ESTUDIOS HISTÓRICOS DEL REINADO DE FELIPE II

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    Project Gutenberg EBook of Estudios histricos del reinado de Felipe II, by

    reo Fernndez Duro

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    le: Estudios histricos del reinado de Felipe II

    hor: Cesreo Fernndez Duro

    ease Date: June 9, 2009 [EBook #29078]

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    ESTUDIOS HISTRICOS

    DEL

    REINADO DE FELIPE II

    EL DESASTRE DE LOS GELVES

    (1560-1561)

    ANTONIO PREZ EN INGLATERRA Y FRANCIA

    (1591-1612)

    POR

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    D. CESREO FERNNDEZ DURO

    De la R. Academia de la Historia

    MADRID

    IMPRENTA Y FUNDICIN DE M. TELLO

    Impresor de Cmara de S. M.

    Don Evaristo, 81890

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    NDICE.

    Pginas.El desastre de los Gelves 1APNDICE IRelacin de la jornada que hicieron a

    Trpol de Berbera las armadas catlicas, aos1560 y 61 67

    Relacin breve y verdadera de la jornada de losGelves, desde el da que arrib el armadaturquesca hasta quel fuerte fu tomado por losturcos, sacada de italiano en espaol 163

    APNDICE IICarta de D. Juan de la Cerda, Duque deMedina Celi, fecha en Mesina 7 de enero de

    1564, remitiendo al Dr. Pez, Cronista de S. M., larelacin que D. lvaro de Sande haba dado S. M. acerca de la jornada de Berbera, conanotaciones suyas 199

    Epigrama dedicado Juan Andrea Doria 245Antonio Prez en Inglaterra y Francia 249Documentos 381Los papeles y cartas que truxo Miguel Igun sobre

    cosas de Francia 383Cartas de Antonio Prez 387

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    DESASTRE DE LOS GELVES

    (1560)

    A isla de los Gelves Gerves de nuestras crnicas, designada por los naturales cmbre de Jerbah y por los italianos con el de Gerb y Zerv, se halla al SO. de la de Malta, lfo de Caps Khabes por latitud media de 33 45' Norte, tan prxima la costa de Trpoli yro Tritn, antiguo Lotofagite, que se comunicaba con la tierra firme por un puente de made

    n marea baja poda vadearse el canalizo de separacin.

    En extensin superficial mide la isla unos 40 kilmetros de largo por 26 de anchura; abunvos y palmares, cuyos frutos mantenan la poblacin, repartida en aldehuelas y alqupliendo con pozos la carencia de ros y fuentes de agua potable.

    Rodean los Gelves por todos lados bajos y canalizos de difcil acceso, que obligan barcaciones de algn calado fondear tres ms millas de distancia.

    Siempre fu este rincn nido de piratas y peligroso padrastro de Malta, Sicilia y Cerdemirante de Aragn Roger de Lauria castig los latrocinios de aquellos naturales desembarcan84. Pens el Rey Don Fernando el Catlico reprimirlos de nuevo, y lo hiciera de su orden enGran Capitn, no estorbrselo las complicaciones de la guerra de Italia. En fin, se organicto la expedicin del Conde Pedro Navarro en 1510: qued en breve sometido Trpoli, saliMlaga segunda armada las rdenes de Don Garca de Toledo, sobrino del Rey Catlico, pgran Duque de Alba, para dar fin la jornada, ocupando la isla de los Gerbes, yendo no m16.000 infantes, sin contar la gente marinera de las naves; dato que sirve la medida

    portancia de la empresa.

    Verificado sin oposicin el desembarco el 30 de agosto del mismo 1510, emprendiero

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    cuadrones la marcha hacia el interior, llevando D. Garca la vanguardia. El ardor del sol, ellas armas, la falta de agua sobre todo, fatigaron tanto los soldados, que al llegar la arbolo de los pozos no hubo razn ni palabra que los contuviera, precipitndose en el mayor desatisfacer la exigencia de la sed con porfa y aun lucha de unos con otros.

    Unos cuantos moros caballo que salieron en la oportunidad, de la emboscada en que estabanpalmeras, sembraron el pnico cargando al tropel desmoralizado. En vano quiso alentarlos cabra D. Garca de Toledo, y con el ejemplo los estimul echando pie tierra y tomando una

    n la que avanz y contuvo al enemigo por de pronto, seguido de muy pocos; su herica mvi tan slo para poner alas al miedo y para que los fugitivos desordenaran los escuadrons[1]. Aquellos soldados mismos de Buga y de Trpoli, asombro de Europa pocos das aando las armas se arrojaban al mar se dejaban degollar como carneros[2], sin que la autoriucin del Conde Navarro fueran atendidas. Hubo, por otra parte, cristiano que por entre las llos moros asa una vasija de agua y beba traspasado[3].

    La rota fu espantosa: con D. Garca de Toledo sucumbieron 60 capitanes cabalncipales[4], calculndose, con ms menos, en 4.000 hombres los muertos y cautivos; y com

    dinario la desmoralizacin tenga consecuencias, perdironse luego cuatro naos con toda la barcada, y otra vez en la isla inmediata de los Querquenes, la gente, sorprendida y acobardad acuchillar por nmero muy inferior de moros mal prevenidos.

    Diez aos despus llev los Gelves Don Hugo de Moncada, Virrey de Sicilia, otra armadn velas conductora de 13.500 infantes y 1.000 caballos; los puso en tierra por el mes de

    520), y no llanamente se abri paso; que si el escuadrn que personalmente guiaba arroll oros, otro de los suyos cej vindose en aprieto. Con todo, pidi paz el jeque de la onocindose sometido y librando al Virrey de ansiedades[5].

    Djose entonces en Espaa por proverbio Los Gelves, madre, malos son de ganar[6], aunqdiera presentirse que haban de ser teatro de desastre harto ms serio, por uno de los mayorestoria militar espaola, as en prdidas de personal y material, como en la ms sensible utacin y de la confianza ganada con tantas victorias anteriores.

    Del suceso quedan relaciones suficientemente circunstanciadas para juzgarlo con apartamienpasin de los contemporneos. Antn Francesco Cirni Corso escribi una muy de atender, pcunstancia de hallarse en contacto con el Capitn general y conocer las providencias del Coguerra[7]. Ms concisa, pero mereciendo tambin la fe de testimonio presencial, es de citar

    T. de Carrelires, Capitn de una compaa de franceses, relacionado con el gran Maestre dan[8]; de las varias que circulaban form la suya Alonso de Ulloa [9], trasladndola despuliano con agregacin de otras campaas[10], y acaso tambin sirvieran al genovs Foglietindose en cuenta al redactar historias generales del reinado, tales como las de Antonrrera[12]y Luis Cabrera de Crdova[13], pues que lo esencial de la jornada se encuentra en ell

    Pero an quedaron manuscritas, circulando privadamente, algunas que en ms en menartaban de las que alcanzaron sancin oficial. Al cabo de los aos transcurridos han venido

    los Sres. Marqus de la Fuensanta del Valle y Sancho Rayn, en su Coleccin de libros rariosos, una desconocida, escrita por Diego del Castillo, en defensa de D. lvaro de Sande[14]a, toda vez que Nicols Antonio vi y cita en laBibliotheca hispana nova, tomo I, pg. 27

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    smo autor, otra cuyo paradero se ignora, intitulada Historia de la liberacin de D. lvande y de la toma del Pen de Vlez de la Gomera y el suceso de la armada enviada por elrco sobre la isla de Malta.

    Diego del Castillo no asisti la jornada de los Gelves que relata: habla por referencia, perenos informes, que no es aventurado presumir procedieran del mismo D. lvaro de Sande, para contra opiniones contrarias, pues refiere dichos y hechos que no constan en las aciones ni era fcil supiera de otra lengua; y la oportunidad de sus escritos se acredita por lon apareciendo, en prueba del gran nmero de los que sin duda produjo el desastre que tmilias dejaba lastimadas.

    Uno se halla indito en la Biblioteca del Escorial, por traduccin del italiano [15]; otro, quearecer por vez primera, se guarda en la Academia de la Historia[16], mereciendo prinnsideracin, as por obra de quien presenci cuanto refiere, como por la apreciacin distinte juzga los sucesos: con harta severidad, tal vez; con competencia, seguramente. D. lvande no sale tan bien librado como en las relaciones impresas, en sta, que deja suspennmovido el nimo del lector.

    Forma un cdice en 4. de 61 fojas, escritas por tres manos distintas, por cuadernillos, pgencia con que se tendra que sacar la copia. La hoja primera de guarda dice:

    La jornada de Berbera de 1560 y 1561. Escrita en la Torre del gran Turco sigun dir prrales, natural de Ocaa. Diseme en Micyna 31 de mayo de 1561.

    Por bajo, de letra diferente, se lee:

    Est llena de mentiras.

    Corrales se nombra en dos pasajes de la relacin, y, aunque no lo diga, parece ser autor dta annima que inserta, como dirigida D. lvaro de Sande, y no tiene mayor categora que dado particular.

    Si no fu su escrito, otro parecido movi D. lvaro dirigirse al Rey en memorial de agrrrando por s los sucesos y suplicando se abriera informacin de ellos. El Duque de Medinmpoco estaba satisfecho de las versiones que corran, ni sta de D. lvaro acababa de llenseos de poner cubierto su honra, en que mordan no pocos: se propuso, por tanto, hacer pmbin narracin de los hechos; y mientras con calma ordenaba los apuntes y dispona teriales, coment por de pronto el mencionado memorial de D. lvaro de Sande, remitindoforma al Dr. Pez, cronista del Rey D. Felipe, fin de que en sus oficios, donde se gu

    ginal[17], surtiera efectos ms fciles de lograr que con rplicas y discusiones.

    Por dicha se ha conservado este importante documento, que tambin ahora se estampa, ofrecin el sello personal del estilo de los dos jefes principales del ejrcito en la jornada, datos cojor conocerlos y juzgarlos.

    Antes de hacerlo, conviene, sin embargo, recordar que, hallndose los caballeros de la Ordn Juan de Jerusaln dispersos y sin domicilio propio despus de la toma de la isla de Roda

    limn, como el gran Maestre y principales dignatarios se acogieran la ciudad de Zarago

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    cilia, diles el Emperador Carlos V para habitacin y defensa la isla de Malta y la ciudapoli, con las conquistas del Conde Pedro Navarro y D. Hugo de Moncada.

    El ao de 1558, por alianza del gran Turco con el Rey de Francia instancias de ste, entr editerrneo armada de cien galeras al mando de Piali-Baj, con propsito de ganar el Condaza. Las costas de Calabria y Npoles sufrieron mucho de esta escuadra, que se lleg tambinas Baleares, expugnando Ciudadela en Menorca. Iba all el tristemente clebre Dragut, atenantigua ocupacin de corsario desde que la conquista de la ciudad de frica que gobernaba, prrey de Sicilia, Juan de Vega, le enajen la gracia del gran Seor, y no poco fueron debidosricia marinera y prctica de las costas los resultados de la expedicin de Piali. Influyendo psmo su consejo, antes de la retirada al Bsforo, se dirigi la armada turca Trpoli, poniendoa ciudad por mar y tierra con asistencia de los secuaces conservados por Dragut entr

    rberiscos[18].

