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ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE «LAS POZAS» (CASASECA DE LAS CHANAS, ZAMORA) Campaña 1979 ARTURO MORALES MUÑIZ MATERIAL Y METODOS El análisis de la fauna del yacimiento de Las Pozas, cuyas características y problemática arqueológica se han reflejado en el artículo anterior, se llevó a cabo con ayuda de nuestras colecciones comparativas. La metodología general es la común en estos casos y viene detallada en trabajos como los de Clason (1971). A lo largo de todo el trabajo se irán utilizando, para mayor brevedad de la exposi- ción, una serie de siglas, la mayoría de las cuales son propias de estos análisis y se encuentran detalladas en trabajos como los de Morales (1977) y de Miguel y Morales (1983) razón por la que los obviaremos remitiendo al interesado a con- sultar estos trabajos. Las abreviaturas propias de este trabajo son las referidas a las unidades estratigráficas, que, a partir de ahora vendrán precedidas por una «N» de nivel. Así, NI será el Nivel I, etc. Las estimaciones de los NMI se han realizado utilizando los criterios combina- dos de Clason (Op. cit.), Jordan (1975) y Payne (1972) a los que hemos añadido datos adicionales de nuestra experiencia. El estado de conservación de los restos no nos permitió pesarlos directamente, por lo que el dato sobre biomasa queda de momento apartado de nuestras consideraciones. Cada especie viene tratada en cuatro secciones (Material, Descripción, Discu- sión y Osteometría), la última de éstas se encuentra normalmente en el Apéndice 1. La descripción de restos, a pesar de todo y por razones obvias de limitación de espacio y tiempo, no ha sido detallada exhaustivamente (pieza a pieza) en el presente informe, salvo en el caso de muestras muy reducidas o en aquellas donde las implicaciones de cada fragmento fuesen interesantes.

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ESTUDIO DE LA FAUNADEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE

«LAS POZAS»(CASASECA DE LAS CHANAS, ZAMORA)

Campaña 1979

ARTURO MORALES MUÑIZ

MATERIAL Y METODOS

El análisis de la fauna del yacimiento de Las Pozas, cuyas características yproblemática arqueológica se han reflejado en el artículo anterior, se llevó a cabocon ayuda de nuestras colecciones comparativas. La metodología general es lacomún en estos casos y viene detallada en trabajos como los de Clason (1971).A lo largo de todo el trabajo se irán utilizando, para mayor brevedad de la exposi-ción, una serie de siglas, la mayoría de las cuales son propias de estos análisisy se encuentran detalladas en trabajos como los de Morales (1977) y de Miguely Morales (1983) razón por la que los obviaremos remitiendo al interesado a con-sultar estos trabajos. Las abreviaturas propias de este trabajo son las referidasa las unidades estratigráficas, que, a partir de ahora vendrán precedidas por una«N» de nivel. Así, NI será el Nivel I, etc.

Las estimaciones de los NMI se han realizado utilizando los criterios combina-dos de Clason (Op. cit.), Jordan (1975) y Payne (1972) a los que hemos añadidodatos adicionales de nuestra experiencia. El estado de conservación de los restosno nos permitió pesarlos directamente, por lo que el dato sobre biomasa quedade momento apartado de nuestras consideraciones.

Cada especie viene tratada en cuatro secciones (Material, Descripción, Discu-sión y Osteometría), la última de éstas se encuentra normalmente en el Apéndice1. La descripción de restos, a pesar de todo y por razones obvias de limitaciónde espacio y tiempo, no ha sido detallada exhaustivamente (pieza a pieza) en elpresente informe, salvo en el caso de muestras muy reducidas o en aquellas dondelas implicaciones de cada fragmento fuesen interesantes.

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TABLA 1

Relación general de restos específicos por niveles en el yacimiento de Las Pozas

ESPECIE I II III IV V VIA VIB VII TOTAL

A. DOMESTICAS

CABALLO 2 5 6 3 2 10 1 29VACA 2 5 17 49 42 41 73 24 253OVEJA — — — 6 — 426 4 40OVICAPRINOS 2 3 7 18 25 42 135 32 264CERDO 3 5 3 13 13 18 44 5 104PERRO — — — — — — 1 3 4

B. SILVESTRES

LIRON CARETO 59 ——————- 59 CONEJO 3 7 5

'15 2 — 8 2 42

LIEBRE — 9 5 2 — 5 6 2 29GATO MONTES — — — 1 — — — — 1LINCE — 1 — — — — 1 — 2JABALI — — — — 1 — 1 — 2CORZO 1 — — — — — 1CIERVO 2 7 3 8 12 — 32URO — 4 5 4 3 — 16

SAPO COMUN 2 — 1 — — — 3ALMEJA DE RIO 2 — 1 2 — 5

IDENTIFICADO 75 35 40 123 94 124 322 73 886SI — — — 4 14 9 57 — 84

TOTAL RESTOS 75 35 40 127 108 133 379 73 970

DESCRIPTIVA POR ESPECIES

Cabañas domésticas

Caballo (Equus caballus L.)

Material: Nivel I: 1 patela y 1 Fi

Nivel II: 1 diente superior y 4 mandíbulasNivel IV: 2 dientes superiores, 2 mandíbulas, 1 astrágalo y 1 FiNivel V: • 2 húmeros, 1 metatarsoNivel VIa: 1 diente superior, 1 mandíbulaNivel VIb: 1 atlas, 2 costillas, 2 escápulas, 2 húmeros, 1 radio,

1 fémur y 1 centrotarsalNivel VI: 1 metapodio.

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TABLA 2

Relación general de los NMI por niveles en el yacimiento de Las Pozas. Los NMI paralas entradas «OVEJA» y «OVICAPRINOS» se refieren con bastante probabilidad a losmismos individuos en muchos casos. Ver texto para más detalles.

ESPECIE I III IV V VIA Vis VII TOTAL

A. DOMESTICAS

CABALLO 1 3 — 2 1 1 2 1 11VACA 1 2 4 3 4 2 3 3 22OVEJA — — — 2 — 1 5 1 9OVICAPRINOS 1 1 2 2 3 5 9 3 26CERDO 1 2 2 4 3 5 6 2 25PERRO —————- 1 1 2

B. SILVESTRES

LIRON CARETO 4 ———————- 4 CONEJO 1 1 1 5 1 — 2 1 12LIEBRE — 2 1 1 — 2 2 1 9GATO MONTES — — — 1 — — — — 1LINCE — 1 — — — — 1 — 2JABALI — — — — 1 — 1 — 2CORZO 1 ————- 1 CIERVO 1 1 1 1 1 — 5URO — 1 2 1 2 — 6

SAPO COMUN 1 — 1 — — — 2ALMEJA DE RIO 1 — 1 1 — 3

NMI VERTEBRADOS 10 12 12 23 16 18 35 13 139

Descripción: La muestra se encuentra dominada por dientes y mandíbulasque suponen aproximadamente el 38% del total de restos. Los elementos apendicu-lares vendrían en segundo lugar y estos dos conjuntos supondrían prácticamentela totalidad de lo identificado.

A diferencia de lo que suele ser norma en yacimientos la fragmentación delas piezas mandibulares es poco acusada'. Así, en el nivel II apareció una mandíbulacompleta (en équidos la sínfisis suelda ambas hemimandíbulas) con la serie denta-ria adulta al completo y un desgaste de ( + +). Al parecer, se trata de una hembraadulta. Asimismo tenemos dos ramas mandibulares (D y S) de diferente talla yedades. Una de éstas presentaba P2 y P3 (+ +) (más de 4 años) mientras queen la D, P3 y M1 se encontraban ambos (+/—) (edad 2½ — 4 años). La cuartapieza mandibular de este mismo nivel, una sínfisis con Il (+) e 12 (+/—), pudopertenecer a la rama mandibular S. El NMI, por tanto, sería de 3. Poseemos dossínfisis adicionales en el NIV (1S con restos no fusionados de su homóloga Dy otra con la dotación completa de incisivos definitivos (+ +) (min. 4 años). Enel nivel VIa la mandíbula consiste en una porción D del proceso o apófisis angular.

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Entre los dientes contamos con un M D (+ +) en el NII, un M 2 D (+ +) enel NIV y dos fragmentos de molariformes en los niveles IV y VIa. Toda la morfo-logía dentaria concuerda con la del caballo (Equus caballus — L.).

La mayoría de los huesos apendiculares están muy fragmentados. Los húme-ros vienen representados por una porción proxirnal D con cabeza y trocánteres(+), por un fragmento de diáfisis y, en el. NVIb, por dos fragmentos distalescon epif. ( +). Las escápulas consisten en una porción distal D (tuber [+]), portanto de edad superior a los 10 meses y en una lámina S fracturada y de tamañosuperior. Los radios son dos porciones proximales D, posiblemente de un mismoindividuo adulto, mientras que el fémur (cabeza D aparentemente (—)) y el meta-podio (epif. dist.) pertenecerían a un ejemplar subadulto o juvenil (menos de 31/2años). El astrágalo, la patela y el centrotarsal osifican a partir de un solo centro.Por el tamaño, pueden pertenecer a individuos adultos. Algo semejante puede de-cirse de las Fi recuperadas (edad mínima superior a 1 1/4 años). El metatarso perte-nece claramente a un individuo adulto (edad superior, en cualquier caso, a los 4 años).

Los únicos restos recuperados del esqueleto axial son dos fragmentos de costi-llas y el arco dorsal de un atlas. Todos ellos, por tamaño, pueden pertenecer aun individuo adulto. En la sección A.1.a. del apéndice vienen detallados los valo-res de las piezas mensurables.

