Estrategias de Comunicación y Educación para el Desarrollo Sostenible
Estrategias de desarrollo sostenible
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que condicionan la consecución (o
el modo de consecución) de los res-
tantes objetivos.
Sin embargo, con frecuencia los
planes de sostenibilidad se añaden
como otro plan más que se yuxtapo-
ne a los existentes. La práctica de
muchos municipios avala esta sus-
picacia: se solapan Planes de Desa-
rrollo Rural, Agendas 21, Planes es-
tratégicos municipales o comarcales,
amén de planes de dinamización
sectorial (de turismo, de comercio,...),
incorporen o no el título de sosteni-
bles. Y lamentablemente, no está
claro que cuando las pautas o direc-
trices de estos planes se vuelcan en
instrumentos normativos (planes ge-
nerales, presupuestos...) la sosteni-
bilidad siga prevaleciendo (por ejem-
plo en relación con la ocupación del
suelo, la ubicación de las infraestruc-
turas, la movilidad...).
Explicitar lo sostenible
Para poder calibrar la sostenibilidad
de un plan o estrategia es preciso
que incorpore expresamente varios
componentes:
1- El primero, la identificación clara
de lo que se quiere que sea sosteni-
ble... Si nos situamos en el contexto
de una estrategia de desarrollo ten-
dremos que formularlo en términos
del número y calidad de los empleos,
el nivel de renta, o la calidad de
vida... En contextos más sectoriales
estaremos pensando en sistemas
Esta misma efervescencia del con-
cepto se empieza a ver en el ámbito
empresarial privado, donde, -más
allá de la eficiencia ecológica en la
utilización de los recursos y la apli-
cación de las tecnologías limpias-
se empieza a asimilar el concepto
de responsabilidad social de la
empresa y la elaboración de memo-
rias de sostenibilidad, que van bas-
tante más allá de los balances socia-
les de los años ochenta.
Estos procesos tiene un punto clave
de referencia en la celebración de la
Cumbre de la Tierra en Río de Janei-
ro en 1992, con el refrendo de Jo-
hannesburgo diez años más tarde.
El riesgo evidente de la populariza-
ción de un término es que se con-
vierta en un mero adjetivo carente
de sustancia, un término políticamen-
te imprescindible que en realidad no
añade ningún elemento diferencial
contrastable.
Un enfoque, no un plan más
Pero las estrategias sostenibles o
de sostenibilidad no son, aunque a
veces parezca lo contrario, una clase
adicional de estrategia o plan: la
sostenibilidad es una orientación
específica, una toma de conciencia
de unas limitaciones que se deben
tener en cuenta a la hora de plan-
tearse cualquier objetivo en cualquier
tipo de plan. O, si se prefiere formu-
larlo de una forma más positiva, la
sostenibilidad requiere la inclusión
de una serie de objetivos específicos
Participación social
Es difícil imaginar que no se generen
conflictos de intereses en este pro-
ceso. Después de todo, implica pre-
ferencias sociales y prioridades que
normalmente difieren entre grupos
sociales. Por tanto, un planteamiento
previsor y correcto tiene que tener
en cuenta cómo se van a resolver
los conflictos que pueden producirse.
La sostenibilidad introduce, por ello,
un cambio importante: la necesidad
de asegurar la implicación ciudada-
na, de lograr el compromiso indivi-
dual de los ciudadanos. En última
instancia, la sostenibilidad tiene que
ver con pautas de comportamiento,
modos de producción y de consumo,
estilos de vida. Y en nuestra socie-
dad, el consumidor es rey.
La implicación requiere participa-
ción. Hace falta por tanto avanzar
hacia nuevas fórmulas de gobierno
o de “gobernanza”, más participativas
y concertadas, tanto más cuanto que
con frecuencia están en juego deci-
siones continuadas (reciclaje, consu-
mo, movilidad) que dependen cada
día de los ciudadanos. En cierto mo-
do, la sostenibilidad lleva a un cambio
en el modelo de institucionalización
política de la democracia, con mayo-
res dosis de participación directa.
Dificultades innegables
Resulta chocante, sin embargo, con
qué frecuencia un plan o proyecto
puede ser defendido o criticado utili-
zando los mismos argumentos: para
unos es un dechado de sostenibli-
dad. Para otros, un atentado intole-
rable. Hacer explícitos los anteriores
cálculos ayudaría a centrar los tér-
minos de la discusión en posiciona-
mientos menos irreconciliables.
La dificultad para hacerlo viene con
frecuencia del grado de abstracción
de los objetivos perseguidos:
¿Cuáles son los determinantes de
la calidad de vida? ¿Qué es lo que
El concepto de sostenibilidad aplicado al desarrollo, se ha convertido a estas alturasen un lugar común, tanto cuando se habla deldiseño de políticas sectoriales como del esta-blecimiento de estrategias de desarrollo a nivelnacional o local. Las Agendas 21 proliferan enel ámbito municipal y los países formulan estra-tegias nacionales de desarrollo sostenible, conuno u otro nombre.
Estrategias de DesarrolloSostenible
sostenibles de transporte, en explo-
taciones forestales, agrícolas, ener-
géticas, industriales sostenibles etc.
