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UNIVERSIDAD POLITECNICA DE CATALUÑA
FUNDACIO UPC
TESINA PARA OPTAR AL TITULO DE MASTER EN DESARROLLO URBANO Y TERRITORIAL
ESTRATEGIAS PARA LA RECUPERACION DEL ESPACIO PUBLICO EN LA ZONA ESTE DE TIJUANA. ANALISIS DE
EFECTOS Y SU IMPACTO EN EL MEJORAMIENTO DE LA SEGURIDAD CIUDADANA.
AUTOR: SERGIO CARLOS SOTO CISNEROS Arquitecto
TUTOR:
CARLES LLOP TORNÉ Dr. Arquitecto BARCELONA, ESPAÑA 2010
INDICE
1. INTRODUCCION
1.1 JUSTIFICACION
1.2 OBJETIVOS
2. ESPACIO PUBLICO Y SEGURIDAD CIUDADANA
2.1 EXPERIENCIAS LATINOAMERICANAS
2.2 ATRIBUTOS DEL ESPACIO PUBLICO SEGURO
2.3 CONSTRUCCION DEL ESPACIO PUBLICO CON LA COMUNIDAD
3. RECUPERACION DEL ESPACIO PUBLICO EN LA ZONA ESTE DE TIJUANA
3.1 PROCESO DE DESARROLLO URBANO DE TIJUANA
3.2 DELIMITACION DEL AREA DE ESTUDIO
3.3 DIAGNOSTICO URBANO
3.4 DIAGNOSTICO SOCIAL
4. ESTRATEGIAS DE INTERVENCION URBANA EN EL ESPACIO PUBLICO DE LA ZONA ESTE DE TIJUANA
5. CONCLUSIONES
6. ANEXOS
7. BIBLIOGRAFIA
1. INTRODUCCION
La presente tesina, realizada como propuesta de trabajo final
para optar al título de Máster en Desarrollo Urbano y
Territorial por la Fundació UPC, se centra en plantear una serie
de estrategias de intervención urbana integral en el espacio
público en la Zona Este de Tijuana, la cual presenta altos
índices delictivos y una baja calidad urbana, y la capacidad de
este proyecto de generar una transformación no solamente
urbana, sino social, que permita elevar las expectativas de
desarrollo de quienes se vean beneficiados por estas acciones,
al mismo tiempo mejorando las condiciones de seguridad de
sus habitantes.
Durante décadas la ciudad de Tijuana, por su condición de
frontera con E.U., ha sido receptora de miles de personas
principalmente del centro y sur de México, que en su intento
por cruzar a E.U. o por buscar mejores condiciones de vida en
la frontera, se han asentado en la ciudad, lo cual ha generado
niveles de crecimiento urbano muy altos, situación que ha
rebasado la capacidad del gobierno para atender las
demandas de la población. Esto ha dado como resultado más
del 50% de la ciudad tiene su origen en asentamientos
irregulares, que presentan condiciones generalizadas de baja
calidad urbana.
Por otro lado, esta misma condición de frontera la ha
convertido en un paso natural en el tráfico de drogas hacia
E.U., con las consecuencias de violencia e inseguridad que
esto conlleva. Esta situación de degradación urbana en varios
sectores de la ciudad, mezclada con la presencia del
narcotráfico en la zona, y otros factores más, colocan a la
sociedad en una situación de vulnerabilidad que puede llevar
a las personas a involucrarse en actividades destructivas. Es
importante y urgente salir de este círculo vicioso e incorporar
a la sociedad, especialmente a niños y jóvenes, desde una
perspectiva urbana en una dinámica positiva, que permita
elevar sus expectativas de desarrollo.
Los diferentes niveles de Gobierno, tanto Federal, Estatal y
Municipal, han emprendido una estrategia de combate al
crimen organizado y a la delincuencia en la ciudad de Tijuana y
en el resto del país, sin embargo a la fecha no se cuenta con
una estrategia no sólo encaminada a la parte correctiva, sino
también a la prevención del delito.
El objeto del presente proyecto consiste en plantear
estrategias de intervención desde la perspectiva urbana en
una de las zonas más conflictivas de la ciudad de Tijuana en
términos seguridad, que pueda formar parte de una política
integral de disminución y prevención del delito, con capacidad
de implementación en otras áreas de la ciudad con
características similares a la estudiada en este trabajo.
Lo anterior bajo la hipótesis de que a través de la recuperación
del espacio público en zonas marginadas y degradadas, es
posible incidir en la reconstrucción del tejido social,
fomentando la convivencia, inclusión y sentido de
pertenencia, y que esto se traduzca en una mejora en las
condiciones de seguridad para los habitantes de aquellos
barrios beneficiados por una intervención urbana.
1.1 JUSTIFICACION
Las razones de elección del presente proyecto de tesina
parten de dos enfoques: el urbano y el social.
Desde el enfoque urbano, las motivaciones surgen a raíz de la
dinámica de crecimiento que ha caracterizado a la ciudad de
Tijuana prácticamente desde su fundación, en la cual el
componente de irregularidad en el origen de los
asentamientos urbanos cubre más del cincuenta por ciento de
los mismos. La mayor parte de estos asentamientos
irregulares poco a poco han ido atravesando por un proceso
de incorporación a la formalidad, con la seguridad en la
tenencia de la tierra, la introducción de servicios básicos como
agua, electricidad y drenaje, y en muchos de los casos
pavimento. A pesar de estos avances, persiste aún una
desfragmentación del conjunto urbano, una desvalorización y
desarraigo del espacio público y una carencia de
equipamientos de todo tipo.
Desde una perspectiva social, las condiciones urbanas de estos
fraccionamientos no favorecen el encuentro social, no ofrecen
los espacios necesarios para llevar a cabo actividades positivas
para el desarrollo humano (deporte, cultura, recreación); por
el contrario, se genera en el espacio público una anarquía que
de cierta forma condiciona negativamente el comportamiento
de quienes habitan en ese territorio.
Esto ha dado como resultado que en este tipo de barrios
principalmente, se generen situaciones de violencia e
inseguridad que lamentablemente se han incrementado año
con año y que tienen como protagonistas cada vez más a
adolescentes y jóvenes.
Ante este contexto, surge la necesidad de dar una respuesta
desde un enfoque integrador de lo urbano y social, que
permita elevar la calidad del espacio público y que esto sirva
como herramienta para elevar las expectativas de desarrollo
de quienes se vean beneficiados por estas acciones, al mismo
tiempo mejorando las condiciones de seguridad.
El presente proyecto de tesina se enfoca en proponer
consideraciones y estrategias de intervención urbana en el
espacio público de un sector específico de Tijuana, en este
caso la denominada “Zona Este”, que está ubicada dentro de
la Delegación La Presa, una de las 9 que comprende el
municipio de Tijuana. Se busca generar una propuesta bien
sustentada, financieramente viable, que pueda ser llevada a
cabo con el apoyo del Gobierno local, estatal y federal, y de
otras instituciones interesadas en el tema, y que esta se pueda
convertir en un modelo de intervención urbana y social
aplicable en otros sectores de la ciudad con características
similares.
1.2 OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Proponer una serie de estrategias de intervención urbana en
el espacio público de la Zona Este de Tijuana, que permita
crear un sistema que sea articulador de aquellos barrios que
conforman este sector y además servir como vinculador entre
los diferentes equipamientos existentes y plataforma para la
generación de nuevos equipamientos que son necesarios en la
zona, como activador de una mejora de las condiciones
sociales de seguridad y habitabilidad.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Mejorar las condiciones de habitabilidad y seguridad
ciudadana. A través de la generación de espacio
público y equipamientos de calidad, es posible
incorporar principalmente a niños y jóvenes en
dinámicas positivas y alejarlos de conductas
antisociales y de violencia.
Mejorar la imagen urbana. La intervención en el
espacio público lleva implícito un mejoramiento en la
imagen urbana, que es capaz de generar un
mejoramiento de las propiedades privadas que se ven
beneficiadas por estas acciones.
Impulsar la movilidad no motorizada. El plan busca
generar una red de movilidad peatonal y de bicicletas a
lo largo del sistema de espacios públicos, vinculando
diversos equipamientos, principalmente educativos,
con los diversos barrios por los que atraviesa el
sistema. Esto va de la mano con el tema de seguridad
para los estudiantes.
Mejorar las condiciones ambientales. Existen
actualmente una serie de cañadas, algunas
encauzadas, otras no, que se encuentran en muchos
casos convertidas en basureros, lo que las hace de
estos lugares focos de infección, con los riesgos que
esto implica para la salud de los habitantes de la zona.
Estas cañadas son propiedad municipal por lo que es
importante incorporarlos al sistema de espacios
públicos con un tratamiento que permita erradicar
estos usos nocivos y generar actividades positivas para
la población.
Favorecer el desarrollo de las actividades económicas.
Con la creación de los corredores peatonales es posible
generar un mayor flujo y concentración de personas lo
cual traerá como consecuencia un incremento en el
intercambio social y comercial en beneficio de la
economía de la gente que habita en la zona. Por otro
lado, actualmente existen una serie de mercados
ambulantes que se colocan en la vía pública, y que se
buscará reubicar dentro del sistema de espacios
públicos en un entorno más limpio, ordenado y seguro
que favorezca la actividad.
Impulsar el ordenamiento del territorio para
restructuración y consolidación de la estructura
urbana. Se busca aprovechar los espacios residuales
para dar forma y estructura a una gran mancha urbana
que es necesario integrar físicamente, articulando los
diversos barrios.
Vincular los equipamientos existentes con el sistema
de espacios públicos y generar nuevos
equipamientos. Objetivo muy ligado al tema de
movilidad, que busca además aprovechar la existencia
de terreno vacío de propiedad pública para generar
aquéllos equipamientos, ya sean de tipo cultural,
deportivo, recreativo, administrativo, etcétera, que
son muy necesarios en la zona.
2. ESPACIO PUBLICO Y SEGURIDAD
CIUDADANA
El acelerado proceso de urbanización que al igual que otros
países latinoamericanos y del resto del mundo ha sufrido
México en las últimas décadas, ha propiciado
transformaciones radicales en nuestras ciudades como
resultado de fenómenos económicos, sociales, culturales,
tecnológicos y ambientales. Estas transformaciones han
tenido efectos diversos en la manera en cómo éstas crecen, se
desarrollan y funcionan, así como en la relación que
establecen con sus habitantes.
Una de las transformaciones más importantes es la que se
manifiesta en la concepción del espacio público en la ciudad,
entendido desde la dimensión jurídica como “un espacio
sometido a regulación específica por parte de la
administración pública, ya sea propietaria o posea la facultad
de dominio sobre el suelo, lo cual garantiza la accesibilidad a
todos y fija las condiciones de desarrollo e instalación de
actividades” (Borja, 2001). El espacio público moderno se
define a partir de la separación formal, casi siempre legal,
entre propiedad pública y privada. Esto supone reservar el
suelo libre de construcciones para actividades colectivas
propias de la vida urbana.
Existe también una dimensión sociocultural del espacio
público, que lo define como el lugar de relación e
identificación, de contacto entre las personas, de animación
urbana y de expresión comunitaria. Lo que establece la
naturaleza del espacio público es a fin de cuentas el uso más
allá de su estatuto jurídico, como resultado de la propia
dinámica de la ciudad y de las actividades y comportamientos
que sus habitantes llevan a cabo.
Es precisamente esta dimensión la que ha sido mayormente
desvalorizada, derivando en un desinterés y abandono hacia el
espacio público, principalmente en las grandes ciudades, que
puede ser atribuible a diversos factores:
Implementación de modelos de ciudad en función del uso del
automóvil privado por encima de otros medios de transporte,
concentrando los esfuerzos y recursos en la construcción y
mejoramiento de infraestructura para dar servicio a este
sistema, y generando ciudades dispersas, menos caminables y
menos accesibles para otras formas de movilidad.
Desarrollo de urbanizaciones cerradas que dividen y polarizan
la ciudad, enfatizando aun más la desigualdad y la
marginación social y urbana, en donde aquellos que viven
dentro de los complejos residenciales no establecen una
relación directa con el resto de la ciudad. Se mueven en su
automóvil de un punto a otro.
Surgimiento de “pseudo-espacios públicos”, como es el caso
de los centros comerciales o malls, que se han convertido en
los lugares de encuentro de la sociedad moderna, brindando
cualidades que el espacio público tradicional ya no ofrece, y
contribuyendo aún más a su deterioro.
Desarrollo de nuevas tecnologías de la información, que
permiten a ciertos sectores de la sociedad mantener
comunicación sin necesidad de un espacio físico de
interacción, siendo ahora aquellos espacios virtuales los
protagonistas en el establecimiento de relaciones humanas.
Insuficiencia de recursos económicos por parte de las
autoridades públicas para generar y mantener espacios
públicos de calidad, ya sea por ignorancia, por incapacidad de
gestión o por una inadecuada distribución de los recursos
disponibles debido a políticas públicas que no consideran
prioritario el tema.
Esta situación es aun más evidente en aquellos barrios que
viven en la marginalidad y que en muchos de los casos han
surgido de forma irregular, ya que ha sido necesario satisfacer
las demandas más apremiantes como la introducción de
servicios e infraestructura básica y dotación de vivienda,
relegando el espacio público a calles y banquetas. La falta de
planeación de estos asentamientos es una práctica común,
por lo que no se han considerado aquellos espacios necesarios
para la construcción de equipamientos educativos, de
recreación, deporte y cultura.
El espacio público tradicional ahora se manifiesta como una
amenaza para la gente, ya que es percibido como inseguro,
orillando a resguardarse en los espacios privados, cada vez
más cerrados. Esta situación se convierte en un círculo vicioso,
ya que al perderse los espacios de interacción social, aumenta
la inseguridad, y al suceder esto, se fortalece el abandono al
espacio público.
“Hoy existe temor hacia el espacio público ya que no es un
espacio protector ni protegido. En algunos casos, no fue
pensado para brindar seguridad, sino para cumplir con ciertas
funciones como circular o estacionar, o simplemente
constituye un espacio residual entre edificios y vías. En otros
casos, ha sido ocupado por las supuestas clases peligrosas de
la sociedad: inmigrantes, pobres o marginados. El espacio
público no genera peligros, es el lugar donde se manifiestan
los problemas de injusticia social, económica y política. Su
debilidad aumenta el miedo de unos, la marginación de otros
y la violencia urbana sufrida por otros” (Borja, 2001).
Es este debilitamiento del espacio público y sus efectos en el
incremento de los niveles de inseguridad y violencia urbana es
lo que centra el interés del presente trabajo. Numerosos
estudios y experiencias señalan que una activa política de
espacios públicos de calidad, que impulse y fortalezca un uso
intensivo y diverso, y que promueva una acción positiva hacia
grupos vulnerables y de riesgo, contribuye eficazmente a crear
un ambiente de seguridad.
Las políticas de seguridad llevadas a cabo durante los últimos
años en México, han estado orientadas principalmente desde
una perspectiva policial, sin embargo el problema de
seguridad pública no es exclusivo de esta disciplina, supone
una visión integral que incorpore tanto políticas de seguridad
preventivas, disuasorias y de contención, políticas
estructurales en términos económicos, sociales y culturales,
así como políticas urbanas que permitan la reconstrucción del
tejido social y la formación de ciudadanía.
Es precisamente dentro de las políticas urbanas donde se
manifiesta la importancia del espacio público, más allá de
otras acciones encaminadas al mejoramiento de aspectos
como la vivienda, el transporte público, y demás, ya que se
convierte en el elemento ordenador de lo construido en el
territorio urbano, en el hilo conductor a través de éste, y en
articulador de las áreas intersticiales en nuestras ciudades.
“El reto social consistirá en que estos espacios cumplan con su
función de integrar a los diversos grupos,
independientemente de la edad, creencias y culto. Al actuar
como referente de identidad en la ciudad, el espacio público
se concibe como el espacio de todos, donde individuos y
grupos distintos aprenden a vivir juntos, lugares de encuentro,
de sociabilidad y de experiencias comunes” (Carr, Francis,
Rivlin y Stone, 1992).
Son múltiples las experiencias a nivel internacional, y en
específico en América Latina, que aportan soluciones a las
problemáticas urbanas actuales, a partir de la intervención en
el espacio público principalmente en aquellos barrios que han
surgido a partir de la informalidad, y que poco a poco han
atravesado por un proceso de consolidación urbana, o en
aquellos que a pesar de haber sido concebidos dentro de la
formalidad, han sido víctimas de la degradación urbana y
social. Algunos de estos programas y estrategias han sido
concebidos incorporando el componente de seguridad
ciudadana como uno de los ejes fundamentales, considerando
la importancia que el tema ha adquirido en los últimos años,
principalmente en las grandes ciudades latinoamericanas.
Los Proyectos Urbanos Integrales en Medellín, Colombia, el
programa Quiero Mi Barrio en Chile y el Programa de rescate
de espacios públicos en México, son tres ejemplos de
estrategias llevadas a cabo con diferentes resultados, en los
cuales a través de la intervención física en el espacio público
se tiene como objetivo el mejoramiento tanto de las
condiciones urbanas de aquellos sectores beneficiados con las
acciones llevadas a cabo en ellos, como en la situación de
seguridad pública.
