Eugenio Montale

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Eugenio Montale Eugenio Montale Eugenio Montale en 1965 Nacimiento 12 de octubre 1896 Génova Fallecimient o 12 de setiembre 1981 Milán Residencia Italia Nacionalidad italiano Campo poeta , escritor , ensayista , críti co musical [editar datos en Wikidata ] Eugenio Montale (Génova , 12 de octubre de 1896 Milán , 12 de septiembre de 1981 ) fue un poeta , ensayista y crítico de música italiano . Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1975 .

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Eugenio Montale

Eugenio Montale

Eugenio Montale en1965

Nacimiento

12 de octubre1896Gnova

Fallecimiento

12 de setiembre1981Miln

Residencia

Italia

Nacionalidad

italiano

Campo

poeta,escritor,ensayista,crtico musical

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Eugenio Montale(Gnova,12 de octubrede1896Miln,12 de septiembrede1981) fue unpoeta,ensayistaycrticode msicaitaliano. Recibi elPremio NobeldeLiteraturaen1975.

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1Biografa

2Valoracin

3obra

4Notas

5Enlaces externos

Biografa[editar]

Eugenio Montale era el sexto y ltimo hijo de una familia de prsperos comerciantes de productos qumicos de Gnova. Sus padres eran proveedores, entre otros, de la familia deItalo Svevo. Montale tuvo dificultades de salud durante la infancia, que lo obligaron a interrumpir sus estudios. Su hermana Mariana se encarg de su cuidado.

Su infancia transcurri enMonterosso, en lasCinque TerredelMar de Liguria. Quera ser cantante y, al retomar sus estudios formales, tom paralelamente clases de canto. Su aficin por la msica se reflejara en muchos de sus poemas y lo llevara finalmente, en su madurez, a ejercer la crtica musical. Obtuvo el ttulo de contador, carrera a la que lo haba orientado su padre. Ley vidamente, durante su juventud y adolescencia, a lossimbolistasfranceses. Sin maestros, aprendi francs e ingls.

En 1917, fue incorporado al ejrcito y particip en laPrimera Guerra Mundial, experiencia que tambin tendra resonancia en su poesa.

En 1925, firma un famoso manifiesto de los intelectuales contra elfascismo, documento inspirado por el filsofoBenedetto Croce. Se traslada a Florencia para trabajar en la editorial Bemporad. Conoce a la mujer con la que establecer una relacin profunda, y que durar muchos aos, Drusilla Tanzi. En este periodo muy importante es la colaboracin con el famoso caf literarioGiubbe Rosse.

En 1929 es nombrado director del prestigiosoGabinete Vieusseux, una de las bibliotecas y archivos ms interesantes de su tiempo, y que atrae a intelectuales del pas y del extranjero. El poetaT. S. Eliottraduce sus poemas al ingls.

Despus de diez aos al frente del Gabinete Vieusseux, el gobierno fascista lo deja cesante. Durante laSegunda Guerra Mundial, hospeda en su casa a escritores perseguidos, comoUmberto SabayCarlo Levi. En esos aos de guerra, se dedica a la traduccin de autores comoMiguel de Cervantes,Christopher Marlowe,Herman Melville,Mark TwainyWilliam Faulkner. Despus de la guerra, se emplea como crtico de msica en el diarioCorriere della Sera, de Miln.

Viaja por Europa y a los Estados Unidos. Le otorgan el doctorado honoris causa en laUniversidad de Miln. Recibe el importante premio Feltrinelli.

En enero de 1949 conoci a la joven poetaMaria Luisa SpazianienTurn, a la que animar a publicar sus obras. Entre ambos poetas se desarroll una intensa amistad. Spaziani se convirti en una suerte de musa para Montale, en especial en la serie de poemas titulados Madrigali privati pertenecientes al libroLa bufera e altro(1956) donde Montale construye todo un poema (Da un lago svizzero) utilizando comoacrsticoel nombre de Maria Luisa Spaziani. No existe en toda la obra de Montale otro ejemplo de este recurso.1

Montale se cas con Drusilla Tanzi en 1962, quien muri al ao siguiente. En 1966, es nombrado senador vitalicio por el presidente Giuseppe Saragat. Obtuvo elPremio Nobelen 1975.

