Eusebio de Cesarea
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Eusebio de Cesarea
Eusebio Panfili, obispo de Cesarea en Palestina, el "Padre de la historia eclesistica"; naci alrededor de
260 d.C.; muri antes de 341.
Contenido
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1 VIDA
2 OBRAS
o 2.1 Histricas
o 2.2 Apologticas
o 2.3 Exegticas
o 2.4 Dogmticas
o 2.5 Discursos y Sermones
o 2.6 Cartas
VIDA
Nos ahorrar extensa digresin si comenzamos de inmediato hablando de un documento al que habr
que referirse a menudo debido a su importancia biogrfica, es decir, la carta que escribi Eusebio a
sudicesis para explicar su subscripcin al Credo propuesto por el Primer Concilio de Nicea. Despus de
unas cuantas notas preliminares, el escritor procede: Primero le transmitimos a ustedes el escrito
concerniente a la fe que se trajo ante nuestra consideracin, y luego el segundo, el que ellos han
publicado despus de aadir nuestras expresiones. Ahora el escrito presentado a nosotros, que cuando
fue ledo en presencia de nuestro muy religioso emperador fue declarado como uno de carcter recto y
aprobado, lee como sigue: [La Fe propuesta por nosotros]. Como la hemos recibido de los obispos ante
nosotros, en nuestra primera instruccin catequtica y cuando fuimos bautizados, y como la hemos
aprendido de las Sagradas Escrituras, y como la hemos credo y enseado en el presbiterado y en el
oficio mismo de obispo, creyendo de esa misma forma, le ofrecemos a ustedes nuestra fe y es as:
Luego sigue un credo formal [Teodoreto, Hist., I, 11; Scrates, Hist., I, 8; San Atanasio, de Dec. Syn. Nic.
(apndice) y en otros lugares. Traducido por Newman con notas en la Biblioteca de los Padres de Oxford
(Tratados Selectos de San Atanasio, p. 59) y San Atanasio, vol. I. La traduccin dada es la del Dr. Hort.
Las palabras entre corchetes probablemente son genuinas aunque no dadas por Scrates y San
Atanasio].
Dr. Hort en 1876 ("Dos Disertaciones", etc., pp. 56 ss.) seal que este credo era presumibleme nte el de
la Iglesia de Cesarea, de la cual Eusebio era obispo. Esta opinin es ampliamente aceptada. (cf.
Lightfoot, art. "Euseb." en "Dict. of Christ. Biog." Todas las referencias a Lightfoot, a menos que se
especifique lo contrario, son de este artculo. Sanday, "Revista de Estudios Teolgicos", vol. I, p. 15;
Gwatkin, "Estudios sobre el Arrianismo", p. 42, 2nd edicin; McGiffert, "Prlogo a C. H. de Eusebio" en
"Biblioteca Selecta de los Padres Nicenos y Ante Nicenos"; Duchesne, "Hist. de l'Eglise", vol. II, p. 149).
Segn esta opinin es natural considerar la introduccin, Como la hemos recibido, etc., como
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autobiogrfica, e inferir que Eusebio haba ejercido el oficio de sacerdote en la ciudad de Cesarea antes
de ser obispo, y haba recibido tambin all su bautismo y su primera instruccin religiosa. Pero tambin
hay otras interpretaciones de este documento, una que destruye mientras que otra disminuye su valor
biogrfico: (a) Segn algunos, el credo propuesto por Eusebio fue redactado como una frmula a ser
suscrita por todos los obispos. Fueron ellos los que dijeron que ste contena lo que ellos haban
aprendido como catecmenos y lo que haban enseado como sacerdotes y obispos. Esta parece haber
sido la opinin generalmente aceptada antes de Hort, y era la opinin de Kattenbusch en 1804 (Das
apostolische Symbol, vol. I, p. 231). Se debe sealar una objecin a esta opinin. Esto es equivalente a
decir que todos los obispos antes de haber recibido el episcopado haban ejercido por algn tiempo
losdeberes del sacerdocio. (b) Otros sostienen que este credo no era el credo local de Cesarea, pero s
redactado por Eusebio mismo y que contena lo que l siempre haba credo y enseado. Segn esta
interpretacin la declaracin preliminar todava permanece autobiogrfica; pero slo nos informa que el
escritor ejerci el oficio de sacerdote antes de ser obispo. Esta interpretacin ha sido adoptada por
Kattenbusch en su segundo volumen (p. 239) publicada en 1900. Una de las razones que l da para este
cambio de opinin es que cuando estaba preparando su primer volumen se bas en Scrates, el cual no
da el sobrescrito que hemos impreso entre corchetes. Es un asunto vital para los escritores de
la escuelade Kattenbusch el no aceptar la que parece la interpretacin natural de las palabras de
Eusebio, es decir, que el credo que l ley ante el concilio era realmente el que l haba usado siempre.