En el presente capítulo se pretenden establecer algunas bases
teóricas que permitan fundamentar y orientar de mejor
manera las estrategias de intervención urbana que serán
planteadas en la zona objeto de este trabajo. En primer
término se presenta una descripción de cada uno de los
programas mencionados anteriormente, con la finalidad de
conocer sus objetivos, alcances, metodología y resultados
obtenidos, para de esta forma tener un panorama más amplio
de prácticas llevadas a cabo en el tema a nivel
latinoamericano, e incorporar aquellas que han sido exitosas.
Además, resulta fundamental conocer aquellos atributos que
conforman un espacio público seguro, desde un enfoque
físico, entendiendo que cada uno de los elementos que lo
conforman tiene un impacto en la percepción de seguridad
para los usuarios. Desde el enfoque social, el uso continuo del
espacio público por parte de la gente permitirá garantizar la
seguridad en los espacios urbanos.
Por último, se aborda la importancia del componente de la
participación de la comunidad en cualquier estrategia de
mejoramiento del espacio público que se pretenda
implementar, ya que será este acompañamiento con la
sociedad lo que determinará en gran medida el éxito o fracaso
de la misma.
2.1 EXPERIENCIAS LATINOAMERICANAS
Existen diversos proyectos y programas similares al planteado
en la tesina, tanto a nivel local, federal e internacional, que
abordan la temática de intervención en el espacio público y
seguridad ciudadana, y que aportan una gran cantidad de
insumos que permiten enriquecer la propuesta.
A nivel local, en la ciudad de Tijuana existe una experiencia
reciente de intervención urbana a gran escala, en un espacio
residual de más de 70,000 m2 ubicado entre dos grandes
autovías, que durante años sirvió de tiradero de escombro y
basura, y que se ha convertido en una nueva unidad deportiva
que beneficia a más de 50,000 niños y jóvenes, principalmente
de zonas marginadas aledañas al conjunto deportivo. Un
elemento a destacar en este proyecto es la posibilidad de
lograr ser un elemento articulador entre dos zonas de la
ciudad cortadas por la autovía mencionada, en donde al
oriente se concentra una gran cantidad de población
marginada, y en el poniente existen barrios de clase media y
alta.
A nivel federal existen diversos programas impulsados por la
Secretaría de Desarrollo Social, entre ellos el Programa de
rescate de espacios públicos, cuyo objetivo es contribuir a
mejorar la calidad de vida y la seguridad ciudadana,
preferentemente de la población en condición de
marginación, mediante el rescate de espacios públicos en las
ciudades y zonas metropolitanas.
Además, a nivel internacional existen experiencias de éxito en
intervenciones urbanas similares, tal es el caso de la ciudad de
Medellín, a través de los Proyectos Urbanos Integrales, que
han permitido transformar urbana, social e incluso
económicamente diversos barrios marginales de la ciudad,
contribuyendo así a una mejora sustancial en la calidad de
vida de sus habitantes y una disminución en los índices
delictivos.
Otro programa a considerar se denomina Quiero mi Barrio,
implementado por el gobierno chileno a través del Ministerio
de Vivienda y Urbanismo, con la finalidad de mejorar la
calidad de vida de 200 barrios en el territorio nacional en los
que se presenta deterioro urbano y vulnerabilidad social, a
través de un proceso participativo de recuperación de los
espacios públicos.
2.1.1 México. Programa de Rescate de Espacios
Públicos.
El Programa de Rescate de Espacios Públicos (PREP) surge en
el año 2007 como iniciativa del Gobierno Federal de México
para promover la realización de acciones sociales y obras
físicas con la finalidad de recuperar sitios de encuentro,
interacción y recreación social en localidades urbanas con
características de inseguridad y marginación.
El PREP se encuentra enmarcado dentro del Plan nacional de desarrollo 2007-2012, y forma parte de la estrategia de política social nacional “Vivir Mejor”, cuyo objetivo es “contribuir con el mejoramiento y cuidado del entorno, propiciando la cohesión del tejido social, a través de acciones que disminuyan las conductas de riesgo y promuevan la seguridad ciudadana.” A su vez, forma parte de la Estrategia Nacional de Seguridad denominada “Limpiemos México”1 que busca generar condiciones de seguridad en la población urbana y elevar la calidad de vida de hombres y mujeres.
1 La Estrategia Nacional de Seguridad “Limpiemos México” se implementa a partir de 2007
con el objetivo de propiciar condiciones de seguridad en zonas urbanas, a través de la sinergia
entre instituciones de los tres ámbitos de gobierno, así como la articulación de acciones que
contribuyan a elevar la calidad de vida de la población. En ella participan las siguientes
Secretarías de Estado: Seguridad Pública (SSP), Educación Pública (SEP), Salud (SSA) y
Desarrollo Social (SEDESOL), así como la Procuraduría General de la República (PGR).
Es instrumentado por la Secretaría de Desarrollo Social
(SEDESOL), a través de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y
Ordenación del Territorio y la Dirección General de
Equipamiento e Infraestructura en Zonas Urbano Marginadas,
teniendo como objetivo general, según lo establecen las reglas
de operación del programa, el “contribuir a mejorar la calidad
de vida y la seguridad ciudadana, preferentemente de la
población en condición de marginación, mediante el rescate
de espacios públicos en las ciudades y zonas metropolitanas.”
El objetivo específico es rescatar espacios públicos en
condiciones de abandono, deterioro o inseguridad ubicadas
en las ciudades para el disfrute de la comunidad, y propiciar la
convivencia y cohesión social.
El PREP opera a nivel nacional y su ámbito de actuación se
dirige hacia zonas metropolitanas y ciudades de 50,000
habitantes o más. Se da prioridad a aquellas localidades que
presenten altos índices de marginación e inseguridad. Se
sostiene financieramente con subsidios federales, que serán
de un máximo de 64 por ciento del costo total del proyecto, y
cuyas aportaciones no deberán superar los 3 millones de
pesos (240 mil dólares) cuando se trate de acciones de
acciones de mejoramiento físico, y trescientos mil pesos (24
mil dólares) cuando sean acciones de participación social y
seguridad comunitaria. El resto del costo del proyecto deberá
ser absorbido por los gobiernos locales.
La ejecución del programa estará a cargo de la SEDESOL, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio, quien a través de la Dirección General de Equipamiento e Infraestructura en Zonas Urbano Marginadas (DGEIZUM) distribuirá los recursos para la operación, además de verificar su ejercicio y dar seguimiento, con el apoyo de las Delegaciones en cada Estado.
El PREP establece que la organización comunitaria y la
participación social deberán ser promovidas por los ejecutores
del programa durante todas las fases del mismo, con la
finalidad de fomentar la apropiación de los espacios, su
conservación y uso adecuado. Para lograr esto, se establece
que deberán:
Garantizar la participación de la población en todo el
proceso de operación.
Fortalecer la organización comunitaria a través de la
integración de una Red Social conformada por
beneficiarios, en coordinación con los ejecutores y con
apoyo de los promotores comunitarios y prestadores
de servicio social.
Conformar con la participación de los beneficiarios un
comité de contraloría social para llevar a cabo acciones
de control y vigilancia.
Convocar la participación de organizaciones de la
sociedad civil para realizar acciones sustantivas en
beneficio del Programa.
Los proyectos a realizar como parte del PREP deberán de
tener un carácter integral, teniendo como referente un
espacio público de convivencia comunitaria a rescatar y en
función de ello definir las obras físicas y de participación social
y de seguridad comunitaria a desarrollar.
Modalidades de intervención
El programa se da en dos modalidades de intervención:
participación social y seguridad comunitaria, y mejoramiento
físico de los espacios públicos.
Participación social y seguridad comunitaria. Se busca
impulsar la participación ciudadana, así como la
conformación y fortalecimiento de las redes sociales, la
promoción de la inclusión social y la prevención de
conductas antisociales y de riesgo a través del
desarrollo de actividades cívicas, artístico-culturales y
deportivas, el involucramiento de la comunidad en la
definición de los proyectos de espacio público y la
realización de cursos y talleres de sensibilización y
prevención.
Mejoramiento físico de los espacios públicos. Esto se
da a través de la construcción, remozamiento,
mejoramiento, habilitación o rehabilitación de plazas,
áreas deportivas, vías de acceso, banquetas, senderos
peatonales, mobiliario urbano, alumbrado público,
entre otros. La finalidad es generar condiciones de
habitabilidad y correcto funcionamiento en el espacio
público para mejorar las condiciones de seguridad para
los ciudadanos beneficiados con estas acciones.
Tipos de apoyos
El Programa contempla dos tipos de apoyos para intervenir los
espacios públicos: general y de consolidación.
Intervención general. Corresponde a espacios nuevos o ya intervenidos en años anteriores, y que por su dimensión y potencialidad merecen la parcialización de las zonas a intervenir año con año, en función de un proyecto concebido de esa forma desde su inicio. Considera apoyos para vías y accesos peatonales, así como espacios recreativos.
Intervención de consolidación. Corresponde a espacios que han sido apoyados por el Programa en años anteriores y que requieren de obras y/o acciones sociales adicionales para lograr potenciar su operación. Se consideran dos tipos de consolidación: integral y social.
Consolidación integral. Se refiere a espacios apoyados en años anteriores y que requieren de una inversión adicional para concluir obras
físicas, así como para la realización de acciones sociales.
Consolidación social. Se refiere a espacios apoyados en años anteriores y que solo requieren acciones en la modalidad de participación social y seguridad comunitaria.
Fases del programa Los lineamientos del programa establecen siete fases de trabajo en el ámbito comunitario dirigidas a “detonar procesos de organización y participación de la población que habita en el entorno de los espacios públicos, así como desarrollar capacidades para la gestión y administración de los mismos”, las cuales serán llevadas a cabo por el organismo ejecutor del programa, que podrá ser tanto los gobiernos estatal y municipal, como la propia SEDESOL.
Primera fase. Se lleva a cabo un ejercicio de
planeación para conocer la problemática de
inseguridad y violencia en la localidad urbana y sus
espacios públicos susceptibles a intervención, y así
generar un diagnóstico que permita la toma de
decisiones.
Segunda fase. Durante esta etapa se identifican y
jerarquizan los espacios públicos con posibilidad de
intervención en base a los recursos disponibles.
Tercera fase. Se determina la elegibilidad definitiva de
los espacios a intervenir, para lo cual se realizan al
menos dos visitas de reconocimiento, en donde se
recogen opiniones de los vecinos y se canalizan las
concertaciones con las instituciones y sociedad civil a
involucrar.
Cuarta fase. Se elabora un diagnóstico comunitario de
cada espacio y su área de influencia, además el
ejecutor del proyecto intensifica la vinculación con la
comunidad, utilizando como apoyo el documento “La
organización y participación de la comunidad en el
rescate de los espacios públicos. Material de apoyo”,
así como con las diversas instancias de gobierno
municipal involucradas.
Quinta fase. Corresponde a la formulación de los
proyectos considerando los alcances específicos de la
modalidad social y los compromisos de las
instituciones municipales con la comunidad, además
de responder a las necesidades de la comunidad.
Sexta fase. Una vez aprobado el proyecto, se
difundirán los alcances de las actividades programadas
entre los habitantes de la comunidad beneficiada para
promover su participación. Se integran las redes
sociales y se capacita a los promotores y prestadores
de servicio social.
Séptima fase. Consiste en la construcción de la obra
física y en la puesta en marcha de las acciones sociales
con la articulación de todas las áreas del municipio
para potenciar los impactos en la seguridad ciudadana
y prevención de la violencia y conductas de riesgo.
.
Información publicada por la Presidencia de la República, indica que para el año 2010 se han presupuestado 1,216 millones de pesos (100 millones de dólares) para el PREP, para el rescate de 1,000 espacios en 230 municipios del país. Además se da a conocer que desde el inicio de operación del programa, han sido rescatados 820 espacios en 200 municipios, con un beneficio hacia más de 4 millones de personas.
A pesar de los logros dados a conocer por las autoridades federales, un estudio llevado a cabo por el Colegio Mexiquense a fines del año 2007 denominado “Informe final de diseño del programa de rescate de espacios públicos”, señala una serie de deficiencias que es importante destacar. Establece que el PREP no identifica y define correctamente la problemática y necesidades específicas, ni establece de inicio áreas potenciales a intervenir, esto debido a que no se llevó a cabo un diagnóstico inicial ante la premura por la puesta en marcha del programa. Ante esto, advierte que no fue posible desarrollar una base conceptual para contar con herramientas
que le permitieran incrementar el impacto en la construcción de identidad comunitaria y en la cohesión y tejido sociales. Señala que el programa no cuenta con metas específicas ni suficiente claridad en los criterios de elegibilidad lo que puede derivar en ambigüedades al momento de la selección de proyectos así como generar descontento y suspicacia sobre la transparencia del proceso. Además establece que en la normatividad se destaca la construcción de tejido social, pero no existe claridad en el método para lograrlo. Con esto, se corre el riesgo de que los proyectos se limitasen a obras quedando marginada la participación ciudadana e imposibilitando su rescate integral. Destaca que debido a que el PREP no define con claridad su focalización, un polígono de pobreza puede ser atendido por éste y por el Programa Hábitat,2 por lo que existe la posibilidad de generar duplicidad, ante lo cual se sugiere valorar las semejanzas entre ambos programas y delimitar claramente el ámbito de competencia de cada uno. El estudio realizado recomienda llevar a cabo diagnósticos locales, además de generar un marco teórico con una metodología propia para incidir en la dimensión social, y así
2 El Programa Hábitat es desarrollado e implementado por la Secretaría de Desarrollo Social
(SEDESOL) el cual articula los objetivos de la política social con los de la política de desarrollo
urbano y ordenamiento territorial del Gobierno Federal, para contribuir a reducir la pobreza
urbana y mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas urbanas marginadas de
México.
evitar que los beneficios sean restringidos a la dimensión física. Con el fin de reforzar la vertiente social, y tomando en consideración algunas de las recomendaciones emanadas de dicho estudio, se han llevado a cabo modificaciones en las reglas de operación del PREP, exigiendo entre otros aspectos que los ejecutores del programa lleven a cabo los diagnósticos con la participación de la comunidad, además de que es necesario alinearse a un Plan de Actuación Municipal para Prevenir la Inseguridad. Otro aspecto a considerar dentro del PREP corresponde a la limitación de recursos económicos para llevar a cabo las obras físicas y sociales, lo que va en perjuicio de la integralidad de los proyectos, teniendo que prescindir de ciertos elementos debido a restricciones económicas. Ante esto, se pudiera pensar en la posibilidad de reducir el número de intervenciones anuales del programa a nivel nacional, para focalizar los recursos existentes en una menor cantidad de proyectos y así lograr un mayor impacto urbano y social. Por otro lado, la posibilidad de ejecución del programa por parte de distintas instancias de todos los niveles de gobierno, pudiera no contribuir de manera positiva a la formación de equipos técnicos especializados y comprometidos que tengan la capacidad y la voluntad de llevar a cabo este tipo de proyectos con un contenido altamente social, lo que al final puede derivar en intervenciones meramente físicas que no contemplen las realidades locales, y no generen apropiación por parte de la comunidad.
CUADRO 1. Generalidades del Programa de Rescate de
Espacios Públicos.
PROGRAMA DE RESCATE DE ESPACIOS PUBLICOS (PREP)
OBJETIVO
Contribuir a mejorar la calidad de vida y la seguridad ciudadana, mediante el rescate de espacios públicos en condición de deterioro, abandono o inseguridad en poblaciones en situación de pobreza
de las ciudades y zonas metropolitanas
MODALIDADES
TIPOS DE INTERVENCION
FASES
Participación social y seguridad comunitaria
Intervención general
Planeación
Mejoramiento físico de los espacios públicos
Intervención de consolidación
Identificación y jerarquización de los espacios públicos
Determinación de elegibilidad
definitiva de los espacios
Diagnóstico comunitario de los
espacios
Formulación de los proyectos
Difusión de los alcances de los proyectos entre los habitantes
Construcción de obra física y puesta en marcha de acciones
sociales
Fuente: Elaboración del autor.
2.1.2 Colombia. Proyectos Urbanos Integrales en
Medellín.
Los Proyectos Urbanos Integrales surgen como parte de los
proyectos estratégicos impulsados por la alcaldía de Medellín,
Colombia, dentro del Plan de Desarrollo 2004-2007, que tiene
como principal objetivo comprometer a la ciudad en su propia
transformación para lograr un desarrollo sostenible.
Un Proyecto Urbano Integral (PUI), ha sido definido como “un
modelo de intervención urbana que pretende elevar los
niveles de calidad de vida de los habitantes de una zona
específica. Por ello, concentra todos sus recursos en un mismo
territorio, con el ánimo de focalizar los esfuerzos y lograr un
resultado que se refleje en el desarrollo y transformación
integral de las comunidades, en lo social y en lo físico. Está
diseñado especialmente para abordar las zonas de la ciudad
más deprimidas y marginadas donde el Estado suele tener una
alta deuda social y para ser utilizado como modelo de
intervención replicable”. (EDU, 2006)
El primer PUI se lleva a cabo en el sector Nororiental de
Medellín, zona que creció en la informalidad pero que a lo
largo de los años se fue consolidando; sin embargo,
continuaba en un estado de marginalidad y baja calidad de
vida, con consecuencias en la seguridad ante el incremento de
bandas, milicias y autodefensas en conflicto mutuo.
