Espacios Lú dicos Modelo Técnico y reglas iniciales de organización y funcionamiento Espacios de descanso y aseo para niñas, niños y adolescentes en instalaciones que administra el Consejo de la Judicatura Federal, en los que se lleven a cabo procedimientos de carácter jurisdiccional y administrativo en que deban intervenir.

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ÍNDICE

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INTRODUCCIÓN

2

I. ANTECEDENTES

3

II. OBJETIVO

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III. MARCO JURÍDICO

8

IV. JUSTIFICACIÓN

9

V. INSTALACIONES Y SERVICIOS

17

VI. MODELOS TÉCNICOS

20

VII. MEDIDAS DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN CIVIL

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VIII. CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA LA INSTALACIÓN DE LOS ESPACIOS LÚDICOS

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IX. ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO 29

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Deben garantizarse espacios físicos adecuados para las niñas, niños y adolescentes que deban participar en algún procedimiento jurisdiccional o administrativo, atendiendo a las características de la infancia y el impacto en su comportamiento.

INTRODUCCIÓN

En el 2014 la Suprema Corte de Justicia de la Nación

publicó la segunda edición del Protocolo de actuación

para quienes imparten justicia en casos que

involucren niñas, niños y adolescentes, el cual

constituye una herramienta valiosa para la labor

judicial en la medida que sistematiza los principios de

carácter general que deben ser considerados como

referentes cuando se tiene un asunto que los

involucra directa o indirectamente y a partir de ellos

pone a consideración un listado amplio de reglas de

actuación que sirven para darles efecto útil.

El protocolo prevé, entre otras consideraciones, la

necesidad de adaptar espacios de espera idóneos, ya

que aquéllos en los que se encuentre una niña, niño o

adolescente son de suma importancia si se

consideran las características propias de la infancia y

cómo impactan en su comportamiento; de modo que

habrá que garantizar a los menores un espacio lúdico

cuando deban participar en algún procedimiento

jurisdiccional o administrativo, lo que si bien escapa a

la competencia del juzgador, los órganos

administrativos judiciales deben implementarlo.

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I. ANTECEDENTES

El 10 de junio de 2011 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación

diversas reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,

por las que se evoluciona del concepto de garantías individuales al de

protección de los derechos humanos previstos en la misma Constitución y en

los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,

correspondiendo a todas las autoridades, en el ámbito de su competencia, la

obligación de promoverlos, respetarlos, protegerlos y garantizarlos de

conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,

indivisibilidad y progresividad, de modo que el Estado mismo deberá prevenir,

investigar, sancionar y reparar sus violaciones.

Entre los instrumentos internacionales de los que el Estado Mexicano es parte

y que reconocen derechos humanos, se encuentra la Convención de los

Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones

Unidas en su resolución 44/25 de 20 de noviembre de 1989, en cuyo

preámbulo se establece, entre otros particulares, que teniendo presente la

necesidad de proporcionar al niño una protección especial, ésta ha sido

enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño

y en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea

General el 20 de noviembre de 1959 y reconocida en la Declaración Universal

de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y

Políticos (en particular, en los artículos 23 y 24), en el Pacto Internacional de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en particular, en el artículo 10) y

en los estatutos e instrumentos pertinentes de los organismos especializados

y de las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del

niño, ya que a partir de su falta de madurez física y mental necesitan de

protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal tanto

antes como después del nacimiento.

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En las Reglas de Beijing aprobadas por la Asamblea General de las Naciones

Unidas en su resolución 40/33, anexo 40, en el año de 1985, se establece en

sus principios generales que la justicia de menores se ha de concebir como

una parte integrante del proceso de desarrollo nacional de cada país y deberá

administrarse en el marco general de justicia social para todos ellos, de

manera que contribuya a la protección de los jóvenes y al mantenimiento del

orden pacífico de la sociedad. Estas reglas si bien son principalmente

aplicables a menores infractores, son extensivas a aquellos que puedan ser

procesados por cualquier acto que no sea punible, tratándose del

comportamiento de los adultos.

El Protocolo Iberoamericano de Actuación Judicial para Mejorar el Acceso a la

Justicia de Personas con Discapacidad, Migrantes, Niñas, Niños,

Adolescentes, Comunidades Indígenas, aprobado en la XVII Cumbre Judicial

Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile en abril de 2014, prevé en el

apartado correspondiente a consideraciones para el juzgador relacionadas

con los derechos de los menores a su no discriminación y derecho a ser

escuchados, el garantizarles un trato diferenciado y especializado en la

secuela procesal, en condiciones adecuadas, de modo que cualquier decisión

debe basarse en el reconocimiento de sus características, tomando las

previsiones necesarias para que las distintas etapas procesales se desarrollen

atendiendo a esas características y necesidades de los menores. Asimismo, el

juez o magistrado competente se asegurará de que las niñas, niños y

adolescentes puedan esperar en salas adaptadas para ellos, siempre que

existan1.

Como se señala en la introducción de este documento, en el 2014 la Suprema

Corte de Justicia de la Nación publicó la segunda edición del Protocolo de

actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren niñas, niños

1 Sobre la particular previsión de espacios de espera y juzgados idóneos, este protocolo consideró el Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren niñas, niños y adolescentes, emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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y adolescentes, previendo en su contenido la necesidad de espacios

adecuados de estancia e intervención procesal de esos menores.