Si se admite esto, entonces, para citar al Dr. Sanday, no puedo sino pensar que se destruye del todo la
teora de Kattenbusch y Harnack [es decir, que los credos orientales eran hijos del credo romano
primitivo, y que este ltimo no lleg a Oriente hasta cerca de 272 d.C.]. El Obispo Lightfoot sita la
fecha de nacimiento de Eusebio alrededor de 260 d.C., de modo que l tendra como 12 aos de edad
cuandoAureliano intervino en los asuntos de Antioqua. En otras palabras con toda probabilidad ya l
estaba bautizado y haba sido catequizado en el credo de Cesarea en el tiempo cuando, en la hiptesis
de Kattenbusch-Harnack, el padre de ese credo todava no haba llegado a Antioqua---mucho menos a
Cesarea o a Jerusaln (Revista de Estudios Teolgicos, I, 15).
El pasaje antes citado muestra que la fecha de nacimiento de Euebio es ms que slo una pregunta
curiosa. Segn Lightfoot, no puede haber sido mucho despus de 260 d.C. (p. 309); segn Harnack,
difcilmente puede ser puesta ms tarde de 260-265 (Cronologa, I, p. 106). La informacin en que se
basan son las personas y eventos que Eusebio describe como pertenecientes a nuestros propios
tiempos. As, al final de su descripcin de las epstolas de Dionisio de Alejandra, dice que va a relatar
los eventos de nuestros propios tiempos (kath ems. Historia de la Iglesia VII.26). Luego refiere
cmo, en Roma, el Papa San Dionisio (259-268) sucedi a Sixto, y por ese mismo tiempo Pablo de
Samosata se convirti en obispo de Antioqua. En otra parte (Historia de la Iglesia V.28) l habla del
mismo Pablo como reavivando en nuestro propio tiempo (kath ems) la hereja de Artemn. l tambin
habla igualmente del alejandrino Dionisio (muri 265) (Historia de la Iglesia III.28). l llama a Manes, a
quien sita (Historia de la Iglesia VII.31) durante el episcopado de Flix (270-274), el manitico de ayer y
de nuestros propios tiempos (Teofana, IV, 30). Por supuesto, un historiador se puede referir a eventos
recientes, pero antes de su propio nacimiento, como pertenecientes a nuestro propio tiempo; por
ejemplo, un hombre de treinta aos puede hablar as en 1905 de la guerra franco-prusiana de 1870. Pero
al referirse a Manes como el manaco de ayer ciertamente sugiere un escritor que est aludiendo a lo
que sucedi dentro de su propio recuerdo personal.
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No se conoce absolutamente nada en cuanto al origen de Eusebio; pero el hecho de que escap tras un
corto tiempo en prisin durante la terrible persecucin de Diocleciano, cuando su maestro San Pnfilo y
otros de sus compaeros sufrieron el martirio, sugiere que perteneca a una familia de alguna influencia e
importancia. Sus relaciones posteriores con el emperador Constantino sealan hacia la misma
conclusin. En alguna ocasin durante los ltimos veinte aos del siglo III l visit Antioqua, donde se
relacion con el sacerdote Doroteo y lo oy exponer las Escrituras (Hist. Ecl. VII.32). Por un desliz de la
pluma o de la memoria, Lightfoot (p. 309) coloca a Doroteo como sacerdote de la Iglesia de Cesarea. En
296 l vio por primera vez al futuro emperador Constantino, cuando atravesaba Palestina en la compaa
de Diocleciano (Vit. Const. I, 19).
En una fecha que no puede precisarse Eusebio conoci a San Pnfilo, el fundador de la
magnficabiblioteca que fue por varios siglos la gran gloria de la Iglesia de Cesarea. Pnfilo vino de
Fenicia, pero en el tiempo que conideramos resida en Cesarea, donde presida un colegio o escuela. Un
hombre de noble cuna y riqueza, vendi su patrimonio y entreg las ganancias a los pobres. Era gran
amigo de los estudiantes indigentes, les supla lo necesario para vivir con lo mejor de sus habilidades, y
les regalaba copias de las Sagradas Escrituras. Demasiado humilde para escribir algo sobre s mismo,
pasaba su tiempo preparando copias exactas de las Escrituras y otros libros, especialmente los
de Orgenes.
En manuscritos bblicos que han reproducido sus colofones se encuentran elocuentes testimonios del
cuidado concedido por Pnfilo y Eusebio a los textos sagrados. Aqu le damos tres ejemplos:
(1) lo siguiente es antepuesto a Ezequiel en el cdice Marcaliano. Un facsimil del original puede ser
hallado en "Bib. nov. Pat.", IV, p. 218, de Mai, y en Migne. Est impreso en tipo ordinario en el Antiguo
Testamento en griego de Swete (vol. III, p. VIII). Se debe recordar que la propia copia de la Hexapla de
Orgenes estaba en la biblioteca de Pnfilo. Probablemente fue depositada all por Orgenes mismo:
Lo siguiente fue transcrito de una copia del Padre Apolinario el Cenobiarca, al cual se le aaden estas
palabras: Fue transcrito de las ediciones de la Hexapla y fue corregido de la Tetrapla de Orgenes mismo
que tambin haba sido corregida y suplida con escolio de su propia mano, de donde yo, Eusebio, aad
el escolio, corregido por Pnfilo y Eusebio.
