Estado civil: en emergencia

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A10 l País El Comercio domingo 3 de enero del 2016 “QUERIDOS COMANDOS...” “Hermanos ancashinos, queridos comandos. Vaya para ustedes mis mejores deseos...”, escribió Álva- rez por Navidad en una carta que luego fue filtrada a los medios. BUSCAN A LA ESPOSA Milagros Asián, esposa de Álva- rez, tiene orden de captura desde el 2014 por estar supuestamente implicada en el Caso ‘La Centralita’. Actualmente está prófuga. LOS ‘COMANDOS’ Álvarez hacer llamar ‘comandos’ a sus seguidores y aliados, mu- chos de los cuales ocuparon pues- tos altos e intermedios en diversas instituciones de Áncash. PRESENCIA Diversas autoridades políticas, ju- diciales y policiales comentaron a este Diario que aún hay ‘coman- dos’ que operan en la región, aun- que silenciosamente. En mayo del 2014, César Álva- rez se entregó a la justicia; ya tenía orden de captura. Desde entonces cayeron más de 40 co- laboradores encargados de co- brar ‘diezmos’ a contratistas o de brindar seguridad (y en algu- nos casos, matar por encargo). El Poder Judicial considera que se trata de un caso complejo. 36 meses de prisión preventiva pidió el Segundo Juzgado de la Sala Penal Nacional. Cumple prisión en Piedras Gordas. “Estoy preso por orden del presidente Humala”, dijo en una entrevista (por escrito) a un medio local en abril del 2015. ROLLY REYNA / ARCHIVO César Álvarez gobernó Áncash hasta mayo del 2014. “Que el 2016 los llene de prosperidad [...] para encontrar la paz, justicia y la LIBERTAD”. CÉSAR ÁLVAREZ Ex gobernador de Áncash, en una carta escrita desde Piedras Gordas. Antecedentes LAURA URBINA / ARCHIVO CAPTURAS. En los últimos días han sido detenidas 137 personas en Casma y el Santa. La mayoría son delincuentes comunes que ahora forman parte del crimen organizado. Áncash. El 10 de abril del 2014, dos periodistas de El Comercio se reunieron con el entonces go- bernador regional de Áncash, César Álvarez, en su oficina de Huaraz. Aquel día, con la mano alzada como si fuera un juicio, Álvarez juró que no había man- dado asesinar al ex consejero Ezequiel Nolasco, su más terco opositor, muerto a balazos un mes antes. Terminó la entre- vista y los reporteros abando- naron el despacho. A la media hora, Álvarez los llamó por te- léfono: le habían notificado una citación fiscal. Oficialmente iba a ser investigado por el crimen. Esa misma tarde, los perio- distas buscaron a la hija de No- lasco, Fiorela. Afuera de su vi- vienda, en un asentamiento humano de Nuevo Chimbote, había seis policías armados y muy alertas. Lo primero que di- jo Fiorela fue que le dolía la es- palda por tener que usar todo el día un chaleco antibalas, a veces incluso dentro de su casa. Reci- bía amenazas todo el tiempo. Esos eran los días más crí- ticos de la violencia política y social desatada en la región Áncash, aunque el origen de la ola de crímenes y sicariato se remonta a mediados del 2010 (ver recuadro). Pero el Ejecutivo no decretó estado de emergencia. El pre- sidente Humala hizo el anun- cio mucho después, recién en la Navidad del 2015. Pocas semanas antes, en no- viembre, la hija de Álvarez, Jho- selyn, denunció que ella y sus hermanos eran víctimas de se- guimientos; en los días previos, Fiorela Nolasco dijo que había vuelto a recibir amenazas de muerte y que la voz de una niña le dijo por teléfono: “Aló, aló, te vamos a matar”. Desde aquellos días más cru- dos, Áncash no ha cambiado mucho. Aquí el clima de violen- cia política es parte del paisaje. DOS FORMAS DE VIOLENCIA El 14 de diciembre (10 días an- tes de que decreten estado de emergencia), agentes del Gru- po de Inteligencia Operativa de la policía allanaron una casa del asentamiento humano 3 de Octubre, en Nuevo Chimbote. Esperaban encontrar –previo trabajo de inteligencia con per- sonal infiltrado– droga, dine- ro y cuarto armas. Detuvieron a cuatro personas y, aunque no encontraron las armas, halla- ron varios chips de celulares y un cuaderno con números ano- tados. Además de vender droga a pequeña escala y de operar co- mo delincuentes comunes, aho- ra habían ampliado el ‘negocio’ y también extorsionaban. Esta es la otra cara de la violencia que habita esta región: bandas que fortalecen su campo de acción y que llegan, invariablemente, al sicariato como la actividad más rentable. El