Evaluación n1 7mo.pdf

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GOLDEN SCHOOL Pequeñas Mentes que Brillan” Dirección. LENGUAJE Y COMUNICACION: Séptimo “A” PROFESORA: Camila Fuentes Espinoza ESTUDIANTE: EVALUACIÓN SUMATIVA 1 PUNTAJE TOTAL PUNTAJE OBTENIDO NOTA: OBJETIVO DE APRENDIZAJE: Género narrativo, tipos de narradores, reglas de acentua- ción, hechos y opiniones, estrategias de comprensión lectora. 62 Instrucciones generales: Lee atentamente las instrucciones de cada ítem y responde de manera correcta. Recuerda que está prohibido hablar en evaluación. I.- Ítem de Selección Múltiple. Encierra la letra de la alternativa correcta para cada pregunta. (2 puntos c/u) Lee y contesta de la pregunta 1 a la 10. El invasor Al principio, Tadeo creyó que era sonámbulo. ¿Qué otra cosa podía pensar luego de des- pertar y encontrar el ropero abierto y toda su ropa desparramada por el piso? ¿Ladrones? No, a pesar del desorden, no faltaba nada. Además, la continua repetición del suceso apoyaba su hipótesis. Sí, seguramente estaba padeciendo sonambulismo. Sin embargo, su hipótesis se derrumbó cuando lo vio por primera vez. Era alrededor de las tres de la mañana, se había despertado a esa hora para hacer sus maletas, pues tenía que viajar por motivos de trabajo y el avión salía a las cinco. Encendió la lámpara de su mesa de noche y lo descubrió husmeando en el ropero. No pudo verlo muy bien, ya que sus ojos todavía no se habían habituado a la luz y, además, porque el intruso escapó rápidamente al sentirse descubierto. Pero lo que logró distinguir lo llenó de espanto: una criatura, apenas más alta que la cama, gorda, o qui- zás robusta, vestida con harapos y con los pies descalzos. ¿Era un ser humano? ¿Por qué invadía su casa todas las noches? No pudo evitar pensar en eso durante todo el viaje. Cuando regresó, encontró el desorden habitual, cosa que lo estreme- ció, pero, venciendo el miedo, se acercó al ropero para revisarlo y tratar de descubrir qué buscaba ese extraño ser. No halló nada inusual, salvo una sustancia viscosa y algo maloliente en los cajo- nes. Decidió prepararse. Compró una linterna y un garrote. Tomó pastillas para no dormir y se dispuso a esperar la llegada del intruso. La oscuridad de la habitación le provocaba cierto temor, pero creía que si prendía las luces, tal vez la criatura podía no aparecer. Pasó un par de horas en la cama, simulando estar dormido, hasta que la puerta del cuarto se abrió; escuchó claramente los pasos y prendió la linterna. El invasor, sorprendido, emitió un agudo chillido, exhibiendo sus afilados dientes. Tadeo se asustó, no solo por el amenazador gesto, sino también por la apariencia de ese engendro. Sí, no había otro modo de definirlo, era un engendro. Tenía rasgos humanos, pero com- pletamente deformados: su cabeza era desproporcionadamente grande en relación al cuerpo, la coronaban gruesos y largos cabellos; sus ojos eran diminutos, de un color cercano al rojo, no tenía cejas ni pestañas; en lugar de nariz, parecía tener una verruga gigante; su boca era lo suficiente- mente amplia como para enseñar unas mandíbulas de primate con una dentadura de lagarto. Rápidamente, meditó qué hacer. Pese a su horrible apariencia, el engendro era enano, o sea que Tadeo tenía la ventaja del tamaño. Siguiendo esa lógica, no sin algo de miedo, empuñó firmemente el garrote y emprendió el ataque. La lucha no duró mucho, el garrote cumplió su come- tido. Tadeo metió el cuerpo sin vida del engendro en una bolsa de basura y la dejó en la acera para que la recogiesen los empleados del aseo municipal. Jamás se enteró qué era en realidad o por qué había estado invadiendo su casa, simplemente trató de olvidar el evento y proseguir con su vida. Sin embargo, a las pocas semanas, notó que de sus oídos emanaba una sustancia visco- sa, algo maloliente... Julián Sanguineti. El invasor. En Lenguaje 7º básico. Proyecto “Vamos Adelante”. Bolivia: Santillana.

