Estado Economía y Hacienda Pública 6
description
Transcript of Estado Economía y Hacienda Pública 6
ARTÍCULOS
María de la Luz Aguilera Mejía† y Edgar Saucedo
Los rendimientos económicos de la educación en Veracruz
Margarita E. Canal Martínez
Globalización e industria del conocimiento
Sergio H. Kauffman González
Planeación estratégica y planeación por escenarios
Teresa García López, Milagros Cano Flores y Adrián Martínez.
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
Rafael Landgrave Becerril
El enseñaje de las matemáticas: Modelo Conductista versus Modelo Educativo
Integral Flexible
Octavio Ochoa Contreras
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz
Ivonne Carrillo Dewar
El carácter estructural de la pobreza en México
Hilario Barcelata Chávez
Veracruz: el dilema del crecimiento económico
Vitalia López Decuir
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
AD TEXTUS
Eva Luz Espinosa Priego y Reidar Jensen Castañeda
Contexto económico de la actividad empresarial en la antigua Unión Soviética
03
12
23
34
50
56
70
82
115
135
El crecimiento económico se explica por el incremento
del capital físico y humano y por el cambio tecnológico.
De las variables anteriores, el incremento del capital
humano es un factor que ha permitido que muchos paí-
ses y regiones crezcan a tasas muy elevadas. El capi-
tal humano es entendido como toda inversión en edu-
cación que aumente las habilidades de lo seres
humanos. Desde este punto de vista, la educación
juega un papel muy importante en la creación del capi-
tal humano. Los individuos deciden invertir en sí mis-
mos, si los ingresos futuros derivados de invertir en
educación superan los costos en que se incurre al
realizar dicha inversión.
La inversión en capital humano en los países o
regiones genera la atracción de capital físico, debido a
que las empresas invertirán en aquellas regiones en las
que la mano de obra esté más calificada. Según
O´Connor y Lunat (2002), los países en los que la mano
de obra es más calificada, también poseen una tasa de
inversión más alta en capital físico.
En el caso de México se han hecho diversos estu-
dios para evaluar la relación entre los ingresos y el nivel
educativo, utilizando la Encuesta Nacional Ingreso
Gasto de los Hogares (ENIGH). En el presente artículo
las unidades de estudio fueron los municipios del esta-
do de Veracruz y se utilizaron los censos económicos,
con la intención de analizar el impacto que tiene la edu-
cación en el nivel de ingreso de los municipios.
La distribución del ingreso por municipio en Ve r a c r u z
se encuentra muy concentrada1, por tal motivo uno de los
objetivos de este trabajo es analizar si la educación es un
elemento que puede disminuir dicha concentración, como
un mecanismo para apoyar a los municipios marginados
a través de la educación. En el trabajo se busca encon-
trar el nivel de estudios más factible para el gobierno, es
d e c i r, en qué nivel de estudios es más rentable invertir;
por tal motivo se calculan las tasas internas de retorno por
nivel de escolaridad para los municipios del estado de
Veracruz en el periodo 1990-2000.
El trabajo está dividido de la siguiente manera: en el
primer apartado se presenta el marco teórico, refirién-
dose al capital humano; en el segundo se describe la
metodología utilizada; en el tercero se exponen los
resultados y, finalmente, se presentan las conclusiones.
3
Los rendimientos económicos de la educaciónen los municipios del estado
de Veracruz. 1990-2000
María de la Luz Aguilera Mejía†
Edgar Juan Saucedo Acosta*
De la serie “Apuertas cerradas”
* Investigadores del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana.
1 La tasa promedio de crecimiento del PIB del estado de Veracruz ha sido en
el periodo de 1993-2000 de 2.09 %, con una caída en el año de 1995,
debido, principalmente, a la crisis económica que en ese momento atrave-
saba la economía mexicana; sin embargo 8 municipios concentraban, en el
año de 1990, el 76 % del ingreso del estado, mientras que para el 2000 con-
centraban el 81 %.
1. Marco teórico
La idea de ver a la educación desde una perspectiva
económica tiene sus orígenes en Schutlz (1961) y
Becker (1964). Según estos autores la educación
podría ser vista como una inversión que redituaría
ganancias en el futuro. La educación, según Johnson
(1975), se puede ver como: un bien de consumo final,
un filtro que permite a las empresas contratar a los
individuos más educados y como capital humano.
Es precisamente este último concepto económico
que resulta de interés, pues permite aumentar la pro-
ductividad de los individuos en las empresas y las
habilidades de los individuos y abarca todo gasto rea-
lizado en educación.
La teoría del capital humano busca relacionar la
educación y los ingresos percibidos por los individuos;
es decir, intenta demostrar que a medida que un indi-
viduo está más educado, sus ingresos serán mayores,
en relación con un individuo que está menos educado.
Esto se debe a que el mercado de trabajo preferirá a
personas con una mayor educación, pues éstas gene-
ran una mayor productividad y por lo tanto una mayor
tasa de ganancia.
El individuo, al invertir en educación, contempla los
beneficios futuros y los costos que le genera dicha
inversión. Desde esta perspectiva, la decisión de
invertir en capital humano, es similar a la de invertir en
un activo financiero.
El rendimiento de una inversión financiera, o tasa
interna de retorno, es un concepto que se puede usar
cuando se piensa en el rendimiento de una inversión
en educación (Psacharolopous,1987). Para Rojas
(2000) la tasa interna de retorno de una inversión
muestra la tasa de descuento en la cual los beneficios
netos de la inversión se hacen cero.
A partir de la relación educación e ingresos,
Mincer (1974) incorpora a dicha relación la experien-
cia como determinante de los ingresos. Este autor
utiliza el ciclo de vida para explicar la relación entre
experiencia e ingresos, suponiendo una trayectoria
cóncava en dicha relación. La relación cóncava impli-
ca que a medida que la experiencia aumenta, los
ingresos también aumentan pero en una tasa decre-
c i e n t e .
Los estudios empíricos para determinar las tasas
de retorno de la educación con respecto a los ingresos
han encontrado que estos mantienen una relación
directa y significativa con la educación. En ellos se ha
distinguido la tasa social de retorno y la privada. La
tasa social de retorno es definida como la tasa de
retorno basada en los costos totales (privados y
sociales) y los beneficios privados, mientras que la
tasa privada de retorno es la tasa de retorno basada
en los costos privados (que no incluye los subsidios
escolares del gobierno) y los beneficios privados .
Con la Encuesta de Ingreso Gasto de los Hogares,
Carnoy (1967) calculó la tasa de retorno de la escola-
ridad para el caso mexicano mediante una regresión en
donde aparecía como variable dependiente el logaritmo
del ingreso y como variables explicativas la escolaridad
y la edad, principalmente. Dicho autor también calculó
las tasas de retorno por niveles educativos: primaria, 32
%; secundaria, 23 %; y para nivel superior, 29 %. P o r
último, Carnoy encuentra que la tasa de retorno priva-
da para la educación en general es de 15 %.
Para el año de 1992, Cohn y Adidison (1998) cal-
cularon la tasa de retorno social y privada de la edu-
cación en diferentes niveles educativos en México. En
cuanto a la social, encontraron que la tasa de retorno
de la educación primaria fue de 11.8 %, en la secun-
daria de 14.6 %, y para niveles educativos más altos
11.1 %. La tasa de retorno privada para la primaria fue
de 18.9 %, para secundaria 20.1 %, y para niveles
educativos más altos 15.7 %.
Psacharopolous (1994) encontró que la tasa de
retorno para México en 1984 fue de 13.2 % para los
hombres, y para las mujeres de 14.7 %. Por su parte,
Los rendimientos económicos de la educación en Veracruz
4
Patrinos (1995) encontró que la tasa de retorno para
México fue de 6.5 % en 1984 y de 7.5 % en 1989, mien-
tras que para Psacharopolous (1996) la tasa de retorno
para México fue en 1991 de 16.1 %, y en 1992 de 7.6 %.
Pérez (1984) estimó la relación entre ingreso y la
educación para algunas áreas metropolitanas de
México entre 1967 y 1977 con información de la
Encuesta Nacional Ingreso Gasto de los Hogares. Los
hallazgos de dicho autor muestran que el ingreso está
relacionado positivamente con la educación.
Bracho y Zamudio (1994, 1995) con base en la
Encuesta Nacional Ingreso Gasto de los Hogares cal-
culan diferentes formas de función de ingreso mince-
riana para México. Entre dichas variaciones se encuen-
tran diferentes niveles educativos, años de educación
completos e incompletos, género, zona de residencia,
etc. Los hallazgos de dichos autores muestran una
tasa de retorno de 11.86 % para hombres y de 11.59 %
para mujeres.
Rojas (2002) calcula la tasa interna de retorno
para la educación, incorporando los costos de oportu-
nidad para México para el año de 1992 y utilizando la
Encuesta Nacional Ingreso Gasto de los Hogares. Los
resultados de dicho autor muestran una tasa interna
de retorno para la educación primaria de 5.97 %;
secundaria, 4.35 %; preparatoria, 6.91 %; universidad,
6.32 %; y posgrado, 12.95 %.
Urciaga (2002) calcula la rentabilidad privada de la
inversión en capital humano para México con la
Encuesta Nacional Ingreso Gasto de los Hogares de
1998, por diferentes niveles escolares y de un manera
conjunta. Los resultados de dicho autor muestran una
tasa privada de rendimiento promedio del 13.2 %, para
primaria, 11.31 %; secundaria,10.23 %; preparatoria,
13.35 %; y superior 18.38 %.
En general se puede señalar que las tasas de
retorno son más altas a medida que los años de estu-
dio son mayores (con excepciones en algunos gra-
dos), además de que la tasa privada de retorno es
mayor a la social. Otro hallazgo es que la tasa de
retorno en cuanto a género es muy similar, por último,
se muestra que las tasas de retorno son más bajas
cuando se incorporan los costos de oportunidad.
2. Metodología
Antes de pasar directamente a la función minceriana
de ingresos, derivaremos dicha función siguiendo a
Chiswick (1997).
E0 = Ganancias si no hay educación
Et = Ganancias recibidas por cada año obtenido “t” de
educación
Ct = Inversión en cada año “t” de educación
rt = Tasa de retorno de la educación en cada año “t” de
educación
Kt = Ct /Et- l = Inversión en el nivel de escolaridad “t”
relativo a un año completo de potenciales ganancias si
no se hubiera invertido en ese nivel de educación
Las ganancias después del primer año de educación
son:
E1 = E0 + r1C1 = E0 + r1K1E0 = E1(1+ r1K1) (1)
Para “n” periodos
E n = E0 (2)
Aplicando logaritmo natural a la ecuación anterior
obtenemos:
LnEn = (3)
Ponemos a “s” por “n”, en donde “s” son los años
de escolaridad, por lo tanto la ecuación anterior queda:
∑=
++n
iii KrLnLnE
10 )1(
∏=
+n
iii Kr
1
)1(
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 3-11
5
LnEs = LnE0 +(4)
Si ri Ki es pequeño, entonces podemos aplicar que
Ln(1 + ε) ≈ ε, entonces
LnEs = LnE0 +(5)
Los valores de rtKt pueden ser estimados para
cada nivel de educación “S”. Por simplicidad asumi-
mos que rt y Kt no varían con respecto a cada nivel de
escolaridad, por lo tanto,
LnEs = LnE0+ (rK)S (6)
Como ya se había señalado, Mincer (1974) intro-
dujo como variable explicativa de los ingresos la varia-
ble experiencia (X) y experiencia al cuadrado (X2), por
lo tanto nuestra nueva ecuación quedaría:
LnEs=LnE0+(rk)S+X+X2 (7)
A la ecuación (7) se le denomina función
Minceriana de los ingresos, y es mediante la cual se
han hecho muchos estudios empíricos.
A partir de la ecuación (7) se hicieron algunas
modificaciones:
• sustituir la variable experiencia por la variable
edad (A) debido a que están correlacionadas
positivamente.
• pasar de un término cuadrático a uno cúbico para
tener una especificación más flexible (Rojas,
2000).
• introducir varios niveles de escolaridad, como pri-
maria (P), secundaria (S), bachillerato (B), uni-
versidad (U).
Una vez hechas esas modificaciones se llegó a la
siguiente ecuación base:
LnY= P S U (8)
Se esperaría que a partir de la ecuación (8) los sig-
nos de los coeficientes fueran los siguientes.
• 1 sería positivo porque explicaría una relación
positiva entre experiencia e ingresos
• 2 sería negativo porque a mayor experiencia, la
tasa de crecimiento de los ingresos es cada vez
menor
• 3, 4, 5, 6 espera una relación positiva entre
escolaridad e ingresos
Donde:
LnY: es el logaritmo natural del ingreso por municipio
A: es la edad mediana de los habitantes del municipio
A3: es la edad mediana cúbica de los habitantes del
municipio
P: es la tasa de escolaridad básica por municipio
S: es la tasa de escolaridad media básica por munici-
pio
B: es la tasa de escolaridad media superior por munici-
pio
U: es la tasa de escolaridad superior por municipio
Para poder calcular la tasa privada de retorno de la
escolaridad por nivel educativo hay que remitirnos a la
ecuación (7); podemos notar que el coeficiente que
nos da la regresión es (rk) , pero lo que nos interesa
es (r). Por tal motivo vamos a suponer diferentes valo-
res de (k).
En primera instancia supondremos que k = 1, en
donde la inversión en escolaridad es igual a las ganan-
cias potenciales si no se hubiera hecho dicha inversión.
En este caso “r” sería igual a β/k y por lo tanto “r” sería
∑=
s
iii
Kr1
)(
∑=
+s
iii
KrLn1
)1(
Los rendimientos económicos de la educación en Veracruz
6
el coeficiente de la regresión. Este supuesto fue hecho
por Becker y Chiswick (1966) y posteriormente por
Mincer (1974), Willis (1986), y Rosen (1987).
También se consideraron dos valores adicionales
de k, para analizar qué tanto cambian los resultados si
no suponemos que k = 1. Dichos valores se tomaron
de Chiswick (1997) y sirven para tener una aproxi-
mación de lo que sería la tasa privada de retorno de la
escolaridad. Primero se considera que k = 0.6, debido
a que el gobierno paga los costos directos de la edu-
cación, por lo tanto la inversión en dicho nivel educa-
tivo representa sólo el 60 % con respecto a las ganan-
cias potenciales si no se hubiera realizado la inversión.
Se considera también un k = 1.5, debido a que los
estudiantes pagan por la enseñanza y por todos los
costos adicionales que ésta genera, por lo tanto la
inversión en dicho nivel educativo representa el 150 %
con respecto a las ganancias potenciales si no se
hubiera hecho dicha inversión.
La información del ingreso por municipio se obtuvo
de los Censos Económicos de 1994 y 1999, mientras que
la información de las variables correspondientes a la edu-
cación y a la edad se obtuvo de los Censos Generales de
Población y Vivienda para los años de 1990 y 2000.
3. Resultados
La ecuación (8) se corrió con mínimos cuadrados
ponderados para los años de 1990 y 2000. Se uti-
lizaron mínimos cuadrados ponderados debido a que
por ser un modelo de corte transversal, la estimación
presenta problemas de heterocedasticidad y multico-
linealidad. Se utilizó el paquete econométrico E-
Views 3.1.
En el modelo utilizado se encontró que las R2
fueron relativamente altas (miden la correlación que
hay entre la variable dependiente y las indepen-
dientes) y mediante las pruebas F se detectó que las
variables independientes en su conjunto sí explicaban
la variación de la variable dependiente.
En el cuadro 1 se observan los coeficientes del
modelo de la ecuación (8) que se corrió para 1990. Las
variables relacionadas con la experiencia no son signi-
ficativas en el modelo, por lo tanto para el año de 1990
la experiencia no explica la diferencia de ingresos
entre municipios. Por otro lado, los coeficientes rela-
cionados con las educación son positivos y significa-
tivos al 5 y 10 % respectivamente, además de que a
medida que se tiene un nivel educativo más alto el
coeficiente es mayor.
El cuadro 1 muestra que los coeficientes rela-
cionados con la escolaridad aumentan de .069 (pri-
maria) hasta .24 (universidad), denotando que la edu-
cación sí es significativa para explicar las diferencias
de ingresos entre municipios, pero además conforme
los municipios tienen niveles más altos de educación,
ocasiona que tengan altos niveles de ingresos.
En el cuadro 2 se muestran los resultados de correr
el modelo de la ecuación (8) para el año 2000. Las
variables relacionadas son significativas y con los sig-
nos esperados, por ejemplo, la experiencia tiene un
signo positivo, esto es, la experiencia influye positiva-
mente en los ingresos de los municipios, mientras que
la experiencia al cubo, tiene signo negativo, reflejando
que la experiencia influye positivamente sobre los
ingresos pero su tasa de crecimiento es cada vez
menor.
El cuadro 2 también muestra los coeficientes de la
escolaridad, para el año 2000 todos son positivos y
significativos (excepto primaria), además de que
aumentan de .013 a .224 conforme la escolaridad
aumenta. Al hacer un comparativo de los coeficientes
de escolaridad de 1990 a 2000, podemos notar que en
general han disminuido, con excepción del de
bachillerato, que ha aumentado de 0.17 en 1990 a
0.216 en el año 2000.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 3-11
7
Los rendimientos económicos de la educación en Veracruz
8
CUADRO 1. Estimación de la función de ingresos Minceriana para 1990
Modelo C A A3 P S B U
Mínimos
Cuadrados
Ponderados 17.8 -.8 .0005 .069 .147 .17 .24
(2.2)* (-1.26) (.97) (1.689) “ (2.031)* (1.72) “ (3.36)*
Los resultados entre paréntesis son las “t”.
* Variables significativas al 5 %, “ Variables significativas al 10 %
CUADRO 2. Estimación de la función de ingresos Minceriana para el 2000
Modelo C A A3 P S B U
Mínimos
Cuadrados
Ponderados -3.7 .8 .0004 .013 .146 .216 .224
(-.55) (1.95) “ (-2.36)* (.61) (2.38)* (2.20)* (3.36)*
Los resultados entre paréntesis son las “t”
* Variables significativas al 5 %, “Variables significativas al 10 %
CUADRO 3. Tasa privada de retorno para 1990 (en porcentaje)
Modelo Primaria Secundaria Bachillerato Universidad
K= .6 Mínimos cuadrados ponderados 11.5 24.5 28.3 40
K= 1 Mínimos cuadrados ponderados 6.9 14.7 17 24
K =1.5 Mínimos cuadrados ponderados 4.6 9.8 11.3 16
CUADRO 4.- Tasa privada de retorno para el 2000 (en porcentaje)
Modelo Primaria Secundaria Bachillerato Universidad
K= .6 Mínimos cuadrados ponderados 2.1 24.3 36 37.3
K= 1 Mínimos cuadrados ponderados 1.3 14.6 21.6 22.4
K =1.5 Mínimos cuadrados ponderados .8 9.7 14.4 14.9
En el cuadro 4 se calculó la tasa privada de retorno
para 2000, con diferentes valores para k. La tasa pri-
vada de retorno es creciente en relación al grado de
estudios cursados, y decreciente en relación a “k”.
Para un k = .6, la inversión para los municipios en
educación primaria tiene una tasa de retorno de 2.1 %,
secundaría 24.3 %, bachillerato 36 % y Universidad
37.3 %. Cuando k = 1, los municipios tienen una tasa
de retorno para primaria de 1.3 %, secundaria 14.6 %,
bachillerato 21.6 % y Universidad 22.4 %. Por último
cuando K = 1.5, los tienen una tasa de retorno para pri-
maria de .8 %, secundaria 9.7 %, bachillerato 14.4 %
y Universidad 14.9 %.
En un comparativo de las tasas de retorno entre
1990 y 2000, se puede observar que con cualquier
valor de “k”, las tasas de 1990 son mayores a las del
2000 a excepción de la de bachillerato.
En el cuadro 3 se calculó la tasa privada de retorno
para 1990, con diferentes valores para k. La tasa pri-
vada de retorno es creciente con relación al grado de
estudios cursados, y decreciente con relación a “k”.
Para un k = .6, la inversión para los municipios en
educación primaria tiene una tasa de retorno de 11.5 %,
secundaria 24.5 %, bachillerato 28.3 % y universidad
40 %. Cuando k = 1, los municipios tienen una tasa de
retorno para primaria de 6.9 %, secundaria 14.7 %,
bachillerato 17 % y universidad 24 %. Por último cuan-
do K = 1.5, los tienen una tasa de retorno para primaria
de 4.6 %, secundaria 9.8 %, bachillerato 11.3 % y uni-
versidad 16 %.
Conclusiones
En el presente artículo se ha podido encontrar que la
variable educación es un elemento muy importante
para explicar el crecimiento económico de los munici-
pios del estado de Veracruz. Partiendo de lo anterior,
una política económica viable para disminuir la con-
centración del ingreso, sería la inversión en educación
en los municipios marginados.
La tasa de retorno más alta para los años de 1990
y 2000 con diferentes valores de “k” es la universidad,
seguida por el bachillerato. Las tasas de retorno dis-
minuyeron de 1990 al 2000 con excepción del nivel
preparatorio.
Cuando se supone que la inversión en capital
humano es menor que las ganancias potenciales, si no
se hubiera hecho dicha inversión (.6), se obtienen las
tasas más altas en relación a cuando suponemos que
la inversión en capital humano es igual o menor a las
ganancias si no se hubiera hecho dicha inversión (1 y
1.5). Es importante señalar que para el caso de
México y concretamente para los municipios del esta-
do de Veracruz es probable el primer caso (.6), pues,
por lo regular, el gobierno cubre la mayoría de los cos-
tos directos de la educación y, por lo tanto, la inversión
que realizan los individuos de los municipios es menor
en relación a las ganancias potenciales si no se
hubiera hecho dicha inversión.
Cuando suponemos que K = .6 (el modelo más
probable para la economía veracruzana) los incre-
mentos entre las tasas son los siguientes:
En el año de 1990, el incremento del cociente entre no
estudiar y estudiar algún año de primaria es de 11.5 %, e s
d e c i r, en los municipios que tienen más altas tasas de
escolaridad a nivel primaria, tienen un 11.5 % más de
ingresos en relación a los municipios con bajas tasas de
escolaridad a nivel primaria, el incremento a secundaría
es de 13 %, de secundaria a bachillerato es 3.8 %, y de
bachillerato a universidad de 11.7 %. Para el año 2000,
el incremento entre ningún estudio y primaria es de 2.1 %,
de primaria a secundaría es de 22.2 %, de secundaría
a bachillerato es de 11.7 % y de bachillerato a universi-
dad es de 1.3 %
Se propone la inversión en educación para los
niveles de bachillerato y universidad, debido a que es
la más rentable y para lograr, por lo tanto, que no se
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 3-11
9
acentúe la concentración del ingreso en los municipios
del estado de Veracruz.
Si bien la inversión en bachillerato y universidad de
manera directa es la más rentable, de forma indirecta la
de universidad debe considerarse importante, ya que
las tasas de retorno a nivel postgrado y nivel nacional
son casi 100 % más altas que las de universidad, según
Rojas (2000); por lo tanto la inversión en universidad se
debe considerar un paso intermedio para lograr altas
tasas de escolaridad de postgrado en los municipios.
Los centros de educación a nivel universitario se
concentran en pocos municipios (esto es en términos
relativos, porque si consideramos el nivel de descon-
centración de las universidades en Veracruz éste
ocupa uno de los más altos en el país, particularmente
la Universidad Veracruzana que tiene seis campus
diferentes), por lo tanto la inversión en dicho nivel se
debe hacer en alumnos de municipios marginados
para que en éstos se incremente el ingreso. Sin
embargo, debe buscarse un mecanismo para que los
alumnos de los municipios marginados regresen a los
mismos pues, de lo contrario, los beneficios de dicha
inversión se quedarán en los municipios en donde tra-
bajan los egresados oriundos de los municipios mar-
ginados.
Por último, el estudio no contempló para el cálculo de
las tasas de retorno, los costos de oportunidad ni los cos-
tos financieros por cuestiones de información. Si se
tomasen en cuenta estos elementos, es probable que las
tasas de retorno disminuyan significativamente.
Bibliografía
BECKER, Gary y Barry R. Chiswick, “Education and the
distribution of Earnings”, American Economic
Review, vol. 56, 1966, pp. 358-369.
BECKER, Gary, Human Capital, New York, 1964.
BRACHO, T y A. Zamudio, “Los rendimientos económi-
cos de la escolaridad en México, 1989”,
Economía Mexicana , vol. III, núm. 2, 1994, pp.
345-377.
––––––––, “Tasas de retorno de la educación general
especializada del nivel medio superior. Ajuste
por desempleo”, Documento de trabajo, núm.
45, División de Economía, CIDE, 1995.
CARNOY, M., “Rates of Return to Schooling in Latin
America”, Journal of Human Resources, vol. 2,
núm. 3, 1967, pp. 359-374.
COHN, E. y J. T. Addison, “The Economic Returns to
Lifelong Learning”, Educational economics,
6(3), 1998, pp. 253-308.
CH I S W I C K, Barry, “Interpreting the Coeficients of
Scholling in the Human Capital Earnings
Function”, Policy Research Working Papers
Series in education and Labor Markets, núm.
1790, Banco Mundial, 1997.
HA N S E N, W. Lee, Education, Income and Human
Capital, Columbia University Press, 1970.
JOHNSON, Harry, On Economics and Society, Chicago,
University of Chicago Press, 1975.
MARÍN MARÍN, Álvaro, “La influencia de los sistemas
universitarios de Norteamérica en la Educación
Superior”, Universidad de Jalisco, 1998.
MI N C E R, J., Schooling Experience and Earnings,
National Bureau Economics Research,
Columbia University Press, 1974.
O´CONNOR, David y María Roza Lunat, “Apertura com-
ercial y demanda de trabajo calificado en los
países desarrollados: teoría y hechos”,
Comercio Exterior, vol. 52, núm. 4, 2002.
PAT R I N O S, H. A., Educational and Earnings
Differentials, World Bank (mimeo), 1995.
PÉREZ RICÁRDEZ, Alejandro, A Cost-Benefit Analysis of
the Mexican Educational System, UMI disserta-
tion Services, Michigan State University,
University Microfilms International, 1984.
Los rendimientos económicos de la educación en Veracruz
10
PS A C H A R L O P O U L O S, G., Economics and Education
Research and Studies, Pergamon Press, 1987,
pp. 342-347.
– – – – – – – –, Returns to Invesment in education: A
Global Update, World Development 22(9), 1994,
pp. 1325-43.
––––––––, A Replay to Bernell, World Development
24(1), 1996, p. 201.
ROJAS, Mariano y otros, “Rentabilidad de la inversión
en capital humano en México”, E c o n o m í a
Mexicana, vol. IX, núm. 2, 2000.
ROSEN, Sherwin, “Human Capital”, in John Eatwell, et
al, eds., The New Palgrave: A Dictionary of
Economics, London: Macmillan, 1987, pp. 681-
690.
RUBIO OCA, Julio, “Los retos de la educación superior
mexicana de fin de siglo”, Revista de educación
Superior, año XXVII, núm. 15, 1998.
SCHULTZ, T. P., “Invesment in Human capital”, American
Economic Review, vol. 51, núm. 1, 1961.
URCIAGA GARCÍA, José, “Los rendimientos privados de
la escolaridad formal en México”, Comercio
Exterior, vol. 52, núm. 4, 2002.
WILLIS, Robert J., “Wage Determinats: A survey and
Reintepreting of human Capital Earning
Functions”, in Oley Ashenfelter and Richard
Layerd, eds., Handbook of Labor Economics,
Vol. I, 1986, pp. 525-601.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 3-11
11
Este artículo tiene como propósito presentar una síntesis1
del rol que actualmente está desarrollando una institución
extranjera educativa y cultural establecida en la ciudad de
Xalapa, Veracruz: La Alianza Francesa, misma que se vio
en la necesidad de replantear sus programas y proyectos
de trabajo educativos y culturales enmarcados en el con-
texto de la economía mundial, relacionándolos con un
proyecto internacional del gobierno estatal: la i n d u s t r i a
del conocimiento, el cual tiene como prioridad favorecer el
desarrollo sustentable del estado.
El estado de Veracruz es rico en recursos naturales
y educativos, y presenta además una gran diversidad
cultural.2 Este ambiente presenta características favo-
rables para intentar poner en marcha un nuevo modelo
de desarrollo regional basado en la industria del
conocimiento. La ciudad de Xalapa, capital del estado,
se considera como el espacio idóneo para la construc-
ción de una Ciudad del Conocimiento. Las característi-
cas que la hacen elegible son, por una parte, su tradi-
cional actividad académica, universitaria, cultural y
educativa; y, por otra, la infraestructura existente, tanto
en centros de enseñanza educativa e investigación,
como de vías de comunicación.
La intención del proyecto para el estado y para su
capital es encontrar vías para un desarrollo sustentable,
con industrias ecológicas que —como resultado de la apli-
cación del conocimiento derivado de los avances de la
ciencia y de la tecnología— optimicen el uso del agua y la
energía eléctrica, que no contaminen y que además per-
mitan producir y ofrecer bienes y servicios. Es así que
desde hace algunos años se ha proyectado la construc-
ción de una efectiva ciudad del conocimiento, el Te c n o p o l o
Heurístico de Xalapa, similar a los polos de desarrollo tec-
nológico que existen en otras partes del mundo.3
Tecnopolo Heurístico
El Tecnopolo Heurístico de Xalapa, tal como se ha con-
cebido quedaría integrado por diferentes empresas de
base tecnológica o científica, nacionales y extranjeras, y
por tres parques tecnológicos-científicos-industriales y
12
Globalización e industria delconocimiento. El caso de laAlianza Francesa en Xalapa
Margarita Edith Canal Martínez*
* Investigadora del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana.
1 Para mayor detalle ver: “Le Fait Francophone” (El impacto francófono), Plan
Estratégico 1999-2005, Alianza Francesa, Xalapa, 1999.
2 Consúltese el documento: La industria del Conocimiento, Síntesis presen-
tada por Carlos M. Contreras y Vidal Elías, Dirección General de
Investigaciones, Universidad Veracruzana, marzo 17 de 1999.
3 Véase Mora Tavares, Eduardo, Época, Semanario de México, núm. 430,
México, 30 de agosto de 1999, p. 25.
dos áreas de servicios, de tal forma que se contaría
con la siguiente infraestructura:
1. AGROPOLIS 2.
Área destinada a la producción de alimentos y produc-
tos tropicales al fomento de agroindustrias, al estudio
y análisis de suelos salinos y erosionados, así como
para establecer procesos de certificación y verificación
de calidad.
2. ANTENA 2.
Área destinada al apoyo y desarrollo de las telecomu-
nicaciones de software, de hardware, multimedia,
inteligencia artificial y todo lo relacionado con la infor-
mática avanzada.
3. BIOS.
Área dedicada a la investigación y desarrollo de la
biomedicina, biotecnología, industria farmacéutica,
biología, ecología, agua, oceanografía y pesquera
(redes virtuales), toxicología, ciencias terrestres y de la
atmósfera.
4. UTOPÍA
Área de desarrollo urbano con área habitacional mo-
delo de alta tecnología, con nuevos materiales y técni-
cas de construcción, para recibir a investigadores y
académicos de todo el mundo, retirados o en activo,
en estancias sabáticas o por proyectos específicos,
incluyendo a premios Nóbel.
5. EL FORUM
Un centro internacional de convenciones con capaci-
dad máxima de 4500 personas para eventos múltiples.
Los objetivos generales de la creación del tecnopolo son:4
• Establecer el modelo de desarrollo económico y
social basado en la valoración del potencial de
investigación universitario y cultural de Xalapa.
• Asociar la ciencia, la tecnología y la capacidad
creativa y de innovación a los procesos de desa-
rrollo local, regional y nacional.
• Aplicar la ciencia y la tecnología para solucionar
los problemas que afectan e inhiben el desarrollo
económico y social de Veracruz.
Para el desarrollo del tecnopolo se cuenta con el
apoyo del Gobierno del Estado y del Gobierno de
Francia; el interés de ambos gobiernos se debe, en
primer lugar, a la capacidad local existente en centros
de investigación y desarrollo, a la existencia de institu-
ciones de educación superior, a la tradición cultural de
la región, y a la ubicación geográfica de la misma; en
segundo lugar, al interés gubernamental por elevar el
nivel de vida de los habitantes de la ciudad, municipio
y región. El tecnopolo necesitará, para su desarrollo,
del apoyo de las diversas instituciones educativas, uni-
versitarias y culturales, tanto públicas como privadas y
de índole nacional e internacional. Uno de los organis-
mos que se ha pronunciado en apoyo a tal proyecto es
la Alianza Francesa, la cual se conduce como una red
de difusión de la lengua y cultura francesas, fomen-
tando lazos de amistad a través de diversos países.
Esta institución posee la experiencia y los elementos
para proporcionar los servicios que permitan estable-
cer los enlaces e intercambios necesarios entre
M é x i c o - Veracruz, Francia, delegación de Québec
(Canadá) y países de la Unión Europea.
La Alianza Francesa, como institución educativa
internacional, respondiendo a los objetivos del proyec-
to del tecnopolo, elaboró un plan estratégico de desa-
rrollo y crecimiento para un periodo inicial de 5 años,
tomando en cuenta la opinión y los requerimientos de
los estudiantes, instituciones, empresas y público en
general de la región de Xalapa. En este documento se
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 12-26
13
4 Eduardo Mora Tavares, op. cit., p. 27.
vislumbran, entre otros aspectos, las necesidades
respecto al estudio y dominio del idioma francés por
parte de la población local, y del español para la
población de otros países; y se preveen actividades
para la divulgación de la cultura francesa y mexicana;
todo ello con la finalidad de fortalecer los lazos comer-
ciales, de amistad y de unión entre Francia, la dele-
gación de Québec, México y Veracruz.
A continuación se presentan los aspectos funda-
mentales de dicho plan, con el propósito de ilustrar,
mediante este caso, la forma en que instituciones de
gran tradición en el ambiente internacional —y ante el
influjo de los procesos globalizadores— están modifi-
cando no sólo sus actividades y programas de trabajo,
sino incluso su visión y su razón de ser.
El Plan Estratégico de Crecimiento de la Alianza
Francesa en Xalapa, Veracruz: 1999-20055
Esta institución, para fundamentar dicho plan, proyec-
tó y realizó las siguientes etapas de actividad6:
1. Estudio de opinión
El estudio tuvo como finalidad el conocer la trascen-
dencia e importancia de la enseñanza del idioma y
cultura francesa, así como del conocimiento que se
tiene acerca de los cambios que provoca el proceso
de globalización económica entre los que figuran,
por ejemplo, las nuevas relaciones e intercambios
comerciales que se están generando entre países a
nivel mundial. Se tomó en cuenta la opinión de
diversos sectores de la sociedad xalapeña, a través
de la aplicación de cuatro cuestionarios; asimismo,
se consideró una muestra de 429 ciudadanos mayo-
res de 12 años, abarcando padres y alumnos de
escuelas públicas y privadas del nivel preescolar,
primaria, secundaria, bachillerato y licenciaturas,
así como funcionarios de distintas dependencias,
empresarios de diferentes giros y población en
general. La muestra fue obtenida con un nivel de
confianza del 95 % y un error máximo de 5 %, y la
selección incluyó a:
Globalización e industria del conocimiento. El caso de la Alianza Francesa...
14
5 Para mayor detalle ver: “Le Fait Francophone” (El impacto francófono), Plan Estratégico 1999-2005, Alianza Francesa, Xalapa, 1999.
6 Cabe aclarar que tuve la oportunidad de realizar el trabajo técnico (en colaboración con estudiantes de la Especialización en Economía Financiera de la
Facultad de Economía) correspondiente a la elaboración del Plan Estratégico de la Alianza Francesa; lo descrito en este apartado representa sólo una sínte-
sis de las actividades desarrolladas y de los resultados obtenidos.
NIVELES TIPO NOMBRE ENCUESTASPreescolar Pública Normal
MorelosBertha Von G.
101010
Privada MotoliníaJardín AméricasPedro de Gante
101110
Primaria Pública RébsamenAnexa NormalCarlos A. Carrillo
101011
Privada Villa de CortésMorelosSiglo XXI
101010
Secundaria Pública Técnica 3 10
ESTUDIANTES
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 12-26
15
Secundaria Pública Técnica 3Técnica 128
1010
Privada Siglo XXIVilla de CortésMorelos
101020
Preparatoria Pública Oficial B.Colegio Preparatorio
A. Carvajal
101010
Privada Motolinia 11
Licenciatura Area Económico-Administrativa
EconomíaAdministración
1514
Area Técnica Arquitectura 15A. Humanidades Derecho
PsicologíaPedagogíaSociología
16151517
Biológicas Agronomía 15
Normal 15
Público General Tipos EstudiantesEmpleadosComerciantesProfesionistasAmas de casaOtros 45
Empresarios yFuncionarios
Giros HoteleríaCafeticultoresRadiodifusorasDependencias de diversa Indole 24
Total de Encuestados 429
No. Institución o Empresas Funciones Entrevistado1 Radiotelevisión de Veracruz Producción y transmisión de audio y video Coordinador técnico2 Secretaría de Relaciones
ExterioresExpedición de pasaporte jurídicoproteccional mexicano en el extranjero ybecas
Subdelegado
3 Universidad Veracruzana Docencia, investigación y difusión de lacultura
Oficialía Mayor
4 Instituto Veracruzano para elDesarrollo Rural
Apoyos a la comercialización Subdirector de comercialización
5 Delegación Federal de laSecretaría de Comercio yFomento Industrial
Coordinar la aplicación de programas deapoyo a la industria y el comercio exterior
Subdirector de promocióneconómica
6 Secretaría de DesarrolloEconómico
Inversiones extranjeras, misionescomerciales
Director de in versiones einversiones comerciales
7 Subsecretaría de Gobierno Asesorar y promover relacionesinstitucionales entre el Estado y lasiglesias
Subdirector de asuntos religiosos
8 Contraloría General del Estado No contestó Jefe de oficina9 Facultad de Ciencias
Administrativas y SocialesTomar decisiones acerca del desempeñoy funcionamiento de la facultad
Directora
10 Hotel y Club de Negocios Xalapa Servicios de hospedaje y a limentos, Gerente de Relaciones Públicas
INSTITUCIONES Y EMPRESAS
Los resultados obtenidos demostraron que –en general–
los estudiantes, funcionarios, empresarios y población
entrevistada, están conscientes de lo siguiente:
a) Los retos que impone la economía mundial
implican, cada vez más, la necesidad de acce-
der a una educación tecnológica y científica
más cualitativa y cuantitativa;
b) de la relevancia que tiene, hoy en día, el
conocimiento de culturas y lenguas extranjeras,
entre las que se confiere gran importancia a la
lengua y a la cultura francesas; al respecto exis-
tió gran coincidencia en cuanto a que el dominio
de lenguas extranjeras debe iniciarse desde el
nivel preescolar a fin de contar, desde edades
tempranas, con mayores elementos para
entablar relaciones de índole diversa: educativas,
culturales y comerciales, entre otras;
c) de la necesidad de promover la realización de
estudios de postgrado en las áreas sociales,
naturales y técnicas;
d) de la conveniencia de crear y poner a disposi-
ción un centro que proporcione servicios de tra-
ducción, asesorías diversas –jurídicas, litera-
rias, técnicas, etc.– y capacitación y educación
contínua para empleados de las distintas insti-
tuciones públicas y empresas, especialmente
en las áreas de comercio y mercadotecnia.
Finalmente, se hizo evidente que, a pesar de que se
conoce la existencia de la Alianza Francesa, ésta debe
llevar a cabo una mayor difusión y promoción de sus
funciones y actividades.
Globalización e industria del conocimiento. El caso de la Alianza Francesa...
16
10 Hotel y Club de Negocios XalapaFinca Real
Servicios de hospedaje y a limentos,ademas de grupos y convenciones
Gerente de Relaciones Públicas
11 Café “Las Ánimas” Venta de café procesado Gerente de ventas12 Hotel María Victoria Hospedaje, restaurant-bar Subgerente de ventas13 Hotel Fiesta Inn Hospedaje, alimentos y bebidas Gerente de Recursos Humanos14 Autobuses de Oriente S.A. de
C.V. (A.D.O.)Servicio público de transporte a pasajeros Asistente de Gerencia
15 Estudio, Supervisión y Control deObras, S.A. de C.V.
Construcción general, consultoría enadministración étnica
Director
16 “Manos Latinas” Compra venta de artesanías mexicanas Gerente17 Café “Las Ánimas” S.A. de C.V. Industria transformadora del café Director General18 Agropecuaria Eclipse S.A. de C.V. Compra venta de alimentos balanceados
para animalesContador
19 Agroindustrias Unidas de México,S.A. de C.V.
Comercio, compra venta de café Director
20 Cervezas y Refrescos de Xalapa Compra venta de refrescos y cervezas Gerente de ventas21 Hotel Posada Xallapan Venta de banquetes, hospedaje y
alimentos.Asistente de ventas, relacionespúblicas
22 Hoteles Howard Jhonson Plaza deConvenciones
Servicio de hospedaje Gerente
23 Cámara Mexicana de la Industriade la Construcción
Atención a los socios Gerente
24 La Estancia de Los Tecajetes Prestación de servicio, control de calidadde productos y atención al cliente
Subgerente de servicio al cliente.
2. Estudio de mercado
Con base en los resultados del estudio de opinión, el
estudio de mercado tuvo la finalidad de determinar los
siguientes puntos:
a) Definición de los servicios y promoción de los mis -
mos. La Alianza Francesa cuenta con amplio poten-
cial de prometedores servicios que pueden ser ofre-
cidos en un futuro inmediato: enseñanza del idioma
y de la cultura francesa; promoción de viajes de
estudios educativos, intercambios técnicos, científi-
cos y culturales; servicios de asesoría comercial y
de enlace de negocios con los países de habla
francesa; promoción y realización de cursos sobre
mercadotecnia y comercio internacional, incluyendo
la revisión de los requerimientos para entablar rela-
ciones comerciales eficientes. En función de la
naturaleza cultural de la institución, la difusión y
promoción de estos servicios requiere ser realizada
directamente a través de los diversos medios de
comunicación y publicidad existentes en la región.
b) Análisis de la demanda-oferta y estudio técnico. A
partir de los resultados obtenidos, se detectó una
gran disposición e interés de la población estudiantil,
del personal de las instituciones públicas y de las
empresas, y del público en general, por hacer uso del
potencial de servicios que pudiera ofrecer la A l i a n z a
Francesa; lo anterior está estrechamente correla-
cionado con el hecho de que en la ciudad de Xalapa
existe una gran variedad de planteles educativos, de
instituciones públicas tanto estatales como federales,
y de empresas con diversas actividades económicas.
Por el lado de la oferta, se pudo constatar que la insti-
tución se ubica dentro de lo que puede llamarse un
mercado de tipo oligopólico, ya que en la región son
escasas las instituciones que proporcionan este tipo
de servicios. Finalmente, el estudio reveló la factibili-
dad y la conveniencia de que la Alianza se expanda
físicamente a través de la creación en Xalapa, de un
centro profesional con diversidad de servicios y
escuelas-piloto de enseñanza del idioma y la cultura
de Francia. Al respecto se logró la ubicación física del
inmueble requerido para tales efectos, así como el
diseño de la ampliación del actual; asimismo, se pre-
vieron las nuevas necesidades de personal académi-
co y administrativo.
3. Diagnóstico Institucional
Con base en el análisis de los resultados del estudio
de opinión, del estudio de mercado y de los
antecedentes del desempeño de la Alianza Francesa
en la región de Xalapa, se revisaron y redefinieron los
aspectos institucionales siguientes: misión y visión,
fortalezas y oportunidades, debilidades y amenazas,
objetivos, metas, estrategias y proyectos. Una síntesis
de las definiciones de corte institucional se ofrece a
continuación.
¿Quién es la Alianza Francesa en Xalapa?
Es una asociación civil fundada en 1948 y protocoliza-
da ante notario público en acta número 17304 de 6 de
octubre de 1971.
¿Qué hace?
Promueve la enseñanza de la cultura y lengua france-
sas, así como el español y la cultura mexicana.
¿Para quién lo hace?
Para la ciudadanía xalapeña, los veracruzanos y los
inmigrantes y extranjeros que lo requieran.
¿A través de qué lo hace?
De aportaciones proporcionadas por el gobierno
francés, el gobierno mexicano, asociaciones civiles,
particulares, de patronatos y fundaciones.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 12-26
17
Retos:
Fortalecer los lazos de amistad y de intercambio cul-
tural, así como apoyar los intercambios y las rela-
ciones comerciales entre México y Veracruz con
Francia, la delegación de Québec (Canadá), los paí-
ses francófonos y la Unión Europea.
Actitud:
Optimismo y espíritu de servicio.
Búsqueda:
La constante participación de las instituciones intere-
sadas en el intercambio educativo, cultural y comercial.
Responsabilidad:
La excelencia en las funciones, actividades y
acciones.
Preocupación:
La calidad en la respuesta acorde a las necesidades
educativas, culturales y comerciales.
Esperanza:
El perfeccionamiento constante en los programas y
proyectos a desarrollar.
Fe:
El beneficio indiscutible que se obtenga con los lazos
de unión entre países.
Deseo:
Establecer convenios educativos culturales y de
asesoría entre la Alianza Francesa, el gobierno feder-
al, el gobierno estatal y las empresas.
Lema:
“Los pueblos se enriquecen de sus diferencias”
4. Fortalezas, oportunidades, debilidades y
amenazas
Apartir del análisis de las funciones y actividades institu-
cionales, así como de los resultados obtenidos en el estu-
dio de opinión, se detectaron las siguientes fortalezas,
oportunidades, debilidades y amenazas (infra, p. 19).
5. Misión y Visión Institucional
La Alianza Francesa de Xalapa establece hoy una
renovada razón de ser que justifica ahora no sólo su
existencia sino su futuro crecimiento. Sus labores y
actividades se desarrollarán teniendo como guía un
conjunto de propósitos estratégicos y de valores que
serán compartidos por las personas que colaboran en
la misma. Las expectativas a mediano y largo plazo
detectadas en la población general y en el medio
empresarial y educativo –derivadas, a su vez, de lo
que sucede en un contexto dinámico cada vez más
global– fundamentan hoy el deseo de una renovada
actividad, acorde a los nuevos tiempos. Lo anterior se
expresa en los términos siguientes:
Misión:
Proporcionar y promover servicios integrales especia-
lizados y educativos del idioma y la cultura de Francia,
así como del idioma español y la cultura mexicana, de
alto valor agregado; de manera tal que instituciones
públicas y privadas puedan contar con el personal y
elementos necesarios para responder adecuadamente
a los retos que impone la dinámica económica inter-
nacional, nacional y estatal.
Visión:
Constituirse en una institución que promueva alianzas
estratégicas entre los gobiernos de Francia, países
francófonos, delegación de Québec (Canadá), Unión
Globalización e industria del conocimiento. El caso de la Alianza Francesa...
18
Europea, México y Veracruz, que permita fortalecer los
lazos de amistad, apoyar las relaciones comerciales
promover el intercambio educativo, cultural, técnico y
científico que conlleven a la formación de cuadros
interdisciplinarios y multidisciplinarios de alta calidad y
altos estándares de promoción.
6. Objetivos, metas y estrategias
En función del análisis de las fortalezas, oportunidades,
debilidades y amenazas, tomando en cuenta la renova-
da expresión de la misión y visión institucional, la A l i a n z a
Francesa se plantea los objetivos siguientes:
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 12-26
19
FACTORES FORTALEZAS OPORTUNIDADES DEBILIDADES AMENAZAS
INTERNOS
• Existe la experiencia
logística educativa para
fortalecer y p romover
sistemas educativos y
culturales.
• Se cuenta con el
personal educativo y
administrativo para
iniciar el d esarrollo de
nuevos proyectos.
• Cumple con los
requisitos para ser el
centro de atención de
exámenes de
reconocimiento
internacional.
• Ubicación estratégica
capital de estado.
• Las necesidades
competitivas del
mercado.
• Vinculaciones con
instituciones privadas
y públicas interesadas
en los servicios
educativos, culturales
e informativos.
• Falta sistematización de
la experiencia educativa.
• Falta de un sistema de
evaluación del
desempeño educativo y
operativo.
• Inexistencia de un
sistema de s eguimiento
y evaluación de los
egresados.
• Inexistencia de un
directorio de exbecados
francófonos y francófilos.
• Falta de p romoción y
difusión cultural.
• Insuficiencia de
instalaciones
adecuadas.
FACTORES FORTALEZAS OPORTUNIDADES DEBILIDADES AMENAZAS
EXTERNOS
• Fortalecimiento cada vez
mas creciente de los
lazos de amistad e
intercambio educativo,
cultural y científico entre
los países.
• Apoyo de instituciones
para la realización de los
programas educativos
del impacto francófono.
• Prestigio y
reconocimiento mundial.
• Facilidad para la
obtención de
información y material,
necesarios para la
consecución de
objetivos.
• La Necesidad de la
población estudiantil,
público en general,
funcionarios y
empresarios de
dominar otros idiomas.
• La d ispocisión de l os
gobiernos
internacionales,
nacionales y estatales
de a poyar los
programas educativos,
culturales, científicos y
técnicos.
• Falta de registro de la
SEP.
• Falta de certificación de
los estudios en español.
• La competencia
de varios
centros.
• La crisís
económica de
México.
• Falta de
orientación
vocacional
adecuada
• Desconocimien
to de la
fortaleza
científica y
técnicas de los
países
francófonos.
• La influencia de
los E.E.U.U.
Objetivo general
Desarrollar y promover un plan estratégico de creci-
miento y fomento de la enseñanza-aprendizaje del
idioma y la cultura franceses, del idioma español y la
cultura mexicana; así como diferentes servicios de
asesoría y enlace con diversas instituciones públicas y
privadas con el propósito de fortalecer los lazos
comerciales y de amistad entre Francia, países francó-
fonos, la Unión Europea, la delegación de Quebec
(Canadá), México y Veracruz.
Objetivos específicos:
a) Elevar la demanda y oferta de la enseñanza del
idioma francés.
b) Ofrecer la posibilidad de que los alumnos de la
Alianza Francesa puedan acceder a sistemas de
intercambio educativo, cultural, técnico y científico
en Francia, países francófonos, Quebec (Canadá) y
en universidades del país.
c) Medir la eficiencia del aprendizaje del idioma
francés de acuerdo al nivel escolar.
d) Implementar programas de servicio social y prácti-
cas empresariales e institucionales para los egresa-
dos de la Alianza Francesa.
e) Insertar a la institución en el contexto educativo del
estado de Veracruz como factor de desarrollo.
f) Disminuir el nivel de deserción de alumnos.
g) Convertir a la Alianza Francesa en factor
dinamizador de desarrollo de las relaciones inter-
culturales entre Veracruz, Francia, la delegación de
Québec, de otros países de habla francófona y de la
Unión Europea.
h) Apoyar y elevar el número de inversiones y de rela-
ciones comerciales entre el estado de Veracruz y
los países de habla francesa de la delegación de
Quebec (Canadá) y de la Unión Europea.
i) Apoyar el crecimiento del sector turístico en la ciu-
dad de Xalapa y el estado de Veracruz.
j) Crear y consolidar la casa de Francia.
k) Conformar un centro de vinculación e intercambio
académico-cultural entre el Estado de Veracruz y
los países francófonos.
l) Dar un mayor respaldo a los solicitantes de los ser-
vicios de la Alianza Francesa y a la misma institu-
ción.
m) Incrementar el servicio de asesorías.
n) Disminuir los costos derivados del servicio de
asesorías a empresas, dependencias e institu-
ciones.
7. Los actuales proyectos de la Alianza Francesa
En función de lo anterior, para el periodo 1999-2005, la
Alianza Francesa de Xalapa ha estructurado cuatro
nuevos proyectos cuyo desarrollo se encuentra ínti-
mamente correlacionado. Éstos se expresan en la
tabla de la siguiente página.
Conclusiones
El rol que juegan la educación, la capacitación y la cul-
tura implica que las organizaciones educativas públicas
y privadas tienen hoy la ineludible tarea de ofrecer y
desarrollar nuevos programas de estudio, que incluyan
el aprendizaje de los idiomas, el conocimiento científico
y tecnológico, y los aspectos culturales y humanísticos;
aquí entra también la consideración de la relación exis-
tente entre la diversidad ambiental y la diversidad cul-
tural. Es decir, es necesario que los esfuerzos educa-
tivos no dejen de lado los aspectos relacionados con la
formación de un ser humano capaz de vincularse con su
comunidad local, con su entorno regional y con el
entorno mundial, conservando, al mismo tiempo, su
identidad cultural y su medio ambiente natural; de tal
forma que el desarrollo económico y social esté susten-
tado en el crecimiento y la expansión de actividades e
Globalización e industria del conocimiento. El caso de la Alianza Francesa...
20
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 12-26
21
N° Proyectos Objetivos Temática Enseñanza -Aprendizaje
Beneficiarios Duración
1
Desarrollo yCrecimiento dela AlianzaFrancesa.
Enseñanza-aprendizaje dela Cultura eidioma Francés
• Proporcionar losconocimientos del idiomarelacionados con la culturade Francia.
• Desarrollar las aptitudes yhabilidades para comunicar(oralmente y po r escrito) enfrancés todas lassituaciones vividas de suentorno.
1. Gramática2. Escritura3. Cultura y Civilización4. Contenidos especializados
• Comprensión oral yescrita.
• Expresión oral yescrita.
