ESTUDIOS MICHOACANOS VIII

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ESTUDIOS MICHOACANOS VIII Bárbara Skinfill Nogal Alberto Carrillo Cázares Coordinadores COLEGIO DE MICHO ACAN INSTITUTO MICHO ACANO DE CULTURA

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ESTUDIOSM ICHOACANOS VIII

Bárbara Skinfill Nogal Alberto Carrillo Cázares

Coordinadores

COLEGIO DE MICHO ACAN INSTITUTO

MICHO ACANO DE CULTURA

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ESTUDIOS MICHOACANOS VIII

Bárbara Skinfill Nogal Alberto Carrillo Cázares

Coordinadores

El Colegio de Michoacán51

Instituto Michoacano de Cultura

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ÍNDICE

PresentaciónBárbara Skinfill Nogal y Alberto Carrillo Cázares 9

TRADICIONES MUSICALES 23

Macario Romero: Notas, acompañamiento y corrido (1852-1878)Alvaro Ochoa Serrano 25

De la glosa á la valonaRaúl Eduardo González 49

TRADICIONES INDÍGENAS 65

¿Cómo ser Uandari?Agustín Jacinto Zavala 67

Erhamarhandikua y Ch’urhingua en la obra literaria de Máximo LathropPedro Márquez Joaquín 85

Una historia singular Moisés Franco Mendoza 107

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HISTORIA 125

Los presagios de la conquista como forma de conciencia históricaG. Miguel Pastrana Flores 127

Fragmento de la Doctrina Cristiana de Fray Maturino GilbertiJ. Benedict Warren 143

Michoacán reivindica su jurisdicción sobre el Río Verde.La información dada por el guardián de Sichú fray Francisco Martínez de Jesús en 1597. Documento inéditoAlberto Carrillo Cázares 159

“Yo y mi hija gozamos de distinción en nuestra clase...”La oposición de los padres al matrimonio de sus hijos en Valladolid (1779-1804)María Isabel Marín Pello 201

La relación de las cajas de comunidad de los pueblos indígenas michoacanos con la Real Hacienda entre 1779-1810Marta Terán 221

LINGÜÍSTICA Y LITERATURA 255

Palabras nuevas para conceptos nuevos. Un asomo a la neología en la lengua de MichoacánFrida Villavicencio 257

Alfonso Méndez Planearte, artífice del humanismo mexicanoHerón Pérez Martínez 291

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MACARIO ROMERO: APUNTES, ACOMPAÑAMIENTO Y CORRIDO

(1852-1878)

Alvaro Ochoa Serrano*

La circunstancia para contar el tema anunciado empieza de corri­do. En la segunda mitad del siglo X IX , Sebastián Lerdo de Tejada, el presidente sucesor a la muerte de Benito Juárez, adoptó una serie de disposiciones en su administración gubernamental de 1872 a 1876; medidas tales como la jura obligatoria que los empleados del gobierno debían hacer de las leyes de Reforma, limitaciones al culto religioso fuera de los templos; asimismo desterró a las Her­manas de la Caridad y alentó la entrada de colonos protestantes al país. Estas determinaciones atizaron la cristeriada o la revuelta de los religioneros en varias partes de México. El clero católico y el maltrecho partido conservador primero respondieron a la política anticlerical de Lerdo con cartas de protesta firmadas por señoras y “vecinos representativos” de pueblos y ciudades; luego con cartas pastorales de los obispos en las que se prohibía a los funcionarios católicos prestar la protesta exigida “por las nuevas leyes” y, final­mente, en ese camino de protestas, clérigos y conservadores termi­naron alentando el brote de la violencia.1

Estalló la ira de los fanáticos y saltaron los “soldados de Cristo” al terreno de los hechos. Los cristeros combatieron a las autorida­des liberales, ejecutaron a funcionarios, quemaron archivos judi-

* Centro de Estudios de las Tradiciones, El Colegio de Michoacán.1. Daniel Cosío Villegas. 1959. Historia Moderna de México. La República Restaurada.

Vida Política. México: Hermes, pp. 305-306. M. Villanueva y Francesconi. 1875. El Libro de las Protestas. México: Imprenta del Cinco de Mayo.

