Extinción de Peces de Agua Dulce en Suramerica
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R¡cueono IVr. ExrrNcróN on pECEs DE AGUA DULCEnN Suo,qruÉnrce
América del Sur presenta una gran riqueza de hábi-
rats de agua dulce. Las grandes cuencas de los ríos
Amazonas, Orinoco y Paraná, complementadas por
una multitud de cuencas más pequeñas y aisladas,
rienen una influencia crucial sob¡e la biogeografía y
clima del continente. Ademá de ios ríos (sistemas
lóticos), desde las costas hasta ei altiplano se en-
cuentra una gran variedad de lagos y Lagunas (sis-
temas lacustres). Así, no es sorprendente que la fau-
na de peces de agua duice de Sudamérica sea la más
diversa del mundo, con más de 3 000 especies des-
critas hasta el momento (Bohlke et al., 1978).
Los es¡udios de peces sudamericanos comen-
zaron en el siglo xx con Alexander von Humboldty más tarde con el trabajo de famosos investigadores
de Europa y Nortearnérica como Cuvie¡ Valenciennes,
Steindachner, Boulenger, Kner, Eigenmann y Re-
gan. AL.Lnque recientemente se han realizado estu-
dios regionales, éstos son por lo gener:al puntuales
espacial y temporalmente y todavía conocemos
muy poco sobre ia bioiogía básica, dinámica de
poblaciones, reproducción, abundancia, distribu-ción, ta-xonomía y sistemática de la mayor parte de
los peces d ulce¿cuicolas sud¿mericartos.
Los libros rojos de fauna recopilan la informa-ción disponible para las especies amenazadas de
extinción para cada país y entregan ¡ecomenda-
ciones para su conse¡vación. Infortunadamente, va-
rios países carecen de libros rojos para ia fauna acuí-
cola. En Sudamé¡ica sólo se registra La extinción del
pez graso Rhizosomichthys tztde, u.n silúrido de
Colombia, al menos tres especies. se clasifican en
peligro y i2 especies como vulnerables (Baiilie yGroombridge, lqq6). No obsranre. es import¿ntedesracar qre mi' del >000 de la, espe.iet presenlan
inlrorm¿cion deficienre. lo que no prrmite conocer
su esrado actu¿l de consen'ación. Además, algunos
de esros registros generan dudas, ya que, por ejemplo,
José Saulo Usma Oviedo
en los años ochenta se realizaron muestreos con
inmersión de buzos al londo del Lago Tota (Co-
lombia) y se observaron peces grasosr aunque no se
capturaron ejemplares (Galvis y Mojica, datos no
publicados). Otras especies poco comunes y de difí-cil captura
-como la Ubidia magda/enesis, qte
desde su descripción no ha vuelto a ser colectada
con frécuencia se clasifican como amenazadas. Así,
es importante establece¡ claramente el límite entre
rareza y pehgro de extinción y realizar una cobertu-ra apropiada en el muestreo de cuencas.
Hasta ia fecha se ha explorado menos del 25%o
del territo¡io sudamericano en cuanto al recurso de
peces de agua dulce, y un porcentaje aún menortiene estudios de estadísticas pesqueras o programas
de monitoreo. En contraste, la colonización hu-mana avanza a pasos agigantados, amenazando a las
comunidades de peces con la extinción Iocal debido
a múltiples perturbaciones, ¡aies como Ia pesca ex-
cesiva, la desecación de ciénagas, l¿ rninería del oro,la deforestación, la contaminación de las aguas conresiduos industriales, químicos, fertiLizantes, bio-
cidas, basuras, cloac.as y ia construcción de embalses.
Por ejempio, las represas Betania (Colombia) e Itai-pú er.r Yacl,retá (Paraguay) causan extinc.iones Io-cales debido a que interrumpen las migraciones de
ias especies. Así, estamos extinguiendo especies sinsiquiera haber aicanzado a describirias.
