Estufas, Emilio Carballido

7/29/2019 Estufas, Emilio Carballido

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Estufas

Obra en un acto

de

Emilio Carballido

D.F. Nueva serie 13 obras en un acto, Emilio Carballido (1985), GRIJALBO, 1994.


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Personajes:

Angelina

Gloria (13 aos)

Ernesto (15 aos)

Capitn Erasmo Seplveda

Jovita (vecina)

La obra alude, condensndolos, a varios sucesos en torno a 1938.


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Cuarto de un edificio por el rumbo de la Merced en Mxico, D. F. Construccin pretenciosa,

fue un palacio tal vez en el siglo XVIII; ahora es una vecindad en progresivo deterioro. La

habitacin, de grandes proporciones, da a la calle en un primer piso. Balcn, visillos

remendados, algunos vidrios son suplidos por cartones; camas, ropero, mesas, sillas.

ANGELINA ve por el balcn, muy satisfecha. Junto a ella, su hija GLORIA.

ANGELINA: Ya se la dieron a tu hermano. Ahora, corre t. Pero Vuela, antes de que se

acaben!

GLORIA: Y si me acusan las vecinas?

ANGELINA: Les mientas la madre, les dices embusteras, qu les importa.

GLORIA: Me va a dar pena.

ANGELINA: No va a darte nada y lrgate, para eso eres mi hija. Pero ya.

Sale GLORIA. ANGELINA va de nuevo al balcn. Ve algo, grita hacia afuera:

ANGELINA: Ernesto! Qu tanto haces!... No me importa, vngase inmediatamente a

su casa.

Observa: cierra el balcn y ve por los vidrios.

ANGELINA: Este pendejo muchacho se queda all pasmado para que ms pronto se den

cuenta cuando vaya su hermana.

Vuelve a su quehacer de tender camas. Entra ERNESTO, cargando una estufa de petrleo,modesta, de dos quemadores. La pone sobre la mesa.

ERNESTO: Mira.

ANGELINA: Qu tanto te ponas a platicar?


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ERNESTO: Me estaban diciendo unas cosas de mi padrino.

ANGELINA: Ya sabemos de su padrino.

ERNESTO: No, parece que

ANGELINA: Usted all entretenido de baboso, con el mundo entero vindole traer sta,

y ya iba tu hermana a pedir otra!

ERNESTO: Ni se fijan.

ANGELINA: Ven todo, en todo se meten (Prueba las llaves, ve los quemadores.) Qu

buenas estn.

ERNESTO: Si le dan otra a Gloria, ya tenemos tres!

ANGELINA: Vendemos una, nos quedamos con dos.

ERNESTO: Para qu queremos dos?

ANGELINA: As, los sbados calentamos ms aprisa el agua, y mucha.

ERNESTO: Ya tenemos calentador y regadera!

ANGELINA: Bueno, s. Pero me gustan ms los jicarazos.

ERNESTO: Por ti, que no hubieran obligado a los caseros a poner los baos, verdad?

ANGELINA: Me alegra que los hagan gastar por ley, desgraciados. Nunca componennada.

ERNESTO: La regadera es retepiocha. As s da gusto baarse.

ANGELINA: Bueno: pues vendemos dos estufas. (Se asoma) Ya se la dieron a tu

hermana! Oye Y si regresas por otra?

ERNESTO: Van a decir ya Chole, pues acaban de darme sta.

ANGELINA: Ni se fijan.

Entra ERASMO. Viste el uniforme de capitn del ejrcito. Viene preocupado.

ERNESTO: No, jefa. Yo mejor no voy.

ANGELINA: Anda!

ERASMO: A dnde no quiere ir ste?


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ANGELINA: Estn regalando estufas en la calle! Un camin del gobierno. Mira noms,

bien buenas.

ERASMO: Ragalando!

ANGELINA: Primera vez que da el gobierno, en vez de quitar!

ERNESTO: Igualitas las venden en la Merced, como a cien pesos.

ANGELINA: A setenta. Est buena, no?

ERNESTO: Dicen que ya no va a haber carbn; van a mandar albailes a tapar las

hornillas. Puro petrleo, y barato, porque ya es nuestro.

ANGELINA: La comida ya no va a saber igual; calientas una tortilla aqu y te sabe a

petrleo.

ERNESTO: Para salvar los bosques, dicen.

ERASMO: Puro atole con el dedo, eso es todo.

ERNESTO: S, pues eso ha de ser, verdad? Pero tiran los rboles y s, se acaba la tierra

de cultivo y, pues Cambia el clima. En la escuela vimos eso.

ERASMO: A ver si tambin en la escuela aprendes a ser ms listo. Vyase volando por

otra de stas.

ERNESTO: Ya tenemos tres.

ERASMO: Mejor cuatro que tres, pngase vivo, qu espera?

ERNESTO: Se van a dar cuenta de que ya me dieron una.

ERASMO: Y qu te van a hacer? Decirte, si acaso, a usted ya no. En cambio, si te la

dan pues ya tenemos cuatro!