(2) Al final del libro de Esdras, en el cdice sinatico, aparece la siguiente nota: Fue comparado con una
copia muy antigua de la mano del bendito mrtir Pnfilo, a la cual se le aade esta suscripcin de su
propia mano: Fue transcrito y corregido segn la Hexapla de Orgenes, comparado por Antonino, I,
corregido por Pnfilo. (Swete, vol. II, p. 212.)
(3) El mismo cdice y tambin el Vaticano y el Alejandrino citan un colofn como el anterior, con la
diferencia de que Antonino se haba convertido en confesor y Pnfilo estaba en prisin: Comparado por
Antonino el confesor, corregido por Pnfilo. El volumen al cual estaba aadido este colofn comenzaba
con 1 Samuel y terminaba con Ester. Ciertamente Pnfilo no estaba ocioso en la prisin. A muchos de los
libros en el siro-hexaplar se le ha aadido una nota al efecto de que ellos fueron traducidos de la Hexapla
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en la biblioteca de Cesarea u comparados con una copia suscrita: Yo, Eusebio, correg (lo anterior) tan
cuidadosamente como pude (Harnack, "Altchrist. Lit.", pp. 544, 545).
No podra el confesor Antonino ser la misma persona que el sacerdote de ese nombre que luego con
dos compaeros interrumpi al gobernador cuando estaba a punto de sacrificar, y fue decapitado? (Mart.
Pal., 9.) Un miembro del hogar de Pnfilo, Apfiano, haba hecho lo mismo aos antes; y otro, Edesio,
despus de ser torturado y enviado a las minas, al obtener su libertad provoc el martirio en Alejandra al
ir ante el gobernador y regaarlo. Hacia fines de 307 Pnfilo fue arrestado, torturado horriblemente y
llevado a la prisin. Adems de continuar su trabajo de editar la Septuaginta, escribi, en colaboracin
con Eusebio, una Defensa de Orgenes que fue enviada a los confesores en las minas---un maravilloso
regalo de un hombre cuyos costados haban sido zurrados con rastrillos de hierro, a hombres con sus
ojos derechos quemados y los tendones de sus piernas izquierdas cauterizados. A principio de 309
Pnfilo y muchos de sus discpulos fueron decapitados. Por devocin a su memoria Eusebio se llam a s
mismo Panfili, significando, probablemente, que l deseaba ser considerado como el fiador de aquel cuyo
nombre no es apropiado que lo mencione sin llamarlo mi seor (Mart. Pal., ed. Cureton, p.37). Mr
Gifford, en la introduccin a su traduccin del Prp. Evang., ha sugerido otra explicacin sobre la
autoridad de un escolio antiguo proveniente de Cesarea que llama a Eusebio el hijo de Pnfilo. l
arguye que Pnfilo, para poder hacer a Eusebio su heredero, tom los pasos necesarios y lo adopt.
Durante la persecucin Eusebio visit Tiro y Egipto y fue testigo de numerosos martirios (Hist. Ecl. VII.7-
9). Ciertamente l no rehuy el peligro y una vez fue encarcelado. No sabemos cundo, dnde o cmo
escap a la muerte o a cualquier clase de mutilacin. Un obispo indignado, que haba sido su compaero
en la prisin y perdi un ojo por la verdad pregunt en el Concilio de Tiro cmo Eusebio haba salido
ileso. A este reproche---difcilmente era una pregunta---hecho bajo circunstancias de gran provocacin,
Eusebio no se dign a dar ninguna respuesta (Epifanio, Hr., LXVIII, 8; cf. St. Atanasio, "Apol. c. Arian.",
VIII, 1). l tena muchos enemigos, pero nunca se le haba hecho seriamente el cargo de cobarde ---la
mejor prueba de que no poda ser sostenido. Podemos asumir que, tan pronto como la persecucin
amain, Eusebio sucedi a Pnfilo en el cargo del colegio y biblioteca. Quizs fue ordenado sacerdotepor
ese mismo tiempo. Para el 315 ya era obispo, pues estaba presente en dicha capacidad en
ladedicacin de una nueva baslica en Tiro, en cuya ocasin pronunci un discurso que aparece completo
en el ltimo libro de la Historia de la Iglesia.
