Estética apestada
-
Upload
rodrigo-cabello-zarate -
Category
Documents
-
view
230 -
download
0
Embed Size (px)
description
Transcript of Estética apestada

Estética Apestada
Rodrigo I. Cabello Zárate
Estética apestada
Rodrigo I. Cabello Zárate
1

2
Nunca, ahora que la vida misma sucumbe, se ha hablado tanto de civilización y cultura
Antonin Artaud
Al ver el documental El desalojo de Guille Soherens (Que circula gratuitamente por
las redes)1 queda una extraña sensación de tristeza, ira, vacío. El documental abre la
posibilidad de análisis, por medio de la muestra de una de las tantas tomas de
establecimientos educacionales, a la utilización del recurso estético como argumento
válido de defensa y resistencia a los discursos hegemónicos que rigen la sociedad en
temáticas del ámbito de la educación. Por medio del caso puntual de los estudiantes del
liceo Manuel de Salas al que refiere el documental, se percibe la emergencia del recurso
artístico como herramienta de lucha contra un sistema desgastado, agotado y en
decadencia. Esta emergencia del recurso artístico performativo, se relaciona con lo que el
profesor Sergio Rojas ha llamado la estética del malestar, en donde este recurso toma un
carácter festivo, opuesto al fulgor de demandas absolutamente trascendentales, no
festivas, como muestra de un profundo malestar social.
El presente texto intenta dar un análisis desde una perspectiva estética al
fenómeno de la utilización de recursos artísticos, estéticos y performativos que los
jóvenes han utilizado como contra manifestación ante los inminentes desalojos de los
establecimientos educacionales ad portas de las elecciones primarias presidenciales.
El análisis se delimita a dos casos específicos: el primero referido a las fotografías
aparecidas en diversos medios de comunicación que muestran cómo jóvenes estudiantes
del Liceo de Aplicación, ante la inminente llegada de carabineros para desalojar el
1http://www.youtube.com/watch?v=YcbQzpBKJBg&feature=share

3
establecimiento educacional, deciden sacar los bancos, sillas y pizarrón a la calle y realizar
una clase en medio de la vía pública, desencajando absolutamente a las fuerzas policiales,
quienes no entienden cómo reaccionar ante este acto performático. En segunda instancia
se analiza brevemente las imágenes tomadas por ciudadanos que fueron a votar a las
elecciones primarias (del domingo 30 de junio), que muestran otro acto performático
realizado por otros grupos de jóvenes a las afueras de los centros de votación, actos
silenciosos, pacíficos, pero por sobre todo con fuerte componente estético, donde la
emergencia del recurso se evidencia.
Finalmente se intenta dar algunas luces sobre el concepto estética apestada,
tomando como referencia principal a Antonin Artaud y sus reflexiones en torno al
concepto de peste2 en su texto El Teatro y su doble (1938).
Más allá de la problemática legal sobre el desalojo, lo que se intenta analizar en
este texto es la cualidad estética y política que conllevan dichas manifestaciones por parte
de los estudiantes, y cómo estas logran ser una herramienta válida de resistencia ante el
sistema socio político por el que están normados.
Ante los desalojos llevados a cabo esta última semana, diversos grupos de
estudiantes han decidido resistir en sus lugares de estudio, de diversas formas cada grupo
ha intentado dar signos de resistencia en el espacio, una de esas formas es la que se
puede apreciar en las fotos (uno y dos) correspondientes a un grupo de estudiantes del
patrimonial Liceo de Aplicación, ubicado en Avenida Cumming en la comuna de Santiago.
Ante la pronta llegada de carabineros para iniciar el desalojo del liceo, los estudiantes
decidieron sacar las sillas, bancos, mesa del profesor, pizarra a la calle (al especio público
por excelencia, al igual que la educación = pública), ambientando una sala de clases con
sus propias mochilas, cuadernos, lápices y diversos útiles escolares, situándose ellos
2 Esos símbolos, signos de fuerzas maduras, esclavizadas hasta entonces e inutilizables en
la realidad, (que) estallan como increíbles imágenes, que otorgan derechos ciudadanos y
de existencia a actos que son hostiles por naturaleza a la vida de las sociedades

