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APROXIMACIÓN AL DESARROLLO TURÍSTICO EN EL ESTADO AMAZONAS (VENEZUELA) DESDE UNA PERSPECTIVA PLURAL (PRIMERA PARTE) Ángel Acuña Delgado Universidad de Granada Abrimos el primero de los tres capítulos sobre el desarrollo turístico en el estado Amazonas. Su autor, Ángel Acuña Delgado, es profesor titular de la Universidad de Granada (España), impartiendo las asignaturas de Etnología Regional y trabajo de campo. Ha realizado trabajo de campo en Ituri (Zaïre), Bajo Urubamba (Perú) y Perijá (Venezuela); y es autor de varios libros, como: "Los Hijos de la Selva. Estudio de la vida de los Twidos M'butis de la selva de Ituri" (1986). "Naturaleza y cultura en el Bajo Urubamba (1992)" y "Yu'pas. Entre la tradición y el cambio cultural" (1998). Actualmente investiga en la línea de construcción social y cultural del cuerpo en movimiento. PUNTO DE PARTIDA Entre el concepto de “desarrollo sustentable” y el uso sostenible de áreas protegidas y naturales, el eco y etnoturismo aparece como un instrumento cada vez más importante para combinar la conservación de los ecosistemas y de la cultura tradicional, con la obtención de beneficios económicos para la población local. Uno de los criterios del eco-etnoturismo sostiene que la población receptora del destino turístico debe participar sustancialmente en los ingresos generados por esa actividad. De esta manera se fomentaría la justicia redistributiva de dicha actividad y se daría un incentivo económico para la conservación. La Amazonía viene siendo el objetivo de un buen número de agencias de viajes y empresas de aventura, tanto de América como de Europa o Japón. Es notable el auge que está tomando el eco y etnoturismo en este vasto territorio, que satisface la demanda de aquellos que en su imaginario piensan como posible el hacer un recorrido por el pasado al encuentro con lo “primitivo”, y hay mercaderes de sueños que lo ofertan. La mayoría de este sector empresarial no cuenta para su gestión con el asesoramiento de las comunidades indígenas _aunque se les pide su colaboración para acceder a ser fotografiados_, siendo minoritarias las iniciativas que en este ámbito parte de las propias organizaciones nativas. El turismo de aventura se vislumbra como un importante sector que contribuye al desarrollo de los territorios indígenas y de sus habitantes; no obstante, es preciso considerar también el peligro que encierra promover un modelo de desarrollo que concentre excesivamente su dependencia en el sector turístico, sujeto obviamente a cambios económicos, políticos, sanitarios, etc.; sin olvidar el problema de la posible mercantilización de las culturas nativas, la desigual distribución de la riqueza que con la actividad turística se genere, y, sobre todo, el problema aún mayor, de poner en peligro la biodiversidad. El ecocidio y el etnocidio han sido de manera recurrente dos

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APROXIMACIÓN AL DESARROLLO TURÍSTICO EN EL ESTADO AMAZONAS (VENEZUELA) DESDE UNA PERSPECTIVA PLURAL

(PRIMERA PARTE)

Ángel Acuña DelgadoUniversidad de Granada

Abrimos el primero de los tres capítulos sobre el desarrollo turístico en el estado Amazonas. Su autor, Ángel Acuña Delgado, es profesor titular de la Universidad de Granada (España), impartiendo las asignaturas de Etnología Regional y trabajo de campo. Ha realizado trabajo de campo en Ituri (Zaïre), Bajo Urubamba (Perú) y Perijá (Venezuela); y es autor de varios libros, como: "Los Hijos de la Selva. Estudio de la vida de los Twidos M'butis de la selva de Ituri" (1986). "Naturaleza y cultura en el Bajo Urubamba (1992)" y "Yu'pas. Entre la tradición y el cambio cultural" (1998). Actualmente investiga en la línea de construcción social y cultural del cuerpo en movimiento.

PUNTO DE PARTIDA Entre el concepto de “desarrollo sustentable” y el uso sostenible de áreas protegidas y naturales, el eco y etnoturismo aparece como un instrumento cada vez más importante para combinar la conservación de los ecosistemas y de la cultura tradicional, con la obtención de beneficios económicos para la población local.

Uno de los criterios del eco-etnoturismo sostiene que la población receptora del destino turístico debe participar sustancialmente en los ingresos generados por esa actividad. De esta manera se fomentaría la justicia redistributiva de dicha actividad y se daría un incentivo económico para la conservación.

La Amazonía viene siendo el objetivo de un buen número de agencias de viajes y empresas de aventura, tanto de América como de Europa o Japón. Es notable el auge que está tomando el eco y etnoturismo en este vasto territorio, que satisface la demanda de aquellos que en su imaginario piensan como posible el hacer un recorrido por el pasado al encuentro con lo “primitivo”, y hay mercaderes de sueños que lo ofertan. La mayoría de este sector empresarial no cuenta para su gestión con el asesoramiento de las comunidades indígenas _aunque se les pide su colaboración para acceder a ser fotografiados_, siendo minoritarias las iniciativas que en este ámbito parte de las propias organizaciones nativas.

