Entregó su alma a Dios en Arenas de San Pedro (Ávila) en el amanecer del domingo 18 de octubre de 1562, fiesta de san Lucas evangelista, habiendo hecho gloriosa y santa vida. Poco antes recibió los santos sacramentos de unción de los enfermos, confesión y comunión como viático, acompa-ñándole el sacerdote Francisco Arias. Un hermano del santo cuenta de él que “estando tan flaco que no se podía menear si no le revolvían se levantó con gran presteza sobre la cama que era una corcha y un canto por cabecera y dijo: ¡Qué alegría cuando me anunciaron, vamos a la casa del Señor! y abajando la cabeza dio el alma a Dios”. * A los 63 años de edad y 47 de hábito franciscano terminó su peregrinación terrena el santo de Alcántara (Cáceres) -allí nacido en 1499-, el reformador y predicador, el místico y hermano de los pueblos, el mensajero del Evangelio de Cristo, maestro de vocaciones, peregrino de la paz, patrono y Apóstol de Extremadura, y de la diócesis de Coria-Cáceres.

SAN PEDRO DE ALCÁNTARA

del tránsito de san Pedro de Alcántara confiando nuestro porvenir y futuro en manos del Señor. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Ni la muerte ni la vida. Dios es amor.

*Entreguemos las enfermedades y viacrucis de nuestras últimas etapas al Corazón de Jesucristo. Él es el Salvador, Buen Pastor, Camino, Verdad y Vida. Él es la Resurrección. El que cree en Él no morirá para siempre. Ven Señor Jesús.

*Aceptemos los cuidados y atenciones sanitarias, las ayudas familiares y amistosas. Agradezcamos los servicios fraternos de otras personas.

*Oremos con frecuencia. Solicitemos los santos sacramentos del párroco, del capellán de hospital o residencia. Acojamos su visita y compañía sin temores, con serenidad. El sacerdote viene a vernos en el nombre del Señor y nos trae su perdón, su comunión, su gracia, su óleo santo de unción, sus plegarias. El sacerdote actúa en persona de Cristo.Como san Pedro podemos decir: ¡Qué alegría cuando nos anuncian que vamos a la casa del Señor, a la luz de la gloria.

Aprendamos la lección

Tránsito de san Pedro. Óleo, 61 x 46, de Tomás B. Pizarro J. Puede reproducirse.Difunda esta hoja. Gracias. - M-6

OracionesEl Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré? Él me protegerá. Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Tú eres mi auxilio, no me abandones. (salmo 26).

*Esta es la voluntad del Padre celeste; que todo el que ve al Hijo, Jesucristo, y cree en Él, tenga vida eterna.

Para la Unción dice el sacerdote: “Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, amén, para que libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad, amén”.

La Comunión: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El Cuerpo de Cristo, Amén.

*Acuérdate, Virgen María, de interceder por tus siervos en su favor ya que estás en la presencia del Señor.