mismos en sus respectivos puestos de estudio, tranquilos (incluso aburridos) como
aula, de carácter teatral, es una forma
estudios. En primer lugar tenemos una relectura, una reutilización
deja de ser paradójica, el sacar la sala de clases (u
tensión la dialéctica de lo de dentro y lo de fuera
paradójica porque se saca a la vía pública
público), este acto podría hacer pre
pública por lógica ¿Debiera desarrollarse en el espacio público?
ponerlos en tensión, poner a dialogar elementos de un
es un acto estético en sí mismo
el lugar estratégico en el que todas las modalidades del valor confluyen hacia una zona
que se denominaría ciega, en la que todo se pone en cuestión
espacios –público y privado-
fuerzas policiales en su acometido contra la manifestaci
desconcierto de la acción, dudando en c
intercambio de espacios.
3 Bachelard, Gaston; La poética del espacio
(2005), Pag. 250. 4 Baudrillard, Jean; Contraseñas, Ed. Anagrama, Barcelona, España (2002), Pág. 23
Foto 1: Estudiantes del Liceo de Aplicación montan una sala de clases en plena calle
mismos en sus respectivos puestos de estudio, tranquilos (incluso aburridos) como
cualquier día normal de clases,
acompañados de un figurín
caracterizando a modo de
compañero estudiante sentado
como uno más en una de las sillas
junto a su banco escolar
lienzo que versaba: “Ni izquierda, ni
derecha, somos un pueblo en
guerra”.
Esta re-presentación del
es una forma estética de resistir el desalojo de su casa de
primer lugar tenemos una relectura, una reutilización de los espacio
el sacar la sala de clases (un espacio privado) a la calle
dialéctica de lo de dentro y lo de fuera3 como diría Gastón
paradójica porque se saca a la vía pública un espacio del ámbito privado (pero de
, este acto podría hacer preguntarse al espectador ingenuo si la educación es
ebiera desarrollarse en el espacio público? El desencajar los espacios,
ponerlos en tensión, poner a dialogar elementos de un adentro en un espacio exterior, ya
sí mismo, es el espacio donde se provoca un intercambio simbólico,
el lugar estratégico en el que todas las modalidades del valor confluyen hacia una zona
que se denominaría ciega, en la que todo se pone en cuestión.4 Esta tensi
-, podría ser una de las operaciones que desencaja a las
fuerzas policiales en su acometido contra la manifestación, sumiéndolos en el
ón, dudando en cómo actuar ante este acto performativo de
La poética del espacio, Ed. Fondo de Cultura Económica, DF. México
Baudrillard, Jean; Contraseñas, Ed. Anagrama, Barcelona, España (2002), Pág. 23
Foto 1: Estudiantes del Liceo de Aplicación montan una sala de clases en plena calle
4
mismos en sus respectivos puestos de estudio, tranquilos (incluso aburridos) como
ualquier día normal de clases,
acompañados de un figurín
acterizando a modo de
compañero estudiante sentado
n una de las sillas
escolar junto a un
Ni izquierda, ni
derecha, somos un pueblo en
presentación del
de resistir el desalojo de su casa de
espacios que no
n espacio privado) a la calle, pone en
Bachelard, es
ámbito privado (pero de carácter
i la educación es
El desencajar los espacios,
en un espacio exterior, ya
intercambio simbólico,
el lugar estratégico en el que todas las modalidades del valor confluyen hacia una zona
Esta tensión entre los
ser una de las operaciones que desencaja a las
éndolos en el
ómo actuar ante este acto performativo de
, Ed. Fondo de Cultura Económica, DF. México
Baudrillard, Jean; Contraseñas, Ed. Anagrama, Barcelona, España (2002), Pág. 23

