Convives 8. LAS DIRECCIONES Y LA GESTIÓN DE LA CONVIVENCIA. Diciembre 2014. Actividad de reflexión

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Experiencia. La importancia de una buena convivencia

en los centros educativos. Creación de una red de

centros para una convivencia positiva

Cipriano Núñez Rodríguez y Adelino Pose Reino

IES Xulián Magariños

Negreira, A Coruña

http://www.edu.xunta.es/centros/iesxulianmagarinos/

Adelino Pose apose@edu.xunta.es Cipriano Núñez cibrao@edu.xunta.es

Adelino Pose, Director y Presidente de la Asociación de Directores y Directivos de Galicia (ADDIGA), y

Cipriano Núñez, Jefe de Estudios, presentan una interesante experiencia sobre su gestión, como equipo

directivo, del Servicio de Mediación, la filosofía en que se fundamenta y de cómo han creado una red de

centros que incorpora al profesorado, al alumnado y a las familias para que la convivencia positiva sea

tarea de toda la comunidad.

Con la celebración de los ENCONTROS PARA UNHA CONVIVENCIA POSITIVA van dando pasos en la

consolidación de la red.

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Antes de comenzar con la redacción de este artículo, queremos

expresar, en pocas palabras, nuestra opinión sobre el proyecto de los

Encuentros para una Convivencia Positiva, la creación de una red de

centros gallegos para compartir experiencias y buenas prácticas y

sobre todo sobre la convivencia en los centros.

Creemos y estamos convencidos, que una pieza fundamental en la

mejora de la calidad de la enseñanza en los centros pasa

inevitablemente por mejorar la convivencia, y los equipos directivos

con su director o directora al frente deben de tomar la iniciativa,

apoyando y gestionando delante de la administración educativa estos

proyectos tan importantes y que consideramos muy necesarios en los

centros, también debemos incluirlos en el Proyecto Educativo de

Centro, divulgándolos entre toda la Comunidad Educativa y que sean

parte de la vida diaria del centro.

Nuestro Servicio de Mediación, es uno de los pilares en los que basamos, la convivencia en el centro, y el

equipo directivo, a pesar de las dificultades que aparecen en el día a día, se encuentra muy orgulloso y

satisfecho de su funcionamiento y de sus resultados, que se reflejan en que nuestro instituto obtenga muy

buenos resultados tanto académicos como personales, tan importantes estos o más que los primeros, pues

consideramos que formar una ciudadanía justa, honrada y capaz de transformar la sociedad es uno de

nuestros objetivos principales.

El instituto Xulián Magariños, está situado en la villa de Negreira, a Coruña, en un entorno rural. El nivel

socioeconómico de las familias es es medio-bajo y ya hay problemas por el contexto económico actual. En

el Concello hay desde hace años una colonia magrebí, actualmente también familias procedentes de

Sudamérica.

Somos 50 profesores y profesoras en el Centro con una gran estabilidad que permite la elaboración y

puesta en práctica de proyectos a largo plazo.

La diversidad de orígenes de nuestro alumnado: nacional y extranjero, rural y urbano o semiurbano,

agricultor, profesional o vendedor en mercados trae consigo la consiguiente diversidad en la valoración de

sus estudios y su actitud ante ellos, además de sus actitudes ante la vida en general. Esta diversidad

deviene en ocasiones en conflictos, amén de aquellos que tienen un origen externo al centro pero que se

trasladan adentro. No hay un fuera-dentro en un centro rural.

¿Qué hacer entonces para mejorar la convivencia?

Lo primero es asumir que los conflictos forman parte de la vida; pero esta asunción debe llevar a encontrar

una respuesta a la pregunta: ¿qué debe aprender nuestro alumnado? en un instituto a cerca de la vida:

• que los conflictos existen,

• que pueden ser solucionados,

• que no siempre ellos mismos saben cómo hacerlo,

• que los que no se solucionan por la vía del dialogo conllevan sanciones.

