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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD de FILOSOFÍA y LETRAS Colegio de Lengua y Literaturas Hispánicas APUNTES Y EJERCICIOS PARA ESPAÑOL 1 Y 2 Año escolar 2012 Mtra. Fulvia María Colombo Airoldi Ayudante: Deneb Avendaño Domínguez Tema 3. El nivel sintáctico. 3.1. Campo de estudio. 3.2. Unidades del nivel sintáctico: el sintagma. 3.3. La endocentricidad y el concepto de núcleo. 3.4. La frase y la oración. 3.5. La oración. (Algunos enfoques para su definición). 3.6. Constituyentes de la oración: sujeto y predicado. 3.1. Campo de estudio La sintaxis es la disciplina que se ocupa del estudio de los diversos procedimientos que se siguen en una lengua para articular las palabras y formar sintagmas , es decir, las frases y oraciones de la lengua. Es una disciplina combinatoria. Atiende a la manera como se combinan las palabras para formar grupos sintácticos: las frases y oraciones propias de una lengua. La palabra sintaxis procede del griego. En su origen era un término militar que se usaba para denominar un cierto tipo de agrupación de soldados. Apolonio Díscolo, en el siglo II d.C., lo usó para designar el estudio de las relaciones que las palabras contraen entre sí dentro del sintagma. Estas relaciones que establecen los signos lingüísticos al combinarse para formar sintagmas son de diferentes tipos; la tradición gramatical distingue básicamente tres: distribución, orden y dependencia. Distribución. Se refiere a la posición que las unidades lingüísticas ocupan de manera obligatoria en un sintagma. Por ejemplo: El sustantivo aparece siempre en la posición de núcleo en una frase sustantiva, y el adjetivo aparece 1

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOFACULTAD de FILOSOFÍA y LETRAS

Colegio de Lengua y Literaturas Hispánicas APUNTES Y EJERCICIOS PARA ESPAÑOL 1 Y 2

Año escolar 2012 Mtra. Fulvia María Colombo Airoldi

Ayudante: Deneb Avendaño Domínguez

Tema 3. El nivel sintáctico. 3.1. Campo de estudio. 3.2. Unidades del nivel sintáctico: el sintagma. 3.3. La endocentricidad y el concepto de núcleo. 3.4. La frase y la oración. 3.5. La oración. (Algunos enfoques para su definición). 3.6. Constituyentes de la oración: sujeto y predicado.

3.1. Campo de estudio

La sintaxis es la disciplina que se ocupa del estudio de los diversos procedimientos que se siguen en una lengua para articular las palabras y formar sintagmas, es decir, las frases y oraciones de la lengua. Es una disciplina combinatoria. Atiende a la manera como se combinan las palabras para formar grupos sintácticos: las frases y oraciones propias de una lengua.

La palabra sintaxis procede del griego. En su origen era un término militar que se usaba para denominar un cierto tipo de agrupación de soldados. Apolonio Díscolo, en el siglo II d.C., lo usó para designar el estudio de las relaciones que las palabras contraen entre sí dentro del sintagma. Estas relaciones que establecen los signos lingüísticos al combinarse para formar sintagmas son de diferentes tipos; la tradición gramatical distingue básicamente tres: distribución, orden y dependencia.

Distribución. Se refiere a la posición que las unidades lingüísticas ocupan de manera obligatoria en un sintagma. Por ejemplo:

El sustantivo aparece siempre en la posición de núcleo en una frase sustantiva, y el adjetivo aparece acompañando al sustantivo porque modifica o completa su significado: libro interesante, bocacalle peligrosa, asunto aburrido.

El verbo suele ocupar la posición de núcleo en la frase verbal, y los sustantivos o frases sustantivas que lo pueden acompañar funcionan como sus complementos, ya que completan o precisan su significado: Compró un libro a María la semana pasada.

El adverbio puede acompañar a un verbo: Regresó ayer, a un adjetivo, bastante peligrosa, o a otro adverbio, muy bien.

Las conjunciones y preposiciones sólo pueden ocupar la posición de nexos: Perro pero no gato, el niño y la niña; pan de muerto, sin trabajo

Orden. Alude al lugar que deben ocupar ciertas clases de palabras con respecto de otras. Por ejemplo:

En español, el artículo siempre debe colocarse antes del sustantivo: el niño, la tía, los caballos, las rosas. En cambio, en rumano, se coloca después de éste.

Así también, en español, el adjetivo suele ir después del sustantivo, y con menor frecuencia antes. Sin embargo, en inglés y otras lenguas, los adjetivos siempre van antes del sustantivo.

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Dependencia. Con este término se hace referencia a dos clases de conexiones que se establecen entre los elementos lingüísticos de un sintagma: a) la concordancia y el b) régimen.

a) La concordancia gramatical alude al acuerdo que debe establecerse entre ciertas clases de palabras en género (masculino/femenino), número (singular/plural) o persona (primera: la que habla —yo / nosotros,-as—; segunda, con quien se habla —tú, usted / ustedes, vosotros, -as; y tercera de aquello de lo que se habla o de quien se habla —él, ella, ello / ellos, ellas—) Por ejemplo:

Entre el sustantivo y el adjetivo (y/o el artículo) la concordancia es en el género y en el número: el texto inédito, la fortuna adversa, los caballos negros, las delicadas flores, los análisis clínicos, el análisis lingüístico.

Entre el sujeto y el verbo el acuerdo o concordancia se establece en el número y la persona gramatical: el obrero reclamó sus derechos laborales, los obreros reclamaron un horario menos arduo, mi cuñada traerá diversos postres, mis cuñadas traerán la fruta, Nosotros trabajaremos el fin de semana, Yo descansaré en Cuernavaca, etc.

b) El régimen tiene en cuenta el hecho de que ciertas clases de palabras necesitan la presencia de otras. Por ejemplo:

Un verbo transitivo como entregar, decir, regalar, pedir, necesita de un complemento directo; esto es, un elemento nominal que complete el significado del verbo que, de otro modo, resulta incompleto: ayer el profesor entregó (dijo, regaló, pidió) ------ a los alumnos.

Hay ciertos verbos que exigen la presencia de una determinada preposición. Son los llamados verbos de régimen prepositivo: creer en algo, pensar en algo (vs. creer algo, pensar algo), hablar de algo (vs. hablar), acordarse de algo. (vs. acordar algo), referirse a algo (vs. referir algo), ocuparse de algo (ocupar algo), etc.

El empleo del modo verbal (indicativo y subjuntivo) es también un fenómeno de régimen, porque la presencia de sus formas depende de la existencia de cierto tipo de verbos, adverbios o interjecciones; por ejemplo:

Temo (dudo, quiero, necesito...) que vengan = modo subjuntivo Aseguro (afirmo, digo, prometo...) que viene = modo indicativo Quizá (tal vez, ojalá....) venga = modo subjuntivo Ciertamente (seguramente, sin duda...) viene = modo indicativo

Las relaciones de subordinación y de coordinación también se incluyen dentro del régimen.

En la coordinación (o parataxis) relacionamos elementos lingüísticos de igual valor sintáctico. Por ejemplo: pan y mantequilla; útil pero no indispensable; la vida o la muerte; no estudia ni trabaja, no es flojo sino holgazán. Para designar este tipo de relación empleamos las conjunciones o nexos coordinantes (y, ni, pero, sino, o…).

En la subordinación (o hipotaxis) también relacionamos dos elementos, pero uno de ellos funciona como dependiente del otro, se subordina a otro mediante una preposición o un nexo subordinante: Amor de madre, Amor que mata, Dijo que no vendría a la fiesta, Llegó a la casa.

Hay que tener en cuenta que estas relaciones —coordinación y subordinación— se pueden expresar también por simple yuxtaposición; es decir, sin la intervención de un nexo (o asindéticamente): Trabaja, no estudia; No estudia, no trabaja; Dijo: “No iré a la fiesta”; Traje sastre, etc.

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3.2. Las unidades del nivel sintáctico: el sintagma.

Cuando hablamos o escribimos, formamos sintagmas; es decir, cadenas o secuencias lineales de signos lingüísticos que se combinan según determinadas reglas y de conformidad con los procedimientos antes mencionados de distribución, orden y dependencia.

Estas secuencias de signos lingüísticos o sintagmas se dividen en frases y oraciones; y atendiendo a su constitución estructural se identifican como construcciones exocéntricas y endocéntricas (Bloomfield, Hockett).

Las construcciones exocéntricas carecen de núcleo, y su existencia depende de la presencia de por lo menos dos elementos constitutivos que se exigen mutuamente. Sin embargo, en la actualidad, a partir de una concepción amplia del principio de endocentricidad, propuesta por uno de los modelos desarrollados dentro de la teoría generativista, se ha intentado limitar al mínimo la existencia de construcciones exocéntricas. Con todo, creo que las frases preposicionales (de juguete, a su casa, por ella,…) son exocéntricas.1

3.3. La endocentricidad y el concepto de núcleo

La mayoría de los sintagmas son construcciones endocéntricas. Esto es, constan de un núcleo alrededor del cual se distribuyen los elementos que lo modifican (determinantes y complementos o expansiones del núcleo). En los sintagmas endocéntricos, la construcción equivale a la misma clase de palabra que constituye el núcleo y el núcleo es a su vez equivalente de toda la construcción endocéntrica.

El núcleo de una construcción endocéntrica corresponde a una cierta clase de palabra (sustantivo, adjetivo, verbo o adverbio) que predomina en la construcción —no admite ser suprimida— y selecciona los modificadores que pueden acompañarla. Además, el núcleo identifica o caracteriza al sintagma frente a las demás construcciones.

3.4. Las frases

Son sintagmas -o grupos sintácticos- que se encuentran entre una unidad inferior -la palabra- y una unidad superior -la oración-. Por su estructura constitutiva -ya sea endocéntrica o exocéntrica-, y por su funcionamiento, se clasifican en diferentes clases: frases nominales y/o sustantivas, frases adjetivas, frases verbales, frases adverbiales y frases preposicionales.

Las frases preposicionales (Fprep). Como ya he señalado, son construcciones exocéntricas ya que carecen de núcleo y obligatoriamente deben llevar dos elementos: una preposición + el término de la preposición. El término de la preposición suele ser un elemento nominal (una frase sustantiva, un pronombre, un infinitivo o una oración): en la calle, con su permiso, de limón agrio, por ella, para cantar, para que cantes, etcétera.

Frase preposicional

1 Luis González García, “Frases nominales y preposicionales, ¿construcciones endocéntricas o exocéntricas?”, VERBA, 1995, vol. 22: 543-557.

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Preposición + Término de preposición

Las frases nominales o sustantivas (FN).2 Son construcciones endocéntricas. Constan de un núcleo (en negritas) + sus modificadores; por ejemplo: Unas explicaciones poco claras; un trabajo arduo; las luces de la ciudad; perros de pelea; algunos pintores que escriben, la casa donde nací. El núcleo es un sustantivo (o elemento equivalente: pronombre, infinitivo, oración subordinada), puede ir solo o acompañado por los modificadores del sustantivo: determinantes y complementos o expansiones.

Los determinantes suelen ir a la izquierda del sustantivo; sirven para actualizarlo, y pertenecen a paradigmas cerrados (artículos, demostrativos, posesivos, numerales e indefinidos).

Los modificadores (complementos o expansiones) ocupan, por lo general, un lugar a la derecha del sustantivo y suelen expresarse con adjetivos calificativos (arduo), frases adjetivas (poco claras), frases preposicionales (de la ciudad, de pelea), u oraciones de relativo (que escriben, donde nací). El esquema básico de la frase nominal o sustantiva es el que sigue:

Frase nominal (o sustantiva)

Determinante + Núcleo + Modificador

Sin embargo, sus realizaciones concretas pueden ser muy variadas en las oraciones.1. Núcleo solo (sustantivo o pronombre)2. Determinante + Núcleo

Adj. / Fadj. Fpreposicional

3. Det. + Núcleo + Modificador FN Or. subordinada de relativo

4. Oración subordinada (con verbo en infinitivo o conjugado) Las frases adjetivas (FAdj).También son construcciones endocéntricas. Tienen un núcleo expresado con un adjetivo calificativo (en negrita), el cual selecciona a sus modificadores.

A la izquierda del adjetivo suelen colocarse adverbios de cantidad y algunos otros terminados en –mente (muy, poco, bastante, casi, relativamente, endemoniadamente…).

A la derecha del adjetivo se colocan frases preposicionales o frases introducidas por un adverbio relativo. Ejemplos: muy bonita, poco interesante, casi nueva, medio

2 Hay autores (Guillermo Rojo, Tomás Jiménez Juliá) que distinguen entre frases nominales y frases sustantivas, y otros, la mayoría, que consideran que no deben diferenciarse. Los que las distinguen estiman que las Frases Nominales están constituidas por dos elementos cuya presencia es mutuamente obligatoria: un determinante + un nombre; son construcciones exocéntricas, porque carecen de núcleo y ambos elementos deben estar presentes (La noticia, algunos problemas sin respuesta, nuestros libros, tres niños, unas explicaciones poco claras). Las Frases Sustantivas, en cambio, son endocéntricas, y constan de un núcleo sustantivo + sus complementos o expansiones: problemas sin respuesta, explicaciones poco claras, amor que mata, etc.

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loco, endemoniadamente caro, bastante apto para el estudio, libre de culpas, gentil por conveniencia, negro como el carbón, etc.

Frase adjetiva

Modificador + Núcleo + Modificador

Las frases verbales (FV). Son construcciones endocéntricas. Están formadas por un verbo que funciona como núcleo + sus modificadores o complementos: Ayer regalaron un libro a su amigo, Me lo prestó a mí, Trabaja mucho todo el día, Voy a salir por la tarde, Nos presentó a su hermana cuando fuimos a su casa.

Los modificadores o complementos del verbo se expresan con frases nominales (todo el día, un libro), pronombres (me, lo, a mí, nos), frases preposicionales (a su amigo, por la tarde, a su hermana), adverbios (mucho, ayer), y oraciones subordinadas (cuando fuimos a su casa). Su función consiste en completar la significación del verbo y/o añadir información complementaria.

Frase verbal

Núcleo + Complemento(s)

Las frases adverbiales (FAdv). Se inscriben también dentro de las construcciones endocéntricas. Constan de un adverbio que funciona como núcleo y sus modificadores: muy bien, mucho después, poco alegremente, bastante tarde, mucho antes de las diez, lejos del mundanal ruido, arriba de la mesa.

Los modificadores del adverbio normalmente son otro adverbio, preferentemente de cantidad (muy, mucho, poco, bastante...), que se coloca a la izquierda del adverbio, y/o alguna frase preposicional, que va a la derecha (de todo, de las diez, del mundanal ruido, de la mesa).

Frases adverbiales

Modificador + Núcleo + Modificador

NOTA BENE1) Hay ciertas frases verbales a las que llamaremos perífrasis. Son ejemplos de perífrasis: podemos vernos, voy a salir, iba a decirlo, empezó a leer, terminaremos de trabajar, tengo que estudiar, deberás venir, estamos descansando, será invitado, dejó dicho, tengo hechas, etcétera.

Las perífrasis verbales están formadas por un verbo, normalmente conjugado, + otro verbo en infinitivo, gerundio o participio. Estos verbos pueden ir yuxtapuestos o unidos por medio de una preposición o la partícula conjuntiva que. La unión de estos verbos da lugar a una sola predicación; esto es, funcionan como si fueran un único verbo (Voy a salir = saldré).2) Hay expresiones adverbiales que están lexicalizadas y constituyen un todo inanalizable: a tontas y a locas, poco a poco, de pronto, tal vez, a ciegas, de mal en peor, alrededor de (=‘aproximadamente’), a sabiendas, al revés, al natural, cara a cara, de cerca, a sangre fría, de cabo a rabo, de cuando en cuando, a quema ropa, de

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buenas a primera, etcétera. A estas construcciones las llamaremos locuciones adverbiales. 3) También existen ciertas expresiones o frases hechas que funcionan como equivalentes de preposiciones y conjunciones.

Hablaremos de locuciones preposicionales cuando son expresiones que equivalen a una preposición: gracias a, a base de, a cambio de, alrededor de, cara a (=ante), en apoyo de (‘pro’), en aras de, a favor de, con el fin de, al lado de (=‘cabe’)3, en el momento de, etcétera.

Hablaremos de locuciones conjuntivas cuando funcionan como una conjunción: sin embargo (‘pero’), no obstante que (‘aunque’), en el momento que, a fin de que, de manera que, en tanto que, desde que, a medida que,…etcétera.

3.5. La oración. (Algunos enfoques para su definición).

Existe una gran variedad de definiciones para el concepto de oración. De hecho se habla de más de cien definiciones. Sin embargo, éstas pueden reducirse a unas cuantas si se consideran los criterios que se siguen en cada caso para definirlas. Los criterios seguidos para las definiciones de la oración pueden ser de tipo nocional, de tipo formal y mixto. Se presentan en seguida.

a) Criterios nocionales. Dan lugar a definiciones que se pueden clasificar con base en conceptos lógicos, psicológicos o semánticos. Un ejemplo de definición de oración con base en un criterio semántico puede ser: “La oración es un conjunto de palabras con sentido completo”. En la gramática moderna estos criterios nocionales no son bien aceptados. b) Criterios formales. Son definiciones que se basan en algunos rasgos morfológicos o aspectos funcionales que supuestamente caracterizan a las oraciones.

Morfológico: comprende aquellas definiciones que destacan la presencia de un verbo conjugado en la oración.

Funcional: son definiciones que destacan el carácter bimembre de los sintagmas oracionales: sea porque los caracterizan reconociendo en la oración dos elementos constitutivos básicos: O Þ FN + FV, sea porque definen esta unidad atendiendo al funcionamiento de sus elementos constitutivos. En este caso la oración se define como “Sintagma bimembre constituido por un elemento S y un elemento P, donde el elemento P dice algo con respecto del elemento S”, y se representa con la siguiente fórmula: [S ¬ P]. Las oraciones definidas de este modo se clasifican como construcciones exocéntricas.

Autonomía sintáctico-semántica: con este criterio, la oración es definida como “una unidad lingüística que no forma parte de otra unidad”. En consecuencia, tan oración sería ¡Fuego! como Los alumnos llegaron a tiempo, o Trajeron los muebles que compré ayer. Algunos autores prefieren llamarlos enunciados.

Fonético-fonológico: este criterio apunta a que las oraciones son sintagmas que se encuentran entre pausas mayores y tienen una curva melódica específica: descendente en las oraciones declarativas, y ascendente en las interrogativas absolutas. Por ejemplo: Trajeron los muebles que compré ayer. ¿Trajeron los muebles que compré ayer?

3 Cabe, en este caso, es una preposición que equivale a ‘junto a’; con este valor ha desaparecido del uso actual del español. En la expresión Cabe suponer (añdir, decir, etc.), cabe corresponde a la 3a. sing. pres. indic. del verbo caber.

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c) Criterios mixtos: las definiciones de oración combinan dos o más de los criterios anteriores.

3.6. Constituyentes de la oración

Para nuestro análisis vamos a seguir un criterio funcional de oración, y nos referiremos a las oraciones como sintagmas que presentan las siguientes características:

1) La mayoría de las oraciones están formadas por dos elementos constitutivos básicos: O Þ FN + FV:

FN FV El perro de los vecinos / ladró toda la noche

El perro / ladró él / ladró

2) Atendiendo al funcionamiento de estos elementos constitutivos, es posible definir la oración como “sintagma bimembre constituido por un elemento S y un elemento P, donde el elemento P dice algo con respecto del elemento S”. Esta definición se representa con la siguiente fórmula: [S ¬ P]. S = sujeto y P= predicado

sujeto predicado El perro de los vecinos ladró toda la noche

El perro ladró él ladró

Al respecto hay que tener en cuenta, que también hay oraciones sin verbo conjugado: ¿Cantar bien / tú? ¡Caminando! E, incluso, oraciones sin verbo explícito, pero con predicado: “lo que se dice de alguien o de algo”.4

sujeto predicadoEsa película, malísima El chocolate, caliente El tenor, más alto

Las mujeres y los niños, primero

El predicado puede clasificarse en predicado verbal y predicado nominal. Se dice que el predicado es verbal cuando en él aparece un verbo; y nominal, cuando no lleva verbo, como en los ejemplos antes señalados (Esa película, malísima) o cuando aparece con un verbo copulativo, principalmente, ser y estar + un complemento de tipo nominal, adjetivo o adverbial que completa la predicación: Ellos son abogados muy importantes, esa obra es muy interesante, Juan está enfermo.

El sujeto puede ser definido teniendo en cuenta distintas características de tipo nocional, formal y funcional.

1) Una definición muy difundida de tipo nocional identifica el sujeto gramatical con aquella parte de la oración de la que se afirma, niega o pregunta algo. Por tanto, el sujeto se define como aquél o aquello de lo que se dice o predica algo.

Juan llega siempre tarde

4 Esto es, se afirma, niega o pregunta algo respecto de algo o de alguien.

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La verdad absoluta no existeNos reconforta tu tranquilidad

2) Asimismo, otra definición semántica del sujeto gramatical suele identificarlo con la persona que hace la acción designada por el verbo, o ‘agente’ de la acción. En consecuencia se dice que el sujeto es la persona, animal o cosa que hace la acción del verbo. María escribió la carta. Juan estudia todas las tardes.

En efecto, cuando el sujeto gramatical coincide con el agente de la acción porque se trata de una persona o ser animado que realiza la acción verbal, tal identificación es fácil de distinguir. Sin embargo, este criterio nocional o semántico resulta insuficiente y difícil de aplicar si el sujeto gramatical es una entidad inanimada, o si por el tipo de situación que designa el verbo, el sujeto gramatical no actúa como agente de la acción: El asunto de mi prima me preocupa. Eso la tiene muy asustada; La verdad absoluta no existe. Se cerró la puerta. La riqueza atrajo a Juan. Le encanta la música. Me gustaría que fueras al viaje.

O bien, el sujeto gramatical se interpreta como el experimentante del evento:

Los alumnos se asustaron. Mis hijos se enfermaron de paperas. Juan se enojó con sus primos. El niño se cayó. El abuelo falleció en Navidad.