Aprovechando diversas políticas públicas que se venían
implementando en el sector, las cuales contribuyeron a iniciar
un proceso de transformación, es que la Alcaldía decide que
es el momento ideal para llevar a cabo un proyecto de este
tipo, bajo la gestión de la Empresa de Desarrollo Urbano
(EDU)3.
El PUI establece como objetivos los siguientes: fortalecer las
organizaciones comunitarias, promover intervenciones
adecuadas del Estado, adecuar el espacio público, fomentar la
continuidad en la movilidad peatonal, adecuar nuevos
equipamientos colectivos, promover programas
habitacionales y mitigar el deterioro ambiental.
Líneas estratégicas del PUI
Estos objetivos serán logrados bajo tres grandes líneas
estratégicas: coordinación interinstitucional, obras físicas y
participación ciudadana, esta última siendo el componente
3 La Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) surge en 2002 al ser modificados los estatutos de la Promotora Inmobiliaria de Medellín, como persona jurídica del orden municipal, con patrimonio propio y dotada de autonomía administrativa y financiera, con la finalidad de desarrollar Proyectos Urbanos Integrales mediante su diseño, gestión y ejecución, a través de la articulación intersectorial y la coordinación interinstitucional, orientados al beneficio de la comunidad.
más importante, del cual se desprende la metodología bajo la
cual se desarrolla un PUI.
Coordinación interinstitucional. La EDU se convierte en la institución coordinadora del proyecto, concentrando los esfuerzos requeridos para garantizar el éxito de la intervención, y convirtiéndose en el canal de comunicación entre las instituciones de la administración municipal, las organizaciones sociales y la vinculación con el sector privado. Con la finalidad de mejorar integralmente la zona, se diseña una estrategia para atender simultáneamente los temas de educación, salud, mejoramiento del espacio público, deporte, recreación y cultura, utilizando recursos provenientes de la mayoría de las secretarías de la administración municipal.
Obras de infraestructura. El componente físico comprende el diseño, planeación y ejecución de obras para mitigar el déficit de espacio público para la recreación, el encuentro y el esparcimiento; en viviendas de calidad ubicadas en zonas seguras; en vías de acceso y conectividad que aumenten la movilidad e integración de los barrios; en espacios adecuados para la cultura y el deporte y en un medio ambiente saludable. El PUI Nororiental diseña y ejecuta alrededor de 30 proyectos de intervenciones físicas.
Participación ciudadana. El componente social garantiza la participación comunitaria, que a su vez genera satisfacción con las obras y programas y
permite su apropiación por parte de la ciudadanía. Es de este componente del que se ha desprendido la metodología que soporta toda la estrategia de intervención del PUI y que constituye su mayor riqueza, ya que permite la transformación física para el desarrollo a partir de la regeneración del tejido social de las comunidades.
Etapas del PUI
La metodología del PUI consiste el desarrollo de cinco etapas
que han sido definidas producto del trabajo con la comunidad.
Estas son:
Planificación. En esta etapa se genera un análisis físico
y uno social que no se pueden separar. El primero
aporta insumos importantes para preparar el proyecto,
y el segundo permite saber el cómo se debe intervenir,
y así evitar cometer los errores del pasado en el que se
llevaban a cabo intervenciones físicas sin
conocimiento del entorno social.
Gestión. Etapa fundamental para el éxito del proyecto,
ya que es en esta donde se establecen los vínculos
entre gobierno y comunidad que acompañarán el resto
de las etapas. Se da en dos vertientes, hacia los
habitantes de los barrios a intervenir, y con otras
instituciones públicas que contemplen invertir en el
sector. Con los habitantes se conforman diversos
comités barriales, con la finalidad de ganarse la
confianza de la comunidad y de generar sinergia. Ante
las instituciones del Estado, se busca sumar esfuerzos y
presupuestos, para incrementar el impacto de las
intervenciones en la zona.
Diseño. Durante esta etapa se lleva a cabo un
reconocimiento físico y social del sector, con el
acompañamiento de líderes de los comités, y un
coordinador social y de diseño, con la finalidad de
definir aquellos proyectos que verdaderamente fueran
necesarios. Como siguiente paso, se comienza a definir
el perfil de cada proyecto, para lo cual se lleva a cabo
una actividad que es fundamental en la metodología
del PUI: el taller de imaginarios, en el cual la
comunidad literalmente dibuja cómo se imaginan cada
uno de los espacios a intervenir. Con estos dibujos, los
técnicos realizan los primeros anteproyectos
arquitectónicos, que son presentados a la gente de una
manera muy visual, fácilmente entendible, los cuales
son ajustados conforme a las necesidades y
posibilidades. Una vez con las correcciones realizadas,
se presentan de nuevo las propuestas, hasta que son
validadas por los comités, y se ponen a disposición de
la gente, concluyendo así la etapa de diseño.
Ejecución. Una vez definido el proyecto, se procede a
la etapa de ejecución, en donde la transparencia y el
involucramiento de la comunidad son pieza
fundamental para lograr los mejores resultados. Se
hace una licitación abierta y pública, se elije a las
empresas ganadoras para ejecutar las obras y para la
supervisión técnica de las mismas, y se presentan a los
comités con la finalidad de que se conozcan, se
comparta información y se genere confianza entre la
comunidad y quienes estarán trabajando en el sector.
Un elemento a destacar es la exigencia que se hace a la
empresa constructora para la contratación de personas
habitantes de la zona a intervenir, con el fin de paliar
los problemas de desempleo que existen.
Sostenibilidad y apropiación. En esta última etapa,
una vez concluidas las diversas obras, se busca
generar en la comunidad beneficiada por las
intervenciones, un sentido de pertenencia, a través de
la realización de diversas actividades que permitan
animar los espacios, y promover su uso y cuidado
permanente.
El primer PUI desarrollado en sector Nororiental de Medellín,
ha sido catalogado por las autoridades de gobierno como un
éxito, ya que ha permitido mejorar la calidad de vida de sus
habitantes, lo cual se refleja en un incremento en el Indice de
Desarrollo Humano (IDH) en alrededor de 10 puntos
porcentuales.4
Lo anterior ha sido atribuido en gran medida al fuerte
componente social que acompaña todas las etapas del
proyecto, que permite un involucramiento total de la
comunidad en la toma de decisiones, mediante mecanismos
como la conformación de comités y los talleres de imaginarios.
Se establece una relación más estrecha entre gobierno y
sociedad, fomentando además la generación de liderazgos,
que son de suma importancia para el restablecimiento del
tejido social en este tipo de comunidades marginadas.
Una de las grandes aportaciones del primer PUI es la
metodología que se ha desprendido de él, en la cual se busca
una nueva manera de intervenir en la ciudad, evitando
cometer los errores del pasado y otorgando la importancia
que requiere al aspecto social. Esta metodología ha sido
implementada en otros PUI desarrollados en la ciudad de
Medellín, y constituye un insumo de gran valor para llevar a
cabo acciones similares en otras regiones.5
4 De acuerdo a información de la Alcaldía de Medellín, el IDH en las comunas objeto de
intervención en el año 2001 era entre 67.90 y 69.70%. En el año 2005 se incrementó a un
rango entre 73.40 y 77.00%.
5 La Alcaldía de Medellín a través de le EDU, actualmente desarrolla Proyectos Urbanos
Integrales en las zonas Nororiental, Centroriental y en la Comuna 13 del municipio.
CUADRO 2. Metodología de un Proyecto Urbano Integral.
METODOLOGIA DE UN PROYECTO URBANO INTEGRAL
PLANIFICACION
DIAGNOSTICO FORMULACION
GESTION
DISEÑO
EJECUCION
ANIMACION
PASO 1. Reconocimiento físico - social
PASO 5. Insumos contratación
PASO 8. Planteamiento
PASO 2. Perfil del proyecto
PASO 6. Contratación
PASO 9. Gestión
PASO 3. Anteproyecto arquitectónico
PASO 7. Obra
PASO 10. Ejecución
PASO 4. Proyecto arquitectónico
Fuente: Empresa de Desarrollo Urbano.
2.1.3 Chile. Programa Quiero mi Barrio.
El programa de recuperación de barrios, denominado Quiero mi Barrio, surge en el año 2006 en cumplimiento a un compromiso de campaña establecido por la presidenta Michelle Bachelet para la recuperación de 200 barrios en todo el territorio chileno6. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) es quien desarrolla esta iniciativa, la cual se inserta dentro de sus definiciones estratégicas, que reconocen, dentro de la misión institucional, el mejoramiento del entorno barrial y el fortalecimiento de la participación ciudadana, como elementos fundamentales de las políticas habitacional y urbana. El objetivo general del Programa es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de barrios que presentan problemas de deterioro urbano y vulnerabilidad social, a través de un proceso participativo de recuperación de los espacios públicos y los entornos urbanos de las familias. El propósito del mismo se centra en recuperar espacios públicos deteriorados, propiciar barrios más integrados socialmente, mejorar las condiciones del entorno y fortalecer las relaciones sociales.
6 A diferencia de otras experiencias en programas de recuperación de barrios, el programa
Chile mi Barrio responde a una decisión de gobierno anterior a la demanda ciudadana
explícita. Recuperar 200 barrios durante su mandato fue compromiso de la Presidenta
Bachelet durante su campaña.
Estrategia de intervención Tres conceptos conforman el marco de referencia del programa y fundamentan la estrategia de intervención, la metodología de trabajo y el modelo operativo: cohesión social, regeneración urbana e intersectorialidad. La seguridad ciudadana funciona como eje transversal de la intervención.
Cohesión social. El Estado juega un papel fundamental en garantizar la cohesión social a través de acciones en torno al combate al hambre, la pobreza y la exclusión que permitan mejorar la calidad de vida de la gente, con el desafío en recursos financieros tanto públicos como privados que esto implica. Sin embargo es necesario abordar el tema de manera integral, promoviendo los espacios y mecanismos adecuados para formar consensos entre los distintos actores políticos y de la sociedad civil. Esto promoverá un reforzamiento del tejido social, una mayor identificación de la ciudanía con el gobierno, y una mayor credibilidad en las autoridades.
Regeneración urbana. Chile ha experimentado en las últimas décadas un proceso de urbanización importante, dando como resultado que 8 de cada diez chilenos vivan en ciudades actualmente. Este fenómeno se ha reflejado en una expansión territorial con grandes zonas de concentración residencial homogénea, generando así inequidad urbana, que se traduce en una inequidad social, produciendo descontento social, que puede traducirse después en violencia y conflicto. Ante este contexto, es necesario
desarrollar políticas urbanas de regulación del crecimiento y desarrollo de las ciudades, procurando el bien común y protegiendo el patrimonio urbano y ambiental, pero centrando la atención en áreas urbanas deterioradas y segregadas para aplicar políticas de regeneración urbana a diversas escalas, en este caso a nivel barrial. Es importante la definición de planes urbanos integrales, que vinculen obras físicas con iniciativas sociales, para potenciar la sostenibilidad de las obras, tanto en su uso democrático como en su administración y mantenimiento. Esto se logra a través del consenso ciudadano, involucrando a la comunidad durante todo el proceso.
Intersectorialidad. Consiste en poner a disposición de un proyecto de desarrollo común todos los instrumentos, planes, programas e iniciativas de los diferentes actores involucrados, generando secuencia, complementariedad y evitando duplicidad de esfuerzos. Esto supone la capacidad de los involucrados en la adecuación de manera efectiva y oportuna de su oferta a las necesidades y requerimientos que se derivan de un proyecto de desarrollo en determinado territorio, para asegurar su pertinencia a la realidad local. La participación de los municipios es fundamental, ya que funcionan como agentes locales del desarrollo y como articuladores de la gestión de los distintos actores públicos y privados, involucrándose en la modelación del programa para adecuarlo al territorio, la asignación y administración de los recursos, la interlocución con los actores locales
y en general en la toma de decisiones respecto a las diversas etapas del programa.
Seguridad ciudadana. Considerando que la delincuencia y la violencia son resultado de la interacción de diversos factores sociales, institucionales, urbanos, ambientales, económicos, entre otros, es necesario que las políticas orientadas a disminuir estos fenómenos consideren todos estos aspectos. De esta forma, el programa Quiero mi Barrio considera la seguridad como un componente transversal que se aborda de manera intersectorial, y congruente con los modelos participativos de intervención que maneja, incorporando a los habitantes de los barrios en todas las etapas del programa. El concepto de prevención situacional toma gran relevancia, denominado así al conjunto de estrategias de intervención urbana que tienen como objetivo la reducción de la sensación de inseguridad de los habitantes urbanos, y la reducción de los delitos de oportunidad. Se busca el mejoramiento de los espacios físicos para lograr barrios más permeables visualmente, iluminados y con espacios públicos diseñados para la integración ciudadana.
Componentes del programa El programa está conformado por un componente urbano y uno social, y por ejes transversales de participación ciudadana, patrimonio cultural e identidad, medio ambiente, seguridad ciudadana y conectividad digital.
Componente urbano. Enfocado a enfrentar problemas de deterioro urbano, materializándose a través de un Plan de Gestión de Obras, conformado por una cartera de proyectos de infraestructura priorizados por los vecinos, que se materializa en un Contrato de Barrio definido participativamente con ellos.
Componente social. Corresponde a la implementación integral del modelo de regeneración urbana en el barrio. Su objetivo es recuperar la confianza y generar la participación de la comunidad en el proceso de mejoramiento del barrio, así como en la apropiación de los espacios recuperados y/o construidos. Además busca fortalecer la identificación de los vecinos con su barrio. Este componente se materializa a través de un Plan de Gestión Social que incluye un plan de iniciativas sociales vinculadas al plan de gestión de obras, un plan de trabajo con el Consejo Vecinal de Desarrollo, el desarrollo de los ejes transversales establecidos para todos los barrios, la evaluación del Programa y una estrategia comunicacional.
Fases del programa Estos dos componentes de desarrollan en paralelo a partir de la implementación de 3 fases que conforman el modelo operativo del programa:
Elaboración del Contrato de Barrio. Se trabaja simultáneamente en un estudio técnico de base y en un autodiagnóstico comunitario, a partir de los cuales se construye un diagnóstico compartido y se elabora el Plan de Gestión de Obras (PGO) y el Plan de Gestión Social (PGS). Se conforma además el Consejo Vecinal de Desarrollo, constituido por las organizaciones territoriales y sociales existentes, líderes e instituciones. Se lleva a cabo una “obra de confianza” con el fin de validar el inicio de la intervención en el barrio y generar confianza en los vecinos. Por último se firma un Contrato de Barrio que incluye un PGO y un PGS, suscrito por el Consejo Vecinal, el MINVU y el Municipio.
Ejecución del Contrato de Barrio. Se llevan a cabo el PGO y el PGS. El primero va encaminado a realizar aquellas obras definidas en función de las prioridades establecidas en el contrato de barrio, y que son necesarias para detonar un proceso de recuperación del entorno físico de un determinado territorio. En la segunda se llevan a cabo aquellas acciones sociales vinculadas al proceso de recuperación del barrio, y cuya tipología dependerá del diagnóstico y de la estrategia de intervención definida.
Cierre del Contrato de Barrio. En esta etapa se lleva a cabo la evaluación del programa, así como la sistematización de la experiencia en cada barrio, además de la conformación de una Agenda de Barrio, que permita a través del Consejo Vecinal incorporar obras en desarrollo, mantener las existentes y promover nuevas obras con la finalidad de continuar con un proceso de mejora del barrio.
Desde el año 2006 en que inició el programa, al año 2010, han sido intervenidos o se encuentran en proceso de intervención, los 200 barrios7 que formaron parte del compromiso establecido por la Presidencia de Chile, distribuidos en 80 comunas a lo largo del territorio nacional, con una población de aproximadamente 500,000 personas. La inversión total asciende a más de 335 millones de dólares para el periodo 2006-2010. Información del MINVU indica que aquellos barrios en los que se inició el programa en 2006, han logrado rearticular sus redes sociales y en muchos casos cambiar la forma en cómo el resto de la población observa el lugar donde viven. La innovación del programa Quiero mi Barrio con respecto a otros llevados a cabo por el MINVU reside en que éste se
7 Según el MINVU, el 68% de los barrios seleccionados posee hasta 500 viviendas, el 28%
fluctúa entre 501 y 1500 viviendas, el 3% posee entre 1501 y 3000 viviendas y un 1% posee
más de 3000 viviendas.
entiende como un programa de urbanismo ciudadano, en el cual la participación y el diálogo son componentes fundamentales para el éxito del mismo, además promueve una forma diferente de habitar la ciudad, en la que se establece una “reconciliación” entre las personas y el Estado a través de la mejora de servicios y la infraestructura, lo que potencia la convivencia y participación, que al final se traduce en mejores ciudadanos, responsables de su entorno y conscientes del poder que se tiene al buscar la organización y el consenso. Uno de los grandes desafíos del programa es lograr la sostenibilidad en el tiempo, y esto será posible en la medida en que exista en los vecinos el convencimiento de que de ellos depende que las mejoras en sus barrios se lleven a cabo y perduren, y que se generen redes con instancias del ámbito público y privado que sean capaces de colaborar en la manutención de los espacios.
CUADRO 3. Generalidades del Programa Quiero Mi Barrio.