    Mal prevenido el gran Maestre de San Juan, Gaspar de Valette, no pudo resistir el furioso emrepetidos asaltos de los genzaros; faltronle municiones, vituallas y gente, obligndocesidad capitular con seguro de las vidas. Dragut se hizo recompensar el servicio encarecielimn la importancia de la conquista como base de las sucesivas de Malta, Sicilia, Cerdrcega y aun de Italia, que brindaba al Sultn por empresas dignas de su pujanza y lantribuira de buen grado. Octuvo el gobierno de Trpoli, que volvi en sus manos ser dep

    botn, nido de piratas, origen de expediciones y recelo perpetuo de los habitantes de las costlia. Independientemente se entr Dragut por las tierras del Rey de Caravn, en el intspojndole de una buena parte; y como la isla de los Gelves conviniera grandemente presas, so capa amistosa mat al jeque, gan los principales y se hizo seor y tirano.

    Al Maestre de San Juan, Valette, antes nombrado, haba sucedido F. Parisiote, residiendo en n la idea fija de recuperar Trpoli. La coyuntura de la paz entre Espaa y Francia, acordad

    ril de 1559, le pareci excelente, pues que consentira utilizar las grandes fuerzas de mar y que dispona el Rey Catlico antes de deshacerlas. Pidi, pues, con instancia D. Felistencia contra los infieles, enviando por embajador la corte al Comendador Guimarn.

    Aseguraban al Monarca que era la empresa cierta ejecutndola con celeridad y secreto, poretenido Dragut en cabalgadas y presas hacia el interior de Berbera, no contando Trpoli con500 turcos de guarnicin, sin repuesto de mantenimientos; asegurado el concurso del Reravn y el de la mayora de los berberiscos, vejados y oprimidos de los turcos, por naturberbios, injustos y avaros; y siendo difcil que tiempo tuviera socorro Solimn de tan

    tancia, concurriran las circunstancias contra el astuto corsario y deban de aprovecharse e su creciente podero llegara amagar otros puntos.

    Gobernaba por entonces en Sicilia por Virrey D. Juan de la Cerda, Duque de Medinaceli,or en Espaa, que secund en la corte los propsitos del gran Maestre con sus infovorables, deseando ocasin de honra personal en la jornada, como su antecesor en el virreinaanz con la conquista de la ciudad de frica.

    El Rey acogi con favor el pensamiento, ordenando sin dilaciones as al Prncipe Andrea Dneral de la mar, como los Virreyes y Gobernadores de Italia, facilitaran al Duque de Medinambrado Capitn general de la empresa, los elementos que reclamara, sin esperar otro mandat

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    bargo, como la armada turca se dejara ver en el Adritico amenazando con ataques comsados, ninguna de las autoridades principales quiso desprenderse de fuerzas de que poda cesidad; lo que hicieron por de pronto fu cuidar la reunin en Mesina de las escuadras de gamando armada respetable que concurri D. Juan de Mendoza, general de las galeras de Esu bastante la prevencin para que Piali regresara Constantinopla sin intentar nada.

    Pas con las demoras la oportunidad de la jornada, que, segn el consejo del Prncipe Dorialos meses de septiembre y octubre, por haber de ir la armada costa peligrosa tan esca

    ertos como abundante en bajos. El Duque de Medinaceli activaba ciertamente los alistamientnte, junta de navos, acopio de municiones y raciones, haciendo asientos contratas la vcilia, Npoles, Gnova, Cerdea; encontraba, sin embargo, dificultades tan insuperables etancias y en las comunicaciones, como en las voluntades, que no se aunan llanamente.

    En Milan, por ejemplo, estaba encargado D. lvaro de Sande de alistar 2.000 alemanes y lianos de los que iba despedir el Duque de Sessa y de conducirlos Mesina juntamente co00 espaoles que por orden del Rey facilitaba aquel estado. Por interrupcin en los despach

    eron los ms de los alemanes su tierra, sin que se pudieran juntar ms de tres compaas. zn lleg nueva de la muerte del Rey de Francia, y el Duque de Sessa retuvo los espaeloso de trastornos.

    Caminaron al fin los soldados Gnova; mas al llegar se encontraron con que el embagueroa haba despedido las naves que estaban fletadas y provedas, en la creencia de no scesarias. Encontrar otras cost quince das y alojar los soldados en tierra. Al embarcar pasuestra, no recibiendo todas las pagas debidas, se amotinaron los espaoles, hiriendo al catonio de Mercado que procuraba acordarlos, y tomaron el camino para volverse Lombardvaro de Sande y el embajador los alcanzaron diez millas de distancia, que slo desandaroomesa de recibir cuatro pagas. Una de las naves en que haban embarcado 1.500 italianos d

    vs antes de salir del puerto, ahogndose algunos, perdiendo otros armas y ropas. Hubosembarcar la gente y aderezar la nao, causa de nueva dilacin.

    En Npoles surgieron entorpecimientos parecidos, mientras el Virrey Duque de Alcal no eguro de que podan salir del reino sin inconveniente los soldados.

    No dejaron de presentarse algunos en la armada, en razon no ir en la Real el Prncipe Aria, general de la mar, agobiado de los aos. De orden suya haba arbolado el estandarte re

    brino y lugarteniente Juan Andrea Doria, mozo brioso y maoso, inclinado las cosas de ma

    yo manejo se haba criado[19]

    , pero muy distante en autoridad de la del Prncipe. D. Juaendoza, general de las galeras de Espaa, aleg orden de S. M. para regresar sus costas, par subordinado Juan Andrea; otros generales lo estuvieron ms no poder.

    principios de octubre se pas muestra en Mesina 12.000 hombres bien armados, puestosguin del Duque de Medinaceli. Por lugarteniente iba D. lvaro de Sande; maestre de cneral D. Luis Osorio; general de la artillera Bernardo de Aldana; administrador del hospiispo de Mallorca. Embarcbanse sin cesar artillera, municiones, vituallas y mquinas, peroy retrasados los aprestos.

    Se haba desatendido por una otra razn la primera de las condiciones que requera el xito

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    presa: la celeridad. La segunda, la reserva, se perdi por la tardanza misma, y por haber canos de los turcos una de las fragatas despachadas por el gran Maestre de Malta para esp

    sta berberisca. Dragut, harto embarazado con la hostilidad insistente de los berberiscos, tan po el nublado que de la otra parte se preparaba, despach persona de su confianza con cargalos capaces de dar entender la urgencia de socorro si haba de guardarse Trpoli; y tan biplic el enviado, que mientras con parsimonia seguan en Sicilia los embarcos, llegaba dnstantinopla un refuerzo de 2.000 turcos la guarnicin de la ciudad amenazada, ctificaciones se aumentaron lo mismo que las provisiones de boca y guerra.

    El Duque de Medinaceli traslad las fuerzas expedicionarias desde Mesina Zaragoza de Simo puerto ms adecuado las ltimas diligencias. Emple no obstante en ellas cerca dses, teniendo las tropas embarcadas en prevencin de las deserciones, rias y motines con qnifestaba la mala disposicin de aquel ejrcito, en gran parte colecticio, costa del consumraciones acopiadas, cuya mala calidad afect la salud del soldado, enfermando y muriend

    ntenas en los hospitales.

    En todo tiempo ha sido el logro norte de los contratistas; en ningn acaso se echa de ver mo en la poca de continuas guerras martimas de que se va tratando, en que sin previsincalizacin, antes con la premura que no admite examen ni advertencia se demandaban los artenormes proporciones. Bien puede decirse que ms vidas ha perdido Espaa por asentista

    r enemigos.

    Hbiles y entendidos como nadie en estos negocios los genoveses, haban tomado carministro de raciones de la expedicin, calculadas en 3.600.000, sean las suficientes para 30mbres en cuatro meses, y antes de salir del puerto se advirti que estaban en putrefaccin, sdispensable reemplazar una parte al menos, que familiarizara los estmagos soldadescos cnos adulterada mala.

    Pasada nueva revista, result por enfermedades y deserciones baja de ms de 3.000 hommponindose el ejrcito de 37 banderas compaas de espaoles, 4 de alemanes, 35 de italide franceses y 100 caballos, griegos y sicilianos. La armada, entre naves de combate y transpanzaba la cifra de ms de 100 velas, descomponindose de esta suerte:

    Capitn general, Juan Andrea Doria, en la Real.16 galeras ms de su escuadra.

    General de la escuadra de Npoles, D. Sancho de Leyva.7 galeras, 2 de ellas de Stefaare Mari.

    General de la escuadra de Sicilia, D. Berenguer de Requesens.10 galeras, 2 de ellaarqus de Terranova, 2 de Mnaco, 2 de Visconte Cicala.

    General de la escuadra pontificia, Flaminio de Languillara[20].4 galeras.

    General de la escuadra del Duque de Florencia, Nicolo Gentile.4 galeras.

    General de la escuadra de Malta, el Comendador Carlo de Tixeres.4 galeras, una galeoten.

    Galeras sueltas de particulares.5 galeras de Antonio Doria, mandadas por su hijo Sc

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    ria, 2 galeras de Bendinello Sauli, 2 galeotas de D. Luis Osorio, una galeota de Federico Stai

    General de las naos, Andrea Gonzaga.Un galen de Fernando Cicala, 28 naves gruesaorchapines, 7 bergantines, 16 fragatas[21].

    Salieron del puerto de Zaragoza todas las naves en los das 17 al 20 de noviembre de 155sdichada estrella; un cambio brusco del tiempo las oblig arribar desde Cabo Passarolencia de las tropas y graves sntomas de descontento. La compaa de Don Lope de Figumada con bandidos de Sicilia[22], que iba en el galen de Cicala, se sublev; di muer

    gento, saque la carga, y poniendo fuego al resto escap tierra, sin que pudieran aprehende25 30 individuos los que acudieran remediar el desorden. Otro tanto quiso hacer la comVicente Castaola, asimismo de sicilianos; y aunque el general, por justicia y escarmiento, m

    orcar tres de los culpables, perdieron otros las orejas y fueron sentenciados galeras los dimpresin pesimista que contribua el naufragio de una de las galeras de Juan Andrea Dor sentir en los nimos, desconfiados de la estrella y aun de la autoridad del caudillo que los r

    Los menos asustadizos, aquellos capitanes y soldados viejos que servan de ncleo al ejnsaban que la empresa no era ya de provecho, habiendo pasado tanto tiempo y entrado el inv

    dbales razn la mortandad de la gente que continuaba adoleciendo, y echndola en tierrrones, perecan de hambre y mal pasar en las playas sin que se hallase fcilmente quien les pultura[23]. Apenas quedaban ya en la armada 8.000 hombres, y no sanos; mas no por ello quque apartarse de su propsito y suspender el viaje.

    Parcial totalmente se volvi intentar en los das de diciembre, sin que las naves logontar el Cabo Passaro por la constancia de los vientos contrarios, ni aun remolque de las gado el mes fu preciso para que en dispersin llegaran Marza Mussetto, en Malta, punt

    unin que se les haba sealado, y que las ltimas alcanzaron el 10 de enero de 1560.