Discusión: Por todo lo que sabemos hoy en día, hacia el ario 3000 a. C.se domestican los primeros caballos en la Europa sudoriental (Norte de Grecia,Ucrania) (Zeuner 1963; Nobis, 1971). A diferencia de lo que ocurre con otrasespecies, el paso del agriotipo a forma doméstica no viene marcado en el caballopor cambios notables ni en la morfología general ni en las tallas (Clutton-Brock,1981). Esto hace enormemente díficil la diágnosis del status de los restos de caba-llinos en yacimientos protohistóricos humanos. Muchos autores coinciden en quelos primeros caballos domésticos «... were less than 145 cm in withers height...and the great majority... were less tahn 125 cm in withers height» (clutton Brock,Op. cit., p. 85). Por todo lo que sabemos el único ejemplar al que se han podidoaplicar los índices de Kiesewalter se encontraba justo a mitad de camino entreambas alturas en la cruz (Cuadro 1). Esto no quiere decir necesariamente quefuese doméstico ya que los márgenes de variabilidad incluyen alturas en la cruzde muchas poblaciones de caballos de Przewalskii o Pleistocénicos. Sin embargo,por las fechas del yacimiento (el más antiguo resto de caballo supuestamente do-méstico procede de Terrera Ventura y está radiodatado en aproximadamente 2500a. C.) y por el contexto general de la muestra (ausencia de cortes, quemaduras,aparición «equilibrada» de huesos de varias partes del esqueleto, etc.) podría muybien tratarse de una población doméstica de interés secundario (es decir, no necesa-riamente cárnico) lo que explicaría su escasez en relación con otras cabañas.

Vaca (Bos taurus L.)

Material: Véase tabla 3.

Descripción: La muestra de esta especie está dominada por restos de huesos

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de las extremidades (más del 50%), siguiendo en importancia numérica dientesy mandíbulas (aproximadamente, 24%), esqueleto axial (16%) y cráneo (9%).Se trata, por NR, de la segunda fracción en importancia de la fauna identificada,aunque por pesos es con diferencia la fracción más importante.

Entre la muestra de piezas dentarias y mandibulares lo más interesante resultaser el desglose en cohortes de la población. Atendiendo a las mandíbulas y piezasdentarias inferiores hemos contabilizado un total de 9 individuos (40% del NMI)distribuidos de la siguiente forma:

M3 (+ +) 5 (2 en el Ny, 1 en el NVIa y 2 en el NVIb)(edad superior a los 21/2 años)

M3 (+) 1 (NIV; edad superior a los 21/2 arios)

M3 (+/—) 1 (NY; edad 2% — 21/2)

M1 (+/—) 2 (ÑI y NIV; edad aprox. 6 meses)

No ha aparecido ningún Pd4 y, por tanto, la población en todos los nivelesparece relativamente homogénea y dominada por individuos adultos o subadultos.Tanto las restantes piezas inferiores y mandíbulas como las piezas superiores pare-cen pertenecer mayoritariamente a esta ambigua categoría y no aportan nuevosdatos de interés. La fragmentación, tanto de dientes como de mandíbulas es muyacusada.

En lo concerniente a esqueleto apendicular, ausente con la excepción de unaFi del NI en los dos primeros niveles del yacimiento, hay que destacar el hallazgodel NIII. Se trata de una pata posterior D completa de un subadulto. En totalexisten 13 huesos que, con sus correspondientes epífisis, totalizan 20 restos deun individuo de menos de 30 meses (epífisis tibiales (—) en ambos casos) y másde 24 (epif. prox. de la Fi (+)). Aparte de éste tenemos dos Fi adicionales que,por tallas, pertenecen a otros dos individuos más.

En el NIV, salvo el metatarso con epif. dist. (+/—) (aprox. 30 meses), lasrestantes piezas presentan sus epífisis (+). La pelvis de este nivel pertenece aun «macho» (según la morfología del pubis) mientras que los fémures (tanto laporción proximal como las distales) pertenecían a hembras. El resto de los huesosno pudieron sexarse. En el NY existe una diáfisis humeral D de un juvenil(Amd =24,5) así como 3 escápulas distales (tuber ?) que podrían tratarse de juveni-les. La ulna con olecranon (—) puede pertenecer, por talla, a un subadulto, yaque este centro se fusiona con la diáfisis a los 4 años aproximadamente. El restode los huesos presentan las epífisis (+). Salvo los fémures, que podrían tratarsede hembras, el sexaje de estas piezas es incierto. En NVIa sólo el metacarpo (diáfi-sis dista! S con epif. seguramente (—) es juvenil (inferior a los 30 meses). Elresto de las piezas tienen sus diáfisis fusionadas con excepción de una epif. prox.de tibia (—) que, sin embargo, puede pertenecer a un subadulto (hasta 21/2 años).No hay datos sobre sexos. En el NVIb tenemos un infantil-subadulto (epif. dist.de tibia (—)) y el resto con todas las epífisis aparentemente (+). Tampoco esposible determinar sexos con el esqueleto apendicular. En NV11 tenemos un infantil-juvenil representado por un metacarpo con epif. dist. (—) (menos de 30 meses)

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al que también puede pertenecer un calcáneo con el tuber (—) (edad inferior a3 años). Todo lo demás pertenece a adultos y no puede ser sexado.

Las pocas vértebras que conservan sus cuerpos presentan siempre epífisis (+)(edades superiores a los 6 años). La mayoría, igual que las costillas, están muyfragmentadas y nada o poco aportan fuera del dato sobre NMI. En cuanto a crá-neos, todos ellos también pulverizados, el único dato que de ellos podemos obteneres el relativo a las proporciones de los sexos: 7 cuernos de vacas (2 del NIVy el resto del NVIb) y ningún macho. Los valores de las piezas mensurables seencuentran en la sección b del Apéndice 1.

TABLA 3

Relación desglosada de elementos óseos por niveles en la vaca (Bos taurus L.)

ELEMENTO I II III IV V VIA VIB VII TOTAL

CUERNO — 1 — — 5 — 6NEUROCRANEO — 3 — 2 1 — 6VISCEROCRANEO — — — 4 1 1 2 2 10DIENTES SUPERIORES 1 1 — — 1 6 6 2 17MANDIBULA — 1 — 5 4 3 10 2 25DIENTES INFERIORES — 3 — — 3 3 5 3 17AXIS — 1 1 2VERTEBRA CERVICAL — — 1 5 — 5 4 — 15VERTEBRA COSTAL — — — 1 1 2 3 2 19VERTEBRA LUMBAR — — — 1 — 1 — — 2SACRO — 1 — — 1 — 2COSTILLA — — — 2 8 — 2 — 12ESCAPULA — — — — 4 1 3 1 9HUMERO — — — 1 5 1 4 — 11RADIO —— — 2 1 1 2 1 7ULNA —— — — 1 1 — 1 3CARPALES — — — 2 — — 1 — 3METACARPO 1 2 3 6PELVIS — 1 — 1 1 1 4FEMUR 1 3 2 1 3 1 11TIBIA 1 2 2 2 5 — 12ASTRÁGALO 1 2 2 — — — 5CALCANEO 1 3 2 1 — 1 8CENTROTARSAL 1 2 — — 1 — 4TARSALES 1 — — — 1 — 2SESAMOIDEOS — — 1 ————-1METATARSO — — 1 2 2 — 2 — 7Fi —— 2 4 1 3 42 16F2 1— 4 2 — 3 2 1 13F3 —— 2 — 1 2 2 — 7DIENTES SI — — 1 — — — 1

TOTAL 2 5 17 49 42 41 73 24 253

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Discusión: Los pocos datos que sobre alzadas hemos podido recoger nos indi-can que las vacas del yacimiento son de tallas reducidas (1.212-1.075 mm) algoque concuerda con lo obtenido en otros yacimientos sincrónicos de la Penínsulay de Europa (Morales, 1976) (Cuadro 1). La media, (1.131 mm.) nos indica quedentro de esta muestra están incluidos tanto machos (en otras cabañas su Y =1.200mm.) como hembras (Y =1.000 mm. en otras cabañas) y también que las diferen-cias con muchos yacimientos posteriores del interior de la Península son mínimas(de Miguel & Morales, Op. cit.). No es posible una tipificación racial sin cráneosni cornamentas completas. La dominancia de individuos adultos, como ocurre enla oveja, puede ser indicativo de alguna utilización múltiple de la cabaña (ademásdel mero aporte cárnico).

Oveja (Ovis aries L.)

Material: NIV: 1 neurocráneo, 1 viscerocráneo, 1 esternón, 1 astrágalo y2 metatarsos.

NVIa: 1 neurocráneo, 1 escápula, 2F2NVIb: 1 axis, 3 escápulas, 1 húmero, 4 radios, 2 ulnas, 1 radiocú-

bito, 2 metacarpos, 1 pelvis, 2 astrágalos, 4 metatarsos 4F1y 1F3

NVII: 2 calcáneos, 2 metatarsos.

Descripción: La práctica totalidad de la muestra se compone de huesos apen-diculares (32 elementos que suponen casi el 80% del total de NR) que son endonde la diágnosis entre ovicaprinos resulta más factible. Los neurocráneos, debi-do a los cuernos, también son útiles. Salvo las ulnas, carentes siempre de olecranonfusionado (edad inferior a 31/2 arios), y un juvenil representado por un metacarpoy un metatarso con epifisis distal (—.) (inferior a 11/2 arios) toda la muestra parecepertenecer a individuos adultos (todas las epifisis (+)). Las epifisis proximalesde dos de las Fi están fusionadas pero se aprecian en ellas vestigios del cartílagode conjuncción. Su edad, por tanto, puede ser cercana al año y por lo mismopodrían también pertenecer al juvenil antes mencionado. En lo referente a sexossólo poseemos información sobre dos piezas: 1 cuerno de un macho y una ramapública de una hembra. De los huesos largos (salvo falanges) sólo apareció enteroun radio. La relación de medidas se encuentra en la sección c del Apéndice 1.