El turismo de aventura se vislumbra como un importante sector que contribuye al desarrollo de los territorios indígenas y de sus habitantes; no obstante, es preciso considerar también el peligro que encierra promover un modelo de desarrollo que concentre excesivamente su dependencia en el sector turístico, sujeto obviamente a cambios económicos, políticos, sanitarios, etc.; sin olvidar el problema de la posible mercantilización de las culturas nativas, la desigual distribución de la riqueza que con la actividad turística se genere, y, sobre todo, el problema aún mayor, de poner en peligro la biodiversidad. El ecocidio y el etnocidio han sido de manera recurrente dos prácticas normales sobre las que se ha erigido el colosal desarrollo industrial y urbano del mundo; y el turismo se ha limitado en muchos casos a empaquetar las realidades culturales y naturales de un pueblo, para ponerlas en venta.

A pesar de todo, el manejo de los recursos turísticos dentro de espacios naturales con abundante biodiversidad en donde habitan comunidades indígenas se presenta en los últimos tiempos como una alternativa de desarrollo sostenido viable, que a la vez facilita el acceso a excedentes económicos sin que necesariamente se ponga en serio peligro la continuidad del hábitat. Se presenta a su vez como un argumento para hacer productivo un territorio, que, de otra manera, se halla expuesto al expolio y explotación minera y maderera por parte de empresas sin escrúpulos. Aunque tradicionalmente “ecología” y “economía” hayan tenido perspectivas distintas, la primera basada en “pensar globalmente y actuar localmente” y la segunda en “producir y consumir”, lo cierto es que la conservación ambiental y la rentabilidad económica no tienen por qué ser incompatibles, si se quiere asegurar la continuidad de los sistemas ecológico y económico a largo plazo.

No obstante, como es sabido, la realidad supera siempre a la idea. Y es por ello que, conociendo las grandes expectativas que se hallan puestas en el eco-etnoturismo, no sólo ya por las muchas agencias de viajes que promueven aventuras en la naturaleza, sino incluso por algunos sectores indígenas que han visto la oportunidad que se presenta de autodesarrollo, presentaremos aquí una visión actualizada del desarrollo eco-etnoturístico en el Estado Amazonas, basada en datos obtenidos sobre el terreno

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durante 1999. Tras hacer una breve presentación sobre el contexto ambiental y demográfico de este Estado venezolano, se describen las zonas turísticas y la normativa legal en el Estado Amazonas, para ofrecer seguidamente las opiniones de los distintos agentes sociales que se interesan por el desarrollo turístico en esta zona, a saber: Sector indígena (ORPIA), Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (ENDIBIO, SADA Amazonas, INPARQUES), Tour-operadores, Gobernación del Estado (Oficina de Turismo), Iglesia católica (misioneros salesianos), Museo etnológico de Puerto Ayacucho, y O.N.G. (Survival International, FUDESI, REDCAM). Con todo ello y nuestra experiencia de campo, sintetizaremos la situación actual del turismo en el Estado Amazonas, respondiendo y valorando, entre otras, las siguientes cuestiones:

¿Cuáles son los modelos eco-etnoturísticos existentes actualmente en la región?

Qué tipo de impacto ambiental y cambio socio-cultural provocan las iniciativas eco-etnoturísticas presentes actualmente en la región?

¿Generan dichas iniciativas una significativa participación en la economía local?

¿Sirven esas iniciativas como medio de educación ecológica y etnológica al turismo?

¿Qué iniciativas o modelos de desarrollo eco-etnoturístico se generan en la zona por parte de las comunidades indígenas? y ¿Qué grado de singularidad poseen las mismas?

2- CONTEXTO AMBIENTAL Y DEMOGRÁFICO La cuenca del río Amazonas y del Orinoco constituyen un territorio rico en recursos naturales renovables y no renovables; depositarios de grandes cantidades de agua dulce; desempeña un importante papel en la conservación de la biodiversidad de la tierra; presta servicios sociales de recreación (ecoturismo); y encierra una enorme diversidad cultural de pueblos indígenas. En ese territorio se inscribe el Estado Amazonas de la República de Venezuela.

El clima se caracteriza por sus altos valores de precipitación de 2.000 a 3.400 mm. al año; con una temperatura media anual superior a 28°C. El territorio contiene una extensa red hidrográfica organizada en las cuencas del río Orinoco, con 125.000 km2, y del Guainía-Río Negro, de 51.000 Km2, vinculadas por el brazo Casiquiare, que permite la conexión con el río Amazonas. Esta red está formada por unas 56 cuencas, drenadas por más de 60 ríos. Las principales corrientes de agua, y de comunicación fluvial, son el Orinoco, el Ventuari, el Atabapo, el Guainía-Napo y el Casiquiare (Franco, 1993). El Estado Amazonas alberga una gran biodiversidad botánica, faunística y ecológica, con un enorme potencial forestal. Más importante que el número de especies botánicas es el grado de variabilidad (Hubert, 1993).