El obispo Alejandro excomulg a Arrio alrededor del ao 320. Los arrianos encontraron que para todos
los efectos prcticos Eusebio estaba de su lado. l le escribi a Alejandro acusndolo de desfigurar las
enseanzas de los arrianos y de darles motivo para atacar y tergiversar lo que ellos quieran (vea ms
abajo). Una porcin de esta carta ha sido conservada en las actas del Segundo Concilio de Nicea, donde
fue citada para probar que Eusebio era un hereje. l tambin form parte de un snodo de obispos sirios
que decidieron que Arrio deba ser reinstalado a su antigua posicin, pero por su parte tendra
queobedecer a su obispo y continuamente buscar la paz y la comunin con l (Sozomeno, Historia de la
Iglesia I.15). Segn Duchesne (Hist. de l'Eglise, II, 132), Arrio, como Orgenes antes que l, encontr un
asilo en Cesarea.
Al inaugurarse el Primer Concilio de Nicea Eusebio ocup el primer asiento a la derecha del emperador, y
pronunci el discurso inaugural que fue expresado en un grado intenso de dar gracias
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al DiosTodopoderoso en nombre del emperador (Vit. Const., III, 11; Sozomeno, Historia de la Iglesia,
I.19). Evidentemente l gozaba de gran prestigio y razonablemente poda esperar poder conducir al
concilio a travs de una va media entre la Scila y Caribdis de s y no. Pero si alentaba dichas
esperanzas pronto fueron frustradas. Ya hemos hablado de la profesin de fe que present para
reivindicar su propia ortodoxia, o quizs con la esperanza de que el concilio pudiera adoptarla. En vista de
la actual controversia, era descolorida, o lo que se podra llamar hoy da una frmula amplia. Despus de
alguna demora Eusebio se suscribi al credo no comprometedor redactado por el concilio, sin ser un
secreto, en la carta que escribi a su propia Iglesia, del sentido no natural en el cual l lo acept.
Entre 325 y 330 surgi una controversia acalorada entre Eusebio y Eustacio, obispo de Antioqua.
Eustacio acusaba a Eusebio de enredar la fe de Nicea; Eusebio redarga con el cargo de sabelianismo.
En 331 Eusebio estaba entre los obispos que, en un snodo celebrado en Antioqua, depuso a Eustacio. A
l se le ofreci y rechaz la sede vacante. En 334 y 335 tom parte en la campaa contra San
Atanasio en los snodos celebrados en Cesarea y Tiro respectivamente. Constantino llam a la asamblea
de obispos de Tiro a Jerusaln, para ayudar en la dedicacin de la baslica que fue erigida en el lugar del
Calvario. Despus de la dedicacin ellos reinstalaron a Arrio y sus seguidores a la comunin. De
Jerusaln fueron llamados a Constantinopla (336) donde se conden a Marcelo. Al prximo ao
Constantino muri. Eusebio le sobrevivi tiempo suficiente para escribir su Vida y dos tratados contra
Marcelo, pero en el verano de 341 ya estaba muerto, pues fue su sucesor, Acacio, quien ayud como
obispo de Cesarea en un snodo llevado a cabo en el verano de dicho ao.
OBRAS
Daremos las obras de Eusebio en el orden que aparecen en Harnack "Altchrist. Lit.", pg. 554 ss.
Histricas
(1) La Vida de Pnfilo, a la cual Eusebio se refiere a menudo, de la cual slo sobrevive un pequeo
fragmento, que describe la liberalidad de Pnfilo hacia los estudiantes pobres, citada por San Jernimo
(c. Ruffin., I, IX).
(2) Una coleccin de Martirios Antiguos, usados por el compilador del Martirologio Siraco de Wright,
tambin perdido.