Discusión: Ver siguiente sección.

Ovicaprinos

Material: Véase Tabla 4.

Descripción: La muestra de ovicaprinos complementa en gran medida a lade la oveja antes expuesta. De este modo, los elementos menos diagnósticos delesqueleto a efectos de diferenciación específica (dientes y mandíbulas) suponencasi el 50% del NR total de ovicaprinos mientras que en la oveja apenas suponenel 0,25% (representado por el viscerocráneo de oveja del NI). Frente a esto, los

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huesos apendiculares suponen poco más del 25% del total del cual la tibia, ausenteen la muestra precedente, representa casi la cuarta parte. Resulta indudable quela gran mayoría de estos huesos son huesos de oveja en los que la ausencia decriterios diagnósticos impide llegar a determinar el género. Dado que la muestraes la más importante por NR de todo el yacimiento es posible determinar concierta seguridad la estructura cronológica de esta población. Los dientes y mandí-bulas, con los que se ha llegado a contabilizar hasta 25 individuos sobre un totalde 26, arrojan el siguiente cuadro:

M3 (+ +) 6 (2 en NVIa, 4 en NVIb y 1 en NVII; edadsuperior a los 2 años)

M3 (+) 2 (NVIa; edad superior a los 2 años)

M3 (+1—) 2 (NV y NVII; edad entre 11/2 - 2 arios)

M1 (+/—) 1 (NIII; aproximadamente 6 meses).

Las restantes piezas mandibulares y dentarias no arrojan datos adicionalessobre este NMI de 11 con edad determinada. Entre los restos de vértebras convestigios de cuerpos, 6 presentaban las epífisis (—) (edades inferiores a 6 años)y 3 las epífisis (+) (edades superiores a 6 años). Todo ello refuerza la idea deunas poblaciones compuestas mayoritariamente por individuos adultos y/o subadultos. Los restantes elementos del esqueleto axial no nos aportan nada sobreedades y/o sexos.

Entre los huesos apediculares la práctica totalidad se compone de fragmentosen donde las epífisis se encuentran (+). Esto concuerda con lo que acabamosde decir para cráneos, dientes y vértebras. Existen, de todas formas, algunas piezasque permiten afinar algo más la edad de sus propietarios. Una F2 en el NIV conla epífisis proximal (+/—) pertenece a un individuo infantil (aproximadamente6 meses) igual que un húmero del NVIa y 3 del NVI b donde las epífisis distalesestán (+/—) (edad aproximada 3-4 meses). Por tamaño es posible que tambiénsean infantiles o juveniles 3 diáfisis radiales del NVIb y 2 del NVII así comouna Fi de este último nivel. No hay más constancia de otros individuos infantileso juveniles en la muestra. Salvo inferencia por tamaños (ver Apéndice 1 secciónd) ningún hueso ha podido ser sexado.

Discusión: Si efectivamente la ausencia de cabras es real, cosa que parecedel todo probable dado el tamaño de la muestra combinada de oveja y «ovicapri-nos» (304 restos), todo el material incluido en esta sección debería pertenecera ovejas. La ausencia de cabras, tanto domésticas como silvestres, resulta unode los aspectos más oscuros de todo este problema. Sabemos que en la zona existióhasta tiempos históricos (Siglo XIX) una población de cabras monteses con rangode subespecie (Calva pyrenaica lusitanica Sch). Por dónde abundaban, si abunda-ban, y si fueron objeto de caza son cuestiones que el estudio de las arqueofaunaspodría contestar pero no por el momento. La ausencia de cabras domésticas esigualmente chocante ya que los rebaños de pequeños bovinos solieron (y suelen)ser siempre mixtos.

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TABLA 4

Relación desglosada de, elementos óseos por niveles en los ovicaprinos

ELEMENTO

I II III IV V VIA VIB VII TOTAL

CUERNO ' — — — 1 — — — — 1NEUROCRANEO — 1 1 2 1 — 5VISCEROCRANEO — — — — 1 7 3 1 12DIENTES SUPERIORES — 1 — 3 2 5 19 8 38MANDIBULA — 1 1 2 3 10 22 9 48DIENTES INFERIORES 2 1 — 4 6 4 20 5 42ATLAS —— — — 1— 1— 2VERTEBRA CERVICAL 1 — — — 2 — 3VERTEBRA COSTAL 1 — 1 1 6 — 9VERTEBRA LUMBAR — — 1 1 1 1 1 —5COSTILLA — — 2 — 3 1 14 1 21EscAPuLA — 1 — — 13 1 14HUMERO — — 1 1 — 2 11 2 17RADIO —— — — 2— 43 9METACARPO — — 1 2 — — 3PELVIS — — — 2 1 3 6 — 12FEMUR 1 1TIBIA —— — 1 2 4 8— 15METATARSO — 1 1 2METAPODIOS — 1 — 1Fl — 1 1 2F2 —— — 1 — — — — 1F3 1 1

TOTAL 2 3 7 18 25 42 135 32 264

La cabaña de ovicaprinos (ovejas) estaba mayoritariamente dominada por ani-males adultos. Esto puede indicar que la utilidad de la población era múltiple yno sólo cárnica cosa muy posible dado que la oveja es la única proveedora delana en nuestro país.

Cerdo (Sus domesticus L.)

Material: Véase Tabla 5.

Descripción: La muestra de esta cabaña se encuentra dominada por huesosapendiculares (54% del total de NR) y dientes + mandíbulas (35%) ya que esque-leto axial (8,6%) y craneal (3,8%) representan fracciones marginales del total.El NMI es de 25 de los cuales a 13 se les ha podido determinar la edad conprecisión gracias al reemplazo dentario. El cuadro cronológico resultante ha sidoel siguiente:

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P4 (+1—) 1 (NVIb; edad aproximada 11/2 mes)

M2 (+/—) 4 (2 Ny, 2 NVIb; edad aproximada 9-12 meses)

M3 (+/—) 7 (1 NII, 2 NIV, 1 NVIa, 3 NVIb; edad aproxi-mada 18-20 meses)

También aparecen en NV y NVIb sendas diáfisis humerales de individuosde semanas (cochinillos) que podrían pertenecer a la misma cohorte que el dueñodel P4 del NVIb. Los dientes y mandíbulas permiten añadir 7 individuos adiciona-les a los 13 anteriores aunque sin poder determinar la edad con exactitud.

A diferencia de lo que era norma en las anteriores cabañas, numerosas piezasapendiculares de cerdos presentan las epífisis aún sin fusionar. En esta situaciónse encuentra la epífisis proximal de un Fi el NI1 (edad inferior a 2 años; infantil-juvenil). En el NIV un húmero (epif. dist. (—); edad inferior al año). En el NYun tubérculo coracoideo de una escápula (menos de un ario), una epífisis proximaltibial (menos de 2 años) y una epífisis proximal de un metapodio lateral (menosde 6 meses). En NVIa solamente una epífisis proximal de F2 (menos de 1 año)y en NVIb una epífisis distal de metacarpo (menos de 2 arios). Todas las ulnasque aparecieron con olecranon presentaban dicho tubérculo (—) (edad inferior alos 3 arios). Por último, existen numerosas piezas cuya acusada fragmentaciónimpide conocer el estado de fusión de sus epífisis con certeza pero cuyo tamañoindica que son juveniles, infantiles y, en cualquier caso, individuos subadultos.

Entre los reducidos restos de esqueleto axial encontramos uno de los indivi-duos más viejos de la población; se trata de una vértebra cervical con las epífisis(+) (más de 6-7 años).

Solamente los caninos sirven para diferenciar los sexos dentro de la poblaciónya que el dimorfismo sexual se encuentra muy atenuado en los individuos subadul-tos, mayoritarios dentro de la muestra. Tenemos así 2 caninos de hembras (NVIay NVIb) y 2 de machos (NII y NVII) lo que supone una proporción entre lossexos de .1:1. Las medidas de esta muestra se recogen en la sección e del Apéndice 1.

Discusión: Los cerdos, a diferencia de las ovejas y vacas, eran mayoritaria-mente sacrificados antes de ser adultos (es decir, antes de la erupción del M3).El sacrificio se centraba principalmente sobre 3 cohortes bien definidas: mes ymedio, 9-12 y 18-20 meses, la separación entre ellas será por tanto próxima aun año. Si estos intervalos fuesen de exactamente 12 meses podrían coincidir conalgún tipo de actividad cultural de carácter anual (festividad?). Creemos que estoes posible ya que las edades calculadas son sólo aproximaciones sobre las realesobtenidas a partir de tablas confeccionadas con datos de razas primitivas. Unade las características de los animales domésticos es su marcada precocidad. Elproceso se va acentuando con el tiempo. Por esa razón nuestra extrapolación deedades parte de información obtenida sobre razas poco seleccionadas. Sin embar-go, ¿no es posible que las cabañas de Las Pozas sean aún menos precoces quelas de nuestras tablas de referencia? Recordemos que en tal caso las diferenciasse acentuarían con la edad y los datos de los animales de mayor tamaño se veríanalterados en mayor medida que los procedentes de individuos infantiles. Quizá

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TABLA 5

Relación desglosada de elementos óseos por niveles en el cerdo (Sus domesticus L.).