En este contexto, la Primera Comisión de la Comisión Permanente del

Congreso de la Unión aprobó un dictamen fechado el 20 de agosto de 2014,

dirigido al Consejo de la Judicatura Federal y Poderes Judiciales de las

entidades federativas, con el siguiente acuerdo:

UNICO.- La Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión reconociendo

los principios de independencia y autonomía judicial, solicita respetuosamente

al Consejo de la Judicatura Federal y a los Poderes Judiciales de las

entidades federativas, que consideren incluir en el Protocolo de Actuación

para quienes imparten justicia en casos que involucren niñas, niños y

adolescentes, la construcción de espacios lúdicos dentro de los juzgados.”

El comunicado de ese acuerdo propició el inicio de los trabajos al interior del

Consejo de la Judicatura Federal para materializar los espacios lúdicos

señalados, no obstante que el aludido Protocolo de actuación de la Suprema

Corte de Justicia la Nación, ya lo prevé.

Con fecha 4 de diciembre de 2014 fue publicada en el Diario Oficial de la

Federación la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes,

en la que se reconocen esos derechos y se establece el marco regulador al

que deben sujetarse principalmente todas las autoridades del Estado

Mexicano. En el artículo 83, fracción XI, se prevén de manera expresa un

mínimo de obligaciones a cargo de las autoridades que sustancien

procedimientos de carácter jurisdiccional o administrativo o que realicen

cualquier acto de autoridad en los que estén relacionados niñas, niños o

adolescentes, considerando su edad, desarrollo evolutivo, cognoscitivo y

grado de madurez. Entre las obligaciones impuestas se encuentran garantizar

la protección y prevalencia del interés superior de la niñez, brindarles

información clara, sencilla y comprensible, así como asistencia profesional

especializada según se requiera y destinar espacios lúdicos de descanso y

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aseo en los recintos en que se lleven a cabo los procedimientos en que deban

intervenir.

En el marco de la reforma constitucional de junio de 2011 relacionada con el

reconocimiento de los derechos humanos y sus garantías a favor de las

personas, así como en observancia de los preceptos de la Ley General de los

Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, el Pleno del Consejo de la

Judicatura Federal en sesión de 11 de marzo de 2015 (publicado en el Diario

Oficial de la Federación el 18 de marzo del mismo año) emitió el acuerdo

general sin número por el que modifica el diverso que establece las

disposiciones en materia de actividad administrativa del propio Consejo, por el

que se garantiza el ingreso de los menores de edad a los inmuebles que

administra, así como que la normativa administrativa que se emita atienda a

un modelo de inclusión sin que, en consecuencia, exista discriminación

alguna, acorde con los derechos de los menores de edad y atento a los

instrumentos nacionales e internacionales que los reconozcan, por lo que

instruyó una inmediata revisión de su normativa interna.

Producto de la revisión instruida, el mismo Pleno del Consejo en sesión de 22

de abril de 2015 (publicado en el Diario Oficial de la Federación el 25 de mayo

del mismo año), emitió el acuerdo general por el que reforman y adicionan

diversos acuerdos, para establecer las disposiciones que reglamentan el

acceso, permanencia y salida de las niñas, niños y adolescentes.

Así, en el artículo 932 Bis del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la

Judicatura Federal, que establece las disposiciones en materia de actividad

administrativa del propio Consejo, se dispone que, de conformidad con la

suficiencia presupuestal y atendiendo a los espacios físicos con los que se

cuente en los respectivos inmuebles, se destinarán espacios lúdicos de

descanso y aseo para niñas, niños y adolescentes en las instalaciones en que

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se lleven a cabo procedimientos de carácter jurisdiccional y administrativo en

que deban intervenir.

El artículo transitorio cuarto del acuerdo que adicionó el citado artículo 932

Bis, instruyó a la Secretaría Ejecutiva de Administración a que por conducto

de sus unidades administrativas competentes y la Coordinación de Seguridad

del Poder Judicial de la Federación, llevaran a cabo las acciones necesarias

para la implementación.

De acuerdos asumidos en reuniones de trabajo para implementar los espacios

lúdicos, coordinadas por la Secretaría Ejecutiva de Administración, en las que

participaron las Direcciones Generales de Servicios al Personal; Servicios

Generales; Programación y Presupuesto; Inmuebles y Mantenimiento;

Servicios Médicos; Recursos Materiales; Innovación, Planeación y Desarrollo

Institucional; Protección Civil y Salud en el Trabajo, así como las

Coordinaciones de Administración Regional y de Seguridad del Poder Judicial

de la Federación, la Secretaría Ejecutiva de Carrera Judicial y Creación de

Nuevos Órganos, la Unidad para la Implementación de la Reforma Penal y la

Dirección General de Derechos Humanos, Equidad de Género y Asuntos

Internacionales, se advirtió la conveniencia de contar con un documento

técnico en el que se establecieran modelos arquitectónicos de esos espacios

destinados a descanso y aseo, cuyos usuarios sean niñas, niños y

adolescentes que deban intervenir en algún procedimiento de carácter

jurisdiccional o administrativo, así como el establecimiento de consideraciones

básicas para su instalación y reglas iniciales de organización y

funcionamiento; todo con el fin de coadyuvar en la promoción, respeto,

protección y garantía del derecho a la seguridad jurídica y debido proceso a

las niñas, niños y adolescentes, con la implementación de esos espacios

lúdicos, a partir de su idoneidad.

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II. OBJETIVO

Implementar y/o adecuar en los inmuebles que alberguen órganos

jurisdiccionales o administrativos que administre el Consejo de la

Judicatura Federal, espacios lúdicos idóneos para descanso y aseo de

las niñas, niños y adolescentes que participen en procedimientos de

dichas naturalezas.

Coadyuvar en la promoción, respeto, protección y garantía del derecho

a la seguridad jurídica y debido proceso a las niñas, niños y

adolescentes, con la implementación de esos espacios lúdicos, a partir

de su idoneidad.