PROGRAMA QUIERO MI BARRIO
METODOLOGIA
COMPONENTE FISICO
COMPONENTE SOCIAL
Plan de Gestión de Obras (PGO)
Plan de Gestión Social (PGS)
FASES
FASE 1. Elaboración del
Contrato de Barrio FASE 2. Ejecución del Contrato
de Barrio
FASE 3. Cierre del Contrato de Barrio / Evaluación / Agenda
futura
Estudio Técnico de Base
Licitación de obras físicas
Evaluación
Autodiagnóstico Comunitario
Desarrollo de PGO y PGS
Sistematización
Creación del Consejo Vecinal
de Desarrollo
Plan de trabajo del Consejo Vecinal de Desarrollo
Entrega de la historia del Barrio
Firma del Contrato de Barrio
Plan de Trabajo Multisectorial
Agenda Futura
Obra de Confianza
Fuente: Elaboración del autor.
2.2 ATRIBUTOS DEL ESPACIO PUBLICO SEGURO
“El espacio público supone dominio público, uso social colectivo y multifuncionalidad. Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, lo que lo convierte en factor de centralidad. La calidad del espacio público se puede evaluar sobre todo por la intensidad y calidad de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mezcladora de grupos y de comportamientos, por su capacidad para estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración culturales. Por ello, es conveniente que el espacio público tenga algunas calidades formales como la continuidad en el espacio urbano y la facultad ordenadora del mismo, la generosidad de sus formas, de su diseño y de sus materiales y la adaptabilidad a usos diversos a través del tiempo” (Borja, 2001).
El reto fundamental en el diseño de espacios públicos es que éstos tengan significado, lo cual se logrará en la medida que responda a las necesidades de la gente. Para saber lo que la gente necesita, la mejor manera de saberlo es preguntando. Para satisfacer estas necesidades, un espacio deberá ser manejable y haber sido diseñado para proteger los derechos individuales y colectivos de los usuarios, así como para proveer los medios que permitan a los diversos grupos establecer sus derechos de tal manera que no generen conflicto. Esto será posible involucrando a los usuarios en el proceso de discusión previo a la construcción de los espacios y mediante una estructura de manejo que sea democrático, que permita a la vez cierto nivel de control por parte de los
usuarios estableciendo derechos y obligaciones, y favorecer además dar continuidad a sus demandas y necesidades.
“Atender las necesidades y derechos de los usuarios de los espacios públicos es la manera de civilizar éstos. Prepara el nivel fundamental de civilidad requerido que abre el camino para la expresión social. Si el espacio público satisface estas dos dimensiones básicas, la coherencia y significado de los espacios se verá ampliamente incrementado” (Carr, Francis, Rivlin y Stone, 1992).
Dar significado a los espacios públicos involucra a usuarios, diseñadores y gestores de los espacios, promoviendo y desarrollando en estos espacios experiencias variadas en las cuales la gente pueda satisfacer sus necesidades y establecer vínculos. Esto sucede en la medida que los espacios respondan a su entorno físico y social, incorporando las actividades requeridas por los usuarios y que generen percepciones de confort, seguridad e interacción con otras personas, y permitiendo diversas expresiones culturales y sociales, para que la gente perciba el espacio como parte de sus vidas y reflejo de su identidad. Desde la perspectiva de la seguridad ciudadana, el espacio público debe contener cualidades que se conviertan en factores promotores de la seguridad, como es la calidad formal, la iluminación, la accesibilidad, vigilancia, el mantenimiento, la relación con el entorno y todo aquello que facilite la integración urbana de los espacios públicos, ya sean plazas, avenidas, parques, etc.
Sin embargo, como lo establece Borja, “la mejor manera de garantizar la seguridad del espacio público es la continuidad de su uso social, es decir, la presencia de la gente, lo que quiere decir que corresponden a trayectos, que sean agradables, que se permita su utilización a todo tipo de personas y grupos, asumiendo que a veces es necesario reconciliar o regular intereses o actividades contradictorias.” Es importante mencionar el concepto de prevención situacional, el cual surge como un conjunto de estrategias que tiene como objetivo la reducción de la sensación de inseguridad de los habitantes urbanos, así como de los delitos de oportunidad. En términos urbanos, esto se traduce en contar con ciudades más permeables visualmente, con iluminación eficiente y en concordancia con el espacio en que se localiza, además de espacios públicos diseñados para la integración de los ciudadanos, con menor segregación urbana, y barrios a los que el ciudadano se encuentre identificado y vinculado. La prevención situacional implica la intervención sobre aquellas características urbanas y arquitectónicas que pueden favorecer la ocurrencia de delitos de oportunidad. Esto requiere de un análisis estratégico de aquellos sectores en donde se concentren determinados tipos de delitos, a la vez identificando los elementos que favorecen la ocurrencia de los mismos, así como las personas que presentan riesgos de ser víctimas de un delito. El objetivo se centra en reducir las oportunidades de cometer delitos o actos de violencia, a través del mejoramiento de los espacios físicos con la participación activa de la comunidad y del gobierno.
Espacios urbanos seguros Considerando una visión más técnica acerca de los atributos que debe contener el espacio público seguro, y en concordancia con el concepto de prevención situacional, es importante destacar un documento muy valioso, denominado Espacios urbanos seguros, desarrollado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile, en conjunto con el Ministerio del Interior y la Fundación Paz Ciudadana, a través del cual se busca difundir conocimientos y herramientas para que el diseño de espacios urbanos y sus características ambientales, y la promoción de la participación ciudadana, contribuyan a mejorar la percepción de seguridad y a reducir los delitos de oportunidad. Está basado principalmente en Criterios de la Prevención de la Delincuencia Mediante Diseño Ambiental, (CPTED por sus siglas en inglés), la cual considera tanto elementos espaciales como comunitarios, y que ha formado parte de iniciativas integrales de prevención de la delincuencia en diversos países.
El documento señala que existe un consenso general en que al contar con un espacio urbano planificado, diseñado y manejado adecuadamente, ciertos tipos de delitos y la percepción de temor pueden ser reducidos, y de esta forma elevar la calidad de vida de la comunidad.
Las técnicas aplicadas serán más exitosas en la medida en que colaboren a contribuir en la cohesión social de la comunidad, a través de la participación ciudadana en la modificación del espacio urbano y sus características ambientales. Esta estrategia está basada en los siguientes principios:
Promover la vigilancia natural. Ver y ser visto resulta esencial para crear o mantener un espacio seguro. La alta visibilidad de un lugar aumenta el control sobre éste por parte de sus usuarios y disminuye la probabilidad de que ocurran delitos de oportunidad.
Fomentar el control natural de accesos. Se busca incentivar a través de estrategias de diseño, el control social sobre los accesos a un espacio determinado.
Estimular la confianza y colaboración entre los vecinos. El reforzamiento de la confianza y el sentido de pertenencia de los habitantes con su entorno fomentan el control social que se ejerce sobre un sector, lo que contribuye a generar un uso adecuado y el cuidado del mismo.
Reforzar la identidad con el espacio público. Esto implica involucrar a la comunidad en el diseño y recuperación de los espacios, para que se genere una apropiación y un cuidado de éstos. Además, este involucramiento permite un mejor conocimiento de las personas que habitan en determinada comunidad, lo que permite fortalecer los lazos comunitarios.
Diseñar y planificar barrios a una menor escala. El tamaño de un conjunto urbano puede afectar la sensación de seguridad de sus usuarios, además es más difícil establecer lazos comunitarios profundos. En escalas menores se puede generar un mejor control del espacio.
Fomentar la participación y responsabilidad de la comunidad. Esto será posible con el desarrollo de una estructura espacial y administrativa que sirva de apoyo.
Administrar adecuadamente los espacios públicos. Es vital para que una estrategia de prevención sea sostenible y fomente el encuentro y el uso colectivo de los espacios, con la asignación de responsabilidades tanto a las autoridades públicas como a los vecinos.
Se definen además diversas recomendaciones de diseño,
basadas en conceptos de prevención de la delincuencia
mediante diseño del espacio urbano y sus características
ambientales (estrategia de prevención de la delincuencia
denominada CPTED). Estas se estructuran desde la
perspectiva de un recorrido realizado por el usuario que
circula por la ciudad y que experimenta diversas situaciones
urbanas. A continuación se muestran algunas de estas
recomendaciones que son inherentes al espacio público:
a) Perfiles de calle con borde continuo. Se refiere a la
relación que se establece entre el peatón y el borde
edificado, el peatón y la vereda, el peatón y la vereda
opuesta, así como entre lo edificado y el espacio
público.
Recomendaciones:
Mejorar la relación visual entre interior-exterior,
removiendo y/o reubicando elementos que bloqueen
la visión, especialmente desde el interior.
Mejorar y mantener en buen estado las fachadas de edificios, evitando rayados y acumulación de basura en su frente cuando procede y estimular el uso de muros para publicidad iluminada, o murales de arte urbano.
Proteger el espacio originado por quiebres de fachadas con elementos como jardineras, mobiliario urbano, césped, etc.
Favorecer, cuando esté permitido, la instalación de iluminación peatonal y mobiliario urbano, tales como bancos y basureros.
Fomentar actividades que generen uso permanente del espacio, tales como la instalación de kioskos, en puntos donde la presencia natural de personas es escasa en determinadas horas del día (colegios, iglesias, edificios de uso público).
b) Mobiliario urbano. Se consideran las luminarias,
asientos, bebederos, paraderos de transporte público, árboles, jardineras, y todo elemento que apoye la vida en el espacio público. La ausencia de mobiliario urbano o su inadecuada instalación son factores que pudieran generar problemas de inseguridad en el
espacio público. Un mobiliario urbano adecuadamente instalado permite un mecanismo de vigilancia natural y en un cambio de percepción del espacio por parte del peatón. Además permite generar una sensación de orden y cuidado lo que invita a la permanencia en el espacio.
Recomendaciones:
Distribuir luminarias de acuerdo al uso del espacio y de tal forma que proporcionen iluminación homogénea.
Colocar luminarias con intensidad necesaria.
Podar vegetación (árboles y arbustos) para permitir el buen paso de la iluminación.
Proteger luminarias contra actos vandálicos, ya sea con diseños especiales o materiales de alta resistencia.
Diseñar iluminación a escala del peatón.
Ordenar mobiliario urbano para que no obstaculice recorridos peatonales.
Diseñar paraderos con materiales transparentes que faciliten el control visual del usuario.
Proporcionar iluminación adecuada a paraderos.
Utilizar materiales anti-vandálicos en paraderos que eviten rayados y permitan una fácil manutención.
Diseñar cabinas telefónicas con accesibilidad universal (fácil uso para discapacitados, adultos mayores y niños).
Ubicar cabinas telefónicas en lugares con fácil acceso y que estén bien iluminados.
Ubicar bancos cerca de iluminación y basureros.
c) Vacíos de la trama urbana. Definidos en tres
categorías en función de sus escalas, las plazoletas,
plazas y parques acogen actividades principalmente de
circulación y de esparcimiento de los usuarios.
Recomendaciones:
Definir “rutas seguras” entre dos o más puntos, con iluminación dirigida y dedicada, señalética clara que indique puntos de entrada y salida, mobiliario urbano que fomente la presencia natural de personas y vegetación que no bloquee campos visuales.
Dar un tratamiento en el pavimento de las rutas seguras a través de colores, texturas y símbolos que permitan hacer más entendible y transitable el recorrido peatonal, especialmente para adultos mayores y personas con capacidades diferentes.
Definir los recorridos preferentemente con la participación de la comunidad.
Generar actividades nocturnas, como deportes, presentaciones culturales u otras, que promuevan la presencia natural de personas.
d) Sitios eriazos. Se refiere a aquellos lotes vacíos de la trama urbana que no están construidos y que no tienen uso definido. Estos espacios suelen estar descuidados, sin un uso activo, carecientes de iluminación, lo que incrementa la sensación de riesgo y temor principalmente en las noches, y contribuye a generar áreas de oportunidad para que los delincuentes puedan actuar.
Se recomienda darles un uso transitorio que atraiga a los vigilantes naturales, como, por ejemplo, destinarlos a canchas de juegos. Además se sugiere iluminar adecuadamente su perímetro y utilizar límites con materiales que permitan la visión exterior-interior
2.3 CONSTRUCCION DEL ESPACIO PUBLICO CON LA
COMUNIDAD
Las experiencias latinoamericanas en el tema de mejoramiento del espacio público y seguridad ciudadana planteadas en el presente capítulo, abordan la participación comunitaria como uno de los ejes fundamentales para asegurar el éxito de las intervenciones urbanas llevadas a cabo.
El involucramiento de la sociedad en cualquier programa que pretenda una transformación en el entorno urbano es esencial, sobre todo en aquellas comunidades más marginadas, por diversas razones. Por un lado, durante el proceso de definición de alternativas de intervención urbana en determinado lugar, es importante la participación de los habitantes ya que ellos son quienes conocen a fondo las problemáticas a las que se enfrentan, así como las prioridades a definir. En la etapa de diseño de los espacios, es fundamental la incorporación de las opiniones de la comunidad, lo que contribuye a lograr una mayor apropiación del proyecto y de las obras una vez llevadas a cabo.
La participación de la comunidad es también un factor importante en lograr la sostenibilidad en el tiempo de los espacios construidos. Está comprobado que aquellas obras que han sido llevadas a cabo a través de la organización y participación comunitaria tienen mejores niveles de cuidado y mantenimiento, esto en parte porque en muchos casos es la misma ciudadanía quien se hace cargo de esto, ya sea porque quienes llevan a cabo el trabajo de limpieza y conservación de
los espacios por parte del gobierno son habitantes del lugar, o porque las organizaciones comunitarias han asumido el rol de supervisar a aquellas entidades responsables de mantener en buen estado los espacios públicos y equipamientos.
Lo anterior reafirma el hecho que la participación social es esencial en el proceso de mejoramiento del espacio público, pero más allá de eso, la formación y el desarrollo de organizaciones comunitarias en los barrios es un proceso de construcción de capital social, condición necesaria para la construcción de ciudadanía en los asentamientos informales. “Que los habitantes de los barrios sean capaces de seguir adoptando decisiones en forma colectiva, de cooperar en el logro de objetivos comunes, y de sostenerlos en el tiempo más allá de las fases iniciales de organización para presionar a las autoridades por mejoras, son manifestaciones de convivencia ciudadana que aseguran su mejor inserción en la vida de la ciudad.” (Rojas, BID, 2009).
Sonia Fandiño (BID, 2009) señala que la puesta en marcha de procesos participativos en el desarrollo de programas de mejoramiento de barrios requiere que se cumplan por lo menos tres condiciones:
Un gobierno comprometido, lo cual se traduce en espacios, mecanismos e instituciones preparados y dispuestos a adoptar las nuevas propuestas.
Una sociedad civil organizada; esta debe trascender el interés individual o vincularlo a un interés general.
Mecanismos y procedimientos para la gestión que sean sencillos, eficientes y transparentes.
Respecto a las instituciones de gobierno, éstas deben de tener presenta la necesidad de mantener informada a la comunidad y planificar conjuntamente, así como asumir la coordinación con otros actores involucrados con la finalidad de generar sinergia y eficientar al máximo los recursos disponibles. Para esto es importante la preparación de equipos técnicos que conozcan los intereses de las comunidades en las que se va a trabajar para responder de manera efectiva a las necesidades sociales de determinado territorio.
Además de la intervención del Estado, es importante la cogestión de los propios beneficiarios, a través de organizaciones comunitarias, que es necesario conozcan cada vez más acerca de la dinámica de la gestión de las instituciones de gobierno, así como tener una mayor conciencia de acerca de sus derechos, para de esta forma establecer alianzas productivas con el poder público y otros sectores sociales.
Fandiño considera además que “la calidad de la participación depende de factores como la decisión y la voluntad política, que se reflejan en la existencia en las instituciones de equipos de trabajo competentes, comprometidos, con capacidad de gestión y con destreza y conocimiento de los procesos participativos.” Asimismo, dependerá de una organización comunitaria capaz de generar respuestas a sus necesidades y aspiraciones en asociación con el poder público y otros actores del desarrollo.
Participación ciudadana en la construcción de espacios urbanos seguros
El documento Espacios urbanos seguros, del cual se hace referencia en el apartado anterior, hace mención acerca de la promoción de la participación ciudadana como elemento fundamental para lograr el objetivo en la mejora de la percepción de seguridad y reducción de delitos a través del diseño adecuado de espacios públicos.
En él se establece una metodología para llevar a cabo el proceso de implementación de proyectos de prevención de la delincuencia mediante el diseño del espacio urbano y sus características ambientales. Esta consta de siete etapas:
1. Constitución del equipo de gestión. El equipo de gestión es el “motor” de las acciones de intervención urbana participativas. Forman parte de él las autoridades municipales, representantes de la policía y de la comunidad. Por parte del municipio, es importante que se involucren aquellas personas que llevan a cabo tareas de planificación y desarrollo urbano y comunitario. Además es fundamental que exista por parte del Alcalde un compromiso hacia el tema, lo que permitirá que el diseño y ejecución de los proyectos tengan carácter de prioritario.
El involucramiento de la policía es muy importante debido al papel que desempeñan en la prevención de la delincuencia, a su experiencia y porque cuentan con
información y estadísticas relativas a problemas de inseguridad.