    Desembarc la gente refrescarse, y se organiz el hospital por pasar de 3.000 los enferm, mientras el gran Maestre y Caballeros de San Juan celebraban con salvas de artillera y unfales la llegada de los expedicionarios, nada menos que alegra se dibujaba en el semblanos.

    Mand el Duque Coroneles para reclutar en Italia 2.000 hombres ms; pidi al Virrey de Npque de Alcal, auxilio, que acudi envindole tres naves con siete compaas de espaoles

    maban 1.000 hombres; despach al Proveedor general de la armada, D. Pedro Velzquemisin de procurar vveres en Cerdea y otros lugares; en una palabra, procur rehacer

    mamento tan castigado.

    Hasta el 10 de febrero no se concluyeron los aprestos, cuya duracin, llevados al principio, ea fecha de seis meses. Unido la armada el contingente preparado por la religin de San Juannsista en las cuatro galeras y una galeota dichas, un galen bien artillado, con nueve puesas, sin las menores, 40 caballeros y 700 arcabuceros escogidos, di la vela, con vspero de Levante, hacia Seco del Palo, fondeadero situado entre Trpoli y la isla de los Gee haba de servir de punto de reunin. En este momento empezaba en realidad la jornada.

    Las galeras hicieron su derrota por las escalas de las islas Gozzo, Lampadosa y Querquando de sta tomar el canal de Alcntara y costear la isla de los Gelbes, entre ella y la

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    me hacia Oriente, con objeto de entrar en la Roqueta de los Gelves, donde se hace aguada.

    Acercndose las escuadras hacia la torre que construyeron los catalanes en 1284, donde idir el jeque con alguna poblacin, descubrieron dos naos: la una surta en el canal que llamCntara; la otra entre la Cntara y la Roqueta, y una milla ms adentro, cerca de la puentmunica la isla con la tierra firme, dos galeotas. El Duque orden que aquellas embarcacionresaran destruyeran, y las galeras fueron en tropel, boga arrancada, por llegar primero al tener en cuenta la dificultad de los canalizos. D. Sancho de Leyva, que tena bordo un exce

    ctico moro, abord la primera de las naos; la otra llegaron Scipin Doria y Gil de Andrads respectivas galeras, hallando que dichas naos, que eran de Alejandra, cargadas de mercanaban abandonadas. De las dos galeotas enemigas nadie se ocup por la codicia del saco en

    dos queran poner mano, y fu falta militar de graves consecuencias. Dragut no posea muellas dos embarcaciones, con las que luego pudo dar aviso Constantinopla y recibir socmo ms adelante se supo; y por mayor mortificacin de descuidados, vino ser conocida la cetener bordo su tesoro por desconfianza de los moros de tierra.

    Cuntas veces por causas pequesimas se han malogrado los mejores clculos! Cuntnducido al desastre la excesiva confianza!

    En ese mismo canal de la Cntara, mejor dicho de Alcntara, callejn sin salida, sorprendjo Andrea Doria la escuadrilla de Dragut despus de la toma de frica. Seguro de apresaralidad, ya porque quisiera hacerlo con menos efusin de sangre, ya porque pensara estrecco poco, se content con asegurar la boca del canal, dejando descansar sus tripulacionesto, el inteligente corsario con las suyas y el refuerzo de 2.000 trabajadores, generosam

    gados, abri canal por donde no lo haba. Durante la noche arrastr por l una unbarcaciones, y al amanecer, con asombro del Capitn general de la mar, el puerto estaba vo quedaba en l una seal infame con que Dragut mofaba su enemigo, y una vez ms d

    ender el valor que tiene el tiempo en acciones de guerra.

    Habiendo comprendido el Duque de Medinaceli la conveniencia de destruir tomar laeotas que ahora estaban cerca del puente, en el fondo del cao, mal podan dejar de sentirl

    nerales de mar, sabedores de lo que fuera capaz de hacer con ellas Dragut; y no obstante, nidrea Doria, bien que se hallara enfermo por entonces, ni Gasparn Doria, su Capitn de banD. Sancho de Leyva, atendieron las reiteradas instancias del Capitn general de la emp

    sdeando la operacin de acometer con tan gran armada dos embarcaciones, con menosprecautoridad del jefe, y con carga de la responsabilidad que sobre ellos vino caer por entero.

    Fueron todas las galeras dar fondo en la Roqueta, con prevencin de Juan Andrea Dorepararse al aguada al amanecer el da 15 de febrero, y de desembarcar la tropa que haboteger la operacin. D. lvaro de Sande la dirigi en persona, formando cuatro escuadronas con mangas de arcabuceros; y aunque trataron de defender el desembarco unos 400 t

    copeteros caballo, apoyados por 300 moros pie, y de cargar los que llenaban los barrileconsiguieron.

    Tampoco los nuestros fu posible tomar hombre vivo los enemigos por la ventaja ballera con que se reparaban, aunque dieron con tal propsito algunas cargas la carrerabuceros, por lo que importaba tomar lengua. De haber sabido que Dragut se hallaba en

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    omento en la isla con poca gente, en hostilidad con la de los naturales y lo de las dos gamara otro sesgo la jornada.

    Duraron las escaramuzas hasta el obscurecer. Concluda la operacin del agua, que vino cunos heridos, entre ellos Don lvaro de Sande de arcabuzazo en la ijada y el Capitn Peduayo en un brazo. Aquella noche, despus del reembarco, march Uluch-Al con las dos gale

    dir socorro al gran Seor, y Dragut pas por el puente tierra firme, temeroso de que rtaran.

    No parece que ocurriera nadie hacerlo: las galeras zarparon al amanecer del da 16, pasaco del Palo en espera de las naves y aun de las galeras rezagadas, en nmero de ocho, sabeatro de Malta, dos de Mnaco y las patronas de Doria y de Sicilia. Cuando llegaron estas ochqueta, echando gente tierra para la aguada sin el orden debido, por competencia sobre ba de hacer cabeza, los turcos, que vieron el desorden y las proas de las galeras la scuido inconcebible, por vengar los muertos de la escaramuza anterior, cargaron con tando 150 espaoles, comprendidos los Capitanes Alonso de Guzmn, Antonio Mercado, Arca, Pedro Venegas y Pedro Bermdez[24].

    Prximos al Seco de Palo estaban acampadas las tribus Mahamidas, enemigas de los turcosgar las galeras se pusieron en comunicacin, informando al Duque de cuanto va aqu indicadso de Dragut hacia Trpoli con 800 caballos y de la partida de Uluch-Al con las galeras. Ofrcooperacin y la del Rey de Caravn, que por entonces estaba en el interior, pretendiendo fu

    mada cristiana los Gelves y pusieran en posesin de ella Mazaud, jeque elegido, expelienturcos, y que hecho esto poda pasarse Trpoli, para cuya conquista todos ayudaran. Llev

    voz en la proposicin los principales de la isla.

    En parlamentos, consejos y discusiones, pasaron quince das sin llegar ningn acuerdo. Q

    inaba por la vuelta Sicilia, visto que Trpoli se hallaba en defensa; quin propona la ocuplos Gelves, como empleo de la expedicin y base para continuar lo de Trpoli en el oximo, y quin sostena se cumpliera el objeto del armamento, que haba sido el ataque de Tr

    Durante las conferencias, los efectos de la mala calidad de los vveres, se unan los del obre de aquellos lugares y las emanaciones de los pantanos de Zuara, creciendo el nmero dfermos. Lo estaba Juan Andrea Doria y el Comisario de Florencia Pedro Machiaveli; hlecido Quirco Espnola, cuatro Caballeros de San Juan y ms de 2.000 hombres; escaseabaiones por haberse perdido en los Querquenes en aquellos mismos das dos naves de provisi

    n la propia costa de Trpoli la nao capitana nombrada La Imperial, por andar en malos tiempo de tantos bajos.

    El Duque encomend separadamente los jefes discurriesen lo que ms convena, citndonsejo definitivo, que haba de celebrarse en la galera Real. Al reunirse reconocieron unnimcesidad de la empresa de Trpoli, pues que para ella los haba enviado S. M. Catlica, juntanmada; pero juzgronla por de pronto irrealizable, conviniendo al fin en ir los Gelves en espegente y naos con que se haba de reforzar la expedicin. Quedaron por amigos los Mahamibiendo regalos, con oferta de guardar el paso de la puente los turcos, y aun de formar un cu400 caballos, pagados por los cristianos.

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    El 2 de marzo se traslad la armada las cercanas del cabo Valguarnera con mal tiempoorb el desembarco. Haba de hacerse al Oeste del castillo unas seis millas, por ser el terr

    opsito y cercano once pozos de agua dulce, aunque no muy buena, segn las noticias dnfidentes, confirmadas en el reconocimiento que hicieron el Cmitre Real y el Maese de caguel de Barahona.

    Se puso toda la gente en tierra el 7 de marzo sin oposicin alguna; antes vinieron dos moblar al Duque de parte del jeque Mazaud, haciendo saber que haba sido recibido de toda la la isla por Seor, y en este concepto se reconoca buen vasallo de S. M. Catlica: por tanto, plver embarcar la tropa; y si quera comprar algunos refrescos, que se trasladara la Roqnde el jeque ira verse con l para tratar del ataque de Trpoli.

    Conocida la malicia de semejante embajada, aunque se contest blandamente y con razonequeran el alojamiento de la gente, se previnieron las guardias, sabiendo por un cautivo crisapado cmo toda la gente de la isla estaba unida con pensamiento de dar la batalla juntamentturcos que haba en el castillo.

    8 de marzo, formado el ejrcito en tres cuerpos, llevando la vanguardia el Comendad

    alta con sus caballeros y las compaas alemanas y francesas; el centro Andrea Gonzaga colianas, y la retaguardia D. Luis Osorio con las espaolas, emprendi la marcha hacia los ptantes ocho nueve millas de camino llano y espacioso. El Duque despleg el guin de Caneral, donde tena pintada la torre de Babel en runas con esta letra: N ISI DOMINUS DIFICMUM INVANUMLABORAVERUNTQUIDIFICANTEAM.

    Los berberiscos se prometan repetir la accin que tuvieron con D. Garca de Toledo, dejandtropa marchara sin otra molestia que la sed para atacarla en los pozos, que haban cegaddra y arena, excepcin de uno. Confiaban en la dolencia que traa postrados los ms d

    pedicionarios, y ms les anim el accidente de haberse atascado la artillera en un pantano: msali la cuenta.

    Cuando los escuadrones se acercaban al bosque, mientras lo flanqueaban las mangaosqueteros, sali limpiar los pozos una seccin de gastadores, y los berberiscos emboscvieron que avanzar antes de lo que queran, cargando la caballera con alaridos espantosoces, pesar del destrozo que hizo en ellos la arcabucera. La escaramuza se prolong luego anochecer, sin que hubiera de nuestra parte ms de 30 muertos y 50 heridos, muy gravepitanes Gregorio Ruiz, Bartolom Gonzlez y Fras, mientras los enemigos tuvieron 300 mue

    0 heridos, sin contar el desengao.Vieron que les convena ms el sistema de contemporizacin, por el cual el jeque Mazuadmisin en forma, obligndose pagar el tributo mismo que la isla satisfaca al Sultn Solimagut. Entreg en consecuencia el castillo, y el Rey de Caravn, el jeque de Tnez y los dbus Mahamidas visitaron al Duque ofreciendo servicios y tomando cargo la custodia del pla isla contra los turcos.