general PNP Juan Antonio Gálvez, jefe de la Región Poli- cial Áncash, dijo aquel día que al menos 12 bandas similares ope- ran en la zona, y cada una tiene entre 8 y 12 integrantes. La más temida, Los Sanguinarios de Coishco, fue desbaratada cuan- do sus miembros fueron cap- turados el 12 de noviembre del 2015. En las 27 casas que fueron intervenidas esa madrugada se hallaron armas, municiones, chalecos antibalas y vehículos; este grupo habría matado a, por lo menos, 8 personas. En los días siguientes a la declaratoria de emergencia fueron detenidos integrantes de Los Malditos de la Esperan- za Alta (dos jóvenes con armas de fuego y paquetes de droga) y Los Deliveries de Alto Perú (dos jóvenes con paquetes de droga). Después cayeron Los Chimbotanos (dos sujetos acu- sados de asesinar a un taxista y su pasajero en Piura, no se sabe si para robarles o por encargo; también habrían cometido ase- sinatos en el 2013) y Las Pepe- ras de Chimbote (que dopan a sus víctimas para luego robar lo que llevan). En Áncash, especialmen- te las provincias de Casma y el Santa, coinciden ambas formas de violencia: una derivada de la época de política criminal de César Álvarez y otra doméstica, delincuencial, permanente. “Las cifras de capturas, de desarti- culación de organizaciones o ban- das criminales e incautación de ar- mamento de drogas son alentado- ras”, dijo el presidente Ollanta Hu- mala el pasado 30 de diciembre, cuando comentó algunas prime- ras conclusiones de la declaratoria de emergencia en el Callao, Casma y el Santa. Hasta ayer, en estas dos pro- vincias ancashinas, la policía había intervenido a 41.045 personas, de las cuales 137 quedaron deteni- das (39 tenían requisitorias pen- dientes). Ocho armas han sido de- comisadas en estos últimos días. A esta región arribaron alrededor de 400 efectivos policiales, según explicó el general PNP Juan Anto- nio Gálvez, jefe de la Región Poli- cial Áncash. Aunque la medida adoptada por el Ejecutivo ya tiene algunos efec- tos positivos (al menos en cifras y estadísticas), aún hay una sensa- ción de miedo y amenaza, princi- palmente en torno a algunas auto- ridades locales. Poco después del asesinato de Francisco Ariza, alcalde de Sa- manco (lo mataron el 20 de octubre cerca de Nepeña), el gobernador del Santa, Víctor Huapaya, fue uno de los primeros en pedir que la re- gión se declare en emergencia por- que había varias otras autoridades que estaban siendo hostigadas por delincuentes de la zona. Huapaya indicó que los alcal- des del distrito de Cáceres del Perú, Jaime Carrión Ramírez; de Nepeña, Manuel Figueroa Laos; y la prime- ra regidora de Macate, Erika Pérez Ruiz, habían recibido amenazas. En algunos casos se les pedía dinero, o atentarían contra ellos. “Esta situación ya se escapó de las manos”, dijo por aquellos días Huapaya. Autoridades son el principal blanco LA AMENAZA SIGUE ÁNCASH SUFRE UNA PROLONGADA CRISIS Estado civil: en emergencia En Casma y el Santa confluyen la violencia política y el crimen organizado. Han sido detenidas 137 personas desde que se decretó estado de emergencia. Una región en la mira LAURA URBINA / ARCHIVO PAUL VALLEJOS / ARCHIVO MUERTE. El último crimen político (20 de octubre) fue el de Francisco Ariza, alcalde de Samanco. MIEDO. Casi dos años después del asesinato de su padre, Fiorela Nolasco ha vuelto a recibir amenazas de muerte. En el 2010: José Luis Sánchez Milla (gobernador encargado de Áncash), Roberto Torres (hijo de Ezequiel Nolasco). En el 2011: Pedro Flores (perio- dista ancashino). En el 2012: Pedro Tapia (ex al- calde de Huarmey), Luis Sánchez (fiscal de Casma), José Alejandro Montalván (alcalde de Casma). En el 2013: Samuel Bonifacio (empresario que comercializaba harina de pescado en Chimbote), Alberto Coveñas (comerciante de Casma), Hilda Saldarriaga (aboga- da y ex pareja de un peligroso sica- rio de la zona) y un policía antidro- gas de Chimbote. En el 2014: Ezequiel Nolasco (ex consejero de César Álvarez). En el 2015: Francisco Ariza (al- calde de Samanco). Por este cri- men tienen prisión preventiva sus 5 regidores y se busca al ex alcalde Jaime Casana, hoy prófugo. Largo historial de crímenes OLA DE ASESINATOS “Es la otra cara de la violencia: bandas que fortalecen su campo de acción y que llegan al sicariato por ser la actividad más rentable”. RICARDO LEÓN @erreleon

