Extraños deportes para el hombre blanco

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CA SA DO Libros Extraños deportes para el hombre blanco. Alberto Casado Valera 1

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diferentes deportes que se inventan

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Extraños deportes para el hombre blanco.

Alberto Casado Valera

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Para Chema y mi hermano Carlos Cada minuto aparecen en el mercado cosas nuevas que no necesitábamos. Pasa con los objetos, pero también ocurre con las tendencias y las modas, como los pantalones colgando por debajo del culo…que yo denomino escatológicamente la moda de los pantalones “cagaos” (lo cual es una prueba más de que ya no soy tan joven) o los pantalones “piratas” que ni son largos, ni son cortos y sientan fatal. También ocurre con los trabajos, se me ocurre el coaching o los mismos consultores… pero también sucede con los deportes o entretenimientos nuevos. En esto me detendré esta vez, aunque me quedo con ganas de abordar lo del coaching y los consultores que junto con el power point han revolucionado el mundo empresarial y han creado una nueva línea de negocio, el de palabrería o la venta de humo, eso sí, bonitamente empaquetado en presentaciones formato ppt. Pero vayamos al mundo deporte o de los entretenimientos. Comenzaré por esos deportes que antes eran locuras peligrosas y ahora se han convertido en actividades deportivas que incluso ya cuentan con el apoyo de una federación, como puede ser el barranquismo. Me imagino que el primer tipo (porque esto que comenzaría casi seguro con un típico ¿a qué no hay cojones? solo puede haber salido de una cabeza de hombre) que bajó por un barranco, encajonado en paredes verticales surcado por aguas bravas y realizando saltos cual rana gigante, debió de ser lo que vulgarmente mi padre llamaba, un chalado. Es cierto, pero puedo comprender el afán de superación, el reto, la subida de adrenalina y que con el desarrollo de técnicas y materiales, lo que era simplemente una estupidez peligrosa, se haya convertido en un deporte. O el kite surf, que no es más que una mezcla entre parapente (otro que tal baila) y el surf, cuyo secreto para mí consiste en que la gigantesca cometa no te arrastre mar adentro y puedas, al final de la jornada, tomarte el vermut en el chiringuito; u otras variantes más o menos estúpidas de otros deportes como el vóley-playa… Qué hace que un entretenimiento básico veraniego como es la pachanga de vóley que jugábamos en las playas los que nunca habíamos jugado al vóley, se haya convertido en deporte…y además olímpico… ¿cuándo pasa de, vóley en la playa, a vóley-playa? …y conste que en este caso puedo hasta comprender lo de “deporte olímpico”, porque los cuerpos atléticos, sudados y con poca ropa está probado que venden derechos de televisión y son apetecibles para la publicidad…pero, ¿qué pasa con el curling? También esos bolos sobre hielo y con escoba son olímpicos (aunque de invierno). Vale, bueno, comprendo que la ciudadanía nórdica se sintiese envidiosa de los jugadores de petanca apaciblemente jugando bajo el templado sol mediterráneo y que se inventasen este ¿deporte?...lo que ocurre es que la petanca por lo menos ha tenido la decencia de permanecer fuera del “olimpismo”… palabra que me hace siempre imaginar a un grupo de personas llevándose la pasta cruda en Ginebra y sus cercanías. Luego hay otros que no son deportes. Por más que lo digan, aunque te los vendan como tales en horario deportivo y traten a sus practicantes como deportistas que hasta ganan el Príncipe de Asturias al Deporte. El ejemplo claro es la Fórmula 1. Yo no considero deportes a las actividades hasta que Decathlon abre una línea de artículos deportivos (todavía no he visto Ferraris en las tiendas) se enseñe en los colegios (ningún colega me ha dicho aún que su vástago suspendió F1 porque se salió en una curva con el monoplaza) o se pueda practicar en los polideportivos municipales (no he visto pista de velocidad en el de Arganzuela). Por más que sude, no es un deporte….también se suda picando en una zanja…y nadie habla del “zanjing”, aunque