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cíales y edificios, amén de cometer otras diabluras al grito de ¡viva la religión, mueran los protestantes!2 Sin embargo, a la mera hora de la verdad, las altas jerarquías católicas no bajaron a bendecir a los rebeldes; los obispos de León, Guadalajara y Morelia resolvie­ron desentenderse de la cristeriada mediante una pastoral de signo conciliador. Fuera de algunos curas furibundos de pueblo que ani­maron y azuzaron a los alzados, la presencia eclesiástica en la trifulca fue casi furtiva e insignificante.3

Por lo que toca al rango de los cristeros partícipes en la pelea iba desde el campesino iletrado al urbano ilustrado, desde el solda­do que se encontraba volante al final del imperio de Maximiliano hasta el paisano creyente que ahora se lanzaba a la borrasca. La procedencia de los alzados en armas variaba entre pequeños pro­pietarios, arrendatarios, peones, arrieros, artesanos, pequeños co­merciantes, empleados sin chamba, ex-comuneros y otros. Además de conocer el suelo que pisaban, varios cabecillas tenían en su haber cierta experiencia bélica adquirida durante la intervención francesa o en el pleito contra Benito Juárez en 1870 y 1871.

La táctica guerrera consistía en juntar hombres para un ataque y después de éste echaban a correr. Contaron con informadores que les ponían al día en cuanto movimiento hicieran las fuerzas del gobierno. Aun sin recursos de subsistencia propios y seguros, vi­vían del prójimo, manteniendo a su gente -según el gobierno-, “con lo que se roban y con lo que les proporcionan algunos enemi­gos del actual orden de cosas”.4 Aparte de la rústica guerrilla, la

2. La Bandera de Ocampo, Morelia, 1-III-1874; 30-VIII-l874; 17-1-1875; 7-II-1875; 21- III-1875. Gustavo Berlanga escribió una nota sobre Los Primeros “Cristeros” para La Opinión. Los Angeles, California, Domingo Io. de Mayo de 1960. Suplemento.

3. Carta pastoral que escribieron los arzobispos de México, Michoacán y Guadalajara... con ocasión de la Ley orgánica expedida por el soberano Congreso Nacional el 10 de diciembre del año próximo pasado. México: Tipograíla Escalerilla, 1875. Algunos casos de curas participantes los señala La Bandera de Ocampo.

4. Manuel Barbosa. 1905. Apuntes para la historia de Michoacán, Morelia: lmp. E. I. M. Porfirio Díaz. “Noticias históricas y estadísticas”. 1890. Memoria que guarda la admi­nistración pública del Gobierno de Michoacán de Ocampo. Morelia: Imp. E. I. M.

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bandera tricolor con una cruz roja en el centro y la divisa “con esta vencerás”, otro elemento le daría “cierta importancia política”. Los. jefes Abraham Castañeda y Antonio Resa redactaron y proclama­ron el Plan de Nuevo Urecho, Michoacán, el 3 de marzo de 1875. Este plan cristero de once artículos consideraba, entre otras cosas, que los liberales se habían

apoderado en provecho propio de los empleos usurpando el poder público; que han herido el sentimiento religioso de la nación, regla­mentando y erigido en sistema la persecución al catolicismo, religión de la mayoría de los mexicanos...* 5

Ya para entonces la guerra religiosa dejaba en varios puntos de Guanajuato, Jalisco y Michoacán, poblaciones en llamas, ranchos y haciendas paralizadas mientras que los peones “por no morir de miseria, van a engrosar las filas de los rebeldes”.6 También la rebelión cristera inspiró la hechura de versos; por ejemplo, sobre el intenso combate de Cerro Blanco, cerca de Cotija, encontramos estos:

Laguna de San Juanico donde hay mucho caracol, donde se juntan los hombres a pelear la religión.

¡Madre mía de Guadalupe, que gane la religión, que protestantes tenemos y corrompen la razón!

Porfirio Díaz. Eduardo Ruiz. 1890. Historia de la guerra de intervención en Michoacán. México: Secretaría de Fomento. AHPEM, Guerra y ejército, “Movimientos de gavi­llas”, exp. 34. El Pensamiento Católico, Morelia, 16-IV-l 875. ASDN, Historia, XI/ 481.4/9211.