Aunque la mayoría de las cuencas sudameri-canas no tiene registros históricos de producciónpesquera, hay evidencias que las abundancias ytallas de captura de las especies de interés comercialestán disminuyendo. Así por ejemplo, en Ia cuenca
del río Magdalena (Colombia) los volúmenes de
capturas totales a mediados de los años setenra
alcanzaron las 80000 ton, mientras que en la
acrualidad no .obrep¿.¿n la. 15000, Del mi:mo .,7a
modo, la pe."a del aperecido bagre t¿yado, P)atdt- l+ )
platlstomd fasciatum, gue constituyó casi un 4070
del total capturado et 1,977, disminuyó a sólo un
100/o de Ia pesca total en 1986 (Yalderc'¿ma et al.,
1988). Estos ejemplos denotan un deterio¡o acele-
rado de las poblaciones. En La Amazonía y Orinoquíala mayoría de las especies comerciales, como ios
grandes bagres de la familia Pimeiodidae, están
amenazados por la pesca excesiva. La situación se
hace crítica por el desconocimiento de su biología
básica y tamaños poblacionales, lo que limita Las
posibilidades de manejo adecuado de estos ¡ecursos.
La introducción de especies exóticas como la
trucha arcoiris (Onchorhynchus mJbiss), la trucha de
a,rroyo (Sa/uelinus fontalis), la carpa. (Cyprinus car-
pio), las ttltpias (Oreochramis mos¡mbicu¡ O. nila-ticus y O. rendalli) y los gouramis (Tiichogaster pec'
torali y T leerii), son otra de las amenazas que
enf.enr'ln principelmen,e la' e'pecie. nariva' con
dist¡ibución restringida. En Bolivia, el parásito
esporozoo hhtfuophthiriu multtflis, introducido a
través de la t¡ucha a¡coiris, se extendió a Orestias spp.
(Cyprinodontidae), especies endémicas del Lago
Titicaca, y está causando srr desaparición (Lauzanne
y Loubens, 1992). En ios Andes es posible que latrucha arcoiris esté provocando extinciones locales
de 1as especies de pequeños bagres de 1as familias
Astroblepidae y Trichomycteridae (véase RlcueonoVii.1), muchas de las cuales no han sido descritas,
pues su sistemática es compleja y todavía no resuelta.
El reto para los ictióiogos sudamericanos es"enorme. No podemos determinar el grado de vulne-rabiliCad y estado de conservación de las poblaciones
de las especies de peces dulceacuícoLas si no hemos
terminado de conocer su diversidad y distribución.Más aún, los procesos de especiación y coionizaciónde hábitats por nuevas especies o subespecies sin
duda escán ocurriendo en los ecosistemas sudameri-canos de agua dulce (Mago, comunicación personal).
Los estudios de peces dulceacuícolas deberían
orientarse hzcia: (1) colectar en zonas poco explo-raaas, y (2) realizar muesireos internacionales qtre
permitan conoce¡ la composiciór.r de la ictiofauna,el estado de las poblaciones y la distribución espa-
cial y temporal de ias especies a nivel de cuencas
hidrográficas completas y no de países aislados.
Si los estudios se enñcan adicionalmence a nivel de
Ias iomunidades de peces, obtendríamos informa-ción sob¡e Ia salud biológica de las cuencas hidro-gráficas mediante e1 índice de Integridad Biótica(ue), que evalúa dive¡sas caracteristicas de l¿ comu-nidad de peces (cantidad, abundancia relativa, bio-masa, ecc.) y cuya reducción refleja disminución de
la calidad del agua y/o de las condiciones físicas dei
hábirat (Ka¡r et al., 1986). La creación de una red
latinoamerican¿ de ictiología aumentaría la comu-nicación e integración de esros estudios y ayudaría a
la fbrmulación de soluciones a los diversos probie-mas que enfrentan nuestros recursos acuáticos.
Holoripo del pez graso (Rhizo-
somichtlrys totae), única especie de
pez de agua dulce que se conside¡a
ex¡inta en Sudamérica. (Fotografia
de Saulo Usma).
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