Existencia de Hecho de La Relación Negocial

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Existencia de hecho de la relación negocial.—En la compleja enumeración que se hace de contratos fácticos, se comprenden los casos en que se les dan por supuestos, en base a la existencia de relaciones negocíales de hecho. Su pecularidad reside en que no se trata ya de un hecho <o conducta a la que se otorgue significado de negocio jurídico y de la que, consecuentemente, se derivará la relación negocial, sino que, por el contrario, lo que hay es un hacer continuado de las partes, idéntico al que habría de tener como fundamento un negocio jurídico válido. Falta el hecho generador de los derechos y obligaciones, pero éstas y aquéllos se han estado dando de modo continuado. Como ejemplos se ponen la sociedad de hecho y el contrato de trabajo de hecho, en los que las relaciones sociales y laborales se han venido produciendo, no obstante la nulidad de uno y otro contrato; y se dice que, si no se admite la existencia de las relaciones contractuales de hecho, resultaría: que los socios no tendrían derecho a exigir el reparto de las ganancias y que el obrero carecería de derecho al salario. La solución propuesta de acudir a la fuerza de lo fáctico no parece necesaria. La dificultad principal que se trata de obviar es artificial o, al menos, ajena al Derecho español. La nulidad por contrariar disposiciones legales no origina los resultados catastróficos supuestos, gracias a las posibilidades que ofrecen las figuras de la nulidad parcial y de la conversión. Así, se ha resuelto que una sociedad existe no obstante la falta de formalidades requeridas, con tal que reúna los requisitos esenciales del contrato de sociedad (jurisprudencia constante, desde S. T. S. 10 noviembre 1890), teniéndose en cuenta que la sociedad "ha tenido existencia efectiva, realizando el objeto y fines para que se creó" (S. T. S. 5 mayo 1922). En los supuestos de las llamadas sociedades de hecho, se acude a la conversión de la sociedad mercantil en sociedad civil válida o en mercantil irregular (S. 31 mayo 1912, 25 mayo 1917, 5 julio 1940). De un modo más general, los Tribunales han venido venciendo los obstáculos señalados, acudiendo al principio de la responsabilidad negocial, derivada de la conducta significativa de las partes, sea sobre la perfección del negocio, sea sobre la perduración de una relación negocial, a pesar de la existencia de causas para su extinción (46). En las relaciones laborales, el contrato de trabajo "se supone

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Existencia de hecho de la relación negocial.—En la compleja enumeración que se hace de contratos fácticos, se comprenden los casos en que se les dan por supuestos, en base a la existencia de relaciones negocíales de hecho. Su pecularidad reside en que no se trata ya de un hecho <o conducta a la que se otorgue significado de negocio jurídico y de la que, consecuentemente, se derivará la relación negocial, sino que, por el contrario, lo que hay es un hacer continuado de las partes, idéntico al que habría de tener como fundamento un negocio jurídico válido. Falta el hecho generador de los derechos y obligaciones, pero éstas y aquéllos se han estado dando de modo continuado. Como ejemplos se ponen la sociedad de hecho y el contrato de trabajo de hecho, en los que las relaciones sociales y laborales se han venido produciendo, no obstante la nulidad de uno y otro contrato; y se dice que, si no se admite la existencia de las relaciones contractuales de hecho, resultaría: que los socios no tendrían derecho a exigir el reparto de las ganancias y que el obrero carecería de derecho al salario. La solución propuesta de acudir a la fuerza de lo fáctico no parece necesaria. La dificultad principal que se trata de obviar es artificial o, al menos, ajena al Derecho español. La nulidad por contrariar disposiciones legales no origina los resultados catastróficos supuestos, gracias a las posibilidades que ofrecen las figuras de la nulidad parcial y de la conversión. Así, se ha resuelto que una sociedad existe no obstante la falta de formalidades requeridas, con tal que reúna los requisitos esenciales del contrato de sociedad (jurisprudencia constante, desde S. T. S. 10 noviembre 1890), teniéndose en cuenta que la sociedad "ha tenido existencia efectiva, realizando el objeto y fines para que se creó" (S. T. S. 5 mayo 1922). En los supuestos de las llamadas sociedades de hecho, se acude a la conversión de la sociedad mercantil en sociedad civil válida o en mercantil irregular (S. 31 mayo 1912, 25 mayo 1917, 5 julio 1940). De un modo más general, los Tribunales han venido venciendo los obstáculos señalados, acudiendo al principio de la responsabilidad negocial, derivada de la conducta significativa de las partes, sea sobre la perfección del negocio, sea sobre la perduración de una relación negocial, a pesar de la existencia de causas para su extinción (46). En las relaciones laborales, el contrato de trabajo "se supone siempre existente entre todo aquel que da trabajo o utiliza un servicio y el que lo presta, aunque no exista estipulación escrita o verbal" (art. 3.° L. C. T., texto ref. 31 marzo 1944).