Expansion Comercial Argentina

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Argentina y su proceso de expansión comercial (1860 – 1974) Sergio Montoya Pérez Profesor Renzo Ramírez Bacca Historia de América IV Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín 20 de Noviembre de 2012

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Este trabajo es realizado con el fin de entender cada proceso que llevo la sociedad argentina, y su organización en todo el proceso de expansión comercial, también estudiar qué factores le permitieron desenvolverse tan bien en la economía global mostrando principalmente como era antes de su principal desarrollo económico donde en su totalidad la economía era regionalizada y eminentemente cerrada. Mostrar cómo a partir de esta situación y el crecimiento natural de puertos como el de Buenos Aires fue cambiando este regionalismo logrando actividades fuertemente impulsadas hacia la exportación

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Argentina y su proceso de expansión comercial (1860 – 1974)

Sergio Montoya Pérez

Profesor

Renzo Ramírez Bacca

Historia de América IV

Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín

20 de Noviembre de 2012

Introducción

Este trabajo es realizado con el fin de entender cada proceso que llevo la sociedad argentina, y su organización en todo el proceso de expansión comercial, también estudiar qué factores le permitieron desenvolverse tan bien en la economía global mostrando principalmente como era antes de su principal desarrollo económico donde en su totalidad la economía era regionalizada y eminentemente cerrada. Mostrar cómo a partir de esta situación y el crecimiento natural de puertos como el de Buenos Aires fue cambiando este regionalismo logrando actividades fuertemente impulsadas hacia la exportación

ProyectoAnalizar la estructura de la economía Argentina, su proceso de expansión comercial, su producción y su integración a la economía global 

ObjetivosConocer:*  La economía primaria exportadora de argentina durante los dos últimos siglos* Flujo y expansión comercial* Cauces de la integración económica* Factores que permitieron la expansión y la integración de argentina con Latinoamérica* Principales productos de exportación durante todo el periodo estudiado JustificaciónLa intención es analizar como fue el proceso de expansión comercial de la economía argentina, observar en profundidad las causas de la situación presente de cómo se fue desenvolviendo argentina a través del tiempo

Argentina y su proceso de Expansión comercial 1860 1974

Durante el siglo XVI y hasta fines del siglo XVIII, no hubo en el actual territorio argentino flujo reciproco, en escala significativa, de capitales, mano de obra y productos entre las distintas regiones. EL periodo se caracteriza pues por la existencia de economías regionales autosuficientes separadas entre sí por grandes distancias, la ausencia de comunicaciones marítimas y/o fluviales y la precariedad de los medios de transporte terrestres de la época. En consecuencia, todo análisis de la estructura y la dinámica del sistema deben realizarse básicamente a nivel de cada región.

Por esto hasta mediados del siglo XVIII podemos inferir las características estructurales básicas y la dinámica del sistema de las economías regionales de subsistencia

1) Estancamiento de la población: La evolución de la población estuvo sometida en medida importante a las fluctuaciones en el número de indígenas incorporados a las economías regionales. La extinción de esta población indígena, ya sea por su desaparición física o su fuga fuera del ámbito de la región, y la escasa inmigración de población europea y de otras zonas del continente, permite suponer que la población total del actual territorio argentino permaneció estancada o decayó entre los siglos XVI al XVIII.

2) Debilidad en el sector exportador y la estructura productiva interna: Siendo las actividades de subsistencia la característica básica de las economías regionales y estando estancada declinando la población, la producción total no debe haber experimentado cambios pronunciados desde el siglo XVI hasta la segunda mitad del siglo XVIII. En todas las regiones operaban básicamente los mismos factores que determinaban el círculo vicioso del estancamiento y, en primer término, la ausencia de una actividad exportadora expansiva y de significación en la producción total de cada región

el carácter cerrado y autosuficiente de las regiones comienza a ser conmovido a fines del siglo XVIII por el surgimiento concurrente de dos factores dinámicos del desarrollo

1) Apertura del rio de la plata para el comercio colonial; el puerto de buenos aires surge de este modo como el intermediario natural para el comercio de las regiones meridionales del imperio sudamericano de España

2) La importancia creciente de la ganadería del litoral va adquiriendo como actividad orientada hacia la exportación

El rio de la plata poseía una ubicación geográfica que lo constituía en la mayor vía de acceso al corazón del imperio colonial español al sur del Perú.

Las razones para que durante prácticamente 20 años de vida colonial el rio del la plata y particularmente buenos aires, no cumpliese el papel que naturalmente le correspondía como centro de intermediación de la América colonial fueron el carácter eminentemente cerrado de las economías regionales en el interior que no producían excedentes

exportables. El hecho de que el centro de gravedad del imperio colonial español estuviese en el mar Caribe debido a que allí se encontraban las principales relaciones con México, Las Antillas y Nueva Granada, era además el punto de intercambio de la producción minera del Perú.

La limitación fundamental a la expansión de intercambio fue el hecho de la falta de producción exportable y como contrapartida, por la insignificante capacidad a importar de estas poblaciones.