La fauna, por su parte, es de una gran diversidad, aunque ha decrecido mucho el número de individuos de las especies más cotizadas, y en especial los grandes reptiles. La superficie del Estado Amazonas se estima en 17.809.500 ha., de las cuales 1.780.950 ha., un 10%, corresponden a sabanas y a otras formaciones vegetales, y la mayor parte, 16.028.550 ha., un 90%, a superficies cubiertas por bosques (MARNR-LUZ, 1986)

Los suelos del Estado son altamente evolucionados, caracterizados por muy baja fertilidad, como consecuencia de los prolongados procesos de lixiviación en superficies geomórficas muy estables. En general, son suelos arenosos, sueltos, lavados y muy ácidos. La mayor parte de la fertilidad se encuentra en el horizonte superficial humífero, lo cual hace al ciclo de nutrientes muy vulnerables (MARNR-LUZ, 1986; Franco, 1993). El Estado Amazonas cuenta, además, con valiosos recursos minerales: oro, diamante, hierro, estaño, uranio, aluminio, manganeso, bauxita, etc.

Más que un interés económico por las riquezas que guarda el Estado Amazonas, lo que ha prevalecido son los intereses geopolíticos, por constituir la frontera con Colombia y Brasil, reservorio de diversidad biológica y hábitat ancestral de comunidades indígenas. Es un territorio de creciente intervención y de colonización anárquica, con comercio ilegal e invasión de buscadores de oro y diamante, con saldos a veces dramáticos. La previsión oficial venezolana ha convertido prácticamente al 54.7% del territorio del Estado Amazonas en Areas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), distribuidas de la siguiente manera: 4 Parque Nacionales (5.476.500 ha.), 18 Monumentos Naturales (3.050.000 ha.), y 1 Reserva Forestal (1.215.000 ha.), que suman un total de 23 lugares protegidas (9.741.500 ha.).Los

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Parques Nacionales son los siguientes: La Neblina (1.219.600 ha.), Yapacana (316.600 ha.), Duida-Marahuaca (190.300 ha.), Parima-Tapirapecó (3.750.000 ha.), y la Reserva Forestal del Sipapo (1.215.000 ha.). En octubre de 1991 se decretó, además, la Reserva de la Biosfera Alto Orinoco-Casiquiare (8.871.500 ha.), que constituye la mayor reserva mundial de área de bosque tropical protegida (García Montero, 1993). En cuanto a la ocupación por sectores de la economía, según el MARN-SADA Amazonas (1995) y el Acta Terramari (1995), se estructura de la siguiente forma:

El sector primario está conformado por la producción agrícola ( plátano, yuca, maíz, caraota, frijol, auyama, caña de azúcar, cacao, patilla, piña, melón, pimienta, chiquichique, ají, ñame, mañoco, caucho y seje), la cría de animales (bovino, porcino y ovino), la caza, la pesca y la minería legal. Se estima que este sector ocupa a un 91.5 % de la población indígena activa y a apenas un 2.2% de la población activa criolla. B/ El sector secundario definido por la incipiente actividad manufacturera, la construcción y los servicios de agua, gas y electricidad ocupa aproximadamente al 22 % de la población de Puerto Ayacucho. C/ En el sector terciario se encuentran las actividades de la administración pública (servicios gubernamentales), el comercio y los servicios privados vinculados al turismo. Se estima que aquí trabaja la mayor parte de la población criolla (73.7 % de los activos) y solo una pequeña proporción de los indígenas (7.2% de los activos).

Se calcula que en 1995 unas 9.728 personas (población criolla) estaban dedicadas al sector terciario, mientras que 18.535 indígenas se encontraban ocupadas en la actividad agrícola. Según el Censo Indígena de 1992 en el Estado Amazonas habitaban en esa fecha 44.512 indígenas, representando el 49.71% de la población total (OCEI, Censo Indígena 92. Nomenclador. Tomo II, 1995: 99). En la actualidad la población de todo el Estado es de algo más de 100.000 individuos, de las cuales cerca de un 59 % son criollos y el 41 % restante es indígena; distribuida en 20 etnias y 5 familias linguísticas: Independientes (Hoti, Yanomami, Guajibo, Saliba, Puinave, Piaroa), Arawak (Acahagua, Baré, Piapoco, Yavitero, Baniva, Curripaco, Tariana, Warekena), Caribe (Panare, Wanay, Yabarana, Ye´kuana), Tucano (Maku) y Chibcha (Cubeo) (A. Signi, 1986).

Las migraciones que ocurren en el Estado y la concentración de servicios sociales y comerciales en su capital Pto. Ayacucho generan un flujo migratorio masivo campo – ciudad de parte de indígenas y criollos en busca de mejores condiciones de vida, que no logran alcanzar y más bien agudizan la insuficiencia de tales servicios. De otro lado, la necesidad de los centros poblados con Colombia y Brasil, especialmente con el primero, estimula un importante flujo migratorio de personas y bienes, que van y vienen entre Pto. Ayacucho y S. Fernando de Atabapo (en Amazonas), Pto. Carreño, Pto. Inírida y Casuarito (en Colombia) (T.C.E., Secretaría Pro-Tempore, 1997).

Entre los indígenas de este Estado, el más numeroso y al mismo tiempo aislados son los pertenecientes a la etnia Yanomami.