Valoracin[editar]

Definida como hermtica, la verdad es que la poesa de Montale es austera, casi siempre breve, de sinuosa sintaxis, pero de un gran apego a las cosas y hechos concretos. Podra decirse que la sola mencin de lugares y descripcin de escenas y escenarios constituye una especie de neosimbolismo en el que objetos y sucesos pareceran funcionar como signos y analogas de un paisaje interior. Sus crticos y apologistas han sealado que muchas referencias en sus poemas son claves ntimas que slo podran ser explicadas por el poeta. Pero lo cierto es que crean una enorme sugestin en el lector, que a su vez encuentra posibilidades de lectura que exceden el marco biogrfico.

Al otorgrsele el Premio Nobel, se seal que su obra refleja la visin de la crisis del hombre contemporneo, cercado en su soledad y su pesimismo. Podra agregarse que el mundo circundante, tan presente en la obra de Montale, es como el espejo en el que ese ser humano vaco y aislado intenta encontrarse a s mismo. En una entrevista imaginaria, el autor seal: La poesa es una forma de conocimiento de un mundo oscuro que sentimos en torno de nosotros pero que en realidad tiene sus races en nosotros mismos.

obra[editar]

Ossi di seppia(Huesos de sepia, 1925)

Le occasioni(Las ocasiones, 1939)

Finisterre(1943)

Quaderno di traduzioni(1948)

La bufera e altro(El vendaval y otras cosas, 1956)

Farfalla di Dinard(Mariposa de Dinard, 1956)

Xenia(1966)

Auto da f(1966)

Fuori di casa(Fuera de casa, 1969)

Satura(1971)

Diario del '71 y del '72(1973)

Sulla poesia(Sobre la poesa, 1976)

Quaderno di quattro anni(Cuaderno de cuatro aos, 1977)

Altri versi(1980)

Diario pstumo(1996).

Notas[editar]

1. Volver arribaWILSON, Katharina M.:An Encyclopedia of continental women writers. Garland reference library of the humanities. Taylor & Francis, 1991, pg. 1174.

Enlaces externos[editar]

Wikimedia Commonsalberga contenido multimedia sobreEugenio Montale.

Predecesor:Eyvind JohnsonHarry Martinson

Premio Nobel de Literatura1975

Sucesor:Saul Bellow

Carta a BobiA fuerza de exclusioneste quedaba cuanto t podasapretar en las manos: y erade quien lo comprenda. Te he seguidovarias veces sin que lo supieras. Varias veceshe andado la calle Cecilia Rittmeyeren la que haba conocido a tu vieja madre,comprobado de visu terrible amor.Quedaba del padre una bigotera y unabiblia evanglica, tal vez. He exploradotu plyade de amigos, los que fueron objetode tus experiencias ms o menos fallidasen la creacin o destruccin de felicidad conyugal.Eran tus primeros amigos, otrosvinieron luego que nunca he conocido.As se hizo de ti una leyendasuperficial y vana. Dicenque eres un maestro no escuchado, tque a demasiados maestros escuchastey no has desconfiado de ellos. Confesorinconfesado no podas dar nadaa quien ya no estuviese en tu camino.A tu manera has triunfado, incluso si han perdidotodo los oyentes. Ahora, con esta cartaque no podrs leer jams, te digoadis y noaufwiederseheny estoen una lengua que no amabas, faltacomo est de Stimmung.

Versin de Jos ngel Valente

Casi una fantasa

Amanece de nuevo, lo presientopor el albor de viejaplata en las paredes:las ventanas cerradas se vetean de un tenue resplandor.Vuelve el advenimiento del solpero sin las difusas voces,los acostumbrados estrpitos.

Por qu? Pienso en un da encantadoy de las justas de horas demasiado igualesme resarzo.Desbordar la fuerza que me inflamaba,inconsciente mago, desde largo tiempo.Ahora me asomar, destruir altas casas,despojos viales.Tendr ante m un lugar de limpia nievemas tan ligero como el paisaje de un tapiz.Resbalar un destello lentoentre el algodn del cielo.Selvas y colinas llenas de invisible luzme harn el elogio de los festivos retornos.

