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    EXTRAANDO A DIEGOJaime Bayly

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    El primer recuerdo que tengo de Diego es una vez, hace aos, que lo vi montando bicicleta por el malecn deMiraflores. Me pareci un chico precioso. Si hubiese tenido una bicicleta a la mano, lo hubiese perseguido.Tiempo despus lo vi en la tele. Le estaban haciendo una entrevista. Se vea lindo con su polo chorreado y su blue jeanrotoso. Era el perfecto-rockero-rebelde-que-odia-al-sistema. Tocaba la guitarra en una banda llamada Los Znganos.Iban a dar un concierto ese fin de semana.Aunque detesto los tumultos, fui al concierto. Grave error. Haba demasiada gente. Termine aplastado entre un montnde chiquillas histricas que chillaban como locas. No pude ver a Diego ni escuchar su msica. Peor aun, cuando llegua mi casa, descubr que me haban robado la billetera. Pase mucho tiempo sin verlo.Una tarde fui al cine a ver una pelcula francesa. Compre mi entrada pero no me dejaron pasar porque haba apagn.Me quede en la puerta esperando a que volviese la luz. Ya me iba cuando vi llegar a Diego. Se acerc a la boletera, ledijeron que la funcin estaba suspendida y dijo gracias con una linda sonrisa. Lo segu un par de cuadras. Subi a unVW blanco y se alejo.

    Me mora de ganas de conocerlo.Volv a verlo unos meses despus, a la salida del teatro Britnico, en Miraflores. Estaba sentado en la puerta,conversando con unas chicas. Blue jean, polo blanco, casaca de cuero: Estaba guapsimo. Nos miramos. Sent que sehaba fijado en m. No me atrev a hablarle.Dir sin exagerar que Diego era un chico muy atractivo. Mas alto que bajo, robusto pero no demasiado, espaldas anchasy brazos fornidos que saban levantar pesas. Pelo corto, ojos grandes, una sonrisa encantadora cuando sonrea, ponacara de nio.Me gustaba verlo en la tele: Los Znganos se disolvieron y Diego comenz a actuar en una telenovela. No meinteresaba la novela, solo quera verlo a l. Sola aparecer en unos polos ajustados que revelaban su lindo cuerpo. Haciael papel del chico pobre (pero bueno) que se enamora de la chica rica (pero infeliz).En poco tiempo, se hizo muy famoso. Era la estrella de la novela. Las chicas de Lima se moran por l.Una noche fui al teatro a ver una comedia en la que l actuaba. Diego sali al escenario con el torso descubierto. Tenia

    un pecho maravilloso como para recostarse en l y echar la siesta ah. No pude dejar de mirarlo. Era un dios. ParecaBrando (hace cuarenta aos).Tambin sala en una propaganda de blue jeans. Sala matador, con un jean pegadito y el torso desnudo. Grabe lapropaganda, congele la imagen y me la corr. Manche la pantalla.Alguien me cont que haba visto a Diego en un gimnasio de la calle Dasso. Fui al gimnasio y me inscrib por un mes.Iba todas las tardes, sin falta, con la ilusin de conocerlo. Nunca lo encontr. Por lo dems, tampoco haba chicosinteresantes. Todos eran unos fortachones semioligofrnicos que queran ser como Stallone. Cuando se cumpli elmes, abandone el maldito gimnasio.De vez en cuando, los peridicos de Lima publicaban entrevistas a Diego. As me entere que sus padres haban muertoen un accidente areo, que tenia una enamorada que se Llamaba Gabriela y que le encantaba la msica de Sting.Un da, mi da de suerte, me lo encontr en el Nirvana. Yo estaba con coca y medio borracho; l, con una chica muybonita. Bailaban, se rean, coqueteaban. Diego bailaba lindo. Lo segu con la mirada toda la noche. En un momentoentr al bao. Me met yo tambin. Cuando estbamos orinando, uno al lado del otro, me atrev:-Hola.Me miro. Sonri. El tambin pareca un poco borracho. Sigui orinando.Me atrev de nuevo:Actas de putamadre.Me miro de nuevo. Sonri:Gracias.Se la mir. La tena grande.Djame tu telfono le dije.Me miro a los ojos. Luego me miro ah abajo.

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    Apunta dijo.No tengo lapicero. Dime. Tengo buena memoria.Me dio su nmero:Llmame.De todas maneras.