3. ZONAS TURÍSTICAS, NORMATIVA LEGAL Y SITUACIÓN ACTUAL DEL TURISMO EN EL ESTADO AMAZONAS

3.1. Zonas Turísticas

La actividad turística reconoce al Estado Amazonas una inmensa fuente no sólo de bellezas escénicas sino también de riquezas socioculturales; esto trae como consecuencia que algunos grupos mercantilistas se planteen, de manera apresurada e irresponsable, la explotación turística en gran escala de este reservorio.

La riqueza potencial del Estado Amazonas es de difícil utilización, por ser una región sometida a severas limitaciones ecológicas, debido a la fragilidad y vulnerabilidad de sus ecosistemas. Sin embargo, constituye primordialmente el asiento de muchas etnias indígenas, que guardan un inestimable cumulo de tradiciones milenarias de culturas ancestrales, las cuales son portadoras de un modelo de desarrollo autosostenido.

Las zonas turísticas más destacadas del Estado Amazonas son las siguientes:

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- Pto. Ayacucho y sus áreas adyacentes (Tobogán de la selva, Raudales de Atures, Cerro Autana, Sipapo, Etnias Piaroa y Guajibo).

- San Fernando de Atabapo y sus alrededores (Playas del río, Fauna del río, Etnia Piaroa)

- San Juan de Manapiare y sus áreas adyacentes (Salto Tencua, Cerro Yavi, Río Parucito, Etnia Piaroa).

- San Carlos de Río Negro y sus áreas adyacentes (Piedra del Cocuy, Brazo Casiquiare, Flora, Etnia Yanomami).

- Alto Orinoco (Etnia Yanomami).

3.2. Normativa legal

El 7 de diciembre de 1989 fue publicado el DECRETO 625 referido a las NORMAS SOBRE LA ACTIVIDAD TURISTICO-RECREACIONAL EN EL TERRITORIO FEDERAL AMAZONAS (actual Estado Amazonas).

En el Cap. 1, Art. 1 se establece el objetivo de proteger a las Comunidades Indígenas.

En el Cap. 2, Art. 4 se asignan 8 sectores de uso turístico-recreacional a saber:

Sector A.- El Burro – Pto Ayacucho – Samariapo.Sector B.- Samariapo – San Fernando de Atabapo.Sector C.- San Fernando de Atabapo – Yavita – Maroa.Sector D.- San Fernando de Atabapo – San Antonio – La Esmeralda.Sector E.- Desembocadura del Río Ventuari en el río Orinoco hasta Tencua.Sector F.- Valle del Río Manapiare y afluentes.Sector G.- Río Guainía–Río Negro (Maroa–San Carlos de Río Negro–San Simón del Cocuy).Sector H.- Brazo Casiquiare, desde Tama-Tama hasta el Río Negro.

En el Cap. 4, se recogen 6 artículos referidos a las “Expediciones turísticas en áreas ocupadas por comunidades indígenas”, los cuales ofrecen sobre el papel un riguroso control que en la práctica no se cumple en casi ninguno de sus términos.

Dentro de ese Capítulo, en el Art. 27 se toma en cuenta los conceptos establecidos en el Decreto sobre “áreas de subsistencia” y “áreas de culto”. En el Art. 28, 29, 30,31 y 32 se establecen las condiciones mínimas o límites para realizar actividades turísticas en áreas de asentamientos indígenas:

-Autorización de la Dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Educación, previo consentimiento de la pertinente Comunidad Indígena.-No exceder de 20 visitantes por comunidad y día.-Prohibición de expedir bebidas alcohólicas en estas áreas.-No ubicar instalaciones turísticas en áreas que sean propiedad de la comunidad o de familias residentes en ellas sin el consentimiento de éstas.-No divulgar material publicitario que distorsione la imagen del indígena.-Utilizar guías turísticos que sean nativos de las zonas que se visiten. Con todo ello, en la actualidad se puede apreciar un desarrollo turístico bastante anárquico, con frecuentes enfrentamientos entre los distintos sectores que configuran el sector. Como consecuencias del desarrollo desordenado de la actividad se pueden destacar las siguientes: violación de las normas establecidas; publicidad desenfocada; permisos ilegales; enfrentamiento entre instituciones; falta de vigilancia; conflictos intra e intercomunitarios; falta de respeto a lugares sagrados de los indígenas; ausencia indígena en la gestión de las actividades; entre otras.

En el Informe Anual de 1997 sobre la “Situación de los Derechos Humanos en el Estado Amazonas” (Oficina de Derechos Humanos, Vicariato Apostólico de Pto. Ayacucho, 1997) se denuncia el incumplimiento de la normativa legal sobre actividad turística en casos concretos

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como las excursiones incontroladas por el río Sipapo, el cual queda excluido como área permitida dentro del Decreto 625; así como la violación de sitios sagrados de la etnia Piaroa. La introducción de turistas en el Alto Orinoco, más allá de Esmeralda, tanto sin permiso como con permisos ilegales, también fue un hecho denunciado para proteger a la etnia Yanomami.

