Evaluación en la catequesis

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EVALUACIÓN EN LA CATEQUESIS Es preciso saber, con toda claridad, qué decimos cuando decimos educación religiosa y qué decimos cuando decimos catequesis y, sobre todo, es preciso discernir qué lugar ocupa la fe en nuestra intencionalidad educativa. Por: P. José Luis Quijano | Fuente: isca.org La pregunta acerca de la evaluación en la catequesis se abre necesariamente a otras preguntas. Nosotros optamos por iniciar la búsqueda de respuestas a partir de la concepción de catequesis. Una concepción de evaluación y sus precisiones acerca de los instrumentos, los criterios, las modalidades, los tiempos, los alcances y su misma pertinencia y posibilidad suponen una determinada concepción de catequesis. Esta concepción puede ser precisada desde su naturaleza, desde su finalidad, desde un determinado planteo metodológico o desde su lugar en el contexto amplio de la evangelización y del ministerio de la Palabra. En esta ocasión, basándonos en los aportes de la etimología, partimos de una clarificación terminológica. "La terminología relacionada con la "religión" Educación religiosa, formación religiosa, enseñanza religiosa, instrucción religiosa, cultura religiosa, etc., son denominaciones que sólo un examen

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EVALUACIÓN EN LA CATEQUESIS

Es preciso saber, con toda claridad, qué decimos cuando decimos educación religiosa y qué decimos cuando decimos catequesis y, sobre todo, es preciso discernir qué lugar ocupa la fe en nuestra intencionalidad educativa.

Por: P. José Luis Quijano | Fuente: isca.org

La pregunta acerca de la evaluación en la catequesis se abre necesariamente a otras preguntas. Nosotros optamos por iniciar la búsqueda de respuestas a partir de la concepción de catequesis. Una concepción de evaluación y sus precisiones acerca de los instrumentos, los criterios, las modalidades, los tiempos, los alcances y su misma pertinencia y posibilidad suponen una determinada concepción de catequesis.

Esta concepción puede ser precisada desde su naturaleza, desde su finalidad, desde un determinado planteo metodológico o desde su lugar en el contexto amplio de la evangelización y del ministerio de la Palabra.

En esta ocasión, basándonos en los aportes de la etimología, partimos de una clarificación terminológica.

"La terminología relacionada con la "religión"Educación religiosa, formación religiosa, enseñanza religiosa, instrucción religiosa, cultura religiosa, etc., son denominaciones que sólo un examen pormenorizado, en el marco concreto de las distintas situaciones culturales e institucionales, permite captar en su precisa identidad, y, por tanto, en su pertenencia (o no pertenencia) al ámbito de la actividad catequética. En general, estos términos son de uso menos intra-eclesiástico y se encuadran más fácilmente en el contexto de las instituciones civiles, del discurso pedagógico general, del tejido cultural y social. Pero solamente un análisis de su significado concreto, en cada contexto cultural, puede permitir especificar su grado de identificación o de discrepancia con la catequesis eclesial en sentido propio. En muchas regiones o instituciones cristianas, religión y religioso se aplican concretamente a los contenidos de la fe y a las diversas manifestaciones de la experiencia eclesial (sacramentos, oración, compromiso ético, etc.). En este sentido, la educación religiosa o formación religiosa que abarca momentos de profundización de

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la fe, y podría, justamente, llamarse catequesis" (1)

Si bien no son éstas las cuestiones que hoy nos ocupan, pensar en la evaluación nos remite indirectamente a ellas, sin pretender aquí ninguna definición acerca de la ya proverbial discusión en nuestro país acerca de la identidad de la catequesis escolar.

Pero es preciso saber, con toda claridad, qué decimos cuando decimos educación religiosa y qué decimos cuando decimos catequesis y, sobre todo, es preciso discernir qué lugar ocupa la fe en nuestra intencionalidad educativa.

En la praxis latinoamericana es bastante habitual que la educación religiosa se contextualice en el discurso pedagógico general. De hecho, el Manual de Catequética del CELAM(2) establece, a partir de diversos aspectos, las diferencias entre la catequesis y la educación religiosa escolar. Entre los aspectos que se consideran para la comparación, la evaluación ocupa un lugar bastante clarificador en la pregunta que hoy nos hacemos.

La evaluación en la Catequesis

Es necesaria según su naturaleza, pero tiene límites cuando se trata de objetivos de adhesión y comunión con Dios, que no son evaluables. Favorece la evaluación formativa que no excluye los contenidos. Requiere una opción por el mensaje cristiano como realidad de salvación.