Público en ge neral(niños, adolescentes,adultos).Gobierno FederalGobierno MunicipalEmpresas Privadas.Empresas PublicasS.E.C
Desarrollo delCentro Bilingüe
• Proporcionar losconocimientos básicos delFrancés aunado conalgunas actividades derecreación, deportivas yartísticas
• Desarrollar aptitudes paraapropiarse del idioma
1. Contenidosbásicos
2. SímbolosComprensión oral yescrita.
Niños de 2 a 5 años
2 Preescolar yprimaria “LePetit Prince”
• Proporcionar losconocimientos básicos delfrancés, incorporandoalgunos aspectos de lacultura francesa.
• Desarrollar aptitudes paraapropiarse del idioma einiciar habilidades decomunicación y escritura.
característicos 3. Concepto
Francés
Expresión oral y escrita. Niños de 6 a 12 años
3
Escuela paraextranjeros ºIntercambioEducativoCultural.
• Proporcionar losconocimientos del españolrelacionados con la culturamexicana.
• Desarrollar aptitudes yhabilidades para comunicar(oralmente y por escrito) enespañol todas lassituaciones vividas de suentorno.
• Promover el Intercambiopara Prácticas y ServicioSocial
1. Gramática 2. Escritura 3. Cultura y
Civilización 4. Contenidos
Especializados 5. Temas de
acuerdo a lasnecesidades delos beneficiarios.
Comprensión oral yescrita.Expresión oral y escrita.
Preparatorias Universidades Jubilados Universitarios
2 a 4 semanas o 2 semanas a 4 meses 2 a 4 semanas ó 2 a 8semanas. Formación continua enespañol al ritmodeseado por el publico
N° Proyectos Objetivos Temática Enseñanza -Aprendizaje
Beneficiarios Duración
4
Casa deFrancia II(Casa de lasculturasfrancófonas) Centroprofesional detraducción yasesoríaliteraria,jurídica, técnicay administrativa Capacitacióny/o educacióncontinua de losempleados delas empresas einstituciones
• Consolidar un sistema deinformación especializada eintegral sobre diversastemáticas francófonas,mexicanas y veracruzanas
• Proporcionar informaciónespecializada e inte gralsobre diversas temáticas:Francófonas mexicanas yveracruzana.
• Consolidar un g rupomultidisciplinario einterdisciplinario detraducción, interpretación yguías.
• Consolidar el centroprofesional de t raducciónliteraria legal, técnica yadministrativa
• Proporcionar esparcimientoy formación continua
1. Negocios yproyectosproductivosfrancófonosmexicanos yveracruzanos
2. Culturafrancófona,mexicana yveracruzana.
3. Informaciónsobre diversostramites deíndolemigratorio.
4. Traducciones de
diversa índole. 5. Diversos temas
de acuerdo a lasnecesidades dela institución yempresa
• Acceso y uso de lossistemas deinformación.
• Atenciónpersonalizada porparte de personalespecializado.
• Orientación ycanalización desolicitudes deservicios a lasinstancias.correspondientes
- Estudiantes Empresas Instituciones Público General Inmigrantes
Continua
industrias de carácter ecológico, capaces de responder
tanto a los requerimientos locales como a las demandas
de la economía mundial.
Estas tareas requieren de la participación de los
gobiernos nacionales y locales, así como de los orga-
nismos e instituciones educativas y culturales de carác-
ter internacional. En un ambiente de colaboración,
éstos deben fomentar y participar en el diseño y la
realización de proyectos de planes y programas de
desarrollo económico, social y/o cultural. Es en este
tenor que la Alianza Francesa de Xalapa –nuestro
caso de estudio–, como organismo internacional
educativo y cultural, ha formulado un plan estratégico
para un periodo inicial de cinco años. Su formulación
tiene como punto de partida el análisis de las necesi-
dades actuales de la sociedad local, respecto a una
formación educativa y cultural de calidad, que incluya
tanto la apropiación y generación de conocimientos
como la preservación de una cultura humanística.
Este plan está enmarcado en los objetivos y
estrategias de un proyecto más amplio del gobierno
del estado de Veracruz denominado La industria del
conocimiento. Los grandes proyectos estructurados
por la Alianza en Xalapa son: a) desarrollo y creci-
miento de la Alianza Francesa; b) desarrollo del centro
bilingüe preescolar y primaria; c) desarrollo de la
escuela para extranjeros y d) Casa de Francia II (casa
de las culturas francófonas). Al respecto, lo que desta-
ca es que estos proyectos fueron planteados para
responder a las necesidades manifestadas por los gru-
pos sociales locales, conscientes de los aspectos de
índole educativa, económica y cultural que son
requeridos para afrontar los retos y aprovechar los
adelantos científicos y tecnológicos que propicia la
globalización económica.
Por sus características particulares, instituciones
como la mencionada, que continuamente están a la
vanguardia de los acontecimientos mundiales, pueden
propiciar y apoyar esquemas de organización y de
colaboración internacional, convirtiéndose así en un
valioso apoyo para el desarrollo educativo y cultural de
los habitantes de la localidad y del estado.
Bibliografía
CONTRERAS, Carlos M. y Elías, Vidal, La industria del
conocimiento, Síntesis, Dirección General de
Investigaciones, Universidad Ve r a c r u z a n a ,
1999.
MO R A TA B A R E S, Eduardo, É p o c a , Semanario de
México, núm. 430, México, 1999.
PLAN ESTRATÉGICO 1999-2005, Le Fait Francophone (El
impacto francófono), Alianza Francesa, Xalapa,
1999.
Globalización e industria del conocimiento. El caso de la Alianza Francesa...
22
La planeación estratégica es un tema siempre vigente
del que resulta interesante referirse a él como tópico de
discusión o como tema de análisis y reflexión. En cuan-
to al concepto de planeación estratégica en sí, parece
ser que todo mundo comprende su significado e impli-
caciones, pero al tratar de explicarlo por lo general nos
quedan dudas y puntos sin contestar porque la
planeación estratégica es un tema inacabado del que
siempre hay algo “nuevo” que decir.
Sabemos que los conceptos de planeación y
estrategia no son nuevos, como tampoco lo son las
acciones que militares, reyes, nobles o mercaderes
adoptaban para vencer “al enemigo” o para triunfar en
las acciones que emprendieran, acciones que se repiten
hoy en día en diferentes ámbitos.
Entendemos que la planeación estratégica tiene
que ver con el hecho de visualizar y contextualizar e l
e s c e n a r i o donde se pretende librar una batalla o
c o m p e t i r, según sea el caso. La finalidad de crear tal
escenario es preparar el conjunto de tácticas y
acciones que serán necesarias para contrarrestar los
embates o esfuerzos del enemigo o competidor; tal
es el sentido antiguo y el que aún tienen en mente
los estrategas de cualquier tipo de acción colectiva,
tratándose de planes gubernamentales, empresari-
ales o educativos.
La planeación gubernamental, sobra decirlo, es dife-
rente a la planeación de carácter empresarial o militar,
aunque todos los tipos de planes tengan su origen en
esta última. La gubernamental tiene objetivos distintos a
las otras formas de planeación por la naturaleza de lo que
se pretende realizar, pero tiene grandes similitudes en
algunos de los métodos y procedimientos que se utilizan
para desarrollarla, aunque no exista una forma única que
nos diga cómo hacer planes estratégicos.
En gobiernos, empresas, universidades o en la mili-
cia existen diferentes tipos de planes que dependen del
objetivo y naturaleza de lo que se desea planificar; así,
existen planes de desarrollo, de contingencia, alterna-
tivos, sectoriales, preventivos, mercadológicos, finan-
cieros, de desarrollo educativo, etc.; planes que con fre-
cuencia, y dependiendo de la formación teórica y prácti-
ca de los planificadores, tienen un enfoque y significado
distintos. Esto es natural, porque la idealización y con-
ceptualización depende de la perspicacia e inspiración
de quien planifica.
Con relación a la planificación por escenarios, teóri-
camente ésta es una forma novedosa de hacer planes,
aunque en realidad no es tan “nueva”, porque la cons-
23
Acerca de la planeaciónestratégica y la
planeación por escenarios
Sergio H. Kauffman González*
* Investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las
Ciencias Administrativas de la Universidad Veracruzana.
trucción de escenarios siempre ha sido necesaria y ha
estado presente en la mente de los estrategas, quienes
se rodeaban (y lo siguen haciendo) de mapas y agen-
das estadísticas, por ejemplo, que los nutrían de datos
e información acerca del o los “territorios” donde
debían poner en práctica sus estrategias y tácticas par-
ticulares, dependiendo del potencial y los recursos, for-
talezas y debilidades del enemigo o competidor.
En este documento presentaré algunas reflexiones
acerca de la planeación estratégica y la planeación por
escenarios.
Qué decir de la planeación estratégica
La planeación estratégica es una de las más impor-
tantes herramientas de la gestión directiva en las orga-
nizaciones modernas de cualquier naturaleza. No
puede concebirse hoy en día el desarrollo de ninguna
institución formal sin la existencia de planes estratégi-
cos y de su necesaria infraestructura para hacer posi-
ble llevarlos a cabo.
La planeación estratégica no es un concepto nove-
doso, por mucho que a nivel empresarial o educativo y
hasta muy recientemente se haya adoptado como
necesaria (después de la Segunda Guerra Mundial)1.
La planeación estratégica se ha convertido en una
práctica importante en numerosas organizaciones e
instituciones, no sólo porque centra la atención de sus
dirigentes en el futuro de ellas, sino porque trae consi-
go grandes beneficios cuando se realiza de manera
adecuada, aunque exige se ponga en juego el talento,
experiencias y conocimientos de todos sus miembros,
especialmente de sus dirigentes.
Planear estratégicamente implica tener conciencia
de la utilidad de “hacer las cosas (planes) bien y con
sentido”; es decir, desarrollar planes que obedezcan a
objetivos previa y cuidadosamente seleccionados y
formulados, orientados a resolver problemas ya identi-
ficados y analizados de manera adecuada. Por otra
parte, los planes deben ser comprendidos por el per-
sonal de la organización antes de ser implementados
y ejecutados; asimismo, deben estar dispuestos para
ser evaluados en su evolución y al término de la
gestión de los mismos.
Con relación a lo anterior, Renato Dimitri Colón y
Salvador Ángel Rodríguez2 explican lo siguiente:
La planeación estratégica no es un tema nuevo, ya
que desde tiempos remotos se ha venido aplicando
para la consecución de diferentes objetivos, principal-
mente la conquista de tierras. Ya en el Siglo XX se le
dio otra concepción, siempre en la búsqueda de
planificar las acciones futuras y alcanzar lo deseado.
La planeación estratégica es un proceso apasionante
que permite a una organización ser proactiva en vez
de reactiva en la formulación de su futuro. Toda
empresa diseña planes estratégicos para el logro de
sus objetivos y metas planteadas, estos planes
pueden ser a corto, mediano y largo plazo, según la
amplitud y magnitud de la empresa, es decir, su
tamaño, ya que esto implica que cantidad de planes
y actividades debe de ejecutar cada unidad operativa,
Acerca de la planeación estratégica y la planeación por escenarios
24
1 Br. Renato Dimitri Colón; Br. Salvador Ángel Rodríguez; Inicios de la
Planeación Estratégica; h t t p : / / w w w. m o n o g r a f i a s . c o m / A d m i n i s t r a c i o n _
y_Finanzas/more10.shtml. Colón y Rodríguez establecen: Cuando Aníbal
planeaba conquistar Roma se inició con la definición de la misión de su
reino, luego formuló las estrategias, analizó los factores del medio am -
biente y los comparó y combinó con sus propios recursos para determi -
nar las tácticas, proyectos y pasos a seguir. Esto representa el proceso
de planificación estratégica que se aplica hoy en día en cualquier empresa.
Igor Ansoff (1980), gran teórica de la estrategia, identifica la aparición de
la planificación estratégica con la década de 1960 y la asocia a los cam-
bios en los impulsos y capacidades estratégicas. Frederik Taylor mani -
festaba que el papel esencial del “management” exigía la planificación de
las tareas que los empleados realizarían, el gerente pesara el qué y cuán-
do ejecutar las tareas y el trabajador hacía.
2 B r. Renato Dimitri Colón y Br. Salvador Ángel Rodríguez;
h t t p : / / w w w. m o n o g r a f i a s . c o m / t r a b a j o s 1 4 / p l a n e a c i o n e s t r / p l a n e a c i o n e s t r. s
html.
ya sea de niveles superiores o niveles inferiores. Para
llegar a una conclusión exitosa luego de la aplicación
de una estrategia, es importante el compromiso de
todas las partes de la empresa, esto implica realizar
un muy buen coordinado trabajo en equipo.
Si analizamos cuidadosamente las explicaciones de
estos dos autores, podemos estar de acuerdo en que
la planeación estratégica moderna es una forma de
planeación que se realiza con la participación del per-
sonal de todos los niveles jerárquicos de la organi-
zación, lo que permite contar con un mayor involu-
cramiento en el proceso de planeación y el compro-
miso de todos para su realización. Además, la
planeación preactiva proporciona, debido al involu-
cramiento múltiple del personal de la organización,
tener una mayor capacidad de respuesta ante los
acontecimientos. Los japoneses llaman a esta manera
de planificar: planeación participativa.
Para Thomas S. Bateman y Scout A. Snell,3 la
planeación tiene la siguiente connotación:
Planeación es el proceso sistemático y consciente de
tomar decisiones acerca de las metas y actividades
que un individuo, grupo u organización perseguirán.
La planeación no constituye una respuesta informal o
fortuita a una crisis; es un esfuerzo determinado,
dirigido y controlado por los gerentes, el cual se nutre
a menudo de los conocimientos y experiencias de
empleados de todas las áreas de la organización. La
planeación proporciona a las personas y unidades de
trabajo un mapa claro a seguir de sus actividades
futuras; además de que puede admitir circunstancias
personales y situaciones cambiantes.
Se entiende que es un proceso sistemático porque
obedece a una secuencia lógica y no a acciones dis-
persas y sin contexto; es consciente porque las deci-
siones se toman de acuerdo a referentes específicos
que afectan a todos los elementos y componentes de
la organización. Es un esfuerzo determinado, dirigido y
controlado por los dirigentes responsables de tomar
las decisiones, porque éstos se obligan a dar sentido y
orientación a las actividades de la institución a que
pertenecen.
Un aspecto importante de esta definición es el que
se refiere a la participación de aquellos que tienen los
conocimientos y experiencias necesarias, y que
pueden aportar algo significativo al proceso de planifi-
cación, aspecto que rompe el viejo esquema centrali-
zador de la planeación tradicional. Asimismo, es
importante lo que destacan estos autores, con relación
a la adaptabilidad de la planeación a las situaciones
cambiantes (del entorno), ya que ésta es una cualidad
o característica esencial que todo sistema de planea-
ción debe tener.
Para Stoner, Freeman y Gilbert,4 la planeación
implica lo siguiente:
La planificación es una forma concreta de la toma de
decisiones que aborda el futuro específico que los
gerentes quieren para su organización[…] La planifi-
cación no es un solo hecho, con un principio y un final
claros. Es un proceso continuo que refleja los cam-
bios del ambiente en torno a cada organización y se
adapta a ellos[…]
Lo que Stoner, Freeman y Gilbert consignan, comple-
menta perfectamente a lo expuesto por Bateman y
Snell, ya que lo señalado por ellos implica una forma
concreta de tomar decisiones relativas a un problema
determinado. Al explicar que la planeación es un pro -
ceso continuo que refleja los cambios del ambiente en
torno a cada organización y se adapta a ellos, se están
refiriendo a que el proceso de planeación no termina
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 27-37
25
3Thomas S. Bateman y Scout A. Snell, Administración: una ventaja com -
petitiva, Irving-McGraw Hill, México, 2001, p. 130.
4 James A. F. Stoner, R. Edward Freeman y Daniel R. Gilbert Jr. ,
Administración, Prentice Hall Hispanoamericana, México, 1996, p. 287.
con la formulación de planes y programas, sino que
requiere además de una revisión sistemática y perma-
nente de las condiciones que prevalecen en el medio
ambiente, para poder hacer las adaptaciones o cor-
recciones pertinentes que necesiten los planes formu-
lados o puestos en operación. Ya señalamos que la
perspectiva de cada autor puede ser diferente, aunque
necesariamente encontremos algunas coincidencias
importantes de analizar.
Aunque estamos de acuerdo en que la planeación
es un proceso de toma de decisiones, destacaremos
que éste requiere de un sistema de información y de
un aparato u organismo que se responsabilice de lle-
var a cabo las diferentes actividades relacionadas con
el mismo. Asimismo, estamos convencidos de que el
proceso de planeación está en íntima relación con otro
más amplio o, llamémosle así, de un nivel superior,
denominado: proceso administrativo, que incluye las
siguientes funciones: planear, organizar, implementar,
dirigir, controlar y coordinar.
El proceso administrativo nos permite, además de
precisar las actividades inherentes al desempeño de
los dirigentes y administradores de los diferentes nive-
les, comprender que éste constituye el andamiaje en
el que descansan “los momentos” o etapas de
preparación de los trabajos de la entidad en el corto,
mediano o largo plazo.
¿Qué es la planeación?
Resumiendo lo anterior, la planeación puede enten-
derse también como un proceso integral para la toma
de decisiones, las que pueden o deben estar susten-
tadas en análisis diagnósticos y en sistemas de infor-
mación que provean los planificadores de datos e
información relevante a los problemas que tratan de
resolver. Es deseable que en el desarrollo del proceso
se incluya también un sistema de métodos y proce-
dimientos de diferente naturaleza, que permita ordenar
las actividades de la organización, de acuerdo a las
necesidades y características de los planes estratégi-
cos, tácticos y operacionales.
Es poco probable que el proceso de planeación
pueda iniciarse si no se cuenta con la infraestructura
necesaria para favorecer las acciones de los planifi-
cadores. Debemos entender que las decisiones no
tienen la implicación simplista de “háganse los planes”;
el simple ordenamiento de hacer y ejecutar, carece de
sentido si no se cuenta con las herramientas nece-
sarias o con el personal idóneo para desarrollar y eje-
cutar los planes. Se debe contar, como ya se explicó,
con un sistema de información (o edificarlo si no se
tiene), de un equipo o equipos de planeación; de
recursos técnicos, materiales y financieros que
soporten eficientemente las actividades, pero, sobre
todo, la disposición y el convencimiento de que los
planes que habrán de formularse, ejecutarse y evalu-
arse son la mejor alternativa de que se dispone para
obtener mejores resultados.
Implicaciones de la planeación estratégica
Si la planeación es el proceso sistemático y cons-
ciente de tomar decisiones acerca de las metas y
actividades que un individuo, grupo u organización
p e r s e g u i r á n ,5 la planeación estratégica en principio es
la percepción intelectual de quienes toman esas deci-
siones, acerca de las aspiraciones, objetivos y metas
que en diferentes periodos de tiempo habrán de
alcanzarse. Planear estratégicamente es dar un
rumbo coherente a las actividades de la organización
y sus miembros como un todo, precisando el camino
que ésta debe seguir; también implica definir los esce-
Acerca de la planeación estratégica y la planeación por escenarios
26
5 Ya citado por Batteman y Snell, op. cit.
narios que a través del tiempo servirán de punto de
referencia para conformar e implementar los planes y
programas que serán necesarios para hacer posible
el cumplimiento de esas aspiraciones, metas y obje-
t i v o s .
La planeación estratégica es el instrumento inspi-
rador que permite a los directivos de la empresa, inte-
grar convenientemente los recursos disponibles, tener
una perspectiva amplia, clara y bien definida de la
trayectoria que hay que recorrer para alcanzar los
propósitos que son prioritarios para la organización, y
se hayan trazado con antelación.
Así, convenimos que, para planear estratégica-
mente, se requiere de mentes estratégicas que sean
capaces de comprender al mundo no de una manera
egocéntrica, sino de manera amplia, como un “univer-
so cambiante y sin fronteras”. Hombres de mentes bri-
llantes capaces de generar estrategias y planes crea-
tivos que incorporen sus respectivas líneas y progra-
mas de acción, motivando a quienes harán posible
que éstas se pongan en funcionamiento para que lo
hagan bien, generando sinergias positivas en un ambi-
ente de mejora continua.
Por lo anterior, planear estratégicamente implica el
tener una visión clara de hacia dónde queremos ir, pre-
cisando los recursos con que contamos para poder
emprender el camino, previendo además los que
serán necesarios para que de manera perfectamente
coordinada nos den las pautas que habremos de
seguir a través del tiempo, combinando los esfuerzos
de la organización.
La alta dirección de la organización debe pro-
poner lineamientos de acción claros y entendibles,
mensurables y alcanzables (entre otros muchos
atributos) para que los ejecutivos y funcionarios de
los niveles inmediatos de la estructura organiza-
cional actúen en función de ellos, de manera cohe-
r e n t e .
Goodstein y sus coautores6 establecen, respecto a
las implicaciones de la planeación estratégica, lo
siguiente:
La mayor parte de las organizaciones realiza cierto
tipo de planeación a largo plazo, también llamada
estratégica, y su proceso formal se ha utilizado
durante más de 30 años. No obstante, nuestra expe-
riencia como consultores en una amplia variedad de
organizaciones nos ha convencido de que gran parte
de los procesos de planeación estratégica se con-
ceptualizan y se ejecutan en forma muy deficiente; a
menudo, el proceso no es muy creativo y es de natu-
raleza táctica en vez de estratégica; el denominado
plan estratégico rara vez incide en las decisiones
cotidianas que se toman en la organización. Para que
tenga éxito, un proceso de planeación estratégica
debe establecer los criterios para tomar las deci-
siones organizacionales diarias y debe suministrar el
patrón frente al cual se puedan evaluar tales deci-
siones. Este estándar para evaluar qué tan adecuado
es el proceso de planeación estratégica de una orga-
nización es estricto y sólo pocas entidades lo
cumplen a cabalidad.
Planear estratégicamente tiene implicaciones que van
más allá del hecho de formular la o las estrategias que
se consideren como necesarias consignando sus
“puntos críticos” o líneas estratégicas; cada línea
estratégica requiere la precisión de objetivos, metas,
políticas, acciones y la normatividad necesaria para
encausarlas, cuidando su inherencia y pertinencia
para asegurar su adecuado desarrollo y ejecución. Al
hacer la planeación estratégica se impone como nece-
sario imaginar los probables resultados y posibles
problemas al dotar al plan estratégico resultante de
planes alternativos previendo las contingencias. Lo
que nos dicen Goodstein y sus colegas de la
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 27-37
27
6 Leonard D. Goodstein, Timothy M. Nolan y William J. Pfeiffer, Planeación
estratégica aplicada, McGraw Hill, México, 1998, pp. 3-4.
planeación estratégica, es lo que aterra a los directivos
de mentes “pequeñas”, incapaces de pensar más allá
de la simplicidad –no siempre- del corto plazo.
Salvador Vanegas Guido,7 describe a la planea-
ción estratégica de una manera diferente, aunque con
las mismas implicaciones, cuando afirma lo siguiente:
La planificación estratégica tiene dos connotaciones
relativamente diferentes; realizar un “mapa” de las
probables decisiones futuras de una organización
(empresa privada, O N G o institución pública) o diseñar
una ruta de acción personal para el futuro. En ambos
casos nos enfrenta a la incertidumbre de qué pasará
en el futuro y cómo actuaremos de manera conve-
niente para cumplir nuestros propósitos fundamen-
tales. Al final las dimensiones personal e organiza-
cional se entretejen en tanto el rumbo que elegimos
para nuestras organizaciones influirá en las personas y
viceversa. En general se trata de la interacción entre
entorno y el interno de los entes y la habilidad de estos
para actuar de manera pro activaconfigurando estrate-
gias que nos permitan aprovechar nuestras fortalezas
internas y las oportunidades externas.
Lo que Salvador Vanegas establece nos conduce a
reflexionar sobre los efectos del proceso de
planeación estratégica. Ese mapa de las probables
decisiones futuras, ya lo advertimos, lo realizamos
h o y, pero la simple formulación del mismo no es iner-
cial, se debe poner atención a su desarrollo, “provo-
cando que las cosas sucedan”, como bien dice César
Ramírez Cavaza,8 porque éstas no suceden por sí
solas. La planeación estratégica tiene como condi-
ción sine qua non, la interacción con el entorno,
porque éste influye, quiérase o no en la empresa u
organización y en las decisiones que toman sus
m i e m b r o s .
El denominado mapa de decisiones futuras, no es
otra cosa que la definición de los escenarios a los que
habremos de referirnos más adelante con mayor
amplitud.
Complementando lo anterior, diremos que la
planeación estratégica es un proceso dinámico que
consiste en desarrollar un conjunto de proposiciones y
normas de carácter general que describan tanto el tipo
de empresa que se desea tener, así como las guías de
acción específicas que orienten el diseño y estableci-
miento de planes específicos, que permiten el alcance
sistemático y gradual de los objetivos y metas de la
empresa en sus diferentes periodos de actuación, a
partir del análisis diagnóstico y con la formulación de
pronósticos.
En la actualidad, planear estratégicamente es una
condición especial para que las organizaciones se
desarrollen de una manera más equilibrada y eficiente.
Planear estratégicamente es el modo de asegurar que
en las organizaciones se estén haciendo las cosas de
una mejor manera, dejando de lado las improvisa-
ciones y el “hacer sobre la marcha para ver que sale”
basados en la intuición o las corazonadas.
En cuanto a cómo planear, es preciso aceptar q u e
no hay una sola manera de hacer la planeación
estratégica, aunque existan coincidencias en los pasos
para desarrollarla y llevarla a cabo, como veremos más
adelante, por tanto, independientemente del modelo
que se escoja para representar las estrategias y los
planes estratégicos, o de los pasos que se perciban en
el proceso de planeación estratégica, siempre será
importante tener un punto de referencia que permita dar
seguimiento a las actividades preestablecidas.
La planeación estratégica, como ya he señalado,
es un proceso que tiende a ser integral, por mucho que
a veces no sea posible prever todas las variables que
pueden presentarse en el desarrollo de los planes
estratégicos y sus correspondientes planes tácticos y
operativos.
Acerca de la planeación estratégica y la planeación por escenarios
28
7 Salvador Vanegas Guido, Planeación estratégica, http://www.geocities.
com/svg88/plan.html.
8 Ramírez Cavaza, op. cit.
La planeación, cuando se concibe dentro de la
perspectiva de procesos integradores, es multidirec -
cional y requiere de acciones coordinadas en los dife-
rentes niveles que integren a las organizaciones. En la
educación, es exigible la planeación participativa, no
porque se trate de un ejercicio de democratización,
sino porque se tiene la convicción (basada en la expe-
riencia) de que todos los miembros de la organización
tienen un papel importante tanto en la percepción y
preparación de los planes, como en la ejecución
misma de ellos, en función de las responsabilidades
que a cada quien le corresponden.
Tomando en cuenta lo antes expuesto, insistire-
mos en que la planeación estratégica no sólo es hacer
planes estratégicos, no importa el cuidado que se
ponga en esta actividad. Para poder planear estratégi-
camente se requiere de un conjunto de elementos y
condiciones que posibilitan las tareas de los directivos
y los planificadores; además de los aspectos men-
cionados en párrafos anteriores, resulta conveniente
tomar en consideración los siguientes elementos:
1. Desarrollar entre los dirigentes de las organiza -
ciones, la capacidad de “pensar estratégica -
mente”. Pensar estratégicamente no consiste
sólo en tener conciencia de que es necesario
planear las actividades de toda la organización,
sino tener conciencia del mundo que nos rodea
y de cómo afecta a la entidad, con el interés de
analizar cómo contrarrestar los efectos nega-
tivos y de optimizar los recursos de la empresa.
2. Crear e instituirse un órgano de planeación.
Órgano que se responsabilice en llevar adelante
los trabajos de planeación, preparando el “plan
de trabajo” al que se sujetarán los miembros de
toda la entidad, reuniendo los equipos de traba-
jo de todos los niveles, capacitándolos en las
metodologías y procedimientos generales; orga-
nizando la información en coordinación con los
responsables de los sistemas informáticos de la
empresa; determinar los procedimientos y
mecanismos de coordinación y demás fases del
proceso planificatorio.
3. Desarrollar un sistema de información para
tomar decisiones que provea de datos e infor-
mación interna y del entorno, que sea pertinente
para el desarrollo de los planes y programas y
para la toma de decisiones correspondiente.
4. Determinar las políticas y acciones del proceso
de planeación que sean pertinentes para respal-
dar el desarrollo del proceso y para establecer las
pautas a las que se deben de apegar, en lo gene-
ral, los participantes en el mismo.
5. Elegir el modelo de planeación al que se sujetarán
los planificadores y los miembros de la organi -
z a c i ó n con el fin de eliminar digresiones en cuan-
to a la estructura, fondo y contenido de los planes
y programas que habrán de desarrollarse.
6. Integrar los fundamentos del Plan Estratégico.
Definidos con precisión: la visión, misión, valo-
res y filosofía, incorporarlas al documento
denominado “Plan Estratégico”.
7. Definir la estrategia corporativa y sus líneas
estratégicas con el fin de centrar la atención en
el enfoque, alcance y dimensiones del Plan
Estratégico.
8. Organizar los trabajos de planeación.
Determinar agendas de trabajo, estableciendo
metas y objetivos a cada equipo de planeación.
9. Establecer los objetivos y metas de corto plazo
como pautas para iniciar las actividades.
10. Sensibilizar al personal de la organización
respecto a los objetivos del proyecto con el
interés de contar con su apoyo y compromiso
en los trabajos de planificación.
11. Iniciar los trabajos de planeación.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 27-37
29
Las actividades y consideraciones descritas nos per-
miten tener un enfoque más amplio que el de las sim-
ples definiciones. Los criterios establecidos son un
punto de partida que nos inducen a revisar y analizar
algunos modelos del proceso de planeación que darán
luz a las propuestas que habremos de hacer acerca
del Modelo de Planeación Estratégica y que deseamos
disponer para quienes toman las decisiones en la
Universidad Veracruzana.
La planeación por escenarios
La planeación por escenarios como enfoque teórico es
reciente, aunque su fundamentación no lo sea. El
propósito de ésta, tal como lo entendemos, es hacer
énfasis en aquellos aspectos metodológicos en los que
no se ponía la debida atención, tal como lo constituye el
hecho de que la planeación estratégica debe ser
dinámica y flexible, retroalimentable y reconstruible.
En mis actividades docentes hago énfasis a mis
alumnos en el hecho de que la planeación estratégica
no consiste sólo en hacer planes y esperar a los
“momentos” de las evaluaciones para observar las
desviaciones entre los resultados y lo que se planeó.
Desafortunadamente, la planeación estratégica ha
constituido una moda que debe ser adoptada, fre-
cuentemente sin una adecuada perspectiva: hay que
planear, porque ahora queremos ser competitivos,
olvidándose con frecuencia que la planeación
estratégica no sólo es un conjunto de proposiciones,
metas, objetivos o intenciones.
Los planes, para que se realicen exitosamente,
deben ser conducidos y ejecutados por personas que
desarrollen habilidades especiales, que van de la mano
a la sinergia de los cambios en el medio ambiente com-
petitivo; es decir, las personas deben ser competitivas
por sí mismas y, en relación a los planes, c o m p r o m e-
terse y llevarlos a cabo considerándolos como “per-
fectibles” a cada paso.
Si planear significa determinar ahora lo que quere-
mos hacer en el futuro, tenemos que asumir que al
imaginarlo podemos equivocarnos, por lo que la
planeación como sistema dinámico y como proceso de
toma de decisiones implica que al llegar el futuro pre-
visto, debemos analizarlo, evaluarlo y decidir sobre
aquellas cosas en las que nos equivocamos, volvien-
do a plantear un rumbo al que nos dirigiremos.
Esto no es un simple juego de palabras, es la reali-
dad y tenemos la obligación de aceptar, cuando
planeamos, que cada paso que demos, sin importar el
tiempo que nos ocupe, implica que tomemos acciones
correctivas cuando sea necesario. Lo contrario, espe-
rar hasta el final de los plazos para validar nuestras
decisiones, es la peor opción que tomemos.
La planeación estratégica debe ser pensada no
como una acción reactiva a los acontecimientos que
nos preocupan, sino creativa y de proacción, para pre-
venir que los acontecimientos nos sobrepasen.
En un artículo consultado en internet, denominado
“Participación comunitaria: ampliemos conceptos”9
(sin nombre de autor), la planeación por escenarios se
describe de la siguiente manera:
Planeación por escenarios: La planeación por esce-
narios surge en los juegos de guerra de los militares.
Hasta finales de la década de 1960 comienza a
despegar en el mundo empresarial y aquí es consi-
derada como un proceso altamente imaginativo, inter-
activo e intenso, que consiste en imaginar las múlti -
ples alternativas futuras que se puedan dar y no sólo
conformarnos con “esperemos a ver qué pasa”. El
proceso de creación de escenarios emplea una gama
de técnicas para investigar, recoger ideas y escribir
Acerca de la planeación estratégica y la planeación por escenarios
30
9 Participación comunitaria, ampliemos conceptos: http://www. v i r t u a l .
unal.edu.co/extensiones/enfermeria/ uv00002/ docs_curso/ municipio/
p_comunitaria/a_conceptos.htm
historias, en su intento de plasmar en forma narrativa
todos aquellos eventos que se podrían presentar en
el futuro. Pero... ¿Qué es un escenario? Una historia
sobre lo que podría suceder, no lo que sucederá o
debería suceder. Una visión internamente consistente
de un futuro posible, no es un pronóstico, sino eso
exactamente, un posible futuro.
Podemos desprender de estos conceptos que la
planeación por escenarios no es otra cosa que una
interpretación acerca de lo que es la planeación
estratégica. Como enfoque, resulta valioso porque la
mayoría de los estudiosos de la planeación se preocu-
paban más por explicar los métodos o cuerpos teóri-
cos generales, sin destacar la importancia de propo-
ner el marco de referencia anterior a la formulación de
los planes estratégicos en sí, lo que trajo como conse-
cuencia olvidarse del proceso y de las implicaciones
de la planeación estratégica que hemos explicado.
En otro apartado del mismo documento encon-
tramos estas referencias que nos aclaran la intención
de la planeación por escenarios:
Generalmente se usa como herramienta de
planeación por las siguientes razones:
• La planeación por escenarios ha demostrado su
utilidad en integrar el conocimiento de un grupo de
personas que tienen distintas perspectivas en la
generación de estrategias innovadoras. Permite
construir una fuerte estructura para compartir las ini-
ciativas de una amplia variedad de personas y con-
vertirlas en un recurso valioso y renovador.
• La planeación por escenarios es especialmente útil
en aquellas situaciones donde se requiere de un
alto grado de participación de la gente en la cons-
trucción de un nuevo futuro.
• La planeación por escenarios resalta interrelaciones
entre fuerzas y eventos del entorno exterior, que no
serían evidentes usando otros métodos de análisis.
Estos planteamientos nos muestran cómo la teoría de
la planeación por escenarios es complementaria de las
teorías tradicionales, pero al analizar los conceptos,
nos damos cuenta también que se asimila a los
“nuevos criterios” de la planeación y administración de
calidad, que incluyen los procesos de “planeación par-
ticipativa” y del control integral.
El documento proporciona además los beneficios
que se pueden esperar de la planeación por escena-
rios al indicar lo siguiente:
Beneficios de la planeación por escenarios:
• Mejora la percepción.
• Hace pensar a la gente.
• Es una buena estructura para lidiar con la compleji-
dad.
• Excelente herramienta de comunicación.
• Promueve la conversación, facilita la concertación y
el consenso en medio de la diversidad.
• Desarrolla la habilidad de reconocer y reaccionar
ante los retos del ambiente.
• Desarrolla un pensamiento de causa-efecto.
• Crea un lenguaje común para tratar los temas
estratégicos.
Interpretando estas ideas podemos agregar las siguien-
tes explicaciones:
1. Mejora la percepción, porque al incluir más pun-
tos de vista sobre un mismo tema se enriquecen
los conceptos sobre el “¿Qué hacer?”.
2. Hace pensar a la gente porque un escenario
adecuadamente descrito de lo que se pretende
hacer o realizar, propicia la imaginación y la crea-
tividad al buscar solución a cada uno de los
problemas o retos relacionados con el “cómo
hacerlo”.
3. Es una buena estructura para lidiar con la com-
plejidad porque permite ubicar cada cosa en su
lugar, de acuerdo con los elementos del esce-
nario propuesto.
4. Es una excelente herramienta de comunicación,
porque al interactuar mayor número de per-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 27-37
31
sonas, no se hacen necesarias demasiadas
explicaciones posteriores a cada evento.
5. Promueve el consenso, si se adopta este méto-
do de toma de decisiones, sin requerir la imposi-
ción de las jerarquías dentro de un sistema par-
ticipativo, ya que lo que se buscan son solu-
ciones a los problemas.
6. Desarrolla la habilidad de reconocer y reac-
cionar ante los retos del ambiente, ya que al
requerir más acciones participativas, el personal
se capacita para tomar decisiones y responder
de inmediato ante la presencia de nuevos retos
y problemas.
7. Desarrolla pensamiento de causa-efecto porque
el proceso de planificación participativa es, de
hecho, un sistema instruccional que capacita a
las persona para el análisis y la acción.
8. Crea un lenguaje común para tratar los temas
estratégicos, porque, debido a la capacitación y
las habilidades adquiridas, son comprensibles
para todos los participantes los tópicos inhe-
rentes a la planeación con que trabajan.
Podríamos agregar otras ideas propias, pero de lo que
se trata es de analizar los componentes de esta pro-
puesta. La conclusión a la que podemos llegar en este
momento está dada en una pregunta: ¿No son estos
los propósitos de la planeación tradicional o la partici-
pativa?
Desde luego que sí. ¿Entonces por qué se hace
necesario un nuevo enfoque teórico? Pensamos que
las evidencias acerca de los errores en las formas de
cómo se hace la planeación estratégica, indican que
sólo se toma en consideración la idea de partir de
objetivos y metas de “algo indeterminado”. Al construir
el escenario, como ya se explicó, se están sentando
las bases no sólo pare el establecimiento de los obje-
tivos y metas, sino para la construcción de todo el sis-
tema de planificación.
¿Cómo entender la importancia de la planeación
por escenarios?
En el fondo, lo que nos dicen los analistas de esta co-
rriente teórica es que debemos tener presente no sólo
el método para planificar, sino los métodos para hacer
coherentes las etapas del proceso de planeación, con
la intención de ser proactivos de manera permanente,
y no por etapas. Adam Kahane10 nos dice:
El enfoque de estrategia en las corporaciones se
encuentra en una encrucijada en la cual todos tene-
mos la elección sobre la manera de mirar al futuro.
¿Seremos más eficientes tratando de adaptarnos a lo
que está ocurriendo en el mundo que nos rodea, o
eligiendo participar en dar forma al futuro?
Esta reflexión de Kahane nos hace ver que la
planeación estratégica que se realiza en la generalidad
de las organizaciones es de un carácter más adaptativo
que creativo. La planeación estratégica implica, como
ya lo señalamos anteriormente, un enfoque más creati-
vo que demanda de los planificadores la proactividad
permanente, pero que incluya también los elementos de
adaptación al cambio sólo como parte de la proacción,
y no como la acción principal. En otro elemento de su
nota, Kahane nos pregunta lo siguiente:
En el curso de los últimos años se ha venido dis-
cutiendo mucho sobre la planeación por escenarios,
metodología desarrollada en parte en la Royal
Dutch/Sell para crear composiciones de lugar sobre
el futuro, poniendo así las opciones actuales en mejor
perspectiva. ¿Debe usarse la planeación por esce-
narios únicamente como una herramienta “de reac-
ción” para abrirnos los ojos a las fuerzas que
provienen del ambiente? ¿O debe usarse en forma
“generativa” para ayudar a los empleados a ver cómo
pueden contribuir a cambiar el mundo?
Independientemente de la posición del autor ante sus
propias interrogantes, creemos que los dos enfoques
Acerca de la planeación estratégica y la planeación por escenarios
32
combinados constituyen la esencia de la planeación
estratégica. En la primera etapa del proceso de planifi-
cación (incluyendo los elementos de diagnóstico y de la
organización sistémica para planificar) la construcción
del escenario, describiéndolo detalladamente, permite
tener una idea clara de lo que queremos o vamos a
p l a n i f i c a r. Ya propuesto y explicado, el escenario en sí
representa una fuerza que induce a la acción, ya que
genera un conjunto de ideas sobre cómo hacerlo posi-
ble. Lo importante de la actitud requerida de quienes
planifican, es que adquieran el compromiso con el plan,
y que comprendan y asuman correctamente el sentido
de las acciones inherentes a él.
La creación del escenario (visión) representa, de
hecho, una pauta de lo que significa planear para pla -
near; es decir, con los agregados de la misión, la
filosofía y los valores, se establecen los fundamentos
o bases para determinar las estrategias, líneas
estratégicas y planes de acción que conducirán a la
preparación del plan estratégico .
La segunda fase del proceso de planeación lo
constituye en sí el desarrollo del plan estratégico y la
gama de planes y programas funcionales y operativos
que deben ser puestos en funcionamiento de manera
coordinada y coherente.
Una tercera fase del proceso será el desarrollo e
implementación del sistema de administración
estratégica que dará consistencia a la acción planifi-
cadora. En ésta, se incluyen los mecanismos de
control, seguimiento, evaluación y retroalimentación
del sistema de planeación y del propio plan
e s t r a t é g i c o .
Cualquiera que sea el modelo de planeación
estratégica que adopte una organización, debe incluir
un programa paralelo de inducción y capacitación en
todos los niveles, con la finalidad de que los miembros
de ella se introduzcan en las implicaciones del proce-
so planificatorio y adquieran el compromiso de
adherirse a sus exigencias.
Conclusiones
La planeación por escenarios es un enfoque teórico
que viene a fortalecer a las teorías tradicionales que
sobre planeación estratégica se han venido presen-
tando en las últimas décadas.
En esta teoría se destacan algunos de los aspectos
que han sido omitidos u olvidados por los teóricos de la
planeación, ya sea por considerarlos sobreentendidos o
por considerar que las empresas u organismos ya han
dado ese paso al establecer de manera estatutaria el
“perfil de empresa” que desean desarrollar.
Cualesquiera que sean las razones de tal olvido u
omisión, permiten que los planificadores sólo atiendan
una parte del proceso de planeación. Como hemos visto,
el determinar un escenario permite situar a los planifi-
cadores en un plano de comprensión más amplio, ya
que éste los ubica dentro del proceso y les permite com-
prender los alcances del proyecto que tengan en manos.
Es importante entender que la planificación por
escenarios no choca o contradice a otras teorías o for-
mas de planificación, sino que las complementa y, al
hacerlo, permite comprender esta función directiva de
una manera más adecuada.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 27-37
33
La competitividad económica de los países es uno de
los factores más importantes que ha dado lugar a una
mayor exigencia de calidad por parte de los ciudadanos
en relación a los procesos productivos y a la prestación
de servicios, entre ellos el de la educación. Adicio-
nalmente, las políticas nacionales de educación, así
como el contexto internacional globalizado, han pro-
movido una creciente necesidad de evaluar los resulta-
dos que las universidades tienen con la finalidad de con-
tar con una adecuada rendición de cuentas para la
sociedad en la que se encuentran inmersas.
En el ámbito de la educación, la evaluación ha ocu-
pado tradicionalmente un lugar destacado, aunque
adoptando generalmente otras denominaciones (exa-
men, calificación, certificación) y centrándose en la valo-
ración de los aprendizajes logrados por los alumnos.
Desde este punto de vista puede afirmarse que su cre-
ciente utilización no ha constituido una novedad radical
para los educadores. Sin embargo, sí resultan nuevos
su uso sistemático y su aplicación a otras parcelas de la
realidad educativa tales como la concepción y el desa-
rrollo del currículo, el profesorado, los centros docentes
(institución) o la propia administración. Así, la eva-
luación se encuentra actualmente en el centro del
debate educativo, tras ampliar considerablemente su
perspectiva y su campo de aplicación.1
El trabajo de los evaluadores está encaminado a
emitir juicios de valor acerca de una realidad determina-
da, basándose para ello en una información relevante
recogida y tratada de manera sistemática. Pero lo
interesante de la evaluación no es sólo la emisión de
juicios o la aportación de elementos para la toma de
decisiones, sino también contribuir a mejorar el
conocimiento de los procesos educativos suministrando
información relevante y elementos de reflexión acerca
de la misma, tratando de movilizar voluntades con sen-
tido de la oportunidad e incluso de la intuición que con-
lleve a la capacidad de negociar acciones de mejora
continua en beneficio de las instituciones.
Tiana Ferrer,2 señala que la evaluación puede tener
varias aportaciones destacadas
1. Sensibilizar a una comunidad acerca de la exis-
tencia de determinados problemas o de las carac-
34
Una propuesta de indi-
cadores para un modelo de
autoevaluación institucional
Teresa García López*, Adrián Martínez González*Milagros Cano Flores*
* Investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las
Ciencias Administrativas de la Universidad Veracruzana.
1 Alejandro Tiana Ferrer, Tratamiento y usos de la información en evaluación,
Programa Evaluación de la Calidad de la Educación, Documento 5, O.E.I,
Universidad Nacional de Educación a Distancia, España, 1996.
2 Tiana Ferrer, op. cit., p. 14.
terísticas que los mismos presentan en un
momento dado.
2. Movilizar la conciencia social en torno a ciertos
asuntos de interés general.
3. Poner de manifiesto la ineficacia de ciertas prác-
ticas o enfoques por más extendidas y
arraigadas que se encuentren.
4. Arrojar luz acerca del impacto real de determi-
nadas actuaciones o políticas más allá de la
propaganda difundida sobre las mismas.
La calidad de la educación es un concepto asociado
con procesos de evaluación. W. Edwards Deming (en
su obra “Calidad, productividad y competitividad, la
salida de la crisis”) hace más de tres décadas, señala-
ba ya que la calidad es una vía para la productividad,
y que ésta, a su vez, permitía mantener una posición
competitiva firme. El día de hoy, hablar de competitivi-
dad es hablar realmente de sobrevivencia.
Las incursiones en el territorio de la calidad tienen
un cómplice inevitable y valioso: la evaluación. Es el par
conceptual y procedimental que tantas veces es mime-
tizado bajo una falsa única identidad. La calidad es
aspiración, búsqueda, objetivo, referente... Evaluación
es: conocimiento, datos, certeza, fiabilidad…3
El autor destaca el conocimiento como apoyo básico
para el desarrollo conceptual de la evaluación y subraya:
a) El conocimiento es recurso esencial para los
planes de mejora.
b) El conocimiento debe ser resultado de un sis-
temático análisis de la realidad, más allá de una
subjetiva y personal percepción.
De acuerdo con Salvador Blanco, las líneas rela-
cionadas con la evaluación institucional universitaria
que se vienen dando en Europa y América Latina,4
señalan:
Modelos utilizados en universidades sostenidas con
fondos públicos. Los cuales combinan la autorregu-
lación o autoevaluación a través de comités internos,
con el contraste mediante la evaluación externa
(pares) y tienen como objetivos fundamentales: la ren-
dición de cuentas y la mejora de la calidad de la edu-
cación como servicio público. Hay una tendencia a
pasar de modelos centrados en la mejora a modelos
basados en el control para la acreditación, general-
mente mediante el uso de indicadores.
Modelos utilizados por universidades sufragadas por
entidades privadas. Los modelos más utilizados son
de calidad total que utilizan la autoevaluación, los indi-
cadores de calidad y los proyectos de mejora en el
contexto del plan específico de calidad. La evaluación
institucional se complementa con la evaluación per-
sonal del profesorado. Los objetivos fundamentales
son la satisfacción de los clientes y la mejora.
El autor antes mencionado comenta que la evalu-
ación institucional universitaria responde a tres mode-
los generales, los cuales identifica como:
1. Modelo inglés: es el ejemplo típico del Estado
evaluador con objetivos claros de control y vin-
culación con la financiación de las universi-
dades. Los modelos de evaluación se basan
fundamentalmente en indicadores y en evalua-
ciones externas que pueden propiciar rankings
entre universidades. La utilización de indi-
cadores –considerados como datos cuantita-
tivos que muestran el nivel de logro de un obje-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
35
3 Miguel López Mojarro, A la calidad por la evaluación, Praxis, Barcelona,
2002, p. 12.
4 Laurentino Salvador Blanco, “Evaluación institucional universitaria en
Europa y América Latina”, Revista Española de Pedagogía, núm. 208,
septiembre-diciembre, 1997, pp. 429-444.
tivo institucional– plantea algunos problemas de
adecuación ya que hay bastantes objetivos insti-
tucionales de difícil cuantificación y su logro
debe ser comprobado por otras vías.
2. Modelo francés: en este caso no hay una
dependencia gubernamental sino más bien
directa del Presidente de la República que nom-
bra a los miembros del Comité Nacional de
Evaluación (CNE). Las universidades solicitan
su evaluación y el CNE designa a evaluadores
externos que elaboran un informe. No hay con-
secuencias económicas, salvo para contratos
con el gobierno.
3. Modelo holandés: tiene como objetivo la mejo-
ra de la calidad a través de procesos de
autorregulación que combinan autoevaluación
y evaluación por expertos externos. Es el mo-
delo más difundido en Europa y en A m é r i c a
Latina, lógicamente con las particularidades de
cada país e incluso, de cada universidad. No es
extraño que este modelo sea el de mayor
difusión al propiciar la complementariedad de lo
formativo y lo sumativo, la mejora y el control,
la autonomía y la evaluación externa, etcétera.
En general se podría decir que en estos mode-
los se desgaja la financiación, mediante la elabo-
ración de planes estratégicos como plataforma
de diálogo entre administradores universitarios
y políticos, de la calidad centrada en proyectos
y estrategias de mejora. “Un modelo no es la
realidad, sino su preámbulo. Un modelo es
efímero y tan sólo esbozo, anticipo, guión. Pero
el modelo posee un privilegio: diferenciar lo
improvisado de lo reflexionado. Y esto es un
privilegio de calidad”.5
Por otra parte, “en la evaluación de los aprendizajes se
miden los logros de los alumnos (exámenes) y se
cuantifican documentalmente (calificaciones). En la
evaluación de una institución, lo que se mide son sus
logros y fracasos”.6 Independientemente del modelo
usado, para evaluar requerimos de indicadores que
permitan el control de los resultados de dicha evalu-
ación. Entendiendo como indicador aquel aspecto
observable que nos aporta información fiable y esen-
cial del objetivo de la evaluación. El indicador es el fac-
tor de éxito de una buena observación. Merece la pena
dedicar el tiempo necesario para reflexionar y definir
claramente los indicadores, antes de proceder a las
tareas de recolección de datos.7
En este documento se proponen indicadores para
un modelo de autoevaluación8 institucional de posgra-
do con el fin de diagnosticar la situación y el compor-
tamiento de cada programa en un lapso de tiempo,
ofreciendo información relevante a los actores del sis-
tema educativo que permita sugerir acciones de mejo-
ra continua y orientar la toma de decisiones para la
operación del mismo. Específicamente, se pretende:
a) desarrollar estrategias, elementos, indicadores e
instrumentos para generar información acerca de la
situación de la institución; b) generar información que
permita evaluar y formular estrategias de desarrollo
institucional y c) a partir de la información producida,
proponer alternativas para el mejoramiento institu-
cional e identificar a través de ellos, indicadores de
una evaluación institucional integral.
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
36
5 López Mojarro, op. cit., p. 11.
6 Ibidem, p. 21.
7 Ibidem, p. 31.
8 Se considera autoevaluación, ya que es un proceso cuya planificación, orga-
nización, ejecución y supervisión está a cargo de las personas comprometi-
das con el programa y persigue dos propósitos centrales: 1) identificar los
problemas, dificultades, aciertos y logros de un programa y 2) proponer
correctivos y comprometerse en la revisión y ajuste para garantizar un pro-
ceso permanente de mejoramiento cualitativo del programa. (Víctor Cruz
Cardona, Guía de Autoevaluación, Ediciones A U I P, Madrid, 1995, p. 11 ) .
1. Características del modelo
La importancia de una educación de calidad en México
es innegable, considerando que el Programa Nacional
de Educación 2001-2006 señala que: los problemas y
retos que hoy enfrenta la educación superior en México
se concentran en tres vertientes principales: a) el acce -
so, la equidad y la cobertura; b) la calidad y c) la inte -
gración, coordinación y gestión del sistema de edu -
cación superior. En correspondencia con lo anterior, l o s
objetivos estratégicos de dicho programa en lo corres-
pondiente a la educación superior son: a) ampliación de
la cobertura con equidad; b) educación superior de
buena calidad y c) integración, coordinación y gestión
del sistema de educación superior.9
Con relación al objetivo de educación superior de
buena calidad, el citado Programa señala a la evalua-
ción como una de las políticas que buscan mejorar la
calidad del sistema de educación superior y de los pro-
gramas educativos que en él se ofrecen, al estipular
que: se fomentarán los procesos de evaluación institu -
cional y de evaluación externa, y se alentará la acredi -
tación de programas educativos con el fin de propiciar
la mejora continua y el aseguramiento de la calidad.
La Universidad Veracruzana, por su parte, en su
Plan General de Desarrollo 1997-2005 señala como
parte de las bases para la transformación institucional:
el fomento de la calidad y de la pertinencia social de los
programas académicos. Asimismo, en su Programa de
Trabajo 2001-2005: Consolidación y Proyección en el
Siglo XXI: Hacia un paradigma universitario alternativo,
define como una de sus doce líneas de acción la de
modernización, simplificación y mejoramiento de la efi -
ciencia del sistema de planeación, gestión, adminis -
tración y evaluación institucional.1 0
En este punto, es pertinente señalar lo que mani-
fiesta Arbós Bertran,11 acerca de un nuevo paradigma
evaluativo emergente que se refleje en los siguientes
principios:
a) Primacía de las finalidades, es decir, la necesidad
de conseguir los objetivos propuestos. Este princi-
pio nos lleva a pasar de una lógica centrada en los
inputs –r e c u r s o s– a una lógica centrada en los
resultados y en los procesos que los producen.
b) Principio de imputabilidad, es decir, de demandar
responsabilidades. Se exige que las instituciones
educativas y el sistema educativo en conjunto, dé
cuenta a la sociedad de su eficacia y efectividad.