(3) Sobre los Mrtires de Palestina. Hay dos formas distintas de esta obra, ambas redactadas por
Eusebio. La ms larga slo existe en una versin siraca que fue editada y traducida por primera vez por
Cureton en 1861. La forma ms corta se encuentra en la mayora de los manuscritos (sin embargo, no en
el mejor) de la Historia de la Iglesia, algunas veces al final del ltimo libro, generalmente entre los libros
VIII y IX, tambin en medio del libro VIII. La existencia de la misma obra en dos diferentes formas hace
surgir un nmero de problemas literarios curiosos. Por supuesto, est la pregunta de prioridad. Aqu, con
dos excepciones notables, los eruditos parecen concordar a favor de la forma ms larga. Luego viene la
pregunta de por qu Eusebio la resumi y, finalmente, cmo el compendi lleg a la Historia de la
Iglesia. La forma corta carece de algunas notas introductorias, a las que se refiere en c. XIII, que define
el alcance del libro. Tambin se interrumpe cuando el autor es t por registrar la palinodia de
los perseguidores. Parece probable que parte de la conclusin que falta existe en forma de un apndice
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al libro VIII de la Historia de la Iglesia encontrado en varios manuscritos. Este apndice contrasta la
miserable suerte de los perseguidores con la buena fortuna de Constantino y su padre. A partir de esta
informacin, Lightfoot concluye que poseemos formada parte de una obra ms grande en la cual los
sufrimientos de los mrtires fueron contrapuestos a las muertes de los perseguidores. Sin embargo, se
debe recordar que las partes faltantes no aadirn mucho al libro. En lo que a los mrtires se refiere,
evidentemente est completo, y el destino de los perseguidores no aporta mucho al relato. Aun as, la
conclusin faltante puede explicar por qu Eusebio acort su relato sobre los mrtires. El libro, en ambas
formas, iba dirigido al pblico en general. Era por lo tanto deseable bajar el precio de las copias. Si se iba
a hacer as, y se le aada nuevo material (es decir, el destino de los perseguidores), haba que acortar el
asunto de los mrtires. En 1894, en el Theologische Literaturzeitung (p. 464) Preuschen descart
la idea de que la forma corta era slo un borrador no hecho para publicarse. Bruno Violet, en su "Die
Palstinischen Martyrer" (Texte u. Untersuch., XIV, 4, 1896) sigui esta idea y seal que, mientras que
la forma larga era usada constantemente por los compiladores de Martirologios,Menologios y otros, la
forma corta nunca fue usada. En una revisin de Violet (Theolog. Litz, 1897, p. 300), regres a su idea
original, y luego sugiere que la forma corta debi haber sido aadida a la Historia de la Iglesia por algn
copista que tuvo acceso a los manuscritos de Eusebio. Harnack (Chronologie, 11, 115) apoya la prioridad
de la forma larga, pero piensa que la corta fue compuesta casi al mismo tiempo para lectores de la
Historia de la Iglesia.
(4) La Crnica (vea artculo separado Crnica de Eusebio. (5) La Historia de la Iglesia: Sera difcil
sobreestimar el favor que le debe la posteridad a Eusebio por esta monumental obra. Viviendo durante el
perodo de transicin, cuando el antiguo orden estaba cambiando y todo lo conectado con l estaba
pasando al olvido, se adelant con sus inmensos acopios de conocimiento y sus conservados
inapreciables tesoros de antigedad cristiana. ste es el gran mrito de la Historia de la Iglesia. No es
una obra literaria que se puede leer con placer debido a su estilo. La diccin de Eusebio, deca Focio,
nunca es agradable ni clara. Ni tampoco es el trabajo de un gran pensador. Pero es un almacn de
informacin coleccionada por un estudiante infatigable. A pesar la amplitud de los conocimientos de
Eusebio, la obra tiene sus limitaciones. l estaba irritantemente desinformado de lo que pasaba en
Occidente. El que l supiera muy poco sobre Tertuliano o San Cipriano se debi sin duda a su
escasoconocimiento del latn; pero en el caso de un escritor griego, como San Hiplito, slo podemos
suponer que sus obras de algn modo fallaron en abrirse camino hacia Oriente. La buena fe y sinceridad
de Eusebio fueron ampliamente vindicadas por Lightfoot. La famosa burla de Gibbon sobre un escritor
que indirectamente confiesa que l ha narrado lo que pueda redundar para la gloria, y que ha suprimido
todo lo que pueda tender a la desgracia, de la religin, puede ser suficientemente hal lado al referirse al
pasaje (Historia de la Iglesia VIII.2); Mart. Pal. c. 12) en el que se basa. Eusebio no confiesa
indirectamente, sino que abiertamente reconoce que omiti ciertos escndalos, y los enumera y los
denuncia. Citando a Lightfoot Los cargos especiales contra su honor pueden ser sostenidos de nuevo.
No hay fundamento de ninguna clase para el cargo de que Eusebio falsific o interpol el pasaje
deJosefo relativo a Nuestro Seor citado en Historia de la Iglesia I.11, aunque Heinchen est dispuesto a
considerar el cargo. Puesto que este pasaje est en todos nuestros manuscritos, y hay suficiente
evidencia que otras interpolaciones (aunque no sta) fueron introducidas al texto de Josefo mucho antes
de su poca (vea Orgenes, c. Cels., I, 47, la nota de Delarue) ninguna sospecha se la puede atribuir a
Eusebio mismo. Ciertamente Orgenes (1,c) conoca otra interpolacin en el historiador judo, a quien cita
en otra parte (11,23). Sin duda tambin la omisin del bho en el relato de la muerte de Herodes
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Agripa(Hist. Ecl. II.10) ya estaba en algn texto de Josefo (Ant., XIX, 8, 2). La forma en que Eusebio se
ocupa de sus numerosas citas en otros lugares, de donde podemos probar su honestidad, es una
suficiente vindicacin contra este cargo injusto. (L., p. 325).
Las notas en la Historia de la Iglesia que se refieren al canon del Nuevo Testamento son tan importantes
que se debe decir una palabra sobre la regla que sigui Eusebio en lo que registr y lo que no registr.