5. AHPEM, exp. citado. Plan..., se reprodujo en El Progresista, Morelia, 10-III-1875.6. AHPEM, exp. cit.

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En abril de 1875, mediando circunstancias adversas para el en­cargado militar de Michoacán, el secretario de guerra le telegrafiaba:

no debe mandarse a expedicionar sobre las gavillas, fuerzas pequeñas porque se exponen a un contratiempo pues el enemigo espía oportuni­dades que aprovecha [...]7

En tanto, el gobernador de Jalisco escribía en mayo al general en jefe de la cuarta división de occidente:

los insurrectos de Michoacán y Guanajuato han tomado nuevo aliento merced en parte a algunos encuentros favorables a ellos aunque de poca importancia [...] y principalmente a los recursos de hombres, dinero y armas que les proporcionan sus directorios residentes en México, Morelia y esta ciudad [de Guadalajara].8

Con todo, las proporciones que tomaba la cristeriada en varias partes hicieron que hacia noviembre de 1875 apareciera en terreno religionero Mariano Escobedo, el general vencedor del imperio, con una división repartida en doce columnas. Tras ciento once combates y sesenta días de campaña hasta enero de 1876, Escobedo consideró terminada su tarea “contra los pronunciados y socios”.9 En vísperas de su reelección, el presidente Lerdo informaba de dicha campaña al Congreso de la Unión con cierto optimismo.10

Mas en marzo de 1876 otros rebeldes saltaron a escena, eran los tuxtepecanos acaudillados por el porfiado Díaz desde su natal Oaxaca. Actuaban bajo una trama anti-reeleccionista. Oíanse voces de que Díaz recibía ayuda clerical y alianza religionera tuxtepe-

7. ASDN, Cancelados, X I-111/ I -170. Eulogio Cárdenas y Benito Meza sostuvieron un intenso combate en Cerro Blanco contra fuerzas del gobierno en octubre de 1875. ASDN, Historia, X I/481.4/9211. Higinio Vázquez Santana. 1924. Canciones, Canta­re sv Corridos. México: lmp. M. León Sánchez.

8. ASDN, Historia, X I/481.4/9211.9. ASDN, Cancelados, X I-111/1-72.10. Informes y Manifiestos de ios Poderes Ejecutivo y Legislativo de 1821 a 1904, Méxi­

co: Imp. del Gobierno Federal, 1905, II: 117, 124.

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cadora para derribar al enemigo común, el impío Lerdo. A partir de octubre de 1876, los religioneros, además de bendiciones y crucifi­jos, traían “su lema político”. Díaz llegó al ansiado poder. Varios cristeros figuraron en la lista del primer gobernador tuxtepecano de Michoacán Felipe N. Chacón, antiguo colaborador del imperio, para ejercer mando regional.11 Aun El Constitucional, órgano difusor tuxtepecano, revelaba en sus páginas esa “complicidad del porfi- rismo con los retrógrados traidores a la patria”.12 Así que, para acallar el dime con quién andas [...], el segundo gobernador y comandante militar Manuel González, compadre del primer jefe del ejército constitucionalista, Porfirio Díaz, aplicó mano dura a comienzos de 1877 porque se escuchaba

una grita general de que todos los traidores y religioneros como Juárez, Reza, etc., y otros bandidos que han cometido toda clase de crímenes y actos de salvajismo en estas poblaciones [de Michoacán], son los que están empleados de autoridades con asombro del pueblo que ape­nas puede creer lo que pasa.13

Apaciguados algunos religioneros, indultados y muertos otros, en mayo de 1877 un Cuerpo Rural de la Federación al mando del general Abraham Plata sentó cuartel para mantener “la tranquilidad pública” en plazas del centro norte y noroeste michoacanos. Antes, en marzo, Plata había desempeñado la jefatura de armas en Zamora. El nuevo encargo consistía en apagar definitivamente el “foco prin­cipal de la reacción latro-religiosa” en los distritos de Puruándiro,

11. AHMC, Guerra y policía, 1876, exp. 114. El Progresista, 23-111-1876. Antecedentes de Chacón en ASDN, Cancelados, XI/111/1-62. AMZ, Guerra 1876, exp. 5. El presi­dente municipal de Purépero al Prefecto de Zamora, octubre 29, 1876. Memoria que el General Manuel González... Morelia: Imp. de Gobierno en Palacio, 1877, pp. 179-181.