El desarrollo pecuario

La producción ganadera es la primera actividad en la historia económica de estos territorios que en escala significativa y en medida creciente se orienta hacia la exportación. Según se ha señalado, su desarrollo en el litoral desde fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX constituye conjuntamente con la actividad comercial del puerto de buenos aires el factor dinámico del crecimiento económico en el periodo de transición

Durante esta etapa las exportaciones de cueros constituyeron el rubro altamente preponderante, donde un promedio de 20000 unidades en el siglo XVII pasan a 150000 mediados del siglo XVIII. También surgieron actividades exportadoras ganaderas particularmente el tasajo y la lana, El tasajo comienza a aparecer en los datos disponibles sobre exportaciones a finales del siglo XVIII representando alrededor del 10% del valor total de las exportaciones y la lana creció también rápidamente pero su principal desarrollo se siente principalmente en la segunda mitad del siglo XIX

A comienzos de siglo XIX existían en el actual territorio argentino alrededor de 2 millones de cabezas ovinas de muy baja calidad, momento en el cual inmigrantes escoceses e irlandeses introducen y desarrollan de manera novedosa la cría ovina. A partir de la emancipación las restricciones para la cría ovina comienzan lentamente a derrumbarse, siendo el propio Bernardino Rivadavia un ferviente impulsor. Se señala el año 1830 como origen de las exportaciones de lana a Europa, alcanzando siete años después las mil toneladas que valorizadas representaban apenas el 6,7% del total de exportaciones; el resto provenía de la ganadería vacuna y del saladero

A partir de 1840 comienzan a actuar sobre la economía argentina un conjunto de factores internos y externos, que años después se traducirán en una verdadera fiebre de la lana, superando el menor progreso relativo que ostentaba la ganadería vacuna. Así, la expansión ovina antecede en algunos años el comienzo del denominado modelo agroexportador, y se desarrolla al menos hasta la aparición del frigorífico y el formidable despegue agrícola a partir de 1880, pudiéndose catalogar como su primera actividad expansiva. La grasería, lindante de los saladeros, surge en el año 1842 como actividad transformadora de grasa para jabones y velas, potenciando la cría ovina

La expansión de la frontera y la apropiación territorial

Durante el siglo XVIII la mayor parte de las tierras de la zona pampeana estaba ocupada por el indio y no era aprovechada económicamente por la población colonial. El carácter incipiente de la producción ganadera no había planteado la necesidad de expandir las tierras disponibles para la crianza de hacienda.

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII la expansión de las exportaciones de cueros llevo a la necesidad de racionalizar la exportación pecuaria. No había ya suficiente hacienda cimarrona para vaquear y la matanza incrementaba. De este modo se plantea por vez primera la necesidad de aumentar la extensión de las tierras disponibles. Al mismo tiempo la formación de unidades de producción, estancias para criar ganado y la necesidad de ejercer el derecho de propiedad sobre los rebaños. El desempeño de la zona pampeana se desenvuelve ininterrumpidamente durante todo el siglo XIX hasta culminar con la campaña de roca en 1879 y la derrota definitiva del indio

En 1852 las exportaciones lanares argentinas eran cuatro veces inferiores a las derivadas de la ganadería vacuna. Hacia 1870 la comercialización internacional de lana superaba holgadamente las derivadas del saladero (cueros vacunos secos y salados y carne salada), continuando por largos años tal tendencia de la mano del crecimiento ovino (en cantidad y calidad), y del menor crecimiento que registraba la ganadería vacuna11. En 1898 las exportaciones lanares alcanzaron un pico de 228.000 toneladas

El desarrollo del litoral

La población de las provincias del litoral creció sostenidamente durante toda la etapa de transición, particularmente en Buenos Aires, ciudad y campaña. Entre 1800 y 1869 la población de las provincias del Litoral – Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes- paso de 100 mil a 850 mil habitantes. Es presumible que modestas inmigraciones de población extranjera y un cierto desplazamiento de la población de las provincias del interior hayan influido en alguna medida en el aumento de la población

La apertura de los puertos de Rio de Plata y la expansión ganadera en el Litoral se reflejan naturalmente en un aumento de las exportaciones, hacia 1850 estas ascendían a alrededor de 10 millones de pesos que equivalían a 35 millones de pesos hoy.

EL crecimiento de las exportaciones estimulo la expansión del producto y del ingreso.

En el litoral el desarrollo de las actividades destinadas al consumo interno cuando comenzaba la etapa de transición eran insignificantes. La expansión del ingreso en el Litoral durante la transición provoco un aumento natural de la demanda efectiva y una mayor diversificación de la misma.

Los sectores que se desarrollaron en la etapa de transición fueron en consecuencia, la producción ganadera fuertemente orientada a la exportación las manufacturas y artesanías atraídas en su localización por la demanda (como la industria de la construcción y los talleres de reparación de vehículos y elementos mecánicos) y ciertos servicios. Entre estos últimos el aumento de los ingresos de los gobiernos de las provincias del Litoral, particularmente Buenos Aires, apoyados en las crecientes recaudaciones de aduanas, cuando no en la emisión monetaria provoco una expansión del gasto y en consecuencia la ocupación de mano de obra en el sector el comercio estuvo presidido desde auspiciosos signos económicos, como el auge de las exportaciones de lana hacia Europa y los comienzos de la colonización agrícola. Las inversiones extranjeras fueron en general de pequeña magnitud y de origen exclusivamente británico. Comenzaron con la construcción de los primeros ferrocarriles entre 1862 y 1865, y culminaron con el auge de los empréstitos nacionales y provinciales de 1870-74. El producto los empréstitos se canalizaron, en una porción sustancial, hace objetos vinculados a la organización del estado nacional, pero en los últimos años comenzó a emplearse en más sobre medida en obras públicas y en la ampliación del crédito bancario.