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Nuestro objetivo era mejorar la convivencia

en el centro, aunque no es especialmente

conflictivo, si considerábamos una buena idea

de que la creación de un servicio de chicas y

chicos mediadores entre iguales mejoraría a

resolver pequeños conflictos que con solo la

aplicación de la normativa no nos parecía que

llegáramos a la mejor solución, creemos que

estos aspectos deben ser aprendidos para la

vida tanto dentro como fuera del centro.

Lo segundo será dirigir nuestra práctica en esas tres direcciones:

• al profesorado: las sanciones no son el único ni el mejor camino para resolver conflictos

• al alumnado: cuando no se sabe cómo resolver un problema hay que pedir ayuda o recurrir al

especialista

• a las familias: sus hijos e hijas pueden tener razón, pero el otro u otra también.

Lo tercero era dar soluciones a los problemas de cada estamento,

• al profesorado para que pudiesen dar sus clases con normalidad.

• al alumnado para que el centro les resultase acogedor y pudiesen aprender.

• a las familias para que valorasen el esfuerzo de sus hijos e hijas y al profesorado, y en general, el

trabajo diario en el centro

Al profesorado le pedimos que estuviesen atentos a los síntomas, insultos, papelillos, interrupciones, etc.

como una forma de implicarlo.

Al alumnado de 1º y 3º de la E.S.O. lo formamos en Mediación y en la detección de conflictos, además de

diseñar y realizar las campañas de sensibilización.

A las familias, que los conflictos no se solucionan impartiendo justicia (salvo los gravísimos), sino

enseñando a quienes los originan por qué no se deben producir, y la víctima, qué espera y desea como

reparación del daño.

Esta labor fue de acercamiento primero en cada estamento, luego con la dirección y finalmente, entre sí.

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Con el profesorado

Con el profesorado hubo dos clases de problemas difíciles de solucionar porque eran exactamente

opuestos, aquel permisivo, para quién cualquier forma de incidir en el comportamiento del alumnado era

una «represión» y su opuesto, aquel para quien todo se arregla a base de «más disciplina». Decidimos que

previamente a presentar nuestras propuestas, tanto el Equipo de Orientación como la Dirección debían

intentar convencer al profesorado y que en los Claustros las posturas extremas quedasen aisladas y no se

centrasen los debates en ellas, sino en los objetivos, a quien va dirigido, quien lo realiza y los medios.

El Aula de Convivencia fue bien acogida y se puso en funcionamiento un protocolo para su funcionamiento

incluso para alguna tarde fuera del horario lectivo bajo supervisión; de un profesor o profesora del centro.

Con las familias y el alumnado

Con las familias del alumnado tuvimos reuniones siguiendo el principio: Pensamos en la mejor educación

para sus hijos e hijas, o lo que es lo mismo, los padres y madres son responsables de su educación, el centro

es un complemento en esa educación, pero debemos trabajar conjuntamente.

Un tema relevante en este proceso fue diferenciar el ámbito de la culpabilidad del de la responsabilidad. La

culpabilidad conlleva sanciones, la responsabilidad aprendizajes. Ambas son compatibles porque dejamos

claro a todos que la sanción no excluye asumir la responsabilidad. El objetivo de eso fue acabar con frases

del tipo: «bueno, pues pido perdón y listo»

La extensión de este concepto de responsabilidad significaba:

• los profesores y profesoras no sólo son responsables de sus asignaturas

• el alumnado no sólo es responsable de sus calificaciones.

• los padres y madres no sólo son responsables de sus propios hijos

Todas las personas somos responsables de todas

Creemos que nuestro Centro asumió bien este cambio de paradigma, descubrimos que:

Profesorado:

• todo el mundo quiere mejorar las cosas

• casi nadie sabe cómo, pero se ofrecen estrategias.

• Hay quien cree saber cómo, pero nunca consigue convencer a otra parte del profesorado porque

presentan propuestas heroicas y que exigen un gran sacrificio

• También hay quien piensa que las soluciones deben venir de la Dirección

• Hay que neutralizar las propuestas heroicas y abnegadas, así como el negativismo de «no ocurre nada»,

o «eso no sirve para nada» presentando propuestas concretas en cuanto a objetivos, medios, quien la

realiza y a quién va dirigida

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• Las acciones que se proponen deben contar con la aquiescencia del profesorado y hay que escuchar

tanto como hablar.