Establecer consideraciones básicas para la instalación de los espacios

lúdicos, así como reglas iniciales de su organización y funcionamiento.

III. MARCO JURÍDICO

Nacional

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. NORMA Oficial Mexicana NOM-032-SSA3-2010, Asistencia social.

Prestación de servicios de asistencia social para niños. Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por

el que se expide el similar que reglamenta la organización y funcionamiento del propio Consejo.

Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal que establece las disposiciones en materia de actividad administrativa del propio Consejo.

Protocolo de Actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren niñas, niños y adolescentes, emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Internacional

Declaración Universal de Derechos Humanos. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Declaración Americana de los Derechos Humanos. Convención Americana sobre Derechos Humanos.

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Convención sobre los Derechos del Niño. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la

justicia de menores (Reglas de Beijing). Protocolo Iberoamericano de actuación judicial para mejorar el acceso

a la justicia de personas con discapacidad, migrantes, niñas, niños, adolescentes, comunidades y pueblos indígenas, 2012.

Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 5 Medidas Generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (artículos 4 y 42 y párrafo 6 del artículo 44).

Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 10 Los derechos del niño en la justicia de menores.

Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 12 El derecho del niño a ser escuchado.

Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 14 Sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial.

Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 17 Artículo 24 Derechos del Niño.

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-17/2002 Condición Jurídica y los Derechos Humanos del Niño, 28 de agosto de 2002, Serie A, No. 17.

IV. JUSTIFICACIÓN

Las obligaciones del Estado Mexicano que se derivan del marco constitucional

y de los tratados internacionales ratificados por el mismo, así como de las

características específicas de la infancia y adolescencia, que requieren de las

autoridades en general brindar a las niñas, niños o adolescentes una atención

especializada. En particular, en el caso de las autoridades que conozcan de

procesos o procedimientos jurisdiccionales o administrativos en los que deban

intervenir menores, la atención especializada reviste mayor rigor,

principalmente cuando sus derechos y prerrogativas se encuentren

comprometidos.

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Por derechos del niño2 se debe entender, como los derechos humanos que

corresponden a las personas menores de edad, tanto aquellos derivados de

su condición de seres humanos, como por su situación de minoría de edad3.

La protección constitucional del niño ha tomado diversas formas: en

algunos casos se menciona expresamente a los niños y se les atribuyen

algunos derechos, en otros casos, se les reconoce a los niños como

titulares de derechos y se hace una remisión al derecho internacional, y

un tercer modelo, establece derechos a favor de la familia y los hijos. Es

este último el más frecuente en las Constituciones Latinoamericanas…

[sic]4

Lo relevante del desarrollo normativo relativo a los menores es que supone un

reconocimiento de la infancia como sujeto pleno de derechos, asignándole un

catálogo amplio respecto de los cuales el Estado Mexicano adquiere claras

obligaciones.

En el caso específico del Poder Judicial de la Federación, tiene la

responsabilidad de administrar justicia por tribunales que estén expeditos para

impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus

resoluciones de manera pronta, completa e imparcial, así como gratuita.

Asimismo, es el principal responsable de garantizar el acceso a la justicia de

todas las personas, atendiendo a las particularidades de cada una de ellas.

Es así que en tratándose de niñas, niños y adolescentes los juzgadores o

resolutores están obligados a respetar y garantizar los principios relacionados

con sus derechos humanos en todas las etapas del proceso judicial o

2 El artículo 1º de la Convención Americana de Derechos Humanos identifica como “niño” a todo ser humano menor de

dieciocho años de edad, salvo que en virtud de la legislación aplicable haya alcanzado antes la mayoría de edad, es decir cada Estado tiene la facultad de determinar el límite de la minoría de edad. 3 GONZÁLEZ CONTRÓ, Mónica, “voz: Derechos del niño (general)”, en FERRER MAC-GREGOR, Eduardo, Diccionario de Derecho Procesal

Constitucional y Convencional, Tomo I, CJF-UNAM, México, 2013, pp. 544-546. 4 Ídem

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Principios de la Convencio n de los Derechos de las nin as, nin os y adolescentes.

1. Interés superior del

niño.

2. No discriminación.

3. El derecho a opinar en

todos los asuntos que le

afectan y a que sean

debidamente tomadas en

consideración sus

opiniones.

4. El derecho a la vida,

supervivencia y

desarrollo.

administrativo en las que intervengan, sin

importar la materia de la que se trate ni la

calidad procesal en la que participen,

asegurando la plena satisfacción de sus

derechos.

Al efecto, el principio del interés superior

del menor se erige como rector-guía,

determinante de las actuaciones judiciales,

ya que permite garantizar el goce y

ejercicio pleno de sus derechos,

principalmente de aquellos que incidan en

su desarrollo físico, mental, espiritual,

moral, psicológico y social.

Para lograr garantizar el pleno goce y

ejercicio de los derechos de los menores

comprometidos en algún proceso o

procedimiento, el juzgador o resolutor debe

desplegar acciones afirmativas, ajustes

razonables o cualquier medida tendente a

nivelar su particular estado de

vulnerabilidad, sin afectar con ello su

autonomía, independencia, objetividad e

imparcialidad judicial o resolutora,

sujetándose a la normativa, protocolos de

actuación o criterios jurisprudenciales que

orienten o impongan un determinado

actuar.