Alegre leer sobre el blancolos negros signos de las ramascomo un esencial alfabeto.Todo el pasado de repente aparecer delante.No turbar sonido alguno esta alegra solitaria.Cruzar el aire posndose sobre una estacaalgn gallito de Marzo.

Versin de F.Ferrer Lerin

Corno inglsEn la tarde, sinfnicos los vientostocando estn, con un fragor de olas,su instrumental de rboles espesos.

Y el horizonte bruen donde asomanlampos como aquilones gigantescos:muda borrasca de celestes frondas.

Claros reinos etreos, nubes raudas,En doradas mansiones entreabiertas!

Cambia color, escama por escama,lvido el mar, y arroja a las arenasuna tromba de espinas irizada...

Oh! si en las horas que se hunden lentas,murientes con el sol,tambin a ti los vientos te pulsaran,olvidado instrumento, Corazn!

Versin de Carlos Lpez Narvez

Delta

La vida que se gasta en los trasiegossecretos he ligado a ti:sa que se debate en s y parececasi que no te sabe, presencia sofocada.Cuando el tiempo se atasca en sus rompeolastu acaso al suyo inmenso reconcilias,y afloras ms precisa, memoria, de la oscuraregin donde bajabas, como ahoraal escampar se espesael verde en los ramajes, el bermejo en los muros.Todo ignoro de ti, sino el mensajemudo que me sustenta en el camino:si existes, forma, o escrpulo en el humode un sueo te alimentay la costa que se afiebra -turba- y contrala marea crepita.Nada de ti en el vacilar de horasgrises o desgarradas por un lampo de azufresino el silbido del remolcadorque de las brumas llega al golfo.Versin de Armando Uribe

Da y noche

Hasta una pluma que vuela puede dibujartu figura, o el rayo que juega al esconditeentre los muebles, o el guio del espejode un nio, desde los tejados. Sobre las murallasjirones de vapor prolongan las agujasde los lamos y, abajo, en la rueda se encrespa el lorodel afilador. Luego la noche agobianteen la plazuela, y los pasos, y siempre esta duratarea de hundirse para resurgir igualesde siglos, o de instantes, de ncubos que no logranvolver a dar con la luz de tus ojos en el antroincandescente y an los mismos gritos y los prolongadosllantos sobre la verandasi retumba de pronto el golpe que te anudala garganta y quiebra las alas, oh inestableanunciadora del alba,y se despiertan los claustros y los hospitalesen un delirar de clarines.

Versin de Jess Lpez Pacheco

Dolor de vivir

Frecuentemente hall el dolor: vivirera el riochuelo estertoroso, agnico;la llama retorcindose en la pira;el cabello en la ruta, intil, roto.

Placer no conoc. Slo el milagroque obra la divina indiferencia:la estatua erguida entre la somnolenciatrrida, con la nube y el milano.

Versin de Carlos Lpez Narvez

Dos en el crepsculoFluye entre t y yo en el miradorun claror submarino que deformaperfiles de colinas y tu rostro.Est en un fondo huidizo, cada gestotuyo es ajeno a ti; entra sin huellay se esfuma, en el medio que cubrecada estela, cerrndose a tu paso:t aqu conmigo, en este aire bajadopara sellar el sopor de las rocas. Yo, cadoen el poder que pesa en torno, cedoal sortilegio de no reconocerde m ya nada fuera de m: si alzoel brazo apenas, se me vuelve ajenomi acto, se parte en un cristal, ignotay oscurecida su memoria, y yael gesto no me pertenece; si hablo,yo escucho atnito aquella vozdescender a su gama ms remotao muerta en el aire que no la sostiene.As, en el punto que resiste a la ltimaconsuncin de la luz,dura el desmayo; y luego un soplo elevalos valles en frentico temblory arranca de las frondas un rumormuy leve que se extiendeentre rpidos humos y las luces primerasdibujan ya los muelles. ...las palabrasentre nosotros caen suaves. Te miroen un blando reflejo. Yo no ssi te conozco; s que nunca estuvede ti tan separado como en este tardoretorno. Unos instantes han quemadotodo de nosotros: salvo dos rostros,dos mscaras donde se graba una sonrisadesganada.

