Examen Doctrina Segunda Fase
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Examen Doctrina segunda fase
1. Propiedades de la iglesia
Las propiedades de la Biblia son:
- La Unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y entre todas las partes de todos los libros.
- La Inerrancia (no contiene errores)
- La Veracidad (contiene las verdades necesarias para nuestra salvacin).
- La Santidad (procede de Dios, ensea una doctrina santa y nos conduce a la santidad).
2. Padres de la iglesia
Se llama padres de la Iglesia a un grupo de pastores y escritores eclesisticos,
obispos en su mayora, de los primeros siglos del cristianismo, cuyo conjunto
doctrinal es considerado testimonio de la fe y de la ortodoxia en la Iglesia
catlica.
La importancia de este grupo de escritores radica en su doctrina en conjunto.
Son los puntos en comn entre ellos los que se toman en cuenta. Sus
enseanzas tuvieron gran peso en el desarrollo del pensamiento y la teologa
cristiana segn su interpretacin de la Biblia o las Sagradas Escrituras, la
incorporacin de la Tradicin y la consolidacin de la Liturgia. A menudo los
padres de la Iglesia tuvieron que dar respuesta a cuestiones y dificultades
morales y teolgicas en medio de un ambiente convulsionado por persecuciones
externas y conflictos internos producidos por herejas y cismas de la Iglesia
postapostlica. Por eso, fueron los continuadores inmediatos de la obra que los
apstoles haban iniciado y a los que con ella pasaron a sustituir ventajosamente,
pues dejaron un amplio testimonio de sus trabajos y enseanzas, escritos
generalmente en latn, y respaldados muchas veces directamente por la
jerarqua eclesistica encabezada por el papa.
El ttulo de padres para este grupo aparece desde el siglo IV, tal como puede
observarse en las palabras de san Basilio: Lo que nosotros enseamos no es
el resultado de nuestras reflexiones personales, sino lo que hemos aprendido de
los Padres.
El papa Gelasio I confeccion una primera lista oficial de los padres de la Iglesia.
Al estudio y anlisis de la obra de estos importantsimos escritores de los
primeros tiempos de la Iglesia se lo llama Patrstica. Al estudio de la vida y
persona de los padres se le llama Patrologa. Estas dos ciencias han establecido
una clasificacin por generaciones y procedencias culturales con objeto de
facilitar una comprensin ms exacta del desarrollo de la teologa cristiana.
Padres Apostlicos
Desde el siglo XVII se llama padres Apostlicos a aquellos padres que tienen
cercana inmediata con los apstoles, por lo que cronolgicamente se ubican en
el siglo I y primera mitad del siglo II. Sus escritos son respuestas a comunidades
eclesiales en forma de cartas, documentos o recomendaciones, la mayora del
contenido es moral antes que doctrinal, por lo que su estilo es sencillo y directo,
ya que iban dirigidas a comunidades con situaciones especficas.
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Entre estos escritores se cuenta a san Clemente de Roma, san Ignacio de
Antioqua, san Papas de Hierpolis, san Policarpo de Esmirna y, entre los
escritos sin autor conocido, la Didach, la Carta a Diogneto y el Pastor de
Hermas.
Los grandes padres de la iglesia
En principio, la denominacin de padres de la Iglesia se guard para cuatro
grandes personalidades de la Iglesia oriental, a los que se agregaron otros cuatro
de la occidental:
Los cuatro grandes padres griegos son: Y los cuatro latinos:
San Atanasio de Alejandra San Basilio el Grande San Gregorio Nacianceno San Juan Crisstomo
San Ambrosio de Miln San Agustn de Hipona San Jernimo de Estridn San Gregorio Magno
Pero habitualmente se conoce como padres de la Iglesia a una serie ms amplia
de escritores cristianos, que va desde estas generaciones (siglo III) hasta el siglo
VIII, y que se caracterizan por la ortodoxia de su doctrina, santidad de vida y el
reconocimiento de la Iglesia. Su edad de oro fueron los siglos IV y V y florecieron
tanto en Occidente, donde escribieron en latn, o en Oriente, donde lo hicieron
en griego e incluso en siriaco, copto, armenio, georgiano y rabe. En sus obras
se sirven de la cultura griega y latina para explicar los misterios cristianos.
Padres Orientales
Tambin conocidos como padres griegos, aunque no todos ellos escribieran en
esa lengua. El ms antiguo de ellos es san Atanasio, obispo de Alejandra, que
tuvo un papel relevante en el Concilio de Nicea I. Luego destacan los grandes
capadocios, ttulo comn de los hermanos Basilio el Grande (329389) y
Gregorio de Nisa (335394), as como su amigo Gregorio de Nacianzo (389),
quienes escribieron abundantemente contra la hereja arriana.
En la parte oriental del Imperio romano se desarrollan posteriormente dos
escuelas teolgicas muy importantes alrededor de los patriarcados de Antioqua
cuyo principal representante es san Juan Crisstomo (344407), patriarca de
Constantinopla, clebre por sus homilas y Alejandra con san Cirilo (380
444), defensor de la maternidad divina de Mara en el Concilio de feso.
El ciclo de los padres orientales lo cierra san Juan Damasceno (675749), agudo
telogo que, adems de luchar contra el maniquesmo y la supersticin, anuncia
casi cinco siglos antes la incorporacin del aristotelismo a la filosofa cristiana.
