Extinciones masivas
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Intensidad aparente en la extinción de géneros
marinos (no especies). No representa el total
de la biodiversidad, sino su disminución en
cada momento geológico.
Una extinción masiva (también llamado evento a nivel de extinción o ELE por sus siglas en
inglés) es un período de tiempo en el cual desaparece un número muy grande de especies. Por el
contrario, se estima que en períodos normales las especies desaparecen a un ritmo de entre dos y
cinco familias biológicas de invertebrados marinos y vertebrados cada millón de años. Desde que la
vida empezó en la Tierra se han detectado seis sucesos de extinción graves en el eón Fanerozoico.
Historia
Desde que la vida se inició en la Tierra han ocurrido cinco extinciones masivas:
1. Hace 488 millones de años ocurrieron una serie de extinciones masivas del Cámbrico-
Ordovícico llamadas así por haber ocurrido entre el final del período Cámbrico y el
principio del Ordovícico. Durante ese evento desaparecieron muchos braquiópodos y
conodontes, también se redujo significativamente el número de especies de trilobites.
2. Hace 444 millones de años, en la transición entre los períodos Ordovícico y Silúrico,
ocurrieron dos extinciones masivas llamadas extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico.
Su causa probable fue el período glaciar. El primer evento ocurrió cuando los hábitats
marinos cambiaron drásticamente al descender el nivel del mar. El segundo ocurrió entre
quinientos mil y un millón de años más tarde, al crecer el nivel del mar rápidamente.
3. Hace 360 millones de años se produjo la extinción masiva del Devónico, en la transición
entre los períodos Devónico y Carbonífero, en el cual el 70% de las especies desaparecieron.
Este fue un evento que probablemente duró unos tres millones de años.
4. Hace 251 millones de años, durante la extinción masiva del Pérmico-Triásico, cerca de 95%
de las especies marinas se extinguieron. Esta fue la catástrofe más grande que ha conocido la
vida en la Tierra. Desapareció el 53% de las familias biológicas marinas, el 84% de los
géneros marinos y aproximadamente el 70% de las especies terrestres (incluyendo plantas,
insectos y vertebrados).
EXTINCIONES MASIVAS
5. Hace 65 millones de años en la extinción masiva del Cretácico-Terciario desaparecieron
cerca del 75% de todas las especies, incluyendo los dinosaurios.
Causas
Estas extinciones se han atribuido generalmente a causas endógenas de la propia biosfera, a la
acción de supervolcanes y al impacto de asteroides entre otras.
Existe la teoría que atribuye todas, o casi todas, las grandes extinciones a impactos meteoríticos. Se
ha establecido estadísticamente que, aproximadamente cada 100 millones de años de media impacta
un asteroide kilométrico contra la Tierra. Si se tiene en cuenta que la vida pluricelular lleva unos
600 millones de años debería haber habido entre 5 y 6 grandes extinciones desde entonces. Y esas
son las que realmente han ocurrido. Las otras posibles causas atribuidas a grandes glaciaciones
globales o a erupciones masivas se consideran entre los efectos secundarios que un gran impacto
podría producir por lo que, según algunas hipótesis, no serían más que sinergias de esa misma
catástrofe cósmica.
Otras causan apuntan a las fluctuaciones del campo mágnetico terrestre, llevadas a cabo mediante
su sucesión de cambios de polaridad,que provocan una fuerte disminución de la protección de la
Tierra frente a la fuerte radiación cósmica durante los periodos en los que se producen.
También se considera como causa probable de extinciones menores o incluso de las más masivas a
explosiones de supernovas cercanas. De hecho existe otra teoría que dice que dado que cada 25
millones de años aproximadamente la Tierra entra en la zona densa de la galaxia (los brazos
espirales) ésta se ve sometida a un mayor riesgo de explosiones violentas o al azote de vientos
estelares intensos. Así mismo, la nube de Oort tiene un mayor riesgo de verse deformada y
perturbada por el paso de estrellas cercanas con el consiguiente envío de cometas y asteroides hacia
el sistema solar interior, como refleja la hipótesis Shiva.
Prospectiva
Muchos biólogos piensan que estamos a las puertas de la extinción masiva del Holoceno, que será
causada por el ser humano. E.O. Wilson en su libro The Future of Life (ISBN 0-679-76811-4)
estima que con el actual ritmo de destrucción humana de la biosfera la mitad de las formas de vida
se extinguirán en 100 años. Otros científicos consideran que estas estimaciones son exageradas.
Extinciones masivas del
Cámbrico-Ordovícico Paradoxides, un trilobite, grupo afectado por las extinciones del Cámbrico.
Las Extinciones masivas del Cámbrico-Ordovícico ocurrieron durante la transición entre el
período Cámbrico y el Ordovícico. En aquella época la vida se concentraba enteramente en el mar.
Al inicio del Cámbrico sólo existían esponjas con esqueleto y moluscos, pero hacia la mitad del
Cámbrico ya había ocurrido una gran diversificación que incluía trilobitas, arqueociatidos,
braquiópodos, moluscos y equinodermos. Se cuentan al menos cuatro grandes extinciones durante
el Cámbrico. La primera de ellas ocurrió al principio del Cámbrico, desapareciendo los trilobitas
más antiguos y los arqueociátidos que fueron los primeros organismos que formaban corales. El
resto de las extinciones afectaron los trilobitas, braquiópodos y conodontes.
Las dos hipótesis más aceptadas sobre las causas de estas extinciones son la llegada de un período
glacial y el enfriamiento del agua unido a una reducción en la cantidad de oxígeno disponible.