ELEMENTO

I II III IV V VIA Vis VII TOTAL

NEUROCRANEO — — — 1 — 1 — — 2VISCEROCRANEO 2 2DIENTES SUPERIORES 1 1 — 1 1 — 4MANDIBULA — — — 3 2 2 10 — 17DIENTES INFERIORES 2 2 — — 3 — 7 1 15ATLAS —— — — 1 — — — 1VERTEBRA CERVICAL — — — 1 — — — — 1COSTILLA 1 2 — — 1 — 2 1 7ESCAPULA — — — 4 2 — 1 — 7HUMERO — — — 2 1 4 2 — 9RADIO 1 1 2ULNA 6 6METACARPO _ 1 — — 2 2 — 5PELVIS 1 1 — 2FEMUR ' 1 1TIBIA —— — — 2 1 22 7FIBULA 1 — — 1ASTRÁGALO — — 1 1 — — — — 2METATARSO — 3 — 3METAPODIOS 1 2 1 — 4F1 — 1 — — 1 1 — 3F2 1 1— 2F3 1 1

TOTAL 3 5 3 13 13 18 44 5 104

esto sea la razón del aparente «desfase» entre el primer y el segundo grupo (aproxi-madamente 12 meses) y entre este último y el tercero (6-11 meses). Si la precoci-dad de esta población neolítica es menor que la de razas actuales no seleccionadas,cosa muy probable, la erupción del M3 podría verse sensiblemente retrasada. Consólo un mes de retraso el intervalo rozaría ya el año y el patrón postulado semantendría. Este patrón quedaría establecido del siguiente modo: sacrificio perió-dico anual que incluiría dos cohortes dentro de su primer año de vida y una cohorteaproximándose al segundo año. Si las cifras son fiel reflejo de la realidad entoncespor cada individuo de la cohorte de menor edad se sacrificaban 4 de la siguientey, por cada uno de esta última, aproximadamente 2 de la tercera. Esto quieredecir que la matanza se dirigía fundamentalmente hacia los individuos juvenilesy subadultos. Y esto es precisamente lo que debe hacerse si queremos obtenerel máximo beneficio cárnico en relación con las «inversiones». El crecimiento delos animales es rápido hasta la madurez, momento en el que se ralentiza. Porotra parte, el tamaño del animal aumenta rápidamente hasta llegar a ser adulto.

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Por estas razones para optimizar rendimiento cárnico deben sacrificarse animalesque tengan no sólo las mayores tallas posibles (adultos) sino aquellos cuyo creci-miento posterior va a ser lento en lo sucesivo por haber alcanzado ya la madurezsexual. Los subadultos son el grupo más indicado a este respecto y la estrategiaseguida por los habitantes de Las Pozas confirma que su máximo interés radicabaen obtener el máximo aprovechamiento cárnico de la cabaña porcina. El dato senos amplía con el hecho de que las proporciones sexuales sean exactamente de1:1 lo cual tiene sentido en el caso de que se sacrifiquen prácticamente todos losindividuos dentro de las cohortes. Al mismo tiempo, se mantendría un reducidonúmero de berracos como sementales y un número seguramente superior de marra-nas pero sobre individuos adultos apenas tenemos datos en nuestra muestra.

Perro (Cafés familiaris L.)

Material: NVIb: 1 maxilarNVII: 3 mandíbulas

Descripción: La pieza del NVIb (S) presenta el P3, P4 y M2 intactos perofalta la muela carnicera. Entre las mandíbulas hay una hemimandíbula D completacon la serie Ml-P1 (falta el M2) y dos porciones S, posiblemente de una mismapieza con la sínfisis y serie premolar y con la serie molar respectivamente. Eldesgaste de todos los dientes es medio-acusado pero con él no nos resulta posibleevaluar la edad.

Discusión: Al ser una especie que no entra dentro del grupo de las de interéseconómico el perro es la especie doméstica con más exigua representación en lamuestra. Los ejemplares de este yacimiento son animales de talla reducida (tamañofox-terrier o equivalente) y el desgaste dentario puede ser indicativo de una utiliza-ción prolongada de los animales con fines secundarios (i,perros pastores?)

Mamíferos silvestres

Lirón careto (Eliomys quercinus L.)

Material: (Todo del NI): 7 neurocráneos, 6 mandíbulas, 2 vértebras lumba-res, 3 sacros, 5 costillas, 3 escápulas, 7 húmeros,3 radios, 2 ulnas, 7 pelvis, 7 fémures y 6 tibias.

Descripción: Los neurocráneos son 3 occipitales, 2 bulas timpánicas (D yS) y 2 frontales completos. La mayoría de los dientes de las mandíbulas se hanperdido y las series dentarias han sido medidas en los alveolos. Todos los elemen-tos vertebrales presentan sus epífisis ( +). También están (+) los tubérculos cora-coideos de las 3 escápulas (porciones distales) y, salvo 2 epifisis distales de radios,2 epifisis distales de fémur y todas las epífisis proximales de las tibias, las restantesepífisis de esta muestra ósea se encuentran fusionadas.

Todas las epífisis proximales de los húmeros están (+1—). El NMI =4 y los

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valores de las piezas mensurables quedan expuestos en el Apéndice 1 (secciónI). Por extrapolación con los ejemplares de nuestras colecciones comparativas po-demos aventurar que al menos 1 de los ejemplares era un macho.

Discusión: El lirón careto es una especie bastante frecuente en la PenínsulaIbérica, donde se reconocen varias subespecies de acuerdo con el pelaje, tallasy morfología dentaria. De estos criterios, solamente el segundo es potencialmenteútil en nuestro caso y decimos potencialmente ya que el esqueleto postcraneal noha sido hasta la fecha considerado como criterio de diágnosis subespecífica. Laosteometría mandibular puede, en cambio, resultarnos de más utilidad ya que haydos series de medidas (SDI y LM) que pueden ser confrontadas con las de otraspoblaciones (ver Apéndice 1.i). Así las medidas de SDI (5,5) y LM (19,65) supe-ran a las de la totalidad de las poblaciones peninsulares ibéricas de forma ampliay se corresponderían más, por tanto, con los valores de la subespecie lusitanicus(Extremadura, Sur de Portugal) que con los de la nominal quercinus que es, pordistribución, la que debería existir en Zamora. No cabe duda que ha existido unadisminución de talla de los Eliomys de la zona con el tiempo ya que hablar desubespecies en esta clina temporal no parece tener mucho sentido.

Conejo (Oryctolagus cuniculus L.)

Material: Véase Tabla 6.

Descripción: Unicamente tres piezas aparecen en sus epífisis (—): una vérte-bra costal del NIII, un fémur de un gazapo del NIV, y un metatarso III proximal

TABLA 6

Relación desglosada de elementos óseos por niveles en el conejo (Orycrolagus cuniculus L.).

ELEMENTO I II III IV V VIB VII TOTAL

MANDIBULA — — — 1 — — — 1VERTEBRA COSTAL — — 1 — — — — 1COSTILLA — 1 — — — — — 1ESCAPULA — — — 1 — 1 — 2HUMERO — 1 — 1 — — 1 3RADIO 1 — 2 3 — — — 6ULNA — — — 4 — — — 4PELVIS 1 — 1 1 2 — — 5FEMUR — 1 — 3 — 1 — 5TIBIA — — — 1 — 2 1 4CALCANEO 1 — 1 — — 2 — 4METATARSO — 3 — — 2 — 5F1 — 1 — — — 1

TOTAL 3 7 5 15 2 8 2 42

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del NVII. La muestra está dominada por huesos de las extremidades (92% deltotal del NR), especialmente los elementos más largos (estilopodio y zeugopodio)que suelen estar fracturados por la mitad pero por lo demás, bien conservados.Los valores de las piezas mensurables están expuestos en la sección f del Apéndice 1.

Discusión: Por las fechas lo más probable es pensar que estos conejos eransilvestres, productos de una caza sistemática. El conejo, con sus hábitos zapadores,altera muchas estratigrafías pero en nuestro caso la infrecuencia de individuosjuveniles y/o infantiles puede ser un dato adicional en apoyo de la tesis de quese trata de una población de carácter cinegético. Por otra parte, los criterios paradeterminar la domesticidad de los animales se centran en piezas craneales de lasque no aparecieron en nuestra muestra ni tan siquiera fragmentadas. En cualquiercaso, el aporte cárnico a la dieta de los moradores por parte de esta especie seríamuy secundario.

Liebre (Lepus granatensis Rosenhauer)

Material: Véase Tabla 7.

Descripción: Muestra dominada, como en el caso de la del conejo, por huesosapendiculares, no presenta ningún hueso con epífisis (—) aunque algunos debidoa su tamaño pueden pertenecer a individuos juveniles o subadultos. También aquílos elementos de mayor longitud suelen estar rotos por la mitad cosa que no sucedecon metacarpos y metatarsos. Por tamaño al menos un Mtc III del NVIa pertenencea un macho. Los valores de las piezas mensurables se exponen en la sección gdel Apéndice 1.

TABLA 7

Relación desglosada de elementos óseos por niveles en la liebre (Lepus granatensis Rosen).