El progreso tecnológico tiene un carácter eminentemente integrador de la actividad económica. El aumento de la productividad e ingresos que provoca y su penetración creciente en el campos especializados de la producción determina una complementación cada vez mayor del os distintos campos de actividad, la expansión de la división del trabajo, la dependencia creciente de unos productores con otros. Lo que caracteriza, como un ejemplo, la diferencia del productor rural que trabaja prácticamente con sus propias manos sobre la tierra con el que emplea un tractor y los fertilizantes es la distinta integración de cada uno con el sistema económico. Aquel productor no depende de nadie, más que del mismo. Este depende de la industria que le proporciona las maquinas y los elementos técnicos de la producción, del mercado para vender su producción y de la economía en su conjunto para adquirir los servicios y bienes qu el consume

La financiación de las inversiones en ferrocarriles se realizo fundamentalmente con capital extranjero. El capital privado argentino nunca contribuyo en medida significativa a la expansión ferroviaria

Entre 1860 y 1914, Argentina, gracias a las exportaciones agropecuarias, logró Integrarse exitosamente en el mercado mundial. El país creció a una tasa del 6,1% anual entre 1850 y 1912, (mientras la población lo hacía poco más del 3%), debido a la expansión continua de las ventas en el mercado internacional y al dinamismo del comercio antes de la Primera Guerra Mundial. Dicho crecimiento era sólo comparable al de otras naciones con frontera abierta, como los Estados Unidos o Australia. Las exportaciones agropecuarias condicionaron el comportamiento económico argentino. La necesidad de incrementar la producción de aquéllas abrió las fronteras a miles de trabajadores procedentes de Europa, estimuló la construcción de ferrocarriles, puertos y otras infraestructuras que facilitaran el transporte de los bienes comercializables, y atrajo capitales foráneos, principalmente británicos. El Estado tuvo que eliminar obstáculos institucionales, garantizando la seguridad jurídica y permitiendo la llegada de estos últimos y de mano de obra, pero también tuvo que intervenir más directamente, incentivando o, a veces, asumiendo él mismo el tendido de vías férreas e impulsando la instalación de bancos o creándolos motu proprio. Las políticas fiscal y monetaria se ajustaron igualmente al patrón de crecimiento. En la primera década del siglo XX, el desarrollo exportador alcanzó su cumbre y con él todo el país se había transformado3. Dicho auge ayudó a consolidar el Estado y a crear un mercado nacional.

Las antiguas barreras proteccionistas que durante toda la etapa de transición habían ayudado a defender las posiciones relativas de las zonas del interior fueron derrumbadas por el impacto masivo de un conjunto de factores coincidentes. La vigorosa expansión de la producción agropecuaria exportable y su concentración en la zona pampeana, la política de libre cambio de las autoridades nacionales y, finalmente, el vertiginoso desarrollo de los ferrocarriles y la formación del mercado nacional, sellaron definitivamente la suerte del interior y lo convirtieron en zona periférica y dependiente del centro dinámico, el Litoral. La política de libre cambio seguida por las autoridades nacionales a partir de la organización del país, influyo decididamente en las posibilidades de desarrollo interior.

1880 nace el modelo agro exportador

Basado en la exportación de carnes y granos producidos por la explotación extensiva de la tierra que necesita de capitales externos y la incorporación de mano de obra inmigrante. El desarrollo del sistema ferroviario y la llegada de inmigrantes permiten la puesta en producción de miles de hectáreas

El ferrocarril fue la respuesta al problema de transporte, rebajando radicalmente los fletes y posibilitando, con su sola presencia, la puesta en producción de las tierras más alejadas de los puertos de embarque y de los centros de consumo. En 1857 existían solamente 10 km de vías férreas en el país; 30 años después en 1887 habían aumentado a 6700km. En 1900 alcanzaban los 16600km y en 1914, 33500km. Cuando concluye la etapa en 1930, la extensión de la red ferroviaria ascendía a 38634km.

El resultado de la colonización que se venía dando hasta 1870 fue el resultado de las primeras exportaciones de trigo y maíz

Productos exportables:

1874 ___ trigo y harina

1890 ___ Aumento del precio internacional del trigo, éste desplaza al maíz

1895 ___ exportación de vacunos en pie a Inglaterra y se realizaron mejorías en el sector agropecuario.

ESTRUCTURA DE LAS EXPORTACIONES ARGENTINAS

1893-94

1900-04

1910-14

Animales en pie 5,8 2,3 2.0

Carne: Vacuna enfriada

0 0 0,6

Vacuna congelada

0,1 3,9 7,6

Ovina congelada

2.0 2,7 1,3

Tasajo 4,5 1,1 0,3

Lana 27,7 22 12,9

Trigo 25,9 20,7 19,4

Maíz 1,3 14,4 17,9

Lino 3,3 9,5 10,2

Quebracho 0.8 1,8 2,4

Fuente: C. DÍAZ ALEJANDRO. La Formación de la Argentina Moderna. Buenos Aires, Piados, 1973.

A pesar de que durante la década de 1880 se dio una notable expansión de los factores de producción, tierra, trabajo y capital en el marco de  la estabilidad política lograda tras la asunción de Julio Argentino Roca al poder, estos años de expansión inicial no tuvieron aún como factor dinámico a las exportaciones agropecuarias. Más bien, en esta década, un enorme flujo de inversiones precedió a la expansión de las exportaciones que se registró en las décadas posteriores. 