ERNESTO: Mh, bueno. Oye, dicen que a mi padrino ya le est yendo mal.

ERASMO: Quin dice? Quin te dijo?

ERNESTO: Que ya lo haba cercado un destacamento fuerte. Que el presidente ya iba

para all.

ERASMO: Quin dice?

ERNESTO: Genovevo lo oy en la radio


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ERASMO: Ah. Pura propaganda, no les creas. sos son boletines del gobierno, patadas

de ahogado.

Entra GLORIA.

GLORIA: Miren, miren, miren! Me dieron sta!

ERASMO: Vaya por la otra suya! Pngase vivo, carajo! Qu se vea que es mi hijo!

Sale ERNESTO.

GLORIA: A m me echaron indirectas unas vecinas, pero noms abr tantito la boca y

se callaron: ya me conocen.

ERASMO: Oye, hija: dame un besito y vete a buscar tantito tenmeall.

GLORIA: Oh, cmo eres, por qu me he de ir?

ERASMO: Voy a hablar cosas con tu mam.

GLORIA: Ay, s hablar. Has de creer que soy chiquita, verdad?

ERASMO: Dame un besito.

GLORIA: No te doy nada, me chocan. Anden, encirrense. Cmo si todava

estuvieran en edad.

ANGELINA: Te voy a romper el hocico de un bofetn.

Sale GLORIA, ANGELINA re, pens lo mismo que su hija, le agrada la idea.

ANGELINA: Atranco, viejito?

ERASMO: Oye, no. No se trata de eso.


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ANGELINA: Ah! Para qu la sacaste entonces?

ERASMO: No quiero que oiga. Vieja, mira sta: (La cachucha.) Qu tal te gustara con

un guila?

ANGELINA: Te van a ascender? (Pausa)No, verdad? De capitn pasaras a coronel

ERASMO: Primero, vas a hacer mi equipaje

GLORIA: (Fuera) Le digo que estn ocupados

JOVITA: (Fuera) Qu me importa. (Abre y entra.). Oiga, Angelina, bien abusivos son

usted y sus hijos. AH, capitn, me alegro que aqu est. Cmo va a ser? Estn repartiendo

estufas de regalo, que el gobierno manda para todas las casas. Se entiende que es una

para cada familia. Y ustedes ya agarraron como cinco! Y ah estaba Ernestito, todava

queriendo pedir otra. Qu poca madre! A m y a varias, no nos toc.

ERASMO: Mire usted: lo caido caido. Me viene a reclamar que mis hijos son ms

vivos que los de usted? As los hicieron Dios y sus padres.

JOVITA: Ahora le dicen vivos a los sinvergenzas.

ANGELINA: Oiga, Jovita: no va a venir a decirme de cosas a mi casa, noms eso le

advierto.

JOVITA: Pchenselas. Y que se le vuelvan sal. (Se va, aprisa.)

ANGELINA: Y que a usted se le vuelva sal el culo, vieja cabrona. Se mete a la casa para

maldecirnos. Y t, por qu la dejas entrar?

GLORIA: Toc y se meti! (Sale.)

ANGELINA: (Cierra.) Qu estabas diciendo de equipaje? A dnde vas?

l ha sacado una maleta. Pone, ante todo, otra pistola en su funda (usa una), que tena

guardada en un ropero. Espa que nadie oiga desde afuera.

ERASMO: A Guerrero.

ANGELINA: A Guerrero?

ERASMO: All vamos a levantarnos nosotros.

ANGELINA: Levantarse? En armas?


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ERASMO: Claro! Empez mi compadre Saturnino en San Luis; se le van encima,

entonces nos alzamos nosotros en Guerrero; se van contra nosotros; entonces se levanta

Heredia Puebla. Van a ver qu friega les ponemos!

ANGELINA: Ay, Erasmo. (Se sienta, temblorosa.) Otra vez todo va a empezar.

ERASMO: Otra vez, ni modo. Ya estuvo bien de pendejadas! Es necesario quitar a

este tal por cual, que nada sabe hacer bien. Cmo se fue a atrever este infeliz? Cuando ya

bamos a tumbarlo, saca a mi general Calles, desterrado, y en pijama y en chanclas! As se

lo llevaron a Los ngeles. Ni los pantalones le dejaron ponerse, pobrecito.

ANGELINA: Van a traer de vuelta a Calles?

ERASMO: No, tampoco. Ya se vio que no las puede tanto. Ahora est mi compadre, mi

general Cedillo. se s truena sus chicharrones!

ANGELINA: Y las armas?

ERASMO: Estn llegndonos del norte. Mi compadre, mi general, fue a la embajada

de Estados Unidos y all habl con seores de las compaas petroleras. El embajador no

interviene, se hace como que l no, pero bien que estn de acuerdo. sos ayudan. Pues

cmo fue a ocurrrsele a este cuate expropiar el petrleo? A poco vamos a poder

manejarlo? Eso es muy complicado.

ANGELINA: Pues esos gringos son unos abusivos. A poco se los van a devolver?