2- Pero ¿cuándo y por qué esa
calidad de vida, ese sistema rural o
de transporte podrá considerarse
que es sostenible? Imposible saberlo
si no se hace explícitamente un
ejercicio específico de minimización
de consumos:
• de recursos naturales escasos (sue-
lo, energías fósiles, otros recursos
naturales normalmente no renovables
o renovables dentro de determinados
niveles o ritmos de consumo)
• de impactos negativos en el entorno
(biodiversidad, paisaje,...), genera-
ción de residuos (sólidos, aire, agua)
y riesgos para los seres vivos, con-
gestión en los desplazamientos y
accesos,...
Más allá del medio ambiente
Habitualmente se pone el énfasis en
la sostenibilidad ambiental y es
fácil pensar en estos términos cuan-
do se trata de decidir emplazamien-
tos para un determinado tipo de equi-
pamiento social o infraestructuras,
en la accesibilidad a los servicios, a
las industrias, a los puestos de tra-
bajo, en la ubicación de actividades
industriales o residenciales...
Pero el desarrollo sostenible a secas
tiene resonancias más amplias relacio-
nadas con la igualdad de oportunida-
des, la equidad, la reducción de la
pobreza, el acceso al empleo, la edu-
cación o la vivienda, la ausencia de
conflictos, la sostenibilidad demográfica
o la integración social (inmigrantes,
minorías étnicas o culturales...).
Por lo tanto, una estrategia o un plan
sostenible también debe evaluar ex-
plícitamente cómo contribuye a me-
jorar los objetivos sociales y eco-
nómicos, y cómo se distribuyen
entre los diversos grupos sociales
los costes y los beneficios que gene-
ra. Y debe hacerlo explícitamente.
Un proceso en auge
ex ante y ex post. Información perti-
nente, información contrastada. La
habitual discusión sobre la ubicación
de las incineradoras es un buen ex-
ponente de las problemas que sur-
gen y las tergiversaciones que se
provocan.
• Y en términos de diseño y gestión
hace falta coordinación institucional
(integración vertical y horizontal: la
sostenibilidad no es un ámbito sec-
torial sino holístico) y el seguimiento
y evaluación de los resultados.
Lo que aporta LKS
Por ello, la aproximación de LKS a
la formulación de las estrategias de
sostenibilidad incluye cuatro elemen-
tos fundamentales:
hace un territorio accesible? ¿Qué
supone ser un territorio de acogida?
A pesar de la abstracción de los
conceptos es preciso hacer explícita
una interpretación causal y sistémi-
ca: ¿Cuáles son los factores moto-
res? ¿Cuáles son sus impactos?
¿Sus interdependencias? ¿Los gru-
pos de interés y los conflictos?
• Una limitación para hacerlo es la
falta de visión integral y la carencia
de instrumentos que interrelacionen
los diversos componentes del siste-
ma. Se requiere modelización y
análisis: desarrollar una visión sis-
témica, causal, de las interrelaciones
y dependencias existentes...
• Hace falta igualmente un cúmulo
de información y de transparencia,
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Juan Luis Lloréns Urrutia
• La elaboración de indicadores para
el seguimiento específico, que se
traduce en un cuadro integral de
mando coherente con la modeliza-
ción e interpretación del sistema.
Referencias específicas
En 2004 LKS está trabajando en
varios frentes de la sostenibilidad.
Con el Consejo Económico y Social
Vasco, el reto de la sostenibilidad
para las políticas públicas. Con IHO-
BE, Informe 2004 de sostenibilidad
de la CAPV. Con los comités comar-
cales de Desarrollo rural de Cuenca,
Agendas 21. Un planteamiento es-
tratégico de desarrollo sostenible.
• El énfasis en la gestión de un pro-
ceso participativo, consensuado,
de fijación e interpretación de objeti-
vos, con una tratamiento explícito
del proceso de identificación y reso-
lución de conflictos.
• Un esfuerzo de modelización del
fenómeno socioeconómico en cues-
tión, de modo que se alcance una
visión causal del proceso. Para ello
se apoya en la utilización de meto-
dologías ad hoc basadas en la diná-
mica de sistemas.
• Un planteamiento riguroso del di-
seño y desarrollo organizacional pre-
ciso, con una metodología y software
específico para el despliegue de
objetivos y el seguimiento de la
ejecución de los planes.
FUERZAS MOTRICES RESPUESTAS
PRESIONES IMPACTOS
Modelo de desarrollo económicoEstructura y valores sociales
Emisión de contaminantesConsumo de RecursosGeneración de ResiduosUsos del SueloRiesgos Naturales y tecnológicosIntegracion/disparidad socialEmigracion, inmigracionMovilidad social y espacial
Programas y actuacionesNormativasIncentivosConcienciación social, valores, actitudesInformación, participaciónInnovación tecnológicaGestión ecoeficienteRegeneración de recursos
Cambio climáticoDeterioro de la salud humanaPérdidas en fauna y flora, suelo, paisajeDegradación del patrimonioAgotamiento de los recursos naturalesEstancamiento, diversificaciónConflicto, desintegración culturalConflictividad socialPérdida de valores, identidad
Temas Sostenibilidad: Económica, Social, Ambiental
MEDIOS
AtmósferaAguasSuelosNaturaleza
AREAS
UrbanasRuralesCosterasMontanas
SUBSISTEMAS
ProductivoSocialAmbiental
ESTADO
Nivel de calidad de vidaNivel y calidad de empleoDistribución de renta, riquezaEquilibrio regionalNivel cultural social