Estoy contigo3

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Dios derrama sobre nosotras los beneficios de un modo especial, a torrentes. Dios ayuda de un modo visible esta obra de salvar almas y adorarle. Así que ánimo, a sufrir por amor de Jesús, que El mismo nos pagará este poco de trabajo. Yo sé decir que vivo como si no hubiera más que esto en el mundo. Carta del 6 de septiembre de 1861 A la Superiora de Zaragoza. Suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia, para llevar a cabo la predicación de la palabra de Dios, el misterio escondido desde los siglos; por lo cual me fatigo luchando con su eficacia, que obra poderosamente en mí. (Col 1,24.26.29)

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Page 1: Estoy contigo3

Dios derrama sobre nosotras los beneficios de un modo especial, a torrentes. Dios ayuda de un modo visible esta obra de salvar almas y adorarle.Así que ánimo, a sufrir por amor de Jesús, que El mismo nos pagará este poco de trabajo.Yo sé decir que vivo como si no hubiera más que esto en el mundo.

Carta del 6 de septiembre de 1861A la Superiora de Zaragoza.

Suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia, para llevar a cabo la predicación de la palabra de Dios, el misterio escondido desde los siglos; por lo cual me fatigo luchando con su eficacia, que obra poderosamente en mí.

(Col 1,24.26.29)

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Cuando el Señor me falta me da mucha pena, y siento gran vacío de no ver a mi Dios.Esto era lo que me daba tal seguridad y valor que nada temía, y todo lo hacía con Él a la vista. Esto es un gozo inexplicable, y a esto achaco yo no haber tenido jamás un pensamiento de vanagloria de nada mío, pues el Señor me ayudaba.

Autobiografía, capítulo XXIX, 3.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos.

(Mt 11,25).

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Hemos de sufrir que se dude de nosotros, critique y se hable mal, antes que publicar las faltas del prójimo sin grave necesidad, estando seguros que Dios nos defenderá si es cosa injusta.

Apuntes de Ejercicios y Retiros, 160.

No estéis en deuda con nadie, a no ser en el amaros unos a otros, porque quien ama al prójimo ha cumplido la Ley. El amor no obra el mal del prójimo, pues el amor es la plenitud de la Ley

(Rom 13,8.10)

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Jesús dijo a la Madre: Mujer, he aquí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre.

(Jn 19,26-27)

Como era muy devota de la Virgen de los Dolores, al faltarme mi madre, escogí a la Santísima Virgen, el mismo día, para que la reemplazara, y le hice una entrega formal de todo mi ser. De este modo tenía una entera confianza en la guarda suya de mí.

Autobiografía, capítulo 1, 9.

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Qué consuelo siento cuando como hoy puedo decir: Mi elección está hecha de un modo irrevocable. Y demás quiero seguir a Jesús en la pobreza y humillaciones.

Apuntes de Ejercicios y Retiros 143

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome cada día su cruz y sígame.

(Lc 9,23)

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Dudo yo mucho haya nada que dé más consuelo que el que se recibe en salvar, no diré un alma sola, sino tantas… ¡qué buena son todas, en general! ¡Yo las amo mucho! Para ellas todo se me hace poco.

Carta del 11 de mayo de 1860A Manuel Dronda, Zaragoza.

No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos, y no he venido yo a llamar a los justos, sino a los pecadores.

(Lc 5,31-32)

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Bendito sea Dios mil veces, que después de tantos sacrificios hechos nos paga el mundo con calumnias, y hallamos la conciencia limpia y el corazón tranquilo.

Carta del 8 de septiembre de 1862A la Superiora de Barcelona.

Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí.

(Mt 5,11)

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El dejarse llevar sin rumbo por un Dios tan bueno como el mío es ir muy hallada y segura.

Carta del 30 de diciembre de 1862A la Hna. Caridad.

Tengo los ojos puestos en el

Señor… porque espero en ti.

(Sal 24,15a. 21b)

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Lo que yo más amo en el mundo es el Santísimo, mi pasión dominante, y hoy puedo decir es mi delirio, mi locura, pues por El lo sufro todo y con gozo grande de mi alma.

Autobiografía, capítulo XXIX, 6.

Yo soy el pan de vida; el que viene a mí, ya no tendrá más hambre, y el que cree mí, jamás tendrá sed. Porque ésta es la voluntad de mi padre, que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga la vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

(Jn 6,35.40)

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Amar a Dios con obras, a más de ser más amor de Dios, es más difícil que de sencillas palabras y ofertas. ¿Qué sería de nosotros si Dios se hubiera pasado la vida ofreciendo darla sin llenar jamás a la realidad?