    El ejrcito se aloj en campo atrincherado, al que acudan los moros con provisiones, mientroptaba en Consejo de generales el plan sucesivo, que no dej de tener vacilaciones, siend

    imo el de fortificar aquel castillo de fbrica romana para dejar guarnicin que tuviera segu

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    a impidiera el armamento de corsarios, favor de otro fuerte ms pequeo en la Cntara, ve del puerto y de la puente.

    Hizo el trazado de las obras el ingeniero Antonio Conde de concierto con el general de artirnardo de Aldana y del de marina Sancho de Leyva, y consista en cuatro grandes caballeuartes, que con bastiones y cortinas encerraban la fbrica antigua; el ejrcito vino alojars

    mediacin el 17 de marzo, distribuyndose los trabajos ordenadamente. los alemanes se enexcavacin del foso; uno de los baluartes los caballeros de Malta; otro los italianos; otro paoles; el cuarto la gente de mar, independientemente de las secciones que acopiaban mapalmas, olivos, greda y fagina, transportndola con camellos de la isla.

    La emulacin de las naciones fu muy provechosa la rapidez de la construccin, aunque mnte adoleca de fiebres malignas. En el castillo antiguo se derribaron las almenas morstituyndolas con plataformas artilladas; se aderezaron las cisternas abiertas en pea denando la gente de las galeras echara cada da 50 barriles de agua y fuera trasladando macenes las vituallas embarcadas. En todo se adelant de modo que el 23 de abril estaba el festado de defensa, faltando obras ligeras que podan hacer los de la guarnicin.

    Constaba la designada de 2.000 infantes, espaoles, italianos y alemanes, y la compaballos, teniendo por gobernador al Maestre de campo Barahona y lugarteniente el capitn Olndecido por el Obispo de Mallorca, se arbol el estandarte real, saludado por la artilleabucera, y se trat de embarcar la gente que no haca falta.

    En todo este tiempo haban ido llevando las naves desde Sicilia y Cerdea mantenimientos, dms soldados, y se haba hecho la ceremonia de la sumisin y juramento del jeque y principalisla, que lo verificaron sobre el Corn, capitulando el tributo de 6.000 escudos, cuatro avestratro gacelas, cuatro nebles y un camello. Haban ocurrido por otro lado rias y muertes

    oros y soldados, y llegaban nuevas de armamentos en Constantinopla. Con su vista haba reclamgran Maestre de Malta el regreso de las galeras y gente que necesitaba para la defensa de larcharon el 8 de abril. El Virrey de Npoles reclamaba tambin la infantera con urgeluyendo todo en la terminacin de la campaa.

    Dise pregn y orden de embarco el 6 de mayo, hacindolo la infantera italiana y parte paola, con mucha calma: durante la operacin, dos horas antes de anochecer el da 10, lleggata despachada por el gran Maestre haciendo saber que la armada turca haba tocado en la iszzo cuatro cinco das antes, en nmero de 80 velas, que haba hecho aguada y continua

    rrota Trpoli al parecer, aunque por una presa saba el nmero de naves y galeras que estabGelves.

    En efecto, ocho das haban sido suficientes Piali-Baj para armar 74 galeras reforzbarcar en cada una 100 genzaros y salir la mar con fuerza de vela.

    Esparcida la nueva por el campamento, empaquetaron por encanto los soldados sus eferriendo la playa en tropel y metindose en el agua por asaltar los esquifes. El desordetera, la obscuridad que comenzaba, daban la escena un aspecto que no es fcil describir: nsaba ms que en su inters, en tanto llegaba el momento de pensar slo en la persona. D.

    Sande di acicate los de la guarnicin del fuerte para entrar ms municiones y vveres p

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    o, y para embarcar enfermos por el otro. El aplomo con que ordenaba y se haca obedecdio del desbarajuste, de la confusin parecida la de la runa que en el guin tena pinta

    neral, daba esfuerzo los buenos[25].

    No estaban ms serenos los nimos en la escuadra. Reunido el Consejo bordo de la Readirlo, manifest Juan Andrea Doria que slo iba tratarse de la manera de salir cuanto antes dos, y de dar la vela aprovechando el buen viento del Sur que felizmente estaba entabladoiniones, como de ordinario sucede, no se concertaban; haba, sin embargo, mayora imacin de contar con unas doce horas antes de amanecer, en cuyo espacio se poda embarcpa y salir con buen orden. D. Sancho de Leyva insisti en que enviados esquifes y barcas trayendo una barcada de gente, salieran la mar las galeras: si no se descubra al amanec

    mada turca, volveran por el resto de los soldados; en caso de avistarla, procederan lo qcidiera. Deban quedar en el puerto dos galeras destinadas al General Duque de Medinacelisa.

    En punto combate, el mismo Leyva, sostenido de Scipin Doria y pocos ms votos, juzgaban combinadas las galeras con las naves, formaban fuerza no inferior la de los turco

    ndearan en lnea, interpolados, ya navegaran en grupos, pues slo las naos, que eran 30, y loeones haban de hacer con la artillera mucho dao. No prevaleci la opinin, sosteniendosini, Juan Andrea Doria la suya, de que no teniendo el Rey Catlico otra escuadra, era necee todo conservarla para que junta con las galeras de Espaa tuviera en respeto al gran tntra todos los medios indicados hall razones, ya en la poca agua que tenan bordo las gaen el peligro de los bajos para las naos, ya en la imposibilidad real de que unas y otras navegombatiesen juntas y de concierto. Deca que los turcos llegaban descansados y fuertes, mientrarmada cristiana estaban fatigados y enfermos de los trabajos pasados. Tena por seguro

    ngn hombre prudente se obstinara en poner en aventura las fuerzas del Rey, y, por consiguotestando de cualquiera otra opinin decida valer ms una buena escapada que un combae evidentemente se perdieran[26]. Determin en consecuencia que las naves se pusieranqua desde luego y se preparasen para hacerlo las galeras.

    Lleg en esto el Duque bordo de la Real, con lo que se prolong el Consejo: Juan Andricitaba de la circunstancia que consenta practicar su plan, pues nada impeda ya que las garcharan desde el momento; el Duque observ que lo impedan los soldados, pues no los q

    andonar, y pesar de la insistencia de Doria y de las protestas de seguridad de la armadlvi la playa, dejando acordado un viaje de los esquifes y la permanencia en el puerto deras ligeras para que el General embarcara con los ltimos al amanecer.

    Arrepentido de la condescendencia, Doria hizo en la Real seales de levar pasada la media nba ocurrido una mudanza en el viento que trastornaba todos los supuestos. De Sur que empujaje hacia Malta, haba saltado al NE., justamente por la proa.

    En tierra habl el Duque con D. lvaro de Sande, imponindole de lo ocurrido y de su propembarcar por la madrugada. Al Gobernador del fuerte dej instruccin de cmo se habnejar con el jeque; los Oficiales dijo que si pensase que la armada turca viniera cont

    stillo, se quedara con ellos; pero que siendo la armada la que estaba en peligro, se iba co

    ella. Con esto y haber conferenciado con el Rey de Caravn y con Mazaud, asegurado denas disposiciones, se embarc con D. lvaro en una fragata que les llevara la galera.

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    Empezaba clarear el da, y este tiempo, fuerza de remo contra viento y mar, se hsatracado de la costa Andrea Doria cosa de siete millas. Unas tres sotavento se descubrmada turca bien unida y haciendo camino por la cristiana. Piali, desde la isla de Gozzompadosa y de sta hacia la costa, haba sufrido vientos contrarios que le obligaron tomndeadero de Seco de Palo. Tuvo all noticias de las fuerzas de mar y tierra con que contaque, acaso un tanto exageradas, y receloso del encuentro quera esquivarlo, limitndose ponrra el socorro de soldados para Trpoli; pero tanto le inst Uluch-Al verificaonocimiento que personalmente se ofreca, como tan prctico de los Gelves, que consint

    e se hiciera con una galeota ligera, en que fu tambin Cara Mustaf, Virrey de Mitilene. La sdepar la presa de una embarcacin pequea, por cuya gente supieron cuanto podan dendo ya fcil Uluch-Al decidir su jefe al ataque de un enemigo descuidado y en desorden. de anterior haba fondeado por fuera de los Gelves, 17 millas de distancia, pensando emprataque, como lo hizo, al amanecer.

    En la vanguardia cristiana iba Scipin Doria con tres galeras; y como fu el primero en descturcas y no tena instrucciones, arrib hacia la Real, sealando la presencia del enemigo c

    paro de una pieza. Ninguna disposicin orden Andrea Doria: arrib tambin con la Re

    eccin del fondeadero de que haba salido, con precipitacin y aturdimiento, que aumentaca claridad del alba. Calaba mucho la galera, que era hermoso buque; se tomaron mafilaciones del canal, y qued varada en un cantil. Entonces, plegando el estandarte, se fu ria con el esquife, abandonando el bajel los forzados, que no tardaron en ponerlo flote y uas fuerzas de Piali.

    Fcil es calcular la influencia que el ejemplo del General tendra en las escuadras. Indecisoes un momento, no existiendo acuerdo ni prevencin para el caso, tir cada cual por su ladopersin y desorden tan grande, que ni aun huir acertaban. Cinco de las galeras de Juan Anibaron como l hacia tierra, y lograron ponerse bajo la artillera del fuerte; otras encallaron eos en nmero de ocho diez. De las que tomaron la mar, cargadas de vela algunas, sin me

    an fuerza del viento, partieron los palos las entenas, despus de separarse de las que formupo.

    Los turcos dividieron su armada en dos secciones, dirigidas respectivamente hacia loscapaban por mar tierra. En stas, que haban varado en los bajos, hubo escenas vergonzosnte se tiraba al agua sin pensar en la resistencia, habiendo galera que fu tomada por un berganesquife con ocho diez turcos. De las que tomaron el largo, las de Scipin Doria, de An

    aldonado y tres de Florencia, escaparon por pies, defendindose; Flaminio de Anguillara, Ge

    las del Papa, resisti peleando bizarramente con tres enemigas; D. Sancho de Leyva reuni csu escuadra, con las que hizo intil, pero honrosa resistencia. Cuatro veces rechaz el abordaenemigas, castigndolas[27], y hubo al fin de sucumbir al nmero.

    Aparte esta defensa y el voto marinero de combatir la armada turca bien al ancla, bien lambinadas las galeras con las naves, decisin que hubiera producido muy distinto resultado, lalas relaciones atribuyen D. Sancho de Leyva mucha parte del fracaso. Pntanlo de carcolo, opuesto por sistema lo que otros, principalmente superiores, proponan. Por l escapdos galeotas de Uluch-Al; por l se retardaron los trabajos del fuerte, en que no quiso t

    rte, ya que lo hiciera para entorpecerlos; por l se retras el embarco de soldados, ten

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    upados los esquifes en llenar sus galeras de aceite, lanas, frutas, ganados, con que se promerciar y lucrarse, y con lo que las abarrot y embaraz, imposibilitando la defensa en el comn mengua de su reputacin, de su nombre y de lo que deba su autoridad de General deras de Npoles.

    las naves bien artilladas no osaron los turcos, contentndose con las que en aquel desorden abandonadas, acreditando la experiencia la razn con que algunos jefes haban sostenido nsejo que en la unin de las fuerzas cristianas consista su salvacin. Si al menos hubieran h

    dos lo que Anguillara; si las galeras se mantuvieran juntas, no tuviera la derrota tan graoporciones: haca falta para ello que el General estuviera en su puesto, y antes de combatir, c

    disposiciones del combate, lejos de lo cual apareci que las galeras de particulares, psperdiciar tan bella ocasin, estaban tambin cargadas, hasta no poder ms, de los frutos colos Gelves.