La hipótesis de la era glacial se basa en evidencia de sedimentos glaciales encontrados en América
del Sur en capas del principio del Ordovícico. Este período glacial podría haber producido un
descenso en las temperaturas a nivel global, produciendo la extinción de la fauna que no podía
sobrevivir en esas condiciones.
Según la hipótesis de la reducción de las concentraciones de oxígeno en las aguas marinas, causada
por un enfriamiento en las aguas habría ocurrido cuando las aguas profundas y frías remontaron,
produciendo variaciones en los niveles de oxígeno del agua, haciendo perecer a la fauna que solo
podía vivir en ciertos estratos de la columna de agua de los mares.
Extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico
Si se cuentan juntas, las dos extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico fueron la segunda más
grande extinción masiva que ha ocurrido en la historia de la vida en la Tierra. La única más grande
fue la Extinción masiva del Pérmico-Triásico.
Ocurrieron hace aproximadamente 440 y 450 millones de años, y marcaron la diferencia entre los
períodos Ordovícico y silúrico. En esa época, todos los organismos complejos vivían en el mar y
cerca de 100 familias biológicas se extinguieron, lo cual representaba el 85% de las especies de
fauna. Los braquiópodos y los briozoos fueron de los más afectados, junto con las familias de
trilobitas, conodontos y graptolites.
Los conodontos quedaron gravemente afectados tras las extinciones del Ordovícico-Silúrico.
La teoría más aceptada es que la primera extinción masiva fue causada al inicio de una larga edad
de hielo que afectó la mayoría de las zonas costeras donde vivían la mayoría de los organismos
extintos. El supercontinente Gondwana se desplazó hacia el polo sur y sobre él se formaron
enormes glaciares que hicieron bajar el nivel del mar en todo el mundo. Esto causó cambios
profundos en las corrientes marinas que afectaron la composición de nutrientes y la oxigenación de
los mares. Las especies que sobrevivieron se adaptaron a las nuevas condiciones y a los nichos que
dejaron las especies extintas. La segunda extinción masiva ocurrió al final de esta edad de hielo. El
supercontinente se desplazó nuevamente hacia el sur, fundiendo los glaciales y causando
nuevamente la subida del nivel del mar.
Extinción masiva del Devónico
La Extinción masiva del Devónico es el nombre que se da a una extinción o serie de importantes
extinciones de especies al final del Devónico, que conduce al Carbonífero. El final del Devónico
viene marcado por esta crisis de extinción masiva que afectó más a los mares que a los continentes,
y más a las latitudes tropicales que a las medias. Los corales que habían dominado el período se
extinguieron, y hasta el Triásico no volvieron los arrecifes coralinos a ser importantes. Muchos
taxones marinos sufrieron una fuerte reducción de su diversidad, desapareciendo grupos
planctónicos como los graptolites y los tentaculites. Los animales marinos de aguas cálidas habrían
sido los más afectados, mientras los de aguas frías habrían sufrido mucho menos, en proporción
semejante a la fauna y flora terrestre. En general, el 77% de las especies se extinguieron, así como
el 57% de los géneros y el 22% de las familias.
Causas de la extinción
Aunque se sospecha del enfriamiento global como causa principal, no se excluye la influencia de un
impacto extraterrestre, para el que se han propuesto varios posibles lugares de colisión. Sin
embargo, la existencia en la actualidad en la zona intertropical de plantas muy antiguas (como es el
caso de los helechos arborescentes) hace también pensar que la estabilidad climática a través del
tiempo geológico es mayor de lo que muchos piensan. Existen también evidencias de una
importante era glacial, originada probablemente por la enorme difusión vegetal del Devónico. Las
plantas habrían fijado el dióxido de carbono, reduciendo su efecto invernadero y contribuyendo a un
enfriamiento global. Además, parece que no se trató de una única extinción masiva, sino de una
serie de acontecimentos relacionados, por lo que ambas teorías pueden ser ciertas a la vez. De
hecho, parece tratarse de 3 extinciones masivas a lo largo de un periodo de 3 millones de años.
Grupos afectados
Dunkleosteus, uno de los mayores placodermos, grupo extinguido tras este
episodio.
Como se ha indicado anteriormente, más de tres cuartos de las especies se extinguieron en esta/s
extinción/es. Entre los invertebrados más afectados se encontraban los corales. Grupos
planctónicos, como los graptolites, desaparecieron. En cuanto a vertebrados, los peces perdieron su
hegemonía, terminando así la "era de los peces", nombre dado al Devónico por la abundancia de
peces. Se extinguieron muchos grupos de peces sin mandíbulas, y los placodermos se extinguieron
por completo. Los actinopterigios, que habían aparecido recientemente, seguramente quedaron
afectados, al igual que los tiburones y sarcopterigios no tetrápodos. Los tetrápodos también
quedaron afectados, pero en menor medida, pues la era siguiente, el Carbonífero, destaca por la
hegemonía de los tetrápodos.
Extinción masiva del Pérmico-Triásico
La extinción masiva del Pérmico-Triásico señalada como "Final P" en el gráfico
Lycaenops, un gorgonopsio, grupo que desapareció
en la Gran Mortandad
La Extinción masiva del Pérmico-Triásico (PT), llamada también de manera informal la Gran
Mortandad, fue una extinción masiva ocurrida hace aproximadamente 251 millones de años y
define el límite entre los períodos Pérmico y Triásico. Ha sido la mayor extinción ocurrida en la
Tierra; en ella desaparecieron el 96% de las especies marinas y el 70% de las especies de
vertebrados terrestres. Tras la catástrofe sólo sobreviviría un 10% de las especies presentes a finales
del Pérmico. Con tan poca biodiversidad resultante la vida tardó mucho tiempo en recuperarse.