La representación de la comunidad deberá estar formada no solo por los residentes, sino por aquellos que realizan actividades cotidianas en la zona, como comerciantes y miembros de la comunidad escolar de los establecimientos cercanos. Será importante involucrar también a organizaciones como juntas de vecinos y asociaciones juveniles, entre otros.
Una vez definido el equipo de gestión se deberá:
Designar a un responsable del proyecto, que deberá liderar al equipo y coordinar sus actividades.
Establecer un calendario de reuniones y actividades periódicas para darle continuidad al proyecto.
2. Convocatoria. Consiste en llamar a la comunidad para integrarla al proyecto por medio de la participación en las diversas etapas de éste. Para lograr esto, se puede realizar una asamblea abierta en la que se informe acerca de los pormenores del proyecto. Además, se invita a integrarse a las diversas instancias de participación que se implementarán, como son los talleres de diagnóstico, grupos focales, marchas exploratorias de seguridad y talleres de diseño, entre otros. La convocatoria deberá de ser lo más amplia
posible, tomando en cuenta especialmente a los líderes de organizaciones comunitarias. Se convocará por medio de:
Líderes comunitarios
Departamento municipal encargado del desarrollo comunitario
Diversos medios de comunicación (radio, megáfono, volantes, televisión, etc.).
3. Diagnóstico. Tiene por objetivo generar información que permita definir el problema de inseguridad a abordar y decidir las acciones concretas a realizar. Las etapas son:
a) Recopilación de antecedentes. Permitirá identificar de forma preliminar aquellos lugares en los cuales un determinado problema de inseguridad parece asociado al diseño urbano. Una vez identificados, es necesario recolectar aquella información existente acerca del problema y la comunidad afectada:
Estadísticas y encuestas referentes al tema de inseguridad
Características poblacionales (género, edad, ocupación, número de propietarios, historia de la comunidad, etc.).
Recursos institucionales existentes (juntas de vecinos, clubes deportivos, agrupaciones
culturales, organizaciones no gubernamentales, escuelas, entre otros).
Recursos urbanos existentes (áreas verdes, equipamientos, etc.).
Recursos económicos existentes.
b) Definición del problema de inseguridad. Una vez recopilados los antecedentes, se lleva a cabo la caracterización de la inseguridad en determinado sector, considerando todos o algunos de los siguientes elementos:
Caracterización del problema delictivo.
Caracterización de la percepción de temor.
Caracterización de las actividades comunitarias posiblemente asociadas al problema.
Análisis del diseño del espacio urbano y sus características ambientales.
c) Devolución del diagnóstico. Es importante
informar a la comunidad los resultados del diagnóstico en las asambleas o talleres que se lleven a cabo, que permitirá validar su contenido y conclusiones, y establecer el grado de acierto que se tuvo en su elaboración. Esta información será fundamental en el desarrollo de los objetivos concretos del proyecto.
Dentro de la etapa de diagnóstico, es importante contar con herramientas que consideren diferentes
grados de participación de la comunidad, así como otras que no incorporan este componente.
a) Herramientas de consulta comunitaria.
Talleres de diagnóstico en seguridad ciudadana: son espacios estructurados de encuentro, discusión y reflexión entre los ciudadanos en temas de seguridad ciudadana en los cuales se busca definir las posibles causas de las problemáticas y analizar alternativas de solución. (Ver anexo A).
Marchas Exploratorias de Seguridad (MES): se lleva a cabo un recorrido en los lugares a ser evaluados con miembros de la comunidad en donde a través de un cuestionario se evalúa la sensación de inseguridad de las personas en determinados espacios. (Ver anexo B).
Entrevistas en profundidad o conversaciones informales: consiste en conversaciones con personas clave de la comunidad, que permitan obtener información acerca de la percepción acerca del problema que se está analizando. (Ver anexo C).
Grupos focales: a través de esta herramienta se provee un espacio estructurado de discusión que permite obtener la opinión de
determinados segmentos de la población. (Ver anexo D).
Encuestas de temor y victimización: permiten un análisis cuantitativo del tema, utilizando cuestionarios estructurados cuya aplicación es más compleja y en algunos casos requiere la participación de especialistas. (Ver anexo E).
b) Otras herramientas.
Guías de diseño: son instrumentos gráficos que ejemplifican buenas y malas prácticas de diseño urbano. Permiten evaluar problemas asociados a la seguridad y dar alternativas de solución.
Observación directa: está orientada a detectar las buenas y malas prácticas en el diseño del espacio urbano que están influyendo negativamente en la seguridad de un área determinada.
Estadísticas: ya sea de origen público o elaboradas por organizaciones no gubernamentales, permiten enriquecer el diagnóstico, sin embargo, en algunos casos la información se presenta de manera generalizada para todo un municipio y no por sector o barrio.
Mapas de inseguridad: es posible hacer uso de mapas como método para analizar el crimen, los cuales permiten canalizar discusiones comunitarias sobre el problema de inseguridad que afecta al lugar.
4. Toma de decisiones. La etapa de toma de decisiones
tiene tres objetivos: a) Formulación de objetivos. Permite tener claridad
acerca de los problemas que se busca solucionar o la situación que se busca mejorar a través de la intervención en el espacio urbano. Es importante definir los indicadores de impacto para saber si el problema se ha solucionado.
b) Propuesta de alternativas de solución. Estas deben
de llevarse a cabo por el equipo de gestión en conjunto con la comunidad dentro de los canales de comunicación establecidos para ello.
c) Decisión sobre la alternativa de solución a utilizar.
Una vez establecidas las posibles alternativas, se deberá definir cuál de ellas es la más viable considerando lo siguiente:
Viabilidad técnica
Viabilidad económica
Duración
Impacto de la intervención
Sostenibilidad
5. Diseño y planificación de la solución. En esta etapa se elabora el plan de acción del proyecto, que el equipo de gestión y la comunidad en conjunto llevarán a cabo para solucionar los problemas de inseguridad detectados en el diagnóstico. Las etapas son: a) Recorridos en terreno. Se llevan a cabo visitas con
la comunidad a los espacios a intervenir, con la finalidad de definir las características de diseño a implementar. Este proceso puede facilitarse usando la técnica de Marchas Exploratorias de Seguridad.
b) Taller de discusión. Durante este proceso los
participantes elaboran y exponen sus propuestas, a través del uso de dibujos, maquetas, fotografías y cualquier otro elemento de representación gráfica que facilite el entendimiento de las mismas. La decisión se recomienda sea tomada por consenso y no por votación.
c) Elaboración del prediseño. Una vez definida y
aprobada la propuesta, el equipo de gestión procede a elaborar el prediseño a través de croquis o bocetos. Estos deberán de ser legibles por la comunidad, recoger los elementos esenciales propuestos y permitir la introducción de nuevos elementos.
d) Confección del plan de acción. Una vez definidas las características específicas de la obra, es
necesario llevar a cabo un plan de acción que considere lo siguiente:
Actividades necesarias para cumplir los objetivos.
Asignación de responsables para cada una de las actividades.
Definición de plazos para cada una de las actividades.
Definición del costo total de las obras.
6. Ejecución. En esta etapa es fundamental considerar varios aspectos, entre ellos la participación activa de la comunidad en este proceso, a través de la aportación de mano de obra. Si la obra es licitada, se recomienda que la empresa ganadora establezca una persona que sea el contacto entre ésta y el equipo de gestión o un representante de la comunidad para recibir reclamos o sugerencias.
7. Evaluación. Se lleva a cabo en tres niveles:
a) Evaluación del proceso: se debe contemplar durante el desarrollo de todo el proyecto para conocer si hubo una adecuada administración y ejecución de la obra.
b) Evaluación de resultados: permite confirmar si se obtuvieron los cambios en el diseño urbano que se
habían planificado, en términos cualitativos y cuantitativos.
c) Evaluación de impacto: se evalúa el impacto que tuvo la intervención urbana sobre el problema inicial de inseguridad. Esto es posible a través de una revisión en la evolución de los indicadores definidos en la etapa de toma de decisiones. Los posibles resultados pueden ser la eliminación del problema, el desplazamiento hacia otra zona o la disminución del mismo. Se deberá considerar una evaluación al corto plazo una vez terminada la obra, y otra después de un año o más.
3. RECUPERACION DEL ESPACIO
PUBLICO EN LA ZONA ESTE DE
TIJUANA
En este capítulo se abordará de manera concreta el área objetivo del presente trabajo: la Zona Este de la ciudad de Tijuana, para lo cual será importante en primer lugar conocer cómo ha sido el proceso de desarrollo urbano de la ciudad, y en específico del área en cuestión, mostrando cuáles han sido los factores determinantes de su crecimiento y de qué forma se han reflejado en su expansión física. Una vez teniendo un panorama general del contexto bajo el cual se ha desarrollado Tijuana y su Zona Este, es importante delimitar el área que será objeto de diagnóstico, y conocer con mayor detalle las condiciones urbanas y sociales que prevalecen en ella, que justifiquen la necesidad de llevar a cabo estrategias de intervención física en el espacio público de manera que permitan la consolidación urbana del sector.
3.1 PROCESO DE DESARROLLO URBANO DE TIJUANA
Los inicios pre-urbanos de Tijuana datan de 1829, cuando fue otorgada en concesión por parte del Gobernador de las Californias a Santiago Argüello un área de aproximadamente diez mil hectáreas para su explotación, que se conocía como “Rancho Tijuana”. A raíz del Tratado Guadalupe Hidalgo de 1848, en el cual México vendió parte de su territorio a los Estados Unidos de América, se trazó la nueva línea fronteriza, la cual colindaba con el rancho y marcó su inicio como localidad fronteriza. El flujo cada vez mayor de personas y mercancías que se daba a través de la ranchería siguió su curso de manera normal, hasta la instalación de la primera aduana fronteriza en 1874, esto debido al gran incremento en el cruce entre Estados Unidos y México. La actividad aduanera obligaba a los viajeros a detenerse y permanecer por algún tiempo en el lugar, lo que fue aprovechado para la instalación de algunos comercios, y posteriormente viviendas y equipamientos precarios. Al incrementarse la actividad aduanera, el pueblo de Tijuana fue creciendo también. Durante la segunda mitad del siglo XIX el sur de California se integra al sistema ferroviario de Estados Unidos, con lo cual se inicia una gran migración de personas hacia esa zona del país, con el incremento en la especulación de la tierra y la actividad inmobiliaria, dando como resultado la aparición de una gran cantidad de fraccionamientos. La familia Argüello al ver el éxito de estos emprendimientos, decidió fraccionar parte de los terrenos del rancho Tijuana. Esto no fue posible hasta que concluyó un largo litigio familiar sobre dichos predios, sancionado el 11 de julio de 1889, fecha establecida
oficialmente como la fundación de Tijuana. Una vez superado el litigio se procedió a definir el plano para la formación del pueblo, acorde con los modelos de urbanización vigentes en el oeste de los Estados Unidos, que en sus orígenes intentó llamarse Zaragoza, y se comenzó posteriormente con la venta de lotes y manzanas (ver mapa 1). Para el año 1900, según el Censo General de Población, el poblado contaba con apenas 242 habitantes. MAPA 1. Pueblo de Zaragoza.
Durante las primeras décadas del nuevo siglo, el desarrollo urbano y económico de Tijuana estuvo estrechamente ligado a la influencia del capital estadounidense. Por un lado la llegada del ferrocarril a la frontera y la construcción en territorio mexicano permitió un mayor flujo de personas y mercancías. Por otro lado, las medidas establecidas por Estados Unidos contra el consumo de bebidas alcohólicas, juegos de azar y de carreras, entre otros, hicieron que inversionistas estadounidenses establecieran sus negocios en Tijuana, dedicándose a ofrecer aquellas actividades que eran prohibidas en su país. Así surgió una diversidad de establecimientos de distintas categorías, desde cantinas y centros nocturnos, hasta casinos y complejos turísticos de primer nivel. Destacan la instalación del primer hipódromo, así como del complejo turístico Agua Caliente, que atrajeron una gran cantidad de turistas de Estados Unidos y Europa. Durante estos años la población aumentó paulatinamente, llegando a 1,228 en el año 1921. La crisis económica de 1929 en Estados Unidos, obligó a miles de mexicanos que laboraban en actividades agrícolas en ese país a regresar a México, lo que significó un gran incremento en el ingreso de personas a través de la frontera. Una gran cantidad de ellas decidió establecerse en las ciudades fronterizas, incluida Tijuana, lo que provocó un incremento en los valores del suelo en los lotes disponibles en el poblado. Esto obligó a aquéllos que requerían terrenos a posesionarse de tierras propiedad de los Argüello, de las cuales fueron desalojados. Ante el incremento del flujo migratorio y las necesidades de suelo para los nuevos residentes, el Gobierno decide nulificar los títulos de propiedad del “Rancho Tijuana”, Fuente: Ayuntamiento de Tijuana.
lo que fue aprovechado por los solicitantes de terrenos para asentarse en la periferia del pueblo y formar las primeras colonias, bajo nuevas bases de planificación y zonificación establecidas por la administración pública MAPA. En 1940 se define el Fundo Legal de la población con una superficie de 836 hectáreas de lo que fue el “Rancho Tijuana”, que contaba ya con una población cercana a los 22 mil habitantes. (ver mapa 2) MAPA 2. Tijuana en 1937
A partir de la década de los cincuenta, inicia un proceso acelerado de crecimiento urbano principalmente debido al aumento en el flujo de personas a través de la frontera, unas
provenientes del sur de México en búsqueda de empleo en el estado de California, Estados Unidos, y otras deportadas por encontrarse ilegalmente en el mencionado país, quienes en la mayoría de los casos decidían permanecer en Tijuana (ver mapa 3). La expansión urbana se dio de manera muy rápida y de diferentes maneras. Por un lado se generó un crecimiento legal con el desarrollo de fraccionamientos de iniciativa tanto privada como pública, en diversas áreas del territorio; sin embargo en algunos casos no se generaba continuidad entre ellos, debido a factores como la tenencia de la tierra y la topografía, lo que evitaba la formación de un núcleo urbano integrado y consolidado. Por el otro, se intensificó la aparición de asentamientos irregulares como alternativa para aquellas personas que no pudieron satisfacer sus necesidades de suelo y vivienda en los mercados formales, ya sea por escasez de oferta o por los costos que representaban. De manera similar al crecimiento legal, los desarrollos informales se establecieron de manera dispersa, esto debido a factores como la ambigüedad en la tenencia de la tierra, que fue aprovechada para invadir predios o comprar lotes fraccionados sin licencia. De esta forma, la ciudad fue creciendo de manera exponencial bajo el paralelismo de la formalidad y la informalidad, de manera dispersa y con escasa planeación, sin siquiera haber consolidado su núcleo urbano central. Es importante destacar que asentamientos que iniciaron de manera irregular, ahora forman parte del núcleo más consolidado de la ciudad.
Fuente: Ayuntamiento de Tijuana.
MAPA 3. Tijuana en la década de los cincuenta.
Con la finalidad de intentar regular el crecimiento de la ciudad, y de abatir el rezago en infraestructura y servicios públicos, autoridades de los niveles Federal, Estatal y Municipal de Gobierno llevaron a cabo diversas acciones que si bien contribuyeron a mejorar las condiciones urbanas en las que se encontraba Tijuana, y proveer los instrumentos para normar y planear su desarrollo urbano, fueron insuficientes ante el explosivo crecimiento de la población. En materia de suelo y vivienda, la oferta por parte de las autoridades públicas era rebasada por la demanda, por lo cual los esfuerzos se concentraron en la regularización de los diversos asentamientos irregulares que fueron surgiendo, descuidando los mecanismos de control y planeación. Entre 1950 y 1990, la población había crecido de 65,364 habitantes a 747,381, con tasas de crecimiento superiores al 9% en algunas décadas (ver cuadro 4). Es en 1990 cuando, a la
par de otras áreas de la ciudad, inicia el proceso descontrolado de crecimiento urbano en la Zona Este de Tijuana, área de la ciudad comúnmente llamada así y que se localiza al oriente de la mancha urbana, abarcando la delegación municipal de La Presa. (Ver mapa 9). Crecimiento urbano de la Zona Este de Tijuana La Zona Este estaba conformada principalmente por diversos poblados ejidales con algunas viviendas y rancherías, entre los que destacaban los Ejidos Mariano Matamoros y Francisco Villa, dominando el paisaje terrenos de cultivo y pastoreo. En el año 1990, un grupo de familias, aproximadamente 800, se asentaron en terrenos ejidales mediante un movimiento de invasión de tierras en la zona conocida como ejido Matamoros. Este movimiento fue seguido por más familias lidereadas por diferentes personas y grupos políticos. “Se asentaron de manera anárquica, trazando lotes de aproximadamente 10 x 20 metros, sin ningún sistema de medición exacta” (Alegría, 2005). Ante esta situación, el gobierno procedió a la expropiación de 710 hectáreas del ejido, las cuales fueron administradas por un fideicomiso, el cual se encargó de regularizar cada uno de los predios. En 1993 se lleva a cabo la venta de 210 hectáreas, que formaban parte del polígono expropiado de 710 hectáreas, a una empresa desarrolladora de vivienda, en donde se construye vivienda de interés social.
Fuente: Ayuntamiento de Tijuana.
CUADRO 4. Crecimiento histórico del Municipio de Tijuana.
