Extremadura Bad Aj 00 Daz y

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  • Extremadura

  • sos iiiffll! mS-SD MTOMIB KiH

    EXTREMADURA(Badajoz y CAceres)

    POR EL

    De la Real Academia Sevillana de Buenas Letras,

    Jefe Superior Honorario

    DE Administracin Civil, etc., etc.

    Fotograbados de Joarizti y Mariezcurrei\a

    Cromos de Xumetra

    barcelo;^Establecimiento Tipogrfico - Editorial de DANIEL CORTEZO Y C/

    Calle de Pallars ( Saln de San Juan )

    1887

  • ^ >! ES PROPIEDAD DE LOS EDITORES

  • LAS EXCMAS. DIPUTACIOMS PP^NCIALES

    D E

    Badajoz y Gceres

    Como extreiiiefio que soy, nacido en ese pueblo para

    m siempre tan querido y en el que pienso morir, de-

    dico esta obra las dos Corporaciones que ms ge-

    nuinamente llevan la representacin de Extremadura,

    dando as muestra del amor que por su patria siente

    El Autor.

    Madrid i. Enero de 1887.

  • Digitized by the Internet Archivein 2013

    http://archive.org/details/extrennadurabadajOOdazy

  • lNTI\ODUCCIN

    Geografa extremea

    XTREMADURA la Constituye hoy una gran parte del territorioque en otros tiempos formaba el pas conocido por los ro-

    manos con el nombre de Ltisania, compuesto de los pue-blos llamados Cuneos^ Turdetanos^ Celtas, Trdidos, Lusita-

    nos (Trdulos viejos) y Vettones. Confinaba esta vasta regin,por oriente, con la Cartaginense y la Btica, de la que estaba

    separada por el ro Anna (Guadiana); por el medioda y po-niente con el Ocano, desde el Guadiana al Cabo de San Vicente(denominado Promontorium sacrum), y desde ste al ro Durius(Duero); y por el norte con la Gallecia.

    Bastan las anteriores indicaciones para saberse que la hoyregin extremea estaba enclavada en tierra de los Turdetanos,Celtas, Trdulos viejos y Vettones. Emrita-Augusta (Mrida),Pax-Augusta (Badajoz), Castra-CcBcilia (Cceres), Norva-Cesa-rece (Alcntara), Ccscilius-Vicus (Baos), Cauriumo de los Ut-tones (Coria), Ucultuniacum (Calera), Valerio (Campanario),

  • viir INTRODUCCIN

    Castrum-Erat (Castuera), Turbriga (Cabeza del Buey), Cap-parra (Caparra ) , Contributa (Fuente-cantos), Seria Empo-riuni (Feria), Xruz (Jerez de los Caballeros), Crica (Calera),Licon (Lobn), Vitis (La-Parra), Basis (La-Roca), Persia^ta(Medina de las Torres), Metelium Coecilia (Medelln), Astyla(Magacela), Ambracia- Vettonia (Malpartida de Plasencia), Du-cis Placida (Plasencia), Interanium (Salvaen), Evandria (Ta-layera), CastrcB Julia (Trujilo), Libora (Talavera la Vieja),Urbs-Sacrce (Usagre), Vesci (Villanueva de la Serena), Segeda(Zafra), /lipa Menor (Zalamea) y otras muchas ciudades impor-tantes, emporio fueron de la poblacin romana, en las demar-caciones antedichas.

    La extensin y lmites de Extremadura han sufrido diversasmodificaciones, segn por las que Espaa ha pasado tambin.Despus de la dominacin romana, cuando la venida de los br-baros del Norte, Extremadura entr formar parte del reino deAtace, cuya corte la tuvo en Mrida en 418, donde tambin vi-vieron Rechila (440) y Richiario (443) ; pero ms tarde, finali-zando la primera mitad del siglo viii, cuando en 746 el famosoEmir Juzef fu elegido para gobernar Espaa, y dividi en cincopartes este reino, Extremadura qued en la provincia de Mere-da (Mrida), que comprenda la Lusitania y casi toda la Galicia,pues abrazaba entre otros territorios los de Mrida (su capital).Braga (Baracara)^ Lisboa (Leschbuna)^ Oporto (Bortkal), Lugo(Lek)^ Astorga [Eschtorka)^ Badajoz (Batalgos, Baled-Ayx Baxangos) y Evora (Elbora Exbura).

    la cada del Califato de Crdoba, cuando la muerte deHescham III, Extremadura se erigi en reino, alzndose Sabur (Japor I, gobernador que era de Mrida, contra su soberano,

    y, fijando la corte en Badajoz, se cre entonces la monarquadenominada del Poniente, compuesta de las dos Extremaduras

    y el reino de los Algarves, que fu gobernada desde 1009

    1085 por multitud de soberanos, cuya cronologa comienza en

    ^apor I y .termina con Omar Almotawac[uil.

  • 1 N T R o D U C C I O N IX

    En principios del siglo xiii el rey de Len D. Alfonso IXconquist los rabes todo el antiguo reino de (^apor; formlaprovincia de Extremadura (Extrerna-hora), con los territoriosde Soria y Alcaraz, de Castilla, toda la hoy Extremadura yparte de Portugal, y ms tarde se redujo su regin la parteoccidental del reino de Toledo, entre Castilla, Len, Portugal yAndaluca, dividindose en ExtremadM7^a Alta y ExtremaduraBaja, tomando la primera denominacin toda la tierra de Tala-vera la Reina, y la comprendida entre el ro Tietar y el Tajo, yla segunda lo restante del terreno hasta el lmite meridional quebaa el Guadiana; divisin que respet despus Felipe II, cuandoensanch sus dominios hasta Lisboa, y que persisti hastaCarlos l, que en 1785 redujo los lmites de la comarca extre-mea, llevando Toledo el territorio de Talavera de la Reina,

    y perdiendo con ello Extremadura sus mejores pueblos por laparte Este. Quince aos despus, en 1 800, se hizo nueva de-marcacin de territorio, ensanchando sus lmites Extremaduracon la agregacin de varios pueblos tomados las provincias deSalamanca y Toledo, aunque cediendo las mismas otros demenor importancia. Estas divisiones, que tan frecuentemente alte-

    raban el orden geogrfico en la comarca extremea, se hicieron

    sentir mayormente desde que en 1794 se estableci en Cceresla Audiencia Territorial, pues era de rigor dotar los partidosjudiciales de las condiciones necesarias que regularan su poblacin, distancias la capital y medios de comunicacin entre s.Entonces se le di los partidos judiciales la divisin que hanconservado hasta poco h; fuera de muy leves alteraciones, di-vidase la entonces provincia extremea en los de Alcntara,

    Badajoz, Cceres, Llerena, Mrida, Plasencia, Trujillo y Villa-nueva de la Serena.

    El gobierno intruso que se cre en 1810 por la invasinfrancesa, no quiso respetar este estado geogrfico, porque las

    divisiones de la Pennsula para el establecimiento de las nuevasPrefecturas, se sobrepusieron las del orden militar y judicial.

  • X INTRODUCCIN

    hasta entonces existente. la Prefectura de Talavera de la Reinase le agregaron los mejores pueblos de Cceres, separando asdel territorio extremeo los pueblos situados al Norte del puer-

    to de Plasencia y derecha del ro Alagn, que los llev la Pre-fectura de Ciudad Rodrigo; divisin anmala y todas luces in-justificada, y que dej de existir con aquel gobierno, como eralgico que sucediera.

    Apenas sucedi la liberacin de la Pennsula del poder ex-tranjero, se declar en vigor la demarcacin de 1799, que conmuy leves modificaciones continu hasta 1833, en que el terri-torio extremeo qued dividido en dos provincias civiles, Badajozy Cceres, quedando sta con 13 partidos judiciales y 15 la deBadajoz, en cuyos trminos contina; y aunque por algunos seconserva todava la antigua denominacin de Extremadura Alta

    y Baja, para determinar con la primera la de Cceres y con lasegunda la de Badajoz, tal aplicacin no est en uso ni influyepor consiguiente para nada en la demarcacin del territorio.Pero si en lo civil se hallan separadas estas dos provincias her-

    manas, en lo militar y en lo jurdico no, pues ambas forman unaCapitana general que reside en Badajoz, y una Audiencia terri-torial que reside en Cceres. En el orden eclesistico ya ofrecesu divisin ms dificultades para determinarla. Bastar que sepael lector ahora que nada menos que seis obispos gobiernan elterritorio extremeo: los de Badajoz, Plasencia, Coria, Toledo,vila y Ciudad-Rodrigo, y hasta, poco h, tambin los prioresde San Marcos de Len (de la Orden de Santiago), Alcntara,Magacela y Zalamea de la Serena (todos de la Orden de Alcn-tara).