12. Ciro Ceballos, Aurora y Ocaso (1867-1904), México: M. Vargas Ayala, 1912, p. 279.13. Archivo del General Porfirio Díaz. Memorias y documentos. Prólogo y notas de Alber­

to María Carreño, México: UNAM, 1953, XVI: 148, 316. En Purépero estaban de guarnición los hermanos Magdaleno y en Jacona Juan Marin quienes formaron la columna que “atacó, derrotó y asesinó al Sr. Castañeda y Nájera [secretario de M Escobedo]” La Sibila, Morelia, 31-111-1877.

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Macario Romero: apuntes, acompañamiento y corrido

La Piedad, Zamora y Jiquilpan.14 Episodio y escenario que nos per­mite presentar a

Macario Romero

El personaje nació a un lado del puente de La Piedad, Michoa- cán, el 10 de marzo de 1852. José Macario Gregorio fue el segundo de cinco hijos que hubo en el matrimonio de Esteban Romero y María de Jesús Avila, quienes anteponían la prestigiosa D. a sus nombres. Aún más, el Señor Bachiller Don Teodoro Rivera y Doña Francisca Rodríguez apadrinaron a Macario. El padrino gozaba de cuantiosa fortuna y no menos fama de benefactor. Además de tan influyente relación lugareña de compadrazgo, los Romero poseían propiedades de campo en la jurisdicción de La Piedad.15

Una referencia última asegura que Macario se dedicó a asuntos de ganado y comercio. Devoto de la Virgen de la Luz, culto muy familiar del Bajío, creció en un ambiente local religioso. El joven Macabeo participó al lado de sus paisanos Serapión y Octaviano Fernández en el movimiento contra Juárez en 1870, para seguir en oposición a Lerdo en 1874.16 Con el andar del tiempo, contaría la trova que

Salió Macario Romero del pueblo de La Piedad, no quiso estar con sus padres por andar en libertad.

Tal vez por su marca de crianza y porte de juventud hicieron que de alguna manera destacara en la rebelión cristera. Macario

14. APD, Correspondencia, L 74, C 36, D 12904. AMZ, Guerra 1877, exp 2. La Sibila, Morelia, 15-III-1877, menciona que la presencia del general Plata en Zamora permitió a los liberales del lugar tener garantías.

15. APLP, Bautismos, Libro 37, f 381. Información gentileza de Alberto Canillo Cázales. Jesús Romero Flores. S.f. Aspectos de la Historia Piedadense. La Piedad: Imp. Edito­rial “La Prensa”, p. 180.

16. Romero Flores, op. cit.

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Romero actuó en la zona sur de Guanajuato, en la vecina parte de Jalisco y noroeste de Michoacán. Región arisca y de gente a caba­llo donde a principios de este siglo XX todavía se escuchaban losecos de esa cristeriada

Los gallos bien asistidos tienen ganas de pelear, como se sueñan engreídos ya no hallan con quién topar.17

Para 1876 el cristero aludido ya era noticia regional. Su nombre empezó a sonar en versos y rimas. Desempeñó un papel espectacu­lar en el corrido del gobiernista Esteban Bravo

Salió don Esteban Bravo de Irapuato al Curadero;¡ay, qué chasco se ha pegado con don Macario Romero!

Decía Macario Romero cuando iba dándole alcance: muchachos, préstenme auxilio que aquí llevo un protestante.

El corrido refiere el combate que los cristeros sostuvieron con­tra la fuerza de Esteban Bravo, quien fuera antiguo chinaco, luego antijuarista y, para terminar, defensor de Lerdo. El suceso tuvo lugar en terrenos de Guanajuato y vecindad de Michoacán durantelos primeros días de marzo de 1876

Ramírez, a la vanguardia, salió con cincuenta y seis, y les fue dando la carga de Conguripo a Aranjuez.

17. Manuel Mesa. 1906. Notas Breves. Zinapécuaro de Figueroa: Talleres de Manuel Gar­cía e Hijos, p. 45.

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También Silvestre Llamas, el jefe de los potrereños, participó en ese encuentro armado.