Para 1890 se entra en una crisis Su principal causa fue la bancarrota a la cual casi llega la banca Baring Brothers, debido a malas inversiones efectuadas en la Argentina. Durante

la década de 1880 provocando el cierre de muchos bancos y la banca rota del estado nacional, esta crisis tiene un duro impacto sobre los colonos que pagan las hipotecas de sus parcelas los afectados fueron los arrendatarios de las pequeñas parcelas de orden familiar y los llamados braceros empleados y jornaleros empleados como mano de obra en la cosecha

 la crisis de Baring quedó resuelta, pero las inversiones extranjeras no tuvieron el mismo ritmo que en la década anterior. La crisis había afectado tanto a Baring Brothers y al gobierno argentino, como a quienes habían invertido en tierras y valores mobiliarios. Las inversiones británicas en la Argentina no se recuperaron hasta 1904. Los préstamos al gobierno registraron una declinación pronunciada, de modo que las inversiones en ferrocarriles, frigoríficos, compañías de tierras y bancos crecieron en términos relativos. La crisis no tuvo efectos desfavorables, sin embargo, sobre el sector agropecuario. La década de 1890 se caracterizó por un aumento en los valores y volúmenes de las exportaciones agrícolas y, de modo menos notorio, de las ganaderas, cuyo afianzamiento se produjo después de 1900.

A la producción agrícola se le añade la actividad ganadera así se alternaron estas dos actividades colocando argentina en condiciones de satisfacer la demanda de países como Gran Bretaña, Alemania, Bélgica Francia, con la importación de sementales productores de mas kilos de carne en menos tiempo se perfeccionan las razas ganaderas A principios del siglo XX comienza la exportación de carne congelada, la Aparición del frigorífico es decisiva en el crecimiento de las exportaciones de carne que también quedan en poder extranjero como en manos británicas

La expansión de la producción cerealera en la década de 1890 hizo que, como proporción del valor total de las exportaciones argentinas, las exportaciones de cereales saltaran de 1,4% en 1880 al 25% en 1890 y al 50% en 1900. En términos relativos, las exportaciones ganaderas declinaron del 94% del valor total de las exportaciones argentinas en 1880 al 61% en 1890 y a menos del 50% en 1900, pero ello no se debió a una caída de los valores absolutos, sino al rápido crecimiento de las exportaciones agrícolas.  Un rubro en lento ascenso entre 1890 y 1900 fue el de las carnes congeladas, al compás de los primeros pasos de la industria frigorífica en la Argentina.  Curiosamente, el ganado que aprovechó inicialmente las ventajas del frigorífico fue el ovino y no el vacuno. A pesar de que el bovino no se adaptaba a las necesidades de la industria frigorífica, dos factores evitaron su declinación durante la década del 90: la ampliación y consolidación de fronteras y la mayor importancia de la exportación de ganado bovino en pie respecto de la de carne congelada en este período. En cuanto al primer factor, el proceso de expansión fronteriza necesitó de la presencia del vacuno, debido a que éste devoraba los pastos altos, abonaba el suelo con sus deyecciones y compactaba el suelo con su pisoteo, preparando el terreno virgen para la cría del ovino. Respecto del segundo factor, la mayor parte de la producción exportable de la década de 1890 siguió saliendo del ganado en pie y no de los frigoríficos, que recién a partir de 1900 ocuparon una posición de liderazgo en la economía exportadora argentina.

Entre 1900 y 1904 se realizaron algunas protestas en la región pampeana en contra del abuso y la excesiva explotación obrera

Entre 1900 y 1930 las importaciones del país estaban compuestas, en promedio en un 40% por bienes de consumo, en 30% en maquinarias y equipos para la agricultura y los transportes y materiales de construcción.

La Primera Guerra Mundial afectó profundamente a la economía argentina, pues hizo que declinara el flujo de capital, mano de obra y manufacturas antes proveniente de Europa. El valor total de las importaciones argentinas disminuyó entre 40 y 50% respecto del nivel anterior a 1914. No todas las importaciones, sin embargo, declinaron de la misma manera: maquinarias para la industria, equipo ferroviario y materiales para la construcción fueron las más afectadas. Las relaciones económicas anglo-argentinas se vieron especialmente afectadas por las demandas impuestas a Gran Bretaña por el esfuerzo bélico. El Reino Unido había sido hasta la guerra el principal proveedor de manufacturas de la Argentina, pero fue reemplazado en tal posición por los Estados Unidos. En 1915 las exportaciones norteamericanas a la Argentina casi se duplicaron respecto del año anterior mientras las británicas cayeron cerca de un tercio, y un año más tarde, en 1916, las manufacturas norteamericanas ocuparon la primera posición en las importaciones argentinas, permaneciendo en ella hasta 1921 y desde 1925 hasta 1931

Los años veinte, como en el resto del mundo, habían transcurrido en medio de un generalizado optimismo suponiendo que el conflicto pasado era solo un problema de los viejos países europeos que no sabían resolver sus diferencias, mientras en el continente americano –Estados Unidos en el norte y Argentina en el sur–, se seguía sin interrupciones un camino de paz y progreso. Los inmigrantes volvieron. El comercio retornó a la normalidad y volvieron las inversiones, aunque de otras fuentes (Estados Unidos principalmente) y para otros destinos (automóviles, electricidad, maquinaria agrícola, bienes de consumo) y de una magnitud mucho menor. Se retornó a la convertibilidad en 1927, había trabajo y los salarios subían, pero nuevamente todo no estaba tan bien.