    Se subi la bragueta y sali apurado. Grab el nmero en mi estragada memoria.Lo llam al da siguiente. Me contesto una voz de mujer. Casi cuelgo. Me cort. Era su abuela. Viva con ella.Diego estuvo fro. Quedamos en vernos en la cafetera de un hotel de Miraflores.Liego puntual. Estaba lindo, muy bien vestido: saquito marrn, polo negro, jeans, Timberland impecables. Perfecto.Tomamos caf. Estbamos nerviosos. Hablamos tonteras: la tele, su novela, el teatro, la incomodidad de vivir con suabuela.Pagu la cuenta.Al salir, me pregunto si estaba en carro. Le dije que no. Se ofreci:Te jalo.-No te jode? Para nada.Subimos a su VW blanco. Un poco viejo, pero coqueto.Me llev a mi departamento. Manej rpido.

    Yo miraba sus manos. Preciosas manos.Quera darle un beso. No me atreva.Lleg a mi depa. Cuadro. Apag el motor.Subimos a mi depa. No bien entramos, nos besamos.Sin decir una palabra, nos quitamos la ropa y me hizo el amor.No se puso un condn. No me importo.Fue la primera vez que Diego me hizo el amor. Yo tena veintids anos. Me doli. Llor cuando l entraba por atrs,pero megusto.

    IIDiego venia a mi departamento en las tardes, despus de grabar la telenovela.

    No perdamos tiempo. Cerraba las cortinas, nos quitbamos la ropa y hacamos el amor en mi cama.Era l quien me hacia el amor a m, nunca yo a l. Deca que no le gustaba que se la metiesen. Solo se la haban metidouna vez (un brasilero en Nueva York) y le haba dolido como el carajo.Nunca se pona condn. Yo vea historias del sida en la tele, pero me olvidaba de todo cuando l estaba desnudo frentea m.Despus de hacer el amor conmigo, se daba una ducha rpida y se iba apurado a la casa de su enamorada.Nunca le pregunt si ella sabia que a l le gustaban los chicos. Era obvio que no. Tampoco quera hacerle problemas.Diego deca que quera ser un actor muy famoso. Brad Pitt era su hroe. Adems -deca, con una sonrisa coqueta- noest churrisimo el Brad Pitt?Un fin de semana me invit a una fiesta. Fuimos juntos en su carro. Cuando entramos a la casa, me encontr con todoslos actores de su jodida telenovela. Me sent incmodo, fuera de lugar. Despus de tomar unos tragos, la gente se pusoa cantar. Cantaban tonteras. Yo detesto a la gente que se toma dos cervezas, saca una guitarra y se pone a cantarvalsecitos. Fui a la cocina con l pretexto de servirme una Coca-Cola y me largu por la puerta trasera. Como dicen enLima: abran su pan, huevones.

    Al da siguiente llam a Diego y le dije que sus amigos actoreseran unos grandsimos cojudos. Se molesto:-Eres una seorita, Felipe. Me hiciste una escena.Le colgu.Leyendo los peridicos me enter de que Diego estaba saliendo con una venezolana que actuaba en la novela. Sellamaba Carolina. Era rubia y se pona toneladas de maquillaje. Se vean ridculos abrazados en esa foto del peridico.Diego tena una sonrisa demasiado falsa. Era obvio que ella no le gustaba un carajo, que todo era pura pose para cuidar

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    la imagen.Una de esas noches que todo Lima jala coca hasta el amanecer me encontr con Diego en el Nirvana. l estaba condos o tres amigas. Me las present. Una de ellas me gusto mucho. Le invit un trago, la saqu a bailar, me dijo sunombre: Irene. Bailamos'juntos un buen rato, Diego tambin bailaba por ah cerca, putisimo. Yo ni lo miraba, castigador. Irene era muy guapa y