Decía don Silvestre Llamas en su caballo grandote: no veo con la polvareda, aseguren al Bodoque.18

Entre otras fuentes de información, un escrito del gobierno men­ciona a Romero al frente de un grupo rebelde. Precisa que la noche del 12 de octubre de 1876 se hallaba una partida como de “dos­cientos pronunciados” al mando de Silvestre Llamas, Atilano Mon­tes, Casimiro Alonso y Macario Romero en la Hacienda de San Jerónimo, Jalisco, frente a Yurécuaro, río de por medio, “ignorán­dose el rumbo que tomaron”.19 Tampoco se sabe qué destino tomó después. Los pasos de Romero se pierden entrando los primeros días de 1877. En cambio, se le encontraría de nuevo el dos de noviembre a disposición de la Prefectura de Morelia, “con el sim­ple carácter de detenido”. Un mes en seguida, según nota circular de la secretaría de gobierno de Michoacán a los prefectos de los distritos, se recomendaba la captura del susodicho porque éste se había fugado de la cárcel de Morelia.20

Macario Romero había escapado el nueve de diciembre por la sala de distinción, en la planta alta, a través de una de las ventanas. Acompañado del reo Juan Isitas, el cocinero de la cárcel, se fugó

18. H. Vázquez Santana, op. cil. Esteban Bravo nació en la jurisdicción de Puruándiro en 1830; combatió a las fuerzas francesas y partidarios en el norte del estado. Luchó en contra de Juárez en 1870. La Bandera de Ocampo, Morelia, 12-II1-1876, señala que la muerte de Bravo se debió “a la traición infame de veinticinco indultados” que iban con él. Potreros se halla en la tenencia de Santa Fe, Municipalidad de Numarán, habitado por gente “que vive, a lo menos la mayor parte, del abigeato y del pillaje”. Memoria presentada por el ciudadano General de División Manuel González..., pp. 105, 114. Ramón Sánchez. 1889. Ensayo Estadístico de la Municipalidad de Arandas, Guadalajara: Tipografía y litografía de M. Pérez Lete, p. 46.

19. AMZ, Justicia, 1876, exp. 5.20. AMZ, Justicia, 1878, exp. 1.

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“fracturando el enrejado de hierro puesto en una de las ventanas” y usando para tal fin tres pequeñas limas, una reatilla y una escale­ra.21 El día once del mismo mes se encontró una excavación en el calabozo llamado México y se daba parte al juez que conocía “de la fuga de los reos Macario Romero y Juan Ysitas, por si tuviere relación un delito con otro”. Como sea, el prófugo partió raudo y veloz a rumbo conocido por él.

El Prefecto de La Piedad avisó a la secretaría de gobierno: “El bandido Macario Romero apareció en la madrugada de hoy [21 de diciembre] cerca de esta ciudad, donde habló con algunas personas de su familia, y tomó luego el rumbo de Zamora. La Prefectura ha dictado para su aprehensión medidas muy enérgicas y convendrá hiciera lo mismo el Prefecto del Distrito a donde pasó, porque es de temer que de acuerdo con Blas Torres, que reside en la cabecera de aquel [distrito de Zamora], y con los Magdaleno que huyen por Tlazazalca forme una gavilla que altere la tranquilidad”.22

Sin embargo, los Magdaleno entablarían tratos de indulto con el gobierno federal, y Torres gozaba de amnistía; sin otro camino, posiblemente Romero hizo lo mismo. Al parecer, para evitar andu­viera suelto, a Macario se le incorporó al Cuerpo Rural de la Fede­ración bajo el mando de Abraham Plata; evidente, si atendemos a las líneas del corrido

Dijo Macario Romero:-Oiga, mi general Plata, concédame una licencia para ir a ver a mi chata-

E1 general Plata dijo:-¿Macario, qué vas a hacer?

21. AAM, Justicia, Caja 134, 1877-1878, leg. 283.22. AMZ, Justicia, 1878, exp. 5. Guillermo E. Hernández. 1996. The Mexican Revolution.

Corridos about the Heroes and Events 1910-1920 and Beyond! El Cerrito CA: Arhoolie Productions.

