnadas en un paquete sellado junto con el objeto. Debe tomarse precauciones ya que dichas tiras pueden manchar los papeles adyacentes y además pueden ocasionar decoloraciones.714

La colocación en el interior de los libros de hojas impregnadas con solución al 10% de timol o de ortofenilfenol ha sido siempre aconsejable para la desinfección de hojas de papel, pero solo proporciona protección temporal.715

Uno de los daños que ocasiona este producto químico en los papeles es que puede disolver las tintas de impresión antiguas, las pinturas y los barnices.716 También ocasiona decoloraciones y amarillea los materiales celulósicos, por lo que no se recomienda su uso en documentos de archivo.717 Además puede provocar recristalizaciones y sublimaciones por sobrecalentamiento en las superficies de los materiales tratados.718

Investigaciones realizadas han puesto de manifiesto que el timol no elimina el hongo

eficientemente, “de hecho, el timol y otros fungicidas o fumigantes matan sólo ciertas clases de esporas […], no dan protección residual y pueden ser perjudiciales al objeto y/o al que lo aplica. Además, el tratamiento […] no evita que las esporas del hongo se asienten sobre la pieza, una vez

712 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos. Caracas : Biblioteca Nacional de Venezuela, 1998, p. 46. 713 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 60. 714 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 111. 715 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 47. 716 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 111. 717 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 718 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 111.


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que se ha disipado el químico”.719 Por ello, deben mantenerse unas condiciones de humedad relativa y temperatura estables que eviten la germinación de esporas fúngicas. Algunos estudios muestran que el timol influye positivamente en el crecimiento de algunas especies de hongos.720

Santucci señala que “el engrudo se puede proteger contra los hongos por un espacio de tiempo ‘razonable’ usando solución de timol al 10%”.721

Si bien se recomienda su uso en el caso de inundaciones para prevenir la aparición del moho, sus efectos son poco persistentes y se evapora en sólo 24 horas.722

El timol aplicado en sus diversas formas es tóxico para el ser humano ya sea si se ingiere

o se inhala. Su uso no está registrado por la Enviromental Protection Agency de Estados Unidos como un método de control químico contra hongos.723 Dado que se le atribuyen efectos perniciosos sobre la salud de éstas, ya que puede afectar el hígado, los riñones, el sistema nervioso central, el sistema circulatorio,724 también puede dañar los ojos y el sistema respiratorio superior725 e incluso se le atribuyen efectos cancerígenos.726 Ortofenilfenol

El ortofenilfenol es un fungicida de fácil aplicación. En forma cristalina es blanco y es soluble en alcohol etílico727 en una proporción de 5% del producto.728 Se recomienda como fungicida tópico pero no como fumigante, es decir, en estado gaseoso729 “ya que pruebas de fumigación con ortofenilfenol para evitar el crecimiento de siete tipos de hongos fallaron aún después de 10 días de exposición continua al vapor, bajo condiciones controladas”.730

En pegamentos naturales se recomienda soluciones de 1 a 3% de ortofenilfenol para

protegerlo contra los hongos.731

El ortofenilfenol es poco menos tóxico que el timol, cuando se inhala es considerado irritante levemente tóxico causando problemas respiratorios. Sin embargo, es moderadamente tóxico si se ingiere.732 No se absorbe a través de la piel, pero puede causar alguna irritación en la

719 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 19. 720 Ibid., p. 20. 721 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 46. 722 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 380. 723 DePEW, JN. Op. cit., p. 80. 724 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 46-47. 725 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 380. 726 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 727 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 47. 728 VERGARA, J. Op. cit., p. 136. 729 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 111. 730 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 47. 731 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 46. 732 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 47.


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piel y en los ojos. Exposiciones continuas y prolongadas pueden dañar los riñones. No está recomendado ni registrado su uso para el control de hongos en bibliotecas estadounidenses.733

Paradiclorobenceno

Fungicida e insecticida de carácter sólido y sublima (paso de sólido a gas). En estado sólido es empleado como fungicida blando, ya que tiene baja tensión de vapor incluso a temperatura ambiente. Es útil, sobre todo, como agente preventivo734 para el crecimiento de hongos, especialmente en espacios pequeños y cerrados.735

Se puede emplear en estado sólido en concentraciones de 225 gr/m3 y mezclado en alcohol a la concentración de 225 gr/litro de alcohol/m3. 736 Sublima a 18 ºC.737

Amarillea el papel y afecta la coloración de las tintas ferrogálicas. También afecta algunos

pigmentos como el blanco de zinc.738 Es peligroso si se inhala, ingiere o absorbe a través de la piel. Su exposición puede causar vértigo, desvanecimiento, dolor de cabeza, irritación de la piel y de ojos, problemas respiratorios y pérdida de coordinación. Entre sus efectos crónicos se incluye dermatitis, y posibles daños al hígado y al riñón.739

Salicilanilidas

Producto de la condensación del ácido salicílico y anilina. Son un grupo de biocidas con actividad fungicida (de uso tópico) y medianamente bactericida. No es altamente tóxico pero puede causar irritación en la piel. Estos compuestos son empleados para la madera (se adicionan en soluciones acuosas) o para textiles y materiales de archivo.740 No es persistente y difícil de aplicar debido a su insolubilidad en agua.741

Antibióticos

El uso de antibióticos como desinfectantes también ha sido estudiado para combatir hongos celulolíticos. Gallo742 realizó una investigación usando antibióticos (nistatín y griseofulvín) en la que se obtuvieron resultados efectivos contra 12 especies comunes de hongos de papel.

También se han empleado algunas sales de sodio y sus ácidos en el control de microorganismos deteriorantes de materiales gráficos, como:

733 DePEW, JN. Op. cit., p. 79. 734 VERGARA, J. Op. cit., p. 136. 735 DePEW, JN. Op. cit., p. 79. 736 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 60. 737 LÓPEZ MENÁRGUEZ, M. Op. cit., p. 169. 738 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 739 DePEW, JN. Op. cit., p. 80. 740 CANEVA, G., NUGARI, M.P. y SALVADORI, O. Op. cit., p. 136. 741 SANTUCCCI, L. Op. cit., p. 50. 742 Trabajo citado por Ludovico Santucci. Op. cit., p. 49.


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Sales de amonio cuaternarias

Muy utilizados en la década de los ochenta como fungicidas y bactericidas. Los compuestos de amonio cuaternario “son generalmente inodoros, incoloros, no irritantes y desodorantes. Tienen alguna acción de detergente, y son buenos desinfectantes […]. Son efectivos contra bacterias y algo efectivos contra hongos y virus”.743

Según estudios realizados revelaron que los efectos residuales en los soportes tratados son

muy prolongados, incluso se encontraron remanentes 10 años después del tratamiento. Las sales de amonio cuaternario Inhiben o retardan el crecimiento de hongos y bacterias, pero no eliminan las esporas de dichos microorganismos.744

Santucci745 recomienda que las sales cuaternarias de amonio no deben ser empleadas para

impregnar el papel. Entre estas sales de amonio destaco: Topane w.s. 2

Es una sal de sodio derivada del ortofenilfenol. Se emplea para embeber o empapar papeles secantes (10% en solución acuosa) que se colocarán en las hojas de los libros a tratar. Existe otro producto de similar composición, Topane s. que es un excelente fumigante para el tratamiento de pieles y se puede disolver tanto en alcohol como en agua en una proporción del 3%. 746

Cloruro de benzalconio747

Compuesto por una sal de amonio cuaternario, cuya fórmula condensada es n-aquilbencildimetilamonio. Es utilizado como desinfectante y antiséptico de acción fungicida, batericida y viricida, pero inactivo contra esporas.

Se presenta como un polvo amorfo blanco o blanco amarillento. El cloruro benzalconio usado al 0.1% en una solución acuosa tiene acción fungicida y es, por tanto, utilizada para eliminar hongos.

Se debe evitar su ingestión e inhalación prolongada de vapores. Es irritante para las vías respiratorias, ojos, piel y mucosas, por lo que causa infecciones nosocomiales. Se debe utilizar guantes y mascarillas en su preparación y aplicación.

743 Amonio cuaternario [en línea]. [Consultado: 1 de marzo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.geocities.com/raydelpino_2000/desinfección.html>. 744 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54-55. 745 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 45. 746 VERGARA, J. Op. cit., p. 136. 747 Sección de prevención y control nosocomiales. Guía institucional para el uso de antisépticos y desinfectantes [en línea]. [Consultado: 5 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.ccss.sa.cr/germed/gestamb/samb8d91.htm>.


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Propionato de calcio

Sal cálcico del ácido propiónico, un ácido de origen natural, el cual es un eficiente inhibidor de moho y de los filamentos (micelio del hongo). Gracias a su acción antimicrobiana puede penetrar fácilmente la pared celular de hongos y bacterias, y una vez dentro de la célula actúa como un potente inhibidor de varias enzimas intracelulares esenciales para el metabolismo de hidratos de carbono. No es tóxico para el ser humano. Se ha recomendado su uso para tratar papel.

Para la protección de la acción de los hongos en encuadernaciones en cuero Desarkissian

y Goodberry748 sugieren emplear una solución de propionato de calcio en agua al 5%, que no es tóxica para el ser humano y resulta económica. Caequartil BE

En Francia se han utilizado como fungicida derivados de una sal amonio llamada bromuro de lauril-dimetil-carboxi-metilamonio bajo el nombre comercial de Caequartil BE,749 no causa manchas, es fácilmente soluble en agua, proporciona permanencia y es efectiva. Tiene la desventaja de ser tóxica para el hombre, además de causar fuerte depolimerización de la celulosa debido a su hidrólisis gradual con producción de ácido bromhídrico.750 Este producto ya no se comercializa hoy en día. Vitalub QC 50

Este producto comercial se emplea como fungicida, es muy eficaz y no es tóxico para el hombre. Vitalub QC 50 (50% de materia activa) es una sal de amonio a base de cloruro de aquil-dimetil-bencil-amonio. Flieder y Capderou751 señalan:

748 DESARDKISSIAN, M. y GOODBERRY, M. “Experiments with non-toxic anti-fungal agents”, Studies in Conservation, 1980. 25, no. 1, 28. Citado por Ludovico Santucci. Op. cit., p. 47. 749 UNESCO, 1969. La conservación de los bienes culturales. Museos y Monumentos XI. México, D.F. 361 p. Citado por María Sol Robledo y Monterrubio. Caracterización taxonómica, distribución y algunos aspectos fisiológicos de Aspergillus spp. que deterioran documento en el Archivo General de la Nación. México : El autor, 1991, h. 10. Tesis (Maestro en Ciencias, Biología)–Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias. 750 SANTUCCI, L. Op. cit. p. 50. 751 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Sauvegarde des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 120. “Une nouvelle molécule efficace et non toxique pour l’homme a été mise au point: le Vitalub QC 50 (50% de matière active) à base de chlorure d’alkyl-diméthy-benzyl-ammonium. Ce produit a montré une action sporicide importante sur la totalité des souches de champignons testées. Utilisée à une dilutions de 2% dans de l’eau, en nébulisation ou en thermonébulisation, cette formule commerciale est efficace mais laisse un film gras sur les surfaces […]. Enfin, pour assurer une meilleure désinfection, on doit lessiver les étagères et les sols avec une éponge ou une toile légèrement imprégnée d’une solution de Vitalub QC 50, diluée à 2% dans l’eau. Récemment, M. Rakotonirainy (1997) a démontré qu’une thermonébulisation d’une solution à 10% de thiabendazole [2-(4´ - thiazolyl) benzimidazole] utilisée à une concentration de 5 ml/m3, donne d’aussi bons résultats que le Vitalub. Ce produit a l’avantage de ne pas laisser de film gras et d’avoir une action fongistatique sur les spores présentes sur les surfaces”. La traducción es mía.


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Este producto mostró una acción fungicida importante sobre la totalidad de las cepas de hongos probados. Se puede utilizar diluyéndola al 2% en agua, en nebulización o termonebulización. Esta fórmula comercial es eficaz pero deja una capa grasa sobre las superficies tratadas […]. Para garantizar una mejor desinfección, se deben lavar los anaqueles y los suelos con una esponja o una tela ligeramente impregnada de una solución de Vitalub QC 50, diluida al 2% en el agua. Recientemente, M. Rakotonirainy demostró que una termonebulización de una solución al 10% de thiabendazole [2-(4´-thiazolyl) benzimidazole] utilizada a una concentración de 5 ml/m3, da tan buenos resultados como el Vitalub. Este producto tiene la ventaja de no dejar una capa de grasa y de tener una acción fungiestática sobre las esporas presentes en la superficie de los materiales.

Otras sales con acción fungicida son la sal de sodio diclorofen, que ha mostrado ser

efectiva como fungicida, no cambia el pH ni la resistencia del papel en las tensiones.752 Y el pentaclorofenato de sodio que, también ha sido empleada como fungicida pero se ha demostrado que deteriora el papel. Fumigantes líquidos

Los fumigantes en estado líquido se aplican mediante diversos procedimientos, tales como pulverización, nebulización o termonebulización, los cuales “actúan por impregnación dejando efectos remanentes durante largos periodos de tiempo”.753

La pulverización consiste en “esparcir un líquido en partículas muy tenues, a manera de polvo”.754 Se realiza mediante un dispositivo eléctrico o mecánico, proyectando de manera unidireccional partículas líquidas de un diámetro igual a 50 μm.

La nebulización es un método de difusión multidireccional de una niebla de partículas

líquidas muy finas, de un diámetro de 5 a 30 μm. Esta operación se realiza únicamente con la ayuda de un aparato eléctrico.

La termonebulización combina los efectos de un flujo de aire de alta velocidad y de una

temperatura muy elevada, factores previamente controlados. Los termonebulizadores poseen un filtro que elimina las partículas de gran tamaño y sólo deja pasar las partículas inferiores a un micrón, lo que permite el mantenimiento de una niebla en el ambiente durante varias horas y una distribución regular de las materias activas sobre la superficie a tratar. La termonebulización es el mejor método adaptado para el saneamiento de los locales, ya que una vez dispersadas estas pequeñas partículas, no se corre el riesgo de mojar las superficies de los materiales tratados o provocar un aumento de la humedad del ambiente.755

Los distintos métodos de aplicación anteriormente mencionados se aplican en estado líquido empleando para ello diversas sustancias químicas que pretenden eliminar o erradicar 752 Ibid., p. 47. 753 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 53. 754 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 1862. 755 La información relacionada con los diversos métodos de aplicación de sustancias químicas en estado líquido (pulverización, nebulización o termonebulización) ha sido consultada en la siguiente fuente: FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 116. La unidad de medida μm representa un micrón. La traducción es mía.


