Estrategias de recuperación post

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Estrategias de Recuperación Post-Partido en Deportes de Equipo José C. Barbero Álvarez 1 , Germán Andrín 1 , Anita C. Sirotic 2 , Aaron J. Coutts 2 . 1 Departamento de Educación Física y Deportiva. Campus de Melilla. Universidad de Granada. España. 2 School of Leisure, Sport and Tourism. University of Technology, Sydney. Australia. Agrandar Letra | Achicar Letra | Restablecer RESUMEN La recuperación tras la competición es un aspecto de la preparación del atleta que debería recibir mayor atención por parte de los entrenadores y preparadores físicos. La competición en deportes de equipo exige que los atletas realicen esfuerzos de alta y máxima intensidad de forma intermitente sobre un periodo de tiempo que oscila entre 60 y 120 minutos. Este tipo de actividad implica un consumo energético importante y que los jugadores puedan fatigarse física, metabólica y mentalmente. Por ello, las estrategias de recuperación deben centrarse en invertir o minimizar estas fuentes de fatiga. Por medio de una cuidada planificación y mediante la aplicación apropiada de simples rutinas de recuperación, los jugadores pueden aumentar la tasa para regenerar y recuperar sus cuerpos y sus mentes. Una recuperación acelerada puede permitir un incremento del rendimiento durante las sesiones de entrenamiento y los partidos subsiguientes. Palabras Clave: fatiga, recuperación, carga, estrés físico y fisiológico, competición, deportes de equipo. INTRODUCCION La recuperación tras la competición es un aspecto de la preparación del atleta que debería recibir mayor atención por parte de los entrenadores y preparadores físicos. Esta demostrado que cuando somos capaces de incrementar la recuperación tras los entrenamientos de alta intensidad o la competición, los atletas pueden entrenar antes y con mejor calidad que cuando no se realiza ningún tratamiento de recuperación o las prácticas efectuadas son inadecuadas (Burke et al., 2004, Gill et al., 2006). En este artículo presentaremos algunas estrategias básicas que mejoran la tasa de recuperación post partido y que permiten un mejor entrenamiento y rendimiento durante la competición. ¿QUE NECESITA LA RECUPERACION? Para los deportistas, la recuperación puede definirse como la compensación de fatiga y/o disminución del rendimiento (p.e. una tendencia a la estabilidad en el organismo del atleta) (Kellmann, 2002). En deportes, de equipo, el principal objetivo de la recuperación después de la competición debe ser restaurar tanto el cuerpo como la mente a los niveles pre-competitivos en el menor tiempo posible. Durante la competición los atletas de deportes de equipo pueden fatigarse físicamente, metabólicamente y mentalmente. Las estrategias de recuperación deben centrarse en invertir o minimizar estas fuentes de fatiga.

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Estrategias de Recuperación Post-Partido en Deportes de

Equipo

José C. Barbero Álvarez1, Germán Andrín1, Anita C. Sirotic2, Aaron J. Coutts2.

1Departamento de Educación Física y Deportiva. Campus de Melilla. Universidad de Granada. España. 2School of Leisure, Sport and Tourism. University of Technology, Sydney. Australia.

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RESUMEN

La recuperación tras la competición es un aspecto de la preparación del atleta que debería recibir mayor atención por parte de los entrenadores y preparadores físicos. La competición en deportes de equipo exige que los atletas realicen esfuerzos de alta y máxima intensidad de forma intermitente sobre un periodo de tiempo que oscila entre 60 y 120 minutos. Este tipo de actividad implica un consumo energético importante y que los jugadores puedan fatigarse física, metabólica y mentalmente. Por ello, las estrategias de recuperación deben centrarse en invertir o minimizar estas fuentes de fatiga. Por medio de una cuidada planificación y mediante la aplicación apropiada de simples rutinas de recuperación, los jugadores pueden aumentar la tasa para regenerar y recuperar sus cuerpos y sus mentes. Una recuperación acelerada puede permitir un incremento del rendimiento durante las sesiones de entrenamiento y los partidos subsiguientes.

Palabras Clave: fatiga, recuperación, carga, estrés físico y fisiológico, competición,

deportes de equipo.

INTRODUCCION

La recuperación tras la competición es un aspecto de la preparación del atleta que debería recibir mayor atención por parte de los entrenadores y preparadores físicos. Esta demostrado que cuando somos capaces de incrementar la recuperación tras los entrenamientos de alta intensidad o la competición, los atletas pueden entrenar antes y con mejor calidad que cuando no se realiza ningún tratamiento de recuperación o las prácticas efectuadas son inadecuadas (Burke et al., 2004, Gill et al., 2006). En este artículo presentaremos algunas estrategias básicas que mejoran la tasa de recuperación post partido y que permiten un mejor entrenamiento y rendimiento durante la competición.

¿QUE NECESITA LA RECUPERACION?

Para los deportistas, la recuperación puede definirse como la compensación de fatiga y/o disminución del rendimiento (p.e. una tendencia a la estabilidad en el organismo del atleta) (Kellmann, 2002). En deportes, de equipo, el principal objetivo de la recuperación después de la competición debe ser restaurar tanto el cuerpo como la mente a los niveles pre-competitivos en el menor tiempo posible. Durante la competición los atletas de deportes de equipo pueden fatigarse físicamente, metabólicamente y mentalmente. Las estrategias de recuperación deben centrarse en invertir o minimizar estas fuentes de fatiga.

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Rehidratación

Para atletas que entrenan regularmente, cualquier pérdida de líquidos durante una sesión puede comprometer el rendimiento (p.e. calidad y/o cantidad de entrenamiento) en las sesiones sucesivas, si el reemplazo de fluidos no ha sido adecuado. Investigaciones en diversos deportes de equipo muestran que las pérdidas de fluidos durante el juego normalmente están entre 600-1400 mL•hr-1 (Broad et al., 1996) (Barbero et al., 2006). Estos valores son normalmente más altos cuando se juega en condiciones ambientales extremas (altas temperaturas y humedad). Por ello, una de las prioridades durante el proceso de recuperación debe ser restaurar por completo el equilibrio hídrico corporal en los jugadores después del ejercicio. Una rehidratación apropiada reemplazará el volumen de fluido perdido durante la competición y también los electrólitos (principalmente el sodio) perdidos a través del sudor.

El método más simple para lograr esto es pesar a los atletas (desnudos y secos) antes y después del partido. La pérdida en masa corporal durante un partido deberá ser reemplazada antes de la siguiente sesión de entrenamiento. Además de esta cantidad de líquido, debe consumirse fluido extra para que las pérdidas ocasionadas por la orina durante la “fase de rellenado” sean cubiertas. Shirreffs et al., (1996) sugieren una ingesta del 150% del peso corporal perdido para obtener una recuperación hídrica adecuada. Las bebidas isotónicas deportivas son idóneas para recuperar, sin embargo, ahora existen en el mercado bebidas energéticas que están específicamente formuladas para proporcionar hidratos de carbono y proteínas, aunque la inclusión de proteínas o aminoácidos en las bebidas deportivas es un tema controvertido. Se ha observado que la suplementación con bebidas a base de carbohidratos y proteínas incrementan el glucógeno muscular (Tarnopolsky et al., 1997). Se ha reportado que la ingesta de carbohidratos y proteínas incrementa los niveles de insulina y/o de la hormona de crecimiento a un mayor grado que la ingestión de carbohidratos por si sola (Chandler et al., 1994), (Zawadzki et al., 1992). Una solución oral de rehidratación conteniendo glucosa y glicina proveyó una absorción de fluidos más efectiva, que una solución conteniendo sólo glucosa o glicina (Nalin et al., 1970).Consecuentemente, la ingesta de carbohidratos y proteínas luego del ejercicio puede promover un perfil hormonal mas anabólico, la síntesis de glucógeno, y/o acelerar la recuperación luego del ejercicio intenso (Roy and Tarnopolsky, 1998) (Roy et al., 1997). Estas estrategias le darán al atleta una mayor tolerancia al entrenamiento y/o promoverán mayores adaptaciones al mismo, sin embargo la evidencia aun no es clara, ya que en otros estudios en los que se agregó glicina a una solución, o bien se redujo la tasa neta de absorción de Na+ y agua (Sandhu et al., 1989), o bien la absorción no fue tan eficiente como la glucosa sola (Patra et al., 1989).