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El 10 de abril del 2014, dos periodistas de El Comercio se reunieron con el entonces gobernador regional de Áncash, César Álvarez, en su oficina de Huaraz. Aquel día, con la mano alzada como si fuera un juicio, Álvarez juró que no había mandado asesinar al ex consejero Ezequiel Nolasco, su más terco opositor, muerto a balazos un mes antes. Terminó la entrevista y los reporteros abandonaron el despacho. A la media hora, Álvarez los llamó por teléfono: le habían notificado una citación fiscal. Oficialmente iba a ser investigado por el crimen. Esa misma tarde, los periodistas buscaron a la hija de Nolasco, Fiorela. Afuera de su vivienda, en un asentamiento humano de Nuevo Chimbote, había seis policías armados y muy alertas. Lo primero que dijo Fiorela fue que le dolía la espalda por tener que usar todo el día un chaleco antibalas, a veces incluso dentro de su casa. Recibía amenazas todo el tiempo. Esos eran los días más críticos de la violencia política y social desatada en la región Áncash, aunque el origen de la ola de crímenes y sicariato se remonta a mediados del 2010.

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A10 l País —El Comercio —domingo 3 de enero del 2016

“Queridos comandos...”“Hermanos ancashinos, queridos comandos. Vaya para ustedes mis mejores deseos...”, escribió Álva-rez por Navidad en una carta que luego fue filtrada a los medios.Buscan a la esposaMilagros Asián, esposa de Álva-rez, tiene orden de captura desde el 2014 por estar supuestamente implicada en el Caso ‘La Centralita’. Actualmente está prófuga.

los ‘comandos’Álvarez hacer llamar ‘comandos’ a sus seguidores y aliados, mu-chos de los cuales ocuparon pues-tos altos e intermedios en diversas instituciones de Áncash.presenciaDiversas autoridades políticas, ju-diciales y policiales comentaron a este Diario que aún hay ‘coman-dos’ que operan en la región, aun-que silenciosamente.

En mayo del 2014, César Álva-rez se entregó a la justicia; ya tenía orden de captura. Desde entonces cayeron más de 40 co-laboradores encargados de co-brar ‘diezmos’ a contratistas o de brindar seguridad (y en algu-nos casos, matar por encargo). El Poder Judicial considera que se trata de un caso complejo.

36meses de prisión preventiva pidió el Segundo Juzgado de la Sala Penal Nacional. Cumple prisión en Piedras Gordas. “Estoy preso por orden del presidente Humala”, dijo en una entrevista (por escrito) a un medio local en abril del 2015.

rolly rEynA / ArChivo

César Álvarez gobernó Áncash hasta mayo del 2014.