    miraba fuerte. Estaba con tragos, como yo. Le dije para ir un rato a mi depa. No se hizo la estrecha. Atraco fcil.Terminamos en mi cama, desnudos. Hicimos el amor, ella encima mo, yo con condn. No estuvo mal. Nos vestimos ensilencio. Cuando bajamos a la calle, Diego estaba en la puerta, sentado en su carro, esperandonos con cara de perro:Irene no tena carro y l tena que llevarla de regreso a La Planicie. Coo, que escena. Al menos Irene puso cara dehemos cachado riqusimo, sorry por la demora. Gracias, guapa. Diego se resinti conmigo por levantarme a su amiga.Me llam y me dijo que era un manipulador, que Irene era una chiquilla inocente, que haba abusado de ella.-Huevadas -le dije-. Irene sabe lo que quiere, Diego. Lo que pasa es que estas celoso porque no te di bola en elNirvana.Me mand a la mierda.Eres un inmaduro me dijo.Me cagu de risa.Un tiempo despus me llamo por telfono, me habl horrores de Carolina, su venezolana, y me dijo para vernos. Era

    temprano. Nos encontramos en un caf de la calle 2 de mayo. Tomamos desayuno. Me cont que haba mandado alcarajo a Carolina y que estaba saliendo de nuevo con Gabriela, su hembrita de toda la vida. Tambin me cont que nohaba podido tirarse a la tal Carolina. Por primera vez en su vida, haba querido cacharse a una chica y no se le habaparado. El pobre haba quedado traumado. Ya estaba ms tranquilo porque con Gabriela s haba funcionado perfecto.Me dio gusto verlo. Le dije para ir un rato a mi depa. Terminamos metidos en la ducha, masturbndonos con jabn despus, el inevitable ardor.Tena que ocurrir. Lima (o las pocas calles que mis amigos y yollamamos Lima) es demasiado chica: fui una tarde al4D a corner esos deliciosos helados de chocolate y me encontr con Diego y Gabriela. Linda chica la Gabriela. Alta,flaca, ojazos como caramelos, cuerpo de modelo. Diego se corto un poco. Yo tambin. Ella, ni cuenta, con una sonrisamuy inocente. Los salud de paso noms y me fui con mi barquillo de chocolate.Me los encontr otra noche en el Nirvana. Gabrielita estaba embalada. Mucho ron con Coca-Cola, preciosa. Lachiquilla estaba de lo ms cariosa conmigo. Yo le miraba las tetitas con ganas y Diego me miraba con cara de perro

    rabioso. Tranquilo, nene,yo respeto la propiedad privada. Por supuesto, termin bailando con Gabrielita. Bailaba riqusimo, super relajada.Diego estaba hecho una pinga conmigo. Le dej a su Gabrielita y fui al bao a meterme un par de tiros. Diego nojalaba coca porque deca que eso jodia la memoria y l tnia que cuidarse la memoria para acordarse de las cojudecesque deca en la novela. Como yo estaba durazo por la coca, le dije una huevada a Gabrielita. Estaba tan atrevida yjugadora que me provoc decirle:-Sabes lo que dice Madonna? Que solo le interesan los hombres que han sentido la lengua de otro hombre en suboca.La rica Gabrielita puso cara de asco:Esa Madonna es una degenerada. Te apuesto que ella fue la que comenz el sida.Diego ya no me llamaba ni venia en las tardes a meterse a mi cama. Lo extraaba. Lo llam. Me contesto su abuela pero que chucha, puse voz de muy hombre. Al ratito Diego se puso al telfono.Cundo vienes a verme, ingrato? le dije.Tosi, bajo la voz.No me llames ms dijo. No puedo estar con Gabriela y contigo.Entend. Me sent psimo. Los chicos ms guapos de Lima son as, siempre se van con un mujern. Y uno se quedasolo, llorando sus penas.Al poco tiempo me hart de Lima, me fui a Miami y alquil un depa en Key Biscayne.Me senta muy solo. iba a las discotecas gays de South Beach y a veces me levantaba a algn fortachn, pero, la verdad,extraaba a Diego.Por eso lo llam una noche y le ped que viniera a verme. Prometi que iba a visitarme pronto, cuando terminase sutemporada en el teatro.

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    Vino a verme enjulio, un mes maldito en Miami porque hace un calor que te derrites. Lo recog en el aeropuerto. Fuegracioso: lleg con un sombrerito de paja de lo ms coqueto. Pareca un cantante de salsa caribeo. Lo primero quehicimos al llegar a mi depa fue quitarnos la ropa y tirarnos en la cama. No quiso metrmela. No tena condones y ledaba miedo el sida. Sent el golpe. Le dije que no estaba infectado, pero igual se mantuvo afuera, castigador.En venganza, me negu a chuprsela.