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Existen acciones afirmativas, ajustes razonables o medidas niveladoras que

escapan a la función del juzgador y que corresponde desplegarlas a los

órganos administrativos judiciales, que coadyuvan a hacer efectiva la garantía

de acceso a la justicia, como proporcionar infraestructura física u

organizacional propicias. Tal es el caso de los espacios físicos y equipamiento

para desahogo de diligencias jurisdiccionales o administrativas y de los

espacios lúdicos para descanso y aseo.

Es preciso reiterar que los espacios físicos en los que se encuentran las

niñas, niños, así como adolescentes que participan en procesos judiciales o

administrativos son de gran importancia, especialmente si se consideran las

características de la infancia y cómo pueden incidir en el desarrollo idóneo de

las diligencias procesales y el buen curso de los procesos y procedimientos.

El Comité de los Derechos del Niño ha señalado que el interés superior de

éste es un concepto triple:

1. Derecho sustantivo: El derecho a que el interés superior del niño sea

una consideración primordial y se tome en cuenta al momento de la

ponderación de distintos intereses al adoptar cierta decisión. La

Convención sobre los Derechos del Niño establece una obligación

intrínseca para los Estados de aplicación directa de este principio, que

es invocable frente a los órganos judiciales;

2. Principio jurídico interpretativo fundamental: Se elegirá la interpretación

que satisfaga más ampliamente el interés superior del niño y,

3. Norma de procedimiento: El proceso de toma de decisiones debe incluir

siempre una consideración de las posibles repercusiones, tanto

positivas, como negativas, de la decisión en el desarrollo del niño.5

5 PÉREZ VÁZQUEZ, Carlos, “voz: Interés superior del niño”, en FERRER MAC-GREGOR, Eduardo, Diccionario de Derecho Procesal Constitucional y Convencional, Tomo II, CJF-UNAM, México, 2013, pp.715-716.

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Lo anterior no sería posible únicamente con la garantía formal, es decir, con

que niñas, niños o adolescentes puedan acudir a juzgados o tribunales, sino

que requiere de garantías efectivas que involucran una serie de

consideraciones y adecuaciones procesales e incluso, de accesibilidad, entre

ellas, las modificaciones de la infraestructura física en sus inmuebles, que

permitan el ejercicio pleno del acceso a la justicia, esto es, una plena tutela

judicial efectiva. En ese tenor, los espacios de espera tendrán como fin

coadyuvar al aseguramiento de que en las actuaciones procesales de la

persona menor de edad se respete el debido proceso.

Acorde con los nuevos estándares que el derecho internacional de los

derechos humanos ha desarrollado sobre los derechos de niñas, niños y

adolescentes, el Consejo de la Judicatura Federal requiere modificar sus

entornos físicos en áreas judiciales y administrativas, que permitan el ejercicio

pleno de sus derechos al debido proceso, de acuerdo a las formalidades

propias de los procedimientos y entornos judiciales.

El objetivo particular de este documento es definir o establecer las bases

iniciales para la implementación de aquellos espacios para descanso y aseo,

que la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (artículo 83,

fracción XI) y el Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura

Federal, que establece las disposiciones en materia de actividad

administrativa del propio Consejo (artículo 932 Bis) disponen, para coadyuvar

a garantizar el derecho a la seguridad jurídica y debido proceso de los

menores.

Las acciones que se emprendan para la instalación de espacios lúdicos para

niñas, niños y adolescentes no sólo dan positividad y vigencia a las

previsiones normativas de la ley y acuerdos señalados, sino también a la

Convención sobre los Derechos del Niño que al efecto establece:

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1. Interés superior del

niño.

2. No discriminación.

3. El derecho a opinar en

todos los asuntos que le

afectan y a que sean

debidamente tomadas en

consideración sus

opiniones.

4. El derecho a la vida,

supervivencia y

desarrollo.

"todas las medidas concernientes a los

niños que tomen las instituciones públicas

o privadas de bienestar social, los

tribunales, las autoridades Administrativas

o los órganos legislativos, una

consideración primordial a que se

atenderá será el interés superior del

niño".

Además, los espacios lúdicos para los

menores de edad en los inmuebles que

administra el Consejo de la Judicatura

Federal deben invariablemente corresponder

a un modelo de inclusión y no discriminación

en sentido alguno, atento a los nuevos

estándares que el derecho internacional de

los derechos humanos ha desarrollado sobre

los derechos de niñas, niños y adolescentes.

La Convención sobre los Derechos del

Niño y la interpretación por el Comité

respectivo postulan cuatro principios

rectores para la implementación de los

espacios lúdicos, los que se han entendido

como guías indispensables para la

comprensión e interpretación de los

derechos de niñas, niños y adolescentes, a

considerarse en la tramitación de un juicio

en el que ellos intervengan o participen, ya

sea ejerciendo su derecho de acceso a la

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justicia o en el cual se tomen decisiones que les afecten de manera

indirecta:

1. Interés superior del niño.

2. No discriminación.

3. El derecho a opinar en todos los

asuntos que le afectan y a que sean

debidamente tomadas en consideración

sus opiniones.

4. El derecho a la vida, supervivencia y

desarrollo.

Por lo anterior, la disposición de condiciones adaptadas a niñas, niños y

adolescentes considerando, entre otras cuestiones, el mobiliario idóneo a su

desarrollo físico, para aquellos espacios y elementos que deban ocupar,

resultan indispensables para la efectividad de su intervención.

Asimismo, contar con un área de espera en la que se coloquen juguetes,

artículos didácticos y demás insumos que propicien un ambiente agradable y

tranquilo para el descanso y con ello se eviten condiciones que puedan causar

estrés al menor, son medidas que tienden a mejorar su experiencia durante

los procesos judiciales o administrativos.