Fuente: Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN).
Paralelamente se fueron desarrollando fraccionamientos populares en propiedad privada, en el área denominada “El Florido”, localizada al sur de los Ejidos Matamoros y Francisco Villa, conformando 4 colonias con una alta población, denominadas El Florido secciones I,II,III y IV. Durante la década de los noventa y hasta la actualidad, el crecimiento urbano de la zona ha continuado, principalmente a través de la construcción de desarrollos habitacionales por parte de promotores inmobiliarios en suelo de propiedad de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos se permite la privatización de los ejidos, además se ha continuado y finiquitado en algunos casos el proceso de regularización de los asentamientos irregulares surgidos. Es importante mencionar que en muchos de los casos en los cuales se llevó a cabo la regularización de asentamientos informales y su inscripción en el Registro Público de la Propiedad, no se cumplió con la normatividad para fraccionamientos, lo cual implicaba que fueran consideradas las áreas necesarias para los equipamientos públicos, así como lograr una continuidad y orden en la traza urbana, definición de usos de suelo, entre otros. Esta práctica aún continúa debido a que el organismo estatal responsable de la regularización de la tenencia de la tierra no está obligado a someter a aprobación ante el ayuntamiento aquellos predios sujetos a regularización, lo cual acarrea consecuencias negativas Como parte de una política nacional orientada a abatir el rezago en materia de vivienda que dio inicios a partir del año
AÑO POBLACION TASA MEDIA DE CRECIMIENTO
ANUAL
1950 65,364
1960 165,690 9.7
1970 340,583 7.5
1980 461,257 3.1
1990 747,381 4.9
1995 991,592 5.8
2000 1,210,820 4.1
2005 1,410,687 3.1
2000, la oferta formal se ha incrementado considerablemente, debido principalmente a la apertura del crédito hipotecario ,lo que ha ocasionado el desarrollo de conjuntos habitacionales de promoción privada principalmente en la periferia de la ciudad, con los altos costos que esto implica para la administración pública, al tener que llevar infraestructura y servicios a estos nuevos polos de crecimiento urbano, desatendiendo por falta de recursos económicos aquellas zonas dentro de la mancha urbana, en su mayoría de origen irregular, que se encuentran en un proceso de consolidación urbana que es necesario potenciar. En contraparte, durante los últimos años el fenómeno de la irregularidad en Tijuana ha continuado pero de manera distinta. “Si bien en el pasado las invasiones no controladas eran la fuente principal de la irregularidad, actualmente este fenómeno se produce en particular por la venta de terrenos en fraccionamientos no autorizados por la autoridad municipal” (Alegría, 2005). Estos terrenos son adquiridos principalmente por aquellas personas que están imposibilitadas para acceder a un crédito hipotecario y se ven orilladas a realizar este tipo de transacciones. La oferta de vivienda para los estratos económicos más bajos resulta escasa o prácticamente inexistente, ante los altos costos del suelo en el municipio derivados de la especulación. Además, sigue vigente un modelo de desarrollo urbano en el que predomina la utilización desmedida e inadecuada del suelo, con bajas densidades, en zonas apartadas de los núcleos urbanos y con poca accesibilidad dadas las
condiciones topográficas de la ciudad, lo que dificulta aún más la posibilidad de contar con un ambiente urbano de calidad. Como puede constatarse, la irregularidad ha contribuido de manera importante en el crecimiento de Tijuana, y aunque se han llevado a cabo acciones tendientes a disminuir este fenómeno, sigue siendo la única alternativa para amplios sectores de la sociedad que requieren de suelo y vivienda. Más del 60 por ciento de la población se encuentra asentada sobre predios que tuvieron un origen irregular, ocasionando para los residentes de la ciudad un conjunto de afectaciones que resultan en un entorno urbano precario, inaccesibilidad a algunos servicios básicos y viviendas inadecuadas.
MAPA 4. Mancha urbana de Tijuana 1950.
MAPA 6. Mancha urbana de Tijuana 1970.
MAPA 5. Mancha urbana de Tijuana 1990.
MAPA 7. Mancha urbana de Tijuana 2010.
Fuente: Elaboración del autor.
Fuente: Elaboración del autor.
Fuente: Elaboración del autor.
Fuente: Elaboración del autor.
3.2 DELIMITACION DEL AREA DE ESTUDIO
El desarrollo de los diagnósticos urbano y social, será la base
para la definición de las estrategias de intervención urbana a
llevar a cabo en la Zona Este de Tijuana, para lo cual se
considerará como objeto de estudio el espacio comprendido
dentro de los límites de la delegación La Presa, una de las
nueve que conforman la división político - administrativa del
municipio de Tijuana (ver mapa 9). Para una delimitación más
precisa, se propone un área de estudio conformado por 54
polígonos que comprenden colonias, fraccionamientos, zonas
ejidales y espacios sin urbanizar, todos ellos ubicados dentro
de la delegación La Presa (ver mapa 8).
Población…
MAPA 8. Area de estudio.
Fuente: Elaboración del autor.
3.3 DIAGNOSTICO URBANO
a) Urbanización
El área de estudio presenta diversos niveles de urbanización,
derivados principalmente del origen que ha tenido cada uno
de los asentamientos que forman parte. El mapa X muestra
tres niveles de urbanización, en función de la presencia o no
de infraestructura y servicios públicos, como electricidad,
agua, drenaje y pavimento.
Las colonias con mayor nivel de urbanización son
principalmente aquellas que han surgido de manera regular,
en su mayoría llevadas a cabo por promotores privados, que
cuentan con todos los servicios de infraestructura básica,
aunque también destacan algunos sectores que a pesar de
haber surgido de forma irregular, han logrado niveles
aceptables de urbanización, solo con algunas carencias de
pavimentación (ver mapa 10).
En niveles medios de urbanización se encuentran colonias
ubicadas en la parte norponiente del área de estudio, que en
su totalidad se han desarrollado a partir de la informalidad y
que poco a poco se han visto beneficiadas con la introducción
de servicios e infraestructura básica. Es importante destacar
que una posible causa por la cual no se han alcanzado aún
altos niveles de urbanización en esta zona es debido a la
MAPA 10. Niveles de urbanización
Fuente: Elaboración del autor con información de IMPLAN.
presencia de terrenos destinados a usos distintos al
habitacional, por lo cual la urgencia en la introducción de
infraestructura como pavimento o drenaje es menor. Los
niveles más bajos de urbanización se presentan en los
polígonos que aún siguen siendo de carácter ejidal, y en los
cuales hay bajos niveles de ocupación del suelo, con grandes
baldíos que aún persisten. Esta situación se presenta además
en los asentamientos informales que continúan aún
generándose en las faldas del Cerro Colorado, representadas
en el límite poniente dentro del área de estudio del mapa 11.
En términos generales, la cobertura de electricidad es
prácticamente del cien por ciento, al igual que el servicio de
agua potable. La introducción de sistema de drenaje y la
pavimentación son los rubros en los cuales se presenta mayor
rezago, sin embargo durante los últimos años se ha avanzado
de manera importante para abatir esta situación, a través de
diversos programas entre los cuales destaca el Programa
Integral de Pavimentación y Calidad del Aire (PIPCA), que
promueve la pavimentación de calles que ya cuentan con
infraestructura de agua y alcantarillado sanitario, cuyo
financiamiento se da a través de aportaciones de los
gobiernos federal, estatal y municipal, además de
aportaciones por parte de los beneficiados. Este programa ha
significado un gran aporte en favorecer el incremento en los
niveles de urbanización en el área de estudio, ya que al obligar
la existencia de infraestructura de agua y alcantarillado para
MAPA 11. Origen de los asentamientos.
Fuente: Elaboración del autor con información de IMPLAN.
llevar a cabo la pavimentación, acelera la introducción de
estos servicios ante la insistencia de la comunidad, y se logra
además el objetivo final que es la pavimentación.
En el mapa 12 se muestran aquellas calles que aún no cuentan
con pavimento, destacando las que forman parte de polígonos
ejidales, además de las ubicadas en asentamientos informales
en las faldas del Cerro Colorado. Cabe mencionar que además
existen una serie de vías de nivel primario que aún tienen
tramos sin pavimento, y que son fundamentales en el
mejoramiento de la movilidad y accesibilidad dentro del área
de estudio y hacia el exterior.
MAPA 12. Cobertura de pavimentación
Fuente: Elaboración del autor.
b) Equipamiento
El análisis de equipamiento se realiza en función de los
criterios establecidos por el Sistema Normativo de
Equipamiento Urbano, definido por la Secretaría de Desarrollo
Social de México (SEDESOL), a través de la Subsecretaría de
Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio. Dicho sistema
está conformado por 125 elementos de equipamiento urbano
que se organizan dentro de 12 subsistemas, los cuales agrupan
elementos en base a sus características físicas, funciones y
servicios similares. Estos subsistemas son: educación, cultura,
salud, asistencia social, comercio, abasto, comunicaciones,
transporte, recreación, deporte, administración pública y
servicios urbanos. Para efectos del presente diagnóstico no se
considerarán los subsistemas de abasto, comunicaciones y
transporte.
Estos criterios han sido utilizados por el Instituto Municipal de
Planeación de Tijuana para la elaboración del diagnóstico de la
situación de los equipamientos urbanos en la ciudad, dentro
del Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población
(PDUCP).
En él se establece que a pesar de que el equipamiento urbano
es un componente urbano de primer orden, por cuestiones de
la dinámica urbana de Tijuana, los rezagos son muy notables
en diversos sectores de la ciudad, entre los cuales destaca
cinco, tres de ellos ubicados en la Delegación La Presa, y dos
dentro del área de estudio. Los mayores rezagos se dan en los
subsistemas de salud, educación, asistencia social, cultura,
recreación y deportes.
El déficit de equipamiento urbano en el área puede explicarse
en función de que esta zona es una de las de más reciente
ocupación, además del origen informal de gran parte de ésta.
A pesar de los esfuerzos en dotar de este tipo de
infraestructura a la población, la localización de los
equipamientos no siempre obedece a los niveles de atención
que señala la normatividad, principalmente los relativos a
salud y educación, ubicándose en zonas que dificultan la
accesibilidad a ellos, ya sea por medio de transporte público,
automóvil u otros medios.
En algunos casos debido a la necesidad de dotar a la población
más marginada y ante la falta de suelo, recursos y una
adecuada planeación, los equipamientos se habilitan en
espacios que no cumplen con los requerimientos mínimos de
funcionamiento y que desde sus inicios presentan carencias.
Aunado a esto, el mantenimiento de las instalaciones no
siempre es atendido de manera adecuada, lo que las expone
al deterioro.
El equipamiento derivado de fraccionamientos formales no
siempre se localiza de manera concentrada y estratégica, lo
que dificulta la accesibilidad a éstos. Además, los actuales
ordenamientos y disposiciones que definen la superficie de
donación que se requiere para los nuevos fraccionamientos
autorizados, contempla un 16% del total de suelo útil, lo que
resulta insuficiente para la demanda real de estos espacios.
MAPA 13. Equipamientos.
Fuente: Elaboración del autor.
c) Areas verdes
A pesar de que las áreas verdes son un componente básico del
equipamiento urbano y que forman parte de los espacios de
recreación y esparcimiento, es importante destacarlas,
precisamente por la importancia que representan no sólo en
términos recreativos, sino en la provisión de servicios
ambientales tales como purificación del aire, regulación
microclimática, mitigación de ruidos, confort ambiental,
imagen urbana, entre otros.
A nivel ciudad existe un gran déficit de espacios verdes, con
tan sólo poco más de 1 m2 de área verde por habitante, muy
por debajo de las normas internacionales que sugieren un
rango de 8 a 10 m2 por habitante como mínimo.
Esta situación se vuelve aún más latente en el área de estudio
en cuestión, ya que la Delegación La Presa, de la cual forma
parte, está considerada como una de las de mayor rezago.
El mapa 14 da muestra de lo anterior, a través del cual se
puede constatar la gran carencia de áreas verdes, mientras
que los existentes se limitan a jardines vecinales o parques
barriales, en su mayoría localizados en los fraccionamientos
de promoción privada.
Existen terrenos de propiedad pública que han sido
destinados como área verde, sin embargo en la mayoría de los
MAPA 14. Areas verdes.
Fuente: Elaboración del autor.
casos se encuentran baldíos o subutilizados, lo que también
representa una gran oportunidad cuando se trata de buscar
alternativas para incrementar la existencia de este tipo de
equipamientos.
Además, ante la gran cantidad de población que se asienta
dentro de los límites del área de estudio, resulta necesaria la
habilitación de un espacio verde con características de parque
urbano, de grandes dimensiones, concentrando diversas
actividades para la recreación, convivencia, deporte, paseo,
descanso y expresiones sociales.
d) Usos de suelo
Para el caso que ocupa la definición de los usos de suelo, se
establece la existencia de seis tipos: habitacional, industrial,
comercial y de servicios, equipamiento, baldíos y uso especial,
sin embargo para los efectos del presente diagnóstico no se
considera el último, ya que no es de relevancia para el área de
estudio en cuestión.
El uso predominante corresponde al habitacional, que
corresponde a más del 50% del total de la superficie ocupada,
destacando incluso dentro del área urbana de toda la ciudad
de Tijuana como uno de los porcentajes más altos en este
rubro.
El uso industrial también tiene gran relevancia,
concentrándose principalmente en el extremo sur del área de
estudio, ya que es ahí donde se localiza el Parque Industrial El
Florido, una de las áreas industriales de mayor importancia en
la ciudad.
Además existen establecimientos menores diseminados
dentro de los asentamientos, lo que representa una
problemática por la falta de amortiguamiento entre éstos y las
áreas habitacionales y comerciales, además del deterioro en la
imagen urbana y la infraestructura, las dificultades en la
MAPA 15. Usos y destinos del suelo.
Fuente: Elaboración del autor con información de IMPLAN.
accesibilidad a ellos y la subutilización del suelo, ya que en
algunos casos sólo funcionan como bodegas.
El uso comercial y de servicios se presenta principalmente a lo
largo de algunas de las vías principales, en forma de pequeñas
plazas comerciales o locales individuales, además de
localizarse en puntos específicos bajo el esquema de grandes
centros comerciales en donde se ubican tiendas de mayor
calidad y envergadura.
Además dentro de las zonas predominantemente
habitacionales se da el fenómeno de conversión de viviendas
en tiendas, transformando de uso habitacional a uso
comercial o mixto, debido a diversos factores como puede ser
la necesidad de contar con un ingreso económico, las grandes
distancias que se requiere recorrer para llegar a las zonas
comerciales debido a la separación de usos predominante.
En cuanto al equipamiento, existen espacios destinados a este
rubro que están dispersos por toda el área en cuestión, sin
embargo algunos de ellos presentan subutilización, y al igual
que los baldíos, representan una oportunidad para lograr una
consolidación urbana.
Cabe destacar que el patrón de utilización del suelo en el área
de estudio se presenta de manera consistente con el resto de
la ciudad, de forma fragmentada, incompatible y
desarticulada, conformando grandes conjuntos destinados
predominantemente al uso habitacional conformando
ciudades dormitorio, corredores saturados de comercio que
generan conflictos viales, degradación urbana y deteriorando
la calidad de vida de los habitantes aledaños. Además, no
existen áreas de amortiguamiento entre los usos industriales y
el resto, y los ubicados dentro de los asentamientos
habitacionales representan un riesgo, además de un
desperdicio de suelo urbano.
e) Centralidades
Dentro del área de estudio se generan diversas centralidades
de forma incipiente principalmente por la presencia de
determinados equipamientos o en corredores comerciales.
El más importante se presenta en el punto 1 del mapa 16, en
el cual se concentran las oficinas administrativas de la
Delegación La Presa, además de un hospital de especialidades
y un centro comercial.
El punto 4 también muestra características similares, ya que
incluye tanto oficinas de gobierno, así como las instalaciones
deportivas más importantes del área, y una escuela.
Otras centralidades derivadas de gran actividad comercial son
las localizadas en los puntos 2, 3, 6, 7 y 8, que se conforman ya
sea en función de grandes edificaciones comerciales como es
el caso del punto 3, uno de los centros comerciales más
grandes de la ciudad, o como corredores comerciales que se
han formado de forma no planificada.
Es importante tomar en cuenta la existencia de estas
centralidades para potenciar aquellas que representan una
oportunidad de mejora del entorno, así como promover la
vinculación entre ellas, fomentando así una mayor integración
del conjunto urbano.
MAPA 16. Centralidades.
Fuente: Elaboración del autor.
f) Vacíos urbanos
Dentro del área de estudio existe una gran cantidad de
espacios vacíos ya sea de propiedad pública o privada, que
representan una oportunidad para generar los equipamientos
que demanda la población y que son necesarios, además de la
posibilidad de convertirse en una cremallera urbana capaz de
articular los diversos conjuntos que se han desarrollado a lo
largo del tiempo y que actualmente están fragmentados y
desvinculados.
En el mapa 17 se muestran aquellos vacíos urbanos de
propiedad pública los cuales por su mismo origen legal,
permiten que cualquier actuación sobre ellos sea más factible
que en aquellos de propiedad privada.