    No s si he dicho ya que Diego tena la pinga ms bonita que he visto en mi vida. Grande, risuea, presta para laaccin.Como l estaba obsesionado con el sida, lo llev al Mount Sinai y nos sacaron sangre y dos das despus nos dijeronnegativo. Festejamos con un gran almuerzo en el Larios, el restaurante de los Estefan en Ocan Drive. Luego hicimosel amor sin condn. No volvi a ocurrir. Diego se qued una semana en mi depa y solo hicimos el amor esa tardedespus de recoger los resultados del hospital.

    Pasbamos los das en la playa de arena limpia y mar como jacuzzi, quieto y tibiecito. Diego se puso negrsimo (yguapsimo) n tres das. Lo ms rico de todo era ducharnos juntos despus de a playa. Terminbamos tan relajados quenos dormamos temprano antes de Letterman (raro, porque yo soy fiel a Letterman; eso s, me pones Jay Leno y meduermo en tres minutos).Una tarde, arrodillados en el mar, nos bajamos la ropa de bao y nos la corrimos ah, cara a cara, mirndonos. Fue una

    delicia ver a Diego vinindose en las aguas clidas de Key Biscayne.Diego me hablaba mucho de sus padres. Los quera un montn. El accidente haba sido horrible. haban viajado aMachu Picchu con unos amigos millonarios: mal tiempo, un piloto inexperto y la avioneta, a tierra. Le daba pena quesu viejo no lo hubiese visto triunfar como actor. Se acordaba de un viaje familiar que hicieron a Disney. Deca que suviejo lo adoraba, le compraba todo lo que l pidiese.Entretanto, el muchacho tragaba. Me exiga que lo llevase a lugares tan detestables como McDonald's y Burger King.Coma esas hamburguesas gigantescas que, si sumas todo el colesterol que te ponen encima, te quitan como dos aosde vida no discutamos, cario: esta probado. Despus se meta unos cagues asesinos que me dejaban el depa oliendoa mil demonios. Yo tena que pasearme discretamente con mi arosol perfumado, mientras el muy conchudo se echabaa ver bobadas en la tele.Un da lo llev al cine y vimos Truth or Dare, el documental sobre Madonna. Nos encanto. A la salida, le pregunt si legustara hacer el ardor con Gabriela y conmigo, juntos los tres.

    Ni cagando me dijo.No s por que, se molest conmigo. Me dijo que Gabriela era una chiquilla sansima, de su casa, que yo era undegenerado, que como se me ocurra una huevada as. Pero en la noche, mientras me la corra, l mordindome elcuello, yo de espaldas a l, me confeso las cosas que hacia con ella:Solo me la chupa cuando esta borracha. Me arrecha meterle el dedo al poto, chuparle el potito. Quiero tirrmela porel poto, pero no se deja. Slo deja que le meta el dedo.

    La di, pensado en ellos.Una noche tarde, despus de Letterman, le le un cuento que haba escrito en Madrid. Era una historia gay. Creo quele gusto. Me dijo que siguiera escribiendo, pero que nunca publicase esas cosas: sera un escndalo del carajo, Felipe,todo Lima te odiara,tu familia no te hablara ms.Todo estuvo de putamadre hasta que Diego la cag. meti la pata dos veces. Yo me molest y lo mand al carajo.La primera traicin: descubr que estaba llamando a Gabriela sin decirme nada.Una maana baj a la piscina y, como me haba olvidado el bronceador, regres y encontr al pendejo de Diego muyromanticn hablando por telfono con Gabriela. Esper pacientemente a que colgasen y le dije que era una frescurallamarla de mi depa sin decirme una palabra. Me dijo que no me haba dicho nada porque al final iba a pagar susllamadas. No le cre. Le pregunt cuntas Llamadas haba hecho. Varias. No se acordaba. Le hice una escena. Llam ala compaa de telfonos y me dijeron que de micasa haban llamado seis veces al nmero de Gabrielita en los ltimos das. Pregunt cunto sumaban las Llamadas.200 y pico de dlares. Le ped a Diego que me diese la plata. Me la dio a la mala, hacindose el ofendido. Ese da me lopas en la piscina y l en la playa, sin hablarnos. En la noche durmi en el sof cama. Al da siguiente le ped disculpas