Padres Occidentales
Tambin conocidos como padres Latinos o padres de la Iglesia de rito latino. El
primero de los grandes padres occidentales fue san Ambrosio de Miln (333
397), compositor de grandes himnos y persona muy influyente; bautiz al que
iba a ser el mayor de todos ellos, san Agustn de Hipona (354430), figura
cumbre de la historia cristiana. San Jernimo (342420), insigne cultivador de la
historia y de la Sagrada Escritura, nos dej su clebre Vulgata, la Biblia traducida
directamente del hebreo y del griego al latn.
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Padres griegos Padres latinos
San Andrs de Creta (740) San Ambrosio de Miln (397)
Afraates (siglo IV) Arnobio de Sicca (330) San Arquelao (282) San Agustn de Hipona (430) San Atanasio de Alejandra (373) San Benito de Nursia (550) San Atanasio sinata (700) San Cesreo de Arls (542) Atengoras de Atenas (siglo II) San Juan Casiano (435) San Basilio Magno (379) San Celestino I (432) San Cesreo de Nacianzo (369) San Cornelio (253) San Clemente de Alejandra (215) San Cipriano de Cartago (258) San Clemente Romano (97) San Dmaso (384) San Cirilo de Alejandra (444) San Dionisio (268) San Cirilo de Jerusaln (386) San Enodio de Pava (521) Ddimo el Ciego (398) San Eucherio de Lyon (450) Diodoro de Tarso (392) San Fulgencio (533) San Dionisio el Grande (264) San Gregorio de Elvira (392) San Efrn de Siria (373) San Gregorio Magno (604) San Epifanio (403) San Hilario de Poitiers (367) Eusebio de Cesarea (340) San Inocencio de Roma (417) San Eustacio de Antioqua (siglo IV) San Ireneo de Lyon (202) San Firmiliano (268) San Isidoro de Sevilla (636) (Considerado el ltimo de
los padres occidentales)
Genadio I de Constantinopla (siglo V) San Jernimo de Estridn (420) San Germano (732) Lactancio (323) San Gregorio de Nacianzo (390) San Leandro de Sevilla (600) San Gregorio de Nisa (395) San Len Magno (461) San Gregorio Taumaturgo (268) Mario Merctor (451) Hermas de Roma (siglo II) Mario Victorino ( h. 382)) San Hiplito (236) San Martn de Braga (579) San Ignacio de Antioqua (107) Minucio Flix (siglo II) San Isidoro de Pelusio (450) Novaciano (257) San Juan Crisstomo (407) San Optato (siglo IV) San Juan Clmaco (649) San Osio de Crdoba (357) San Juan Damasceno (749) (Considerado el ltimo de los padres orientales)
San Paciano (390)
San Julio I (352) San Pnfilo (309) San Justino (165) San Paulino de Nola (431) San Leoncio de Bizancio (siglo VI) San Pedro Crislogo (450) San Macario (390) San Febadio (siglo IV) San Mximo el Confesor (662) Rufino de Aquilea (410) San Melitn de Sardes (180) Salviano (siglo V) San Metodio de Olimpo (311) San Siricio (399) San Nilo el Viejo (430) Tertuliano (222) Orgenes (254) San Venancio Fortunato (610) San Policarpo de Esmirna (155) San Vicente de Lerins (450) San Proclo (446) Pseudo Dionisio Areopagita (siglo VI)
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La Iglesia de Occidente cuenta tambin entre sus padres a dos papas, a los que
se les atribuye el apelativo de Magno, Len I (461) y Gregorio I (540604) y al
padre del monacato occidental san Benito de Nursia. Adems varios obispos de
las Galias, como Cesreo de Arls (470543), formulador del Dogma de la
Gracia, Gregorio de Tours o Hilario de Poitiers; el gran grupo de los padres
hispnicos, en el que destacan Osio de Crdoba, Martn de Braga y los
hermanos Leandro (600) e Isidoro de Sevilla (560636), autor de la primera
enciclopedia cristiana, las Etimologas; y, cerrando el ciclo, el ingls Beda el
Venerable (673735), continuador de la obra sapiencial del Doctor Hispalense.
Adems de los cuatro padres tanto de la Iglesia oriental como la occidental, la
patrstica estudia la obra de otros muchos escritores cristianos que han recibido
igualmente el ttulo de padres de la Iglesia. La abundante obra de estos
escritores sigue siendo a travs de los siglos lectura obligada y referencia segura
en el planteamiento de las ideas y enseanzas de la Iglesia catlica an hoy en
da.
3. Rerum Novarum
Rerum novarum (latn: De las cosas nuevas o De los cambios polticos) es
la primera encclica social de la Iglesia catlica. Fue promulgada por el papa
Leon XIII el viernes 15 de mayo de 1891. Fue una carta abierta dirigida a todos
los obispos y catedrticos, que versaba sobre las condiciones de las clases
trabajadoras. En ella, el papa dejaba patente su apoyo al derecho laboral de
formar uniones o sindicatos, pero tambin se reafirmaba en su apoyo al
derecho de la propiedad privada. Adems discuta sobre las relaciones entre el
gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una
organizacin socioeconmica que ms tarde se llamara corporativismo.