Hacia 1930 la totalidad de las tierras de la región pampeana estaban ya en explotación y la producción agropecuaria no podía seguir aumentando como lo había hecho tradicionalmente por la incorporación de tierras inexplotadas a la frontera productiva. Por el otro lado con la depresión mundial de 1929, se acentuaron en la economía mundial una serie de tendencias que llevaban al lento crecimiento del comercio mundial de productos agropecuarios.

Se inaugura una nueva etapa de desarrollo llamada la economía industrial no integrada. Industrial porque en toda la nueva etapa la estructura económica del país responde a características de una economía diversificada y compleja en la cual el sector manufacturero ocupa un papel importante en cuanto al empleo de la mano de obra y el carácter dinámico de su comportamiento. Industrial no integrada porque la producción manufacturera se concentra en la elaboración de bienes de uso final y depende, para

poder utilizar plenamente su capacidad asegurar el crecimiento sostenido del sistema, de la importación de maquinarias, equipos

Este tipo de expansión industrial fue concurrente con la contracción de las exportaciones argentinas y el consecuente estrangulamiento de la capacidad de importar bienes y servicios del exterior.

Los principales cambios ocurridos a la economía a partir de 1930 fueron

1) La quiebra del sistema multilateral de comercio y pagos. A partir de la segunda mitad del siglo XIX el sistema multilateral del comercio y pagos, apoyado en el factor oro, daba fluidez al creciente movimiento de fondos y bienes en el ámbito mundial. La crisis de 1929 pone punto final a este proceso y abre un largo paréntesis durante el cual las relaciones económicas internacionales se debilitan. La depresión mundial de 1929 comenzó como tradicionalmente había ocurrido con la crisis del sistema. La contracción de la producción, de los ingresos y de los niveles de ocupación en los países industrializados provoco la disminución de sus importaciones y, a través de esto, del volumen del comercio internacional, el largo periodo de esta recesión obligo los países industrializados a adoptar medidas proteccionistas como la formación de acuerdos bilaterales y el abandono de los causes multilaterales del comercio, la devaluación de las monedas y el abandono del factor oro. El volumen físico de las exportaciones mundiales cayó en un 25% entre 1929 y 1933 y los precios en más del 30%. En consecuencia el valor de las exportaciones mundiales cayó a más del 50% como consecuencia. Después de los puntos más bajos de la depresión en 1932 y 1933, comenzó una lenta recuperación, pero en 1937, ultimo año completo antes de la segunda guerra mundial el volumen de las exportaciones era todavía 11% más bajo que en 1929, no obstante el abandono del factor oro por Inglaterra en septiembre de 1931, la consiguiente depreciación de la libra y la devaluación del dólar ( en más del 40% de su antiguo contenido de oro ) en enero de 1934 los precios tampoco recuperaron los niveles anteriores a la crisis y en 1938 estaba todavía un 20 % por debajo de los correspondientes a 1929

2) Tendencias de las exportaciones de productos primarios:En el caso de los alimentos la demanda de la población tiende a crecer a un ritmo menor que el de sus ingresos, en otros términos a medida que aumentan los niveles de vida el consumo de alimentos va disminuyendo en relación al consumo total. En el caso de las materias primas el uso creciente de materiales sintéticos en reemplazo de las materias primas naturales.

Para el año de 1929 Argentina era uno de los países mas exportadores del mundo. En el ranking de exportaciones per cápita se encontraba de noveno, superado solo por países pequeños de Europa Occidental (Dinamarca, Bélgica, Holanda, Suiza y Suecia) Y por 3 ex dominios británicos (Canadá, Australia y Nueva Zaranda). Contando solo las 20

economías más grandes, Argentina era la número 14, solo 3 superaban a la argentina en un índice de exportaciones sobre PIB: Holanda, Bélgica y Canadá.

Entre 1929 y 1932 el volumen físico de la producción agrícola sólo bajó un 10%, fue enorme la caída de sus precios; tampoco disminuyó el volumen físico de la producción ganadera, pero fue dramática la caída de los ingresos del conjunto del sector agropecuario porque sus precios bajaron entre esos mismos años un 42%. La crisis agropecuaria se extendió a la economía. La construcción, siempre con las mayores amplitudes cíclicas, bajó un 61% entre 1929 y 1932, mientras que la industria sólo un 6%

En 1929 las exportaciones de carne representaban sólo 10% del total, mientras las de trigo y harina de trigo totalizaban 31,3%, las de maíz 18,4% y las de semillas de lino 13,2%. Durante la década de 1930, el crecimiento de las exportaciones ganaderas, tanto en términos de volumen como de valor, fue mucho menos espectacular que el de las exportaciones agrícolas. Mientras las ventas de granos tenían un comportamiento más diversificado en cuanto a destinos, las exportaciones de carne -y especialmente las de carne enfriada- tuvieron por mercado de colocación principal el británico, donde además enfrentaron la competencia de las exportaciones provenientes de los Dominios. 

La recuperación comenzó en 1934 impulsada por una mejora en los precios de las exportaciones que ese año subieron un 39,8% y entre 1934 y 1937 un 36%. La reversión de los precios agrícolas se debió a la devaluación norteamericana de 1933 pero también a la sequía en los Estados Unidos en 1934, y fue ayudada en el país por la devaluación del peso en un 20% en noviembre de 1933. El peso, que con el cierre de la Caja de Conversión en 1929 se había depreciado, desde 1931, cuando se estableció el control de cambios, se había mantenido en el nivel de 3,80 por dólar hasta fines de 1933, lo que importó su valorización, mientras el tipo de cambio se mantuvo fijo hubo una leve suba de los precios internos.