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GOLDEN SCHOOL

“Pequeñas Mentes que Brillan”

Dirección.

LENGUAJE Y COMUNICACION: Séptimo “A”

PROFESORA: Camila Fuentes Espinoza

ESTUDIANTE:

EVALUACIÓN SUMATIVA 1 PUNTAJE

TOTAL

PUNTAJE

OBTENIDO

NOTA:

OBJETIVO DE APRENDIZAJE:

Género narrativo, tipos de narradores, reglas de acentua-

ción, hechos y opiniones, estrategias de comprensión

lectora.

62

Instrucciones generales: Lee atentamente las instrucciones de cada ítem y responde de

manera correcta. Recuerda que está prohibido hablar en evaluación.

I.- Ítem de Selección Múltiple. Encierra la letra de la alternativa correcta para cada pregunta. (2 puntos c/u)

Lee y contesta de la pregunta 1 a la 10.

El invasor

Al principio, Tadeo creyó que era sonámbulo. ¿Qué otra cosa podía pensar luego de des-pertar y encontrar el ropero abierto y toda su ropa desparramada por el piso?

¿Ladrones? No, a pesar del desorden, no faltaba nada. Además, la continua repetición del suceso apoyaba su hipótesis. Sí, seguramente estaba padeciendo sonambulismo.

Sin embargo, su hipótesis se derrumbó cuando lo vio por primera vez. Era alrededor de las tres de la mañana, se había despertado a esa hora para hacer sus maletas, pues tenía que viajar por motivos de trabajo y el avión salía a las cinco. Encendió la lámpara de su mesa de noche y lo descubrió husmeando en el ropero. No pudo verlo muy bien, ya que sus ojos todavía no se habían habituado a la luz y, además, porque el intruso escapó rápidamente al sentirse descubierto. Pero lo que logró distinguir lo llenó de espanto: una criatura, apenas más alta que la cama, gorda, o qui-zás robusta, vestida con harapos y con los pies descalzos.

¿Era un ser humano? ¿Por qué invadía su casa todas las noches? No pudo evitar pensar en eso durante todo el viaje. Cuando regresó, encontró el desorden habitual, cosa que lo estreme-ció, pero, venciendo el miedo, se acercó al ropero para revisarlo y tratar de descubrir qué buscaba ese extraño ser. No halló nada inusual, salvo una sustancia viscosa y algo maloliente en los cajo-nes.

Decidió prepararse. Compró una linterna y un garrote. Tomó pastillas para no dormir y se dispuso a esperar la llegada del intruso. La oscuridad de la habitación le provocaba cierto temor, pero creía que si prendía las luces, tal vez la criatura podía no aparecer. Pasó un par de horas en la cama, simulando estar dormido, hasta que la puerta del cuarto se abrió; escuchó claramente los pasos y prendió la linterna.

El invasor, sorprendido, emitió un agudo chillido, exhibiendo sus afilados dientes.

Tadeo se asustó, no solo por el amenazador gesto, sino también por la apariencia de ese engendro. Sí, no había otro modo de definirlo, era un engendro. Tenía rasgos humanos, pero com-pletamente deformados: su cabeza era desproporcionadamente grande en relación al cuerpo, la coronaban gruesos y largos cabellos; sus ojos eran diminutos, de un color cercano al rojo, no tenía cejas ni pestañas; en lugar de nariz, parecía tener una verruga gigante; su boca era lo suficiente-mente amplia como para enseñar unas mandíbulas de primate con una dentadura de lagarto.

Rápidamente, meditó qué hacer. Pese a su horrible apariencia, el engendro era enano, o sea que Tadeo tenía la ventaja del tamaño. Siguiendo esa lógica, no sin algo de miedo, empuñó firmemente el garrote y emprendió el ataque. La lucha no duró mucho, el garrote cumplió su come-tido.