Aun cuando se ha debatido sobre sus posiciones o declaraciones particulares,
es claro que este trabajo fue notable como resumen de muchos asuntos
planteados por la revolucin industrial, por el creciente problema obrero y las
sociedades democrticas modernas. Con esta encclica la Iglesia pretendi,
entre otras cosas, paralizar la descristianizacin de las masas trabajadoras,
en un perodo en el cual la credibilidad de la Iglesia se vea disminuida debido a
que los sectores populares de la cristiandad e incluso del clero, se inclinaban por
las ideas revolucionarias o que las soluciones vendran de las acciones
conjuntas de la Iglesia, del estado, el patrn y los trabajadores. Precis los
principios para buscar la justicia social en la economa y la industria. Se acepta
generalmente que la encclica Rerum Novarum es la carta de fundacin de la
democracia cristiana y una pieza clave de la Doctrina social de la Iglesia.
San Serapin (370) San Sofronio (638) Taciano (siglo II)
Teodoro de Mopsuestia (428) Teodoreto de Ciro (458) San Tefilo de Antioqua (siglo II) Nota: A veces la lista de padres latinos se ampla
tambin a san Beda el Venerable (735)
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Crisis europea
El Papa seala los orgenes y caractersticas de la crisis social que atravesaba
Europa indicando que sus causas se deben al abandono de la fe:
Disueltos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos, sin ningn apoyo
que viniera a llenar su vaco, desentendindose las instituciones pblicas y las
leyes de la religin de nuestros antepasados, el tiempo fue insensiblemente
entregando a los obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los
empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores.
Defensa de la propiedad
Frente a las ideas socialistas la Iglesia seal:
Al pretender los socialistas que los bienes de los particulares pasen a la
comunidad, agravan la condicin de los obreros, pues, quitndoles el derecho a
disponer libremente de su salario, les arrebatan toda esperanza de poder
mejorar su situacin econmica y obtener mayores provechos.
En el documento hay influencias del liberalismo: hay una defensa de la propiedad
privada:
por ser el hombre el nico animal dotado de inteligencia, hay que concederle
necesariamente la facultad, no slo de usar las cosas presentes, como los
dems animales, sino de poseerlas tambin con derecho estable y perpetuo.
Sostena que la propiedad privada era un derecho natural, dentro de los lmites
de la justicia, haciendo referencia al iusnaturalismo:
Se halla en la misma ley natural el fundamento y razn de la divisin de
bienes y de la propiedad privada.
Justicia Social
La encclica tambin conden al capitalismo como causa de la pobreza y
degradacin de muchos trabajadores, retomando el concepto de John Locke de
que la apropiacin excesiva era injusta.
Record a los ricos y patrones que:
no deben considerar al obrero como un esclavo; que deben respetar la
dignidad de la persona y la nobleza que a esa persona agrega el carcter
cristiano.
Afirm que cada trabajador debe recibir un salario que le permita subsistir y tener
una vida razonablemente cmoda y que, si aceptaba malas condiciones
laborales debido a la necesidad o al temor, el trabajador era una vctima de la
injusticia.
Partiendo de la competencia del magisterio de la Iglesia en cuestiones sociales
manifest la necesidad de adoptar medidas en favor de los obreros, con la
consiguiente intervencin del Estado (normas de higiene y seguridad en el
trabajo, tutela del descanso dominical, limitacin de horarios y jornadas
laborales, etc.).
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Sindicalismo
Fue un elemento indispensable para el fomento de las mejoras en las
condiciones de los obreros, la constitucin y fomento de asociaciones obreras
catlicas (junto a las ya existentes por aquella fecha). Esta encclica constituye,
pues, un importante estmulo para el incipiente catolicismo social.
Recomend a los catlicos, si lo deseaban, organizar partidos laboristas propios
y uniones de trabajadores bajo principios catlicos:
esta solucin habrn de darla los obreros cristianos, si, agrupados en
asociaciones y valindose de consejeros prudentes, vuelven a entrar por el
camino que con gran provecho, particular y pblico, siguieron antiguamente sus
antepasados.
Se marcan los deberes de los obreros:
poner ntegra y fielmente el trabajo que libre y equitativamente se ha
contratado; no perjudicar de modo alguno al capital, ni hacer violencia personal
contra sus amos; al tratar de defender sus propios derechos, abstenerse de la
fuerza y no armar sediciones, ni asociarse con hombres malvados y prfidos que
falsamente les hagan concebir desmedidas esperanzas.
Efectos
Conjuntamente con el resto de su obra, durante su perodo como papa (1878-
1903), la encclica tuvo un efecto profundo en la Iglesia catlica, en su jerarqua
y en el mundo moderno. En esa poca, su apoyo a los sindicatos de trabajadores
y un salario justo fueron vistos como radicalmente izquierdistas. Otras
declaraciones tambin parecan ser opuestas al capitalismo.
Muchas de las posiciones de Rerum Novarum fueron completadas por encclicas
posteriores, especialmente Quadragesimo Anno (1931) de Po XI, Mater et
Magistra (1961) de Juan XXIII, y Centesimus Annus (1991) de Juan Pablo II.
Provoc una reforma en medio de una Iglesia donde varios sectores reclamaban
que se abandonaran posiciones polticas afines a los gobiernos y a los sectores
dominantes para que la Iglesia se encargara nicamente del oficio religioso
ecumnico.