Por eso, debe procurarse, en todos los niveles
del sistema educativo, que la evaluación interna
vaya asociada con la evaluación externa.
c) Principio de subsidiariedad. Ha de procurarse
que las decisiones se tomen en el mismo nivel
en que deban aplicarse o, al menos, que en ellas
participen los actores educativos. Este es un
principio fundamental en el modelo sistémico.
d) Principios de autoorganización y autodesarrollo, es
d e c i r, de autonomía de funcionamiento de las insti-
tuciones y organizaciones. Cada institución educa-
tiva, cada organización educadora, debe ser un
núcleo fundamental de reflexión y de innovación
educativas. La reflexión a través de la evaluación
debe estar al servicio de la calidad educativa.
Sería necesario agregar el principio de flexibilidad y
aprendizaje significativo; es decir, verificar que el pro-
grama proporcione al alumno la facilidad de crear su
propia currícula y que ésta lo impacte con un apren-
dizaje de mejora permanente o de por vida.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
37
9 Programa Nacional de Educación 2001-2006 en www.uv.mx/dgada/direc-
cion/direccion.htm, pp. 188, 199 y 204.
10 www.uv.mx/posgrado.
11 Albert Arbós Bertran, “Hacia un modelo de evaluación del sistema
educativo”, OEI, Revista Iberoamericana de Educación, Universidad
Internacional de Catalunya, Barcelona, p. 2.
La calidad se refiere entonces no sólo a la mejora
en la eficiencia y/o la eficacia en los resultados
obtenidos, ya que no interesa solamente contar con
mejores egresados, productos de investigación o de
difusión y extensión de la cultura, sino también que
cada uno de ellos esté acorde con el proyecto de edu-
cación institucional, nacional y por supuesto al proyec-
to del tipo de país que se requiere de acuerdo con los
planes de desarrollo establecidos.
En este documento interesa comentar las característi-
cas que identifican al modelo y cómo, de acuerdo a ellas,
ha sido posible definir los indicadores que permitirán valo-
rar la situación del programa de posgrado en estudio,
además de algunos de los problemas a los que se tuvo que
hacer frente durante la realización del mismo y las venta-
jas que tiene crear una cultura de evaluación y seguimien-
to del trabajo académico en la comunidad universitaria.
Es necesario mencionar que, como un
antecedente de este trabajo, se realizó un estudio
preliminar acerca de la situación de la evaluación
en los posgrados de la Universidad Ve r a c r u z a n a1 2
y se encontró que, a pesar de las acciones que se
vienen desarrollando por las autoridades universi-
tarias en esta materia, el nivel más bajo de la
estructura organizacional y que representa la base
del quehacer académico, aún no ha podido partici-
par activamente en los procesos del cambio institu-
cional. Sin embargo, en el estudio efectuado se
encontró también que existe un interés manifiesto
por parte de la mayoría de los académicos a adop-
tar actitudes de compromiso, siempre y cuando se
les haga partícipe de los trabajos de planeación,
evaluación y seguimiento que se emprendan para
los programas educativos.
Adicionalmente, en el estudio antes mencionado,
se detectó la ausencia de un modelo de evaluación
institucional, lo cual constituye el origen de la pro-
puesta conceptual que se detalla a continuación.
2. Fundamentación del modelo
La práctica de los procesos de autoevaluación institu-
cional se visualiza como alternativa para conocer la
realidad y transformarla como medio para lograr el
mejoramiento continuo de las instituciones de
cualquier tipo, así como de sus integrantes.
La autoevaluación ya sea individual o colectiva,
constituye un acto consciente de apreciación y de valo-
ración de las actividades de cualquier naturaleza. La
autoevaluación en el campo institucional educativo,
está relacionada con mecanismos orientados a identi-
ficar, conocer y analizar los elementos fundamentales
de un sistema educativo, que determinan y afectan el
desempeño y resultado de los procesos institucionales
(ver Figura 1).
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
38
ÓEGRESADOS
ÓPROFESORES
ÓALUMNOS
& PLAN DE ESTUDIOS
:INVESTIGACIÓN
:D
IFUSIÓ
N:EX
TEN
SIÓ
N
ENTORNO ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL
ÓADMINISTRACIÓN
EVALUACIÓN EXTERNA
POLÍTICA EDUCATIVA NACIONAL
POLÍTICA EDUCATIVA INSTITUCIONAL
IMPACTO SOCIAL
Figura 1. Sistema Educativo de Posgrado
12 Véase: Teresa García López, Milagros Cano Flores y Adrián Martínez
González, “La evaluación en los posgrados de la Universidad
Veracruzana”, Ciencia Administrativa, núm. 2, IIESCA_UV, Xalapa,
2002, p. 217.
Es por ello que la autoevaluación del proceso educacional
se entiende como una forma tanto de retroalimentación
como de control del trabajo institucional, constituyendo un
requisito esencial para el proceso de toma o adopción de
decisiones, orientado éste a la mejora de la práctica
docente así como al incremento de la calidad de la edu-
cación impartida y de los resultados obtenidos.
El Modelo de Autoevaluación Institucional pro-
puesto está visualizado desde la perspectiva de una
institución de educación superior en el nivel de estu-
dios de posgrado, y comprende dos campos o ámbitos
de aplicación: a) funciones institucionales y b) admin-
istración institucional.
Las funciones institucionales se refieren a las fun-
ciones sustantivas de: docencia, investigación, difu-
sión y extensión y la administración institucional a las
funciones y actividades inherentes a la planeación,
organización, integración, dirección y control, tanto de
las acciones de naturaleza académica como adminis-
trativas. (Ver Tabla 1).
Tabla 1.
Ámbitos de Aplicación del Modelo de
Autoevaluación Institucional
AUTOEVALUACIÓN INSTITUCIONAL
FUNCIONES ADMINISTRACIÓN
INSTITUCIONALES INSTITUCIONAL
Docencia Planeación
Investigación Organización
Difusión Integración
Extensión Dirección
Control
La búsqueda de la excelencia directiva para lograr la
productividad dentro de las organizaciones, va más allá
de establecer la simple o compleja relación de princi-
pios o normas de carácter operativo. Las organiza-
ciones, como entidades vivientes, requieren de una
base de sustentación que tenga mayor sentido
humanístico que el que hasta ahora se ha observado,
de mayor profundidad en la comprensión del espíritu
humano y de los móviles de las actitudes de las per-
sonas. Por ello, es necesario que dentro de las organi-
zaciones de naturaleza educativa se introduzcan, a
través del convencimiento y la convicción, principios
filosóficos que le den vida a las relaciones entre sus
miembros, y a estos, en sus relaciones con los demás.
Derivada de la fundamentación teórica sobre la
cultura de calidad y asumida por las categorías axio-
lógicas y teórico-técnicas en las cuales se aprecian las
relaciones educativas, la propuesta se basa en los
siguientes principios de naturaleza conceptual y que
pretenden normar su funcionamiento:
1. Evaluación consensual, asumida y desarrollada
por los integrantes de la institución educativa.
2. Orientación al conocimiento de la realidad para
su transformación.
3. Metodología formal, conforme a una estrategia
general de acción académica.
4. Valoración permanente de la institución como
un todo organizado.
5. Criterios de valoración definidos por los propios
actores de la entidad académica.
6. Valoración orientada con un sentido integral.
7. Contempla la propia transformación de la insti-
tución así como su injerencia en la colectividad
misma.
8. Estudio basado en la evaluación diagnóstica.
9 . Operación general de los procesos evaluativos
mediante la formalización de un comité nombrado
por los propios actores de la entidad educativa.
10. Sustentado en un sistema de información
automatizado que simplifique el proceso de
valoración.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
39
3. Propuesta de proceso metodológico
Para su desarrollo, el Modelo de A u t o e v a l u a c i ó n
Institucional requiere de cinco etapas: planeación,
obtención de información, evaluación, presentación de
resultados, estrategias de mejora y seguimiento. Con
la finalidad de probar la factibilidad del modelo pro-
puesto con relación a los elementos de valoración, se
decidió abordar como una primera etapa, la realización
de una serie de actividades (que se muestran en la
figura 2) para dar inicio al proceso de autoevaluación.
Cada uno de ellas se describe más adelante.
Análisis de factores exógenos. Mediante una revisión
documental, se determinaron los siguientes elementos
para el proceso de autoevaluación, considerando que
la entidad educativa se encuentra participando en el
Programa Institucional de Fortalecimiento para el
Posgrado (PIFOP).
1. Periodo de tiempo que tiene en funcionamien-
to la institución y el programa de posgrado.
2. Objetivo de la institución y del programa.
3. Pertenencia y permanencia en algún programa
de excelencia.
4. Procesos de evaluación a los que ha sido
sometido.
5. Recomendaciones recibidas en los procesos
evaluativos.
6. Recursos humanos con los que cuenta la insti-
tución y el programa.
7. Perfil de profesores: grados, pertenencia al
Sistema Nacional de Investigadores,
Programa de Mejoramiento al Profesorado,
reconocimientos, etcétera.
8. Eficiencia terminal del programa (tasa de
retención y tasa de titulación).
9. Seguimiento de egresados.
10. Número de generaciones y crecimiento de la
matrícula.
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
40
Analizarfactores
exógenosDeterminar
elementos y sus valores
Definirniveles de valoración
Conceptualizarindicadores
DeterminarIndicadores
por elemento
Identificarfuentes de
información
Diseñar yprobar
instrumentos
Recopilación de información
Analizar factores
endógenos (académicos)
EVALUACIÓN
Analizarfactores
exógenosDeterminar
elementos y sus valores
Definirniveles de valoración
Conceptualizarindicadores
DeterminarIndicadores
por elemento
Identificarfuentes de
información
Diseñar yprobar
instrumentos
Recopilación de información
Analizar factores
endógenos (académicos)
EVALUACIÓN
Figura 2. Propuesta de proceso metodológico
11. Líneas de investigación y relación con el pos-
grado.
12. Cuerpos académicos.
13. Forma de trabajo de líneas de investigación.
14. Características del plan de estudios (flexibili-
dad, relación con líneas de investigación, for-
mas de trabajo que lo distingan, etcétera).
15. Tiempo de dedicación de los estudiantes al
programa.
16. Número de becados y fuente de las becas.
17. Financiamiento a proyectos de investigación
de académicos y de alumnos.
18. Características del proceso de selección de
alumnos (procedimientos y requisitos).
19. Formas de divulgación del Programa.
20. Instalaciones y recursos informáticos.
21. Publicaciones de alumnos.
22. Participación de alumnos en proyectos de
investigación.
23. Competencia del programa en la región.
24. Lugar de procedencia de estudiantes
25. Características de las instalaciones (estu-
diantes del programa y usuarios totales).
26. Acervo bibliográfico, convenios y número de
ejemplares así como sus características
27. Importancia de trabajos de investigación de
alumnos a nivel nacional e internacional y
de impacto social.
28. Pertenencia a asociaciones científicas de pro-
fesores y de alumnos.
29. Antigüedad de la planta docente.
Análisis de factores endógenos (académicos). Con
base en el análisis de los factores exógenos que
impactan al programa educativo así como de los obje-
tivos de creación del mismo, se elaboró una ficha para
recopilar información acerca de la opinión de los
académicos de los elementos que deberían ser con-
siderados para la autoevaluación institucional así
como la ponderación que debería ser asignada a cada
uno de ellos de acuerdo con la importancia que otor-
gaban a cada elemento.
Determinación de elementos y sus valores. de
acuerdo a las dos actividades previas se definieron los
siguientes elementos para el proceso de autoevalu-
ación así como sus valores asignados, como se mues-
tra en la tabla 2.
• ALUMNOS: aspectos atribuibles directamente al
estudiante, que lo diferencien de otros alumnos
de posgrado y aseguren su calidad.
• EGRESADOS: impacto social del egresado con
relación a su ámbito laboral, generado por su for-
mación académica de posgrado.
• PROFESORES: producción académica y caracterís-
ticas individuales de formación profesional de los
profesores.
• PLAN DE ESTUDIOS: características propias del cu-
rrículo del programa de posgrado que permitan
asegurar su excelencia.
• INVESTIGACIÓN: productos del trabajo de investi-
gación que incidan en el desarrollo del entorno
institucional.
• DIFUSIÓN Y E X T E N S I Ó N: actividades realizadas
para dar a conocer los resultados del trabajo
académico y de investigación, así como acciones
de vinculación.
• ADMINISTRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN: elementos del
proceso administrativo inherentes al estableci-
miento de un clima organizacional acorde con la
excelencia de una institución de investigación y
estudios superiores.
• ENTORNO INSTITUCIONAL: imagen y prestigio insti-
tucional a través de presencia profesional y
social de los egresados del programa.
• EVALUACIÓN: acciones permanentes establecidas
para señalar aciertos, carencias y deficiencias de
la institución para el logro de la mejora continua.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
41
Tabla 2. Valores asignados a cada elemento
ELEMENTO PUNTOS PONDERACIÓN
ALUMNOS 10 10 %
EGRESADOS 10 15 %
PROFESORES 10 16 %
PLAN DE ESTUDIOS 10 14 %
INVESTIGACIÓN 10 16 %
DIFUSIÓN Y EXTENSIÓN 10 8 %
ADMINISTRACIÓN
DE LAINSTITUCIÓN 10 10 %
ENTORNO INSTITUCIONAL 10 5.5 %
EVALUACIÓN 10 5.5 %
TOTAL 90 100 %
Determinación de indicadores por elemento: una vez
definidos los elementos de valoración, se procedió a
determinar los indicadores para cada uno de ellos
quedando de la siguiente manera:
Tabla 3. Indicadores
por elemento de valoración
ELEMENTO INDICADORES
1. ALUMNOS 1.1. Admisión
1.2. Procedencia
1.3. Experiencia
1.4. Reconocimientos
1.5. Desempeño
2. EGRESADOS 2.1. Desempeño
2.2. Permanencia
2.3. Perfil
2.4. Aprendizaje significativo
2.5. Reconocimientos
3. PROFESORES 3.1. Experiencia
3.2. Selección
3.3. Producción científica
3.4. Dedicación
3.5. Reconocimientos
3.6. Grado académico
3.7. Intercambios
3.8. Formación
4. PLAN DE ESTUDIOS 4.1. Fundamentación
4.2. Objetivos
4.3. Contenidos
4.4. Metodología
4.5. Sistema
4.6. Flexibilidad
4.7. Actualización y registro
4.8. Investigación
4.9. Recursos
4.10. Plan de operación
4.11. Evaluación
5. INVESTIGACIÓN 5.1. Plan de operación
5.2. Comunicación
5.3. Colaboración
5.4. Divulgación
5.5. Financiamiento
5.6. Líneas de investigación
5.7. Recursos
6. DIFUSIÓN Y EXTENSIÓN 6.1. Plan de operación
6.2. Relaciones
6.3. Apoyos sociales
6.4. Publicaciones
7. ADMINISTRACIÓN
DE LA INSTITUCIÓN 7.1. Planeación
7.2. Organización
7.3. Integración
7.4. Dirección
7.5. Control
7.6. Recursos
8. ENTORNO
INSTITUCIONAL 8.1. Seguimiento de egresados
8.2. Prestigio
9. EVALUACIÓN 9.1. Estrategias
9.2. Evaluación interna
9.3. Evaluación externa
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
42
Conceptualización de indicadores.A partir de esta fase
se decidió implementar el proceso mediante la evalua-
ción del elemento ALUMNOS en una institución educa-
tiva de posgrado. El puntaje total asignado a este ele-
mento es de 10 puntos (ver tabla 2) los cuales se dis-
tribuyeron uniformemente entre los cinco indicadores
que lo conformaron, quedando cada uno de ellos con
un valor de 2 puntos.
Los indicadores de dicho elemento: a d m i s i ó n ,
procedencia, experiencia, reconocimiento y desem -
peño, se conceptualizaron de la siguiente manera:
• Admisión: calificación promedio del nivel de pre-
grado (promedio de licenciatura) y de la califi-
cación obtenida en sus pruebas de admisión.
• Procedencia: calidad y prestigio de la universidad
de procedencia del estudiante de acuerdo con el
Padrón de Excelencia de Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología (CONACYT).
• Experiencia: Los factores de valoración serán los
años de experiencia laboral relacionados con su
formación profesional.
• Reconocimientos: becas, reconocimientos aca-
démicos, publicaciones e intercambios obtenidos
al ingreso al programa y durante su estancia en
el mismo.
• D e s e m p e ñ o: promedio de calificaciones obtenido
hasta el momento en el que se realiza la valoración.
Definición de niveles de valoración: se definió una
escala de valores para cada uno de los indicadores, lo
cual permitió establecer los atributos y determinar las
fuentes de información a las cuales se recurriría para
la obtención de la misma.
1.1. Admisión: calificación promedio del nivel de pre -
grado (promedio de licenciatura) y de la calificación
obtenida en sus pruebas de admisión
Escala de Calificación Descripción: Admisión
valoración
Inexistente 0 El promedio de las calificaciones de
la licenciatura y del examen de
admisión es menor a 7.
Pobre 1 El promedio de las calificaciones de
la licenciatura y del examen de
admisión es entre 7 y 7.5.
Regular 2 El promedio de las calificaciones de
la licenciatura y del examen de
admisión es mayor que 7.5 y menor
o igual a 8.
Buena 3 El promedio de las calificaciones de
la licenciatura y del examen de
admisión es mayor a 8 y menor o
igual a 8.5.
Muy buena 4 El promedio de las calificaciones de
la licenciatura y del examen de
admisión es mayor a 8.5 y menor o
igual a 9.
Excelente 5 El promedio de las calificaciones de
la licenciatura y del examen de
admisión es mayor a 9.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
43
ALUMNOS (10)
Admisión (2) Procedencia (2) Experienci a (2) Reconocimientos (2)
Desempeño (2)
ALUMNOS (10)
Admisión (2) Procedencia (2) Experienci a (2) Reconocimientos (2)
Desempeño (2)
Figura 3. Elemento alumno y sus indicadores
1.2. Procedencia: calidad y prestigio de la universidad
de procedencia del estudiante de acuerdo con el
Padrón de Excelencia de CONACYT.
Escala de Calificación Descripción: Procedencia
valoración
Inexistente 0 No aplica
Pobre 1 El estudiante procede de alguna
universidad local sin presencia
social significativa.
Regular 2 El estudiante procede de alguna de
las licenciaturas ofrecidas por uni-
versidades del ámbito local con
reconocimiento social.
Buena 3 El estudiante procede de alguna de
las licenciaturas ofrecidas por uni-
versidades del ámbito estatal con
reconocimiento social.
Muy buena 4 El estudiante procede de alguna de
las licenciaturas de universidades
certificadas a nivel nacional en el
Padróan Nacional de Posgrado o
por algún otro organismo.
Excelente 5 El estudiante procede de alguna
licenciatura de universidades
estatales o nacionales certificadas
en el Padrón de Excelencia CONACYT.
1.3. Experiencia: Los factores de valoración serán los
años de experiencia laboral relacionadas con su for -
mación profesional.
Escala de Calificación Descripción: Experiencia
valoración profesional
Inexistente 0 El estudiante al ingresar al progra-
ma no tiene ninguna experiencia
profesional.
Pobre 1 El estudiante cuenta con un año de
experiencia en cualquier ramo.
Regular 2 El estudiante cuenta con hasta tres
años de experiencia en áreas afines
a su formación profesional.
Buena 3 El estudiante cuenta con hasta cua-
tro años de experiencia en áreas
afines a su formación profesional.
Muy buena 4 El estudiante cuenta con hasta
cinco años de experiencia en áreas
afines a su formación profesional.
Excelente 5 El estudiante tiene más de cinco
años de experiencia en áreas afines
a su formación profesional.
1.4. Reconocimientos: becas, reconocimientos
académicos, publicaciones e intercambios obtenidos al
ingreso al programa y durante su estancia en el mismo.
Escala de Calificación Descripción: Reconocimientos
valoración
Inexistente 0 El estudiante no cuenta con: beca,
reconocimiento, intercambios esco-
lares, ni publicaciones.
Pobre 1 El estudiante cuenta con beca UV,
CONACYT o equivalentes (dada en
función de su rendimiento escolar) o
con publicaciones locales.
Regular 2 El estudiante cuenta con un inter-
cambio escolar nacional (convenio
con instituciones) o con una publi-
cación estatal.
Buena 3 El estudiante cuenta con un
reconocimiento académico estatal o
con una publicación nacional.
Muy buena 4 El estudiante cuenta con un inter-
cambio escolar internacional o
reconocimiento académico nacional
o publicación internacional.
Excelente 5 El estudiante cuenta con dos o más
registros de los siguientes elemen-
tos: becas, reconocimientos aca-
démicos, publicaciones o intercam-
bios escolares.
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
44
1.5. Desempeño: promedio de calificaciones obtenido
hasta el momento en el que se realiza la valoración.
Escala de Calificación Descripción: Dedicación
valoración
Inexistente 0 Su promedio de calificaciones es 7.
Pobre 1 Su promedio de calificaciones se
encuentra entre 7 y 7.5.
Regular 2 Su promedio de calificaciones es
mayor a 7.5 y menor o igual a 8.
Buena 3 Su promedio de calificaciones es
mayor a 8 y menor o igual a 8.5.
Muy buena 4 Su promedio de calificaciones es
mayor a 8.5 y menor o igual a 9.
Excelente 5 Su promedio de calificaciones es
mayor de nueve.
Determinación de fuentes de información: con los
atributos definidos a través de la conceptualización de
indicadores y de su valoración se identificaron las
fuentes de información a las que habría que recurrir
para obtenerla. En la figura 4 se muestra el ejemplo
que nos ocupa para el indicador Admisión.
Tabla 4. Escala de valoración
Diseño y prueba de instrumento: En algunos casos la
información que se requería para las valoraciones se
encontraba dispersa, motivo por el cual fue necesario
diseñar instrumentos que permitieran concentrarla y
que además sirvan posteriormente para facilitar la cap-
tura de la información mediante la computadora.
Recopilación de información: Con las fuentes de infor-
mación definidas a través del proceso previo, se soli-
citó de manera formal los datos de los alumnos de la
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
45
Figura 4. Relación: instrumento-atributo-indicador-calificación para el indicador de admisión.
?Cédula del alumno de posgrado
Promedio depregrado
Promedio? Listado de
resultados de la evaluación para ingreso al programa
INSTRUMENTO ATRIBUTO INDICADOR
Calificación en el examen de admisión
CALIFICACIÓN
Cero: inexistente
Uno: pobre
Dos: regular
Tres: bueno
Cuatro: muy bueno
Cinco excelente
?Cédula del alumno de posgrado
Promedio depregrado
Promedio? Listado de
resultados de la evaluación para ingreso al programa
INSTRUMENTO ATRIBUTO INDICADOR
Calificación en el examen de admisión
CALIFICACIÓN
Cero: inexistente
Uno: pobre
Dos: regular
Tres: bueno
Cuatro: muy bueno
Cinco excelente
Excelente
Muy buena
Buena
Regular
Pobre
Inexistente
Escala de valoración
4.1-5
3.1-4
2.1-3
1.1-2
.1-1
0
Rangos de calificación
Excelente
Muy buena
Buena
Regular
Pobre
Inexistente
Escala de valoración
4.1-5
3.1-4
2.1-3
1.1-2
.1-1
0
Rangos de calificación
INSTRUMENTO ATRIBUTO INDICADOR CALIFICACIÓN
Cero: inexistenteUno: pobreDos: regularTres: buenoCuatro: muy buenoCinco: excelente
entidad académica en estudio, solamente para el ele-
mento alumnos.
Evaluación: Comprende el proceso de valoración efec-
tuado, mismo que a continuación se describe con
relación al indicador Admisión.
El número total de alumnos ascendió a veintitrés,
la calificación máxima que podía obtenerse era de 115
(5x23) y los resultados obtenidos fueron de 72.
Mediante regla de tres, se encontró que:
Número de alumnos = 23
Calificación máxima: 5 x 23 = 115
Resultados obtenidos = 72
115 corresponden a 5 puntos
72 corresponden a 3.13 puntos
Escala de valoración: Muy bueno (ver tabla 4)
De la misma manera fueron obtenidas las escalas de
valoración para cada uno de los indicadores del ele-
mento alumnos resultando:
Indicador Rango Calificación
Experiencia Bueno 2.56
Procedencia Muy bueno 4.0
Desempeño Muy bueno 3.7
Reconocimientos Bueno 2.52
Hasta este momento se tenía la información para valo-
rar y comparar los indicadores del elemento, pero
faltaba que dicha valoración se estableciera en la
escala seleccionada para los elementos, esto es, la de
10 puntos para cada elemento y dos puntos para cada
indicador del elemento alumnos.
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
46
3.132.56
43.7
2.52
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
3.5
4
4.5
5
Admisión Experiencia Procedencia Desempeño Reconocimientos
Obtenido Máximo
Puntos
Figura 5. Indicadores del elemento Alumnos
20 .4 .8 1.2 1.6
50 4321
EscalaElemento
EscalaIndicador
20 .4 .8 1.2 1.6
50 4321
EscalaElemento
EscalaIndicador
En este momento la pregunta fue ¿cuál es el valor
que corresponde en una escala de cero a dos a una
calificación 3.13 establecida en una escala de cero a
cinco para el indicador admisión?
Usando la fórmula matemática que se muestra se
obtuvieron los valores para cada indicador los cuales
sumados permitieron obtener el valor final para el ele-
mento Alumnos correspondiente a 6.4 de los 10 pun-
tos totales que podían haberse obtenido.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
47
20 .4 .8 1.2 1.6
50 4321
EscalaElemento
EscalaIndicador
Admisión
3.13
?20 .4 .8 1.2 1.6
50 4321
EscalaElemento
EscalaIndicador
Admisión
3.13
?
Figura 6. Evaluación del elemento Alumnos
6.4
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Alumnos
Obtenido Máximo
3.13
?
Conclusiones
Existe un consenso creciente acerca de la necesidad e
importancia no sólo de que la población joven de nues-
tro país tenga la oportunidad de asistir a la universidad,
sino además de que dicha institución incorpore eficaz-
mente los conocimientos y competencias generados,
para que sus egresados puedan desempeñarse y par-
ticipar en forma comprometida con la sociedad. Ello
conduce reflexionar acerca del cumplimiento de los
fines y objetivos de las instituciones de educación supe-
r i o r, respecto a la satisfacción de las necesidades reales
del entorno, de la comunidad en que se encuentran
inmersas en todos sus ámbitos: económico, político,
social, tecnológico, ético y cultural.
Asimismo, una de las funciones que se subraya y
destaca en todo centro educativo y que se encuentra
descrita en los objetivos de creación de nuestra máxi-
ma casa de estudios, es la vinculación universidad-
sociedad. Conocer el ámbito en el que se opera, servir
y atender las necesidades de la sociedad. ¿Cómo ha-
cerlo? Conociendo la realidad, para transformarla, a
través de la función educativa,
Por tanto, la propuesta que aquí se presenta se fun-
damenta en las siguientes premisas: a ) la evaluación es
vista como proceso de búsqueda de un conocimiento de
la realidad; b ) para ser fiable y eficaz, este conocimien-
to debe basarse en un análisis sistemático de dicha
realidad; c ) el conocimiento de la realidad incluye los
hechos, los procesos que los han generado y los fac-
tores que los han condicionado y d ) la evaluación es un
acto profesional con intención de mejora.
Es necesario mencionar algunos de los factores
que influyeron e impactaron en el diseño y prueba del
modelo propuesto y que deben ser considerados en la
realización de estudios similares:
1) Tiempo. La entidad educativa en estudio, pre-
sentaba un momento adecuado para iniciar la
prueba del modelo, debido a que concluía la
primera generación de un nuevo plan de estu-
dios.
2) Reconocimiento oficial. El nuevo plan se
encuentra inserto en el Programa de
Mejoramiento del Posgrado (PIFOP), por lo que
las autoridades universitarias han solicitado a
los directivos se realicen procesos evaluativos
del programa.
3) Involucramiento de los actores de la entidad
educativa. La petición de las autoridades uni-
versitarias dio lugar a que los directivos iniciaran
las primeras acciones de evaluación con
reuniones académicas, mismas que desper-
taron el interés de los docentes, actores primor-
diales del programa educativo.
4) Integración de una comisión como equipo de
evaluación. Del seno del Colegio de
Investigadores se designaron a los integrantes
de una comisión que tendrá a su cargo el
proyecto de valoración, atendiendo a criterios
como: a) conocimiento de la entidad a evaluar;
b) interés común en la mejora institucional; c)
antecedentes en actividades relacionadas con
la evaluación.
Por otra parte, es importante señalar algunas de las
fuentes de información utilizadas en el diseño y prue-
ba de este modelo, como son: los expedientes de los
alumnos, los kardex, los resultados de evaluación del
proceso de admisión, las cédulas de información, el
currículum vitae de cada alumno, así como las guías y
tablas de evaluación diseñadas. Las técnicas
empleadas consistieron en: estudios estadísticos, gru-
pos de discusión, hoja de cálculo electrónica, análisis
de sistemas, análisis de contenido, graficación y tabu-
laciones cruzadas.
Finalmente, es importante destacar que con este
modelo se pretende:
Una propuesta de indicadores para un modelo de autoevaluación institucional
48
a) Obtener una visión objetiva de la situación
general que guarda la institución y en particular
el programa educativo, desde el punto de vista
de su operación,
b) Detectar los errores o fallas en el desarrollo de
las actividades individuales y colectivas relati-
vas al cumplimiento de los objetivos y metas
establecidos, con el interés de corregir las defi-
ciencias presentadas.
c) Fortalecer los procesos de toma de decisiones
para el mejoramiento institucional.
d) Favorecer el desarrollo de las actividades de los
órganos colegiados, las autoridades, los fun-
cionarios y del personal académico, administra-
tivo, técnico y manual de la entidad.
e) Contribuir a mejorar las expectativas de los
planes y programas que institucionalmente se
determinen por la comunidad, proporcionando
evidencias del estado de cosas que prevalez-
can dentro de la institución.
f) Generar procesos y espacios de análisis y
reflexión por parte de los integrantes de la comu-
nidad académica.
Se concibe la integración de este modelo con la
inclusión de técnicas e instrumentos objetivos de
fácil aplicación y una orientación realista, que
faciliten el análisis y la ponderación del estado de
cosas que se observan. Es necesario subrayar que
la práctica y ejercicio de los procesos de autoevalua-
ción institucional se deben traducir en estrategias
reales de mejora, de crecimiento y desarrollo como
medios para lograr la eficacia y eficiencia institu-
c i o n a l e s .
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 38-53
49
En México, el Programa Nacional de Educación 2001-
2006 considera a la evaluación como un elemento deci-
sivo para mejorar la enseñanza y por ende el apren-
dizaje.1 Para la política educativa gubernamental, la
evaluación es una prioridad y una condición para mejo-
rar al sistema educativo. Así, se considera que las eva-
luaciones permanentes retroalimentarán y optimizarán
el desempeño de las instituciones formativas en gene-
ral. La Universidad Veracruzana (UV), como institución
de educación superior (IES), ha procurado en los últimos
años implementar y mantener permanentemente una
cultura institucional evaluativa como un factor para
mejorar sus servicios educativos.
Desde 1999, y en congruencia con lo anterior, la UV
ha propuesto e impulsado un modelo educativo que
atienda tanto las especificidades de esta universidad,
las transformaciones sociales de fines del siglo XX y
principios del X X I, así como los contextos locales,
regionales, nacionales e internacionales. La finalidad de
este modelo educativo es optimizar la preparación de
los profesionistas que egresen de nuestra Máxima Casa
de Estudios. Con ese modelo educativo, llamado
Modelo Educativo Integral Flexible (MEIF), se pretende
que los estudiantes universitarios posean mejores
conocimientos y desarrollen y apliquen un conjunto de
habilidades, actitudes, destrezas y valores humanistas.
Se subraya que el MEIF se fundamenta en el paradigma
constructivista de Jean Piaget.2
El periodo histórico actual se caracteriza, entre otros
aspectos, por un alto desarrollo tecnocientífico. Éste se
manifiesta a través de las nuevas tecnologías de la infor-
mación y la comunicación, la revolución biotecnológica y
los nuevos materiales, entre otras innovaciones.
Asimismo, la economía de la información, los procesos
globalizadores y la llamada sociedad de la información
son también fenómenos distintivos de este periodo.
En las transformaciones anteriores, la contribución
de las Matemáticas ha desempeñado una función
imprescindible y, quizá, casi imperceptible. La abstrac-
ción, la creatividad y la complejidad matemáticas han
participado directamente en estos cambios. Por lo que
respecta a la educación superior, la vinculación de las
IES con los sectores productivos implica la aplicación de
conocimientos nuevos, en muchos de los cuales se
incluyen los de tipo matemático. Así, las Matemáticas en
50
El enseñaje de lasMatemáticas: ModeloConductista versus ModeloEducativo Integral Flexible
Rafael G. Landgrave Becerril*
* Investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana.
1 Secretaría de Educación Pública (SEP), Programa Nacional de Educación
2001-2006, México, 2001, pp. 77-79. 2 Universidad Veracruzana, Nuevo Modelo Educativo , Xalapa, 1999.
el ámbito universitario poseen una relevancia consi-
derable, tanto dentro de la cátedra como fuera de ella.
En este artículo se aborda, de manera general, el
proceso de enseñanza-aprendizaje (o enseñaje)3 de
las Matemáticas en la UV y su respectiva evaluación,
desde la doble perspectiva que me ha brindado tanto
la enseñanza de las Matemáticas como la investi-
gación de este proceso educativo específico.
Enseñaje conductista versus MEIF
En la actualidad, la mayoría de las evaluaciones del
enseñaje en algunas de las licenciaturas de la UV se
caracteriza por tener una fundamentación conductista.
Así, es posible detectar un conflicto entre la propuesta
educativa del MEIF de esta IES –de tipo constructivista–
con el enseñaje efectuado –de tipo conductista–, tal
como se expondrá a continuación.
Como ya se mencionó, la propuesta de enseñaje para
las licenciaturas en las que opera el M E I F se fundamenta,
teórica y prácticamente, en el constructivismo de Piaget.
Para ubicar esta propuesta constructivista en el ámbito
institucional de la U V se identifican dos dimensiones:
1. La dimensión estructural-formal (o de propues-
ta). Ésta comprende un deber ser. Constituye el
aspecto deóntico educativo (el deber ser).
2. La dimensión procesal-práctica (o de acción).
Ésta comprende las actividades y los procesos
escolares dentro y fuera del aula como efectiva-
mente se realizan, independientemente de si se
apegan o no al nivel anterior. Constituye el
aspecto óntico educativo (lo que es).4
Las dimensiones referidas (estructural-formal y procesal-
práctica) necesariamente deben corresponderse para el
adecuado funcionamiento del M E I F. Así, se esperaría una
congruencia entre lo que se propone y lo que se ejecu-
ta, bajo el paradigma constructivista. Para el enseñaje y
la evaluación de las Matemáticas en las licenciaturas de
la U V, lo anterior también debe aplicarse.
Sin embargo, en ambas dimensiones subsisten
algunos enseñajes y evaluaciones de tipo conductista,
específicamente del behaviorismo de Skinner. Esto
provoca un desfase con el enseñaje constructivista
propuesto.
Durante el siglo XX, el conductismo fue asumido
por algunas IES mexicanas como el paradigma educa-
tivo dominante. En la UV persiste una inercia del
mismo en algunas prácticas escolares, así como en su
normatividad. Un ejemplo de esto último se halla en el
Estatuto de Alumnos de la Universidad Veracruzana
vigente. En el artículo 30 de este ordenamiento se lee:
La evaluación comprenderá el cumplimiento de los
aspectos siguientes: la asistencia a clases, asesorías,
tutorías, talleres o prácticas; la elaboración de los traba-
jos que exija cada programa de estudios; la participación
en clases y en investigaciones o la presentación de
exámenes parciales y/o finales. Los alumnos tendrán
derecho a la evaluación de su aprovechamiento si se han
cubierto los requisitos que señala este ordenamiento y
los programas de estudios correspondientes.5
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 54-59
51
3 El término “enseñaje” implica que el proceso enseñanza-aprendizaje es
indisoluble. Éste se divide únicamente para análisis.
4 La identificación de ambos niveles (estructural-formal y procesal-práctico)
proviene de una propuesta de investigación curricular por parte de la Dra.
Alicia de Alba, el Dr. Édgar González Gaudiano, la Mtra. Bertha Orozco
F u e n t e s et al. En este artículo se aplica esta distinción para ubicar el con-
flicto constructivismo-conductismo en el MEIF-UV, concretamente para el
enseñaje-evaluación de las Matemáticas del nivel de licenciatura. Vi d .
Antología del seminario «Currículum», tomos I y II, Maestría en Educación,
Universidad Pedagógica Veracruzana (M E - U P V. IV Generación, 1999-2001).
Seminario impartido por la Dra. Alicia de Alba y por la Mtra. Bertha Orozco
Fuentes, investigadoras del Centro de Estudios para la Universidad de la
Universidad Nacional Autónoma de México (C E S U - U N A M) .
5 Universidad Veracruzana. Estatuto de A l u m n o s, Xalapa; Rafael G.
Landgrave Becerril, “La evaluación de la enseñanza de las matemáticas
en el nivel universitario… según el maestro”, Xalapa, Veracruz: Instituto
de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales de la
Universidad Veracruzana (IIESES-UV), 2001, p. 7.
Implícitamente, el artículo 30 del Estatuto de Alumnos
vigente para nuestra Casa de Estudios enfatiza única-
mente las conductas observables de los estudiantes
universitarios. Se deja de evaluar el razonamiento y la
creatividad aplicados en el aula, en el laboratorio, el
taller o en el centro de cómputo, por mencionar sólo
algunos procesos y ámbitos. Por parte del MEIF, la
propuesta de evaluación constructivista haría que:
Se pase de una evaluación centrada en los resulta-
dos a una que considere el conjunto de productos y
procesos de aprendizaje realizados por el estudiante;
pasar de una respuesta pasivo-reproductiva a la cons-
trucción activa de los contenidos curriculares; de la
evaluación aislada y parcial de conocimientos y habili-
dades a la evaluación integral y contextualizada, que
considere los aspectos metacognitivos y motiva-
cionales, y que genere ejercicios de autoevaluación
por los alumnos.6
No obstante lo anterior, la inercia de las evaluaciones de
tipo conductista, frente a la propuesta de enseñaje de
tipo constructivista, provoca algunos problemas. Estos
pueden constituir un conflicto entre lo deóntico y lo ónti-
co (entre las dimensiones estructural-formal y procesal-
práctico). Acontinuación se exponen algunos desfases.
Problemas de un enseñaje matemático
conductista
Para procurar una visión que pueda ayudarnos en la
comprensión de este problema se abordarán algunos
aspectos del marco filosófico del conductismo de
Skinner. Posteriormente, se expondrán algunos con-
flictos en el plano procesal-práctico referido.
En la obra de Skinner se identifican, al menos,
cinco doctrinas filosóficas como fundamentos de su
paradigma psicológico: el material mecanicismo, el
empirismo, el determinismo, el experimentalismo y el
pragmatismo. Por otra parte, Skinner postuló que: “El
hombre es una máquina, pero muy compleja. En la
actualidad, su construcción se encuentra, de lejos,
fuera de las capacidades del hombre, excepto, por
supuesto, en la forma biológica habitual”.7
Esta cita revela que Skinner admitía que el estudio
de la complejidad humana es difícil. Para abordarla uti-
lizó una estrategia de reducción: recurrió a la analogía
de lo humano como una máquina. La complejidad de
ésta se significaba como una “caja negra” (black box) .
Se sabe qué entra (i n p u t) y qué sale (o u t p u t), por obser-
vación y manipulación, pero se desconocen qué proce-
sos internos están implicados al respecto. Como estos
no son observables, su estudio se descarta a priori. E n
términos de la “ciencia de la conducta”, lo que entra es
el estímulo; lo que sale, la respuesta al mismo.
Así, se comprende el interés de Skinner por el
enseñaje como producto y, paradójicamente, su desin-
terés por los procesos mentales implicados. Esto intro-
duce un primer problema, pues sin proceso no hay pro-
ducto: “El conductismo se interesa por comprobar la
conducta matemática aprendida, pero al ignorar los pro-
cesos mentales que la determinan sólo le importan los
productos, no el proceso. Sin proceso no hay producto.
Por lo tanto, el primero es más importante que el segun-
do, precisamente lo que el conductismo excluye”.8
El enseñaje de las matemáticas: un modelo conductista...
52
6 Rafael G. Landgrave Becerril, “La evaluación …, op. cit., p. 17.
7 B. F. Skinner, Contingences of Reinforcement: A Theoretical Analysis,
Appleton-Century-Crofts, New York, 1969; Morris Bigge, Teorías de
aprendizaje para maestros, Trillas, México, 1975, p. 294; B. F. Skinner,
Verbal Behavior, Appleton-Century-Crofts, New York, 1957; Morris Bigge,
Teorías de aprendizaje para maestros, Trillas, México, 1975. Vid. B. F.
SKINNER FOUNDATION: http://www.bfskinner.org/ Otros recursos www
sobre Skinner: http://psychclassics.yorku.ca/Skinner/Theories
8 Rafael G. Landgrave Becerril, «La resolución de problemas vista desde la
teoría conductista», Boletín Bibliográfico del Instituto de Investigaciones y
Estudios Superiores Económicos y Sociales de la Universidad
Veracruzana (IIESES-UV), Xalapa, 2001, p. 9.
Skinner no se interesa en los procesos mentales
porque su observación y manipulación directas son
imposibles. Para él no importan los procesos de obtención
del aprendizaje: sólo interesa que se obtenga la respues-
ta adecuada. Ésta se logra reforzando las conductas
deseables y extinguiendo las indeseables. El aprendizaje
es, para este paradigma, un cambio conductual.
Se advierte que el conductismo es reduccionista
del ser humano: éste es como una maquinaria hiper-
compleja. De hecho, las tesis del material mecanicis-
mo, uno de los marcos filosóficos del conductismo,
son tesis de reducción.9 En relación con el trabajo
escolar, la propuesta skinneriana fue de las “máquinas
de enseñanza”, dentro de lo que se denominó la “tec-
nología de la enseñanza” y el modelo técnico curricu-
lar. Estas y otras características del conductismo en la
educación imperaron durante buena parte de la
segunda mitad del siglo pasado en los sistemas
educativos de Estados Unidos y de América Latina.
Ahora bien, si se rechaza que el ser humano es
una máquina, entonces ya no es necesario postular
una mecanización de sus procesos de enseñaje, ni de
su educación ni tampoco de su manera de interactuar
con el mundo, de relacionarse con su ambiente.
En la educación de las matemáticas universitarias,
la mecanización conductista nos lleva a un segundo
problema: la repetición de ejercicios como estrategia
de enseñaje: “Un ejercicio es la repetición de un pro-
blema con objeto de memorizarlo”.10 En el enseñaje
matemático de tipo conductista, un conjunto de estí-
mulos son, por ejemplo, los ejercicios matemáticos
propuestos por el maestro. Las respuestas deseables
serían las resoluciones óptimas a los mismos que pro-
porcionarían los alumnos.
De lo anterior –los ejercicios como repeticiones–
es comprensible porque, según el conductismo, tales
ejercicios matemáticos justifican la memorización.
Además, al mecanizarlos no se desarrollan otras
habilidades matemáticas, ni se buscarán otras solu-
ciones alternativas. Se dejan de lado aspectos como la
creatividad y la libertad, como condiciones para una
mayor abstracción y complejidad:
Los procesos de solución de problemas no terminan
cuando se encuentra la solución por un solo camino;
desde una perspectiva didáctica, es conveniente
identificar diferentes caminos para obtener la solución
y valorarlos con relación a su claridad o simplicidad;
esto implica el desarrollo de procesos de habilidades
de análisis y síntesis y creatividad, activando los pro-
cesos de generalización básicos para el desarrollo de
los procesos matemáticos.11
En el enseñaje de las Matemáticas –sea en el nivel
universitario u otro previo– debería distinguirse entre
ejercicio y problema matemáticos: “Un problema es
una proposición compleja de elementos a los que corres-
ponden una o varias soluciones o una incógnita a
despejar, atendiendo al manejo que se haga de tales
elementos”.12 Otras consecuencias desfavorables de
los ejercicios matemáticos bajo un paradigma conduc-
tista son: a) que los estudiantes no activan procesos
volitivos ni de valoración para proponer soluciones
alternativas y b) que un enseñaje matemático basado
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 54-59
53
9 La reducción es “la explicación que consiste en considerar determinados
órdenes de fenómenos como sujetos a las leyes, mejor establecidas o
más precisas, de otro orden de fenómenos; por ejemplo, la que consiste
en considerar los fenómenos orgánicos como sujetos a las leyes de los
fenómenos físicos y estos últimos como sujetos a las leyes de los fenó-
menos mecánicos”. (Incola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, FCE,
México, 1974, p. 995).
10 Diccionario de las Ciencias de la Educación, tomo I (A-H), Santillana,
Madrid, 1983, p. 516; Rafael G. Landgrave Becerril, “La resolución de
problemas vista…”, p. 5.
11 Rafael G. Landgrave Becerril, op. cit., p. 5.
12 Fernando Carreño, Instrumentos de medición del rendimiento escolar,
Trillas, México, 1978, p. 53; Rafael G. Landgrave Becerril, op. cit., p. 5.
en repetir ejercicios no favorece la voluntad ligada a la
creatividad para ensayar soluciones distintas.
Una faceta relacionada con lo anterior es la autoes-
tima del estudiante. Muchos alumnos “se aferran” a una
mecanización matemática que les garantiza a priori l a
solución buscada. Esto les da seguridad emocional.
Cualquier experimentación por otra vía pone a prueba
su autoestima. Cuando tal experimentación falla, la
autoestima de algunos estudiantes se vulnera.
De los problemas relacionados con la voluntad
surge otro: la concepción pasiva del ser humano pos-
tulada por Skinner. Según este científico, el individuo
sólo responde a los estímulos ambientales y, por ende,
es posible y deseable manipularlo. Subyace la idea de
que la mujer y el hombre son entes pasivos, moldea-
bles. Esto posee graves implicaciones en lo que
respecta a la voluntad, la libertad y la dignidad
humanas. Esta característica es determinista.13
Dicoísmo conductismo-constructivismo
A continuación, en el cuadro siguiente se detallan
algunas particularidades de ambos paradigmas:
El enseñaje de las matemáticas: un modelo conductista...
54
13 Moacir Gadotti, Historia de las ideas pedagógicas, Siglo XXI, México,
1998, pp. 13-19.
14 Jesús Palacios, La cuestión escolar. Críticas y alternativas, núm. 46, col.
Papel 451, Laia, Barcelona, 1984, pp. 70-74 y 79-80. De acuerdo con Piaget:
“la inteligencia es una asimilación de lo dado a estructuras de transforma-
ciones, de estructuras de acciones elementales a estructuras operatorias
superiores, y estas estructuras consisten en organizar lo real en acto o en
pensamiento, y no simplemente en copiarlo”. (Jean Piaget, Psicología y
P e d a g o g í a, Ariel, Barcelona, 1973, p. 39). Pueden consultarse también: Jean
Piaget, Seis estudios de Psicología, Seix-Barral, Barcelona, 1976; Piaget
CONSTRUCTIVISMO
Postula y propicia una interacción sujeto-objeto: suje-
to constructor y objeto (de conocimiento) construible.
Hay una noción de que el sujeto es activo.14
No exige la observación de los hechos, por lo que
posee un mayor grado de complejidad y abstrac-
ción.16
El aprendizaje del conocimiento es resultado de la
construcción del mismo. Esto posibilitaría una mayor
complejidad de los conocimientos. Por lo tanto, se
subraya un interés en los procesos mentales, que son
los que permiten alcanzar tal complejidad.
CONDUCTISMO
Postula y propicia una pasividad del individuo. Éste
debe estar bajo la manipulación de otro individuo. Se
justifica la manipulación en aras de un ideal educativo
según este paradigma.15
Exige la observación cuantificable de los hechos. El
conductismo posee un obstáculo epistemológico: se
requiere, a fortiori, de una imagen del objeto de
conocimiento.17
El aprendizaje del conocimiento es resultado de una
transformación conductual. No hay interés en los pro-
cesos mentales implicados porque no son obser-
vables, ni manipulables ni cuantificables.
Foundation: http://www.piaget.org; y http://www. psy. p d x . e d u / P s i C a f e / K e y
Theorists/ Piaget.htm
15 Moacir Gadotti, op. cit., pp. 13-19.
16 Roberto A. Follari, Psicoanálisis y sociedad. Crítica del dispositivo
pedagógico, Instituto de Estudios y Acción Social ( IDEAS), Buenos Aires,
1997, p. 36. (Antología del Seminario “Impacto de las teorías psicológi-
cas aplicadas a la educación”, tomo II, Maestría en Educación,
Universidad Pedagógica Veracruzana, Seminario impartido por la profe-
sora Ma. de Lourdes Lule González).
17 Roberto A. Follari, op. cit., p.36.
En el nivel de licenciatura de la UV, y por lo que respec-
ta al enseñaje y evaluación conductistas de las
Matemáticas, se añade que:
1. Existe, entre algunos docentes, una tendencia a
verificar la existencia, o ausencia, de productos
conductuales de enseñaje. Por lo tanto, no hay
mayor atención a los procesos de raciocinio, de
libertad, de abstracción, complejidad, voluntad,
valoración, ni de creatividad matemáticos.
Paradójicamente, estos son antecedentes indis-
pensables para tales resultados, pero el con-
ductismo se desentiende de los mismos.
2. Algunos docentes enfatizan la mecanización de
ejercicios matemáticos, no la solución de pro-
blemas matemáticos.
3. Esos docentes universitarios seguirán poseyen-
do, implícita o explícitamente, mayores cargas
de protagonismo y de responsabilidad escolares.
Paralelamente, se atribuye una pasividad a los
estudiantes en relación con su aprendizaje.
4. Todo lo comportamental es objeto de evalu-
ación. Lo que no sea comportamental queda a
priori descartado.
5. Por ende, el objeto de enseñaje a evaluar no
puede ser conceptuado con mayor abstracción,
ni con mayor creatividad, libertad ni compleji-
dad. Por lo que respecta al estudiante universi-
tario, tampoco podrán evaluarse en él aspectos
como la voluntad, las actitudes y las aptitudes
necesarias para aprender. Esto es totalmente
incompatible con las Matemáticas.
Conclusiones
En relación con el nivel de licenciatura en la U V, en gene-
ral, se tiene que la superación del binomio constructivis-
mo-conductismo en sus procesos educativos y evalua-
tivos es uno de los asuntos pendientes para esta I E S.
En relación con el enseñaje y la evaluación
matemáticos, el constructivismo concibe al alumno
como un ser activo en sus procesos de construcción
de los conocimientos matemáticos. Esto significaría
mayores grados de libertad, de creatividad, de volun-
tad, valoración y abstracción en el raciocinio exigido.
Estos son necesarios para acceder, gradualmente, a
mayores complejidades matemáticas.
Un enseñaje-evaluación conductista se centrará en
que el alumno resuelva mecánicamente los ejercicios
propuestos. Para el conductismo, una mejor mecanización
por parte del estudiante será sinónimo de un “buen”
enseñaje. Igualmente, a un enseñaje conductista sólo le
importa que el alumno dé las respuestas adecuadas.
Para cualquier I E S que pretenda participar ventajosa-
mente de las oportunidades derivadas de la “sociedad de
la información”, de la globalización, la revolución biotec-
nológica, las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación, los “nuevos materiales” y la economía
neoinformacional, entre otras transformaciones de hoy, es
incompatible que en su propuesta educativa de licenciatu-
ra persista una mecanización de sus procesos de enseña-
je matemático en particular. Igualmente, es incongruente
que, en general, existan enseñajes fundamentados con-
ductistamente. Al respecto, la comunidad académica de la
U V tiene la última palabra.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 54-59
55
Este ensayo analiza las condiciones del desarrollo
económico y social del estado de Veracruz, así como la
creciente necesidad de anticipar y conocer con mayor
certidumbre las oportunidades y los retos que enfrenta
la sociedad veracruzana. Plantea que los logros depen-
derán en buena medida de la capacidad de los vera-
cruzanos para diseñar y poner en operación nuevas
formas de participación, colaboración y organización
social, así como del desarrollo y consolidación de un
verdadero sistema estatal de educación superior, for-
mador de seres humanos y generador de conocimien-
tos útiles y socialmente relevantes. Finalmente, se
expone la idea de que es urgente concebir y poner en
marcha estrategias regionalmente diferenciadas para
impulsar la formación educativa de nivel superior, la
investigación y la difusión del conocimiento y la cultura,
tomando en cuenta la diversidad contextual de las dis-
tintas entidades federativas del país. En particular, se
propone que la entidad veracruzana, a partir de una
reflexión seria y constructiva, emprenda acciones sis-
temáticas para desarrollar y consolidar su propio sis-
tema de generación, transmisión y aplicación de
c o n o c i m i e n t o s .
La gran contradicción:
grandes recursos y escaso desarrollo
Estoy de acuerdo con quienes afirman que el estado de
Veracruz es un territorio que presenta una gran diversi-
dad natural y una enorme potencialidad económica
derivada de su medio físico, de sus recursos naturales y
de su posición geográfica en la costa este del país. Ésta
ha sido la percepción común que ha prevalecido durante
diversas épocas.