Numerosas ramas evolutivas del árbol de la vida habían sido cortadas de tajo dejando muy pocos
representantes disponibles para repoblar el planeta. Por este motivo, entre otros, es también la
extinción masiva de la que más tiempo le ha llevado a la vida rehacerse. Durante largo tiempo la
Tierra sólo fue un páramo desértico cuyas especies dominantes en tierra fueron los hongos.
Las causas de la hecatombe biológica aún son desconocidas para la ciencia. Compiten varias
hipótesis, un vulcanismo extremo, un impacto de un asteroide de gran tamaño, la explosión de una
supernova cercana, la liberación de ingentes cantidades de gases de invernadero atrapadas en los
fondos oceánicos en forma de hidratos de metano. El problema dista mucho de estar cerrado pero
conociendo la gran resistencia de la vida en la Tierra, para producir semejante nivel de destrucción,
las especies debieron haberse visto atacadas desde varios frentes. Es por eso que, actualmente, se
cree en la posibilidad de una confluencia de factores que convergiesen en el tiempo para producir el
que, con gran diferencia, fue el evento de extinción y destrucción sobre la biosfera más devastador
que la Tierra haya conocido.
Duración
Durante mucho tiempo se pensó que esta extinción masiva fue un proceso gradual que duró varios
millones de años, pero nuevas evidencias muestran que el evento duró menos de un millón de años,
entre hace 252,3 y 251,4 millones de años (ambos valores con ±300.000 años), lo que es un tiempo
relativamente corto si se tiene en cuenta la magnitud de la escala geológica. En todo el mundo los
organismos vivientes sufrieron tasas de reducción de población similares, lo que parece indicar que
se trató de un fenómeno global y no local y repentino, no gradual. Las nuevas evidencias obtenidas
de los estratos en Groenlandia muestran trazas de una doble extinción, la primera de ellas, más
suave, habría ocurrido nueve millones de años antes del final del Pérmico. Esta doble extinción es
lo que había hecho pensar que la extinción masiva había durado varios millones de años.
Causas
Se han propuesto muchas teorías sobre sus causas, incluyendo el movimiento de las placas de la
litosfera, el impacto de un objeto extraterrestre, actividad volcánica extrema y más recientemente un
efecto invernadero producido por la liberación de hidrato de metano congelado del fondo de los
mares (hipótesis del fusil de clatratos).
Extensión de las Trampas Siberianas.
Vulcanismo
En Siberia se produjeron erupciones masivas que produjeron enormes flujos de basalto que durarían
miles de años. Las Trampas Siberianas forman actualmente una gran provincia en Siberia, en la que
hace alrededor de 251 a 250 millones de años se produjo uno de los más grandes eventos volcánicos
conocidos en los últimos 500 millones de años de la historia geológica de la Tierra. Hoy en día, el
área cubierta por basalto es de aproximadamente 2 millones de km² y se estima que la cobertura
original fue de 7 millones de km², con un volumen original de lava calculado entre 1 y 4 millones
de km³. En base a la cantidad de lava se estima que se liberó suficiente dióxido de carbono para
aumentar las temperaturas del planeta en 5 °C, lo suficiente como para matar al 95% de las formas
de vida.
Liberación de hidratos de metano
Esta teoría enlaza con la erupción del flujo de basalto. El calentamiento producido por las
erupciones podría aumentar lentamente la temperatura del océano hasta descongelar los depósitos
de hidrato de metano que hay por debajo del fondo oceánico cerca de las costas. Esto liberaría en la
atmósfera suficiente metano para elevar las temperaturas en 5 °C adicionales (el metano es uno de
los gases de efecto invernadero más potentes). Esta hipótesis ayuda a explicar el aumento de los
niveles de carbono-12 a mitad de la capa de transición del Pérmico-Triásico. También ayudaría a
explicar por qué las fases uno y tres de la extinción se produjeron en la superficie y la fase dos en
los lechos marinos (cuyo comienzo fue inmediatamente después del aumento de los niveles de C-
12).
Liberación de sulfuro de hidrógeno
Otra hipótesis involucra la liberación de sulfuro de hidrógeno en los océanos. Las aguas oceánicas
profundas pierden periódicamente la totalidad de su oxígeno disuelto, lo que permite que las
bacterias anaerobias (por ejemplo, las bacterias verdes del azufre) florezcan y produzcan sulfuro de
hidrógeno. Si se produce cantidad suficiente de sulfuro de hidrógeno, este subirá a la atmósfera. Los
niveles de sulfuro de hidrógeno entonces aumentarían drásticamente a lo largo de unos pocos
cientos de años, siendo tóxico para la mayoría de los seres vivos. El modelado de este tipo de
fenómeno indica que el gas destruiría el ozono de la atmósfera superior y la radiación ultravioleta
mataría a las especies que hubiesen sobrevivido a los gases tóxicos.
Mapa que señala en rojo el área del gran Cráter de la Tierra de
Wilkes.
Impacto de un gran meteorito
Recientemente (en 2006) se encontró el gran cráter de un posible impacto de meteorito en la Tierra
de Wilkes, en la Antártida. El cráter tiene un diámetro de alrededor de 500 kilómetros y está situado
a una profundidad de 1,6 kilómetros bajo el hielo de la Antártida. Los científicos especulan que este
impacto pudo haber causado la extinción Pérmico-Triásico, a pesar de su edad sólo ha podido
determinarse en el amplio rango comprendido entre 100 millones y 500 millones de años atrás.