Hidratos de carbono

En los deportes colectivos los jugadores (Roy and Tarnopolsky, 1998)pueden vaciar sus reservas energéticas durante la competición (Saltin, 1973). Diversos estudios han demostrado que durante un partido de fútbol, las reservas de glucógeno muscular (combustible primario que aporta energía para el tipo de actividad que requieren los deportes de equipo) normalmente se vacían, incluso hasta en un 75% tras la competición (Bangsbo, 2000). Si los hidratos de carbono son la fuente energética prioritaria durante los entrenamientos y la competición, es importante que estas pérdidas se reemplacen antes de la siguiente sesión o el próximo partido. Para intentar conseguirlo se han hecho las siguientes recomendaciones:

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Al finalizar el partido, los jugadores deben consumir, a la mayor brevedad posible, tanto hidratos de carbono como puedan o sean capaces de asimilar (p. e. 1.0-1.2 g•kg-1 PC•h-1).

Los atletas deben escoger entre formas líquidas o sólidas de hidratos de carbono, lo que les sea más agradable a su paladar.

Los almacenes de glucógeno muscular pueden replecionarse mediante una comida copiosa o a base de pequeños aperitivos (snacks).

Agregar alguna proteína junto con los carbohidratos para mejorar la resíntesis muscular de carbohidratos popst partido.

Hidratos de carbono de moderado a alto índice glicémico deberían ser consumidos durante los períodos de recuperación (p. e. pan blanco, frutas, pasas, refrescos o bebidas deportivas) (Burke et al., 2004).

Desde un punto de vista práctico, se recomienda que la ingesta de hidratos de carbono y el reemplazo de fluidos se produzca inmediatamente después del partido, al objeto de que la recuperación sea lo más adecuada y rápida posible. Se sabe que el ritmo de resíntesis es directamente proporcional a la cantidad de carbohidratos en la dieta durante las primeras 24 horas, particularmente en las 2 primeras horas post esfuerzo, en las que la velocidad de resíntesis de glucógeno es mayor, absorbiéndose la glucosa con gran facilidad y trasformándose en glucógeno rápidamente (Ivy et al., 1988). Este incremento de la permeabilidad a la glucosa tras el ejercicio es consecuencia de la activación de los transportadores de glucosa GLUT4 (Ivy and Kuo, 1998).

Por tanto, las dos horas siguientes al esfuerzo son el momento más óptimo para la reposición ya que durante este periodo las células son más eficaces en la asimilación y almacenamiento de los nutrientes (Coggan and Coyle, 1991). El postergar el consumo de carbohidratos varias horas disminuye la tasa a la cual el cuerpo es capaz de almacenar glucógeno y sólo se replecionarán los depósitos en un 50%. En definitiva, es de extraordinaria importancia para el deportista que haya un gran aporte de CH de fácil absorción en el post esfuerzo inmediato; con ello se acelera el proceso de regeneración del organismo y se crean unas buenas condiciones para el efecto de supercompensación, que aumentará el rendimiento

Asi mismo, se aconseja que los jugadores consuman comidas que proporcionen una combinación de hidratos de carbono, proteína, vitaminas y minerales. Por tanto, debe existir una cuidadosa organización de manera que la comida y la rehidratación sean parte integral de las estrategias de recuperación de un equipo después de los partidos y/o los entrenamientos.

Recuperación fisiológica

En los deportes de equipo, tras entrenamientos de alta intensidad o durante la competición, se producen altos niveles de daño muscular. Cuando las fibras musculares se dañan se vuelven débiles, dolorosas y rígidas. Este dolor, normalmente se denomina por sus siglas en inglés DOMS (Dolor muscular post esfuerzo de aparición tardía) (Drobnic, 1989). El DOMS normalmente aparece entre las 24-48 hrs tras finalizar el partido o ejercicio intenso, y puede permanecer hasta 7 días. En un intento por reducir o mitigar el DOMS, muchos equipos efectúan normalmente una sesión de recuperación activa post-partido. El verdadero valor de este tipo de sesiones todavía debe ser determinado científicamente, sin embargo, su popularidad y el uso continuo parece

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sugerir que los atletas y entrenadores consideran importante esta metodología en el proceso de recuperación. Las actividades más comunes para las sesiones de recuperación son nadar, andar y hacer ciclismo de baja intensidad. Bastante a menudo estas sesiones de recuperación se efectúan en una piscina o en la playa. Se cree que estas sesiones de 'recuperación activa' aumentan el proceso de eliminación de productos metabólicos como el lactato, iones hidrógeno y el potasio que se producen durante la competición en los deportes de equipo. Obviamente, si aceleramos la eliminación de estos metabolitos, se puede reducir el tiempo de recuperación de post-partido.

Calder (Calder, 2000) sugiere que la recuperación activa también proporciona un incremento en el suministro de sangre al músculo fatigado, además de ayudar en la recuperación neurológica (sistema nervioso). Uno de los posibles problemas cuando realizamos una sesión de recuperación activa, es el efecto psicológico que puede ejercer sobre el atleta el hecho de tener que ejercitarse después de una sesión de entrenamiento dura o un partido, pudiendo ser entendida, en ocasiones, como una actividad o tarea complementaría. Adicionalmente, este tipo de prácticas de recuperación también exigen el consumo de energía extra y por consiguiente, posiblemente podrían reducir más las reservas de hidratos de carbono en el músculo. De hecho, un estudio mostró que la recuperación activa puede retardar el reabastecimiento de glucógeno muscular después de actividad de intensidad alta (Choi et al., 1994). En nuestra opinión, todavía son necesarias futuras investigaciones que nos permitan arrojar algo de luz sobre este controvertido tema y determinar con claridad la eficacia de estos métodos de recuperación.

Una alternativa viable como actividad de recuperación en los deportes de equipo son las inmersiones con contraste (frío-calor), el tratamiento mediante frío y/o los masajes de agua (Cochrane, 2004). Las investigaciones sugieren que estos métodos pueden optimizar y mejorar la recuperación después del partido reduciendo las fases iniciales de posibles lesiones o microlesiones, además permiten estimular el flujo de sangre (tratamiento de calor) y también pueden reducir la hinchazón (tratamiento con frío). Aunque estas técnicas de recuperación no están totalmente comprobadas con investigaciones científicas, se piensa que el efecto alterno de tratamientos con frío y calor ayuda en la eliminación de metabolitos y reduce la inflamación e hinchazón por contusiones tan comunes después de los partidos. Del mismo modo, estas metodologías pueden provocar otros efectos como desacelerar el metabolismo y acelerar la reparación de fibras dañadas. Sin embargo, al margen de estos procesos y mecanismos de regeneración y/o recuperación, estos tratamientos provocan una sensación de bienestar y este beneficio puede ayudar en la recuperación psicológica de los jugadores después de una competición o entrenamiento intenso.