Como se ha señalado, la infancia tiene características específicas,

estructurales que obedecen a la etapa de desarrollo en que se encuentran,

que son muy distintas a las de los adultos. Si estas características no

repercutieran en la forma en que un niño, niña o un adolescente participa en

un proceso judicial, serían irrelevantes; sin embargo, sí impactan y de manera

determinante en cómo participa, en la forma en la que rinde su testimonio, en

cómo lo procesa, en cómo saca conclusiones, etc.

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No considerar estas características y no hacer los ajustes que correspondan

en virtud de ellas, no sólo impide que la participación de la infancia y

adolescencia sea idónea, sino que además genera una victimización

secundaria a la sufrida y que es la razón primigenia por la cual se encuentra

en un tribunal.

La participación no adecuada de una persona menor de edad no aporta los

mismos elementos ni información al juzgador o resolutor que cuando sí lo es.

Una atención especializada a las niñas, niños y adolescentes es también una

condición para garantizar la igualdad de sus derechos, de manera particular a

los de acceso a la justicia y de ser oído, es decir a una tutela judicial efectiva.

Lo que una persona menor de edad ve, escucha y el ambiente que le rodea lo

afectan de manera determinante, generándole temores o angustias que le

impiden participar en la diligencia; o bien si son los apropiados pueden

ayudarle a calmarse y transmitirle la confianza necesaria para expresarse sin

temor.

El principio de no discriminación se desdobla también en la obligación de

juzgar con perspectiva de infancia, a partir del reconocimiento de las

particularidades que la caracterizan y que la distinguen de los adultos. Juzgar

con perspectiva de infancia implica que cualquier decisión adoptada en el

ámbito jurisdiccional, que afecte de manera directa o indirecta los intereses de

un niño, niña o adolescente, debe tomarse con base en el reconocimiento de

sus características.

De manera adicional, debe considerarse que el derecho del niño al efectivo

acceso a la justicia conlleva necesariamente la obligación de las instituciones

de procuración e impartición de brindarle el trato diferenciado y especializado

que requiere.

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V. INSTALACIONES Y SERVICIOS

Los espacios lúdicos son recintos y/o áreas habilitadas para el descanso,

aseo y en su caso juego libre, con la intención de proporcionar un punto de

espera en el que a través de juegos, material didáctico y demás insumos

apropiados, se logre un clima neutral que favorezca el ejercicio pleno de los

derechos de la niña, niño o adolescente y que, en su caso, le permitan

manifestarse de manera libre y relajada destacando el cuidado de su salud

emocional en los asuntos que le afecten y sean debidamente tomadas en

consideración sus opiniones en las actuaciones o actos en las que se vea

involucrado.

El Protocolo de Actuación para quienes imparten Justicia en casos que

involucren niñas, niños y adolescentes emitido por la Suprema Corte de

Justicia de la Nación, al incluir en las consideraciones para el juzgador la

creación de espacios de espera para los menores, propone advertir los

espacios siguientes:

Por donde pasará al entrar o salir del juzgado;

El de espera, y

El de desahogo de la diligencia

De igual forma, refiere que cada uno de estos espacios tiene un fin distinto,

aunque se estima conexo, debiendo considerarse las siguientes

particularidades:

Sobre el espacio por donde pasará el niño, niña o adolescente es

fundamental que éste no vea o escuche cosas que puedan causarle

temor, no tener a la vista la rejilla de prácticas o personas privadas de

la libertad, no tener contacto con el agresor o su familia, ni ser expuesto

a ninguna agresión o acción intimidatoria.

En relación al espacio de espera, considerando que es en ese

momento cuando pueden incrementarse los temores o angustias de la

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persona menor de edad, es importante que sean zonas que le permitan

distraerse, mantenerse en calma, considerando aspectos como la

privacidad, comodidad, limpieza y apacibilidad de aquél. En estos

espacios de manera especial es importante que la niña, niño o

adolescente esté acompañado por la persona de su confianza asignada

por el juzgador, quien deberá apoyarlo a mantener la calma y brindarle

información útil sobre lo que sucederá.

Si bien escapa al objeto de este trabajo, pero dado el vínculo entre el

espacio lúdico y aquel donde tendrán lugar las diligencias en que el

menor deba intervenir, es relevante destacar que este último debe ser

lo menos intimidante, que garantice la privacidad; que el registro de la

diligencia sea visible y manejado con naturalidad y transparencia;

asientos que permitan estar al mismo nivel del niño, niña o adolescente

como una medida muy concreta para eliminar formalismos y tener a la

mano los materiales de apoyo para la narrativa infantil y demás ajustes

razonables a considerar.

Además de las consideraciones anteriores, en el espacio lúdico para

descanso y aseo también debe procurarse lo siguiente:

Físicamente el diseño de estos espacios debe contemplar las

características de superficie, equipamiento y acondicionamiento que

generen en el niño una sensación de bienestar, seguridad, protección y

tranquilidad que le permitan expresar sus ideas, temores y

manifestaciones.

Eliminar aquellos elementos o aspectos que visual o auditivamente

puedan impactar al niño, niña o adolescente que acude al tribunal u

órgano administrativo para participar en alguna diligencia.

Estar separados de las salas de espera para los adultos testigos, las

partes o público asistente.

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No deben ser accesibles a los imputados o procesados en asuntos del

orden penal, ni estar a la vista de éstos. Tampoco deben ser accesibles

a las personas que figuren como contraparte en el proceso o

procedimiento de que se trate.

Contar con agua potable disponible para el menor y quien lo acompañe

en su cuidado.