También se especula que puede haber contribuido de alguna manera a la separación de Australia de
la Antártida, que en ese momento formaban parte del supercontinente de Gondwana. Los niveles de
iridio y el cuarzo fracturado en capa de transición Pérmico-Triásico difieren de los de la transición
Cretácico-Terciario. No se conoce el impacto que pudo tener este meteorito, pues los fósiles en
Groenlandia muestran que la extinción pudo haber sido gradual, con una duración de alrededor de
ochenta mil años, en tres fases distintas. Sin embargo, se especula que el impacto podría haber
provocado una onda de tipo sísmico que a su vez produjo la ruptura de la corteza terrestre en el
punto opuesto de la Tierra o antípoda. En este punto se encontraban en esa época las Trampas
Siberianas, por lo que la teoría del impacto concuerda con la hipótesis del vulcanismo.
Teorías alternativas
La extinción masiva ocurrida al final del Pérmico es única por sus proporciones, hasta tal punto que
es difícil pensar que una sola de las explicaciones propuestas haya causado tal destrucción. Existe
otra teoría (algunas veces llamada en broma Modelo del Asesinato en el Orient Express) que
considera que todas las causas propuestas ocurrieron de forma encadenada en el transcurso de un
millón de años: El movimiento de las placas litosféricas produjo un balance precario en el ambiente
global, una supernova debilitó la capa de ozono, el impacto de un gran meteorito desencadenó la
erupción de las trampas de Siberia y finalmente, el calentamiento global resultante hizo que se
derritieran los depósitos de hidrato de metano en las cercanías de las costas.
Resulta bastante improbable la concurrencia de tales eventos en un millón de años pero no es
descartable, dada la edad de la Tierra actualmente datada en más de cuatro mil millones de años.
Extinción masiva del Triásico-Jurásico
Intensidad de la extinciones a lo largo de la historia de la
vida. La extinción del Triásico están representadas por
Final Tr.
Metoposaurus, un temnospóndilo, grupo que casi
desapareció tras esta extinción
La Extinción masiva del Triásico-Jurásico fue una de las mayores extinciones masivas, que
afectó profundamente la vida en la superficie y en los océanos de la Tierra. Desparecieron cerca del
20% de las familias biológicas marinas, los arcosaurios no dinosaurios ni Crocodilomorfos (al
menos, en parte), la mayoría de los terápsidos y los últimos grandes anfibios. La liberación de tan
grande número de nichos ecológicos permitió que los dinosaurios asumieran el papel dominante
durante el período Jurásico subsiguiente.
Se han propuesto diversas explicaciones para este evento, pero en todas ellas quedan cabos sueltos.
Ni los cambios climáticos graduales ni los cambios en el nivel del mar ocurridos durante el Triásico
explican lo repentino de la extinción del panorama marino. Es posible que haya ocurrido un impacto
de asteroide, pero no se ha encontrado evidencias de impactos cuya datación corresponda con el
paso entre el Triásico y el Jurásico. Pudiera tratarse de erupciones volcánicas masivas, causando la
emisión de dióxido de carbono o sulfuro de carbono en la zona magmática del Atlántico central.
Esto habría causado un recalentamiento global intenso (en el caso del dióxido de carbono) o bien un
enfriamiento global igualmente intenso (en le caso del sulfuro de carbono). Sin embargo, la
composición isotópica de las tierras fósiles del final del Triásico y del principio del Jurásico no
muestran evidencia concluyente de cambios en los niveles de esas sustancias. Estas hipótesis son
evaluadas en función de las nuevas evidencias que se van encontrando.
Extinción masiva del Cretácico-Terciario
Intensidad de la extinciones a lo largo de la historia de la vida. La
extinción del Cretácico están representadas por Final Cr.
Triceratops y
Tyrannosaurus, dos
ejemplos de dinosaurios
extinguidos en este episodio.
La extinción masiva del Cretácico-Terciario fue un período de extinciones masivas de especies
hace aproximadamente 65 millones de años. Corresponde al final del período Cretácico y el
principio del período Terciario. También se le conoce como extinción masiva del límite K/T (del
alemán Kreide/Tertiär Grenze), para señalar la frontera entre el Cretácico-Terciario.
No se conoce la duración de este evento. Cerca del 50% de los géneros biológicos desaparecieron,
entre ellos la mayoría de los dinosaurios. Se han propuesto muchas explicaciones a este fenómeno;
la más aceptada es que fue el resultado del impactode un meteoro sobre la Tierra de un objeto
proveniente del espacio.
Trazas de iridio del impacto
En 1980 un grupo de investigadores liderados por el físico Luis Álvarez (Premio Nobel)
descubrieron, en las muestras tomadas por todo el mundo de las capas intermedias entre los
períodos Cretácico y Terciario de hace 65 millones de años, una concentración de iridio cientos de
veces más alta que lo normal. El final del cretáceo coincide con la extinción de los dinosaurios y de
los ammonites.
Plantearon así la llamada "Hipótesis Alvarez" o "Hipótesis de Alvarez", conforme la cual la
extinción de los dinosaurios y de muchas otras formas de vida habría sido causada por el impacto de
un gran meteorito contra la superficie de la Tierra hace 65 millones de años. El nombre de la
hipótesis se debe a los dos científicos que propusieron la hipótesis en 1980: Luis Alvarez y Walter
Alvarez (padre e hijo).
Para demostrar esta hipótesis, las investigaciones se centraron en encontrar una capa en la corteza
de la Tierra con niveles elevados de iridio. Los niveles del iridio son generalmente más altos en
asteroides y otros objetos extraterrestres. La evidencia del iridio fue descubierta anteriormente al
descubrimiento del cráter de Chicxulub.
El cráter de Chicxulub
Cráter de Chicxulub en Yucatán.
Durante la década que siguió a la publicación del estudio, la hipótesis de la extinción por el choque
de un asteroide continuó siendo tema de debate entre geólogos y paleontólogos.