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los deportes rurales tienen mucho de eso….los escoceses que tiran troncos como si fuesen jabalinas, los vascos que cortan troncos o levantan piedras….puedo incluso aceptar estos…y declaro que me gusta más el “zanjing” que la Fórmula 1…en un coche de F1 se suda porque van enfundados en un mono ignífugo con pinta de transpirar menos que una bolsa de basura, sentados prácticamente encima de un motor de tantos caballos como un transatlántico que despide mucho, mucho calor y con un casco gordo…¿cómo no van a sudar?....pero no es deporte. Tenemos también aquellos que son variantes de otros como el bádminton, el squash, el pádel…que quizá, algún jugador de tenis pudiera inventar ante la imposibilidad de jugar en una pista reglamentaria…no lo sé. Me pueden parecer estúpidos, o sosos, pero puedo llegar a aceptarlos, igual que lo del pulpo como animal de compañía…y sobre todo después del famoso pulpo Paul adivinador. Pero es que no dejan de salir deportes ¿algún cometario sobre la “marcha nórdica”? o sea,…andar deprisa ¿? Pero lo peor es que se crea una industria con todos estos deportes; desde monitores que te pueden enseñar a ¿andar ayudándote con dos bastones? como en la "marcha nórdica”, hasta líneas de artículos deportivos. Para los y las que hemos calzado con orgullo las tórtolas, las Keds o las victoria… ¿qué diferencia hay entre hacer marcha nórdica con unas zapatillas “especiales para ello” (lo que siempre nuestras madres han llamado de manera expeditiva, un zapato cómodo) y hacerlo con unas normales? ….te lo diré yo….la tontería….y yo reconozco que soy el primero de los tontos muy tontos. Tengo en casa zapatillas de futbito (un fútbol que jugamos los que no tenemos ni físico, ni amigos suficientes para jugar al auténtico fútbol), tres diferentes calzados para la montaña, unas zapatillas para correr y otras para uso variado…y ahora me he aficionado al ajedrez en el ordenador (aunque BC sospecha que me he enganchado) pero todavía no me ha dado por comprarme unas zapatillas para jugar con ellas…me conformo con hacerlo en pantuflas. La tontería no cesa. A alguien se le ocurre algo, que en principio no deja de ser una soberana estupidez o hiriente obviedad, lo viste con una historia chula (del tipo “desde los tiempos inmemoriales los habitantes de Chiquitistán hacían esto y aquello y ahora lo puedes hacer tú…), hace una buena campaña de publicidad, le da un diseño bonito y ya está. Ya lo tienes. Y si además consigues que un famoso del tipo Messi, o hasta Plácido Domingo haga….¿zanjing? pues ya tenemos deporte….”en su retiro de la Cerdeña, el tenor Plácido Domingo hace zanjing para mantenerse en forma” dice el titular del Hola, y el ídolo operístico declara “hacer esto me pone en forma y conecta mis chacras con mis ancestros. Me hace recordar a mis padres cuando lo tenían que hacer porque no teníamos jardinero…ahora uno de mis jardineros, el Tío Rufino, es mi entrenador personal de zanjing”. Todos podemos ver en el Hola como Plácido Domingo lleva línea completa de zanjing de Puma; sus zapatillas especiales, su pico ligero de zanjing, su gorro que simula un pañuelo atado a la cabeza con cuatro nudos y sus pantalones y camiseta blanca de tirantes, que se parecen sospechosamente a un conjunto antiguo de calzoncillos largos y camiseta marca abanderado de los 60. Ahora está la peligrosa ¿moda? del “balconing” que se hace en los hoteles de la costa por personas en curioso estado etílico y que consiste en saltar desde el balcón de tu habitación (generalmente jaleados por una jauría de beodos seguidores) a la piscina del hotel, llevando como único equipo deportivo, tu trabajada melopea. ¿cómo no se ha visto ya como una nueva línea de servicios en los hoteles? “haz balconing en el Hotel Loros Park. Nuestras instalaciones te permitirán hacerlo en plenas garantías de