    Tal fu, hasta 1833, la antigua provincia extremea, situada

    al Oriente de la pennsula entre los 38 y 40^25' de latitud

    Norte, y los 9 30' 12" de longitud de la isla del Hierro.

    Confina al N. y N. E. con el antiguo reino de Len; al E. conCastilla la Nueva; S. y S. E. con los reinos de Sevilla y Crdoba;al O. con el reino de Portugal, extendindose 213 kilmetros

  • INTRODUCCION XI

    de N. S. desde las sierras de Gata hasta Sierra-Morena, i8de latitud de E. O. en su mayor anchura, con 43,229 kilme-tros de superficie cuadrada.

    Estos lmites son naturales, formados slo por una cadenade montaas que por todas partes rodean el territorio y la se-paran de las dems comarcas; por el S. la Sierra-Morena, quecorre de E. O. hasta internarse en Portugal; por el E. unramo de la misma sierra que corre de S. N. desde los confinesde Extremadura y los de Sevilla y Crdoba hasta el ro Gua-diana, en los de Extremadura y la Mancha; las montaas deGuadalupe, que se extiende entre los ros Guadiana y Tajo, yuna lnea que corta el territorio de la Vera de Plasencia, desdeel Tajo hasta la sierra de Gredos; por este punto y en direccinde E. O. la sierra de Tornanacas y la de Bjar, y la que corredesde Baos de Monte-mayor por Valdelajeve y Lagunilla hastalas Batuecas y sierra de Francia ; por el O. y en direccin de

    N. S. la sierra de Gata, la ribera de Eljas hasta el Tajo;desde este ro al de Guadiana la sierra de Puertalegre hastaincorporarse otra vez con Sierra-Morena en las fronteras del

    reino de Sevilla: de estas sierras principales se desprenden otrassubalternas que corren por el interior de la provincia, siguiendo

    el curso de los ros que nacen en ellas.

    Este inmenso territorio, que en lo antiguo fu pobladopor 600,000 almas, y hoy lo ocupan 748,600 segn los ltimosdatos oficiales (i), form casi siempre una sola provincia; peroantes como ahora se reconoci la necesidad de subdividirlo en

    dos ms regiones, porque tan gran extensin de terreno, lasanchas cordilleras y los caudalosos ros que le cruzan, han sido

    constantemente un impedimento para el buen gobierno de lospueblos. La mayor dificultad para vencer estos males ha sido

    (i) La estadstica de I 877 daba la provincia de Badajoz 428,0 i ^ almas ensu poblacin de derecho y 432.809 en la de hecho, y la de Cceres 297,969y 306.594 respectivamente, lo queda un total de 725,984 de derecho, y 739,403de hecho, en las dos provincias.

  • XII INTRODUCCIN

    poder fijar de una manera conveniente cuntas haban de ser lassubdivisiones, y cules tambin las capitales de las nuevas pro-vincias. Las sierras de Guadalupe, Montanches y San Pedro,que son los lmites naturales de las cuencas de los ros Tajo yGuadiana, dividen naturalmente el territorio en dos partes casiiguales y esto era ya bastante al objeto. Por otra parte, el cursode los ros la dividen en tres regiones, que tambin guardan pro-porcin. En la actual divisin ha prevalecido el primer medio,atendiendo solamente la direccin de las montaas. Habaquien lo sacrificaba todo al segundo medio y peda hacer tresprovincias, en vez de dos, porque, segn los que esto deseaban,los ros son los lmites ms claros incuestionables, y cuandoestos ros son caudalosos, como sucede los dos mencionados,el fraccionamento del territorio produce inmensos males dift'cilesde remediar. Pero razones de economa mayormente fijeroncausa de que triunfasen los primeros, y en vez de tres se hiciesen

    dos provincias de Extremadura, eligiendo como capitalidad Ba-dajoz y Cceres, que son poblaciones principalsimas, la primeraplaza inexpugnable, situada cuatro kilmetros de la fi-ontera

    portuguesa, y la segunda colocada en el centro de la regin altade Extremadura, y por consiguiente en proporcin igual paratodos los pueblos de su comarca. Hubo tambin quien pens enhacer cuatro provincias, cuyas capitales eran Badajoz, Mrida,Cceres y Plasencia; pero este fi-accionamiento daba por resul-tado la existencia de cuatro provincias microscpicas, ms pe-queas que vila, Segovia Soria, y despert tambin la ideade reclamar para Trujillo otra provincia, con la que resultaranentonces cinco de las dos en que actualmente se divide Extre-

    madura.Conocida ya la antigua geografi'a de esta comarca, justo ser

    que el lector sepa la de las actuales provincias.

    La de Badajoz, compuesta de 15 partidos judiciales, 12ayuntamientos y 432.809 habitantes, repartidos en 22,475 ^i^^*metros cuadrados, linda por el N. con Cceres y Ciudad-Real;

  • I \ T RO D U C C I N XII

    por el E. con la ltima y Crdoba; por el S. con sta, Sevilla yHuelva, y por el O. con Portugal. Por la parte N. se extiende

    la cordillera Oreto-Herminiana, y por el S. la Marinica. El mapade esta provincia ofrece un plano irregular, sobre el que puedentirarse cinco lneas: i.^ de San Vicente Cheles que da frente Portugal, en la parte ms alta de este reino; 2.^ de Cheles Encinasala, lnea que parte del Guadiana, su entrada en Por-tugal, y termina recta en el lugar en que une Huelva con el ve-cino reino; 3.^ de Encinasala Fuente del Arco, lmites extre-

    mos que tocan con Huelva y Sevilla; 4."^ de Fuente del Arco los montes por cima de Herrera del Duque, fronteras de Cr-

    doba y Ciudad-Real; y 5/^ desde Herrera del Duque hasta SanVicente, que la divide de Cceres.

    Cuenta con los partidos judiciales siguientes: Alburquerque,Almendralejo, Castuera, Don Benito, Fregenal de la Sierra,Fuente de Cantos, Herrera del Duque, Jerez de los Caballeros,

    Llerena, Mrida, Olivenza, Puebla de Alcocer, Villanueva la

    Serena, Zafra y el de la capital, con cuatro audiencias de lo cri-

    minal: las de Don Benito, Llerena, Badajoz y Almendralejo.La provincia de Cceres, que ocupa una extensin de 20,754

    kilmetros cuadrados, con 13 partidos judiciales, 224 ayunta-mientos y 304,594 habitantes, tiene por lmites al N. Salamanca;al E. vila, Toledo y Ciudad-Real; al S. Badajoz y al O. Por-tugal. Est atravesada por las cordilleras Carpeto-Vetnica yOreto-Herminiana, y la riegan los ros Tajo, Titar, Alagn, Rodel Monte y Salor. El mapa de esta provincia ofrece cinco lneas:la i.^de la Sierra de Gata que la separa de Salamanca y com-prende desde Valverde del Fresno hasta Baos de Montemayor;la 2.^ desde este punto Madrigal, lmites de vila; la 3.^ desdedicho punto hasta el confn de la Sierra de Altamira, que formanlas fronteras con Toledo; la 4.^ desde dicha Sierra hasta Valen-cia de Alcntara, lmites con Badajoz; y la 5.^ desde dicha villahasta Valverde del Fresno, frontera arriba de Portugal.

    Sus partidos judiciales los tiene situados en Alcntara, Coria,

  • XIV I N T R O D U C C I c'j N

    Garrovillas, Granadilla, Hoyes, Jarandilla, Logrosn, Montn-chez, Navalmoral de la Mata, Plasencia, Trujillo, Valencia deAlcntara y la capital, donde reside la audiencia territorial, ytambin la audiencia de lo criminal, como en Plasencia, dondeexiste otra.

    II

    Extremadura geolgica, geognstica y prehistrica

    Examinada la topografa del suelo extremeo, se ver queno existe en la Pennsula otra comarca que tenga relieve mscomplicado que la que se extiende al E. de la frontera de Portu-gal entre los ros Tajo y Guadalquivir ; pues la multitud de ac-cidentes interrupciones de esta regin montaosa se presenta

    de un modo sorprendente al viajero que acaba de atravesar lasmontonas llanuras de Castilla la Nueva, llanuras que se conti-nan, salvo pequeas distancias, por toda la cuenca del Gua-

    diana, hasta muy entrado en Portugal.La parte central del pas, entre Talarrubias, Cabeza del

    Buey, Castuera, Garlitos, etc., la forma una explanada cuya al-

    tura media sobre el nivel del mar se eleva loo pies. Pueblade Alcocer, edificada sobre una colina de 150 pies, y 1800 so-bre el nivel del mar, est la altura de Madrid, y por consi-guiente la de la llanura de Castilla la Nueva, que baja insensi-blemente hacia el O. en las inmediaciones de Extremadura.