Estos vacíos constituyen principalmente terrenos que han sido
destinados para algún equipamiento aún no definido, y que
permanecen libres posiblemente ante la falta de recursos y
un adecuado plan de acción. Otros vacíos representan
derechos de vía de líneas de electricidad, o antiguos cauces de
arroyos que ahora solo funcionan como tiraderos clandestinos
de basura y escombro, con las afectaciones a la salud de los
habitantes que esto conlleva.
MAPA 17. Vacíos urbanos
Fuente: Elaboración del autor.
g) Movilidad
Transporte público
El servicio de transporte público para el municipio de Tijuana
se ofrece bajo 3 modalidades: taxis libres, taxis de ruta y
transporte masivo (autobuses y minibuses). En lo que respecta
al sistema de taxis de ruta, el nivel de penetración es bajo, ya
que sólo se brinda el servicio sobre algunas de las vías
principales sin penetración dentro de los fraccionamientos a
través de 8 rutas (ver mapa 18). Esto resulta incongruente, ya
que la modalidad de taxi de ruta, al utilizar unidades
pequeñas, tiene la posibilidad de acceder en aquellas zonas
para las que el transporte masivo es difícil entrar.
El servicio de transporte público masivo es otorgado en el área
por 6 empresas, con un total de 35 rutas que atraviesan o
tienen su origen / destino dentro del área de estudio. Sin
embargo, la inadecuada planeación de las rutas impide tener
un mejor nivel de penetración dentro de las colonias (ver
mapa 19).
A nivel general existen grandes deficiencias en el transporte
público que se ofrece en el municipio de Tijuana, entre las
cuales se pueden mencionar las siguientes:
No existen áreas de ascenso y descenso bien
establecidas, por lo cual esto se lleva a cabo de manera
arbitraria, generando anarquía y congestión vial.
Ante el bajo nivel de penetración de las rutas de
transporte dentro de las colonias, es necesario en
muchos casos recorrer grandes distancias a pie para
acceder a transporte público.
La discontinuidad de la red vial y la falta de planeación
dificultan una adecuada conformación de los
recorridos, lo que impacta en el nivel de penetración
del transporte en la zona.
El origen / destino de la mayor parte de las rutas de
transporte masivo o taxi se encuentran en otras zonas
de la ciudad.
No existen rutas que permitan vincular las diversas
centralidades en la zona, además la inexistencia de
transbordos entre las rutas de transporte dificulta la
movilidad.
MAPA 18. Rutas de taxi
MAPA 19. Rutas de transporte masivo.
Fuente: Elaboración del autor con información de la Dirección Municipal de
Transporte Público de Tijuana. Fuente: Elaboración del autor con información de la Dirección Municipal de
Transporte Público de Tijuana.
Red vial
La red vial primaria en la zona de análisis se presenta de una
forma muy fragmentada y discontinua, tanto en aquellas vías
que tienen sentido norte – sur, como las de oriente – poniente
(ver mapa 20).
El Corredor Tijuana – Rosarito es una vía intermunicipal de
primer nivel, que permite conectar diversas carreteras
federales y estatales, y que delimita el área de estudio en el
extremo oriente; sin embargo, pese a su relevancia, la
conectividad de esta vía con aquellas que conectan en sentido
oriente – poniente desde los asentamientos ubicados dentro
del área de estudio es muy complicada, reduciéndose a
algunas intersecciones a nivel, y solo dos a desnivel que no
soportan la demanda existente. Ninguna de las tres vías
primarias que corren en este sentido cuenta con una conexión
directa con el Corredor.
A nivel interno, la conectividad entre los diversos
fraccionamientos se complica debido a la falta de continuidad
de las vías primarias, reflejo de la fragmentación y falta de
planeación con la que ha crecido este sector de la ciudad.
Ninguna de las vías primarias con sentido norte – sur permite
atravesar el área en sus dos extremos, limitando al tránsito a
fluir por las únicas vías por las que es posible llegar de un
MAPA 20. Red vial.
Fuente: Elaboración del autor.
punto a otro con menor dificultad, congestionando aún más la
vialidad.
La mayoría de las vías principales cuentan con secciones de
gran amplitud, con camellones que llegan hasta los 10 metros
de anchura, lo que resulta importante al pensar en gestionar
la vialidad para diversos usos diferentes al automóvil, lo que
representa un área de oportunidad.
La estructura vial secundaria al igual que las vías primarias
presenta discontinuidad, debido a que el crecimiento de cada
una de las colonias ha definido el tipo de trazado a desarrollar,
fragmentando el territorio en piezas desvinculadas entre sí.
Otro factor que condiciona la definición de esta estructura es
la topografía accidentada presente en la zona, que propicia el
crecimiento de manera “silvestre” en varios casos.
Autos
Según información obtenida del PDUCPT 2009 – 2030, el
parque vehicular de Tijuana está conformado por 644,454
vehículos, más una cifra de alrededor de 50,000 vehículos no
registrados circulando en la ciudad. Considerando la población
de la ciudad, se estima que existe un vehículo por cada 2.6
habitantes. Esto genera una gran presión sobre el sistema vial
de la ciudad, y para el área de estudio no es la excepción, ya
que a pesar de ser una zona en donde se concentran ciertos
niveles de marginación y pobreza, existe una gran facilidad
para adquirir automóviles importados a costos accesibles.
Por lo anterior, el automóvil se convierte en un medio de
transporte fundamental para la movilidad en esta zona y el
resto de la ciudad, sin embargo dada la deficiente
estructuración del sistema vial, y a la existencia de grandes
cantidades de autos, los flujos se complican tanto en el
interior de la zona como hacia otros puntos de la ciudad.
Peatones
El espacio para el peatón, al igual que en el resto de la ciudad,
está relegado a un segundo plano, por debajo del automóvil.
En las grandes avenidas que atraviesan la zona, el interés se
centra en dar la mayor sección para la circulación vehicular,
dejando en la mayoría de los casos aceras mínimas para el
peatón, y en otros es prácticamente inexistente. La necesidad
del peatón de atravesar estas vías de secciones muy amplias, y
la posibilidad de que los autos puedan circular a velocidades
considerables, ha obligado a la construcción de puentes
peatonales, que orillan al peatón a desplazarse con aún mayor
dificultad, o en caso de no hacer uso de los puentes a
arriesgarse a cruzar sin contar con los elementos necesarios
para hacerlo de una manera segura.
Dentro de las colonias, la estrechez de las calles ha propiciado
que las aceras sean prácticamente inexistentes, obligando al
peatón a circular sobre el arroyo vehicular, estableciéndose
conflictos entre éste y el automóvil. En aquellos casos en que
se cuente con secciones más amplias, la situación es muy
similar, ya que se consideran aceras mínimas dejando la
mayor cantidad de espacio disponible para estacionamiento y
circulación vehicular, de nuevo desprotegiendo al peatón.
Otro aspecto a considerar son las distancias de recorrido, que
son bastante largas a escala peatonal, debido a la dispersión
urbana, a la lejanía de los equipamientos públicos y a la
segregación de usos, que da como resultado la existencia de
corredores comerciales sobre las vías principales, y la nula o
poca existencia de comercio dentro de los barrios.
h) Vivienda
De acuerdo a información del Instituto Municipal de
Planeación (IMPLAN), en el año 2005 existían más de 57,000
viviendas en los sectores que integran el área de estudio,
concentrando uno de los niveles más altos con respecto al
resto de la ciudad. La mayor densidad de viviendas se
presenta en aquellos fraccionamientos que han sido
desarrollados por promotores privados, como lo muestra el
mapa 21.
En lo que respecta a la densidad habitacional, los últimos
datos censales indican que en el año 2005 el promedio de
habitantes por vivienda es de 3.95 a nivel Centro de Población,
en donde de nuevo el área de estudio presenta niveles por
encima del promedio, llegando en algunos casos hasta los 6
habitantes por vivienda. También en este caso los mayores
números se generan en aquellos desarrollos de vivienda de
iniciativa privada.
Tal como se ha indicado en el apartado de urbanización del
presente diagnóstico, la mayor parte de las viviendas cuentan
con acceso a servicios de infraestructura básica, a excepción
de aquellas ubicadas principalmente en tierra ejidal, que
carecen de servicio de drenaje y en consecuencia, de
pavimento.
MAPA 21. Densidad de viviendas por AGEB8 2005
8 Area Geoestadística Básica (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática).
Fuente: Elaboración del autor con información del IMPLAN.
En cuanto a las características específicas de las viviendas, se
pueden establecer dos referencias en función del origen de
las mismas, ya sea aquellas originadas en la informalidad y que
han atravesado un proceso de mejoramiento y consolidación a
través del tiempo, y aquellas construidas en serie como parte
de los desarrollos de vivienda llevadas a cabo por la iniciativa
privada.
En el primer caso, los terrenos sobre los cuales se asientan las
viviendas oscilan entre los 150 y 200 m2 de área, siendo ésta
superior a los metros cuadrados de terreno de las viviendas de
promoción privada. Estas dimensiones de terreno, y la
flexibilidad en la construcción progresiva de las viviendas,
genera la posibilidad de habilitar espacios más adecuados a las
necesidades de sus habitantes, en la medida que la economía
lo permita, siendo éste el principal factor que incide en la
calidad y tamaño de la vivienda.
En el segundo caso, la conformación de terrenos de menores
dimensiones, así como la existencia de viviendas prefabricadas
en serie igualmente con espacios reducidos y que no siempre
cumplen con las necesidades específicas de cada habitante,
limita las posibilidades de crecimiento de éstas, o generándolo
de manera anárquica. Además, lo reducido de los espacios
entre cada vivienda es factor que contribuye a conflictos entre
MAPA 22. Población por AGEB 2005.
Fuente: Elaboración del autor con información del IMPLAN.
vecinos, que puede resultar en situaciones que no contribuyan
a la generación de tejido social. Un elemento positivo a
destacar es que este tipo de urbanizaciones son entregadas al
municipio con toda la infraestructura básica, sin embargo la
calidad de la misma, así como de las viviendas, es aún
cuestionable.
En cualquiera de los dos casos, debido a las limitaciones en el
espacio privado, es el espacio público el que representa un
elemento fundamental en la mejora de las condiciones
urbanas y en la integración social, posibilitando que ante la
carencia de patios o áreas recreativas dentro de cada vivienda,
sea el espacio público en el que se generen todas aquellas
actividades que promuevan una mayor convivencia entre
vecinos y comunidades.
3.4. DIAGNOSTICO SOCIAL
a) Marginación urbana
El acelerado proceso de urbanización que han sufrido las
turísticas y de influencia regional, constituye un reto para la
sustentabilidad de su desarrollo urbano, si se considera que
gran parte de la población que emigra a las ciudades reside en
condiciones de suma precariedad, en términos de las
características de las viviendas que ocupan, como en el acceso
que se tiene a los servicios básicos.
Ante la necesidad de diseñar programas sociales que permitan
mejorar el hábitat de la población urbana, y con ello alcanzar
un desarrollo más equitativo y sustentable de las ciudades, es
que se requiere de la formulación de indicadores para conocer
el tipo e intensidad de carencias dentro de manera detallada
dentro del conjunto urbano de cada ciudad.
Es por ello que el Consejo Nacional de Población (CONAPO),
se ha dado a la tarea de elaborar y publicar el índice de
marginación urbana 2005, como medida resumen que permite
diferenciar las Areas geoestadísticas básicas (AGEB) urbanas9
del país según el impacto global de las carencias de la
población, ante la falta de acceso a la educación, la residencia
9 Área geográfica ocupada por un conjunto de manzanas que generalmente son de 1 a 50, delimitadas por calles, avenidas, andadores o cualquier otro rasgo de fácil identificación en el terreno y cuyo uso del suelo sea principalmente habitacional, industrial, de servicios, comercial, etcétera. (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Manual de Cartografía Censal. II Conteo de Población y Vivienda 2005).
en viviendas inadecuadas y la privación de bienes de primera
necesidad.
El índice está conformado por diez indicadores
socioeconómicos agrupados en 4 dimensiones, los cuales se
muestran en el cuadro 5, y miden la intensidad de la exclusión
como porcentaje de la población que no tiene acceso a los
bienes y servicios indispensables para el desarrollo de sus
capacidades básicas.
DIMENSION INDICADOR
Educación Porcentaje de población de 6 a 14 años que no asiste al a escuela
Porcentaje de población de 15 años o más sin secundaria terminada
Salud Porcentaje de población sin derechohabiencia a los servicios de salud
Porcentaje de hijos fallecidos de las mujeres de 15 a 49 años
Vivienda
Porcentaje de viviendas particulares sin agua entubada dentro de la vivienda
Porcentaje de viviendas particulares sin drenaje conectado a la red pública o fosa séptica
Porcentaje de viviendas particulares sin excusado con conexión de agua
Porcentaje de viviendas particulares con pisos de tierra
Porcentaje de viviendas particulares con algún nivel de hacinamiento
Bienes Porcentaje de viviendas particulares sin refrigerador
Fuente: Consejo Nacional de Población.
CUADRO 5. Dimensiones e indicadores de la marginación urbana.
El uso de las AGEB urbanas como unidad de análisis para la
medición de la marginación urbana permite identificar al
interior de las localidades las zonas donde se presentan las
mayores carencias sociales, así como analizar la distribución
espacial de la marginación al interior de las mismas, e
identificar patrones de concentración.
En el mapa 23 se presentan los resultados del índice de
marginación urbana para el área de estudio objeto del
presente trabajo, en el cual se reflejan los distintos niveles de
marginación persistentes, destacando niveles medios para
gran parte del conjunto, y niveles altos focalizados en
asentamientos informales recientes localizados tanto en las
faldas del Cerro Colorado, como aquellos ubicados en suelo
ejidal y que aún no cuentan con acceso a la mayoría de los
servicios urbanos básicos.
Para la estimación del índice de marginación urbana se utilizó
como fuente de información la base de datos a nivel de
registro del II Conteo de Población y Vivienda 2005.
MAPA 23. Grado de marginación por AGEB 2005.
Fuente: Consejo Elaboración del autor con información de IMPLAN.
b) Delincuencia
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Baja
California, con la finalidad de llevar a cabo acciones que
permitan la disminución de la delincuencia y la inseguridad en
la entidad, ha emprendido una estrategia integral de
prevención del delito, conformada por cuatro elementos base
que se muestran en el cuadro 6.
Con la finalidad de establecer los criterios de focalización que
permitan llevar a cabo acciones puntuales en el territorio con
mayor eficacia, se ha desarrollado un diagnóstico de colonias
conflictivas para cada uno de los municipios del Estado, así
como un mapa delincuencial, en los que se muestra la
incidencia delictiva por tipo de delito cometido, la ubicación
de éstos dentro de cada una de las colonias, así como
sugerencias de acción tendientes a disminuir los índices
delictivos en cada una de ellas.
Para el caso del municipio de Tijuana se han definido 20
colonias con altos índices delictivos y que representan áreas
prioritarias de atención. Del total de colonias, 6 se localizan
dentro del área de estudio objeto del presente trabajo: Villa
Fontana I, El Pípila, Mariano Matamoros Norte, Mariano
Matamoros Centro, El Florido I y II (ver mapa 24).
CUADRO 6. Componentes de la Estrategia Integral de
Prevención del Delito.
Fuente: Elaboración del autor con información de la Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja
California.
Como parte de esta estrategia, se han llevado a cabo diversas
acciones bajo diferentes modalidades, que permitan
establecer un vínculo entre la gente y el gobierno, para en
conjunto lograr una mejora en las condiciones de seguridad en
aquellas comunidades más vulnerables a los fenómenos de
delincuencia.
Es así como se han llevado a cabo talleres, conferencias,
programas, campañas, foros y demás acciones, entre las
cuales destacan:
Campamentos de valores.
Destrucción de juguetes bélicos.
Campañas informativas de fomento a la denuncia
anónima.
Talleres de prevención del delito por una comunidad
segura, con integrantes de redes ciudadanas, comités
vecinales y líderes de la comunidad.
Jornadas de recuperación de entornos urbanos.
A continuación se presenta un diagnóstico más detallado de la
situación delictiva de cada una de las colonias con altos índices
delictivos identificadas por la Secretaría de Seguridad Pública
del Estado de Baja California, y que forman parte del área de
estudio.
MAPA 24. Colonias con altos índices de delincuencia
prioritarias de atención.
Fuente: Elaboración del autor con información de la Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja
California.
Villa Fontana I
Problemáticas de inseguridad: incidencia delictiva.
a) Incidencia delictiva. Sobresale el robo de vehículo
como el delito mayormente cometido, seguido del
robo con violencia, robo en casa habitación y daño
intencional en propiedad ajena. El patrón de incidencia
se centra entre las 11 p.m. y 6 a.m., y en menor
medida durante la mañana, de manera indistinta
durante todos los días de la semana.
Mariano Matamoros Norte
Problemáticas de inseguridad: la colonia solo presenta alta
incidencia delictiva, que se ha incrementado año con año, si
bien no de manera alarmante, pero sí de forma sistemática.
a) Incidencia delictiva. Los delitos mayormente cometidos
corresponden al robo de vehículos, que supera por
mucho al resto de delitos, que son el robo con
violencia, robo en casa habitación y lesiones. La mayor
incidencia se da durante las mañanas, y en menor
medida durante las noches, de manera indiscriminada
durante todos los días de la semana.
Fuente: Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California.
Fuente: Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California.
MAPA 25. Mapa delictivo de la Colonia Villa Fontana I.