    Fueron apresadas[28]: de Juan Andrea Doria, La Real Signora, Condesa, Pellegrina, Pvitia: total, 6.

    Del Papa,La Capitana, San Pedro, Toscana: 3.

    Del Duque de Florencia,La Elbigiana: 1.

    De Npoles, Capitana,Patrona, San Jacobo,Leyva,Mendoza: 5.

    De Sicilia[29], Capitana,Patrona, Galifa,guila, Capitana, del Marqus de Terranova; Patid.; CapitanayPatrona, de Mnaco: 8.

    De Antonio Doria,La Fede, 1; de Bandinelo Sauli, 1; de Starti, 1; de Mar, laPatrona, 1: tota

    De modo que, sin sangre, se hicieron dueos por entonces los turcos de 27 galeras y 14 nvndose 17 de las primeras, que llegaron Trpana, y 16 de las otras en varios puertos[30].

    D. lvaro de Sande acudi con arcabuceros la playa con el fin de proteger los muchossnudos, llegaban nadando, mientras el Duque, Juan Andrea y el Comendador de Guimnferenciaban acerca de lo que se hubiera de hacer, sin ocurrir los dos ltimos otra cosa quemo se pudiera de la isla.

    La iniciativa era de Doria, razonando que para lo pasado no haba remedio; que los sucesoserra estn sujetos la fortuna, y que habiendo de acudir al remedio de mayores males, era b

    e el Duque marchara inmediatamente Sicilia para asegurar las plazas, juntando dineros y gcuanto su persona, decidido estaba marchar de noche en una fragata, reunir las galeras qbieran salvado y dar orden en el armamento de otras tres que en Sicilia y Malta se hallaban.

    El Duque, remiso en embarcar en la armada sin los soldados, bien que entendiera que nadae hacer en los Gelves, no quiso tampoco determinar por s ni aceptar el consejo de Juan Anria, sin que otros jefes deliberaran sobre lo que ante todo convendra la honra; y como garan que deba acudir su obligacin en Sicilia, venci la repugnancia.

    Quiso llevar consigo D. lvaro de Sande, que tampoco tena obligacin que cumplir e

    lves: con todo, djole ste que, considerando si le era mejor hacer compaa Su Excelen

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    edar donde se hallaba, entenda convenir lo ltimo al servicio de Dios y del Rey y su ppeto, porque habindose salvado mucha gente de las galeras y siendo de diferentes nacioidades la acogida al fuerte, era menester persona de mayor cargo que el Maestre de crahona para tenerla raya y cuidar de la economa del agua y bastimentos. Ofreca, pues, lan la certeza de sucumbir en el fuerte, porque no poda hacerse ilusiones en cuanto al socorrobiera de darle la armada de S. M., deshecha y desmoralizada; pero contaba entretener lrco en el asedio todo el verano, y librar, por consiguiente, Sicilia y Npoles del gravigro de tener sobre sus costas los mahometanos victoriosos.

    Odas estas razones, autoriz el Duque la generosa resolucin de optar por las miseriaagaban los infelices de los Gelves; y llegada la noche, los generales de tierra y

    ompaados de algunos ntimos, aprovecharon la distraccin de los turcos, ocupados en mariquear las presas para escapar en varias fragatas. Llegaron en salvo Malta en bel fugnsiguiendo libertad; pero el iniciador Juan Andrea costa de la honra, que dejaba en lengurineros y soldados.

    Para el Duque fu ms benvolo el juicio de los contemporneos: las condicioneballerosidad de su persona y la deferencia y agrado con que trat los capitanes y ranjeros de la expedicin, suavizaron la consideracin de las condiciones de caudillo q

    can falta. Dijeron, s, que era ms apto para lucir en los salones de la corte el fausto dogancia, que para dirigir en campaa una hueste. Ms severos los que se encontraban lejoigro, los que para nada tenan en cuenta la situacin del General derrotado, ni del padr

    crificaba su propio hijo, dieron fcil sentencia, si hemos de admitir la que condens en ses el palatino cronista Cabrera de Crdova[31]:

    Increble parece que una armada poderosa de gente y vasos en un instante se arruinase mor ms que de la fuerza vencida, con prdida de tanta gente, municiones, mquinas, ba

    mentando los enemigos el triunfo y la victoria tan sin sangre alcanzada, con infamia dstianos; porque si las naves y galeras esperaran en batalla, detuvieran el furor del enemigo,stara la victoria tanto que no se atrevieran sitiar el fuerte, y se salvara la guarnicin. Peroenvilece el miedo? y qu no pone en confusin? y qu no mete en peligro la ambici

    isfaccin, la poca prctica, como la del Duque, de lamentable memoria para Espaa?

    Justicia ante todo: la ambicin, la satisfaccin, la ineptitud militar del Duque, si se quiere, fderosas causas del desastre; pero si el temor, como parece cierto, lo produjo multiplicandoporciones, no influy en el nimo del General del ejrcito; turb la mente y empequeec

    razn del General de mar, en cuyas manos puso el destino aquel da y los siguientes la suerte nada. Juan Andrea Doria, temeroso tambin en Lepanto, cuyo triunfo estuvo puntmprometer, responde ante la historia del tremendo fracaso de los Gelves, si bien Monsieur Jla Gravire, siempre juicioso y benvolo, como quien ha sentido sobre los hombros el

    orme de la responsabilidad, lo tiene dicho: Vencer los turcos en la mar en el siglo XVI, ecil como derrotar los ingleses en los das de Abukir y Trafalgar.

    El turco Piali desembarc su gente; orden Dragut le acudiera con la de Trpoli y con artibatir, y antes de abrir trincheras ofreci por el fuerte buenos partidos D. lvaro de Sande

    ntest no pensara haberlo tan poca costa como la armada[32]. Entonces comenzaroeraciones de uno de los sitios ms dignos de memoria por las circunstancias que ms que d

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    emigos afligan tanta gente intil acogida en el fuerte, consecuencia de los sucesos mada, por falta de agua que darles, y por el plan certero de Piali de cerrar todo acceso y dempo el resultado, sin asaltos ni aproches.

    Es de observar cmo en las expediciones y armadas del siglo XVI, lo mismo en frica qmrica Oceana, cualquiera que fueran el objeto, el trmino y las dificultades, iban mupaolas decididas compartir los trabajos del soldado, sin aspiracin la gloria que puberle. D. lvaro de Sande se encontr en el fuerte con muchas de estas mujeres, que hacan nmero de bocas ms de 5.000, cuando las raciones estaban calculadas para 2.500 en mdio. Para la provisin de agua discurri uno de los soldados evaporar la del mar, y recogiendsijas de cobre construyeron 18 alambiques que al principio daban 30 barriles diarios, dismingo por escasez de lea[33]. Mezclndola con la salobre de los pozos del castillo y distribuycortsimas raciones, se fu prolongando la distribucin con malestar indecible. Mucho tenel del hambre, cuando hubo en la guarnicin quien la mitigara acudiendo al remedio e

    dveres de turcos; mas de todo punto se haca irresistible el tormento de la sed en aquella abrrra, en el rigor de la cancula, trabajando durante la noche con picos y azadones, peleando duda sin reposo de un momento. Muchos perecieron en tan atroces suplicios; mucho

    istindolos, se arrojaban de la muralla, buscando en el campo enemigo la esclavitud trueqsorbo de agua; solo al fin, D. lvaro de Sande pretenda que la humanidad no fuera esenciando horrores con tal de ver por un sol ms flotando al aire en el fuerte el estandarstilla.

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    Llevada la resistencia hasta fines de junio sea los ochenta y un das de la llegada de los tuando quedaba, segn se crey, para dos la insuficiente racin de agua, no teniendo los balungn can en uso; despus de caer sobre ellos 12.000 balas y 40.000 flechas; reducida la ge0 hombres de armas tomar, les anim el General una salida desesperada que haba de verifidos columnas. Llevando la cabeza de una pas dos trincheras, arroll las guardias enemigas.. todos inflamaba su nimo: vi con dolor que capitanes y soldados arrojaban las armas;

    andonado, teniendo que correr hacia las galeras amparadas bajo el castillo con nimo de redava, y para lamentarse de la suerte, que le puso al cabo en manos de Piali. Con qu dolor r

    Rey en el Memorial la extremidad, en que no le acompa la entereza ni la consideracin de s capitanes!

    Hubo, no obstante, quien pens malignamente que la salida no era ms que un pretexto estur D. lvaro para dejar honrosamente el fuerte y escapar en una fragata que haba mandado aantemano. Corrales lo insina en su relato; otros debieron decirlo con ms claridad, pues DCastillo se crey en la necesidad de desmentirlo escribiendo[34]:

    Despus de la ltima salida, cuando Don lvaro, por no poder entrar en el castillo, se tuvoter en las galeras, creyendo que se queria ir, fu una persona principal decirle:Seo

    ngo suplicaros que me llevis con vos.Le respondi con rostro severo y airado:Sor ventura, hombre que haba de huir y dejar mis amigos y compaeros? Yo os prometo dsampararlos hasta que todos hayamos un mismo fin, y estoy muy maravillado que personas sotros hayis pensado una cosa tan indigna de m y tan fuera de toda razn y posibilidad; pnque yo quisiera irme, cmo lo podra hacer, pues agora ya debe de saber el Baj cmo yo u, y debe de haber mandado tomar los pasos, de modo que sera imposible salir de aqu nguno? Yo ir al fuerte y castigar los que esta noche han hecho tan gran falta al servicio de Dsu Rey y de sus propias honras desamparndome vilmente en tal trance, sin estorbarles el eneseguirme, y probar otra vez nuestra ventura de da, que quiz vindonos los unos los otrrgenza har hacer algunos lo que esta noche pasada no han hecho. Y ya que la fortuna nos victoria, no nos quitar lo menos el morir peleando como soldados, que vale harto ms quendo esclavos destos crueles inhumanos brbaros, y seremos ejemplo nuestros sucesoimar ms las honras que las vidas.

    Rendido el fuerte, rendidas las galeras, los enfermos y heridos pasaron por la espada tueron vendidos en almoneda las gentes de Trpoli; los baluartes que abrigaron los defensasados con la tierra; qued con ello pujante en la mar la armada turca; las costas de Npo

    cilia sufrieron las consecuencias, tanto en la retirada de Piali como despus en las acometid

    agut, habiendo formado escuadra de 40 velas, sin que Juan Andrea Doria, con 17 galeraseotas, que fueron juntarse las de la escuadra de Espaa mandadas por D. Juan de Mendoeviera hacerle frente, antes cayeron en manos del corsario ocho de las de la escuadra de Ss de ellas del Rey y cinco de particulares, en sorpresas y combates parciales.