    M. Le Play, ingeniero de minas y profesor francs, que hahecho estudios geognsticos por diversas regiones de Espaa,afirma que el nivel de las altas regiones en la llanura centralde Extremadura se asemeja sobremanera las que limitan laorilla derecha del ro Tajo en las cercanas de Aranjuez y Ta-

  • INTRODUCCIN XV

    lavera la Reina. Y estas altas mrgenes formaran, si estuvie-sen situadas en las llanuras del N. de Alemania, un verdadero

    pas de montaas. En efecto, su nivel es el mismo que el de losllanos del Hartz occidental, con el cual presenta Extremaduraotros puntos de semejanza, pues si el cielo pardusco y la vege-tacin del Norte se encontrasen tambin 13^ hacia el S., elpaisajista y el gelogo confundiran los llanos de Talarrubiascon los de Clausthal y Zellerfeld, al mismo tiempo que el mineropodra entrever esperanzas de hallar los filones que despus detantos siglos hacen la riqueza del Hartz hannoveriano, como

    hoy la hacen tambin en los de Cantuera los filones que explo-ta en su rico sub-suelo, segn explica bien al pormenor Somozade la Pea (i).

    Alburquerque, Trujillo, las cercanas de Llerena, hasta msarriba de Almadn, ocupan la misma altura. Su suelo es de rocasantiguas, de estratos muy inclinados y aun diseminados de rocascristalinas. El valle del Guadiana , desde los lmites de la Man-cha hasta la altura de la Puebla de Alcocer, el ro tiene su cur-

    so por una caja estrecha de 75 metros de profundidad bajo losllanos de transicin, y el lecho de canto rodado se ve entre lasorillas formadas por lo comn de un muro casi vertical deesquistos de grauvacas. Poco despus de Alcocer las llanurasdel ro descienden por toda la parte izquierda, en tanto que por

    la derecha siguen las colinas elevadas hasta el Zuja, escapandoel Guadiana despus por ancho cauce sobre terreno terciario,hasta ms all de Elvas, y vindose en su cauce Lobn, sobreuna meseta de 48 metros; Badajoz, unos 55, y al Castillode San Cristbal, sobre roca caliza, ms de 60.

    El Guadalquivir corre entre Crdoba y Sevilla, bajo unacaja de 35 metros, y el nivel de esta parte de Andaluca no

    (i) Nuevos tesoros. Opsculo gegrafo-topogrfico-gelogo-minero-histricode una parte de la provincia de Badajoz, con una rpida ojeada la memoria espa-ola, por D. B. Somoza de la Pea. (Madrid, 1875.)

  • XVI INTRODUCCIN

    pasa de 400 metros ms bajo que el de los pastos de Extrema-dura.

    Las montaas de Sierra Morena, y muy particularmenteentre Trujillo y Almaraz, hacen desaparecer la marca caracte-rstica que presenta la mesa central del suelo extremeo, sobre

    cuyos llanos se elevan estas montaas 200 metros, compren-diendo un ancho de 300 400 al sumo. Vistas estas montaastransversalmente, ofrecen un tringulo perfecto que puede apre-ciarse en todos sus detalles, por hallarse el terreno desnudo dearboleda. Por el contrario, si se observa esta Sierra en su direc-

    cin por la orilla izquierda del Guadiana. En el centro de la Se-rena, al O. del Zuja, entre Puebla de Alcocer y Cabeza del Buey,la mesa baja con pendiente suave nivelarse con el llano; peropoco ms all surge una muralla, rota en muy pocos puntos,por la que se ve la prolongacin de la mesa y el horizonte deotras cordilleras mucho ms distantes y tambin ms elevadas.Estas cadenas rectilneas, se hallan interrumpidas por frecuen-

    tes quebradas que el globo, al despedazamiento de su corteza,parece que ha formado para que sobre estos macizos aisladosde forma piramidal, los conquistadores estableciesen sus puntosmilitares y sus atalayas de observacin. Por lo dems, la alturade Sierra-Morena, por lo que comprende Extremadura, nopasa de 1,200 metros sobre el nivel del mar, y las mesas mselevadas se las grada un nivel de 800 1,000 metros. EntreLlerena y Guadalcanal no alcanzan estas proporciones segura-mente.

    La sierra de Guadalupe, situada entre Tajo y Guadiana,forma una cordillera de montaas de granito, que segn D. Fer-nando Ctoli, ingeniero de minas, tiene la misma composicinmineralgica que la de Montanches, por lo que se ve que la

    formacin de esta especie nace en los altos cerros de Logro-

    sn. Al N. de esta villa se ve un grupo de montaas eslabo-

    nadas entre s, orientado al O. 72 N.La irregularidad de

    esta estratificacin y la constancia de la direccin de las capas

  • INTRODUCCIN XVII

    en gran longitud, se destaca en toda esta cordillera, muy espe-cialmente entre la Solana y Aldea-Nueva de Centenera. Noaventuraremos mucho si decimos que esta pequea cadena, quecomienza disminuir junto Berzocana, es un estribo de la sie-rra de Guadalupe, cuya analoga grantica la asemeja las coli-nas de Trujillo. Las sierras estas se elevan sobre las aguas deMiravete muy cerca de 800 metros

    ,y la formacin de multitud

    de otras montaas, conocidas por la Sierra de Alburquerque,

    Sierra de San Mams, Sierra de San Pedro, Sierra de San Len,Sierra de Montanches, etc., van separando sensiblemente el Tajodel Guadiana, notndose este alejamiento de ambas corrientes,desde las Sierras de Solana hasta la frontera de Portugal. Al-

    gunas de estas montaas, como la de Montanches, por ejemplo,tiene por partes una altura de 420 metros y est formada degranito, tenindose que bajar al nivel de la mesa, para hallarlas rocas que van siempre al E. 40 S.

    Las sierras de Hornachos, cuya orientacin es de N. S.;

    las de San Servn, que varan de O. 60 N., y las de Esparra-gosa de Lares, que corresponden las de Alcocer, y nacen enGuadalena, dirigindose al O. 4^ N., y terminando en el Guadiana,son las ms elevadas; su macizo es aislado y formado por grue-sas rocas cuarzosas, que surgen diseminadas, estas ltimas, la

    derecha del ro, muriendo en las sierras de Orellana. No esmenos importante que las anteriores la sierra que cruza entre

    Cartuera y Cabeza del Buey, en direccin O. i N., ocupandouna grande extensin de terreno cuarzoso. Sobre una de susmesas se ven todava las ruinas del histrico castillo de Almor-

    chn, del que oportunamente hablaremos.

    En la regin septentrional de Cceres estn las Sierras dela Vera, que nacen en los Picos de los Gredos, al S. O., corren

    hacia las de Bjar, y se internan por la provincia de vila. Sir-ve de asiento diversas poblaciones, corta los valles, cierra las

    corrientes de multitud de arroyuelos, que avanzan y retroce-den culebreando cien veces, hasta encontrar su desagiJe. Sierra

    3

  • XVIll

    Llana, donde cuenta ms elevacin, mide 2,400 metros. En SanMadrigal slo mide 500 metros y 600 en Garganta de la Olla.Domina todo el rico valle de Jerte, la Vera de Plasencia y lascomarcas ms pintorescas de ese agreste rincn de Extremadura.

    Las sierras de Baos de Montemayor y de Hervs, estribaciones de la de Bjar, son importantes. Sus picos, llamadosMajada Reina, Portilla de la Resbaladiza y Santo Tello, soneminentes y se prolongan al S. O. Las sierras de Francia, la de

    Gata, la de Santiago y la de Jola, son otras tantas cordilleras

    de menor importancia, pero todas dignas de conocerse y ya des-critas recientemente por la Comisin del Mapa Geolgico (i),aunque no con la exactitud y detencin que era de desear.

    Forman contraste con todas las montaas y sierras, descritas con la rapidez que conviene esta obra, las llanuras que

    cuenta Extremadura. Desde Guarea Badajoz est la mayorde todas, que, salvo muy cortos espacios, abraza una extensinde ms de 78 kilmetros de territorio, baado por las aguasdel Guadiana; y all, en el extremo contrario del territorio ex-tremeo, al S. de la Vera de Plasencia, est la otra llanura de-nominada Campo Arameo, que mide unos 40 kilmetros entreel Tajo y Titar, de E. O. y unos 25 de N. S.-Los Llanosde la Jarilia, prximos Plasencia, cruzados por el ro Ambroz,por su parte media; el que se halla entre la sierra de San Pedro

    y el Tajo, con superficie de 1,200 kilmetros; la comarca entreCceres y Tnijillo, junto la carretera, comprendiendo Hinojal,Talavn, Torrejn del Ro, hasta Jaraicejo, y despus Trujillo,por Deleitosa y Aldea-Centenera, en una extensin de 2 000kilmetros; la de San Pedro Montanches, y, ltimamente, ladel Villar del Pedroso, son todas llanuras inmensas que deter-

    minan las condiciones especiales del pas que describimos geog-nstica y geolgicamente.