Pero el acto de los j
intercambio simbólico de los espacios, sino que posee adem
Con esta acción, los jóvenes del Liceo de Aplicación realizan una verdadera puesta en
escena, con una carga de
teatralidad, con figurín incluido y
elementos de utilería, pero hay un
hecho que no es menor,
referimos al doblez que adquiere
esta acción donde, además de
estar realizada en un espacio de
tránsito público, los intérpretes
de la acción son los propios
estudiantes, vale decir el rol de
los estudiantes, que en un ámbito
de teatralidad clásica estaría interpretado por actores haciendo de estudiantes, en esta
ocasión es interpretado por los propio
interpretando su rol.
Este acto performativo en la calle
realizado en alguna época por
destinado a morir en el espacio público, en cuanto se realiza una sola vez y muere en el
acto, muere en su propio intento de realización, es un acto destinado a la muerte, no hay
revés, no hay vuelta al ensayo, a
precisamente por su levedad, por su car
pero a su vez es frágil por lo
cierto asidero en lo que Antonin
que lo que actúa es la vida misma, no una representaci
doble, es decir la vida, encarnad
Pero el acto de los jóvenes del Liceo de Aplicación, no solo se queda en el
ólico de los espacios, sino que posee además todo un ámbito
Con esta acción, los jóvenes del Liceo de Aplicación realizan una verdadera puesta en
con una carga de
rín incluido y
elementos de utilería, pero hay un
hecho que no es menor, nos
que adquiere
ás de al
estar realizada en un espacio de
érpretes
ón son los propios
, vale decir el rol de
ámbito
ía interpretado por actores haciendo de estudiantes, en esta
es interpretado por los propios estudiantes, en otras palabras, estudiantes
en la calle puede tener ciertas semejanzas a lo planteado y
época por el Teatro de la Muerte de Tadeuzs Kantor, en tanto está
destinado a morir en el espacio público, en cuanto se realiza una sola vez y muere en el
acto, muere en su propio intento de realización, es un acto destinado a la muerte, no hay
revés, no hay vuelta al ensayo, a la re-presentación del mismo, queda en el tiempo
precisamente por su levedad, por su carácter de único, es un acto de inmensa relevancia,
por lo efímero. Por otra parte el acto que analizamos podr
ntonin Artaud denominara Teatro de la crueldad
lo que actúa es la vida misma, no una representación teatral, sino precisamente su
doble, es decir la vida, encarnada en los mismos estudiantes que utilizan este espacio
Foto 2: detalle del figurín realizado por los estudiantes del Liceo de
Aplicación en el montaje de una sala de clases en plena calle
5
ón, no solo se queda en el
ámbito teatral.
Con esta acción, los jóvenes del Liceo de Aplicación realizan una verdadera puesta en
ía interpretado por actores haciendo de estudiantes, en esta
s estudiantes, en otras palabras, estudiantes auto
puede tener ciertas semejanzas a lo planteado y
, en tanto está
destinado a morir en el espacio público, en cuanto se realiza una sola vez y muere en el
acto, muere en su propio intento de realización, es un acto destinado a la muerte, no hay
, queda en el tiempo
único, es un acto de inmensa relevancia,
Por otra parte el acto que analizamos podría tener
e la crueldad en cuanto a
ón teatral, sino precisamente su
a en los mismos estudiantes que utilizan este espacio
realizado por los estudiantes del Liceo de
Aplicación en el montaje de una sala de clases en plena calle

6
teatral en la vía pública. En otras palabras, el antiguo paradgima de la actuación –
tomando como referente la escuela Stanislavskyana o Chejoviana – en donde el actor sube
al escenario a interpretar un rol y luego, una vez terminada la representación baja del
escenario para vivir su vida; es substituido por un nuevo paradigma en donde se voltea el
orden establecido: el actor sube al escenario a vivir su rol, encarnado en sus miedos, sus
miserias, sus alegrías y rabia para, una vez concluida la función, bajar del escenario a
representar los roles que la vida solicita interpretar: el rol de padre, el rol de amigo, el rol
de novio, el rol de hijo, etc. Con esta idea de acción extrema y cruel puesta al servicio de la
escena Artaud plantea un vuelco radical en la forma de ver e interpretar los problemas
escénicos. Esta última idea, sobre el teatro y sus posibles dobles, es la que se puede
percibir en el acto performático de los jóvenes del Liceo de Aplicación, intencionada o
inconsciente, la representación llevada a sus últimos límites, asumiendo los riesgos de la
misma.
El profesor Sergio Rojas en su texto Estética del malestar y expresión ciudadana.
Hacia una Cultura crítica, desarrolla una reflexión acerca de la dimensión estética de las
manifestaciones de malestar que corresponden a la construcción de formas colectivas de
subjetividad. Rojas plantea en este texto que
Los procesos sociales de producción estética implican, de manera
esencial, procesos de producción de subjetividad. Es decir, el sujeto
colectivo que “comunica” sus demandas generando determinados
recursos representacionales, en sentido estricto no existe con
anterioridad a la generación de esos recursos. Este sujeto se
constituye en el lenguaje, en una práctica intersubjetiva de
expresión5.
5El texto corresponde a la conferencia inaugural del Seminario Internacional “Ciudadanía,
Participación y Cultura”, organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y realizado en el
Centro Cultural Palacio La Moneda los días 5 y 6 de octubre de 2006.