    Piali Baj celebr el triunfo entrando en Constantinopla el 27 de septiembre de 1560, en cabearmada. Seguan la Capitana las galeras de fanal, en fila; iban en pos las presas, co

    nderas y estandartes por el agua, lo de abajo arriba, cerrando la marcha las galeras sencas, empavesadas y embanderadas, haciendo disparos de artillera.

    El da 1. de octubre llevaron en procesin los cautivos al palacio del Sultn: D. lva

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    nde, D. Berenguer de Requesens y Don Sancho de Leyva iban caballo; detrs marchabapitanes de tres en tres, y seguan los soldados mirando tristes cmo les precedan, arrastrandsuelo, sus estandartes y banderas, cuyas santas imgenes servan de escarnio los mahometabada la fiesta y ceremonia, separaron los cristianos por categoras, llevando D. lvande un castillo con juramento del Sultn de que no hara ms la guerra, porque en la prisin morir sin que hubiera para l rescate por ningn dinero. Los dems fueron destinados al remgaleras; y como al oirlo se dejara vencer de la pena un Capitn, djole D. Alvaro: Llore quiperdido mal, que yo como hombre me perd[35].

    Muchos de los prisioneros de los Gelves murieron en el cautiverio lo soportaron largos unos de los significados debieron la libertad la favorable ocasin de las treguas ajustadas p

    mperador Fernando con Solimn el ao 1562, pues gracias la gestin del Rey Felipe II se are las clusulas del tratado el canje entrega de los principales, sin que alcanzara, sin embarneficio Sande por el juramento que decan el gran Seor tena hecho al Profeta, y cosa es referir cmo unos pocos consiguieron librarse por s mismos.

    El ao 1564 andaba en Constantinopla una galera llevando materiales para la fbrica del paharem: movan los remos 200 esclavos cristianos, entre ellos 16 Capitanes del Rey Cat

    sioneros de los Gelves, saber: ocho espaoles, cinco italianos y tres alemanes; y buscortunidad, armados de piedras, mataron los turcos de guardia y se alzaron con el bajel, llegn felicidad Sicilia. Hicieron cabeza Juan Bautista Doria, genovs, y Antonio de Olistellano, Gobernador que fu del castillo de la isla despus de la muerte del Maestre de crahona.

    Por ltimo, muerto Solimn, inst el Rey D. Felipe Carlos IX de Francia para que emplealuencia en favor de la soltura de Sande. Hzolo, comisionando especialmente Francisco Salballero de Malta, por embajador; y aunque en un principio se neg Selim tratar del asunto

    la primera cosa que peda su aliado al ascender al trono, la otorg, y D. lvaro fu Francmpaa de Salviati, y se restituy su casa.

    Bien mereciera este soldado estudio especial de sus compatriotas ms extenso, aunque no fueusiasta como el que le dedic el extranjero Brantome, contemporneo y admirador de

    ndiciones, el del P. Haedo en la mencin que hizo en su Historia de Argel, reseandmpaas de Italia y Francia en que tom sealada parte, reinando el Emperador; la bataluhlberg, en que fu principal instrumento de victoria; el socorro de Malta, donde pag los tdeuda que con ellos tena, y el gobierno de la plaza de Orn, fin de su carrera.

    D. Luis Zapata le dedic un captulo de laMiscelnea, en que algo difiere respecto al reiendo[36]:

    D. lvaro de Sande, claro por mil hechos y mil jornadas, que siendo tesorero de Plasencia, uiles dej las faldas largas y empu la espada y lanza, y salt en ser soldado, siendo cercaGelves de una poderossima turquesca armada, defendi el hechizo fuerte tres cuatro mese

    le poder entrar con muchos y muy terribles asaltos, en los que mat infinitos turcos que quedr ah tendidos en el campo. Mas no siendo socorrido y siendo espantable y rabiosa la sedmbre, que comieron las cosas viles que comen otros cercados hasta acabarlas, y beban el ada de la mar, sacada an en poca cantidad por alquitaras, de lo que ya toda la gente enferm

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    las cuales tres cosas, teniendo la muerte cierta, hambre, sed y enfermedad, rendir la plazeza, defenderla era imposible, tom un valentsimo medio, que fu salir y morir peleando comballero tan sealado. Habla y anima su gente; confiesan y comulgan todos; dan fuego ajuelas, que no les qued otra cosa sino las armas, y salen los enemigos con ellas en la mren y matan cuantos pueden, y al fin qued preso D. lvaro con mucha sangre de ambas parfuerte de los enemigos, no fuerte, antes flaco hecho, en los secanos y sirtes de Berbera. Nrdi reputacin ninguna; otra cosa se perdi, si no la hechura, por no ser de ningn peportancia, como parece por este soneto hecho por un valiente soldado, del que pongo los c

    rsos primeros por no hacer ms nuestro caso:

    Quin eres t que espantas slo en verte?Soy muchedumbre de rboles cortados,Que sobre flaca arena fabricadosContra toda razn me llaman fuerte.

    De all D. lvaro de Sande y D. Sancho de Leyva fueron llevados tras Constantinopla, laMar Negro, en donde el que entra jams sale; mas ellos salieron por gran milagro: D. Sa

    cado por otro turco principal que haba cautivo ac, y D. lvaro, averiguando ser criadmperador D. Fernando, casado con dama suya, con el cual Emperador el gran Turco tena trer ciertos aos.

    Si se compara el desastre de los Gelves con el de laArmada invencible, ocurrido en recer algo menor la prdida de material en el primero, sin otra consideracin que el mparativo de construccin de galeras y naos, y el mayor nmero de piezas de artillera quimas llevaban; la diferencia no es, sin embargo, de mucha importancia, y se nivelara tom

    enta el valor intrnseco de los esclavos y cautivos perdidos que andaban al remo. En la morar de pronto ms grave la derrota de los Gelves, por dejar en absoluto dueos y seores de la turcos, y entregadas su estrago no slo las costas de Italia, sino tambin las de Espaa, mie

    e el fracaso de Inglaterra poco afectaba estas costas ni su navegacin ultramarina, como slas desastrosas expediciones de los ingleses la Corua, Lisboa y Azores. La ms sen

    rdida de personas excedi con mucho en la jornada de Trpoli la de Inglaterra. Varan bascifras recogidas por los historiadores; mas tiene fundamentos la de Cirni Corso, que fi

    000 los hombres consumidos en la fatal empresa de Berbera, mientras no pasaron de 10.000a.

    Coincidencia singular: los Duques de Medinaceli y de Medinasidonia dieron amparo Crisln; y rivalizando en cierto modo con la Corona, pretendan alistar por su cuenta naves con qolviera el problema del camino del Catay, y se asentara el cimiento de la preponderrtima de Espaa. Nietos de aquellos Duques, y Duques tambin de Medinaceli

    edinasidonia, D. Juan de la Cerda y D. Alonso Prez de Guzmn el Bueno, presidieronralela falta de aptitud igual desgracia las dos ms grandes desdichas que registra la hival, como que con ellas acab aquella preponderancia.

    Antn Francesco Cirni Corso form lista de las personas principales que sucumbieron en la nada de los Gelves. No es completa esta lista, pues por Ulloa y otros escritores se citan nom

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    comprendidos en ella: acaso hay tambin equivocaciones en la ortografa italiana de que seautor; pero falta de otra, bien merece que por testimonio de estimacin se reprodcionada.

    CAUTIVOS EN LA ARMADA Y EL FUERTE.

    General, D. Sancho de Leyva, con sus hijos

    Juan de Leyva.

    Diego de Leyva.General, D. Berenguer de Requesens.

    Juan de Cardona.

    Fadrique de Cardona.

    Gastn de la Cerda, hijo del Duque de Medinaceli[37].

    General, D. lvaro de Sande.

    El Obispo de Mallorca.

    Maestre de campo, Bernardo de Aldana.Ingeniero, Antonio Conde.

    Mdico del Duque, el Licenciado Bernardo.

    Capelln de D. lvaro, Carnero.

    Baltasar Mediavilla.

    Alfonso de Pallar.

    Sargento mayor, Maroto.

    Coronel, Pedro del Ms.Capitanes, Sciana Smeraldo.

    Francisco Enrique.

    Orejn.

    Simn, florentino.

    Montes de Oca.

    Tomaso, italiano.

    igo Hurtado.Francisco de Casale.

    Nicolo de Casale.

    Lope de Figueroa.

    Juan Bautista Doria, genovs.

    Antonio de Olivera.

    Monsalve.

    MUERTOS DE ENFERMEDAD.

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    Coroneles, Quirico Spnola.

    Diego de valos.

    Capitanes, lvaro de Sande, sobrino del General.

    Alonso de Hita.

    Jernimo Imperatore.

    Aquilante de Castillo.

    Andrea Grifo.

    Antn Cicala.

    Francisco de Crdenas.

    Giacopo Gallupoli.

    MUERTOS EN COMBATE.

    General, Flaminio dell' Anguillara.

    Per lvarez Golfn.

    Juan de Ovando.

    Cristbal Pacheco.

    Alfrez, Gil de Oli.

    Sebastin Hurtado.

    igo de Soto.

    Nuncibay.

    Juan Prez de Vargas.

    Francisco Ortiz.

    Salazar.

    QUEDARON EN EL FUERTE Y NO CONSTA LA SUERTE QUE TUVIERON, SI BIEN LOS MS MURIERON.

    Coronel, Stefano Leopart.

    Sargento mayor, Martn de Lequeque.

    Capitanes, Bernardino lvarez de Mendoza.

    Federico Mazzalotte.

    Juan Osorio de Ulloa.

    Rodrigo Zapata, que entreg el fuerte.

    Juan de Funes, que capitul.

    Juan del guila, idem.

    Jernimo de la Cerda.

    Juan de Gama.

    Sebastin Poller, inventor de los alambiques.

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    Maestres de campo, Alonso Padilla.

    Miguel de Barahona.

    Jernimo de Piantanigo.

    Capitanes, Bartolom Gonzlez.

    Adrin Garca.

    Pedro Vanegas.

    Alonso de Guzmn.

    Pedro Bermdez.

    Antonio de Mercado.

    Gregorio Ruiz.

    Juan de Vargas.

    Carlos de Haro.

    El Conde Galzano Anguisciolo, florentino.

    Diego de la Cerda.

    Luis de Aguilar.

    lvaro de Luna.

    Jernimo de Sande.

    Juan Ortiz de Leyva.

    Fras.

    Martn Galarza.

    Alonso Escobar.

    Alonso Golfn.

    Bravo.

    Gaspar de Tapia.

    Juan Paulo.

    Pedro de Aguayo.

    Juan Daza.

    Francisco Rota.

    Francisco Collazos.

    lvaro de Luna.

    Clemente, siciliano.

    Gabriel Girardo.

    Georgio, siciliano.

    Stefano Palavicino.

    Charles de Vera.

    Mos de Indn.

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    Mos de Lampujada.

    lvaro de Lara.

    Julio Malvesn.

    Gaspar Peralta.

    Juan Antonio Spnola.

    Jernimo de Montesoro.

    Constantino Sacano.

    Giuseppe Tremarchi.

    Juan Andrea Fantone.

    Pedro de Vida.