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hongos que contaminan materiales bibliográficos y documentales. Su aplicación está en función de los medios de que se disponga y de la cantidad de materiales a tratar.

En el caso de materiales orgánicos, tales como pinturas en papel, grabados o estampas, pergaminos o libros antiguos, el uso de fumigantes mediante pulverización no siempre es posible aplicarse o no es recomendable, ya que las soluciones líquidas pueden disolver los pigmentos y las tintas.756

Su uso no es muy frecuente en bibliotecas debido a su gran toxicidad para los seres humanos. El único fumigante empleado es el Dowfume 75, nombre comercial compuesto por una mezcla de dicloruro de etileno y tetracloruro de carbono en una proporción de 70:30. Su uso ha sido más bien anecdótico. Tiene efectos negativos y es considerado potencialmente cancerígeno y produce esterilidad masculina y femenina. Además, en altas humedades, corroe los metales y descompone las ceras y barnices.757

En el caso de grandes brotes fúngicos si se decide nebulizar el área afectada se recomienda emplear como fungicida ortofenilfenol en estado líquido, ya sea disuelto en etanol o agua (Lysol), el cual resulta efectivo para combatir el hongo ya que actúa de forma directa sobre él. También se ha empleado disuelto en alcohol para nebulizar zonas con gran presencia de hongos. Previamente debe procederse al secado y aspirado de los materiales bibliográficos como parte del proceso de recuperación.

Algunos expertos cuestionan este procedimiento, ya que la aplicación de un fumigante líquido retarda el proceso de secado y puede ocasionar manchas en la superficie de los materiales. “Esto se debe a que los hongos pueden producir más componentes coloreados cuando son sometidos a este tipo de tratamientos, gracias a los cambios metabólicos o mutaciones”.758

McCleary y Crespo759 coinciden en este sentido, ya que este tipo de tratamiento químico

aplicado en estado líquido puede llegar al ocasionar daños al material bibliográfico en forma de manchas. Además, los residuos de la fumigación pueden afectar al personal que realiza la fumigación, por lo que se recomienda que sean efectuados por profesionales.

Santucci760 señala que “la nebulización de soluciones o emulsiones es mejor que nada

para un tratamiento superficial pero hasta el momento presente no conozco ninguna niebla totalmente inocua”.

Entre los principales fumigantes empleados en estado líquido para el control y tratamiento

de hongos celulolíticos, destaco los siguientes:

756 CANEVA, G., NUGARI, MP. y SALVADORI, O. Op. cit., p. 31. 757 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 380. 758 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 21. 759 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 101. 760 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 53. Cfr. Idem.


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Pentaclorofenol

Este compuesto es “el pentaclorofenato de sodio, excelente para el tratamiento de papeles y telas muy delicadas. También se recomienda soluciones al 5% en etanol, aunque puede disolverse en agua. Por su composición puede reaccionar produciendo ácido clorhídrico”,761 que puede ocasionar severos daños al material, por lo que se recomienda usarlo junto a una sustancia básica o directamente con una sal sódica, el pentaclorofenol de sodio. También llamado pentaclorofenol sal sódica, el cual se puede usar en concentraciones de 10-15 gr/litro de agua/100m3 762 o en etanol. Tiene acción fungicida, bactericida e insecticida. En baño degrada la celulosa.763

Ha sido empleado como fungicida de libros, pero no es recomendable para materiales de archivo ya que degrada mucho la celulosa del papel y, por tanto, deteriora el papel. Es altamente tóxico por inhalación y por contacto con la piel.764 Clasificado en Estados Unidos como carcinógeno en humanos.

Se debe evitar su contacto ya que se absorbe con facilidad a través de la piel produciendo lesiones dermatológicas diversas. También irrita los ojos y las membranas mucosas. Por ingestión origina náuseas, vómitos, diarrea, cólicos abdominales, convulsiones, aumento del ritmo cardiaco y calambre. Entre sus efectos crónicos causa daños al hígado, riñones y sistema nervioso, desórdenes sanguíneos y es un depresor del sistema inmunológico y neurotóxico. También ocasiona efectos ambientales, ya que por su alta volatilidad y movilidad se disemina en el ambiente contaminando áreas externas. Etanol

Muy fácil de utilizar y de gran poder antifúngico. Se ha comprobado que una disolución de etanol agua al 70% (mucho más efectivo que aplicado al 100%) actúa como poderoso fungicida de muchos hongos celulolíticos y proteolíticos. Actúa deshidratando los hongos e inhibiendo su crecimiento. En materiales con gran infección fúngica se recomienda diluir etanol al 70% con ortofenifenol. “Posiblemente sea el tratamiento más efectivo y menos tóxico de los químicos aquí expuestos. Presenta el problema de que muchas veces disuelve las tintas y pigmentos, por lo que su aplicación debe reservarse a aquellos materiales de archivo que han demostrado su resistencia a estos efectos”.765

Gallo766 estudió las propiedades desinfectantes de dos alcoholes (etanol y n-butanol) y de

acuerdo a esta investigación, no resultó completamente efectivo contra los hongos ni contra las esporas (sumergir de una a dos horas en una mezcla de alcohol agua al 50%). Por tanto, el etanol (alcohol etílico) puede ser bueno en algunos casos, pero no es un substituto de la fumigación. 761 VERGARA, J. Op. cit., p. 136. 762 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 60. 763 LÓPEZ MENÁRGUEZ, M. Op. cit., p. 169. 764 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 765 Ibid., p. 55. 766 GALLO, F.”Trattamento con gli alcooli dei materiali librari danneggiati dai microorganismo”, Boletín del IPL, 1971. 30, 35. Citado por Ludovico Santucci. Op. cit., p. 49.


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Polihexametilenguanidina

Nyuska767 ha empleado este procedimiento para combatir los hongos. De acuerdo a los resultados de la investigación, el papel al que se ha aplicado polihexametilenguanidina (PHMG) no ha sido afectado en cuanto a su permanencia, resistencia al uso y a sus cualidades ópticas. Tiene la ventaja de que no es tóxico y su acción es específica para combatir los hongos que deterioran la celulosa.

En el mercado existen una amplia gama de productos fungicidas, y que son empleados en archivos y bibliotecas tanto como medidas profilácticas como tratamientos curativos para combatir el deterioro ocasionado por hongos celulolíticos. Entre estos productos podemos encontrar las siguientes marcas comerciales:

Biocida CSC BookSaver®768

La combinación de ésteres alquílicos del ácido p-hidroxibenzoico a bajas concentraciones

tiene un amplio espectro antimicrobiano y antifúngico. El empleo de estos ésteres junto con un diluyente hidrofluorocarbonado utilizado como disolvente, en particular HFC 227 o el HFC 134 ya utilizado como disolventes de los agentes desacidificantes de CSC, ofrecen un producto capaz de desinfectar material celulósico.

En otras aplicaciones dicho producto puede incluir, además del agente de desacidificación

del material celulósico.

Los ésteres alquílicos del ácido p-hidroxibenzoico presentan, en general, propiedades antimicrobiana frente a las bacterias y los hongos Aspergillus niger, Cladosporium herbarum, Penicillium notatum, Rhizopus nigricans y Trichoderma viride, y otros hongos que atacan el papel. DESFAN-100®769

Este producto comercial actúa como sanitizante y desinfectante orgánico de amplio

espectro. Tiene acción fungicida, bactericida, algicida y viricida. Su ingrediente activo es el extracto cítrico de semillas de toronja (Citrus máxima).

767 NYUSKA, JP. “Biodeterioration and biostability of library materials”. Restaurator, 1980. 4, 77. Citado por Ludovico Santucci. Op. cit., p. 47. 768 Resumen de la fabricación del papel. restauración, procedimientos manuales : su necesidad. Nuevas técnicas en restauración. AREAL GUERRA, Rogelio, et al. Patrimonio [en línea]. Julio-Agosto-Septiembre 2001, año II, no. 6 [consultado: 2 de marzo de 2006], p. 23-34. Disponible en World Wide Web: <http://www.fundacionpatrimoniocyl.es/archivos/publicaciones_archivos/22.pdf>. Los ésteres son compuestos orgánicos, que se puede presentar en estado sólido y líquido, producto de la reacción entre los ácidos grasos y los alcoholes. Son hidro-solubles. 769 Editorial Marco Polo, S.A. de C.V. : alta tecnología en preservación [en línea]. [Consultado: 2 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.edmarcopolo.com/index.html>.


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Muy versátil, se usa en equipos de proceso, áreas de trabajo, materias primas y ambientes, en general. No es tóxico, biodegradable y con efecto deodorizante y no se evapora. Se recomienda diluir 5 ml. por cada litro de agua. Su mayor rendimiento se obtiene con 200 litros de solución activa.

Se aplica por aspersión o con trapeador y dejar secar por lo menos 2 minutos. No se debe enjuagar. Como solución de enjuague por gravedad, se emplea para utensilios por nebulización y como medida preventiva en áreas de almacenamiento. No existe riesgo si se tiene contacto con el producto ya diluido.

Se recomienda su uso para la sanitización de instalaciones, desinfección de manos, desinfección de ropa, sistema de aire acondicionado o lavado, desinfección de utensilios y tapetes sanitarios. Fumigantes gaseosos

Son productos químicos aplicado en estado o forma gaseosa de rápida acción pero altamente tóxicos. Su uso es ideal para la desinfectación y desinfección de materiales bibliográficos y documentales mediante fumigación, la cual debe efectuarse en cámaras herméticas especiales y bajo la supervisión de personal altamente cualificado.

Los métodos de fumigación son ampliamente empleados para materiales orgánicos, como

los libros y documentos elaborados en papel. El tratamiento consiste en la distribución del fumigante (gas) en el aire y a través de los materiales mediante el uso de cámaras al vacío (figura 51).

Figura 51. Cámara de fumigación de la Biblioteca “Raúl Baillères Jr. del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), México, D.F.

Fuente: Editorial Marco Polo, S.A. de C.V. : alta tecnología en preservación [en línea]. [Consultado: 2 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.edmarcopolo.com>.


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Este método, tiene algunas ventajas, tales como la rápida eficacia del tratamiento y su poder de penetración a través de hendiduras, resquebraduras, etc. Debido a la alta toxicidad de los fumigantes, éstos deben ser aplicados en cámaras herméticamente cerradas o en espacios perfectamente sellados (con hojas de polietileno). En estas cámaras, la presión puede ser modificada para mejorar o aumentar la penetración del gas No tiene efectos residuales después de la aireación del material.770 Sus desventajas están relacionadas con la toxicidad de los gases empleados que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud de las personas y al hecho de que ocasionan alteraciones físico-químicas en los materiales.

Los principales productos empleados como fumigantes gaseosos para el tratamiento de

hongos son los siguientes: Óxido de etileno

Gas incoloro muy tóxico, altamente inflamable y explosivo al contacto con el aire, con un alto poder de penetración. El óxido de etileno (C2H4O) actúa de forma eficaz sobre hongos, bacterias e insectos en todas sus fases de desarrollo.

Las concentraciones utilizadas oscilan entre 250 gr/m3 durante 48 horas, 500 gr/m3 durante 24 horas y 800 gr/m3 durante tres horas.771

Puede ser usado puro o mezclado con un 10-20% de dióxido de carbono (CO2) o freón

(OCl2F2)772 para hacerlo más seguro y manejable dado que presenta un algo riesgo de incendio o explosión.

Santucci773 señala que:

Una exposición de seis horas en atmósferas de óxido de etileno mezclado con un gas inerte como el dióxido de carbono o freón (en cámara de vacío), a la concentración de 155 a 250 gr/m3 es efectiva de 20 a 30 ºC y de 40 a 60% de HR en libros preacondicionados durante 24 horas a las temperaturas y humedades mencionadas, matará los hongos, bacterias e insectos. El óxido de etileno era usado ampliamente como fumigantes de gran eficacia en archivos

y bibliotecas, durante la década de los ochenta. En la actualidad continua siendo altamente eficaz cuando se aplican en cámara de vacío (véase figura 52). asegurándose así la plena penetración del gas y la consiguiente eliminación y erradicación total de hongos activos e insectos en todas sus fases de desarrollo (junto con sus huevos, larvas y pupas)774 pero en los últimos años, su uso ha sido cuestionado, ya que se ha comprobado que este gas tiene efectos secundarios perjudiciales tanto para la salud de las personas como para el medio ambiente y los materiales, por lo que muchas unidades de información documental debido a su peligrosidad decidieron suspender su uso, llegando a la situación de que algunos países han prohibido su utilización. 770 CANEVA, G., NUGARI, MP. y SALVADORI, O. Op. cit., p. 31. La traducción es mía. 771 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 109. 772 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 773 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 43. 774 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 110.


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Figura 52. Cámara herméticamente cerrada para tratamiento gaseoso. Fuente: Canela, Guilia, Nugari, Maria Pia y Salvadori, Ornella.

Biology in the conservation of works of art. Roma : ICCROM, 1991, p. 133.

Los efectos remanentes en materiales de origen animal como pieles y pergamino son muy duraderos y puede provocar cambios en las propiedades físicas y químicas775 ya que los materiales retenían el producto químico residual desprendiéndolo lentamente encontrándose restos tres meses después de la fumigación 776 especialmente cuando están húmedos.777

Además su reacción y descomposición producen sustancias derivadas tóxicas y nocivas para ciertos documentos pues

el gas reacciona con la celulosa y causa pérdida del 3% en la fuerza del papel por su exposición. Éste reacciona también con el cloro que se encuentra en el papel y forma clorohidrina de etileno, el cual es altamente tóxico, permanece en el papel y al contacto con éste es absorbido a través de la piel.778

Algunos estudios sugirieron que la fumigación con óxido de etileno altera la celulosa y la

hace más propensa al crecimiento de hongos.779

Sánchez Hernampérez780 afirma: “Se ha demostrado la pérdida de adhesión en la goma arábiga y en las colas de origen animal, así como la [solubilidad] de tintas y pigmentos y la

775 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 776 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 110. 777 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 109. 778 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 45. 779 Ibid., p. 46.


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formación de enlaces transversales en las moléculas de colágeno del pergamino [que provocan un] endurecimiento y el envejecimiento prematuro [de este soporte]”.