Como conclusin puede sealarse que Rerum Novarum dise una estrategia
que logr contribuir a salvar el perodo de crisis que enfrentaba la Iglesia y que
la reestructuracin doctrinal y prctica que provoc, deline la nueva imagen de
la Iglesia catlica actual.
El arzobispo de Westminster, cardenal Henry Edward Manning, influy mucho
en la redaccin de Rerum Novarum.
Pareciera que en esos tiempos no sera tan trascendente el llamado que se haca
por parte de la Iglesia Catlica tanto a patronos como a trabajadores por una
igualdad de clase, por una mejor remuneracin y a la vez por un salario que
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supliera las necesidades de ambos para una mejor estabilidad tanto laboral
como social.
4. Quadragesimo anno
Quadragesimo anno es una carta encclica del Papa Po XI, promulgada el 15
de mayo de 1931, con ocasin de los 40 aos de la encclica Rerum Novarum,
de all su nombre en latn, Quadragesimo anno (en el cuadragsimo ao). Trata
sobre la restauracin del orden social y su perfeccionamiento en conformidad
con la ley evangelizadora y est dirigida a los Obispos, sacerdotes y fieles
catlicos.
Contenido
Tras hacer un resumen de las intervenciones anteriores de Len XIII en los
temas ms sociales, hace un elogio de la Rerum novarum sea por su oportunidad
(la penetracin de un nuevo sistema econmico y el desarrollo industrial haban
producido una fuerte divisin de clases sociales). Luego resume la misma
encclica recordando el modo en que Len XIII se hizo cargo del problema de los
obreros sin pasar por el liberalismo ni por el socialismo. El Papa Po XI recuerda
tambin los frutos que dio la encclica: el hecho de que los gobernantes que
hubieron de reconstruir el mundo despus de la Primera Guerra Mundial se
rigieran en cierta medida por los principios enunciados por la Rerum Novarum,
la mejora de la situacin de los obreros y las lneas dadas sobre sus
asociaciones.
A continuacin el Papa Po XI retoma las enseanzas del Papa Len XIII sobre
la capacidad que la Iglesia tiene de intervenir en los problemas econmicos y
sociales con oportunas lneas e indicaciones por parte del Magisterio.
Afronta el tema de la propiedad privada recordando que Len XIII no hizo una
defensa a ultranza de la propiedad privada a costa de la comunidad o de la
sociedad, sino que mostr su doble carcter haciendo hincapi en el problema
que en aquel entonces ms se debata ante las teoras socialistas. Quienes
niegan el carcter social y pblico del derecho a la propiedad pueden caer en el
individualismo; pero quienes disminuyen o rechazan este carcter caen el en
colectivismo. De ah que, como se dice en la Rerum novarum el derecho de
propiedad se distinga de su ejercicio (cf. nm. 19).
Defiende el Papa Po XI el salario aunque aconseja que los contratos de los
trabajadores se hagan no tanto como contratos de trabajo sino como contratos
de sociedad. Luego recuerda que al fijar el sueldo se han de tomar en cuenta
diversos factores y no solo el valor del fruto producido por el trabajador. ste ha
de recibir lo necesario para afrontar el sustento de su familia y tal sustento se
viera afectado por aumentos de precios de productos de necesidad u otros de
esa ndole, esos cambios deberan darse tambin de manera proporcional en el
sueldo. Tambin ha de considerarse la situacin de la empresa y del dador de
trabajo.
La encclica ofrece una renovada condena del comunismo al recordar los
numerosos crmenes que se le achacan en Europa del Este y Asia. Asimismo, el
Papa da unas guas para quienes deseen hacer apostolado entre los socialistas
(que mitigan tanto la concepcin de la lucha de clases como de la propiedad
-
privada): no se permite ninguna connivencia con el error sino buscar y mostrar
claramente la verdad. En efecto indica:
Considrese como doctrina, como hecho histrico o como "accin" social, el
socialismo, si sigue siendo verdadero socialismo, aun despus de haber cedido
a la verdad y a la justicia en los puntos indicados, es incompatible con los
dogmas de la Iglesia catlica, puesto que concibe la sociedad de una manera
sumamente opuesta a la verdad cristiana.
Ante los diversos males que la ambicin y la avaricia, tristes consecuencias del
pecado original, traen a la sociedad y la economa, el Papa Po XI pide que sean
los valores, las virtudes y la doctrina cristianas las que imbuyan a fondo estas
realidades poniendo en el primer lugar a Dios y considerando lo dems como
medios. Esta encclica surgi como respuesta a la Gran Depresin de 1929 y
propone un nuevo orden social y econmico basado en la subsidiariedad. El
Papa Po XI da una gran importancia en su encclica a la restauracin del
principio rector de la economa, basado en la unidad del cuerpo social. Esta
unidad no puede basarse en la lucha de clases, como el orden econmico no
debe dejarse a la libre concurrencia de fuerzas, que cae fcilmente en el olvido
de su propio carcter social y moral.
El libre mercado es beneficioso, pero no puede gobernar el mundo nicamente
la economa, como muestra la dura experiencia de los obreros, ni tampoco
convertirse en una dictadura econmica que se rige por s misma.
La caridad y justicia social debe ser el alma del nuevo orden, defendida y tutelada
por la autoridad pblica. Tambin son necesarios tras las dos instituciones
internacionales y compre para una buena organizacin de la sociedad.