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Te van a quitar la vida por una ingrata mujer.23

Tal vez Silvestre Llamas, al igual que otros religioneros perdo­nados, tuvo suerte parecida. Pero quizás quedaron cuentas pendien­tes entre los Llamas y Macario. Éste, como otros tantos mancebos, pretendía a una hija de los encendidos Llamas

Dijo Jesusita Llamas:-Papá, ahí viene Macario, desde a leguas lo conozco en su caballo melado-

Los actos temerarios de Macario Romero tocaron fibras del sentir popular y calaron hondo en el arte de la narración, en la trova campestre de la zona. La versión oficial de su muerte, rendi­da ante el juez de Pénjamo, Guanajuato, el domingo 30 de junio de 1878, es muy parca: “falleció como a las dos de la mañana de ayer [29] en el rancho de ‘El Pino Solo’ de esta jurisdicción, a conse­cuencias de heridas que le infringieron los vecinos de dicho punto rechazando al pronunciado Romero que pretendía raptar a una jo­ven por la fuerza”.24 El trovador va más allá en la circunstancia. Conforme cuenta el corrido -en la tradición campesina cuando la novia no era dada en el pedimento para el casorio, el novio tenía que raptarla en prueba de hombría-, el padre de Jesusita (Rosita en otras versiones) pidió no se la llevara

Dice Macario Romero:-Hombre, el favor se lo hiciera; si no me la llevo orita, toda esa gente se riera.

23. Aún en 1880 Plata permanecía al frente de los rurales en Michoacán. La Soberanía del Pueblo, Morelia, 17-VI y 8-VII-1880.

24. ARCP, Inhumaciones, 1878, Libro Núm. 1, registro 704, ff. 244v. y 245.

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Según relato del corridero, en esa fecha señalada Macario había asistido a un fandango en el rancho

Llega Macario Romero, lo convidan a bailar; y ya que está desarmado, le comienzan a tirar.

En la memoria popular, más que sus acciones guerrilleras, que­dó grabado el motivo de que “por un amor lo mataron/ lo matarona traición”.

El pormenor del final rezaba

A veintinueve de junio, día de san Pedro, por cierto, a las dos de la mañana don Macario ha sido muerto.

Le dieron los seis balazos se los dieron de a montón; puso el parte don Vicente:“que había matado a un ladrón”.

A temprana hora del domingo 30 de junio de 1878, día de mercado o plaza, un grupo de rancheros entró a Pénjamo, tras una larga jomada de camino. Los campesinos llevaban a un difunto en andas... La gente corrió a ver la novedad; un niño se escapó de sus padres y colocándose entre los curiosos vio que descendían, frente a la casa municipal, a un hombre muerto a balazos; el hombre era joven y buen mozo [...] El niño, Rubén M. Campos, recordaría bien que la muchedumbre gritaba: ¡es Macario Romero! ¡es Macario Romero!

El piedadense frisaba en ese momento los 26 años de edad, y encontrábase en estado soltero. Trascendió rompiendo las normas sociales, amiado, montado en su caballo melado, para emprender la odisea del rebelde o bandido, “el semidiós de la plebe [...] el

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vengador del agravio y de la afrenta sin saldar [...]” El corrido de Romero sería famoso y socorrido aun en el movimiento rebelde de 1910 y posteriormente. También se extendió fuera de la región mencionada; corrió del centro al norte y a lo largo del tiempo.25 Tuvodiversas versiones este

Corrido de Macario Romero

I

Voy a cantar, mis amigos, con cariño verdadero, para recordar del hombre que fue Macario Romero.

Era amigo de los hombres, los quería de corazón, por un amor lo mataron, lo mataron a traición.

Dijo Macario Romero: oiga, mi general Plata, concédame una licencia, para ir a ver a mi chata.

El general Plata dijo:Macario ¿qué vas a hacer?Te van a quitar la vida por una ingrata mujer.

25. Secretaria de Educación Pública. Folletos de divulgación literaria II, Macario Romero. Tres muertes. La Paz, 1925. Rubén M. Campos. 1929. El Folklore Literario y Musical de México. México: Secretaria de Educación Pública. Alfredo Ibarra jr. S.f. Fogatas de la revolución. Toque de diana. México: edit. Calleja. Rafael C. Haro. 1938. Rebelión, drama revolucionario en tres actos. Morelia: Universidad Michoacana. Vicente T. Mendoza. 1939. El romance español y el corrido mexicano, México: Universidad Nacional. Armando de María y Campos. 1962. La revolución mexicana a través de los corridos populares. México: Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana.

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Dijo Macario Romero, dando vuelta a una ladera: al cabo ¿qué me han de hacer, si es pura sarracuatera?