Generalmente hablando, su principio parece haber sido citar testimonios en pro y en contra de aquellos
libros cuyo lugar en el canon haba sido discutido. En el caso de libros no discutidos l dio alguna
informacin interesante respecto a su composicin que haba encontrado en su lectura. El asunto fue muy
investigado por Lightfoot en un artculo en El Contemporneo (enero de 1875, reimpreso en Ensayos
sobre Religin Sobrenatural), titulado El Silencio de Eusebio. Respecto al Evangelio segn San Juan,
Lightfoot concluye: El silencio de Eusebio respecto a testigos primitivos del Cuarto Evangelio es una
evidencia en su favor. Para las listas episcopales en la Historia de la Iglesia, vea el artculo sobre
la Crnica de Eusebio. El dcimo libro de la Historia de la Iglesia registra la der5rota de Licinio en 323, y
debe haber sido completada antes de la muerte y desgracia de Crispo en 326, pues se refiere a l como
el ms piadoso hijo de Constantino. El libro noveno fue completado entre la derrota de Maxentio en 312,
y la primera ruptura de Constantino con Licinio en 314.
(6) La Vida de Constantino, en cuatro libros. Esta obra ha sido muy censurada desde el tiempo
deScrates en adelante, debido a que es ms un panegrico que una historia. Si hubo alguna vez un
hombre con la obligacin de respetar la mxima De mortuis nil nisi bonum, ese hombre fue Eusebio, al
escribir la vida de Constantino tres aos despus de la muerte de ste (337). Esta Vida es especialmente
valiosa debido a la descripcin que da del Primer Concilio de Nicea y las primeras etapas de la
controversia arriana. Se debe recordar que una de nuestras principales fuentes de informacin sobre ese
concilio es el libro escrito para ensalzar a Constantino.
Apologticas
(7) Contra Hierocles. Hierocles, quien era gobernador de Bitinia y en Egipto, era cruel enemigo de
loscristianos durante la persecucin, antes de la persecucin los haba atacado en sus escritos. No hubo
nada original en su trabajo excepto el uso que hizo de la Vida de Apolonio de Tiana de Filostrato para
instituir una comparacin entre el Seor y Apolonio a favor de este ltimo. En su respuesta Eusebio se
circunscribi a este solo punto.
(8) "Contra Porfirio", obra en veinticinco libros del cual no sobrevive ni un solo fragmento.
(9) La "Prparatio Evangelica", en quince libros.
(10) La "Demonstratio Evangelica", en veinte libros, del cual se han perdido los ltimos diez, con la
excepcin de un fragmento del dcimo quinto. El objetivo de estos dos tratados, que deben ser
considerados como dos partes de un trabajo comprehensivo, era justificar la actitud de los cristianos de
rechazar la la religin y la filosofa griega a favor de la de los hebreos, y entonces justificarlos por no
observar el modo de vida de los judos. La Prparatio" est dedicada al primero de dichos objetivos. El
siguiente resumen sobre su contenido est tomado la la introduccin del seor Gifford a su traduccin de
la Prparatio": Los primeros tres libros discuten el triple sistema de teologa pagana, mtica, alegrica y
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poltica. Los prximos tres, del IV VI, dan una descripcin de los orculos principales, del culto a los
demonios y de las variadas opiniones de los filsofos griegos sobre las doctrinas de Platn y el libre
albedro. Los libros VII- IX dan las razones para preferir la religin de los hebreos fundada principalmente
en el testimonio de varios autores sobre la excelencia de sus Escrituras y la verdad de su historia. En los
libros X-XII Eusebio argumenta que los griegos han tomado prestado de la vieja teologa y filosofa de los
hebreos, especialmente sobre la supuesta dependencia de Platn sobre Moiss. En los ltimos tres libros
se contina la comparacin de Moiss con Platn, y las mutuas contradicciones de los filsofos griegos,
se expone y critica especialmente a los peripatticos y estoicos.
La "Prparatio" es una hazaa gigante de erudicin, y segn Harnack (Chronologie, II, p. 120), fue, como
muchos de los otros trabajos de Eusebio, realmente compuesta durante la presin de la persecucin.
Junto con la Crnica, est segunda en importancia despus de la Historia de la Iglesia, debido a sus
copiosos extractos de autores antiguos cuyas obras haban desaparecido. El primer libro de la
Demostratio trata principalmente con el carcter temporero de la Legislacin Mosaica. En el segundo se
discuten las profecas concernientes a la vocacin de los gentiles y el rechazo de los judos. Los ocho
restantes tratan sobre los testimonios de los profetas concernientes a Cristo.
Ahora pasaremos a tres libros, de los cuales no se conoce nada excepto que fueron ledos por Focio, es
decir (11), La "Prparatio Ecclesiastica", (12), la "Demonstratio Ecclesiastica", y (13) Dos Libros de
Objecin y Defensa, de los cuales, segn el relato de Focio, parece haber habido dos ediciones
separadas.