Recuperación social

La competición normalmente representa el fin de una semana de entrenamiento exhaustivo. En ocasiones, las actividades sociales, tanto en grupo como individualmente, pueden utilizarse para mudar la rutina y cambiar de aires a los jugadores. Sin embargo, los entrenadores a veces se olvidan de planificar la 'recuperación social'. Este tipo de recuperación se refiere a la calidad del tiempo utilizado fuera de la competición y los entrenamientos. Actividades sociales u otras actividades que a menudo no involucran el deporte (i.e. cine o películas, teatro, lectura, compartir con amigos, etc.) puede ser útiles para cambiar la cotidianeidad y elevar el humor y estado de ánimo de los jugadores

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(Calder, 2000). Un estudio reciente efectuado en la Universidad de Queensland Central examinó los cambios psicológicos producidos con niveles altos de fatiga (overreaching) en un equipo de rugby (Coutts, 2002). Los resultados obtenidos indicaron que al final de un período intenso de entrenamiento el rendimiento se redujo, y los jugadores también expresaron una disminución en la frecuencia con que realizaron actividades sociales de recuperación. Coutts et al. observaron resultados similares con triatletas sobreentrenados (Coutts et al., 2004). Estos datos sugieren que los entrenadores deben permitir este tipo de dinámicas y conceder a los jugadores el tiempo suficiente fuera del entrenamiento para que puedan efectuar actividades sociales. Estas actividades pueden ser empleadas como un medio más para facilitar la recuperación y por consiguiente, mejorar el rendimiento durante los entrenamientos siguientes y en el partido.

Rutina sugerida

A continuación, se detallan algunas de las posibles estrategias que pueden ser completadas por un equipo de cualquier categoría, al objeto de acelerar u optimizar los procesos de recuperación en los jugadores.

Las rutinas están estructuradas para que el organismo pueda ser rehidratado, las reservas de energía puedan ser reabastecidas y conseguir una tasa adecuada de regeneración muscular.

Estrategias de recuperación post partido

1. Inmediatamente después de entrar en los vestuarios, comenzar ingiriendo bebidas isotónicas deportivas frescas con hidratos de carbono. Tarea que debe continuar a lo largo de la sesión de la recuperación.

2. Tener preparados y disponibles para el consumo snacks o aperitivos con hidratos de carbono-proteína (por ejemplo: barritas energéticas, batidos, ensaladas y sándwich de carne)

3. Rutina de 5 minutos de actividad mediante marcha, trote y estiramientos, tan pronto como los jugadores regresen de los vestuarios.

4. Circuito de Recuperación de 15 minutos alternando entre método de CONTRASTE y trabajo ACTIVO:

CONTRASTE: Ducha caliente (37-43oC) / baño de hielo (12-15oC) o Los contrastes frío-calor deben completarse a una proporción de 1:3

(Frío:Calor) ACTIVO: bicicleta/andar/estiramientos a intensidad baja. Los grupos rotan después de ~6 min. Todos los jugadores terminan con un baño de hielo (12-15oC) de 2 min.

5. Hacer que los jugadores traigan su comida para después del partido y alentar para que la consuman antes de marcharse.

6. Asegurarse que la comida post partido consiste en hidratos de carbono con un alto índice glucémico.

7. La comida principal post-partido (por ejemplo, 2-3 horas después del encuentro) debe estar compuesta por carbohidratos con alto índice glucémico, principalmente arroz, pasta, y/o el pan blanco con proteínas (carne, pollo, etc.).

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8. Tener en cuenta que algunos atletas tienen cierta dificultad para comer después del partido. En estos casos puede ser efectivo reemplazar la comida por algún batido o una bebida con complemento alimenticio (p.e. Sustagen o Proteina Plus).

CONCLUSIONES

La competición en los deportes de equipo normalmente implica que los jugadores terminen con sus reservas de hidratos de carbono vacías, deshidratados, con un incremento en los niveles de dolor muscular y sintiéndose fatigados psicológicamente. Por medio de una cuidada planificación y mediante la aplicación apropiada de una simple rutina de recuperación, los jugadores pueden aumentar la tasa de regeneración y recuperación de sus cuerpos y sus mentes. Una recuperación acelerada puede permitir un incremento del rendimiento durante las sesiones de entrenamiento y los partidos subsiguientes

http://www.sobreentrenamiento.com/PubliCE/Articulo.asp?ida=909

Comportamiento de la Longitud y la Frecuencia de Paso en un Esprint Realizado por Futbolistas de Diferentes Niveles Competitivos

Juan J. Gregorat1, Gustavo D. Zubeldía2.

1Instituto Superior de Educación Física de Catamarca, Argentina. 2Club Atlético Lanús. Futbol Juvenil.

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RESUMEN

Uno de los gestos motrices más relevantes en el fútbol es el esprint, el cual se vincula con acciones claves del juego. El presente estudio indagó sobre las características cinemáticas del esprint en futbolistas adultos de diferentes niveles competitivos, en vistas a esclarecer como estos patrones de movimiento pueden incidir en un gesto motriz tan importante en la mayoría de los deportes, especialmente en el fútbol. La muestra estuvo constituida por 69 futbolistas de dos niveles competitivos: elite (n = 21) y no elite (n = 48). Se aplicó una prueba de 15 metros como indicador del rendimiento en el esprint (15M), utilizando un equipo de fotocélulas (WinLaborat Evaluación). Como variables cinemáticas se recolectó la longitud de paso promedio (LPP), la longitud de paso relativa a la talla (LPR) y la frecuencia de pasos (FP), utilizando una cámara digital Kodak. El análisis estadístico a través de ANOVA a un vía arrojó diferencias significativas entre los grupos elite y no eltite en 15M (elite 2,4 ± 0,10 segundos; no elite 2,56 segundos ± 0,08; p<0,05) y en FP (elite 4,7 Herz ± 0,39; no elite 4,43 Herz ± 0,25; p<0,05). No se hallaron diferencias significativas en las variables LPP y LPR. En el grupo no elite las variables LPP y LPR se correlacionan con 15M, con coeficientes de Pearson de -0.51 (p < 0.01) y -0.44 (p < 0.05), respectivamente. Por su parte, en el grupo elite se halló un coeficiente de -0,42 entre 15M con FP. Se concluye que la variable cinemática que explica la diferencia en 15M entre elite y no elite fue FP. Por su parte, LPP tiene mayor influencia que FP dentro de la muestra no elite, sucediendo lo contrario en el grupo elite. De este modo la relación entre las variables cinemáticas y 15M se mostró dependiente del nivel competitivo de los deportistas, como así también del nivel de rendimiento en la capacidad

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de aceleración. Métodos de entrenamiento para aumentar la frecuencia de pasos a costa de un menor tiempo de contacto son recomendables en vistas a mejorar la aceleración en futbolistas.

Palabras Clave: fotocélulas, esprints, frecuencia de pasos.

INTRODUCCION

Uno de los gestos motrices más relevantes en el fútbol es el esprint, el cual puede definirse como la realización de una carrera intentando alcanzar la máxima velocidad posible. El volumen total de esprints realizados en un partido de fútbol puede llegar a ser un 4% de la distancia total cubierta en un partido (Drust, Reilly, Rienzi, 1998). Si bien el porcentaje de la distancia recorrida a ritmo de esprints es inferior a otras actividades que realiza el futbolista en el partido (por ej: caminata, trote suave, etc), la importancia del esprints radica en que su ejecución se relaciona con situaciones claves y directas del juego, como ser llegar a un balón o a una posición territorial antes que un contrario, liberarse de una marca o eludir a un contrario.