Con lo que no puedo estar de acuerdo es que esos fac-
tores, por sí solos, sean suficientes para garantizar un pro-
ceso armónico y acelerado de desarrollo regional. Es obvio
que la presencia de recursos naturales y una posición
estratégica respecto a los grandes mercados nacionales e
internacionales son ingredientes necesarios. Pero también
es claro que no todo territorio verde, mar azul o punto
geográfico representan desarrollo por sí mismos.
La imagen de un territorio rico y abundante es efec-
tivamente una cara real de Veracruz; pero esta imagen
ha provocado el espejismo de un fácil desarrollo,
opuesto a la verdadera realidad económica estatal. Hoy,
tanto o más que ayer, la economía veracruzana presen-
ta vulnerabilidades y contradicciones acumuladas
durante años. Mencionaremos algunas de ellas para
ilustrar esta afirmación.
56
Retos y oportunidades para el desarrollo del estadode Veracruz. El papel de laeducación superior
Octavio Ochoa Contreras*
* Investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana..
Primero. A pesar de toda su riqueza y potenciali-
dad económica, la economía veracruzana ha perdido
peso dentro de la producción nacional. Baste men-
cionar que en 1940 Veracruz aportaba alrededor del
10% del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación; los
últimos datos aportados por el Instituto Nacional de
Geografía, Estadística e Informática (INEGI),1 revelan
hoy una participación no superior al 4.7 %. Con toda
su aura de riqueza y abundancia, Veracruz ha experi-
mentado, en seis décadas, una progresiva y significa-
tiva reducción de 5.3 puntos porcentuales en su con-
tribución al producto nacional.
Segundo. Veracruz se ubica hoy como la quinta
economía en el ámbito nacional, tanto por su
aportación a la producción, como en la generación de
empleos. El ritmo de crecimiento de la economía vera-
cruzana ha sido positivo en las últimas décadas; no
obstante, puede constatarse que la dinámica de la
economía veracruzana crece a tasas inferiores a las
registradas por la producción nacional: en 1996 el
ritmo de su crecimiento alcanzó solamente un 2.1 %
anual, mientras que el producto interno bruto (PIB)
nacional creció en 5.2 %.
Tercero. Se observa también que la dinámica pro-
ductiva de Veracruz es inferior al de otras entidades
del país que cuentan, incluso, con menores recursos
naturales. Llama la atención que, con excepción de
Chiapas, Guerrero, Sinaloa y Zacatecas, el resto de
las entidades federativas del país hayan alcanzado en
1996, tasas de crecimiento económico superiores a las
del rico estado veracruzano.
C u a r t o. Desde hace varias décadas se ha venido
acentuando un desbalance en la estructura de las activi-
dades económicas de Veracruz. Por una parte, se regis-
tra una fuerte y continua disminución de la participación
relativa de las actividades agropecuarias, forestales y
pesqueras en la generación del producto interno bruto
del estado. En 1970 éstas generaban el 20 % de la pro-
ducción estatal; hoy aportan sólo el 9.6 %.
Las actividades secundarias (industria en general),
aunque en menor medida, también han experimenta-
do un retroceso: en 1980 aportaban el 38.5 % de la
producción estatal y hoy su participación ha disminui-
do al 30.5 %. Por otra parte, las actividades terciarias
(comercio y servicios en general) han desarrollado una
fuerte participación, generando cerca del 60 % de la
producción estatal.
En el fondo, esta fuerte y continua tendencia hacia
la terciarización de la economía revela la incapacidad
de la organización productiva del territorio veracruzano
para materializar, en los hechos, su natural vocación
agropecuaria y su alta potencialidad agroindustrial.
Q u i n t o. Paradójicamente, y a pesar de que las
actividades agropecuarias de Veracruz tienen ahora un
peso inferior en la estructura económica interna, la enti-
dad veracruzana continúa manteniendo una importan-
cia estratégica a nivel nacional, ya que genera el 7.4 %
de la producción agropecuaria y forestal de la nación.
Después de Jalisco, Veracruz es el mayor produc-
tor alimentario del país; es el primer productor nacional
de cultivos industriales (caña de azúcar y café), arroz
y frutales; el segundo productor de ganado bovino; el
tercer productor pesquero del país, así como de aves
y maderas preciosas; cuarto productor de soya y pro-
ductos no maderables; y un productor importante de
flores, maderas comunes tropicales, maíz, pino, enci-
no, frijol y otros cereales.
Como se aprecia, en el territorio veracruzano se
genera un significativo volumen de productos
agropecuarios, lo cual le permite tener una destacada
presencia en los mercados nacionales de consumo.
Sin embargo, no se aprovechan todas las poten-
cialidades agroindustriales para generar una actividad
productiva que agregue valor económico a los distintos
bienes y productos del campo, así como para generar
mayores fuentes de empleo.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
57
1 Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática, 1996.
A lo anterior se suma el hecho de que el ritmo de
crecimiento anual de la producción agropecuaria de
Veracruz registra ya tasas inferiores al del producto
interno bruto agropecuario de la nación.
Sexto. Veracruz es un estado que posee el 35 %
de los recursos hidráulicos del país; pero al mismo
tiempo sólo el cinco por ciento del millón y medio de
hectáreas sembradas anualmente, cuentan con sis-
temas de riego; el desaprovechamiento de la abun-
dancia de agua y la falta de control de avenidas y tem-
porales son tan problemáticos como su escasez. Por
otro lado, las aguas interiores, formadas en lagunas,
esteros y presas, suman más de 116 mil hectáreas; y
sin embargo, la acuacultura es apenas incipiente.
Séptimo. Después de Chiapas, Veracruz es el
mayor contribuyente a la producción nacional de elec-
tricidad, gas y agua (7.8 % del producto nacional en
1996). Paradójicamente, un buen número de comu-
nidades y de unidades de producción, particularmente
de carácter rural, no cuentan todavía con estos servi-
cios. Además, este sector de actividad económica ha
visto disminuir gradualmente su participación en el
producto interno bruto del estado: en las décadas de
los setenta y de los ochenta generaba más del 6 % de
la producción estatal; hoy su participación se ha
reducido a la mitad de esa cifra.
Octavo. La economía veracruzana presenta pocas
cadenas productivas claramente establecidas en
actividades tales como la agroindustria, la industria
básica del hierro y el acero y la madera.
Noveno. A pesar de su diversidad económica y
natural, en Veracruz sólo seis municipios concentran
más de la mitad de la economía del estado. Y existe
una elevada localización de la industria manufacturera
en Orizaba-Córdoba, Coatzacoalcos-Minatitlán y en el
Puerto de Veracruz.
El hecho de catalogar a Veracruz, tradicional y
empíricamente, como una de las regiones más ricas
del país es, a nuestro juicio, un error de apreciación
que ha gravitado fuertemente en la atención que el
Gobierno Federal y la política nacional han otorgado al
desarrollo de la economía y de la sociedad vera-
cruzana.
Desde el desarrollo sustitutivo de importaciones ini-
ciado en México a partir de los años cuarenta, la políti-
ca nacional asignó al territorio veracruzano un papel
estratégico como región abastecedora de alimentos
para el consumo nacional, así como de energéticos,
materias primas e insumos importantes requeridos por
el desarrollo industrial del país. Esto es evidente cuan-
do se constata que en las décadas transcurridas entre
1940 y 1970, la inversión pública federal en Ve r a c r u z
jugó, en ese proceso, un papel fundamental. Los mon-
tos de inversión federal acumulados en este periodo
demuestran que cerca del 63 % del total ejercido en el
estado fue destinado al sector petrolero; el 17 % se
dedicó a la construcción de la infraestructura de trans-
porte necesaria para la extracción de los productos
veracruzanos; y el 9 % a la generación de energía eléc-
trica. En cambio, los montos de inversión dirigidos al
fomento de la actividad agropecuaria veracruzana ape-
nas si alcanzaron un 2.2 %. Así, en este periodo, desde
una perspectiva nacional, el Estado mexicano atendió
de manera prioritaria la construcción en territorio vera-
cruzano de la infraestructura requerida para la extrac-
ción, refinación y distribución nacional del recurso
petrolero de Veracruz, canalizando al estado más del
28 % del total nacional de la inversión pública federal
dirigida al sector petrolero.
En cambio, otras entidades del país fueron las que
recibieron grandes volúmenes de inversión destinados
a la promoción de un desarrollo industrial manufacturero
y de un proceso de modernización agrícola. La inver-
sión pública federal en apoyo al desarrollo industrial
manufacturero, por ejemplo, fue canalizada hacia el
Distrito Federal, al Estado de México y a Nuevo León.
Entidades como Sinaloa, Coahuila, Chihuahua y
Tamaulipas capturaron, por su parte, la mayor propor-
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz...
58
ción de los fondos de inversión destinados al fomento
agropecuario; mientras tanto, Veracruz sólo recibió
menos del 2 % del total nacional, confiándose así la pro-
ducción agropecuaria, forestal y pesquera de la entidad
a las potencialidades naturales del suelo veracruzano.
Entre 1970 y finales de los años ochenta se repitió,
con ligeras variaciones, el mismo tratamiento; cerca del
75 % de la inversión pública federal en Veracruz fue
predominantemente orientada ahora hacia la industria
petrolera y petroquímica (45 %), al sector eléctrico (17 %)
y al sector de transportes y comunicaciones (12 %). El
desarrollo agropecuario, agroindustrial e industrial con-
tinuó desatendido, confiándose, otra vez, en las capaci-
dades “naturales” y en la gran riqueza de territorio vera-
cruzano: dicho sector sólo recibió el 4 % del total de la
inversión federal en ese periodo. En la década de los
noventas, de nueva cuenta, otras entidades federativas,
con menos potencialidad que Veracruz, han recibido el
grueso de la atención federal en lo que se refiere a la
promoción de un desarrollo económico regional
autosostenido y modernizador.
Este tratamiento de largo plazo ha contribuido a
propiciar al interior de Veracruz una problemática
estructural de orden productivo y distributivo que ha
desfavorecido claramente las actividades y sectores
económicos veracruzanos de vocación natural, tales
como la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la
pesca y la transformación de productos agroindustri-
ales. A pesar de su alta potencialidad económica y de
la gran variedad de recursos naturales susceptibles de
aprovechamiento y transformación, Veracruz no ha
logrado un verdadero desarrollo agropecuario e indus-
trial. La situación ha llegado a tal extremo que miles de
jóvenes y trabajadores veracruzanos, especialmente
de origen rural, están buscando hoy, en la frontera
norte del país, las alternativas de vida que su entidad
natal ya no puede garantizarles. Veracruz no ha
recibido la atención que merece su alta potencialidad
económica. ¿No es tiempo ya de un cambio?
La necesidad de una nueva política estatal de
desarrollo
Desde mediados de la década pasada dentro del
marco de la apertura comercial del país, el potencial
económico-productivo y la ubicación del territorio vera-
cruzano en el Golfo de México, comenzaron de nueva
cuenta a ser contemplados y revalorados en función
de su posible papel de enlace estratégico entre el
norte, el centro y el sureste del país, y con los merca-
dos de Norte y Centro América, el Caribe y Europa; y
a través del Istmo, con la cuenca del Pacífico. Con
esta idea se insistía, otra vez, que en el futuro inme-
diato de Veracruz se abrían grandes posibilidades de
desarrollo, ligadas a un mayor acceso a los mercados
internacionales y a los flujos financieros y de inversión.
Con la aprobación del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN) se generó un cierto
impulso para establecer una relación de cooperación a
largo plazo entre los estados mexicanos y norteameri-
canos del Golfo de México. En 1995 se firmó el
Acuerdo de Gobernadores del Golfo, con el propósito
de incrementar el comercio y mejorar el nivel de vida
de la población de esta región geográfica. Lo nove-
doso de esa situación fue que el estado de Veracruz,
como uno de los participantes del Acuerdo, se encon-
traba ante un posible proceso de integración económi-
ca regional de carácter binacional.
Más recientemente, a partir de 1999, se retoma el
argumento de la riqueza económica del estado y se
argumenta, de nueva cuenta, sobre su conveniente
ubicación para competir en un mundo globalizado,
sobre su potencialidad para generar riqueza y para
atraer inversiones extranjeras. La firma del Tratado de
Libre Comercio con la Unión Europea, así como el
reciente anuncio del Plan Puebla Panamá, han abier-
to nuevas expectativas y retos. No obstante, y a pesar
de todo, hasta hoy, nada relevante ha sucedido.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
59
Para materializar las posibles oportunidades de
Veracruz en un contexto global, será necesario pug-
n a r, ante el Gobierno Federal para que se modifique
el tradicional tratamiento que se ha dado al territorio
veracruzano dentro de la política nacional de desa-
rrollo. No sólo debe considerársele como un provee-
dor de materias primas, alimentos y energéticos, sino
como una región capaz de: a ) sostener un proceso
endógeno de desarrollo económico y social; b ) d e
expandir y modernizar sus actividades agropecua-
rias, pesqueras y forestales; c) de impulsar la
operación y ampliación de grandes eslabonamientos
productivos que procesen materias primas y que
agreguen valor a los productos del campo; d ) d e
impulsar una industria manufacturera de base
agropecuaria y agroindustrial y e) de integrar una
industria alimentaria que aproveche los avances de
la ciencia y las nuevas tecnologías. En suma, una
entidad capaz de sostener un proceso de innovación
constante en sus fórmulas de desarrollo.
Este esfuerzo exige a los veracruzanos, pero en
especial a su gobierno, la definición de una clara
estrategia de desarrollo estatal, compatible con las
capacidades productivas de Veracruz y con las
necesidades de un desarrollo nacional abierto al
mundo. Requiere, asimismo, del ejercicio de una
gran capacidad de gestión, por parte del gobierno
estatal, para que el territorio veracruzano sea con-
templado desde la perspectiva federal, como una
región que puede desempeñar un nuevo rol en el
desarrollo nacional. La riqueza de su biodiversidad,
junto con la factible y necesaria ampliación de su
infraestructura material y humana, deben ser consi-
deradas como los ejes de rotación de los esfuerzos
para generar nuevas inversiones; éstas deberán
impulsar procesos productivos que preservando los
ecosistemas, generen empleos e ingresos en aque-
llas áreas en las cuales Veracruz ofrece claras ven-
tajas competitivas.
Por ejemplo, sobre la base que proporciona el ac-
tual nivel de la infraestructura marítima, terrestre y
aérea del territorio veracruzano, es necesario contem-
plar la ampliación y el impulso de una nueva plataforma
de comunicaciones que incorpore tecnología moderna;
éste sería un factor de gran impacto no sólo para el
desarrollo de Veracruz, sino para la región del Golfo de
México y del país, al favorecer su más clara inserción a
los mercados nacionales y a la economía mundial.
Por otra parte, parece necesario sopesar la conve-
niencia, viabilidad y factibilidad de proyectos y obras
de gran envergadura de carácter interestatal. Pueden
mencionarse, entre otros:
1) El viejo proyecto de la supercarretera costera
del golfo, que una a la frontera norte con la fron-
tera sur del país, con paradores y servicios que
promuevan el flujo de mercancías y personas, y
que fomenten el turismo de alto nivel a lo largo
de las rutas totonaca, olmeca y maya; que
entronque al Norte con el sistema carretero del
centro y de la costa Este de los Estados Unidos
de Norteamérica y, mediante ejes transversales,
con el interior de México.
2) El desarrollo alternativo de un sistema de trans-
porte ferroviario de pasajeros y de carga.
3) El impulso a los trabajos ya iniciados, alrededor
del canal interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, partiendo de Minatitlán, Veracruz,
hasta Salina Cruz, Oaxaca.
4) El reforzamiento y modernización de la
infraestructura y administración de los puertos
de altura del Golfo de México, incluyendo los
tres veracruzanos de Tuxpan, Veracruz y
Coatzacoalcos.
5) El desarrollo de al menos un puerto aéreo inter-
nacional de gran envergadura en la costa del
golfo, de preferencia aparejado a la zona por-
tuaria de Veracruz.
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz...
60
Se intuye así la existencia de múltiples posibilidades
que configuran áreas y oportunidades para la inversión
pública federal, estatal y privada; éstas deben ser
identificadas, ponderadas y tomadas en cuenta para
favorecer y acelerar los procesos de inversión produc-
tiva en el territorio veracruzano y en la extensa zona
costera del golfo.
El reto para todos los sectores público –federal,
público estatal, privado y social– es enfrentar las ame-
nazas y aprovechar las oportunidades que se presen-
tan en la actual situación política y económica de la
nación, así como en el entorno internacional; es estar
dispuestos a realizar alianzas políticas estratégicas
que permitan emprender esfuerzos innovadores de
desarrollo económico y social; es promover y asumir
nuevas formas de administración y gestión públicas a
nivel estatal; es legislar para disponer de marcos nor-
mativos actualizados que habiliten a productores y
empresarios para ejercer nuevas formas de aso-
ciación, integración o complementación económicas
que, a su vez, los respalden para producir con mayo-
res ventajas competitivas, trascendiendo los límites de
lo local, regional, estatal y nacional.
Cada vez más grupos de productores y traba-
jadores agropecuarios, industriales y de servicios se
encuentran involucrados o afectados por los alcances
de la dinámica y de la competencia internacional,
propiciada por el modelo de economía abierta que
sigue hoy la nación mexicana. Consecuentemente,
para todos ellos, se vuelve imperativa la redefinición
de la política económica y social de Veracruz, así
como de nuevas estrategias para implantar las condi-
ciones que permitan un desarrollo autóctono en los
ámbitos productivo y empresarial; igualmente, es
imprescindible el replanteamiento de las formas de
participación de los trabajadores y de los diversos gru-
pos sociales del estado, quienes reclaman justa y
cada vez más vigorosamente su inclusión en los bene-
ficios del desarrollo económico y social de la entidad.
Los retos y las oportunidades
Frente a un ambiente nacional y global cada vez más
complejo y cambiante existe la creciente necesidad de
anticipar y conocer con mayor certidumbre las oportu-
nidades y los retos que enfrenta la sociedad vera-
cruzana. Es imprescindible un conocimiento cada vez
más oportuno y preciso, por ejemplo, de la evolución y
de las principales tendencias sociales y políticas de la
entidad; de la problemática integral de los diversos
sectores económicos de Veracruz; de las fortalezas y
debilidades estatales en todos los órdenes de su vida
social y de su medio ambiente natural; de las posibili-
dades reales de sus sectores sociales, públicos y pri-
vados, frente a la dinámica nacional e internacional; de
su vulnerabilidad o de su capacidad para vincularse y
establecer alianzas estratégicas con socios comer-
ciales, con agencias de desarrollo y con organismos
nacionales e internacionales.
Los avances a lograr dependerán en buena medi-
da de la observación y del estudio sistemático de lo
que en materia social, política, económica, científica,
tecnológica y cultural suceda en los entornos local,
regional, nacional e internacional; así como de la
capacidad de los veracruzanos para diseñar, gestionar
y poner en operación –con información y conocimien-
tos adecuados– políticas y estrategias efectivas de
desarrollo.
Pero los tiempos actuales exigen también la pues-
ta en práctica de nuevas formas de participación
social, de colaboración y de organización del trabajo.
Se requiere, asimismo, un cambio de actitudes por
parte de los diferentes actores y agentes del desarro-
llo social, político y económico de estado; es decir, del
gobierno en sus tres niveles: federal, estatal y munici-
pal, de los empresarios, productores, trabajadores,
académicos y profesionales, entre otros.
A continuación haré mención a tres aspectos que
me parecen fundamentales para el logro de mayores
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
61
niveles de desarrollo en el estado de Veracruz y en los
que creo necesario un cambio de actitudes, métodos
de trabajo y formas de organización social.
A. La colaboración interactiva.
Ante la globalización y apertura económica, en
Veracruz debemos aprender a desarrollar un sistema
interactivo de colaboración y planeación para el desa-
rrollo social y el crecimiento económico y productivo.
Por ejemplo, los productores mejorarían su posición
competitiva en la medida en que lograsen asociarse
para completar la cadena productiva de sus ramas de
actividad. Entre otros múltiples aspectos, lo anterior
requiere de la incorporación de innovaciones tec-
nológicas; lo que a su vez reclama un apoyo significa-
tivo para el impulso de la investigación básica y apli-
cada por parte de los centros e institutos de investi-
gación; estos últimos deberán desplegar una capaci-
dad y disposición para atender las diversas demandas
de los sectores productivos o de los grupos sociales
involucrados, tanto en lo que refiere al mejoramiento
de su organización como de su productividad y com-
petitividad. Todo lo anterior exige la integración de
esfuerzos entre productores, empresarios e institu-
ciones de gobierno, de educación superior y de inves-
tigación y desarrollo.
Tomemos, por ejemplo, el caso de la citricultura,
actividad importante para Veracruz en el ámbito
nacional y que puede serlo también en el marco de la
amplia región del Golfo de México e incluso del Caribe.
Esta es una actividad que requiere ser eslabonada,
desde la producción de plantas y frutos, transporte,
almacenamiento, refrigeración, empaque y comerciali-
zación, hasta la industrialización de frutos frescos o
secos, hoja y flor.
En todos los eslabones de esta cadena producti-
va existen problemas de orden económico, ambiental,
tecnológico y social, desde la organización de pro-
ductores hasta los de producción industrial y
exportación. Siendo ésta una de las actividades
económicas relevantes de Veracruz, resulta deseable
que el gobierno estatal, el federal, los productores
agrícolas, la iniciativa privada y los centros de investi-
gación y desarrollo tecnológico, especialmente los de
la Universidad Veracruzana, vinculen sus esfuerzos
para la atención sistemática de las diferentes facetas
de dicha problemática. Los proyectos y actividades
prioritarias surgirían del contacto continuo entre los
miembros de cada uno de estos grupos, partiendo de
la definición de requerimientos específicos y de
apoyos mutuos.
Con base en una actividad de planeación
estratégica y prospectiva, el contacto entre profesio-
nales, académicos y representares de los sectores
públicos, sociales y privados alimentaría las dinámi-
cas de trabajo relacionadas con: a) la generación y
aplicación de los conocimientos y de las tecnologías
requeridas para la integración de la cadena producti-
va en cuestión; b ) el diseño y aplicación de estrate-
gias para el desarrollo de las actividades económicas
a eslabonar y c ) el abordaje y la solución de la pro-
blemática de los sectores sociales involucrados. Para
alcanzar altos estándares de producción y de produc-
tividad que mejoren la economía, el empleo, el nivel
de vida de los trabajadores y la competencia interna-
cional de tal actividad, será necesario contar con la
voluntad política, la capacidad organizativa y el apoyo
de los gobiernos estatal y federal. En suma, se
requiere el despliegue de una capacidad de gestión
de alto nivel.
B. Sistemas modernos e información para el desarrollo.
Un segundo aspecto que requiere de nuevas formas
de organización y de cambio de actitudes es el rela-
cionado con la generación y manejo de la informa-
c i ó n .
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz...
62
En principio es necesario reconocer que la infor-
mación y el conocimiento no debe ser dominio exclu-
sivo de nadie, sino que deben estar contenidos en
cada uno de los agentes activos del desarrollo
económico y social: productores, centros de investi-
gación, agencias o dependencias de gobierno, entre
otros . Es indispensable propiciar una relación interde-
pendiente entre todos ellos.
Pero también es imprescindible diseñar y poner
en operación sistemas de información, actualizados
mensual, semestral y anualmente, acerca del com-
portamiento tanto de las variables fundamentales
para el desarrollo de Veracruz, así como de los
entornos locales, regionales, nacionales e interna-
c i o n a l e s .
Desafortunadamente en Veracruz no existe una
labor de sistematización y puesta a disposición de
información actualizada, expedita, veraz y oportuna
sobre las variables y procesos económicos y
sociales del estado. Cada dependencia o entidad
gubernamental genera sus propios datos e indi-
cadores, los cuales, en el mejor de los casos, sólo
están disponibles para las oficinas o asesores
gubernamentales, y difícilmente para los analistas
del sector privado o del sector académico, de los
productores, empresarios o de las asociaciones de
profesionistas.
La actual tecnología informática y de comunica-
ciones ofrece la posibilidad de generar información y
mantener bancos especializados de tipo documental y
estadístico, accesibles para un gran número de usua-
rios, incluso en todo el mundo. El desarrollo y consoli-
dación de un moderno sistema estatal de información
debe ser, a nuestro juicio, no sólo un instrumento que
permita a los sectores público, privado y social la toma
oportuna de decisiones de inversión o de política
económica y social; puede constituirse también en la
base real de una permanente actividad generadora de
nuevos conocimientos.
C. El desarrollo de un sistema estatal de educación
superior, ciencia y tecnología
Dentro del mundo actual, cada vez más complejo y
global, existe hoy un consenso generalizado de que el
conocimiento y la educación son, y seguirán siendo
cada vez más, los medios fundamentales para el
desarrollo de la sociedad humana. Se reconoce tam-
bién que los sistemas y las instituciones de educación
superior requieren revisar sus misiones y objetivos,
reinterpretar sus funciones, reorganizarse e innovar
sus métodos de trabajo, frente a los nuevos requeri-
mientos de un mundo y una ciencia sujetos a profundas
y rápidas transformaciones. Hoy en día, como lo
advierte Carlos Tünnerman, “no sólo compiten los
aparatos económicos, sino también los sistemas
educativos y las políticas de desarrollo científico y tec-
nológico. En realidad, es la sociedad entera, el país
mismo, quien compite y no sólo el sector empresarial”.2
Con esta visión, durante los últimos años se ha
venido manifestando un notable enriquecimiento de la
concepción del papel que juega la educación, y particu-
larmente la educación superior, la ciencia y la tec-
nología en el desarrollo humano. Nuevos planteamien-
tos se están agregando a la idea tradicional que mane-
jaba la importancia de la educación como factor posi-
tivo de socialización, de movilidad, de integración
nacional, y de capacitación para el desempeño laboral
de los distintos grupos sociales. Trascendiendo a la
concepción clásica, emerge con fuerza un proceso de
revalorización o redimensionamiento de los vínculos
que existen entre la educación, el acervo de ideas y
conocimientos, con procesos tales como el desarrollo
económico y social, la dinámica de las estructuras
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
63
2 Carlos Tünnerman, Conferencia Introductoria a la Conferencia regional
sobre políticas y estrategias para la transformación de la educación supe-
rior en América Latina y el Caribe, La Habana, CRESALC, UNESCO,
1996.
ocupacionales, el desarrollo sustentable, el avance de
la democracia, la equidad, la ética y la justicia social y
el logro del bienestar humano.
Se manifiesta así un cambio sustancial del valor
atribuido a la educación en el proceso de desarrollo de
la humanidad.
Al mismo tiempo, el aumento de la importancia en
la educación para el futuro desarrollo humano está
aportando, también, nuevos instrumentos teóricos y
conceptuales para estudios más refinados acerca de
sus implicaciones ocupacionales, económicas, políti-
cas, sociales y culturales.
En las naciones más avanzadas, por ejemplo, se
confiere hoy en día una gran importancia al papel que
juegan la generación del conocimiento y el desarrollo
tecnológico en la dinámica del crecimiento económico.
La transferencia de conocimientos y de tecnologías,
por parte de las instituciones académicas hacia los
sectores productivos, es uno de los ejes en los cuales
gira la discusión sobre el futuro de la educación supe-
rior en esos países.
La búsqueda de alternativas de cambio, la cons-
trucción de nuevos escenarios y estrategias, así como
el diseño y aplicación de nuevas políticas para el desa-
rrollo de la ciencia, de la tecnología y de las institucio-
nes de educación superior, forman parte de los intere-
ses y de las prioridades en las naciones altamente
industrializadas. Al análisis y la discusión al respecto,
se suman los temas relacionados con la formación de
recursos humanos y la competitividad económica, los
cambios en los mercados de trabajo derivados de la
reorganización de los procesos productivos a nivel
mundial, y el papel de las instituciones académicas en
su contribución al desarrollo de nuevos conocimientos
de valor económico, entre otros aspectos.
En los países latinoamericanos, incluyendo
México, este tipo de preocupaciones no está ausente
en el diseño de los planes y programas nacionales de
desarrollo ni de la política educativa, científica y tec-
nológica. Sin embargo, en estas naciones, los retos
que enfrentan las instituciones académicas son
todavía mayores. La amplia herencia cultural de nues-
tros países y su condición histórica de dependencia
económica requieren de enfoques educativos y políti-
cas científicas y tecnológicas que promuevan el desa-
rrollo endógeno, la preservación de los valores y la
conservación de la tradición humanista, como parte de
la formación integral del ser humano.
Por lo anterior, los escenarios futuros de la edu-
cación superior, de la ciencia y de la tecnología en
América Latina requieren bosquejarse tomando en cuen-
ta el doble significado de la función social de sus institu-
ciones: a ) su papel dentro de los nuevos procesos de
integración económica internacional y b ) el rol de la edu-
cación superior dentro de la construcción de una socie-
dad no sólo más próspera sino más justa y humanista.
La reflexión al respecto exige, por lo tanto, contemplar un
proceso de reconstrucción de las instituciones académi-
cas –especialmente el de las de carácter público– como
entidades sociales relevantes, por la relación que deben
guardar no sólo con la industria, el trabajo y la economía,
sino también con la cultura nacional.
Veracruz, por su parte, al igual que la nación mexi-
cana, requiere revisar y replantear sus esfuerzos para
desarrollar sus instituciones productoras y transmiso-
ras de conocimientos. Las nuevas condiciones del
mundo contemporáneo, así como aquellas ventajas
que se atribuyen al territorio veracruzano para partici-
par en una economía global, se constituyen como un
acicate para la renovación, transformación e inno-
vación de sus sistemas, modelos y políticas educati-
vas en todos los niveles del quehacer pedagógico y
formativo, así como de las estructuras institucionales
que lo sustentan; asimismo, obligan a repensar el sig-
nificado y los alcances que deben tener en Veracruz
los procesos educativos actuales.
En especial, nuestra entidad debe enfrentar el
problema de consolidar un verdadero sistema estatal
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz...
64
de educación superior, formador de seres humanos y
generador de conocimientos útiles y socialmente rele-
vantes. Es necesario también reforzar o impulsar el
desarrollo de nuevas instituciones culturalmente
vitales que respondan, de manera continua, a las cam-
biantes necesidades sociales y económicas del
entorno regional, nacional e internacional.
Hacia un sistema estatal de educación superior,
ciencia y tecnología
En México, desde principios de los años noventa se
reflexiona y se discute fuertemente sobre la necesidad
de una profunda reforma en el sistema de educación
superior y, especialmente, de la universidad pública. El
debate se ha vuelto cada día más polémico, hasta
hacer crisis con el reciente conflicto de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). Por el momen-
to, los tiempos políticos que vive el país parecen haber
postergado la necesaria búsqueda de respuestas a los
grandes problemas que afectan a la educación supe-
rior mexicana y, en particular, a sus universidades
públicas; la escasez de recursos financieros, la
urgente necesidad de garantizar la calidad educativa y
la pertinencia social de los programas académicos,
y los grandes desfases entre la oferta y la demanda de
estudios universitarios, son algunos de los problemas
más relevantes.
Por el momento no existen indicios claros que per-
mitan asegurar en qué forma evolucionará la edu-
cación superior en el país. Los reclamos sociales
emergidos del conflicto de la UNAM siguen siendo
vigentes; y no hay respuestas a cuestiones tan rele-
vantes como la necesaria redefinición de las rela-
ciones entre el Estado y las instituciones de educación
superior, o a interrogantes tales como ¿cuál es el
grado deseable de cobertura de este nivel educativo?,
¿se promoverá en cada una de las entidades federati-
vas del país el acceso a la educación superior a todos
los jóvenes que tengan los méritos académicos para
cursar estudios sin importar su situación económica?,
¿qué se planea hacer de la educación superior y del
desarrollo científico y tecnológico en cada entidad fede-
rativa de este país?
Lo que está fuera de toda duda es que, tanto en la
nación como en todo territorio estatal, se requiere
urgentemente de una nueva concepción que reva-
lorice el papel de la educación superior, de la ciencia y
la tecnología en el desarrollo nacional. Al respecto, es
claro que se debe tomar en cuenta la diversidad
regional en que se encuentran inmersas las distintas
entidades federativas del país.
Sin perder de vista nuestra propia naturaleza e
identidad como mexicanos, es urgente reflexionar,
actuar y poner en marcha estrategias regionalmente
diferenciadas para la formación educativa de nivel
superior, la investigación y la difusión del conocimien-
to y la cultura; funciones que han representado tradi-
cionalmente el papel social que les corresponde
desempeñar a las universidades. Hoy más que nunca,
esa responsabilidad social toma un lugar preponde-
rante frente al propósito de contribuir a solucionar los
rezagos sociales y económicos del país, en un con-
texto de cambio global y de un mundo cada vez más
competitivo y sin fronteras.
Los retos son abrumadores. Por una parte figuran
las aceleradas transformaciones sociales, económicas
y políticas que están aconteciendo en el ámbito
nacional y en las diversas regiones del país. En algu-
na medida todas las entidades federativas enfrentan
hoy una situación de inestabilidad, incertidumbre y vul-
nerabilidad social, que hace evidentes las limitaciones
del modelo nacional de desarrollo.
Por otra parte, tanto en la vida nacional como en
los diversos ámbitos locales, urbanos y rurales del
país, se manifiestan hoy, cada vez con mayor fuerza,
las nuevas condiciones económicas, comerciales y de
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
65
desarrollo tecnológico derivadas de los procesos de
globalización económica y cultural. Condiciones que
están poniendo a prueba la capacidad de las institu-
ciones, de los sistemas educativos, de los grupos
sociales y de los individuos para adaptarse e impo-
nerse a las condiciones de los nuevos tiempos.
Los efectos de la llamada globalización sobre la
sociedad y la economía nacional han abierto, incluso,
un debate al interior de la universidades, en relación a
que si éstos constituyen una amenaza para nuestra
soberanía nacional y nuestras tradiciones culturales, o
si, por el contrario, son instrumentos o vehículos que
podemos incorporar al desarrollo socioeconómico y
cultural del país. Cabría enfatizar que ni el aislacio-
nismo ni la incorporación irreflexiva a la nueva
geografía mundial son respuestas viables al desarrollo
nacional, regional, estatal o local. Alejándonos de las
posturas extremas, es necesario reconocer que la
globalización representa, al mismo tiempo, riesgos y
oportunidades que deben enfrentarse y aprovecharse.
El sistema nacional de educación superior y los
correspondientes subsistemas estatales tienen un
doble papel que jugar. Por una lado deben ser
capaces de ofrecer respuestas innovadoras a los
grandes problemas nacionales, estatales y locales,
tomando en cuenta que se manifiestan ahora en un
ambiente mucho más complejo ante la apertura inter-
nacional del país. Por el otro, deben tener la capacidad
de incorporar aquellos adelantos científicos y tec-
nológicos para innovar y mejorar la producción de
conocimientos, los procesos de enseñanza-aprendiza-
je y la movilidad de académicos y estudiantes.
Requieren, por lo tanto, diseñar y realizar procesos de
transformación institucional y de mejoramiento conti-
nuo con el fin último de aportar respuestas cualitativa-
mente diferentes a los desafíos que la sociedad mexi-
cana está enfrentando en el nuevo siglo.
En una época marcada por apremiantes necesi-
dades en todos los ámbitos de la geografía nacional,
por acelerados cambios propiciados por el avance
científico y tecnológico mundial, así como por proce-
sos de internacionalización no sólo de orden económi-
co, sino educativos y culturales, es obligatorio que las
instituciones de educación superior revisen sus méto-
dos de trabajo, sus formas de organización académica
y administrativa y las pautas sobre las cuales deben
inscribir su desarrollo institucional.
Sin embargo, es indudable que tales cambios
estarán supeditados a la importancia que el Estado mexi-
cano, el gobierno federal y los gobiernos estatales asig-
nen, de ahora en adelante, al sistema nacional y a los
sistemas estatales de educación superior, ciencia y tec-
nología, así como al consecuente tratamiento que se
otorgue a las instituciones educativas y científicas de ese
nivel. Es clara, pues, la urgencia de un nuevo contrato
social entre el Estado, la sociedad, los distintos niveles
de gobierno y las comunidades académicas y científicas.
En el pasado, la discusión sobre el desarrollo de la
educación superior, de la ciencia y de la tecnología en
México, así como de los procesos de transformación
de sus instituciones, ha sido encabezada, por el go-
bierno federal o por algunos grupos o miembros de la
comunidad académica de las instituciones más repre-
sentativas del país.
Es tiempo ya de que cada entidad federativa
emprenda una reflexión seria y constructiva acerca de
las particularidades que requieren ser observadas en
el desarrollo de sus propios sistemas de generación,
transmisión y aplicación de conocimientos. Sin pre-
tender contravenir los lineamientos ni las políticas de
orden nacional, las comunidades académicas, los dis-
tintos grupos sociales y los gobiernos estatales, deben
tomar parte en la discusión, definición y construcción
de sus sistemas educativos de nivel superior, así como
de las características especiales que pueda y deba
asumir el desarrollo científico y tecnológico estre-
chamente vinculado a las necesidades sociales y
económicas regionales.
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz...
66
Los términos generales del debate sobre los futu-
ros de la educación, de la ciencia y de la tecnología
en México sirven como referentes para todas las
regiones del país. Actualmente éstos giran en torno a
las cuestiones relacionadas con la calidad de los sis-
temas, de las instituciones y de los procesos educa-
tivos; a las alternativas de cambio organizacional y de
modelos educativos; a la valoración de los escenarios
futuros; a la construcción de nuevos modelos para la
generación y aplicación de conocimientos; y al diseño
de políticas y de estrategias de desarrollo institu-
cional.
Ante la velocidad de los cambios en los diversos
órdenes de la vida, la educación superior tiene que
transformarse en una educación para el futuro, incor-
porando la idea de que la actividad educativa en la for-
mación de profesionales debe preparar al estudiante,
no sólo para comprender los nuevos conocimientos,
sino para anticipar y crear el futuro.
La organización de la educación tendrá que sufrir
cambios tan radicales como los de la sociedad misma.
Un primer cambio debe gestarse en las estructuras
académicas que organizan los procesos de enseñan-
za-aprendizaje. La educación superior debe ser
dinámica y flexible. Su flexibilidad deberá buscar una
mayor interacción entre las entidades académicas y
entre las instituciones, con una clara tendencia hacia
los esquemas de trabajo inter o transdisciplinarios, que
propicien la articulación de las funciones de docencia,
investigación y extensión. Tal flexibilidad incluye los
aspectos curriculares, los sistemas de reconocimiento
de estudios, la administración escolar, la esfera laboral
y la normatividad. Esta necesaria reorganización
académica resulta fundamental para que las institu-
ciones educativas puedan anticiparse y salir al paso a
los cambios sociales, en vez de seguirlos con retraso
y de lejos.
En cuanto a la docencia, es indudable que todas
las entidades federativas de país deben ofrecer a las
nuevas generaciones de mexicanos, una mejor y
más amplia cobertura educativa, garantizando la cali-
dad de sus programas académicos. En el análisis de
esta problemática destaca la discusión sobre la
relación que debe guardar la formación de recursos
humanos con la competitividad económica y con los
cambios en el mercado de trabajo; estos derivan de
la reorganización de los procesos productivos que
propicia la globalización y el desarrollo tecnológico a
escala mundial. Se afirma constantemente que el
deseado reordenamiento interno de la economía
mexicana, dentro de un esquema de desarrollo sus-
tentable adecuadamente insertado en la dinámica
internacional, requiere tanto de la educación de una
fuerza de trabajo competitiva internacionalmente,
como del desarrollo de una capacidad en ciencia y
tecnología.
A lo anterior se agrega una discusión sobre la
forma en que las instituciones de educación superior
deben contribuir a la distribución social de conocimien-
tos y tecnologías. Igualmente, hay un llamado de aten-
ción sobre la necesidad de jugar un papel más decisi-
vo en el desarrollo de nuevos conocimientos de valor
económico y social:
a) Por una parte, dentro de un contexto económico,
se plantea que uno de los grandes retos de la
educación superior es el transformar a sus institu-
ciones en entidades generadoras de nuevos
conocimientos y vínculos con la producción
nacional e internacional. Los sectores económi-
cos que se prevén como los más dinámicos para
el desarrollo nacional y, en alguna medida, para
cada una de las entidades federativas del país, se
relacionan con las nuevas tecnologías, la elec-
trónica, la biotecnología, los nuevos materiales y
las telecomunicaciones; sectores que dependen
de una creciente innovación tecnológica y crea-
tividad científica. Esta línea de reflexión plantea
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
67
que debemos pasar de un aprendizaje local de los
conocimientos para asimilar esa tecnología, a un
franco proceso de desarrollo y producción de
innovaciones. Se afirma que las instituciones de
educación superior mexicanas deberán ser
capaces de crear su propia capacidad intelectual
al respecto, para que sus resultados tengan cada
vez más un valor material para la vida y el trabajo
diario que hoy, día con día, requiere de mayores
conocimientos técnicos, abstractos y de organi-
z a c i ó n .3
b) Por otra parte, existe también el planteamiento de
que los procesos de transformación de las universi-
dades como instituciones sociales relevantes,
deben no sólo contemplar una relación más
estrecha con la industria, el trabajo y la economía
nacional. El desarrollo nacional es más que creci-
miento económico y tiene que ver con la calidad de
vida, con el desarrollo cultural.
El futuro de la educación superior en las diversas
regiones del país debe entonces bosquejarse toman-
do en cuenta su papel dentro de la construcción de
una sociedad no sólo más próspera, sino también
más humana y más justa, reconociendo la diversidad
cultural y el derecho a ser diferentes. Así, además de
contribuir al desarrollo económico, la educación
superior tiene que consolidar, en cada una de las
entidades federativas de la nación, su papel promo-
tor del humanismo, las artes y la cultura. La amplia
herencia cultural, el rescate y la preservación de los
valores de nuestros pueblos, obligan a las institu-
ciones académicas –y en especial a las públicas–, a
conservar y desarrollar la tradición humanística, cul-
tural y artística en beneficio del desarrollo integral del
ser humano.
En consecuencia, los sistemas estatales de edu-
cación superior, deberán favorecer la diversidad de
sus instituciones. Frente a establecimientos de edu-
cación superior especializados en algún campo de
las ciencias o en la generación de tecnologías, por
ejemplo, deberán desarrollarse otros con prestigio en
negocios o en ciencias sociales, en respuesta a las
necesidades locales o regionales. En medio de todo
ello las artes deberán tener un impulso renovado. La
danza, el teatro, la música y las artes plásticas están
convocadas a cumplir, quizá con más pertinencia que
nunca, con su papel de desarrollar el espíritu
humano. Nada impide que estas disciplinas, en su
contacto con las expresiones populares y tradi-
cionales, también puedan gozar de los adelantos de
la tecnología en nuevos materiales, electrónica y
multimedia, entre otros.
En materia de vinculación y cooperación interinsti-
tucional hay también mucho quehacer. La comuni-
cación y la interacción nacional e internacional entre
las instituciones estatales de educación superior son
todavía incipientes; existe un largo camino por recorrer
en materia de intercambio académico, de desarrollo de
programas de estudio de licenciatura y posgrado de
carácter interinstitucional y de investigación científica y
tecnológica conjunta.
Respecto al financiamiento, se requiere que las
universidades estatales mejoren y diversifiquen la
captación de recursos financieros. Éstas deben
todavía cubrir un amplio trecho en cuanto a la posibili-
dad de la venta de servicios, programas de educación
continua, programas especiales para estudiantes
extranjeros, vinculación con sectores productivos y
regalías por concepto de propiedad intelectual.
Paralelamente, también es necesario que se perfec-
cionen sus sistemas de administración, racionalización
del gasto y de planeación.
Retos y oportunidades para el desarrollo del estado de Veracruz...
68
3 Didriksson T., Axel, La universidad del futuro. Un estudio sobre las rela -
ciones entre la educación, la ciencia y la tecnología en Estados Unidosde
Norteamérica, Japón, Suecia y México, Tesis para obtener el grado de
Doctor en Economía, UNAM, México, 1993, p. 212.
Conclusión
Como puede apreciarse, el espectro de las tareas a
emprender es muy amplio. Y sin temor a equivocación,
puede afirmarse que el desarrollo social, político,
económico y cultural, tanto del país como de sus dife-
rentes regiones, estará íntimamente correlacionado
con el desempeño de las universidades e instituciones
educativas y científicas de cada entidad federativa de
la nación. Sus actividades académicas así como su
organización, administración y gobierno, deberán
guiarse siempre por el afán de contribuir a la confor-
mación regional de una sociedad más democrática y
equitativa, y de una economía más fortalecida al servi-
cio de todos los sectores de la población.
En el caso particular del estado de Veracruz, es
necesario emprender el análisis y la discusión sobre el
futuro de la educación superior, la ciencia y la tec-
nología. Esta tarea deberá aportar los elementos para
justificar una política propia, que redimensione o mati-
ce las políticas nacionales al respecto. Proveería tam-
bién de los elementos necesarios para que en la enti-
dad veracruzana se iniciara el proceso de construcción
de una legislación estatal que, respetuosa del pacto
federal, definiera las pautas para el desarrollo de un
verdadero sistema estatal de educación superior, cien-
cia y tecnología, acorde a las necesidades y a la diver-
sidad del territorio veracruzano.
El paso de la sociedad veracruzana hacia una
economía y una sociedad cada vez más abierta y
global, obliga a revisar las estructuras y las formas en
que se expresan actualmente las tareas locales rela-
cionadas con la formación educativa en el nivel supe-
rior y con el desarrollo de la ciencia y de la tecnología.
Esta realidad abre un amplio espacio para la reflexión,
el análisis, el estudio y la discusión social sobre el
papel que la educación superior, la información y la
generación y aplicación de conocimientos deben
j u g a r, hoy en día, en el desarrollo del estado de
Veracruz.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 60-73
69
Preguntarse sobre las causas de la pobreza en nuestro
país resulta de una urgencia extrema, particularmente
cuando es evidente la ineficacia de los programas asis-
tenciales orientados a enfrentarla. Si se considera a la
pobreza como un problema coyuntural, se la aborda ata-
cando sus manifestaciones más críticas. Sin embargo, en
México, la pobreza no es un mero resultado momentáneo
del ajuste de la economía. Se trata de un problema de
carácter estructural. Es el resultado de la histórica hetero-
geneidad de nuestra estructura económica, que ha sido
potenciado por la creciente concentración de la riqueza.
Como todo país de capitalismo periférico, México
está caracterizado por la más profunda desigualdad
social. A partir del Porfiriato, han tenido lugar tres
grandes modernizaciones: la de ese periodo, que adap-
tó la estructura económica a la posición del país en la
división internacional del trabajo como proveedor de
materias primas; la del Estado mexicano posrevolu-
cionario, que creó las condiciones materiales de la acu-
mulación capitalista y promovió la industrialización; y la
más reciente, que con un discurso de reestructuración
productiva ha provocado desindustrialización con la
quiebra masiva de empresas de un gran número de
ramas de actividad, y generado la nueva inserción al
mercado mundial basada en un reducido número de
empresas, fundamentalmente de origen transnacional.
El proyecto posrevolucionario fue marcadamente
excluyente tanto por la incapacidad del modelo de corre-
gir la heterogeneidad de la estructura económica y de
absorber de manera eficiente a la fuerza de trabajo,
como por las funciones asignadas en aquel a la agricul-
tura en general y a la de tipo campesino en específico.
Otra razón se encuentra en los mecanismos de control
corporativo de los trabajadores, que por la vía política
mantuvieron bajo el nivel de los salarios, lo que fue
reforzado con la política industrial, que al permitir la
importación subsidiada de tecnología ahorradora de tra-
bajo, lo abarataba en términos relativos. El resultado fue
una muy desigual distribución de la riqueza y una pro-
funda desigualdad social.
A partir del cambio hacia el modelo monetarista,
también llamado neoliberal, la desigualdad social se ha
profundizado. La nueva política económica se centró en
el control de la inflación, el equilibrio en el presupuesto
público y en la apertura del mercado. Primero a través
de los distintos “pactos”, desde 1987 el crecimiento de
los salarios se ha mantenido por debajo de la tasa de
inflación; al desaparecer aquellos, la propia estrechez
del mercado mantiene a la baja los salarios reales, si
70
El carácter estructuralde la pobreza enMéxico
Ivonne Carrillo Dewar*
* Investigadora del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana.
bien en algunas ramas se observan recuperaciones
marginales, de carácter coyuntural.
La liberalización de la economía se ha traducido en
mayor empobrecimiento para aquellas unidades de pro-
ducción cuya lógica interna no es la del mercado, si bien
se encuentran subordinadas a éste; artesanos urbanos
y campesinos, inmersos en un proceso de descomposi-
ción/supervivencia por su exclusión de los beneficios
del modelo de fuerte rectoría estatal, se convierten bajo
el nuevo modelo en el medio de la supervivencia ante
un mercado laboral cada vez más estrecho y con condi-
ciones laborales cada vez más precarias.
El objetivo de este trabajo es realizar una primera
aproximación a las causas de la profunda desigualdad
social en México. La tesis que orienta la búsqueda es
que la pobreza tiene un carácter estructural, es decir,
que es resultado de la no resuelta heterogeneidad de
la estructura económica, asunto que se aborda en el
primer apartado. En el segundo se analiza la orien-
tación de la política económica tanto antes como
después de 1982, para responder a la pregunta acer-
ca de si la política neoliberal permite enfrentar el pro-
blema de la desigualdad social en nuestro país. Por
último, se presentan las conclusiones.
1. El carácter estructural de la pobreza en México
En México la pobreza tiene un origen estructural. A
más de siete décadas de iniciado el proceso de moder-
nización del país y de constitución del mercado capi-
talista interno a través de la industrialización por
sustitución de importaciones, persiste la más profunda
heterogeneidad de nuestras estructuras económica y
social, vinculada con una de las más grandes concen-
traciones del ingreso a nivel mundial. La específica
estrategia del modelo adoptado condujo a una indus-
trialización trunca, con profundos desequilibrios a los
que se asocian la estrechez crónica del mercado inter-
no, la insuficiencia del ahorro y la cada vez mayor
incapacidad del mercado de absorber eficientemente a
la fuerza de trabajo.
Dado el indiscutible papel rector del Estado en la
economía, es posible encontrar las características del
proceso revisando los ejes centrales de la política
económica. A grandes rasgos, en todo el proceso de
modernización centrado en la industrialización (con
sus distintos periodos: sustitución de importaciones,
desarrollo estabilizador, y petrolización de la econo-
mía) se observa una contradicción entre el efectivo
crecimiento económico, con las inevitables crisis, y la
profundización de la heterogeneidad estructural y de la
consecuente desigualdad. Sin embargo, el carácter
orientado al mercado interno del modelo confería al
mercado de trabajo una aceptable capacidad de
absorción de la creciente oferta.
La redefinición del papel del Estado en la
economía a partir de la adopción de la receta mone-
tarista desde los primeros años de los ochenta se tra-
duce en un cambio en el modelo económico. Ahora la
orientación no es más hacia el mercado interno, sino
hacia el mercado mundial. El principio neoliberal de
Estado mínimo se traduce en la renuncia a cumplir las
dos funciones inherentes al Estado en el capitalismo
periférico: la de promover el crecimiento y el desarro-
llo, y la de redistribución del ingreso.
Considerar a la inflación sólo como un fenómeno
monetario que además está determinado por el déficit
público, condiciona la adopción en el largo plazo de
una política económica de ajuste diseñada para
coyunturas específicas, con lo que convierte a un
problema de crisis económica derivado de los dese-
quilibrios estructurales del modelo de desarrollo ante-
rior, en una larga y cada vez más profunda recesión.
Por otra parte, la creciente internacionalización de
nuestra economía, la inserción en la llamada globali-
zación, al ocurrir en el contexto de la redefinición del
Estado y la pérdida del carácter nacionalista del
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 74-85
71
modelo de desarrollo, se traduce en una apertura
indiscriminada y sin las graduaciones necesarias, que
refuerza las consecuencias desindustrializadoras y de
quiebra de la planta productiva del proceso general de
liberalización económica. La consecuencia es una
incapacidad del mercado cada vez mayor de absorber
eficiente y productivamente la fuerza de trabajo y una
mayor desigualdad social. En el siguiente subapartado
se estudia la pobreza como efecto de la heterogenei-
dad de la estructura agraria, reforzada por la política
económica durante el periodo de fuerte rectoría
estatal.
1.1 Estructura agraria y pobreza
Es posible afirmar que a través de las distintas fun-
ciones asignadas a la agricultura en el proyecto pos-
revolucionario de modernización del país, aquella
financió buena parte de la industrialización. Las
exportaciones de productos agrícolas comerciales
(fundamentalmente café, azúcar, tabaco) aportaron las
divisas necesarias para las crecientes importaciones
de bienes de capital e insumos que requería el sector
industrial. Asimismo, la agricultura campesina cumplió
las funciones de abastecer de bienes salario baratos,
así como de aportar grandes cantidades de fuerza de
trabajo cuyo valor de reproducción recaía sólo parcial-
mente sobre el capital, manteniendo también así bajo
el nivel histórico de los salarios. Los distintos meca-
nismos de transferencia de valor de la agricultura
hacia la industria se mantuvieron hasta finales de la
década del setenta.