A pesar de defender la existencia de los sindicatos, se prohben las huelgas y se
critica duramente a las organizaciones socialistas. Como alternativa se proponen
las estructuras de la Accin Catlica.
El texto ataca, mediante un anlisis lcido, real y terrible, a la acumulacin de
poder y recursos en manos de unos pocos, que los manejan a su voluntad. Esta
realidad produce tres tipos de lucha: por la hegemona econmica, por
aduearse del poder pblico y entre los diferentes Estados.
En referencia al capitalismo, la encclica critica con dureza la libre concurrencia
del mercado, especialmente con la mezcla y confusin entre el estado y la
economa olvidando el bien comn y la justicia. Son funestos tanto el
"nacionalismo o imperialismo econmico" como el "internacionalismo" del dinero,
que slo tiene patria en s mismo.
Propuestas:
Se propone llevar a la prctica los principios de la recta razn y de la filosofa
socialcristiana sobre el capital de trabajo y su mutua coordinacin. Es necesario
evitar tanto el individualismo como el colectivismo, sopesar con equidad y rigor
el carcter individual y social del trabajo, regular las relaciones econmicas
conforme a las leyes de justicia conmutativa, con ayudas de la caridad cristiana
-
y someter el libre mercado a la autoridad pblica siempre que sea sta ltima el
garante de la justicia social dentro de un orden sano para todos.
Todas las propuestas de la encclica se centran en la vuelta a la doctrina
evanglica, de las que defiende su intemporal validez.
Algunas propuestas ms concretas son:
- Reforma ajustada de la economa a la razn iluminada por la caridad cristiana.
- Colaboracin mutua y armoniosa de todas las actividades humanas en la sociedad.
- Reconstruccin del plan divino para todos los hombres. - El enriquecimiento es lcito siempre que no menoscabe los derechos ajenos. - "Ley de la templanza cristiana" contra los apegos desordenados, que son una
afrenta a los pobres, y que se basa en "buscar primero el reino de Dios y su
justicia".
- "Ley de la Caridad", mucho ms amplia que la pura justicia. - Igualdad radical de todos los hombres en la misma familia de hijos de Dios,
encarnado en el hijo de un carpintero, para potenciar mutuo amor entre ricos y
pobres.
5. Mater et magistra
Mater et magistra (latn: 'Madre y Maestra') es una carta encclica del Papa Juan
XXIII que fue promulgada el 15 de mayo de 1961. Trata sobre el reciente
desarrollo de la cuestin social a la luz de la Doctrina Cristiana y presenta a la
Iglesia como Madre y Maestra, de all su nombre en latn Mater et Magistra. Fue
anunciada el da anterior ante miles de personas en un discurso dirigido "a todos
los trabajadores del mundo".
Juan XXIII, advierte que la cuestin social tiene una dimensin mundial y que as
como se puede hablar de personas pobres, tambin se ha de hablar de sectores
pobres y naciones pobres. El desarrollo de la historia muestra cmo las
exigencias de la justicia y la equidad ataen tanto a las relaciones entre
trabajadores dependientes y empresarios o dirigentes, como a las relaciones
entre los diferentes sectores econmicos, y entre las zonas econmicamente
ms desarrolladas y las zonas econmicamente menos desarrolladas dentro de
una misma nacin; y, en el plano mundial, a las relaciones entre pases en
diverso grado de desarrollo econmico-social. Un problema de fondo es cmo
proceder para reducir el desequilibrio entre el sector agrcola, y el sector de la
industria y los servicios; y para que mejore la calidad de vida de la poblacin
agrcola-rural.
Sostiene que la justicia y la equidad exigen que los poderes pblicos acten para
que las desigualdades entre zonas econmicamente ms desarrolladas y menos
desarrolladas sean eliminadas o disminuidas y en las zonas menos
desarrolladas se aseguren los servicios pblicos esenciales.
Reafirma el carcter de "derecho natural" de la propiedad privada y tambin de
su efectiva difusin entre todas las clases sociales:
-
La dignidad de la persona humana exige normalmente, como fundamento
natural para vivir, el derecho al uso de los bienes de la tierra, al cual corresponde
la obligacin fundamental de otorgar a todos, en cuanto posible sea, una
propiedad privada.
Enfatiza en el derecho de los trabajadores de sindicalizarse y en la necesidad de
que los salarios estn de acuerdo con la dignidad humana del trabajador y de su
familia, con la aportacin efectiva del trabajador la posibilidad econmica de la
empresa y la situacin econmica general.
Juan XXIII sostiene que una economa justa no slo depende de la abundancia
y distribucin de bienes y servicios sino que incluye el papel de la persona
humana como sujeto y objeto del bienestar. Propone la cristianizacin de la
familia, la empresa y la sociedad; la vocacin de la Iglesia y de cada cristiano es
superar la excesiva desigualdad entre los distintos sectores de la sociedad y
resistir los procesos econmicos y polticos que ponen en peligro la dignidad
humana y la libertad.
Argumento: Sobre el creciente desarrollo de la cuestin social a la luz de la
doctrina cristiana
6. Pacem in terris
Pacem in terris (espaol: Paz en la Tierra) es la ltima de las ocho encclicas del
papa Juan XXIII, publicada el 11 de abril de 1963,1 53 das antes del
fallecimiento del pontfice, coincidiendo con la celebracin del Jueves Santo. Con
un subttulo que reza: Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse
en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, era una especie de llamamiento
del sumo pontfice a todos los seres humanos y todas las naciones para luchar
juntos en la consecucin de la paz en medio del clima hostil generado por la
Guerra Fra.