Versin de Jess Lpez Pacheco

El lago de AnnecyNo s por qu mi recuerdo te vinculaal lago de Annecyque visit algunos aos antes de tu muerte.Mas entonces no te record, era joveny me crea dueo de mi suerte.Por qu puede irrumpir una memoriatan enterrada no lo s; t mismame has sepultado sin saberlo.Resurges ahora viva, mas no ests. Podapreguntar entonces por tu pensionado,ver salir las muchachas en fila,encontrar un pensamiento tuyo de cuando an estabasviva y yo no lo he pensado. Ahora que es intilme basta la fotografa del lago.Versin de Jos ngel Valente

El olor de la herejaFue Miss Petrus, secretaria y hagigrafade Tyrrell, su amante? S, fue la respuestadel barnabita, y un movimiento glido de horrorserpente entre los familiares, los amigos y otrosocasionales huspedes.Yo, apenas un nio, permanec indiferentea la cuestin; el barnabita eraun discreto tapeur de pianofortey a cuatro manos, quiz a cuatro pies,zapateamos o cantamosEn esta tumba oscura y otros variosdivertimientos.Que desprendiera un tufo de herejapareca ignorarlo la familia. Muertoy ya olvidada la persona, supeque estaba suspendido a divinis y qued boquiabierto.Suspendido de qu? De qu cosa y por qu?A medio aire, en fin, sujeto con un hilo?Sera lo divino un gancho o colgadero?Entra por el olfato como cualquier olor?Slo ms tarde comprend el sentidode la expresin y ya no me quedsuspendido de aliento. An me parece veral viejo fraile en la pineda,que ardi hace tiempo, inclinado sobre textos miasmticos,blsamo para l. Y nada en el olor recuerdalo demoniaco o lo divino, soplos de voz o pneumas,de los que slo queda huella en algunos papeles ilegibles.

Versin de Jos ngel Valente

Encuentro

No me abandones t, tristeza ma,sobre el caminoque azota el viento extraocon su clido soplo, y cede; caratristeza al viento que se extingue: y empujadapor ste hacia la rada,donde la ltima voz exhala el da,viaja una niebla, alta se pliega un alade cormorn.El tajo al lado del torrente, estrilde aguas, vivo de piedras y argamasas;tajo de humanos actos consumidos,de mortecinas vidas declinandoms all del confnque en crculo se cierra: rostros secos,manos, caballos en hilera, ruedaschirriantes: vidas no: vegetacionesdel otro mar que la oleada vence.Se avanza en el camino de cuajadoIodo sin rastrocomo una procesin de encapuchadosbajo la rota bveda, cadacasi hasta reflejar escaparates,en un aire que envuelve nuestros pasosdenso e iguala los sargazoshumanos fluctuando en las cortinasde bamb murmurante.Si me abandonas t, tristeza, nicopresagio vivo en este nimbo, sientoque alrededor de m se extiendeun rumor como de esferas cuandouna hora est prxima a sonar;y caigo inerte en la apagada esperadel que no teme yaen esta orilla sorprendida por la olalenta, que no aparece.Tal vez vuelva a tener una apariencia:en la rasante luzun movimiento me conduce juntoa una msera rama que en un tiestocrece sobre una puerta de hostera.A ella tiendo la mano, hacerse masiento otra vida, huella de una formaque me fue arrebatada; y como anillosen los dedos no hojas se me enroscansino cabellos.Y nada ms despus. Oh sumergida!:desapareces como habas venidoy nada s de ti.Tu vida es tuya an: entre las rarasvibraciones del da ya esparcida.Ruega por m,para que yo descienda otro caminodistinto de una calle de ciudad,en el aire perdido, ante el tropelde los vivos; que te sienta a mi lado, quedescienda sin ruindad.