3.3. Situación actual

De acuerdo al diagnóstico sobre “Caracterización y potencialidades del sector turismo en el Estado Amazonas” presentado por SADA-Amazonas en 1997 se puede hacer el siguiente balance sobre la cuestión: En primer lugar hay que considerar que el perfil del turista venezolano es muy variado, sobresaliendo el de persona casada (60%), mujer (55%), entre 25 y 44 años (63%), empleadas/os (58%), universitarias/os (62%). Por su parte, el turista extranjero en 1997 también presentaba un variado perfil, sobresaliendo: el alemán (20%), estadounidense (16%), y español (13%), entre 21 y 50 años, varón (55%), profesionales, estudiantes, oficinistas, gerentes, obreros, e ingresos entre 41.000 y 50.000 $ anuales.

Aunque son muchos más los turistas que llegan por vía terrestre, la principal puerta de entrada por aire es la procedente de Maiquetía (77%). Desde 1990 hasta 1996 la llegada de turistas por avión ha experimentado un notable descenso que va de los 56.929 a los 27.609.

El tiempo promedio de permanencia en Amazonas se halla entre 3 o 4 días. El nivel de gastos de los visitantes está dividido en dos: por un lado los gastos en Pto. Ayacucho, los cuales se ubican entre 20 y 30$/día; y por el otro los gastos en paquetes turísticos al interior del Estado cuyo precio oscila entre 55 y 150$/día.Los márgenes de ganancia se estiman bajos, debido a los elevados costos de desplazamiento, los cuales se realizan generalmente por vía fluvial, o aérea.

Las organizaciones gubernamentales relacionadas con el turismo son: La Dirección de Turismo del Estado, que tiene la misión de coordinar, fomentar y promocionar el turismo en la región. El Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR), que tiene presencia en la región a través del Servicio Autónomo para el Desarrollo Ambiental del Estado Amazonas (SADA-Amazonas), en vías de extinción; y del Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), el primero tiene como misión fomentar el Desarrollo Sostenible, y el segundo administrar los Parques Nacionales y los Monumentos Naturales. El Ministerio de Fomento-CORPOTURISMO, que junto al MARNR, tienen la responsabilidad de velar por la ejecución del mismo. Otras organizaciones gubernamentales relacionadas con la actividad turística son las Alcaldías de los Municipios Autónomos, sin embargo, aún no han creado las Ordenanzas Municipales en la materia, que les permitan una acción sistemática al respecto.

BIBLIOGRAFÍA CITADA VV.AA. PROYECTO AMAZONAS (1988). “El Turismo en Amazonas. Alternativa Económica, Amenaza Ecológica y Sociocultural”. En La Iglesia en Amazonas, N° 41. VV.AA. (1994). “Asamblea de Misioneros (1-3 de junio de 1994)”. En La Iglesia en Amazonas, N° 66-

67. VV.AA. (1997). Caracterización y Potencialidades del Sector Turismo en el Estado Amazonas. Pto. Ayacucho: MARNR-SADA Amazonas. (sin publicar). DIVASSON, J.A. (1996). “El Turismo en el Estado Amazonas”. En La Iglesia en Amazonas, N° 75. ESCANDELL, H. (1993). “Ecoturismo en el Estado Amazonas”. En La Iglesia en Amazonas, N° 60-61. (1994). “Una propuesta para el Turismo en Amazonas”. Ponencia del Seminario-Taller Ecoturismo en Amazonas. Pto. Ayacucho: MARNR de Amazonas. (sin publicar). FRANCO, W. (1993). “El Centro Amazónico de Investigaciones Ambientales “Alexander Humboldt” (CAIAH). Investigación para un presente y un futuro en Amazonas”. En Ambiente, N° 47. GARCÍA MONTERO, P. (1993). “La Reserva de la Biosfera Alto Orinoco-Casiquiare: Una opción para

el desarrollo sostenible”. En Ambiente, N° 47. GUTIC M., J. (1996). Evaluación preliminar del turismo y sus efectos sobre algunas comunidades indígenas de las cuencas de los ríos Autana, Sipapo y Cuao, Estado Amazonas. Pto. Ayacucho: INPARQUES. (sin publicar).

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RAIMONDI Y SUS ESTUDIOS ETNOLOGICOS

Por Ricardo La Torre Silva1

Según el plan de trabajo de Antonio Raimondi, publicado en el Tomo I de la serie “El Perú”, la parte correspondiente a sus estudios etnológicos fue planificada para ser publicada en el sexto y último volumen de esta obra. Al respecto dice: “En esta parte se tratará tanto de las razas antiguas como de las modernas, indagando su origen, usos, costumbres, objetos de la industria, etc. Irá acompañada de grabados que representan tipos de las diferentes sub-razas que pueblan el Perú, vistas de sus habitaciones, trajes, utensilios domésticos.….” 2

Refiriéndose a la Etnología, señalaba que: “El estudio de la etnología presenta en el Perú un doble interés: primeramente, porque los preciosos y abundantes restos de los antiguos habitantes del Perú, que se hallan diseminados en todas las distintas regiones de la República, pueden dar mucha luz para la historia y origen de las pasadas generaciones que poblaban este país antes de la conquista; y en segundo lugar, porque el estudio de las numerosas razas, tanto las sometidas al gobierno como las que viven en estado salvaje, pueden guiarnos al través de los tiempos para aclarar la obscura cuestión que versa sobre el origen de los pueblos americanos”3.