Uno de las mayores objeciones a esta hipótesis era que no se conocía un cráter cuyas dimensiones
correspondieran al tamaño calculado, que debería tener entre 150 y 200 km de diámetro. Si bien no
sería imposible que la Tierra hubiera cambiado desde entonces escondiendo una tal deformación, en
1990 se ubicaron indicios en Haití de un tsunami de grandes proporciones que arrastró residuos de
iridio. Buscando estudios geológicos realizados desde los años 1960 en adelante se pudo ubicar un
cráter en Chicxulub, en la península de Yucatán, con un diámetro de unos 170 km.
Para algunos científicos, un problema de esta teoría es que la lectura de los registros fósiles sugiere
que la extinción masiva de hace 65 millones de años duró cerca de diez millones de años, lo que no
cuadra bien con que su causa fuera el impacto. Otros autores sostienen que la extinción fue muy
rápida para la mayor parte de las especies. Es evidente que gran parte de estas discusiones está
condicionada por la escasez de restos fósiles en grupos como los dinosaurios, si se calcula que la
población al momento de su extinción pudo ser de 10.000 millones de estos animales en todo el
mundo. Hasta el momento, la única zona conocida rica en restos de dinosaurios con continuidad
sedimentaria a través del límite K/T es la Formación Hell Creek de Norteamérica, donde los
especialistas en dinosaurios llevan décadas discutiendo sobre si su extinción fue catastrófica o se
produjo gradualmente a lo largo de los últimos 10 millones de años del Cretácico.
A pesar de la dificultad de encontrar series ricas en fósiles de dinosaurios donde se haya registrado
el límite K/T, una buena aproximación al debate puede realizarse calculando cómo varía su
diversidad con el tiempo. En este sentido, el equipo de D. E. Fastowsky publicó en 2004, en la
prestigiosa revista Geology, un trabajo donde analizaban estadísticamente la base de datos más
completa que existe sobre la diversidad de restos óseos, huevos, coprolitos y huellas de dinosaurios
encontrados en los cinco continentes. Dichos autores concluyeron que, lejos de descender, la
diversidad de géneros fósiles relacionados con los dinosaurios dentro de los últimos 18,5 millones
de años del Cretácico alcanzó un máximo justamente durante los dos millones de años previos al
límite K/T, contradiciendo el aparente declive gradual que algunos autores han defendido.
Los foraminíferos planctónicos (organismos unicelulares marinos) son otro grupo muy estudiado en
relación con las extinciones del límite K/T. Según los recientes resultados científicos de un equipo
internacional de investigadores liderados por Gerta Keller (Universidad de Princeton, EE. UU.) y
Thierry Adatte (Universidad de Neuchâtel, Suiza), el cráter es 300.000 años más antiguo que la
lámina K/T (Cretácico-Terciario). Por el contrario, otros estudios con foraminíferos planctónicos
llevados a cabo por el equipo de Jan Smit (Universidad Libre de Amsterdam) o por el equipo de
Micropaleontología de la Universidad de Zaragoza (España), sostienen que el impacto meteorítico
tuvo lugar coincidiendo con el límite K/T.1
Extinción masiva del Holoceno El dodo, un ave de Mauricio, que se extinguió hacia el final del siglo XVII, después de
que el hombre destruyera los bosques donde anidaban estas aves e introdujera animales
que se comían sus huevos.
La Extinción masiva del Holoceno es un nombre dado a la
extinción sostenida y generalizada de especies que ocurre en el
último período geológico, el Holoceno. La extinción abarca desde
el mamut hasta el dodo, incluyendo incontables especies que
desaparecen cada año.
La extinción masiva del Holoceno comprende la notoria
desaparición de mamíferos grandes, conocidos como megafauna, cerca del final de la última
glaciación entre 9.000 y 13.000 años atrás. Tales desapariciones se han considerado como
consecuencia del cambio climático, como resultado de la diseminación y proliferación del humano
moderno, o ambas.
Estas extinciones implican a muchas familias de plantas y animales. Al inicio del Holoceno,
después de la última glaciación, se trata principalmente de los continentes e islas recién
conquistadas por el Homo sapiens las que vieron desaparecer sus principales especies. Desde
principios del siglo XIX, y en aceleración constante desde el decenio de 1950, las desapariciones
implican a especies de todos los tamaños, y ocurren principalmente en las selvas tropicales, que
tienen una gran biodiversidad. La actual tasa de extinción es de 100 a 1000 veces el promedio
encontrado en la historia natural de la evolución del planeta y en 2007 la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza considera que una especie de ave de cada ocho, una de mamíferos
de cada cuatro, una de anfibios de cada tres y el 70% de todas las plantas están en peligro.1 2
Denominación
Se habla de un extinción masiva y de Sexta Extinción pues el número de desapariciones es
comparable en un corto período, a otras «cinco grandes» extinciones masivas que han marcado el
pasado geológico de la Tierra. Las extinciones, que se produjeron en América del Norte al final del
Pleistoceno, y durante el Holoceno, se agrupan bajo el término de Extinciones Pleistoceno del
Nuevo Mundo. Las primeras extinciones son rápidas (e incluso brutales, a escala geológica) y
conciernen a menudo a grandes animales, pertenecientes a especies que habían sobrevivido
perfectamente a 3 glaciaciones.
Causas
Si bien otros factores pueden haber colaborado, la mayoría de los índicios muestran a las
actividades humanas como causa directa o indirecta de la extinción del Holoceno. Las actividades
que corresponden a la época prehistórica son:
el exterminio por caza de grandes animales,
la transformación del medio ambiente (antropización) por el fuego (quema), limpieza, puesta en
cultivo, y sus efectos sobre todo la erosión (la gran destrucción de los bosques por el fuego de finales
de la prehistoria, en China, en particular, hace unos 8.000 años, dio lugar a una afluencia masiva de
sedimentos y carbono en los ríos y estuarios,)
el transporte de especies en nuevos entornos en los que compiten con las especies nativas y las
conducen a su desaparición.