    Pedro de Juan.

    Lucas Calabres.

    Pedro de Almaguer.

    Juan de Zayas.

    Perucho Morn.

    Juan de Zayas.

    Juan de Castilla.

    Luis de Aguilar.

    Diego de Santa Cruz.

    Pedro de Vargas.

    Bernardino de Velasco.

    Sebastin.

    Bernardo de Quirs.

    Piantanigo.

    Borja.

    Guilln Barbarn.

    Garay.

    Fuentes.

    Juan Prez de Vargas.

    Diego de Vera.

    Antonio Dvila.

    Alfrez, Sedeo.

    Herrera.

    Beltrn.

    Serrano.

    Pedro Ginovs.

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    Hidalgo.

    Francisco Ortiz Zapata.

    Diego de Castilla.

    Martn de Ulloa.

    Andrea Espinguel.

    Rodrigo de Crdenas.

    Valds.

    Comisario, Pacheco.

    Contador, Juan de Alarcn.

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    APNDICE I

    RELACIN

    de la jornada que hicieron Trpol de Berbera las armadas catlicas, aos 1560 y 61.[38

    RAYParisote, Maestre de los Caballeros de San Juan, codicioso de adelantar y ennoblecigin, como buen administrador della, teniendo siempre ante los ojos la perdicin de Trpolseo de recobrarle, aunque no se haba perdido en su tiempo que l gobernaba, sino en eaestre pasado, ans por enmendar el dao que los turcos haban fecho en cosas de la Relimo por el mal y desasosiego que daban Malta los cosarios que en Trpol se recelaban, vienz y hermandad que de nuevo haba entre los Reyes de Espaa y Francia, parecile oportura anteponer la impresa, comunicndolo primero con el Duque de Medinaceli, que al preaba en el gobierno de Sicilia, porque l como Visorrey de aquel reino tocaba ser General presa cuando se hobiese de hacer.

    Al Duque paresci muy bien lo que el Maestre procuraba, porque allende del beneficio grand

    na al reino quitando un tan mal padrastro, de cabo l por su parte deseara hacer alguna corbera, digna de memoria, como lo haba hecho el Visorrey pasado Joan de Vega en la tomadrica, y ans acordaron de escrebir los dos al Rey sobrello, encargando la solicitud del negocmendador Guimarn, que se hallaba en la corte.

    No pareci mal al Rey lo que el Maestre y Visorrey demandaban, por amparar y favoreceigin de tanta antigedad y nobleza, con el amor y aficin que lo haba hecho la buena mem

    Emperador, su padre, y los Reyes de Espaa, por el beneficio y quietud que resultara sallos.

    Trat el negocio con los que se hallaban all en corte, que lo entendan, y no contento con est

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    rte dello al Prncipe Doria, para no hacer cosa sin consejo y parecer de un hombre de utacin y que con tanta aficin y lealtad haba servido siempre, y de ms experienc

    mejantes cosas ms que otro alguno.

    En este medio, el Maestre y el Duque tornaron escrebir sobre el mismo negocio S. M. Epartida para Espaa, y viendo la respuesta del Prncipe, escribi al Duque de Medinaceliese la jornada con el consejo y parecer del Prncipe Doria y del Maestre y Duque de Floree haba de enviar sus galeras. Para ello mand al Duque de Alcal, Visorrey de Npoles, que infantera espaola de aquel reino, y que D. Alvaro de Sande, coronel della, la llevase, con lDuque de Sesa, gobernador del estado de Miln, dara. Escribi ans mismo Joan Anneral de la mar, que fuese servir en la jornada con sus galeras, sin apartarse de lo que el DMedinaceli hobiese menester del armada. D. Sancho de Leyva, General de las galerpoles, escribi mandndole que llegados en Berbera saliese en tierra con el Duque, y

    ogreso de las cosas de guerra le aconsejase, como prudente, todo lo que hobiese de cumplirque escribi que no hiciese cosa sin dar parte D. Sancho.

    El Visorrey, vista la orden de S. M., avis al Maestre para que toviese en orden las galeras y e haba de servir en la jornada, y por su parte entendi en buscar dinero para las provisionen menester, y para pagar los soldados espaoles de la isla, que se les deban catorce pagas, y

    cer de nuevo gente envi Caldes, caballero de la Orden de Santiago, Npoles, demandnte y artillera que le haban de dar.

    Al Duque de Alcal no le pareci, en tiempo tan sospechoso, quitar los presidios de las tierrrina, estando como estaba el armada del gran Turco la Belona y teniendo la nueva que tenmuerte del Rey de Francia, que por este mismo respeto el Duque de Sesa haba suspendienciar la gente, por no estar bien acabada de confirmar la paz.

    Todos los ministros de S. M. estaban la mira si con el nuevo Rey hobiese nuevo acuerdo en paz, y ans acordaron en Consejo que Don Alvaro de Sande viniese Mesina, como vilando quel Visorrey daba priesa las provisiones, con deseo de llevar adelante la emprendo esta determinacin, por no perder tiempo, parti D. Alvaro con las galeras Gnova, pall Miln por la gente.

    Severino fu por pagador, con los dineros, y di la paga en Gnova, de manera que anspus en pleito con los maestros racionales, que no se le daban por bueno, aunque daba por ee D. Alvaro se lo haba mandado hacer ans.

    Mientras D. Alvaro fu Miln, el Duque despidi capitanes para que hiciesen gente en Siclabria y reparti por todas las tierras de la isla, que cada una diese tantos gastadores. Dieron compaas con sus capitanes y banderas.

    Entre tanto que la gente de guerra se recoga Mesina, se entenda en embarcar la artilleuniciones y vituallas. Todo esto era tan bueno y en tanta abundancia, que sobraba para dobrcito del que haba de ir. Deslucilo todo la poca maa que el Comisario D. Pedro Velz

    vo, ans en el embarcar, como en el repartir; y si flojamente se pas en esto, muy peor lo himar muestra los soldados espaoles de la isla y los calabreses y sicilianos. Di lugar, po

    l pltico, que los capitanes se aprovechasen su placer. Tomaba la muestra en la iglesia ma

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    ertas todas las puertas, y muchas veces de noche, y ans, cuando pensamos llevar 15 16mbres, hubo pocos ms de 10.000. El mismo engao de las pagas hubo despus en las racione

    D. Alvaro volvi de Miln de mediado el mes de septiembre y trajo 18 banderas de espaolebres de gente, que no pasaban de 800 900 soldados, y tres de tudescos, en que haba otros

    otra que se hizo despus, y 16 banderas de italianos, en que haba hasta 3.000, muchos dnceses y gascones. Desde pocos das despus de llegado se ech bando, que dur una hoblicarle, y entre muchas cosas que deca mandaba que ningn soldado fuese correr en Berbemase ropa ni esclavo otro, so pena de la vida. Fuera harto mejor mandar que no talaseorales y olivos de que muchos pobres ciudadanos mesineses se mantenan, sin que cada damos en arma con las muertes y revueltas que cada paso se hacan, por venir muchos forareino de Npoles y Sicilia, con salvoconducto para servir lo que durase la jornada.

    El Duque y D. Alvaro entendan en hacer escuadrones y escaramuzas en el Brazo de Sarranelaron harto que reir muchos y perder la esperanza de que saliesen bien con lo comenzado.

    En estas escaramuzas y nieras acaeci que un soldado espaol que se deca Herrera dfetn un caballero ginovs, hijo de Antonio Doria. Pesle toda nuestra nacin en el alma

    er tanta aficin su padre, estando este caballero pie mirando cmo escaramuzaban losballo. El soldado, por huir de los caballos que venan torneando el escuadrn, vino topar conrsele delante, y sobre hacerle apartar, le dijo palabras quel soldado se descomedi dafetn. Metieron todos manos las espadas, y llegaron all luego el Visorrey y otros muchodado se desapareci por la mucha gente que haba, y se fu salvar en una casa donde estabareto si no le vendieran. Dironse tan buena maa el Csar Doria y sus hermanos, con esp

    bornos, que vinieron saber dnde estaba, y con mucha gente armada entraron de nochetaron y llevronlo arrastrando la marina, mostrndolo de galera en galera con un esquife. Dllevaron la plaza del castillo, donde pasaba el Visorrey, hacindole guardia hasta el da,

    e le vieran los que salan y entraban. Esto indin muy mucho la gente de guerra, por locedieron muertes y se vinieron poner carteles, sin que se hiciese castigo ni demostracin del

    Entrando el mes de otubre con gran lluvia y tempestad de vientos, todos los que se les ento de cosas de mar, les pareca desvaro partir en tal tiempo una armada tan grande como aquyormente dndose la poca priesa que se daban embarcar lo que era menester, que, segpeza y flojedad que en esto usaban, no acabaran por todo aquel mes.

    Juan Andrea Doria perdi una galera y un esquife de otra, all en el Faro, y deca pblicam

    e si las galeras que traa fueran del Rey, como eran suyas, que no fuera la jornada, aunque elo haba mandado; pero que iba porque no pudiese nadie decir que dejaba ms la ida por temrder su hacienda, que por lo que cumpla al servicio de S. M.

    D. Berenguer de Requesens, General de las galeras de Sicilia, fu siempre de parecer que ese Trpol, y ans lo deca pblicamente y lo escribi al Rey, por lo que vino el Duqsabrirse con l y no tratar con alguno de los que contradecan la ida. Con D. Alvaro solamnsultaba y comunicaba todo lo que se haba de hacer.

    De aqu comenz la discordia entre los que mandaban, y con este buen principio, los 2

    ubre de 1560, hizo vela del puerto de Mesina la naveEmperial, que iba por capitana de tod

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    ms, que seran hasta 40. Iba en ella por Comisario general Andrea de Gonzaga, Coroaestre de campo general de toda la gente italiana, y las naves anduvieron ocho das en bonando bordos, sin poder pasar de Zaragoza, donde se entraron el 1. de septiembre por empo. Este mismo da llegaron all las galeras con el Visorrey, y dende pocos das se acabaroger las galeras de Cigala y otras naves que faltaban, con gente y municiones.

    Por todo el mes de noviembre no se pudo partir de Zaragoza por los malos tiempos. Hzosean dao en la campaa, cortndole los olivos y vias y rboles fructferos della para quebndoles las maseras, sin dejarles buey ni oveja en ellas, ni cosa de comer.

    Primero de diciembre parti de aqu la armada para Malta, y ya otra vez haban salido y vupuerto de 20 millas de all. Esta segunda vez llegaron las naves y galeras Cabo Pxaro, 60 mZaragoza, y de all se engolfaron en el canal de Malta. Las galeras pasaron adelante y llego da Malta, donde fueron recibidos del Maestre y Caballeros con mucha fiesta. Las nlvieron aquella noche Cabo Pxaro con viento contrario, y las dos galeras de Mnaco con e no pudieron proejar para tomar la isla con las dems por estar largas la mar. Dieron fdas Cabo Pxaro; y temindose de unas burrascas que comenzaron de media noche abajo, diCapitana levar, y algunas dellas, por darse ms priesa, se dejaron las ncoras y se fueron toragoza. Despus perdieron algunas las barcar por enviar por las ncoras. Deste mesmo pieron otras tres veces, y tantas se tornaron sin poder pasar Cabo Pxaro.