3) También se distingue el sujeto gramatical con los calificativos de activo y pasivo. Se habla de sujeto activo cuando es sujeto gramatical de las oraciones no pasivas; y de sujeto paciente cuando el sujeto gramatical no es ni el agente ni el experimentante de la acción, sino el que padece o sufre la acción del verbo en una oración en voz pasiva.

Los ejemplos de (a) presentan sujeto activo y los de (b), sujeto paciente:

a) Los estudiantes contestaron el examen fácilmente. Juan ama a María. Todos los periódicos difundieron la noticia.

b) El examen fue contestado fácilmente por los alumnos. María es amada por Juan. La noticia se difundió por todos los periódicos.

Ahora bien: no cabe duda que, desde una perspectiva semántica, es posible distinguir una continuidad entre los sujetos gramaticales de diferentes tipos de verbos, que va de un grado mayor de agentividad a un grado menor o a una ausencia total de agentividad. Por ejemplo, compárese el grado de agentividad del sujeto en las siguientes oraciones:

Juan mató al perro rabioso ® Juan corrió ® Juan ama a María ® Juan tiene un coche nuevo ® Juan se avergonzó de sus pecados ® Juan se cayó ® Juan (se) murió → Juan fue regañado por el director…

Como puede apreciarse en los ejemplos anteriores, existen por lo menos tres grados de agentividad: el sujeto es agente de la acción; el sujeto es experimentante y el

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sujeto es paciente. Sujeto agente y sujeto experimentante son sujetos activos, aunque con grados distintos de agentividad. En cambio, el sujeto paciente carece de toda agentividad y se expresa en oraciones pasivas.

Teniendo en cuenta criterios formales, hay que prestar atención a las siguientes consideraciones para el reconocimiento del sujeto gramatical:

1) Recordar que el sujeto suele identificarse con una frase nominal (FN) y el predicado con una frase verbal (FV) entre las que se establece una relación de concordancia; esto es, un acuerdo de número y persona entre el elemento verbal y el elemento nominal.

Con base en esta característica formal, se llama sujeto a la frase nominal o elemento equivalente5 que se distingue en la oración porque concuerda con el verbo en número y persona y puede ser sustituido por un pronombre personal:

La niña dibujó lindos gatitos (ella = 3a. persona singular) Los niños construyeron una linda casita (ellos = 3a. pers. plural)

Mis amigos y yo iremos al teatro (nosotros = 1a. pers. plural)Prefiero los conciertos (<yo> = 1a. pers. singular)Me fascinan los helados de chocolate con menta (ellos = 3a. pers. plur.) Ese cuadro de Francisco Goitia nos encanta (él= 3a. pers. sing.)

2) Otro rasgo formal que identifica a una frase nominal (o elemento equivalente) en función de sujeto gramatical es que no puede llevar preposición. Por tanto en los siguientes ejemplos, el sujeto de la oración es la frase nominal que no lleva preposición y concuerda con el verbo en número y persona:

A Luis le encantaba la primera novela de Vargas Llosa Sorprendió a los sinodales la respuesta del alumno

NOTA BENE: Hay dos excepciones. Con hasta y entre, en ejemplos como:

1) Hasta los niños trabajaron2) Entre Margarita y Juan hicieron el trabajo

En (1) hasta no funciona como preposición sino como un adverbio circunstante con cierto matiz enfático (= ‘aun’, ‘incluso’).

En (2), se dice que la frase prepositiva introducida por entre es el sujeto gramatical, porque la preposición ha perdido su valor y sólo sirve de refuerzo a la conjunción y. Sin embargo, me parece que en este tipo de oraciones se sobreponen dos funciones: la de sujeto y la de complemento circunstancial de “participación”; esto es, una oración como (1) puede reducirse a (2)

1) Margarita y Juan hicieron el trabajo entre los dos 2) Entre Margarita y Juan hicieron el trabajo

Por eso, en la transformación pasiva no es posible que el sujeto gramatical se convierta en complemento agente conservando el “refuerzo” entre y la preposición por, con la cual esta función suele encabezarse normalmente:

5Sustantivo, pronombre personal u otra forma lingüística usada como sustantivo en la frase nominal.

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El trabajo fue hecho *por entre Margarita y Juan.

En cambio, sí se conservan ambas funciones por separado, y marcadas cada una por la correspondiente preposición:

El trabajo fue hecho por Margarita y Juan, entre los dos

3) Con frecuencia se dice que el sujeto gramatical ocupa la posición inicial de la oración, colocado antes de la predicación, de acuerdo al orden sujeto + verbo + complementos, sin embargo, no siempre ello ocurre así. De hecho, es posible hallar al sujeto antes del verbo (1), después del verbo (2), o en medio de la predicación (3). Si bien es cierto que con algunos verbos intransitivos prefiere ir después del verbo (4):

1) Aquella inmensa planicie estaba poco habitada. 2) A cada instante surgían glorietas llenas de flores.

3) En estos últimos días el estado de ánimo de mi hermana ha mejorado.4) Me agradan las personas alegres.

Existen ciertas dificultades Cayó una llovizna refrescante

4) Atendiendo a su estructura, el sujeto puede ser simple o compuesto. Se dice que el sujeto es simple cuando consta de una sola frase nominal o núcleo sustantivo (o pronombre equivalente), como en todos los casos anteriormente apuntados. Y se habla de sujeto compuesto cuando consta de dos o más frases nominales o núcleos sustantivos, como en las siguientes oraciones, y en estos casos concuerdan en plural con el verbo:

Juan y María trabajaron todas las vacaciones Los amigos de mi hermano pero no tus primos asistieron a la fiestaUsted, nosotros o ellos tendremos que cumplir con lo estipulado en el contrato. Lo trágico y lo irónico aparecen en su obra.

Sin embargo, cuando el sujeto compuesto va pospuesto y se percibe como una unidad, el verbo aparece en singular: Le gusta lo dulce y lo agrio

5) Finalmente, el sujeto gramatical puede faltar de una oración por diversas

razones. a) Se dice que el sujeto se halla tácito, sobreentendido o elidido si no aparece de manera explícita en la oración, pero puede recuperarse en el contexto. Ello ocurre cuando por ser conocido no es necesario repetirlo (1); o bien, porque se deduce de la situación de comunicación (2):

1) Juan atropelló al gato y <> huyó. 2) ¿Te divertiste en la fiesta?

b) En otros casos el sujeto gramatical simplemente no existe, no puede ser reconstruido; y, entonces, se habla de oraciones impersonales.

La inexistencia del sujeto puede deberse a diversas causas: ocurre porque al hablante no le interesa mencionar al sujeto (1); o bien, el sujeto es tan obvio que no es

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necesario mencionarlo (2); o el hablante desconoce en verdad quién es el sujeto (3); o, finalmente, porque se trata de verbos que se usan sin sujeto gramatical (4):

1) Me regalaron un libro muy bonito Ayer nos chocaron el coche nuevo.

2) Me multaron por estacionarme en InsurgentesSe llevaron mi coche al corralón

3) Tocan a la puerta. Te llaman por teléfono

4) Llovió toda la noche. Es temprano.

Español 1. Ejercicio de identificación de frases.

I. Frases nominales y preposicionalesa) Señalar los constituyentes inmediatos.b) Separar las frases nominales y las frases preposicionales.

1. Un infarto. 2. Muchos años. 3. Factores semánticos. 4. Salones sombríos. 5. Vastos salones. 6. Vastos salones sombríos. 7. La codificación gramatical. 8. Un hombre moroso y sombrío. 9. Una hermosa y decrépita casa de campo. 10. La despaciosa humildad de su talante. 11. Su talante de pequeño empresario catalán. 12. Un gran patio con columnas elegantes. 13. La inocencia pueril de sus observaciones. 14. La dimensión social del hecho arquitectónico. 15. Su mejor amigo. 16. Su común aventura de la guerra. 17. Toda la importancia del mundo. 20. La única aventura real de su vida. 21. El libro que te regalé. 22.El periódico español que me mandó. 23. Un cuadro tuyo que ella había comprado. 24. La casa donde viven mis abuelos. 25. En una buhardilla que miraba al parque.

II. Frases adjetivas.a) Subrayar las frases adjetivas.b) Señalar sus constituyentes inmediatos.

1. Un cuadro muy bonito. 2. Un chiste muy atrevido. 3. Una muerte muy dolorosa. 4. Temas estrictamente confidenciales. 5. Caras poco confiables. 6. Deseos casi inconfesables. 7. Frases claramente audibles. 8. Una puerta de hierro totalmente oxidado. 9. Bueno para las matemáticas. 10. Demasiado cortés con las damas. 11. Bastante atractivas para el oído. 12. Muy entusiasta para el trabajo. 14. Endemoniadamente perverso. 15. Casi insensible al dolor. 16. Es un libro poco recomendable. 17. Esa mujer gravemente enferma de tuberculosis. 18. Un programa muy entretenido. 19. Brillante de limpio. 20. La mar de interesante.

III. Frases adverbiales.a) Subrayar las frases adverbiales.

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b) Señalar los constituyentes inmediatos.

1. Bastante bien. 2. Muy mal. 3. Demasiado tarde. 4. Muy rápidamente. 4. Bien temprano.5. Casi inmediatamente. 6. Bastante limpiamente. 7. Mucho muy amañadamente. 8. Demasiado lejos de casa. 9. Muy cerca de los niños. 10. Muy poco eficazmente. 11. Menos astutamente de lo pensado. 12. Más rápidamente de lo previsto. 13. Bastante más sutilmente. 14. Bastante menos atrevidamente. 15. Casi junto al parque.

ESPAÑOL 1 Ejercicio de análisis de constituyentes:

Frases y oraciones.

1. A continuación se presentan varios sintagmas; marca con una F las frases y con una O las oraciones.2. Analiza e identifica los elementos constitutivos de cada frase y oración. Utiliza para el análisis un esquema arbóreo de representación.

1. El papel de la economía política.

2. El Segundo Congreso Nacional de Ciencias Naturales.

3. Cooperación incondicional para el crecimiento económico.

4. La globalización margina a muchos seres humanos y países.

5. En emotiva ceremonia los alumnos recibieron su diploma.

6. Tercer ciclo de seminarios del programa de cátedras extraordinarias.

7. Pronto van a analizar las propuestas del gobierno mexicano

8. Los estragos menos serios de la actividad minera son impresionantes.

9. Doctorado en Economía Internacional

10. La hermana más grande.

11. Llegaron a la estación del tren muy tarde.

12. Hicieron un balance demasiado optimista de los beneficios de la unificación.

13. El dinero es algo ligado al poder.

14. Desde antes de su visita ellos me simpatizaban.

15. Un sonido casi sordo llevó al hombre hacia el arbusto.

16. Acto llamativo pero poco inteligente.

17. Volaremos sobre el Tíbet.

18. De pronto surgieron negros nubarrones.

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19. Poco a poco empecé a comprender el asunto.

20. Llegaré después de las cuatro a la Facultad.

21. En cuanto terminó de hablar, salió de la reunión con sus amigos.

22. Vaya visitarte pronto con el fin de aclarar el problema del viaje.

23. Todo este tiempo estuviste escuchando mis razones y ahora sales diciendo esa

tontería.

24. Es un trabajo útil para la causa.

ESPAÑOL 1Identificación de sujetos y tipos de predicados

1. Las dos especies de pervinca son plantas ornamentales muy populares en jardinería

2. El abandono escolar es uno de los puntos débiles del sistema educativo español

3. Desde el espacio, la Tierra parece una pequeña canica de color azul contra el negro

fondo del firmamento

4. Un nuevo milenio, un millón de nuevas posibilidades

5. Ronaldinho, titular en el partido de la Champions

6. Ha llovido sin cesar en Murcia desde el sábado pasado

7. Por estas fechas del año, sin duda, estará nevando en los Alpes

8. Los gatos de granja viven de forma semisalvaje

9. España destaca también en formación universitaria

10. Arriba el secretario Carstens al Palacio Legislativo de San Lázaro

11. El juez Baltasar Garzón ordena arrestar a Joseba Alvarez y Oihana Agirre

12. Se agotan en tres horas las entradas para el concierto de Bruce Springsteen en

Madrid

13. Encuentran restos de mastodonte de 8 millones de años de antigüedad

14 Monitoreará CNDH marchas por 2 de octubre

15. En el concierto participaron 106 campanas del Madrid de los Austrias

16. Bastaron 38 segundos para agotar boletos de las Spice Girls

17. Los precios de las entradas tuvieron un costo de entre 55 y 75 libras

18. El enviado de la ONU se reúne en pocas horas con el dictador birmano y con la líder

opositora

19. Se desploma avioneta en Atizapán de Zaragoza

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20. El viaje de Humboldt se iba a llamar, con el tiempo, “el redescubrimiento de América”21. Un Springsteen pesimista se aleja del rock en ‘Magic’.

22. Fue declarado un estado de emergencia en las comunidades autónomas del centro y

norte de España

23. El gato doméstico fue denominado Felis catus por Carolus Linnaeus en su obra

Systema Naturae

24. La fiesta de Cuetzalan será el 4 de octubre

25. Se prevén intensas lluvias con riesgo de tormentas

Tema 4. Categorías morfofuncionales. 4.1. Las clases de palabras o partes de la oración. Concepto. Número. Criterios seguidos para su obtención: nocional, formal, funcional. 4.2. La clasificación morfofuncional. Forma y función. 4.2.1. Categorías morfofuncionales primarias o nucleares. 4.2.2. Categorías morfofuncionales secundarias o complementarias. 4.2.3. Categorías morfofuncionales terciarias o de relación.

4.1. Las clases de palabras o partes de la oración

Las clases de palabras o partes de la oración (también se les llama partes del discurso o categorías funcionales) han sido identificadas y clasificadas de diversas maneras en la historia de la gramática.

La identificación y ordenación de las palabras de una lengua en clases de palabras tiene su origen en la antigüedad clásica. La primera clasificación importante se atribuye a Dionisio de Tracia, quien pensaba que las clases de palabras eran ocho:

1. Nombre 5. Participio2. Artículo 6. Adverbio 3. Pronombre 7. Preposición4. Verbo 8. Conjunción

A través del tiempo esta clasificación sufrió varias modificaciones. Una modificación temprana fue la de suprimir el artículo, porque el latín carecía de esta clase de palabra, e introducir la interjección para conservar el número de ocho. La clasificación de Dionisio de Tracia persistió en la Edad Media, pero se distinguió entre nombre sustantivo y nombre adjetivo.

Durante el Renacimiento hubo varios intentos de clasificación. Uno muy original corresponde a Francisco Sánchez de las Brozas, el Brocence, quien redujo a tres las clases de palabras, de acuerdo con una división que se remonta a Aristóteles: nombre, verbo y partículas.

A Bartolomé Jiménez Patón (Instituciones de la gramática española, Baeza, 1614) se debe una clasificación bastante acertada. Distinguió cinco clases de palabras: nombre, verbo, adverbio, preposición y conjunción. Solamente le faltó separar, dentro de la categoría del nombre, al sustantivo del adjetivo, y habría dado con una clasificación moderna de tipo funcional. La división del nombre en sustantivo y adjetivo se fijó en el siglo XVIII.

En el siglo XIX, Andrés Bello propone una clasificación muy adecuada al considerar sólo siete clases de palabras:

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1. Sustantivo 5. Preposición2. Adjetivo 6. Conjunción3. Verbo 7. Interjección.4. Adverbio

Como puede apreciarse, faltan el pronombre y el artículo. Bello no los consideró porque, desde un punto de vista funcional, el pronombre puede equivaler a veces al sustantivo y otras al adjetivo; y el artículo es un cierto tipo de adjetivo.

La Real Academia Española no dio importancia a la división propuesta por Bello y todavía en su Gramática de 1931 consideraba nueve clases de palabras teniendo en cuenta su forma. Es decir, desde una perspectiva morfológica, se atiende al hecho de si las palabras modifican su terminación cuando se articulan con otras palabras en el sintagma o si no lo hacen. En el primer caso se consideran clases de palabras variables; en el segundo, invariables.

Clases de palabras variables Clases de palabras invariables 1. Sustantivo 6. Adverbio 2. Adjetivo 7. Preposición 3. Artículo 8. Conjunción 4. Pronombre 9. Interjección 5. Verbo

Según puede advertirse de este breve repaso, entre los gramáticos del español no hay acuerdo acerca del número y clases de palabras que pueden establecerse. Pero tampoco en otras lenguas se aprecia unanimidad respecto de esta clasificación.

De hecho, la clasificación se modifica dependiendo del criterio que se adopte para realizarla. Los criterios que para este y otros fines se han empleado en el estudio de la lengua son básicamente tres: el semántico o nocional, el morfológico o formal, y el sintáctico o funcional.

a) Criterio semántico o nocionalSi se adopta un criterio semántico, las clases de palabras se establecen con base en distinciones nocionales de tipo filosófico, lógico, psicológico, etcétera. Por ejemplo, una clasificación semántica o nocional de las clases de palabras sería la siguiente:

Al sustantivo corresponde designar las entidades, es decir, lo que constituye la esencia o substancia: los seres y cosas (niño, mesa, camión, bondad, agradecimiento, lealtad, amor, felicidad...).

El adjetivo se identifica con las cualidades o características que distinguen a los seres y cosas (bueno, rojo, interesante, fácil, bondadoso, mexicano, alegre, amoroso, trabajador, feliz, triste...).

El verbo se asocia con los procesos, actividades, acciones, estados (caminar, cantar, pedir, trabajar, tejer, decir, hacer, ser, estar, conocer, saber, dormir,...)

En el adverbio se reconoce la manera o el modo como sucede o acontece algo (así, bien, mal, adecuadamente, rítmicamente, arriba, delante, mucho, menos...)

La expresión de la relación o conexión de una cosa con otra se advierte en las conjunciones (y, ni, pero, sino, conque, pues, ora, o,...) y preposiciones (a, ante, bajo, con, de, desde, en, entre, hacia, hasta, por, para, según, tras,...)

Esta clasificación semántica o nocional, sin embargo, no es ni adecuada ni suficiente. Por ejemplo, resulta insuficiente para caracterizar el adverbio, ya que no todos ellos indican modo; y no considera el artículo ni el pronombre.

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b) Criterio morfológico o formalComo ya vimos en el tema 2, una clasificación formal o morfológica de las clases de palabras atiende a la forma gramatical de éstas. O sea, a las modificaciones que las palabras pueden sufrir en su terminación:

escrit-o/a/os/as; mal-o/a/os/as; com-o/com-í/comer-é/com-ía/ comer-ía/ com-e/ com-a/comie-ra/comie-se/...

Con base en la presencia o no presencia de esta variación flexiva (denominada también gramema), las palabras se dividen en variables e invariables. Las clases de palabras que se flexionan y, por tanto, modifican su forma son cinco: sustantivos, adjetivos, artículos, pronombres y verbos.

Los sustantivos, adjetivos y artículos presentan en su flexión morfemas de género y número: Niñ -o/-a/-os/-as, mesa /-as, agradecimient -o/-os, bondad /-es. Buen -o/-a/-os/-as, mexican -o/-a/-os/-as, interesante/-es, fácil/-es. El, la, lo, los, las.Los pronombres se distinguen porque tienen diferentes formas. Así, en los pronombres personales hay formas distintas para indicar la persona gramatical, el número, el género y para señalar su función sintáctica (o caso):

Pronombrepersonal

Sujeto Término de preposición

Complemento directo e indirecto

Singular1ª

Yo Mí, conmigo Me

2ª Tú, Usted Ti, contigo, usted Te3ª Él, Ella, Ello El, Ella, Ello, Sí,

consigo Lo, La (C. Dir)Le (se) (C. ind)

Plural1ª

Nosotros/as Nosotros/as Nos

2ª Ustedes, Vosotros/-as

Ustedes, Vosotros/-as

Os

3ª Ellos, Ellas Ellos, Ellas Los, Las (C. Dir)Les (se) (C. ind)

Los verbos cambian su terminación para indicar modo, tiempo, persona y número; por ejemplo, de cantar:

-o,-as,-a,-amos,-áis, -an (Presente de indicativo)cant -é, -aste, -ó, -ásteis , -aron (Pretérito de indicativo)

-aba, -abas, -aba -ábamos, -ábais, -aban (Copretérito de indicativo)

cantar -é, -ás, -á, -emos, -éis, -án (Futuro de indicativo)-ía, -ías, -ía, -íamos, -íais, -ían (Pospretérito de indicativo)

Por el contrario, son invariables los adverbios, conjunciones, preposiciones e interjecciones ya que carecen de flexión y, por consiguiente, no modifican su forma externa. Por ejemplo:

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Los adverbios: hoy, ayer, ahora, últimamente, siempre, nunca, sí, no, necesariamente, muy, mucho, poco, bastante, casi, quizá, acaso… Aunque algunos admiten una forma diminutiva: ahorita, ahoritita.Las preposiciones: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, sobre, tras. Las conjunciones: y, ni, pero, empero, sino, o, conque, pues... Las interjecciones: ¡Eureka! ¡Uf! ¡Bah! ¡Ah! ¡Za! ¡Zas! ¡Oh! ¡Ole! ¡Ojalá! ¡Uy!... c) Criterio funcional o sintácticoDe conformidad con este criterio, la identificación y clasificación de las palabras depende de la función que desempeñan dentro de la oración. Por consiguiente, se considera categoría funcional toda palabra que posee una función propia y distintiva dentro de la oración, y no se clasifica como tal la que carece de esta función aunque formal y semánticamente se distinga. Así, con base en este criterio, se identifican seis clases de palabras o categorías funcionales:

Sustantivo Verbo Adjetivo Adverbio

Conjunciones Preposiciones

a) El sustantivo y el verbo se caracterizan como categorías fundamentales o primarias porque cumplen la función de núcleo del sujeto y núcleo del predicado dentro de la oración.b) El adjetivo y el adverbio se definen como categorías complementarias o secundarias ya que se usan para determinar, calificar o complementar al sustantivo y al verbo, respectivamente. Y el adverbio también funciona como modificador del adjetivo y de otro adverbio.c) Las conjunciones y las preposiciones son categorías de relación pues se emplean para relacionar o vincular elementos lingüísticos. Las conjunciones relacionan elementos sintácticamente equivalentes; las preposiciones subordinan un elemento (el término de la preposición) a un verbo, sustantivo, adjetivo… anterior (o regente).