Las actividades en cuestión para el período histórico y el moderno son más diversas.
Descripción
En términos generales, la extinción del Holoceno incluye la desaparición notable de los grandes
mamíferos, llamada la megafauna, hacia el final de la última glaciación. Se han formulado varias
hipótesis, por ejemplo la no-adaptación de la fauna silvestre al cambio climático o a la proliferación
del hombre moderno. Estas dos hipótesis no se excluyen entre sí. Existe una continuidad en las
extinciones desde hace 13.000 años. A este respecto, la ola de extinciones desde mediados del siglo
XX3 es una continuación de la del Holoceno, y solo constituye una aceleración.
Durante los últimos cincuenta mil años, con la excepción de África y de Asia del Sur las especies de
más de 1.000 kg han desaparecido en un 80%, concomitante con la llegada del Homo . Las especies
extintas de menos de 45 kg, en comparación, lo han sido en cantidades menores.
Durante el siglo XX, entre 20 000 y dos millones de especies se han extinguido, pero el número
total no puede determinarse con precisión a causa de las limitaciones de nuestro conocimiento
actual. Sin embargo, cabe destacar que la tasa actual de extinción es mayor que la de las «cinco
grandes» extinciones. Sin embargo, no hay un acuerdo general sobre si considerar la reciente
extinciones como un hecho aparte o como un proceso en curso de crecimiento.
En términos generales, la extinción del Holoceno se caracteriza significativamente por factores
humanos, y por que ocurre en un período muy corto en la escala de tiempo geológico (cientos o
miles de años) en comparación con la mayoría de las otras extinciones.
Extinciones prehistóricas
Una de las desapariciones más famosas es la extinción del mamut lanudo.Ninguna causa es, a día de
hoy, formalmente o precisamente identificada con certeza, sino un conjunto de indicios sugieren
que están relacionadas principalmente con las actividades humanas.
Hipótesis humana: El factor más probable de la desaparición de la megafauna es el hombre, no
sólo debido a la caza (el sitio Clovis en América del Norte parece indicar que este supuesto no es
suficiente), sino también debido a las prácticas de cultivos sobre campos quemados,4 o incendiados
con en el único objetivo de la caza, que alteran profundamente la flora de una ecozona. Se observa
que la fauna se ha reducido sustancialmente durante el mismo período de la aparición del hombre.
La hipótesis climática: Un brusco cambio climático podría debilitar un biotopo y por lo tanto provocar la
desaparición de una fauna que no se ha podido adaptar o no ha tenido el tiempo y la capacidad de migrar. Sin
embargo, debido al calentamiento climático, muchas especies como el mamut vivían más al norte en las
zonas frías de Siberia y el Estrecho de Bering varios miles de años después de la última glaciación de hace
12 000 años. Por otra parte, la extinción de la megafauna australiana tuvo lugar durante un período más largo
que se benefició de climas muy diferentes, mucho antes del último máximo glacial y antes de aumento de las
temperaturas que le siguieron. Otras extinciones se han producido sin ningún cambio climático como en
Madagascar en Nueva Zelanda y América del Sur.
Fechas de la
migración del
hombre
moderno
A la hipótesis climática, se añade de vez en cuando para compensar sus deficiencias, otras causas
como las enfermedades de la flora o la fauna, caída de meteoritos, etc. La correspondiente
introducción de animales domésticos y las enfermedades que podían transportar también se ha
considerado, aunque los animales domésticos eran escasos en los aborígenes como en los nativos
americanos.
Conjunto de causas
Otra de las posibles causas concretas, que no pueden explicar todos los hechos observados y, que
por tanto son cuestionadas, el cambio climático, también podría haber tenido un efecto. Sin
embargo, algunas crisis climáticas que han afectado a este período (por ejemplo, el calentamiento y
la invasión marina de los años 800, por ejemplo) puede - al menos en parte - también haber tenido
causas humanas. De hecho, podría tratarse de consecuencias provocadas por las emisiones masivas
de gases de efecto invernadero inducida por la destrucción a gran escala de los bosques por el fuego
al final de la prehistoria, en particular en China, hace alrededor de 8 000 años, así como un aporte
masivo de carbono en los ríos y estuarios, debido a fenómenos de erosión inducida por estos
incendios y el desarrollo de un laboreo destructor del humus (sumideros de carbono), a
continuación, por el uso de la madera para alimentar las ferrerías y la industria del metal. El uso y el
drenaje de pantanos y otros humedales también podría haber afectado el clima local y mundial,
hechos que aún quedan por aclarar.
Extinción americana
La extinción de la edad glaciar se caracteriza por la extinción de muchos grandes animales que
pesaban más de 40 kg. En América del Norte, 33 géneros de grandes mamíferos de 45
(aproximadamente) se extinguieron; en América del Sur 46 de 58; en Australia 15 de 16; en Europa
7 de los 23, y en África subsahariana sólo 2 de 44. La extinción en América del Sur refleja el
impacto del gran Intercambio Americano de poblaciones animales. Sólo en América del Sur y
Australia tuvo lugar la extinción a nivel taxonómico de familias o superior.
Cuatro hipótesis principales relativas a esta extinción:
Los animales murieron a causa de cambio climático: la disminución de la capa de hielo glaciar. Los animales fueron exterminados por los humanos: "la hipótesis del exterminio prehistórico"
(Martin, 1967). Una teoría alternativa de la responsabilidad humana es la teoría del hipotético meteorito Tolimán ,
una controvertida teoría que dice que el Holoceno comenzó con un extinción masiva causada por impactos de meteoritos.