Carta del 14 de septiembre de 1862

Hijos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad.

(1 Jn 3,18)

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La vida oculta de Jesucristo. ¡Qué contraste! ¡Qué modelo de humildad! ¡Qué paciencia!Y yo qué lejos estoy de imitarle.

Apuntes de Ejercicios y Retiros, 45.

Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.

(Mt 11,29)

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Debemos proporcionar un descanso a la naturaleza, y un solaz al ánimo, si se le ha de encontrar apto para el trabajo y la expansión que requieren las personas que han observado una vida libre en demasía, para que no echen de menos una parte de esa libertad, necesaria y recreativa, consoladora y eficaz para la vida.

Carta del 26 de septiembre de 1856A la Reina Isabel II.

Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; pero cuidado con tomar la libertad por pretexto para servir a la carne, antes de servíos unos a otros por la caridad.

(Gál 5,13).

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Sea yo fiel a Dios, que Él lo será conmigo de un modo que pasme.

Carta del 3 de febrero 1860A la Hna. Corazón de María.

Fiel es el que os llama, que también lo cumplirá.(1 Tes 5,24)

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De la oración sacaba fuerza y una gran confianza en Dios. Ya no dudar, sin está gran fe que Dios puso en mi corazón, yo no hubiera podido sufrir tantas contras y amenazas de todo género, y privaciones y apuros.

Autobiografía, capítulo XXIX, 4

El Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

(Sal 4,4).

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Como Dios tiene tanta misericordia conmigo, me da una paz admirable y convierte en dulce y suave lo que parece penoso.¡Bendito sea por todo mi amado Jesús!

Carta del 1 de septiembre de 1861A la Hna. Caridad.

Por nada os inquietéis… Y la paz de Dios, que sobrepuja a todo entendimiento, guarde vuestros corazones, y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

(Flp 4,6-7).

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El ser santa no me mueve a mí ni a sufrir ni a trabajar. Me mueve el deseo que tengo impreso en mi corazón de amar a Dios por haberse quedado con nosotros toda la vida en el sacramento.Esto me saca a mí de quicio o de juicio. Todas las glorias del mundo ni sus alabanzas no me mueven a mí para nada.El desagraviar al Señor, el salvar almas, el darle culto, esto si me duele y mueve a sacrificar mil vidas que tuviera.Lo que me han de dar a mí no me ocupa; darle yo cuanto pueda por mi parte, eso es mi anhelo en esta vida.

Apuntes de Ejercicios y Retiros, 151

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre Señor.

(Sal 115,3.8).

Porque Cristo, por su propia sangre, entró una vez para siempre en el santuario, realizada la redención eterna.

(Heb. 9,12).

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Dios quiere que le sirva como Él quiere ser servido. Y sí que lo haré, con su ayuda, pues quiero servirle, y como Él quiere, sin miedo ni temores. Qué he de hacer si tengo una fe tan grande que no confío más que en Él, y llena de penas, cruces; pero espero contra toda esperanza, porque esperar con visos de que pueda ser no tiene gracia.

Carta del 8 de noviembre de 1862 Al Obispo de Avila, Fernando Blanco.

Como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor Dios nuestros, esperando su misericordia.

(Sal 122,2).

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Perdoné sin violencia; antes el no perdonar sería para mí lo más difícil.

Autobiografía, capítulo XXXVIII, 1.

Si vosotros perdonáis a otros sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial.

(Mt 6,14).

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Soy como mi amado Señor, que va donde le llaman y buscan.

Carta del 3 de mayo de 1863A Enrique Ojero, Madrid.

Jesús recorría ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.

(Mt 9,35).

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No somos felices porque no queremos serlo, o mejor dicho, queremos serlo sin trabajo nuestro. El orgullo es que impide ser felices la más de las veces. Nos ofenden que nos humillen porque creemos valer algo. Si nosotros mismos nos vemos tal como somos, hallaremos que no nos debe ofender que nos desprecien. La memoria de mis defectos me humilla tanto, tanto, que no me ofenden ya las humillaciones, felizmente.

Carta del 11 de junio de 1848A Bernarda Rodríguez, Madrid.

El que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

(Lc 18,14).

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Temo más un pecado que miles de calumnias, por bien forjadas que estén. ¡Animo!¿Qué tememos si Dios está con nosotros?

Carta del 8 de septiembre de 1862A la Superiora de Barcelona.

Más prefiero caer inculpable en vuestras manos a pecar ante el Señor. Y Susana miraba al cielo, lleno su corazón de confianza en el Señor.