Argumento: Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la
verdad, la justicia, el amor y la libertad
Antecedentes
Durante el pontificado de Juan XXIII, la tranquilidad mundial fue alterada por
diferentes sucesos como la creacin del programa Sputnik, el apogeo de la
Guerra Fra y la subsecuente construccin del Muro de Berln, la Crisis de los
misiles de Cuba, la Guerra de Vietnam y la posibilidad de que todo esto
desembocara en una guerra nuclear; es en ese contexto que surge Pacem in
terris.2
El 9 de abril de 1963, el papa firm la encclica durante una rueda de prensa y
anunci que se publicara dos das ms tarde, tambin afirm que iba dirigida a
todos los hombres de buena voluntad y no nicamente a la feligresa catlica y
al episcopado. Adems convoc a todos las humanos y a todas las naciones a
colaborar para conseguir la paz por medio de la comprensin, la ayuda mutua y
el respeto de los derechos de los dems.
Contenido
-
Pacem in terris lleva un subttulo que dice: Sobre la paz entre todos los pueblos
que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, que describe
los cuatro principios considerados fundamentales para alcanzar la paz: la verdad
como fundamento, la justicia como regla, el amor como motor y la libertad como
clima. Su estructura est compuesta por una Introduccin y cinco secciones
llamadas: Ordenacin de las relaciones civiles y matrimoniales, Ordenacin
de las relaciones polticas, Ordenacin de las relaciones internacionales,
Ordenacin de las relaciones mundiales y Normas para la accin temporal
del cristiano.3
En general hace nfasis en los derechos y deberes que deben observar los seres
humanos y los estados, en las relaciones entre si y en las relaciones con otros
seres humanos y otros estados, con la finalidad de conseguir la paz y el bien
comn; seala adems que el ser humano debe tener paz interior para poder
conseguir la paz social.
En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer
como fundamento el principio de que todo hombre es persona, esto es,
naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedro, y que, por tanto, el hombre
tiene por s mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo
tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello,
universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningn concepto.3
Pacem in terris, 9
Entre otras cosas demanda la reivindicacin del papel de la mujer al interior del
hogar y en la sociedad y a respetar los derechos de los exiliados y las minoras
tnicas.3 En el plano internacional, invita a las naciones a frenar la carrera
armamentista y a prohibir las armas nucleares y puntualiza la responsabilidad de
la Organizacin de las Naciones Unidas en la promocin de la buena relacin
entre los pueblos y la consecucin de la paz, as como tambin la importancia
de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos.3
El rechazo incondicional de la carrera de armamentos y de la guerra en s misma
constituye una de las las innovaciones ms importantes de esta encclica.
Sostiene que en la era atmica resulta impensable que la guerra se pueda utilizar
como instrumento de justicia. Esto, a su vez, implic un fuerte cuestionamiento
al concepto de guerra justa que, en el pensamiento del historiador Jos Orlandis,
result virtualmente abolido por la encclica.4
[...] la justicia, la recta razn y el sentido de la dignidad humana exigen
urgentemente que cese ya la carrera de armamentos; que, de un lado y de otro,
las naciones que los poseen los reduzcan simultneamente; que se prohban las
armas atmicas; que, por ltimo, todos los pueblos, en virtud de un acuerdo,
lleguen a un desarme simultneo, controlado por mutuas y eficaces garantas.
[...] en nuestra poca, que se jacta de poseer la energa atmica, resulta un
absurdo sostener que la guerra es un medio apto para resarcir el derecho
violado.
Recepcion
Hasta 1963, Pacem in terris fue el documento papal que tuvo mayor difusin y
repercusin a nivel internacional5 y las reacciones de la prensa y los lderes
-
polticos y religiosos fueron generalmente positivas. U Thant, secretario general
de la Organizacin de las Naciones Unidas quien recibi la nica copia con
firma autgrafa que sali del Vaticano de manos del cardenal Leo Jozef
Suenens,2 afirm: La he ledo con un profundo sentido de satisfaccin [] La
encclica est completamente de acuerdo con las concepciones y los objetivos
de las Naciones Unidas.6 El gobierno de los Estados Unidos, presidido por
John F. Kennedy, a travs de su Departamento de Estado expres: Acogemos
con afecto el mensaje conmovedor del Papa Juan XXIII. La Pacem in Terris es
una encclica histrica de importancia mundial [] ningn pas podra ser ms
receptivo a su profundo llamado que los Estados Unidos.6
Nikita Kruschev, primer ministro de la Unin Sovitica, declar en una entrevista:
No podemos menos que tener muy en cuenta la postura del Papa Juan XXIII,
posicin realista sobre una serie de cuestiones entre las ms acuciantes de
nuestra poca, y, en primer lugar, sobre el problema de la paz y del desarme.