MAPA 26. Mapa delictivo de la Colonia Mariano Matamoros Norte.
El Pípila
Problemáticas de inseguridad: las condiciones de la colonia
engloban tres tipos de problemática de inseguridad, que son
las faltas al bando de policía y buen gobierno, narcomenudeo,
y lugar de residencia de delincuentes.
a) Faltas al bando de policía y buen gobierno. Las
principales incidencias refieren a molestias a personas
ya sea de forma individual o por medio de pandillas, así
como realizar actividades en lugares públicos o
privados que favorecen la prostitución o que inducen
al vicio.
b) Narcomenudeo. La Secretaría de Seguridad Pública a
través del número de emergencia ha reportado en la
colonia un total de 134 llamadas relacionadas con
narcomenudeo durante el año.
c) Residencia de delincuentes. Han sido detenidos
delincuentes que han cometido en su mayoría faltas
relacionadas con la portación de armas prohibidas,
daño intencional en propiedad ajena, robo con
violencia, robo en casa habitación y lesiones.
Fuente: Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California.
MAPA 27. Mapa delictivo de la Colonia El Pípila.
Mariano Matamoros Centro
Problemáticas de inseguridad: incidencia delictiva, faltas al
bando de policía y buen gobierno, y lugar de residencia de
delincuentes.
a) Incidencia delictiva. Los delitos que más se cometen
son el robo de vehículo, robo con violencia, portación
de armas prohibidas, lesiones, robo simple y robo en
casa-habitación. Estos se cometen principalmente
durante la noche y madrugada, y en especial en los
días viernes.
b) Faltas al bando de policía y buen gobierno. Las
principales quejas se relacionan con conductas
antisociales, entre las que destacan el causar molestias
a las personas de manera individual o en pandillas,
realizar en lugares públicos o privados actividades que
inducen al vicio o a la prostitución, así como ingerir
bebidas alcohólicas o sustancias tóxicas en la vía
pública, edificios deshabitados y vehículos.
c) Delincuentes. En la colonia han sido detenidos
delincuentes principalmente por portar armas
prohibidas, dañar propiedad ajena y diversas
modalidades de robo.
MAPA 28. Mapa delictivo de la Colonia Mariano Matamoros
Centro.
Fuente: Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California.
El Florido I y II
Problemáticas de inseguridad: en la colonia solo se presenta la
incidencia delictiva como mayor problemática de inseguridad.
a) Incidencia delictiva. Los delitos mayormente cometidos
corresponden a robo de vehículo, muy por encima del
resto de delitos, siguiendo el robo con violencia, robo
en casa habitación y la portación de armas prohibidas
como delitos más frecuentes. Estos se dan con una
mayor frecuencia durante las tardes y noches, de
forma indistinta durante todos los días de la semana.
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado propone un
conjunto de acciones encaminadas a mejorar las condiciones
de seguridad ciudadana en las colonias con mayores índices
de inseguridad en la ciudad de Tijuana, enfocándose sobre
cinco factores generadores de inseguridad que son:
Incidencia delictiva
Faltas al bando de policía y buen gobierno
Narcomenudeo
Residencia de delincuentes
Percepción de inseguridad
La manera de incidir será mediante acciones en los siguientes
temas:
Imagen urbana
Areas verdes
Areas deportivas y recreativas
Graffitti
Pandillas
Rescate de espacios
Narcomenudeo (reactivo, vigilancia y prevención)
Operativo de aproximación
Operativos por zonas y horarios
Operativos de disuasión
Operativos de erradicación
Atención a víctimas
Fuente: Secetaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California.
MAPA 29. Mapa delictivo de la Colonia El Florido I y II.
De las acciones propuestas se destacan dos vertientes
principales sobre las cuales se propone actuar, que son el
aspecto policial y el aspecto urbano, este último en referencia
a la necesidad de recuperar espacio público y al impulso a la
generación o mejoramiento de equipamientos deportivos y
recreativos, así como mejoras en la imagen urbana y en áreas
verdes.
El concepto de prevención situacional, planteado con
anterioridad en el presente trabajo, resulta importante
recalcar, ya que como lo plantea la Secretaría de Seguridad
Pública, es mediante acciones en el entorno urbano, en
conjunto con otro tipo de estrategias, como se logrará reducir
la sensación de inseguridad de los habitantes, así como
disminuir los delitos de oportunidad.
PENDIENTE: Nivel de ingresos
Nivel de escolaridad
Nivel de rezago social
Composición de edad
Porcentaje de desocupación
Tipos de ocupación
6. ANEXOS
ANEXO A. TALLER DE DIAGNOSTICO EN SEGURIDAD
CIUDADANA
Los talleres de diagnóstico se definen como encuentros de
trabajo, en los cuales se sugiere que el número de
participantes no supere las 15 o 20 personas, que representen
tanto a organizaciones locales como a residentes del sector.
Cada reunión es dirigida por un facilitador y se recomienda el
uso de apoyos como papelógrafos o pizarras; así también se
recomienda la grabación de cada uno de los talleres.
La técnica de los talleres se desarrolla en 7 pasos:
1. Presentación de los participantes. Cada participante
se registra, se presenta y expone sus motivaciones
para integrarse al equipo de trabajo. El facilitador es
quien en todo momento lleva el orden del día.
2. Explicación de la jornada. Se explica a los participantes
en qué consiste el proyecto, destacando su finalidad
preventiva, enfatizando aspectos de diseño urbano.
Además se expone cuál es la finalidad del taller,
buscando que la comunidad estudie a profundidad los
problemas que la aquejan y analice cómo resolverlos.
También se explica la operación de la jornada,
estableciendo tiempos y reglas.
3. Identificación de los problemas de seguridad
ciudadana. En el proceso de identificación de las
problemáticas de inseguridad que aquejan a
determinado sector, es importante de inicio delimitar
claramente el ámbito de discusión. Una forma de
hacerlo es entregando una definición del tipo de
inseguridad que se pretende conversar, con la finalidad
de delimitar el campo de discusión y desechar los
temas que no son relevantes. Además cada
participante podrá aportar su punto de vista referente
a una misma situación, por lo que es importante
escuchar a todos. Además es importante definir cada
problema de manera abordable para facilitar la
sugerencia de soluciones.
4. Análisis de problemas identificados. Una vez
identificadas las problemáticas de seguridad ciudadana
en el sector, el facilitador invita a los participantes a
analizar cada una, apoyándose en la formulación de
preguntas que respondan a los siguientes aspectos:
Formas de manifestación del problema.
Población afectada por el problema.
Efectos del problema.
Causas del problema.
Historia del problema.
5. Priorización de los problemas. Después de analizados
los problemas, se deben ordenar de acuerdo a su
importancia, lo que implica un trabajo más complejo
que requiere del consenso de todos los involucrados.
Se recomienda orientar esta labor en función de tres
criterios: gravedad del problema, magnitud del
problema y la posibilidad del problema de ser
abordado.
6. Propuesta de alternativas de solución. A partir de la
priorización de los problemas se pueden identificar
aquellos que tienen relación aspectos urbanísticos o
ambientales. En relación a éstos es que los
participantes proponen alternativas de solución, para
lo cual puede ser muy útil la técnica de “lluvia de
ideas”.
7. Sistematización de la información. Una vez concluido
el taller, el equipo de gestión debe analizar y ordenar
la información. La sistematización permite rescatar la
información relevante y realizar una síntesis hilada y
coherente de la información.
ANEXO B. MARCHAS EXPLORATORIAS DE
SEGURIDAD (MES)
Las marchas exploratorias se originan en la década de los
noventa en la ciudad de Toronto, consistiendo en la
evaluación en campo por parte de un grupo representativo de
la comunidad de un espacio percibido como inseguro o
problemático.
Estas marchas pueden ser utilizadas para diagnosticar la
situación de espacios públicos o semipúblicos como paraderos
de autobús, calles, lugares de trabajo, escuelas, universidades,
estacionamientos, baños públicos, tiendas comerciales,
sistemas de transporte, caminos peatonales, centros de
recreación, entre otros.
Se apoyan con el uso de una lista de chequeo que permite
evocar las sensaciones de inseguridad que tienen las personas
con respecto a determinado espacio mientras se realiza el
recorrido a través de el.
La marcha exploratoria de seguridad se desarrolla en 4 etapas:
1. Convocatoria. Se recomienda invitar a propietarios y
miembros de organizaciones sociales, así como
usuarios habituales del lugar a explorar, pero también
con grupos específicos como mujeres, niños, jóvenes,
estudiantes, etc.
Las marchas se realizan en equipos de 5 a 10 personas,
y en caso de un número mayor, conformar más de un
grupo, sobre todo si el espacio a recorrer es bastante
amplio.
El mejor momento para realizar las marchas es durante
la noche, ya que es cuando se acentúan las
características problemáticas de los espacios.
Se recomienda prestar especial atención a las
necesidades específicas de seguridad de niños y
jóvenes, discapacitados, adultos mayores, miembros
de etnias, así como analfabetos.
2. Definición del área de la marcha exploratoria de
seguridad. El área a recorrer puede corresponder
desde un espacio amplio como un vecindario, a
espacios pequeños como una calle, un camino
peatonal, etc.
3. Realizando la marcha exploratoria de seguridad. Se
lleva a cabo en un periodo de una hora a hora y media,
en donde primeramente se realiza la presentación del
facilitador y los participantes, la explicación del los
objetivos y forma de trabajo, la entrega de un
cuestionario y su explicación, así como las impresiones
del participante con respecto al espacio a recorrer.
Posteriormente se lleva a cabo el recorrido en donde
cada participante deberá responder el cuestionario
proporcionado. Es importante que el facilitador de
tiempo para responder las preguntas, así como
promover la conversación entre los participantes, y
anotar todos los comentarios y preguntas surgidos.
Posteriormente se requiere dejar un espacio para
discutir las impresiones generales de los participantes.
4. Organización de resultados. Para organizar los
resultados se recomienda agruparlos ya sea por un
factor particular, por un espacio determinado, o
graficándola en un mapa. Los resultados pueden ser
discutidos en un taller o comentados en una asamblea.
A continuación se muestra una propuesta de lista de
chequeo para ser utilizado en las marchas
exploratorias de seguridad:
ANEXO C. ENTREVISTAS EN PROFUNDIDAD
Las entrevistas permiten realizar las primeras aproximaciones,
tanto a las características o a la definición del problema, como
a la asociación con el diseño del espacio urbano y sus
características ambientales. También ayuda a definir los
métodos más adecuados de diagnóstico, así como a delimitar
y formular las preguntas de una eventual encuesta.
Se aconseja entrevistar a la mayor variedad posible de actores
representantes de la comunidad, en relación a la problemática
de seguridad o a al proyecto que se pretenda implementar.
Estos pueden ser:
Líderes comunitarios
Policía
Funcionarios municipales
Miembros de organizaciones sociales
Otros
Algunas de las preguntas a formular en función de la
problemática de seguridad en la comunidad pueden ser:
En general, ¿encuentra que el barrio en que usted vive es
seguro o inseguro? ¿Por qué?
En general, ¿cree que la seguridad se está mejorando o
empeorando? ¿Por qué? ¿Cómo se da usted cuenta de
eso? ¿En qué se nota?
Identificación de ámbitos problemáticos: ¿Qué problemas
relacionados con la seguridad observa usted en el barrio?
¿Qué cree que tendría que pasar para que mejorara?
¿Cómo se daría cuenta que la seguridad ciudadana está
mejor?
¿En comparación con otros problemas que pueda tener el
barrio, qué tan importante cree que es la seguridad del
barrio para sus vecinos?
Algunas preguntas que se pueden formular respecto a la
valoración de la propuesta de acción:
La municipalidad está considerando la idea de convertir el
sitio eriazo entre las calles “NN” y “XX” en una plaza. ¿Cree
que esto podría ayudar a mejorar la situación de seguridad
del barrio? ¿Por qué? ¿Si no, qué debiera hacerse?
¿Cómo cree que sería recibida esta acción por los vecinos?
¿Qué se ha hecho / se está haciendo por mejorar la
seguridad ciudadana en el barrio? ¿Qué le parece? ¿Cree
que funciona? ¿Por qué? ¿Por qué no?
¿Qué tan dispuestos cree usted que estarían los vecinos a
colaborar en la construcción de la plaza? ¿Cómo cree que
podríamos lograr la cooperación de los vecinos? ¿A qué
otra persona cree que debe preguntársele su opinión?
ANEXO D. GRUPOS FOCALES
Los grupos focales reúnen a conjuntos de 8 a 10 personas con
características comunes, como puede ser rango de edad,
género, ser usuarios de un mismo espacio, haber sido víctimas
de un mismo delito, etc.
El facilitador será quien dirija la discusión en torno a una serie
de preguntas que incluyen una variedad de temas que van
desde experiencias de victimización, métodos de trabajo de
los agresores, experiencias de temor posteriores, etc.
La diferencia fundamental con respecto a los talleres de
diagnóstico es que se restringe a recolectar información y no
se orienta hacia la toma de decisiones.
A continuación se presenta un ejemplo de pauta orientado a
evaluar problemas de inseguridad en una escuela desde la
perspectiva de los profesores.
Valoración general de la seguridad ciudadana en el sector.
En general, ¿cómo es la seguridad en el sector donde está
su colegio? ¿Por qué?
¿Ustedes dirían que la seguridad ha mejorado o
empeorado en el último año? ¿Por qué? ¿Cómo se dan
cuenta? ¿En qué se nota?
Identificación de ámbitos problemáticos: ¿qué problemas
relacionados con la seguridad se observan en el sector?
Qué creen que tendría que pasar para que mejorara?
¿Cómo se darían cuenta de que la seguridad ciudadana
está mejor?
Valoración de la seguridad en el establecimiento.
En cuanto a lo que ocurre en la escuela:
¿Cómo afectan estos problemas a las escuelas en que
ustedes trabajan? ¿Cuáles de estos estiman que son mas
relevantes?
¿Cómo es la seguridad en los alrededores de la escuela?
(describir tipo de delitos, horarios de ocurrencia,
frecuencia, gravedad, características de autores y
afectados, etc.)
¿Qué creen que debería hacerse? ¿Cómo creen que se
podría mejorar la seguridad de la escuela?
Elaboración del mapa de inseguridad.
Antes de realizar las preguntas es necesario explicar el mapa,
señalando cuáles son las calles principales y la infraestructura
urbana presente, como edificios, tiendas, plazas y la escuela
respectiva.
¿Dirían ustedes que existen lugares particularmente
inseguros en este sector? ¿Cuáles? (marcar primero todos
los lugares en el mapa con un tipo de color)
¿Por qué dirían que el lugar “NN” es inseguro? (anotar
motivos en el papelógrafo o pizarrón). Una vez
identificados todos los motivos, como por ejemplo “hay
asaltos” o “se venden drogas”, o “se juntan personas que
consumen alcohol”, es posible graficarlos en el mapa con
distintos colores.
Tomando en cuenta los motivos de la inseguridad en cada
lugar que han identificado, ¿qué creen que se podría hacer
para mejorar la seguridad en el sector “NN”?
ANEXO E. ENCUESTAS DE TEMOR Y VICTIMIZACION
Este tipo de técnica permite numerar los problemas, además
es posible incluir preguntas que exploren otras inquietudes y
problemas de la comunidad y propuestas de solución. Si la
información se recoge antes y después de la intervención,
permite evaluar el impacto de la estrategia utilizada para
enfrentar un problema particular en términos de cambios
registrados en el nivel de temor de las personas, el nivel de
uso de un espacio o la frecuencia de hechos delictivos.
Si la cantidad de personas a encuestar es pequeña, se puede
realizar a todas ellas. En caso de ser un grupo numeroso, es
necesario elegir a un grupo de personas que sea
representativo de la población total sobre la que se quiere
saber algo, al cual se le llama grupo muestra.
La elección del tamaño de la muestra dependerá de la
confiabilidad deseada y del costo unitario de cada encuesta.
Entre más grande la muestra, los resultados serán más
confiables, sin embargo implica mayores costos. En cualquier
caso, existe un tamaño mínimo requerido para que la
encuesta tenga utilidad, y éste depende del tamaño de la
población total que se quiere caracterizar.
Existen 5 formas de elegir a las personas que compondrán la
muestra:
1. Elección al azar: ya sea a través de una tómbola o una
lista.
2. Muestreos por conveniencia: se elige a los
participantes según qué tan fácil sea ponerse en
contacto con ellos.
3. Muestreos accidentales: se seleccionan participantes
sobre características o hechos arbitrarios, como por
ejemplo, quien pase por determinado punto.
4. Muestreos sistemáticos: por ejemplo, se selecciona a
cada tercera persona de una lista o a cada quinta casa
de la calle contando de norte a sur.
5. Muestreo guiado: se selecciona según características
específicas, por ejemplo, se buscan mujeres que hayan
sido víctimas de robo en el barrio.
La población que es representada mediante la muestra
depende de la forma de selección que se elija.
A continuación se presenta un ejemplo de una pregunta de
victimización, así como un ejemplo que recaba información de
las personas, y por último una pregunta que establece el
grado de cercanía que las personas sienten con sus vecinos.
Ejemplo de pregunta sobre victimización.
Ejemplo de pregunta sobre percepción de temor a la
delincuencia.
Ejemplo de pregunta sobre lazos con los vecinos.