7
El acercamiento a una estética del malestar se ajusta a las diversas manifestaciones
que hemos visto en Chile y a nivel mundial, llevadas a cabo principalmente por grupos
jóvenes, tienen ese factor común de “festividad” en contraposición con las profundas
demandas que solicitan -y como bien lo explica Rojas- sería producto de este malestar que
no puede suplirse de ningún modo; este punto hace reflexionar sobre la idea de una
“estética apestada”, en el sentido que la peste se propaga de forma exponencial, violenta,
de una virulencia veloz, como metáfora de una estética que se replica en diversas
manifestaciones, se propaga geográfica e ideológicamente, inoculando, apestando al
colectivo, haciéndolo crear formas de expresividad que van más allá del literal panfleto o
la denuncia a viva voz.
El concepto metafórico de la peste ya lo planteaba Artaud en su capítulo El teatro y
la peste, de su texto El teatro y su doble, donde parte del hecho de la más grande
explosión de peste que haya conocido la ciudad de Marsella hacia el año 1720; Saint-
Rémys, Virrey de Cerdeña, se vio apestado y vio los estragos de la peste en su Estado
minúsculo. En este sueño que sufre Saint-Rémys podemos entender a la peste como una
idea que logra permear en la sociedad, que logra diezmar una sociedad, el Virrey de
Cerdeña en sus sueños asiste a todos los quebrantamientos de la moral, a todos los
desastres psicológicos, es por esta razón que una vez despierto de su pesadilla decide
declararle la guerra a la peste. No bien declarada la guerra a los barcos provenientes de
oriente (que supuestamente traían a tripulantes apestados, potenciales focos virulentos)
estos arribaron de todas formas en tierras francesas diezmando ciudades enteras
producto de la infección de muchos de sus tripulantes. Toda esta anécdota da para
reflexionar, como bien lo dice Artaud:
Cualesquiera sean los errores de los historiadores o los médicos
acerca de la peste, creo posible aceptar la idea de una enfermedad
que fuese una especie de entidad psíquica y que no dependiera de

8
un virus (…) Cuando la peste se establece en una ciudad, las formas
regulares se derrumban. Nadie cuida los caminos; no hay ejército,
ni policía, ni gobiernos municipales (…) Pero si se necesita un
flagelo poderoso para revelar esta gratitud frenética, y si ese
flagelo se llama peste, quizá podamos determinar entonces el valor
de esa gratuidad en relación con nuestra personalidad total. El
estado del apestado, que muere sin destrucción de materias, con
todos los estigmas de un mal absoluto y casi abstracto, es idéntico
al del actor, penetrado integralmente por sentimientos que no lo
benefician ni guardan relación con su condición verdadera. Todo
muestra en el aspecto físico del actor, como en el del apestado, que
la vida ha reaccionado hasta el paroxismo; y, sin embargo, nada ha
ocurrido.”6
He ahí el paralelo entonces, entre el apestado y el actor que encarna (con
crueldad) su propio sufrimiento, he ahí el paralelo entre el joven inoculado por la rabia, la
indignación y el deber moral que sale a la calle a manifestar su malestar y el apestado de
Artaud. Esta peste, que es el malestar (del que habla Rojas), la incomodidad, la
disconformidad, es la que se propaga de manifestación en manifestación replicando
mecanismos donde la emergencia del recurso artístico/contemporáneo nace casi
espontáneamente, como una plaga que va cruzando geográficamente distintas latitudes,
países y continentes, y es así como en un tiempo unívoco los diversos movimientos
callejeros (los indignados en España, los secundarios en Chile, la ciudadanía en Brasil, los
Occupy Wall Street en EEUU, etc.) comienzan a utilizar lenguajes homogéneos, apestados
por el mismo virus: la estética apestada.
6 Artaud, Antonin, El teatro y su doble, Ed. Sudamericana, Bs. Aires. Argentina (2005), Pág.
29.