Con el aumento de los ingresos agrícolas, mejorada la situación financiera y con un importante aumento de la oferta monetaria – cuando se re descontaron documentos comerciales del Banco Nación y monetizó parte del Empréstito Patriótico – se acentuó la recuperación y se extendió a la industria, que creció en 1934 un 10,2% respecto a 1933 en volumen físico. La actividad industrial siguió creciendo un 8,5% entre 1935 y 1938 (en volumen), pero fue la guerra la que le dio su mayor impulso. El salto se produjo en 1941. Fue el período más brillante de la industrialización sustitutiva de importaciones.

Los precios bajaron hasta 1937, se estabilizaron luego y comenzaron a subir desde 1939. La construcción decayó con el clima de desconfianza de la guerra, entre 1939 y 1940, un 11,5%, pero luego se recuperó paulatinamente hasta llegar a su nivel anterior, alrededor del año 1943. La agricultura sufrió una baja en 1938 afectada por los problemas de comercialización a partir del cierre de los mercados de Europa central durante los primeros años de la guerra, lo que llevó al gobierno a intervenir comprando la cosecha de trigo de 1938/39, pero a partir de 1941 retornó al crecimiento. La inversión cayó en 1930 y se recuperó en 1933 pero en un nivel ligeramente superior al 20% respecto del PBI. Luego en los años de la guerra quedó por debajo, siendo además proporcionalmente más

alta en la construcción que en maquinarias y equipos (65 y 35% de la inversión respectivamente, en promedio durante los años de la guerra).

El proteccionismo europeo es directamente proporcional a la incidencia de la gran invasión, particularmente de Rusia y Estados Unidos, de fines del siglo XIX: la reacción proteccionista es más fuerte allí donde los dueños del factor tierra estaban en una posición política privilegiada, y puede datarse en el período 1880-1914 el inicio del proteccionismo agropecuario de Francia y Alemania.

El mercado de carnes, sufrió menos la crisis de tonelaje durante la primera guerra por tener una relación valor/peso más favorable que los cereales, siguió expandiéndose en los años veinte. Los eventos europeos fueron, desde luego, dominantes: se ha sostenido que el hábito de consumo de carne pasó de los soldados a la población civil; además, la diezmada población vacuna de Europa generó una mayor demanda de importaciones, y los aranceles se mantuvieron bajos, al menos hasta mediados de los años veinte. Al igual que en el caso del trigo, en el segundo lustro de los años veinte los gobiernos alemán y francés estimularon con aranceles la producción interna; pero Italia y –crucialmente– Gran Bretaña se mantuvieron abiertos al comercio de carnes. Estados Unidos, por su parte, prohibió la importación de carne argentina no procesada con argumentos sanitarios.

La Depresión fue particularmente dura para los mercados de trigo y de carnes. El estímulo a la producción triguera, ya iniciado en los años veinte en los principales países continentales, se acentuó rápidamente apenas se hizo desfavorable el ciclo económico. Ya en 1929 Alemania, Francia e Italia elevaron sus aranceles, y en distintos momentos del primer trienio de los treinta impusieron a sus industrias harineras una política cada vez más estricta de compre nacional. Los tres grandes países de la futura Comunidad Económica Europea (CEE) experimentaron con alguna combinación de precios fijos, precios mínimos y subsidios a la producción de trigo durante este período. Además, en los tres casos el comercio de importación pasó a ser de jure o de facto un monopolio gubernamental. Aun en países de tradición más librecambista hubo algún tipo de regulación: aranceles (bajos) al trigo extra-Commonwealth ingresando al Reino Unido, permisos previos en Dinamarca, monopolio estatal de la importación de trigo en Holanda, licencias (financiando subsidios a la producción) en Bélgica. Casi todos los países europeos –que daban cuenta del 78% de las importaciones de trigo en 1924-1928– recurrieron a algunas de estas vías para defender la producción interna de trigo. Desde luego, esos obstáculos estaban agravados por el contexto económico general de desaparición de los flujos de capital, controles de cambio y devaluaciones, característicos del período.Para el año 1940, Dinamarca, Noruega, Bélgica, los Países Bajos, Alemania, Italia y Francia estaban sumergidos en el conflicto bélico que se extendería por cinco años más y que afectaría considerablemente la producción y el comercio de los principales productos agropecuarios de laArgentina.Durante los años 1934-1938 el 37% del cargamento que entraba a los puertos de la Argentina era transportado por buques británicos y un 43% en barcos provenientes de Europa continental. Ya para el año 1941, la escasez de barcos de transporte provocó serias dificultades al comercio exterior argentino. Incluso en 1940 el número de buques ingresantes a los puertos argentinos se redujo considerablemente, como consecuencia del bloqueo a los puertos europeos continentales por parte de Inglaterra. Este efecto negativo fue contrarrestado en parte por el ingreso de buques norteamericanos. La

situación se volvió mucho más dificultosa en el año 1942, cuando Estados Unidos le declaró la guerra a Japón y Alemania bloqueó los puertos del este de los Estados Unidos.