(Dan 13,23.35)

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Las durezas, injusticias, calumnias, insultos y desprecios me llevan a amar a Dios. Las penas, cruces y trabajos me hacen meterme en el sagrario y salgo a la fuerza de allí.

Carta del 25 de noviembre de 1860Al Obispo de Avila, Fernando Blanco.

Venid a Mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré.

(Mt 11,28).

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Tengo un verdadero placer cuando en algo de lo casual que hago o digo se trasluce anduvo el Señor en ello.

Carta del 23 de junio de 1860 Al Obispo de Avila, Fernando Blanco.

Ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Porque nosotros sólo somos cooperadores de Dios, y vosotros sois arada de Dios, edificación de Dios.

(1 Cor 3,7.9).

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El pecado es aborrecido aun por el mismo que lo comete. De aquí la caridad que debemos tener con estas jóvenes que tienen una joya de tanto valor como es su alma. Y es tanto más desgraciada que ella misma no conoce el valor tan grande de esta alma suya, por la que el Señor derramó toda su sangre. ¿Y dudaremos nosotras en arrastrar todos los trabajos del mundo por imitar en esto a Jesucristo? ¿Y se nos hará penoso y cuesta arriba dar la vida, crédito, fortuna y cuanto poseemos sobre la tierra por salvar una que tanto le costó al Señor, al Señor, toda su sangre sacratísima y divina?

Reglamento Interior, 112-113

Si uno tiene cien ovejas y se le extravía una, ¿no dejará en el monte las noventa y nueve e irá en busca de la extraviada? Y si logra hallarla, cierto que se alegrará por ella más que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.

(Mt 18,12-13).

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Mira, Señor, no he de temer contigo nada ni a nadie, y no he de amar más que a Ti solo.

Carta del 27 de agosto de 1860Al Obispo de Avila, Fernando Blanco.

No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la gehenna.

(Mt 10,28).

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Señor, enséñame a hacer tu voluntad. Este es mi constante deseo en este año pasado y en el presente.

Apuntes de Ejercicios y Retiros, 10

Hágase tu voluntad, como el cielo, así en la tierra.

(Mt 6,10).

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El vacío que hace no tener en la casa y cerca el Santísimo no se explica. Es preciso notarlo para experimentar lo que se siente.

Carta del 1 de mayo de 1860A la Hna. Caridad.

Mis delicias están con los hijos de los hombres.

(Prov. 8,31).

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Quiero que sean todas muy francas, muy sencillas, muy alegres y dulces, muy honestas y muy puras. La alegría que las deseos es fruto natural de la conciencia tranquila. Dios, que es la alegría por esencia, como divino sol que es, no se refleja en las conciencias turbadas por el remordimiento.

Carta del 24 de diciembre de 1864 A la Superiora de Barcelona.

Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo: alegraos. Vuestra amabilidad sea notoria a todos los hombres.El Señor está próximo. Y la paz de Dios, que sobrepuja a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

(Flp 4,4-5.7).

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Llevo siempre a Dios presente.Apuntes de Ejercicios y Retiros, 148.

Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi padre le amará y vendremos a él y en él haremos morada.

(Jn 14,23).

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A mis hijas del alma, las colegialas, que sin mentir les aseguro que las amo de un modo inexplicable, y que sin ellas no vivo; son ya una necesidad para mi corazón y si son buenas me harán llorar de gozo, pues nada deseo en el mundo más que el que sean buenas.

Carta del 5 de julio de 1860A la Hna. Caridad.

El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

(Lc 19,10).

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Al meditar sobre la pasión pocas lágrimas corrían de mis ojos, pero salían del alma.

Apuntes de Ejercicios y Retiros, 88.

Habéis sido rescatado de vuestro vano vivir, no con plata y oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha, ya conocido antes de la creación del mundo y manifestado al fin de los tiempos por amor vuestro.

(1 Pe 1,18-20).

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En la oración cojo vigor y como un santo coraje para resistir aún más.

Carta del 23 de julio de 1860Al obispo de Avila, Fernando Blanco.

Clamé al Señor en mi angustia, y El me oyó. Desde el seno del seol clamé, y tú escuchaste mi voz.

(Jon 2,3).

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Almas de poca fe, ¿qué temen? No deje usted a Dios, aunque le cueste, y Él saldrá con todo.

Carta del 2 de diciembre de 1856A la Superiora de Zaragoza.

Al instante, Jesús le tendió la mano, le agarró, diciéndole: Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?

(Mt 14,31).

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