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    por la escena pero ya las cosas se haban jodido un poco.La segunda traicin: en venganza, Diego llam a unos amigos peruanos y, en la noche, se fue con ellos a una discotecagay en Fort Lauderdale.Me doli. Ni siquiera me invito. Se puso lindo, un pantaln ajustadito y un polo matador, y me dej viuda, en piyama,viendo a mi Letterman. Malo. Canalla. Cuando regreso, ni me salud. Se tir en calzoncillos en el sof cama. Yo me

    acerqu, le di besito en la frente, le sonre, le ofrec heladitos de chocolate, le pregunt que tal con sus amigosgays. Me cont que se haba divertido un montn. Trat de chuprsela pero me dijo que estaba muy cansado. Insist,frotndole la cosa, pero saco mi mano de ah y me dijo estoy hecho lea, Felipe, ndate a dormir.No le perdon que me dejase as, con la miel en los labios.A la maana siguiente sal a correr por la playa y, al regreso, le dije que mejor se iba de mi depa, que eso de alojarseconmigo y salir a putear con sus amigas locazas era ya demasiada coucha.Tremenda escena.Diego me dijo que era un celoso y un tal por cual, que haba sido un estpido en venir a visitarme, que para que chuchalo invitaba a mi depa si despus lo iba a chotear as, sin asco. Yo, callado, muy digno, sealando la puerta: si no puedochuprtela, no hay sitio para ti en mi casa, cario.El pobre hizo maletas y se fue a casa de sus amigos gays, unos peruanos que vivan en Brickell avenue. Se fue en untaxi. Antes de irse, me pidi que le devolviese los calzoncillos Calvin Klein que me haba regalado. Se los devolv.

    Cuando se fue, me puse a llorar.Por qu siempre me peleo con los chicos que ms quiero?Para colmo de males, esa noche fui solo a bailar al Warsaw y me encontr con Diego y sus amiguitos de BrickellAvenue y el puto ni siquiera me saludo y se paso la noche bailando sin polo y mirando a todos menos a m.Desgraciado, te odio, cuando vaya a la bruja en Lima te voy a hacer mal de ojo.Termin llorando en mi carro de regreso a Key Biscayne.Diego regreso a Lima y no supe de l un buen tiempo.

    IIINo aguant Miami. Me hart del calor y los mosquitos y el aire acondicionado y las horas eternas que te pasas metidoen un carro. Regres a Lima, la ciudad donde nac. Lima es un sitio feo y peligroso pero al menos tiene un climafresco. Me arm de valor y llam a Diego. Grande fue mi sorpresa cuando su abuela me dijo que l ya no viva ah, que

    se haba mudado. Le ped el nuevo telfono de Diego, pero la anciana me dijo que no lo tena. Vieja arpa. No le cre.Me propuse dar con l. iba al Nirvana, al 4D, al gimnasio de Dasso, pero nada, el chico se haba esfumado. Un daestaba manejando por Camino Real cuando lo vi pasar en un Toyota negro. iba rpido, moviendo la cabeza corno siestuviese cantando. Aceler. Lo segu. Creo que no se dio cuenta de que lo estaba siguiendo. iba demasiado distrado.Seguro que haba fumado un buen troncho. De pronto baj la velocidad y se meti a la cochera de un edificio nuevoen el malecn de Miraflores. Entr como dueo, apretando el botn de su control remoto y levantando as la puerta demadera. Era obvio que viva all.Bingo: ya se donde vives, guapo.Es que Lima tiene eso de bueno (y de malo), que te cruzas con todo el mundo aunque no quieras. Esa misma nocheregres al edificio del malecn, toqu el tim-bre y habl con el portero. Le pregunt el nmero del departamento de Diego. No quiso drmelo. Me dijo que estabaprohibido. Entend. Escrib una nota y se la di. Le ped por favor que no olvidase drsela a Diego. Ya, ya, me dijo,como si estuviera harto de lasnotitas romanticonas para el galn de arriba.Diego se torno un par de das, castigador, pero finalmente me llam. Le dije que tena ganas de verlo. Me dijo paravernos en su depa, esa noche. Me vest bonito. Me afeit, me puse una colonia decente y, por si acaso, met un par decondones en la billetera siempre he sido un optimista, sobre todo cuando me siento optimo. Diego me recibi conun abrazo. Estaba churrisimo. Recin salido de la ducha. Sin zapatos. Un polo que deca Soho y un boxer Gap. Mesent overdressed a su lado.Fue riqusimo abrazarlo de nuevo, sentir sus brazos de pesista.El depa estaba de lo mas coqueto. Todo alfombrado, pocos muebles, un sombrero por ac, una palmerita por all, las

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    inevitables fotos de Marilyn, los afiches de teatro.No se habl de la pelea en Miami. Tema tab. Mejor dejarlo en el olvido.