Versin de Jos ngel Valente

Felicidad logradaFelicidad lograda, caminamospor ti sobre un filo de espada.Para los ojos eres resplandor que vacila;para el pie, tenso hierro que se raja;que no te toque, pues, quien ms te ama.Si llegas a las almas invadidasde tristeza, iluminndolas, tu maanaes dulce y turbadora como nidos en las molduras.Mas nada paga el llanto de ese niocuyo globo se escapa entre las casas.

La casa de los aduanerosT no recuerdas la casa de los aduanerossobre el barranco profundo de la escollera:desolada te espera desde la nocheen que entr all el enjambre de tus pensamientosy se detuvo inquieto.El sudeste azota hace aos los viejos murosy el sonido de tu risa ya no es alegre:la brjula gira enloquecida a la aventuray el clculo de los dados ya no vuelve.T no recuerdas; otro tiempo trastornatu memoria; un hilo se devana.An tengo un extremo; pero se alejala casa y sobre el techo la veletatiznada gira sin piedad.Tengo un extremo; pero t ests sola,no respiras aqu en la oscuridad.Oh el horizonte en fuga, donde se encienderara la luz del petrolero!Est aqu el paso? (la marejada insistean sobre el barranco que se derrumba...)T no recuerdas la casa de estanoche ma. Y no s quin se va y quin se queda.

Versin de Lorenzo Peirano

La anguila

La anguila, la sirenade los mares fros que deja el Blticopara llegar a nuestros mares,a nuestros estuarios, a los rosque remonta por el fondo, bajo la crecida adversa,de cauce a cauce, y despusde hilo a hilo, sutilizados,cada vez ms dentro, cada vez ms en el corazndel macizo, filtrndoseentre burbujas de fango, hasta que un dauna luz brotada de los castaosle enciende brillos en charcos de agua muerta,en los fosos que unenlos saltos de los Apeninos a la Romaa;la anguila, antorcha, ltigo,flecha de Amor en tierraque slo nuestros barrancos o los resecosarroyos pirenaicos devuelvena parasos de fecundacin;el alma verde que buscavida slo all dondemuerde el ardor y al desolacin,la chispa que dice:todo comienza cuando todo parececarbonizarse, rama sepultada;el iris breve, gemelode aquel que engarzas entre las pestaasy haces brillar intacto entre los hijosdel hombre, inmersos en tu fango, puedes tno creerla hermano?Versin de Jess Lpez Pacheco

La forma del mundo

Si tiene el mundo la forma del lenguajey el lenguaje la forma de la mente,la mente son sus plenos y vacosno es nada o casi y no puede salvarnos.

As habl Papirio. Ya era nochey llova. Pongmonos a salvo,dijo, y aviv el paso no advirtiendoque era suyo el lenguaje del delirio.

Versin de Jos ngel Valente

Mediterrneo

Antiguo, estoy embriagado por la vozque brota de tus bocas cuando se abrencomo verdes campanas y se repelenhacia atrs, disolvindose.La casa de mis veranos juveniles-lo sabes- estaba a tu ladoall en la tierra donde el sol calcinay oscurecen el aire los mosquitos.Hoy como entonces ante ti permanezcoinmvil, mar, mas no me creodigno ya de la solemne admonicinde tu aliento. Me dijiste primeroque el pequeo fermentode mi corazn no era sino un instantedel tuyo, que en el fondo de mestaba tu arriesgada ley: ser enorme y diversoy fijo al mismo tiempo,para librarme as de toda suciedad,como t cuando arrojas a tus playasentre estrellas de mar, corchos y algaslas intiles sobras de tu abismo.

Versin de L. S. R.

Para Anastasia Cima

Tu edad me asusta,te defiende y me acusa; es el saberte igualen un tiempo distinto lo que tal vez me entristeceUn espacio de aos nos separa,mas un gesto tuyo anula la distancia.En la puerta se perfila una area figura.Hte aqu con el girasol de tus aureolas.Ninguna presencia podr turbar esta alegraque me traes otra vez,encanto regenerador que detiene el tiempo.Una ligera brisa entre resplandores de luz levantanubes de arena y espuma.Y lo que sale a flotees que yo soy la musa y t el cantor.Agradable noticia, sentirse al mismo tiempomaestro e inspirador.