Hablar del campo en México es referirse a una
estructura muy heterogénea en cuanto a régimen de
propiedad, forma de organización de la producción,
tamaño de la unidad, tecnología y formas de inserción
al mercado. Dentro de esa complejidad, destacan los
dos extremos, circunstancia que llevó a hablar de una
polarización del desarrollo agropecuario, consecuen-
cia directa, por una parte, de un reparto agrario incom-
pleto tanto en lo que se refiere a la dotación efectiva
de la superficie formalmente asignada, como en la
consecuente creación de los sistemas de apoyo
financiero, técnico y comercial a la tierra realmente
repartida; y por otra parte, es consecuencia de la ver-
tiente de la política agropecuaria orientada a crear las
condiciones materiales de reproducción de la agricul-
tura de corte capitalista. A este respecto,
[...] en 1968, por ejemplo, la mitad de los predios,
considerados de subsistencia, contaban con un capi-
tal de 6000 en promedio. Los predios modernos, en
tanto, que sumaban apenas 7 por ciento del total,
contaban con más de 110 000 pesos en promedio y
poseían 71 por ciento de la superficie irrigada. Es
necesario hacer notar que para 1970, la mitad de las
disponibilidades de fertilizantes se utilizaron en los
estados de Sonora, Guanajuato y Jalisco, en tanto
que los veinte estados con menor consumo alcanza-
ban menos de una quinta parte.1.
Agrandes rasgos, la crisis alimentaria que se manifies-
ta abiertamente desde los primeros años setenta, fue
antecedida por al menos cuatro indicios claros desde la
segunda mitad de la década anterior en la que se con-
trae la inversión pública hacia el sector, se estanca la
superficie cosechada, se reduce la productividad, y se
observa una creciente rigidez de los precios de garan-
t í a .2 El desplome de la producción de granos básicos
obliga a realizar importaciones en aumento, fundamen-
talmente de maíz, representando las de este producto
prácticamente el 25 por ciento de la producción
nacional en 1975;3 el resultado es un saldo negativo de
la balanza comercial agrícola cada vez mayor.
El caracter estructural de la pobreza en México
72
1 Luis Ángeles, Crisis y coyuntura de la economía mexicana, El Caballito,
México, 1982, pp. 66-67.
2 Ibidem, pp. 69-71.
3 Idem.
Lejos de orientarse hacia las zonas temporaleras y
los productores campesinos, la política agropecuaria
de los años setenta intentó incrementar la rentabilidad
de los productos comerciales, con lo que profundizó la
crisis alimentaria, sin resolver el agotamiento del mo-
delo de crecimiento adoptado ni las causas estruc-
turales de la crisis económica del país.
Buena parte de la función de financiar la industria-
lización por los distintos medios enunciados recayó
sobre la economía campesina, precisamente esa que
quedó excluida de los beneficios de la modernización.
Al mismo tiempo, los predios campesinos (fundamen-
talmente constituidos por ejidos, comunidades y mini-
fundio privado en las zonas temporaleras) se vieron
presionados ante la competencia por el uso de la tierra
que se suscitó ante la creciente demanda por produc-
tos agropecuarios comerciales derivada del desarrollo
urbano-industrial. Así, la economía campesina entró en
un complejo proceso de descomposición/supervivencia
que en buena medida está asociado a la crisis en la
producción de alimentos básicos4 que se profundiza en
la década del setenta.
Tal proceso explica también el anárquico creci-
miento urbano. La creciente emigración rural hacia las
áreas urbanas puso en tensión la de por sí insuficiente
capacidad de absorción del mercado urbano de tra-
bajo. La mayor parte de esa fuerza de trabajo cam-
pesina emigrante se ubica en las ramas que requieren
una menor calificación, en el servicio doméstico, en la
construcción y en la creciente economía informal. Así,
la aparente dicotomía entre lo urbano y lo rural es rota
si se reconoce a la desigualdad social, con su extremo
de pobreza, como el hilo que convierte a esos ámbitos
en una continuitas dialéctica.
Por otra parte, entre la segunda mitad de la década
del sesenta y los primeros años de la década del seten-
ta, la inversión privada en las actividades agropecuarias
se estancó y, si bien la pública orientada al sector
aumentó, no lo hizo con los ritmos necesarios. La con-
secuencia fue que durante el lapso 1965-1972 el pro-
ducto agrícola sólo pudo crecer a un ritmo anual de 1 %
y algunas mercancías agrícolas como el maíz y el frijol,
alimentos esenciales de la población, experimentaron
descensos absolutos en su producción. En cambio, el
sector pecuario, orientado a satisfacer la demanda de
grupos con ingresos medios y altos, creció 4 % anual.5
La pobreza en nuestro país, como se sostiene
líneas arriba, tiene su origen en la profunda hetero-
geneidad de la estructura económica. Está claro que la
pobreza es mayor en las áreas rurales, tanto en térmi-
nos absolutos como relativos. Por la pervivencia de
formas no capitalistas de organización de la produc-
ción, la estructura de clases en el campo es muy com-
pleja. La inserción subordinada de estas formas al
mercado, así como su incompleta e injusta incorpo-
ración al proyecto mestizo de país, convierte a sus
miembros en los pobres entre los pobres. Como un
indicador de esta compleja estructura social en el
campo y de la desigualdad inherente se observa que
en los primeros años de la década del setenta
La polarización de la agricultura siguió aumentando:
los predios de infrasubsistencia, 43 % de todos los
predios, contribuyeron con 2.3 % del producto secto-
rial, mientras que las explotaciones capitalistas
grandes y medianas aportaron 70 % del producto
siendo sólo el 10 % de los predios. Nuevamente la
política estatal fue factor decisivo en esta negativa
evolución. Los precios de los granos básicos, pro-
ducidos esencialmente por la economía campesina,
en particular el maíz y el frijol, permanecieron estáti-
cos en la década 1963-1972. En cambio, los precios
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 74-85
73
4 Consúltese, entre otros autores, Fernando Rello, “Ajuste macroeconó-
mico y política agrícola en México”, Carlos Bazdresch et al (comp.),
México, auge, crisis y ajuste, El Trimestre Económico-FCE, vol. 3, México,
1993, pp. 374-375. 5 Idem.
de las materias primas industriales, producidas por
empresarios con mayores recursos económicos, y los
de los bienes de exportación, tuvieron un compor-
tamiento más favorable. Asimismo, el reparto agrario
siguió fomentando el minifundismo y la calidad de la
tierra distribuida fue en descenso.6
La modernización emprendida por el Estado emanado de
la Revolución de 1910 falló en lograr la inclusión de la
mayoría de la población. El hecho de que la reforma
agraria se quedó en el solo reparto de la tierra y no pro-
cedió a generar las condiciones técnicas, financieras y de
acceso a los mercados para la mayor parte de la tierras
repartidas, así como las funciones asignadas a la
economía campesina en el proyecto de industrialización,
lejos de disminuir la heterogeneidad estructural y social,
la han profundizado. Esa es una de las causas estruc-
turales de la pobreza en México. El siguiente subaparta-
do se ocupa de analizar a grandes rasgos los efectos de
la política neoliberal sobre la pobreza rural.
1.2 Modelo neoliberal y pobreza en el campo
A lo largo de la década de los años setenta el ago-
tamiento del modelo de crecimiento adoptado se
manifestaba en el campo a través de la crisis ali-
mentaria y del proceso de descomposición –super-
vivencia de la economía campesina. Pero la agricul-
tura empresarial y la ganadería presentaban un
dinamismo considerable. A partir de la profun-
dización de la crisis económica de principios de la
década del ochenta, la contracción del mercado
interno habría también de afectar la rentabilidad y
las posibilidades de realización del valor en estas
ramas. La contracción del crédito y la inversión
pública hacia el campo y las características de la
apertura comercial reforzaron esta tendencia de
manera que la entonces crisis alimentaria, preocu-
p a n t e per se, se ha transformado en una profunda
crisis del sector, con el consiguiente empobreci-
miento de productores pequeños y medianos. En
general, durante la década de los años ochenta,
[...] del programa estabilizador se desprendieron
políticas desfavorables en la agricultura. La contrac-
ción del gasto público afectó a todos los sectores,
pero más al agropecuario. El rubro de la inversión
agropecuaria experimentó una drástica disminución
(se redujo en más de la mitad de lo que se invertía en
1980 en términos reales). Esto […] se tradujo en una
grave disminución del ritmo de incorporación de tier-
ra a los sistemas de riego, factor que tradicional-
mente había desempeñado un papel muy importante
en el incremento de la producción y de la productivi-
dad [...] El financiamiento canalizado por [...] la banca
oficial agropecuaria (BANRURAL) disminuyó [...] en
términos reales para ambas agriculturas, de riego y
de temporal [...] Otro de los aspectos negativos del
ajuste fiscal es la reducción del subsidio financiero
[...] Los precios de algunos bienes y servicios públi-
cos [...] aumentaron considerablemente [...] se ter-
minó la época de insumos agrícolas baratos [...]7
La apertura comercial, la desincorporación, desapari-
ción y venta de prácticamente todas las instituciones
públicas relacionadas con el sector primario, la con-
tracción de la inversión, y la contracción del mercado
interno constituyen el contexto que explica la crisis del
sector. Es cierto que coyunturalmente se observa algu-
na recuperación, pero ésta es errática y ocurre en sólo
algunas ramas. En prácticamente todos los productos
del patrón productivo, la situación es crítica.
La negociación de cada acuerdo comercial ha des-
cuidado establecer cláusulas que consideren la reali-
dad de nuestro patrón productivo agropecuario en
El caracter estructural de la pobreza en México
74
6 Ibídem, p. 375. 7 Ibídem, pp. 378-1379.
t é rminos tecnológicos, financieros, y de tipo de organi-
zación de la producción. Tal error no ha sido cometido
por los distintos socios en cada acuerdo. Con la clara
excepción de los productores de hortalizas de Sinaloa,
para prácticamente todas las ramas agropecuarias los
tratados comerciales han resultado una vuelta de tuer-
ca de una política económica que no sólo renuncia a
cualquier consideración a la soberanía alimentaria,
sino también a cualquier objetivo de crecimiento
sostenido del sector primario, a diferencia del claro
proteccionismo de los países industrializados hacia
sus productores agropecuarios.
Como se ha sostenido, hasta antes de 1982 la
ganadería observaba tasa de crecimiento muy altas.
Además de la contracción del mercado interno, a par-
tir de esa fecha la han afectado las modalidades de la
apertura comercial, particularmente el Tratado de Libre
comercio con América del Norte:
Uno de los sectores afectados debido a la competen-
cia desleal es el ganadero. De 1983 a la fecha las
empresas estadounidenses elevaron en 450 % sus
exportaciones de carne a México. El kilogramo de su
producto se vende a 18 pesos, mientras que el pro-
ducto nacional, que se queda sin mercado, se ofrece
a más de 30 pesos el kilo en promedio. Durante 1998,
ingresaron 340 mil toneladas de carne de res prove-
niente de Estados Unidos. Por esta razón, en México
se dejó de producir 230 mil toneladas de carne, lo
que significó pérdidas por más de tres mil millones de
dólares. El desplazamiento del producto nacional se
ha manifestado en el cierre de algunos ranchos
ganaderos, quiebra masiva de empresas, pérdida de
fuentes de empleo y subutilización de la capacidad
instalada...8
Con las modalidades que el problema asume en cada
rama, la nueva política, que se vuelca hacia el merca-
do externo ha colocado en seria crisis a buena parte
del sector agropecuario: café, caña de azúcar, cebada,
arroz, cítricos. El resultado ha sido mayor empobreci-
miento del campo y mayor desigualdad social, porque
“durante estos diez años del TLCAN, los programas de
apoyo para el campo beneficiaron más a los grandes
productores comerciales, mientras que los menos
atendidos fueron los pequeños agricultores, principal-
mente los dedicados a granos básicos y oleaginosas
[...] Procampo sólo registra a 2.5 millones de produc-
tores propietarios beneficiados, de un universo de 3.5
millones, pero de la cifra global sólo 200 mil reciben
apoyos a la comercialización [...]”.9 En el siguiente
apartado se estudia la relación entre política económi-
ca y pobreza.
2. Política económica y pobreza
La segunda modernización de México, emprendida a
partir de la consolidación del Estado mexicano posre-
volucionario, en la década de los años treinta, tuvo
como objetivo principal y eje central la industrialización.
Tal proceso requirió de una creciente participación
directa del Estado en los procesos productivos. Hasta
los primeros años ochenta, el Estado no sólo cumplió el
papel regulador de las imperfecciones del mercado,
sino que fue el gestor de éste, al desempeñar las funcio-
nes de promover el desarrollo y de redistribuir el ingreso.
Con una fuerte rectoría estatal, hasta principios de
la década de los años ochenta, el desarrollo socio-
económico del país se articuló a partir de la industriali-
zación, basada en su primera etapa en el modelo de
sustitución de importaciones. Tal proceso generó un
patrón productivo dependiente del exterior en términos
tecnológicos y financieros, con problemas de articu-
lación de las cadenas productivas entre ramas y sec-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 74-85
75
8 María E. Padua, México en el umbral del siglo XXI. Los efectos de la
globalización, Fontamara, México, 1999, p. 103. 9 José Romero y Alicia Puyama, El Financiero, 6 de abril de 2004, p. 14.
tores, concentrado territorialmente e incapaz de
absorber de manera eficiente sólo a una parte de la
fuerza de trabajo.
Lo anterior impidió la superación de la heterogenei-
dad estructural y social del país, propició estrechez
crónica del mercado interno, insuficiencia estructural en
la generación de ahorro y déficit permanente en la cuen-
ta corriente de la balanza de pagos. Por el lado de las
finanzas públicas, la específica política de ingresos,
fuertemente regresiva, sustentada fundamentalmente
en los causantes cautivos, que ha permitido la elusión y
la evasión fiscales, y se ha rehusado a gravar las
grandes ganancias, particularmente las especulativas
(características que la política neoliberal no ha modifi-
cado), se traducía en cada vez mayor insuficiencia
frente al creciente gasto asociado a la promoción del
crecimiento y al subsidio por múltiples vías al capital y,
por lo tanto, en déficit permanente y en aumento.
El fallido intento de reorientar el modelo de desa-
rrollo, emprendido en la década de los años setenta
a partir del descubrimiento de importantes yacimien-
tos petroleros en las entidades y las costas del
sureste mexicano, en una coyuntura favorable del
mercado internacional de hidrocarburos, se tradujo
en el conocido problema de la deuda externa, cuya
negociación habría de ser uno de los factores deter-
minantes en la imposición al país de la política de
ajuste estructural por parte de los organismos
financieros internacionales.
Desde 1982, la política neoliberal en México se ha
centrado en el desmantelamiento de toda la estrategia
desarrollista. Los objetivos de desarrollo económico
son subordinados a los de control de la inflación, equi-
librio del presupuesto público y apertura al mercado
mundial. El régimen de protección a la planta produc-
tiva nacional es sustituido por una apertura rápida e
indiscriminada a los mercados externos.
El nuevo paradigma es el de la globalización. Los
determinantes externos impuestos por ésta y el
carácter periférico del país en tal proceso dominan la
escena, sin consideración al hecho probado en los
países de capitalismo originario de que resolver
inteligentemente la tensión entre las exigencias del
mercado mundial y las de la necesidad de proteger la
propia estructura productiva es central en todo pro-
ceso de industrialización, o de desarrollo en general.
Lo anterior es particularmente cierto en las forma-
ciones socioeconómicas con una estructura producti-
va tan heterogénea como la nuestra. La dialéctica
entre liberalización y proteccionismo no se resuelve
adoptando aquella de frma indiscriminada, casi
como un dogma de fe. El siguiente subapartado se
ocupa de analizar la relación entre pobreza y merca-
do de trabajo durante el periodo de fuerte rectoría
e s t a t a l .
2.1 Absorción del mercado de trabajo en el periodo de
economía mixta
El desempleo en México tiene un carácter estructu-
ral. La incapacidad del mercado de trabajo de
absorber eficiente y productivamente a la mayor
proporción de la fuerza de trabajo, así como el bajo
valor que históricamente alcanza ésta en el merca-
do, constituyen la causa estructural de la pobreza
urbana, junto con la heterogeneidad de la estruc-
tura productiva. Respecto a esta última, la indus-
trialización en nuestro país, al articularse en su
primera fase sobre un patrón de consumo importa-
do, urbano y correspondiente a las clases media y
alta, profundizó la heterogeneidad de la estructura
e c o n ó m i c a .
Incluso durante los años que van de 1950 a 1960,
de acelerado crecimiento de la economía, producto
del modelo de industrialización, el empleo urbano no
formal se ubicaba en el orden del diez por ciento,
cifra a la que habría aún que agregar la correspon-
diente al servicio doméstico, de entre 3.2 y 3.5 por
El caracter estructural de la pobreza en México
76
c i e n t o .1 0 En otras palabras, en una década de con-
solidación del mercado interno, el subempleo se ubi-
caba en un orden cercano al 15 por ciento.
Con la estrategia denominada de desarrollo esta-
bilizador, que se inicia en los últimos años cincuenta y
abarca más o menos hasta 1970, se profundiza la
industrialización, pasando el sector secundario de par-
ticipar con el 28 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB) en 1960, a 33 por ciento en 1970.11 Durante esta
fase se intenta pasar de la sustitución de bienes de
consumo final, hacia la incipiente producción interna
de bienes de capital e intermedios. Todo el instrumen-
tal proteccionista se orienta hacia las ramas prioritarias
en esta nueva estrategia, fuertemente intensivas en
capital, desestimando a las anteriores ramas, intensi-
vas en trabajo. Así,
Con tales cambios, el sector manufacturero vio dis-
minuida su participación en el PIB a lo largo de la
década de crecimiento acelerado y sostenido, mien-
tras ganaban significación los de elevado contenido
técnico como los productos químicos, la petroquímica
y en alguna medida los bienes intermedios y de capi -
tal en su tardío arranque. Los bienes de consumo
generalizado en cambio, como los alimentos, las
bebidas, los textiles y las prendas de vestir –produc-
tos de elevada absorción de fuerza de trabajo–
habían perdido significación.12.
Con esta nueva versión de la política económica se
debilita fuertemente la capacidad del mercado urbano
de absorber fuerza de trabajo, cuya oferta se poten-
ciaba por el propio crecimiento natural de la población
en la ciudades y los crecientes contingentes de
migración procedente de la áreas rurales. Por otra
parte, el sistema político de partido de Estado, basado
en una estructura corporativa, permitía el control de
los trabajadores al servir de correa de transmisión de
sus demandas; ambos procesos ejercieron una con-
tinua presión hacia la baja sobre el precio de la fuerza
de trabajo. A lo anterior se suma el efecto de abaratar
el trabajo en términos relativos que tuvo la política pro-
teccionista:
La industrialización sustitutiva de importaciones,
asumida como estrategia de crecimiento y colocada
en el eje de la política económica, diseñó para su
consecución un instrumental altamente protec-
cionista, distorsionador del uso del capital y el traba-
jo, usándolos incluso a la inversa respecto de la
dotación nacional de factores: abundantemente el
factor escaso, el capital, y escasamente el abun-
dante, el trabajo.13
Por lo que hace a la distribución del ingreso, se obser-
va una muy alta concentración; la política salarial a lo
largo de la década de 1970 había intentado revertir la
estrechez del mercado y recuperar legitimidad política
a través del crecimiento de los salarios reales. Sin
embargo, para 1977 el extremo más alto de la dis-
tribución estaba constituido por sólo el 4 por ciento de
las familias, del que 2.2 % percibía entre seis y ocho
salarios mínimos, y 1.8 % más de ocho mínimos; En
el extremo de los ingresos más bajos, 38.7 % de las
familias percibían entre cero y un salario mínimo;
entre cero y dos mínimos, se ubicaba el 70 % de las
f a m i l i a s .1 4
Considerando la distribución por deciles en 1979, el
diez por ciento de las familias concentraba el 45.48 %
de los ingresos; entre éste y el noveno decil concen-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 74-85
77
10 Alba, Francisco (1993), “El mercado de trabajo: cambios en el modelo
de absorción de la fuerza laboral”, en Bazdresch, Carlos, et.
al(Compiladores), México: auge, crisis y ajuste, El Trimestre Económico,
Lecturas 73, vol. 3, México, p. 184.
11 Ángeles, Luis ((1982), Crisis y coyuntura de la economía mexicana, EL
Caballito, México, pp. 15-16.
12 Ibídem, p. 16.
13 Ibídem, pp. 29-30.
14 Jesús A. Oliver R., Prólogo. Formación socioeconómica y política de
México, Limusa/INAH, México, 1999, p. 515.
traban el 59.37 % de los ingresos; en otras palabras,
20 % de las familias poseía dos terceras partes de la
riqueza. En el otro extremo, el decil con los ingresos
más bajos recibió el 1.08 %; sumados los tres deciles
más bajos, les correspondió sólo el 6.52 % de los
ingresos; la mitad más pobre de la población percibía
en conjunto el 16.67 % de los ingresos.15 El círculo
vicioso de concentración de la riqueza/pobreza
extrema/estrechez crónica del mercado interno.
2.2 Modelo neoliberal.
La orientación al mercado externo, quiebre de la
capacidad de absorción del mercado de trabajo e
incremento de la desigualdad
La receta monetarista que a partir de 1982 ha definido
la política económica de nuestro país, centrada en el
control de la inflación, el equilibrio en la finanzas públi-
cas y, en general, en la liberalización de la economía en
todos sus órdenes, tiene un eje rector: orientar el mode-
lo económico al mercado externo; en otras palabras, la
renuncia a considerar al propio mercado interno como el
motor del crecimiento. Desde el régimen de Salinas, el
ingreso del país a la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (O C D E), que agrupa a los
industrializados, se publicitó como prueba de que la
nuestra era una economía del primer mundo, lo que se
ha sustentado en el creciente peso de nuestras exporta-
ciones en el mercado mundial, que colocaban al país
como la décima o novena hasta el año 2000.
Aparentemente, para principios de este año, ya somos
la séptima potencia exportadora del mundo.1 6
El modelo monetarista con el que a partir de los
primeros años de la década del ochenta se ha intenta-
do una nueva modernización centra el ajuste estruc-
tural en la contracción de la demanda interna, a través
de la reducción tanto de los salarios como del gasto
público, al desincorporarse y privatizarse práctica-
mente todo el aparato productivo del Estado, y al con-
traerse fuertemente el gasto social.
Por otro lado, la nueva inserción al mercado mun-
dial presenta dos ejes. Uno consiste en la desaparición
de toda la estrategia proteccionista, sin plazos y tácticas
específicas por rama y tipo/tamaño de empresa lo que,
junto a la cada vez mayor contracción del mercado y del
crédito productivo internos se ha traducido desde la
primera mitad de la década de los años ochenta en la
quiebra de buena parte de las unidades productivas en
varias ramas de la economía ante la entrada masiva de
productos a precios con los que no podrían competir
(que muchas veces contienen un fuerte componente
d u m p i n g). Sólo durante 2003, cerraron cerca de cuatro
mil pequeñas y medianas empresas.1 7
De una estrategia centrada en la industrialización
del país y el crecimiento del mercado interno, se pasa a
otra que se centra en la participación en el mercado
mundial principalmente a través de la industria maqui-
ladora y las filiales de empresas transnacionales.
Durante 2003, el 48.85 % del valor de las exportaciones
procedía de 2, 805 grandes empresas; sin embargo, la
concentración es aún mayor, pues el 25 % de las ven-
tas al exterior fue producto de sólo 50 empresas.1 8
Detrás del t r i u n f o e x p o r t a d o r, está únicamente el
reforzar la tradicional posición del país en la división
internacional del trabajo como proveedor de materias
primas, con el papel de proveedor de fuerza de trabajo
barata, para las fases más intensivas en este recurso de
los flexibles procesos de trabajo de las grandes transna-
cionales. Esta nueva estrategia, en lugar de buscar una
más eficiente y competitiva inserción al mercado mun-
dial, nos desindustrializa y nos empobrece.
El caracter estructural de la pobreza en México
78
15 Ibídem, Anexo, p. 518.
16 El Financiero, 30 de marzo de 2004.
17 El Financiero, 2 de marzo de 2004.
18 El Financiero, 2 de marzo de 2004.
En lo que respecta al nivel de vida de la población,
las consecuencias de la operación en México del
modelo neoliberal han sido trágicas. En tanto que
entre 1940 y 1980 el ingreso por habitante había cre-
cido en 3.1 por ciento anual en promedio, a partir de
esa fecha lo que se observa es una constante reduc-
ción de aquel como resultado de un crecimiento de la
economía por debajo del de la población, o de francas
contracciones del producto interno.
Por otra parte, la contracción de los salarios reales ha
sido pieza clave en el diseño de la política económica
desde el gobierno de Miguel de la Madrid. Toda vez que la
evaluación que esa administración hizo de la crisis de
1982 ubicaba el problema en el nivel del déficit público y
en un exceso de la demanda agregada, se aplicó una
política de ajuste consistente en la desincorporación de
organismos y empresas del sector paraestatal, reducción
del gasto público y contracción de la demanda, sustenta-
da esta última meta en la contracción de los salarios reales
mediante los llamados “pactos”, en los que se fijaba un
crecimiento salarial por debajo de la tasa de inflación.
Esa medida tuvo además la intención de atraer capi-
tal externo por la doble competitividad de los sectores
intensivos en mano de obra, fomentándose así el nuevo
paradigma de la industrialización mexicana: el de la
maquila. Así, entre 1982 y 1987 la reducción del salario
mínimo general fue del orden del 44 por ciento en térmi-
nos reales, y la de los salarios contractuales del 40.5 por
ciento. Para estos últimos, la pérdida histórica de poder
de compra después de más de veinte años de política
neoliberal se calcula en el orden del 70 por ciento.1 9
La desigualdad social se ha profundizado. A lo
largo de la década de los años ochenta el ingreso per
cápita de los trabajadores se contrajo en 37 %.20 Para
principios de la década de los noventa,
los hogares pobres por ingresos, integrados por 56.6 %
de la población nacional, perciben solamente 14.3 %
del ingreso de los hogares. Los indigentes por ingre-
sos, que representan más de la cuarta parte de la
población nacional (26.9 %), perciben sólo el 4.2 %
del ingreso de los hogares, mientras la clase alta, 4.4
% de las personas, perciben cerca de la mitad del
ingreso.21
Tal situación no ha tendido a corregirse. A pesar de las
recuperaciones coyunturales de la economía, que
ocurren a expensas de algunas empresas en unas
cuantas ramas, el grueso de la planta productiva
nacional se enfrenta a la permanente recesión.
Un modelo de política económica que renuncia a
construir la homogeneidad de su propia estructura pro-
ductiva y, vuelto exclusivamente hacia el mercado
externo, se olvida del interno, es como un edificio
construido sin cimientos. El mercado mundial de capi-
tales sigue los vaivenes de la dinámica de la economía
global, en el mejor de los casos; en el peor, responde
a la volatilidad del mercado financiero.
Durante el año 2000, los flujos globales de inversión
extranjera directa (I E D) ascendieron a 1.4 billones de
dólares. Con una contracción del 40.8 %, durante 2001
ascendieron a sólo 824 mil millones; un año después,
habrían sido de 651 mil millones y durante 2003 fueron
de sólo 653 mil millones, de los cuales 467 mil millones
se orientaron a los países desarrollados. La IED capta-
da por nuestro país en 2003, de 10 731 millones de
dólares, representó un 26 % menos de lo recibido en
2002. De lo captado, sólo 2 651 millones consistieron de
nuevas inversiones, lo que significa una reducción en
este rubro del orden del 64 % respecto al año previo; el
resto consistió de 2, 322 millones por reinversión de
utilidades, por cuentas entre compañías, 3 797 millones
y 1 961 millones por importaciones de activo fijo.2 2
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 74-85
79
19 El Financiero, 19 de abril de 2004.
20 Julio Boltvinik y Enrique Hernández L., Pobreza y distribución del ingre -
so en México, Siglo XXI, México, 1999, p. 26.
21 Ibídem, p. 24.
22 El Financiero, 27 de febrero de 2004.
Fundamentalmente como resultado del compor-
tamiento de la IED, entre los años de 2000 y 2003, en
la industria maquiladora de exportación se perdieron
entre 245 mil y 400 mil plazas de trabajo.23 Para
diciembre de 2003, en comparación con el mismo mes
del año anterior, se observaron contracciones del 0.5 %
en las remuneraciones reales, y del 9.8 % en las
prestaciones, en tanto que las horas trabajadas se ele-
varon en un 2.3 %.24
Para la industria manufacturera como un todo, la
contracción en el empleo durante 2003 fue del orden
del 3.9 %, en tanto que la reducción en puestos de tra-
bajo obreros en diciembre contra el mismo mes del
año anterior, fue del 4.4 %, con una contracción del 1.8 %
en las horas trabajadas. Lo anterior es resultado de la
caída de 2 % en la producción, lo que afectó más
fuertemente a las ramas: textil, del vestido, productos
metálicos, sustancias químicas, derivados del
petróleo, caucho y productos de madera.25
El panorama es de una permanente recesión
económica. De creciente precariedad del trabajo infor-
mal y formal y de contracción de las condiciones de vida
para la mayoría, mientras unos pocos mexicanos apare-
cen en las listas de los más ricos del mundo. En otras
palabras, el resultado de la operación en nuestro país de
la política neoliberal es de creciente desigualdad social.
Conclusiones
La pobreza en México no es un fenómeno aislado.
Tiene sus causas en la propia heterogeneidad de la
estructura económica, en la profunda concentración
de la riqueza existente en nuestro país. Durante el
periodo de fuerte rectoría estatal, la estrategia indus-
trializadora condenó a la pobreza, a la economía
campesina y, en general, a las formas no capitalistas
de organización de la producción. Asimismo, propició
una distorsión en el uso de los factores productivos,
encareciendo relativamente el trabajo y subsidiando
crecientemente la incorporación de tecnologías aho-
rradoras de nuestro recurso abundante. El control
político cumplió también la función histórica de man-
tener bajo el valor de la fuerza de trabajo.
La operación del modelo neoliberal ha profundiza-
do las causas estructurales de la desigualdad y ha
potenciado la pobreza. El crecimiento desmedido de la
llamada economía informal es sólo la válvula de
escape de un claro proceso de quiebra de la estructura
económica nacional, de un mercado cada vez más
estrecho y, por consiguiente, de una cada vez menor
capacidad de absorción eficiente y remunerada de la
fuerza de trabajo. Revertir ese proceso pasa por un
cambio en la política económica, por un nuevo cambio
en el Estado y en sus relaciones con la economía y
con el conjunto de la sociedad.
Bibliografía
ALBA, Francisco, “El mercado de trabajo: cambios en el
modelo de absorción de la fuerza laboral”,
Bazdresch, Carlos et al, (comps.), México:
auge, crisis y ajuste, Lecturas 73, vol. 3, El
Trimestre Económico, 1993, México.
ÁNGELES, Luis, Crisis y coyuntura de la economía mexi -
cana, El Caballito, México, 1982.
BOLTVINIK, Julio y Enrique Hernández L., Pobreza y dis -
tribución del ingreso en México, Siglo XXI,
México, 1999.
LUSTIG, Nora, “El efecto social del ajuste”, Bazdresch,
Carlos et al., (comps.), México: auge, crisis y
a j u s t e, Lecturas 73, vol. 3, El Tr i m e s t r e
Económico, México, 1993.
El caracter estructural de la pobreza en México
80
23 Idem.
24 Idem.
25 El Financiero, 26 de febrero de 2004.
MEDINA PEÑA, Luis, Hacia el nuevo Estado. México,
1920-1994, FCE, México, 1996.
OL I V E R RO D R Í G U E Z, Jesús A., Prólogo. Formación
socioeconómica y política de México ,
Limusa/INAH, México, 1999.
PADUA, María E., México en el umbral del siglo XXI. Los
efectos de la globalización , Fontamara, México,
1999.
RE L L O, Fernando, “Ajuste macroeconómico y política agrí-
cola en México”, Bazdresch, Carlos et al., ( c o m p s . ) ,
México: auge, crisis y ajuste, Lecturas 73, vol. 3, El
Trimestre Económico, México, 1993, pp. 372-393.
URQUIDI, Víctor L., coord. (1997), México en la globali -
zación. Condiciones y requisitos de un desarro -
llo sustentable y equitativo, FCE/Economía
Latinoamericana, México.
El Financiero, distintas fechas.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 74-85
81
La escasez de información estadística a nivel estatal,
particularmente la referida al Producto Interno Bruto y
sus componentes, representa una grave carencia para
realizar de modo eficiente el trabajo de análisis, evalua-
ción y pronóstico del crecimiento de las economías
regionales.
Esto ha derivado en la necesidad de producir esti-
maciones respecto al comportamiento de las variables
macroeconómicas estatales, con el fin de suplir la
carencia aludida. Sin embargo, en múltiples ocasiones,
en lugar de llenarse los vacíos existentes, lo que se ha
propiciado es un abuso muy grande por parte de los
responsables de elaborar las proyecciones estadísticas
con el fin de mostrar que las tendencias de la economía
regional se apegan a lo planeado oficialmente.
Es decir, ha existido una falta de objetividad y de
hone stidad intelectual que, por evidente, ha conducido a
los estudiosos del tema a rechazar los datos oficiales esti-
mados, en virtud de carecer de fundamento metodológico
e incluso por adolecer de errores de cálculo.
El presente trabajo documenta ampliamente la
polémica entre el autor y la oficina del gobierno estatal
encargada de la planeación económica y financiera del
estado, cuyas proyecciones fueron objeto de análisis y
evaluación para llegar a la conclusión de que son com-
pletamente erróneas.
Este trabajo presenta la crítica al modelo de proyec-
ción económica oficial y da cuenta de la controversia
generada, así como de la respuesta oficial a la crítica
planteada y sus graves inconsistencias.
También se ofrece una panorámica sobre la
economía estatal para comprender por qué, a pesar de
los esfuerzos oficiales, las proyecciones oficiales no
podrán cumplirse y en cambio el estado de Veracruz se
mantiene entre el atraso y la pobreza.
1. Los pronósticos del crecimiento económico
estatal
Una de las variables macroeconómicas más impor-
tantes para conocer el desempeño de la economía
estatal es el Producto Interno Bruto Estatal (PIBE).
Mediante este indicador se reconoce el valor de la pro-
ducción de bienes y servicios en un año determinado y
a través de la medición de sus variaciones (tasa de creci-
miento) es posible identificar el ritmo de expansión o
contracción económica.
82
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
Hilario Barcelata Chávez*
* Profesor titular de Finanzas Públicas. Facultad de Economía, Universidad
Veracruzana..
El gobierno del estado de Veracruz ha tratado de
establecer por anticipado el comportamiento de la
economía estatal a través de proyecciones económi-
cas que presenta en diversos documentos oficiales,
como es el caso del “Presupuesto de Egresos para
2003”. En este documento (presentado en diciembre
de 2002) la tasa de crecimiento del PIBE de Veracruz
ofrecida como meta para 2003 fue de un 3 %.
Dadas las condiciones económicas que privan en el
país y en el mundo, la estimación resultaba ser muy alta,
sobre todo considerando que Veracruz es uno de los esta-
dos de menor crecimiento relativo en el país. No obstante,
el 7 de febrero de 2003, el titular de la Secretaría de
Finanzas y Planeación (S E F I P L A N) modificó la proyección
a una más optimista del 3.5 %,1 misma que fue ratificada
públicamente por el titular del Comité de Planeación del
Desarrollo para Veracruz (C O P L A D E V E R) días después.2
Llama la atención que la modificación del pronósti-
co se haya realizado sin que se presentara algún cam-
bio en las variables macroeconómicas nacionales en
el periodo que va de diciembre (mes en que se pre-
sentó el Proyecto de Presupuesto de Egresos con la
tasa del 3 %) y el 7 de febrero en que se corrige al alza
el pronóstico original, cuando, de hecho, el escenario
económico se volvió más complicando, a tal grado
que, incluso, la expectativa de crecimiento de la
economía nacional del 3 % que el gobierno federal
propuso fue corregida a la baja.3
Efectivamente, la predicción del gobierno estatal
parecía estar muy alejada de lo que podría ser el com-
portamiento económico estatal para ese año, pues no
existía una base firme y seria sobre la cual pudiera
sustentarse dicho argumento. De hecho, las predic-
ciones para el año 2002 –elaboradas bajo las mismas
circunstancias y criterios– constituyen un enorme y
escandaloso fracaso.
En el Proyecto de Presupuesto de Egresos para
2002 se propuso como meta una tasa de crecimiento
del PIBE del 2 %, mayor al 1.7 % que se esperaba para
todo el país, pero la predicción se encontraba muy ale-
jada de la realidad. En este sentido es conveniente
señalar que la economía nacional mostró un incre-
mento del 0.9 % durante 2002, por esa razón la expec-
tativa estatal no podía cumplirse, aún si fuera verdad
el argumento –infundado– de que el crecimiento
económico del estado es mayor al de la economía
nacional,4 pues si la tasa nacional predetermina la
estatal y si la nacional fue menor de lo que se espera-
ba, la estimación de la estatal debería corregirse a la
baja. Bajo estas circunstancias cuando más hubiera
podido esperarse un incremento del PIBE del 1.2 %
para Veracruz durante 2002, esto es un 17 % más que
el incremento nacional, en congruencia con la diferen-
cia estimada por la SEFIPLAN, puesto que el 2 % estatal
propuesto para 2002 es 17 % superior al 1.7 %
nacional propuesto para ese mismo año, en tanto que
el 3.5 % propuesto como expectativa para 2003 por el
Secretario de Finanzas y Planeación es 17 % superior
al 3 % propuesto como meta nacional.
Sin embargo, existían serios argumentos para esti-
mar que la economía estatal no crecería a esa tasa
para 2002 y que la expectativa para 2003 era exagera-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
83
1 Véase, por ejemplo, Diario AZ, 7 de febrero de 2003.
2 Bernardo Urriza, “Crecimiento económico, prioridad del gobierno del esta-
do”, Diario de Xalapa, 16 de febrero de 2003.
3 Según el Fondo Monetario Internacional la economía mexicana crecería
un 2.3 % (Notimex, 9 de abril de 2003); el Banco Mundial también previó
un crecimiento de esa magnitud (El Financiero, 3 de abril de 2003)
Instituciones financieras privadas como BBVA - B a n c o m e r, Banamex y
Grupo Santander Serfin también hicieron pública su estimación del 2.3 %.
En cambio la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) previó
que el incremento sería menor al 1 % (El Financiero, 22 de abril de 03). De
igual forma, la Asociación Latinoamericana de micros, pequeños y media-
nos empresarios (Alampyme) previó un crecimiento entre 1 y 1.5 %.
4 Este argumento es la base sobre la cual el Gobierno del Estado calcula
el crecimiento del PIBE, según lo establece en el Presupuesto de Egresos
del Estado de Veracruz y en el Programa Veracruzano de Finanzas
Públicas 1999-2004.
da e irreal, porque el argumento que servía como base
para las estimaciones del crecimiento del P I B E es falso.
Según el Programa Veracruzano de Finanzas
P ú b l i c a s , en los últimos cinco años (1994-1998),
Veracruz manifestó una tasa promedio de crecimiento
estimada en 3.4 %, mayor a la de la economía
nacional que fue de 3 %”,5 de ahí que en el
Presupuesto de Egresos se afirmara que la economía
estatal crece a una tasa superior a la economía
nacional en etapas de recuperación económica,
porque “la evidencia empírica reciente así lo ha
demostrado durante las fases de recuperación de la
economía nacional”.6 Por supuesto, se refiere a la evi-
dencia ofrecida por el Provefipu cuyos datos son erró-
neos, pues la realidad era distinta: la economía estatal
crece menos que la economía nacional.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
84
De acuerdo con los datos ofrecidos por INEGI, en el
periodo señalado (1994-1998) la economía nacional
creció a una tasa promedio anual de 2.6 %, en tanto
que la veracruzana creció –apenas– el 1.2 % (como
puede constatarse en el cuadro 1), refutándose con
esto la afirmación del documento oficial mencionado.
Y es que las tasas ofrecidas en el Provefipu, que se
presentan en el cuadro 4.1 de la página 137 y en el 4.5
de la página 169 del mismo documento, no son co-
rrectas. Ahí puede corroborarse una coincidencia (con
una ligera diferencia) entre las tasas de crecimiento
para el país que presenta este documento y las que
presenta I N E G I. Sin embargo, hay una discrepancia
muy grande entre las tasas de crecimiento del P I B E p r e-
sentadas en el documento y las que resultan del cálcu-
lo con los datos de I N E G I. Esta discrepancia puede
GRÁFICA 1. PIB NACIONAL Y PIBE 1996-2001 (Tasas de crecimiento real anual)
3.62
6.55
5.02
-0.17
5.15
6.78
2.20
-0.04
4.07
1.62
-0.83
3.30
1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Elaborado por el autor con datos de INEGI, Página electrónica.
Total Nacional Veracruz
5 Secretaría de Finanzas y Planeación, Gobierno del Estado de Veracruz,
Programa Veracruzano de Finanzas Públicas 1999-2004 , p. 136.
6 Presupuesto de Egresos del gobierno del estado de Veracruz 2002, p. 16.
observarse en el cuadro 1, donde es notorio que mien-
tras que S E F I P L A N dice que Veracruz creció en el perio-
do 1994-1998 un 3.4 % promedio anual, los datos del
I N E G I dicen que el crecimiento sólo fue del 1.2 %.
Este resultado es crucial para todo el proceso de
estimación y proyección económica, porque mientras el
dato del Provefipu está por encima de la tasa de creci-
miento nacional y permite estimar un crecimiento del
P I B E veracruzano mayor al del país, el dato del I N E G I e s t á
por debajo de la tasa nacional y conduce a esperar un
menor crecimiento del estado con respecto al país.
De hecho, si se observa el comportamiento del
P I B E para todos los años del periodo de recuperación
de la economía nacional (1996 y 2001) se tiene que la
tasa de crecimiento del P I B E fue inferior a la nacional.
Incluso en 1999 ésta fue negativa (del -0.04 %) mien-
tras que el país creció ese año al 3.6 %. Asimismo, la
tasa de crecimiento promedio anual del país fue de
3.6 % para todo el periodo, mientras que para el esta-
do fue de apenas 1.46 % De hecho, mientras la
economía nacional creció un 23.6 % en estos seis
años, la economía estatal apenas lo hizo en un 8.9 %.
Por esta razón es totalmente inexacta la afirmación
que hace el Presupuesto de Egresos de 2002 y total-
mente errónea la predicción del crecimiento para
2002 y para 2003.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
85
CUADRO 1. TASAS DE CRECIMIENTO DEL PIB NACIONAL Y PIBE1994-1998
AÑO PIBE según SEFIPLAN PIBE según INEGI PIB Nacional según INEGI
1994 5.50 5.61 4.42
1995 -2.20 -2.25 -6.17
1996 2.20 1.62 5.15
1997 7.00 3.30 6.78
1998 4.30 2.20 5.02Promedio del
periodo3.3 1.2 2.6
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI y Programa Veracruzano de Finanzas Públicas 1999-2004
CUADRO 2 PIB NACIONAL Y DE VERACRUZ 1996-2001Tasas de crecimiento anual
PERIODO Total Nacional Veracruz
Miles de pesos tca Miles de pesos tca
Relación %PIBNal/%PIB estatal
1996 1,190,075,547 5.15 55,277,849 1.62 31.36
1997 1,270,744,066 6.78 57,099,729 3.30 48.62
1998 1,334,586,475 5.02 58,358,397 2.20 43.88
1999 1,382,935,488 3.62 58,332,405 -0.04 -1.23
2000 1,473,562,655 6.55 60,704,818 4.07 62.88
2001 1,471,065,152 -0.17 60,202,561 -0.83
Crecimiento total del período 23.61 8.91 36.99
Crecimiento promedio anual 3.60 1.43
Nota: El crecimiento del PIBE ha representado en todo el período de análisis, en promedio, un 36.99% delcrecimiento del PIB nacional. Es decir, por cada punto porcentual que crece el PIB nacional, el de Veracruzcrece 0.3699%. (No se consideran los años de decremento del PIB nacional)
Fuente: Elaboración del autor con datos del INEGI, Página electrónica
El análisis se puede ampliar para todos los años en
los cuales se cuenta con datos estadísticos para el
estado de Veracruz, que es el periodo 1993-2001 y ahí
se corrobora el mismo comportamiento. La economía
mexicana creció un 27.4 % durante todo el periodo, a
una tasa promedio anual del 2.7 %, en tanto que la
economía veracruzana creció un 14.3 % a una tasa
promedio anual de 1.5 %. Es decir la economía nacio-
nal creció más que la veracruzana, salvo en 1994, pues
Veracruz superó la tasa nacional, lo que, sin embargo,
no tiene ningún efecto significativo sobre la tendencia
general del crecimiento relativo del periodo.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
86
Gráfica 2. PIB Nacional y de Veracruz. 1993-2001 Tasas de crecimiento anual
4.42
5.15 5.02
6.64
5.61
1.62
3.30
2.20
-0.28
-6.17
3.62
6.78
-0.80
-0.04
-2.25
4.17
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Elaborado por el autor con datos del INEGI.
Total Nacional Veracruz
CUADRO 3. PIB NACIONAL Y DE VERACRUZ 1993-2001Tasas de crecimiento anual
PERIODO Total Nacional Veracruz
Miles de pesos tca Miles de pesos tca
Relación%PIBNal/ %PIB
estatal1993 1,155,132,188 - 52,693,995 - -1994 1,206,135,039 4.42 55,649,210 5.61 127.021995 1,131,752,762 -6.17 54,398,800 -2.25
1996 1,190,075,547 5.15 55,277,849 1.62 31.361997 1,270,744,066 6.78 57,099,729 3.30 48.621998 1,334,586,475 5.02 58,358,397 2.20 43.881999 1,382,935,488 3.62 58,332,405 -0.042000 1,473,562,655 6.55 60,704,818 4.07 62.062001 1,471,065,152 -0.17 60,202,561 -0.83Crecimiento total del período 127.35 114.25 62.59Crecimiento promedio anual 2.72 1.5
Fuente: Elaboración del autor con datos del INEGI, Página electrónica
2. Las proyecciones del crecimiento: un error de
cálculo
Es muy importante señalar que estas estimaciones
mencionadas del crecimiento económico, elaboradas
por el Gobierno del Estado –además de sustentarse
en premisas falsas, como ya se demostró en el
apartado anterior– están planteadas sobre bases
erróneas porque existen graves errores de cálculo en
la construcción de su modelo econométrico a partir del
cual elaboró sus predicciones.
P r o v e f i p u estableció la expectativa de que
Veracruz crecería a una tasa mayor que el país,
durante los años 2001-2002 y 2003 porque, “en los
últimos cinco años (1994-1998) [...] manifestó una tasa
promedio de crecimiento estimada en 3.4 %, mayor a
la de la economía nacional que fue de 3 %”.7 Sin
embargo, esto no coincide con la realidad y ello se
debe a la forma errónea en que se prepararon los
datos para calcular las tasas de crecimiento del PIBE:
Para este cálculo SEFIPLAN usó datos del PIBE deflac-
tados con un índice de precios con base en el año
1998 (calculado por ellos mismos), en cambio el cál-
culo que hace INEGI está elaborado con un índice de
precios con base en 1993. Esto, sin embargo, no es
razón para que las tasas discrepen, pero evidencia
que hay un error, porque de otro modo coincidirían.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
87
Gráfica 3. PIB ESTATAL ESTIMACIÓN SEFIPLAN- DATOS OFICIALES INEGI. 1994-2001
-2.2
5.6
3.3
2.2
4.2
5.5
4.3
5.24.9
5.9
7.0
2.2
-0.0
1.6
-0.8
-2.2
-4.0
-2.0
-
2.0
4.0
6.0
8.0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI y Provefipu, Sefiplan.
PIB estatal Según Sefiplan a/ PIB Estatal Inegi.
7 Idem.
El problema es que el procedimiento de
deflactación de Sefiplan8 contiene un cálculo erróneo
de su índice de precios, lo cual es determinante para
la obtención de las tasas de crecimiento. Para com-
probar la existencia de este error, pueden observarse
los datos del PIBE que ofrece el Provefipu en el mismo
cuadro 4.5 de la página 169. Según se observa ahí, el
PIBE para 1998 es de 166.5 millones de pesos (mdp).
Este es el año base para el cálculo de su índice de
precios, por lo que el valor del PIBE nominal (a precios
de mercado) debe coincidir con el PIBE real (deflacta-
do) porque en el año base el índice de precios debe
adoptar un valor de 100, de manera que al dividir el
valor nominal sobre el deflactor que es cien, el resul-
tado es un valor real igual al nominal.
Por ello, el dato del P I B E de 1998 expresado en pesos
corrientes debería ser igual al valor del P I B E d e f l a c t a d o
(valor real) expresado en pesos de 1998. Es decir, el
valor que ofrece S E F I P L A N del P I B E a precios de 1998,
debería coincidir con el de I N E G I a pesos corrientes, sin
embargo no es así. Mientras que el valor corriente del
P I B E para ese año fue de 148.9 mdp –según I N E G I– el
valor que presenta el P r o v e f i p u es de 166.5 mdp, lo cual
es una fuerte inconsistencia estadística. Es decir, al dividir
el valor del P I B E nominal sobre su deflactor –que para ese
año es cien– el valor real debe ser 148.9.
Para comprobar esta aseveración obsérvese el
cuadro 3 donde se ofrecen datos de INEGI, del PIB
nacional y el PIBE, expresados en pesos corrientes y
en pesos de 1993. Tanto en el caso del PIBE como en
el del PIB nacional, se prueba que, para el año base
(1993) los valores corrientes y los reales son iguales;
esto es, el PIBE nominal y real son iguales a 52.7 mdp
y también el PIB nacional real y el nominal coinciden,
en ese año, ya que, como se ve en el cuadro de refe-
rencia, son iguales a 1155 mdp.
A mayor abundancia, se puede afirmar que el dato
que SEFIPLAN ofrece para 1998, equivale a deflactar
con un índice de precios de 89.42 %, el valor del PIBE
nominal de ese año. Esto convierte los 148.9 mdp (de
INEGI) en 166.6 mdp. Pero si esto es así, entonces el
índice de SEFIPLAN está mal, porque 1998 es la base y
su índice debe ser 100 %.9
3. Los argumentos de Sefiplan en la controversia
por el crecimiento económico
El 16 de febrero de 2003 se publicó en el Diario de
X a l a p a1 0 una carta que constituye la respuesta ofi-
cial a mi análisis sobre el crecimiento económico que
publiqué en el mismo diario11 y cuyo contenido es
parte de las dos secciones anteriores de este
ensayo. En dicha carta se ofrecen algunos argumen-
tos acompañados de datos estadísticos con el fin de
refutar mis afirmaciones. Las ideas principales son
las siguientes:
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
88
8 Para obtener las tasas de crecimiento, primero hay que transformar a
pesos constantes (reales) el valor del PIBE que está a precios de merca-
do (corrientes). Para ello se lleva a cabo un proceso de deflactación, para
el cual es necesario un índice de precios que contiene la inflación acu-
mulada y permite descontar el incremento de los precios del valor del
PIBE. La deflactación consiste en dividir el valor nominal del PIBE de cada
año sobre el índice de precios del año que corresponda y multiplicarlo por
cien. El resultado nos da el PIBE real para cada año, mismo que se com-
para con respecto al del año inmediato anterior en cada caso, (año actual
entre año anterior menos uno por cien) para obtener la variación por-
centual de un año a otro, es decir, la tasa de crecimiento. Es lógico que si
el índice de precios está mal, todo lo demás estará mal.
9 Estos datos fueron publicados en el Provefipu en su edición impresa de
1999 y son los mismos que aparecen el día de hoy en la página elec-
trónica de Sefiplan, por lo que se entiende que esta dependencia los
sigue considerando válidos y vigentes.
10 La carta firmada por Bernando Urriza González, coordinador general
adjunto del COPLADEVER, se publicó con el título de “Crecimiento
económico, prioridad del Gobierno del Estado”, Diario de Xalapa, 16 de
febrero de 2003.
11 Hilario Barcelata Chávez, “No se cumplen metas de crecimiento”, Diario
de Xalapa, 15 de febrero de 2003.
a) El crecimiento económico de Veracruz es una
prioridad de la presente (la pasada) adminis-
tración estatal.
b) Uno de los ejes rectores del Plan Veracruzano
de desarrollo 1999-2004 es reactivar la econo-
mía, atraer inversiones y generar empleo.
c ) Veracruz es la única entidad federativa que cuen-
ta con un programa como el P r o v e f i p u y que pu-
blica el seguimiento, evaluación y pronósticos de
variables económicas a nivel estatal.
d) Este ejercicio de planeación y transparencia en
la información no se había realizado antes.
e) Una breve descripción del modelo econométrico
con el que se calculan las proyecciones.
f) En 2000 el PIBE ocupaba el quinto lugar en el
país.
g) El crecimiento del P I B E veracruzano fue de 4.2 %
en 2000, inferior al del país.
h) A pesar de lo anterior, durante 2001 y 2002 la
economía veracruzana ha presentado un mayor
dinamismo que la economía nacional y eso lo
demuestra el hecho de que la creación de
empleos en el estado ha sido de las más altas
en el país. Para este fin se ofrecen datos de la
variación anual de asegurados al IMSS.
i) La favorable situación económica del estado se
deriva de la atracción de inversiones nacionales
y extranjeras. Se ofrece información del creci-
miento de la inversión privada sin determinar su
origen.
j ) Como complemento ha crecido la inversión públi-
ca en capital humano y físico. Se ofrece informa-
ción del comportamiento de esa inversión.
k) Los recursos presupuestales destinados a gasto
social (educación, salud e infraestructura) han
ascendido en el periodo 2000-2002. Se ofrece
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
89
CUADRO 4 . PIB NACIONAL Y DE VERACRUZ EN PESOS CORRIENTES, DEFLACTADOS Y TASAS DE CRECIMIENTO 1993-2004
PIB estatal SegúnSefiplan a/ PIB Estatal INEGI. b/ PIB Nacional INEGI b/
AÑO Miles demillones depesos de
1998
tca.