Esta estética apestada, caracterizada por el alto grado de teatralidad en su
desarrollo se traduce en divers
sujeto performático (por decirlo de alguna manera) no necesariamente
como un acto estético premeditado, sino más bien como un impulso coordinado con otros
con el afán de declarar su malestar, haciendo el paralelo nuevamente con la peste
Toma imágenes dormidas, un orden latente, y los activa de pronto
transformándolos en los gestos más extremos; y el teatro toma
también gestos y los lleva a su paroxismo. Como la peste rehace la
cadena entre lo que es y lo que no es, entre la virtualidad de lo
posible y lo que ya existe en la naturaleza materializada. Redescub
la noción de las figuras y los arquetipos, que operan como golpes de
silencio, pausas, intermitencias del corazón,
imágenes inflamatorias que invaden la mente bruscamente
despierta.7
La utilización de recursos teatrales operan e
herramientas válidas de resistencia ante la represión forzada con las que la autoridad
combate, en donde claramente quedan en planos de lucha
el campo de las ideas, inoculando, apestando con creativid
manifestar el malestar; y los otros en el campo de la lucha física, bruta y tosca.
7 Ibid.
Foto 3: Jóvenes de la UCV manifestándose el día domingo 30
de junio a las afueras de un local de votación para las
primarias presidenciales
Esta estética apestada, caracterizada por el alto grado de teatralidad en su
desarrollo se traduce en diversas acciones performáticas, donde cabe aclarar
sujeto performático (por decirlo de alguna manera) no necesariamente concibe
como un acto estético premeditado, sino más bien como un impulso coordinado con otros
con el afán de declarar su malestar, haciendo el paralelo nuevamente con la peste
oma imágenes dormidas, un orden latente, y los activa de pronto
ormándolos en los gestos más extremos; y el teatro toma
también gestos y los lleva a su paroxismo. Como la peste rehace la
cadena entre lo que es y lo que no es, entre la virtualidad de lo
posible y lo que ya existe en la naturaleza materializada. Redescub
la noción de las figuras y los arquetipos, que operan como golpes de
silencio, pausas, intermitencias del corazón, excitación de la linfa,
imágenes inflamatorias que invaden la mente bruscamente
La utilización de recursos teatrales operan en las manifestaciones como
herramientas válidas de resistencia ante la represión forzada con las que la autoridad
combate, en donde claramente quedan en planos de lucha desfasados, unos peleando en
el campo de las ideas, inoculando, apestando con creatividad nuevas formas de
manifestar el malestar; y los otros en el campo de la lucha física, bruta y tosca.
El segundo caso al que
referencia es a las fotografías tomadas
Foto 3: Jóvenes de la UCV manifestándose el día domingo 30
de junio a las afueras de un local de votación para las
Foto 4: Jóvenes de la ACES se manifiestan a las afueras del
estadio nacional sosteniendo fotografías de los desalojos
recientes de sus establecimientos educacionales
9
Esta estética apestada, caracterizada por el alto grado de teatralidad en su
as acciones performáticas, donde cabe aclarar, que el
concibe su acto
como un acto estético premeditado, sino más bien como un impulso coordinado con otros
con el afán de declarar su malestar, haciendo el paralelo nuevamente con la peste, ésta:
oma imágenes dormidas, un orden latente, y los activa de pronto
ormándolos en los gestos más extremos; y el teatro toma
también gestos y los lleva a su paroxismo. Como la peste rehace la
cadena entre lo que es y lo que no es, entre la virtualidad de lo
posible y lo que ya existe en la naturaleza materializada. Redescubre
la noción de las figuras y los arquetipos, que operan como golpes de
de la linfa,
imágenes inflamatorias que invaden la mente bruscamente
n las manifestaciones como
herramientas válidas de resistencia ante la represión forzada con las que la autoridad
, unos peleando en
ad nuevas formas de
manifestar el malestar; y los otros en el campo de la lucha física, bruta y tosca.
El segundo caso al que se hace
referencia es a las fotografías tomadas
Foto 4: Jóvenes de la ACES se manifiestan a las afueras del
estadio nacional sosteniendo fotografías de los desalojos
os educacionales