ELEMENTO H III IV VIA Vis VII TOTAL

MANDIBULA 1 — — — — 1ESCAPULA — — — — 1 — 1HUMERO — — — — — 1 1RADIO 1 — — 1 — — 2ULNA 1 1 1 — 1 — 4METACARPO 2 — 1 — — 3PELVIS — 1 — — 3 — 4METATARSO 5 2 1 1 1 1 11Fi — — — 2 — — 2

TOTAL 9 5 2 5 6 2 29

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FAUNA CALCOLITICA DE «LAS POZAS» 79

Discusión: Igual que los conejos, las liebres son seguramente también produc-to de la caza. El que los NR de ambas especies sean muy similares (normalmenteel conejo domina abrumadoramente las muestras de Lagomorfos en yacimientosprotohistóricos ibéricos) es un dato de ambiguas connotaciones. Puede, simple-mente indicar una caza preferencial sobre la liebre, una abundancia real de liebresen aquellos ecosistemas o, simplemente, unas mayores posibilidades de preserva-ción y recuperación de los fragmentos óseos de mayor tamaño. En este sentidolas relaciones entre metacarpos y metatarsos (0:5 para el conejo y 1:4 para laliebre) son datos significativos. No obstante, y como demuestra la recuperaciónde un gran número de piezas de lirón careto (especie muy inferior en talla a lasdos consideradas), la incidencia de una recuperación parcial sobre la abundanciarelativa ha debido de ser poco marcada.

Gato montés (Felis sylvestris L.)

El único resto de esta especie se reduce a un fragmento de neurocráneo D(frontal y parte del parietal) descubierto en el NIV. La morfología de esta pieza,netamente abombada, y perteneciente a un animal juvenil-subadulto se correspon-de mucho más con la de nuestros gatos monteses que con la de sus descendientesdomésticos. La domesticación más antigua de este felino es, por todo lo que sabe-mos, posterior a nuestras fechas (Egipto), sin embargo, las diferencias entre agrio-tipos y formas domésticas en lo referente a morfología craneal se atenúan en losindividuos más jóvenes de las poblaciones.

Lince (Lynx pardellus, Miller)

De esta especie aparece una porción proximal de radio D (Ap ... 14,8) enel NII y una porción acetabular de una hemipelvis S (LFO ... 23,8; LAM20,7 LAMB ... (19)) en el NVIb. Esto supone un NMI= 2 (adultos). La presenciade este felino puede considerarse como casual dentro del yacimiento pero indicati-va en cualquier caso, de una más amplia distribución peninsular pretérita de laespecie, algo sobre lo que ya poseemos bastantes datos (entre otros, Morales, 1976).

Jabalí (Sus scrofa L.)

Hemos recuperado una porción distal D de una escápula (Lmc ... 25; tuber.(?)) en el NV y una porción proximal S de radio (Ap 33,5) en el NVIb. Ambaspiezas parecen corresponderse con machos. Aunque el tubérculo coracoideo dela escápula se encontraba erosionado todo parece indicar que no estaba aún fusio-nado al cuerpo escapular. Esto indica que el ejemplar del NY, a diferencia delhallado en el NVIb, no era adulto. No es casualidad que sean machos los animalesidentificados. El notable dimorfismo sexual en cuanto a tallas de esta especie y

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la ausencia de buenos criterios de diagnosis dentro de las piezas postcranealescon sus descendientes domésticos, imposibilita una determinación segura en cuantoa status «silvestre/doméstico» de la cabaña porcina (s. 1.). Es más que posibleque algunos de los ejemplares de jabalí de menor tamaño (hembras, subadultos,etc...) estén erróneamente incluidos dentro de la muestra de porcino antes detalla-da. En nuestro caso, de todas formas, contamos con una prueba excepcional deque el error haya quedado minimizado: la estructura cronológica de la poblaciónporcina centrada en tres cortos períodos de sacrificio de los animales. A este tipode manipulaciones son mucho menos susceptibles las poblaciones silvestres. Porello concluimos indicando que la caza del jabalí, como la de otros mamíferos sil-vestres, tenía en Las Pozas un carácter secundario, acaso casual, dentro del contex-to general de aprovechamiento cárnico de las poblaciones reconocidas.

Corzo (Capreolus capreolus L.)

Sólo apareció una escápula D completa en el NIII de un adulto (tuber ( +))cuyos valores fueron los siguientes:

Lm 145Lp (78,5)Lmc 16,3Ld 29,7La (24,6)Aa 22

La pieza se encontraba en perfecto estado de conservación y no presentabaninguna evidencia de manipulación (cortes, quemaduras). Por el tamaño parececorresponderse con un macho (en esta especie el dimorfismo sexual no es tanmarcado como en el ciervo). Lo más interesante quizás sea el gran tamaño dela pieza. Actualmente los corzos ibéricos son de tamaño muy inferior al de susparientes centroeuropeos. Si comparamos en cambio esta pieza con las de unapoblación actual danesa (Kalo) obtendríamos el siguiente cuadro:

PARAMETRO n DINAMARCArecorrido

LAS POZAS

Lm 28 125-137,5 145Lmc 28 14,6-18 16,3La 28 18,3-22,2 24,6Aa 28 19,2-23 22

Es fenómeno conocido la disminución de tallas ocurridas en las poblacionesde macromamíferos europeos desde el Pleistoceno (Kurtén, 1968). Nuestro hallaz-go vendría a sumarse a este tipo de observaciones.

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Ciervo (Cervus elaphus L.)

Material: NIII: 1 neurocráneo y 1 metacarpo• NIV: 1 asta, 2 mandíbulas, 1 ulna, 1 fémur, 1 Fi y 1 F2

NY: 2 dientes superiores y 1 calcáneo• NVIa: 1 asta, 1 mandíbula, 1 costilla, 1 húmero, 1 radio, 1 ulna,

1 calcáneo y 1 F2.NVIb: 1 asta, 2 dientes inferiores, 2 vértebras costales, 1 escápula,

1 húmero, 1 radio, 1 carpal, 1 astrágalo, 1 centrotarsal y1 metatarso.

Descripción: El neurocráneo estaba formado por un fragmento de bóvedacraneana incluyendo el temporal D y parte del occipital. Aunque faltaba el frontal,parece ser que, por tamaño, se trataba de un macho. En este mismo nivel el datoviene confirmado por la presencia de un metacarpo D (porción distal, epif. (+)).En el NIV el pitón recuperado está fragmentado en dos porciones. Las mandíbulas,dos ramas horizontales S, no sólo aportan el NMI sino también la edad; se tratade una sínfisis y de un SDI con P4 (+ +) y M1 (+1—) de donde sabemos quese trata de un juvenil/subadulto (aproximadamente 5 meses). Las ulnas son dosporciones proximales (articular y proceso ancóneo) posiblemente de la misma pie-za. La cabeza del fémur se encuentra (+) mientras que la supuesta hembra dela Fi posiblemente sea el mismo individuo representado por la mandíbula. Enel NY tenemos un adulto (2 M I /M 2 con desgaste (+ +)). El tubérculo del calcá-neo de este nivel está roto. En el NVIa todas las piezas tienen las epífisis (+).Quizá pertenezcan al macho propietario del asta erosionada allí recuperada. EnNVIb tenemos otro macho (tamaño de la porción distal del húmero y proximaldel radio) adulto [M 1 /M2 con (+ +) y las vértebras costales con epífisis (+)] alque posiblemente también pertenezca el asta erosionada. El centrotarsal está frag-mentado en dos partes. El carpal es un radial D. La métrica se encuentra en elApéndice 1 (sección h).

Discusión: Aunque dominada por el componente apendicular (56% del totalde NR) este no es tan mayoritario como en el caso de otras muestras de especiescinegéticas (conejo, liebre, jabalí?, corzo?).

Carecemos de información sobre el estado de unión de las astas al frontalpor lo que la datación estacional es imposible. Las pocas astas aparecidas estabanerosionadas pero no queda claro si la erosión se produjo antes o después de serrecogidas. Los nacimientos de ciervos se concentran en la primavera (mayo-junio)pero se extienden hasta el otoño (septiembre-octubre) por lo que la estácionalidadindicada por la mandíbula del NIV es más bien limitada. De todas formas el animalsucumbió en algún momento entre octubre y marzo del ario siguiente. El que lamuestra se encuentre dominada por piezas que podrían pertenecer a adultos (epífi-sis ( +)) dificulta la datación estacional de los hallazgos. La presencia de cabañasdomésticas no trashumantes, sin embargo, nos hace pensar que la caza era, enel ciervo como en las restantes especies de interés cinegético, una actividad margi-

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nal complementaria que se llevaría a cabo a lo largo de todo el año. Esto, porsupuesto, no implica el que su incidencia sobre la economía local fuese diferenteen diferentes épocas del año pero tal dato es imposible de confirmar o rechazara la vista de la información disponible.

Uro (Bos primigenios Bojanus)

Material: NIV: 1 cuerno, 1 vértebra cervical, 1 vértebra costal y 1 fémur.NY: 1 húmero, 3 pelvis y 1 tibia,NVIa: 1 cuerno, 2 vértebras cervicales y 1 radio.NVIb: 1 axis, 1 radio y 1 fémur.

Descripción: En el NIV el cuerno pertenece claramente a una hembra adultay las vértebras vienen representadas sólo por arcos neurales por lo que poco pode-mos decir de sus epffisis. También parecen adultas, como lo es la porción dista]del fémur D (epífisis ( + )). En el NY tenemos al menos dos uros: un macho adulto(porción distal S del húmero con epífisis (+)) y un juvenil-subadulto (1 epffisisy fragmento de diáfisis proximal S (Ap ... (86)). Además de esto aparecen 3 por-ciones pélvicas, posiblemente de una misma pieza, que seguramente pertenecenal macho adulto con el arranque del pubis. En el NVIa tenemos al menos unahembra (cuerno D roto distalmente) adulta (epífisis vertebrales ( +)) a la que segu-ramente pertenece la porción proximal D del radio. En el NVIb vuelven a apareceral menos dos individuos: un macho (apófisis neural de un axis) (adulto) y unahembra o un juvenil-subadulto (proción distal de radio con epífisis (—)). El fémurestá representado por un trocánter major S (fusionado a la diáfisis) y puede perte-necer también al macho adulto antes mencionado. Los valores de las escasas piezasmensurables se encuentran detallados entre los restos de vaca en el Apéndice 1.