(14) la Theophania o Manifestacin Divina. Excepto por unos pocos fragmentos del original, esta obra
slo existe en una versin en siraco descubierta por Tattam, editada por Lee en 1842 y traducida por l
mismo en 1843. Trata de la funcin csmica de la Palabra, de la naturaleza del hombre, la necesidad de
la revelacin, etc. Los libros cuarto y quinto son particularmente notables como una especie de
anticipacin de los libros modernos sobre evidencias cristianas. Surge un problema literario curioso de las
relaciones entre la Theophania y la obra De Laudibus Constantini. Hay pasajes completos que estn
casi verbatim en ambos trabajos. Lightfoot se decide a favor de la prioridad de la obra nombrada primero.
Gressel, quien ha editado la Theophania para la edicin de Berln de los Padres Griegos tiene una
opinin opuesta. l compara los pasajes paralelos y argumenta que ellos estn mejorados en el De
Laudibus Constantini.
(15) Sobre la Numerosa Progenie de los Antiguos. Eusebio se refiere a esta obra dos veces, en la
"Prp. Ev.", VII, 8, y en la "Dem. Ev.", VII, 8; y tambin (Lightfoot y Harnack think) por San Basilo (Sobre
el Espritu Santo 29) donde l dice, Quiero llamar la atencin a sus palabras (las de Eusebio) al discutir
las dificultades comenzadas en relacin con la poligamia primitiva. Argumentando sobre las palabras de
San Basilio, Lightfoot piensa que en este tratado Eusebio trata con la dificultad presentada por
lospatriarcas que posean ms de una esposa. Pero l pas por alto la referencia en Dem. Ev., de
donde parecera que la dificultad con la que trataba era, quizs, una muy general, es decir, el contrate
presentado por el deseo de los patriarcas de una descendencia numerosa y el honor en que los cristianos
tenan la continencia.
Exegticas
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(16) Eusebio narra, en su Vida de Constantino (IV, 36, 37), cmo fue comisionado por el emperador a
preparar cincuenta copias suntuosas de la Biblia para usarlas en las Iglesias de Constantinopla. Algunos
eruditos piensan que el Cdice Sinatico fue una de estas copias. Lightfoot rechaza esta opinin basado
principalmente en que el Texto del cdice difiere ampliamente en muchos aspectos de los escritos de
Eusebio.
(17) Secciones y Cnones. Eusebio redact diez cnones, el primero contena una lista de pasajes
comunes a los cuatro Evangelios, el segundo, aqullos comunes a los primeros tres y as por el estilo.
Tambin dividi los Evangelios en secciones numeradas continuamente. Un nmero, contra una seccin,
refera al lector al canon particular donde podra encontrar las secciones paralelas o pasajes.
(18) Ya se ha hablado de los trabajos de Pnfilo y Eusebio en editar la Septuaginta. Ellos crean (como
hizo San Jernimo cerca de un siglo despus) que Orgenes haba tenido xito al restaurar la vieja
versin griega a su pureza primitiva. El resultado fue una mezcla daina de la versin alejandrina con
las versiones de Aquila y Teodocin (Swete, Introd. A O.T. en griego, pp. 77, 78). Para los trabajos de
los dos amigos sobre el texto del Nuevo Testamento el lector puede referirse a Rousset "Textcritische
Studien zum N. T.", c. II. No se sabe si, como en el caso del Antiguo Testamento, ellos trabajaron sobre
algunos principios crticos definidos.
(19) (a) Interpretacin de los trminos etnolgicos en las Escrituras Hebreas; (b) Cronografa de la Judea
Antigua con los patrimonios de las Diez Tribus; (c) Un plano de Jerusaln y el Templo; (d) sobre los
nombres de Lugares en las Sagradas Escrituras. Estas cuatro obras fueron escritas a pedido de Paulino,
un amigo de Eusebio. Slo existe la cuarta, la cual se conoce como los Tpicos o el Onomasticn.
(20) Sobre la nomenclatura del Libro de los Profetas. Esta obra da una corta biografa de cada profeta y
una descripcin de sus profecas.
(21) Comentario sobre los Salmos. Hay muchas lagunas en los manuscritos de esta obra, y termina con
el salmo 118. Las porciones faltantes son suplidas en parte por extractos del Caten. Una alusin al
descubrimiento del Santo Sepulcro fija la fecha en cerca de 330. Lightfoot habla muy favorablemente
sobre este comentario.
(22) Comentario sobre Isaas, escrito despus de la persecucin.
(23 a 28) Comentarios sobre los libros de las Sagradas Escrituras de los cuales se preservan algunos
extractos.
(29) Comentario sobre San Lucas, del cual se conserva lo que parecen ser extractos.