Varios estudios han focalizado su interés en analizar distintas cualidades físicas en futbolistas de diferente nivel. Particularmente en lo que respecta a la capacidad de aceleración o esprint, se ha encontrado un mejor rendimiento en futbolistas a medida que el nivel de competición es más elevado, lo que habla a las claras de la importancia de esta capacidad en este deporte (Reilly et al., 2000; Cometti et al., 2001, Juarez Santos García et al., 2008; Stolen et al., 2005). La actividad de esprints en el fútbol es caracterizada por ser de corta distancia, habiéndose reportado que la distancia de la mayoría de los esprints no es superior a los 30 metros (96%), e incluso aproximadamente la mitad de los mismos no supera la distancia de 10 metros. En base a ello se ha sugerido que en los procesos de selección y entrenamiento del futbolista tenga un mayor peso el rendimiento en esprints cortos, por ejemplo en 10 metros, que los esprints de mayor distancia como ser de 30 metros o más (Stolen et al., 2005; Gregorat, 2008).

Si analizamos el esprint desde la biomecánica (o cinemática), podremos decir que el resultado del mismo en una distancia dada estará determinado por la combinación de dos parámetros cinemáticos: la longitud y la frecuencia de pasos. Si bien actualmente es discutido cuál de los dos parámetros posee mayor importancia, tanto una mayor longitud como una mayor frecuencia de pasos contribuirán a un mejor rendimiento en el esprint (Grosser, 1992). Por ello, existirán deportistas veloces que se caractericen por poseer una gran frecuencia de pasos y otros por una gran longitud de los mismos. Con respecto a estudios que analizaron esta temática, Murphy et al., (2003) encontraron diferencias significativas en la frecuencia de pasos en los tres primeros apoyos en un esprint entre deportistas con alto nivel de aceleración comparando con deportistas de bajo nivel de aceleración, estando explicada esta diferencia por una fase de tiempo de contacto menor en los deportistas más rápidos. Asimismo Korhonen et al., (2003) reportaron en velocistas correlaciones significativas entre el resultado en los primeros 10 metros del esprint y la frecuencia de pasos pero no con la longitud de paso. Sin embargo es la longitud de paso el parámetro más sensible a la hora de explicar la mejora del esprint a través del entrenamiento en principiantes (García Manso, 1998), como así también el responsable de la diferencia de velocidad entre varones y mujeres (Cristea et al., 2008). También es la longitud de paso el parámetro que se deteriora con el avance de los años en deportistas de la tercera edad, asociándose a la pérdida de velocidad (Korhonen et al.,

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2003; Hamilton, 1993), como así también la variable que principalmente explica la mejora de la velocidad durante los años de crecimiento (García Manso, 1998). Asimismo, otros estudios resaltan la combinación de la fase de tiempo de contacto con la longitud de paso como el factor determinante en el rendimiento del esprint en deportistas y sujetos en general (Weyand et al., 1999; Bushnell& Hunter, 2007). De este modo, la importancia de uno u otro parámetro cinemático en el rendimiento en el esprint sigue siendo controvertida, y parece depender de los grupos de deportistas en cuestión.

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, a través del presente estudio proponemos indagar sobre cómo puede influir la longitud de paso y la frecuencia de pasos en el rendimiento del esprint de corta distancia realizado por futbolistas de diferentes niveles competitivos. Con ello, se busca aportar conocimiento que ayude a aclarar el papel de estos parámetros cinemáticos en un gesto motriz tan elemental en la mayoría de los deportes, pero particularmente en el fútbol, como lo es el esprint.

METODOS

Muestra

La muestra fue de tipo voluntaria y estuvo comprendida por futbolistas adultos de diferentes niveles de competición. Los futbolistas eran pertenecientes al Club Atlético Lanús (Provincia de Buenos Aires, Argentina) y a diferentes clubes participantes de los torneos organizados por la Liga Catamarqueña de Fútbol (Provincia de Catamarca, Argentina). Considerando la diferencia en los niveles competitivos de dichos torneos se clasificó la muestra en dos grupos: futbolistas elite y futbolistas no elite, siendo los primeros competidores de torneos organizados por A.F.A a un nivel de nacional, y los segundos correspondientes a torneos organizados por ligas locales, por tanto tomando participación solamente en competencias locales. La muestra total fue de 69 futbolistas, repartidos entre 21 futbolistas elite y 48 futbolistas no elite.

Variables Antropométricas y Funcionales

Se recolectó la talla de pie como variable antropométrica. La misma fue definida como la longitud entre el suelo y el vértex (punto más alto de la cavidad cefálica), mientras el sujeto permanece en posición de pie y en un plano Frankfort (órbita inferior ocular alineada con el trago de la oreja). La medición de la talla de pie fue llevada a cabo inmediatamente antes de las pruebas del presente estudio. Teniendo en cuenta la natural correlación entre talla de pie y longitud de piernas (Norton & Olds, 2000) y esta última con la longitud de paso empleada en el sprint (Grosser, 1992), el objetivo de la medición de la talla de pie en el presente estudio estuvo relacionado a la corrección de la longitud de paso por la longitud de piernas del sujeto.

Posteriormente a la medición de la talla de pie se realizó una entrada en calor convencional, de aproximadamente 15 minutos de duración. Los ejercicios de entrada en calor consistieron en: carrera suave, estiramientos estáticos y dinámicos, carrera progresiva a velocidad creciente, esprints de 10 a 15 metros de distancia. Luego se tomo el tiempo en una prueba de 15 metros desde una posición detenida con una pie adelantado y lo más cercano posible a la línea de partida. La rodilla del pie adelantado se posicionó en semiflexión y el tronco inclinado hacia adelante para favorecer el impulso inicial.A una orden sonora el sujeto comenzó la prueba con la consigna de recorrer los 15

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metros en el menor tiempo posible.Fueron realizados dos intentos separados con una pausa de entre tres a cuatro minutos entre cada uno de ellos. El mejor de los dos intentos fue tomado como representativo del rendimiento en el esprint de 15 metros.

Variables Cinemáticas

Numero de pasos: representó el número total de los pasos utilizados hasta sobrepasar la distancia de los 15 metros.

Longitud de pasos promedio: se dividió la distancia de la prueba (15 metros) en el número de pasos empleados para llevar a cabo dicha prueba para obtener la longitud promedio de paso.

Longitud de pasos relativa: para determinar esta variable se expresó el valor de la

longitud de paso promedio en valores porcentuales a la talla de pie de cada futbolista.

Frecuencia de pasos: esta variable se calculó como el resultado de la división entre el número de pasos empleados y el tiempo empleado en la prueba.

Instrumentación

Un estadiómetro Stanley fue utilizado para la recolección de la talla de pie, siendo su lectura de resolución de 1 milímetro. Se utilizó un sistema de fotocélulas (WinLaborat Evaluación, Argentina) para determinar el rendimiento en el esprint. Dicho sistema posee una resolución temporal de 1 milisegundo. El primer haz infrarrojo del sistema de fotocélulas fue ubicado a 40 cm detrás de la línea de partida, y a una altura tal que coincida con la cara lateral de la cadera del sujeto. Una vez que el sujeto se pone en movimiento y sale del haz, el cronómetro del sistema comienza el conteo. El segundo haz se ubico en la línea de 15 metros y a una altura lo más cercana posible a la cadera del sujeto, cuando este está de pie. De este modo se evita el posible corte del haz con una mano en la fase más avanzada del braceo durante la carrera, o bien el corte con una rodilla en la fase más avanzada del recobro del miembro inferior, momento previo al apoyo del pie en el suelo.