Por el contrario, no se clasifican como categorías funcionales independientes los pronombres, el artículo y otros elementos determinativos (demostrativo, posesivos, indefinidos, numerales, etc.), como tampoco las interjecciones. En efecto, las clases de palabras que acabamos de mencionar, si bien pueden distinguirse por sus formas y significados, desde un punto de vista funcional no tienen una función privativa dentro de la oración, sino que son funcionalmente equivalentes de las clases funcionales establecidas.

Los pronombres, no obstante tener características morfológicas distintivas, como ya vimos, en su funcionamiento sintáctico valen por un sustantivo: pueden sustituirlo en los mismos contextos sintácticos:

Luis compró chocolates a María = Él se los compró Él compró chocolates a María (sujeto) Luis los compró a María (complemento directo)

Luis le compró chocolates (complemento indirecto) Llegó por Luis = Llegó por él (término de preposición)

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Los artículos siempre acompañan a un sustantivo, son un determinante del sustantivo. Por consiguiente, desde el punto de vista funcional se consideran como una clase de palabra complementaria como el adjetivo.

Los determinantes [artículos (el, la, lo, los, las); demostrativos (este-a, -os, -as; ese,-a,-os,-as...); posesivos (mi, tu, su, nuestro/-a...); indefinidos (un,-a, -os, -as; alguno -a, os,-as; poco, -a, -os, -as; mucho,-a, -os, -as...); numerales (uno, dos, tres, diez,... primero, segundo tercero...] son modificadores del sustantivo, y, por tanto, funcionan como si fueran adjetivos. Pero, a diferencia de los adjetivos calificativos, pertenecen a paradigmas cerrados y suelen ir antes del sustantivo (la casa, esa casa, mi casa, una casa, alguna casa, dos casas). En cambio, los adjetivos [bueno, rojo, interesante, fácil, bondadoso, mexicano, alegre, amoroso, trabajador, feliz, triste...] forman parte de un paradigma abierto y se colocan normalmente después del sustantivo. Los infinitivos, gerundios y participios (llamados también formas no personales del verbo, o verboides) tienen la peculiaridad de que en su funcionamiento comparten rasgos propios del verbo y de otras clases de palabras. El infinitivo (amar, temer, partir) equivale a un sustantivo masculino singular (el amar, el temer, el partir). El participio presenta rasgos formales y funcionales propios del adjetivo (amado-amada-amados-amadas; dicho-dicha-dichos-dichas; escrito-escrita-escritas-escritos). El gerundio manifiesta rasgos funcionales del adverbio (llegó volando = ‘rápidamente’; Me contestó llorando = ‘modo’). Por último, las interjecciones no se consideran dentro de la oración porque en ella no desempeñan ninguna función sintáctica. Son unidades de comunicación, no unidades sintácticas. Se usan para manifestar reacciones o estados de ánimo, y por sí solas constituyen un enunciado: ¡Uf!, ¡Ay!, ¡Eureka!, ¡Bravo!, ¡Ole!

En suma:1. Las clases léxicas —o clases de palabras—, no han recibido una definición

teórica definitiva. A través del tiempo, los gramáticos han discutido cuántas y cuáles son las clases de palabras y, según las tendencias y enfoques teóricos que predominen, se formulan diferentes clasificaciones.

2. Cuando hablamos de “clases de palabras” o “clases léxicas” nos referimos a un fenómeno lingüístico que da cuenta de una operación cognitiva fundamental: la categorización, o sea, uno de los procesos básicos de aprehender la realidad y clasificarla. En este sentido, el número de clases léxicas es reducido y muchas lenguas comparten las mismas clases de palabras y las mismas fronteras delimitativas. Pero también puede variar la manera como las lenguas categorizan aspectos de la realidad y dónde realizan los cortes y límites.

3. Nombre y verbo son distinciones que parecen mantenerse en todas las lenguas (serían universales). Los adjetivos, en cambio, no constituyen una clase léxica clara de todas las lenguas. En algunas, como el chino, los adjetivos se consideran juntamente con el verbo; en otras, por ejemplo, las australianas, el número de términos adjetivos es muy pequeño y específico y constituye una clase cerrada.

4. Además de las clases léxicas primarias e imprescindibles (nombre y verbo), que se refieren a categorías fundamentales y pertenecen a clases abiertas, existen otras categorías menores, que corresponden a clases cerradas, esto es, determinantes, preposiciones, conjunciones.

5. Es común, asimismo, que las clases léxicas tengan: a) Una expresión formal característica, con marcas morfológicas distintivas.

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b) Una determinada manera de significar aspectos de la realidad, según esquemas cognitivos vinculados a su clase léxica.c) Presenten funciones sintácticas características y distintivas de esa clase léxica.

Tema 5. El verbo. 5.1. Clasificación semántica de los verbos. 5.2. La morfología verbal. 5.3. Conjugaciones de los verbos regulares. 5.4. Los verbos irregulares. 5.5. La función del verbo en la oración. 5.5.1. El verbo y sus actantes. 5.5.2. Verbos intransitivos, transitivos, de régimen preposicional, copulativos, causativos.

Observaciones generales.De la tradición greco-latina hemos recibido la creencia de que las categorías gramaticales y clases de palabras son valores universales. Durante el Estructuralismo se hizo hincapié en la necesidad de atender al sistema de cada lengua y evitar las generalizaciones. Más recientemente, la lingüística se ha interesado por los “universales lingüísticos”, como también lo hizo en el siglo XVII La grammaire générale et raisonnée de Port Royal (1660), porque entre las lenguas se advierten algunas semejanzas en la manera como conciben ciertas relaciones, aunque la manera de expresarlas pueden ser muy diferentes.

Por lo que se refiere al verbo, suele decirse que, al igual que el sustantivo, es una categoría primaria, indispensable en todas las lenguas. Sin embargo, a veces se dice que el chino carece de verbos. En este caso sería más adecuado señalar que el verbo chino carece de una morfología verbal como la que se conoce en una lengua como el español; y también señalar que, en chino, el verbo y el adjetivo no necesitan distinguirse como diferentes clases de palabras.

Algunas definiciones de tipo nocional caracterizan al verbo como “la clase de palabra o parte de la oración que expresa acción, pasión o estado”. Para entender esta definición hay que tener en cuenta qué significan estas palabras. Es cierto que muchos verbos designan acciones, y que una acción se refiere a una actividad que realiza el sujeto: Juan brinca, Juan corre, Juan construye una casa. Sin embargo, si decimos el brinco, la carrera, o la construcción de Juan, ¿no estamos aludiendo a una acción? Ciertamente. Pero no se trata de verbos, sino de “sustantivos deverbativos”, o sea nombres formados a partir del verbo.

Por otra parte, se dice que las acciones y las pasiones se distinguen de los estados por implicar un rasgo de dinamicidad que éstos no tienen. Acción y pasión serían dos maneras opuestas de considerar una misma situación o fenómeno. Por ejemplo, en “Construir una casa”, hablamos de “acción” si se considera al sujeto que construye (al agente de la acción):“Juan construye una casa”. En cambio, hablamos de “pasión”(o “acción de padecer”, “estado pasivo”) si consideramos el objeto de la construcción (la casa): “La casa es construida sobre un terreno poco adecuado”.

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Mientras que nos referimos a un “estado” si decimos que “Juan es un ingeniero cuidadoso”, o “La casa está (se halla, se ubica) en el sur de la ciudad”.

Otra definición semántica, que viene de Aristóteles, caracteriza al verbo como “la palabra que significa tiempo”. Sin embargo, otras clases de palabras también conllevan una noción de ‘tiempo’ en su significado, por ejemplo: ayer, hoy, mañana; exgobernador; viejo, joven, etc., por lo que está definición no es suficiente para caracterizar al verbo. Además, hay sistemas verbales como el de las lenguas eslavas o el del hebreo, en los que es más importante indicar el aspecto, o sea: “las distintas maneras como se puede conceptualizar el desarrollo de un proceso verbal”, mientras que el tiempo de la acción en estas lenguas se considera secundario.

Más aún, estamos acostumbrados a pensar que las formas del verbo indican ‘pasado’, ‘presente’ y ‘futuro’, pero no todas las lenguas cuyos verbos expresan tiempo marcan esta distinción tripartita; hay lenguas que distinguen ‘presente’ vs. ‘no presente’ o ‘pasado’ vs. ‘no pasado’; o bien, lenguas que, al referirse al pasado, disponen de diversas formas para distinguir si se trata de un pasado ‘remoto’, ‘menos remoto’ o ‘próximo’ al ahora del que habla. O si se trata de un pasado acabado (o perfectivo) o un pasado no acabado (o imperfectivo). También puede hablarse de un pasado que se mide con respecto al momento en que se habla (pasado absoluto) o que indica la anterioridad respecto de un punto de referencia que es pasado con relación al momento de la palabra (pasado relativo).

Si queremos definir el verbo formalmente, diremos que es una palabra variable, que presenta en su flexión morfemas de modo, tiempo, aspecto, persona y número. Sin embargo, debemos tener en cuenta que ésta es la forma y son las categorías que el verbo tiene en algunas lenguas, entre ellas el español, pero no todas las lenguas tienen en su sistema verbal estas características. Ya he mencionado que el verbo chino no tiene flexión; o simplemente pensemos en la conjugación del verbo inglés para percatarnos de las diferencias formales que hay con el verbo español.

En suma, es importante tener en cuenta, además de lo anterior, los siguientes puntos, de los cuales ya se ha hablado con mayor amplitud en el tema 4:

1. Las categorías léxicas —o clases de palabras—, entre ellas la que llamamos verbo, no han recibido una definición teórica definitiva.

2. El verbo es una categoría primaria de gran riqueza semántica. Funciona como núcleo del predicado, y, por sí mismo, puede representar una oración: llovía, ven, iremos. Además, en español, se caracteriza por su compleja morfología.

5.1. Clasificaciones semánticas de los verbos Teniendo en cuenta algún rasgo de su significación, los verbos pueden agruparse en clases diversas, entre ellas cabe destacar las siguientes: los verbos de lengua (o verba dicendi), verbos de percepción sensible, verbos de percepción intelectual, verbos de representación, verbos psicológicos o de afección y verbos causativos, etc.

Verbos de lengua o verba dicendi Son verbos que aluden a diferentes tipos de comunicación oral y tienen en común que su significación conlleva la idea de ‘expresarse o manifestarse por medio de palabras’; por ejemplo: decir, asegurar, afirmar, confirmar, hablar (de algo), declarar, expresar, explicar, enunciar, manifestar, citar, relatar, prometer, recomendar, reprochar, comunicar, ofender, garantizar, indicar, aclarar, insultar, etc.

Verbos de percepción sensible

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Tienen en común que su significación alude a la percepción sensorial que se aprehende por medio de alguno de los sentidos: ver, mirar, antever, catar, divisar, distinguir, examinar, oír, escuchar, oler, olfatear, husmear, saborear, tocar, sentir, experimentar, palpar, etc.

Verbos de percepción intelectualComparten en su significación la indicación o característica de percibir a través del intelecto o entendimiento, por ejemplo: entender, comprender, discernir, discurrir, advertir, notar, percibir, inferir, deducir, percatarse, darse cuenta, reconocer, intuir, apreciar, adivinar, vislumbrar, interpretar, colegir, etc.

Verbos de representación Se refieren a una clase de verbos que en su significación implican la idea de representar o manifestar algo por medio de su figura, por ejemplo: representar, dibujar, reproducir, figurar, simbolizar, esbozar, diseñar, delinear, perfilar, bosquejar, imitar, trazar, etc.

Verbos psicológicos o de afecciónIndican en su significación alguna modificación en el ánimo de los seres. Podemos distinguir cuando menos dos grupos.

a) El grupo formado por verbos como gustar, fascinar, agradar, desagradar, complacer, atraer, interesar, afectar, importar, etc. Son verbos intransitivos que se construyen siempre con un pronombre personal átono de complemento indirecto o dativo (me, te, le, nos, os, les): Me gustan los chocolates. Te afectan las emociones fuertes. Le fascinan los niños. Nos alegra tu visita. Les enojaba mi pereza, que puede ir acompañado de una frase nominal precedida de la preposición a: A Juan le desagradan los ruidos fuertes. Con estos verbos se indica que algo o alguien expresado por el sintagma nominal provoca la afección o modificación en el ánimo de la persona representada por el pronombre átono. El sujeto gramatical es el sintagma nominal, porque concuerda con el verbo en número y persona; y el pronombre átono corresponde al complemento u objeto indirecto que denota al experimentante. b) Avergonzarse, alegrarse, molestarse, enojarse, enfadarse, asombrarse, maravillarse, arrepentirse, asustarse, sonrojarse, acordarse, olvidarse, etc. corresponden a otro grupo de verbos psicológicos que siempre se conjugan con una forma del pronombre reflexivo (me, te, se, nos, os, se), por lo que reciben el nombre de “verbos pronominales”. En este caso el pronombre es únicamente una marca de voz media (no tiene sentido reflexivo), indica que el sujeto gramatical no es el ‘agente de la acción’, sino el que experimenta la afección designada por el verbo: (YO) me avergüenzo. (Tú) te alegras. (Ella /Él / Usted) se asusta por todo. (Nosotros / as) nos alegramos. (Ellos / as / Ustedes) se olvidaron.

Verbos causativosExpresan la energía o impulso inicial —la causa— para la realización de otra acción. Rigen una oración subordinada, con verbo conjugado en subjuntivo o con construcción de infinitivo. Presentan diferencia de sujeto entre los verbos implicados. Suelen distinguirse tres subtipos: 1) Los que indican causación fuerte o coercitiva: obligar, forzar, mandar, ordenar: Yo obligué a Luis a comprar el libro o Yo obligué a Luis a que comprara el libro 2) Los que designan una causación atenuada, de permiso y colaboración: dejar, permitir, autorizar, ayudar, inducir; por ejemplo: Luis dejó entrar a

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Raúl o Luis dejó que Raúl entrara. 3) Los que implican causación neutra, con el verbo factitivo hacer: El payaso hizo reír a los niños o El payaso hizo que los niños rieran.

El aspecto léxico o Aktionsart Otra clasificación semántica muy importante por las repercusiones sintácticas que implica se refiere al aspecto léxico o Aktionsart de los verbos. Esta noción, intuida ya desde Aristóteles, desempeña un papel fundamental en los análisis de la lingüística contemporánea.6

Una clasificación muy conocida es la que ordena los verbos en cuatro grandes clases: estados, actividades, realizaciones y logros (Dowty, 1979). La clasificación se fundamenta en una serie de propiedades semánticas que percibimos o reconocemos porque están organizadas en categorías cognitivas, y sobresalen como rasgos distintivos de las diferentes situaciones significadas por los verbos al constituirse en predicados. Estas propiedades o rasgos semánticos son:

Estatividad vs. Dinamicidad: [ dinámico] Duración vs. No duración: [ duración]Telicidad vs. Atelicidad: [ telicidad]

Los estados (o states) son tipos de situaciones que se caracterizan por ser estáticos o carentes de dinamicidad [-dinámico], por ser durativos [+duración], y por ser indiferentes a un punto terminal [telicidad]. Ejemplos: ser mexicano, ser alto, tener ojos negros, tener cuatro hijos, tener 18 años, ser feliz, poseer una granja, saber la respuesta, creer en fantasmas, estar molesto, llevarle cinco años a mi hermano, llamarse Juan, estar lejos, existir, vivir en México, amar, querer, etc.

Las actividades (o activities) son situaciones de naturaleza dinámica, requieren de energía para continuar [+dinámico], implican o conllevan tiempo [+duración], y son indiferentes a su punto final [telicidad]. Ejemplos: correr, nadar, caminar, pasear por el parque, llorar, platicar, respirar, enamorar a alguien, buscar algo o a alguien, trabajar, gatear, gotear, asistir a clases, tejer, estudiar, sufrir, comer manzanas, etc. Las realizaciones (consecuciones o accomplishments) son situaciones de naturaleza dinámica, que consisten en una actividad que lleva a un resultado o a un cambio asociados a esa actividad; requieren de energía para producirse a lo largo de una serie de etapas sucesivas y heterogéneas hasta alcanzar su punto final natural. Por tanto se caracterizan por los rasgos [+dinámico], [+duración] y [+telicidad]. Ejemplos: hacer una mesa, armar un reloj, escribir una carta, construir una casa, caminar hasta la escuela, cruzar la calle, leer una novela, pedir una pizza, ver una película, tejer un suéter, tocar una sonata, oír un concierto, subir la escalera, dibujar un círculo, contestar el examen, dar una explicación, etc.

Los logros (o achievements) son situaciones que implican el cambio de un estado a otro; los rasgos que los caracterizan son: [+dinámico], [duración] y [+telicidad]. Ejemplos: despertar, nacer, morir, llegar, salir, entrar, recibir una carta, aceptar el libro,

6 Véase para apreciar la importancia de este tema en el análisis de distintos fenómenos lingüísticos: Margaret Lubbers y Ricardo Maldonado. Dimensiones del aspecto en español. México: Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad Autónoma de Querétaro, 2005.

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terminar la tarea, ganar un premio, alcanzar la meta, desmayarse, encontrar algo, encontrarse con alguien, arrojar una piedra, rendirse, enfermarse, enviar un paquete, etc.

También se distinguen situaciones semelfactivas (una sola) o situaciones repetidas o habituales.

El verbo y sus valenciasEl verbo, como eje de la oración, tiene en la forma de su significación la capacidad de abrir determinados espacios o posiciones funcionales ligados a sí mismo. Un verbo como regalar (dar, prestar, entregar, mandar...) puede ampliarse a tres posiciones funcionales de carácter semántico-sintáctico. Esto es, en su significación, estas acciones implican tres posiciones funcionales: 1.“alguien que haga la acción” (o “agente”); 2 “el objeto” de la acción, y 3. “el receptor” del objeto” (‘Alguien regala [da, presta, entrega, manda] algo a alguien’).

A esta propiedad del verbo se le denomina valencia o potencial valente del verbo y, a los espacios o posiciones funcionales, se les llama actantes (o participantes) y también argumentos del verbo.

Los actantes o participantes del verbo son de dos tipos: obligatorios y potenciales. Los actantes o participantes obligatorios son aquellos que no admiten ser suprimidos, porque su eliminación hace agramatical la oración o le cambia el sentido; por ejemplo: Regalé un libro a mi hermana Regalé a mi hermana. Por otra parte, los actantes o participantes potenciales son aquellos que, requeridos en la significación del verbo, pueden omitirse porque se sobreentienden; por ejemplo: (Yo) regalé un libro (a alguien).

Los actantes o participantes obligatorios y potenciales son siempre argumentos del verbo.

Otros elementos de la oración que pueden acompañar al verbo (los circunstantes y circunstanciales) normalmente no son valenciales y no constituyen argumentos del verbo, porque no corresponden a posiciones funcionales requeridas en la forma de la significación verbal. En “ayer regalé un libro a mi hermana por su cumpleaños”, ayer y por su cumpleaños son elementos libres o facultativos: pueden añadirse o no añadirse, dependiendo de la precisión comunicativa y de la información que el hablante quiera dar, pero no son elementos exigidos por la valencia del verbo.7

Dicho de otro modo, la oración puede concebirse como una estructura o construcción gramatical constituida por un verbo que, por lo general, se combina con uno o más elementos que dependen o son requeridos por él. Algunos de estos elementos y sus particularidades combinatorias son determinados por la significación de cada lexema verbal o, más precisamente, por la valencia léxica que implica la significación del verbo.

Por valencia se entiende “el esquema abstracto de combinaciones exigibles y posibles a partir de la significación del verbo” (Cano Aguilar, 1999). Y corresponde a lo que en otros enfoques se llama “estructura argumental del verbo”.

7 Véase José M. García Miguel, Las relaciones gramaticales entre predicado y participantes. Santiago de Compostela: Universidade de Santiago de Compostela, 1995.

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La valencia o estructura argumental del verbo no implica todos los elementos que pueden combinarse con él en la oración, sino sólo aquéllos que dependen de él y son indispensables para formar las estrcturas o construcciones básicas que lo contienen.

Atendiendo a la estructura argumental o valencia léxica implicada en la significación de los verbos, éstos se clasifican en:

Cero valentes (o avalentes: ‘sin valencias’): cuando el verbo por sí solo puede constituirse en oración. Ello sucede con algunos verbos que se refieren a fenómenos meteorológicos. Por ejemplo: nevar, llover, granizar, relampaguear, ...: ¿Llueve?

Monovalentes (o con una sola valencia): por lo común, verbos que sólo requieren de la valencia que se refiere al agente (o sujeto gramatical ): nadar, caminar, correr, reir, llorar, vivir, pasear, trabajar, protestar,...: Juan trabaja. Ella nada. Nosotros corremos. Tú ríes. Los alumnos protestaron.

Bivalentes (o con dos valencias): por lo común, son verbos que, para construir una oración, exigen la presencia de la valencia que se refiere al agente (o sujeto gramatical) y la que designa el objeto de la acción (u objeto directo): afirmar, buscar, escribir, comer, leer, hacer, cantar, empezar, recordar, estudiar, enseñar, preparar, cortar, tocar, elaborar, armar, construir,... Juan busca trabajo. Luisa estudia francés. Los niños hacen la tarea. Empecé una traducción. Leímos la noticia. Los trabajadores armaron un escándalo. Toca el piano.

Trivalentes (o con tres valencias): son verbos que por lo común, para formar un enunciado oracional, requieren de la presencia de tres valencias o argumentos: la que se refiere al agente (o sujeto gramatical), la que designa el objeto de la acción (u objeto directo), y la que se refiere al receptor de la acción (u objeto indirecto); por ejemplo: regalar, dar, enviar, entregar, mandar, pedir, solicitar: Envié dinero a mi hijo.Nos dió otra oportunidad. El director entregó los diplomas a los mejores alumnos. Juan me pidió tu dirección.

Con ciertos verbos, el complemento circunstancial es necesario para completar el sentido del verbo y, en estos casos, es una valencia o argumento del verbo: poner, colocar, situar, ubicar, conducir: El ingeniero colocó la cisterna en el patio. Juanita puso tu abrigo en el closet. Ubicamos a Luis en Guadalajara. La policía condujo al prisionero a la cárcel. Llegué a México ayer, etc.