El general Plata dijo: sin mi licencia no vas; mas si llevas tu capricho, en tu salud lo hallarás.

Dijo Macario Romero al salir de la garita: yo voy a ver a mi chata, a mí nadie me la quita.

Dijo Jesusita Llamas: papá, ahí viene Macario, desde a leguas lo conozco en su caballo melado.

Don Vicente Llamas dijo:¡ Jesús! ¿qué plan le pondremos? Vamos haciéndole un baile y así ya lo mataremos.

Llega Macario Romero, lo convidan a bailar, y ya que está desarmado, le comienzan a tirar.

Dijo Macario Romero: acábenme de matar, que al cabo mi hermano Pedro es el que me ha de vengar.

¡Cobardes! así son buenos, me asesinan a traición, por viles y montoneros, allá lo verán con Dios.

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Sepan que muero en mi ley, como se mueren los hombres, viles, traidores, collones, solos los quisiera ver.

¡Adiós, chata de mi vida; adiós, mi bello lucero, adiós, mi prenda querida,Jesús, Jesús, que me muero!

Y diciendo esto expiró, el valiente de Macario, que en garras de un sanguinario, por su desgracia cayó.

Dijo Jesusita Llamas: ahora si quedamos bien, ya mataron a Macario, mátenme ahora a mí también.

¡Bandidos, sigan conmigo, morirme, morirme quiero!¿para qué quiero la vida sin mi Macario Romero?

Brazo a brazo, frente a frente debían haberlo agarrado, y no traicioneramente, como lo han asesinado.

Don Jesús Aceves dijo: vamos levantando una acta, que matamos a un bandido, de los del general Plata.

Ya nos quitamos del frente a ese famoso escorpión, que la echaba de valiente, cuando los cogía a traición.

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Ya con esta me despido, porque llorar ya no quiero la muerte de ese valiente, de ese valiente Romero.26

II

Salió Macario Romero del pueblo de La Piedad, no quiso estar con sus padres por andar en libertad.

Decía Macario Romero:Ora nos vamos, Jesús; la Virgen nos favorezca, mi Señora de la Luz.

Le decía su general, en la puerta del cuartel: Macario, te han de matar por esa ingrata mujer.

Decía Macario Romero, parándose en los estribos: Señor, si no me hacen nada, si todos son mis amigos.

Decía Macario Romero al general Abraham Plata: -Concédame una licencia para ir a ver a mi chata.

26. Guillermo E. Hernández editó y anotó la versión más antigua hasta ahora (cuartetos 1- 10,12 y 16) interpretada por Jesús Abrego y Picazo (México, 1908, Victor 62352) en The Mexican Revolution, Corridos about the Heroes and Events. Arhoolie 7041-7044. Higinio Vázquez Santana. 1925. Canciones..., pp. 314-317. Vicente T. Mendoza. 1939. El romance español y el corrido mexicano, México: Universidad Nacional. A. Ibarra Jr. Fogatas de la revolución. Toque de diana. México: edit. Calleja., pp. 53-55 no ofrece mayor variante a la versión recogida por Mendoza.

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Le respondió el general:-Sin mi licencia, no vas: pero si tú quieres ir, en tu salud lo hallarás.

Decía don Ignacio Llamas:Jesús, ¿qué plan le pondremos/, le pondremos un buen baile, la pistola le escondemos.

Decía don Vicente Llamas:-Al cabo no trae despacho.Dijo don Jesús Aceves:-Ora lo mato borracho.

Ese don Jesús Aceves se mostró muy asesino; pero no lo iba a matar, si estaba ahogado de vino.

Lloraba su pobre madre, cuando le llegó el aviso; que ese don Jesús Aceves le había fusilado a su hijo.

Decía doña Jesusita:-Papá, yo mucho lo quiero, ora sí quedaron bien, ya mataron a Romero.

A veintinueve de junio, día de San Pedro, por cierto, a las dos de la mañana, don Macario ha sido muerto.

Le dieron los seis balazos, se los dieron de a montón; puso el parte don Vicente:“Que había matado a un ladrón.”

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Decía Macario Romero:-Ya me van a sepultar; ahí queda Pepe, mi hermano, es el que me ha de vengar.

Ya con ésta me despido, devisando para el cerro; aquí se acaban cantando los versitos de Romero.27

III

Por un momento, señores, prestadme vuestra atención, para cantar esta historia que conmueve el corazón.