Discusión: Igual que sucedía con el jabalí, al no existir buenos criterios dediferenciación osteológica entre uros y bovinos domésticos sólo los mayores ejem-plares de la población silvestre son identificados como tales. A pesar de ello, eluro se nos convierte en una especie relativamente común en Las Pozas (3,6%del NR identificados) sobre todo si lo comparamos con otros yacimientos protohis-tóricos ibéricos (Morales, 1976). Su ausencia de los NI, NII, NIII y NVII puededeberse a lo reducido de las muestras en ellos recuperadas. Es notable tambiénel que hayan sido reconocidos, además de los clásicos machos, hembras y juvenileso subadultos cosa poco frecuente por todo lo que sabemos hasta la fecha (Driesch& Boessneck, 1976). Todo indica que la especie debió ser relativamente frecuenteen la zona y ello quizás pueda comprenderse mejor desde la perspectiva de suetología. Los uros fueron animales forestales y, como el corzo, marcadamenteantropófobos. La mayor abundancia de Bos primigenius en el yacimiento, puedeser indicativa de un determinado paisaje vegetal y de una baja densidad humana.

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Nmi/ Especie%

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Otra fauna

Además de estos 878 restos mamíferos han aparecido otros 8 más, pertene-cientes a dos clases diferentes; entre estos están 5 fragmentos de valvas de almejasde río (posiblemente del género Anodonta) y tres restos del sapo común (Bufobufo) (Tabla 1). Entre estos últimos tenemos un ilion S y un húmero D en elNI y una escápula D en el Ny.

CONCLUSIONES

La asociación animal estudiada en Las Pozas concuerda más con una tanatoce-nosis de tipo artificial que con una natural. La peculiar fragmentación de los huesosy la descompensación específica de la muestra en lo relativo a la relación NMI/es-pecie indican intencionalidad en la selección de individuos (Fig. 1). Por otra parte,la abundancia diferencial observada al utilizar los criterios comparativos clásicos(NR, NMI) entre un pequeño grupo de especies (las domesticadas) y un gran grupode especies casuales (principalmente silvestres) refuerza la hipótesis. Todo parece,por tanto, indicar que sería el hombre el elemento seleccionador de la fauna. Lapresencia de numerosos restos de micromamíferos en buen estado de conservacióndescartan igualmente la posibilidad de una marcada pérdida diferencial de frag-mentos en el sedimento debida a procesos fisicoquímicos. Una vez establecidoel papel fundamental jugado por el hombre en la producción de este acúmulo pode-mos intentar esclarecer también algunas de las causas directoras del proceso.

Ng Especies

5 15

20

25

Fig. 1. Diagrama de repartición de los vertebrados de Las Pozas según el n? de especiesfrente al de individuos/especie. Comprobamos la imposibilidad de un ajuste a tal distribu-ción de una función de tipo y = 1/x, indicadora de una comunidad con gran variabilidady escaso dominio, no sometida a factores limitativos climáticos. Tal situación es posible-mente debida a la manipulación ejercida sobre la muestra por parte de la población humana.

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En primer lugar constatamos que la práctica totalidad de las especies reconoci-das (salvo quizás el sapo) son potencialmente consumibles. De éstas, al menos11 lo fueron muy posiblemente (excluimos el lirón y los carnívoros), lo cual supo-ne el 94% del NR identificados. Parece ser que nos encontramos por tanto anteuna asociación de tipo primario (depredador-presa). Debemos notar, de todos mo-dos, como, a pesar de la fragmentación marcada, muy pocas piezas aparecen que-madas y/o cortadas. Esto queda bien patente en el siguiente cuadro recopiladocon datos obtenidos sobre las cabañas domésticas (la oveja incluye 0/C):

Caballo Vaca Oveja Cerdo

Piezas quemadas 4 3 1

Piezas con Cortes

28 15

Estos valores pueden interpretarse en el sentido de que gran parte de los ani-males no fueron realmente descuartizados ni, por lo mismo, consumidos. Perosi analizamos detenidamente las piezas vemos que gran parte de ellas no son másque esquirlas erosionadas en donde apenas podríamos discernir cortes. La mayoríade éstos aparecen, como es lógico, en los huesos de mayor tamaño. En lo referentea quemaduras todos sabemos que en numerosos procedimientos culinarios (coc-ción, asado, etc...) los huesos apenas sufren los efectos directos del fuego sobresus superficies. Las modificaciones del color y textura del tejido son mínimasy, en cualquier caso, inapreciables después del paso de tantos arios. Otros datos,en cambio, sí que hablan en favor de un consumo mayoritario de la fauna recupera-da. Recordemos ahora los datos referentes a las edades de las poblaciones de lasdiferentes cabañas domésticas. Dentro de bovino y ovino existía una llamativadominancia de individuos adultos (80% y 90% aproximadamente de las respectivasmuestras) mientras que el 100% de la cabaña porcina era aparentemente inferiora los 24 meses. Por todo lo que indicamos en la sección correspondiente la cabañaporcina era sacrificada en tres momentos concretos de su vida (1 1/2, 9-12 y 18-20meses). En los bóvidos la dentición hipsodonta impide afinar la edad por encimade los 2-2 1/2 arios, momento en el que desarrolla su funcionalidad el M3. En cual-quier caso la pirámide cronológica populacional de las tres cabañas se encuentratruncada, bien por la base (bóvidos) como por el ápice (suidos). Este sesgo essin duda de tipo cultural y obedece a las razones que en su momento barajamos:porcinos utilizados exclusivamente como fuente de carne y bóvidos utilizados deforma mixta (carne: leche; carne: lana; etc.). La mano del hombre se extiendetambién al caballo (,cabaña mixta?) en donde la evidencia es menos concluyenteque en casos anteriores en razón del reducido tamaño de la muestra.

La estrategia de sacrificio de la cabaña porcina es la óptima para obtenermáximo rendimiento cárnico como ya discutimos anteriormente. Ello, y la prácticatotal ausencia de individuos infantiles/juveniles en las cabañas de bóvidos pareceindicar que los habitantes de Las Pozas buscaban ante todo el máximo beneficio

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FAUNA CALCOLITICA DE »LAS POZAS» 85

de sus reses. Quizás las circunstancias no permitiesen despilfarros y quizás la clavede estas circunstancias haya que buscarlas en las especies silvestres.

En los animales silvestres es mucho menos factible postular de qué modo fue-ron utilizados. Sin duda la mayoría fueron cazados (fragmentación acusada sóloen los macromamíferos) pero la ausencia de información cronológica o estacionalimpide determinar si esta caza era una actividad sostenida o no. Lo más sencilloes pensar que se capturaba lo que se podía cuando se podía. Quizás la caza delos felinos (caza que no queda claramente establecida con el material disponible)persiguió otros fines fuera de los meramente «alimentarios». Quizás algunas espe-cies no fueron cazadas y representan los elementos más auténticos de la tanatoce-nosis local. Lo cierto es que la evidencia puede interpretarse de muchas formasdistintas. Dato importante es que los lirones proceden todos del NI que es el másantiguo (C14: 2.475 A.C.) y profundo del yacimiento. Algo parecido ocurre conel conejo en donde el NVII, el más superficial, es también el más pobre en cuantoa restos de este lagomorfo. Estas especies, concentradas en los estratos más supe-riores de la serie, plantearían auténticas dudas sobre la genuinidad de su pertenen-cia al resto de la fauna subfósil (los animales zapadores no sólo alteran las secuen-cias estratigráficas sino que plantean siempre la posibilidad de ser individuos aje-nos a la tanatocenosis original).

¿Qué tipos de biotopos existieron? La fauna, especialmente la de macromamí-feros, es mala indicadora de este tipo de condiciones ambientales. Mejor resultanlos micromamíferos y ellos nos indican una situación climática no muy diferentea la actual; el conejo es el clásico mamífero del maquis mediterráneo. Prosperaen sotos y matorrales pero también en campos baldíos, tierras de cultivo y bosquesaclarados por la tala. Algunas poblaciones aparecen incluso en zonas aparentemen-te inhóspitas para esta especie (suelos volcánicos, dunas, marisma y zonas palus-tres). El monte bravío es, sin embargo, el biotopo «rey» para el conejo. En laEspaña mediterránea abundan por doquier acoplando la cría con la disponibilidadde pasto. La liebre duplica hasta cierto punto los biotopos del conejo aunque pene-tra con mayor facilidad que aquél en zonas montañosas y suele gustar de terrenosmás abiertos. Los tamaños de las piezas óseas del yacimiento indican que se tratade la variedad más meridional de liebres ibéricas (especie o subespecie según auto-res) que es también la de menor tamaño. El lirón careto es común en los roquedoscacuminales de las zonas de montaña. Puede habitar en pedrizas de todo tipo inclu-yendo las peridesérticas. Por esta razón se le suele considerar una especie de con-notaciones xéricas. Trepa con facilidad e hiberna en las oquedades de los troncos.

