Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

7
LOS DOCE APOSTOLES Santiago el menor (detalle de un óleo de Rubbens) Santiago “El Menor” Originario de Cana, santo y apóstol, uno de los Doce escogidos por Jesús. El apelativo "el Menor" es porque fue llamado al apostolado después que Santiago "el Mayor", también apóstol y mártir. Santiago el Menor es considerado pariente (primo) de Jesús (Lector #1 Mt 13,55 - también lo mencionan en Mc 6,3; Gal 1,19-) y hermano del apóstol Judas Tadeo (Lector #2 Jds 1,1). En las listas de los apóstoles se le llama hijo de Alfeo, y en todas ellas es mencionado encabezando el tercer grupo de la lista de los Doce (noveno puesto). Referencias particulares a Santiago el Menor no se encuentran en los evangelios, pero sí en el libro de los Hechos y en algunas de las cartas. San Pablo, en la lista de apariciones del Señor entre la Resurrección y la Ascensión, recuerda la de Santiago (Lector #3 1 Co 15, 7). Junto con Pedro y Juan, es considerado una de las "columnas" de la iglesia en Jerusalén, en la misma ocasión, Santiago, Pedro y Juan dieron a Pablo y a Bernabé la mano en señal de solidaridad, para que éstos se dedicaran a los paganos y aquéllos a los judíos (Lector #4 Gal 2,9). Cuando, en el año 44, Pedro escapó de la cárcel, quiso que se le avisara a Santiago, que gozaba ya de una marcada preeminencia en la Iglesia de Jerusalén (Lector #5 Hch 12,17). En el año 51, al regreso de su tercer viaje, Pablo va a visitar a Santiago y demás responsables de la iglesia de Jerusalén, y sigue los consejos que el apóstol y los ancianos le dan (Lector #6 Hch 21,17-26). Como era "hermano" del Señor, es decir, primo o pariente cercano, se lo representa con rasgos parecidos a los de Cristo (según algunos autores, se le parecía tanto que ese fue el motivo de que Judas tuviera que darle un beso al verdadero Jesús para que sus perseguidores atraparan a la persona correcta).

Transcript of Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

Page 1: Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

LOS DOCE APOSTOLES

Santiago el menor (detalle de un óleo de Rubbens)

Santiago “El Menor” Originario de Cana, santo y apóstol, uno de los Doce escogidos por Jesús. El apelativo "el Menor" es porque fue llamado al apostolado después que Santiago "el Mayor", también apóstol y mártir. Santiago el Menor es considerado pariente (primo) de Jesús (Lector #1 Mt 13,55 - también lo mencionan en Mc 6,3; Gal 1,19-) y hermano del apóstol Judas Tadeo (Lector #2 Jds 1,1). En las listas de los apóstoles se le llama hijo de Alfeo, y

en todas ellas es mencionado encabezando el tercer grupo de la lista de los Doce (noveno puesto). Referencias particulares a Santiago el Menor no se encuentran en los evangelios, pero sí en el libro de los Hechos y en algunas de las cartas. San Pablo, en la lista de apariciones del Señor entre la Resurrección y la Ascensión, recuerda la de Santiago (Lector #3 1 Co 15, 7). Junto con Pedro y Juan, es considerado una de las "columnas" de la iglesia en Jerusalén, en la misma ocasión, Santiago, Pedro y Juan dieron a Pablo y a Bernabé la mano en señal de solidaridad, para que éstos se dedicaran a los paganos y aquéllos a los judíos (Lector #4 Gal 2,9). Cuando, en el año 44, Pedro escapó de la cárcel, quiso que se le avisara a Santiago, que gozaba ya de una marcada preeminencia en la Iglesia de Jerusalén (Lector #5 Hch 12,17). En el año 51, al regreso de su tercer viaje, Pablo va a visitar a Santiago y demás responsables de la iglesia de Jerusalén, y sigue los consejos que el apóstol y los ancianos le dan (Lector #6 Hch 21,17-26).

Como era "hermano" del Señor, es decir, primo o pariente cercano, se lo representa con rasgos parecidos a los de Cristo (según algunos autores, se le parecía tanto que ese fue el motivo de que Judas tuviera que darle un beso al verdadero Jesús para que sus perseguidores atraparan a la persona correcta).

A Santiago se le atribuye la primera de las siete cartas que en el catálogo de los libros canónicos son llamadas "católicas". En ella se manifiesta como un hombre profundamente conocedor del Antiguo Testamento, entregado a la oración, al amor hacia los pobres, paciente ante la persecución, con el temple del hombre justo y apostólico. Allí dice frases tan importantes como estas: "Si alguien se imagina ser persona religiosa y no domina su lengua, se equivoca y su religión es vana". "Oh ricos: si no comparten con el pobre sus riquezas, prepárense a grandes castigos del cielo". "Si alguno está triste, que rece. Si alguno se enferma, que llamen a los presbíteros y lo unjan con aceite santo, y esa oración le aprovechará mucho al enfermo" (de aquí sacó la Iglesia la

Page 2: Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

costumbre de hacer la Unción de los enfermos). La frase más famosa de la Carta de Santiago es esta: "La fe sin obras, está muerta".