Una cámara digital Kodak se utilizó para realizar una grabación durante la prueba de esprint de 15 metros. Posteriormente, el video fue analizado con un software (Kodak Easy Share) para determinar el número de pasos en la prueba de 15 metros. Cada paso fue determinado por los sucesivos y alternados apoyos de los pies en el suelo al realizar el sprint, de modo que cada apoyo contabilizó un paso, incluido el último apoyo necesario para sobrepasar la línea de los 15 metros. En dicho cálculo se usó una frecuencia de intervalos de 50 fotografías por segundo.

Análisis Estadístico

Para comparar diferencias en las distintas variables entre los grupos de futbolistas clasificados en función al nivel competitivo (análisis intergrupal), se utilizó la comparación de medias a través de Anova a una vía (Post Hoc Tukey).Para analizar la incidencia de las variables cinemáticas sobre el rendimiento en el esprint dentro de las distintas muestras (análisis intra-grupal) se utilizó el coeficiente r de Pearson.

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RESULTADOS

En la Tabla 1 se muestran los valores promedios y correspondientes desviaciones estándares de las diferentes variables cinemáticas y para las variables antropométricas y funcionales del presente estudio, tanto para futbolistas de nivel elite como para futbolistas de nivel no elite. En la misma tabla también se muestran las diferencias en los valores entre las muestras. Se aprecia un valor mayor para la talla de pie en la muestra de futbolistas elite. Así también, el tiempo en la prueba de 15 metros y la frecuencia de pasos son menores y mayores respectivamente, en los futbolistas elite comparando con sus pares no elite. Con respecto a la longitud de paso promedio y la longitud de paso relativa a la talla, estas no arrojaron diferencias significativas entre las muestras del estudio.

Tabla 1. Valores promedios y desvíos estándares en variables cinemáticas, funcionales y antropométricas en futbolistas elite y futbolistas no elite. (*) Estadísticamente diferente a

un nivel p<0,05

En la Tabla 2 se aprecian los valores para los coeficientes de correlación intra-grupales entre el resultado de la prueba de 15 metros y las variables cinemáticas, tanto en la muestra de futbolistas elite como en la muestra de futbolistas no elite. Se puede observar coeficientes de correlación significativos en la longitud de paso promedio y en la longitud de paso relativo a la talla en futbolistas del grupo no elite. En tanto en futbolistas elite se encuentra una correlación significativa en la variable frecuencia de pasos.

Tabla 2. Coeficientes de correlación de Pearson en variables cinemáticas en futbolistas de diferentes niveles competitivos. (*) Coeficientes significativos a un nivel p<0,05. (**)

Coeficientes significativos a un nivel p<0,01.

DISCUSION

El presente estudio analizó el rendimiento en una prueba de 15 metros y el comportamiento de parámetros cinemáticos en dicha prueba realizada por futbolistas de diferentes niveles competitivos. La distancia de la prueba fue seleccionada en base al criterio de ser una longitud cercana a la distancia promedio de esprints realizados futbolistas durante el juego. Al respecto, Di Salvo (2007) reportó distancias de esprints de entre 11metros a 22 metros en futbolistas de campo, considerando a dicho esprint como una velocidad de carrera superior a los 23 km/h.

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Como era lógico de suponer, el rendimiento en una prueba de esprint de 15 metros fue mejor en futbolistas elite comparando con futbolistas no elite (ver Tabla 1). Varios estudios han hallado diferencias en la capacidad de aceleración entre futbolistas de distintos niveles competitivos, siendo en la mayoría de los casos favorables a los futbolistas de mayor nivel competitivo (Reilly et al., 2000; Cometti et al., 2001; Juarez Santos García et al., 2008; Stolenet al., 2005). Por tanto, los resultados encontrados en la presente investigación están en línea con aquellos encontrados en la literatura. Como fue mencionado anteriormente, una mayor capacidad para acelerar en la carrera favorece a un futbolista en acciones elementales del juego tales como llegar a un balón antes que un contrario, liberarse de una marca, regatear a un defensor, etc.

Los comportamientos de las variables cinemáticas (longitud de paso y frecuencia de paso) también se mostraron diferentes en función al nivel competitivo de los deportistas. En primer lugar, es la frecuencia de paso y no la longitud de paso la variable que diferencia a futbolistas elite de futbolistas no elite. Por tanto, parece que la frecuencia de paso ejerce un mayor peso que la longitud de paso a la hora de diferenciar el rendimiento del esprint en 15 metros entre futbolistas adultos de diferentes niveles competitivos. Estos resultados coinciden con los hallados en otras investigaciones (Murphy et al., 2003; Korhonen et al., 2003 Plamondon& Roy, 1984; Weyand et al., 2000). No obstante dichos estudios concluyeron que es el tiempo de contacto y no el tiempo de vuelo, ambos componentes de la frecuencia de paso, el parámetro cinemático que explica el mejor rendimiento en el esprint. En el presente trabajo no se pudo constatar esta observación a través de las mediciones pero si podemos intuir que las diferencias en el rendimiento del esprint entre futbolistas adultos elite y no elite se deben a un menor tiempo de contacto y no a un menor tiempo de vuelo. Esto podemos respaldarlo desde el comportamiento del cuerpo como un proyectil en la fase de vuelo, ya que un menor tiempo de vuelo implicaría una longitud de paso menor, algo que no se observó en los resultados encontrados en este estudio.

En el análisis intra-grupal se puede apreciar que la frecuencia de paso ejerce un rol importante a la hora de explicar el rendimiento en el grupo de futbolistas adultos elite, pero no así en el grupo de futbolistas no elite, en donde la longitud de paso es la variable que muestra correlación con el rendimiento en la prueba de 15 metros (tabla 2). Estos hallazgos están en línea con la relación controvertida que emerge de los estudios que han indagado sobre esta temática, ya que en algunos casos se ha observado una mayor incidencia de la frecuencia de pasos sobre el rendimiento en esprint, pero en otros tantos ocurre lo propio con la longitud de paso (Murphy et al.,2003; Korhonenet al.,2003; García Manso, 1998; Cristea et al.,2008; Hamilton, 1993). Particularmente, estos resultados coinciden con lo mencionado por Garcia Manso (1998) con respecto a que la longitud de paso juega un rol más relevante que la frecuencia de pasos en deportistas novatos que inician un plan de entrenamiento para mejorar su capacidad de aceleración. Esto quiere decir que la incidencia de la frecuencia de pasos y la longitud de paso en el resultado del esprint puede ser dependiente de la muestra en cuestión, y al menos en este estudio se observó, aunque no de manera determinante, un mayor peso de la frecuencia de pasos en los deportistas más especializados (futbolistas elite) y un mayor peso de la longitud de pasos en los deportistas menos especializados (futbolistas no elite).

Además, este estudio analizó la longitud de paso relativa a la talla de los deportistas. El propósito de esta variable era analizar la longitud de paso usada en el esprint independientemente de la talla del sujeto, ya que un sujeto de mayor talla y por ende de piernas más largas puede o tiende a utilizar pasos más largos que sujetos de menor talla

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y por lo tanto de piernas más cortas. Los resultados indican que la longitud de paso relativa a la talla sostiene la relación con el rendimiento del esprint en futbolistas no elite, pero no en futbolistas elite. Esta observación confirma la falta de peso de la longitud de paso en futbolistas elite con el resultado en la prueba de esprint de 15 metros, e induce a pensar en lo inverso para futbolistas no elite.