Para conocer parcialmente los estudios etnológicos del sabio es necesario apreciar dos aspectos: los datos publicados (incluidos los manuscritos que le han sobrevivido) y sus colecciones recogidas durante diecinueve años de viajes por el Perú. Entre las publicaciones que permiten apreciar sus estudios etnológicos destacan: “Apuntes sobre la provincia litoral de Loreto”, “El Departamento de Ancash y sus riquezas minerales”, Los tomos I, II y III de la serie “El Perú” y “Notas de Viaje para su obra El Perú”, esta última serie póstuma4”.

Como lo escribiera el Señor José Balta: “Lo publicado por Raimondi, en vida, aún cuando es considerable en cantidad y calidad, no está en relación con sus números viajes ni con el abundante material en ellos recogidos”5. Las ediciones que siguieron a su muerte, aparecidas a partir de 1891, no respetaron el orden previsto por el naturalista milanés.

Lamentablemente de los veinte volúmenes proyectados por Raimondi para su obra “El Perú”, sólo pudo editar los tres primeros tomos. Los datos etnológicos recogidos en sus libretas de apuntes se destruyeron parcialmente en el incendio que asoló la Biblioteca Nacional en 1943. Estos documentos estaban bajo la custodia de la Sociedad Geográfica de Lima, institución cuya sede ocupaban el segundo piso de la Biblioteca Nacional.

Se sabe que Raimondi pensó ilustrar su obra sobre etnología publicando las fotografías de pobladores de la amazonía tomadas en la década de 1870 por su amigo el sargento del ejército peruano Ramón Herrera. Lamentablemente no se sabe nada sobre el paradero o destino de tan importante corpus fotográfico.

Desde un inicio Raimondi se percató de la diversidad étnica del Perú y las distintas idiosincrasias culturales que caracterizan a cada uno de los grupos que lo pueblan. Como pocos hombres de su tiempo, supo vincularse con cariño y respeto con la gente del interior, descubriendo en ellos un mundo lleno de virtudes, como el conocimiento ancestral de las propiedades de las plantas, el amor por la naturaleza y su conocimiento excepcional del territorio, puesto de manifiesto en su pericia como guías. Explica que aquella actitud

1 Miembro de la “Sociedad Peruana de Historia de la Farmacia” Miembro de la Asociación Italo Peruana “ITALIANITA” e.mail: [email protected] Antonio Raimondi. El Perú, Tomo I. Parte Preliminar, capítulo IX, p.137

3 El Perú, Tomo I. Parte Preliminar: p.108.

4 Trascripciones de las libretas de viaje de Raimondi publicada en cinco tomos por el Ing. Alberto Jochamowitz entre 1942 y 1950. En 1929 El Banco Italiano de Lima, también por iniciativa del Ing. Alberto Jochamowitz, publicó la trascripción completa de tres libretas de viaje. Antes la Sociedad Geográfica de Lima publicó extractos de diversos itinerarios del sabio en su boletín. 5 La labor de Raimond i. Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima. Tomo XLIII. Trim.IV (2ª) p. 408. 31 de diciembre

de 1926, Lima.

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desconfiada y agresiva atribuida a muchos grupos del interior era la reacción ante el maltratado sistemático de las instituciones oficiales y de la cultura occidental representada por el hombre blanco. La forma como se incorporaron los grupos de emigrantes foráneos a la vida nacional fue otro aspecto que llamó su atención. Fue testigo del abuso y explotación al que fueron sometidos los inmigrantes chinos en las haciendas de la costa así como del momento de libertad de los afros peruanos6 y la situación de marginación que tuvieron que afrontar al incorporarse como ciudadanos libres en una sociedad racista.

Para poder apreciar sus estudios etnológicos trascribimos una pequeña parte de su Libreta Nº 47 de 1886 que titula “Datos sobre los salvajes llamados Antis o Campas”. En ella escribe:

“Estos salvajes conocidos con el nombre vulgar de chunchos o infieles, que se aplica en el Perú a todas las tribus de indios que viven en estado independiente en las montañas situadas al Este de la Cordillera, pertenecen a la nación de los Campas o Antis y se hallan diseminados en las montañas de Chanchamayo, Jauja, Pangoa, Huanta y valle de Santa Ana del Cuzco. Rara vez aparecen en los valles de Paucartambo, que están habitados por otras tribus, tales como los Huachipayris y Tuyeneries, que no son muy amigos de los Campas.