Nota Bene:No siempre las valencias o argumentos del verbo se corresponden con las funciones sintáctico-oracionales mencionadas (sujeto, objeto directo, objeto indirecto...). Por ejemplo: Hay verbos que son monovalentes pero su valencia no corresponde al agente o sujeto gramatical. Ello ocurre, por ejemplo en: hace frío, hizo viento, hubo fiestas, habrá dificultades, son las cinco, es verano... O bien, existen verbos bivalentes cuya segunda valencia no coincide con el objeto directo. Por ejemplo: a) A los niños les gusta el cine, A mi mamá le encantaron las flores, Esa persona me desagrada, A Don Pedro le fascina la ópera...;

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b) Los profesores hablaron del asunto, Marta carece de experiencia, Juan se arrepintió de sus malas acciones, Los amigos se referirán al problema,...; c) Los soldados se dirigieron al cuartel, Luis irá al cine, María llegó a Madrid, Vienen de Madrid, Esos cuadros proceden de la misma colección, etc.

5.2. La morfología verbal: lexema y flexiónEl verbo español ofrece una morfología compleja. Consta de un morfema correspondiente a su significado léxico (el lexema o base léxica del verbo, la “raíz”), y dos morfemas de significado gramatical (o gramemas) en su flexión o terminación, que denotan las categorías de ‘modo-tiempo’ y de ‘persona-número’. Sin embargo, no siempre resulta fácil hacer la división formal de los morfemas, porque pueden darse amalgamados (o en sincretismo) en un solo morfo; por ejemplo: es = 3a. persona singular presente de indicativo del verbo ser.

Para los fines de nuestro curso es suficiente con distinguir entre la raíz o base léxica del verbo (=morfema léxico) y las distintas terminaciones (o morfemas gramaticales). Por ejemplo:

Formas del verbo

Infinitivo Gerundio Imperativo Presente Indicativo

Copretérito Indicativo

1a. Conj. Am-ar am-ando am-ad am-amos am-ábamos2a. Conj. Tem-er tem-iendo tem-ed tem-emos tem-íamos3a. Conj. Part-ir part-iendo part-id part-imos part-íamos

En virtud de estas diferentes flexiones se distinguen tres conjugaciones. Los verbos que se conjugan coincidiendo con las formas del modelo amar (cantar, trabajar, llorar, etc.) pertenecen a la primera conjugación. Los verbos que se conjugan coincidiendo con las formas del modelo temer (comer, beber, correr, tejer, etc.), constituyen la segunda conjugación; y los verbos que se conjugan coincidiendo con las formas del modelo partir (dirigir, subir, vivir, etc.) se incluyen en la tercera conjugación.

Las conjugaciones de los verbos regulares.Los verbos regulares no presentan modificaciones en la expresión fonológica de su raíz o base léxica; sin embargo, hay verbos regulares que, para conservar sin cambios los sonidos de la base léxica, deben someterse a reajustes ortográficos. Los verbos regulares tampoco presentan cambios en su flexión, la cual coincide con la del verbo que sirve como modelo de la conjugación correspondiente.

Consideremos algunos ejemplos de verbos regulares que requieren reajustes ortográficos para mantener la identidad en la expresión fonológica de su base léxica:

En la primera conjugación:a) Verbos como tocar, explicar, notificar, indicar, aplicar... (esto es, con terminación en -car) cambian la letra c por qu cuando sigue una e, para mantener el sonido /k/, por ejemplo, tocar: toco, tocas, toca, tocamos, tocáis, tocan; toqué, tocaste, tocó, tocamos, tocasteis, tocaron, tocaré, tocarás, tocará, tocaremos, tocaréis, tocarán; toque, toques, toque, toquemos, toquéis, toquen; tocara, tocaras, tocara, tocáramos, tocarais, tocaran....

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b) Verbos como pagar, apagar, obligar, fatigar... (o sea, con terminación en -gar) se escriben con gu cuando sigue una e, para mantener el sonido /g/, por ejemplo, pagar: pago, pagas, paga, pagamos, pagáis, pagan; pagué, pagaste, pago, pagamos, pagasteis, pagaron; pague, pagues, pague, paguemos, paguéis, paguen; pagara o pagase, pagaras o pagases...

c) Verbos como analizar, cazar, trazar, alcanzar... (es decir, con terminación en -zar) cambian la z por c delante de e, para conservar el sonido interdental /θ/ (variedad castellana) o el sibilante /s/ (variedad americana): analizo, analizas, analiza, analizamos, analizáis, analizan; analicé, analizaste, analizó, analizamos, analizasteis, analizaron; analice, analices, analice, analicemos, analicéis, analicen...

Estos tres tipos de cambios ortográficos sólo ocurren en la primera persona singular del pretérito de indicativo y en las formas del presente de subjuntivo, cuyas flexiones son en –e.

En la segunda conjugación:a) Verbos con terminación en -cer, como convencer, vencer, mecer..., cambian la c por z delante de las vocales a/o, para conservar el sonido interdental /θ/ (variedad castellana) o el sibilante /s/ (variedad americana): venzo, vences, vence, vencemos, vencéis, vencen; venza, venzas, venza, venzamos, venzáis, venzan.

b) Verbos que terminan en -ger, como coger, acoger, recoger,... cambian la g por j delante de las vocales a/o, para mantener el sonido fricativo /x/: acojo, acoges, acoge, acogemos, acogéis, acogen; acoja, acojas, acoja, acojamos, acojáis, acojan.

Estos dos tipos de cambios ortográficos ocurren en la primera persona singular del presente de indicativo y en las formas verbales del presente de subjuntivo.

c) Los verbos terminados en -eer (leer, creer, poseer...) transforman la vocal i en la consonante y cuando aparece en posición intervocálica, en las terceras personas del pretérito de indicativo leió > leyó, leieron>leyeron: Leí, leíste, leyó, leímos, leísteis, leyeron. También en el pretérito y futuro de subjuntivo: leyera, leyeras, leyera, leyéramos, leyerais, leyeran; leyese, leyeses, leyese, leyésemos, leyeseis, leyesen; leyere, leyeres, leyere, leyéremos, leyereis, leyeren, y en el gerundio leyendo.

En la tercera conjugación:a) Verbos terminados en -cir (zurcir, esparcir,...) cambian la c en z delante de las vocales a/o, en 1a. pers. sing. presente de indicativo y presente de subjuntivo. Zurzo, zurces, zurce, zurcimos, zurcís, zurcen; zurza, zurzas, zurza, zurzamos, zurzáis, zurzan. Esparzo, esparces, esparce, esparcimos, esparcís, esparcen; esparza, esparzas, esparza, esparzamos, esparzáis, esparzan.

b) Verbos terminados en -gir (dirigir, fingir,...) cambian la g por j delante de las vocales a/o. En la 1a. pers. sing.. presente de indicativo y presente de subjuntivo. finjo, finges, finge, fingimos, fingís, fingen; finja, finjas, finja, finjamos, finjáis, finjan.

c) Verbos terminados en -guir (distinguir, extinguir,...) pierden la u delante de las vocales a/o, en la 1a. pers. sing. presente de indicativo y presente de subjuntivo:

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Distingo, distingues, distingue, distinguimos, distinguís, distinguen; distinga, distingas, distinga, distingamos, distingáis, distingan.

d) Verbos como delinquir cambian la qu de la terminación (-quir) por c delante de las vocales a/o. En la 1a. pers. singular. presente de indicativo y en el presente de subjuntivo: Delinco, delinques, delinque, delinquimos, delinquís, delinquen; delinca, delincas, delinca, delincamos, delincáis, delincan.e) Verbos como zambullir, plañir, henchir eliminan la vocal i después de una consonante palatal (ll, ñ, ch): Zambullí, zambulliste, zambulló (y no zambullió), zambullimos, zambullisteis, zambulleron (y no zambullieron), porque el sonido palatal de la consonante coincide en su punto de articulación con el de la vocal, que también es palatal, y la absorbe.

Observaciones generales acerca de los verbos irregulares y los tipos de irregularidades

1. Los verbos irregulares sufren un cambio de sonido (cambio fonológico) en su raíz, en su desinencia o en ambas. Ejemplos:

a) Cambios fonológicos en la raíz o base léxica: 1. Diptongación: cerrar > cierro; rodar > ruedo.2. Cierre vocálico: servir > sirvo, podrir > pudro3. Adición de consonante palatal y: concluir > concluyo; distribuir > distribuyo, huir > huyo. (No confundir con el cambio ortográfico arriba señalado)4. Adición de sonido velar /k/ o /g/ o /ig/: lucir > luzco; valer > valgo; oír > oigo.

b) Cambios fonológicos en las flexiones de algunos verbos: andar > and-uve, estar > est-uve, traer > tra-je.

c) El cambio fonológico ocurre tanto en la base léxica como en la desinencia del verbo: poner > puse (* pon-í); caber >cupe (* cab-í); tener > tuve (*ten-í).

2. Las irregularidades de los verbos ocurren únicamente en los tiempos simples del verbo, excepto en el copretérito, y suelen repetirse del mismo modo a través de determinados tiempos y personas. Por ejemplo:

a) Hay irregularidades que afectan a las formas del presente de indicativo, del presente del subjuntivo y la forma singular del imperativo.8 Por ejemplo, despertar: Presente indicativo despierto, despiertas, despierta, despertamos, despertáis, despiertan. Presente subjuntivo: despierte, despiertes, despierte, despertemos, despertéis, despierten. Imperativo: despierta, despertad.

b) Otras irregularidades afectan a las formas del pretérito de indicativo, pretérito de subjuntivo, futuro del subjuntivo9. Por ejemplo, poner: Pretérito indicativo: puse, pusiste, puso, pusimos, pusisteis, pusieron. Pretérito subjuntivo: pusiera o pusiese, pusieras o pusieses pusieras o pusieses, pusiera o pusiese, pusiéramos o pusiésemos,

8 Dependiendo de la irregularidad, a veces con excepción de las primeras y segundas personas del plural en el presente de indicativo y/o también en el presente de subjuntivo.9 A veces, también al gerundio, dependiendo del tipo de irregularidad.

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pusierais o pusieseis, pusieran o pusiesen. Futuro subjuntivo: pusiere, pusieres, pusiere, pusiéremos, pusiereis, pusieren.

c) Cierto tipo de irregularidad, la cual consiste en la pérdida de una sílaba interior, sólo ocurre en el futuro y en el pospretérito de indicativo. Por ejemplo, caber > cabré, cabría (y no *caberé, *cabería); tener > tendré, tendría (y no *teneré, *tenería); hacer > haré, haría (y no *haceré, *hacería); satisfacer > satisfaré, satisfaría (y no *satisfaceré, *satisfacería). En algunos casos se añade un sonido dental /d/ para evitar que queden juntos un sonido nasal /n/ con uno líquido /l/ o /r/, por ejemplo, venir > vendré (y no *venré), poner > pondré (y no *ponré); o la secuencia de sonidos /l/ y /r/ juntos: valer > valdré (y no *valré), salir > saldré (y no *salré).

d) Hay un tipo de irregularidad, por simplificación de la forma, que afecta únicamente al singular del modo imperativo: hacer> haz (* hace tú); venir > ven (* veni tú).

e) Otra irregularidad afecta exclusivamente al participio de ciertos verbos: escribir > escri-to/ta/tos/as; decir > di- cho/a/os/as; imprimir> impre-so/a/os/as.

f) Algunos verbos presentan más de una irregularidad en su conjugación, por ejemplo: oír, traer, reducir, valer.

g) Por último, hay verbos con irregularidades especiales y, además, con algunas de las otras correspondientes a los tipos más frecuentes. Ello ocurre en los siguientes verbos y sus compuestos: caber, dar, decir, estar, haber, hacer, ir, saber, ser, ver.

A continuación se presenta el cuadro de la conjugación regular, tomado del “Apéndice 1: Modelos de conjugación verbal”, en Diccionario panhispánico de dudas. Versión en línea. http://www.rae.es, consultado el 17 de noviembre de 2006. Todas las formas entre paréntesis representan la conjugación voseante, de uso en algunos países de Centro y Sudamérica.

Para los verbos irregulares y su conjugación, ver la fotocopia de la lección XVIII de Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña. También para los verbos defectivos y verbos con doble participio, ver fotocopias adjuntas.

1. AMAR Verbo modelo de la 1.ª conjugación

INDICATIVO

TIEMPOS SIMPLES

Presentepret. imperfecto /copretérito

pret. perfectosimple / pretérito

futuro simple /futuro

Condicionalsimple /pospretérito

Amoamas (amás)amaamamosamáisaman

amabaamabasamabaamábamosamabaisamaban

améamasteamóamamosamasteisamaron

amaréamarásamaráamaremosamaréisamarán

Amaríaamaríasamaríaamaríamosamaríaisamarían

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TIEMPOS COMPUESTOS

pret. perfectocompuesto /antepresente

pret.pluscuamperfecto / antecopretérito

pret. anterior /antepretérito

futuro compuesto /antefuturo

Condicionalcompuesto /antepospretérito

he amadohas amadoha amadohemos amadohabéis amadohan amado

había amadohabías amadohabía amadohabíamos amadohabíais amadohabían amado

hube amadohubiste amadohubo amadohubimos amadohubisteis amadohubieron amado

habré amadohabrás amadohabrá amadohabremos amadohabréis amadohabrán amado

habría amadohabrías amadohabría amadohabríamos amadohabríais amadohabrían amado

SUBJUNTIVO

TIEMPOS SIMPLES

Presente pret. imperfecto / pretérito futuro simple / futuro

Ameamesameamemosaméisamen

amara o amaseamaras o amasesamara o amaseamáramos o amásemosamarais o amaseisamaran o amasen

Amareamaresamareamáremosamareisamaren

TIEMPOS COMPUESTOS

pret. perfecto compuesto /antepresente

pret. pluscuamperfecto /antepretérito

futuro compuesto /antefuturo

haya amadohayas amadohaya amadohayamos amadohayáis amadohayan amado

hubiera o hubiese amadohubieras o hubieses amadohubiera o hubiese amadohubiéramos o hubiésemos amadohubierais o hubieseis amadohubieran o hubiesen amado

hubiere amadohubieres amadohubiere amadohubiéremos amadohubiereis amadohubieren amado

IMPERATIVO

ama (amá), amad

FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo participio gerundio

SIMPLE COMPUESTOamado

SIMPLE COMPUESTO

Amar haber amado amando habiendo amado

2. TEMER Verbo modelo de la 2.ª conjugación

INDICATIVO

TIEMPOS SIMPLES

Presentepret. imperfecto /copretérito

pret. perfectosimple / pretérito

futuro simple /futuro

condicionalsimple /pospretérito

Temotemes (temés)temetememosteméis

temíatemíastemíatemíamostemíais

temítemistetemiótemimostemisteis

temerétemerástemerátemeremostemeréis

temeríatemeríastemeríatemeríamostemeríais

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temen temían temieron temerán temerían

TIEMPOS COMPUESTOS

pret. perfectocompuesto /antepresente

pret.pluscuamperfecto / antecopretérito

pret. anterior /antepretérito

futuro compuesto /antefuturo

condicionalcompuesto /antepospretérito

he temidohas temidoha temidohemos temidohabéis temidohan temido

había temidohabías temidohabía temidohabíamos temidohabíais temidohabían temido

hube temidohubiste temidohubo temidohubimos temidohubisteis temidohubieron temido

habré temidohabrás temidohabrá temidohabremos temidohabréis temidohabrán temido

habría temidohabrías temidohabría temidohabríamos temidohabríais temidohabrían temido

SUBJUNTIVO

TIEMPOS SIMPLES

Presente pret. imperfecto / pretérito futuro simple / futuro

Tematemastematemamostemáisteman

temiera o temiesetemieras o temiesestemiera o temiesetemiéramos o temiésemostemierais o temieseistemieran o temiesen

temieretemierestemieretemiéremostemiereistemieren

TIEMPOS COMPUESTOS

pret. perfecto compuesto /antepresente

pret. pluscuamperfecto /antepretérito

futuro compuesto /antefuturo

haya temidohayas temidohaya temidohayamos temidohayáis temidohayan temido

hubiera o hubiese temidohubieras o hubieses temidohubiera o hubiese temidohubiéramos o hubiésemos temidohubierais o hubieseis temidohubieran o hubiesen temido

hubiere temidohubieres temidohubiere temidohubiéremos temidohubiereis temidohubieren temido

IMPERATIVO

teme (temé), temed

FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo participio gerundio

SIMPLE COMPUESTOtemido

SIMPLE COMPUESTO

Temer haber temido temiendo habiendo temido

3. PARTIR Verbo modelo de la 3.ª conjugación

INDICATIVO

TIEMPOS SIMPLES

Presentepret. imperfecto /copretérito

pret. perfectosimple / pretérito

futuro simple /futuro

condicionalsimple /pospretérito

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Partopartes (partís)partepartimospartísparten

partíapartíaspartíapartíamospartíaispartían

partípartistepartiópartimospartisteispartieron

partirépartiráspartirápartiremospartiréispartirán

partiríapartiríaspartiríapartiríamospartiríaispartirían

TIEMPOS COMPUESTOS

pret. perfectocompuesto /antepresente

pret.pluscuamperfecto / antecopretérito

pret. anterior /antepretérito

futuro compuesto /antefuturo

condicionalcompuesto /antepospretérito

he partidohas partidoha partidohemos partidohabéis partidohan partido

había partidohabías partidohabía partidohabíamos partidohabíais partidohabían partido

hube partidohubiste partidohubo partidohubimos partidohubisteis partidohubieron partido

habré partidohabrás partidohabrá partidohabremos partidohabréis partidohabrán partido

habría partidohabrías partidohabría partidohabríamos partidohabríais partidohabrían partido

SUBJUNTIVO

TIEMPOS SIMPLES

Presente pret. imperfecto / pretérito futuro simple / futuro

Partapartaspartapartamospartáispartan

partiera o partiesepartieras o partiesespartiera o partiesepartiéramos o partiésemospartierais o partieseispartieran o partiesen

partierepartierespartierepartiéremospartiereispartieren

TIEMPOS COMPUESTOS

pret. perfecto compuesto /antepresente

pret. pluscuamperfecto /antepretérito

futuro compuesto /antefuturo

haya partidohayas partidohaya partidohayamos partidohayáis partidohayan partido

hubiera o hubiese partidohubieras o hubieses partidohubiera o hubiese partidohubiéramos o hubiésemos partidohubierais o hubieseis partidohubieran o hubiesen partido

hubiere partidohubieres partidohubiere partidohubiéremos partidohubiereis partidohubieren partido

IMPERATIVO

parte (partí), partid

FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo participio gerundio

SIMPLE COMPUESTOpartido

SIMPLE COMPUESTO

Partir haber partido partiendo habiendo partido

Español 1. Ejercicio.

Identificación de frases y oraciones: a) En los siguientes enunciados, separa frases de oraciones. b) En las oraciones, distingue el sujeto y el predicado cuando los haya. c) En cada caso señala las frases constituyentes (frases nominales, adjetivas, preposicionales, verbales y adverbiales).

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1. Un crucero con 154 pasajeros se hunde en el océano Antártico tras el choque con un

bloque de hielo.

2. El Gobierno convoca a cadenas de TV para un debate sobre el tratamiento de la

violencia machista

3. El relato de una argentina rescatada

4. Crece el respaldo al primer ministro en las encuestas

5. Una ovación de gala despide del Teatro Español a Fernán-Gómez

6. El Gobierno le concede a título póstumo la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio

7. Fallece en Madrid a los 86 años el actor, director, escritor y académico

8. Pronostican cielo medio nublado a nublado, con posibilidad de lluvias.

9. Ocupan camionetas acera en Periférico

10. No hay una señal convincente

11. Andrés Henestrosa fue homenajeado en el Helénico por su centésimo primer

aniversario

12. El musical más premiado de Broadway

13. Propiedad ajena, una película de Luis Vélez

14. Con la cola entre las patas

15. La nación está de luto

16. Es tiempo de frutos secos deliciosamente otoñales

17. Más recientemente, Jaime Hayón convirtió sus muñecos en expositores

tridimensionales

18. La Asamblea fue mucho muy positiva

19. Comentó poco favorablemente sobre ciertas normas del joven socialismo de

aquellos días.

20. Una campesina que se convirtió en la inventora del estilo.

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Temas 6-10. Categorías morfofuncionales. -Categorías primarias o nucleares: el sustantivo y los pronombres; el verbo. -Categorías secundarias o modificadores: el artículo, el adjetivo y el adverbio. -Categorías de relación: preposiciones y conjunciones.

Al tratar los temas 3 (El nivel sintáctico) y 4 (Las categorías morfofuncionales), anticipamos algunas observaciones que resultan pertinentes para el desarrollo del asunto que ahora trataremos.

Recordemos, por ejemplo, que a partir de ciertas relaciones de dependencia, como la concordancia y el régimen, formamos cadenas o secuencias de signos lingüísticos —los sintagmas— que, a su vez, se subdividen en frases y oraciones.

Entre las frases señalamos la frase preposicional (Fprep), que es exocéntrica; y las nominales o sustantivas (FN), las adjetivas (Fadj), las verbales (FV) y las adverbiales (Fadv), que se caracterizan por ser endocéntricas, o sea, están constituidas por un núcleo alrededor del cual se distribuyen los elementos que lo modifican (determinantes y complementos o expansiones del núcleo). Asimismo señalamos que las construcciones endocéntricas corresponden a la misma clase de palabra que constituye el núcleo (el nombre o sustantivo, el adjetivo, el verbo o el adverbio) y que el núcleo es equivalente a la construcción endocéntrica de la que forma parte, identificándola o caracterizándola frente a las otras. Por ejemplo, en la frase nominal o sustantiva, el núcleo es un nombre o sustantivo, más sus modificadores: Un trabajo muy cuidadoso, Las luces de la ciudad, etc. En la frase adjetiva, el núcleo es un adjetivo, con sus correspondientes modificadores: Muy bella, Poco apto para el trabajo, Blanca como la nieve, etc.

Por otra parte, al referirnos a las clases de palabras (sustantivo, adjetivo, pronombre, artículo, verbo, adverbio, etc.) vimos que se han clasificado y ordenado conforme a tres criterios: nocional o semántico, morfológico o formal, y sintáctico o funcional, o bien, se han mezclado dos o más de estos criterios. De modo que, atendiendo a la forma flexiva de las palabras y a su función como elemento primario, secundario o terciario en la oración, aludimos a ellas como categorías morfosintácticas o morfofuncionales.