    (i) Memoria oeolgico-minera de la provincia de Cceres^ por los ingenierosde minas D. J. Egozcue y D. L. Mallada. (Madrid, Imp. de Tello : 187.)

  • I N T R o D U C C I ( J N

    ^Determinemos ahora las rocas y minerales, para completareste^ trabajo cientfico sobre Extremadura. Se encuentran rocas;^ranticas en Garlitos, y una masa enorme al S. de Guadiana,hasta Sierra-Morena, y desde Casas de Belvis, Logrosn, Vus-t, Valencia de Alcntara, Ceclavn, hasta Trujillo; diorticas,gnisicas, cambrianas, silurianas, devonianas, cuaternarias y re

    cientes, desde arcillosa y de todas ndoles conocidas hasta las

    calizas con impresiones vegetales que se ven en la Aliseda. El

    cuarzo, en muchas sierras de Badajoz y Cceres; hialino, en elPuerto del Comendador; tibroso, en Cceres; con fosforita enAceituna, y con todos los caracteres conocidos en diversos otros

    puntos. Fosforitas, en trminos de Ceclavn, Cceres. Zarza laMayor, la Aliseda, la Mata, Trujillo, Casas de D. Antonio, Al-bal, Montanches, Malpartida de Cceres, Arroyo del Puerco,

    Alcntara, Alburquerque, Miajadas y Logrosn (i). Los minerales metlicos, desde la markasita hasta la pirita de hierro, en con-

    creaciones empavonadas; la leberkisa, hematites de varias clases,pirolusita, galena, blenda, chalcopirita, cobre, stibina, jamesonitay vrano, se encuentran en multitud de parajes de una y otraprovincia extremea, juntamente con rocas, piedras de variasclases y minerales secundarios (2). El manganeso se halla enOlivenza, en la Codosera el antimonio, el plomo argentfero enZarza de la Granadilla, el prfido en Zalamea, las eufotidas ydioritas en Alburquerque, Badajoz, Guarea, Villagonzalo y

    (1) Estudio sobre lafosforita de Extremadura, por el capitn Widdrington yel profesor de ciencias naturales C. Daubeny. (T. I del Quarterly Journal,)

    Descripcin oritognstica del afatito torreo de Logrosn en Extremadura, porD. Cristiano Herrgen, profesor de la real ctedra de mineraloga. (T. I., Anales deHistoria natural.)

    Memoria sobre la fosforita de Logrosn, escrita de orden del Gobierno, por losingenieros de minas D. F. Naranjo y D. L. Peuelas. (Ms. M. de Fomento.)

    Memoria acerca de la fosforita y otras sustancias minerales fosfatadas, por donCasiano de Prado, la cual sirve de complemento un artculo titulado: Cuatropalabras ms sobre la fosforita. (T. X de la Revista de Minasf

    Sociedad general de fosfatos de Cceres. Cceres, i 876.)(2) Historia general y particular de las minas de Extremadura, por D. Vicente

    Maestre, vecino de Coria. (Ms. en 5 tomos en 4.).

  • XX INTRODUCCIN

    Mrida. En Pedrozo y Fuente del Arco se ve trap. En las cuencas de Espiel, BeJmez y Almorchn aparece hierro carbonatado.Es digno de notar, porque acusa caracteres de terreno secunda-

    rio, las pizarras y psamitas, amarantos nubarradas de diversos

    colores, que existen en las sierras de Cabeza del Buey hasta lasde Almadn, por los fsiles que contienen, semejanza de losque aparecen en los terrenos secundarios de Alemania, Inglate-rra y Francia (i).

    Mr. Le Play clasifica de caliza de agua dulce la roca de SanCristbal de Badajoz, iguales las que encontr Mr. Silvestropen varios puntos de Espaa. Pero es evidente que toda la comar-

    ca del Guadiana est compuesta de un conglomerado de cantosrodados con cemento arcilloso en mesetas de 6o 70 metrossobre el Guadiana. Tales son las de superficie horizontal sobre

    que estn edificadas al E. Lobn y Badajoz. Mr. Dehayes con-firma esta nuestra opinin. Los que niegan tal concepto no saben

    que las capas fragmentarias forman y recubren gran nmero depequeos machones de rocas de transicin, y pocas veces estaspequeas formaciones superficiales son producto de una verda-

    dera sedimentacin.

    Las rocas que rodean Badajoz, por el lado del Rivillas yCalomn, presentan estos caracteres que son comunes todaslas dems rocas que como ellas estn bajo capas fragmentarias.Y por esto las conglomeraciones de cantos rodados recubrencon otras capas fragmentarias rocas del segundo perodo, como

    las de Badajoz y otros lugares de Extremadura, donde con fre-cuencia las fracciones superficiales son producto de una verda-

    dera sedimentacin.

    Ahora mismo podemos citar un hecho confirmando la opinin

    (i; Estcdios y observaciones f^eol^icas relalivas d ten cnos que comprenden-parte de la provincia de Badajoz y de las de Sevilla, Toledo y Ciudad-Real; y cortesgeol^yicos de estos terrenos, por D. Francisco de Luxn. (T. 1, 3.'' serie, parte 1.^,paginas 3 34, y parte 2.', pginas i 7 i de las Memorias de la Real Academia deCiencias de Madrid.)

  • BADAJOZ. Campesino

  • 1 N T K o D U C C l N XXI

    anterior. Practicando nosotros en fines del ao anterior excava-

    ciones en las inmediaciones de Cceres, sobre terrenos que al

    parecer eran secundarios, nos encontramos con objetos prehist-ricos, pero de poca relativamente moderna. Estos objetos apa-recidos cerca de la histrica y antigua va que guiaba hacia lavilla de Arroyo del Puerco, donde antes se descubrieron los ex-votos de bronce la diosa indgena Ataecina Turibigense, hansido: varias hachas de piedra, fragmentos de utensilios tambinde bronce, una cabeza de mujer en hueco, toscamente labrada,y varios pedazos de cermica, como ladrillos de forma cbica

    agujereados en opuestos sentidos, siendo lo ms notable del te-soro, una pequea copa de bronce de 25 milmetros de alta, en

    cuya cara anterior estn incrustados de plata dos caracteres

    beros-lusitanos, anlogos los de las monedas autnomas deElbora (Evora) y de Salada (Alcocer dol Sal).

    Y 1 2 kilmetros de Badajoz, siguiendo la orilla izquierdadel Guadiana, y la pequea distancia de 60 metros del ro, enocasin de estarse excavando para hacer una noria en la huertadel cortijo de Albarrn, apareci en 1882 un curioso vaso etrus-

    co que hoy figura en el Museo de Badajoz.El suelo extremeo, como decimos en otra obra sobre este

    pas (i), ha experimentado las ms encontradas metamrfosis,tanto en sus habitantes como en sus condiciones geolgicas. Ycircunscribindonos la regin en que est enclavado Badajoz,hemos de consignar ciertos datos que para el caso presente tie-nen suma importancia.

    No hace an cuarenta aos que en los campos de Lobn,prximos Tlavera, como en Btoa, Mayorga y Valencia deAlcntara, aparecieron gran nmero de Scelos Antas (2), ydentro de algunas de stas haba saetas, cuchillos y otros uten-

    (1) Historia de Tlavera la Real, villa de la provincia de Badajoz, pg. 4 lo.(Madrid, Imp. de M. G, Hernndez, 1879).

    (2) Indudablemente de la poca neolithica, esto es, la poca ms moderna dela edad de piedra.

  • XX [[ INTRODUCCIN

    silios de pedernal. Estos eran restos, indudablemente, de lostiempos primitivos. Y que la comarca Lusitana tiene toda ellaestos vestigios no puede dudarse!

    orillas del arroyo Guadancil, en el trmino de Garrovillas,se encuentran habitaciones formadas con grandes pizarras clava-das en el suelo y sustentando otras horizontales, que forman eltecho, en cuyo recinto abundan las hachas, cuchillos, flechas ydijes de piedra pulimentada.