Como se vé, la tribu de los Campas ocupa una regular extensión de terreno adelantándose, tanto por el río de Santa Ana como por el río Tambo, hasta el punto donde se reúnen estos dos ríos para formar el Ucayali, en cuyo lugar empiezan los Chontaguiros llamados también Simirinches o Piros. Los campas son indios de estatura mediana, aunque se ve sin embargo algunos de estatura elevada: un indio que vive en frente de la confluencia del Mantaro con el Apurímac; tiene una estatura que pasa de 6 pies. Los rasgos de cara son muy pronunciados y tienen los siguientes caracteres: pómulos salientes, nariz algo roma ligeramente remangada de manera que vistos de frente aparecen en parte los agujeros de la nariz que a causa de su tabique algo espeso son un poco laterales. Ojos expresivos poco abiertos y algo oblícuos: En las mujeres observé algunas con ojos grandes. Labios gruesos, dientes blancos en las mujeres y amarillentos en los hombres, color que es debido a una corteza que mascan continuamente. Arcos orbitarios salientes, frente mediana, barba casi nula. Pelo negro liso desordenado que cae sobre el cuello y en algunos cortado por delante sobre la frente. Tez de la cara rojiza o aceitunada; en los niños tiernos, casi blanca. Los brazos, piernas y cuerpo están comúnmente cubiertos de manchas de color carne claro. Algunos individuos sin embargo no tienen ninguna mancha y cuando pregunté la causa de estas manchas tan generales, me dijeron que se producen en quienes se alimentan con cierta clase de pescados y de moluscos; que los que prescinden de esta clase de alimentos, no tienen manchas. En el Perú se da el nombre de overos a los individuos atacados de esta afección. Raras veces los campas son gordos, y, en general, son también proporcionados.

Los Campas o Andis no andan desnudos sino que se hallan constantemente cubiertos con un ancho y largo saco formado de una tela de algodón tejida por las mujeres. Esta tela es bastante bien trabajada y tiene unas rayas de color rojizo café. Este saco les llega hasta los tobillos y cuando es nuevo está blanco; pero pronto se vuelve amarillento y también rojizo ensuciándose con el achiote con que se pintan la cara. La longitud del saco hasta los tobillos y su color claro, hacen que los salvajes o infieles pertenecientes a la tribu o nación de los Campas, sean fácilmente conocidos, porque las demás tribus usan sacos más cortos y de color oscuro...”

Los datos recogidos por Raimondi sobre las condiciones de abandono y explotación a que los que eran sometidos las poblaciones indígenas del interior originaron un profundo impacto en la dirigencia política del país. Un ejemplo de lo antes afirmado es el siguiente testimonio del 20 de diciembre de 1868 proveniente de la Prefectura del departamento de Loreto7:

Sr. Ministro de Estado en el despacho de Gobierno. Policía y Obras PúblicasS.M.

Con sincera satisfacción he visto la distinguida circular de US., en que se sirve recomendar la puntual observancia de las leyes y disposiciones supremas que se hallan vigentes en

6 Coloquial pero impropiamente denominados “negros”7 Diario oficial “El Peruano”, el 19 de marzo de 1869

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protección de los derechos de la clase indígena. US., conoce bien las grandes dificultades con que hay que chocar para desarraigar los inveterados abusos de que son víctimas los indígenas en casi toda la República; y por consiguiente juzgo que le será satisfactorio saber que en este departamento los indígenas colocados al nivel de todos los ciudadanos con tanto mayor facilidad, cuanto que no existe en ellos, como en los de otros pueblos, esa profunda humillación que supieron inculcar y conservar los colonos españoles. Aquí el indio no necesita en mi concepto, para verse en una condición digna de la humanidad, sino caminos, carreteras y aulas, porque sin los primeros, está muy remoto, según creo, el ver al indio de Maynas independizado del degradante ejercicio de cargar cómo bestias, siendo como no puede dejar de ser con contenible la necesidad del comercio, que por medios más o menos legales, seduce siempre al carguero por no haber otro recurso de movilidad absolutamente. Lo muy sabido que es esto desde que viajeros notables han dado noticias verídicas de estas regiones, especialmente el Sr. Raimondi, y la convicción que me asiste, de que S. E. se halla tan favorablemente dispuesto, lo mismo que US. me hacen concebir la esperanza, de que se adoptará tal vez esta lijera indicación, que me permito hacerla....que he comunicado á los Sub-prefectos la circular de US. con especiales prevenciones para el cumplimiento de tan importante prescripciones. Dios guarde á US..-S.M.-Manuel del Águila”.

Por sus meritos en este campo de ciencia, Raimondi fue honrado en vida como integrante de importantes instituciones científicas, a saber:

-Miembro Correspondiente de la Sociedad Antropológica de Londres. 5 Agosto de 1863 -Miembro Correspondiente de la Sociedad Arqueológica de Santiago de Chile. 5 de Octubre de 1878 -Socio Honorario de la Sociedad Italiana de Antropología, Etnología y Psicología Comparada. Florencia, 7 de Marzo de 1883

Las colecciones naturales del sabio italiano, acumuladas a lo largo de diecinueve años de viajes, tienen entre sus integrantes un importante grupo de objetos etnológicos, la mayoría pertenecientes a poblaciones selváticas. Estas importantes colecciones fueron adquiridas por el Estado Peruano mediante Ley del 28 de enero de 1869, dos de cuyos párrafos dicen:

“...El Congreso ha autorizado al Poder Ejecutivo para que entendiéndose con don Antonio Raimondi, proceda á la publicación de los trabajos de éste sobre la Geografía, Geología é Historia Natural del Perú. Los gastos que la impresión demanda se harán de cuenta del Estado.

Igualmente se le ha autorizado para que previos los informes que crea oportunos, invierta la cantidad necesaria para comprar las colecciones científicas que el señor Raimondi ha reunido en sus viajes en el territorio de la República, esas colecciones clasificadas debidamente se reunirán en un Museo que llevará el nombre de “Museo Raimondi.....”