    En esto comenz la gente enfermar y morir ms furia quel mes pasado, y los de la cisdeados del estrago que se les haba hecho y haca en la campaa, no queran acogefermos, y ans murieron muy muchos por dejados, como los dejaban la marina al agua y semero que se determinase darles recaudo, fueron tantos los muertos, que hubo bansarboladas y nave en que no quedaron 20 hombres.

    Viendo esto Andrea de Gonzaga, envi una fragata dar aviso al Visorrey de lo que pasaba y ca gente que haba, porque, sin los muertos, se huan cada da muchos soldados y marineros,e haba muchas naves que no podan navegar por falta dellos. Pasaron veinticinco das quvimos aviso de las galeras ni se supo dnde estaban. Andrea Gonzaga estaba con determinacipartir de all sin tener respuesta del Duque.

    los 20 del mes se comenz publicar una nueva, sin cierto autor, que las galeras haban paos Gelves sin haber reposado en Malta, mas de tomar gente y municiones. Esta nueva debierventar los zaragozanos los de aquellos contornos, por hacer ir de all las naves. Como es

    menz divulgar entre los soldados, todos deseaban ser ya all, y ans daban priesa en la pahubo Capitanes que se quisieron ir sin aguardar la Real, por lo que acord Andrea Gonzaga noche de Navidad, y otro da, en amaneciendo, al salir del puerto, lleg D. Pedro Velzqmisario de la armada, en una galeota y di nueva que estaban en Malta.

    Ms adelante se descubrieron 22 galeras que traa el Comendador Guimarn para hacer ir ves y pasar Mesina por dineros. Llegadas estas galeras Zaragoza, hicieron lo que solan esesiones della. Cargaron de lea para Mesina, y lo mesmo hicieron la vuelta para Maltaves siguieron su camino con poco viento, y ans tardaron ocho das y ms en recogerse toalta, donde haban llegado otras naves con siete compaas de infantera espaola del reinpoles, sin otras cuatro que haban venido primero Mesina. Estas 11 banderas trajeron harto

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    menzado, viendo que un hombre de tanto valor y experiencia como D. lvaro, en cosas de guyormente en Berbera, donde haba hecho tantas y tan buenas cosas, facilitaba tanto la empa esperanza de salir con ella, y ans acord de enviar capitanes Sicilia y Npoles hacer nuevo, dndoles orden que nos viniesen hallar en Trpol.

    En este medio tornaron las galeras que haban ido Mesina. El Visorrey, fastidiado de habenido tanto en Malta, di priesa la partida, y los 9 de hebrero se sali de casa del Maest

    spedirse dl ni hablarle, se fu embarcar. El Maestre quisiera tornarle aquella noche casado.

    Otro da se parti con toda la gente y armada; las galeras sacaron fuera las naves que haban cenciaron algunas ans por la falta de gente como de vituallas, y pudiera licenciarse ms, que ve que fu con 200 quintales de bizcocho, sin gente ni otro cargo. La licencia que dieron bres patrones fu para acabarlos de echar perder, porque allende de no pagarles lo servidmaron las gumenas y ncoras y marineros, para darlos los que iban servir, y sobre todo mpuso muchos dellos el alguacil real de Joan Andrea, como hizo otros en Mesina.

    Dise orden todas las naves que siguiesen la capitana, sin decirles dnde haban de acu

    aso se perdiesen unas de otras, como suele acontecer. La general llevaba orden de ir Cablos; caminaron todo aquel da y la noche con viento prspero; despus se les volvi el tiempnera que vinieron descaecer los Secos de los Querquenes, donde surgieron, aunque no te algunas haban perdido la Real por un mal temporal que dur poco.

    Las galeras partieron de Malta ya tarde, el mismo da que las naves, y llegadas al paraje da que se dice la Lampadosa, donde se haba de hacer agua y lea, por la falta que hay delrbera, pasronse sin tomalla, caminando derechas la isla de los Gelves, donde llegaron de.

    Antes de llegar descubrieron dos naves: fueron D. Sancho de Leyva y Scipin de Oria, y da uno la suya; la gente dellas se huy en tierra. Tambin descubrieron dos galeotas en la Cngn se ha entendido de los esclavos dellas, estaban ya los turcos para huirse en tierra si vieran nuestras galeras ellas. Debironlo dejar por ser ya tarde. Ellas se huyeron aquella nocieron harto dao. Tomaron algunos bajeles pequeos que se haban perdido de las naves, y f

    uchal, que las traa, Constantinopla solicitar la venida de la armada. Nuestras galerogieron todas la Roqueta, y otro da por la maana echaron gente en tierra para hacer ag

    mo los de la isla haban descubierto las galeras el da antes, acudi mucha gente de pie y cab

    sironse en unos palmares all cerca. El Visorrey tena en tierra hasta 3.000 hombres, y hecuadrn, mand salir arcabuceros que fuesen escaramuzar con los enemigos. Trabse de mescaramuza que dur cinco seis horas, y tan reida, que vinieron hartas veces las espadaaban los nuestros alargarse mucho del escuadrn por la caballera de los enemigos. Mudados pelearon este da muy bien. Hubo muertos y heridos de todas partes, aunque pocos. N

    m ninguno para lengua, que fu harto mal para nosotros no saber lo que haba en la isla antrtir della.

    Despus quel Duque entendi que las galeras haban hecho su aguada, por ser ya tarde mirar la gente del escaramuza, y al recoger, que se recogan al escuadrn, comenzaron cargaemigos, con la grita y alarido que suelen, y acercronse tanto, que hirieron algunos en el m

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    uadrn.

    D. lvaro dieron este da un arcabuzazo, andando caballo. No le hizo mal. Anduvo muy be da en dar orden, y todo lo dems que se deba su cargo y reputacin. Toda la genbarc, sin que los enemigos hiciesen ms mal, aunque al embarcar, por darse algunos ms pe era menester, hubo alguna desorden.

    Aquella misma noche se fueron las galeras y vinieron el da siguiente hallar las naves surtSecos. Proveyeron de agua muchas naves que les faltaba, que con la priesa del partir de M

    haban tomado el agua que haban menester. De all partieron todos juntos Cabo de Palos, dgaron otro da.

    Al salir de Malta quedaron nueve galeras que no partieron con la Capitana: las ocho drtieron aquella misma noche: la patrona de Cigala se qued en el puerto: las ocho siguiersmo marinaje que las primeras: llegaron los Gelves con dos horas de da la misma Ronde las otras haban estado, y teniendo necesidad de tomar agua, juntronse los Capitanantera espaola; fueron hablar al Duque de Vivona, que vena en la Capitana de Florenciar si la hacan; el Duque les dijo que iba all como hombre particular, que no tena cargo par

    den; que ellos, como hombres de guerra, viesen lo que era menester, que l les favorescera crsona y criados, y ans determinaron los Capitanes de salir en tierra con sus Oficiales y hastmbres, hecho un escuadrn. Dellos apartaron hasta 30 arcabuceros, y pusironlos en un alto,

    escuadrn, para que tirasen de all unos moros de caballo para que no se acercasen esthacer del agua, y ans estuvieron todo el tiempo que dur el hacerla. Hecha el agua, se comenembarcar algunos soldados, y con ellos el Capitn Joan de Funes, y el Capitn Joan del Aba harto que haba embarcado diciendo que no se senta bueno. Los otros cinco Capitanes isieron embarcar hasta los postreros. En esto se levaron unas galeras para mejorarse otro pdonde descubriesen los moros para tirarles. Como los enemigos les vieron vueltas las po

    irarse los arcabuceros que les tiraban para irse embarcar, cerraron con ellos y rompirotrando dentro en la mar, secutndolos, mataron y prendieron hasta 150 hombres; los presos fu

    uy pocos; murieron todos cinco Capitanes peleando muy valerosamente delante sus soldadopitn Adrin Garca, Pedro Vanegas, Pedro Belmudes, Antonio Mercado y D. Alonso de Guztos se perdieron de buenos, que bien se pudieran embarcar si quisieran. Tuvieron por mejor me no desamparar sus soldados. Los dems se recogieron las galeras, quin nado, quin equifes. Partironse luego de all con este buen suceso, y vinieron Cabo de Palos. A todona esta desgracia.

    En Cabo de Palos se supo de unos jeques de alarbes que vinieron ofrecerse de servir contrcos, como Dragut quedaba en los Gelves con 400 caballos y hasta 1.500 hombres de pie cos y moros, y qul era el que haba escaramuzado con los nuestros al agua, y el que haba hdao en la gente de las ocho galeras, y quel da antes que llegasen nuestras galeras haba pen la gente de la isla, al paso, y roto y muerto muchos moros gervinos, y robado y quemadsales y haciendas de los que no eran de su parcialidad. Por no darnos maa el da de la escaratomar lengua ni meter un moro de los que llevbamos en tierra para que supiese lo que habae se saba de Trpol, como era razn que se supiese, dejamos de prender all Dragut, qusmos de la isla ayudaron ello, y tomndole el paso, no podra en ningn modo escapar, y

    camos la jornada de Trpol y la de los Gelves con prenderle. Por eso dicen que no hay m

  • 7/23/2019 ESTUDIOS HISTRICOS DEL REINADO DE FELIPE II

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    vino quel que bien piensa lo que hace, y ans los que tienen cargo, mayormente en cosas de gur muy discretos y avisados que sean, no han de hacer cosa sin consejo y parescer de muche no se hizo en esta jornada, y ans slo ella se puede llamar guerra sin consejo.

    En Cabo de Palos estuvimos todo el mes de hebrero sin poder pasar adelante por los mmpos. Aqu se perdi la naveImperial, remolcndola las galeras de una parte otra.

    Salvse la gente della y repartironla por las otras naves. Ahogronse dos sacando el artillerir que traa. Perdise harta plvora, balas y cuerda y muy muchas vituallas. Aqu comen

    unos de nuevo quejarse del Visorrey, diciendo que no haca caso de nadie ni llamaba CoOficiales de S. M., que eran diputados para ello, y muchos seores y caballeros que ven

    vir, por lo que comenzaban suceder mal algunas cosas, y ans acordaron pedir lista de la ge haba los Capitanes de los soldados que cada uno tena, porque se dijo que haba mufermos.

    Vista la poca gente que haba, se determinaron en la ida de los Gelves, de Cabo Palos; escribBaj del Carun, y enviaron un moro Trpol por espa para saber la gente que tena Dragut dver si se fortificaba. Dironle tres escudos, y no volvi con la respuesta. Tambin asoldaron

    ques de alarbes para que viniesen servir en los Gelves. Vinieron tiempo que no funester.

    Primero de marzo, al hacer del alba, hicimos vela para los Gelves con muy buen tiempo, dgamos aquella misma noche, y reforz tanto el viento, que fu muy gran ventura no peruchas naves al tornar de los Secos. Los cinco das siguientes hizo una tormenta tan deshrescando el viento de hora en hora, que hallarnos en playa, se perda todo el armada sin remuno.

    los siete das desembarc toda la gente en la isla, la parte de poniente, una torre que Valguarnera, quest ocho millas pequeas del castillo, lugar nada cmodo para desemb

    rque las naves estaban cinco millas largas de tierra, y las galeras ms de tre