Miles deMillones de
pesoscorrientes
Miles deMillones de
pesos de 1993tca.
Millones de pesoscorrientes
Millones de pesosde 1993 tca
1993 141.6 0.0 52.7 52.7 - 1,155,132,188 1,155,132,188 -
1994 149.4 5.5 60.4 55.6 5.6 1,306,301,570 1,206,135,039 4.4
1995 146.1 -2.2 80.3 54.4 -2.2 1,678,834,829 1,131,752,762 -6.2
1996 149.2 2.2 107.7 55.3 1.6 2,296,674,526 1,190,075,547 5.2
1997 159.6 7.0 128.8 57.1 3.3 2,873,272,992 1,270,744,066 6.8
1998 166.5 4.3 148.9 58.4 2.2 3,517,781,861 1,334,586,475 5.0
1999 174.7 4.9 172.2 58.3 -0.04 4,205,703,889 1,382,935,488 3.6
2000 183.8 5.2 197.2 60.8 4.2 4,974,463,616 1,473,562,655 6.6
2001 194.7 5.9 2002 207.1 6.9
2003 222.8 7.1
2004 240.1 7.8
Fuente: Elaboración propia con datos de: a/ Programa Veracruzano de Finanzas Públicas 1999-2004 y b/ INEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México.
información del comportamiento de este gasto
para ese periodo.
l) La captación bancaria ha aumentado de manera
consistente fortaleciendo el ahorro y la interme-
diación financiera. También se ofrece informa-
ción para los tres años de análisis.
m) Con base en el modelo econométrico y con la
mejor y más reciente información disponible, se
estima que el estado tendrá un crecimiento del
3.5 %.
Los siete primeros argumentos realmente no consti-
tuyen razonamientos científicos que contribuyen a
refutar mis tesis y son, más bien, una apología del
Gobierno del Estado. Por tal razón, me concentraré en
discutir los otros seis restantes, que si son una con-
tribución al debate.
1. Hay que destacar, en primer lugar, que la carta
de referencia no aporta ni una sola argu-
mentación teórica y ningún dato empírico que
permita refutar mi argumento de que la
economía veracruzana crece siempre menos
que la economía nacional. De hecho, la carta
acepta esa realidad al reconocer que en el año
2000 el crecimiento del estado fue menor al del
país. Aquí mismo ya he demostrado con datos
oficiales, que de 1993 a 2001 el estado ha cre-
cido menos que el país y que por ello no podría
crecer a tasas mayores ni en 2002 ni alcanzar la
meta del 2003.
2. La información utilizada en la argumentación
publicada no es –como se afirma– la mejor y la
más reciente. Baste decir que el análisis se sus-
tenta en la información del mismo Provefipu,
que –como ya demostré– tiene información muy
cuestionable.
3. Tampoco la información es la más reciente,
pues la carta se publicó después de que ya se
había publicado que el P I B nacional creció a 0.9 %
y en la carta todavía se habla de una tasa de 1.7 %
(que era una estimación) y, por lo mismo, es un
dato obsoleto y erróneo.
4. Se argumenta que el crecimiento de Veracruz
en 2001 y 2002 se debe a un importante incre-
mento de la inversión privada, del gasto en
desarrollo social y la inversión pública. Y se
ofrecen algunos datos que pretenden ser prue-
ba de ello. Sin embargo, –otra vez– la informa-
ción no es la mejor, pues se comete un enorme
error metodológico, ya que en los datos se pre-
senta precios de mercado (pesos corrientes) lo
cual invalida la comparación entre un año y otro.
Para hacer este tipo de análisis se requiere
poner los datos en valores reales, es decir, hay
que deflactarlos para descontarles la inflación.
De hecho, al ajustarlos para hacerlos compara-
bles, resulta que estas variables no tuvieron el
crecimiento del que se habla, como se observa
en el cuadro 5 y la gráfica 3.
5 . He ajustado los datos para presentarlos correc-
tamente, y al hacerlo se vuelve evidente que
no hay tal tendencia creciente, si no que se
observa en 2001 una severa contracción en la
inversión privada, la cual prácticamente per-
manece estancada en todo el periodo. Lo
mismo pasa con el gasto en desarrollo social el
cual se reduce –4.97 % en 2002 y apenas
crece un 2.8 % en todo el periodo. También es
notorio el pobre crecimiento de la inversión
pública de apenas 0.4 % para 2002, lo que
suma un reducido 5 % en todo el periodo.
Como es evidente, si se quiere medir el com-
portamiento del P I B E en función a estas varia-
bles, difícilmente se podría afirmar que tuvo
crecimiento, debido al pobre desempeño de la
inversión pública y privada.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
90
6. En la carta no se aclara cuál es el fundamento
teórico y empírico que sustenta la afirmación de
que la supuesta tendencia creciente de esas
variables provoca crecimiento. No se ofrece
ninguna medición del multiplicador de inversión
ni del multiplicador del gasto público que son los
instrumentos teóricos que sirven para saber
cuánto impacta la inversión al producto. Si no
existe esa medición, cualquier cosa que se diga
carece de sustento. En la carta de referencia se
argumenta que en 2001 y 2002 la economía
veracruzana ha presentado un mayor dinamis-
mo que la economía nacional y que eso lo
demuestra la creación de empleos en el estado,
que es de las más altas en la República. Pero
eso es impreciso. Que el empleo en Veracruz
haya crecido más que en el país (si esto es cier-
to)12 no significa que el PIBE haya crecido más
que el nacional. Para poder afirmar una cosa así
se debe ofrecer la relación matemática entre el
incremento del producto estatal y el del empleo
estatal para determinar cuántos puntos por-
centuales está creciendo el PIB por cada punto
porcentual que se observa de incremento del
empleo, es decir, definir la Ley de Okun para el
país y para el estado. Si no se tienen estos
datos y relaciones, no se puede hacer una con-
tundente afirmación, es como dar un salto al
vacío porque se carece de sustento teórico y de
evidencia empírica. Si la relación entre dos varia-
bles va ayudar a interpretar la realidad, primero
hay que demostrar la existencia de dicha
relación y su magnitud.
7 . En lo que se refiere a los datos del empleo, la
información tampoco es la mejor. Resulta total-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
91
12 Véase aquí mismo la sección dedicada al análisis del desempeño del
empleo en el estado de Veracruz.
Gráfica 4. Veracruz. Indice de crecimiento de la Inversión privada, pública y gasto social. 2000-2002. (2000=100)
118.7
100.0 100.0100.0
104.4
108.2
85.395.0
100.4
2000 2001 2002
Fuente:Elaborado por el autor con datos de Bernardo Urriza. “Crecimiento económico, prioridad del gobierno dl estado”, Diario de Xalapa, 16 de febrero de 2003. Deflactado con el INPC 1994=100.
Inversión Privada Gasto en Desarrollo SocialGasto en Inversión Pública
y
d del
mente erróneo medir el empleo con datos de
“Asegurados al IMSS”, como se hace en la carta
de referencia, porque ese rubro está compuesto
–en una alta proporción– por personas que no tra-
bajan, ya que incluye: el seguro facultativo, estu-
diantes, continuación voluntaria, trabajadores
independientes, seguro de salud para la familia y
trabajadores eventuales del campo1 3. Por ello la
información no expresa lo que se quiere mostrar.
Lo adecuado es utilizar el rubro de ”Tr a b a j a d o r e s
asegurados” ya que los asegurados que no son
trabajadores representan alrededor del 18 % del
total del rubro de “Asegurados” lo cual distorsiona
los datos del empleo.
En conclusión, el inadecuado uso de la información, la
falta de un planteamiento teórico adecuado y el desco-
nocimiento acerca de la relación entre las variables
económicas y la ausencia de mediciones empíricas
entre las mismas, deja sin sustento todas las afirma-
ciones vertidas en la carta de referencia, porque
ningún dato aportado en la misma logra demostrar que
si habría crecimiento en Veracruz. Mucho menos el
argumento de que todo está medido por un modelo
econométrico, pues si el modelo está mal, las predic-
ciones que de él se deriven también lo estarán.
4. La Dinámica Sectorial Reciente
Con respecto al diferente comportamiento de la
economía estatal en relación a la nacional, vale la
pena señalar que el crecimiento en Veracruz medido
por el índice de volumen físico del PIBE total y secto-
rialmente, confirma la menor dinámica estatal com-
parada con la nacional. Este índice para Veracruz cre-
ció un 15 % en el periodo 1993-2000, lo cual es mucho
menor que el crecimiento nacional que fue de 27 %, es
decir, una diferencia de un poco menos del doble. Esa
diferencia se agranda si observamos el comporta-
miento en el periodo 1998-2000, pues mientras que el
crecimiento estatal es apenas del 4 %, el nacional es
de 10.5 %, esto es, más del doble.
Estos resultados se explican por el comportamien-
to que han venido mostrando las actividades más
importantes dentro en el estado, como es la industria
manufacturera, que contribuye con el 18 % del total del
PIBE y el sector Comercio, Restaurantes y Hoteles, con
el 16 %.14 Es decir, en conjunto, estos dos sectores
generan el 34 % del total del PIBE, lo cual significa que
tienen un peso más importante que el resto de los sec-
tores y cuya dinámica influye de modo determinante
en las tendencias del crecimiento de la economía
estatal. Por ello resulta pertinente su análisis, pero,
además, porque permite estimar los resultados
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
92
CUADRO 5. VERACRUZ. INVERSIÓN PRIVADA, PÚBLICA Y GASTO EN DESARROLLO SOCIAL2000-2002
(millones de pesos de 1994)
Inversión Privada Gasto en Desarrollo Social Gasto en Inversión Pública
Año
$Tasa de
crecimientoanual real
Índice decrecimiento
real$
Tasa decrecimientoanual real
Índice decrecimiento
real$
Tasa decrecimientoanual real
Índice decrecimiento
real
2000 2,216.3 - 100.0 5,305 - 100.0 7,650.6 - 100.0
2001 1,889.7 -14.7 85.3 5,740 8.19 108.2 7,987.8 4.4 104.4
2002 2,243.1 18.7 118.7 5,454 -4.97 95.0 8,016.8 0.4 100.4
Fuente: Elaboración del autor con datos de Bernardo Urriza, Diario de Xalapa, 16 de febrero de 2003, deflactados con el INPC1994=1000
13 Véase: Instituto Mexicano del Seguro Social, página electrónica:
www.imss.gob.mx. 14 Sistema de Cuentas Nacionales PIBE 2001, INEGI, Página electrónica.
económicos del P I B E para 2002, que aún no se
encuentran disponibles.15
En lo que respecta a la industria manufacturera
en el estado, ésta mostró un estancamiento en el
periodo 2000-2002, ya que el índice de la producción
para el primer año fue de 116.6 % (comparado con el
año base que es 1993) y para el segundo, fue exac-
tamente el mismo, es decir, no mostró crecimiento y
de hecho difiere muy poco con el observado en 1998
en que alcanzó un nivel de 115 % Es decir de 1998 a
2002, la producción industrial apenas se incrementó
un 1.4 % siendo la mayor etapa de crecimiento de
1998 a 2000.
Contrasta este comportamiento con el observado
a nivel nacional, donde el índice alcanzó un nivel de
138 % en el año 2002 (con respecto a 1993), valor
que, sin embargo, fue mayor en el año 2000, en que
llegó 144 %. A pesar de esto, para el periodo 1998-
2002, el incremento de la producción industrial
nacional fue de 7.3 %, lo cual es cinco veces superior
al estatal, que es de 1.4 %. Sin embargo, si se obser-
va la tendencia de todo periodo 1995-2002 es posible
notar que la diferencia en el crecimiento es aún mayor,
ya que la industria nacional creció diez veces más que
la estatal, pues mientras la primera lo hizo en un 40.4
%, la segunda logró apenas un 4.4 %
Este comportamiento es resultado del diferencial
en las tasas de crecimiento promedio anual, que a
nivel nacional fue de 2.34 % de 1998 a 2002; en tanto
que la estatal fue de 0.49 %.
Por lo que se refiere al sector comercio con ven-
tas al mayoreo, su comportamiento también ha sido
negativo en el periodo de análisis. Así, el volumen de
ventas de 2002 para el estado de Veracruz, muestra
un desplome del –3.9 % comparado con el observado
en 1994. La caída es mayor si lo comparamos con el
año 2001, con respecto al cual la reducción es del
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
93
15 El sector “Servicios comunales, sociales y personales” tiene una
aportación al PIBE del 23 %, pero no existen datos para analizar su com-
portamiento durante 2002.
GRÁFICA 5. INDICE DE VOLUMEN FISICO DEL PIB TOTAL VERACRUZ-NACIONAL. 1993-2000
95.0
100.0
105.0
110.0
115.0
120.0
125.0
130.0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Fuente: Elaboración propia con datos de Inegi.
Nacional Veracruz
-5 % y comparado con el año 1998, la caída es del
-10.3 %.
Este comportamiento negativo impactó de manera
importante el volumen total de las remuneraciones del
sector, las cuales se redujeron en el periodo 1994-
2002 en un -20 % y de 1998 a 2003 en un -12 %. Esta
contracción se debió a la caída del -25.5 % de las
remuneraciones por persona en 2002 con respecto al
nivel observado en 1994. Todo esto a pesar de que el
personal ocupado mostró una ligera recuperación.
Por lo que hace al comercio al menudeo, la
situación es parecida. Las ventas cayeron en un 13 %
con respecto a 1994, y comparadas con el 2000, per-
manecieron estancadas. Por su parte las remunera-
ciones a los trabajadores cayeron un -3.3 % con
respecto al primer año y un 5.4 % con relación al
segundo.
Esto último debido a una contracción de las remu-
neraciones por persona, que cayeron -6.3 % en el
período 2000-2002.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
94
GRÁFICA 6. VERACRUZ. VOLUMEN FíSICO DE LA PRODUCCIÓN MANUFACTURERA 1995-2002. Índice de crecimiento anual
95.0
100.0
105.0
110.0
115.0
120.0
125.0
130.0
135.0
140.0
145.0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002Fuente: Elaboración propia con datos del Inegi.
Veracruz-llave Total Nacional
Cuadro 6. Índice de Volumen Físico de la Producción Manufacturera(Base 1993 = 100)
PERIODO Veracruz Total Nacional1995 111.8 98.91996 112.2 109.6
1997 115.0 120.51998 115.1 129.4
1999 114.3 134.9
2000 116.6 144.22001 117.0 138.82002 116.7 138.9
Crecimiento 1998-2002 101.4 107.3Crecimiento 1995-2002 104.4 140.4
FUENTE: INEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
95
GRÁFICA 7. VERACRUZ. INDUSTRIA MANUFACTURERA. Tasa de crecimiento promedio anual. 1994-2002
-3.0
-1.0
1.0
3.0
5.0
7.0
9.0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: Elaboración propia con datos del Inegi.
Nacional Veracruz
Gráifac 8. Veracruz. Índice de crecimiento de las remuneraciones totales, por persona y total de ventas en establecimientos comerciales con ventas al mayoreo. 1994-2002
65.0
70.0
75.0
80.0
85.0
90.0
95.0
100.0
105.0
110.0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Elaboración propia con datos de Inegi, página electrónica.
Remuneraciones totalespersonal ocupado
Remuneraciones por persona Ventas mayoreo
En conclusión, medido en términos de sus sec-
tores económicos más importantes, la economía vera-
cruzana se encuentra en medio de un profundo
estancamiento económico desde mediados de la
década pasada. Situación que se agrava durante los
dos primeros años de la presente década.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
96
CUADRO 7. VERACRUZ. INDICE DE CRECIMIENTO DE LAS VENTAS, PERSONAL OCUPADO, REMUNERACIONESTOTALES Y POR PERSONA. EN ESTABLCIMIENTOS COMERCIALES AL MENUDEO Y MAYOREO 1994-2002 (1994=100)
Establecimientos comerciales al menudeo Establecimientos comerciales al mayoreoAÑO
Ventas Personalocupado
Remuneracionestotales
Remuneracionespor persona
Ventas PersonalOcupado
Remuneracionestotales
Remuneracionespor persona
1994 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01 100.00
1995 75.3 102.6 78.8 84.0 77.21 89.0 77.33 89.34
1996 72.5 134.3 76.0 83.3 75.08 85.3 67.67 76.55
1997 78.8 144.0 80.9 83.5 80.85 86.6 69.40 80.56
1998 77.6 169.7 87.8 86.1 85.77 88.2 68.07 77.40
1999 77.6 179.2 87.1 86.2 93.02 92.4 68.95 72.23
2000 87.0 190.3 101.9 94.0 98.64 93.7 73.13 74.35
2001 88.6 200.4 101.1 93.9 101.06 102.8 76.27 75.10
2002 87.0 192.7 96.7 87.7 96.11 106.4 79.69 74.52
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
Gráfica 9. Veracruz. Ventas, personal ocupado, remuneraciones totales y por persona en establecimientos comerciales al menudeo.
1994-2002
70.0
75.0
80.0
85.0
90.0
95.0
100.0
105.0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: Elaboración propia con datos de Inegi.
Venta menudeo
Remuneraciones totales menudeo
Remuneraciones por persona
5. El Desempleo. Medida y Tendencias
Una de las formas más claras en que se evidencia el
desempeño de una economía es a través de la magni-
tud del desempleo, en la medida que es una variable
altamente sensible a los vaivenes de la producción.
La medida tradicional, aunque no la más efectiva,
para medir el desempleo es la Tasa de Desempleo
Abierta (TDA) que se define como la proporción de la
Población Económicamente Activa (PEA) que no ha tra-
bajado ni una hora a la semana y que ha buscado tra-
bajo. (Es decir una persona se considera empleada si
trabaja, al menos, una hora a la semana).
En Veracruz, en los últimos años, esta tasa vino
mostrando un estancamiento considerable, ya que
mientras en 1999 fue del 2.5 %, para 2002 alcanzó un
valor de 2.4 %, es decir, prácticamente no se movió. Y
de hecho, para los años intermedios del periodo, mues-
tra un comportamiento contradictorio, ya que se reduce
en los años de contracción económica y sube en los
años de expansión. Esto puede deberse al hecho de
que durante las épocas en que la economía estatal no
crece, algunas personas dejan de buscar empleo y
reducen, tanto el número absoluto de desocupados,
como el tamaño de la P E A, por lo que la T D A tiende a dis-
m i n u i r. De igual forma, cuando la economía crece, algu-
nas personas reinician su búsqueda de empleo agran-
dando con ello el tamaño de la P E A y el número de deso-
cupados, por lo que la tasa de desempleo crece.
Refuerza este argumento el comportamiento de la
Tasa de Ocupación Parcial y Desocupación (TOPD1)
que considera desocupados a aquellos que no tienen
un trabajo, más los que sólo trabajan menos de 15
horas a la semana. Es precisamente en este rango de
personas, en donde entrar y salir de la PEA es muy fre-
cuente y muy fácil, por lo que es muy probable que el
comportamiento de estas tasas se explique por las
razones antes expuestas.
En general se considera que estas tasas no ofre-
cen una buena medida del desempleo, precisamente
porque toman como empleados a los trabajadores
informales, con trabajos que abandonan muy fácil-
mente por el bajo sueldo y el número reducido de
horas que le dedican.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
97
GRÁFICA 10. VERACRUZ. PIBE y Tasa de desempleo abierto (TDA) 1996-2002
-1.0
0.0
1.0
2.0
3.0
4.0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: Elaboración propia con datos de Inegi.
PIB (2002 es unaestimación)
TDA
También hay que considerar que el valor de estas
tasas está influido por el crecimiento permanente de la
PEA resultado del crecimiento natural de la población,
porque cada año ingresan más personas a la edad de
trabajo. Esto puede hacer que la tasa de desempleo
no baje, e incluso puede hacer que suba, aunque se
estén generando más puestos de trabajo, lo cual sig-
nifica que la economía no crece lo suficiente para aco-
modar a toda la población trabajadora.
Adicionalmente hay que considerar que la TDA pre-
senta el problema de subestimar de manera muy
importante el nivel de desempleo, porque cuenta como
empleados aquellas personas subempleadas o con
empleos informales, que normalmente no tienen
prestaciones y está muy mal pagado. Por ello hay que
hacer uso de tasas alternativas, como la segunda Tasa
de Ocupación Parcial y Desocupación (TOPD2) que es
una mejor medida del desempleo, ya que mide la pro-
porción de la PEA desocupada más los ocupados que
trabajan menos de 35 horas a la semana. Es decir,
prácticamente elimina el empleo informal.
Por supuesto, se observa que su valor es suma-
mente alto: del 23.5 % para 1998 y aunque muestra
una tendencia a la baja a lo largo del periodo de análi-
sis, ésta es poco considerable, pues apenas se reduce
a 20.1 % en 2002.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
98
GRÁFICA 11. VERACRUZ. TASAS DE DESEMPLEO. 1998-2002
18.516.7
15.6 15.0 12.3
7.6
9.57.9
7.3
7.1
2.4
2.32.72.53.0
21.622.4
23.5
21.0
20.1
-
5.0
10.0
15.0
20.0
25.0
1998 1999 2000 2001 2002 p/
Fuente: Elaboración propia con datos de Inegi.
TIID
TOPD1
TDA a/
TOPD2
7
Estos datos parecen definir un escaso efecto del
crecimiento económico sobre el nivel de empleo. De
hecho, el efecto más importante parece ser la mejora
en el nivel de ingreso. Al incorporar al análisis la Tasa
de Ingreso Inferior al Mínimo (TIID), que mide la pro-
porción de la PEA ocupada con ingresos menores al
mínimo, se puede observar que es la tasa que más
cambia, ya que se reduce del 18.5 % en 1998 al 12.3 %
en el 2002. Lo cual hay que entenderlo, no como una
caída del desempleo, porque las demás tasas no cam-
biaron, sino como el hecho de que muchas personas
que no ganaban bien mejoraron su posición, sin que
aumentaran mucho los empleos.
De hecho, esta mejora se corrobora al observar la
magnitud de trabajadores registrados en el I M S S,
misma que se incrementa mientras la TIID disminuye y
el resto de las tasas permanecen estancadas. Esto
significa que unas personas ya empleadas mejoraron
su situación en términos de aumentos de sus ingresos
y obtención de prestaciones. Pero, eso no impidió que
más personas se quedaran sin empleo, por eso el
comportamiento –ya descrito– de las otras tasas (la
TDA y la TOPD1 y TOPD2).
En conclusión, la dinámica económica ha impedido
una expansión amplia del empleo. Si acaso algunos ya
ocupados han conseguido mejores empleos, pero el
desempleo persiste aunque no parece crecer al ritmo
que se contrae la economía estatal porque muchos al no
conseguir empleo, han optado por dejar de buscarlo, lo
que refleja la incapacidad del sistema económico estatal
para emplear a todos aquellos que buscan un empleo.
6. Veracruz en la Dinámica de la Economía
Regional
El comportamiento de la economía veracruzana a lo
largo de los últimos cinco años, contrasta con el de la
economía nacional y con el resto de las economías
estatales.
De 1996 a 2001, la economía del país creció a una
tasa media anual de 3.6 %; sin embargo, 14 estados
superaron esa dinámica, destacándose:
Aguascalientes, Querétaro y Baja California, que
crecieron a tasas superiores al 5 %, siendo los de
mayor expansión. Asimismo, sobresalen Sonora,
Tlaxcala, Yucatán, México, Puebla, Quintana Roo,
Morelos, Nuevo León y Chihuahua, que crecieron por
encima del 4 % anual.
En cambio, los 18 estados restantes, crecieron por
debajo de la tasa nacional, destacando el caso del
estado de Veracruz que sólo pudo obtener un incre-
mento del 1.4 %, siendo el estado de menor creci-
miento en todo el país.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
99
CUADRO 8. VERACRUZ TASAS DE DESEMPLEO Y PIBE 1966-2002
TDA a/ TIID TCCO TOPD2 TOPD1Menos de un SalarioMínimo y Más de 48
Hr/SmPIB estatal b/
1996 4.3 21.9 24.4 25.2 10.2 18.7 1.61997 3.2 21.2 24.0 24.2 9.2 20.3 3.31998 3.0 18.5 23.0 23.5 9.5 17.5 2.21999 2.5 16.7 22.1 22.4 7.6 16.9 -0.042000 2.7 15.6 18.4 21.6 7.9 15.9 4.22001 2.3 15.0 17.1 21.0 7.3 11.1 -0.832002 2.4 12.3 14.3 20.1 7.1 10.2 1.0
a/ Es el promedio de las 3 areas urbanas incluidas en la mediciónb/ 2002 es una estimación.FUENTE: Elaboración propia con datos de INEGI. Encuesta Nacional de Empleo Urbano.
La diferencia entre el crecimiento de unos y otros
estados es muy marcada, por lo que el proceso de
expansión diferenciada trae como consecuencia un
proceso de desequilibrio regional, profundizando el
fenómeno de desarrollo desigual que se expresa en
la presencia de abismales deferencias en productivi-
dad, competitividad y calidad de vida en las dife-
rentes regiones que conforman al país. Tan sólo hay
que observar que el crecimiento de A g u a s c a l i e n t e s ,
(que es el estado que más crece, al 5.5 %) es cinco
veces superior al de Veracruz, que es el que menos
crece (1.4 %).
Esta dinámica diferenciada modificó la partici-
pación de cada estado en el PIB nacional, de modo que
algunos ocuparon un lugar más alto y otros perdieron
el que tenían al inicio del periodo. Este es el caso de
Veracruz que es una de las economías más grandes
del país por el tamaño de su PIBE, y que en 1996, ocu-
paba el quinto lugar a nivel nacional, con una partici-
pación del 4.6 % del PIB total. Para 2001 pasó a ocu-
par el sexto lugar, con una participación disminuida al
4.09 %, resaltando el hecho de que su crecimiento se
mantuvo por debajo del que experimentaron otros
estados más pobres en términos de recursos naturales
y financieros como Chiapas, cuyo crecimiento fue del
doble que el de Veracruz.
Destaca el hecho de que los estados que más
crecieron, tuvieron tasas de crecimiento impresionan-
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
100
Veracruz
GuerreroTabasco
ColimaOaxacaZacatecasCampeche
SinaloaDurangoMichoacán
ChiapasHidalgo
NayaritBajaCaliforniaSur
DistritoFederalGuanajuato
CoahuilaSanLuisPotosí
TOTAL NACIONALJalisco
TamaulipasSonora
TlaxcalaYucatán
MéxicoPuebla
QuintanaRoo
MorelosNuevoLeón
Chihuahua
BajaCaliforniaQuerétaro
Aguascalientes
- 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0 6.0
Fuente: Elaboración propia con datos del Inegi.
Gráfica 12. Tasas de crecimiento media anual del PIB estatal. 1996-2001.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
101
Cuadro 9. Participación en el PIB Nacional por entidad federativa 1996-20011996 2001
Entidad Federativa Participación porcentual en eltotal del PIB nacional
Rankingnacional 1996
Entidad federativa Participación porcentual en eltotal del PIB nacional
Rankingnacional 2001
Distrito Federal 22.98 1 Distrito Federal 22.37 1México 10.38 2 México 10.84 2Nuevo León 6.44 3 Nuevo León 6.87 3Jalisco 6.35 4 Jalisco 6.44 4Veracruz Llave 4.64 5 Chihuahua 4.38 5Chihuahua 4.06 6 Veracruz Llave 4.09 6Guanajuato 3.38 7 Puebla 3.45 7Puebla 3.27 8 Guanajuato 3.29 8Coahuila 3.12 9 Baja California 3.24 9Baja California 2.96 10 Coahuila 3.07 10Tamaulipas 2.91 11 Tamaulipas 2.97 11Sonora 2.75 12 Sonora 2.83 12Michoacán 2.44 13 Michoacán 2.32 13Sinaloa 2.24 14 Sinaloa 2.11 14Chiapas 1.82 15 Chiapas 1.73 15Guerrero 1.82 16 Querétaro 1.72 16San Luis Potosí 1.73 17 San Luis Potosí 1.72 17Oaxaca 1.63 18 Guerrero 1.65 18Querétaro 1.55 19 Oaxaca 1.50 19Hidalgo 1.46 20 Morelos 1.47 20Morelos 1.38 21 Quintana Roo 1.40 21Durango 1.33 22 Hidalgo 1.39 22Quintana Roo 1.33 23 Yucatán 1.37 23Yucatán 1.32 24 Durango 1.26 24Tabasco 1.30 25 Aguascalientes 1.20 25Campeche 1.20 26 Tabasco 1.19 26Aguascalientes 1.07 27 Campeche 1.13 27Zacatecas 0.83 28 Zacatecas 0.78 28Nayarit 0.60 29 Nayarit 0.58 29Colima 0.59 30 Baja California Sur 0.56 30Baja California Sur 0.58 31 Tlaxcala 0.56 31Tlaxcala 0.54 32 Colima 0.54 32Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
4.64
4.49
4.37
4.22
4.124.09
1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Elaboración propia con datos de Inegi..
Gráfica 13. Veracruz. Participación en el PIB nacional. 1996-2001
temente altas como el caso de Aguascalientes que en
1997 creció al 9 % y en 2000 al 10.4 %. Es el mismo
caso de Querétaro que en 1997 creció un 12 % y en
2000, 7 % y Baja California con 12 % y 9.7 %, para los
mismos años. En el otro extremo, el estado de
Veracruz, mostró tasas de crecimiento para esos años
del 3 y 4 % respectivamente y de hecho su crecimien-
to nunca fue superior a esta última tasa, mostrando
tasas negativas de incremento en dos de los cinco
años analizados.
Estos resultados diferenciados deben llevarnos a
un análisis profundo de la realidad veracruzana, con el
fin de revisar las causas específicas del mediocre
comportamiento de su economía e identificar el con-
junto de soluciones que se requieren.
Es necesario observar qué es lo que están hacien-
do otros estados para crecer a un ritmo acelerado.
Estados que sí han aprovechado los cambios estruc-
turales que ha tenido la economía nacional y que,
seguramente, han implementado políticas inteligentes
para impulsar el desarrollo de sus sectores produc-
tivos con el fin de volverlos más eficientes y competi-
tivos.
Si no se identifican los problemas y las potenciali-
dades de la economía veracruzana y no se implemen-
ta una política de impulso al crecimiento económico,
en muy poco tiempo Veracruz terminará por ser
desplazado por muchos otros estados y –lo que es
peor– se agravará la pobreza de su población.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
102
Gráfica 14. Veracruz. Crecimiento comparado 1996-2001Indices de crecimiento del PIB estatal ( Base 1996=100)
100.0
105.0
110.0
115.0
120.0
125.0
130.0
135.0
140.0
1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
TOTALNACIONAL
Aguascalientes
VeracruzLlaveLlave
7. Crecimiento economico y bienestar social
Como resultado del negativo comportamiento de la
economía veracruzana a lo largo de los últimos años,
la población no ha podido superar el deterioro de sus
condiciones de vida, medidas por el nivel del PIBE per
capita, particularmente desde el año 2000.
De 1998 a la fecha este indicador ha sufrido tres
disminuciones: en 1999 en que cayó -0.5 %; en 2001,
-1.3 % y -0.5 en 2002. Si bien, durante 1998 creció un
1.7 % y en 2000 un 3.6 % A pesar de este compor-
tamiento negativo, durante el periodo ha podido acu-
mular un ligero incremento del 2.1 %, aunque este
comportamiento se ha debido más bien al lento ritmo
de crecimiento que ha tenido la población que crece a
una tasa del 0.5 % promedio anual, lo cual ha atenua-
do el efecto de la escasa dinámica económica estatal.
Pero esa pobre dinámica ha influido sobre el creci-
miento de la población, porque al no producirse los
empleos suficientes, miles de veracruzanos han salido
a buscar trabajo a otros lugares, reduciendo la tasa de
crecimiento poblacional del estado y en algunos
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
103
Cuadro 10. Tasa media anual de crecimiento del PIB 1996-2001Entidad Federativa Tasa media anual de crecimientoTOTALNACIONAL 3.60
Aguascalientes 5.53Querétaro 5.43Baja California 5.17Chihuahua 4.90Nuevo León 4.71Morelos 4.65Quintana Roo 4.56Puebla 4.54México 4.35Yucatán 4.23Tlaxcala 4.19Sonora 4.08Tamaulipas 3.92Jalisco 3.86San Luis Potosí 3.48Coahuila 3.32Guanajuato 3.14Distrito Federal 3.13Baja California Sur 3.05Nayarit 2.97Hidalgo 2.79Chiapas 2.72Michoacán 2.68Durango 2.66Sinaloa 2.56Campeche 2.50Zacatecas 2.46Oaxaca 2.22Colima 2.08Tabasco 2.04Guerrero 1.91Veracruz 1.43Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
municipios, provocando tasas de crecimiento negati-
vas. Así que el hecho de que el P I B E per capita se haya
movido en sentido positivo, se ha logrado gracias a la
reducción del número de los que entran al reparto de la
riqueza, más que al aumento de la riqueza repartida.
Este comportamiento del P I B E per capita, c o n-
trasta con el que ha tenido el mismo indicador a nivel
nacional, el cual estuvo sujeto a un comportamiento
más positivo, por lo que acumuló, a lo largo del peri-
odo, un crecimiento del 6.1 %, que es equivalente a
tres veces lo que creció Veracruz. Ello a pesar de
que la población a nivel nacional muestra un ritmo de
crecimiento del 1.3 % anual, más alto que el estatal.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
104
CUADRO 11. VERACRUZ. PIB Y PIBE TOTAL Y PER CÁPITA 1996-2003Veracruz Total Nacional
PIBE PIB per cápita PIB tca PIB per cápitaMiles de pesos de
1993tca
Pesos porpersona
tcaÍndice de
crecimientoMiles de pesos de
1993Pesos porpersona
tcaÍndice de
crecimiento1995 54,398,800 8,074.24 100.0 1,131,752,762 - 12,415.25 100.01996 55,277,849 1.6 8,163.90 1.1 101.1 1,190,075,547 5.2 12,887.51 3.8 103.81997 57,099,729 3.3 8,391.01 2.8 103.9 1,270,744,066 6.8 13,584.48 5.4 109.41998 58,358,397 2.2 8,533.31 1.7 105.7 1,334,586,475 5.0 14,083.88 3.7 113.41999 58,332,405 -0.04 8,487.08 -0.5 105.1 1,382,935,488 3.6 14,406.81 2.3 116.02000 60,704,818 4.1 8,796.52 3.6 108.9 1,473,562,655 6.6 15,134.88 5.1 121.92001 60,202,561 -0.8 8,681.96 -1.3 107.5 1,471,065,152 -0.2 14,911.58 -1.6 120.12002 60,930,120 0.01 8,641.25 -0.5 107.0 1,484,304,738 0.9 14,848.97 -0.4 119.62003
e/61,718,312 1.3 8,711.66 0.8 107.9 1,513,990,833 2.0 14,947.82 1.7 120.4
1998-2002 2.1 6.11995-2002 7.9 20.4a/ El dato del PIBE para este año es una estimación a partir del PIB nacional.e/ Estimado.Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
Gráfica 15. Veracruz. Tasa de crecimiento del PIBE per cápita. 1998-2002
-3.0
-2.0
-1.0
0.0
1.0
2.0
3.0
4.0
5.0
6.0
1998 1999 2000 2001 e/ 2002 e/
Fuente: Elaboración propia con datos de Inegi y estimaciones propias.
Veracruz
Nacional
Los rezagos económicos y sociales han mantenido
al estado de Veracruz muy lejos de los mejores nive-
les de bienestar, comparado con el resto de los esta-
dos; y su escasa dinámica económica del estado
–menor a la de los demás– ha traído como conse-
cuencia un deterioro relativo de su nivel de bienestar.
En 1996, el estado ocupaba el lugar número 24 a
nivel nacional, comparando el valor de su PIBE per
capita con el del resto de las entidades federativas;
esto representa el 63 % del valor de mismo indicador
a nivel nacional y tan sólo un 25 % del valor obtenido
por el Distrito Federal, que es la entidad con el dato
más alto. Es decir, en 1996, el nivel de bienestar de un
veracruzano, equivalía, en promedio, a una cuarta
parte del que tenía un residente del D.F. En cambio
superaba en un 38 % al de Oaxaca, que es el estado
con el más bajo PIBE per capita de ese año.
Debido a la forma diferencial en que crecieron las
entidades federativas a partir de este año y hasta
2001, sus valores per capita y su posición en el ran-
king nacional se vio alterada, a pesar de que todas
presentaron crecimiento en alguna magnitud.
En el caso de Veracruz, su muy reducida dinámi-
ca económica, propició que esta variable creciera
tan sólo un 6.3 % en términos reales, al pasar de
8,165 a 8,682 pesos por persona. Esto significa un
crecimiento muy bajo comparado con el de otros
estados, como Aguascalientes que creció un 26 %.
Es decir, el crecimiento del bienestar en el primero,
representó una cuarta parte del crecimiento que tuvo
el segundo.
Como consecuencia de este comportamiento, el
estado de Veracruz cayó de la posición que tenía en
1996 (en que ocupaba el lugar 24 por el tamaño de
su P I B E per capita) a la posición 26 en 2001. En este
año, el valor del P I B E per capita veracruzano, com-
parado con la media nacional se redujo al 58 % (en
1996 equivalía al 63 %) y comparado con el D.F. ,
–que también fue el más alto ese año– se redujo al
23 % (en 1996 era del 25 %). Y se acercó a los esta-
dos más pobres ya que el valor de su P I B E per capita
fue un 36 % superior al de Oaxaca, que sigue sien-
do el más bajo, mientras que en 1996 era del 38 %.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
105
Gráfica 16. Veracruz. Indice de crecimiento del PIB per cápita. 1998-2002.
98.0
99.0
100.0
101.0
102.0
103.0
104.0
105.0
106.0
107.0
108.0
1998 1999 2000 2001 e/ 2002 e/
Fuente: Elaboración propia con datos del Inegi y estimaciones propias.
Veracruz
Nacional
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
106
CUADRO 12. PIBE PER CÁPITA POR ESTADOS 1966-2001 (miles de pesos de 1993) 1996 Ranking nacional 2001 Ranking nacionalTOTALNACIONAL 12,884 TOTALNACIONAL 14,912Distrito Federal 32,132 1 Distrito Federal 38,205 1Campeche 22,003 2 Nuevo León 26,020 2Quintana Roo 21,503 3 Campeche 23,760 3Nuevo León 21,275 4 Quintana roo 22,618 4Baja California Sur 17,909 5 Chihuahua 20,764 5Chihuahua 17,004 6 Coahuila 19,451 6Coahuila 16,893 7 Baja California Sur 18,996 7Baja California 16,142 8 Sonora 18,558 8Sonora 15,493 9 Baja California 18,546 9Aguascalientes 14,514 10 Aguascalientes 18,323 10Querétaro 14,439 11 Querétaro 17,687 11Colima 14,000 12 Tamaulipas 15,620 12Tamaulipas 13,479 13 Jalisco 14,834 13Jalisco 12,469 14 Colima 14,291 14Morelos 11,220 15 Morelos 13,691 15Durango 11,051 16 Durango 12,810 16Sinaloa 10,883 17 Sinaloa 12,116 17México 10,321 18 Yucatán 12,001 18Yucatán 9,957 19 México 11,922 19San Luis Potosí 9,298 20 San Luis Potosí 10,940 20Guanajuato 9,030 21 Guanajuato 10,285 21Tabasco 8,695 22 Puebla 9,834 22Puebla 8,262 23 Nayarit 9,258 23Veracruz 8,165 24 Tabasco 9,088 24Hidalgo 8,108 25 Hidalgo 9,056 25Nayarit 7,971 26 Veracruz 8,682 26Michoacán 7,467 27 Michoacán 8,514 27Zacatecas 7,401 28 Zacatecas 8,472 28Guerrero 7,342 29 Tlaxcala 8,392 29Tlaxcala 7,140 30 Guerrero 7,801 30Chiapas 5,930 31 Chiapas 6,368 31Oaxaca 5,928 32 Oaxaca 6,361 32Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
GRÁFICA 17. PIB PER CÁPITA POR ESTADOS. 2001 (Pesos de 1993)
Oaxaca
Chiapas
Guerrero
Tlaxcala
Zacatecas
Michoacán
Hidalgo
Tabasco
Nayarit
Puebla
Guanajuato
San Luis Potosí
Yucatán
Sinaloa
Morelos
Colima
Tamaulipas
Querétaro
Aguascalientes
Baja California
Sonora
Baja California Sur
Coahuila
Chihuahua
Quintana Roo
Campeche
Nuevo León
Total Nacional
Jalisco
Durango
México
Veracruz
Distrito Federal
- 5,000 10,000 15,000 20,000 25,000 30,000 35,000 40,000
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
Estos datos evidencian adversas condiciones de
funcionamiento de la economía veracruzana, com-
paradas con las que ofrece el país en general y refle-
jan la urgente necesidad de crear mecanismos que
potencien el crecimiento de la producción, que es el
único modo en que pueden mejorarse las condiciones
de vida de los veracruzanos. De lo contrario, la crisis
seguirá siendo una escena cotidiana, los veracruzanos
seguirán empobreciendo, marginándose del desarro-
llo, en un estado de grandes recursos, de grandes
planes y de grandes esperanzas.
8. Gasto público y economía regional
Según la teoría económica, existe una relación positi-
va entre los niveles de gasto público y los de creci-
miento económico, de modo que es posible afirmar
que un mayor gasto del gobierno hace crecer el volu-
men total del PIB.
Esto ha llevado a los gobiernos –en todos sus
órdenes– a incrementar de modo permanente sus pre-
supuestos y ha servido como justificación de las políti-
cas de gasto expansionistas. Incluso se ha llegado a
considerar al volumen total de gasto, como un indi-
cador del desempeño gubernamental,
El análisis que aquí presento, con evidencia
empírica reciente, arroja resultados en el sentido de
que esa aparente relación, es en realidad inexistente.
De los cinco estados que más gasto público
ejercieron durante el año 2001, tres, mostraron
tasas de crecimiento del P I B negativas: Distrito
Federal, -0.5 %; Veracruz, -0.8 %; y Nuevo León, -0.4 %.
Los otros dos, si bien crecieron, lo hicieron a un
ritmo muy lento, estos fueron: México, 0.9 y Jalisco,
0 . 1 3 % .
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
107
CUADRO 13. CRECIMIENTO DEL PIB PER CÁPITA POR ESTADOS 1966-2001
Entidad Federativa 1996 2001Tasa de crecimiento 1996-
2001Rankingnacional
TOTAL NACIONAL 12,884 14,912 15.7 Aguascalientes 14,514 18,323 26.2 1Querétaro 14,439 17,687 22.5 2Nuevo León 21,275 26,020 22.3 3Chihuahua 17,004 20,764 22.1 4Morelos 11,220 13,691 22.0 5Yucatán 9,957 12,001 20.5 6Sonora 15,493 18,558 19.8 7Puebla 8,262 9,834 19.0 8Jalisco 12,469 14,834 19.0 9Distrito Federal 32,132 38,205 18.9 10San Luis Potosí 9,298 10,940 17.7 11Tlaxcala 7,140 8,392 17.5 12Nayarit 7,971 9,258 16.2 13Durango 11,051 12,810 15.9 14Tamaulipas 13,479 15,620 15.9 15México 10,321 11,922 15.5 16Coahuila 16,893 19,451 15.1 17Baja California 16,142 18,546 14.9 18Zacatecas 7,401 8,472 14.5 19Michoacán 7,467 8,514 14.0 20Guanajuato 9,030 10,285 13.9 21Hidalgo 8,108 9,056 11.7 22Sinaloa 10,883 12,116 11.3 23Campeche 22,003 23,760 8.0 24Chiapas 5,930 6,368 7.4 25Oaxaca 5,928 6,361 7.3 26Veracruz 8,165 8,682 6.3 27Guerrero 7,342 7,801 6.2 28Baja California Sur 17,909 18,996 6.1 29Quintana Roo 21,503 22,618 5.2 30Tabasco 8,695 9,088 4.5 31Colima 14,000 14,291 2.1 32Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
Considerada en conjunto la dinámica del PIB de
este grupo de entidades federativas, muestra una
caída de la actividad económica del –0.33 %, lo cual
tiene un impacto muy importante sobre la economía
nacional, pues estos cinco estados concentran el 50 %
del PIB nacional. Pero, además, ese decremento con-
trasta con el volumen de su gasto público, ya que ellos
concentran el 39 % del total de gasto ejercido por los
gobiernos estatales. Esto significa que hay una nula
influencia del gasto total de los gobiernos estatales
sobre la actividad económica.
Confirman estas afirmaciones los datos obtenidos
al calcular el coeficiente de correlación existente entre
la tasa de crecimiento del P I B E y el gasto total, la cual
alcanza un valor negativo de -0.37, lo cual significa que
existe una relación inversa entre ambas variables, de
modo que –como tendencia– es posible afirmar que a
mayor gasto total menor nivel de crecimiento del P I B E.
En el mismo sentido, cabe esperar una relación
entre la inversión pública y el crecimiento económico
estatal. De hecho es posible esperar una mayor influen-
cia que la que tendría el gasto total, pues aquélla tiene
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
108
CUADRO 14. ESTADOS CON EL MAYOR NIVEL DE GASTO PÚBLICO TOTAL 2001
Entidad Federativa Total Obras publicas y acciones socialesTasas de crecimiento
anualTotal Nacional 507,563,520 42,002,694 8.3 -0.17Veracruz 32,951,000 4,509,000 13.7 -0.83México 48,020,847 4,206,315 8.8 0.89Distrito Federal 62,171,150 4,165,800 6.7 -1.47Puebla 21,746,786 2,897,613 13.3 0.68Chihuahua 16,727,869 2,249,167 13.4 -3.35Total 5 estados 181,617,652 18,027,895 11.2 -0.85Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
Regression95% confid.
GRÁFICA 18. GT vs. TCA (Casewise MD deletion)
TCA = 1.9707 + 0.0000 * GT
Correlation: r = -.3709
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
GT
TC
A
-4
-2
0
2
4
6
8
-5e6 1e7 2.5e7 4e7 5.5e7 7e7
fines productivos. Al jerarquizar los estados de acuerdo
al porcentaje del gasto total que destinan a inversión
pública, se puede observar que de los cinco del grupo
anterior sólo destaca Veracruz que se encuentra en el
primer lugar. En los otros, la inversión pública represen-
tó una proporción muy baja comparada con el resto de
los estados. Es decir, los estados que más gastan, no
son los estados que más invierten (excepto Ve r a c r u z ) .
De los cinco estados que más gasto destinaron a
obra pública (con Veracruz a la cabeza) tres obtu-
vieron tasas de crecimiento del PIB negativas: Veracruz
-0.83 %; Chihuahua, -3.4 %; y Tamaulipas, -2.6 %. Los
otros dos crecieron débilmente, Puebla, 0.7 % y
Querétaro 0.13 %. Estos estados destinaron en
promedio a inversión el 13 % de su gasto total.
Se observa que en este nuevo grupo, el decremento
promedio del P I B, en conjunto, fue de -1.2 %; mayor que
en el primer grupo de estados analizado. Y esto es muy
significativo, porque estos estados, en lo individual, gas-
tan más en obra pública que los demás y concentran el
30 % del total de la inversión pública nacional realizada
por gobiernos estatales; aún así, no pudieron generar
crecimiento económico. De este modo, se puede concluir
que tampoco existe una relación positiva significativa
entre el crecimiento y la inversión pública.
Al calcular el coeficiente de correlación para estas
dos variables, se confirma que se encuentran rela-
cionadas negativamente, pues el valor que arroja el cál-
culo es de -0.39, lo cual significa que existe una ten-
dencia tal, que a mayor inversión pública menor creci-
miento económico, tal como en el caso del gasto total.
En cuanto al gasto como proporción del PIB, vale la
pena mencionar que ninguno de los estados con
mayor nivel absoluto de gasto público o con más alto
porcentaje de inversión pública, está en la lista de los
estados con mayor gasto como proporción del PIB. Es
decir, aquí destacan otros estados completamente dis-
tintos a los que ocupan los primeros lugares por el
monto absoluto de su gasto o por el monto de su inver-
sión pública.
De acuerdo con esta variable, los cinco estados
con mayor valor sí tuvieron tasas de crecimiento posi-
tivas: Tabasco, Chiapas y Oaxaca, 1 %; Nayarit 3.7 %
y Guerrero con 0.6 %. Esto representa un crecimiento
promedio en conjunto del 1.4 %. La participación de
este grupo en el gasto total de los estados es baja,
pues representa el 15 %. Es decir, con poco del gasto
público nacional lograron lo que no pudieron los esta-
dos con mucho de ese gasto. Esto se debe a que su
gasto fue mucho más alto como proporción de su PIBE
que el de los estados de mayor nivel absoluto de
gasto, ya que su gasto total promedio en conjunto fue
equivalente al 22 % de su PIB, mientras que los otros
alcanzaron apenas un 9 % promedio.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
109
CUADRO 15. ESTADOS CON EL MAYOR NIVEL DE INVERSIÓN PÚBLICA COMO PROPORCIÓN DE SU GASTOTOTAL 2001
Entidad Federativa TotalObras publicas
y accionessociales
Tasas de crecimientoanual
Total Nacional 507,563,520 42,002,694 8.3 -0.17Veracruz 32,951,000 4,509,000 13.7 -0.83Chihuahua 16,727,869 2,249,167 13.4 -3.35Puebla 21,746,786 2,897,613 13.3 0.68Tamaulipas 15,591,291 1,967,305 12.6 -2.64Querétaro 7,945,572 994,636 12.5 0.13Total 5 estados 94,962,518 12,617,721 13 -1.24Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
110
Regression95% confid.
Gráfica 19. Tasa de crecimiento PIBE -Inversión Pública Estatal
Inversión Pública Estatal= 1471E3 - 186E3 * TCA
Correlation: r = -.3900
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
Tasa de crecimiento PIBE
Inversión Pública E
statal
-5e5
5e5
1.5e6
2.5e6
3.5e6
4.5e6
5.5e6
-4 -2 0 2 4 6 8
Gráfica 20. Correlación tasa de crecimiento del PIBE-Gasto Total estatal como % del PIBE
5.0
7.0
9.0
11.0
13.0
15.0
17.0
19.0
21.0
23.0
25.0
-3.50 -2.50 -1.50 -0.50 0.50 1.50 2.50 3.50 4.50 5.50
Tasa de crecimiento PIBE
Gas
to to
tal c
omo
% d
el P
IBE
Aquí, sin embargo, no se confirma que exista una
relación positiva entre el crecimiento y la proporción del
gasto, pues el coeficiente de correlación es apenas de
0.13, debido a que algunos estados con bajo porcenta-
je del gasto total como proporción del P I B E t a m b i é n
tuvieron altas tasas de crecimiento. Y de hecho, si se
calcula la correlación sólo para los estados que tuvieron
crecimiento positivo, resulta un valor de -0.15, es decir,
una relación negativa (aunque muy débil) entre estas
dos variables analizadas, lo que llevaría a concluir que
existe una escasa o nula influencia del gasto público
estatal en el ritmo de crecimiento del P I B E.
De igual forma al analizar el volumen del gasto per
capita, se observa que el coeficiente de correlación es
de 0.232, lo cual indica una tendencia a que el creci-
miento sea más alto en los estados con mayor gasto
per capita, aunque esta relación es débil porque hay
estados que no crecieron y el gasto per capita no es
de los bajos. Sin embargo, si se eliminan del análisis
estos, es posible obtener una correlación del 0.474
considerando sólo los estados con crecimiento, lo cual
confirma una relación positiva más fuerte, entre gasto
per capita y crecimiento económico
Por último, hay que considerar que algunos de los
estados que lograron crecer, tienen los peores niveles
de PIB per capita; sin embargo, en general, crecieron
más aquellos cuyo PIB per capita es mayor, lo cual se
confirma con una correlación de 0.538. De igual modo,
los estados que crecieron tienen una baja participación
en el PIB nacional, es decir, son pequeños, lo cual sig-
nifica que hay una relación inversa entre tamaño de la
economía y el crecimiento, que se confirma con una
correlación de -0.318.
Finalmente, de los cinco estados que más
crecieron, ni uno sólo está en la lista de los que más
gastaron o de los que más recursos destinaron a inver-
sión pública. Incluso si se amplia la lista a los 10 que
más crecieron, no se encuentra a ninguno de aquellos.
Estos estados son: Quintana Roo con un crecimiento
del 5.6 %; Morelos, 4.6 %; Campeche 4.5 %; Aguas-
calientes 4.3 % y Nayarit, 3.6 %. En promedio esto
equivale a un 4.5 % promedio de crecimiento para los
cinco estados, con apenas el 6.5 % del gasto estatal
total y el 8 % de la inversión pública estatal total. Dicho
gasto total representa, en promedio, el 12 % del PIB de
esos estados y un gasto per cápita muy superior a la
media nacional.