La evaluación en la Educación Religiosa Escolar

Necesaria por el carácter escolar, con su rigor y exigencia académica, lo que no excluye parámetros específicos, de acuerdo con la naturaleza e identidad de la ERE. Evalúa los objetivos formulados y los procesos, tanto en lo cognitivo como en lo afectivo, empleando los instrumentos propios de la escuela. No requiere la aceptación vital del mensaje cristiano y facilita una posible opción de fe, aunque su intencionalidad es discreta

Rector: P. José Luis QuijanoVenezuela 4145CP 1211 • Buenos AiresTel/Fax: (011) 4512-3868[email   protected] www.isca.org.ar

Bibliografía(1). Alberich, Emilio."La Catequesis en la Iglesia". CCS. Madrid. 1991.(2). Ver pág. 394 y ss.

La Planificación de la Catequesis IICuando pensamos en la planificación, nuestra mirada debe estar puesta en la realidad que nos rodea y sobre esta, elaborar, crear, proyectar y organizar, para obtener los

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mejores resultados posibles

Por: Lic. Juan Carlos López Olmedo | Fuente: ISCA www.isca.org.ar

Ya tenemos en claro que "Planificar", debe ser la primera actividad de quien prepara un encuentro catequístico. Siguiendo con esta temática, vamos a profundizar la planificación en las parroquias.

También esta es una de nuestras grandes falencias, que pueden tener atenuantes referidas a la realidad de la propia comunidad, lo que no significa que hay que resignarse y no trabajar para lograr, aunque sea, una mínima y adaptada planificaciónCuando pensamos en la planificación, nuestra mirada debe estar puesta en la realidad que nos rodea y sobre esta, elaborar, crear, proyectar y organizar, para obtener los mejores resultados posibles.

Toda tarea pensada, trabajada con responsabilidad, conlleva una carga de inconvenientes que debemos superarlos. Los más comunes, a la hora de organizar la catequesis, pasan por la falta de catequistas preparados, o por complicaciones en términos laborales de estos. Como todo problema, habrá que buscarle una solución y organizar en base a lo que hay.

Encontrar el equilibrio y la armonía en una tarea articulada, en beneficio de la catequesis, a veces es difícil, pero cuando el objetivo final es lograr obtener la conjunción entre catequistas y catecúmenos, todo esfuerzo es doblemente valorado.

Solamente con una buena planificación, se puede lograr una mejor comprensión de toda la historia de la salvación.

La Planificación de la catequesis parroquial

La tarea central de la Iglesia es el anuncio explicito del Evangelio de Cristo. De allí derivan una serie de acciones pastorales, estructuras y funciones que hacen posible la misión. Entre las acciones, se destacan la catequesis preparatoria para los sacramentos y específicamente, la preparación para la primera comunión y la confirmación.

Este proceso de preparación debe ser sistemático y continuo. Lleva el nombre de "itinerario catequístico permanente" y como tal, permite incorporar nuevos fieles a la Iglesia y ayudar a los que ya están, a crecer y madurar en su fe.

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Es impensable no planificar la catequesis; y hasta es anti-evangélico. Debe haber una seria preparación, no solo de actividad, sino también de quienes tendrán a su cargo la tarea. Y por supuesto, la planificación de la catequesis debe estar en armonía con la pastoral orgánica de la parroquia.

Por todo ello, y en especial, para la catequesis de primera comunión y confirmación, es conveniente tener en cuenta lo siguiente:- En primer lugar, siguiendo el proceso de toda planificación, será necesario un diagnóstico de la situación frente al tema. ¿hay niños y jóvenes (y adultos) para recibir los sacramentos?- Compromiso, aunque sea mínimo con los actos centrales del calendario litúrgico- Para los que ya están en pleno proceso ( 2º año de comunión, jóvenes o adultos) crear acciones concretas para dar el paso de la norma heterogénea(por ejemplo: ir a misa por obligación), hacia la norma autónoma (en la misa somos comunidad que eleva su oración al padre y consagra junto con Jesús, toda la creación).Lo que no debe faltar en toda planificación (y a menudo falta), es la serie de contenidos mínimos; como las oraciones oficiales, las festividades, las prácticas religiosas, etc.; todo lo que concierne a la vida concreta del cristiano.

Muchas veces, en el afán de los catequistas por innovar y de las Editoriales por presentar textos nuevos, se privilegian los métodos por encima de los contenidos, o se presentan los temas tan solapadamente, que pierden la fuerza del mensaje de Jesús. No olvidemos que "no siempre lo nuevo es bueno".

Planificar es cosa seria, aunque en las cosas de Dios, la gracia está primera, porque estamos invitados a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa por la causa del Reino, pero no se ha de olvidar que sin Cristo, no podemos hacer nada.