Tadeo metió el cuerpo sin vida del engendro en una bolsa de basura y la dejó en la acera para que la recogiesen los empleados del aseo municipal. Jamás se enteró qué era en realidad o por qué había estado invadiendo su casa, simplemente trató de olvidar el evento y proseguir con su vida. Sin embargo, a las pocas semanas, notó que de sus oídos emanaba una sustancia visco-sa, algo maloliente...

Julián Sanguineti. El invasor. En Lenguaje 7º básico. Proyecto “Vamos Adelante”.

Bolivia: Santillana.

1. ¿Qué tipo de narrador se presenta en el texto?

A. Testigo.

B. Protagonista.

C. Omnisciente.

D. De conocimiento relativo.

2. ¿Por qué Tadeo decidió dejar de dormir?

A. Debía viajar muy temprano.

B. Necesitaba resolver un enigma.

C. Temía morir mientras descansa.

D. Deseaba superar el miedo a la oscuridad.

3. ¿Qué actitud de Tadeo se destaca al principio de la narración?

A. Sorpresa.

B. Inquietud.

C. Indecisión.

D. Desconfianza.

4. ¿Qué función cumple el engendro en el relato?

A. Exponer la debilidad del ser humano.

B. Mostrar seres desconocidos que nos rodean.

C. Explicar cómo se activa el miedo en las personas.

D. Quebrantar los límites impuestos por lo cotidiano.

5. ¿Qué fragmento del relato presenta la situación aterrorizante?

A. “¿Qué otra cosa podía pensar luego de despertar y encontrar el ropero abierto y toda su ropa desparramada por el piso?”.

B. “Además, la continua repetición del suceso apoyaba su hipótesis. Sí, seguramente estaba padeciendo sonambulismo”.

C. “Encendió la lámpara de su mesa de noche y lo descubrió husmeando en el ropero”.

D. “Cuando regresó, encontró el desorden habitual, cosa que lo estremeció”.

6. Según lo leído, ¿cuál era la ventaja de Tadeo frente a su invasor?

A. La mayor altura.

B. La valentía en la lucha.

C. La capacidad reflexiva.

D. La luminosidad de la linterna.

7. ¿De qué trata el texto anterior?

A. De un ser que visita regularmente a un hombre.

B. De un hombre que necesita descubrir un misterio.

C. De una creatura que contagia una enfermedad infecciosa.

D. De un ser extraño que invade la habitación de un hombre.

8. Se puede afirmar que el narrador del texto:

A. Participa en los hechos.

B. Es un personaje del relato.

C. Cuenta los hechos en tercera persona.

D. Desconoce lo que piensan los personajes.

9. ¿Qué opción sintetiza el final del relato?

A. Tadeo comenzó a parecerse al invasor.

B. Tadeo olvidó a su enemigo y continuó con su vida.

C. Tadeo se deshizo del cuerpo tirándolo en la basura.

D. Tadeo asesinó a su contrincante atacándolo con un garrote.

10. ¿En qué opción se subraya correctamente el sujeto de la oración?

A. No, a pesar del desorden, no faltaba nada.

B. Al principio, Tadeo creyó que era sonámbulo.

C. Sí, seguramente estaba padeciendo sonambulismo.

D. Sin embargo, su hipótesis se derrumbó cuando lo vio por primera vez.

Lee y contesta de la pregunta 11 a la 20.

Los pájaros

El dormitorio de Nat estaba orientado al Este. Se despertó poco después de las dos y oyó el ruido del viento en la chimenea. […] Fue entonces cuando oyó unos ligeros golpecitos en la venta-na. En las paredes de la casa no había enredaderas que pudieran desprenderse y rozar el cristal. Escuchó, y los golpecitos continuaron hasta que, irritado por el ruido, Nat saltó de la cama y se acercó a la ventana. La abrió y, al hacerlo, algo chocó contra su mano, pinchándole los nudillos y rozándole la piel. Vio agitarse unas alas y aquello desapareció sobre el tejado, detrás de la casa.