“Que el 2016 los llene de prosperidad [...] para encontrar la paz, justicia y la LIBERTAD”. césar álvarezEx gobernador de Áncash, en una carta escrita desde Piedras Gordas.

antecedentes

lAurA urbinA / ArChivo

Capturas. En los últimos días han sido detenidas 137 personas en Casma y el Santa. la mayoría son delincuentes comunes que ahora forman parte del crimen organizado.

Áncash. El 10 de abril del 2014, dos periodistas de El Comercio se reunieron con el entonces go-bernador regional de Áncash, César Álvarez, en su oficina de Huaraz. Aquel día, con la mano alzada como si fuera un juicio, Álvarez juró que no había man-dado asesinar al ex consejero Ezequiel Nolasco, su más terco opositor, muerto a balazos un mes antes. Terminó la entre-vista y los reporteros abando-naron el despacho. A la media hora, Álvarez los llamó por te-léfono: le habían notificado una citación fiscal. Oficialmente iba a ser investigado por el crimen.

Esa misma tarde, los perio-distas buscaron a la hija de No-lasco, Fiorela. Afuera de su vi-vienda, en un asentamiento humano de Nuevo Chimbote, había seis policías armados y muy alertas. Lo primero que di-jo Fiorela fue que le dolía la es-palda por tener que usar todo el día un chaleco antibalas, a veces incluso dentro de su casa. Reci-bía amenazas todo el tiempo.

Esos eran los días más crí-ticos de la violencia política y social desatada en la región Áncash, aunque el origen de la ola de crímenes y sicariato se remonta a mediados del 2010 (ver recuadro).

Pero el Ejecutivo no decretó estado de emergencia. El pre-sidente Humala hizo el anun-cio mucho después, recién en la Navidad del 2015.

Pocas semanas antes, en no-viembre, la hija de Álvarez, Jho-selyn, denunció que ella y sus hermanos eran víctimas de se-guimientos; en los días previos, Fiorela Nolasco dijo que había vuelto a recibir amenazas de muerte y que la voz de una niña le dijo por teléfono: “Aló, aló, te vamos a matar”.

Desde aquellos días más cru-dos, Áncash no ha cambiado mucho. Aquí el clima de violen-cia política es parte del paisaje.

Dos formas De violenciaEl 14 de diciembre (10 días an-tes de que decreten estado de emergencia), agentes del Gru-po de Inteligencia Operativa de la policía allanaron una casa del asentamiento humano 3 de Octubre, en Nuevo Chimbote. Esperaban encontrar –previo trabajo de inteligencia con per-sonal infiltrado– droga, dine-ro y cuarto armas. Detuvieron a cuatro personas y, aunque no encontraron las armas, halla-ron varios chips de celulares y un cuaderno con números ano-tados. Además de vender droga a pequeña escala y de operar co-mo delincuentes comunes, aho-ra habían ampliado el ‘negocio’

y también extorsionaban. Esta es la otra cara de la violencia que habita esta región: bandas que fortalecen su campo de acción y que llegan, invariablemente, al sicariato como la actividad más rentable.

El general PNP Juan Antonio Gálvez, jefe de la Región Poli-cial Áncash, dijo aquel día que al menos 12 bandas similares ope-ran en la zona, y cada una tiene entre 8 y 12 integrantes. La más temida, Los Sanguinarios de Coishco, fue desbaratada cuan-do sus miembros fueron cap-turados el 12 de noviembre del 2015. En las 27 casas que fueron intervenidas esa madrugada se hallaron armas, municiones, chalecos antibalas y vehículos; este grupo habría matado a, por lo menos, 8 personas.