Comentando en la audiencia General del miércoles 28 de junio del 2006 sobre Santiago El Menor, Benedicto XIV escribió

… Por último, la carta de Santiago nos exhorta a abandonarnos en las manos de Dios en todo lo que hagamos, pronunciando siempre las palabras: "Si el Señor quiere" (St 4, 15). Así, nos enseña a no tener la presunción de planificar nuestra vida de modo autónomo e interesado, sino a dejar espacio a la inescrutable voluntad de Dios, que conoce cuál es nuestro verdadero bien. De este modo Santiago es un maestro de vida siempre actual para cada uno de nosotros.

La tradición eclesiástica nos brinda numerosos detalles sobre su vida, especialmente Josefo, Hegesipo y Clemente de Alejandría. Todas las fuentes no canónicas concuerdan en afirmar que fue obispo de Jerusalén. Hegesipo, un judío convertido, que vivió hacia la mitad del siglo II, nos cuenta que Santiago era llamado "el Justo", y lo describe como un hombre de intensa mortificación: "sus vestidos eran de lino y no de lana; pasaba largas horas en el templo, donde se le veía de rodillas pidiendo siempre el perdón para el pueblo, tanto que la piel de sus rodillas se había encallecido como la del camello de tanto estar postrado adorando a Dios e intercediendo por su gente". Su virtud le valió la estima de todos, incluso de los judíos ortodoxos. Eusebio nos habla ampliamente de su celo apostólico entre los judíos y de las numerosas conversiones operadas entre ellos, incluso la de algunos de los jefes. Esto inquietó notablemente a los escribas y fariseos, quienes acabaron con su vida arrojándolo desde el pináculo del Templo y como no murió empezaron a apedrearlo, pero él se hinco de rodillas y rezó por los que le estaban lapidando, y rematado por un batanero, que le aplasta el cráneo de un mazazo, de éste modo fue martirizado y allí le enterraron al lado del templo. Tanta era la admiración que su santidad y justicia suscitaba entre los judíos, que los más sensatos de ellos -según cuenta Eusebio-, pensaron que su muerte atrajo el castigo sobre Jerusalén. El mismo Josefo compartía esta opinión, pues escribió: "Todo esto sucedió a los judíos en venganza de Santiago, el Justo; él era hermano de Jesús, llamado el Cristo y, aunque era justísimo, los judíos lo mataron".

Durante el reinado de Justino (565-578), fue construida una iglesia en Jerusalén en honor de Santiago, y allí fueron trasladadas las reliquias del mismo con las de los santos inocentes, Simeón y Zacarías. Hacia el año 560, las reliquias fueron llevadas a Roma y colocadas en la iglesia de los Doce Apóstoles. Acerca de sus reliquias en la historia posterior, poco se sabe con certeza, excepto que en 1873, una comisión científica, llevó a cabo un examen debajo del altar de la iglesia de los Santos Doce Apóstoles, en Roma. Las reliquias pertenecían a dos individuos distintos. El de complexión más robusta, del que se conservaban solo astillas y fragmentos óseos, aunque en cantidad consistente, además de un fémur que fue identificado con Santiago el Menor. En 1879 las reliquias

Page 3: Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

fueron guardadas en un arca de bronce dentro de un sarcófago de mármol que fue colocado en la cripta de la iglesia, debajo del altar central y del lugar donde habían sido halladas; y allí siguen estando. La reliquia del fémur fue, en cambio, colocada en un relicario expresamente fabricado para ello. Actualmente no está expuesta a los fieles.

En Santiago de Compostela se venera la reliquia de la cabeza de Santiago el Menor; según una tradición la trajo a Occidente el obispo de Braga Mauricio Burdino, después de haberla sacado de Jerusalén hacia el año 1104 durante su peregrinación a Tierra Santa. Pero otro cráneo atribuido a Santiago el Menor se halla desde la Edad Media en la ciudad italiana de Ancona, ahora se conserva en el Museo diocesano anexo a la iglesia catedral de San Ciriaco. Dicho cráneo fue analizado tras el examen de las reliquias conservadas en Roma y resultó compatible con ellas.

La Iglesia Católica, a partir del año 1959, celebra la fiesta de Santiago el Menor el 3 de mayo junto con el otro Apóstol Felipe. Santiago el Menor es considerado patrono de los sombrereros, farmacéuticos, moribundos; botaneros, modistas y boticarios.