Era un pájaro. Qué clase de pájaro, él no sabría decirlo. El viento debía de haberle impulsa-do a guarecerse en el alféizar.

Cerró la ventana y volvió a la cama, pero, sintiendo humedad en los nudillos, se llevó la mano a la boca. El pájaro le había hecho sangre. Asustado y aturdido, supuso que el pájaro, buscando cobi-jo, le había herido en la oscuridad. Trató de conciliar de nuevo el sueño.

Pero al poco rato volvieron a repetirse los golpecitos, esta vez más fuertes, más insistentes. Su mujer se despertó con el ruido y, dándose la vuelta en la cama, le dijo:

—Echa un vistazo a esa ventana, Nat; está batiendo.

—Ya la he mirado —respondió él—; hay algún pájaro ahí fuera que está intentando entrar. ¿No oyes el viento? Sopla del Este y hace que los pájaros busquen dónde guarecerse.

—Ahuyéntalos —dijo ella—. No puedo dormir con ese ruido.

Se dirigió de nuevo a la ventana y, al abrirla esta vez, no era un solo pájaro el que estaba en el alféizar, sino media docena; se lanzaron en línea recta contra su rostro atacándole.

Soltó un grito y, golpeándolos con los brazos, consiguió dispersarlos; al igual que el prime-ro, se remontaron sobre el tejado y desaparecieron. Dejó caer rápidamente la hoja de la ventana y la sujetó con las aldabillas.

—¿Has visto eso? —exclamó—. Venían por mí. Intentaban picotearme los ojos.

Se quedó en pie junto a la ventana, escudriñando la oscuridad, y no pudo ver nada. Su mu-jer, muerta de sueño, murmuró algo desde la cama.

—No estoy exagerando —replicó él, enojado por la insinuación de la mujer—. Te digo que los pá-jaros estaban en el alféizar, intentando entrar en el cuarto.

De pronto, de la habitación que dormían los niños, situada al otro lado del pasillo, surgió un grito de terror.

—Es Jill —dijo su mujer, sentándose en la cama completamente espabilada—. Ve a ver qué le pa-sa.

Nat encendió la vela, pero, al abrir la puerta del dormitorio para atravesar el pasillo, la co-rriente apagó la llama.

Sonó otro grito de terror, esta vez de los dos niños, y él se precipitó en su habitación, sintien-do inmediatamente el batir de alas a su alrededor, en la oscuridad. La ventana estaba abierta de par en par. A través de ella, entraban los pájaros, chocando primero contra el techo y las paredes y, luego, rectificando su vuelo, se lanzaban sobre los niños, tendidos en sus camas. […]

Cogió una manta de la cama más próxima y, utilizándola como arma, la blandió a diestro y siniestro en el aire. Notaba cómo caían los cuerpos, oía el zumbido de las alas, pero los pájaros no se daban por vencidos, sino que, una y otra vez, volvían al asalto, punzándole las manos y la cabe-za con sus pequeños picos, agudos como las afiladas púas de una horca. La manta se convirtió en un arma defensiva; se la arrolló en la cabeza y, entonces, en la oscuridad más absoluta, siguió gol-peando a los pájaros con las manos desnudas. No se atrevía a llegarse a la puerta y abrirla, no fue-ra que, al hacerlo, le siguiesen los pájaros.

No podía decir cuánto tiempo estuvo luchando con ellos en medio de la oscuridad, pero al fin, fue disminuyendo a su alrededor el batir de alas y luego, cesó por completo. Percibía un débil res-plandor a través del espesor de la manta. Esperó, escuchó; no se oía ningún sonido, salvo el llanto de uno de los niños en el otro dormitorio. La vibración, el zumbido de las alas, se había extinguido.

Du Maurier, D. (2004). Los pájaros.

En Los mejores relatos de terror llevados al cine. Santiago: Alfaguara.

11. ¿Por qué se puede afirmar que el narrador es omnisciente?