Dentro de los macromamíferos silvestres uros y corzos son los más caracterís-ticamente forestales y antropófobos. En menor medida podríamos hacer esto igual-mente extensible al gato montés. El lince perdura en la actualidad en espacioscon menor cobertura arbórea (matorrales) penetrando en el coto de Doñana enzonas tales como dunas y marismas (Delibes, 1980). También es una especie antro-pófoba. La aparición de estas cuatro especies debe interpretarse como intencionada(aunque la caza de felinos como ya dijimos antes queda aún por demostrar) eindicativa de biotopos con una apreciable cobertura arbórea. Ciervos y jabalíes,aunque más adaptables y ubiquistas son también frecuentes en zonas forestales.

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ARTURO MORALES MUÑIZ

El sapo común prospera por doquier en la Península desde las altas montañashasta el borde del mar. También existen por toda nuestra geografía almejas derío y, al resultarnos imposible la determinación a nivel genérico, poco podemosdecir acerca de los 5 fragmentos de valvas aparecidos.

De las especies identificadas sólo el uro se ha extinguido actualmente (últimascitas en Polonia ene! año 1627). El lince se encuentra en precaria situación portoda la Península aunque es posible que en algunas de las sierras zamoranas lindan-do con Orense y Portugal (Sierra de la Culebra) perduren aún pequeños núcleosaislados. Los demás animales silvestres son actualmente relativamente frecuentesdentro de la medida de sus posibilidades (densidades máximas en roedores y míni-mas en carnívoros). Ninguna especie puede ser a estas alturas utilizadas comoíndice cronoestratigráfico.

Un último dato a comentar son las alzadas de las cabañas domésticas (Cuadro1). Puesto que la totalidad de los cerdos son individuos juveniles o infantiles nopodemos estimar sus alturas en la cruz. De las restantes cabañas los valores queda-rían resumidos del siguiente modo:

Caballos 1.366 mmVacuno 1.212-1.075 mm.Ovino 623-613 mm

CUADRO 1

Alzadas de diferentes individuos de las cabañas domésticas recuperadas en el yacimien-to de Las Pozas (índices tomados de varios autores).

ESPECIE HUESO MEDIDA ALZADA ESTIMADA

Caballo metatarso LM 1366

Vaca metatarso LM 1212'1 - 1149'7 - 1151'81136'8 - 1146'8 - 1087'71089'8 - 1075'5

()veja radio LM 613'8 - 620 - 623'1

El número de piezas sobre las que hemos podido aplicar los diferentes índicesbiométricos es lo suficientemente reducido como para que dudemos de los valorescomparativos que puedan tener estas alzadas. Es de esperar que en el futuro, ycon datos más abundantes se pueda hacer una valoración crítica de estas medidas.

Page 23: ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE ...

FAUNA CALCOLITICA DE «LAS POZAS»

87

BIBLIOGRAFIA

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APENDICE 1 - MEDIDAS

A.1.a. Caballo

Mandíbula

Gonion caudal - Infradental (385)Borde aboral proceso articular - Infradental (410) —Gonion caudal - Borde aboral alveolo M3 117,3 122,6Borde aboral alveolo M3 - Infradental (279) —Gonion caudal - Borde oral del alveolo de P2 (279,5) 291SDI (corona) 162,5 165SDI (alveolo) 174 171,5Serie premolar (Longitud en el alveolo) 88,5 88,7Serie molar (Longitud en el alveolo) 82 83,2Longitud del diastema (85) —Anchura máxima del diastema (alveolo 13) 65,5 —Anchura mínima del diastrema 46,5 —Altura aboral de la rama vertical 222 238Altura mandibular tras el M3 114,5 101,8Altura mandibular delante del MI 81 75Altura mandibular delante del P2 60,5 54,5Altura media de la rama ascendente — 211,5Altura oral de la rama ascendente — 261,5D/S S DNivel II 11

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88

ARTURO MORALES MUÑIZ

Escápula Húmero Patela

Lmc 49,2 AD (79,5) Lm 65,7LD 67,7 AAD (78,5) Am 64,3

LA 55,6 D/S S D/S DAA (45) Nivel VII,D/S DTuber (+)Nivel VIb

FI Astrágalo Metatarso

Lm (79) 81,6 EPS4 57,4 LM 256,2Ap 50 53,4 AM 64,5 Ap 51,5Amd 33,5 33,7 AAD 53,8 Amd 35,5Ad 43 43,6 Lob 60,6 Ad 49,5Aad 39,3 41 D/S S Aad 48,7GP 36 37,2 Nivel IV D/S SD/S S D Nivel Va/p a? pNivel I IV

Centrotarsal

AM 44D/S .Nivel VIb

A.1.b. Vaca

Escápula Húmero Radio

AA .. (52,5) Ad (98) (78) Ap 89,7 -

D/S .. D Aad 85 (72,5) Aap 82,9 -Tuber ? D/S S D Ad - 65,5Nivel . V epif (+) (+) D/S S S

Sexo o ? - epif. dist ? -Nivel V VIb Nivel IV VIb

Status Uro? Vaca

Ulna Metacarpo

AA (43) (60,5) Ap 53,4 -GPA 65,5 - Ad - 71,6GMO 49 - D/S S DD/S S S epif. dist. 9 (±)olecranon (-) ? Nivel VII VIbNivel V VIa

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FAUNA CALCOLITICA DE «LAS POZAS. 89

Carpales Fémur Tibia

Am 22 22,5 AC 47,7 Ap - 86D/S .... D D GC ... (66) Ad 60 -hueso ... radial intermedio Cabeza (+) epif. dist. (+) ?Nivel ... IV IV o/q ... q D/S D S

Nivel .. IV Nivel IV VStatus vaca uro?

Astrágalo

LML 67,6 59,3 (66,3) 62,5 (62)LMM 63 54,5 58,4 - (56)GL 37,8 34 - 35,4 (33,4)AC 44,5 38 (40)D/S S D D S DNivel IV IV V V III

Calcáneo

Lin 114,4Am 39 (35) (37,8) 34,6D/S D S S DTuber (-) ? ? (-)Nivel III IV IV Vlb

Centrotarsal

Am (49,1) 46 55,5 50D/S D D S DNivel III IV IV Vlb

Metatarso

Lm 215,3 (203,7) -Ap 42,4 42 46Amd 23,5 23,6 -Ad 51,2 (49) -D/S D D Sepif. dist. (-) (+/-) (+)Nivel III IV VIb

Fi

Lmp 56 55,9 (54,6) (61,4) 57,8 - 61 59,5 55,2 62,5 54,4Ap 25,6 25,5 30,2 32 27,4 - 34,5 27,5 - 33,5 28,6Amd 21,7 22,9 25 27,5 25,4 - 29 24,5 (25) 26,2 24Ad 25,8 25,2 27 31,5 27,4 (30) 32,3 28,3 (29,2) - 26,6a/p p p p p a p p a p aNivel III III IV IV IV IV V Vla VIb Vlb

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90 ARTURO MORALES MUÑIZ

F2

Lm 36 36,6 37,2 39,4 - 46 41 41,6 38,4 - 39,6

Ap 25,5 25,6 26,8 30,6 27,6 (38) 30,2 33,8 25,3 29 28,4

Amd .... 20 21,1 22,5 24,5 21,8 29 23 30 19,7 24,7 23

Ad 21,7 23,3 23,2 25 - 28,2 25,5 29 - 23 22,8

a/p P P P P a pa a a ?a

m/p 9 P m ? ? ? ? ? ? ? ?

Nivel .... III III III III IV VIa VIa VIa VII, VIb VII

F3

Lm 56 55 66,3 68,7 59 -

LDo .... 45,3 42,8 52,3 57,7 47,2 -

AS 18,4 18 22,4 19,5 20,3 19,2

a/p p p p a pp

m/p m p ? ? ? ?

Nivel .... III III V VIa VIb VII,

A.1.c. Oveja

Escápula Húmero Axis

Lmc 18 19 Ad 33,2 AKR 44,7

Ld 32 - Aad 31,2 ADe 20

LA 25 24 D/S D epif. (+)AA (19) 19,2 epif. dist. (+) Nivel VIb

D/S S D Nivel VIb

Tuber (+) (+)Nivel .... VIb VIb

Radio

LM 155 - - - -

Ap 29 28,8 31,6 27,3 -

Amd 15 - - 14 (14,5)

Ad 28 - - - 28,8

D/S S S S DS

Epif. dist. . + ? ? ? +

Nivel VII, VII, VIb VIb VIb

Ulna Metacarpo

Aa (17,7) 15,3 19,5 Ad 22,7

GPA - 23 - D/S D

GMO - 19,5 - epif. (+)D/S S S D Nivel VIb

olecranon ? (-) (-)Nivel VII, VII, VIb

Page 27: ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE ...