10
espontáneamente por ciudadanos que asistían a votar en las elecciones primarias
presidenciales del domingo 30 de junio del presente año. Las fotos corresponden a una
manifestación de jóvenes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (foto 3) y
finalmente a una última fotografía de jóvenes de la ACES (Asamblea coordinadora de
Estudiantes Secundarios) realizada a las afueras del Estadio Nacional (foto 4).
El punto común que une estas imágenes es que, por un lado, son tomadas un
mismo día (Que por lo demás no es cualquier día, sino el día en que la ciudadanía acude a
los lugares de votación –mismos recintos que habían sido desalojados pocos días atrás,
habiendo estado en toma por los mismos jóvenes – a ejercer su derecho ciudadano en las
elecciones primarias presidenciales y parlamentarias); y por otro lado, todas reflejan y dan
muestra de esta idea sobre la estética apestada como forma de manifestación ante el
malestar. Otra de las características de esta estética apestada (además de los fuertes
componentes teatrales) es la representación del metatexto (o didascalia) en sí mismo, o
como lo menciona P. Pavis, una escritura que, en su fragmentación, ha superado la
alternativa dramática/épica, estalla en pedazos, desde el acto de escritura, y mucho más
todavía, desde la intervención del actor. De ahí la dificultad de mantener sobre ella un
lenguaje unificado8, hablando ya más que de una puesta en escena, de una puesta en
pedazos.
Pero es en este último punto donde el problema estético se complejiza, esto por la
dualidad realidad/ficción, si bien el análisis que acá se ha desarrollado se sirve de la
concepción teatral no podemos obviar que no estamos frente a actos realizados por
actores en cuadros ficcionales, sino que nos enfrentamos a contextos de la realidad,
frente a problemáticas y demandas reales, no ficticias. El problema que surge entonces es
como fácilmente esta estética apestada puede confundir al espectador del acto y
alienarlos por su forma, perdiendo importancia el trasfondo del mismo, esto claro, si
8Pavis, Patrice; “El análisis de los espectáculos, teatro, mimo, danza, cine” Editorial Paidós,
Barcelona, España (2000), pág. 306

11
entramos en la interpretación dualista a la que nos tiene acostumbrada la crítica y el
análisis estético occidental del fondo y forma o contenido y contenedor. ¿Habría que
preguntarse como lo hace S. Sontag entonces si interpretar es empobrecer, reducir el
mundo, para instaurar un mundo sombrío de significados. Es convertir “el” mundo en
“este” mundo9? Y el mundo ya está bastante reducido y empobrecido –responde la propia
Sontag – desechemos pues, todos sus duplicados, hasta tanto experimentemos con más
inmediatez cuanto tenemos. Esto en cuanto a la interpretación que los espectadores (la
ciudadanía) pudiera elaborar en torno a las acciones performática de los apestados, sin
embargo no hay que dejar de lado que este mismo contexto de no-ficción (la calle) en el
que se introduce el acto ficcional, sería de por sí un fuerte elemento distanciador,
operando como un verdadero Verfremdungseffekt Brechtiano para que el espectador
pueda des-enajenarse y tomar conciencia de lo que ahí ocurre es una ficción que denuncia
con códigos del arte, con la emergencia del recurso teatral, un hecho de la realidad al cual
debe asumir y enfrentar.
Pero más allá de todo ambos ejemplos, tanto el de la clase en la calle de los
estudiantes del Liceo de Aplicación como el que se muestra en estas últimas dos fotos,
dan cuenta de este contagio por la forma de expresar un malestar, cómo es que cambia
esta manifestación desde el simple panfleto o la denuncia a viva voz, por el desarrollo de
una acción performática más elaborada. ¿Qué es lo que ha hecho cambiar estas formas de
manifestarse? ¿Será éste un fenómeno pasajero, una moda? ¿De qué manera podrían
estar influenciando los nuevos medios sociales y tecnológicos en el desarrollo de una
nueva estética colectiva y subjetiva? En fin, las interrogantes que surgen del análisis de las
nuevas formas de manifestar el malestar en los jóvenes, pero sobre todo las interrogantes
que surgen desde una perspectiva de la cuestión estética, abren una infinitud de campos
que requieren de respuestas y ésta es quizás la misión que debemos desarrollar hoy
como teóricos de este campo de estudios, intentando dar algunas luces para comprender
este fenómeno de propagación colectiva entendido como la estética apestada.
9Sontag, Susan; “Contra la interpretación” Editorial Alfaguara, Bs. Aires, Argentina (1996)

12
Bibliografía
Artaud, Antonin, El teatro y su doble, Ed. Sudamericana, Bs. Aires. Argentina (2005)
Bachelard, Gaston; La poética del espacio, Ed. Fondo de Cultura Económica, DF. México
(2005)
Baudrillard, Jean; Contraseñas, Ed. Anagrama, Barcelona, España (2002)
Pavis, Patrice; “El análisis de los espectáculos, teatro, mimo, danza, cine” Editorial Paidós,
Barcelona, España (2000)
Rojas, Sergio; Estética del malestar y expresión ciudadana. Hacia una Cultura crítica,
Santiago, Chile (2006)

13
Rojas, Sergio; Hacia el agotamiento de la frontera de arte y no arte, en El Arte Agotado.
Magnitudes y Representaciones de lo Contemporáneo, Chile, Editora Sangría, 2012.
Sontag, Susan; “Contra la interpretación” Editorial Alfaguara, Bs. Aires, Argentina 1996.