De hecho los estados que más gasto total tuvieron
y mayor obra pública financiaron, son los estados que
ocupan los últimos lugares en crecimiento, es decir,
que crecieron menos. En otras palabras a mayor gasto
e inversión, menor crecimiento. Como puede verse,
parece ser que los efectos multiplicadores del gasto
público sobre el crecimiento económico se han perdi-
do. Falta investigar cuáles son los factores que expli-
can este comportamiento.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
111
CUADRO 16. ESTADOS CON EL MAYOR NIVEL DE GASTO COMO PROPORCIÓN DEL PIBE 2001
Entidad FederativaPIB Por entidad federativa(Miles de pesos de 1993) Gasto como % del PIB
Participación enel PIB Nacional
por entidadfederativa
Tasas decrecimiento
anual
Total Nacional 5,285,606,388 9.6 100.0 -0.17Tabasco 65,821,767 24.1 1.2 0.94Chiapas 87,386,117 23.8 1.7 1.00Nayarit 30,422,880 21.5 0.6 3.63Oaxaca 81,353,694 21.5 1.5 1.07Guerrero 93,299,236 18.8 1.7 0.55Total 5 estados 358,283,694 21.93 6.7 1.44Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
112
CUADRO 17 ESTADOS CON EL MAYOR NIVEL DE GASTO PER CÁPITA 2001
Entidad FederativaGasto per cápita
(Pesos por persona)PIB per cápita
(Pesos por persona)Tasas de
crecimiento anual
Total Nacional 5,145 53,578 -0.17Campeche 9,434 89,178 4.54
Baja California Sur 8,330 70,699 3.37Tabasco 8,255 34,311 0.94
Distrito Federal 7,220 138,367 -1.47Nayarit 7,084 32,899 3.63
Total 5 estados 9,093 83,806 2.20Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
CUADRO 18 GASTO PÚBLICO Y PIB DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS 2001 (Miles de pesos corrientes)
Entidad Federativa Gasto Público Total Inversión pública PIB Por entidadfederativa
Gastocomo %del PIB
% del PIBnacional
Variación %anual del PIB
Gasto percápita
PIB percápita
Total 507,563,520 42,002,694 8.3 5,285,606,388 9.6 100.0 -0.17 5,145 53,578
Aguascalientes 5,300,784 593,946 11.264,701,195
8.21.2
4.26 5,515 67,316Baja California 14,748,218 550,717 3.7 185,531,219 7.9 3.24 -2.27 5,737 72,167Baja California Sur 3,618,719 62,482 1.7 30,713,665 11.8 0.56 3.37 8,330 70,699Campeche 6,602,721 778,687 11.8 62,416,314 10.6 1.13 4.54 9,434 89,178Coahuila 12,719,947 1,400,945 11.0 156,993,588 8.1 3.07 -1.84 5,480 67,633Colima 3,567,115 211,035 5.9 28,365,982 12.6 0.54 -3.21 6,459 51,363Chiapas 20,787,494 1,368,289 6.6 87,386,117 23.8 1.73 1.00 5,207 21,891Chihuahua 16,727,869 2,249,167 13.4 234,651,771 7.1 4.38 -3.35 5,393 75,655Distrito Federal 62,171,150 4,165,800 6.7 1,191,553,034 5.2 22.37 -1.47 7,220 138,367Durango 8,539,974 543,965 6.4 66,673,603 12.8 1.26 3.57 5,894 46,018Guanajuato 19,624,196 907,291 4.6 166,371,499 11.8 3.29 0.65 4,168 35,332Guerrero 17,551,912 1,605,644 9.1 93,299,236 18.8 1.65 0.55 5,648 30,022Hidalgo 11,237,841 1,268,214 11.3 68,791,309 16.3 1.39 -2.16 4,982 30,499Jalisco 29,311,701 582,035 2.0 346,685,277 8.5 6.44 0.13 4,588 54,262México 48,020,847 4,206,315 8.8 535,674,611 9.0 10.84 0.89 3,590 40,045Michoacán 17,889,250 1,828,481 10.2 116,463,938 15.4 2.32 -1.50 4,471 29,108Morelos 8,247,812 812,065 9.8 77,229,594 10.7 1.47 4.65 5,233 49,002Nayarit 6,550,523 632,215 9.7 30,422,880 21.5 0.58 3.63 7,084 32,899Nuevo León 24,238,571 1,568,530 6.5 368,994,149 6.6 6.87 -0.39 6,241 95,011Oaxaca 17,453,326 1,624,466 9.3 81,353,694 21.5 1.5 1.07 5,024 23,417Puebla 21,746,786 2,897,613 13.3 203,307,227 10.7 3.45 0.68 4,211 39,369Querétaro 7,945,572 994,636 12.5 91,308,740 8.7 1.72 0.13 5,539 63,655Quintana Roo 6,086,401 621,371 10.2 81,204,360 7.5 1.4 5.56 6,668 88,966San Luis Potosí 10,667,929 483,344 4.5 87,505,044 12.2 1.72 0.02 4,607 37,790Sinaloa 10,089,684 871,276 8.6 100,282,685 10.1 2.11 1.70 3,945 39,212Sonora 13,200,805 873,888 6.6 143,999,194 9.2 2.83 1.88 5,895 64,302Tabasco 15,835,903 766,603 4.8 65,821,767 24.1 1.19 0.94 8,255 34,311Tamaulipas 15,591,291 1,967,305 12.6 161,844,251 9.6 2.97 -2.64 5,582 57,943Tlaxcala 5,278,287 135,067 2.6 29,578,499 17.8 0.56 3.08 5,395 30,231Veracruz 32,951,000 4,509,000 13.7 210,928,155 15.6 4.09 -0.83 4,752 30,418Yucatán 3,992,719 463,458 11.6 76,427,046 5.2 1.37 1.83 2,381 45,584Zacatecas 7,267,173 458,845 6.3 39,126,747 18.6 0.78 2.86 5,368 28,899Fuente: Elaboración propia con datos INEGI
Conclusión
La incapacidad que enfrentan algunas entidades fede-
rativas para mantener un ritmo de crecimiento soste-
nido, junto con otras que si avanzan de manera firme,
evidencia una grave realidad económica: la profunda
desigualdad regional que no se explica, necesaria-
mente, por la desigual dotación de recursos naturales,
sino que tiene que ver con la forma particular en la que
se ha ido transformando la estructura económica de
cada uno de los estados. Esto lleva al reconocimiento
de dos Méxicos: el que crece y el que se estanca; el rico
y el pobre; el Norte y el Sur, el moderno y el caduco.
De este modo, dentro de la estructura económica
regional del país, se pueden identificar, por un lado,
estados de baja productividad –como Veracruz y todos
los del Sur por lo menos– que se distinguen por el pre-
dominio en ellos de actividades productivas tradi-
cionales, dominadas por formas de organización
t r a d icional y orientadas a la producción de bienes
tradicionales, por ejemplo: actividades agrícolas, en
donde la mayor parte de los productores son de sub-
sistencia y se dedican a la producción de maíz, frijol,
azúcar, café y con escaso o nulo uso de tecnologías
modernas. Productos estos que están poco o nula-
mente integrados a los círculos comerciales regio-
nales, nacionales o internacionales, porque han dejado
de responder a la lógica actual de los mercados.
Son estados donde la mayor parte de la población
ocupada se encuentra en sectores de baja productivi-
dad y la industria no se ha desarrollado, salvo en
zonas muy específicas, pero sin generar impactos de
integración hacia el resto del estado, ya sea porque no
puede generar cadenas productivas con otras empre-
sas, (dada la baja productividad y escasa moderni-
zación y diversificación del resto del estado), ya sea
porque el sector primario del Estado no genera mate-
rias primas para la industria regional o alimentos para
las zonas urbanas industrializadas.
Son estados en donde el sector servicios se va
volviendo predominante, pero esto no es reflejo del
desarrollo, por el contrario, evidencia la incapacidad
de los sectores productivos (agricultura e industria de
baja productividad y lento crecimiento) para absorber
la fuerza de trabajo que se refugia en actividades de
muy baja productividad, porque se encuentran primor-
dialmente en la economía informal o se trata de micro
y pequeña empresas (comerciales primordialmente).
Son, además, estados con bajo equipamiento de infra-
estructura y escasa formación de capital humano.
Por otro lado, encontramos estados con gran
desarrollo industrial, en donde la industria es la activi-
dad primordial, empleando a una parte importante de
la población ocupada y en donde las actividades
agropecuarias las desempeñan primordialmente
empresas que producen para el mercado nacional e
internacional, con un gran equipamiento tecnológico y
cuyos productos no son de tipo tradicional y son uti-
lizados como materias primas para la industria
nacional o son alimentos con gran demanda en las
zonas urbanas. Estos estados tienen un amplio
equipamiento de infraestructura y han formado capital
humano.
Esta desigualdad regional se explica por la forma
distinta en que se han ido transformando los estados
económicamente, en la medida en que han podido
propiciar un quiebre estructural y fortalecer su sector
industrial y de servicios.
Los estados que crecen y se desarrollan han aban-
donado el modelo primario exportador de principios del
siglo pasado y fueron creando sus bases industriales
durante todo el siglo pasado, por lo que al darse el pro-
ceso de apertura comercial, lograron captar mercado
para sus productos y espacios para la inversión
extranjera, ya que desarrollaron sectores modernos.
Es decir, se transformaron durante la etapa de indus-
trialización del país y su crecimiento se basa en un
modelo de desarrollo nuevo, dejando atrás, incluso, el
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 86-118
113
de sustitución de importaciones que dependía del pro-
teccionismo comercial.
Los estados que no crecen ni se desarrollan, no
aprovecharon la oportunidad que abrió el proceso de
industrialización sustitutiva para dejar atrás el modelo
primario exportador, por el contrario, dada su dotación
de recursos naturales –como es el caso de Veracruz,
rico en petróleo y productos agropecuarios– reforzaron
el predominio de estas actividades primarias, man-
teniéndolas como el eje de su crecimiento económico,
incluso sin propiciar su modernización. Mientras la
dinámica de la economía nacional estuvo sustentada
por el modelo de industrialización sustitutiva, el pro-
teccionismo comercial también protegió estas activi-
dades primarias de la competencia y permitió a estos
estados mantener su crecimiento.
Pero la apertura comercial los encontró con una
estructura económica tradicional, obsoleta, poco diver-
sificada, sin modernizarse, incapaz de recibir inversión
extranjera o de aprovechar los espacios internaciona-
les que se abrieron para nuevos productos primarios.
El reto de hoy es propiciar el quiebre estructural
desde un modelo obsoleto de desarrollo que es el pri -
mario exportador a uno que aproveche las nuevas
oportunidades que abre la transformación del país y
del mundo.
De otro modo, el incremento del gasto público, el
incremento de la inversión y todas las políticas de
fomento que se implementen, serán incapaces de
impulsar el desarrollo regional, porque sólo estarán
reforzando esas estructuras obsoletas.
Es necesario pensar el crecimiento económico
regional desde una nueva perspectiva, antes que sea
demasiado tarde.
Bibliografía
URRIZA, Bernardo, “Crecimiento económico, prioridad
del gobierno del estado”, Diario de Xalapa, 16
de febrero de 2003.
BARCELATA CHÁVEZ, Hilario, “No se cumplen metas de
crecimiento”, Diario de Xalapa, 15 de febrero de
2003.
Diario AZ, 7 de febrero de 2003, Xalapa.
El Financiero, 3 y 22 de abril de 2003, México.
Instituto Mexicano del Seguro Social, página electróni-
ca: www.imss.gob.mx.
Programa Veracruzano de Finanzas Públicas 1999-
2004, Secretaría de Finanzas y Planeación,
Gobierno el Estado de Veracruz, Xalapa, 1999.
Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de
Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz,
2002.
“Sistema de Cuentas Nacionales”, PIBE 2001, INEGI,
página electrónica: www.inegi.gob.mx.
Veracruz, el dilema del crecimiento económico
114
Sin duda la agricultura es la actividad económica de mayor
trascendencia para las sociedades en cualquiera de sus
estadios de desarrollo. Esta particularidad se ha traducido
en un permanente y sistemático esfuerzo en la generación
de conocimiento científico y tecnológico tendiente a garan-
tizar la supervivencia humana bajo parámetros crecientes
de calidad. Este trabajo tiene como propósito contribuir a
elucidar la naturaleza de la problemática de la agricultura
veracruzana actual, identificando las tendencias más rele-
vantes de su desarrollo reciente y su papel en la expli-
cación de su crisis generalizada, la cual se expresa en cre-
ciente exclusión social y en pobreza cada vez más exten-
sa y profunda en el campo.
1. Las tendencias globales en la agricultura
La revolución agrícola moderna ocurrida en los países
desarrollados a partir de la segunda mitad del siglo XX
aceleró la creación de nuevos medios y métodos de
producción y comercio derivados de las innovaciones en
la industria, la biotecnología, el transporte y las comuni-
caciones. Así, la segunda revolución industrial propor-
cionó los medios necesarios para la mecanización de
las labores agrícolas, para la intensificación y generali-
zación de la fertilización mineral, para el combate a pla-
gas y enfermedades, y para conservar y transformar
productos vegetales y animales. En particular, la revolu-
ción de la biotecnología suministró, mediante procesos
de selección de variedades vegetales y razas animales
con un potencial de alto rendimiento, adaptadas a los
nuevos medios de producción industrial capaces de
propiciar mayores índices de rentabilidad.
Las aportaciones de la revolución verde desde la
segunda posguerra hasta la actualidad han conducido a
los extraordinarios incrementos en la productividad agrí-
cola registrados en el mundo desarrollado. Así, el
aumento en los rendimientos medios de los principales
cultivos conseguidos durante ese periodo en los países
desarrollados es atribuible fundamentalmente a la uti-
lización de fertilizantes, al desarrollo de variedades
vegetales capaces de aprovechar cantidades crecientes
de minerales por métodos artificiales, a la lucha contra
las plagas y al desarrollo de la mecanización.1
115
La agricultura veracruzana. Apertura
y rezago regional
Vitalia López Decuir*
* Investigadora del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana.
1 Según estudios recientes de la FA O (1996): “los rendimientos medios del trigo
aumentaron de 1 100 a más de 2 600 kg/ha en los Estados Unidos, mientras que
el empleo de fertilizante pasó de 20 a 120 kg/ha de tierra cultivable. En Francia,
los rendimientos aumentaron de 1 800 a 7 100 kg/ha y el uso de fertilizante de
45 a 250 kg. Hoy en día, en los ricos suelos limosos del noroeste de Europa, los
rendimientos del trigo y maíz superan a veces los 10 000 kg/ha”.
El incremento en la productividad en el mundo
desarrollado ha sido de tal magnitud que permitió un
flujo permanente de fuerza de trabajo desde la agri-
cultura hacia los mercados de trabajo industriales y de
servicios, sobre todo durante las tres décadas que
siguieron a la posguerra. Colateralmente, las transfor-
maciones productivas en el campo significaron la
reducción de la jornada de trabajo y otras conquistas
laborales, así como el aumento en los niveles de esco-
laridad. Sin embargo, la persistencia de la emigración
rural-urbana durante la fase de desaceleración del
crecimiento económico ocurrida desde mediados de
los años setenta hasta la actualidad implicó el aumen-
to en los volúmenes de desempleo, al tiempo que la
población agrícola activa se reducía a menos del 5 %
de la población activa total.
Por otra parte, la revolución verde se ha incorpo-
rado a las regiones subdesarrolladas en un número
creciente de explotaciones que se han logrado apro-
piar de los beneficios del progreso técnico, tales como
los fertilizantes, los productos fitosanitarios y las varie-
dades de alto rendimiento de maíz, arroz, trigo, frijol y
sorgo seleccionadas durante las últimos décadas en
los centros internacionales de investigación auspicia-
dos por la propia Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO), o bien por
otras instituciones públicas y privadas.2 A l g u n a s
economías del Sur global han conseguido aumentos
significativos en los rendimientos agrícolas, particular-
mente en explotaciones típicamente capitalistas orien-
tadas a los mercados internacionales en los cuales
hacen valer sus ventajas de localización. Asimismo, el
control del agua a lo largo del año logrado por algunos
países asiáticos y el descubrimiento de variedades de
arroz no fotoperiódicas que pueden ser cultivadas en
todas las estaciones, han permitido obtener más de
tres cosechas anuales en la misma parcela de tierra;
estas condiciones, aunadas a los bajos salarios
locales, han permitido a los campesinos reducir signi-
ficativamente la subnutrición (India, China) o hasta
convertirse en exportadores de arroz (Ta i l a n d i a ,
Vietnam, Indonesia). A pesar de esos progresos, la
pobreza extrema y la subnutrición crónica no han
desaparecido de estos países.
En amplias regiones de las economías subdesa-
rrolladas que lograron su incorporación a la revolución
verde, muchas explotaciones pequeñas mal
equipadas y con muy bajos ingresos no tuvieron la
posibilidad de acceder a los nuevos medios de pro-
ducción. A la imposibilidad de invertir y mejorar sus
unidades de producción se ha sumado la disminución
de sus ingresos a causa del persistente descenso de
los precios agrícolas reales. La mayoría de esas
unidades tradicionales han quedado reducidas a una
condición de extrema pobreza, cuando no desa-
parecieron. En este estado de marginación de las ven-
tajas de las tecnologías modernas se encuentran las
variedades de los principales cereales (trigo, maíz y
arroz) que fueron adaptadas a condiciones locales difí-
ciles (de altitud, sequía, salinización, aridez,
anegamiento, etcétera).3
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
116
2 Así, por ejemplo, en México, el Instituto de Investigaciones Forestales y
Agropecuarias ( INIFAP) es el organismo público de mayor relevancia por
cuanto a sus aportaciones técnico-científicas al desarrollo del campo
mexicano. Sus investigaciones se desarrollan en 14 centros nacionales y
regionales; asimismo, cuenta con 81 campos experimentales. El trabajo
del INIFAP se ha enfocado principalmente a la producción agropecuaria en
zonas de riego y de buen temporal. En cuanto a la producción de los gra-
nos básicos, las líneas de investigación y aplicación del conocimiento se
desarrollan en colaboración con el Centro Internacional para la Mejora del
Maíz y el Trigo (CIMMYT)
3 Al estudiar los efectos de la sequía en la agricultura mexicana, Florescano
y Swan (1995:130) encuentran que “...los beneficiados por la revolución
verde, con tecnología avanzada, rendimientos altos, semillas resistentes
y sistemas de irrigación complejos, siembran en tierras donde no hay
correlación entre sequía y rendimiento agrícola; en cambio, los ejidos, con
tierras de temporal y pobres, son susceptibles en extremo.”
En esta categoría de pequeñas explotaciones, la
imposibilidad de renovar los instrumentos de trabajo y de
mantener las labores de cultivo, la disminución de la
fuerza de trabajo propiciada por la emigración de los
miembros más productivos de las familias, y la
degradación de la fertilidad del ecosistema cultivado,
han conducido a la simplificación de los sistemas de cul-
tivo y a la readopción de los cultivos “pobres” que exigen
menos fertilizantes minerales y escasa aplicación de
fuerza de trabajo. Estas condiciones económicas y
sociales básicas explican por qué los campesinos de las
regiones agrícolas pobres son el núcleo más numeroso
de los 800 millones de personas con algún grado de sub-
nutrición existentes en el mundo.4
La aceleración en el proceso de globalización ocurri-
da desde la década de 1990 ha tenido un severo impacto
sobre la producción agrícola y sobre el uso de los recur-
sos naturales. En ciertos países el desarrollo de merca-
dos competitivos locales y globales ha estimulado las
innovaciones en los sistemas de producción y propiciado
el incremento en la oferta mundial de alimentos. Ello
explica en buena medida el cambio en los patrones de
consumo, así como el refrendo de la histórica tendencia
decreciente en los precios reales de los productos agrí-
colas, que los economistas de la C E PA L se han ocupado
en explicar desde la década de 1950. Sin embargo, en la
mayoría de los países subdesarrollados las políticas y
programas no han sido enfocadas al aprovechamiento de
esas nuevas condiciones en los mercados. Así, según un
estudio reciente a nivel mundial:
La adopción de nuevas tecnologías para los cereales
básicos, tal como el arroz en Asia, con frecuencia no
contribuye a aliviar la pobreza de los campesinos sino
a disminuir los precios de los alimentos. Vistos en
conjunto, los precios de los alimentos han decrecido
cerca de 10 por ciento durante la última década.
Inseguridad alimentaria y pobreza se han acentuado,
mientras que las poblaciones urbanas se benefician
de los bajos precios de los alimentos... Los efectos
directos e indirectos de las tecnologías y de la escala
de la economía global ha tenido profundas implica-
ciones y efectos perniciosos sobre la agricultura sus-
tentable, el uso del suelo y los frágiles ecosistemas.5
En México la adopción de las tecnologías de la revolu-
ción agrícola moderna, la expansión del riego, la aper-
tura de nuevas tierras al cultivo y el desarrollo de sis-
temas de agricultura empresarial que exigen un nivel
elevado de inversiones han implicado el auge de
regiones de agricultura típicamente capitalista ubicadas
en el Nornoroeste del país, en coexistencia con otras
del Sursureste que se muestran como condenadas al
estancamiento, el empobrecimiento y la exclusión. Los
resultados contradictorios de la modernización agrícola
de la segunda mitad del siglo XX inducen a plantear una
serie de interrogantes acerca de las tendencias y opor-
tunidades identificables para el futuro mediato de la
agricultura del país y de sus distintas regiones.
En un contexto internacional de rápida liberali-
zación comercial y creciente generación e incorpo-
ración de innovaciones tecnológicas a la producción
agropecuaria, el campo mexicano ha sido práctica-
mente arrasado por la competencia. Ello se ha tra-
ducido en un abultado déficit agropecuario externo –de
aproximadamente 3.5 miles de millones de dólares
anuales durante 2000 a 2003– lo cual refleja el estado
de dependencia alimentaria en que se ha desenvuelto
la economía mexicana por más de dos décadas.
Si bien es cierto que la apertura comercial ha
favorecido la expansión de algunas ramas agrícolas,6
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
117
4 Cumbre Mundial sobre la Alimentación. Documentos técnicos de referen -
cia, FAO, Roma, 1996.
5 Draft Report for the Secretary General on Sustanaible Agriculture and
Rural Development (SARD), FAO, Roma, marzo de 2001.
6 De hecho, la apertura ha implicado el aumento en las exportaciones de
legumbres y hortalizas frescas, y de jitomate, que en conjunto represen-
tan 58 % de las exportaciones agrícolas y 25 % del total de exportaciones
la gran mayoría de cultivos resienten actualmente los
efectos de una apertura aún más acelerada que la pre-
vista en las cláusulas respectivas del Tratado de Libre
Comercio con América del Norte (TLCAN); así, el aran-
cel promedio de importación en el sector ha disminui-
do de 5.5 % en 1994 hasta su práctica desaparición en
el momento actual. El manejo real en la estructura de
cuotas y de gravámenes ha propiciado el ingreso al
país de productos como el maíz, la leche en polvo, la
carne de bovino y de porcino, y otros más, en condi-
ciones de bajos precios y/o de competencia desleal.7
Tal como ha identificado la FAO en el ámbito más
amplio del mundo subdesarrollado, México ha debido
adoptar el parámetro de los precios internacionales
como referencia de los nacionales, lo que actúa en
detrimento de los ingresos de los productores
agropecuarios. Ello ha dado como resultado la
agudización de los niveles de pobreza rural y un creci-
miento sin precedente en los flujos migratorios del
campo mexicano hacia los Estados Unidos cuya mag-
nitud se estimaba en 1999 en un millón de personas al
año,8 mientras que las estimaciones oficiales del
Consejo Nacional de Población indican que: “La co-
rriente migratoria de mexicanos a los Estados Unidos
pasó de 28 mil al año en la década de lo sesenta, a
138 mil en la de los setenta y a 235 mil anuales
durante las décadas siguientes, y a 390 mil mexicanos
al año para el periodo 2000-2002…”.9
2. La economía veracruzana en el contexto
nacional
El proceso histórico-social de conformación del apara-
to productivo estatal ha derivado en una variada gama
de actividades económicas que van desde la agricul-
tura de carácter tradicional productora de alimentos
básicos, hasta la transformación industrial de los hidro-
carburos en sus etapas de mayor complejidad tec-
nológica. Sin embargo, si se considera la proporción
de población que vive y trabaja en el campo, puede
afirmarse que Veracruz continúa siendo un estado
eminentemente agropecuario. Si bien la principal
fuente del valor producido en la entidad es la industria
manufacturera, con una contribución de 21 % del PIB
durante los último años noventa, prácticamente el 40 %
de la población económicamente activa se dedica a
alguna actividad primaria, y cerca de la mitad de sus
habitantes viven dispersos en localidades rurales cuyo
tamaño es inferior a 2 500 habitantes.
La severa y prolongada crisis sufrida por la
economía mexicana a partir de los años ochenta –que
se tradujo en una sensible pérdida de dinamismo de la
demanda, en una contracción de los niveles de
empleo y coyunturalmente en una contracción absolu-
ta del producto interno bruto– aunada al acelerado
proceso de apertura comercial que enfrentó a la
economía veracruzana a una fuerte competencia con
las importaciones de productos agropecuarios, han
incidido severamente sobre el dinamismo de las activi-
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
118
agroalimentarias; estos cultivos han desplazado significativamente al
café, cultivo tradicional de exportación más perjudicado por la apertura
que hoy sólo contribuye (en sus diversos grados de elaboración) con 4 %
a las exportaciones agroalimentarias totales (datos tomados de Banco de
México, Informes anuales, 2000 a 2003 ).
7 En cuanto a las importaciones, el impacto de la apertura ha dañado sig-
nificativamente a los productores de maíz con fines comerciales. En tanto
que el costo de producción del grano es 30 % superior al precio interna-
cional de referencia, en el lapso en que ha estado vigente el TLCAN el volu-
men de las importaciones de maíz se ha expandido hasta diez veces la
cifra inicial, en tanto las autoridades decidieron rebasar las cuotas
anuales estipuladas en el Tratado con el objetivo de garantizar el abasto
a los productores pecuarios usuarios de maíz como alimento animal. No
obstante, el efecto dañino se ha ampliado hacia otros cultivos con una
larga tradición de rentabilidad interna, como el arroz y los cítricos.
8 El Financiero, 4 de octubre de 1999.
9 Consejo Nacional de Población, Comunicado de Prensa, México, 9 de
enero de 2004. (Tomado de www. c o n a p o . g o b . m x / p r e n s a / 2 0 0 4 / 0 3
boletin2004.htm).
dades productivas de la entidad. Este impacto ha sido
de tal magnitud que, a pesar de la pérdida de dinamis-
mo de la economía nacional, la economía veracruzana
disminuyó significativamente su aportación al produc-
to interno bruto (PIB): de 6.46 % en 1970, a 5.8 % en
1980, proporción que se mantiene a o largo de los
años noventa; su pérdida de importancia relativa se
acelera en la década de los noventa hasta llegar a
valores muy próximos a 4 % en los años de 1998 a
2002 (Cuadro 1).
Durante las tres últimas décadas, la contribución
del campo veracruzano al PIB agropecuario nacional
ha perdido importancia. Así, mientras que en 1970
aquella era de 10.3 %, durante el decenio de los
ochenta decreció a proporciones en el orden de 8.5 %,
y para fines de los años noventa tal participación se ha
ubicado en el orden del 7.5 a 8 % anual. Por otra parte,
con un comportamiento similar al observado en el
ámbito nacional, la aportación de las actividades
agropecuarias al PIB estatal ha decrecido persistente-
mente desde 19.3 % en 1970, hasta 12.3 % en 1980,
9.46 % en 1995, y 7.7 % en 2002 (Cuadro 1).
A pesar del acelerado crecimiento industrial en el
centro y norte del país, la contribución de la industria
manufacturera veracruzana a la nacional se ha man-
tenido en el orden de 4.5 %, mientras que la minería,
en la que predomina la extracción de crudo, se obser-
va una drástica contracción de 24 % en 1970, a 10 %
en 1988, 3.2 % en 1997 y 1998, hasta llegar a la ínfi-
ma proporción de 1.82 % en 2002. Este compor-
tamiento está determinado tanto por el agotamiento de
los mantos petrolíferos en Veracruz, como por la cre-
ciente participación de los yacimientos de Tabasco y
Campeche en que se tradujo la política de inversiones
públicas en la rama desde los últimos años setenta en
que el país ingresó al mercado internacional de hidro-
carburos (Cuadro 2). La caída en la participación de
las actividades económicas veracruzanas en el PIB
sectorial del país ha sido generalizada, con excepción
del sector de electricidad, gas y agua dinamizado por
la puesta en operación de la Planta Nucleoeléctrica de
Laguna Verde en sus dos fases.
Las tendencias recientes en la actividad económi-
ca sectorial muestran el creciente predominio de los
servicios comunitarios, sociales y personales cuya
participación en el PIB de la entidad aumentó sos-
tenidamente entre 1970 y 2002 desde 10.5 % hasta
24.2 %; si se atiende a la magnitud y relativa estabili-
dad de su contribución al PIB estatal, la industria manu-
facturera es la segunda actividad en importancia con
una contribución promedio anual del orden de 18 % en
ese mismo periodo. Esta última actividad absorbe
aproximadamente un 20 % de la población ocupada,
mientras que el sector primario en conjunto contribuye
con sólo 7.7 % al PIB de la entidad y emplea al 40 %
de la población económicamente activa. El sector
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
119
1970 1975 1980 1985 1988 1993 1997 1998 1999 2000 2001 2002
PIB agropecuario nacional 12.18 11.20 8.35 9.09 7.86 6.29 5.54 5.22 4.61 4.05 4.11 3.88PIB total nacional
PIB agropecuario de Veracruz 19.35 14.51 12.34 13.96 11.50 9.22 9.66 9.46 9.17 8.17 7.83 7.74PIB total de Veracruz
PIB estatal 6.46 6.00 5.81 5.69 5.68 4.56 4.48 4.23 4.10 3.97 4.04 4.04PIB nacional
PIB agropecuario de Veracruz 10.26 7.77 8.59 8.74 8.31 6.68 7.82 7.68 8.15 8.01 7.68 8.06PIB agropecuario nacional
Cuadro 1Estado de Veracruz y República Mexicana. Cocientes de participación del PIB agropecuario. 1970-2002.
(Porcentajes)
Fuente: Elaboración propia con base en: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de México .PIB por entidad federativa, Aguascalientes, varios años; y: www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/med.asp?t=cuna26&c=4800.
terciario como un todo, con menos del 40 % de la pobla-
ción ocupada genera más de 60 % del PIB (Cuadro 3).
La orientación de la actividad industrial en
Veracruz está fuertemente determinada por las
fuentes de insumos, esto es, por la presencia de los
hidrocarburos y la tradicional producción de alimentos
y materias primas agropecuarias. La orientación hacia
los mercados se aprecia en particular en la industria
básica del hierro y el acero y en la metalmecánica, que
hasta los años ochenta se destinaron principalmente a
satisfacer la demanda externa. De forma similar puede
explicarse el acelerado crecimiento de la petroquímica
básica y secundaria en la región sur de la entidad regis-
trado hasta la década de los ochenta. Por otra parte, el
estado de Veracruz ha sido siempre un proveedor pri-
mordial de alimentos y materias primas para la satis-
facción de la demanda nacional, o bien para la
exportación como en los casos del café y el azúcar. El
proceso de desarrollo urbano-industrial ocurrido en el
país a partir de la década de 1940 y hasta la de 1970
descansó en buena medida en la transferencia de
excedente económico desde las actividades agrope-
cuarias hacia el resto de los sectores.
Así, el sector agropecuario veracruzano ha sido un
factor fundamental en el proceso de desarrollo
nacional. El patrón productivo agropecuario de la enti-
dad ha respondido históricamente tanto a las formas y
grados de inserción del país a los mercados mun-
diales, como a las cambiantes tendencias en la diná-
mica de la demanda interna. Es en términos de la
primera relación que Veracruz se convierte en un esta-
do pecuario desde el inicio de la Colonia. Poste-
riormente fueron incorporados al patrón agrícola de la
entidad los cultivos de plantación típicos del modelo de
desarrollo primario-exportador como la caña de azú-
car, el café y el tabaco, entre otros de importancia más
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
120
Año TotalAgropecuaria,
silvicultura y pescaMinería
Industria Manufacturera
ConstrucciónElectricidad, gas y agua
Comercio, restaurantes y
hoteles
Transporte, almacenamiento y
comunicación
Servicios fin., seguros, inmob. y de
alquiler
Servicios comun., soc. y personales
Servicios bancarios imputados
1970 6.46 10.35 24.20 5.04 5.96 3.85 5.04 7.01 6.57 4.71 1.851975 5.99 7.80 18.43 5.38 5.32 6.00 5.09 6.55 5.94 4.69 3.311980 5.81 8.60 8.82 6.28 5.47 5.48 5.10 6.16 5.73 4.85 3.141985 5.69 8.74 9.29 4.52 5.71 5.28 6.07 5.18 4.74 4.50 3.381988 5.68 8.31 10.14 5.28 5.39 5.10 5.76 4.97 4.90 4.58 1.271993 4.56 6.68 4.40 4.36 6.07 7.83 3.85 4.49 4.88 3.80 2.191997 4.48 7.82 3.24 4.33 6.28 8.30 3.75 4.40 5.03 3.55 1.861998 4.23 7.68 3.18 3.71 7.08 9.27 3.39 3.90 4.95 3.50 2.091999 4.10 8.15 2.79 3.61 5.95 8.90 3.22 3.80 4.87 3.47 1.712000 3.97 8.01 1.89 3.56 5.78 8.84 3.03 3.76 4.98 3.47 1.492001 4.04 7.68 1.88 3.69 5.13 9.48 3.06 3.82 4.95 3.64 1.482002 4.04 8.06 1.82 3.65 5.04 9.33 3.19 3.83 4.66 3.63 1.65
Cuadro 2Participación del PIB sectorial de Veracruz en el PIB nacional. 1970- 2002
(%)
Fuente: Elaboración propia con base en: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de México .PIB por entidad federativa, Aguascalientes, varios años; y: www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/med.asp?t=cuna26&c=4800.
Año TotalAgropecuaria, silvicultura y
pescaMinería
Industria Manufacturera Construcción
Electricidad, gas y agua
Comercio, restaurantes
y hoteles
Transporte, almacenamiento y
comunicación
Servicios fin., seguros, inmov. y
de alquiler
Servicios com. sociales y personales
Servicios bancarios imputados
1970 100 19.5 9.4 18.5 4.9 0.7 20.2 5.2 11.5 10.5 -0.41975 100 14.4 9.0 20.9 5.3 0.9 21.4 6.2 9.4 13.0 -0.61980 100 12.4 10.4 20.9 6.0 1.0 20.5 6.9 7.7 14.8 -0.61985 100 14.0 7.6 18.5 4.4 0.9 29.9 6.1 6.2 13.1 -0.71988 100 11.5 5.8 25.1 3.8 1.1 27.7 6.6 6.8 12.4 -0.81993 100 9.2 1.4 18.2 6.4 2.7 18.4 9.2 17.0 19.0 -1.41997 100 9.7 1.1 20.7 6.2 2.2 17.9 10.4 15.0 17.5 -0.61998 100 9.5 1.0 18.7 7.8 2.8 16.0 10.0 16.0 18.8 -0.51999 100 9.2 1.0 18.6 7.2 2.9 15.7 10.3 15.7 20.1 -0.62000 100 8.2 0.7 18.2 7.5 2.5 16.3 10.6 15.2 21.3 -0.52001 100 7.8 0.6 17.9 6.5 2.9 15.7 10.7 14.9 23.6 -0.62002 100 7.7 0.6 16.7 6.4 3.4 15.8 10.1 15.6 24.2 -0.6
Cuadro 3Participación porcentual de las grandes divisiones de actividad económica en el PIB de Veracruz. 1970- 2002
Fuente: Elaboración propia con base en: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de México .PIB por entidad federativa, Aguascalientes, varios años; y: www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/med.asp?t=cuna26&c=4800.
focalizada en ciertos ámbitos regionales; estos tres
cultivos tienen también la particularidad de constituir
sistemas de producción que técnica y socialmente han
sido determinantes en la conformación de la economía
veracruzana hasta la actualidad. En tanto las posibili-
dades de expansión de la frontera agropecuaria lo per-
mitieron, la introducción de nuevos productos, si bien
reubicó territorialmente a los granos básicos, no sig-
nificó su desplazamiento del patrón productivo estatal.
Durante la fase de desarrollo hacia adentro de la
economía del país, los cambios en el patrón producti-
vo agropecuario de la entidad respondieron funda-
mentalmente a la consolidación del mercado interno,
sin dejar de contribuir a la captación de divisas me-
diante la exportación de sus productos comerciales
tradicionales. De esta manera, es posible hablar, por
una parte, de un proceso acelerado de desarrollo de la
ganadería en la entidad y, por otra, de la incorporación
–con diferencias regionales en época, dinamismo y
tipo de cultivo– de distintos frutales y hortalizas que se
expandieron sobre superficies antes destinadas a la
producción de granos básicos.
3. Agricultura y política agrícola en el campo
veracruzano
A partir de los años setenta el campo veracruzano era
ya eminentemente ganadero. El hato bovino ascendía
a tres millones de cabezas que ocupaban un número
similar de hectáreas; esta superficie destinada a la
ganadería bovina se expandió hasta los 3.6 millones,
la cual se mantiene hasta el momento actual. La
superficie agrícola en los primeros años setenta era de
1.5 millones, cifra un poco superior al promedio actual
que es del orden de las 1.7 millones de hectáreas. De
la superficie agrícola total registrada en aquellos años,
70 % se destinaba a la producción de granos básicos,
12 % a la de caña de azúcar, 6 % a la de café y 4 % a
la de cítricos; el resto del suelo agrícola se destinaba
a diversos cultivos que a pesar de ocupar áreas relati-
vamente pequeñas eran, y continúan siendo, alta-
mente significativos a nivel regional y por su destaca-
da contribución al consumo nacional, tales como la
piña, el mango, el tabaco, la papaya, y más reciente-
mente el melón y la sandía.10
A partir de la década del setenta la expansión de la
ganadería bovina no ocurrió más a expensas de la am-
pliación de la frontera agropecuaria y comenzó a ocu-
par tierras destinadas a los granos básicos. De esta
forma, entre 1970 y 1976 la superficie destinada al cul-
tivo de maíz en la entidad veracruzana decreció de
825 a 682 miles de hectáreas (es decir, en 21 %), lo
cual se tradujo en una reducción de 28 % en el volu-
men de producción; la caída en los rendimientos
medios que estas cifras reflejan se explica principal-
mente por el desplazamiento de las áreas maiceras
hacia tierras de menor fertilidad relativa, inducida por
las crecientes diferencias en la rentabilidad favorables
a la ganadería y a algunos cultivos comerciales, frente
al deterioro del precio real de los cultivos de granos
básicos.
Con la generalización de la agricultura comercial,
el maíz y el frijol no serían más cultivos rentables en
Veracruz por lo que sus áreas se fueron replegando
ante el avance de los potreros y las plantaciones que
fueron apropiándose de las tierras más fértiles y con
mejor ubicación frente al mercado. La forma predomi-
nantemente campesina en que ocurre la producción
de maíz y frijol explica en buena medida la pérdida de
importancia relativa en el patrón agrícola de la entidad.
La tendencia decreciente en la superficie maicera
de la entidad se mantuvo hasta fines del decenio de
1980; en esos años se sembraron áreas que fluctua-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
121
10 López Decuir, Vitalia, “La crisis del campo en México. Condiciones
estructurales y papel del Estado”, Cuadernos del IIESES, núm. 37,
Universidad Veracruzana, Xalapa, 1993
ban alrededor de las 500 mil hectáreas, mientras que
para los primeros años de la década de 2000, ha ocu-
rrido una recuperación del cultivo de la gramínea hasta
cifras cercanas a las 570 mil hectáreas. El cultivo de
frijol, asociado técnica y socialmente al de maíz, fue
aún más violentamente desplazado del patrón produc-
tivo agrícola de la entidad, de forma tal que de las 200
mil hectáreas sembradas de frijol durante los primeros
años setenta –que aportaban el 18 % de la producción
nacional– para mediados de los ochenta se cultivaban
sólo 22 mil hectáreas, y su participación en la corres-
pondiente cifra nacional era sólo de 1.4 %.11 Igual que
ocurre con el maíz, las cifras más recientes muestran
un aumento en la superficie sembrada de frijol a cifras
superiores a las 30 mil hectáreas. Atendiendo al crite-
rio de ocupación superficial, le siguen en importancia,
el café con 154 mil hectáreas, la naranja con 137 mil,
la caña de azúcar con 280 mil, el frijol con 34 mil, y el
arroz con 26 mil hectáreas. Completan el diversificado
patrón agrícola de la entidad una gran variedad de fru-
tales y hortalizas con escasa superficie absoluta ocu-
pada, pero cuyo valor es altamente significativo por su
aportación al consumo regional y nacional (Cuadro 4).
Durante la década de los setenta en que la agri-
cultura veracruzana –sobre todo la de cultivos bási-
cos– mostraba ya una apreciable contracción, la
ganadería mantuvo sus históricas condiciones de alta
rentabilidad, lo cual se reflejó no sólo en la expansión
acelerada de su hato y de la superficie ocupada, sino
también en los volúmenes generados de producción
de carne y derivados. Así, entre 1970 y 1980, el hato
bovino creció de 2.27 a 4.7 millones de cabezas, esto
es, a la extraordinaria tasa de 7.6 % promedio anual,
mientras que la producción de carne en canal y de
leche aumentaron en 35 % y 45 %, respectivamente, a
lo largo de todo el periodo. Asimismo, dado el carácter
eminentemente extensivo de la ganadería tropical de
doble propósito desarrollada en el estado, la superficie
de 1.8 millones de hectáreas que ocupaba en 1970,
para fines de la década prácticamente se había dupli-
cado. Este gran dinamismo de la ganadería bovina en
Veracruz se evidencia claramente al compararlo con el
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
122
11 Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Delegación Estatal en
Veracruz, información directa, Xalapa, 1991. 12 López, 1993.
Arroz 105,402 215.2 22,681 50,590.0 114,492 711.8 26,203 210.8Café 587,235 1,454.4 127,404 233,941.0 720,103 5,881.0 153,984 1,517.2Caña de Azúcar 571,162 2,413.4 116,856 412,610.0 718,013 11,351.8 280,803 4,653.1Chile 66,368 766.2 5,163 67,670.0 165,214 5,863.0 4,537 168.3Frijol 2,094,017 2,558.8 28,997 35,670.0 1,694,659 5,727.2 34,023 197.1Jitomate 81,545 1,471.6 784 44,468.0 83,013 8,890.6 970 96.3Maíz 7,338,872 8,919.8 474,830 467,271.0 7,150,829 26,623.7 567,071 1,570.5Mango 108,450 906.9 24,382 90,635.0 153,433 2,526.0 31,318 341.0Naranja 176,003 942.8 99,142 504,240.0 299,387 3,021.7 136,942 1,276.6Papa n.d. n.d. 6,957 n.d. 65,852 4,923.2 4,495 130.3Plátano 74,658 912.9 18,166 121,929.0 71,259 2,651.9 10,779 165.9Limón n.d. n.d. 5,948 14,269.0 109,880 2,672.7 16,330 335.0
Veracruz
Superficie cosechada
(ha)
Valor de la producción (millones de
nuevos pesos)
Superficie cosechada
(ha)
Valor de la producción (millones de
nuevos pesos)
Superficie cosechada
(ha)
Valor de la producción (millones de
nuevos pesos)
Superficie cosechada
(ha)
Valor de la producción (millones de
nuevos pesos)
Cultivos
Nacional Veracruz Nacional
Cuadro 4Superficie y valor de la producción según cultivos principales. 1990- 1999.
1990 1999
Fuente: INEGI, El sector alimentario en México, Edición 2000 , Aguascalientes, 2000.
crecimiento del hato nacional que fue de sólo 4 %
promedio anual durante los años setenta.12
El bajo nivel de los ingresos medios de la
población mexicana hace de la carne un producto muy
sensible a las depresiones económicas, de modo que
la ganadería ha resentido con mayor intensidad que
otras ramas productivas, el estrechamiento en el mer-
cado interno provocado por una crisis que durante los
años ochenta significó la pérdida de 50 % en el poder
adquisitivo del salario. En Veracruz, ello provocó que
el volumen generado de carne en canal se contrajese
en 20 % en ese periodo, y que la contribución al abas-
to nacional de este producto disminuyera en 11 %.
Después de una fase depresiva de la ganadería en los
primeros años ochenta, para 1990 la población bovina
recuperó su magnitud de 4.7 millones. Sin embargo, el
recrudecimiento de la competencia de las importa-
ciones de carne durante los años noventa ha significa-
do una contracción sistemática de la actividad
ganadera, lo cual se ha traducido en una contracción
en el tamaño del hato hasta 4.1 millones de cabezas
en el momento actual.13
La pérdida de importancia relativa de las activi-
dades agropecuarias en el ámbito estatal obedece a
una gran diversidad de factores, los cuales se tra-
ducen en obstáculos para la modernización de la pro-
ducción y sus procesos tecnológicos asociados, así
como en problemas de descapitalización en algunas
ramas específicas asociados fundamentalmente a la
permanencia de condiciones desfavorables en sus
respectivos mercados. Lo anterior, aunado al creciente
deterioro ecológico provocado por la explotación
extensiva de la tierra, se ha traducido finalmente en
una menor productividad relativa respecto al resto de
los sectores.
En específico, las condiciones geoclimáticas y las
formas de organización social de la producción han
determinado un patrón productivo agrícola altamente
diversificado en el estado de Veracruz. Además de los
cultivos tradicionales de granos básicos y agroindus-
triales, el patrón incluye una amplia variedad de frutales,
legumbres, hortalizas, tubérculos, etcétera. Como fue
señalado en el apartado anterior, el cambio de mayor
trascendencia en la estructura de producción agrícola
tradicional de la entidad ocurrió en la segunda mitad del
siglo XX con la incorporación de los cítricos y algunos
frutales y hortalizas –naranja, limón, mango, piña,
sandía y más recientemente, melón, sorgo y hortalizas.
Aunque con menores extensiones superficiales, durante
la última década ha cobrado relevancia la producción
con fines comerciales de calabacita, guanábana, haba y
jitomate. En el otro extremo, a partir de 1970 se obser-
va la práctica eliminación de productos como ajonjolí,
camote, col, coco de aceite, lentejas, membrillo, yuca y
algunos frutales de variedades tropicales; la contracción
más drástica en la superficie ocupada se observa en los
cultivos de tabaco y arroz.1 4
En términos de ocupación del suelo, la ganadería
es la actividad primaria predominante en Veracruz;
ésta abarca 48 % del territorio estatal, lo que equivale
a 3.6 millones de hectáreas. La superficie de uso agrí-
cola se estima en 1.7 millones de hectáreas, de las
cuales sólo 112 mil tienen acceso al riego. Bajo ese
mismo criterio, el maíz es el cultivo predominante en la
agricultura veracruzana. La tendencia contraccionista
en la superficie dedicada a este grano generada por la
expansión de la ganadería y otros cultivos de mayor
rentabilidad se mantuvo hasta 1993; en ese año se
cultivaron sólo 487 mil hectáreas, con un rendimiento
medio de 1.9 toneladas por hectárea en tierras de tem-
poral. Como se dijo líneas arriba, actualmente se
observa una recuperación sostenida en la superficie
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
123
13 Una descripción detallada del comportamiento de la ganadería bovina
en Veracruz se encuentra en López, 2000 y en Borja et al., 1995. 14 Borja et al, 1995.
sembrada hasta alcanzar un total de 660 mil hec-
táreas, incluidas las crecientes áreas en que el maíz
se siembra intercalado en plantaciones de cítricos y
mango, y las tradicionales áreas en que se intercala
con el frijol. El aumento en más de 170 mil hectáreas
destinadas a maíz (es decir, de 35 %) entre 1994 y
1999, ocurrió en condiciones de una generalización de
la crisis en el campo veracruzano propiciada por la
liberalización interna y externa de la economía mexi-
cana; asimismo, se acompañó de una contracción en
el rendimiento medio hasta 1.6 toneladas por hectárea
en tierras temporaleras. La conjunción de estas ten-
dencias parece explicar la expansión de las áreas des-
tinadas al cultivo de maíz que involucra el retorno o la
expansión de los sistemas de agricultura tradicional
que garantizan la subsistencia familiar.
El descenso persistente y drástico en la rentabili-
dad de las actividades más significativas del campo
veracruzano en que se ha traducido el abandono de
las funciones económicas asumidas por el Estado
mexicano posrevolucionario han confluido en la gene-
ración de un círculo vicioso de baja rentabilidad-bajos
ingresos-baja productividad-baja rentabilidad. La
estructura y dinamismo de la producción agrícola en
Veracruz se explica por diversos factores que, si bien
están íntimamente vinculados, pueden enunciarse
como sigue:
a) La pervivencia de la forma de producción
campesina, cuya lógica de funcionamiento inter-
no es distinta a la lógica de la ganancia que rige
el proceso de producción típicamente empre-
sarial. De acuerdo con la noción de Ellis: “Los
campesinos son pequeños agricultores parcial-
mente integrados a mercados incompletos que,
además, están sometidos a una relación de
subordinación a fuerzas externas en términos
económicos y sociales[...] En general los
campesinos enfrentan grandes dificultades para
cubrirse del riesgo a través del mercado, lo que
explica la importancia que atribuyen al autocon-
sumo”.15 Tal como se ha caracterizado a la
economía campesina en México, se trata de
unidades familiares de producción –parcelas
ejidales o minifundios privados de tamaño
pequeño, es decir, son predios con superficie
inferior a cinco hectáreas, según el criterio censal–
que eventualmente requieren la contratación de
trabajadores durante las fases trabajo-intensi-
vas del proceso productivo. La organización de
la producción incorpora con frecuencia formas
cooperativas heredadas de la tradición indíge-
na, así como la presencia de cultivos asociados
o intercalados que tienden a garantizar el abas-
to familiar de alimentos.
Bajo esta lógica de producción se explica la perma-
nencia del maíz y el frijol en el patrón agrícola vera-
cruzano, a pesar de que el agotamiento y erosión del
suelo en las regiones menos fértiles del estado se tra-
duce en rendimientos por hectárea muy inferiores (de
0.6 a 1.5 toneladas) a los obtenidos en áreas de riego
o en otras zonas del país de alta productividad relati-
va. Así, puede afirmarse que a partir de los años
setenta en que la superficie cultivada de granos bási-
cos descendió drásticamente, la producción de estos
cultivos se circunscribe prácticamente a unidades de
producción minifundistas, en las que el costo de opor-
tunidad es nulo para la fuerza de trabajo y la tierra uti-
lizadas; en estas unidades las prácticas de cultivo son
rudimentarias y no incorporan insumos agrícolas que
pasan por el mercado. Por otra parte, las unidades
agrícolas de producción orientadas a los cultivos comer-
ciales, que se han depauperado por las desfavorables
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
124
15 Frank Ellis, Peasant economics, farm households and agrarian develop -
ment, Cambridge University Press, 1993. Citado en Yúnez-Naude,
2000:18.
condiciones del mercado, recurren cada vez más al
maíz como complemento; lo cual explica en gran
medida la recuperación de la superficie cultivada de
maíz y frijol durante los años noventa.16
El debate sobre la relación entre la extensión de
las unidades de producción y su grado de eficiencia
está retomando fuerza en los últimos años, como
resultado de los fuertes impactos negativos de la libera-
lización a escala mundial sobre los pequeños produc-
tores rurales. Desde la visión teórica más difundida y
aceptada, las diferencias en la productividad asocia-
das al tamaño de los predios provienen básicamente
de la diferencia en el precio de los insumos incorpora-
dos al proceso de producción, las cuales son favora-
bles a los productores grandes, en presencia de
mercados distorsionados e imperfectos.
En estudios recientes sobre las áreas rurales de
América Latina, la recampesinización de la agricultura es
vista como una opción para enfrentar los efectos nocivos
de la apertura en México: ”considerando que más del
70 % de los 30 mil ejidos del país reciben un 50 % de su
ingreso de fuentes ajenas a la parcela (incluyendo aquí las
remisiones de los emigrantes) [...] más que asistencia
social y migración, el ataque a la pobreza rural debe darse
por medio de fortalecer la agricultura familiar y la pluriac-
tividad de la gente en el campo”.1 7
b) La permanencia de cultivos agroindustriales
tempranamente vinculados a los mercados
externos, tales como el café, la caña de azúcar
y el tabaco. A principios del siglo XX, la cafeti-
cultura se había instalado sobre las antiguas
haciendas azucarero-ganaderas asentadas en
las zonas altas y templadas del centro de
Ve r a c r u z ,1 8 ante las condiciones ventajosas
que ofrecía el mercado internacional de café.
Las haciendas que lograron reajustar su pro-
ducción alternando el café con la caña u otros
cultivos, y la ganadería como complemento,
pudieron sobrevivir a estos cambios sin arries-
gar su posición de unidad fundamental de pro-
ducción hasta el inicio del proceso de reforma
agraria, que en Veracruz ocurrió en los últimos
años de la década de 1920. La intensificación
de la competencia en el mercado internacional
de café hacia la década de 1980, sumada a las
crecientes desventajas relativas asociadas a la
reorganización de los procesos productivos y
del comercio mundial, han mantenido práctica-
mente estable la superficie cafetalera estatal, de
tal forma que ha quedado claramente definida
su área ecológica, en tanto sus requerimientos
técnicos no se modifiquen. En ese proceso, las
zonas cañeras fueron circunscribiéndose a las
áreas cuya proximidad a la fábrica concede ven-
tajas comparativas asociadas al costo de trans-
porte o a la política azucarera nacional.
c) La acelerada ampliación de los mercados
urbanos, asociada a la fase expansiva del
modelo de industrialización sustitutiva1 9 y su
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
125
16 SAGAR, Delegación Estatal Veracruz, Información directa.
17 Alan de Janvry, profesor de la Universidad de California, experto en temas
rurales de América Latina, participante en un foro sobre el tema realizado
recientemente en México. Citado en El Financiero, 5 de marzo de 2001.
18 Los requerimientos técnicos del cultivo de café circunscriben su ubi-
cación a las tierras localizadas entre 1000 y los 1300 m sobre el nivel del
mar, con un rango de temperatura que va de los 10ºC promedio durante
el invierno a los 26ºC promedio en el verano y con suelos profundos y
ácidos (PH entre 5.5 y 6.5).