    Cerca de Valencia de Alcntara, en la dehesa Mayorga y orillas del Salor, hay otras construcciones semejantes de piedragranito, en las que tambin se encuentran los mismos instrumentos que en el punto antes citado.

    Junto Plasencia, en la dehesa Valcochero, al sitio de laEra de la Guijosa, se encuentran los mismos vestigios en un re-cinto bastante extenso que se conoce estuvo defendido por una

    muralla en los puntos que de l era accesible; pues lo demsdel recinto lo tena natural. Pero estas construcciones estn ex-

    cavadas debajo de grandes peascos que las servan de cubierta,y hoy hay muchas rellenas de tierra. En el centro est la mayor,que llaman cueva de Boquique, apodo de un facineroso que serefugiaba en ella: caben diez doce caballos y cuarenta cincuenta hombres. Uno de los peascos que la sirve de cubiertatiene ms de veinte metros de largo. Hoy tiene una boca grande, que debi en sus primitivos tiempos estar cerrada, y no tener

    otras entradas que aquellas ms pequeas en que se conoce hanrozado la roca para abrirlas. En estas cuevas estn mezcladoslos instrumentos de piedra con las hachas de bronce y con frag-

    mentos de cermica muy tosca, en que no intervino el tornoalfarero. Cerca tambin de Plasencia se hallan los muros de unapoblacin de esta poca, en los riscos que llaman de Villavieja,

    denominados tambin de Plasencia la antigua.En el castillo de los Lucillos, asentado sobre la margen de-

    recha del turbulento Tajo, no lejos de Alcntara, aparecieron,tiempo hace, subterrneos donde existan objetos antiqusimos.

  • I .\ T R O I) U C C I T) N xxi;i

    como fu un sepulcro con la ptera y cuchillo de los sacrificios,grabado en relieve sobre una tosca piedra; otro con un ala debuitre; otro con un toro, y muchas monedas que nadie, hastahoy, han podido descifrar (i). Y junto ContribiUa (Fuente-Cantos) aparecieron en 1842, en el cerro denominado Castille-jos, multitud de cimientos perfectamente alineados, formandoplazas, calles y grupos de edificios. De entre estos cimientos sa-caron monedas celtberas, medallas y barras de plomo, objetosde arte toscamente labrados, y otros restos curiosos (2), que se

    asimilan los que aparecen en Grecia y en otros pueblos perte-necientes la primera civilizacin, y que clasifican Mr. Le Play

    y sir John Lubbok con el nombre de neolitliica, una de las cua-tro en que se dividen los tiempos prehistricos, posteriores lospreciosos descubrimientos geolgicos de la California, en 1877, los de la masa de Garrot (Tarragona), en 1884, y los dela mina BullyGrenay, del departamento de Calais (Francia),en 1883 (3).

    Pero si examinamos el sub suelo, sobre el cual se encontra-ron los restos de la poblacin primitiva en la hoy Extremadu-ra, nos encontraremos que esta regin tiene grandes riquezas

    (1) Tampoco debemos omitir que siglo y medio h fueron encontrados unostroqueles con el busto grosero de un hombre, y con signos y caracteres descono-cidos, lo cual nos hace sospechar que aquel pueblo (Lucillos) acuaba antes de lainvasin romana la manera que otros de la Espaa independiente. Entre las mo-nedas de los Lucillos, que la casualidad nos ha proporcionado, tenemos una muybien conservada, cuyos signos guardan analoga con los celtberos, pero no sonlos mismos, y menos la tienen con los turdetanos y fenicios. {Antigedades de Ex-tremadura, por Jos Viu, tomol, pg. i 3 3 .Madrid, Imp. de P. Moreno, 1832).

    (2) Esta obra prodigiosa exista indudablemente antes de los romanos, y guar-daba analoga con algunas de las llamadas 'Peldsgicas que an se conservan enGrecia anteriores la poca helnica, propiamente dicha, por ejemplo, en Mice-nas, en Tirinto, en Gardiki, etc. Tal vez de la que habanlos viniera ser con eltiempo la verdadera Contributa-Jiilia, as titulada por haber contribuido soste-ner la guerra pompeyana favor de Csar. {Antigedades de Extremadura, tomo I,pg, 216.)

    (3) Los de la California consisten en un bosque petrificado; los de Garrot enun sr antidiluviano, de unos tres metros de largo por uno y medio de ancho, ylos de Bully-Grenay en diez y seis cuerpos humanos petrificados y perfectamenteenteros.

  • XXIV INTRODUCCIN

    ideolgicas y prehistricas por estudiar, y en tal concepto desco-

    nocidas.

    En 1864 se practicaron, bajo nuestra direccin, ciertas exca-vaciones en las huertas de Talavera, donde indudablemente havivido en la antigedad una masa de poblacin huertana (i), y las primeras brazadas de tierra encontramos unos clavos debronce de la poca del Renacimiento; ms abajo varios cacharrosde carcter rabe, y en las ltimas tierras excavadas, ya en el

    suelo primitivo que debi haber all en la poca de Csar i\ugus-to, monedas (2) y vasijas de arcilla y dos restos de atades, dearcilla tambin, formados por unos tejones ladrillos rojos, deformas y dimensiones inusitadas en poca posterior la de losemperadores del mundo romano; de manera que esta excava-cin ha ofrecido como una especie de comprobante geolgico-histrico de la agitada vida por que atraves en la antigedad lavilla de Talavera la Real.

    Pero, si todos estos restos y monedas tienen gran valor parael historiador y el numismtico, ms le tienen para los gelogoslos restros antropolgicos y los fsiles que nosotros mismosdescubrimos, sobre las excavaciones que venimos refirindonosms arriba.

    Los que se dedican los estudios prehistricos y la ciencia

    antropolgica, pueden conocer una buena coleccin de ejempla-

    (1) HorielaJio es el que cuida y cultiva una huerta huerto, y huertano, pala-bra que por cierto no est en el Diccionario de la Academia, significa habitante dela huerta, en contraposicin al habitante de la ciudad.

    (2) Siete aos despus cedimos estas monedas al Museo Arqueolgico de Ba-dajoz. He aqu el oficio en que se nos acusa el recibo de estas monedas :

    Esta Comisin de Monumentos ha recibido con sumo aprecio los objetos expre-))sados al margen, de los que se ha servido hacer donacin al Museo Arqueolgicoprovincial, y ha acordado se dn V. S. las gracias por su generoso desprendi-miento,

    Cumpliendo con el referido acuerdo, tengo el honor de participarlo V. S.para su conocimiento y satisfaccin. Dios guarde V. S. muchos aos. Badajoz))24 de Junio de i 87 i .Fernando Bernldez. Sr. D. Nicols Daz y Prez. (En elmargen.) Un pequeo bronce de Emrita Augusta.Otro idem imperial de De-))ciano.Otro idem de Claudio II (el Gtico).Un gran bronce de M. A. Filipo.

  • CCEilES. Campesina

  • XXV

    res que recogimos para ordenarlos y clasificarlos, presentndo-los ms tarde en la Exposicin Nacional de Madrid de 1873,figurando n el grupo spt o de la segunda seccin, como puedeverse por el Catlogo de 1 m.isma (i). Y aquella coleccin, com-pletada hasta el numere Je noventa y un ejemplar, la cedimosgratuitamente al Instit^ o provincial de Badajoz, en 1874, clasi-ficando los fsiles en ' orden siguiente:

    Caja primera. 37 ejemplares de fsiles antropolgicos.Caja segunda. 28 idem id. id.Caja tercera. iJn trozo de una articulacin tibofemoral,

    quizs de un mastodonte (2).Caja cuarta.Un trozo superior de un fmur.Caja quinta.Otro idem de un Ammonites-giganteus (mo-

    lusco.)

    Caja sexta.Otro idem de un fmur de un Dinoctherium yotro de una tibia de Anaploterium.

    Caja sptima. ejemplares Terebrtulas (molusco.)Caja octava. ejemplares Isocardianas diminutas (mo-

    lusco.)

    Caja novena.Un ejemplar... Pectn? y otro Ammonites...^bisulcatus estriatus? (molusco.)

    ( 1 ) tn su pg. 3 6 se lee lo siguiente :5.DAZ Y PREZ (Nicols); Madrid.Coleccin de fsiles. 5 g.Un fmur.

    60. Sesenta trozos humanos. 61. Amonites. 62. Tellina compressa. 63. Iso-cardia. 64. Limnea. 65. Pectn. 66. Ostreas. 67 Terebrtulas.68. Isocar-))dianas diminutas.69. Ammonites giganteus (molusco). 70. Dinoctherium.