    Me cont, sin ahorrarse detalles, sus xitos en Lima. Teatro, cine, televisin: todo lo que hacia era bien acogido por elpblico. tena eso que algunos llaman ngel. Era muy sexy y tena kilos de talento para actuar. Por lo dems, ese boxer

    Gap me estaba matando. Era obvio que no tena nada abajo mejor dicho, tena algo que me interesaba sobremanera.Atrs, acompaando rico, REM.Diego iba y venia de la cocina. Traa papitas fritas, Coca-Cola, quesos importados. Poco a poco. Todo muy cool,mientras bamos hablando.En un momento fui al bao. Me mir en el espejo. Me dije: admtelo, te gusta, no puedes evitarlo.Paso lo que tenia que ocurrir: me acerqu a l, lo abrac, le di un beso en la boca. Se dej, pero luego me miro y me dijomejor no.-Por qu? Ya no te gusto?No puedo hacerle esto a Gabriela.-Sigues con ella?-Aj.Comprendo.

    Silencio. Fui a la ventana. El mar negro, el morro, la cruz iluminada que hicieron cuando vino el Papa. Linda vista.Cuando me voy de Lima, sa es la imagen que mas extrao.Me voy yendo.Me acompao a la puerta, me abraz fuerte, me deseo suerte.No deb hacerlo, pero cuando nos abrazamos, le bes el cuello-me provoco demasiado.En el ascensor, fue inevitable pensar: el cabrn solo quera ensearme su depa de putamadre; ya no le gusto comoantes; an no me perdona lo que le hice en Miami.Odi a Diego, odi a Gabriela, me odi.Jur no verlo mas.Lo vi al poco tiempo, en el matrimonio de Enrique Miranda, un amigo de la universidad. No me imagin que me loiba a encontrar ah.

    Yo estaba borracho. Me haba tomado todo el Champagne que pasaba a mi lado. Y se me haban cado dos copas. Nose por que, esa noche se me caan las copas.Nos saludamos de paso, un apretn de manos, que tal, Nico, hola, Felipe. Muy machitos los dos. Como para que nadiesospechase.Diego estaba elegantsimo en un terno azul oscuro que su mam acababa de traerle de Bal Harbour. pareca el novio. Yse paseaba de lo mas straight con su Gabrielita bajo el brazo, como quien dice los prximos somos nosotros, chicos.Diego y Gabriela bailaron como trompos. Yo me la pas parado por ah con cara de guachimn, bajndome unchampn mas. Tan zampado estaba que me atrev a sacar a bailar a Gabriela.Bailamos un merengue de Juan Luis Guerra. Hice lo que pude. Ella se movi como una leona. Pens: si cacha comobaila, es una fiera.Cuando fui al bao a orinar, sent que Diego me sigui. Se meti al bao conmigo. Nadie nos vio. Lo mir a los ojos.Le brillaban. Sonrea como un chiquillo. Estaba tan borracho como yo. Ese Champagne era una delicia pero se tesuba demasiado rpido.No me dijo nada. Me beso fuerte en la boca. Me meti tanto la lengua que casi me asfixio. Me puso una mano atrs.Acaricio rico. Dijo:Tengo que dejar a Gabriela en su casa antes de las dos. Ven a mi depa a las dos y pico. Te espero.Me beso de nuevo y sali.Me qued tan aturdido que tuve que mojarme la cara con agua fra para sentir que si, que era verdad, Diego todava metena ganas. Despus corr a tomarme otro champancito para festejar, digamos.Nunca fui tan puntual como esa noche.A las dos y diez de la maana, ya estaba tocndole el timbre.No, no, el joven Diego an no ha llegado. Lo esper en el carro. Lleg al poco rato, corriendo, haciendo chillar las

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    llantas en las curvas del malecn. Cuadr afuera. Baj. Sonremos. Entramos juntos, los dos en saco y corbata. En elascensor me miro y pasuna mano por mi cara:Estas lindo.T tambin.