Que el profesorado participe es implicarlo, y éste es el único camino para avanzar. También es importante

resaltar que cualquier cambio en la Dirección o en el Equipo de Orientación, paraliza los proyectos. Es

preciso que haya una inercia y que el profesorado considere que lo que ocurre en el Centro y hacia dónde

se dirige es también cosa de cada uno.

Alumnado:

• hacerles continuamente propuestas interesantes e ilusionantes

• hacerlos partícipes tanto de los objetivos como de los medios

• reunirlos periódicamente para actividades lúdico/formativas con el objetivo de mantener la idea de

grupo

El alumnado es el principal objetivo de la enseñanza, y hay que enseñarles valores y a convivir con otras

personas, conocidas o desconocidas a las que no escogen casi nunca

Las familias:

• convencerlas de que sus hijos e hijas no sólo vienen al Centro a estudiar

• desarrollar actividades que las acerquen al centro. Nosotros participamos en la Escuela de

Padres y Madres, que nos llevó a la Dirección y al Departamento de Orientación a recorrer las parroquias

del Concello para reunirnos allí y evitar la disculpa de que les venía mal acercarse al Instituto.

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Esta labor no tiene más misterio que tener claros los objetivos y motivar al personal, pero también

estrategias para que ninguna propuesta parezca una imposición. El resolver los conflictos entre iguales

debe ser asumido por toda la Comunidad Educativa como un servicio que ayuda a mejorar y mucho la

convivencia en los centros.

En nuestro caso el primer objetivo que nos

propusimos fue el de la eficacia en nuestras

acciones, es decir, plantearnos un objetivo más bien

modesto que sirviera de medida: que implicara a

todo el profesorado (aunque una parte siempre

decidiera quedar al margen), al alumnado, y a sus

familias.

Participar con nuestra experiencia en algo de mayor implicación social, como crear una red de centros para

una convivencia positiva, que nos permitiera estar en contacto directo con otros institutos que tuvieran

nuestros mismos o parecidos objetivos sobre la convivencia en los centros era el siguiente paso. Y con este

principio se reunieron hace tres años los orientadores del IES Fin do Camiño de Fisterra, Javier García y la

orientadora de nuestro centro Begoña Cortés, para iniciar estos encuentros de centros para una

Convivencia Positiva, a este equipo se fueron añadiendo el jefe de estudios Cipriano Núñez, contando en

todo momento con el apoyo y la colaboración del director Adelino Pose. Tenemos que destacar que la

implicación de las direcciones de los centros en estos proyectos es totalmente necesaria para su buen

desarrollo.

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Los comienzos fueron difíciles, con problemas de todo tipo, logísticos y económicos, pero supimos salvarlos

y al final fructifico en la realización de los I ENCONTROS PARA UNHA CONVIVENCIA POSITIVA en Negreira,

con gran éxito de participación. En el siguiente curso, y ya con la ayuda en la organización de la orientadora,

Lola Sanz del IES Antón Fraguas, realizamos los II ENCONTROS PARA UNHA CONVIVECIA POSITIVA en

Santiago de Compostela, también con gran éxito, con la novedad de la participación de padres y madres del

alumnado mediado. El próximo año pensamos poder asistir a los III ENCONTROS PARA UNHA CONVIVENCIA

POSITIVA en Vilagarcia de Arousa (Pontevedra).

Esperamos que esta RED de centros se amplíe y sepamos llevarla a buen puerto, mejorar la convivencia es

una de las tareas que debemos asumir conjuntamente, pero es mucho más fácil si compartimos nuestra

experiencia. Creemos que esta Red debe ser consolidada y ampliada, y por supuesto exigimos también el

apoyo de las Administraciones Educativas. Si nos permitís queremos acabar nuestro artículo, como lo

comenzamos, demostrando nuestro apoyo a esta iniciativa y animando a todos los que de una u otra

manera interviene en la mejora de la educación pública, a conocer y a proponer en sus centros estos

servicios que mejoran la convivencia, y a participar en estos encuentros de centros para una convivencia

positiva, seguro que paso a paso mejoraremos la calidad de la enseñanza pública.