A continuación consideraremos las funciones y las relaciones sintácticas que cada clase de palabra puede desempeñar como elemento constitutivo de la oración y como elemento constitutivo de una frase.

Tema 6. Categorías primarias o nucleares: el sustantivo.

6. El sustantivo6.1. Clasificación semántica

Con los sustantivos nombramos o categorizamos entidades, es decir, asignamos a cierta clase cualquier cosa que tiene existencia, real o virtual.

El sustantivo o nombre común (también llamado apelativo) expresa la pertenencia de las entidades a cierta clase. Nos dice qué es la entidad que con él se nombra, y es el nombre que “conviene a todos los individuos de una clase, de una especie o familia, significando su naturaleza o las cualidades de que gozan” (Bello, 1847: §100). Mesa, lápiz, anillo, hombre, gato, unicornio, queso, amor… son sustantivos que apelan a entidades distintas pertenecientes a clases de objetos diferentes,

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pero no aluden a un objeto o a un individuo determinado. La entidad no está “individualizada” entre los miembros de su clase.

El sustantivo o nombre propio distingue o identifica un individuo o una entidad entre los demás miembros de su clase, y nos dice cómo se llama: Mario, México, Fido, La Jornada, Universidad Nacional Autónoma de México...

Es importante considerar esta diferencia ya que implica un comportamiento sintáctico distinto. El nombre propio puede aparecer solo en el desempeño de una función sintáctica, porque al identificar o distinguir a un individuo o una cosa entre los de su clase tiene poder “referencial”; esto es, hace referencia a una entidad especificada, individuada, que puede actualizarse en un enunciado concreto.

En cambio, los nombres comunes, por designar la clase a la que pertenece la entidad y no a uno de los elementos en específico, carecen de la capacidad “referencial” que permite su actualización en un enunciado concreto y (salvo excepciones) tienen que aparecer acompañados de alguna determinación y, por tanto, en una frase nominal. Es posible decir Me encanta Juan, pero no se dice Me encanta niño. No decimos, por ejemplo: Profesor regaló coche a esposa; computadora está descompuesta. Pero sí decimos: El profesor regaló un coche a su esposa; Mi computadora está descompuesta.

Además de distinguir entre nombres propios y comunes, hay que considerar que los sustantivos comunes, con base en su significado, se clasifican en abstractos (belleza, blancura, elegancia, justicia…), concretos (casa, gato, ángel, mujer…) y colectivos (enjambre, arboleda, carillón, ejército…). También se distingue si con ellos se indican entidades animadas (niño, perro, lagarto…) o inanimadas (mesa, coche, libro). O si aluden a entidades contables o no contables.

Los sustantivos contables se refieren a entidades discretas. Esto es, que se piensan como delimitables, discontinuas y diferenciadas entre sí, por lo que pueden ser enumeradas o contadas (zapato, libro, niño, mesa, ángel…). Los sustantivos no contables aluden a entidades continuas, designan ‘materia’, ‘sustancia’ o ‘masa’ y se caracterizan porque pueden dividirse o fragmentarse sin dejar de ser lo que son (agua, aceite, arroz, oro, harina, papel, carne, pan…).

Ahora veremos como este rasgo semántico tiene repercusiones sintácticas al combinarse con los determinantes. En efecto, los sustantivos contables y no contables en función de complemento verbal se comportan de manera diferente en cuanto a la posibilidad de presentarse con o sin determinante. 1. Los sustantivos no contables en singular (agua, arena, azúcar, oro, etc.) y los

sustantivos contables en plural (niños, casas, mesas, etc.) se comportan igual y pueden aparecer sin determinante: Quiero agua (pan, tranquilidad, amor, aire puro…); Quiero libros (amigos, flores, días felices…). Con los sustantivos contables en singular no es posible: *Quiero amigo (libro, flor, día libre)

2. En general, la función de sujeto requiere de un sustantivo actualizado por medio de un determinante. Sin embargo, con verbos inacusativos que significan ‘acaecimiento’, como caer, entrar, salir…, los sustantivos no contables pueden presentarse sin artículo: Cae nieve, entra frío, sale agua

3. Los cuantificadores (numerales o indefinidos) cuando se usan con sustantivos contables, por lo general van en plural: Dos libros, veinte manzanas, muchos niños, algunos problemas, varias historias, tantas cosas, cuántos sucesos.

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Con sustantivos no contables se usan sólo cuantificadores indefinidos en singular: poco tiempo, bastante basura, mucho calor, demasiado esfuerzo, poca luz, tanto oro, cuánta alegría.Si una y otra clase de sustantivos se construyen con los cuantificadores correspondientes a la otra, ocurren recategorizaciones. Es decir, los sustantivos no contables adquieren un sentido referencial contable: Ej. Tomé cerveza vs. Tomé cinco cervezas (=botellas de cerveza). Tomé mucha cerveza vs. Tomé muchas cervezas (=botellas de cerveza)Por su parte, los contables pasan a tener un sentido no contable:Son pocos hombres vs. Es poco hombre (=calidad de hombre)Hay un sofá vs. Hay sofá para rato (=duración del sofá) / Hay sofá para cinco (=amplitud del sofá)Hay muchos sofás vs. Hay mucho sofá (=la calidad del sofá)Son muchas mujeres vs. Es mucha mujer (=calidad de mujer)

4. Los cuantificadores comparativos de ‘desigualdad’ (más, menos) carecen del rasgo morfológico plural y pueden presentarse tanto con sustantivos contables como con no contables. Más libros, menos coches, más agua, menos alcohol.

5. La forma exclamativa qué de se usa con sustantivos no contables en singular (¡Qué de aire!, ¡Qué de agua!, ¡Qué de calor!) y con sustantivos contables en plural (¡Qué de coches!, ¡Qué de niños!, ¡Qué de inventos!

Los sustantivos se caracterizan formalmente por tener género (masculino /femenino) y número (singular/plural). Sin embargo, hay ciertos sustantivos que se emplean exclusivamente o casi exclusivamente en número singular (Oeste, sed, salud…); o bien, usados en singular tienen un significado especial (La Creación vs. creación y creaciones). Otros sustantivos se usan normalmente en plural, porque carecen de singular o el singular está en desuso (ambages, entendederas, exequias, facciones (del rostro), víveres, plácemes…). A los primeros se les llama singularia tantum y a los segundos, pluralia tantum.

6.2. Funciones del sustantivoEl sustantivo es la clase de palabra que en la oración desempeña la función de

sujeto, complemento agente, vocativo, complemento directo, complemento indirecto y complemento de régimen preposicional. Además comparte con otras clases de palabras las funciones de complemento predicativo, complemento adnominal, aposición y complemento circunstancial.

a) Funciones propias del sustantivo Sujeto. Es una función esencialmente nominal o sustantiva, porque toda palabra,

frase o sintagma oracional que sirve como sujeto en la oración es análogo al sustantivo. Formalmente esta función se distingue por dos características: nunca lleva preposición10

y concuerda en número con la flexión del verbo. El sujeto suele ocupar la posición inicial en la oración, antes del verbo, y se considera un constituyente valencial, o sea, es exigido por el verbo y designa el primer actante.

El elemento nominal considerado sujeto concuerda en número con el verbo, de modo que el cambio de número en el sustantivo que funciona como sujeto exige el

10 Recordemos que en los casos en que el sujeto aparece con hasta (Hasta los niños lo saben) o con entre (Entre Juan y Luis arreglaron el coche), hasta no es preposición, y entre no tiene un valor preposicional (no subordina), sólo funciona como un refuerzo de la conjunción y.

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cambio de número en el verbo: El alumno preparó la lección, Los alumnos prepararon la lección. Hay, sin embargo, algunos casos de discordancia entre el sujeto y el verbo. A saber:

a) Cuando el sujeto está formado por un colectivo + de + un sustantivo, el verbo puede concordar con el complemento, si bien se considera más propio de un estilo cuidadoso la concordancia en singular: Un grupo de amigos me visitó/visitaron.

b) Lo mismo ocurre con sustantivos como parte, mitad, tercio…referido a un conjunto de personas o cosas: Vino/vinieron la mitad de los invitados.

c) Con nombres geográficos con forma plural fija (Estados Unidos, Buenos Aires, Asturias, Los Andes, Las Baleares,…) hay vacilación: algunos favorecen la concordancia en singular: Buenos Aires es la capital de Argentina. Estados Unidos está al Norte de México. El Amazonas atraviesa el Brasil. Sin embargo, si llevan artículo, parecen preferir la concordancia en plural: Los Estados Unidos están al Norte de México. Los Andes dividen Argentina de Chile. Las Baleares estaban cerca.

El Complemento Agente. Es el sustantivo o elemento nominal que, en la

oración pasiva, aparece con la preposición por (más raramente de) e indica la función de agente o ejecutante de la acción designada por el verbo: Mario escribió el libro >El libro fue escrito por Mario. La casa había sido diseñada por un gran arquitecto. Pronto la noticia será conocida por (de) todo el pueblo de México.

El Vocativo. Es el sustantivo o sintagma nominal que, en un enunciado, desempeña la función comunicativa de llamar la atención de la persona a quien nos dirigimos (o función apelativa). En la escritura aparece separado del resto de los elementos oracionales por medio de comas, y en la expresión oral va entre pausas; puede ubicarse al principio, en medio o al final del enunciado: Juan, haz la tarea, por favor. Me gustaría, señor profesor, que escuchara a los alumnos. ¿Sabes dónde están las llaves, abuelita? ¡Dios mío, ayúdanos! No se trata de una función oracional, sino sólo comunicativa, por eso aparece como elemento marginal o incidental en la oración.

Complemento Directo. Es el sustantivo o elemento nominal sin preposición o precedido de la preposición a, específicamente cuando alude a una persona determinada (Veo el libro / Veo a Juan). La posición no marcada es inmediatamente después del verbo. Puede ser referido en el predicado mediante un clítico acusativo variable en género, número y persona (lo, la, los, las), sobre todo si está antepuesto al verbo (El libro no lo veo). El clítico puede ser la única indicación de CDIR (Ya los veo).

El Complemento Directo se considera un constituyente valencial, designa el segundo actante. Por lo general se refiere a una entidad efectuada o afectada por el verbo (Preparó un pastel, Revisó a la enferma).

La preposición a suele ir ante Complemento Directo de persona, sobre todo cuando está claramente individualizada, o delante de animales o cosas personificadas: Recibieron muy bien a tu hermano . Mi hija adora a sus muñecas . El niño estrechó al gato en sus brazos. Los pájaros saludaban a la aurora con dulces trinos. Sin embargo, hay muchas excepciones a este principio general, y existe una bibliografía enorme que intenta dar cuenta del problema. Por ejemplo, si se trata de una persona indeterminada o poco individualizada, se tiende a no poner la preposición a: Busco empleado que hable francés; Vimos muchos niños en la calle. Por el contrario, la preposición a puede aparecer con complemento directo inanimado de ciertos verbos: El carro negro alcanzó al azul, El adjetivo precede/sigue al sustantivo, etc. En algunos casos se dice que la presencia de la preposición sirve como una marca para distinguir el sujeto y el CDIR:

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Mató el león al tigre (vs. Mató el león el tigre), Reemplaza el pronombre a la frase nominal (vs. Reemplaza el pronombre la frase nominal). También hay vacilación con nombres abstractos: Temo (a) la muerte; con colectivos: Conocemos bien (a) esa familia, Respetan (al / el) Ejército; y con nombres geográficos cuando no llevan artículo: Visité (a) París. En este caso, parece prevalecer la forma sin preposición.

Complemento Indirecto. Es un nominal precedido siempre de la preposición a.

Su posición no marcada suele ser tras el verbo y el CDIR, tratándose de verbos trivalentes (o bitransitivos: dar, regalar, ofrecer, mandar, enviar, entregar, etcétera), en los que designa un tercer actante (sujeto, complemento directo y complemento indirecto). Casi siempre puede ser referido en el predicado mediante un clítico dativo variable en número y persona (le-les). El clítico es, a veces, la única indicación de CIND. Los CINDS pueden ser constituyentes valenciales (Le regalé un libro a María) o no serlo (Le preparé un pastel a María). Por lo general el CIND se refiere a seres humanos, aunque a veces también puede tratarse de entidades inanimadas: Juan dio cuerda al reloj del abuelo.

Los verbos psicológicos o de afección, esto es, verbos que en su significación indican algún cambio en el ánimo de los seres (gustar, fascinar, agradar, desagradar, complacer, importar, convenir, etc.), los cuales suelen considerarse intransitivos, se construyen siempre con un clítico dativo que funciona como CIND (me, te, le, nos, os, les): Me gustan los chocolates, Te afectan las emociones fuertes, Le fascinan los niños, Nos alegra tu visita, Les enojaba mi pereza. A veces también, además del clítico, puede aparecer en esta función de CIND la frase nominal precedida por la preposición a: A Juan le desagradan los ruidos fuertes, ¿Le gustan las novelas policíacas a Juan? Es decir, la función de CIND aparece expresada con dos clases de expresiones: pronominal y léxica.

A veces la función de CIND se confunde con la de CDIR: Ayudé a las niñas (Las / les ayudé). Esa música atrae a Juan (Esa música lo/le atrae). Y otras veces parece cambiar el significado del verbo: Servir la comida (= CDIR: La serví) y Servir a Juan (= CIND. Le serví / *Lo serví). El comerciante pagó su deuda (= CDIR. La pagó). El comerciante pagó a Andrés (= CIND: Le pagó). Mentí a Juan (= CIND. Le mentí); Pegué al niño (CIND = Le pegué / *Lo pegué); Pegué el plato (= CDIR: Lo pegué / *Le pegué).

Hay que tener en cuenta que, por lo general, cuando el complemento es introducido por la preposición para no se trata de un CIND, sino de un complemento circunstancial llamado “Benefactivo”, como prueba el hecho de que en una misma oración pueden aparecer tanto el complemento indirecto como el benefactivo: Juan compra chocolates a María para su mamá = Juan le compra chocolates (a María) para su mamá.

Complemento de un verbo de régimen preposicional (o Complemento Preposicional). Es un constituyente de carácter valencial. En esta función suelen distinguirse dos tipos: a) el Suplemento y b) el Complemento Adverbial.

a) Con el término Suplemento, Emilio Alarcos Llorach (1968) se refiere al complemento de un verbo que lleva una determinada preposición. La preposición es exigida por el sentido del verbo y modifica su significado. El sustantivo o FN que funciona como el término de la preposición es conmutable por un pronombre: Pensaba en su novia - pensaba en ella; Se refería a Juan - se refería a él; Hablaba apasionadamente del asunto - hablaba apasionadamente de eso.

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b) Con el término Complemento Adverbial, Guillermo Rojo (1985 y 1990) se refiere a un complemento valencial de tipo circunstancial, que se realiza como término de una preposición, y que suele ser conmutable por un adverbio o por un pronombre (Salió de la casa -salió de allí - salió de ella). El complemento depende del sentido del verbo, y la preposición no altera su significado (el del verbo): Reside en Guadalajara – reside en ese lugar – reside allá. Colocó los libros en la mesa – colocó los libros en ella, colocó los libros allá.

Actualmente se tiende a no hacer la diferencia y a estos dos tipos de complementos se les llama complemento preposicional:

Llegaron a la casa: llegaron aquí Llegaron a la misma conclusión: Llegaron a ella

Coincidieron en el cine: coincidieron allí. Coincidieron en la respuesta: coincidieron en eso

Se dirigió a la escuela: Se dirigió allá Se dirigió a Juan: Se dirigió a él.

b) Funciones compartidas del sustantivoAdemás de las funciones anteriores, que son propias del sustantivo, éste puede

desempeñar en la oración las funciones de complemento predicativo, complemento adnominal y aposición, que son de tipo adjetivo; y la de complemento circunstancial, que es de naturaleza adverbial.

Complemento Predicativo. Es una función que el sustantivo comparte con el adjetivo, y puede discutirse si se trata de una función propia del sustantivo o del adjetivo: Juan es honrado, Juan es un hombre honrado.

En la función de complemento predicativo, el sustantivo clasifica al sujeto dentro de un grupo o clase, y le atribuye el conjunto de cualidades designadas por él mediante el verbo copulativo ser: Juan es ingeniero, Lisboa es una ciudad encantadora, María y su mamá son abogadas; o por simple yuxtaposición: Mal de muchos, consuelo de tontos; Esta novela, ¡un plomo! Además, el sustantivo en función de complemento predicativo concuerda con el elemento nominal sujeto en número y, cuando es posible, en género: Juan era soldado, María es mi hermana, Ellos son hijos de mi tío Luis, Esas cosas que dices son calumnias.

Aposición. Es una función secundaria del sustantivo. Se usa como constituyente que modifica al núcleo sustantivo en la frase nominal. Esto es, cumple una función de tipo adjetivo. El sustantivo o elemento nominal en función apositiva modifica, aclara o precisa, sin mediación de ninguna preposición, es decir, por yuxtaposición, a otro sustantivo que funciona como núcleo de la frase nominal: Mi primo Luis, El río Danubio; Carlos V, el Emperador; París, la capital de Francia; el rey Felipe II, el rey prudente.

Es costumbre distinguir dos tipos: la aposición especificativa y la aposición explicativa. En la primera, el sustantivo en aposición precisa y especifica al núcleo sustantivo que acompaña: Mi hermana Silvia, El Rey Sol, Los hermanos Pinzón, El río Guadalquivir, Sevilla provincia, México ciudad, etcétera. En la segunda, hay una matización subjetiva del elemento sustantivo nuclear. No se trata de una simple repetición del primer sustantivo formulada con otras palabras, sino de un añadido que

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tiene cierta intención aclaratoria: Mi esposa, María; Buenos Aires, capital de Argentina; Cervantes, el manco de Lepanto. El sustantivo en aposición explicativa suele separase entre pausas en la lengua oral, o entre comas en la lengua escrita: Vivía con su hijo, apoyo de su vejez; Mi tía Adela, hermana de mi mamá, me pagó el viaje.

Complemento Adnominal. También es una función secundaria del sustantivo. En ella, el sustantivo cumple una función de modificador, como si fuera un adjetivo: Amor de madre (= materno), árbol sin hojas (= deshojado). El sustantivo en función de complemento adnominal modifica a otro sustantivo al que se subordina por medio de una preposición: El árbol de Navidad, El salón de juegos, Los propietarios del local,…. Por lo general, se trata de la preposición de, aunque NO exclusivamente: Café con leche, sala en reparación, estuche para lentes, carretera a Cuernavaca, hombre sin ilusiones

N.B: Un sustantivo con preposición (es decir, una frase preposicional) también puede modificar o complementar a un adjetivo: Amable con las damas, serio sin afectación, apto para el trabajo, sabio en matemáticas, etc. Asimismo puede determinar a ciertos adverbios: lejos de mi ánimo, cerca de casa, alrededor del parque, junto con Luis.

Complemento Circunstancial (o Aditamento, en la teoría de Alarcos Llorach). Es una función marginal, no requerida por el verbo, que el sustantivo comparte con los adverbios por medio de una transposición funcional: Juan se mueve con facilidad (~ fácilmente); María llegó este día (~ hoy), Ludovica siente con mucha intensidad (~ intensamente) el papel de Ofelia.11

El Complemento circunstancial puede expresarse con una frase nominal (Regresaron la semana próxima) y, más frecuentemente, con una frase preposicional (Trabaja en la casa), o por medio de un adverbio o locución adverbial (Lo veré mañana, Nos visita de vez en cuando, Coloca el sillón al revés). En la función de complemento circunstancial, el elemento nominal puede llevar cualquier preposición: Salgo para Mérida, Pasea por el jardín, Trabaja de lunes a sábado, Prepararé un pastel para mamá, Estudiarán para el examen, Viajaremos con los amigos, Esperaré a Fulanito en el Zócalo, Lo trajeron de París, Caminó a (hacia) su casa, etc.

Como se aprecia, con este complemento expresamos las diversas circunstancias que rodean a la acción del verbo y, en la oración, es posible indicar más de una: Juan trabaja arduamente, todos los días, de las seis de la mañana hasta las tres la tarde, en su casa. Las circunstancias más frecuentes suelen indicar lugar, procedencia, destino, dirección, tiempo, modo, causa, instrumento, finalidad, benefactivo, compañía, etc.

N. B. Alarcos propone una serie de criterios para distinguir al complemento preposicional del complemento circunstancial, puesto que pueden confundirse:

1) Los complementos preposicionales responden a preguntas formadas con Preposición + pronombre interrogativo qué: Hablan de música: ¿De qué hablan? Acabó con sus ahorros: ¿Con qué acabó? Preguntaron por la carta: ¿Por qué preguntaron? En cambio, si son complementos circunstanciales, la pregunta se formula con un adverbio interrogativo: Hablan de memoria: ¿Cómo hablan? Acabó con rapidez: ¿Cómo acabó? Preguntaron por carta: ¿Cómo preguntaron?

11 Cuando el Complemento circunstancial es de índole valencial, esto es, exigido por el significado del verbo (poner, colocar, situar, ubicar algo en un lugar; residir en, dirigirse a, llegar a, proceder de... un lugar) Guillermo Rojo lo llama Complemento adverbial y suele incluirse entre los complementos preposicionales (vid supra).

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2) En una construcción ecuacional complemento preposicional y complemento circunstancial también se distinguen por la presencia del pronombre relativo que en el primer caso y del adverbio relativo como en el segundo:

Hablan de música: Es de música de lo que hablan (=complemento preposicional)Hablan de memoria: Es de memoria como hablan (=complemento circunstancial)3) El complemento preposicional puede ser reemplazado por la preposición

exigida por el verbo + un pronombre tónico que queda como huella del complemento: Hablan de música (=Hablan de eso); Confió en su hermana (=Confió en ella). Cuando se trata de un complemento circunstancial, éste se omite o, si se reemplaza, deja como huella un adverbio: Hablan de memoria (=Hablan así); Preguntó por carta (=Preguntó así)

4) En vista de que Complemento preposicional y Complemento circunstancial corresponden a funciones distintas, no pueden coordinarse entre sí: *Preguntó por su hermana y por carta. Sin embargo, pueden aparecer en la misma oración, yuxtapuestas, porque en ella desempeñan funciones diferentes: Por carta preguntó por su hermano.