    Prendi las luces del depa. Se quito el saco, la corbata. Entramos a su cuarto. Nos desnudamos. Cogi la foto deGabriela que tena sobre su mesa de noche y la meti al cajn.No debera hacer esto dijo.Estaba calato frente a mi.Huevadas le dije. Uno hace lo que tiene que hacer.Hicimos el amor. Sin condn.Despus, se qued dormido como un nio. Me vest despacio, sin hacer ruido, y me march no sin antes coger losdiscos de Morrissey que le haba prestado y que el muy descarado no me haba devuelto. Chau, precioso. Suenaconmigo.Pasaron los das.Diego tena mi telfono pero no me llamaba. Y me daba no s que llamarlo siempre yo.Lo llam por su cumpleaos, el 10 de octubre. Me dijo que iba a salir a corner con Gabriela. Entend que no haba

    sitio para mi.Nunca me llamas me quej.Ando corriendo todo el da se disculp. A ver si el fin de semana nos vemos.Pas por su edificio y le dej una corbata Armani de regalo. Se la dej con el portero. (Hasta hoy no se si el tipo se ladio o se la robo, porque Diego nunca llam a agradecerme. Es que l era as, senta que se lo mereca todo. Por algo eraactor: tena un ego de este tamao.)Por supuesto, Lleg el fin de semana y no me llam. As que lo llam yo, resentidsimo, y le dej un mensaje en sugrabadora:Te extrao. Necesito verte. Por favor llmame. Quiero saber si me quieres o si conmigo tambin ests actuando. Unbeso. Chau.No se lo dije con mala intencin. Me sali as.Ahora reconozco que fui un imbcil: no pens que ella poda escuchar el mensaje.

    Parece ser que Diego y Gabriela regresaron de no se que playa y ella apret el botn de la grabadora y escucho mimensaje y se arm una escena del carajo: que es eso de lo nuestro, Diego, que se cree este maricn de Felipe paramandarte un beso.Conociendo a Diego, estoy seguro de que lo neg todo. Habr dicho: lo que pasa es que Felipe es cabrn y se muerepor m, pero yo ya estoy harto de l y no se cmo sacrmelo de encima, amorcito. La cosa es que lo met en un jodidoproblema al pobre Diego, tan buen actor y tan sexy y tan straight para que todo Lima lo quiera mas.No me perdon el atrevimiento. Vino a verme a mi depa esa noche tarde. Yo estaba en piyama, tratando de escribir. Leabr la puerta. Entro gritando:Eres un huevon, Felipe, que chucha te has credo para hacerme una cosa as.Trat de calmarlo. Le ofrec una Coca-Cola y/o un troncho.Ni siquiera me contest. Sigui putendome:-No entiendes que estoy con hembrita? Cundo vas a entender que lo nuestro se acabo? Cundo vas a dejar dejoderme?No tienes orgullo?Camin a la ventana, vi los techos de Miraflores, me dije no llores, Felipe, s hombre.Sigui gritndome, dicindome que lo dejase tranquilo, que iba a arruinar su carrera de actor si la gente se enteraba delo nuestro.Se van a enterar si signes gritando como un energmeno ledije.Me vuelves loco me dijo l, agarrndose la cabeza, como sile doliese.

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    Nos quedamos callados un rato. El caminaba de un lado a otro, nervioso. Yo senta que quera pegarme.-Lo que pasa es que ya no te gusto como antes -le dije.Se me acerc, me miro feo:Eso quieres que te diga? S, pues: ya no me gustas como antes. Es mas: nunca me gustaste demasiado. No eres grancosa en la cama, Felipe. Prefiero mil veces a Gabriela.

    Fue la ltima traicin.--Sal de mi casa, le dije.--Perfecto, me voy dijo l--. Slo te pido un cosa: no me llames ms, ok? No quiero verte ms.--Sal de una vez, por favor.Tir la puerta. Lo vi subir a su Toyota negro y arrancar rpido, con rabia.No volv a llamarlo. l tampoco a m.Nos hemos cruzado un par de veces (en Lima es inevitable) pero ya no nos saludamos.Cuando estoy cambiando de canales y me lo encuentro en la tele, sigo pasando. Y su propaganda de blue jeans quetena grabada en video, ya la borr.

    Sin embargo, a veces todava me masturbo pensando en l.