En su reciente Encclica el Papa se ha pronunciado por el fin de la carrera de
armamentos, la prohibicin de las armas nucleares, la realizacin del desarme
bajo un control internacional eficaz, en pro de la coexistencia pacfica de los
Estados, de las relaciones en pie de igualdad, y en pro de la eliminacin de la
historia blica. Es preciso estar ciego para no ver que estas actitudes estn
fundadas en una comprensin real del peligro que representa la guerra. Nosotros
los comunistas no aceptamos ninguna concepcin religiosa. Pero al mismo
tiempo somos de los que creen que es necesario que se unan todas las fuerzas
para salvaguardar la paz.
Berna Quintana, ngel (2003): El momento histrico de la encclica Pacem
in terris.2
En Espaa, sin embargo, la reaccin fue escasa y crtica.5
7. Concilio vaticano 2
El Concilio Vaticano II fue un concilio ecumnico de la Iglesia catlica convocado
por el papa Juan XXIII, quien lo anunci el 25 de enero de 1959. Fue uno de los
eventos histricos que marcaron el siglo XX.
El Concilio const de cuatro sesiones: la primera de ellas fue presidida por el
mismo papa en el otoo de 1962. l no pudo concluir este Concilio ya que falleci
un ao despus, (el 3 de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas
y presididas por su sucesor, el papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La
lengua oficial del Concilio fue el latn.
Comparativamente, fue el Concilio que cont con mayor y ms diversa
representacin de lenguas y etnias, con una media de asistencia de unos dos
mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo. Asistieron
adems miembros de otras confesiones religiosas cristianas.
Objetivo
El Concilio se convoc con los fines principales de:
Promover el desarrollo de la fe catlica.
Lograr una renovacin moral de la vida cristiana de los fieles.
-
Adaptar la disciplina eclesistica a las necesidades y mtodos de nuestro
tiempo.
Lograr la mejor interrelacin con las dems religiones, principalmente las
orientales.
Se pretendi que fuera un aggiornamento o puesta al da de la Iglesia, renovando
los elementos que ms necesidad tuvieran de ello, revisando el fondo y la forma
de todas sus actividades.
Pretendi proporcionar una apertura dialogante con el mundo moderno,
actualizando la vida de la Iglesia sin definir ningn dogma, incluso con nuevo
lenguaje conciliatorio frente a problemas actuales y antiguos.
Presbiterio con la ctedra de San Pedro en la baslica homnima, durante el
Concilio Vaticano II. Foto de Lothar Wolleh.
El Concilio Vaticano I (1869-1870) no haba terminado debido a la suspensin
impuesta por el estallido de la guerra franco-prusiana. Algunos queran que se
continuara este concilio pero no fue as. Los sectores ms liberales o
modernistas dentro de la Iglesia lo consideran uno de los cinco concilios ms
importantes (Niceno I, Calcedonense, Lateranense IV, Tridentino y Vaticano II).
Trat de la Iglesia, la revelacin, la liturgia, la libertad religiosa, etc. siendo sus
caractersticas ms importantes la renovacin y la tradicin.
En cambio, los sectores ms conservadores aplican un trmino llamado la
hermenutica de la continuidad para leer los textos conciliares a la luz de la
Tradicin y del Magisterio bimilenario para que no entre en contradiccin.
Por su parte, sectores tradicionalistas minoritarios, como la Hermandad San Po
X, denuncian que el Concilio ensea errores y que hay puntos que deben ser
condenados porque contradicen abiertamente la Tradicin, el Magisterio Papal
y de los anteriores Concilios de la Iglesia catlica.
Antecedentes
A lo largo de los aos 1950, la investigacin teolgica y bblica catlica haba
empezado a apartarse del neoescolasticismo y el literalismo bblico que la
reaccin al modernismo haba impuesto desde el Concilio Vaticano I. Esta
evolucin puede apreciarse en telogos como los jesuitas Karl Rahner o John
Courtney Murray, que se haban venido esforzando por integrar la experiencia
humana moderna con el dogma cristiano, as como en otros: el dominico Yves
Congar, Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI), Henri de Lubac y Hans Kng
que buscaban lo que vean como una comprensin ms ajustada de la Escritura
y de los Santos Padres, un retorno a las fuentes (ressourcement) y una
actualizacin (aggiornamento).
Al mismo tiempo los obispos de todo el mundo venan afrontando tremendos
desafos asociados al cambio poltico, social, econmico y tecnolgico. Algunos
de ellos aspiraban a formas nuevas de responder a esos cambios. El Concilio
Vaticano I, desarrollado casi un siglo antes, haba sido interrumpido cuando el
ejrcito italiano entr en Roma en los momentos finales de la unificacin italiana.
Slo haban concluido las deliberaciones relativas al papel del papado, dejando
-
sin resolver los aspectos pastorales y dogmticos concernientes al conjunto de
la Iglesia.
8. Populorum progressio
Populorum progressio (latn: El desarrollo de los pueblos) es la carta encclica
del Papa Pablo VI promulgada el 26 de marzo de 1967.
La encclica est dedicada a la cooperacin entre los pueblos y al problema de
los pases en vas de desarrollo. El Papa denuncia que el desequilibrio entre
pases ricos y pobres se va agravando, critica al neocolonialismo y afirma el
derecho de todos los pueblos al bienestar. Adems presenta una crtica al
capitalismo y al colectivismo marxista. Finalmente propone la creacin de un
fondo mundial para ayudar a los pases en vas de desarrollo.