Este gas no sólo ocasiona graves daños en los materiales bibliográficos y documentales sino que también tiene efectos tóxicos para las personas, pues en estudios realizados por la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) se determinó que la exposición de óxido de etileno representa un peligro carcinogenético, mutagénico, genotóxico, reproductivo, neurológico y de sensibilización781 por lo que no se recomienda su uso por su alta toxicidad y peligrosidad.

En casos de realizarse una fumigación con este tipo de gas deben extremarse las precauciones y debe efectuarse bajo estrictas normas de utilización, control y seguridad por llevarse a cabo por personal profesional altamente cualificado. Bromuro de metilo

Es un gas incoloro, transparente, muy volátil y más pesado que el aire, el cual penetra rápidamente en los materiales, por lo que requiere una buena distribución de aire para lograr una gran efectividad.

El bromuro de metilo (BrCH2) se usa habitualmente para el control y tratamiento de insectos y ácaros. Es, por tanto, un insecticida poderoso. “No es particularmente efectivo como producto de fumigación para inhibir o detener el crecimiento de hongos”.782 “De hecho el bromuro de metilo […] no está indicado como fungicida. Se puede usar solo, pero la desinfección será pobre o nula y tiene efectos sobre el papel por lo que no será inocua”.783

Dado que no se emplea como fungicida no me extenderé por no tratarse de un método

realmente eficaz para combatir brotes fúngicos, tan sólo mencionaré que tiene efectos tóxicos tanto de carácter agudos como crónicos para las personas, y causa severos daños en los materiales fotográficos, en las pieles y pergaminos, en los cuales no se debe fumigar con bromuro de metilo debido a las reacciones con las proteínas, ya que pueden dañar de forma grave la estructura proteínica784 volviendo el cuero negro y frágil e incluso pueden perder el color y expeler un olor desagradable. Además, puede ablandar las resinas naturales y los barnices, y oscurecer algunos pigmentos.785

Aunque no se han encontrado efectos adversos sobre el papel aún con la mezcla de

formaldehído, algunas fuentes mencionan que se amarillea el papel y le hace perder resistencia786

780 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 381. 781 DePEW, JN. Op. cit., p. 79. La traducción es mía. 782 Ibid., p. 46. 783 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 53. 784 Idem. 785 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 110. 786 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54.


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pero debo mencionar que el bromuro de metilo al igual que el óxido de etileno no ataca los materiales celulósicos.787 Sin embargo, tiene efectos muy tóxicos para los seres humanos.

Cianuro de hidrógeno

El cianuro de hidrógeno (HCN) es un gas extremadamente dañino, tiene efectos tóxicos sobre las personas que lo manipulan ya que puede afectar los sistemas respiratorios y nervioso central.

Vaillant Callol y Valentín Rodrigo788 afirman que este gas “es particularmente efectivo

contra hongos e insectos. Las dosis recomendadas oscilan entre 10-20 gr/m3 durante 48 horas. El tratamiento puede ocasionar el amarillamiento del papel, pérdida de color y brillantez en los metales y producir un olor característico en los materiales etnográficos”.

La inhalación accidental causa la muerte en pocos minutos. Su uso está rechazado en

objetos de museo. Ocasiona daños en materiales celulósicos.789 Fluoruro sulfuroso

Es un gas incoloro, y sin sabor. Tiene un poder de penetración muy alto cuando se realice al vacío, baja absorción y rápida disipación. Es estable y no inflamable en condiciones normales y es menos tóxico que el bromuro de metilo.790

No es muy efectivo como producto de fumigación contra los hongos. Pero se utiliza para el control de insectos (termitas y carcoma) y roedores en estructuras y productos de madera. Está disponible bajo la marca comercial Vikane®.

Puede ser ingerido, inhalado o absorbido a través de la piel. Sus efectos agudos en el ser humano incluyen náuseas, vómito y dolor abdominal, y entre sus efectos crónicos producen deformaciones en los huesos y dientes.791 Formaldehído

El formaldehído (CH2O) es empleado en ocasiones como fumigante. Tiene un efecto fungicida y no tiene actividad insecticida.792 Utilizado como microbicida en cámaras de tipo artesanal es poco eficaz y no posee un amplio espectro de acción y no extermina todos los tipos de microorganismos.793

787 BECK, I. Op. cit., p. 77. 788 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 110. 789 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 383. 790 Ibid., p. 382. 791 Catálogo de conservación de papel del American Institute for Conservation : hongos, p. 46. 792 BELLO URGELLÈS, C. y BORREL CREHUET, À. Op. cit., p. 54. 793 BECK, I. Op. cit., p. 77.


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La fumigación con formaldehído es efectiva contra los hongos y bacterias, y su aplicación es sencilla ya que únicamente requiere un recipiente herméticamente cerrado o sellado. Sin embargo, su poder de penetración en los materiales bibliográficos es escaso794 y difícil debido a que tiende a polimerizar las superficies y puede precipitarse sobre los materiales tratados (documentos y objetos de papel) formando una fina película blanca.795

Figura 53. Cámara de fumigación Ex-libris®. Fuente: Editorial Marco Polo, S.A. de C.V. : alta tecnología en preservación [en línea].

[Consultado: 2 de mayo de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.edmarcopolo.com>.

Para evitar esto y lograr un máximo de efectividad en el proceso de fumigación debe mantenerse una humedad relativa elevada entre 80 y 90% y usar el prevacío, cuidando que las concentraciones se mantengan a niveles por debajo de 10 gr/m3. 796

El formaldehído es un tratamiento habitual para la documentación gráfica cuya aplicación ambiental se realiza en concentraciones de 100-150 cc/litro de agua/100 m3 durante 48 horas, y también se puede llevar a cabo en cámaras (figura 53) en cuyo caso la concentración es de 250 gr/m3 a una temperatura de 30 ºC y 60% de humedad relativa durante 24 a 48 horas.797

Este procedimiento no debe emplearse en materiales como pergamino y el cuero, pues tiende a oscurecerse y a degradarse rápidamente. Además, el formaldehído reduce considerablemente la resistencia del papel al doblez.798

794 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 44. 795 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 111. 796 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 44. 797 CRESPO, C. y VIÑAS, V. Op. cit., h. 60. 798 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 44.


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El formaldehído también se puede aplicar sobre el papel por nebulización a concentraciones superiores al 1% inhibe el desarrollo de algunos hongos celulolíticos.799

En grandes depósitos Santucci800 recomienda fumigar empleando una mezcla de bromuro de metilo y formaldehído, éste último [compuesto] se requiere cuando la infección microbiana está muy extendida debido a la ineficaz acción del bromuro de metilo sobre los hongos. Pero además de la dificultad para obtener efectividad uniforme, este tratamiento requiere quitar previamente todos los objetos de pergamino, si se usa formaldehído, [por las razones antes especificadas]. Pruebas realizadas en la aplicación de forma simultánea de estos dos compuestos una

mezcla de 10 gr/m3 de formaldehído con 45 gr/m3 de bromuro de metilo durante 32 horas a temperatura ambiente, no se encontraron efectos secundarios en el papel, mientras que la mezcla de 3 gr/m3 de formaldehído con 60 gr/m3 de bromuro de metilo durante 49 horas hace decrecer lentamente el grado de polimerización con el tiempo.801

En cuanto a los efectos sobre la salud de las personas es muy probable que este gas sea carcinógeno.

Estos productos químicos hasta aquí mencionados aplicados como fumigantes en sus distintos estados (sólido, líquido o gas) para el extermino de hongos son sustancias altamente tóxicas sobre el ser humano y pueden ocasionar severos daños en los materiales bibliográficos y documentales, así como provocar efectos en el medio ambiente por lo que se deben manejarse con extremada precaución y aplicarse únicamente por personal cualificado. 3.3.2.2 Métodos de control físicos

El empleo de sustancias químicas tóxicas para el control y tratamiento de microorganismos en materiales bibliográficos elaborados en papel tiene efectos perniciosos. Ante esta situación se han desarrollado nuevos métodos y técnicas como soluciones alternativas que pueden ser adecuadas para el tratamiento de materiales bibliográficos deteriorados por hongos celulolíticos.

Entre estas alternativas destaca el uso de métodos físicos, ya sea mediante la aplicación de

calor, frío, energía convertida en vibración, excitación, luz, etc. a través de distintas técnicas, entre las que destaco las radiaciones, las partículas cargadas con alta energía, la congelación y las atmósferas controladas como medios de control de microorganismos. Existen otras técnicas como las fibras ultrasónicas, el uso de métodos biológicos, etc. pero debemos centrarnos en las primeras, pues se han desarrollado más ampliamente y su uso es más frecuente para el control y tratamiento de hongos celulolíticos.

799 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 111. 800 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 53. 801 Ibid., p. 50, 52.


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Radiaciones

El Diccionario de la lengua española define el término radiación como: “La acción y efecto de irradiar”. Entre otras de sus acepciones la define así: “Una forma de propagarse la energía o las partículas”. También se entiende por radiación: “El flujo de partículas o fotones con suficiente energía, para producir ionizaciones al atravesar una sustancia, [un objeto o un organismo vivo]”.802 Irradiar es “someter algo a una radiación”.803

Esta misma fuente define el verbo radiar como: “Producir la radiación de ondas, sean sonoras, electromagnéticas, etc. o de partículas”.804

En términos generales, la radiación es: “La emisión de energía desde una fuente, bien sea como ondas (luz, sonido, etc.) o como partículas en movimiento (rayos beta o rayos alfa)”.805

Entre los objetos y seres vivos que pueden ser sometidos a distintos tipos de radiación, se encuentran los microorganismos, principalmente hongos, que son unos de los principales agentes causantes del biodeterioro de libros y documentos en soporte de papel, y que al ser radiados por partículas de energía pueden ser eliminados y exterminados ya que las radiaciones causan cambios en los procesos vitales de todo organismo vivo irradiado llegando incluso a ocasionar su muerte.

La aplicación de técnicas basadas en el uso de diferentes radiaciones en materiales

bibliográficos y documentales para el control y tratamiento de microorganismos se pueden llevar a cabo, principalmente, mediante radiaciones electromagnéticas. Esta forma de radiación se clasifica según su frecuencia y longitud de onda (medidas en nanómetros), por tanto, cuanto más corta es la longitud de onda mayor energía tendrá la radiación.

La aplicación de esta técnica de carácter físico es compleja y requiere que sea realizada por personal profesional cualificado y así como de un equipo y las instalaciones específicas. Radiaciones electromagnéticas

La radiación electromagnética puede ser definida así: “Una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes y perpendiculares entre sí que se propagan [por vibración] a través del espacio transportando energía de un lugar a otro”.806 Este tipo de radiación presenta una naturaleza ondulatoria, es decir, en forma ondas (compuesto por un campo eléctrico y un campo magnético asociado) y corpuscular, es decir, como corrientes de fotones (partículas de energía luminosa).807

802 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. cit., vol. 2, p. 1889. 803 Ibid., p. 1302. 804 Ibid., p. 1889. 805 Diccionario de química. Santa Fe de Bogotá : Norma, 1999, p. 208. 806 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 20 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Radiaci%C3%B3n_electromagn%C3%Aqtica >. 807 Las radiaciones electromagnéticas poseen una frecuencia y longitud de onda dependiendo del tipo de radiación. La frecuencia se expresa en Hertz o hercio (Hz) y sus múltiplos: MHz = 106 Hz y GHz =109 Hz y la longitud de


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Existen varios tipos de radiaciones electromagnéticas empleadas para el control de hongos: radiaciones Roentgen, radiaciones ultravioletas, radiaciones gamma, microondas y radiofrecuencias.

Radiación Roentgen

Se conocen también como rayos X, de naturaleza electromagnética tiene la propiedad de atravesar los cuerpos opacos por su gran poder penetrante.

El grado de penetración depende de la densidad del material y la longitud de onda exacta de la radiación X: a menor longitud de onda mayor poder de penetración.808

Gracias a esta capacidad de penetración los rayos X pueden ser aplicados como insecticida y posiblemente fungicida. Sus efectos pueden ser comparados con los que producen las radiaciones gamma. En materiales con un alto contenido celulósico, como el algodón, una radiación intensa de rayos X puede reducir la resistencia a la tensión y ocasionar una pérdida de la cristalinidad.809

Flieder y Capderou810 afirmaron que “la acción fungicida de los rayos X nunca ha sido

demostrada […]. Los rayos X provocan reacciones fotoquímicas intensas, y por consiguiente, desaconsejamos su uso dentro de los bienes culturales”. Radiación ultravioleta

Es una forma de radiación electromagnética con una longitud de onda más corta que la luz visible. Tienen una menor energía y limitado poder de penetración. Existen tres tipos de radiación ultravioleta (UV):

Rayos UV-A (onda larga) entre 315 a 400 nm, es la menos nociva y llegan procedente del sol en mayor cantidad a la Tierra. Rayos UV-B (onda media) entre 280 a 315 nm, puede ser nociva. Rayos UV-C (onda corta) entre 100 a 280 nm, es la más nociva debido a su gran energía.

Este tipo de radiación puede producirse artificialmente mediante lámparas de arco, la de

origen natural proviene del sol.

onda, en metros (m) y sus submúltiplos: milímetro (mm) = 10-3 m, micrómetro (μm) = 10-6 m y nanómetro (nm) = 10-9 m. 808 FOTONOSTRA. Glosario de fotografía y diseño gráfico [en línea]. [Consultado: 20 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.fotonostra.com/glosario/rayosX.htm>. 809 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 113. 810 FLIEDER, F y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 154. “L’action fongicide des rayons X n’a jamais été démontrée […]. Les rayons X provoquent des réactions photochimiques intenses, et nous déconseillons donc leur usage dans le domaine culturel”. La traducción es mía.


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La radiación ultravioleta “con longitud de onda inferiores a 300 nm se emplea para esterilizar superficies o materiales porque elimina [hongos], bacterias y virus”.811 Recordemos que dependiendo de la longitud de onda a utilizar, será el rango de esterilidad.

Méric señala lo siguiente: “La energía de rayos ultravioletas (en particular entre 260 y 270

nm) absorbida por los ácidos nucleicos puede destruir los microorganismos”.812 Por lo tanto, la aplicación de una dosis comprendida entre estos rangos corresponde al tipo de rayos UV-C.

Los rayos UV-C son los que tienen mayores efectos sobre los microorganismos y por lo

tanto son los utilizados en dispositivos de esterilización. Este tipo de radiación ultravioleta inhibe los procesos de crecimiento de hongos, bacterias y virus.