Contendrá el mobiliario, materiales didácticos, juegos y juguetes

necesarios. La elección de mobiliario y materiales está condicionada a

la edad cronológica de los menores que concurren a él; se deben tomar

en cuenta los niveles de desarrollo, intereses y diferentes tipos de

expresión que se utilizan en cada etapa; también deben atenderse a los

requerimientos propios del edificio que albergue los órganos

jurisdiccionales o administrativos, según la afluencia de menores y

edades registradas.

En general el equipamiento y distribución del espacio debe considerar:

o Aire acondicionado.

o Luces controladas, por ejemplo, tipo led y de bajo consumo de

energía6.

o Espacios diferenciados y como mínimo los siguientes: Zona de

acogida, espacios de juegos y sanitarios. Los espacios estarán

organizados por rincones de juego: vivencial, reflexión,

animación, expresión plástica, construcción, música y literatura

infantil o juvenil; cambiador para menores de 4 años; todo lo

anterior, según los requerimientos particulares de los órganos

jurisdiccionales o administrativos donde deban instalarse y la

disponibilidad inmobiliaria y presupuestal lo permitan.

6 Acuerdo General del Comité Coordinador para Homologar Criterios en Materia Administrativa e Interinstitucional del Poder Judicial de la Federación por el que se establecen las medidas de carácter general de racionalidad, disciplina presupuestal y modernización de la gestión para el ejercicio fiscal 2015. Capítulo Cuarto, de las medidas de racionalidad y disciplina presupuestal de los órganos del Poder Judicial en el ámbito de sus respectivas competencias. Décimo noveno, inciso B), punto 4 B).

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o Deberán disponer de un botiquín de primeros auxilios,

resguardado fuera del alcance de los menores, debidamente

cerrado.

o La superficie mínima de espacio útil para el juego de la cámara

lúdica debe ser de 10 metros cuadrados. La capacidad máxima

instalada se establecerá aplicando la proporción de 2 metros

cuadrados de espacio útil por usuario.

En la medida de lo posible, es recomendable que los espacios lúdicos

se sitúen a la entrada de los edificios que alberguen órganos

jurisdiccionales o administrativos que demanden su instalación

(preferentemente la planta baja o a nivel de calle), con el fin de facilitar

la evacuación de los niños, niñas o adolescentes, en caso de alguna

situación de emergencia.

Se deben tomar las medidas para que las instalaciones cumplan la

normativa vigente en materia de seguridad, higiene, sanidad,

accesibilidad, protección civil y supresión de barreras arquitectónicas,

así como otras condiciones en materia de edificación determinadas por

la propia normativa, teniendo en cuenta la edad de las personas

usuarias a las que va destinado el servicio; es obligatorio facilitar el

acceso a los espacios y a las instalaciones a las personas con algún

tipo de discapacidad, así como contar con un programa interno de

protección civil.

VI. MÓDELOS TÉCNICOS

Los siguientes modelos técnicos se realizaron tomando en cuenta las

diferentes edades de los menores, determinando así las dimensiones de los

espacios lúdicos con la finalidad de cumplir con el objetivo de su instalación y

funcionalidad, a partir de su demanda real, edades de los usuarios frecuentes

y la disponibilidad inmobiliaria en el edificio a instalar:

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Modelo 1 de 42 m2 que prevé:

a) Espacio destinado para niñas y niños de hasta 11 años:

Área vivencial/construcción;

Área de literatura y música.

b) Espacio destinado para adolescentes (de entre 12 a 17 años):

Área de reflexión.

c) Sala de espera para adultos.

d) Sanitario mixto, con equipamiento que considera los ajustes razonables

para personas con discapacidad.

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Modelo 2 de 30 m2 que prevé:

a) Espacio único destinado para niñas y niños de hasta 11 años.

b) Espacio único destinado a adolescentes (de entre 12 a 17 años).

c) Sala de espera para adultos.

d) Sanitario mixto, con equipamiento que considera los ajustes

razonables para personas con discapacidad.

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Modelo 3 de 23 m2 que prevé:

a) Espacio único para niñas, niños y adolescentes.

b) Sala de espera para adultos.

c) Sanitario mixto, con equipamiento que considera los ajustes

razonables para personas con discapacidad.

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Modelo 4 de 20 m2 que prevé:

a) Espacio único para niñas, niños y adolescentes.

b) Sala de espera para adultos.

c) Sanitario mixto, con equipamiento que considera los ajustes

razonables para personas con discapacidad.

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VII. MEDIDAS DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN CIVIL

A partir de lo recomendado por la Dirección General de Protección Civil y

Salud en el Trabajo del Consejo de la Judicatura Federal y observando la

NORMA Oficial Mexicana NOM-032-SSA3-2010, Asistencia social. Prestación

de servicios de asistencia social para niños, niñas y adolescentes en situación

de riesgo y vulnerabilidad, se deben considerar las siguientes:

Atender los lineamientos del plan rector en materia de accesibilidad

para personas con discapacidad del Poder Judicial de la Federación7.

El tipo de cristal que se utilice deberá ser templado y con espesor

suficiente para evitar su rotura por cualquier tipo de objeto.

La distribución de mobiliario deberá permitir el libre movimiento entre

personas, así como una evacuación rápida sin obstáculos.

Los objetos o muebles que se encuentren dentro del espacio, no

deberán ser de vidrio u algún otro objeto que pueda generar un riesgo o

afectar la integridad física. Todo el mobiliario y equipo del espacio

deberá contar con material retardante al fuego.

Las mesas o juegos didácticos deberán tener bordes redondeados.