ERASMO: Tanto como devolver Mira, eso Ya mi general Cedillo ser el que decida

conforme a la ley.

ANGELINA: Se los van a devolver! Mh, claro, si les pagan las armas. Pues yo digo En

fin, ah ustedes sabrn. Mira, yo digo que estuvo bien echar a tanto gero cabrn que

noms estaban tratando mal a los nuestros y chupndose nuestro petrleo sin darnos

nada ni

ERASMO: No seas pendeja, t qu sabes! Ya ests hablando la pura propaganda de

Crdenas. A ver: por qu s fuiste a protestar por lo de las tortillas?

ANGELINA: Eso es distinto. Quererle revolverle a la masa de maz no s qu porquera

de chinos, frijoles soya se llaman, no nos bamos a dejar.

ERASMO: Ah, ya vio? De eso s sabe usted, de tortillas.

ANGELINA: Y t sabes mucho de petrleo no?


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ERASMO: Ms que t.

ANGELINA: Ay, viejo. Ora s te van a dar un balazo. De tantas te escapaste y ah vas otra

vez. Ya estbamos tranquilos. (Llora.)

ERASMO: No chilles. Todos traemos nuestra raya. Adems, yo mi guila, entonces sva a ser vida

ANGELINA: S, vida. De calacas con boquetones de bala. Como si estuvieras tan joven

para irte al monte. Y ac nosotros, qu?

ERASMO: Los muchachos estn muy vivos. Ya ves a Ernesto cmo se pone chango. Las

tres estufitas que consiguieron Adems, voy a dejarte centavos: mira lo que nos dieron

ya (Ensea un rollo de billetes).

ANGELINA: Eso? Tanto?

ERASMO: Ah tienes.

ANGELINA: Me lo vas a dejar?

ERASMO: No todo. (Le da una parte.) Ya ves cmo vamos en firme? Con caonazos

de stos, ningn presidente aguanta.

ANGELINA: Ay, viejo. (Empieza a poner la ropa en la maleta). Cmo va a ser? Cundo

te vas?

ERASMO: A la noche salimos. Maana truena nuestro cuete.

Toquecitos en la puerta.

ANGELINA: Qu quieren?

ERNESTO: (Fuera.) Miren lo que consegu! Otra Estufa!

Ella abre la puerta. Entra Ernesto con la estufa, la pone en el suelo.

ERNESTO: Lleg otro camin con ms! Y me la dieron antes que a nadie.


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ERASMO: Ya ves cmo es de listo este cabresto?

ERNESTO: Antes que a nadie. La primerita! Ah, jefe: sali una extra del peridico,

mrala. Pero han de ser mentiras, no?

ERASMO: Qu dice?

ERNESTO: Que ya mataron a mi padrino.

ERASMO: Qu cosa?

ERNESTO: Mrala. Ha de ser pura propaganda.

ERASMO lee.

ERASMO: Pendejo! No ests viendo la foto? Mi compadre Saturnino bien muerto!

Ya nos dieron en la madre. (Se sienta y lee).

ERNESTO: Pues yo cre que era propaganda Como decas del radio

ERASMO: Cmo ser usted idiota. (Lee.) Ya los descubrieron a todos.

ANGELINA: Ay, Erasmo. Y ahora t? Cmo vas a quedar?

Toquidos en la puerta. Va a abrir Ernesto.

ANGELINA: Van a catear la casa! Ya ves? Para qu te metes en bolas?

l quiere meterse al ropero: no cabe. Se mete bajo la cama. Ella ve la maleta: la avienta

debajo. Ms toquidos.

ANGELINA: Abre.


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Se hace que est remendando unos calcetines. Entra JOVITA, con una estufa entre los

brazos.

JOVITA: Mire: puras habas. Ya todas tenemos, una cada una, porque noms ustedesanduvieron de avorazados y rateros. Ya en todas las otras manzanas tambin todos

tienen. A ver a quin van a venderle las suyas. (Sale.)

ERASMO: Me voy a largar. Me largo a Estados Unidos.

ERNESTO: Qu pas, pap?

ANGELINA: Ay, viejito, cmo vas a irte y a dejarnos?

ERASMO: Qu quieres? Qu me fusilen? Anda, acaba de hacerme la maleta.

(Empieza a vestirse.) Me ir de paisano. Qu barbaridad. Cmo fueron a darle en lamadre a mi general Cedillo! No qu saban tan bien hacer las cosas? Ya nos freg a todos.

Dame ac ese dinero. (Se lo quita.)

ANGELINA: Vas a largarte y nos vas a dejar sin nada?

ERASMO: Y yo qu? A las escondidas, y en otro pas Y all ladran, no hablan. No se

entiende nada de lo que dicen (Tropieza con la estufa: la saca de una patada. ) Y usted,

no sabe otra cosa que llenarnos la casa de pendejadas? Ten pues. (Devuelve algn dinero

a su esposa.) Con estos hijos tan brutos, te vas a morir de hambre.

TELN.

Estufas, Emilio Carballido

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