En 1940 las exportaciones argentinas de trigo cayeron Principalmente por la reducción en las compras del Reino Unido y la pérdida de los mercados de Europa continental. Las exportaciones argentinas de preguerra al Reino Unido eran aproximadamente 755.000 toneladas y a Europa continental (excluyendo a España) eran 928.000 toneladas. Para el año 1942, el Reino Unido sólo compraba 300.000 toneladas y en los años siguientes menos de 200.000.12 De los países del continente, sólo los neutrales tenían acceso al trigo argentino y de éstos, únicamente España era una compradora importante. España se autoabasteció de trigo durante los años de la guerra civil, pero a partir de 1939 se vio obligada a importar grandes cantidades, como consecuencia de la reducción de su nivel de producción en un tercio. La reducción de los envíos de trigo hacia el Reino Unido y al continente durante todo el período bélico, se vio contrarrestada por el aumento en los envíos hacia países como Brasil y España.

La segunda guerra mundial trajo dos cambios importantes en la producción argentina de lino: en primer lugar el surgimiento de nuevos países competidores (Estados Unidos, Canadá y la India) como respuesta al aumento en la demanda de aceite de lino que se dio durante la guerra y, en segundo lugar, el desarrollo de una industria nacional de procesamiento de aceites vegetales. Así, mientras que la producción argentina de las semillas de lino se redujo durante los años de la guerra, lo contrario ocurrió con el aceite de lino. Este aumento respondió a un incremento en la demanda externa, aunque principalmente a la necesidad interna, como sustituto de combustibles como el carbón y el petróleo. Mientras que la Argentina sufría de la escasez de espacio en los buques mercantes para enviar al exterior el lino en granos, para el año 1942 las exportaciones de aceite vegetal (entre ellas aceite de lino) estaban entre las 100.000 y 125.000 toneladas anuales (de las cuales, 35.000 toneladas correspondían al aceite de lino).Los efectos que la guerra tuvo sobre el comercio de carne fueron variados. En primer lugar, hay que destacar el aumento en los envíos de carne enlatada, los cuales excedieron al promedio de preguerra en cada uno de los años entre 1940 y 1944. Por razones técnicas, durante los años de guerra toda la carne que fue exportada era congelada y, para ahorrar espacio, debía ser deshuesada (reduciendo el peso aproximadamente en un 20%). La ley de tarifas del año 1930 promulgada en Estados Unidos prohibió la importación de productos pecuarios desde zonas infectadas con aftosa. Dado que dicha ley siguió vigente durante los años del conflicto bélico, Estados Unidos se limitó a importar desde la Argentina sólo carne enlatada, constituyendo el segundo comprador en importancia.

El comercio de carne entre la Argentina y el Reino Unido se llevó a cabo a través de acuerdos entre ambos gobiernos. El resultado del primer acuerdo del año 1939 tuvo como resultado un volumen de exportación que excedió en un 25% la cantidad especificada por el Acuerdo Roca respecto del mismo período del año anterior. Los acuerdos fueron renovados durante los años 1941 y 1942.

Durante la década de 1930 las exportaciones Argentina fluctuaron bruscamente influidas por ciclos económicos externos, climas y precios, alrededor de la barrera de los 1000 millones de dólares, llegando a un tercio de ese valor en lo peor de la depresión, y a un máximo de 1600 en 1947 crecieron tendencialmente a partir de los años 60.

El volumen de las exportaciones medidas en valor de 100 en 1929, llegó a promediar la mitad de esa cifra en el primer trienio de los años 50 y a partir de entonces volvieron a crecer, superando la marca de 100 en 1966, de 200 en 1978 alrededor del cual se mantendría aproximadamente durante los años 80. Pasando los 300 en 1994, los 400 en 1995 y los 500 en 1998

¿Qué productos exportó la Argentina durante el período estudiado, y cómo evolucionó su participación en el total de exportaciones?

Productos que indican el máximo nivel de participación en las exportaciones Argentinas y el año que tocaron ese máximo son: Los productos incluidos, indicando entre paréntesis el máximo de participación alcanzado y el año en que tocaron ese máximo, son:

Trigo (29,1%, 1929)Lino (14,5% en 1932),Lana (24,1%, 1938), Maíz (26,9%, 1936),Cueros (11%, 1949)Manzanas (4% en 1952),Azúcar (4,5% en 1963),Animales vivos (2,6% en 1967)Carnes (30,2%, 1972)Sorgo y mijo3 (sumaron el 8,7% en 1976),El girasol (14,3% en 1984) y la soja (20,9% en 1988) Incluyendo sus subproductos, alcanzaron sus máximos después de 1976.

Tomados en conjunto, esos 12 grupos de productos representan un promedio de 73,5% de las exportaciones argentinas durante 1925-1960 exceptuando el período especial 1939-1945, y el 70,6% si se extiende el lapso hasta 1976.

Para el periodo de 1925 – 1960 productos como el lino, el maíz, el trigo, la carne y la lana (Los 5 Grandes) estos representaron el 64% de las exportaciones argentinas en 1925 – 1960 exceptuando los años de 1939-1945. Como aproximación, puede pensarse que el maíz, el trigo y la carne representaban cada uno, en un promedio tomado a lo largo de todo el período, el 15% de las exportaciones; el lino y la lana, alrededor del 10%; y los cueros, 5% (las cifras exactas son, respectivamente, 14%, 16,7%, 15,6%, 9,1%, 9,2% y 5,6%).