Acabados lisos, de preferencia con materiales existentes en la región;

en pisos interiores deben emplearse materiales resistentes, seguros y

de fácil limpieza y desinfección; en pisos exteriores, se deben emplear

materiales resistentes, naturales o artificiales, todos antiderrapantes.

Sanitarios con inodoros, lavabos, de acuerdo al modelo de atención.

Los muebles sanitarios deberán tener bordes redondeados. El baño no

deberá contar con espejos. También deberán contar con el

equipamiento para su uso fácil y adecuado para menores con alguna

discapacidad. Los pisos del baño debe ser de material anti- derrapante.

7 Aprobado en lo general, por el Comité Coordinador para Homologar Criterios en Materia Administrativa e Interinstitucional del

Poder Judicial de la Federación el 18 de febrero de 2015.

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Todos los contactos eléctricos deberán contar con mecanismos de

protección y aparatos con reguladores de voltaje.

Contar con iluminación natural y artificial.

Cada espacio deberá tener un botón de pánico para emergencia.

Que el abatimiento de las puertas de salida sean en dirección a la ruta

de evacuación, con ancho conforme a la Norma Vigente, para que

permita un desalojo fluido y seguro.

Contar con ventilación adecuada que permita la circulación del aire y

evite temperaturas extremas. En su caso, contar con sistemas de

calefacción y aire acondicionado regulables.

Contar con un botiquín de primeros auxilios, en aquellos casos en que

en el edificio no se cuente con servicio médico del Consejo de la

Judicatura Federal.

Capacitación sobre protocolos de protección civil y manejo adecuado

de menores, a los servidores públicos encargados de la administración

y seguridad de los espacios lúdicos, así como al personal que

eventualmente apoye en el cuidado de los menores.

Contar con la señalización en materia de Protección Civil.

Contar con un circuito cerrado de televisión (CCTV).

Contemplar dentro de los seguros institucionales, el relativo a

responsabilidad civil o caso fortuito8para las personas que se

encuentren en estos espacios.

VIII. CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA LA INSTALACIÓN DE LOS ESPACIOS LÚDICOS

El artículo 932 Bis del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura

Federal, que establece las disposiciones en materia de actividad

administrativa del propio Consejo, en consonancia con el artículo 83, fracción

8 Los casos fortuitos, lo mismo que los de fuerza mayor, pueden ser producidos por la naturaleza o por el hecho del hombre.

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XI, de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, establece

que los espacios lúdicos serán:

Para descanso y aseo;

Se instalarán en órganos jurisdiccionales o administrativos en los que

deban intervenir niñas, niños o adolescentes. Para ello, de conformidad

con lo previsto en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y

Adolescentes, se considerarán niños y niñas los menores de 12 años, y

adolescentes las personas mayores de 12 y menores de 18 años9.

Los usuarios serán precisamente esos menores que deban intervenir

en algún procedimiento;

Su instalación está condicionada a la suficiencia presupuestal y a los

espacios físicos disponibles.

Impuesta normativamente la obligación de instalar espacios lúdicos, es

preciso que las áreas administrativas del Consejo de la Judicatura Federal,

que conforme a sus atribuciones les corresponda realizarlo, consideren,

aparte del objeto y alcance del espacio, los siguientes particulares:

Estimar invariablemente en los planes y programas anuales o

plurianuales de trabajo la instalación de los espacios lúdicos, tanto en

lo que respecta a las previsiones presupuestales como a las de

espacios en los que se instalarán.

La instalación de los espacios lúdicos será por edificio no por órgano

jurisdiccional o administrativo.

Se instalarán en aquellos edificios que realmente tengan necesidad del

espacio, a partir del índice de asistencia de menores a los órganos

9 Artículo 5: Son niñas y niños los menores de doce años, y adolescentes las personas de entre doce años cumplidos y menos de

dieciocho años de edad. Cuando exista la duda de si se trata de una persona mayor de dieciocho años de edad, se presumirá que es adolescente. Cuando exista la duda de si se trata de una persona mayor o menor de doce años, se presumirá que es niña o niño.

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jurisdiccionales o administrativos que los alberguen, para participar en

algún procedimiento.

Para la elaboración de los proyectos ejecutivos de espacios lúdicos, en

particular, para determinar sus dimensiones, distribución, equipamiento

y tecnología, se atenderá a las necesidades del edificio de que se trate,

a partir del registro de asistencia de menores en los 6 meses previos,

de las edades más frecuentes, entre otros particulares; información que

será proporcionada por la Coordinación de Seguridad del Poder

Judicial de la Federación.

El espacio estará organizado por rincones de juego adecuado a las

edades de las niñas, niños y adolescentes, según los requerimientos

particulares de los órganos jurisdiccionales o administrativos ubicados

en el edificio donde se instalará, tales como de expresión plástica,

construcción, literatura infantil, música, entre otros, los que, de manera

enunciativa, consideraran los siguientes insumos para el uso o

esparcimiento de los menores:

Expresión plástica: Hojas de papel tipo bond color blanco y a

colores, crayones, colores de madera, plumones de agua,

revistas con contenido didáctico, tijeras de punta roma,

pegamento no tóxico, cuadernillos para colorear, caballete de

plástico, masa suave no toxica. Mobiliario: mesas y sillas para

niñas, niños y adolescentes, libreros fijos para colocación del

material.

Construcción: Bloques de plástico y de madera, juguetes para

apilar. Mobiliario: Tapetes de foami o cualquier otro material

suave y de fácil limpieza.

Literatura infantil: Libros, cuentos, historietas, revistas con

contenido didáctico. Mobiliario: Puff y/o cojines, exhibidores fijos

para libros.

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Música: Un reproductor, música para niños o jóvenes, de

relajación, con un volumen moderado. También puede haber

instrumentos de percusiones menores.