En conclusión, la frecuencia de paso contribuye en mayor medida que la longitud de paso en la diferenciación del rendimiento en una prueba de esprint de 15 metros entre futbolistas adultos de diferente nivel competitivo. De este modo, métodos de entrenamiento que estimulen la capacidad de mejorar la frecuencia de pasos a costa de un menor tiempo de contacto, como ser los ejercicios pliométricos (Verhoshansky & Siff, 2000), serían recomendables para incrementar la capacidad de aceleración en futbolistas. Por otro lado, la incidencia de los parámetros cinemáticos en una prueba de esprint de 15 metros en futbolistas fue dependiente del nivel competitivo y del nivel de rendimiento en dicha prueba. Esto último habla de que en futbolistas no elite la longitud de paso puede ejercer un rol más relevante que en futbolistas de niveles competitivos mayores, en donde la frecuencia de pasos se vincula más al rendimiento de la aceleración de carrera.

Lineamientos futuros podrían orientarse a replicar el estudio en una muestra de mayor número de sujetos, sobre todo en el caso de futbolistas elite. En vistas a mejorar la precisión de las variables del estudio y teniendo en cuenta la incidencia de la longitud de piernas sobre la longitud de pasos en la realización de un sprint, podría corregirse en estudios futuros la longitud de paso por la longitud de piernas de los sujetos en lugar de la talla de pie, ya que si bien existe una alta correlación entre talla de pie y longitud de piernas (Norton & Olds 2000), no necesariamente dos sujetos de una misma talla tendrán iguales longitudes de piernas. Asimismo, se podría también analizar el comportamiento de la frecuencia de paso y la longitud de paso en mayores distancias, ya que un futbolista también realiza durante el juego esprints mayores a los 15 metros.

Agradecimientos

Los autores agradecen la participación voluntaria de los futbolistas como así también a los entrenadores, que cedieron parte de su tiempo en la sesión de entrenamiento para que las pruebas del estudio puedan llevarse a cabo. Este estudio fue realizado con el aporte económico del Departamento de Investigación del Instituto Superior de Educación FísConsistencia en los Patrones de Aceleración de Jugadores de Fútbol con Diferentes Niveles de Habilidad

Pinar Arpiñar-Avsar1, Abdullah Ruhi Soylu2.

1Ege University, School of Physical Education and Sport, Izmir, Turkey. 2Hacettepe University, School of Medicine, Department of Biophysics, Ankara, Turkey.

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RESUMEN

Los objetivos del presente estudio fueron comparar la consistencia en los patrones de aceleración de la extremidad inferior durante golpeos de balón realizados con la parte interna del pie y con el empeine en jugadores con diferentes niveles de habilidad, e

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investigar la correlación entre los resultados de valores subjetivos para el nivel de habilidad en relación con su rendimiento en la patada y la repetibilidad de la aceleración de la rodilla. Trece hombres jugadores de fútbol de nivel local de entre 15-16 años participaron de este estudio. El nivel de habilidad de cada jugador se cuantificó con anterioridad evaluando el rendimiento durante golpeos de pie y asignando a esto un valor numérico en el rango de 1 a 10. Las evaluaciones adicionales se llevaron a cabo recolectando los datos de aceleración tri-axial registrados en la tuberosidad tibial próxima debajo de cada rótula de los jugadores, en un procedimiento en el que se les pidió a los jugadores que completaran cuatro intentos de lanzamiento en orden aleatorio con golpeos del balón realizados con la parte interna del pie y con el empeine, y con intervalos de recuperación de 2 minutos. De esta manera, los datos utilizados en los cálculos de consistencia estuvieron en la forma matrices de 4 por 1200 matrices (aceleración vs tiempo) por sujeto. A fin de evaluar la consistencia de los datos de la aceleración, se calculó la media de las desviaciones estándar (mDE), y se incorporaron los coeficientes de correlación de Pearson r para obtener las correlaciones de la mDE en relación con la habilidad. Como resultado, se halló que la repetibilidad aumenta con el nivel de habilidad en la aceleración del eje z sólo para los golpeos del balón realizados con el empeine. Sin embargo, es posible hallar la orientación más apropiada (para los dos tipos de golpeos) para obtener correlaciones significativas utilizando rotaciones del vector con los datos de la aceleración en los 3 ejes ortogonales, y este estudio muestra que, luego de dichas rotaciones adecuadas del vector, también se podrían obtener resultados positivos de repetibilidad para los golpeos realizados con la parte interior del pie.

Palabras Clave: acelerometría, fútbol, repetibilidad, nivel de habilidad.

INTRODUCCION

Se pueden utilizar de manera efectiva procedimientos bi o tridimensionales diseñados para comparar el movimiento angular para diferenciar las dinámicas de movimiento para varios tipos de patadas de fútbol. La investigación se ha llevado a cabo empleando en cierta medida el análisis cinemático, a fin de estudiar los movimientos multiarticulares durante la realización de golpeos de balón realizados con la parte interior y el empeine del pie (Asami y Nolte, 1983; Levanon y Dapena, 1998; Nunome et al., 2002; Luhtanen, 1988; Putnam, 1991). Un punto en común de estos estudios es que no abordan la importante cuestión de la repetibilidad.

La metodología del análisis de movimiento en base a la acelerómetría tiene algunas ventajas importantes en comparación con las alternativas que se basan en el análisis de video tridimensional, y luego requieren la co-medición de varios puntos anatómicos de referencia del cuerpo. La utilización de acelerómetros hace posible las mediciones directas de la aceleración axial/segmental, que de otro modo sólo podrían calcularse mediante la computación de la segunda derivada de los datos de posición (Bisseling y Hof, 2006). Además son medianamente portátiles y fáciles de utilizar en el campo, en comparación con los sistemas de video (Kavanagh, 2006).

Entre los estudios previos que hacen uso de acelerómetros para el análisis del movimiento, la determinación de las variables de movimiento espacio-temporal (Kavanagh, 2006; Mansfield y Lyons, 2003; Moe-Nilssen y Helbostad, 2004; Zijlstra y Hof, 2003), la estimación de los patrones de carga en la articulación de la cadera (van den Bogert et al., 1996; Zijlstra y Bisseling, 2004) y la evaluación del equilibrio y la estabilidad

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durante la locomoción (Menz et al., 2003; Moe-Nilssen, 1998) han sido los temas de investigación más importantes. Recientemente, parece haberse revelado un alto grado de repetibilidad de forma de onda (Kavanagh et al., 2006) en el marco de centrarse en la confiabilidad de la aceleración segmental medida durante los ciclos de movimiento.

Se sabe que, en el fútbol, los golpeos realizados con el empeine se utilizan cuando el jugador necesita generar una velocidad más rápida del balón, no obstante, se considera que los golpeos del balón realizados con la parte interior del pie, es la técnica que se utiliza con más frecuencia cuando es necesario realizar un pase o un lanzamiento más corto y preciso (Nunome, 2002; Lees, 1996). Por lo tanto, se puede plantear la hipótesis de que la patada interior podría ser superior en términos de consistencia, realizada de manera reiterada por el mismo jugador. Otras inquietudes son: (i) Si un jugador de fútbol experto utiliza una estrategia en particular para producir su mejor patada, ¿se puede cuantificar con un método apropiado?, y (ii) ¿el nivel de habilidad de un jugador afecta la consistencia entre los golpeos cuando se emplea la misma estrategia de manera reiterada? Suponiendo que el patrón de aceleración asociado guarda una buena relación con esa estrategia, conocer las respuestas a estas preguntas puede proporcionar importante información útil sobre la evaluación de las técnicas de patada, la evaluación del progreso de los jugadores, y posiblemente la selección objetiva de jugadores talentosos no sólo en el laboratorio sino también en el campo.