19 En el ámbito estrictamente económico, esta fase que abarca desde la
década del cincuenta hasta los primeros años de la década del setenta se
caracteriza por un aumento sostenido en el P I B superior a 6 % anual
medio, y por un incremento en el producto per capita mayor a 3 % anual.
El extraordinario impulso del Estado mexicano hacia la industria la convir-
tió en el sector más dinámico de la economía; a ello contribuyó en gran
medida el sector agropecuario que aportó consistentemente alimentos e
insumos a bajos precios, ingresos en divisas y mano de obra barata, todo
lo cual garantizó una alta rentabilidad en el sector industrial.
correspondiente efecto sobre el aumento en
los ingresos promedio de la población, se
tradujo en una demanda creciente por ali-
mentos no básicos, tales como los cítricos,
frutales y hortalizas. En Veracruz, las planta-
ciones de naranja se expandieron sobre las
fértiles tierras de la región norte, a las cuales
se agregaron unos años más tarde las de
limón persa, toronja y tangerina; todos estos
cultivos comerciales desplazaron la produc-
ción de granos básicos que para los años
setenta tendía a reducirse a las zonas se-
rranas.
A partir de los últimos años de la década de 1980 se
contrajo aceleradamente hasta cancelarse la venta
de cítricos a los Estados Unidos desde las region e s
tradicionalmente exportadoras del país imposibili-
tadas para competir con la producción de alto
rendimiento de otras zonas citrícolas del extranjero.
Ante la pérdida del mercado externo y la rigidez de
la demanda interna, los precios se han derrumbado
hasta niveles muy inferiores a los costos de produc-
ción. La inoperancia del mercado en cuanto a su fun-
ción de generar las señales pertinentes para la orien-
tación de las inversiones –que es aún mayor en el
ámbito rural– dio como resultado que a pesar de las
condiciones de sobreoferta la superficie sembrada
de naranja en Veracruz se expandiera de 120.3 a
153.3 miles de hectáreas. Este crecimiento se expli-
ca también por el ingreso a esta actividad de los
cafeticultores cuyas explotaciones no resistieron el
derrumbe de los precios internacionales y optaron
por esta alternativa que percibieron como rentable.
Independientemente de su tamaño y de su nivel de
productividad previo, las explotaciones de naranja
son ahora más ineficientes por haberse incorporado
al círculo vicioso de la baja rentabilidad. Así, en el
transcurso de la década de 1990, el rendimiento
medio se contrajo de 14.5 a 10.9 toneladas por hec-
t á r e a .2 0
En correlación estrecha con la época de auge de
la citricultura veracruzana, en las regiones de Álamo y
Martínez de la Torre fueron instaladas procesadoras
de jugos y extractos y empacadoras de cítricos que
hoy se encuentran en situación próxima al punto de
cierre. El predominio de los cítricos en el patrón pro-
ductivo de la región centro del estado de Veracruz se
ha mantenido hasta la actualidad a pesar de las condi-
ciones críticas de su mercado, compitiendo con la
ganadería bovina y el plátano por la ocupación de las
tierras más fértiles.
d) La política agrícola, históricamente subordina -
da al desarrollo industrial, ha implicado esca -
sos montos del gasto público destinados al
campo, los cuales se dispersan en una gran
variedad de programas de fomento agro -
p e c u a r i o. El proyecto de industrialización susti-
tutiva de importaciones incorporó la expansión
agropecuaria como una respuesta a las exi-
gencias alimentarias de la población urbana en
crecimiento, a la necesidad de incrementar la
producción agrícola para la exportación y para
complementar la oferta agrícola básica. Las
medidas de política agrícola nacional con-
sistieron básicamente en infraestructura de irri-
gación, crédito oficial y privado a tasas prefe-
renciales, dotación pública de semillas mejoradas
y fertilizantes, seguro agrícola oficial, determi-
nación de precios de garantía para los granos
básicos y regulación de la oferta y de la com-
ercialización interna y externa de alimentos
básicos.
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
126
20 SAGAR, Delegación Estatal Veracruz, información directa.
Grosso modo, puede afirmarse que la orientación de
los distintos instrumentos de fomento agropecuario
estuvo determinada por el propio esquema de desarro-
llo industrial. De esta manera se tiene que: i) la asi-
gnación de la inversión pública, del crédito y del seguro
fue marcadamente favorable al fomento de los cultivos
comerciales y la ganadería; i i ) la política de precios de
garantía, instrumentada con el objetivo de garantizar
bajos salarios para las actividades urbano-industriales,
se tradujo en una drástica contracción de la producción
de granos básicos.2 1 Así, por ejemplo, durante la déca-
da de los setenta la proporción de los recursos públicos
destinados a la agricultura disminuyó de 93 % a 77 %,
mientras que la correspondiente a la ganadería aumen-
tó de 1.3 % a 5.3 %. Asimismo, durante los años ochen-
ta, la contracción del crédito del Banco de Crédito Rural
hacia la agricultura (de 22.5 % en 1980 a 12.3 % en
1988) significó una contracción de la superficie agríco-
la habilitada en 27 %; i i i ) la política de apertura
económica adoptada a partir de los años ochenta y de
abandono de las funciones económicas tradicionales
del Estado mexicano se tradujo en una contracción de
la inversión pública en fomento agropecuario de 25 %
en 1980 a 3.2 % en 1988.2 2 La agudización de la políti-
ca de liberalización económica desde fines de los años
ochenta hasta la actualidad ha significado la drástica
contracción de los recursos públicos destinados al
fomento agropecuario –tanto en inversiones producti-
vas como en forma de créditos– y la política de sub-
sidios se ha asentado selectivamente hacia las
regiones que real o potencialmente generan productos
agrícolas comerciales en los mercados externos en
condiciones de ventajas relativas.
En un plano global, la orientación de la inversión
pública federal realizada en 1982 reflejaba la importan-
cia de la entidad en el ejercicio de la política económi-
ca: Veracruz recibió prácticamente 15 % del total del
gasto público canalizado a los estados; sin embargo, a
pesar de la importante contribución del sector agro-
pecuario del estado a la producción nacional de ali-
mentos y materias primas, de la inversión pública fede-
ral realizada en Veracruz, sólo 2.5 % correspondió a las
actividades agrícolas, pecuarias y forestales. Como un
indicador de la escasa asignación de recursos hacia
estas ramas, la proporción de la inversión pública fede-
ral total asignada al sector en el nivel nacional fue en
ese mismo año de 11.3 %; esta desproporción explica
en buena medida que la relación entre la inversión
asignada al sector en el estado frente a la del país
fuese de únicamente 3.2 %, mientras la contribución al
P I B agropecuario nacional se ubicó en el orden de 12 %,
como se mencionó arriba.
En 1984, las cifras reflejan un reforzamiento de la
tendencia de escasa asignación de recursos al sector
agropecuario de la entidad, pues a éste se destinó
sólo 1.4 % de la inversión pública federal, represen-
tando este monto al mismo tiempo menos de 1 % de
la inversión pública federal orientada al sector en el
ámbito nacional. Los datos correspondientes a 1988
sugieren una reversión de la tendencia de tal manera
que la inversión pública federal asignada al sector en
el estado fue de 4 % de la correspondiente en el nivel
nacional.23 Durante 1991, 16 % del total de la inver-
sión pública –principalmente la federal– ejercida en el
programa operativo de la entidad se destinó al sector
agropecuario.
Actualmente son dos los programas de fomento
vigentes a nivel nacional y estatal: Alianza para el
Campo (PAC), que involucra recursos financieros fede-
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
127
21 Entre 1963 y 1973, los precios nominales de todos los granos básicos
se mantuvieron constantes, mientras que el índice general de precios
con base en 1960 aumentó en 109.8 a 175, y el de la producción
agropecuaria de 119.5 a 208.8 durante el mismo periodo.
22 López, 1993. 23 El sector alimentario en México, Aguascalientes, INEGI-CONAL, 2000.
rales, estatales y de los productores; y el Programa de
Apoyos Directos al Campo (PROCAMPO), que es un pro-
grama federal orientado a subsidiar la agricultura de
granos básicos. El PAC se puso en operación a finales
de 1995 y constituye el eje de la política económica
orientada a impulsar el desarrollo del campo mexicano
y se propone: “inducir y apoyar un cambio estructural
en el sector y enfrentar los problemas de rentabilidad,
reconociendo el alto potencial productivo del país y los
márgenes tecnológicos existentes de que se dispone
para aumentar la producción de alimentos [...] a través
de la incorporación de tecnologías que optimicen el
uso del agua y de la fertilización, introducción de semi-
llas mejoradas, control de plagas, enfermedades y
malezas [...]”.24 Este programa se instrumenta medi-
ante cuatro categorías de acciones: de fomento agrí-
cola, de desarrollo rural, de fomento ganadero y de
sanidad agropecuaria; éstos benefician aproximada-
mente a cuatro millones de productores en el
campo.25
Por su parte, el PROCAMPO se introdujo en 1994
con el propósito de compensar la drástica contracción
de la rectoría estatal en el campo mexicano. Los
pagos canalizados por esta vía consisten en apoyos
directos a los productores basados en las superficies
cultivadas que han reemplazado rápidamente a las
políticas de apoyo a los precios de los cereales y de
las oleaginosas. Así, durante ese mismo año, disminu-
yeron simultáneamente los niveles de los precios con-
trolados en 13 % para el maíz, 14 % para el frijol, 9 %
para la soya y 6 % para el trigo (OCDE, 1997). El pre-
supuesto asignado para el PROCAMPO durante 2001 es
de 11 751.9 millones de pesos, cifra significativamente
superior a la aportada por el gobierno para la Alianza
para el Campo, que en este año es de sólo 4087.1 mi-
llones de pesos.26
En Veracruz, los recursos de la Alianza para el
Campo se dispersan en un gran número de subpro-
gramas cuya atención se ve constreñida a una
población atendida de magnitud muy poco significati-
va. Según datos de la propia Secretaría de Agricultura
y Ganadería, durante 2000 el programa de apoyo a los
productores de café absorbió 23 % de los 247.6 millo-
nes de pesos destinados al campo a través del PAC,
beneficiando a 45 180 productores; al programa citrí-
cola se destinaron 2 millones de pesos (0.8 %) del total
y se beneficiaron 343 productores. La proporción de
recursos públicos asignados a la promoción de las
actividades del campo veracruzano es marginal si se
considera la proporción de población dedicada a estas
actividades y la gravedad de las condiciones críticas
en que operan los cultivos predominantes y la propia
ganadería bovina (Cuadro 5).
4. Una primera aproximación
a la problemática de la agricultura veracruzana
Visto globalmente, el sector agropecuario veracruzano
se distingue en el ámbito nacional por ser el principal
abastecedor de ganado bovino para el mercado inter-
no y por su contribución al abasto nacional de alimen-
tos a partir de un patrón productivo agrícola altamente
diversificado en el que coexisten granos básicos, cul-
tivos agroindustriales, frutales y hortalizas en montos
significativos en relación a la producción agrícola
nacional. El comportamiento reciente de las activi-
dades agropecuarias –y agrícolas, en particular– en la
entidad obedece a diversos factores condicionantes
vinculados a la economía regional, nacional e interna-
cional; entre ellos destacan:
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
128
24 Evaluación de los programas de la Alianza para el Campo, México,
SAGAR-FAO, 1999, p. 2.
25 Una detallada descripción de la forma en que han operado estos pro-
gramas desde sus orígenes se encuentra en OCDE, 1997. 26 El Financiero, 7 de agosto de 2001.
i ) La fuerte inestabilidad y la creciente competencia
en el mercado internacional de café. Si bien
México se ubica entre el cuarto y el sexto lugar en
el mercado mundial de café, con una partici-
pación media anual de 6.4 millones de sacos de
60 kilos (de los cuales Veracruz aporta en prome-
dio 28 %, es decir 95 % de su producción), la
fuerte caída en el precio internacional –que en los
dos últimos años ha pasado de 125 a 63 dólares
las cien libras– y la tendencia a la revaluación del
peso mexicano se han traducido en una fuerte
descapitalización del sector; así, por ejemplo, en
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
129
SAGAR Total SAGAR Total
Fertiirrigación 5,000 2,000 7,000 3.54 1.88 2.83Normal 3,500 1,400 4,900 2.48 1.32 1.98PADER 1,500 600 2,100 1.06 0.56 0.85
Mecanización 1,875 625 2,500 1.33 0.59 1.01Normal 1,288 431 1,719 0.91 0.41 0.69PADER 588 194 781 0.42 0.18 0.32
Kilo por kilo 9,860 10,140 20,000 6.98 9.54 8.08Normal 6,902 7,098 14,000 4.88 6.68 5.65PADER 2,958 3,042 6,000 2.09 2.86 2.42
Transferencia de tecnología 2,000 2,500 4,500 1.42 2.35 1.82Oleaginosas 8,900 4,500 13,400 6.30 4.23 5.41
Palma de aceite 8,000 4,000 12,000 5.66 3.76 4.85Palma de coco 500 400 900 0.35 0.38 0.36Algodón 400 100 500 0.28 0.09 0.20
Horticultura ornamental 500 500 1,000 0.35 0.47 0.40Programa citrícola 1,000 1,000 2,000 0.71 0.94 0.81Establacimiento de praderas 5,200 3,200 8,400 3.68 3.01 3.39Ganado mejor 3,500 3,500 7,000 2.48 3.29 2.83Programa lechero 300 200 500 0.21 0.19 0.20Mejoramiento genético 300 300 600 0.21 0.28 0.24
2,000 1,000 3,000 1.42 0.94 1.21
Apoyo al desarrollo rural 8,740 12,056 20,796 6.18 11.34 8.40P.E.A.T. 3,000 600 3,600 2.12 0.56 1.45Café 43,500 13,000 56,500 30.78 12.23 22.82Capacitación y extención 9,000 7,000 16,000 6.37 6.58 6.46
11,000 11,000 22,000 7.78 10.35 8.88
Hule 7,000 2,500 9,500 4.95 2.35 3.84Mujeres en el desarrollo rural 4,920 2,110 7,030 3.48 1.98 2.84Salud animal 5,490 4,860 10,350 3.89 4.57 4.18Sanidad vegetal 5,875 4,875 10,750 4.16 4.59 4.34Promoción expotaciones 1,350 850 2,200 0.96 0.80 0.89Información agropecuaria 1,000 1,000 2,000 0.71 0.94 0.81Programa de la biósfera 0 17,000 17,000 0.00 15.99 6.87
Totales 141,310 106,316 247,626 100.00 100.00 100.00
(miles de pesos) (%)
Desarrollo de proyectos agropecuarios integrales
Desarrollo Prod. Sust. Zonas rurales marginadas
Cuadro 5Presupuesto asignado a los programas de la Alianza para el Campo en Veracruz. 2000
ProgramaGobierno
EstatalGobierno
Estatal
Fuente: SAGAR, Delegación Estatal Veracruz, Información Directa.
el ciclo 2000-2001 se han dejado de cosechar en
el país 1.7 millones de sacos de café, lo cual ha
afectado a más de cinco millones de trabajadores
agrícolas que dependen de esa actividad que
sólo producirá 3.8 millones de sacos;2 7 a s i m i s-
mo, para Veracruz se estima que en este mismo
ciclo se han producido 700 mil sacos menos que
en el anterior, toda vez que 30 % de la producción
no se cosechará en este ciclo.2 8
ii) La sobreoferta en el mercado interno de naranja
cuyos montos han crecido sistemáticamente y han
deprimido el precio hasta niveles que le han vuel -
to un cultivo no rentable, por lo que su acelerada
descapitalización se refleja en una caída en los
rendimientos promedio obtenidos; en Ve r a c r u z
estos fueron de 17 ton/ha durante los años noven-
ta, de 12.8 % en 1994, y de 10.8 ton/ha en 1998.2 9
iii) La exposición a la fuerte competencia de las
importaciones de productos como el arroz, el
maíz y los sustitutos del azúcar, así como de
carne bovina, han impactado severamente al
sector agropecuario. A nivel nacional, el arroz
es el grano más afectado por la apertura comer-
cial: “de 1985 a la fecha la superficie de pro-
ducción de arroz ha bajado 57 % [...] y las cose-
chas nacionales cayeron en 47.0 [...] al mismo
tiempo creció de 16.97 % respecto al total de
consumo a 60.2 % en el mismo periodo. La
caída de los precios al productor ha sido drásti-
ca, toda vez que entre 1989 y 2000 estos
decrecieron de 3 181.2 pesos a 1 386.1 pesos
la tonelada; por su parte, los precios esta-
dounidenses de exportación de arroz a México
fueron en 2000 de 182.35 pesos la tonelada,
mientras que en 1990 ese precio fue de
321.75”.30 En Veracruz, este fenómeno asocia-
do al mercado externo ha significado la quiebra
de numerosas unidades de producción en las
cuales recientemente se intenta una reestruc-
turación productiva hacia cultivos exóticos para
exportación.
El comportamiento del cultivo de caña de azúcar ha
sido de fuerte caída en la rentabilidad como conse-
cuencia de la contracción en el precio del azúcar. Así,
la crisis azucarera emergida desde la puesta en mar-
cha del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) ha implicado la importación masiva de
jarabe de maíz de alta fructosa, y a la sobreproducción
y sobreexplotación de una industria obsoleta que no
se ha renovado en los últimos cincuenta años.
Actualmente 30 de los 60 ingenios existentes en el
país –y buena parte de los 21 veracruzanos– se
encuentran en crisis de liquidez debido a que no son
sujetos de crédito por la banca privada, ya que desde
1997 la paraestatal Financiera Nacional Azucarera
dejó de canalizar recursos a la industria.
Por otra parte, la competencia externa para el maíz
mexicano proviene de la baja productividad interna: la
producción nacional del grano es 30 % más cara que la
cotización internacional. En el curso de las negocia-
ciones del T L C A N, por considerarse productos “sensi-
bles”, los granos básicos, y particularmente el maíz,
recibieron un trato preferencial consistente en plazos
largos de desgravación y un sistema de arancel-cuota.
Los términos del T L C A N establecieron un arancel-cuota
de 215 % que disminuiría gradualmente en quince eta-
pas anuales hasta llegar a cero en 2008. La cuota libre
de impuesto inicial sería de 2.5 millones de toneladas
anuales. La sistemática violación a los términos del
T L C A N se iniciaron en 1995, año en el que ingresaron
325 miles de toneladas libres de arancel; durante 1996
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
130
27 El Financiero, 5 de marzo de 2001.
28 El Financiero, 23 de abril de 2001.
29 SAGAR, Delegación Estatal Veracruz, información directa. 30 El Financiero, 25 de abril de 2001.
fueron importadas libres de arancel un total de 3 mi-
llones de toneladas arriba de la cuota y durante 1999
México importó 5.9 millones de toneladas de maíz, cifra
superior en 2.2 millones de la contemplada en las cuo-
tas del T L C A N; a un precio de 100 dólares la tonelada.
En suma, entre 1996 y 2000 han ingresado al país
fuera de cuotas un total de 10.5 millones de toneladas
de maíz y se dejaron de cobrar 2 400 millones de
dólares por concepto de los respectivos aranceles.3 1
En cuanto al impacto de la apertura sobre el campo
veracruzano, puede afirmarse que a diferencia de las
regiones ganaderas del norte del país, cuyos grados de
capitalización, tecnificación, y sus variados mecanis-
mos de vinculación al mercado norteamericano les
hacen menos vulnerables a los efectos de la compe-
tencia externa, el sector ganadero de la región vera-
cruzana ha sido fuertemente dañado por las importa-
ciones provenientes de los Estados Unidos, es decir,
de un sistema de producción y de consumo que siendo
altamente rentable de origen, encuentra en el mercado
mexicano un espacio fértil para su expansión.
Así, las crecientes importaciones de cárnicos que
compiten con la producción estatal, constituidas por
carne en canal y de subproductos, han erosionado
severamente las condiciones estructurales en que se
sustenta la actividad pecuaria en el campo y su indus-
tria asociada. Esto último implica que en cuanto la
caída en la rentabilidad se vuelve sistemática, debido
a que la demanda y los precios están fuertemente
determinados por las importaciones, las unidades de
producción tienden a descapitalizarse, abandonando
sus prácticas de mantenimiento de pastos e instala-
ciones; de mejoramiento genético y retención de sus
vacas de vientre; de contratación de servicios sanita-
rios calificados para el control de plagas y enfer-
medades; etcétera. En cierto plazo, todo ello se tra-
duce en la ampliación de los diferenciales de produc-
tividad a favor de los productores externos y, por tanto,
en la menor viabilidad para la recuperación en plazos
relativamente cortos.
A pesar de que los efectos de la apertura comer-
cial sobre las actividades agropecuarias han sido dife-
renciados según regiones y ramas particulares, el saldo
global es negativo. Así, entre 1993 y 1996, el produc-
to interno bruto (PIB) ganadero nacional se contrajo de
17 828.6 a 16 350.9 millones de pesos constantes
(con base en los precios de 1993); ello equivale a una
disminución de –8.3 en la generación de ingresos para
todo el subsector ganadero nacional.
La drástica caída en el P I B ganadero nacional es el
resultado de la cancelación de las políticas de fomento
a la producción; del recorte en los fondos destinados a
la asistencia técnica institucional; del aumento en el
costo del crédito, etcétera. Todo ello propició la ruptura
de las cadenas productivas agropecuarias, la quiebra
por cartera vencida de un número aún no determinado
de unidades de producción, pero que se ha manifesta-
do en la agudización de la pobreza en el campo, y en
una mayor contracción de la demanda global.
Un indicador relevante del impacto de la compe-
tencia externa sobre la ganadería bovina es la tenden-
cia contraccionista en el monto de las existencias
ganaderas en Veracruz; así, mientras que para 1991 el
hato ganadero estatal se había recuperado de la crisis
de los ochenta y alcanzaba los 4.76 millones de
cabezas, para 1996 la indefensión ante la competen-
cia externa provocó su contracción hasta los 4.56 mi-
llones de cabezas; es decir, en sólo cinco años la
descapitalización de la actividad tuvo como una de sus
manifestaciones una reducción de 4 % en el inventario
ganadero.
iv) Las favorables condiciones que ofrecen los
mercados externos para las hortalizas, como la
sandía y el melón, y para los cultivos exóticos
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
131
31 El Financiero, 16 de octubre de 1998, 21 de febrero de 2001 y 7 de agos-
to de 2000.
como el litchi y la palma de aceite están ofre-
ciendo alternativas para enfrentar la crisis de
precios o de sobreproducción que enfrentan los
cultivos del patrón productivo agrícola consoli-
dado. Sin embargo, ello exige la participación
de las instancias gubernamentales no sólo en la
asesoría técnica para la incorporación de
nuevos cultivos, sino en la aportación de recur-
sos crediticios en monto y costos financieros
que ofrezcan una perspectiva de éxito a los
agentes productivos.
v) La recampesinización de la agricultura de gra -
nos básicos ante las desfavorables condiciones
de los mercados y de la política agrícola
nacional y estatal es un proceso que se mani-
fiesta de diversas formas. Esta es una hipótesis
que será objeto de análisis posteriores, a ella
apunta la recuperación de la superficie sembra-
da de maíz, la cual aumentó de magnitudes
próximas a las 500 mil hectáreas durante 1991-
1993, hasta las 650 mil hectáreas en promedio
sembradas entre 1995-1999. En el mismo senti-
do, se observa que la sobrevivencia temporal de
las pequeñas explotaciones agropecuarias ha
ocurrido en base a la descapitalización (la venta
de ganado, la no renovación del equipo), la
reducción del consumo, la subnutrición y la emi-
gración de una parte sustancial de la fuerza de
trabajo familiar.
De esta forma, de continuar el proceso de liberali-
zación del comercio de mercancías y de capitales bajo
las condiciones en que ha operado en México durante
dos décadas, y sin ofrecer los medios materiales ni el
marco regulatorio para el disfrute de los derechos
económicos básicos, esta población campesina
reducida a los límites de la sobrevivencia, parece irre-
mediablemente condenada a la extrema pobreza, al
desempleo crónico y a la emigración. Esto contribuirá
a mantener muy bajos los precios relativos de los pro-
ductos del campo, los ingresos privados y la gene-
ración de los recursos públicos necesarios para
proveer los servicios públicos mínimos exigidos para el
desarrollo y una buena gestión pública.
vi) La política agropecuaria local se encuentra
atomizada, lo cual dispersa los escasos montos
de gasto público destinados al sector
agropecuario. En términos generales, como las
funciones del Estado mexicano se han
redefinido reduciendo su intervención directa
en la actividad económica y en la provisión de
bienes y servicios, los diferentes actores en el
escenario del campo mexicano actúan en fun-
ción de sus posiciones particulares frente al
mercado y a sus mecanismos de extracción de
excedente hacia el resto de las actividades
económicas.
Conclusión
Existen argumentos fuertes para dar prioridad a los
problemas de los campesinos y agricultores pobres al
diseñar e instrumentar políticas de desarrollo rural.
Rescatar de la exclusión y la pobreza a la población
más indefensa del país –y de la entidad veracruzana,
en particular– es un objetivo social y humanitario esen-
cial en sí mismo, pero no es menos importante que los
campesinos y agricultores con bajos ingresos puedan
desempeñar un papel crucial en el objetivo nacional de
incremento sostenido en la producción nacional de ali-
mentos, lo cual debería conseguirse en dos o tres
décadas si se pretende revertir las tendencias a la
dependencia alimentaria reforzadas por la apertura; es
decir, debe rescatarse el principio de la seguridad ali-
mentaria como objetivo prioritario en la definición de la
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
132
política económica nacional, confiriéndole una orien-
tación acorde con las condiciones de los mercados
nacional e internacional de alimentos.
En México, la pobreza rural y la dependencia ali-
mentaría son dos aspectos interdependientes cuyo ori-
gen se encuentra en el rezago tecnológico. Corres-
ponde al Estado ejercer su facultad constitucional de
instrumentar políticas centradas en obtener los nece-
sarios incrementos en la productividad de las activi-
dades que atañen a los pequeños productores rurales,
y proceder así a la procuración de condiciones de vida
dignas. Ello supone poner en marcha políticas públicas
razonables para desarrollar sosteniblemente su capaci-
dad de producir alimentos y contribuir a mejorar su
estado nutricional, así como constituir una forma direc-
ta e indirecta de generar nuevos empleos e ingresos
para los grupos más pobres de la población rural.
Bibliografía
ARROYO, Juan Pablo, coord., El desarrollo agropecua -
rio en el futuro de la economía mexicana, Facul-
tad de Economía-Colegio Nacional de Econo-
mistas-Fundación Naumann, 1991, México.
BARKIN, David y Blanca Suárez, El fin de la autosufi -
ciencia alimentaria, Océano, México, 1991.
BORJA, Esther, Ivonne Carrillo y Vitalia López, Sector
Agropecuario y Forestal, en Colección Veracruz:
Cifras y Perfiles, vol. III, tomo 1, Universidad
Veracruzana, Xalapa, 1995.
CALVA, José Luis, coord., Alternativas para el campo
mexicano, Friedrich Ebert Stiftung-Fontamara-
UNAM, México, 1993.
FAO, Necesidades y recursos: geografía de la agricul -
tura y la alimentación, Roma, 1995.
FA O, Cumbre Mundial sobre la A l i m e n t a c i ó n .
Documentos técnicos de referencia, Roma,
1996.
FAO, El estado mundial de la agricultura y la ali -
mentación 2000, Roma.
FLORESCANO, Enrique y Susan Swan, Breve Historia de
la sequía en México, Universidad Veracruzana,
Xalapa, 1995.
GARCÍA ZAMORA, Rodolfo, Crisis y modernización del
agro en México, Universidad Autónoma de
Chapingo, México, 1993.
GO N Z Á L E Z PA C H E C O Cuauhtémoc y Felipe To r r e s
Torres, coords., Los retos de la soberanía ali -
mentaria en México, Juan Pablos, México,
1993.
HE W I T T D E AL C Á N TA R A Cynthia, R e e s t r u c t u r a c i ó n
económica y subsistencia rural. El maíz y la cri -
sis de los ochenta, El Colegio de México e
Instituto de Investigaciones de las Naciones
Unidas para el Desarrollo Social, México, 1992.
HEWITT DE ALCÁNTARA Cynthia, comp., Reestructuración
económica y subsistencia rural, El Colegio de
México, México, 1992.
JOHNSTON, Bruce F y P. Kilby, Agricultura y transforma -
ciòn estructural, FCE, México, 1986.
LÓPEZ DECUIR, Vitalia, “La crisis del campo en México.
Condiciones estructurales y papel del Estado”,
Cuadernos del IIESES, núm. 37, Universidad
Veracruzana, Xalapa, 1993.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _, “La ganadería veracruzana ¿crisis
estructural o crisis coyuntural?, IIESES,
Universidad Veracruzana, documento inédito,
Xalapa, 2000.
LLAMBI, Luis, “Reestructuración mundial y sistemas
agroalimentarios. Necesidad de nuevos enfo-
ques”, Comercio Exterior, vol. 43, núm. 3, marzo
de 1993.
M. MAZOYER y L. Roudar, Histoire des agricultures du
monde, Éditions du Seuil, París, 1998.
OCDE Examen de las políticas agrícolas de México,
París, 1997.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 119-138
133
PRUDHOMME, Jean Francois, Impacto social de las
políticas de ajuste en el campo mexicano, Plaza
Valdés, México, 1995.
OLMEDO CARRANZA, Bernardo, Capital transnacional y
consumo. El caso del sistema agroalimentario
en México, UNAM, México, 1998.
SAGAR-FAO, Evaluación de los programas de la Alianza
para el Campo, México, 1999.
SCHWENTESIUS RINDERMAN, Rita et al., TLC y agricultura,
¿Funciona el experimento?, C I E S TA A M -
Chapingo, Mèxico, 1998.
TORRES TORRES, Felipe, coord., El sector agropecuario
mexicano. Después del colapso económico,
Plaza y Valdés, México, 1998.
YÚNEZ-NAUDE, Antonio, comp., Los pequeños produc -
tores rurales en México. Las reformas y las
opciones, El Colegio de México, México, 2000.
La agricultura veracruzana. Apertura y rezago regional
134
Entorno económico de la actividad
empresarial en laantigua Unión Soviética
Eva Luz Espinoza Priego* Reidar Jensen Castañeda**
El propósito de este artículo es plantear una visión
retrospectiva del entorno económico en el que se
conducía la administración de la empresa socia-
lista, tema que reviste gran importancia dado que
buena parte de la historia del siglo X X está rela-
cionada con la actividad económica de las empre-
sas de la Unión Soviética; incluso, el hecho de
tomarla como ejemplo ilustrativo obedece a que
dentro del bloque socialista, este país gozó de un
estatus hegemónico, con un volumen de produc-
ción y comercialización de bienes y servicios que
en muchas ocasiones rebasó a los de economías
capitalistas de primer orden.
En la primera parte se abordan las bases axio-
lógicas y teleológicas sobre las cuales nacían y se
desarrollaban las empresas soviéticas; la segunda
parte ofrece una discusión sobre la planificación
de la economía, sin la cual no hubiese existido un
sistema de empresas; en la parte tercera se
describe el funcionamiento propiamente dicho del
aparato político-económico (es decir, política y
economía juntas) que determinó el poderío de ese
país; finalmente, se presenta una conclusión que
enfatiza los alcances y límites de este enfoque
p a n o r á m i c o .
1. Bases axiológicas y teleológicas
de la empresa soviética
Para bosquejar el desarrollo y las condiciones que
prevalecían en la administración de las empresas
soviéticas (1917-1989) no es suficiente la enu-
meración de cada una de las partes que componían su
organización o las relaciones existentes entre una
rama y otra de su industria.
Al sistema empresarial soviético además de no
considerársele dueño de los medios de producción de
que disponía, dado que estos pertenecían a todo el
pueblo, se le dirigía y controlaba en cada acción rea-
lizada por los organismos centrales que tenían a su
cargo la administración de la riqueza nacional.
A causa de estas condicionantes, la gestión y la
administración de las empresas se desarrollaban den-
tro de un plan general que cubría toda la vida produc-
tiva del país y dirigía al conjunto empresarial hacia los
fines en él establecidos.
135
* Profesora titular de tiempo completo de la Facultad de Contaduría y
Administración de la Universidad Veracruzana.
**Investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las
Ciencias Administrativas de la Universidad Veracruzana.
La orientación política en la estructuración socio-
económica de la nación era determinante para el
desarrollo de la forma de producción de bienes y/o ser-
vicios y para la administración de las empresas.
La planificación de la actividad económica en la
Unión Soviética1 determinaba la estructuración
empresarial encaminándola a los objetivos que se
pretendían lograr. Objetivos que estaban enmarca-
dos por el plan leninista de edificación del socialismo
e implantación de la sociedad comunista, al cual se
hubo supeditado toda la historia empresarial de la
Unión Soviética.
Es por este motivo fundamental, que para com-
prender la naturaleza de la empresa soviética y su
administración es necesario conocer el proceso de la
Revolución Socialista de la Unión Soviética en cuanto
a cómo fue afectada su industria, primero bajo el régi-
men zarista, más tarde bajo el Gobierno Provisional
producto de la revolución democrático-burguesa de
febrero de 1917, y por último bajo el Sistema Socialista
Soviético.
El pensamiento marxista-leninista comprende el
ámbito y, a la vez, marco teórico-conceptual y refe-
rencial, en el que se desenvolvía la empresa rusa,
presidía y dirigía las acciones, garantizaba la validez
de éstas y justificaba las normas aplicadas a las mis-
mas.
2. La planificación de la economía
La función primordial de la vida económica del mundo
soviético era la planificación de su economía, es decir,
la estructura administrativa que canalizaba la ejecu-
ción de las labores hacia los objetivos económicos
trazados.
La esencia de esta función eran los principios gene-
rales de la gestión y planificación de la economía
socialista, y dentro de ellos cabe destacar el llamado
principio de centralismo democrático en la gestión y
planificación de la economía y la organización de los
elementos de dirección.
Las funciones administrativas empresariales eran
básicas en la elaboración del plan económico nacional
y en las formas que adoptaba su ejecución en los
organismos estatales.
Obviamente que para realizar un estudio profundo
de esta economía no puede dejarse a un lado el estu-
dio de las características particulares de la organi-
zación agrícola; sin embargo, la actividad industrial
puede considerarse como representativa de la reali-
dad económica de la nación soviética.
La organización de la producción industrial se rea-
lizaba con base en tres formas fundamentales, las
cuales cubren la totalidad del sistema industrial soviéti-
co: la concentración universalista, la especialización y
la combinación.
Existían, asimismo, métodos de evaluación del sis-
tema planificado, los cuales surgieron ante las necesi-
dades que planteaba el gran desarrollo de la planifi-
cación de la economía soviética, del crecimiento de las
ramas fundamentales de la economía y del surgimien-
to de nuevas ramas de producción, lo cual vino a com-
plicar altamente los esfuerzos para encontrar medidas
que evaluaran y armonizaran los planes nacionales.
Es necesario resaltar los problemas metodológicos de
la elaboración matematizada del sistema de balances
materiales y financieros que constituyeron los instru-
Entorno económico de la actividad empresarial en la antigua Unión Soviética
136
1 La URSS estaba integrada por 15 repúblicas federales: República
Socialista Federativa Soviética de Rusia; República Socialista Soviética
de Ucrania; República Socialista Soviética de Bielorrusia; República
Socialista Soviética de Uzbekia; República Socialista Soviética de
Kazajia; República Socialista Soviética de Georgia; República Socialista
Soviética de Azerbaidzhán; República Socialista Soviética de Lituania;
República Socialista Soviética de Moldavia; República Socialista
Soviética de Letonia; República Socialista Soviética de Kirguizia;
República Socialista Soviética de Tadzhikia; República Socialista
Soviética de Armenia; República Socialista Soviética de Turkmenia; y
República Socialista Soviética de Estonia. El territorio entonces abarcado
por todas ellas, situado en la Europa Oriental y Asia, constituyen la sépti-
ma parte de la Tierra.
mentos básicos de los sistemas tradicionales de plani-
ficación como medios para la determinación de las
proporciones fundamentales de los planes.
El conocimiento acerca de la diversificación de la
gestión y administración en el ámbito empresarial, el
concepto de propiedad del patrimonio de la empresa,
la subordinación empresarial al plan económico
nacional, la estimulación a la producción mediante la
concesión de beneficios y primas, determinaron el sis-
tema de dirección de las empresas soviéticas, cómo
estaban administrados sus recursos y la forma en que
trataban de cumplir con los planes económicos
establecidos.
Las consideraciones anteriores proporcionan un
panorama de la actividad económico-administrativa
de la empresa soviética que incluye tanto las varia-
bles económicas que inciden en la gestión, como las
variables organizativas a las que debe someterse;
no obstante, toda vez que son las leyes económicas
del socialismo, la conformación de la estructura
gubernamental rusa, y de hecho la misma historia de
la URSS y sus principios políticos y sociales, los que
en último análisis explican el modo de actuar de los
factores que envuelven a la empresa soviética, es
necesario delinear los siguientes temas para facilitar
al lector la comprensión del ambiente soviético y
contribuir así a conformar su criterio al respecto
antes de incursionar en una crítica retrospectiva, que
las más de las veces, se antoja prejuiciada.
3. Funcionamiento del aparato político-económico
3.1. Los Soviets, su elección y funcionamiento
Los Soviets, categoría gubernamental que da el nombre
a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,
surgieron mucho antes de la Revolución de Octubre de
1917, en el periodo de la primera revolución rusa de
1905-1907. En aquel tiempo los Soviets no eran organi-
zaciones de carácter estatal sino de carácter social y al
mismo tiempo constituían los gérmenes del nuevo poder
obrero y campesino.
La idea de los Soviets continuó germinando en la
conciencia de las masas populares después de la
derrota de la revolución de 1905. Ya en los primeros
días de la Revolución democrático-burguesa de
febrero de 1917 los trabajadores organizaron otra
vez los Soviets, eliminaron las odiadas instituciones
del gobierno zarista en las localidades y crearon las
nuevas. Mediante los Soviets se entregó la tierra a
los campesinos, se implantó la jornada de ocho
horas, y cumplían otras funciones propias del nuevo
p o d e r.
El segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia
efectuado el 26 de Octubre de 1917 proclamaba el
paso de todo el poder a los Soviets. Dicho congreso
aprobó una serie de decretos que versaban acerca de
la tierra y la paz de la región. Las constituciones
soviéticas de 1918 y de 1924, así como la Constitución
de la URSS de 1936 ratificaron a los Soviets como la
base política del Estado Socialista.
Recapitulando, puede afirmarse que el papel de los
Soviets en la vida del pueblo ruso les hizo soberanos y
omnipotentes. Eran la espina dorsal del aparato estatal:
elegían o formaban los órganos de dirección del Estado,
orientaban y controlaban su actividad, y organizaban a
las masas para cumplir los planes trazados.
Los diputados combinaban su actividad en los
Soviets con el trabajo de las empresas e instituciones.
El diputado era un representante plenipotenciario
responsable ante sus electores en el Soviet. Rendir
cuentas ante los electores era una exigencia constitu-
cional para el diputado. En el caso de que un diputa-
do, por una u otra razón, perdiera la autoridad, su
mandato era revocado por decisión de la mayoría de
los electores.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 139-146
137
3.2. Formación del Partido Comunista Ruso
En el último tercio del siglo X I X, en Rusia el capitalismo se
desarrolló a ritmo acelerado, y comenzó a formarse una
nueva clase social, el proletariado industrial. En las
postrimerías del siglo X I X y comienzos del siglo X X h a b í a
ya en Rusia cerca de 10 millones de obreros asalariados.
A medida que se intensificaban las contradicciones del
capitalismo se ampliaba la lucha de la clase del proleta-
riado contra la burguesía. En los primeros tiempos esta
lucha tenía un carácter espontáneo, pero poco a poco se
hacía más consciente y organizada.
Se fundaron los primeros sindicatos obreros y la
propagandización del marxismo se acentuaba, siendo
uno de sus principales promotores el destacado teóri-
co J. Pléjanov.
El mérito principal en el aumento de la madurez
política, en la organización del movimiento obrero y en la
creación del Partido Comunista perteneció a V. I. Lenin y
sus compañeros de lucha. Lenin emprendió la creación
del partido agrupando a los dispersos círculos marxistas;
así surgió en 1895 en San Petersburgo la Unión de lucha
por la emancipación de la clase obrera, que fue el ger-
men del futuro partido proletario revolucionario.
Bajo la dirección de Lenin la “Unión de lucha” fue
la primera organización en Rusia que empezó a
realizar conjuntamente la lucha del proletariado por las
reivindicaciones económicas con la lucha política con-
tra el zarismo y el sistema capitalista ruso.
En la clandestinidad, este incipiente partido tuvo que
luchar constantemente contra sus principales enemigos:
el zarismo, los terratenientes, los pro-capitalistas en
general, que lanzaban a los cuatro vientos cualquier idea
conservadora, los populistas enemigos abiertos del mar-
xismo y los economistas de las corrientes gobiernistas.
En 1898 los representantes de la “Unión de lucha”
de San Petersburgo y de otras ciudades, así como de
las organizaciones democráticas, proclamaron la
creación del Partido Obrero Socialdemócrata de
Rusia, mas no lograron elaborar el Programa ni los
Estatutos del Partido, pues el Comité Central elegido
fue arrestado en poco tiempo.
En el destierro, Lenin decidió entonces crear un pe-
riódico político, La Chispa2, que pretendía cohesionar a
los grupos revolucionarios dispersos en torno a los prin-
cipios del marxismo, La idea tuvo éxito y La Chispa
elaboró un proyecto de Programa y Estatutos, preparó
la convocatoria del nuevo Congreso del Partido: El 2o.
Congreso del Partido Obrero Social Demócrata de
Rusia, el cual se celebró clandestinamente, primero en
Bruselas y luego en Londres en julio-agosto de 1903.
Hubo polémicas en cuanto al contenido del programa,
los Estatutos y la política del partido y éste se dividió en
dos fracciones: por un lado los “mayoritarios”3 con Lenin
a la cabeza, y por otro los “minoritarios”.4
El Congreso aprobó el programa leninista del par-
tido cuyo fin era crear un partido revolucionario mono-
lítico y combativo. Este partido condujo al pueblo ruso
a la lucha contra el zarismo en 1905 y en 1917, y
dirigió la Gran Revolución Socialista de Octubre que
derribó al régimen capitalista.
Más tarde se adoptó el segundo programa (1919),
que planteaba la tarea de edificar la sociedad socia-
lista. Durante más de setenta años, el Partido
Comunista de la Unión Soviética se guió por los
nuevos programas adoptados, mas siempre siguiendo
los lineamientos fundamentales de la edificación de la
sociedad comunista.
3.3. La elección de los integrantes del Presidium del
Soviet Supremo de la URSS
Según la Constitución de la URSS, todo ciudadano
soviético que hubiese cumplido 23 años podía ser
Entorno económico de la actividad empresarial en la antigua Unión Soviética
138
2 Iskra (en Ruso).
3 Los bolcheviques.
4 Los mencheviques.
elegido miembro del Soviet Supremo, independiente-
mente del sexo, la nacionalidad y el origen social. Los
diputados eran elegidos al Soviet Supremo por un
periodo de cuatro años.
El Soviet Supremo de la URSS elegía en reunión
conjunta de las dos Cámaras al Presidium del Soviet
Supremo de la URSS, órgano superior del poder
estatal, cuyo funcionamiento tenía carácter perma-
nente. Se componía de 37 personas: El Presidente del
Presidium del Soviet Supremo de la U R S S, 15
vicepresidentes o sea, un vicepresidente por cada
república federada, un Secretario del Presidium y 20
vocales del mismo.
3.4. Composición del Soviet Supremo de la URSS
El Soviet Supremo de la URSS (o Parlamento soviéti-
co), era el órgano principal del poder estatal del país.
Más de 1500 diputados eran elegidos al Soviet
Supremo de la URSS para un periodo de 4 años.
El Soviet Supremo de la URSS se componía de
dos Cámaras iguales en derechos: El Soviet de la
Unión y el Soviet de las Nacionalidades. Esta división
se debía al carácter multinacional y federativo del
Estado. El Soviet de la Unión representaba los intere-
ses generales de todos los trabajadores de la URSS,
independientemente de la nacionalidad, y el Soviet de
las Nacionalidades expresaba los intereses de cada
nación o nacionalidad relacionados con las particulari-
dades de su situación económica y geográfica, de vida
y cultura históricamente formadas.
Las principales posiciones gubernamentales a
partir del Soviet Supremo de la U R S S eran, en orden
jerárquico: el Consejo de Ministros de la U R S S; el
Consejo de Ministros de las Repúblicas Federadas;
los Comités de estado y órganos administrativos de
la URSS; los Ministerios Federales de la U R S S; y los
Ministerios Federales-Republicanos de la U R S S.
4. La producción y comercialización
La competencia entre las empresas socialistas en la
forma que se desarrolla en el mundo capitalista no
existía. En la Unión Soviética no existía la propiedad
privada sobre los medios de producción, los cuales
estaban socializados, pertenecían al Estado, al pueblo.
Esto permitía precisamente administrar la economía
planificadamente, evitar las desproporciones en el
desarrollo del país, en la producción de los artículos
industriales y los artículos de amplio consumo.
Esto no significa que todas las empresas se
encontrasen en igual situación. Las empresas que fabri-
caban artículos de más alta calidad y a un costo más
bajo se colocaban, en el mercado planificado socia-
lista, en una situación más ventajosa ante las empre-
sas similares que funcionaban menos eficazmente.
En este orden de cosas, la empresa cumplía el
plan sólo en el caso de que su producción fuese ven-
dida, encontrase aplicación en la economía nacional
y/o fuese pagada por la empresa consumidora. Por lo
tanto, entre las empresas socialistas existía en el mer-
cado una rivalidad económica, que no conducía ni
podía hacerlo, como la competencia en el mundo capi-
talista, al desarrollo espontáneo de la producción.
Obviamente que la producción de la Unión
Soviética sobrepasaba enormemente la de sus aliados
más cercanos, de tal manera que al igual que existen
países capitalistas hegemónicos y países capitalistas
satélites, en el caso de la URSS gran parte de la pro-
ducción industrial estaba destinada a la venta en
Alemania del Este, Yugoslavia, Bulgaria, Rumania,
Hungría, Checoslovaquia, Cuba y demás satélites de
su economía, los cuales, a su vez, eran valiosos
proveedores de materias primas.
El Manifiesto del Partido Comunista era el docu-
mento inspirador de los programas soviéticos, pero no
sólo de los políticos, sino de los económicos y por
ende de los administrativos. El Manifiesto del Partido
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 139-146
139
Comunista era el documento programático más
grande del comunismo, hasta 1990, su contenido
inspiraba y guiaba a todo el proletariado6 organizado
del mundo contemporáneo.
El Manifiesto, como programa redactado por Marx
y Engels para la Liga de los Comunistas desde diciem-
bre de 1847 a enero de 1848, apareció primero en
Londres en febrero de 1848 como un folleto de 23
páginas. El contenido del Manifiesto versa principal-
mente sobre la lucha de clases que llenan las páginas
de la historia del hombre; el dominio de clase de la bur-
g u e s í a7 moderna; las relaciones burguesas de
propiedad y de intercambio de la producción; el cre-
ciente empleo de las máquinas y la división del traba-
jo que quitan al trabajo del proletario todo atractivo y
perspectivas elevadas; en general, de la evidente con-
tradicción de las ventajas capitalistas y la inminente
coalición de clases, favorecida de diversas maneras
por el desarrollo del sistema capitalista.
Su esencia es la declaración de la necesidad de una
dictadura del proletariado, cuyas principales medidas para
transformar radicalmente todo el modo de producción y
comercialización y, por lo mismo, de administración, eran
las siguientes: a ) expropiación de la propiedad territorial y
empleo de la renta de la tierra para los gastos del Estado;
b ) fuerte impuesto progresivo; c ) abolición del derecho de
herencia; d ) confiscación de la propiedad de todos los emi-
grados y sediciosos; e) centralización del crédito en manos
del Estado por medio de un banco nacional con capital del
Estado y monopolio exclusivo; f) centralización en manos
del Estado de todos los medios de transporte; g ) m u l t i p l i-
cación de las empresas fabriles pertenecientes al Estado y
de los instrumentos de producción, de roturación de los te-
rrenos incultos y mejoramiento de las tierras, según un plan
general; h) obligación de trabajar para todos y organización
de ejércitos industriales, particularmente para la agricul-
t u r a ; i ) combinación de la agricultura y la industria conforme
a medidas encaminadas a hacer desaparecer gradual-
mente la oposición entre la ciudad y el campo; y j ) e d u-
cación pública y gratuita de todos los niños; abolición del
trabajo infantil en las fábricas, y un régimen de educación
combinado con la producción material.
Conclusión
Las consideraciones anteriores acerca de la realidad
soviética en la que se desarrollaba su actividad empre-
sarial constituyen el contexto que permite comprender
la naturaleza y forma de operar de esta última. Es per-
tinente aclarar que no es intención de este artículo el
tratamiento de la administración de la empresa sovié-
tica en sí; ello exige referirse a la gestión económica,
la política e incluso la historia económica soviética. En
otras palabras, la gestión empresarial, en tanto
eslabón principal de la gran cadena económica soviéti-
ca, estaría fuertemente determinada por otros elemen-
tos de gran peso: la historia, la economía, la política, la
cultura y el medio ambiente soviético en general.
Bibliografía
ALÁMPIEV, P. et al ., La integración económica, necesi -
dad objetiva del desarrollo del socialismo
mundial, Progreso, Moscú, 1973.
BERRI, L., Planificación de la economía socialista,
Progreso, Moscú, 1975.
BOFFA, Giuseppe, La crisis del campo socialista, Era,
México, 1967.
Entorno económico de la actividad empresarial en la antigua Unión Soviética
140
6 Clase de trabajadores asalariados que, privados de la posesión de los
medios de producción, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para
poder subsistir.
7 Clase de capitalistas, propietarios de los medios de producción social que
emplean el trabajo asalariado.
DAMETTE, Félix, “Socialismo y autogestión”, Revista de
la Escuela Nacional de Economía, U N A M,
México, 1975.
GÓ L I K O V, G. N., La gran revolución socialista de
Octubre, Grijalbo, México, 1971.
HARNECKER, Martha y Gabriela Uribe, Capitalismo y
S o c i a l i s m o, Centro de Estudios Políticos,
Córdoba, 1973.
HILL, Christopher, La revolución rusa, Ariel, Barcelona,
1971.
JAVIN, A., Esbozo histórico de la industrialización de la
URSS, Progreso, Moscú, 1970.
KAMENÍTSER, S., Experiencias de la dirección de la
industria en la URSS , Progreso, Moscú, 1975.
KALECKI, Michael, Economía socialista y mixta, Fondo
de Cultura Económica, México, 1976.
LA N G E, Oskar y Fred M. Ta y l o r, Sobre la teoría
económica del Socialismo, Ariel, Barcelona,
1973.
LAVALLEE, L., “Pronosticación y Planificación”, Digest
Soviético mensual, Editorial de la agencia de
prensa Nóvosti, Moscú, enero de 1976.
LAZUTKIN, E., El socialismo y la riqueza, Progreso,
Moscú, 1974.
MALLET, Serge, El socialismo y la sociedad industrial,
Siglo XXI, México, 1969.
LENIN, Vladimir Ilich, El partido legal y los marxistas.
Problemas de organización, Roca, México,
1974.
MARX, C. y F. Engels, Manifiesto del partido comunista,
Pluma, Buenos Aires, 1974.
PLÓTNIKOV, K. et al., De economía soviética, Progreso,
Moscú, 1974.
SOLDEVILLA GARCÍA, Emilio, La empresa soviética, Nova
Terra, Barcelona, 1972.
UGRIUMOV. A., “El plan leninista de edificación del
socialismo en la URSS”, Editorial de la agencia
de prensa Nóvosti, Moscú, noviembre de 1976.
ESTADO, ECONOMÍA Y HACIENDAPÚBLICA núm. 6 enero-junio 2004, pp. 139-146
141
INSTRUCCIONES PARA LOS COLABORADORES
Estado, Economía y Hacienda Pública
Los trabajos enviados se sujetarán al dictamen del Comité Editorial, previo arbitraje. Asimismo, toda colaboración
deberá ajustarse a los siguientes lineamientos:
1. Presentarse en original impreso que incluya texto, cuadros, gráficas. etcétera, en papel tamaño carta, a 1.5
espacios. Los cuadros, gráficas y diagramas deberán presentarse en hojas separadas, al final del texto y con
la indicación del lugar en que deben insertarse.
2. Tener una extensión de 10 a 25 cuartillas (Arial 12; interlineado 1.5), con un resumen en español e inglés
que no exceda las ochenta palabras.
3. Adjuntar un disquete que contenga:
• Archivos de texto en Word.
• Archivos individuales por cuadro, gráficas o diagramas en Excel. Las cifras de los cuadros deberán
separarse por espacio, y no por comas, evitando usar cuadrícula.
3. Los comentarios, aclaraciones, referencias y recomendaciones bibliográficas, y otros textos de apoyo se colo-
carán como notas al pie de página.
4. La bibliografía completa se presentará al final del texto ordenada alfabéticamente, y cada referencia debe
ajustarse al modelo tradicional: (apellidos, nombre (s), titulo, editorial, ciudad, año).
Para correspondencia, suscripciones, canje y/o difusión de otras publicaciones afines, favor de dirigirse a:
Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), Avenida Dr. Luis Castelazo
s/n, Carretera Xalapa-Las Trancas, Col. Industrial Ánimas Xalapa, Veracruz, México. El costo de cada ejemplar
de esta publicación es de $30 pesos y para el extranjero US $3 Dls.
Para mayores informes: e-mail: [email protected]; o próximamente consulta nuestra página de intemet.
La edición consta de 500 ejemplares