En los días siguientes a la declaratoria de emergencia fueron detenidos integrantes de Los Malditos de la Esperan-za Alta (dos jóvenes con armas de fuego y paquetes de droga) y Los Deliveries de Alto Perú (dos jóvenes con paquetes de droga). Después cayeron Los Chimbotanos (dos sujetos acu-sados de asesinar a un taxista y su pasajero en Piura, no se sabe si para robarles o por encargo; también habrían cometido ase-sinatos en el 2013) y Las Pepe-ras de Chimbote (que dopan a sus víctimas para luego robar lo que llevan).

En Áncash, especialmen-te las provincias de Casma y el Santa, coinciden ambas formas de violencia: una derivada de la época de política criminal de César Álvarez y otra doméstica, delincuencial, permanente.

“Las cifras de capturas, de desarti-culación de organizaciones o ban-das criminales e incautación de ar-mamento de drogas son alentado-ras”, dijo el presidente Ollanta Hu-mala el pasado 30 de diciembre, cuando comentó algunas prime-ras conclusiones de la declaratoria de emergencia en el Callao, Casma y el Santa.

Hasta ayer, en estas dos pro-vincias ancashinas, la policía había intervenido a 41.045 personas, de las cuales 137 quedaron deteni-das (39 tenían requisitorias pen-dientes). Ocho armas han sido de-comisadas en estos últimos días. A esta región arribaron alrededor de 400 efectivos policiales, según explicó el general PNP Juan Anto-nio Gálvez, jefe de la Región Poli-cial Áncash.

Aunque la medida adoptada por el Ejecutivo ya tiene algunos efec-tos positivos (al menos en cifras y estadísticas), aún hay una sensa-ción de miedo y amenaza, princi-palmente en torno a algunas auto-ridades locales.

Poco después del asesinato de Francisco Ariza, alcalde de Sa-manco (lo mataron el 20 de octubre cerca de Nepeña), el gobernador del Santa, Víctor Huapaya, fue uno de los primeros en pedir que la re-gión se declare en emergencia por-que había varias otras autoridades que estaban siendo hostigadas por delincuentes de la zona.

Huapaya indicó que los alcal-des del distrito de Cáceres del Perú, Jaime Carrión Ramírez; de Nepeña, Manuel Figueroa Laos; y la prime-ra regidora de Macate, Erika Pérez Ruiz, habían recibido amenazas. En algunos casos se les pedía dinero, o atentarían contra ellos.

“Esta situación ya se escapó de las manos”, dijo por aquellos días Huapaya.

Autoridades son el principal blanco

LA AMENAzA SiGuE

Áncash sufre una prolongada crisis

Estado civil: en emergenciaEn Casma y el Santa confluyen la violencia política y el crimen organizado.

Han sido detenidas 137 personas desde que se decretó estado de emergencia.

una región en la mira

lAurA urbinA / ArChivo

pAul vAllEjoS / ArChivo

muerte. El último crimen político (20 de octubre) fue el de Francisco Ariza, alcalde de Samanco.

miedo. Casi dos años después del asesinato de su padre, Fiorela nolasco ha vuelto a recibir amenazas de muerte.

En el 2010: José Luis Sánchez Milla (gobernador encargado de Áncash), Roberto Torres (hijo de Ezequiel Nolasco).

En el 2011: Pedro Flores (perio-dista ancashino).

En el 2012: Pedro Tapia (ex al-calde de Huarmey), Luis Sánchez (fiscal de Casma), José Alejandro Montalván (alcalde de Casma).

En el 2013: Samuel Bonifacio (empresario que comercializaba harina de pescado en Chimbote), Alberto Coveñas (comerciante de Casma), Hilda Saldarriaga (aboga-da y ex pareja de un peligroso sica-rio de la zona) y un policía antidro-gas de Chimbote.

En el 2014: Ezequiel Nolasco (ex consejero de César Álvarez).

En el 2015: Francisco Ariza (al-calde de Samanco). Por este cri-men tienen prisión preventiva sus 5 regidores y se busca al ex alcalde Jaime Casana, hoy prófugo.

largo historialde crímenes

OLA DE ASESiNATOS

“Es la otra cara de la violencia: bandas que fortalecen su campo de acción y que llegan al sicariato por ser la actividad más rentable”.

ricardo león@erreleon