Otros: Televisión y reproductor de DVD-Blue Ray y películas

infantiles o juveniles, rompecabezas y en general juegos de

mesa.

Con el fin de procurar un ambiente de tranquilidad y apacibilidad los

colores de las paredes y del mobiliario se recomienda en colores

primarios, pastel, lavables, de materiales no tóxicos. Los espacios

deberán contar con un despachador de agua purificada.

Dentro del sanitario deben considerarse las diferentes edades de las

niñas, niños y adolescentes, así como los ajustes razonables para

personas con discapacidad. Los dispensadores de jabón, papel y

toallas deben estar fijos a las paredes y a la altura de los menores y los

botes de basura deben tener tapa.

La instalación y mantenimiento de los espacios lúdicos debe realizarse

con permanente actualización, observando los marcos normativos que

prevean derechos de niñas, niños y adolescentes.

Las áreas administrativas deben establecer programas permanentes de

capacitación para el personal de su adscripción, que garanticen una

efectiva y eficiente observancia de las previsiones relativas al acceso,

permanencia y salida de los menores de edad de las instalaciones que

administra el Consejo de la Judicatura Federal.

IX. ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

Como reglas iniciales de organización y funcionamiento de los espacios

lúdicos para descanso y aseo, se establecen las siguientes:

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1. De conformidad con la suficiencia presupuestal y áreas físicas

disponibles, los espacios lúdicos se instalarán en los edificios que

alberguen órganos jurisdiccionales o administrativos que los requieran,

a partir del registro de asistencia y edades de niños, niñas y

adolescentes.

2. El control, administración y mantenimiento de los espacios lúdicos

corresponderá a las administraciones regionales, delegaciones

administrativas o administraciones de los edificios en que se ubiquen,

las que gestionarán lo necesario para su buen funcionamiento, así

como el suministro de materiales y demás insumos que lo garanticen.

3. Los presidentes e integrantes de la Unidad Interna de Protección Civil

del edificio en que se ubiquen los espacios lúdicos, deberán aplicar los

protocolos en la materia.

4. Los espacios lúdicos funcionarán exclusivamente como áreas para

descanso y aseo temporal.

5. Los usuarios del espacio lúdico serán niñas, niños y adolescentes que

deban intervenir en algún procedimiento o proceso del conocimiento de

algún órgano jurisdiccional o administrativo. A petición del juzgador o

resolutor, extraordinariamente podrá darse acceso a menores que no

participen en algún procedimiento pero que se encuentren en compañía

de alguno que deba hacerlo o de algún adulto con quien haya asistido e

igualmente deba participar en alguna diligencia procesal.

6. Al espacio lúdico ingresarán las niñas, niños o adolescentes

acompañados por un adulto que será su padre, madre o persona que lo

acompañe, designado por el menor por ser de su confianza y

autorizado por el juzgador o resolutor del proceso o procedimiento en

que deba participar.

7. El cuidado y vigilancia de las niñas, niños y adolescentes durante su

estancia en los espacios lúdicos corresponderá a la madre, al padre, o

a la persona que lo acompañe. Cuando se trate de algún adolescente

que asista sin acompañante, corresponderá a la administración del

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inmueble de que se trate apoyar en dicha labor; asimismo, cuando un

adulto deba intervenir en un proceso o procedimiento y ocurra

acompañado de un menor que no deba hacerlo.

8. Los juzgadores o resolutores a cargo de los procesos o procedimientos

en que deban intervenir niñas, niños o adolescentes, tomarán las

previsiones necesarias que eviten la saturación de los espacios lúdicos;

en su caso, las administraciones regionales, delegaciones

administrativas o administraciones de edificios brindarán el apoyo que

les sea solicitado.

9. Los adultos responsables del cuidado y vigilancia de los menores se

sujetarán a los instrumentos normativos que reglamenten la

organización y funcionamiento del espacio.

10. El horario de estos espacios será de lunes a viernes de las 9:00 a las

18:00 horas; salvo que por necesidades del servicio y por acuerdo

fundado y motivado del juzgador o resolutor del proceso o

procedimiento en que deba intervenir el menor, deba anticiparse o

prolongarse, lo que se hará del conocimiento del responsable de la

administración del edificio.

11. Los juguetes, material didáctico y demás insumos dispuestos para los

menores deben estar a su alcance, en lugares visibles y en condiciones

adecuadas para su uso. Podrán hacer uso de ellos de manera libre y

espontánea, pero siempre bajo la vigilancia y cuidado de la madre,

padre o persona que los acompañe.

12. En caso de que el inmueble cuente con servicio médico y de requerirse

atención de urgencia para un menor que se encuentre en el espacio

lúdico, podrá brindársele por parte de aquél.

13. En el funcionamiento de los espacios lúdicos deberán observarse la

legislación, acuerdos generales, protocolos, manuales y demás

instrumentos normativos aplicables y vigentes. En todo momento debe

imperar un ambiente de respeto entre los usuarios y encargados de la

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operación, conservando la higiene y evitando la introducción de

alimentos.

14. Las Direcciones Generales de Servicios al Personal, de Derechos

Humanos, Equidad de Género y Asuntos Internacionales, de Asuntos

Jurídicos y demás áreas que conforme a sus atribuciones resulten

vinculadas, brindarán el apoyo y asesoría que, en su caso, se les

requiera, para garantizar la adecuada operación de los espacios

lúdicos.

15. Corresponde a la Comisión de Administración la facultad de interpretar

y resolver cualquier situación no prevista que se suscite con motivo de

la aplicación de estas reglas.