Ejercicio

Clasifica las frases nominales y preposicionales que aparecen en las siguientes oraciones atendiendo a las funciones que desempeñana.

1.- Concluyó la labor militar antidroga en Oventic.

2.- En los tiempos actuales existe rara vez la unanimidad.

3.- Esa excepcional situación sorprendía a los habitantes del Poblado .

4.- La presentación de iniciativas de distintas fuerzas políticas enriquecerá el debate en el Congreso de la Unión.

5.- Llegó la esposa del Presidente francés a Nueva York y por la mañana irá a Chicago.

6.- El proceso legislativo para la reforma electoral arrancará esta semana.

7.- En noviembre tendría que estar listo el nuevo marco electoral.

8.- Santiago Oñate, presidente del PRI, y Porfirio Muñoz Ledo, líder del PRD, rechazaron tales afirmaciones.

9.- Gobernación comunicó doce importantes opiniones de la Presidencia sobre los acuerdos presentados por el Ejercito Zapatista la semana pasada.

10.- En la actualidad corren tiempos difíciles.

11.- Los acuerdos no son antidemocráticos.

12.- El Jefe de Gobierno alzó la voz cuando reiteró su demanda de apoyo.

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13.- Los diputados independientes propondrán una política económica constitucional.

14.- Aquel hombre quemaba ilusiones y llevaba inquietudes a sus oyentes.

15.- Sus ojos destilaban amargura.

16.- La casa mide nueve metros de frente.

17.- La reunión duro dos horas.

18.- Perecieron 22 animales durante la remodelación del zoológico.

19.- El Barcelona fue eliminado de la copa UEFA.

20.- Anoche te soñé y también soñé a mi papá.

21.- Jugador inglés se queja del racismo en Italia.

22.- Famoso arquero colombiano renuncia a la selección de futbol.

23.- México se impuso a la selección de Guatemala.

24.- El marchista viajará este viernes a Veracruz

25.- Héctor Peralta habló del nuevo evento boxístico.

26.- Una asistencia de 850 espectadores ha tenido el Frontón México en las últimas funciones.

27.- La prensa elogia la decisión del portero colombiano.

28.- La asamblea designó a los miembros de la nueva directiva.

29.- En Sidón fue atacado un campamento palestino por tropas israelíes.

30.- Un mono murió el mes pasado a causa de esa enfermedad y otro animal fue sacrificado el fin de semana pasado.

31.- La Iglesia Católica acusa a Clinton de favorecer el infanticidio.

32.- George Bush otorgó hoy su apoyo al líder del senado y virtual candidato republicano a la presidencia, Bob Dole.

33.- Las dos mujeres fueron secuestradas anoche en un barrio caraqueño por tres asaltantes.

34.- El ajuste económico provocó nuevos disturbios en el país.

35.- El funcionario se refirió a la crisis económica del pasado.

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36.- El sospechoso del secuestro es introducido por la fuerza a un vehículo policial.

37.- El funcionario se refirió a la crisis económica de pasada.

38.- El gobierno destinará 36 millones de pesos a los productores del campo.

39.- América Latina debe aumentar su tasa de ahorro interno.

40.- Durante la reunión circuló un documento sobre la evolución de la fecundidad.

41.- Entregaron títulos agrarios a campesinos de Tecámac.

42.- México requiere de un sistema educativo más estricto.

43.- El funcionario insistió en la baja calidad académica de los estudiantes

44.- El secretario de Educación asistió a la reunión del sindicato.

45.- Los alumnos de los CCH se retiraron de la comisión especial.

46.- Una comisión legislativa dará seguimiento al caso Tlatizapán.

47.- Esta cuenta personal le ofrece mayores rendimientos.

48.- La Migra nos llevó al Hospital General de Riverside.

49.- El Consulado les pidió no declarar nada a nadie.

50.- El diplomático francés se entrevistará con representantes del gobierno mexicano.

Tema 7. Categorías primarias: Los pronombres

Desde la gramática latina se viene diciendo que el pronombre (lat. Pronomen) es la palabra que reemplaza a un nombre y, por tanto, desempeña sus mismas funciones en la oración:

a) Nosotros estudiaremos el fin de semana (núcleo del sujeto)b) Traeré algo para la cena, ¿a quién invitaste? (núcleo del complemento directo) c) No me dijo nada. A todos les regalé un libro (núcleo del complemento indirecto)d) Voy con mi coche y tú con el tuyo (núcleo del complemento circunstancial) e) El trabajo fue hecho por nosotros (complemento agente); etc.

Sin embargo, esta caracterización, que define al pronombre como un sustituto del nombre, resulta insuficiente porque en muchos casos el pronombre no reemplaza a un sustantivo. Este hecho fue observado ya en el siglo XVI por Julio César Escalígero, quien señaló que los objetos cuyo nombre desconocemos solemos expresarlos con pronombres: ¿Qué quieres? ¿Qué es aquello? Traeré algo para comer. Y destacó tres funciones: 1. Dirige la atención sobre un objeto presente (Me gusta éste)

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2. Reemplaza al nombre mencionado anteriormente (¿Viste a María? –Sí, la vi) y 3. Figura al lado del nombre (Yo, el Rey).12

El significado de los pronombres no es fijo como el de los sustantivos, sino que remiten siempre a la situación comunicativa del acto de habla o al discurso en el que se hallan; son, por tanto, elementos deícticos, es decir, realizan una función mostrativa: apuntan o señalan a las personas o cosas que se aluden en la comunicación. En Yo estoy escribiendo, Yo significa ‘la persona que habla’ en cada acto de comunicación. En cómpralo, lo, según la situación, puede significar ‘vestido’, ‘coche’, ‘periódico’, ‘libro’, etcétera.13

Además, los pronombres -como otras “palabras gramaticales” o “vacías” (preposiciones, conjunciones, artículos…)- se designan a través de una definición metalingüística; por ejemplo:

yo: ‘pronombre masculino y femenino singular de primera persona. Señala a la persona que habla o escribe en un momento dado o en un cierto texto…”.

lo: ‘pronombre masculino singular de tercera persona. Señala al hombre, al animal o al objeto, designado por un sustantivo del género masculino, cuando funciona como complemento directo. 14

Y pertenecen a paradigmas cerrados. Esto es, forman series o conjuntos con un número limitado de elementos que entre sí mantienen ciertas correspondencias formales y funcionales.15

La categoría de los pronombres es heterogénea en cuanto a los elementos que incluye. Es por ello que, teniendo en cuenta las características semánticas, morfológicas y sintácticas de los distintos elementos, los pronombres suelen clasificarse en varias subclases. Algunas de estas subclases –o de sus elementos- comparten funciones sintácticas tanto con el sustantivo como con el adjetivo, mientras otras son exclusivamente sustantivas o bien adjetivas. Algunos gramáticos suelen diferenciarlas en apartados diferentes: la de los pronombres en sentido estricto y la de los adjetivos determinativos. Otros los estudian en el mismo apartado, y los distinguen llamándolos pronombre y adjetivos pronominales pues no piensan que se trate de categorías diferentes, ya que además de la semejanza formal y semántica, su funcionamiento adjetival es en algunos aspectos distinto al de los verdaderos adjetivos, los calificativos, según veremos más adelante.

Las subclases que suelen señalarse son: pronombres personales, reflexivos demostrativos, posesivos, indefinidos, interrogativos, exclamativos y relativos. Los

12 Las dos primeras funciones, entre otras muchas, fueron estudiadas en la primera mitad del siglo XX por Karl Bühler, en el capítulo: “El campo mostrativo del lenguaje y los demostrativos”, y dio lugar al desarrollo de todo un campo de estudio, el de la Deixis. Cf. Karl Bülher, Teoría del lenguaje, (Traducción de Julián Marías), 3ª. Ed. Madrid, Selecta de Revista de Occidente, 1967. La primera edición, en alemán, Sprachteorie, es de 1934. 13 Recordemos que los sustantivos, al menos los comunes, nos dicen qué es la entidad que con ellos se nombra, y es el nombre que “conviene a todos los individuos de una clase, de una especie o familia, significando su naturaleza o las cualidades de que gozan” (Bello, 1847: §100). 14 En cambio, los sustantivos y adjetivos son palabras con un significado propio, “pleno”; que suele darse mediante una definición: lobo ‘mamífero carnívoro salvaje de la familia de los cánidos…’; gentil: ‘que es amable, considerado y atento’. 15 Los sustantivos y adjetivos pertenecen a paradigmas abiertos, es decir, a series con un número ilimitados de elementos, a los cuales siempre pueden añadirse otros, que los hablantes van creando o adoptando de otras lenguas.

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numerales a veces se consideran entre los pronombres y adjetivos pronominales, y otras veces en capítulo aparte.

Como formas estrictamente pronominales tenemos los pronombres personales y reflexivos, así como ciertas formas de los pronombres demostrativos, posesivos, indefinidos, interrogativos, relativos y numerales.

A continuación se presentan los paradigmas y algunas observaciones generales sobre los pronombres; los adjetivos determinativos se presentarán en el apartado del adjetivo.

El pronombre personal. Es aquel que señala a las personas gramaticales que intervienen directa o indirectamente en la comunicación: el hablante o emisor (yo), el oyente o receptor (tú), y lo que no es ni hablante ni oyente (él, ella, ello).

Los pronombres personales se caracterizan, además, por tomar distintas formas para indicar no sólo las diferencias de persona, género y número, sino específicamente, para señalar también las funciones sintácticas que desempeñan en la oración (sujeto, término de preposición, complemento directo o complemento indirecto) Por ello se dice que el pronombre personal conserva la categoría gramatical de caso. (Véase más adelante el paradigma del pronombre personal).

Pronombres reflexivos. Son una variante de los pronombres personales átonos complementarios. Los de primera y segunda persona (me, te, nos, os) coinciden con los personales, mientras que los de tercera persona se expresan con la forma se tanto para singular cuanto para plural. Con estos pronombres (me, te, se, nos, os, se), formamos expresiones reflexivas y recíprocas: Yo me baño, Él se peina (reflexivo directo), Ella se pinta las uñas (reflexivo indirecto). Nosotros nos tuteamos, Ellos se saludaron (recíprocos).

Pronombres demostrativos. Son aquellos que reemplazan al sustantivo indicando cierta relación de distancia con respecto a las personas gramaticales. Las formas neutras: esto, eso, aquello, sólo funcionan como sustantivos y nunca llevan la tilde: Esto me lo relatarás mañana; Aquello no me importa ya; Me conformo con eso que trajiste. Las formas restantes pueden funcionar tanto como sustantivo cuanto como adjetivo.

Género Cerca de la persona que habla

Cerca de la persona con quien hablamos

Lejos de la persona que habla y de la que escucha

Masculino Éste, éstos ése ésos aquél, aquéllos

Femenino Ésta, éstas ésa, ésas aquélla, aquéllas

Neutro Esto Eso Aquello

Ejemplos Lo hizo éste Esto es muy bueno

La culpa la tiene ése Eso ya lo estudiamos

Aquél me habló de la fiesta¿Ya viste aquello?

Para diferenciarse de los adjetivos demostrativos, los que tienen función de pronombre pueden marcarse con la tilde diacrítica, particularmente si existe riesgo de ambigüedad: Dijo que ésta mañana vendrá / Dijo que esta mañana vendrá.

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Pronombres posesivos. Sustituyen al sustantivo indicando pertenencia con respecto a alguna de las personas gramaticales. La noción de posesión debe entenderse entre la entidad poseída que se alude con el sustantivo y una de las personas gramaticales.

Número del pronombre posesivo

1ª. Persona 2ª. Persona 3ª. Persona

Singular Mío/a Nuestro/a

Tuyo/a Vuestro/a

Suyo/a

Plural Míos/asNuestros/as

Tuyos/asVuestros/as

Suyos/as

Ejemplos Toma tus galletas y yo tomaré la(s) mía(s)

Sus libros y los nuestros conforman una buena colección de poesía

Mis papás son de Guadalajara y los tuyos de Morelia

Mis ideas y las vuestras son valiosas

Mi cuaderno y el suyo se parecen

No tomé los apuntes y los suyos no me sirvieron

Las formas señaladas pueden encontrarse en función de sustantivo, como en el cuadro, o en función de adjetivo. Cuando funcionan como pronombres posesivos, se emplean con el artículo determinado; el artículo suele omitirse si el pronombre forma parte del predicado nominal: Ese lápiz es mío; Aquella casa es nuestra; Esa casa es suya. Cuando aparece sin artículo, el pronombre posesivo clasifica; mientras que con artículo, identifica: Ese lápiz es mío / Aquella casa es la nuestra.

El pronombre posesivo de segunda persona plural vuestro (vuestra, vuestros, vuestras) ha sido sustituido en el español de América por la forma de tercera persona, suyo (suya, suyos, suyas), lo que puede dar lugar a cierta ambigüedad referencial; por ejemplo, Esos libros son suyos puede tener los sentidos (Esos libros son ‘de usted’, ‘de ustedes’, ‘de él’, ‘de ella’, ‘de ellos’, ‘de ellas’).

Nota Bene: No son recomendables expresiones adverbiales como Alrededor mío, en contra tuya , delante suyo , atrás nuestro ,…, de uso principalmente en Hispanoamérica. En su lugar debe preferirse: alrededor de mí , en contra de ti , delante de nosotros, alrededor de ellos , etcétera. Este uso ocurre por la confusión de pronombres posesivos con pronombres personales.

Pronombres indefinidos (o indeterminados, según la Real Academia Española). Son distintas series de elementos lingüísticos cuyo rasgo semántico común consiste en hacer referencia a nociones como ‘cantidad’ o ‘intensidad’ de manera muy vaga o imprecisa. Pueden funcionar en la oración como sustantivos y/o adjetivos.

Funcionan exclusivamente como sustantivos los pronombres indefinidos: alguien, nadie, quienquiera o quienesquiera, que se refieren a personas: Quienquiera lo pensaría, No veo a nadie conocido, Alguien aceptará el trabajo. Y los pronombres algo, nada, que alude a un referente de cosa: Compraremos algo para la fiesta, No aporta nada interesante. Nada y nadie tienen sentido negativo y a veces por sí solos pueden añadir este valor a la oración: Nadie aceptará ese trabajo; Nada me compró.

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Sin embargo, la mayoría de los indefinidos: todo(s), alguno(s), mucho(s), bastante(s), cualquiera / cualesquiera, poco(s), uno(s),… etcétera, pueden referirse a personas y cosas, y funcionan como adjetivos y, más raramente como sustantivos.

Pronombres interrogativos. Sustituyen al sustantivo y sirven para preguntar: ¿Qué pasa?, ¿Quiénes faltaron a la reunión?, ¿Cuánto te costó?, ¿Cuál elegiste? El pronombre interrogativo lleva siempre acento gráfico.

Pronombres exclamativos. Sustituyen al sustantivo cuando expresa la admiración por personas, cosas o cantidades: ¡Qué sorpresa!, ¡Qué bonita!, ¡Quién pudiera viajar!, ¡Quién lo creyera!, ¡Cuántos han venido! Los pronombres exclamativos siempre se acentúan.16

Pronombres relativos. Sustituyen a un sustantivo (el antecedente) con el cual concuerdan en género y/o en número. Sus formas son: que, quien- quienes, cual(-les), cuyo(-a, -os, -as). El relativo quien(-es) se refiere sólo a personas: Juan, a quien no soporto, me invitó a salir. Los otros pronombres pueden referirse a personas y cosas. A diferencia de los primeros tres pronombres que funcionan como sustantivos, Cuyo (-a,-os-,-as) desempeña el oficio de adjetivo posesivo y concuerda con el sustantivo al que modifica y precede (el consecuente): Vi a una joven cuyos ojos me encantaron. Pronombres numerales. En esta clase incluimos distintas series de palabras que hacen referencia a los números, según expresen cantidad: los cardinales (uno, dos, tres, diez, mil,..); orden en una sucesión: los ordinales (primero, segundo, tercero, décimo, undécimo, duodécimo, vigésimo); multiplicación: multiplicativos (doble y duplo/a, triple y triplo/a, cuádruple y cuádruplo/a, quíntuple y quíntuplo/a, séxtuple y séxtuplo/a, séptuple y séptuplo/a, óctuple y óctuplo/a, nónuplo/a, décuplo/a,…) o división partitivos o fraccionarios (mitad, tercio, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo/a, onceavo, doceavo, treceavo, catorceavo, veinteavo o vigésimo, cincuentaiseisavo, centésimo, milésimo, millonésimo,…

16 Cf. Elizabeth Luna Traill, Alejandra Vigueras Ávila y Gloria Estela Baez Pinal. Diccionario básico de lingüística, México, UNAM, 2005, pp. 183-185 (defs. 1160-1168).

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PARADIGMA DE LOS PRONOMBRES PERSONALES

PronombrePersonal

Sujeto Término de preposición (funciones introducidas por

una preposición)

Complemento directo

Complemento indirecto

Singular1ª

YoYo estudiaré gramática

Mí, conmigoLo comprará para míIrá conmigo al cine

Me Me engañaron

Me Ella me dio el recado

2ª Tú, Usted Tú has comido tempranoUsted escribió varías cartas

Ti, contigo, ustedCenaremos contigo/ con usted Es capaz de todo por ti/ por usted

Te Te golpearon

Te Te entrego el apunte

3ª Él, Ella, Ello Él sonreíaElla bailabaEllo es necesario

Él, Ella, Ello, Sí, consigo Volvió en sí Se la llevó consigoComió con él/ellaEstá trabajando en ello

Lo, La Lo (la) escuchamos con atención

Le (se) Le dio la pelota a los niños / Se la dio

Plural1ª

Nosotros/asNosotros(as) ganamos

Nosotros/as Compraron varios libros para nosotros (as)

NosLa oscuridad nos asustaba

NosNos regaló un libro

2ª Ustedes, Vosotros/-as Ustedes viven aquíVosotros (as) estaréis presentes

Ustedes, Vosotros/-as Traerá un regalo para ustedesCenará con vosotros (as)

OsOs vi ayer

OsOs presento a Juan

3ª Ellos, ellasEllos (as) tienen la razón

Ellos, Ellas Eso es contra ellos (as)

Los, Las Los (las) vio comprando en la tienda

Les (se) Les rentará una casa / Se las rentará

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El pronombre personal es, como ya se dijo, aquel que señala a las personas gramaticales que intervienen directa o indirectamente en la comunicación: el hablante o emisor (yo), el oyente o receptor (tú), y lo que no es ni hablante ni oyente (él, ella, ello). Los pronombres personales se distinguen porque toman no sólo distintas formas para indicar las diferencias de persona, género y número, sino también para señalar las funciones sintácticas que desempeñan en la oración (sujeto, término de preposición, complemento directo o complemento indirecto). Por ello se dice que el pronombre personal conserva la categoría gramatical de caso.

Como ya se dijo, los pronombres son elementos deícticos. Es decir, su significado no es fijo como el de los sustantivos, sino que remiten siempre a la situación comunicativa del acto de habla o al discurso en el que se hallan. Cumplen, pues, una función mostrativa, señalando su correferencia. En el primer caso, la referencia del pronombre se halla en el acto lingüístico que tiene lugar en la situación comunicativa y se dice que es exofórica. En el segundo caso, la referencia indicada por el pronombre tiene su expresión en el contexto lingüístico o cotexto, es endofórica. Esta última remite a un correferente que puede encontrarse antes del pronombre, en cuyo caso, se habla de que muestran su referencia de manera anafórica. Si, por el contrario, el correferente se halla después del pronombre, se dice que éste muestra su referencia de manera catafórica. Por ejemplo, en “Tú estás sentado”, el correferente del pronombre personal se encuentra en la situación de comunicación, pues tú alude a la persona con quien se habla. La referencia del pronombre, por tanto, es exofórica. En cambio, en “Los niños jugaban en el jardín. Ellos gozaban del aire y del sol”. El pronombre ellos remite a un correferente, la frase nominal los niños, que aparece en el cotexto y, por tanto, la referencia es endofórica. Como el correferente aparece antes que el pronombre, la referencia es de tipo anafórica. En “Le entregué el libro a Juan”, la referencia del pronombre le está en el cotexto y después del pronombre (a Juan). Por consiguiente, el pronombre tiene una correferencia endofórica de tipo catafórico.

Las formas del pronombre personal se dividen en tónicas y átonas. A las formas inacentuadas también se les llama clíticos ya que, debido a su carácter átono no pueden aparecer en posición independiente y, en la secuencia sintagmática, forman una unidad tonal con el verbo. La grafía los presenta separados, esto es, en posición proclítica, cuando van antes de una forma verbal conjugada (Lo traje ayer, Me lo dijo, se lo prestaré, le platicaré todo). Cuando van después de una forma verbal en infinitivo, en gerundio o en imperativo, los pronombres átonos se presentan pegados a la forma del verbo, en posición enclítica (asegurártelo, prestárselo, jugándotela, viéndome, dáselo, deducídnoslo)17. El pronombre en posición enclítica con un verbo conjugado tiene un valor enfático: díjomelo, enviósela.

Los pronombres personales tónicos funcionan como sujeto y como término de preposición, en todas aquellas funciones que son introducidas por una preposición. Los clíticos o formas átonas aparecen sin preposición e indican las funciones de complemento directo (acusativo) y complemento indirecto (dativo).

Los pronombres pueden emplearse con modificadores; por ejemplo: algunos adjetivos que funcionan como un refuerzo determinante: nosotros mismos decidimos votar en su contra; tú sola; todos nosotros; ellas juntas; consigo mismo; a mí solo. O bien con una construcción apositiva: Ella, la pobre, no lo sabía; Nosotros, sus hijos, no estuvimos con él; etc.

Acerca de los pronombres personales en la función de sujeto.