Por lo tanto, los objetivos del presente estudio fueron dos; (a) comparar la consistencia en los patrones de aceleración de la extremidad inferior durante golpeos del balón realizados con la parte interior y con el empeine del pie llevados a cabo por jugadores con diferentes niveles de habilidad, e (b) investigar la correlación entre los valores de habilidad de los sujetos en relación con su rendimiento en los golpeos, y la repetibilidad del perfil de aceleración de la rodilla, a fin de brindar una base apropiada para nuevos métodos que apunten a registrar y analizar de manera óptima condiciones similares.

METODOS

Participantes

Trece jugadores varones de fútbol, de nivel local y de entre 15-16 años de edad (edad promedio: 15.28 ± 0.46 años; altura promedio: 1.76 ± 0.07 m; peso promedio: 64.00 ± 5.17 kg) participaron de este estudio. Un entrenador evaluó los niveles de habilidad de los jugadores con un valor numérico que varió de 1 a 10, en relación con la efectividad del rendimiento del lanzamiento durante las pruebas. El estudio se llevó a cabo según las directrices y políticas del Comité de Ética de la Universidad Técnica del Medio Oriente.

Recopilación de Datos y Preparativos

A los jugadores se les pidió que realizaran golpeos con el interior del pie y con el empeine con tanta potencia como les fuera posible, utilizando su pierna preferida, hacia el centro del objetivo, que estaba ubicado a 11 metros delante de ellos. Después de la entrada en calor y algunas lanzamientos previos de prueba, los participantes completaron cuatro intentos que consistieron de ambos tipos de patada en orden aleatorio, con intervalos de descanso de 2 minutos entre cada prueba. Se calculó el resultado promedio de los intentos para cada participante para los golpeos realizados con el interior del pie y con el empeine a fin de utilizarlo en el análisis estadístico. En todos los intentos se utilizó un

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balón de fútbol estándar (FIFA). Se ajustó un acelerómetro triaxial (TSD109C, rango ± 5 g, Biopac, USA) a la tuberosidad tibial próxima debajo de la rótula de las rodillas de los sujetos, donde corresponden los ejes x, y, z, respectivamente en dirección lateral (de derecha a izquierda), horizontal (de atrás hacia adelante) y vertical (de arriba hacia abajo) de la tibia de los sujetos (Figura 1). Se utilizaron cintas adhesivas doble faz y tiras elásticas para fijar el acelerómetro con el fin de evitar movimientos indeseados debido a accidentes de movimiento/vibración de la piel en el mejor de los casos. El registro tri-axial (x, y, y z) de los datos de aceleración comenzó antes de la acción de patear, mientras los participantes estaban de pie, inmóviles, y los registros finalizaban dos segundos después de cada patada. Las señales de aceleración se obtuvieron utilizando una tarjeta conversora análoga a digital (USB-1608FS, Informática de Medición, EUA) en un ritmo de muestreo de 1000 Hz por canal.

Figura 1. La ubicación del acelerómetro triaxial en la rodilla de un sujeto. Las direcciones

x, y, z son laterales (de derecha a izquierda), horizontales (de atrás hacia adelante) y verticales (de arriba hacia abajo) en relación con la tibia de los sujetos.

Procedimientos de Normalización

El procedimiento de normalización de los datos de la aceleración en cada eje consistió de tres etapas. En la primera etapa, se sustrajo el valor promedio de los primeros 100 ms de la señal de aceleración al valor total de la señal, de manera que durante la condición inicial con la extremidad en reposo, la señal de aceleración tuviera un valor de cero, indicando que no había aceleración. En segundo lugar, la señal completa se dividió por un valor constante según las características de sensibilidad del acelerómetro, para poder representar los valores en términos de la gravedad de la Tierra (g). Por último, la normalización de los datos para el ajuste en el eje “tiempo” se llevó a cabo cambiando los datos, de manera tal que se superpusieran los instantes máximos. Las matrices resultantes de aceleración (matrices de 4 x 1200; g vs ms), que corresponden a las 4 pruebas de cada sujeto, fueron utilizadas en los cálculos de la consistencia. La resultante 4 por 1200 matrices de aceleración (g. vs. mts.) que corresponden a los 4 intentos de cada sujeto se utilizó en los cálculos de consistencia. En la Figura 2 se muestran las señales de aceleración obtenidas a través de las cuatro pruebas, para dos jugadores que obtuvieron un nivel de habilidad alto (nivel de habilidad: 8) y bajo (nivel de habilidad: 2) en la evaluación subjetiva promedio de su nivel de habilidad.

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Cálculo de Consistencia y Análisis Estadístico

La media de desviaciones estándar (mDE) se utilizó para evaluar la consistencia de los datos de aceleración. La ecuación (Ec. 1) de mDE es, la mDE mide la similitud de las formas de onda de la aceleración por lo que cero indica exactamente las mismas formas de onda, correspondiendo a “sin variabilidad” o consistencia máxima entre las pruebas.

Ecuación 1. Donde m (=1200) es la cantidad de puntos temporales, n (=4) es la cantidad de momentos de aceleración, Eij es el valor de la J señal de aceleración en el momento i,

Ēi es el valor promedio de las formas de onda de la aceleración en el momento i. .

Si la similitud disminuye, la mDE aumenta (correspondiendo a una variabilidad mayor o repetibilidad menor). La lógica detrás de la mDE es la misma que la desviación estándar (es decir, la mDE es una extensión lógica de la “DE de la señal de un canal” para “la DE de una señal multicanal) y la normalización de amplitud (se divide por la cantidad de puntos de señal, tiempos-m-n y amplitud máxima de la señal de matriz de aceleración 1200 por 4, Ev). El objetivo de la última normalización de amplitud fue hacer que la medida de consistencia (mDE) sea independiente de la longitud de la señal, el conteo de intentos o la aceleración pico alcanzados por el sujeto. Además, de manera similar al empleo de la contracción voluntaria máxima para los procedimientos de normalización en la electromiografía de superficie (EMGs), esta normalización de amplitud en las señales de aceleración también hace que cada medida de repetibilidad sea comparable entre sujetos. Se calcularon los valores de mDE para todos los ejes de las señales de aceleración (x, y, z). Para las medidas de similitud, aunque existen otros métodos como el índice de varianza (Hershler y Milner, 1978) o la descomposición singular del valor (Soylu, 2008), se prefirió la mDE porque no requiere alcanzar elevados conteos de intentos durante las mediciones.

Asimismo se calcularon los coeficientes de correlación de Pearson (r) para valorar la asociación entre la mDE y la habilidad. Si bien los valores no paramétricos de Spearman-r indicaron valores de p ligeramente más bajos, se prefirieron los valores paramétricos de la r de Pearson dado que proporcionaban una condición del peor caso. La Figura 3 muestra los índices de repetibilidad (mDE) vs habilidad para las señales de aceleración en los ejes x, y, z. A fin de asegurar la posición óptima del acelerómetro, se registraron tres señales de aceleración ortogonal y se reprodujeron algunas rotaciones del vector.

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Figura 2. Señales de aceleración (x, y, z) de los dos sujetos con diferentes habilidades.

En la parte superior derecha de los gráficos se muestra la repetibilidad (mDE).