La aparición de enfermedades.
La hipótesis del exterminio por los seres humanos prehistóricos no es de aplicación universal y está
imperfectamente confirmada. Por ejemplo, hay ambigüedades con respecto al "momento" de la
repentina extinción de la megafauna australiana de marsupiales, con la llegada de los seres humanos
a Australia. Los biólogos tienen en cuenta que extinciones comparables no se produjeron en África,
donde, sin embargo, la fauna había evolucionado con los homínidos. Las extinciones post glaciares
de la megafauna en África son más espaciadas.
Europa (hace 15 000 años).
Mamut lanudo Rinoceronte lanudo Megaloceros
León de las cavernas Oso de las cavernas Hiena de las cavernas
Islas del Mediterráneo (hace 9 000 años)
Un hipopótamo pigmeo, el hipopótamo enano de Creta La cabras de las cavernas de las Islas Baleares (Myotragus balearicus) de Mallorca y Menorca El elefante enano de Chipre : Elephas chipriota Los elefantes enanos de Sicilia y Malta Elephas falconeri El cisne gigante (Cygnus falconeri) de Malta La rata gigante de Mallorca.
América del Norte
Durante los últimos 50 000 años, incluida la última glaciación, alrededor de 33 géneros de grandes
mamíferos se extinguieron en América del Norte. De éstos, 15 extinciones de géneros puede datarse
con seguridad en el breve intervalo de 11,5 a 10 mil años antes de nuestra era: la mayoría después
de la formación del sitio Clovis en América del Norte. La mayoría de las otras extinciones también
se han producen en un lapso muy estrecho, aunque algunas se han producido fuera de este pequeño
intervalo.5 En cambio, una media docena sólo de pequeñas mamíferos desaparecieron durante este
período. Las extinciones anteriores en América del Norte se produjeron al final de las glaciaciones,
pero no con tal desequilibrio entre los mamíferos grandes y pequeños. La extinción de la megafauna
toca doce géneros de herbívoros comestibles (H) y cinco tipos de grandes carnívoros peligrosos
(C). Las extinciones en América del Norte incluyen:
Los caballos americanos, cinco especies (mientras que los caballos de Asia sobrevivieron) Algunas especies de camellos occidentales (H) Las llamas de América del Norte (H) Los cérvidos, dos tipos (H) Los berrendos, dos géneros (uno sobrevivió) (H) Los élans-stags, los bueyes de los arbustos, los bueyes almizcleros del bosque (una especie del
Ártico ha sobrevivido ) (H) Los castores gigantes Los perezosos gigantes de Shasta y otros perezosos gigantes Los Arctodus (osos más grandes que los grizzlys actuales),cf. oso de las cavernas (C) Los felinos dientes de sable Los leones americanos (más grandes que los leones africanos de hoy, pero probablemente los
inmigrantes recientes de la Beringia) (C) Los Mamuts, varias especies entre ellas Los mastodontes americanos Mammut americanum Los antepasados del Bisonte americano Los pecaríes gigantes
América del Sur
En América del Sur, que no se vio afectada o casi por las glaciaciones, la única consecuencia fue
que aumentaron los glaciares de la Andes se ha podido observar, sin embargo, una ola de
extinciones en los tiempos modernos.
Perezoso gigante. Anaconda Capybara
Ant Glyptodon Jaguar Palaeolama mirifica , una Llama Litopterna Megatherium Tapius veroensis , un tapir Phorusrhacos , un ave gigante Canis dirus desaparece con la llegada del hombre
Australia
La ola de extinciones se inició antes que de la de América, en el Pleistoceno. Las sospechas apuntan
al período inmediato después de la primera llegada de los seres humanos - que fue hace unos 50 000
años - pero los científicos siguen debatiendo sobre el intervalo exacto.
Extinciones más recientes
Nueva Zelanda
Hacia el 1500, varias especies se extinguieron después de la llegada de los colonos polinesios,
incluyendo:
Diez especies de aves rátidas gigantes incapaces de volar El águila gigante de Haast Los depredadores adzebill, aves que no volaban
La llegada de los occidentales y sus animales domésticos causaron la extinción de muchas otras
especies.
Pacífico, incluyendo Hawai
Las investigaciones recientes, basadas en las excavaciones arqueológicas y Ppaleontológicas en 70
islas diferentes, han demostrado que muchas especies se extinguieron en el momento en que los
polinesios cruzaron el Pacífico, y esto comenzó hace 30 000 años en el Archipiélago Bismarck y las
Islas Salomón.6 Actualmente se estima que entre las aves del Pacífico, unas 2 000 se han extinguido
desde la llegada de los seres humanos.7 Entre estas extinciones, encontramos:
El moa-nalos, pato gigante de Hawai. Uno de los megápodos gigantes de Nueva Caledonia. Los cocodrilos mékosuchines de Nueva Caledonia, Fidji y Samoa.
Madagascar
Con la llegada de los seres humanos hace cerca de 2000 años, casi toda la megafauna de la isla se
extinguió, incluyendo:
El Aepyornithidae, o aves-elefantes, las rátidas gigantes incapaces de volar. 17 de las 50 especies de lémures, incluyendo:
o El aye-aye gigante ( Daubentonia robusta ), el último ejemplar conocido murió en 1930. o Los lémures perezosos, como el Palaeopropithecus del tamaño de un chimpancé y el
Archaeoindris del tamaño de un gorila.
o Los Megaladapis arbóreas , lémures del tamaño de un orangután. Las tortugas gigantes. El Hipopótamo pigmeo.