17 Actualmente es raro encontrarlos unidos al participio: consoládome, reveládoselo.

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En español, el pronombre personal en función de sujeto tiene poco empleo porque los verbos llevan incluida en sus desinencias morfemas de persona, lo que hace innecesaria la presencia de un pronombre, en particular, tratándose de la primera y segunda persona, que suelen aludir a las personas que participan en el acto comunicativo. De hecho, la repetición constante de los pronombres en función de sujeto resulta molesta y recargada. Sin embargo, se emplean a) por razones de énfasis y b) para evitar ambigüedades. El uso enfático. Los pronombres de primera (yo, nosotros/as) y de segunda persona (tú, vosotros, usted, ustedes) se usan con un valor enfático para destacar la actitud o la situación del sujeto en contraste con la de otra(s) persona(s): Te lo digo /Yo te lo digo / Te lo digo yo; Lo sabes bien/ Tú lo sabes bien. Yo estuve trabajando pero ellos no sé. A veces se repiten las formas pronominales sujeto: Tú, tú nos lo dirás. La ambigüedad. El pronombre cumple una función desambiguadora entre la primera y tercera persona del singular en varios tiempos del verbo (yo/él amaba, había amado, amaría, habría amado, ame, amara o amase, haya amado, hubiera o hubiese amado, amare, hubiere amado).La tercera persona (él /ella / ello / ellos / ellas) puede referirse a un referente humano, a un animal o a una cosa de género masculino o femenino, o a un concepto, de género neutro. Es la menos determinada de las personas gramaticales y su referente puede estar dado en la situación de comunicación o en el co(n)texto lingüístico. Otros usos:

Usted es la correspondiente forma de respeto de Tú. Aunque se trata de una segunda persona singular, concuerda con el verbo conjugado en tercera persona, lo mismo que Ustedes y otras formas de tratamiento18: Usted llegará a tiempo, no se preocupe. Ustedes son mis amigos y me ayudarán.

Ustedes ha reemplazado a la forma de segunda persona plural -vosotros/as- en el español americano, andaluz y canario. En consecuencia, en español podemos distinguir dos subsistemas para las segundas personas:

a) el castellano, formado por cuatro formas en la oposición de ‘formas de confianza’: tú - vosotros vs. ‘formas de respeto’: usted – ustedes. Y

b) el americano (andaluz y canario), formado por tres: la oposición tú – usted, con base en el rasgo ‘confianza’ vs. ‘respeto’, y ustedes, que ha sustituido a vosotros, y se emplea indistintamente para forma de confianza y respeto.19 Nosotros es usado por algunas personas con una referencia de primera persona singular porque consideran pedante o insolente usar yo; se trata del llamado “plural de modestia”: En este trabajo trataremos el problema…; Nosotros consideramos que es la solución adecuada; Nosotros no lo creemos necesario… También suele usarse con esta referencia singular en el llamado “plural mayestático”; es decir, el Nosotros que solían usar los reyes, los papas y algunas figuras del poder civil o religioso. En el español de México ocurre que la primera persona plural femenina — nosotras— se use poco en el habla coloquial, y en su lugar se emplee la forma masculina, aún cuando se alude a mujeres exclusivamente: “La falta de preparación de nosotros las mujeres”; “Muchas de nosotros no conocíamos el mar”.20

18 Las fórmulas de cortesía reverencial implican dirigirse de manera indirecta al interlocutor, designándolo con expresiones como Vuestra Merced, Su Santidad, Su Excelencia, Su Majestad, que aluden a cualidades relevantes (la merced, la santidad, la majestad, la excelencia, etc.).19 En el Cono Sur del Continente Americano (Argentina, Uruguay, Chile) y parte de Centro América, incluso en Chiapas y Tabasco, existe el fenómeno llamado voseo, que consiste en usar la forma medieval vos en lugar de tú. 20 Cf. Antonio Millán, “Anomalías en la concordancia”, Anuario de Letras, 1970, vol. VIII, pp. 126-131.

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Los pronombres átonos o clíticos aparecen como marcas del verbo para indicarnos que éste posee un complemento directo y/o indirecto, y aluden a otra forma, que funciona como su referente, que fue hecha explícita antes (por anáfora) o después (por catáfora) en el co(n)texto lingüístico. Este elemento correferente puede hallarse expresado por medio de un pronombre tónico o una frase nominal, o incluso una oración: A nosotros nos encantaba el cine; Juan compró los libros y me los prestó; Yo le entregaré el libro a Miguel. Les parecía mal a los padres el casamiento del hijo y se lo dijeron claramente a la futura esposa.

A veces el pronombre átono de complemento indirecto se inmoviliza en su forma singular (LE), aunque su correferente sea plural: Es conveniente darle vitaminas a los niños; Eso le pasa a todos. En tales casos, el clítico precede siempre al complemento léxico.

La variante SE de los pronombres átonos de 3ª.persona (LE/LES) se emplea cuando en la oración aparece otro clítico en función de complemento directo: -¿Les diste pastel a los niños? -Sí, ya se lo di. -¿Le trajiste flores a María? -Sí, se las traje ayer. En este caso, el alomorfo se tiene su origen en una forma palatal. En la Edad Media se decía [že lo di], que después pasó a [se lo di] por un cruce con la forma reflexiva se.

La combinación se lo puede resultar ambigua cuando el pronombre SE alude a un referente plural. Por ejemplo: Di chocolate al niño / Di chocolate a los niños, admite la transformación Se lo di. Sin embargo, en el segundo caso, para evitar esta ambigüedad, los hablantes tendemos a marcar la pluralidad del complemento indirecto en el pronombre de complemento directo. Así, solemos decir: Se los di, donde se representa a los niños y los tiene por referente el sustantivo chocolate.21

El uso no etimológico de los pronombres átonos de tercera persona ha dado lugar a los fenómenos de leísmo, laísmo y loísmo, que consisten en suprimir la diferencia funcional entre las formas de complemento directo e indirecto.

En el llamado leísmo, la forma pronominal singular de complemento indirecto (LE) se usa en la función de complemento directo de persona con referente masculino, mientras LO se emplea para indicar complemento directo de no persona (i.e., animal o cosa). Por ejemplo: No vi a Juan> No le vi; sin embargo, se dice: No vi el coche (No vi el/al perro)> no lo vi. En este caso, el paradigma del pronombre de tercera persona se reestructura por una oposición de ‘persona masculina’ vs. ‘no persona’ en el complemento directo:

Esquema del paradigma del uso leísta de los pronombres de CDComplemento directo masculino

Complemento directo femenino

Complemento directo neutro

Complemento indirecto

‘pers.’ ‘no pers.’

persona y no persona

no persona

Singular LE LO LA LO LE (SE)Plural LOS LAS ---- LES (SE)

21 En estos casos, el complemento indirecto siempre es de persona. Cuando se trata de un complemento indirecto con referente inanimado, no se marca la pluralidad en el pronombre de CD. Por ejemplo, Le cambié la hora al reloj / Le cambié la hora a los relojes = Se la cambié.

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Este uso, que se originó en el siglo XVI, es muy frecuente en Castilla y es aceptado por la Real Academia. Más raramente ocurre la oposición con formas de plural: LES (para persona) y LOS (para animales o cosas): A mis compañeros de caza les reconocí de inmediato, pero no así a sus perros: a ellos no los reconocí. A veces se ha pasado a usar LE(S) también para animales y cosas; sin embargo, esta última variante de leísmo no es aceptada por la norma académica: “Busco un libro (a mi perro) pero no le encuentro”. “Pobrecillos esos gatitos, les ahogaron a todos”.

El fenómeno de laísmo también tiende a suprimir la diferencia de función para favorecer la de género en el complemento indirecto, sobre todo en singular y referido a personas. En este caso, se usa la forma femenina del complemento directo (LA) en oposición a LE (masculino), para la función de complemento indirecto: La regalaron un coche a su nieta vs. Le regalaron un coche a su hijo. Contaba los chismes que la decían en la calle. Las dio un coche a sus hijas.

El loísmo es un fenómeno paralelo al laísmo; consiste en usar las formas masculinas de complemento directo LO(S) para designar un complemento indirecto de género masculino: ¡Pobre hombre, lo dieron una paliza brutal! Los regalaron una bicicleta a sus hijos. Tanto el uso laísta cuanto el uso loísta de los pronombres están estigmatizados.

En México se conserva el paradigma etimológico del pronombre átono de tercera persona, aunque hay algunos casos de leísmo (lo/le ayudo; lo/le invito).

EjercicioPronombres personales.

a. De los siguientes enunciados extraiga los pronombres personales y ordene por separado formas tónicas y formas átonas.b. Con base en los respectivos enunciados, analice los pronombres personales tónicos y átonos e indique sus características gramaticales: persona, género, número y función sintáctica (o caso). Si hay alguna peculiaridad de uso, explíquela.c. Atendiendo a la posición del pronombre en su enunciado, indique si es proclítico o enclítico.d. Con base en la función mostrativa de los pronombres, indique si son deícticos exofóricos o endofóricos y, en este caso, cómo muestran su referencia, anafórica o catafóricamente.

1. Todas ellas presentan un rasgo en común, pero no lo reconozco.

2. ¿Él, nuestro amigo, les contó nuestra aventura a ustedes? Sí, él nos la contó.

3. En el parágrafo uno me ocupo de los clíticos.

4. Ayer te vi en la cafetería con Mariana. Pero tú estabas tan entretenido hablando con

ella, y yo tenía tanta prisa que preferí no saludarlos.

5. Los jóvenes son muy entusiastas. Sí lo son, pero no siempre.

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6. Ellas nos lo trajeron en una caja.

7. Mis amigas y yo estamos tratando de ayudarles. Sin embargo, ustedes no nos lo

permiten.

8. Intentaba persuadirlo, para ello aduje varios argumentos y lo logré.

9. Quiero hablarle a ella personalmente del asunto y darle cuenta de algunos sucesos.

Con mucho gusto lo haré muy pronto. Sin embargo, te ruego que tú la pongas en

antecedentes.

10. En contestación a la carta de usted, donde se sirve recomendarme a la señora F.,

tengo el gusto de manifestarle que, como usted, yo también estoy en la mejor

disposición para atenderla, la conozco y deseo ayudarla.

11. Déjamelo, te lo ruego; sin él no puedo cumplir mi compromiso.

12. Los pobladores de la aldea les odiaban por ser citadinos, y no los querían ayudar.

13. Le decía él a ella buscándola las manos, que la adoraba. Pero ella lo rehuía, lo

evitaba.

14. El acusado declaró por último haberles conocido en casa de sus tíos; sin embargo,

ellos lo niegan.

15. Ellos la miraban fijamente sin atreverse a decirle nada.

16. A ese parque no le cruzan tranvías ni autobuses, pero lo bordean taxis.

17. A ese amigo de mi padre le admirábamos mucho, y no le queríamos molestar.

18. Diciéndolas tú, esas palabras altisonantes no me causan sorpresa.

19. También a ellas las consideraron para el concurso en el que ustedes iban a

participar.

20. ¿Les diste pastel de carne a los niños? Sí, se los di, pero no les gustó.

21. Nosotros íbamos al colegio solas.

22. Por fin después de tanto tiempo y de estarlo intentando una y otra vez, mi hermano

aprobó el examen; y además lo aprobó con una excelente calificación.

23. Como somos las dos únicas hijas, nosotros siempre compartimos la misma

habitación.

El Verbo. Para el tema del verbo, véase el tema 5, págs. 36-49.

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Tema 8. Categorías secundarias o modificadores. Llamamos así a la palabra o frase que restringe o amplía el significado de un elemento sintáctico nuclear o primario (sustantivo —o elemento equivalente— y verbo).

Los modificadores del sustantivo son: a) El artículo: Las risas, el libro, los primosb) Los adjetivos pronominales o determinantes: Este mes, Mis libros, Unos cuentos, Algunas flores, etc.c) Los adjetivos calificativos: Rosas amarillas, libros interesantes, escritura ininteligible d) La aposición: El Rey Sol; el virrey Mendoza; el planeta Tierra; México ciudad; María, mi prima; Nezahualcóyotl, el Rey Poeta.e) El complemento adnominal: Cuaderno de ejercicios, Luces de la ciudad, Pan con mantequilla, Agua para chocolate, Duraznos en almíbar.f) Una oración subordinada adjetiva de relativo: El hombre que vino ayer regresó hoy; La casa donde nací estaba en Tlalpan; Lo preparé de la manera como tú me dijiste.

Los verbos tienen como modificador natural un adverbio22: Trabaja bien. Regresó ayer, Lo hizo rápidamente. O una frase o locución adverbial: Vendré este año; Lo hizo con las manos; Llueve a cántaros; Lo dijo sin ton ni son.

Los modificadores se unen al núcleo directamente —por yuxtaposición— o de manera indirecta, mediante un nexo (preposición – a, en, por, de, con, sin,…- o un elemento relativo -que, donde, como,…)

8.1 El artículoEs una clase de palabra que se antepone al sustantivo o elemento sustantivado y concuerda con él para indicar su género y número. Por ejemplo: Las hojas secas; La naranja y los plátanos; Los análisis y las tesis; Lo bueno de todo esto; Lo interesante del trabajo; El tic-tac del reloj; Lo bello.

El artículo también indica si lo que designa el sustantivo o el elemento sustantivado es o no consabido por los interlocutores. Desde este punto de vista se distinguen dos clases: el artículo definido o determinado (el, la, lo, los, las) y el artículo indefinido o indeterminado (un, una, unos, unas).23

El artículo definido delimita la extensión del sustantivo y lo presenta como una entidad conocida o consabida por el hablante y el oyente: ¿Me trajiste el libro?, Compraremos la casa. También con el artículo definido se alude a la totalidad: El hombre es mortal; Los caballos son mamíferos.

El artículo indefinido se refiere a un objeto cualquiera de su conjunto: Te compré una casa; Alquiló un traje para la fiesta.

22 Los adverbios también pueden modificar a un adjetivo: Muy rico; Bastante bueno; Medianamente culto; o a otro adverbio: Muy bien; Bastante mal; Poco más; Mucho menos; Moderadamente mal.23 Algunos autores discuten si el indefinido es un artículo, un numeral o un pronombre.

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8.2 El adjetivoSustantivos y adjetivos se incluían antiguamente en la clase del Nombre porque poseen varias características en común:

a) Los mismos morfemas de género (-o, -a, -e) y número (-s, -es), así como algunos morfemas para indicar los rasgos ‘diminutivo’ o ‘aumentativo’: juguete: juguetito, juguetote; blanco: blanquito, blancote.

b) En algunos casos, sólo la función sintáctica permite determinar si se trata de un sustantivo o de un adjetivo. Por ejemplo, el médico del consultorio vs. El consultorio médico. Habló de una cristiana martirizada vs. La interpretación cristiana de este mito, Los españoles son jugadores vs. Los jugadores son españoles.

c) Con frecuencia algunos sustantivos pueden adjetivarse o sentirse como adjetivos. Esto es, de ser sustantivos en función de aposición (o de complemento adnominal) pasan a usarse como meros adjetivos: Obra cumbre, coche padre, ciudad satélite, pinche24máquina, vida perra, traje sastre (< traje de sastre).

Sin embargo, sustantivos y adjetivos se consideran clases aparte en la actualidad porque, desde el punto de vista sintáctico, realizan funciones muy distintas. El sustantivo desempeña la función básica o primaria de sujeto en la oración, o de núcleo, en la frase sustantiva (o nominal). El adjetivo, en cambio, realiza la función secundaria de complemento o modificador del sustantivo. El adjetivo es, pues, la clase de palabra que modifica o determina al sustantivo. Puede hacerlo de manera directa: Esos libros, Mi casa, La huerta abandonada, Los alumnos inteligentes. O mediante un verbo copulativo: Mi hermano es alto; La noche está lluviosa; Juan parece triste; y, a veces, también por medio de un verbo intransitivo: Los niños caminaban distraídos, La anciana venía cansada.

Teniendo en cuenta el tipo de construcción en que el adjetivo aparece, se distingue entre adjetivo atributivo (o atributo) y adjetivo predicativo. Esto es, si el adjetivo modifica directamente al sustantivo, sin ninguna palabra de unión entre ellos, se habla de atributo o adjetivo atributivo: Días inolvidables, Aquellos años felices, Mis queridos amigos, Esfuerzo inútil. Si la modificación del sustantivo se hace a través de un verbo, entonces se habla de adjetivo (o complemento) predicativo: Esos coches son nuevos, La tarde está calurosa, Los niños parecían aburridos, Su esfuerzo resultó inútil, La bebita venía intranquila, Los chiquitines jugaban felices en el jardín, María caminaba pensativa, Juan se quedó muy molesto, Los alumnos iban contentísimos. El verbo que relaciona el adjetivo predicativo con el sustantivo (sujeto) al que modifica se le llama copulativo (ser, estar, resultar, parecer); pero también podemos encontrar otros verbos intransitivos (ir, venir, caminar, dormir, quedarse, etc.)

Los adjetivos concuerdan en género y número con el sustantivo al que califican o determinan. Hay adjetivos que carecen de morfema de género y entonces sólo concuerdan en número: Por ejemplo; niños / niñas valientes (brillantes, inteligentes).

En español, los adjetivos pueden ir antes o después del sustantivo. Sin embargo, como veremos más adelante, esta distribución no es tan libre, y los gramáticos suelen distinguir, en atención a este y otros aspectos funcionales, dos clases de adjetivos: los adjetivos calificativos y los adjetivos determinativos.

En el siguiente cuadro se ofrece una clasificación general de los adjetivos teniendo en cuenta distintos aspectos de su funcionamiento25:

Explicativos

24 ‘Persona que presta servicios auxiliares en la cocina’ (DRAE, s.v. pinche).25 Cf. Elizabeth Luna Traill, Alejandra Vigueras Ávila y Gloria Estela Baez Pinal. Diccionario básico de lingüística, México, UNAM, 2005, p. 19 (def. 50).

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Calificativos Especificativos

Por su clasificaciónDemostrativos

Determinativos PosesivosIndefinidos

CardinalNumerales Ordinal

MúltiploAdjetivos Partitivo

Interrogativos Exclamativos

Atributivo Por su construcción

Predicativo

Adjetivos Calificativos y Determinativos

Los adjetivos suelen dividirse en calificativos y determinativos en relación a su origen, distribución y otras características funcionales.

Los Adjetivos Calificativos. Designan cualidades, defectos o características que sirven para describir al sustantivo que modifican (atractivo, cariñosa, suavecitos, limpias, felices, entusiasta, intransigente, especial, etc.). Las cualidades o características que se atribuyen al sustantivo pueden referirse a su tamaño (grande, pequeño, alto, bajo,…); forma (redondo, cuadrado, gordo, sólido,..); color (verde, blanco, gris,…); materia (metálico, arenoso, calizo, acuoso,…); valoración (bueno, malo, útil, flojo,…); procedencia u origen (mexicano, madrileño, francés, chino,…); cultura (clásico, neomoderno, vanguardista,…); situación social (burgués, rural, citadino, pueblerino,…); condición religiosa (católico, cristiano, evangelista, budista,…); situación política (conservador, monárquico, republicano, liberal,… ); etcétera. O bien, indican el estado producido por una acción (educado, encantado, resuelto, escrito, etc.), con participios adjetivados.

Los adjetivos calificativos constituyen un paradigma o sistema abierto, con un número ilimitados de elementos a los que siempre pueden añadirse otros que los hablantes van creando o adoptando de otras lenguas.

Por último, una característica distintiva muy importante consiste en que, como veremos más adelante, los adjetivos calificativos pueden recibir una modificación en la intensidad o cantidad de la cualidad o característica que significan (archinovedosos, subnormal, retesabrosas, más buenas que malas, poco explícita, muy terso, bastante interesante, extremadamente atrayente, etcétera), mientras los adjetivos determinativos no la aceptan.

Adjetivos calificativos: Explicativos y EspecificativosLos adjetivos calificativos pueden ocupar una posición anterior o posterior en

relación al sustantivo que modifican (interesante pintura o pintura interesante). Para

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explicar tal diferencia entre ellos, se han señalado varios criterios, pero ninguno es totalmente satisfactorio. Presento a continuación algunos de estos criterios contrastándolos:

Adjetivo antepuesto Adjetivo pospuesto -Cualidad inherente o propia. -Cualidad accidental, no inherente. -No añade información nueva. - Añade información nueva.- Realza o destaca la cualidad - Delimita la extensión del significado del del sustantivo, sin delimitarlo. sustantivo, distinguiéndolo.

- Añade una valoración subjetiva. - Refiere una característica objetiva, sin valoración por parte del hablante.

- El adjetivo es más corto que el - El adjetivo es más largo que el sustantivo sustantivo

Desde Bello, suele llamarse explicativo al adjetivo calificativo que indica una cualidad inherente o propia del sustantivo modificado y que, por lo general, va en posición antepuesta (duro mármol, roja sangre, dulce miel; hermoso edificio,…); y adjetivo especificativo, al que suele ir después del sustantivo y designa una característica que permite distinguirlo de los demás sustantivos de su especie (edificio hermoso, líquido rojo, personas gentiles, hijos afectuosos, conceptos poco claros,…).

La cualidad propia o asociada a un sustantivo –cualidad inherente-, en efecto, suelen anteponerse (la tímida gacela, el fiero león, el astuto Ulises, la dulce miel, la blanca nieve, etc.). A estos adjetivos también se les llama epítetos; son propios de la lengua literaria y, si se posponen al sustantivo, deben escribirse entre comas, o pronunciarse entre pausas (El león, fiero, atacó a las gráciles gacelas; La nieve, blanca, había cubierto el bosque,…).26

Ahora bien, debe tenerse en cuenta que la anteposición -o posposición- del adjetivo puede estar determinada por factores diversos. Menciono sólo algunos: a) Factores extra-lingüísticos. Por ejemplo, con sustantivos como madre, padre, esposa, que por lo general se refieren a una única persona y muy determinada, el adjetivo tiene que ir antepuesto (su viuda madre, nuestro afectuoso y comprensivo padre, tu encantadora esposa); o bien, si el adjetivo se pospone, debe escribirse entre comas y pronunciarse entre pausas,27 para no tergiversar el sentido de la frase. En efecto, decir “su madre viuda”, significa que además de la madre viuda, tiene una madre casada; y lo mismo ocurre con “nuestro padre afectuoso y comprensivo”, o “tu esposa encantadora”, estas frases implican que hay otro padre u otra esposa sin esas características.

b) Valoración subjetiva. En expresiones exclamativas como ¡Bonita cosa!, ¡Siempre el cochino dinero!, ¡Tú y tu maldito cigarro!, ¡Mi lindo gatito!,… la anteposición del adjetivo se explica como una valoración subjetiva del hablante.

26 Véase este pasaje del Quijote, en el que Cervantes juega con los epítetos, a imitación de la literatura homérica: “Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa Tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos, con sus arpadas lenguas, habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada Aurora…cuando Don Quijote comenzó a caminar…” 27 Su madre, viuda; nuestro padre, afectuoso y comprensivo; tu esposa, encantadora.