Una forma de controlar y erradicar la población de microorganismos es a través la utilización de una lámpara de rayos ultravioleta. Mediante esta técnica se pueden eliminar microorganismos presentes en el papel como hongos y bacterias. Unas de las ventajas es que no presenta efectos secundarios peligrosos, en comparación con los desinfectantes químicos.813

El método más eficiente de generar rayos UV-C es a partir de una lámpara con una

cubierta de cristal especial de descarga de mercurio de baja presión que se aplica a una temperatura óptima de 20 ºC cuya radiación tiene una longitud de onda de 254 nm, y cuyo valor es igual al de máxima acción sobre microorganismos (255 nm) y que puede causar efectos secundarios sobre el hombre.814

La resistencia de los microorganismos a los rayos UV-C varía considerablemente entre sí ya que ciertas especies requerirán de distintas dosis para su destrucción. Por tanto, su eliminación dependerá de la dosis total aplicada, de la distancia entre el objeto y la lámpara, de la sensibilidad y del tipo de soporte, ya que podemos encontrar libros en soporte de papel encuadernados en piel, pergamino, madera así como de documentos encuadernados y legajos de distinta composición.815

Las radiaciones UV provocan cambios en los enlaces químicos de las células expuestas y

decoloración de los colorantes orgánicos debido a su efecto fotoquímico, evitando su multiplicación y destruyéndolas.816

811 Radiación ultravioleta [en línea]. [Consultado: 18 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.geocities.com/fisicaquimica99/radiaciones08.htm>. 812 MERÍC, L. “Les micro-organismes : biologie, développement, facteurs environnementaux, mécanismes de dégradation des documents”. Actes des Deuxièmes Journées sur la Conservation Préventive (2o. : 1996 nov. 18-19 : Arles, Francia). En Biodétérioration et désinfection des collections d´archives et bibliothèques. Arles : Centre de Conservation du Livre, 1999, p. 14. “[…], l’énergie des rayons ultraviolets (entre 260 et 270 nm en particulier) absorbée par les acides nucléiques peut détruire les micro-organismes”. La traducción es mía. 813 ALDO GNOATO, Marcelo. Esterilizadores Ultra-Violeta [en línea]. [Consultado: 18 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.elacuarista.com/secciones/filtrado7.htm>. 814 Idem. 815 Para mayor información sobre el daño ocasionado en el papel por la exposición de radiación ultravioleta Vid. infra cap. 2, h. 78. 816 Vid. FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Sauvegarde des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 154.


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También se produce una alteración de las propiedades físico-químicas del papel. Ocasionando “una fotooxidación que provoca acidificación, pérdida del grado de polimerización [de la cadena celulósica] e incremento de los grupos reductores. La madera puede ser blanqueada con las radiaciones ultravioletas”.817

Flieder y Capderou818 “[no aconsejan] la utilización de [esta técnica] para el tratamiento

de obras [de arte] y documentos”. Radiación gamma

Emite rayos gamma o fotones muy energéticos. Las ondas gamma son de alta frecuencia (longitud de onda corta). Este tipo de radiación “es muy penetrante, atraviesa el cuerpo humano y sólo se frena con planchas de plomo y muros gruesos de hormigón. Al ser tan penetrante y tan energética, [en comparación con otros] tipos de radiación es la más peligrosa”.819

Esta técnica ha sido aplicada a gran escala en bibliotecas y archivos de todo el mundo

para el control y tratamiento de microorganismos.

Las radiaciones gamma son letales para insectos (en cualquier fase de desarrollo) y microorganismos, incluyendo las esporas fúngicas y bacterianas, dependiendo de las dosis aplicada. Flieder y Capderou820 señalan que:

Los hongos son mucho más resistentes a las radiaciones que los insectos. Dentro de una misma clase, la radiosensibilidad de los hongos varía de una cepa a otra y de una especie a otra. La temperatura, la humedad ambiente, el tipo de oxígeno y la concentración inicial en esporas de los factores que se producen en las reacciones.

La aplicación de rayos gamma sobre estos microorganismos provoca cambios enzimáticos

y en los polímeros de los organismos vivos, que pueden llegar a destruir y eliminar hongos y bacterias.

Estudios realizados revelaron la efectividad de esta técnica a lograr exterminar hongos e insectos expuestos a dosis de 0.45 mGy durante 45 minutos.821

817 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 113. 818 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 154. 819 Radiactividad [en línea]. [Consultado: 20 de abril de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.sociedadelainformacion.com/departfqtobarra/nuclear/radiactividad/Nueva_carpeta2/alfabeta.htm>. 820 FLIEDER, F y CAPDEROU, C. Sauvergade des collections du Patrimoine : la lutte contre les détériorations biologiques. París : CNRS, c1999, p. 155. “Les micro-organismes, et spécialement les champignons, sont beaucoup plus résistants aux rayonnements que les insectes. À l’intérieur d’un même genre, la radiosensibilité des moisissures varie d´une souche à l’autre et d’une espèce à l’autre. La température, l’humidité ambiante, le taux d´oxygène et la concentration initiale en spores des facteurs qui interviennent dans les réactions”. La traducción es mía. 821 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 386. La dosis de rayos gamma es una medida para cuantificar la energía absorbida por unidad de masa de la materia irradiada y se expresa en Gray (Gy). 1 Gy = 100 rad.; 1 KGy = 103 Gy, 1 mGy = 106 Gy. También podemos decir que Gray mide la dosis de radiación ionizante absorbida por un ser vivo, entre estos los microorganismos. Un Gray equivale a 1 julio de energía absorbida por kilogramo de tejido.


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Para la eliminación de hongos, “las dosis de irradiación necesarias para la erradicación de los microorganismos (12 kGy bajo nitrógeno a la producción 3 kGy/h) son demasiado elevadas para la mayoría materiales de celulosa […]. Por el contrario, la madera, el cuero y pergamino posiblemente sí podrían desinfectarse”.822

Su aplicación tiene grandes ventajas ya que es un proceso rápido y sencillo de gran poder de penetración lo cual permite una mayor eficacia en la eliminación de hongos y de esta forma pueden ser tratados de forma simultánea grandes cantidades de libros y documentos. Otra de las ventajas es que los materiales pueden ser usados inmediatamente después del tratamiento. Además, no conlleva grandes costos o erogaciones en comparación con los procedimientos químicos y no provoca ningún efecto residual ni deja radiación alguna en los materiales tratados.

Sin embargo, estudios posteriores han revelado que las radiaciones gamma ocasionan severos daños y degradan los materiales en soporte de papel debido a las reacciones que provocan este tipo de radiación. Sánchez Hernampérez823 señala que se han observado “procesos de degradación en materiales celulósicos, ruptura de enlaces moleculares, escisiones en las cadenas celulósicas, pérdida de resistencia mecánica y aumento de la oxidación” e incluso “incremento del peso molecular, pérdida de movilidad y decrecimiento de la elasticidad, solubilidad y cristalinidad”.824 Estos efectos se manifiestan en materiales con un alto contenido de celulosa aunque la degradación depende del tipo de papel y su composición, de la presencia de lignina, del contenido de humedad y de la dosis de radiación emitida.825

Santucci826 demostró que este procedimiento tiene efectos destructivos en el papel por lo

que no recomienda su uso en libros “a menos que se encuentre una radiación débil como por ejemplo de cobalto 60 [o el cesio 137], o bien que el procedimiento se modifique usando menores dosis”.

Sánchez Hernampérez827 señala que este tipo de degradaciones se presentan a partir de

dosis elevadas por encima de 0.5 kGy. Recordemos que los efectos de la irradiación son acumulativos, por lo que “los materiales se hacen más sensibles a nuevos ataque microbianos”.828 Ante esta situación la radiación gamma está siendo desplazada por técnicas inocuas.829 822 FLIEDER, F y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 158. “Pour les moisissures, les doses d’irradiation nécessaires à l’éradication des micro-organismes (12 kGy sous azote au débit 3 kGy/h) sont trop élevées pour la plupart matériaux cellulosiques. […]. Par contre, le bois, le cuir et parchemin pourraient éventuellement être ainsi désinfectés”. La traducción es mía. 823 Idem. 824 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 112. 825 Cfr. Idem. 826 SANTUCCI, L. Op. cit., p. 52. 827 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 386. 828 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 112. 829 Un estudio realizado por la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el Archivo General de la Nación (México) “destacó la urgencia de esterilizar los documentos de mayor valor histórico por medio de rayos gamma”, dado el riesgo que presenta esta unidad de información documental y los documentos en ella resguardados, en los cuales se detectó una severa contaminación fúngica ocasionada por numerosas especies de hongos. Ante este diagnóstico la recomendación realizada por especialistas químicos de esta institución universitaria se centró, en lo que a este tipo de deterioro biológico se refiere, en el uso de procedimientos físicos, concretamente, el empleo radiaciones gamma, sin olvidar el control de las condiciones ambientales. Sin embargo,


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Microondas

Son ondas electromagnéticas de la misma naturaleza que las ondas de radio, luz visible o rayos X de alta frecuencia y por consiguiente, de longitud de onda muy corta, de ahí su nombre.

Con el término microondas se identifica a las ondas electromagnéticas en el espectro de frecuencias comprendido entre 300 MHz (longitud de onda de 1m) y 300 Ghz (longitud de onda de 1mm). Tienen longitudes de onda aproximadamente en el rango entre 30 cm (frecuencia 1 GHz) a 1 mm (300 GHz) y pertenecen a las radiaciones de baja energía del espectro electromagnético.830 La energía de las microondas es, por tanto, relativamente débil.

Las microondas son producidas por diversos dispositivos electrónicos. Su mecanismo de acción consiste en la absorción de la energía irradiada la cual hace vibrar o rotar las moléculas de agua, dicha vibración genera calor llegando a ocasionar cambios y transformaciones en el comportamiento de los organismos vivos (hongos e insectos) que infestan los materiales bibliográficos.

Flieder y colaboradores estudiaron el efecto de las microondas sobre una veintena de

cepas de hongos celulolíticos desarrolladas sobre papel. Los documentos con contaminación fúngica se colocaron en un papel desecante cubiertos con un cristal y tras aplicarse una potencia de 600 vatios a una velocidad de 1.5 m/min. se logró eliminar la totalidad de las esporas. Para evitar posibles deformaciones en los documentos fue necesario dejarlos secar toda una noche bajo una prensa. No se observó ningún cambio físico-químico en los papeles irradiados, incluso después de ciclos de envejecimiento artificial sometidos a calor húmedo. Estas condiciones se adaptan perfectamente a la desinfección de documentos de bajo grosor, menos de cinco hojas.831

La efectividad de las radiaciones microondas depende de la frecuencia de irradiación, de

la intensidad de los campos eléctricos y magnéticos, de la capacidad de absorción del material, de la especie de microorganismo, de las condiciones ambientales y del grosor de la hoja de papel.832

Las desventajas de este tratamiento estriban en su bajo poder de penetración por lo que

sólo puede ser irradiados un número muy reducido de documentos sueltos u hojas simples o cuadernos cuyo grosor no sobrepase los dos centímetros. La enorme generación de calor que conlleva este tratamiento, el cual afecta enormemente al papel llegando a ocasionar deshidratación, deformaciones, entre otros efectos si no aplica correctamente y no se toman las medidas precautorias necesarias. Por otra parte, es imposible desinfectar el cuero y el pergamino debido a la humedad requerida para este tratamiento y las elevadas temperaturas que genera.

debo decir que de acuerdo a los estudios y opiniones expuestas en este trabajo, realizados por investigadores y científicos especializados en conservación sería conveniente tener presente los daños ocasionados por las radiaciones gamma y las recomendaciones hechas en cuanto a la dosis a aplicar mediante esta técnica. Daniel Lizarrága. Ubican bajo riesgo el Archivo General de la Nación. Reforma [en línea]. 11 abril 2004 [consultado: 5 de abril de 2006]. Disponible en: <http://www.limac.org.mx/modules.php?name=News&file=article&sid=133>. 830 Control de agentes de riesgo [en línea]. [Consultado: 21 de abril de2006]. Disponible en World Wide Web: <http://estrucplan.com.ar/contenidos/shml/Shml-Radiaciones.asp>. 831 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 160. La traducción es mía. 832 Cfr. VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 114.


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Cuadro 10. Condiciones de tratamiento por métodos físicos

Operaciones Radiación gamma Congelación Gases inertes

Previas

- Identificación de los materiales dañados. - Segregación y cuarentena. - Empaquetado, sellado o protección en cajas.

- Identificación de materiales dañados. - Segregación y cuarentena. - Empaquetado, sellado o protección en cajas.

- Identificación de materiales dañados. - Segregación y cuarentena. - Colocación de los materiales en cajas y sellado hermético.

Transporte

- Transporte a instalaciones exteriores.

- Transporte a instalaciones exteriores. - En pequeñas cantidades, se pueden utilizar congeladores domésticos o semi-industriales.

- Se realiza en el propio centro.

Infraestructura

- Cámara para tratamiento con radiaciones. A causa de la naturaleza del Cobalto-60, la cámara debe reunir los requisitos legales.

- Congeladores comerciales con capacidad de llegar a temperaturas por debajo de –40 ºC. - Congeladores domésticos. - Bolsas de polietileno o papel de congelar. - Gel de sílice o Art Sorb.

- Botellas de nitrógeno o argón. - Plástico de baja permeabilidad Saranex. - Monitor de oxígeno o, en su defecto, sales de hierro Ageless. - Válvulas de bicicleta, selladora.

Condiciones de tratamiento

- Variables, según los organismos, la temperatura y el oxígeno del aire. - Se escalonan entre 0.5 kGy a 60 ºC y 0.8 kGy a 49 ºC. - Temperaturas menores requieren dosis mayores que pueden llegar a 50 kGy. - No hay referencias a la humedad relativa del aire.

- La humedad relativa debe estar por debajo del 100%. - La temperatura del tratamiento varía según los autores, pero suelen estar en torno a –25 ºC±5. - La temperatura debe descender y ascender progresivamente. Los mejores resultados se obtienen en 72 horas o por repetición de ciclos de 48 horas.

- No es eficaz contra esporas de hongos y bacterias, pero las bajas humedades relativas paralizan el ataque. - Depende de la especie, de la temperatura, del gas y del oxígeno en el interior de la bolsa.

Posteriores

- Control de calidad. - Limpieza por aspiración de los organismos muertos. - Retorno de los ejemplares.

- Recuperación progresiva de la temperatura ambiente. - Control de calidad. - Cuarentena. - Limpieza por aspiración de los organismos muertos. - Retorno de los ejemplares.

- Control de calidad. - Limpieza por aspiración de los organismos muertos. - Cuarentena. - Retorno de los ejemplares.

Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.

Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 389-390.


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Además, los materiales tratados no pueden contener metales o sustancias metálicas ya que pueden producir calcinaciones. Las tintas con cargas metálicas pueden degradarse y ocasionar severos daños al papel.

Vaillant Callol y Valentín Rodrigo833 señalan también que “en aire seco y temperaturas superiores a 100 ºC las fibras de la lana comienza a ceder humedad, sufren amarillamiento y se descomponen. La madera y las pieles pudiendo ocasionar calcinaciones y quemaduras. Llegando a producir también ablandamiento de adhesivos y volatilización de resinas”.

Actualmente no pueden considerado como un tratamiento masivo. Podría serlo en la

medida en que se utilizara otro tipo de aparato que permitiera la propagación de las ondas en tres dimensiones.

Radiofrecuencias834 El término radiofrecuencia “también denominado espectro de radiofrecuenica o RF, se

aplica a la porción del espectro electromagnético en el que se pueden generar ondas electromagnéticas aplicando corriente alterna a una antena”.835

Por consiguiente, las radiofrecuencias son radiaciones electromagnéticas no ionizantes, de

muy débil energía. Sus frecuencias son muy inferiores a las microondas, estando comprendidas entre 1 y 3 MHz.

El poder bactericida, fungicida e insecticida de las radiofrecuencias se debe como las microondas a las elevadas temperaturas que provocan. Esta elevación es extremadamente rápida (algunos segundos) y a la vez uniforme, propagándose del centro de los documentos hacia los márgenes.

Las primeras aplicaciones de radiofrecuencias dentro del ámbito cultural fueron realizadas

sobre papeles, en 1947, por el profesor Vologdin en libros de la biblioteca pública “Saltykoff Chtchédrine” en San Petersburgo (Rusia).

Nyuska y Zaguljaeva definieron las mejores condiciones para desinfectar libros. El tratamiento se realiza dentro de un armario con pantalla, proveído de un condensador y de un oscilador. Los documentos son sometidos a un campo eléctrico de una frecuencia de 4-6 MHz Todas las esporas son destruidas en algunos minutos sí la temperatura al interior de los libros alcanza 70-95 ºC. Con un oscilador de una potencia de 10 kW, es posible tratar 60-65 Kg. de libros por hora. Los autores destacan la importancia de algunos factores: duración del tratamiento, temperaturas al interior de los libros y contenido en humedad. Estos dos últimos factores son dependientes uno del otro, siendo lo más importante el trabajar con temperaturas lo más bajas posibles. Por otra parte, todos los papeles no reaccionaron de la misma manera; tanto

833 Idem. 834 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 161. La traducción es mía. 835 Wikipedia, la enciclopedia libre [en línea]. [Consultado: 20 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://es.wikipedia.org/wiki/Radiofrecuencia#frecuencia#Bandas_de_frecuencia_destacada>.


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es así que el tiempo de calentamiento de un papel que contiene un 65% de pasta mecánica será dos veces más importante que el de un papel constituido únicamente de pasta química blanqueada.

Pravilova y Petrova-Zavgorodnjaja estudiaron el comportamiento de papeles de distinta

composición sujeto a la acción de las radiofrecuencias. El conjunto de las pruebas mostró la inocuidad del tratamiento, no sólo frente al papel, sino también de las tintas, de los trazados de lápices negros y lápices de color.

Este tratamiento no debe utilizarse en encuadernaciones de cuero ni en el pergamino pues

pueden quemarse. Por otra parte, es necesario velar por que las condiciones operatorias se cumplan estrictamente con el fin de evitar que los documentos sufran calcinaciones o quemaduras. Para ello, será necesario eliminar el polvo antes de tratar los libros y no exponer los que contienen partes metálicas. Además, se desinfectarán los documentos húmedos, ya que se calientan mucho más rápidamente que los documentos secos. Partículas cargadas con alta energía

Las partículas de alta energía son rayos beta inonizantes formados por la aceleración de electrones en un campo eléctrico emitidos por ciertos núcleos o cuerpos radiactivos. Constituyen, por tanto, una fuente directa de electrones de alta energía.

La aplicación de este tipo de técnica y su mecanismo de acción son muy semejantes al de las radiaciones gamma. Este tipo de técnica se puede aplicar para la erradicación de hongos. El efecto de irradiación sobre este tipo de microorganismo “depende del estado fisiológico de la célula en el momento de la irradiación, y varía considerablemente de una especie a otra y de una misma cepa a otra. Por otra parte, deben tenerse en cuenta diversos factores ambientales al momento de la irradiación. Ya que el efecto de la radiación aumenta con la cantidad de oxígeno presente, el contenido de vapor de agua (humedad) y la temperatura”.836

Vaillant Callol y Valentín Rodrigo señalan las ventajas y desventajas de este tipo de técnica. Entre sus ventajas cabe destacar “que pueden generar una velocidad de dosificación mayor, lo que reduce el tiempo de [exposición] necesario para lograr la dosis y efecto biológico requerido, y son de fácil manipulación”.837

Las desventajas estriban en la gran cantidad de calor que generan, lo cual provoca efectos

adversos sobre el papel y otros materiales constitutivos de los libros, y el bajo poder de penetración (menor que los rayos gamma). Flieder y Capderou838 mencionan que “el grosor que 836 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 162. La traducción es mía. 837 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 113. 838 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 161-162. “El intervalo de energía cinética con que aparecen estas partículas (rayos beta) oscila entre cero y 3-5 MeV. Un rayo beta de 5 MeV de energía se detiene en 1 cm. de material de densidad superior a 2.8 g/mL. El paso de los rayos beta a través de la materia es macroscópicamente observable por el efecto calórico, debido a la energía cinética disipada. Esta radiación también puede provocar ciertas reacciones químicas y producir cambios estructurales en los materiales por donde pasa, por ejemplo, decolorar al


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atraviesa este tipo de radiación es directamente proporcional a la energía de los electrones e inversamente proporcional a la densidad media del producto. Este poder de penetración, independientemente de la naturaleza química del material, es relativamente escaso (un electrón de 200 keV sólo atraviesa 40 cm. de aire)”.

Además este tipo de radiación provoca depolimerización en los materiales celulósicos, disminución de la cristalinidad, e incluso altas dosis pueden llegar a ocasionar la descomposición del polímero celulósico, tanto de las zonas amorfas como de las cristalinas.839

Se realizaron estudios con un acelerador de partículas Circé II de la sociedad Caric, con

muestras de papeles y cueros de distinta composición sobre los que se aplicó una dosis total de 12 kGy mediante la cual se logró eliminar la casi totalidad de las esporas presentes. Sin embargo, se modificó considerablemente la resistencia físico-químico de todos los papeles irradiados aunque el cuero resistió mejor.840 Vaillant Callol y Valentín Rodrigo841 confirman, en cierto sentido, los efectos producidos por este tipo de radiación, al afirmar que: “[…] este tipo de tratamiento sobre el papel disminuye la resistencia al rasgado y otras propiedades físico-mecánica e incrementa el número de cobre y la cantidad de carboxílicos”.

En conclusión, este tipo de tratamiento “puede ser muy interesante para la desinfección de documentos. Sin embargo, al igual que los rayos gamma las dosis requeridas para eliminar [hongos] deterioran seriamente los materiales orgánicos”.842 Congelación

Es una técnica muy eficaz y segura para el control y tratamiento de hongos celulolíticos. No requiere del uso de sustancias químicas, y no es tóxica para el ser humano y no tiene efectos secundarios para los materiales ni el medio ambiente. Es, por tanto, una técnica sencilla y limpia y no precisa de precauciones especiales. Otras de las ventajas son la economía y la facilidad de acceso al equipo necesario para llevar a cabo este proceso.

La congelación consiste en la reducción de la temperatura, a través de la cual se someten

los microorganismos a muy bajas temperaturas para inhibir o retardar su desarrollo y actividad. Por consiguiente, disminuye la velocidad de sus procesos vitales.

La inmensa mayoría de los microorganismos, hongos y bacterias, que atacan y deterioran los materiales bibliográficos y documentales desarrollan su actividad en unas condiciones óptimas de temperatura, semejantes a los requeridos por el ser humano. Por debajo de esas condiciones la gran mayoría de las especies celulolíticas son incapaces de sobrevivir, o desarrollar su actividad degradadora. Un descenso drástico de la temperatura provoca una vidrio”. Radiación ionizante [en línea]. [Consultado: 6 de junio de 2006]. Disponible en World Wide Web: <http://www.sagan-gea.org/hojared_radiacion/paginas/Radiacion_ionizante.html>. 839 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 113. 840 Vid. FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 162. 841 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 113. 842 FLIEDER, F. y CAPDEROU, C. Op. cit., p. 162.


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disminución de los procesos vitales y evita la proliferación de hongos y bacterias. Sánchez Hernampérez afirma: “Temperaturas por debajo de 5 ºC detienen la actividad de los microorganismos aunque no llegan a destruir las esporas”.843 Aunque algunas especies puede sobrevivir a baja temperatura durante cierto tiempo ya que éstas son muy difíciles de erradicar y se limitan a mantenerse en estado latente hasta que encuentran las condiciones ambientales idóneas para su desarrollo.844 Por ejemplo, muchas especies de Aspergillus y Penicillium no pueden desarrollarse a 5 ºC.845

Sánchez Hernampérez846 señala que “temperaturas por debajo del punto de congelación (0ºC) pueden provocar daños en los tejidos celulares por la deshidratación y la formación de [cristales o] hielos intra, [inter y extracelular], y la reducción de la actividad enzimática”.

Los resultados de este proceso de congelación “dependen del tiempo [de exposición del

material], del nivel de enfriamiento que es necesario lograr y de la cantidad de material a desinfectar”.847

La congelación se puede utilizar en la mayoría de los materiales bibliográficos pero hay

estudios e investigaciones sobre sus efectos en libros o documentos muy frágiles, en libros encuadernados en piel o pergamino o en cualquier tipo de soporte.

Esta técnica se puede realizar en una cámara de congelación debidamente equipada

(figura 54) o emplear medios “caseros”, ya que no requiere que se adopten grandes medidas precautorias.

Figura 54. Cámara de congelación para el secado de libros. Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.

Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 283. 843 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 388. 844 McCLEARY, J. y CRESPO, L. Op. cit., p. 97. 845 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 119. 846 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 388. 847 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 119.


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Si se opta por la segunda opción se necesita de un congelador doméstico que alcance temperatura por debajo de -20 ºC, en cuyo interior podemos colocar libros en bolsas de plástico de un espesor de 3 micras aproximadamente, y cerradas herméticamente o selladas con calor para evitar la humedad en el interior de la bolsa y la propagación.

Los libros deben permanecer en el interior del congelador 72 horas, transcurrido ese lapso

de tiempo se procederá a retirarlos del congelador y se dejan en las bolsas a temperatura ambiente unos días hasta su descongelación (24 horas),848 de esta forma la “posible” condensación sobre la bolsa de plástico desaparecerá y se evitará un brote fúngico. Finalmente, debe revisarse minuciosamente los materiales para comprobar que han sido totalmente exterminados.

Este sistema tiene grandes ventajas ya que permite el tratamiento masivo de materiales y documentos, no tiene efectos secundarios sobre la salud de ser humano ni los materiales. Además no deja residuos remanentes al no emplear sustancia tóxica alguna puede realizarse en todo tipo de biblioteca y sobre todo, es un tratamiento muy económico por la facilidad de adquirir un congelador.

Sin embargo, se recomienda no aplicarlo en documentos de valor histórico si no se tiene

un control visual sobre el proceso. Atmósferas controladas

El uso de atmósferas controladas o modificadas con gases inertes, también conocido como atmósferas inertes se ha convertido en el tratamiento físico no tóxico más eficaz para el control y tratamiento del biodeterioro ocasionado por microorganismos e incluso por insectos bibliófagos.

El empleo de esta técnica en archivos y bibliotecas es reciente, de hecho se generalizó su uso en la década de los noventa. Su aplicación consiste en reducir la concentración de oxígeno, elemento químico indispensable para la vida de la inmensa mayoría de los microorganismos, a niveles inferiores a los necesarios para sus procesos vitales y sustituir el oxígeno por gases inertes (gases nobles) y otros gases no tóxicos como anhídrido carbónico, nitrógeno, una combinación de ambos y argón que aplicados en un sistema herméticamente cerrado garantizaría el exterminio y la erradicación de microorganismos e insectos que infectan libros y documentos elaborados en papel ya sea por hiperventilación, anoxia o deshidratación.

Una aplicación eficaz de este procedimiento requiere de una serie de medidas precautorias en el manejo y control de las condiciones ambientales (humedad, temperatura y concentración de oxígeno) presentes en esta atmósfera controlada que eviten una drástica reducción de la humedad que junto al empleo de estos gases secos podrían deshidratar excesivamente los materiales documentales ocasionando daños por contracciones y deformaciones.849 848 Se recomienda que una vez transcurridas las 72 horas en lugar de sacar las bolsas del congelador y dejarlas de forma inmediata a temperatura ambiente, se puede optar por dejarlos en el congelador y elevar la temperatura de forma escalonada hasta alcanzar las condiciones ambientales de la biblioteca. Cfr. Arsenio Sánchez Hernampérez. Op. cit., p. 388-389. 849 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 391.


222

Estudios realizados han demostrado que “la aplicación de atmósferas controladas con baja humedad relativa (50-43%) y bajo contenido en oxígeno (0.01-0.5%) produce un significativo decrecimiento del desarrollo de microorganismos aerobios inoculados sobre papel”.850

Una disminución de la humedad tiene efectos más drásticos y severos tanto para los microorganismos (hongos y bacterias aerobias) como para el papel que la reducción o eliminación total de las concentraciones de oxígeno, por ello el método más eficaz para detener todo ciclo biológico es la combinación de ambos, humedad relativa y reducción del contenido de oxígeno en los rangos anteriormente especificados.

Se ha comprobado que la presencia de hongos anaerobios (que no requieren la presencia de oxígeno) en el papel no es muy frecuente.851

En definitiva, y con base en estudios realizados recientemente en poblaciones

heterogéneas de microorganismos “un descenso de humedad relativa del 95% al 45% y un contenido de oxígeno de 0.1% produce una parada de la actividad biológica de microorganismos celulolíticos, en [tan] sólo 8 horas de tratamiento”.852

Aunque las atmósferas inertes no son capaces de esterilizar los materiales bibliográficos y

documentales, la reducción de la humedad relativa al 40% favorece la eliminación de toda contaminación microbiológica, tanto hongos como bacterias.853

De acuerdo a las especificaciones aquí expuestas la aplicación de esta técnica y su eficacia

con base a los resultados obtenidos pueden variar significativamente dependiendo del empleo de uno u otro gas. Una atmósfera de argón o nitrógeno son altamente efectivos para la erradicación total de insectos bibliófagos.