Islas del Océano Índico
A comienzos de la colonización de los seres humanos en las islas, hace cerca de 500 años, muchas
especies se han extinguido, entre ellas:
Varias especies de tortugas gigantes Mascareñas, en las Seychelles; Por lo menos 14 especies de aves en las islas Mascareñas, incluido el famoso dodo, el Solitario de
Rodrigues , y el Ibis de La Reunion.
La extinción actual
La extinción actual parece más marcada si se sigue la tradición que separa la extinción reciente
(aproximadamente desde el revolución industrial) de la extinción del Pleistoceno, cerca del final de
la reciente glaciación. Al considerar únicamente el impacto humano, podríamos decir que la
vulnerabilidad de las especies y su ritmo de extinción aumenta simplemente con el aumento de la
población humana, y por lo tanto no habría necesidad de separar la extinción masiva del Holoceno
de la extinción reciente.
Es importante señalar que en la actualidad, la tasa de extinción de especies se estima de 100 a 1 000
veces mayor que la tasa de extinción de «base» o nivel medio de la evolución del planeta8 y,
además, la tasa actual de extinción es, por tanto, de 10 a 100 veces mayor que en cualquiera de las
extinciones en masa de la historia de la Tierra. Por otro lado, concierne a una gran cantidad de
plantas, lo que la diferencia de las extinciones anteriores.
La tasa de extinción está minimizada, en la imaginación popular, por la supervivencia de las
poblaciones de animales en cautividad, pero que han «desaparecido en la naturaleza» ( [ciervo del
Padre David]], etc. ), por la supervivencia marginal de la megafauna, de la que se hace una gran
publicidad en los medios de comunicación, pero que están «ecológicamente extintas» (panda
gigante, rinoceronte de Sumatra, Tejón de pies negros de América del Norte, etc.) y por la
ignorancia total que se tiene de las extinciones de artrópodos. Algunos ejemplos notables de la
extinción de l mamíferos modernos «carismáticos».
El bisonte en Europa El tarpan en Europa El tilacino, un lobo marsupial, o tigre de Tasmania , Thylacinus cynocephalus El otario de Japón El quagga, un primo de la cebra, en Sudáfrica La vaca marina de Steller, o «vaca marina», (una especie de dugongo o manatí)
El delfín de China ha sido declarado extinto en 2006 .
Muchas aves se extinguieron debido a la actividad humana, especialmente las aves endémicas de las
islas, incluyendo muchas aves que no volaban. Entre las especies de aves desaparecidas notables se
incluyen:
El dodo, una paloma gigante que no volaba, en las islas Mauricio y del océano Índico El alca gigante de las islas del Atlántico Norte Varias especies de moas, aves gigantes que no vuelan, en Nueva Zelanda
La mayoría de los biólogos creen que estamos en el comienzo de una extinción en masa
antropogénica que se está acelerando de manera aterradora. Edward Osborne Wilson de la
Universidad de Harvard, en The Future of Life(2002) calcula que al ritmo actual de perturbación
humana de la biosfera, la mitad de todas las especies vivientes se extinguirá en menos de 100 años.
En 1998, el Museo de Historia Natural de América realizó un estudio entre los biólogos que reveló
que la mayoría de ellos creen que estamos en medio de una extinción en masa antropogénica.
Numerosos estudios científicos desde entonces - como el informe de 2004 de la revista Nature,9 así
como los de los 10 000 científicos que contribuyen a la lista Roja de la UICN anual de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza de las especies en peligro - sólo han fortalecido
este consenso. La disminución de las poblaciones de anfibios también ha sido identificada como un
indicador de la degradación del medio ambiente.
Peter Raven, ex Presidente de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, dice en el
prólogo a su publicación AAAS Atlas of Population and Environment:10
"Hemos multiplicado el
valor de la tasa de extinción biológica, es decir, la pérdida permanente de las especies, cientos en
comparación con la que tenía en los niveles históricos, y estamos amenazados con la pérdida de la
mayoría de las especies por el final del siglo XXI. La extinción masiva actual se debe enteramente a
las actividades humanas, incluida la deforestación, la destrucción de otros hábitats, la caza, la caza
furtiva, la introducción de especies no locales y el cambio
climático.
El Bufo periglenes de Costa Rica, extinguido desde 1989. Su
extinción se atribuye al Cambio Climático .
Las pruebas de todas las extinciones anteriores son geológicas en la naturaleza, y la más corta
escala de tiempo geológico es del orden de varios cientos de miles a varios millones de años.
Incluso las extinciones causadas por eventos instantáneos tales como el impacto del asteroide de
Chicxulub, que es actualmente el mejor ejemplo, se extienden por el equivalente de muchas vidas
humanas, debido a complejas interacciones ecológicas que son desencadenadas por el evento.
Hubo un debate relativamente limitado sobre la magnitud del período por el cual se puede
considerar que la desaparición de la megafauna al final de la última glaciación se puede atribuir a la
actividad humana, ya sea directamente por la caza o indirectamente, por la eliminación de las
poblaciones que les sirven de alimento. Aunque el Cambio Climático siempre es citado como otro
factor importante, las explicaciones antropogénicas se han convertido en predominantes.
Todavía hay esperanza, argumentan algunos que la humanidad eventualmente puede ralentizar el
proceso de extinción por una gestión ambiental adecuada. Otros argumentan que las tendencias
socio-políticas y la sobrepoblación indican que esta idea es demasiado optimista. Muchas
esperanzas se basan en el desarrollo sostenible y el movimiento de Conservación. 189 países han
firmado los Acuerdos de Río y se comprometieron a preparar un plan de acción para la
biodiversidad, un primer paso en la identificación de especies y hábitats amenazados país por país.