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c) Posición fija. En otros casos, la posición antepuesta o pospuesta del adjetivo es fija, invariable; se trata de ciertas expresiones que parecen fosilizadas y que no admiten cambiar el orden de los elementos constitutivos: Libre albedrío, Fuegos fatuos,… vs. Lobo feroz, Camino real,… etcétera.

d) Cambio de significado. Hay, por otra parte, algunos adjetivos calificativos que dependiendo de la posición que ocupan -antes o después del sustantivo- modifican su significado. Por ejemplo: Cierta noticia (= ‘noticia indeterminada’) / Noticia cierta (= ‘noticia verídica’) Pobre hombre (= ‘hombre desdichado’) / Hombre pobre (=‘hombre sin dinero’) Simple mujer (= ‘mujer sencilla’) / Mujer simple (= ‘mujer tonta’)Triste empleado (= ‘empleado sin importancia’) / Empleado triste (= ‘empleado melancólico’) N.B. La tendencia general, sin embargo, es que los adjetivos calificativos vayan después del sustantivo, para restringir o limitar la extensión de su significación (Hombre necio, Niño llorón, Joven sencilla, Antropología social, Ingeniería electrónica, Religión católica, etc.); o bien, que se antepongan al sustantivo, si la atención se quiere dirigir hacia la cualidad misma: Altas cumbres, Honorables ciudadanos, Distinguidos Miembros del Congreso,…

Adjetivos determinativosLos adjetivos determinativos -o determinantes pronominales- modifican al sustantivo sin describirlo (Esa calle, Tus ideas, Muchos libros, Año cuarto, ¿Qué niño?,...). Pertenecen a paradigmas cerrados. Esto es, forman series o conjuntos, cada uno con un número limitado de elementos que entre sí mantienen ciertas correspondencias formales y funcionales. Suelen subdividirse en: a) Demostrativos: este (a, os, as), ese (a, os, as), aquel (aquella, os, as). Estas libretas y aquellos libros son de ese niño.b) Posesivos: mi(s), tu(s), su(s), nuestro(s) (as), vuestro(s) (as), etc. Toma mi mano. Usa sus lápices. Le escribí a su hijo y a nuestros padres. c) Indefinidos: alguno (a, os, as), ninguno (a, os, as) 28, todo (a, os, as), demasiado (a, os, as), bastante(s), tal (es), cualquier (a, cualesquiera), varios (as)29, mucho (a, os, as), etc. Contesté varias cartas. Cualquier día nos visita. Se lo pedí muchas veces. d) Numerales: indican cantidad o número exacto, se subclasifican en:

Cardinales (dos, cinco, veinte, cien, tres, mil,…) Ordinales (primero, tercero, décimo, vigésimo,…) Múltiplos (doble, triple, cuádruple,…)Partitivo (una sexta parte; media botella, etc.).

e) Relativo: cuyo (a, os, as): La revista en cuyas páginas encontrará cosas interesantes. e) Interrogativos: qué, cuál(es), cuánto(a, os, as): ¿Qué libro compraste? ¿Cuáles coches te gustan más? ¿Cuántas alumnas vinieron? f) Exclamativos: qué, cuán (-to, -ta, -tos, -tas): ¡Qué película! ¡Cuánta gente! ¡Cuántos niños!

Gradación de adjetivos calificativosLa cualidad o característica significada por los adjetivos calificativos puede ser modificada en su intensidad o cantidad; por ejemplo, dichosa, muy dichosa, dichosísima, ¡Dichosa, dichosa, dichosa!, más o menos dichosa, más dichosa, menos

28 Se usa de preferencia en singular. 29 Se usa preferentemente en plural.

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dichosa, súper dichosa, requetedichosa, etc. Para expresar esta modificación la lengua se sirve de recursos morfológicos y sintácticos; entre los primeros cabe destacar ciertos prefijos: re-, rete-, requete, archi-, súper-, sobre-, infra-, etc: repobre, requete bueno, superbueno, archifeliz, infradotado, sobrehumano, etc.; los sufijos aumentativos: grandote, feote, malote, y diminutivos, chiquito, chiquitito, chiquitico, feito, buenito. Entre los recursos sintácticos tenemos adverbios de cantidad: Casi blanco, algo tímido, bastante rico, nada bueno, apenas sabroso, poco visible, muy dichosa, extraordinariamente humano, bien confuso, etc; y la repetición del adjetivo: Malo, malo, malo; tonto que tonto y expresiones como: la mar de (la mar de buena).

La intensidad de los adjetivos calificativos también puede manifestarse atendiendo a su gradación. En su forma o grado positivo: bueno, malo, amable; de manera comparativa: Más bueno, menos bueno, más amable, menos amable, y en grado superlativo: muy trabajador, el más trabajador de todos.

El grado positivo señala la cualidad sin indicar su intensidad o cantidad. Es el caso no marcado o natural del adjetivo calificativo: limpio, hermoso, encantador, etc. El grado comparativo indica la relación de intensidad que se establece entre dos conceptos que poseen la misma cualidad: Juan es tan estudioso como Luis, Lola es más/menos feliz que su hermana. La comparación puede ser de igualdad: Somos tan felices como ustedes; o de desigualdad, en este caso puede ser de superioridad o de inferioridad: Julio es más/menos trabajador que Felipe. El grado superlativo expresa la intensidad máxima alcanzada por un adjetivo calificativo. Se distinguen dos formas: el superlativo relativo y el superlativo absoluto. Con el primero se indica que en lo que respecta a esa cualidad el sustantivo o concepto ocupa el primer lugar de un grupo: Juan es el más trabajador de la fábrica; o bien Lola es la menos bonita del salón. El superlativo absoluto (o elativo) suele expresarse mediante el adverbio muy (analítica o sintácticamente) o mediante el morfema –ísimo (sintética o morfológicamente): Juanita es muy traviesa / traviesísima. Juan es muy trabajador / trabajadorsísimo.

El español ha heredado del latín algunas formas para expresar el grado de intensidad comparativa o superlativamente.

Comparativos de superioridad y superlativos heredados del latínPOSITIVO COMPARATIVO SUPERLATIVO

bueno mejor óptimomalo peor pésimo

grande mayor máximopequeño menor mínimo

alto superior sumo o supremobajo inferior ínfimo

Ejemplos: Juan es mayor que Pedro= Juan es más grande que Pedro; Juan es peor que Pedro= Juan es más malo que Pedro; Juan es menor que Pedro= Juan es más pequeño que Pedro.

A veces las formas sintéticas se emplean sin el valor comparativo de superioridad: Es mi hermano menor, Corresponde al plano inferior, Tiene un sentido superior.

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Además de los superlativos latinos, el español también recurre a morfemas de origen culto como –rrimo; así tenemos paupérrimo (forma culta de pobrísimo), nigérrimo (forma culta de negrísimo), integérrimo (forma culta de integrísimo)

Complementos del adjetivoComo acabamos de ver, la cualidad significada por un adjetivo puede ser modificada en su intensidad mediante adverbios; pero también la significación de un adjetivo puede ser delimitada por una frase preposicional, cuyo término es un sustantivo o un infinitivo: Es un chico listo para las matemáticas. Es un hombre muy atento con las damas. Es una persona apta para mandar. Es un trabajo fácil/difícil de realizar, etc.

Adverbialización del adjetivoEn algunos casos, el adjetivo puede adverbializarse por completo (se usa sin cambio de género y número); por ejemplo, Juan habla claro (= claramente), Ellas juegan limpio (= limpiamente), María golpeó recio (= reciamente) sobre la mesa.

ESPAÑOLEjercicio de adjetivos calificativos y determinativos

1. La policía suiza persiste en la búsqueda de pruebas.

2. Ya empezaron las pesquisas en aquel país europeo.

3. El Frente Común de Ayuntamientos se opuso a la medida.

4. Exportación distorsionada. La balanza comercial nacional.

5. Mercados emergentes. Los días LADA son de descuento.

6. Al comienzo de su gestión las autoridades hacendarias se fijaron una meta.

7. Un solo poder. Un único caso. Sólo harás su voluntad.

8. Hasta el momento, se han presentado ochenta y dos situaciones de emergencia.

9. Se decretará Doble Hoy no circula, si se rebasan los 250 puntos.

10. Se propusieron diez medidas de contingencia ambiental.

11. El día 13 de diciembre iniciará la XXVIII Muestra Internacional de Cine.

12. Cualquier día de éstos me saldrás con otro cuento chino.

13. Ya verás como crece tu negocio.

14. ¿Quién dice que en estos tiempos no se puede crecer?

15. Obtenga publicidad por todo un año al menor costo del mercado.

16. Un buen amigo da mucho y pide poco.

17. Con la nueva ley de seguridad social su patrimonio estará asegurado.

18. Lo ve todas las mañanas y algunas tardes, pero pocas veces se dirigen la palabra.

19. El premio mayor de la Lotería Nacional reparte cuarenta millones en cuatro series.

20. Hoy mismo te lo envío. Lo hice yo misma.

21. ¿Cuántos litros de cerveza se consumen en el D. F. cada día?

22. Un hombre de nacionalidad australiana fue detenido en Guatemala.

23. Comienza el decimoséptimo festival del nuevo cine latinoamericano.

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24. Karenina Express es su primera novela. Esta obra ya obtuvo un premio importante

25. No lo he visto desde hace algunos meses.

26. Lo interesante es ir encontrando esos matices; no en rigidizarse en uno de ellos y

negarse a conocer alguno más.

27. La vampiresa no recibe castigo alguno y vive como si el crimen fuese cualquier

cosa.

28. En varias ciudades hubo protestas y manifestaciones ante la inminente guerra en

Irak.

29. Ese mismo artefacto le costó un día de trabajo a un empleado del Departamento de

Sanidad neoyorquino.

30. Eso no amedrentó la lucha de 300 guerreros espartanos para enfrentar al ejército

persa, conformado por un millón de soldados, en el año 480 antes de Cristo.

9. El adverbio

Es una clase de palabra que modifica al verbo (María estudia poco), al adjetivo (Pedro escribió un ensayo muy interesante) u otro adverbio (Matilde llegó bastante lejos). También puede modificar a toda la oración (Realmente, esos niños son encantadores). En cuanto a su forma, el adverbio es una palabra invariable, i.e., carece de desinencias o gramemas de género y número; aunque algunos admiten sufijos diminutivos o superlativos (ahora-ahorita, ahoritita; lejos-lejísimos). Del mismo modo, se puede distinguir entre adverbios simples, o constituidos por una sola palabra (aquí, allí, delante, detrás, hoy, todavía, sí, no, quizá, nunca, etc.) y adverbios compuestos formados a partir de un adjetivo femenino singular (cuando éste tiene marca de género) más el sustantivo de origen latino -mente (extraordinariamente, rápidamente, inteligentemente, fugazmente); así como locuciones adverbiales o frases hechas (tal vez, poco a poco, a ratos, a mansalva, a tontas y a locas, entre azul y buenas noches, etc.).

Por su significación, los adverbios se clasifican en adverbios de lugar (aquí, allí, allá, cerca, lejos, abajo, arriba, adentro, afuera, etc.), de tiempo (hoy, ayer, mañana, antes, después, jamás, luego, temprano, tarde, nunca, siempre, ya, todavía), de modo (bien, mal, así, despacio, aprisa, adrede, fácilmente, buenamente, dulcemente, rápidamente, etc.), de cantidad (más, menos, bastante, mucho, poco, demasiado, muy, tan, tanto, nada, etc.), de duda (quizá, tal vez, acaso, a lo mejor), de afirmación (sí, verdaderamente, ciertamente, afirmativamente), de negación (no, nunca, jamás, nadie, en absoluto, en la vida), interrogativos (cómo, dónde, cuándo, cuánto).

La función sintáctica de los adverbios (locuciones adverbiales, frases preposicionales u oraciones subordinadas que funcionan como adverbios) es la de modificar al verbo desempeñando la función de complemento circunstancial: Lo hicieron bien, Lo respondió adecuadamente, Lo trajeron de mala gana, Cumplí de acuerdo con las reglas, Vivo ahí todo el año, Nos queremos mucho, ¿Cuándo vendrás?, ¿Dónde nos vemos?, ¿Cuánto te costó? Los adverbios también modifican a los adjetivos, como tuvimos oportunidad de ver en el apartado anterior: trabajos bien realizados, libros poco solicitados, muy buena respuesta. Y además, modifican a otro adverbio (muy bien, tan mal, bien lejos, bastante cerca, más temprano, etc.)

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Cuando los adverbios modifican a toda la oración, funcionan en ella como elementos modalizadores (Quizá no lo sabe, ¿Acaso me preguntaste…? Ciertamente no me lo contó, Sin duda /Indiscutiblemente, él nos necesita). También funcionan como elementos marcadores del discurso; en este caso, se pueden clasificar en comentadores (pues bien, así las cosas), ordenadores (en primer lugar, por otra parte, de un lado), digresores (por cierto, a todo esto, a propósito), reformuladores (esto es, o sea, es decir, en cualquier caso, mejor dicho, más bien), operadores de refuerzo argumentantivo (en realidad, en el fondo, de hecho, etc.), conectores (además, incluso, aparte, por tanto, por consiguiente, así pues, en cambio, por el contrario, antes bien…) y otros más.

10. Categorías de relación.

Llamamos elementos de relación o nexos a ciertas palabras invariables que sirven parta unir y relacionar entre sí elementos del discurso. Y se dividen en dos clases: las preposiciones y las conjunciones.

10. 1. Las preposiciones

La relación expresada mediante una preposición es de tipo hipotáctico o subordinado. Consiste en enlazar dos elementos lingüísticos, uno de los cuales —el término de la preposición— pasa a ser constituyente o complemento dependiente del otro. En este sentido, las preposiciones relacionan elementos de valor sintáctico distinto: una palabra principal o nuclear con su complemento: El recuerdo de los tiempos pasados, anillo de compromiso, pintaron las paredes con cal.

Las preposiciones que suelen señalar las gramáticas son las siguientes: a, ante, bajo, cabe30, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, (pro)31, según, sin, so, sobre, tras.

Bello llamó término de la preposición a la palabra que va después de ésta porque en ella termina y se consuma la relación que la preposición establece.

La preposición y su término siempre van unidas, no se separan, pues forman una unidad fónica. La preposición por ser una palabra átona se pega en proclisis con su término (La llegada a México). Incluso, en casos de hipérbaton, la preposición permanece unida al término (de oro y de marfil las cunas, en una de fregar cayó caldera). Aun cuando hablamos de verbos que rigen preposición, ésta la consideramos junto al complemento que introduce (Se refirió a su padre). Sin embargo, entre la preposición y su término puede intercalarse un artículo u otro determinante (Memorias de los días felices. Las palabras de su padre, No podremos salir con esa lluvia) que a su vez son también palabras átonas y se integran en una unidad fónica con su término.

30 Cabe y so son formas en desuso. Cabe significaba ‘junto a’ y so ‘debajo de’. So sobrevive sólo frases hechas: so pretexto, so capa, so color (en estos casos, capa y color significan ‘pretexto’), so pena, so riesgo, so peligro. 31 Con el sentido de ‘a favor de’, como en Fundación pro Academia Mexicana de la Lengua, colecta pro damnificados.

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La preposición y su término pueden unirse a otra preposición expresando relaciones más matizadas (Lo trajeron desde por la mañana, De entre unas breñas lo sacaron)32

El término de la preposición es necesariamente un elemento nominal o equivalente:

Sustantivo: collar de perlasFrase sustantiva: gozaba de las vacaciones de veranoPronombre tónico: Llegó con nosotros, ¿a quién le preguntó?, es para mí, se lo dio a aquél.Infinitivo: máquina de coser, feliz de verte, terminaremos de escribir prontoOración adnominal: el deseo de que regresaría pronto me hacía feliz, etc.Oración de complemento de verbo de régimen preposicional: no se acordó de cerrar la puerta, se acordó de lo que le habían hecho. También funcionan como término de preposición ciertos adverbios con valor (pro) nominal: desde ayer/mañana/hoy, hasta aquí/allá, los jóvenes de entonces/ahora.

Hay ciertas expresiones en que el término de la preposición no es un sustantivo sino un adjetivo predicativo, y se explican por un cruce con construcciones copulativas con elipsis del verbo: Pasar por (ser) bueno; Tener por (ser) sabio, Pasarse de (ser) listo.

Hay que tener en cuenta que muchas expresiones con preposición son frases hechas, fijadas por el uso a través del tiempo, y su término puede ser distinto de las construcciones normales de la lengua: a ciegas, a oscuras, a tontas y a locas, de súbito, en diciendo, etc.

El elemento inicial de la relación que rige preposición puede ser casi cualquier clase de palabra: un sustantivo (el juguete de los niños), un pronombre indefinido (alguien de la casa, otro de los temas), un adjetivo (gentil con las niñas, apto para la lucha), un verbo (llegó a París, regresó de su viaje), ciertos adverbios de tiempo y lugar (arriba de todo, cerca de los padres, antes de ahora, lejos de todos, etc.) e incluso alguna interjección (¡Ay de mí!, ¡Ay de los vencidos!)

Además de las preposiciones simples, también existen ciertas locuciones prepositivas; esto es, combinaciones fijas que equivalen a preposiciones: en pro de, en contra de, a favor de, acerca de, alrededor de, frente a, dentro de, a fin de, debajo de, cara a, etc.

Durante, excepto, mediante, salvo, también son considerados a veces como preposiciones o equivalentes de preposición. Bello afirma que éstas son preposiciones imperfectas, porque no admiten un pronombre término de preposición (*mediante mí, *salvo ti). Del mismo modo, los adverbios cuando, donde y como, tienen, en ciertos contextos, un uso preposicional: Trabaja donde su suegro (=con su suegro); Fuimos cuando jóvenes (=de jóvenes); Trabaja como albañil (=en calidad de albañil).

En las expresiones boca arriba, cuesta abajo, calle adentro, mar afuera, el segundo elemento es considerado, según algunos gramáticos (Bello, Lenz, Hanssen), como preposiciones pospuestas. Gili explica que todas llevan prefijada la preposición a:

32 En España suele usarse la forma “a por” con verbos de movimiento. Voy a por ti, Voy a por la leche, que pertenece al habla popular y es criticado por la Academia.

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calle a dentro , cuesta a bajo y, en consecuencia, son frases lexicalizadas en las que aparece la preposición a unida a su término.

10. 2. Las conjunciones

La relación expresada mediante una conjunción es de tipo paratáctico o coordinado. Consiste en enlazar dos elementos lingüísticos, sin embargo, en esta relación, se forma una unidad en la que cada elemento se mantiene independiente del otro. En este sentido, las conjunciones relacionan elementos de igual valor sintáctico: desde una palabra, una frase, una oración e incluso enunciados:

Juan y MaríaEscoge: el perro negro o el gato blancoEs tarde, así que vete a dormirNo sé exactamente su programa. Pero estará aquí en Estambul hasta septiembre y trabajará en su nueva novela.

Es posible coordinar estructuras sintácticas diferentes por su equivalencia funcional:

Juan llegó ayer y de manera sorpresiva (Adverbio y una frase preposicional con valor adverbial modal)Los que trabajan en esa empresa y nosotros estamos en desacuerdo con la ley del ISSSTE (Oración subordinada sustantiva sujetiva y pronombre personal sujeto).Una película muy interesante y que ha atraído la atención de la crítica recientemente es El laberinto del fauno, dirigida por Guillermo del Toro (Frase adjetiva y oración subordinada adjetiva, introducida por el pronombre relativo que).

Funcionalmente, es posible hacer una clasificación de las conjunciones, atendiendo al tipo de relación que establecen:

Copulativas: Establecen una relación de adición o suma entre los elementos, ya sea de carácter afirmativo (y) o negativo (ni). Ciertas estructuras también pueden tener un valor enfático o de gradación, en las que hay un refuerzo intensivo: (y aun, y también, e inclusive, ni siquiera, ni tampoco, no sólo…sino)

Ni se muere ni cenamosLas mujeres y los niños, primeroFue Martín, Juan y también Pedro los que intervinieron en la riñaNo sólo trabaja, sino también estudia

Distributivas: Indican una relación de distribución lógica o en el tiempo y en el espacio. Las palabras que se usan como nexo conjuntivo suelen ser pronombres demostrativos, indefinidos o adverbios (unos…otros; estos…esos…aquellos…; ora…ora; ya…ya)

Estos lloraban, aquellos reían, otros más bailabanLo miraba ora con odio, ora con amor.

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Adversativas: Establecen una relación de oposición. Existen dos tipos: conjunciones adversativas restrictivas, que se emplean cuando la oposición entre los dos elementos no es excluyente (pero, sin embargo, mas, empero, no obstante, solo que…) o conjunciones adversativas exclusivas, que indican que la oposición entre dos elementos es total, el segundo elemento elimina al otro (sino, sino que).

Tráelos. Pero que estén en buenas condiciones, ¿eh?Lo hizo a su modo. Sin embargo, termino pagándolo muy caroNo fue al parque, sino que se quedó en su casa leyendoNo se equivocó de teléfono adrede, sino que se lo dieron mal

Disyuntiva: Implican la idea de elección de uno de los elementos que se unen mediante la conjunción o (y su variante u, ante palabras iniciadas con o).

Vienes o te matoPedro u Óscar serán los encargados de la música

Ilativa o Continuativa: Establecen una idea de sucesión o consecuencia lógica o previsible según lo enunciado en el primer elemento (o primer término) de la coordinación (pues, que, conque, así que, por lo tanto, por consiguiente)

Ya llegó, así que podemos irnosEs enero, por lo tanto, es probable que nieve.

N. B.Existen ciertos nexos denominados conjunciones subordinantes. Esto es, a nivel de oración enlazan dos oraciones, una de las cuales está en relación de dependencia con respecto de otra. Formalmente, suelen estar compuestos de un adverbio o de una preposición más la conjunción que: porque, aunque, para que, tal que. Su uso establece relaciones de tipo hipotáctico ya sea sustantivo (Que juegues me parece bien, Dijo que vendrá, Tengo miedo de que no cumpla su palabra), o adverbial (Como no le devuelvas el cochecito a tu hermano, te me quedas castigado. Te vas porque quieres, Aunque tiene frío, no usa chamarra, Si hace calor, toma mucha agua).