Exposicion tema 12 condicion actual

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Condición actual

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Condición actual

¿Por qué nos resulta tan difícil siquiera

imaginar otro tipo de sociedad?

¿Qué nos impide concebir una forma

distinta de organizarnos?

La pobreza es una abstracción incluso para los pobres

El 1% de las familias más ricas del país,

poco más de 290 mil, tuvieron en el 2010 un

ingreso mensual de 101 mil 217 pesos, esto es 47 veces más que el

10% más pobre

Finales del siglo XIX hasta la década de 1970 las sociedades del Occidente

se volvieron menos desiguales.

Tributación progresiva

Los subsidios del gobierno

Provisión de servicios sociales

Empleo precario:

Despedir a gente mayor

Reducir prestaciones

Personal barato

Poder adquisitivo:

Sección geográfica A 67.29 = 2,018.9 pesos mensuales

Sección geográfica B

63.77 = 1,913.1 pesos mensuales

PROPAGANDA

No dejarse fascinar por sus cuestiones planteadas y machacadas sin cesar, que ocultan la realidad y sobre todo el hecho de que considerarlas válidas, y las únicas válidas, es parte del problema.

La consecuencia de ignorar los problemas reales y los datos verdaderos es que se los padece tal como disponen aquellos que los crearon y aseguran así su perpetuidad.

En todo momento y circunstancia se buscarán las condiciones que la favorecen; se considerará a éstas indispensables con respec to a las demás, y en especial a las causas degradadas por ella, como la del trabajo.

Todo problema originado de la ganancia será resuelto a partir del dogma de su necesidad y la afirmación de que el conjunto de la población depende de ella, y perecería sin ellas. Lo que da como resultado un reflejo condicionado.

ADAPTACIÓN

Adaptarse es la consigna

-Adaptarse a la economía de mercado

-A la globalización

-A la lucha contra el déficit de las cuentas públicas

-Adaptarse a las desregulaciones económicas

-Adaptarse al cinismo de las conduc tas mafiosas autorizadas

-Adaptarse al traslado de empresas y a la fuga de capitales

GANANCIA

Ya no se trata de enfrentar sino de “arreglarselas” con los métodos que explotan esta situación en su propio beneficio: en benefi cio de la ganancia.

Sólo resta acomodarse al régimen planeta rio permanente armado en torno de esa ganancia reconocida oficiosamente como lícita, prioritaria, dueña de todos los de rechos y además directora de la escena mundial.

La ganancia incluso se podría decir que tiene un efecto de droga de insaciabilidad, de rivalidades personales a niveles anecdóticos, de carrera para obtener posesiones cada vez más virtuales, esta voraci dad maniática, ávida de lo superfluo, son los que destruyen el sentido de multitudes de vidas y generan ese sufrimiento indescriptible que consume, altera, destruye una masa de desti nos, cada uno de ellos vivido por una persona singular, una conciencia única, en carne viva, una y otra vez.

En nuestra época, la riqueza ya no consiste en la posesión de bienes palpables como el oro o siquiera el dinero.

Así, el sistema en donde nos encontramos se opone e incluso amenaza a quien siquiera haga algo para atenuar esta operación de posesión.

La ganancia aparentemente no responde sino a las exigen cias del deber, o mejor, está consagrada a sacrificios modes tos y discretos. Anónimos, púdicos, los que obtienen ga nancias con tanta abnegación no quieren ser nombrados. Los

rodea la mayor discreción.

RIQUEZA

Ahora bien, ¿de qué riquezas se habla? ¿Del enriqueci miento del género humano? ¿De progresos científicos o so ciales? ¿De objetos esenciales, preciosos o de gran utilidad? No, sólo de utilidades derivadas de una producción conside rada rentable. Nada más. "Riquezas" reales, pero que sólo benefician a los "empresarios" y sus accionistas.

COMPETIVIDAD

"La competitividad obliga...", "la competitividad no per mite..." ¡Cuántas oleadas de despidos, traslados de empre sas, reducciones o congelamientos de salarios, eliminaciones de puestos de trabajo, derogaciones de beneficios laborales, cuántas decisiones desastrosas y perversas se ha intentado justificar con estos argumentos! ¡Y cuántos lamentos, cuán to pesar, se expresan por adoptar esas medidas devastadoras que exige, desgraciadamente, la competitividad!

La competitividad es solo un pretexto para suprimir con la mayor saña las conquistas sociales, deteriorar las condiciones de trabajo, cerrar em presas, multiplicar y aplicar con toda intensidad las medi das más nefastas.

La competitividad, si existe, se desarrolla entre íntimos, entre potencias privadas, en una palabra, entre sí, en bien de los intereses comunes de los competidores. No tiene relaciones con el público ni ten dría consecuencias para éste si los protagonistas de estas li dias no se aprovecharan de él.

La competitividad sirve de pretexto para los innumera bles abusos cometidos en su nombre, así como para la degra dación más cruel, aunque menos espectacular, de las condi ciones generales de vida y de trabajo.

Con ese argumento, la explotación es lógica, indispensable, más aún, deseable, a los ojos de los mismos explotados.

Una extraña dictadura

Sabemos cuanto cuestan las cosas pero no cuanto valen.

Ya no nos preguntamos sobre un acto legislativo o un pronunciamiento judicial. ¿Es justo? És correcto? ¿Va a contribuír a mejorar la sociedad o el mundo?.

Gran parte de lo que hoy nos parece natural lo encontramos en la decada de los 80’s:

-Culto a la privatización-Obseción por la riqueza-Crecientes diferencias entre ricos y pobres-La ilusión del crecimiento-El desprecio por el sector público

El capitalismo no regulado es el peor enemigo de sí mismo: más pronto que tarde está abocado a ser presa de sus propios excesos y volver a acudir al Estado para que lo rescate.

En 1970 la distinción entre izquierda-derecha resultaba útil ya que constituía un marco en el que situar los comentarios críticos sobre los asuntos contemporáneos.

Hoy en día las nuevas generaciones, se encuentran desorientados y siente una honda preocupación por el mundo que va a heredar.

Temores acompañados de una sensación general de frustración: sabemos que algo esta mal.

Antes esto no sucedía, pues los jóvenes de generaciones pasadas vivían bajo un dogma radical, de tal forma que no había cabida para la incertidumbre.

Liberal

-Se opone a la intromisión de los asuntos ajenos.-Es tolerante con la disconformidad y el comportamiento no convencional.-Sostienen que es mejor “Mantener a los demás fuera de nuestras vidas” lo que deja a cada individuo el máximo espacio para vivir y desarrollarse como prefiera.

Libertarios

-Prefieren dejar en paz a los demás.

Socialdemócratas

-Defensa de la tolerancia religiosa y cultural.-Creen en la posibilidad y en las ventajas de la acción colectiva para el bien común.

Pero nadie está “repensando el Estado”. Sigue habiendo una marcada renuencia a defender el sector público en nombre del interés colectivo o por principio.

Además, ya no basta con identificar las deficiencias del sistema. Sino hablar de ellas y proponer.

Es justo indignarse por nuestro conformismo político, y además es menester defender la necesidad de dicernir de nuestra forma de pensar guiada por la economía y la urgencia de una vuelta a la conversación pública de ética.

Nos corresponde a nosotros volver a concebir el papel del gobierno. De no hacerlo, otros lo harán.