A. Cuenta lo que cada personaje debe transmitir, a modo de diálogo.

B. Describe las sensaciones de los personajes, sin señalar lo que estos realizan.

C. Narra aquello que sucede sin conocer los pensamientos de los personajes.

D. Relata aquello que se observa y lo que motiva internamente a los personajes.

12. Según el texto, ¿qué despertó a Nat?

A. El roce de las enredaderas contra las paredes.

B. El ruido del viento que golpeaba la chimenea.

C. Los ruidos de pájaros golpeando su ventana.

D. La ventana del dormitorio que se azotaba.

13. ¿Qué actitud mantiene la mujer de Nat al inicio del relato?

A. De molestia.

B. De paciencia.

C. De desilusión.

D. De despreocupación.

14. ¿Qué función cumplen los pájaros en el relato?

A. Demostrar que cualquiera se puede convertir en enemigo.

B. Mostrar seres impresionantes que se convierten en extraordinarios.

C. Imponer una situación que inquieta y afecta la vida de los personajes.

D. Explicar la forma en que las personas reaccionan frente a la naturaleza.

15. ¿Qué fragmento se presenta una situación aterrorizante?

A. “Fue entonces cuando oyó unos ligeros golpecitos en la ventana”.

B. “Era un pájaro. Qué clase de pájaro, él no sabría decirlo. El viento debía de haberle impul-sado a guarecerse en el alféizar”.

C. “Sonó otro grito de terror, esta vez de los dos niños, y él se precipitó en su habitación, sin-tiendo inmediatamente el batir de alas a su alrededor, en la oscuridad”.

D. “Percibía un débil resplandor a través del espesor de la manta. Esperó, escuchó; no se oía ningún sonido, salvo el llanto de uno de los niños en el otro dormitorio”.

16. ¿Qué rasgo personal favorece a Nat frente a sus agresores?

A. La decisión con que actúa.

B. La velocidad con que reacciona.

C. La agresividad con que se defiende.

D. La capacidad de reflexionar ante los hechos.

17. ¿De qué trata el texto anterior?

A. De la incapacidad de defender del peligro a la propia familia.

B. De los graves daños físicos que provocan las aves agresoras.

C. De la sorpresa de una familia ante el inexplicable asedio de aves.

D. De la responsabilidad de cuidar a los hijos en momentos difíciles.

18. Se puede afirmar que el narrador del texto:

A. Participa en los hechos.

B. Es un personaje del relato.

C. Cuenta los hechos en tercera persona.

D. Desconoce lo que piensan los personajes.

19. ¿En qué opción se sintetiza el final del relato?

A. La familia recobra la calma.

B. Los pájaros mueren a manos del padre.

C. La familia intenta explicarse lo sucedido.

D. El padre se siente derrotado al ver sufrir a su hijo.

20. ¿En qué opción se subraya correctamente el predicado de la oración?

A. El dormitorio de Nat estaba orientado al Este.

B. Su mujer, muerta de sueño, murmuró algo desde la cama.

C. La manta se convirtió en un arma defensiva.

D. Percibía un débil resplandor a través del espesor de la manta.

II.- Clasifica las siguientes palabras según su acentuación. (15 puntos)

Instrucción - oeste - coordinar - murciélago - cualidad - fuiste– caótico - teléfono

después - cautela - creer - océano - tarántula - césped - entusiasmo

Agudas Graves Esdrújulas

III.- Lee las siguientes aseveraciones e indica si corresponde a hecho con una H y si corresponde

a una opinión con una O. (7 puntos)

La situación está muy complicada en mi casa. ___________

La época de primavera es bonita. ___________

El tránsito vehicular aumenta en Navidad. ___________

Creo que este año será muy próspero. ___________

El acento diacrítico diferencia funciones. ___________

Drácula es un personaje de ficción. ___________

El leoncito del zoológico es muy simpático. ___________

La droga está afectando a mi vecino. ___________

El Presidente viajó a Colombia. ___________

El papá de Manuel golpea a su esposa. ___________

“Chancho en Piedra” es un grupo muy bueno. ___________

Pienso que la violencia no debe existir. ___________

La sala está demasiado sucia. ___________

Pondrán rejas, no estoy de acuerdo. ___________