    ))7i. Anaploterium.(2) En la Verdire (Francia), sobre una capa de terreno terciario miocnico, y

    la profundidad de ocho metros, se acaban de descubrir dos colmillos de masto-donte, de 90 centmetros de largo, al mismo tiempo que una quijada del mismoanimal, con siete molares bien conservados. En el Museo de Marsella vimos estoscuriosos restos en 1882. No es menos interesante esta otra noticia : El profesorSnow, miembro de la expedicin cientfica proyectada por la Universidad deKansas, unas 300 millas del Este de Benver, capital de Colorado, ha hecho en1878 un descubrimiento geolgico muy importante. Consiste en un reptil la-garto colosal, tan bien conservado que an presenta grandes porciones de la piel.Hasta aqu los gelogos haban encontrado centenares de muestras de saurios tanslo en huesos pelados, de manera que el hallazgo de la piel de dicho animal escosa nueva para la ciencia.

  • XXVI INTRODUCCIN

    Caja dcima.Un ejemplar Isocardia destrozada por la pre-sin de los horizontes superiores (molusco.)

    Caja dcima primera. 3 ejemplares Ostras... Gregoria-nas? (molusco.)

    Caja dcima segunda.Un ejemplar Isocardia (molusco.)Caja dcima tercera.Un ejemplar huevo del Quelonium...

    primitivus? (i).

    Caja dcima cuarta. Otro idem trozo... ^iLinnea? (mo-lusco.)

    Basta la relacin de estos fsiles para comprender la impor-tancia de la coleccin que hoy figura en los gabinetes del Insti-tuto de Badajoz (2), habiendo merecido el autor de este libro,por tan modesto desprendimiento, que su nombre figure en laMemoria que este establecimiento literario publicara en 1875,al resear el aumento del material cientfico del mismo, en elexpresado ao (3).

    (1) Para la clasificacin de estos fsiles hemos consultado las personas en-tendidas y aun as no hemos podido clasificar varios ejemplares, como los conte-nidos en las cajas tercera, novena, dcima, dcima-primera y dcima-cuarta.

    (2) He aqu el oficio en que se nos acusa el recibo de dichos fsiles

    :

    Distrito Universitario de Skwli^a. Instituto provincial de Badajoz. Ennombre propio, en el del Claustro de este Instituto provincial, y en el de la ense-anza que nos consagramos, doy V. S. las gracias por el importante donativoque se ha servido hacer al gabinete del Establecimiento de mi cargo, de una co-leccin de 91 fsiles encontrados en las repetidas investigaciones arqueolgicasverificadas por V. S. en las inmediaciones de Talavera la Real durante el veranode 1870, y que en parte figuraron en la Exposicin Nacional de Madrid celebradaen 1873. Puede V. S. estar seguro que los objetos donados figurarn en lugarpreferente, ya por su importancia, ya por ser el producto de investigaciones he-chas en este pas, y que el nombre de V. S. se inscribir merecidamente entre losms distinguidos protectores de la Escuela y propagadores de la enseanza en laprovincia de Badajoz.Dios guarde V. S. muchos aos.Badajoz 3 de Marzode 1874.Dr. Valeriano Ordez.Hay una rbrica.

    Sr.D. Nicols Daz y Prez.n(3) Un hijo de esta capital, el Sr. D. Nicols Daz y Prez, hizo en el mes de

    wFebrero ltimo el donativo los gabinetes de este establecimiento de una colec-wcin de 91 fsiles encontrados en las investigaciones arqueolgicas por l veri-wficadas en las inmediaciones de Talavera la Real, durante el verano de 1870, ywque en parte figuraron en la Exposicin Nacional de Madrid, celebrada en 1873.El Director del Instituto en nombre del Claustro, en el de la enseanza y en elpropio, di las gracias al Sr. D. Nicols Daz y Prez, asegurndole que los obje-))tos donados figuraran en lugar preferente, ya por ser el producto de investiga-ciones hechas en este pas, ya como merecido tributo de agradecimiento un

  • INTRODUCCIN XXVII

    Si aqu fusemos extractar las noticias de otros descubrmientos prehistricos que han tenido lugar en el suelo extreme-

    o, habramos de excedernos las proporciones de esta Intro-duccin que precede nuestra resea de los monumentos hist-

    ricos que tiene Extremadura.

    III

    Hidrologa extremea

    Extremadura es uno de los pases que ms urgente necesi-dad siente por que se hagan reconocimientos en busca de aguassubterrneas, pues aparte de las pocas fuentes naturales que

    cuenta la comarca, su poblacin se ve obligada beber aguas depozos no siempre purificadas, de cisternas, aljibes, charcas sin

    corrientes, de ros sin canalizar, y cuyas aguas arrastran lasmaterias fecales de las poblaciones por ellos baadas, y apaganla sed los inmensos rebaos de ovejas y piaras de cerdos queviven en los campos regados por estos ros. Dividiremos este tra-bajo en las siguientes partes: i.^ Fuentes naturales. 2.^ Ros

    y arroyos. 3.^ Cadas de aguas. 4.^ Fuentes minerales.

    5.^ Charcas.

    Las fuentes naturales escasean en las regiones llanas; en

    cambio abundan en la regin montaosa septentrional y en lassierras de Jerez de los Caballeros, Guadalupe y de San Pedro.

    laudabilsimo recuerdo en favor de la enseanza y de este establecimiento litera-rio de la provincia.

    (Resumet del estado del Instituto -provincial de segunda ense-anza de Badajoz, durante e\ ao acadmico de i8j 1874, ledo por su secre-tario D. Carlos Soler y Arqus, en el acto de apertura de estudios celebrado eli. de Octubre de 1 874.Badajoz. Imprenta de la Viuda de Arteaga, San Blas, 2. 1 87 5 .)Vanse las pginas 10 y 11.

  • XXVIII INTRODUCCIN

    Las de mejores aguas son las que brotan en el granito, lavez que tambin las ms copiosas. En Gata, Hervas, Baos,Jerte, Valencia de Alcntara, Valverde del Fresno, Eljas, Villa-miel, San Martn de Trevejos, Cilleros y otros pueblos asenta-dos sobre terrenos granticos, las aguas brotan con abundanciapor todas partes. La otra regin opuesta, en la provincia de Ba-dajoz, que abraza Jerez y los pueblos de los valles, no tiene me-nos aguas naturales. Se asemeja esta comarca la de los vallesde Jerte, de Plasencia y de la Vera, donde los manantiales semuestran con tal profusin que sera prolijo enumerarlos.

    La sierra de Hervas, la del Torno y la de Montanches danaguas abundantes por todas partes, y en Castaar de Ibor nacennada menos que seis arroyos denominados Castaar, Fuente-Blanca, San Benito, Calabazas, Aguiloa y Gualigesno, que pocasveces suspenden su curso.

    Las aguas que brotan en las pizarras cambrianas son msescasas, de aguas menos puras y se secan en fines de Mayo; ade-

    ms, no son muy puras, porque forman sarro ferruginoso, songruesas, salobres y repugnantes al paladar. Y tampoco son bue-nas las que salen de las piedras calizas, como la de Rivilla, en

    Badajoz; la del Marco y la de Concejo, en Cceres, que se reco-nocen como magnesiadas. La de Caballeros, como Fuente nueva,

    ambas de Badajoz, tienen los mismos caracteres.Los manantiales que brotan de suelo cuaternario son poco

    abundantes, y siempre sus aguas son salobres, como las de las

    fuentes de Sancadilla, Serrejn, Casatejada, Talavera la Vieja yla de los Alunados y la de Mafra, en Badajoz. Esta ltima fuobra de los mediados del siglo xvi, como se declara en la siguien-te inscripcin encontrada pocos aos hace, cuando se trat,

    en 1859, de limpiarla:

  • I N T R o D U C: C I N XXIX

    LA CIUDAD DE BADAJOZMAND HACER ESTA FUENTE

    POR MANDADO DE SU CORREGIDORD. GONZALO DE MAFRA

    EN MDXXLV.FU MAESTRO DE LA OBRA

    GASPAR MENDEZ

    Otra fuente de Badajoz, la conocida por el nombre de Rivi-11a, se hizo en 1549, como se ve por esta inscripcin que junto ella puede an leerse, y dice as

    :

    LA ILUSTRE CIUDAD

    DE BADAJOZ MANDO HACERESTA FUENTE, SIENDO

    GOBERNADOR DON UODE LA CUEVA Y OTRASOBRAS CON EL MESMO

    TTULO, SIENDOMAESTRO DE HIASGASPAR MENDEZ

    AO DE MDXLVIIIl AOS.