Las ventajas que ofrece este procedimiento estriban en el empleo de gases no tóxicos, que permiten respetar las normas internacionales en materia de protección del medio ambiente. Es una técnica sumamente sencilla de aplicar, muy versátil y totalmente inocua para la salud de las personas, lo cual permite su aplicación en la biblioteca sin llegar a suspender el servicio. Otras ventajas adicionales son su bajo costo, requieren de un instrumental mínimo pero debidamente controlado y dada la naturaleza de los gases inertes (inactivos e incapaces de reacción) no ocasionan alteraciones físico-químicas en los materiales.

Por consiguiente, puede ser considerado un tratamiento muy eficaz para eliminar y erradicar de forma total tanto poblaciones heterogéneas de microorganismos (hongos y bacterias) como insectos bibliófagos.

850 VAILLANT CALLOL, M. y VALENTÍN RODRIGO, N. Op. cit., p. 117. 851 Idem. 852 Ibid., p. 117-118. 853 SÁNCHEZ HERNAMPÉREZ, A. Op. cit., p. 393.


223

Los métodos de aplicación varían desde las complejas y sofisticadas cámaras de vacío que permiten el tratamiento de un gran número de materiales hasta el empleo de bolsas de plástico especiales donde se introduce el material infestado para su tratamiento individual (figura 55).

De forma sucinta explicaré el tratamiento individual mediante el uso de bolsas de plástico

a través la aplicación de gases inertes para el control de microorganismos e insectos.

Para llevar a cabo dicha técnica se requieren de bolsas de plástico especiales de baja permeabilidad al oxígeno como las de la marca comercial Saranex® (cloruruo de polivinilideno) o similar, en las cuales se introduce el material bibliográfico contaminado. Su cierre hermético con doble sellado perimetral se realiza con una termoselladora natural. La bolsa incluye un absorbente de oxígeno que reduce el tiempo del tratamiento y un termohigrómetro para controlar la humedad relativa y la temperatura. Además, debe incluir dos válvulas que permiten la entrada del gas inerte y otra que mide la salida del oxígeno, y que están conectadas a un circuito sencillo de botellas con válvulas y tubos que permiten regular y controlar el flujo continuo de aire y la concentración de oxígeno de acuerdo a los niveles requeridos para este tratamiento. Cuando se alcanzan los rangos y la concentración deseada, se cierran las válvulas permaneciendo el material en el interior de la bolsa bajo esas condiciones durante varios días. El tiempo de permanencia varía dependiendo de la temperatura, la HR, el tamaño del material y de la especie de microorganismos o insecto.

Figura 55. Fabricación de una bolsa por termosellado. Fuente : Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.


El tratamiento para combatir hongos celulolíticos se puede realizar también en cámaras de vacío con nitrógeno.


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En el siguiente cuadro se dan a conocer de forma sucinta las principales características y aplicaciones así como las ventajas y desventajas de algunos de los métodos físicos empleados para el control biológico.

Cuadro 11. Principales métodos de control de plagas empleados en archivos y bibliotecas

Sistema

Características

Aplicación

Ventajas

Inconvenientes

Radiación gamma

- Radiaciones de alta energía que destruyen los elementos esenciales de microorganismos e insectos.

- En laboratorios especiales. - Se ha empleado especialmente en EE.UU. y en algunos países europeos.

- Los materiales pueden ser tratados en paquetes. - La documentación tratada puede ser utilizada instantes después.

- Rotura de los enlaces químicos de los materiales. - Efectos acumulativos (al igual que la luz) que favorecen nuevos ataques biológicos - Cambios en la estructura molecular de los objetos. - Degradación de la pasta de madera.

Microondas

- Radiaciones de baja energía. - Los materiales con grupos polares o alto contenido de humedad, absorben la energía y la convierten en vibraciones moleculares que afectan a los organismos vivos.

En microondas domésticos o industriales.

Baratos y accesible.

- Escasa penetración. - Producen sobrecalentamiento del objeto. - Materiales con partículas de hierro (papel y tintas metaloácidas) pueden calcinarse. - Degradación térmica.- Ablandamiento de adhesivos plásticos. - Volatilización de resinas. - No se debe emplear.

Congelación

- Las bajas temperaturas inhiben el desarrollo y actividad de los organismos vivos. - Temperaturas po debajo de los 15 ºC tienen efectos letales para los insectos, aunque son necesarias temperaturas inferiores a 5 ºC para los microorganismos.

- En congeladores domésticos o industriales. - Se deben conseguir temperaturas de –18ºC, nunca superiores. - No se deben utilizar congeladores frost-free.

- Barato. - Se puede tratar grandes cantidades de documentos. - Muy útil para el control del desarrollo de plagas de microorganismos en los materiales inundados o mojados.

- Formación de cristales de hielo que pueden afectar físicamente a la estructura de los materiales tratados. - Modificaciones moleculares en algunos plásticos, como PVC y resinas epoxídicas.


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Gases Inertes

- La reducción del porcentaje de oxígeno en el aire por debajo de los requisitos mínimos, causa la muerte por anoxia de insectos bibliófagos en todas sus etapas de desarrollo. - Paralización de la actividad microbiana.

- La documentación se deposita en bolsas de Saranex que son herméticamente precintadas junto a un termohigrómetro y una bolsa de sales de hierro. - Inyección de gas inerte hasta reducir la proporción de oxígeno al 0.05% o menos. - Preferiblemente, se deben trabajar con temperaturas cercanas a los 30 ºC.

- No es tóxico. - Fácil de utilizar y muy económico. - No deja residuos en la documentación. - Afecta a los tres estadios de los insectos. - Inhibe a la documentación de reacciones adversas. - Se puede utilizar con todo tipo de materiales. - El tamaño de las piezas es ilimitado, desde un retablo a un libro de bolsillo.

- Se deben tener precauciones adicionales en materiales sensibles a la pérdida de humedad, como códices miniados en pergamino o en la madera. Sin embargo, esta deshidratación se puede regular fácilmente interponiendo un aporte de humedad en el recorrido del gas. - El control y la medida del contenido de oxígeno en el interior de la bolsa debe ser muy estricto. - La técnica se complica al tratar volúmenes elevados.

Fuente: Sánchez Hernampérez, Arsenio. Políticas de conservación en bibliotecas.

Madrid : Arco/Libros, 1999, p. 386-387.

Los distintos métodos físicos y químicos para el tratamiento de hongos celulolitícos expuestos en este tercer y último capítulo presentan cada uno de ellos, sus ventajas y desventajas. La elección de uno u otro método forman parte del proceso de toma de decisiones que deben de llevar a cabo los bibliotecónomos y los archivónomos que tienen a su cargo la conservación de los materiales bibliográficos y documentales en soporte de papel.

Por ello, las distintas medidas preventivas y curativas a adoptarse destinadas a la inhibición o erradicación de este tipo de microorganismo deben ser contempladas de forma anticipada mediante el establecimiento de políticas de conservación que cada biblioteca y archivo debe implementar acorde a sus objetivos, al tipo de colecciones y a sus condiciones de uso para asegurar la integridad física y funcional de estos materiales.

La decisión de establecer e implementar políticas de conservación conlleva diversos procedimientos de actuación que deben responder a criterios profesionales y no empíricos, y cuyas acciones a emprender deben estar focalizadas a la revisión e inspección de los materiales bibliográficos, el diagnóstico y la identificación de las causas de deterioro, a la planificación y aplicación de diversas acciones tendientes a la solución del problema detectado mediante intervenciones tanto de carácter activo como pasivo, y la evaluación y el control de estas acciones y de los resultados obtenidos, las cuales forman parte de un proceso continuo que debe realizarse de forma periódica y sistemática y que deben ser contempladas en un programa general de conservación.

C O N C L U S I O N E S

227

CONCLUSIONES

Las conclusiones más relevantes derivadas del presente trabajo son las siguientes: - Los papeles elaborados artesanalmente con materias como el algodón, el lino y el cáñamo

poseen un alto contenido celulósico, superior al 90%, por lo que sus fibras son largas y fuertes. Además, en su elaboración no se empleaban aditivos ni blanqueadores lo que hace de este un papel fuerte, resistente, estable y permanente.

- Por su parte, el papel obtenido con pasta de madera incorpora en su composición química una

serie de sustancias ácidas que van a dar como resultado un papel ácido con un pH inferior a 7, lo cual va a degradar y acelerar el proceso de deterioro. Aunado a esto, la invención de máquinas continuas y los distintos procedimientos empleados en su fabricación (mecánico, químico y semiquímico) así como el uso de productos clorados para el blanqueo dan lugar a un papel efímero con fibras más cortas, menos resistentes y de baja calidad susceptible de ser degradado por diversos agentes. Por lo que las materias primas empleadas, el proceso y las técnicas de manufactura y los diversos productos usados en la fabricación del papel, serán determinantes en sus características, su estructura y composición, los cuales son factores claves en la permanencia y durabilidad del este soporte celulósico. Ante este tipo de circunstancias y con objeto de prolongar la longevidad de los materiales bibliográficos se recomienda emplear papel libre de ácido en la elaboración y producción de libros.

- El estado de conservación de libros en soporte de papel no sólo va depender de los aspectos

antes mencionados, sino también de los distintos elementos constitutivos del libro, es decir, de los materiales empleados en las encuadernaciones y de la calidad y composición de las tintas, cuyo deterioro va a complicar enormemente la conservación de estos objetos culturales.

- Los distintos agentes de deterioro no actúan de forma aislada sobre los libros y sus elementos

constitutivos sino que existe una interrelación entre ellos que es determinante en el efecto global causado a los materiales bibliográficos. Principalmente, son dos los agentes que mayor impacto e incidencia tienen sobre los materiales bibliográficos, la humedad relativa y la temperatura, que cuando alcanzan niveles elevados favorecen el desarrollo y la proliferación de los hongos celulolíticos, que es uno de los principales agentes de deterioro biológico de los libros en soporte de papel. No debemos olvidar que otro de los mayores agentes destructores, además de los hongos e insectos, es el hombre, que paradójicamente tiene la responsabilidad de salvaguardar el patrimonio bibliográfico.

Conclusiones

228

- Los libros y los documentos elaborados en papel son materiales orgánicos susceptibles de deteriorarse, principalmente, por la acción de hongos celulolíticos. Su acción degradadora puede ocasionar alteraciones cromáticas y transformaciones físicas y químicas en el sustrato celulósico e incluso las encuadernaciones, los adhesivos, las tintas, el pergamino y el cuero son también materiales susceptibles de ser deteriorados por los hongos, pudiendo ocasionar la destrucción total de los libros y llegando a provocar grandes pérdidas y daños irreversibles en los fondos de una biblioteca.

- Los hongos también pueden ocasionar serios riesgos en la salud de los usuarios y el personal

bibliotecario que manejen estos materiales con presencia de ataque fúngico, llegando a causar infecciones en la piel y en las uñas, problemas respiratorios e incluso infecciones generalizadas en órganos internos sí se está expuesto durante un tiempo prologando. Muchas de las enfermedades ocasionadas por hongos se originan por inhalación y, también, por ingestión de sustancias tóxicas ocasionadas por diversas especies fúngicas, por lo que se recomienda encarecidamente adoptar diversas medidas preventivas para protegerse de posibles enfermedades fúngicas, tales como el uso de guantes, mascarillas, batas y lentes protectoras.

- La conservación preventiva es una herramienta práctica y adecuada que involucra la

participación del bibliotecario y de los usuarios que persigue la protección de las colecciones bibliográficas y del entorno de la biblioteca. Esta participación conlleva la adopción de medidas preventivas y curativas, centradas las primeras, en el mantenimiento del edificio y sus instalaciones, el control de los agentes ambientales, las labores de higiene y limpieza, la elaboración de normas para el uso, manipulación y condiciones de almacenamiento de los materiales, y la formación del personal bibliotecario y de su comunidad de usuarios. Por su parte, la implementación de medidas curativas tiene como propósito la reducción o eliminación del deterioro presente en los materiales bibliográficos mediante la aplicación de métodos o procedimientos de diversa naturaleza, principalmente, físicos y químicos.

- Muchas de las acciones preventivas y curativas que se aplican sobre los materiales

bibliográficos en soporte de papel deben adecuarse a las características propias de cada material, a su composición y los diversos materiales que incorporan (metales, telas, cuero, piel, etc.), por lo que no siempre pueden aplicarse de forma general. Además, las nuevas tecnologías han favorecido la creación de nuevos materiales con una composición muy distinta cuyo proceso de deterioro y sus efectos sobre el papel se desconocen.

- Las medidas preventivas son determinantes para garantizar la integridad física y funcional de

los materiales bibliográficos, ya que un trabajo preventivo aplicado de forma sistemática y continua reduce significativamente el deterioro ocasionado por una contaminación fúngica.

- Con relación a las medidas curativas, los diversos métodos de control y tratamiento de hongos

celulolíticos, tanto físicos como químicos, por muy efectivos que resulten en cuanto a la erradicación de este tipo de microorganismo de nada sirven si no se mantienen estables las condiciones de humedad relativa y temperatura. Además, se debe disponer de una adecuada ventilación o circulación del aire ya sea natural o mecánica, y efectuar de forma periódica labores de limpieza en el local, el mobiliario y las colecciones. Si esto se logra, se

Conclusiones

229

minimizarán los riesgos de deterioro biológico y reducirá el impacto de los distintos agentes de deterioro que interactúan entre sí, evitando con ello la aparición de nuevos brotes fúngicos.

- El empleo de sustancias químicas aplicado en estado gaseoso para la eliminación de hongos

celulolíticos puede resultar un tratamiento rápido y eficaz por su gran poder de penetración. Permite un tratamiento masivo pero la mayoría de los compuestos presentan un alto grado de toxicidad y efectos perniciosos sobre los materiales provocando alteraciones físico-químicas en el papel dejando incluso remanentes, por lo que su uso, en muchos de los casos, no es recomendable. Además, para su aplicación se requiere de cámaras herméticamente cerradas y su manejo debe ser realizado por personal especializado. En el caso de los fumigantes líquidos, éstos deben emplearse como última opción, pues no son frecuentemente empleados en las bibliotecas ya que pueden provocar manchas llegando incluso a disolver la materia gráfica y otros pigmentos; también son tóxicos para el hombre. Respecto a los fumigantes en estado sólido, la gran mayoría, no son efectivos como fungicidas, son tóxicos para el ser humano y tienen efectos residuales.