Raimondi nunca dejó de ser italiano, sin embargo sólo manifestó plenamente su nacionalidad durante la ocupación chilena de Lima a fin de resguardar del saqueo las colecciones fruto de sus estudios. Para ello recurrió a la delegación consular italiana fin de que le extienda una constancia de su nacionalidad. Se le inscribió como súbdito del rey de Italia en Lima con el número 4044 el 27 de Julio de 1880. Este acto evitó cualquier posible atropello de las tropas de ocupación. Su hijo Enrique ha legado una interesante crónica sobre la suerte de las colecciones durante este ingrato período, al respecto dice:

“... cuando la invasión chilena, trasladó mi padre, a su costa, el museo, del colegio de San Fernando a su casa habitación, colocándolo bajo la protección de la bandera italiana, y ahí ocupó tres grandes departamentos y lo conservó hasta su muerte, es decir durante 10 años, dejando de percibir los alquileres que antes le rendía esa localidad”.8 Durante la ocupación chilena, Raimondi recibió la visita de señorita Margarita Dickins, del diario: “Danbury News”, quien nos ha dejado el siguiente testimonio:

8 Enrique Raimondi, Apuntes Biográficos Sobre Raimondi. “El Comercio”, Lima. Lunes 24 de abril de 1905.

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“...Llegamos en seguida á la casa del profesor Raimondi. Penetramos en un patio interior, y á la mano derecha, dentro de una habitación espaciosa que daba sobre aquel, encontramos al sabio naturalista rodeado de libros en idiomas diferentes, sentado frente á su escritorio y trabajando con afán....En el gabinete de estudio de Raimondi existen no solamente sus libros, sobre un estante existen varios cráneos antiquísimos deformes y un casco español antiguo, de hierro con su visera caída y en buena condición. Llevándonos á otra parte de su casa, nos condujo á un cuarto espacioso lleno de huacos anteriores a la conquista; así como, también, de diferentes artículos fabricados y usados por los indios salvajes de hoy. Entre unos y otros objetos llamó nuestra atención: una bien conservada momia de criatura y otra en extremo curiosa de mujer, tan perfectamente conservada también, que la india parecía en un estado no lejano de la vida: estaba postrada sobre una rodilla, negro cabello caían sobre sus hombros y una especie de camisa, con extraños dibujos bordados de azul y negro, cubría á medias su pobre cuerpo.

Hay calaveras allí, de una raza que acostumbraba deformarse las cabezas por medio de bandejas,.... Ví, así mismo, una alacena de adornos y útiles indianos de plata y oro, y un jarrón como de un pié de altura, más o menos tan perfectamente soldado que después de tantos años, no se puede descubrir en donde fue soldado; e igualmente, una caja pequeña contiene dos vestidos de pluma de un jefe indio y junto con ellos, una especie de casco para cubrirse la cabeza y encima una clase de adorno parecido á una corona, con trozos pendientes de tela hacía adelante y hacía atrás, cubriendo las orejas y una parte del pecho y de la espalda. Un ropero tiene lleno, tanto de tejidos antiguos muy bien hechos, hallados en las huacas, como de las toscas telas que fabrican actualmente los salvajes amazónicos. Entre estos, había una camisa de tela de corteza de árbol, teñida de color pardo oscuro,.... Hierro en su forma mineral ó ya sea beneficiada, por los indios primitivos de que disponen esos habitantes de las selvas y un cuchillo á medio hacer de ese metal y otro ya hecho.

En uno de los ángulos del cuarto, un gran número de arcos y de flechas de las de tipo más fuerte y estas últimas generalmente armadas con punta de metal.”. 9

Las colecciones de Raimondi, pese a los avatares sufridos en las primeras décadas del siglo XX, sirvieron de base para la organización del Museo de Historia Natural “Javier Prado” y el Museo de Arqueología de la Universidad Mayor de San Marcos10. En el último caso, muchos de estos materiales arqueológicos fueron incorporados en 1945 a la colección del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

En síntesis podemos decir que uno de los méritos de la obra científica de Raimondi fue la incorporación de la región Amazonía a la realidad territorial y social de la joven república del Perú. De la población nativa de la selva dirá: “si nunca han tratado con gente culta son como unos niños malcriados, entre los cuales naturalmente unos son de buen carácter y otros de malo. Pero los salvajes verdaderamente peligrosos, son los que han tenido contacto con los hombres que se llaman civilizados, pues estos con el pretexto de civilizarlos también han invadido sus casas y destruido sus cultivos; los han despojado de sus terrenos y cazado a veces como animales feroces. Estos infelices no han recibido de la civilización sino agravios”

Finalmente debemos señalar que los conocimientos de Raimondi sobre la etnología peruana fueron muchos y a pesar del tiempo transcurrido son de permanente actualidad. Sin embargo se necesitará de un estudio muy prolijo de los diversos apuntes y colecciones que han sobrevivido para conocer las ideas principales que debían orientar la redacción de su obra en este campo, tarea que queda pendiente para aquellos investigadores interesados en su legado.

9 “Danbury News” de 7 de Enero del 188510 R. Ravines. Los Museos del Perú. Breve historia y guía: p.37. Instituto Nacional de Cultura. p. 189 Lima, 1989.