Hay hombres que son valientes, pero ninguno fue igual a don Macario Romero que tuvo triste final.

Era de buen corazón y de buenos procederes, siempre amigo de los hombres, servidor de las mujeres.

Toda la gente admiraba su nobleza y gallardía, y en su caballo melado donde quiera se lucía.

Era Macario Romero un valiente guerrillero

27. Vicente T. Mendoza. 1939. Romance..., pp. 440-441. J. Romero Flores. S. f.. Aspectos de la Historia Piedadense.

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Estudios michoacanos vhi

que a las tropas federales les hacía temblar el cuero.

Quiso mucho a Jesusita, hija del Gobernador, llamado Vicente Llamas, quien no aprobó aquel amor.

Ordenes dio terminantes de que fueran perseguidos, hasta acabar con Romero y su tropa de aguerridos.

Pero Macario Romero nunca se llegó a dormir y a las fuerzas del Gobierno las obligó siempre a huir.

Don Vicente, ya furioso, un plan le vino a poner, y comprando un mal amigo lo quitó de padecer.

A un baile fue convidado donde estaría Jesusita, y por trasmano le dieron de su amada aquella cita.

Mi general, dijo a Plata, déme licencia de ir, que Jesusita me llama y no debe de sufrir.

El general Plata luego le negó aquella licencia, porque parecía traición y debía tener prudencia.

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Macario Romero: apuntes, acompañamiento y corrido

Mi general, yo me voy con su licencia o sin ella que mi chata allá me aguarda, aunque caiga una centella.

Pues vete con Dios, Macario que te cuide es mi deseo, que ese vil de don Vicente quiere hacerte algo muy feo.

Macario montó violento en su caballo melado y se fue pa’ la ciudad sin tener ningún cuidado. Cuando le vieron venir sus traidores enemigos dieron parte a don Vicente que estaba con sus amigos.

Don Vicente, luego, al punto, a todos los escondió y los mandó que salieran cuando Romero llegó.

El baile estaba animado cuando ahí Macario entró y al verle se sorprendieron y hasta el baile se paró.

Luego llegaron los viles e hicieron fuego sobre él sin respetar a la gente lo hicieron pronto caer.

Cinco heridas recibió el valiente guerrillero, pero todavía gritó:¡Viva Macario Romero!

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Estudios michoacanos viii

Sólo una traición me vence, cara a cara no pudieron vencer a un hombre valiente, sólo a la mala vencieron.

Jesusita volvió en sí, al caer su prenda querida y abrazándolo muy fuerte quería volverle la vida.

Adiós, mi chata querida, Jesusita, prenda amada, ya se me acaba el aliento, ya terminó mi jomada.

Y aclamando al Justo Juez entregó su alma al Creador, quien tanto se hizo temer, y que murió por su amor.

Jesusita lloró mucho y por fin también murió, juntándose con Macario en el cielo que ganó.

Aquí se acaba el Corrido de don Macario Romero que fue matado a traición, tan valiente guerrillero.28

28. Vicente T. Mendoza. 1939. Romance y Corrido. Procede de Huejotzingo, Puebla. Versión publicada por José Montes de Oca en Quetzalcóatl, órgano de la Sociedad Antropológica de México. Armando de María y Campos. 1962. La Revolución Mexica­na a través de los corridos populares. México: Biblioteca del Instituto Nacional deEstudios Históricos de la Revolución Mexicana. 2 t.

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M acario Romero: apuntes, acompañamiento y corrido

S ig l a s d e a r c h iv o s

AAM Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán. Allen­de 504. Centro.

AHMC Archivo Histórico “Manuel Castañeda”. Morelia, Michoa­cán. Casa Museo de Morelos.

AHPEM Archivo Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán. Morelia. Quintana Roo 206. Centro.

AMZ Archivo Municipal de Zamora, Michoacán. Hidalgo 196 sur.

APD Archivo Porfirio Díaz. México, D.F. Universidad Ibero­americana.

APLP Archivo Parroquial de La Piedad, Michoacán. Templo Parroquial.

ARCP Archivo del Registro Civil de Pénjamo, Guanajuato. Pala­cio Municipal.

ASDN Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional. México, D.F., Lomas de Sotelo.

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