- Con relación a los métodos físicos, y concretamente acerca de los distintos tipos de radiación

conviene señalar que la acción fungicida de los rayos X no ha sido demostrada. La radiación ultravioleta aunque inhibe el crecimiento de hongos provoca alteraciones físico-química en el papel por lo que no se aconseja su uso en documentos. Las microondas tienen un bajo poder de penetración y generan mucho calor por lo que puede dañar el papel, y además no permiten un tratamiento masivo, sólo puede aplicarse en un número reducidos de hojas de papel o documentos sueltos. Por su parte, las radiaciones gamma son efectivas en la erradicación de hongos por su gran poder de penetración y permiten tratar una gran cantidad de materiales; sin embargo, deben aplicarse dosis muy elevadas lo cual degrada el papel y sus efectos son acumulativos; puede aplicarse en madera, pergamino y cuero. Las radiofrecuencias tienen una acción fungicida semejante a las microondas, provocan altas temperaturas motivo por el cual puede dañar el papel; no deben utilizarse en encuadernaciones de cuero ni en el pergamino ya que pueden quemarse. Por último, las partículas cargadas de alta energía, con un poder de penetración semejante a los rayos gamma, requieren de altas dosis y generan una gran cantidad de calor que a su vez provoca la degradación del papel por lo que puede dañarlo seriamente. Los distintos tipos de radiación requieren, en algunos casos, de determinadas condiciones de humedad relativa y temperatura; además, no pueden aplicarse en libros que contengan materiales de distinta composición como cuero, pergamino, elementos metálicos, madera, plástico, entre otros, por lo que su eficacia varía enormemente de un material a otro llegando incluso a deteriorarlos. Asimismo, estas técnicas requieren de equipo y material especializado por lo que su aplicación debe ser realizada por personal con conocimientos técnicos. Sus ventajas estriban en que no son tóxicos, no tienen efectos sobre el hombre y pueden usarse de forma inmediata después del tratamiento. La desventaja es que degrada el papel al provocar cambios en la estructura de la celulosa.

- De los distintos métodos físicos expuestos y descritos en el presente trabajo, los más

interesantes son la congelación y las atmósferas inertes, pues son seguros, fácil de aplicar y muy eficaces. Además, son inocuos para los materiales bibliográficos, no dejan residuos remanentes, no tienen efectos perjudiciales para el hombre, el tratamiento se puede realizar in situ y no contaminan el medio ambiente.

Conclusiones

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- La conservación preventiva aplica un carácter no sólo inter sino multidisciplinario donde se establecen relaciones y se aplican enfoques de diversas disciplinas, como la Química, con relación a la composición de los materiales empleados y sus reacciones; la Biología, mediante el aislamiento, la identificación, el control y tratamiento de los diversos microorganismos que deterioran el papel; la Física, mediante el impacto y la incidencia de diversos factores de deterioro de naturaleza física que provocan alteraciones y cambios en el papel y en los diversos materiales constitutivos del libro, así como los distintos métodos físicos empleados para combatir un deterioro biológico; la Arquitectura, en el diseño y la planeación de edificios para bibliotecas que proporcione el entorno y las condiciones óptimas e idóneas que garanticen la conservación de los materiales, cuya interrelación con la Conservación Preventiva y la Biblioteconomía permitirán la búsqueda de soluciones reales y viables en las distintas unidades de información como parte de los estudios multidisciplinarios, encaminados éstos al seguimiento, control y tratamiento de biodeterioro de materiales bibliográficos. Por ello, es importante la participación de bibliotecónomos y otros especialistas conformando equipos multidisciplinarios que orienten la toma de decisiones de los primeros.

- Es indispensable que toda unidad de información documental establezca políticas, elabore

planes de conservación y contemple el diseño y la formulación de programas de conservación preventiva que ayudarán a planificar de forma ordenada, sistemática y racional cada una de las actividades y los procedimientos de actuación bajo unos lineamientos y directrices que se desarrollen a corto, mediano y largo plazo, cuya continuidad es determinante en el logro de los objetivos inicialmente establecidos, tendientes éstos a garantizar la protección y el cuidado de los materiales bibliográficos.

- Este trabajo de investigación puede apoyar de manera significativa a nuestra profesión

mediante un texto especializado que incorpore aspectos téorico-prácticos en materia de conservación preventiva cuya aplicación coadyuve al mejoramiento de las condiciones físicas y funcionales de los materiales bibliográficos y documentales elaborados en papel que presentan un deterioro biológico ocasionado por hongos celulolíticos, mediante la adopción de medidas preventivas y curativas que tienen como objetivo prolongar la longevidad de estos objetos culturales, el libro y el documento. Asimismo, este material de apoyo puede resultar de gran utilidad tanto para la comunidad estudiantil de las licenciaturas en Biblioteconomía y Archivonomía como para los bibliotecarios y archivistas que laboran en diversas unidades de información documental, pues dispondrán de información para el establecimiento de políticas de conservación y así tomar decisiones que respondan a criterios profesionales, cuyas acciones tanto de carácter pasivo como activo deben estar focalizadas a la protección y conservación de estos materiales.

- La conservación preventiva del patrimonio bibliográfico y documental no sólo es

competencia de bibliotecarios, archivistas, conservadores y restauradores quienes deben asumir la responsabilidad y el compromiso de proteger y rescatar este patrimonio cultural, sino que también involucra la coparticipación de diversos sectores de la sociedad, principalmente, legisladores, políticos y la ciudadanía, por lo que los profesionales de la información y de la conservación deberán comunicar, informar y crear conciencia colectiva sobre la importancia de salvaguardar dicho patrimonio para transmitir el mensaje intrínseco

Conclusiones

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de cada obra patrimonial a generaciones presentes y futuras, y así posibilitar el acceso a la información de manera directa, efectiva e igualitaria.

G L O S A R I O

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GLOSARIO

A Abrasión. Daños físicos superficiales causados por el frotamiento de sustancias extrañas sobre una superficie más débil. Son irreversibles y muy perniciosas en materiales compuestos como las películas fotográfica o las miniaturas. En las tintas la abrasión-desgaste conlleva la pérdida de una parte de masa o capa del sustentado por causas mecánicas debida al roce producido por el uso o la manipulación del documento. Absorción. Capacidad de ejercer atracción una sustancia sólida sobre un fluido con el que está en contacto, de modo que las moléculas de éste penetran en ella. Este fenómeno es especialmente importante en los materiales bibliográficos y documentales, pues son capaces de absorber sustancias procedentes del medio ambiente como polvo y agua. Acervo bibliográfico. Conjunto de libros, publicaciones periódicas, documentos, etc., que constituye una biblioteca. Ácido. Sustancia capaz de formar iones de hidrógeno (H+) al ser disueltos en agua. Los ácidos pueden dañar la celulosa en el papel, cartón y tela catalizando la hidrólisis. Los ácidos pueden introducirse durante la manufactura, o pueden estar presentes en la materia prima. También pueden introducirse por migración desde materiales ácidos o de contaminación atmosférica. Los ácidos que atacan la molécula de celulosa, rompen su estructura y la dividen en partes más pequeñas, de forma que el papel se vuelve quebradizo. Aerosol. Suspensión de partículas en gotitas transportadas por el aire. Agente antimicrobiano. Producto que mata o inhibe el desarrollo de microorganismos. Álcali. Sustancia capaz de formar iones de hidrófilo (OH-) al ser disuelta en agua. Los compuestos alcalinos pueden ser añadidos a ciertos materiales para neutralizar los ácidos o como una reserva alcalino o tampón con el propósito de neutralizar los ácidos que pueden formarse en el futuro. En el papel, la alcalinidad es su capacidad de hacer alcalina el agua con la que entra en contacto. El papel alcalino presenta una buena estabilidad a largo plazo. Alcalino. Véase álcali.

Glosario

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Alumbre. Sulfato doble de aluminio. Se emplea como mordiente en la fabricación de papel. En combinación con la resina de colofonia, ha sido reconocido como uno de los principales agentes de destrucción del papel debido a que forma ácido sulfúrico en contacto con la humedad del ambiente. Amarilleo. El papel adquiere un color amarillo a causa, generalmente, de la acción de la luz o por haber estado en contacto con otros papeles o materiales con un pH ácido. Anaquel. Cada una de las tablas puestas horizontalmente en las estanterías, armarios, vitrinas u otro mobiliario para colocar sobre ellas libros o documentos. Anoxia. Falta de oxígeno en la sangre o en los tejidos corporales. En la erradicación de plagas de insectos en materiales documentales, es una técnica consistente en la creación de una atmósfera libre de oxígeno por el aislamiento de los materiales a tratar en una bolsa especial que se rellena con un gas inerte (nitrógeno o argón). A diferencia de otros sistemas más agresivos, se han conseguido buenos resultados con huevos y larvas. Antropogénico. Se llama influencia antropogénica a aquellos efectos producidos por las actividades humanas. Acción que se ejerce, por la influencia del hombre, en la liberación o emisión de contaminantes atmosféricos que pueden degradar los materiales bibliográficos y documentales. Apresto. Preparación de cola, almidón u otros ingredientes para dar cuerpo y rigidez al papel. Arruga. Pliegue o deformación irregular de una superficie causada por diferentes fuerzas físicas o por dilataciones y contracciones del material. Desigualdad superficial defectuosa, pero corregible, que altera la superficie lisa del soporte por causas mecánicas de poca intensidad; sólo posible en materiales flexibles (tela, papel, piel, pergamino, etc.). Aureola. Contorno o periferia que desdibuja los trazos o formas concretas, ocasionada por la disolución de los elementos que componen la materia gráfico-pictórica. También puede producirse por una restauración, debido tanto a los productos como a los métodos empleados. B Bactericida. Con capacidad para matar bacterias. Bacteriostático. Con capacidad para inhibir el crecimiento bacteriano, pero sin matar las bacterias. Bibliófago. Insecto que se nutre del papel y de los materiales que constituyen las encuadernaciones de los libros. Organismo vivo que se alimenta de los materiales de los que están elaborados los documentos, principalmente, materiales celulósicos o proteínicos.

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Biomasa. Materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía. Materia total de los seres que viven en un lugar determinado. Brocado. Tela entretejida con oro y plata de modo que el metal forme en la cara superior lfores o dibujos briscados. Bruñidor. Instrumento compuesto de una pieza de ágata con un mango de madera, que se emplea para pulir. C Cabezada. Adorno de tela, piel o hilo que se coloca en el lomo, en la cabeza y el pie de libro. Aunque actualmente tiene un fin decorativo, en su origen proporcionaba una resistencia adicional a los extremos de los cuadernillos. La cabeza del lomo es el corte superior del libro. Calidad de archivo. Término impreciso que sugiere que un material, producto o proceso es durable y/o químicamente estable, que tiene una larga duración, y que por lo tanto puede ser utilizado con propósitos, de preservación. La denominación no es cuantificable; no existen estándares que describan cuánto durará un material de “archivo”. En ocasiones, la palabra permanente es utilizada con el mismo significado. Canalón. Conducto que recibe y vierte el agua de los tejados. Carcinógeno. Compuesto capaz de desarrollar tumores cancerígenos. Carga. Sustancia mineral que se añade a la pulpa del papel para proporcionar una superficie más receptiva para imprimir o para modificara sus características de color, brillo, opacidad, etc. Su relación con el deterioro del papel no está demasiado clara. Cartoné. Encuadernación que se hace con tapas de cartón y forro de papel. Colofonia. Resina obtenida en la destilación de la trementina. Colonia. Población de células que puede observarse microscópicamente, y que crecen en un medio sólido, procedentes de una sola célula. Condensación. Conversión de un gas o vapor en líquido o sólido por enfriamiento. Contorno. Véase aureola. Craquelado. Grietas presentes en los elementos sustentados. En casos graves puede llevar a la pérdida de las zonas afectadas. Pequeñas grietas en forma de redes o retícula de fisuras que hacen dibujos característicos de la superficie pictórica o de las tintas, cuando las diferentes capas pierden elasticidad.

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Craqueladuras. Véase craquelado. Cristal. Cuerpo sólido cuyos átomos o moléculas están regular y repetidamente distribuidos en el espacio. D Datalogger. Anglicismo por el que se conoce a los termohigrógrafos electrónicos. Existen muchos modelos en el mercado, pero, en general, constan de una sonda, una unidad de almacenamiento y una batería. Para la lectura de los registros es necesario volcarlos en una computadora. Decoloración. Véase descolorido-desvaído y descoloramiento. Desacidificación. Proceso de conservación que pretende la eliminación de ácidos en el papel. Para que ésta sea efectiva, es necesario dejar una reserva alcalina que neutralice futuras reacciones ácidas. Descoloramiento. El papel pierde su color original y se vuelve más pálido. Generalmente se debe a la acción de la luz. Descolorido-desvaído. Pérdida de la intensidad de la tonalidad original de los colores o tintas, producida generalmente por la acción de la luz, un exceso de humedad (agua) o el envejecimiento de los colorantes. Desecación. Deshidratación. Desgarro. Daño físico causado por la acción de dos fuerzas ejercidas en direcciones diferentes en los bordes de los libros o documentos. Roturas de diversas dimensiones que separan el soporte de un documento. Los márgenes del desgarro dejan al descubierto las fibras del material, formando una rebaba, lo cual permite una unión correcta mediante procesos de restauración. E Encapsulación. Una forma de envoltura protectora para el papel y otros objetos planos. Significa colocar el objeto entre dos láminas (o una hoja doblada) de película plástica transparente (generalmente poliéster), que luego son selladas a lo largo de los cuatro costados. Algunas veces incluye una lámina de papel o cartón tamponadas como soporte. Es, por tanto, un proceso de conservación consistente en la protección de los documentos entre dos láminas de plástico estable que son cosidas, adheridas o soldadas por los bordes. Encapsulado de poliéster. Véase encapsulación.