En 1960 la Argentina exporto por un valor en dólares prácticamente igual al de 1928. Entre una y otra punta la participación de los 5 Grandes disminuyo de 77% a 61% o de 744 millones a 620 millones de dólares, los demás rubros de exportaciones pasaron de 222 a 395 millones de dólares Los principales mercados para el perdido de 1928- 1929 para el trigo previo a la depresión eran: Europa Continental (55%, tres cuartas partes explicadas por Holanda, Bélgica, Italia y Alemania), Reino Unido (30%) y Brasil (12%)Entre fines de los años veinte y 1960, las exportaciones mundiales de maíz perdieron participación en el comercio mundial, de 0,83% a 0,44%. El maíz argentino cayó de 0,48% a 0,09% del intercambio internacional, es decir que la reducción en las exportaciones argentinas puede dar cuenta, exactamente, de la disminución de la participación del maíz en las exportaciones mundiales totales. En el caso del trigo, la caída en la participación fue proporcionalmente mayor. A fines de los años veinte, el comercio triguero representaba el 2,86% del comercio mundial, pero en el año 1960 había caído hasta un nivel de 1,24%. El trigo exportado por la Argentina pasó de un 0,53% a un 0,11% de las exportaciones mundiales.En el comercio de lino la Argentina pasó de ser un proveedor dominante (proveía por un valor igual al 0,31% del comercio mundial, sobre un mercado de lino y su aceite igual a 0,47%) a ser apenas un participante de importancia en un tráfico que había menguado (exportaba 0,03% en un mercado que ocupaba el 0,10% del comercio). La participación de la lana en el comercio mundial, en tanto, era nada menos que 3,7% a fines de los años veinte. Para 1960, esa proporción había caído a 1,7%. Las lanas argentinas, en tanto, disminuían de 0,2% a 0,1% del comercio mundial. En carnes vacunas, el mercado mundial se achicó de 0,70% del comercio mundial a fines de los años veinte, con una participación argentina de 0,29%, a 0,40% en el año 1960, con una contribución argentina de 0,10%.

Contando solamente los Cinco Grandes, las exportaciones globales de trigo, maíz, lino, lana y carnes vacunas pasaron de 8,56% a 3,85% del comercio internacional entre finales de los años veinte y 1960. Las exportaciones argentinas de esos productos, en tanto, se redujeron de 2,03% a 0,43% del comercio mundial. En la reducción de las exportaciones argentinas de estos cinco bienes, pues, jugó un papel importante la declinación general de los mercados. En los casos del trigo, el maíz, el lino y la carne vacuna adicionalmente cayó el market share argentino (de 57% a 21% en el maíz, de 19,6% a 8,9% en el trigo, de 73% a 40% en el lino y del 39,6% al 24% en la carne vacuna). En el comercio mundial de lanas, en cambio, el market share argentino se mantuvo en el 5,9%.

Señalamos el año 1976 como el fin de la declinación exportadora Argentina. Durante la década y media de 1960 a 1976, los cinco grandes perdieron gradualmente participación en las exportaciones totales argentinas. La pérdida de 30 puntos porcentuales en la participación de los 5 grandes se debió al aumento de 20 puntos en las exportaciones no agrícolas por la aparición del sorgo y el mijo, a demás de otros productos de tierra “viejos” que se exportaban desde hacía tiempo pero que en algún momento de los años sesenta llegaron a representar más del 3% de las exportaciones argentinas, como las manzanas (3,1% en 1968) o el azúcar (4,7% en 1963).El girasol recién comenzó a ser importante a partir de 1976, y la soja un par de años más tarde.

¿Cómo evolucionaron los mercados mundiales de los productos argentinos en el período hasta 1976? El gráfico muestra la evolución de los productos que representaban más del 1% del comercio mundial. En el caso de los Cinco Grandes, el panorama es matizado comparado con el período anterior. Entre 1960 y 1976, el maíz recuperó algo de participación en el comercio mundial (0,44% a 0,74%); la carne vacuna y la lana se recuperaron para luego caer, y hacia 1976 ambas estaban en sus niveles de 1960 (0,40% la carne vacuna y 1,7% la lana); el trigo siguió declinando pero de manera más lenta (pasó de 1,24% a 0,93%); y el lino prosiguió su profunda caída secular (de 5 milésimas partes del comercio a fines de los años veinte pasó a 1 milésima en 1960 y a dos diezmilésimas en 1976). Para ese entonces el lino ya representaba menos de 3% de las exportaciones argentinas.

La declinación en el valor del comercio de productos típicamente argentinos se concentra en el período 1920-1960, y en el lapso posterior a 1976 puede descomponerse en dos motivos:

1 una variación del coeficiente de apertura en los productos argentinos menos favorable que la correspondiente variación en los bienes en general; 2 una declinante participación, por factores de precio o de cantidad, de los productos argentinos en el producto mundial.

Bibliografía

La economía Argentina (Las etapas de su desarrollo y problemas actuales)Aldo Ferrer

La economía argentina durante el ciclo de Lana Gabriel Frontoms http://www.redalyc.org/redalyc/pdf/877/87722105.pdf

Historia General de las relaciones exteriores de la republica de Argentina

Tomo X: Las relaciones económicas de la Argentina con Gran Bretaña y Estados Unidos, 1880-1943 http://www.argentina-rree.com/10/indice10.htm

Argentina y el mercado mundial de sus productos 1920 – 1976 Lucas Llash Oficina de la CEPAL en Buenos Aires