    En Plasencia hay de antiguo muchas fuentes naturales. Lasmejores son las de la casa de D. Diego Esteban de Carvajal,edificio arruinado hoy en el llamado Berrocal, levantado en loscomienzos del siglo xvi. Sobre uno de sus dos arcos de sillerase lee la siguiente inscripcin:

    ARRIBA EST EL AGUA VIVA,PORQUE QUIEN BEBE DE MTORNAR CON SED AQU.

    En 1574 se construy la caera y los arcos de San An-tn (i), para las aguas de dicha ciudad, y el cao de San Pedro,en 1577 (2).

    (1) En uno de los arcos de la caera se lee: Se hizo ao de i $74 siendoCorregidor D. Fernando Meca y Soto Ortiz Sosa, quien repar el acueduc-to TODO.

    (2) En l se lee : Corri esta fuente de la Cruz el da de la Cruz de MayoDEL AO DE l 5 7 7.

  • XXX INTRODUCCIN

    Los ros y arroyos que baan el suelo extremeo seranbastantes para el riego de una gran parte de su comarca si co-

    rriesen canalizados, en cauces reducidos que retuviesen cauda-

    les para el esto. Son los principales el Tajo y el Guadiana,adonde afluyen todos los dems de ndole secundaria. Sabindo-se, pues, los itinerarios de ambos ros, se adquiere un conoci-miento exacto de la hidrologa extremea, en sus corrientesfluviales.

    Casi la totalidad de la provincia de Cceres pertenece lacuenca del histrico Tajo, ese ro que hizo hablar un poeta espa-ol y que tantos recuerdos tiene para Espaa entera. Su naci-miento es en la sierra de Molina, donde bifurcan las tres pro-vincias : Teruel, Cuenca y Guadalajara. Es el primero de los deEspaa atendiendo al orden de mayor longitud, y el tercero,tanto en relacin la extensin superficial en sus cuencas, como

    en el nmero de tributarios que lo alimentan. Penetra en laprovincia de Cceres por trmino de Alcolea, sirviendo un cortotrecho de lmite entre Toledo y Cceres; y despus de recorrerno poco territorio extremeo, apenas recibe el Sever se escapa

    Portugal para unirse al Ocano Atlntico, frente Lisboa.Desde mediados, casi, del siglo xvi ha sido este ro objeto

    de estudio por parte de varios ingenieros que le han querido

    hacer navegable. En 1581, Antonelli ; en 1641, Carduci, Mar.telli y Salcedo; en 1755, Pontero, Briz, Simn Gil y FernndezOlmo; y, en 1829, Gabanes, han trabajado para realizar la na-vegacin de este ro, sin que ninguno de estos cuatro proyectoshayan podido realizarse.

    En los comienzos del reinado de Felipe III los navieros deAbrantes solicitaron del rey el privilegio exclusivo de la navega-

    cin del Tajo, desde Lisboa Alcntara. Entre las circunstan-cias que alegaban para esta gracia era una de ellas su posicin

    geogrfica y sus conocimientos prcticos. Contaban con todos losbarcos necesarios, algunos de ellos de 200 toneladas, y nin-gn naviero de Abrantes haba sucedido fracaso alguno, etc.

  • INTRODUCCIN XXXI

    Poco despus los propios navieros volvieron pedir S. M. tu-viese bien reforzar los puntos de remolque con ms hombrespagados por el Estado (i), pues las naos demasiado satisfacan S. M,; que igualase en privilegios todos los buques y prohi-biese los de 50 toneladas arriba entre Vilavella Alcntara; quese eximiera de derecho de ancla los de la matrcula de Abran-tes, declarando este puerto depsito con franquicias, pagndoleS. M. todos los fletes atrasados. El gremio se obligaba hacerla navegacin de Abrantes Alcntara en 24 horas, con Ponien-te, y vice-versa en 12, con solos timn y remos.

    Todos estos datos demuestran el poco inters que los reyeshan puesto en la gobernacin del pas, pues de otro modo pudohacerse navegable el Tajo; ora cuando Felipe II, por el proyec-to de Antonelli; ora cuando Felipe III, por los navieros deAbrantes; ora cuando Felipe IV, por el proyecto de Carduci,Martelli y Salcedo (2); ora cuando Carlos III, por el de Pontero,Briz, Simn Gil y Fernndez Olmo (3), y ora tambin, cuandoFernando Vil, por el de Gabanes (4). Si se hubiera realizadoesta grande obra, los pueblos ribereos del Tajo seran los ms

    (1) Viu, en su Extremadura, tomo II, pgs. 30i>-3o6.(2) Corografa del rio Tajo, hecha por Lus Carduci, matemtico de S. M.,

    junto con el reconocimiento que por su mandado han hecho el licenciado D. Euge-nio de Salcedo, abogado, Julio Martelli y el dicho Lus Carduci, ingeniero, al granMonarca de las Espaas y el Nuevo Mundo, D. Felipe IV el Grande.Ao de milseiscientos cuarenta (Ms. de la R. A. de la H.).

    (3) Noticia que con permiso de S. A/, da al publico D. Carlos de Simn Pontero,de su Consejo, y Alcalde de Casa y Corte, de las obligaciones que ha contrado ensu contrato la Compaa de la navegacin del Tajo, y de los privilegios con queSu Majestad la fomenta, para que los que interesen sus acciones, se informen conperfecto conocimiento de las utilidades que promete esta obra y los auxilios quemerece la piedad de S. M, en consideracin las obligaciones de la Compaa yal beneficio que resultar al pblico en su ejecucin. (Madrid, 1757).

    Instructiones sive tractatiis de Tagi navegatione, rogatu Caroli Pontero ; qui con-silium super hac re suum proponere decreverat ministerio Regis catholice et supremoCastellce Senatui. (Ms.)

    (4) Memoria que tiene por objeto manifestar la posibilidad y facilidad de hacernavegable el rio Tajo desde Aranjuez hasta el Atlntico, las ventajas de esta empre-sa y las condiciones hechas la misma para realizar la navegacin, por D. Fran-cisco Javier de Cabanes.Publcase de Real orden. (Madrid, 1829).

  • XXXII INTRODUCCIN

    ricos de la Pennsula, como oportunamente observa D. CndidoOsuna (i).

    Por lo dems, el Tajo corre por entre estrechos y profundoscauces, pues algunas veces le vemos 150 metros de profundi-dad y tan estrecho como el llamado Salto del Gitano^ prximo Acebuche, donde es fama que ms de un hombre lo ha pasa-do salto.

    El curso de este ro es de 750 kilmetros y abraza una re-gin superficial de 1 1,250. Los que le son tributarios suben msde 100, contndose entre sus ms principales Titar, Ibor, Al-monte, Alagn, Salor, Eljas y Sever, y entre los de segundoorden Tamuja, Guadilobos, Ambroz, rrago, Alburrel, Pedroso,Guadija, Fresnedoso, Lavid, Malvecino, Fresneda, Jartn, Mai-mn, Galavid, Calatrucha, Carbajo, Casillas, Aurela, Negal yCabrioso.

    El Tajo es el ro de ms historia que se conoce en Espaa.Los romanos le llamaron Tagus, que viene del hebreo Tagk(correr por tortuosidades). Los amigos de la fbula dicen que elrey Tago di su nombre este ro, mientras otros sostienen quees del pueblo Tagus. Isidoro el Hispalense dice que lo tom deTar Thago^ por nacer en la provincia Cartaginense; y no faltaquien afirma que Tagus viene de Dag^ vocablo fenicio que signi-

    fica pescado. La definicin hebrea parece la ms aceptable (2).Marcial celebra mucho este ro, porque en sus mrgenes

    encontraba abrigo contra los ardores del sol c debajo de frondo-

    (1) Proyectada navegacin del Tajo, presentado la Excma. Diputacin de laprovincia de Cceres, por D. C. O. (Cndido Osuna), diputado por el partido deGarrovillas.Ledo y aprobado en sesin de 14 de Enero. (Cceres, 1843).

    (2) Tajo, su nombre de hoy significa cortadura, el cual dentro de esta provin-cia es bien apropiado, pues corre de oriente poniente por una profunda y estre-cha cortadura del terreno hecha por sus aguas, la cual divide la provincia en dospartes desiguales, siendo la del Norte algo mayor. Su nombre antiguo fu Tagusque viene de la voz oriental Dag Tag que significa &\pez; San Isidoro le hacederivar del nombre de una ciudad antigua prxima su nacimiento, que se llama- vba Cartlago. La ciudad fu la que tom el nombre del ro llamndose Charla (ciu-dad), Tagus (ro), que significa ciudad del Tajo. (Origen del nombre de Extrema-dura, por D. Vicente Paredes y Guilln, arquitecto, pg. 74. Plasencia, 1886).