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seguridad, con casco, arnés, piscina de 30 m de profundidad y barra libre de bebida isoalcohólica”. Ya están tardando. Todo esto viene porque recientemente he estado en la montaña con mi hermano Carlos y Chema. Estuvimos en los Pirineos, en el Valle de Tena. Todo muy bonito y todo eso, tiempo respetuoso con lo que queríamos hacer y bla, bla, bla….pero es que descubrimos un “nuevo deporte” o algo que se comenzaba a percibir como tal…. Sucedió que en mitad de una ruta en la montaña nos cruzamos en el camino con un grupo familiar. Hasta ahí, todo lo normal que puede ser el montañismo, pero lo raro era que llevaban un par de burros para que les llevasen los bártulos. Ellos iban andando y acompañaban de las riendas a los burritos. Bueno, al principio creímos que eran del refugio próximo y que bajarían cosas del mismo al aparcamiento. Es muy común todavía en la montaña usar mulas o burros para subir y bajar suministros a los refugios. Pero es que en el refugio vimos a un par de burros más atados y paciendo tranquilamente, y luego vimos a otras dos familias con las que nos cruzamos que iban del mismo rollo…tipo la Virgen María y San José en embarazado camino a Belén, pero sin subirse al burro y utilizándolo como “burro de carga” (literalmente). Alguien, pensamos, un gabacho sin duda (estábamos en la parte francesa del valle) había inventado el “burring” pero a nosotros tres nos pareció más internacional el nombre de “donkey trekking”. Así que estuvimos gran parte de la excursión inventándonos los fundamentos del nuevo deporte o entretenimiento y pensábamos que si bien los malditos franceses podrían haber “inventado” el asunto, todavía no lo habían “envuelto” ni comenzado a difundirlo en España. Pensamos una marca de artículos para el “donkey trekking” con su logo y todo, que eran unas orejitas de burro. Lo primero de todo sería diferenciarlo de los clásicos paseos en burro. En otras palabras, tendríamos que convertir una actividad todavía habitual de la vida en un gran número de países, como por ejemplo Marruecos, en el que la gente transporta mercancías en animales como parte de su vida, en un deporte o entretenimiento para el hombre blanco ahíto de experiencias que le conecten con la naturaleza. Crearíamos la historia, “siéntete como un auténtico hombre de las montañas y conoce las rutas de los contrabandistas como ellos las hacían….” Tendríamos que dejar claro que lo bueno del “donkey trekking” es que tú haces el recorrido con el burro, con “tu hermano burro” (y no lo digo por Carlos) para buscar una mayor conexión con la Tierra, un poco místico tipo San Francisco de Asis, y que nuestra onda no es, por tanto, la de ir en burro. Luego vendría lo demás; el calzado, la ropa, los archiperres para el burro (los antiguos arreos y guarniciones que llevaban pero con un lavado de cara y gore tex), pensamos también en otros productos que podríamos “vender” en una supuesta actividad empresarial….podríamos decir “el donkey trekking es respetuoso con el medio ambiente, pagando un suplemento de 50 euros te puedes llevar la mierda (usaríamos otra palabra) de burro para abonar tu huerto ecológico y hay clínicas de estética que lo usan como mascarillas tonificantes”; haríamos bolsas que denominaríamos KKpacks, localizaríamos a antiguos arrieros, si es que queda alguno y los llamaríamos “monitores”, darían cursillos, se convertirían en “formadores y capacitadores”, lo venderíamos como actividad de “team building” (otra estupidez) a las empresas. Las personas con “capacidades diferentes” podrían hacer donkey trekking como terapia, las madres solteras, los recién separados, las alegres divorciadas, la semana marrón del donkey trekking en los colegios….y nosotros nos veíamos ya como unos Bill & Melinda Gates del deporte con nuestra fundación, haciendo entrevistas para los medios, con financiación suficiente para emprender las

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otras líneas de negocio que tenemos en mente y que son ultrasecretas. En fin, que sería un éxito. Cuando llegamos al pueblo, mi hermano Carlos buscó en internet donkey trekking, por si ya estaba por la red la idea o el nombre….y en efecto, en Francia parece que lo hacen ya como actividad, hay páginas web que lo publicitan y hasta artículos en revistas y suplementos de ocio que hablan de ello. Comentaba un periodista inglés con mucha gracia que cuando lo vio anunciado no pensaba que en la actividad de donkey trekking a la que se había apuntado, ni se subían en los burros (solo llevaban la carga), que por lo tanto tenían que andar, que nadie te acompañaba con el burro en tu camino (con lo que estabas perdido en el monte con un animal al que no sabías muy bien cómo tratar), y que los burros no siempre obedecían a las riendas….pero que lo recomendaba. Bueno, parece que el deporte ya está lanzado, pero podemos ser nosotros los que lo traigamos a España, y sobre todo, estamos seguros que todavía, a los franceses, no se les ha ocurrido lo del abono para los huertos ecológicos.

Majadahonda, 25 de agosto de 2011