En lugar de rotar las señales de aceleración en los diferentes ángulos posibles y calcular los coeficientes de correlación, se calcularon las proyecciones de las señales de aceleración 3D sobre el vector unidad ([ax, ay , az]) para los diferentes vectores unidad 3D [sin(φ)·cos(θ), sin(φ)·sin(θ), cos(φ)] (Figura 4), y se hallaron valores de mDE de aceleraciones proyectadas para cada sujeto. Las razones para utilizar las operaciones de proyección en lugar de las rotaciones del vector son: (i) brindar descripciones claras e intuitivas al lector y (ii) utilizar una matemática muy básica. Los coeficientes de correlación (mDE vs habilidad) se recalcularon para muchos vectores de la unidad que abarcan espacio 3D. La siguiente ecuación (Ecuación 2) se utilizó para las proyecciones de todos los valores de números enteros de φy 0 (0°< φ <180o y 0°< φ < 360°) (ap es producto escalar del vector de la aceleración 3D [ax ay , az] y el vector de la unidad [sin(φ)·cos(θ), sin(φ)·sin(θ), cos(φ)]).

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Figura 3. Índices de repetibilidad (mDE) de la aceleración (x, y, z) vs habilidad para las

diferentes técnicas de lanzamiento. En cada gráfica se muestra el valor de r cuadrado de Pearson y los correspondientes valores de p. Si el valor de p es menor a 0.05 se

muestran los intervalos de confianza del 95%.

Figura 4. La representación vectorial del vector de unidad (r = [sin(φ)•cos(θ), sin(φ)•sin(θ),

cos(φ)]) sobre los ejes ortogonales x, y, z.

RESULTADOS

En la Figura 3 se muestran los coeficientes de correlación de Pearson calculados a partir de “la correlación entre mDE y habilidad” para los intentos realizados con el interior del pie y con el empeine para las señales de aceleración x, y, z. El único resultado estadísticamente significativo (p < 0.001) (Pearson r = -0.8000) se halló para los golpeos realizados con el empeine en la aceleración del eje z. En la Figura 5 se muestran los coeficientes de correlación de Pearson r calculados a partir de “la correlación entre la mDE vs la habilidad” para los golpeos del balón realizados con el interior del pie y con el empeine para las señales de aceleración proyectadas.

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DISCUSION

Una consideración importante respecto del rendimiento funcional es la habilidad de completar con éxito una tarea motora específica y realizarla de manera consistente (Granata, 2005). En teoría, hasta un golpe simple y básico en fútbol se puede realizar con diferentes patrones de movimiento, sin una estricta relación con la experiencia del jugador. En consecuencia, ha surgido el siguiente interrogante; ¿los jugadores con niveles de rendimiento más elevado también tienen una repetibilidad de aceleración de rodilla para los golpeos realizados con el empeine y/o con la parte interna del pie, lo que a su vez significa que utilizan una estrategia particular para producir la mejor patada? Las Figuras 2 y 3 brindan algunos indicios para la respuesta a dicho interrogante: El análisis estadístico de los datos (Figura 3) muestra que la repetibilidad (una mDE más baja significa una repetibilidad más elevada) también disminuye con la disminución en el nivel de habilidad, desde valores más altos a los más bajos sobre el eje z para la patada realizada con el empeine (r = -0.8000, p < 0.001). Se halló un resultado similarmente exitoso para la patada realizada con la parte interna del pie pero después de las rotaciones del vector adecuadas, pues para cada tipo de patada la posición óptima de registro es diferente.

Según se sabe, en la literatura no se ha investigado “la habilidad vs la repetibilidad de la forma de onda de la aceleración” a través de la acelerometría. Sin embargo, los artículos que han relacionado la “habilidad en tiro con arco vs repetibilidad del EMG” (Clarys et al. 1990; Soylu et al. 2006) también han demostrado que mientras que el nivel de habilidad aumenta, también se incrementa la repetibilidad del patrón de activación muscular. Aunque el presente estudio se centra en las patadas de fútbol, los resultados también muestran una correlación similar entre el nivel de repetibilidad y la habilidad.

Considerando estos resultados, también se han analizado otras cuestiones importantes: i) “si el acelerómetro se hubiera colocado en la rodilla en un ángulo diferente, ¿se hubieran hallado los mismos resultados?” y ii) ¿cuál es el ángulo apropiado para la colocación del acelerómetro en la rodilla a fin de obtener una correlación más elevada? Según los hallazgos que se presentan en la Figura 5, las respuestas a estos interrogantes se pueden explicar de la siguiente manera: Si se hubiera colocado el acelerómetro con un ángulo diferente, hubiera arrojado las correlaciones más bajas posibles: r = -0.8350 (p < 0.05) para los golpeos con el empeine y r = -0.8250 (p < 0.05) para los golpeos del balón realizados con la parte interna del pie. Un análisis más minucioso de la Figura 5 muestra que el ángulo más apropiado posible del acelerómetro es diferente para las patadas realizadas con la parte interna del pie (~20o<φ<~40o y 0o<θ< ~60o) y las patadas realizadas con el empeine (~0o<φ<10o para cualquier θo).

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Figura 5. Coeficientes de correlación r de Pearson y valores de p para los diferentes

vectores unidad. Se utilizaron señales de aceleración proyectada 64800 (180*360) para cada coeficiente r de Pearson y el valor p para cada tipo de patada. En los cálculos sólo

se utilizan los valores de números enteros de φ y θ (0°< φ < 180o y 0°< θ < 360°).

Obsérvese que aunque los ángulos más apropiados del acelerómetro son diferentes para los dos tipos de golpeos del balón, es posible hallar los ángulos más apropiados sólo utilizando las rotaciones del vector, dado que se registraron 3 señales de aceleración ortogonal (x, y, y z).

Por lo tanto, el propósito del presente estudio se ha sido establecido de dos maneras: una es comparar la consistencia en las formas de onda de la aceleración de la extremidad inferior durante golpeos del balón realizados con la parte interior del pie y con el empeine, y la otra es investigar la correlación entre los valores subjetivos del nivel de habilidad y repetibilidad de la aceleración de la rodilla buscando un método adecuado para el registro óptimo de esa correlación. Aunque, hay otras partes del cuerpo involucradas en la acción de golpear el balón (patear), por ejemplo el pie, en este estudio se ha elegido la rodilla porque su pico de aceleración nunca excedió los ± 5 g. Otro punto importante en la elección de la rodilla fue el posible desplazamiento del acelerómetro durante la patada debido a aceleraciones muy elevadas, lo que es probable que produzca registros no confiables. A modo ilustrativo, en las mediciones preliminares, las aceleraciones pico del pie incluso excedieron el límite de ± 50 g. debido a la saturación en la señal de aceleración cuando el pie toma contacto con el balón.

CONCLUSION

Este estudio ha explicado con mayor detalle la repetibilidad de la aceleración de la rodilla como una función de la habilidad. Al parecer, el orden de la repetibilidad disminuye desde un resultado más elevado a uno más bajo con el incremento en el nivel de habilidad de los sujetos. Es bien sabido que una vez que los sujetos pudieron producir los movimientos adecuados, los torques musculares cambiaron con un mayor aprendizaje, aunque sólo con un ligero cambio en la cinemática de la articulación (Young y Marteniuk, 1997). Por lo

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tanto, el método propuesto en este estudio podría ser útil como una evaluación objetiva y conveniente que permite que se interprete la consistencia de la acción a través del progreso en el aprendizaje. No obstante, necesariamente deberían realizarse más investigaciones para confirmar la utilidad del método para la evaluación de la habilidad en sujetos individuales.

Puntos Clave

La repetibilidad de las formas de onda de la aceleración concuerdan con el nivel de habilidad de los sujetos.

La acelerometría podría utilizarse como una evaluación objetiva y conveniente que permite interpretar la consistencia de la acción.

ica de Catamarca (Argentina