San Judas Tadeo (detalle de un óleo de El Greco)

Judas TadeoJudas Tadeo, Agricultor de profesión, nació en Caná de Galilea, apóstol de Jesucristo, descendía de la estirpe real de David y, por tanto, era consanguíneo de Jesucristo. En efecto, el padre de San Judas, Alfeo era hermano de San José, Esposo de la Santísima Virgen; la madre, llamada María de Cleofás, era prima de la Santísima Virgen: por tanto, San Judas Tadeo, que fue uno de los doce apóstoles, era primo carnal de Jesús.

En realidad casi no se sabe de cómo llego a formar parte de los discípulos de nuestro Señor, pues no está registrado su llamamiento en la Biblia.

"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios". Y Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe".

Por lo comentado anteriormente, Judas Tadeo es así llamado tradicionalmente por unir al menos dos nombres diversos: mientras los Evangelios de Mateo y de Marcos lo llaman simplemente «Tadeo» (o su variante, «Lebbeo») (Lector #7 Mt 10, 3 y Mc 3, 18), Lucas en su Evangelio lo llama «Judas hijo de

Page 4: Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

Santiago» y en también en los Hechos de los Apóstoles, identificándolo además como uno de aquellos que, después de la resurrección y ascensión de Cristo, permanecieron orantes a la espera de la venida del Espíritu Santo: (Lector #9 Lc 6, 16 y Hch 1, 12-14).

Forma parte del llamado «tercer grupo de apóstoles». Junto con Simón el Cananeo (o Simón el Zelote) y Judas Iscariote. Judas Tadeo es uno de los apóstoles menos mencionado en los Evangelios, además de la aparición de su nombre en la nómina de apóstoles, sólo es nombrado una vez, en el Evangelio de Juan, donde el evangelista menciona una petición de Judas Tadeo a Jesús durante la última Cena: (Lector #10 Juan, 14, 22-23).

Comentando la pregunta de Judas Tadeo, el papa Benedicto XVI escribió:

También nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda(...): al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto.[8]

Benedicto XVI

Se atribuye a Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".

El campo de acción apostólica de Judas fue amplísimo; evangelizó primero la Judea, después Mesopotamia y, finalmente, Persia, llevando por todas partes la luz de la verdad, transmitiendo La Palabra del Señor y obrando, en su nombre, los más claros milagros: el número de los discípulos aumentaba de día en día, atraía a sí muchísimos cristianos, nombraba Diáconos, Sacerdotes y Obispos, fundando Iglesias Cristianas en todas las regiones que atravesaba.

Regresando a Persia, se reunió con el Apóstol Simón y ambos combatieron fuertemente las herejías de Zaroes y Arfexat, sacerdotes idólatras que habían confundido la conciencia de aquel pueblo, llevándolo a revolverse en contra de la palabra y las obras de los dos Apóstoles.

Page 5: Estudio, Santiago El Menor y Judas Tadeo

San Judas sabía que su misión terrena llegaba a su fin y el martirio, para gloria de Dios, estaba cerca. Llegaron a Suamyr, gran ciudad de Persia. Los dos Apóstoles se alojaron en casa de un discípulo llamado Semme. A la mañana siguiente a su llegada, los sacerdotes idólatras de aquella ciudad, seguidos por una gran multitud del pueblo envuerltos por las venenosas presiones de Zaroes y de Artexat, rodearon la casa de Semme amenazando y pidiendo a gritos la entrega de los dos Apóstoles. Ante esto Judas y Simón se pusieron en manos de aquellos malvados que los obligaron inútilmente a adorar a sus falsos dioses; golpeados hasta la sangre, encontraron aún fuerzas para mirarse a los ojos y Judas, dirigiéndose a su compañero de martirio le dijo: “Hermano, veo a Nuestro Señor Jesucristo que nos llama”.

La turba de los idólatras, ignorando estos coloquios celestiales, movida por un insano furor, se arrojó con mayor encarnizamiento sobre los cuerpos ya sangrantes de los dos Apóstoles hasta destrozarlos: a Simón lo mataron aserrándolo por el medio, y a Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha. Se cree que el martirio ocurrió en el año 70 de la era cristiana, es decir, 36 años después de la Ascensión de Jesucristo al Cielo. Como fueron martirizados juntos, la Iglesia celebra la festividad el mismo día de su martirio: 28 de octubre.

Los cuerpos de los dos Apóstoles se veneraron en Babilonia en un templo cristiano que se construyó por orden de un rey cristiano. Después las reliquias se trasladaron de Babilonia a Roma, siendo colocadas en la Basílica Vaticana, a los pies de un altar dedicado a los dos Santos Mártires.

San Judas Tadeo es considerado el patrón de las causas difíciles, por lo que actualmente la devoción hacia él es muy viva en la piedad popular, ya que se le atribuye la ayuda en trances desesperados. En Guatemala, San Judas Tadeo es considerado el patrono de los negocios y de los trabajos.