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Encolado. Proceso de la fabricación de papel en el que se aplica una mano de adhesivo al papel para mejorar sus cualidades de resistencia y permeabilidad. Puede ser causa grave de alteración del papel. Engrudo. Un adhesivo hecho a partir de almidón o harina de arroz o trigo. Enzima. Catalizador, generalmente compuesto de proteína, que induce reacciones o grupos de reacciones específicas. Espora. Término general utilizado para designar estructuras resistentes de reposo que forman numerosos procariotas y hongos. Pequeña unidad de propagación, unicelular, asexual o sexual, móvil o inmóvil que puede ser diseminada por aire, agua, insectos, animales, etc. Las esporas pueden sobrevivir durante periodos desfavorables para la germinación y el crecimiento. Estabilidad química. Que químicamente no se descompone ni modifica fácilmente. Esta es una característica deseable en los materiales utilizados para la preservación, ya que sugiere una capacidad para resistir el deterioro químico, tal como la friabilidad del papel con el tiempo y/o la exposición a condiciones variables durante el uso o almacenamiento. Algunas veces se describe como químicamente “inerte”. F Feromona. Sustancia volátil, no tóxica, secretada en pequeñas cantidades por los insectos en las fases de apareamiento para la atracción del sexo contrario a largas distancias. Actualmente las feromonas son sintetizadas químicamente y se utilizan en la conservación como atrayentes sexuales para la detección y censo del mayor número posible de insectos. Fidaliz. Papel elaborado en la antigua China obtenido a partir de restos deteriorados de capullos de seda, lino, cáñamo, paja de arroz, viejos harapos, corteza interior de árboles como la morera y todavía en mayor escala a partir de bambú cuyo invento se atribuye a Han Hsin, aproximadamente en el año 200 a. C. Fluorescente. Capacidad de emitir luz de una determinada longitud de onda por activación mediante luz de otra longitud de onda más corta. Fotólisis. Descomposición de una sustancia por la acción de la luz. Frágil. Quebradizo, y que con facilidad puede hacerse pedazos. Débil, que puede deteriorarse con facilidad. La fragilidad se refiere al material vulnerable a las alteraciones, exteriores y al fácil deterioro, que necesita la protección y una manipulación cuidadosa. Frailero. Dícese de la ventana cuyo postigo va colgado de la misma hoja y no del cerco o muro. Frecuencia. En física se utiliza para indicar la velocidad de repetición de cualquier fenómeno periódico. Se define como el número de veces que se repite un fenómeno en la unidad de tiempo.

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La unidad de medida es el hercio (Hz), donde 1 Hz es un evento que tiene lugar una vez por segundo Friabilidad. Véase friable. Friable. Que se desmenuza fácilmente. Propiedad o condición que hace que un material se rompa cuando es doblado o plegado. Se dice que el papel es friable cuando una esquina no soporta dos pliegues dobles completos. Fúngico. Perteneciente o relativos a los hongos. G Galería. Pasillos formados por la suma de agujeros continuos que presentan diferentes trayectos y ocasionan la pérdida de parte del material del soporte. La provocan la prenetración y recorrido de los insectos como la carcoma. El mayor daño se ocasiona cuando el insecto se encuentra en fase larval, al alimentarse de la celulosa del papel. Gel de sílice. Gel que se produce coagulando un sol de silicato de sodio. El gel se seca por calentamiento y se utiliza como catalizador y como agente secante. El gel de sílice es empleado en desecadores y en los compartimientos de balance químico para eliminar la humedad, está generalmente coloreado con un sal de cobalto para indicar su actividad (azul = seco, rosado = húmedo). Grasa. Suciedad que enmugrece la superficie de una obra y que en materiales absorbentes, como los papeles, se puede volver semitransparente. Estas manchas suelen oxidarse con el tiempo, produciendo oscurecimiento y amarilleo. Guardas. Son hojas de papel fuerte (blancas, de colores vivos, con dibujos, jaspeadas, marmoteadas) que se intercalan entre las tapas y el cuerpo del libro. La primera y última hoja sueltas, y las adheridas a las tapas del libro. Normalmente son de papel diferente, en color con adornos impresos o jaspeado a mano. Su finalidad es la de reforzar la zona del cajo y evitar al rotura o desprendimiento de las tapas. La contraguarda es la hoja de papel que va pegada al reverso de la guarda. H Hidrólisis. Reacción química que tiene por efecto el desdoblamiento de una molécula por acción del agua. La descomposición de los componentes orgánicos por la interacción con el agua. La reacción de degradación debilita o rompe las cadenas moleculares, provocando por lo tanto friabilidad y cambio de color. Descomposición de un polímero en unidades más pequeñas, generalmente monómeros, por adición de agua. En el papel se produce la rotura de los enlaces entre las moléculas de celulosa y la depolimerización de las cadenas. En casos extremos puede pasar de 10.000 moléculas a 200, con lo que el papel se vuelve quebradizo. Es la reacción conocida como acidez.

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Hollín. Sustancia espesa y negra que el humo deposita en la superficie de los materiales bibliográficos. Hospedador. Aquel ser vivo que aloja en su cuerpo un parásito. I Infección. Invasión o ataque biológico que sufre un documento. Puede extenderse y contaminar otros documentos que estén en contacto. Modifica sus características físico-químicas y lo deteriora, lo descompone y puede llegara destruirlo. L Legajo. Documentos que tratan de un mismo asunto y que se almacenan atados formando un paquete. Libre de ácido. Materiales que tienen un pH 7 (neutro) o mayor (alcalino). Libro antiguo. La acepción más generalizada de libro antiguo lo define como aquel que ha sido producido desde la invención de la imprenta hasta finales del siglo XVIII. No obstante, algunos libreros consideran libro antiguo o libro precioso ciertos ejemplares del siglo XIX especialmente los libros románticos. Una definición bibliotecaria estricta sólo considera libro antiguo, a efectos de catalogación, a los impresos producidos antes del año 1801, límite cronológico fijado por la FIAB y aceptado por las grandes instituciones bibliográficas, o los que, siendo posteriores a estas fechas, fueron producidos a mano utilizando métodos iguales o parecidos a los de la imprenta manual. Libro de bolsillo. Libro de pequeño tamaño con pastas de cartón. Lignina. Un componente de las plantas, que junto con la celulosa se encuentra en las paredes de las células de las plantas leñosas. La lignina es en gran parte responsable de la firmeza y la rigidez de las plantas, sin embargo, se cree que su presencia en el papel o en el cartón contribuye al deterioro químico. Puede haber grandes cantidades de lignina presentes en la pulpa de madera. No es extraída en la producción de la pulpa mecánica, pero puede ser eliminada utilizando proceso químico. Longitud de onda. Es el parámetro físico que indica el tamaño de una onda. Entendiendo por tamaño de la onda, la distancia entre el principio y el final de una onda completa (ciclo). M Macromoléculas. Molécula grande (polímero) formada por la conexión de diversas moléculas pequeñas (monómeros). Manuscrito. Libro o documento que ha sido escrito a mano.

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Microbicida. Sustancia que mata microorganismos. Migración ácida. Capacidad de los ácidos presentes en el papel de pasar a otros materiales vecinos menos ácidos. Este fenómeno se produce por contacto físico o por la transferencia de humedad. Por este motivo, es necesario supervisar la calidad de los materiales que están en contacto con documentos valiosos, evitando todos aquellos que pudieran desprender acidez. Mnemotécnico. Que sirve para desarrollar o auxiliar la memoria. Monómeros. Unidad constitutiva de un polímero. Mutilación. Acción y efecto de mutilar. Mutilar es cortar o quitar o desprender una parte o porción de algunos de los elementos constitutivos de un libro que debiera tenerlo. O Oxidación. Proceso por el que un compuesto cede electrones (o átomos de hidrógeno), oxidándose. Es una reacción química que convierte un elemento en su óxido por la combinación con el oxígeno. La oxidación causa la degradación de los polímeros naturales y sintéticos, provocando decoloración y fragilidad. Su importancia e la degradación del papel y del cuero es similar o mayor a la acidez. P Pérdida del soporte. Daño o proceso de disminución que comporta prejuicio de la forma inicial del material del documento. Permanencia. Término impreciso que alude a la estabilidad a largo plazo. Además hace referencia a materiales que, a largo plazo, no desprenden sustancias perjudiciales para la estabilidad de los objetos. Permanente. Un papel permanente es aquel que cumple con un estándar reconocido. Debe ser libre de ácido y haber sido fabricado para poder resistir cambios químicos y físicos, en un mayor grado que lo usual en otros papeles. Véase calidad de archivo. Phyla. Es el mayor grupo dentro de un reino. Los miembros de una Phyla tienen una estructura y una organización común. Son las grandes divisiones de la clasificación de los organismos, como clase equivalente. Polimerización. Reacciones de síntesis celular por las cuales se construyen los polímeros (macromoléculas) a partir de monómeros. Polímero. Material hecho a partir de una serie de unidades más pequeñas (monómeros), las cuales pueden ser relativamente simples, como el etileno o relativamente complejas, como el acrílico. Molécula de gran tamaño formada por polimerización de unidades monoméricas.

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Q Quipu. Palabra que en quichua significa “nudo”, formado por cordeles o cuerdecillas anudados, de distintos colores y grosores, unidos a otro, llamado cordel principal del cual pendían. Por tanto, los quipus eran pequeñas cuerdas con nudos que utilizaban los indígenas del Perú y que servían para recordar datos numéricos y acciones del pasado. Esta forma de comunicación, como instrumentos mnemotécnicos reflejan los sistemas de contabilidad y de comunicación empleados por los incas. R Radiación ionizante. Se llama radiación ionizante a una emanación de fotones con la energía suficiente para desplazar electrones de los átomos o las moléculas sobre las que incide. De esta manera, en el proceso de lograr mayor estabilidad el átomo emite partículas subatómicas y fotones de alta energía, logrando así su decaimiento Coloquialmente a las radiaciones ionizantes se les llama simplemente radiaciones. Las radiaciones ionizantes ya sean electromagnéticas o corpusculares poseen una energía, longitud de onda y frecuencia tales que al interaccionar con un medio le transfieren energía suficiente para separar a un electrón de su átomo. La radiación ionizante suele ser un fenómeno de la radiactividad, que procede de los átomos y está compuesta principalmente por partículas alfa, beta y rayos gamma. La mayor parte ocurre naturalmente y cierta parte es producida por actividades humanas. En dosis muy altas, la radiación ionizante puede causar enfermedades o la muerte. Radiación no ionizante. Este tipo de radiación mueve los átomos sin alterarlos químicamente. Su energía es inferior a la energía de ionización de un átomo o molécula llegando a producir como mucho excitaciones electrónicas. Es así que las ondas electromagnéticas en las frecuencias de radio y de TV no producen ionizaciones en la materia como sí lo hacen los rayos X y los rayos gamma. Reacciones fotoquímicas. Degradación de los materiales por la absorción de energía radiante. Cada molécula es capaz de absorber un cuanto de luz. La excitación resultante de esta absorción de energía puede entrañar la ruptura de un enlace interatómico con la formación de radicales. El enlace que se rompe es el responsable de la absorción de luz. La molécula resultante puede combinarse con ella misma o provocar reacciones en cadena con las moléculas vecinas. Las reacciones fotoquímicas provocarán finalmente la decoloración y la degradación del papel. La degradación fotoquímica es, por tanto, el año o cambio provocado o incrementado por la exposición a la luz. S Sanitizante. Es un agente que reduce la población microbiana a niveles de seguridad tanto como juzguen los requerimientos del laboratorio productor. Los sanitizantes se aplican a objetos inanimados y su uso es frecuente en áreas asépticas, áreas limpias y equipo de producción de biológicos; la sanitización implica una condición de limpieza que la desinfección no necesariamente lleva implícita.

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Sinergia. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales. Sinergismo. Véase sinergia. Siniestro. Suceso violento que, en bibliotecas y archivos equivale a la pérdida de grandes cantidades de libros o documentos en un lapso muy breve de tiempo. Los siniestros más habituales en las unidades de información documental son los incendios, las inundaciones y los actos vandálicos. Stickmessage. Piezas de madera, empleadas por los indígenas australianos, en las cuales se grababan unas muescas o signos que servían para transmitir órdenes y noticias de tipos social, y que constituye una forma primitiva de comunicación y que refleja el aspecto mnemotécnico de este instrumento. Sublimación. Paso directo del estado sólido al estado gaseoso. Sustrato. Sustancia sobre la que actúa una enzima. T Tapas. Planos de la encuadernación que protegen el cuerpo del libro. Las tapas consisten en dos alas o superficies planas de madera, papel u otra materia que sirve de cubierta al libro y las cuales se revisten de piel, tela, papel, según el carácter de la encuadernación. Tarja. Caña, madera o palo sencillo en que por medio de muescas se va marcando el importe de las ventas. Constituye un objeto mnemotécnico empleado en las provincias del norte de Argentina y en España para comprar fiado. Al efectuar la compra se marcaba una muesca en el listón, una parte se la quedaba el vendedor y la otra se la llevaba el cliente: al momento de rendir cuentas se confrontaban ambos trozos, los cuales debían coincidir. Taxonomía. Se aplica en particular, dentro de la biología, para la ordenación jerarquizada y sistemática, con sus nombres, de los grupos de animales, vegetales o microorganismos. Taxonómico. Perteneciente o relativo a la taxonomía. Véase taxonomía. Tensión. Desequilibrio de fuerzas que han sido sometido el material a unas presiones (externas o internas) a las que no se han podido adaptar; hacen que pierda la elasticidad, la endurecen y/o la deforman. Tratamiento masivo. Operación de conservación que se aplica a grandes cantidades de materiales bibliográficos y documentales de forma simultánea sin necesidad de desencuadernarlos o desmontarlos.

Glosario

243

U Ultravioleta. Radiación electromagnética que tiene una longitud de onda más corta y una energía mayor que la luz visible, y generalmente, está presente en ésta como uno de sus componentes. La luz ultravioleta daña los objetos de bibliotecas, archivos y museos, por lo tanto su eliminación puede reducir la velocidad de deterioro. Algunas planchas de acrílico incluyen químicos que filtran los rayos UV. W Wampum. Chal o cinturón de tejido bordado, con conchas y cuentas de vidrio de colores empleado como instrumento auxiliar de la memoria por los indios iroqueses del norte de América. Servía como moneda para sus intercambios comerciales, también se utilizaba para registrar contratos o acuerdos, transmitir mensajes o como prenda de matrimonio. El significado del mensaje variaba según fuera el color simbólico de las figuras o de las conchas con que los adornaban. Winter counts. Objeto mnemotécnico empleado por los indios Dakota que consistía en pieles de animales, principalmente búfalos, en las que se dibujaban el acontecimiento más sobresaliente del año (epidemias, inundaciones, construcciones, batallas, fenómenos astronómicos, etc.). Esta forma de comunicación constituye un ejemplo de escritura pictórica y, a la vez, es un antecedente de los primeros soportes empleados para la escritura, el pergamino.

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