Poema 5Del brazo tuyo he bajado por lo menosun milln de escalerasy ahora que no ests, cada escaln es un vaco.Tambin as de breve fue nuestro largo viaje.El mo an contina, mas ya no necesitolos trasbordos, los asientos reservados,las trampas, los oprobios de quien creeque lo que vemos es la realidad.He bajado millones de escaleras dndote el brazoy no porque cuatro ojos puedan ver ms que dos.Contigo las baj porque saba que de amboslas nicas pupilas verdaderas,aunque muy empaadas eran las tuyas.

Rememoro tu sonrisa, y es para m como el agua lmpida...

Rememoro tu sonrisa, y es para m como el agua lmpidahallada al azar en la pedrera de un arenal,exiguo espejo en el que mira una hiedra sus corimbos;y encima el abrazo de un tranquilo cielo blanco.Ese es mi recuerdo; no sabra decir, en la distancia,si en tu rostro se expresa libre un alma ingenua,o si verdaderamente eres un fugitivo que el mal del mundo extenallevando su sufrir consigo como un talismn.

Mas esto puedo decirte, que tu imaginada efigiesumerge mis caprichosas inquietudes en una oleada de calma,y que tu semblante se insina en mi gris memoriasencillo como la copa de una joven palmera...

Versin de F.Ferrer Lerin

Salto e inmersin

El que se arroja al agua tomado al ralentdisea un arabesco filiformey en tal cifra quiz se identificasu vida. Quien est en el trampolnan est muerto, muerto quien vuelvea nado hasta la escala tras el salto,muerto quien lo fotografa, no nacidoquien celebra la empresa. Est pues vivoel espacio de que vive lo moviente?Piedad por la pupila, el objetivo,piedad por cuanto se hace manifiesto,piedad por el que parte y el que llega,piedad por el que alcanza o ha alcanzado,piedad por quien no sabe que la nada y el todoslo son velos de lo Impronunciablepiedad por quien lo sabe, quien lo dice,quien lo ignora y va a tientas en la sombrade las palabras!Versin de Jos ngel Valente

Sestear plido y absorto...Sestear plido y absortojunto a la ardiente tapia de un huerto.Escuchar entre endrinos y zarzaschasquidos de mirlos, rumores de ofidio.En las grietas del suelo o la algarrobaacechar las hileras de rojas hormigasque se entrecruzan o quiebranen la cima de minsculas gavillas.Observar entre las frondas del lejanopalpitar de briznas marinasmientras se elevan trmulos chasquidosde cigarras desde pelados picos.Y caminando entre el sol que deslumbrasentir con triste maravillaque la vida toda y su fatiga esten este recorrer un murocoronado por pinchos filosos de botella.

SiriaDecan en la Antigedad que la poesaes una escalera a Dios. Tal vez no lo seacuando me lees ahora. Pero lo supe el daque por ti volv a encontrar mi voz, disueltoen un rebao de nubes y de cabrasrevoltosas, que desde un risco acababan con las hojasdel ciruelo y la anea, y los rostros enflaquecidosde la luna y del sol se fundan;el motor estaba averiado y una flechade sangre sobre una roca sealabael camino de Alepo.

Tal vez una maana caminando bajo un aire de vidrio...Tal vez una maana caminando bajo un aire de vidriorido, volvindome, ver hacerse el milagro:la nada a mis espaldas, el vaco detrsde m, con terror de borracho.Luego, como en una pantalla, se detendrn de prontocolinas casas rboles para el comn engao.Pero ser muy tarde; y yo me ir callado,en medio de los hombres que no se vuelven, con mi secreto.

Viento sobre la media lunaEl gran puente no llevaba hacia ti.Te habra alcanzado hasta navegandoen las cloacas, a una orden tuya.Pero ya las fuerzas, con el sol en los cristalesde los miradores, se iban agotando.El hombre que predicaba bajo la Media Luname pregunt: "Sabes dnde est Dios?" Lo sabay se lo dije. Movi la cabeza. Desaparecien un torbellino que arrastr a hombres y casasy los alz, muy altos, sobre la oscuridad.

EdimburgoVersin de Jess Lpez Pacheco