FAUNA CALCOLITICA DE «LAS POZAS»

91

Pelvis Astrágalo

LAM 26,5 LML 28 29,6 27,6LAB 24,3 LMM 26,8 28,3 26,5D/S S GL 15,5 17 15,5Sexo q AC 17,5 20 (17,7)Nivel VII, D/S D S D

Nivel IV VIb VIb

Calcáneo Metatarso

Am (16) Ap - 18,5D/S S Amd - 9,4Tuber (?) Ad 22,5 -Nivel VIb D/S S S

epif. dist. (+) (-)Nivel VIb VIb

Fi F2

F3

Lmp 36,4 31,5 Lm 23 23,5 As 5,4Ap 11,6 10,7 Ap 11 12 Nivel Vil,Amd (9) 7,5 Amd .. 7 7,6Ad 11,2 9 Ad .... 8 8,7epif.prox. (+/-) (+/-) Nivel ..VIa VIaNivel VIb VII,

A.1.d. Ovicaprinos

Húmero

Ad 26,5 (28,8) 27,8 -Aad 25,8 (27,8) 27,5 (31,5)D/S D D S Sepif. (+) (+) (+) (+)Nivel VIb VIb VIb VII,

Radio Pelvis

Amd ... 15 14,8 16,4 LAM (28)D/S .... D S D LAMB (25,5)Nivel .. V VII VII D/S S

Nivel VIa

Tibia Metatarso

Ap .... 40 - - - Ap 19Amd ... - 12,5 (13,8) - D/S DAd .... - - 25 25,5 epif. (+)D/S .... D S S D Nivel VII)epif. ... (+) ? (+) (+)Nivel .. VIa VIa VIa VII,

Page 28: ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE ...

92 ARTURO MORALES MUÑIZ

FI F2 F3

Ap (11,2) Lm (20,3) AS (7)Epif. (+) Ap (10) Nivel VIbNivel VIb Amd 6,4

Ad (8)Nivel iv

A.1.e. Cerdo

Mandíbula Escápula

LM3(corona) (27,5) (30,5) Lmc 17,6 (23) 20,5

AM3 Ld 26,6 - 31(corona) .. (13,8) (13,8) La (23) 24,5 (25)

D/S S S Aa 19 21,2 21,5Nivel IV VIa D/S D S D

Tuber (+) (?) (+)Nivel IV IV V

Húmero Radio

Ad 34 Ap (24) -Aad 27 Amd 17 15,5D/S S D/S D Depif. (+) Sexo 9 ?Nivel IV Nivel VIb VII

Ulna Metacarpo

GPA - - (34,5) Ap 12,4 11,7 13,8 13,3Aa 15,5 18 20 Amd (9) (10,5) 11 -D/S D D S D/S DDDSNivel VIb VIb VIb n!' IV III III III

epif. dist ? ? (-) ?Nivel VIa VIa VIb VIb

Pelvis Tibia

LAM (27) Amd 14,5 -LAB (26) Ad 26 26,3D/S S D/S D Sacetábulo (+) epif. (+) (+)Nivel VIa Nivel VIb V

Astrágalo Metatarso

LML 38,4 36 Lm 76,5 - -LMM 36 34,5 Ap 13,3 12 13,2AC 23,4 (21,5) Amd 11,4 (9,5) -D/S D S Ad 16 - 14,5Nivel III IV IIIIIV III III IV

D/S D S SNivel VII, VIb VII,

Page 29: ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE ...

FAUNA CALCOLITICA DE «LAS POZAS»

93

Metapodios FI F2

Amd (13) Lm 33 32,5 Lm 18

Ap 13 14 Ap 13

Amd 10,7 10,3 Amd -11

Ad 12,3 12,5 Ad 10,5

a/p a a? a/p P?epif. prox. .... (+) (-) Nivel VIb

Nivel VIa VIb

A.l.f. Conejo

Escápula Húmero

Lmc ... 5 Amd - (4)Ld 10,2 Ad 8,3 8,7 8,4Ad .... (9) D/S S D SD/S .... S Nivel II IV VIITuber .. (+)Nivel .. IV

Radio

Lm 55,6 - (55,7)- -Ap - 5,8 5,7 5,9 5,8 -Amd - 3,3 3 3 3 -Ad 5,3 5,5 - 5,7 - 5,7D/S S D S D S Sepif. dist. (+) (+) (?) (+) (?) (+)Nivel I III III IV IV IV

Ulna Pelvis

Aa 5,5 5,6 5,4 LAM (8,8) 7,2 (9)GPA 7,5 7,3 7,7 LAB (8,5) 6,8 (7,5)GMO .. 7 7 7,2 D/S D D DLO .... 7,2 8 7 Nivel 1 III VD/S D D Dolecranon (+) (+) (+)Nivel .. IV IV IV

Fémur

Lm - - - (75,5)Ap - 17,3 17Amd - 6,1 5,8Ad 12,5 - 13,2 13,1D/S S S S Depif. dist. (+) (?) (?) (+)Nivel II IV IV VIb

Page 30: ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE ...

94

ARTURO MORALES MUÑIZ

Tibia Calcaneo

Lm - 87,3 - - Lm 22 22,4 20,5 22,4Ap ... 13,4 13,1 13,1 13,6 Am 8,3 8 7,9 9Amd . - 4,6 - - D/S DDDSepif. prox. (+) (+) (+) (+)

Nivel . IV VIb Vlb VII

Metatarso FI

Lm ... 32,1 - 31,2 27,4 - Lm 14,4Ap 3,5 3,4 2,4 4,2 3,2 Ap 4Amd . 3,2 3 2,6 2,3 3,5 Amd 2,4Ad ... 4,4 - 4,2 3,6 - Ad 3N? ... II III IV II III Nivel IINivel . II II II Vlb VIb

A.1.g. Liebre

Mandíbula Escápula Húmero

SDI 17,2 Lmc (4,2) Ad 11LA (8,3) D/S DAA (6,8) epif. (+)D/S D Nivel VIITuber (+?)Nivel Vlb

Ulna Radio

Aa 7,5 7 7,6 Ap 7,7 -GPA 10,8 10,5 - Amd 4,4 -GMO 10,7 10 - Ad - 8,4LO 10,5 9,3 - D/S S SD/S D D D epif.dist. ... ? (+)olecranon (+) (+) (+) Nivel VIa IINivel II III IV

Metacarpo Pelvis

Lm 25 26,2 49 LAM 10,5 (11,7) (10,8) (10,5)Ap 3,4 3,4 4,9 LAB (9,4) (10) (10,2) (10,5)Amd 2,4 2,4 3,9 D/S SDSDAd 3,9 3,6 6 Nivel III VIb VIb VIbn? II III U.INivel II II VIa

Page 31: ESTUDIO DE LA FAUNA DEL YACIMIENTO CALCOLITICO DE ...

FAUNA CALCOLITICA DE «LAS POZAS»

95

Metatarso

Lm 46 44,4 46,6 43,3 40 44,9 - 33,5 - 39,5 -Ap 4,4 3,3 2,8 3 6,3 3,3 4,4 3,8 4,9 6,7 5,2Amd 3,5 3,2 2,9 3 3 3,1 (3,3) 3 3,6 3 -Ad 5 4,8 4,8 4,5 4,2 51 - 4 - 4,4 -n? II IV IV IV V IV III H III V IVNivel II II II II II III III IV VIa VIb VII

FI

Lm 20 17,3Ap 5,1 4,9Amd 3 3Ad 4 4epif. prox (+) (+/-)

A.1.h. Ciervo

Húmero

Radio Carpal

AD 49 57,6 Ap (57) Am 20AAD 47,5 (54) Aap (51,5) n? radialD/S S D D/S D Nivel VIbepif. (+) (+) Nivel VIaSexo ? o?Nivel VIa VII,

Metacarpo Fémur Metatarso

AD 41 GC 59,5 Ap 36,2D/S D AC 44 Nivel VIbEpif. (+) D/S SNivel III Nivel IV

Astrágalo Calcaneo Fi

LMM 54,5 Lm 117,5 Lmp 52GL 32 Am 33 Ap 27,5AC 37,7 D/S S Arnd 14,4D/S D Tuber (+) Ad 27,2Nivel Vlb Nivel VIa a/p P

Sexo 9cl.Nivel IV

Lm 42,4 42,5Ap 21,4 21Amd 15 16Ad 18 17,7Nivel IV Vla

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96 ARTURO MORALES MUÑIZ

A.1.1. Lirón careto

Mandíbula

Lm 20 (19,8) - - 19,9 18,9SDI 5,8 (5,8) 5,2 5 6 5,1D/S S S D D D D

Sacro

LM (centro) 12 11,3 11,5Lmáxima (13) (12,2) (12,4)

Húmero

Lm (22,1) (20) 21,9 - 22 21,7 20Ap 4,4 3,6 4,2 4,3 4 4 4Amd 1,9 1,9 2 - 1,9 1,9 1,9Ad .5,4 5 5,3 - 5,3 5,6 5D/S S S S SDDDepif. prox. . (+/-) (+/-) (+/-) (+/-) (+/-) (+/-) (+I-)

Radio Ulna

Lm 21,8 - - Aa 1,3 1,5Ap 2,1 2 - GPA 3 2,9Amd 1,4 1,3 - GMO 2 1,9Ad 2 - 2,3 LO 2,9 3,1epif. dist (+) (-) (+) D/S D DD/S S D S olecranon (+) (+)

Pelvis

Lm (28,5) - - - - (31) -LF0 8,5 9 8 - - 9,2 -LAM (4) 3,4 3,4 3,3 3,2 3,4 3,2LAB (3,2) (2,7) 2,5 2,5 2,5 (2,7) (2,6)D/S S S S S D D D

Femur

Lm 29 (27,8) - 29 - 28,8 27,8Ap 7,2 6,6 6,3 6,6 7 6,5 6,1Amd 2,1 2,1 2,9 2,3 2,4 2,7 2,2Ad 4,6 4,6 - 4,7 - 4,5 4,6D/S D D D D D D D

Tibia

Lm - - - - - -Ap - 5,2 - -Amd 1,7 - 2 1,7 1,9 1,7Ad 3,9 3,9 3,3 3,8 3,9D/S D S D D D Sepif. dist. (+) (?) (+) (+) (+) (+)epif. prox. (?) (?) (-) (-) (-) (-)