Es una de las ms famosas e importantes de Pablo VI aun cuando en su
momento fue objeto de debates (por ejemplo, en cuanto al derecho de los
pueblos a rebelarse incluso con la fuerza contra un rgimen opresor) y crticas
por parte de los ambientes ms conservadores. La encclica fue el motivo de
fundacin del movimiento MSPTM (Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer
Mundo)
La propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y
absoluto. No hay ninguna razn para reservarse en uso exclusivo lo que supera
a la propia necesidad, cuando a los dems les falta lo necesario.
Argumento: La necesidad de promover el desarrollo de los pueblos
Estructura
Prembulo
Por un desarrollo integral del hombre
Los datos del problema
La Iglesia y el desarrollo
Accin que se debe emprender
El desarrollo solidario de la humanidad
Asistencia a los dbiles
La justicia social en las relaciones comerciales
La caridad universal
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ENCCLICAS
Quadragesimo Anno: S.S.Pio XI, 1931
Panorama Histrico:
Post I Guerra Mundial.
Indiferencia a Dios y a miserias ajenas.
Liberalismo filosfico nutre de ideas al sistema econmico (capitalismo liberal).
Utopa de idealismos socialistas (origen marxista), fomenta reclamos de los
trabajadores y lucha de clases.
Pobreza escandalosa.
Caractersticas:
Restaura el orden social y su perfeccionamiento de conformidad con la Ley
Evanglica.
Aclara relacin entre economa y el orden moral.
Condena por igual al socialismo y al individualismo.
Contra regmenes totalitarios.
Importancia:
Expone el principio de Subsidiaridad. Rgimen de salario justo. Sustento del obrero y de su familia. Situacin de la empresa. Necesidad del bien comn: Derecho de propiedad de doble carcter: social e
individual.
S.S. Po XII
No public ninguna encclica referida a lo social, pero manifest constantemente su
preocupacin por el orden internacional. Radiomensajes: Insiste en la nocin de
Derecho natural. Llama a las agrupaciones profesionales y empresariales a
participar de modo especial por el Bien Comn.
Mater et Magistra: Juan XXIII, Mayo de 1961
Panorama Histrico:
Recuperacin despus de las guerras.
Descolonizacin de Asia y frica (colonias).
La cuestin social se universaliza (divisin de la pobreza entre los pases del
hemisferio norte y del sur).
Incremento demogrfico como problema serio.
Aparicin de otra clase de proletarios: Los llamados pases subdesarrollados o
Tercer Mundo.
Caractersticas:
Menciona los desequilibrios entre pases desarrollados y subdesarrollados.
Actualiza docs pasados y compromete a toda la comunidad cristiana. S.S.
Importancia:
Palabras claves: Comunidad, socializacin, nuevo orden mundial. El crecimiento econmico no slo se limitar a satisfacer las necesidades de
los hombres, sino que podr promover tambin su dignidad.
Define el Bien comn (Nro.65)
-
Define la naturaleza y el rol de la DSI.
Pacem in Terris : S.S. Juan XXIII, abril de 1963
Contexto Histrico:
Muro de Berln,
Guerra fra, bloques.
Surgimiento de nuevos pases
Estragos de la guerra atmica.
1955 en Lima, Ley de voto de la mujer.
Caractersticas:
Documento de esperanza y de optimismo.
Reflexiona sobre la dignidad humana y los derechos humanos.
Convivencia basada en la verdad, justicia, amor y libertad.
Necesidad de una autoridad pblica.
Importancia:
Pone de relieve el tema de la paz, en una poca marcada por la proliferacin nuclear.
Primera reflexin a afondo sobre los derechos humanos.
Populorum Progressio: S.S. Pablo VI, 1967
Contexto Histrico:
Desequilibrio entre las naciones pobres y las ricas.
Prosperidad del capitalismo.
El fenmeno del BabyBoom (crecimiento demogrfico), muchos jvenes en el
mundo pertenecientes a familias estadounidenses estables (estado de bienestar).
Caractersticas:
Desarrollo es el nuevo nombre de la paz, al servicio de las personas para favorecer
a la educacin bsica.
Desarrollo integral del hombre y desarrollo solidario de la humanidad.
Importancia:
Esperanza: Creer que un mundo mejor es posible. Destino de los bienes de la tierra. Asistencia internacional contra el hambre.
Octogesima Adveniens: S.S. Pablo VI, 1971
Retoma la enseanza social de Lein XIII y la actualiza.
Reflexiona sobre la sociedad post industrial.
La tecnologa impone su dominio (nuevas industrias, publicidad, comunicaciones).
El progreso es ideologa omnipresente.
Nuevos pobres: minusvlidos, ancianos
Laborem Exercens: Juan Pablo II, 1981
Dedicada al trabajo como bien fundamental para la persona, factor primario de act.
econmica y clave de toda la cuestin social.
tica del trabajo. Solamente el hombre es capaz de trabajar.
Centesimus Annus: Juan Pablo II, 1991
Continuidad doctrinal de 100 aos de Magisterio social de la Iglesia.
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Preocupacin por proponer a la comunidad cristiana y a todos los hombres de
buena voluntad:
Principios fundamentales Criterios Universales Orientaciones coherentes para cada situacin concreta.
2004 La DSI surge como respuesta concreta a problemas concretos. Es acumulativa
Hay una reflexin desde la PALABRA, que es permanente, sobre la realidad social, que
es cambiante.