(30) Comentario sobre la Primera Epstola a los Corintios, cuya existencia parece haber sido dada a
entender por San Jernimo (Ep. XLIX).
(31) Comentario sobre los Hebreos. Angelo Mai descubri y public un fragmento que parece pertenecer
a tal comentario
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(32) Sobre las Discrepancias de los Evangelios, en dos partes. Angelo Mai descubri y public en 1825
un eptome de esta obra, muy probablemente de la mano de Eusebio. Slo se conservan extractos del
original. De las dos partes, la primera, dedicada a cierto Esteban, discute asuntos respecto a las
genealogas de Cristo; el segundo, dedicado a un tal Marino, asuntos concernientes a la Resurreccin.
Las Discrepancias fueron ampliamente tomadas prestadas por San Jernimo y San Ambrosio, y as han
ejercido indirectamente una considerable influencia sobre los estudios bblicos.
(33) Introduccin Elemental General, consiste de diez libros, de los cuales del VI-IX existen bajo el ttulo
de Extractos Profticos. stos fueron escritos durante la persecucin. Tambin hay unos cuantos
fragmentos de los restantes libros. Esta obra parece haber sido una introduccin general a la teologa, y
su contenido era muy miscelneo, como lo muestra el resto existente. (L., p. 339).
Dogmticas
(34) La Apologa para Orgenes. Este trabajo ya fue mencionado en conexin con Pnfilo. Consista de
seis libros, el ltimo de los cuales fue aadido por Eusebio. Slo existe el primer libro en una traduccin
de Rufino.
(35) "Contra Marcelo, obispo de Ancira", y (36) "Sobre la Teologa de la Iglesia", una refutacin a Marcelo.
En dos artculos en el "Zeitschrift fr die Neutest. Wissenschaft" (vol. IV, pg. 330 ss. y vol. VI, pp. 250
ss.), escrito en ingls, Prof. Conybeare ha sostenido que nuestro Eusebio no pudo haber sido e l autor de
los dos tratados contra Marcelo. Sus argumentos son rechazados por el Prof. Klostermann, en su
introduccin a estas dos obras publicadas en 1905 para la edicin de Berln de los Padres Griegos. El
"Contra Marcelo" fue escrito despus de 336 para justificar la accin del snodo efectuado en
Constantinopla en el cual Marcelo fue depuesto; la Teologa, uno o dos aos despus.
(37) "Sobre el Festival Pascual" (una interpretacin mstica). Esta obra estaba dedicada a Constantino
(Vit. Const., IV, 35, 316). Un gran fragmento de ella fue descubierto por Angelo Mai.
(38) Un tratado contra los maniqueos est quizs contenido virtualmente en Epifanio (Hr., LXVI, 21).
Discursos y Sermones
(39) En la Dedicacin de la Iglesia de Tiro (vea arriba).
(40) En el vicenal de Constantino. Este parece haber sido el discurso inaugural pronunciado en el Concilio
de Nicea. No existe en la actualidad.
(41) Sobre el Sepulcro del Salvador 325 d.C. (Vit. Const., IV, 33) no existente.
(42) En el tricenal de Constantino. Esta obra es generalmente conocida como el "De Laudibus
Constantini". La segunda parte (11-18) parece haber sido un discurso separado unido al tricenal.
(43) "En alabanza de los Mrtires". Este discurso se conserva en el mismo manuscrito que la "Theofana"
y "Mrtires de Palestina". Fue publicado y traducido en la Revista de Literatura Sacra por el Sr. H. B.
Cowper (Nueva Serie, V, pp. 403 ss., e ibid. VI, pp. 129 ss.).
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(44) Sobre el fracaso de Rain, no existente.
Cartas
Es bastante curiosa la historia de la preservacin de las tres cartas, (45) a Alejandro de Alejandra, (46) a
Eufrasin o Eufratin, (47) a la emperatriz Constancia. Constancia le pidi a Eusebio que le enviara cierta
imagen de Cristo de la que ella haba odo hablar; la negativa de l fue expresada en trminos a los que
siglos despus apelaron los iconoclastas. En el Segundo Concilio de Nicea se ley un fragmento de esta
carta y contra ella fueron puestas partes de las cartas a Alejandro y Eufrasin para probar que Eusebio
se entreg a un sentido reprobado, y a una mente y opinin con aquellos que seguan elarrianismo.
(Labbe, "Conc.", VIII, 1143-1147; Mansi, "Conc.", XIII, 313-317). Todava existen otras partes de la carta
escrita a Constancia, adems del fragmento citado en el concilio.
(48) A la Iglesia de Cesarea despus del Primer Concilio de Nicea. Esta carta ya ha sido descrita.
Fuente : Bacchus, Francis Joseph. "Eusebius of Csarea." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York:
Robert Appleton Company, 1909. .
Traducido por Luz Mara Hernndez Medina.