  • XXXIII

    sas enramadas...; Prudencio le llama salutfero y encantador;

    Ovidio y otros le dan el dictado de aurifei^o^ y Mela dice quellevan sus arenas oro y perlas, aludiendo al oro que en la

    antigedad, y hasta mediados del siglo xvi, arrastraron susaguas (i). Estrabn describi este ro, atribuyendo su bocaveinte estadios y una profundidad capaz para sostener navios

    cargados con 10,000 talentos; y nuestro Fr. Lus de Len en sufamosa Pi^ofeca del Tajo, le hace hablar diciendo:

    Folgaba el rey Rodrigocon la fermosa Cava en la riberadel Tajo, sin testigo,el ro sac fuera

    el pecho, y le habl de esta manera:

    Tito Livio y Alpino Alejandrino le citan con elogio. E! pre-tor P. Junio Bruto, apellidado el Caico, penetr en Espaa por

    sus aguas hasta Morn, el ao 189 antes de Cristo, y des-de 186 servan sus orillas de barrera contra las huestes manda-das por los pretores Q. Crispino y C. Calpurnio, dndose enton-ces aquella famosa batalla donde murieron 30,000 celtberos.Tambin tuvo su campamento en sus mrgenes el pretor F. Fla-vio, que libr una batalla junto Elbura, matando 25,000 es-

    (]) Notas sobre las minas y defsiios auri/eros de las ExUemadiiras espaolas

    y poruouesas, por Mr. H. W. Bristow. (Londres, tomo I del The Minino and Smel-ting Magazine).

    Anlisis de la mina de oro de la Encomienda de la Claviera en Extremadura, porD. Domingo Garca Fernndez. (Vase la Historia general y particular de las minasde Extremadura, por D. Vicente Maestre).

    Informe sobre la mina de la Claviera, al Excmo. Sr. Conde de Lerena, por el mis-mo. (Vase la Historia de Garca Fernndez;.

    Informes S. M. y Real Junta de Comercio, Moneda y Minas, sobre algunas pro-ducciones naturales descubiertas en estos ltimos tiempos en los dominios deEspaa y otros trabajos, de D. Domingo Garca Fernndez, inspector general deEnsayos de Moneda, comisionado del Ministro de la Real Hacienda y de dicha Jun-ta para los asuntos de Qumica, etc.De orden superior. (Madrid, i 798).

    Terrenos aurferos de Extremadura, por D. Amallo Maestre. (Tomo II, de la Re-vista Minera).

    5

  • XXXIV INTRODUCCIN

    paoles, cogindoles 4,800 prisioneros, 500 caballos y 88 ban-deras.

    Sera muy largo narrar aqu esta parte histrica del Tajo,cuyas bocas corresponden los 13^40' longitud, 40^45' latitud.

    El Guadiana nace en los catorce manantiales de Villarrubia,conocidos por los Ojos del Guadiana. Los primeros nacimientosson tres: Cajtal^ Cercano y Mari-Lpez^ que forman el ro querecorre hasta entrar en el Ocano Atlntico, por Ayamonte,594 kilmetros, recogiendo las aguas de ms de 100 ros y arro-yos. Los ms principales de aquellos son: Azuer, Zncara, Rus,Osa, Crcoles Florida, Gigela, Riansares, Amarguillo, Bauelos, Jabaln, Bullaque, Milagros, Alcobilla, Valdehornos, Bo-donal, Estena, Guadarranque, Guadalupejo, Valhondo, Silvadi-11o, Zjar, San Pedro, Aguamatillas, Guadarramilla, Buey,Guadelmez, Horcajo, Navaluengua, Guadamora, Valdeazogues,Gargantiel, Alcudia, Esteras, Gualemar, Hermanas, Ajo, Gua-dalefra, Molar, Ruecas, Pizarroso, Gargaliga, Alcollarn, Horti-

    gas, Guadamez, Burdalo, Matachel, Conejo, Retn, Valdemeden,Palomillas, Albarregas, Aljucn, Lcara, Cordobilla, Guadajira,Albuera de Zafra, Aguas Claras, Robledillo, Albuera de Feria,Antrn, Albuera, Los-Prados, Los-Linos, Chicas-Piernas, Santa

    Coloma, Alcazaba, Lureanilla, Guerrero, Toya, Aguas Blanqui-llas, Gvora, Zapatn, Sausustre, Albarranega, Rivilla, Valver-de, Tliga, Frega-Muoz, Alcarrache, Algol, Ardila, Bodin,

    Parrilla, Mrtiga, Calinte, Cortegana, Sillo, Gargalln, Chanza,

    Cubos, Alcalaboza, Malagn, Albaca, Guadiana-Alto, Odiel,Oraque, Rivereta, Fresnera, Meca, Bujarda, Tinto, Madroo yPiedras.

    La fbula ha inventado que este ro tena un puente de sie-

    te leguas, sobre el cual pacan multitud de rebaos. Fr. JuanBautista Moles, con una candidez que encanta, dice: Este essel ro de quien se relata que tiene en Espaa una puente de>seis leguas en largo: en la cual pueden apacentar diez mil:> cabezas de ganado: porque en Castilla los principios de la

  • INTRODUCCIN XXXV

    > corriente de su nacimiento se hunde y pierde, y viene salir siete leguas adelante... Los que esto dicen lo confunden con

    otro ro Guadiana, que nace en Ruidera y confluye en el Znca-ra, siete leguas ms arriba de Villarrubia de los Ojos, dondeestn los catorce manantiales que dan origen al Guadiana quecorre hasta Ayamonte, sin necesitar la confluencia del ro Znca-ra, que por lo regular suele secarse anualmente en primero de

    Agosto, en tanto que de los Ojos de Guadiana brota el agua borbotones, sin que haya memoria de haberlos visto enjutos.

    Los romanos llamaron este ro Anna, del que hablan Pli-

    nio y Estrabn. El primero dice que tena su origen en la Celti-beria ; el segundo que corra por la parte spera de esta regin

    y -desembocaba por dos bocas navegables en el mar, de dondese poda venir hasta la ciudad de Emrita-Augusta (i). Ptolomeo

    coloca las fuentes del Anua (2) en el grado 14 de longitud. Divi-dida Espaa en Tarraconense, Btica y Lusitana, dicho ro fuel trmino divisorio de estas tres provincias romanas.

    Los rabes llamaron este ro Guadi^ Guadal y Gua-al-ana.No falta quien afirma que tambin se llam Gualman.

    Las ciudades que baa este ro, en su curso por Extremadu-ra, como asimismo el Tajo, las citaremos oportunamente en elcurso de esta obra, para no anticipar aqu lo que hemos de decirms ordenadamente.

    (1) Estrabn dice que la Lusitania era muy opulenta en virtud de las ventajasque por gozar de ros navegables le adquira el comercio; con cuya expresin deros en plural da entender que no era slo el Tajo, sino tambin el Guadiana na-vegable

    ;pues son los dos nicos ros principales que baan la Lusitania. Pero

    ms claramente lo dijo la pg. 140, donde afirma que el ro Ana entraba en elmar por dos bocas, que ambas servan la navegacin: Anas fluvius duobus seevolvens ostiis quorum singulce sunt naveg aitones. (Historia de las antigedades deMrida, por Fernndez Prez, pg. 21).

    (2) ...el famoso ro Guadiana llamado antiguamente el ro Ana, que divida laProvincia Btica de la Provincia Lusitana, y agora divide los Reynos de Castillade los de Portugal, por algunas partes, desde Badajoz, hasta la mar donde entrapor el puerto Ayamonte. Este vocablo, gua, significa en lengua arbiga, aguas; ycomo los Moros poseyeron Espaa tantos aos, llamaron este ro, gua, de Ana,que era decir, aguas de Ana, ro de Ana, en Guadiana. (Baptista Moles, Memo-rial de la Provincia de San Gabriel, C. LUI. pg. i 5 3).

  • XXXVl INTRODUCCIN

    Terminaremos estos estudios hidrogrficos citando las cadasde aguas, las fuentes minerales y charcas de Extremadura.

    Pocas cadas de aguas se conocen en este pas. El Chorrode la Meancera, junto Gaseo, ofrece una bonita cascada deunos lOO metros de altura; la Cada de la Cervigona, prximaal Acebo, no baja de 50 metros de desnivel; las que ofrecenlas aguas del ro Cabril, desde su nacimiento hasta las huertas

    de la villa; las que nos da el ro Jerte, entre Honduras y Cabe-zuela ; la de Ambroz, prximo Hervaz, y ltimamente las quenos dan la mayor parte de los riachuelos de la Vera de Piasen-cia, muchos de las Hurdes y de Sierra de Gata, no pocos deGuadalupe y San Pedro y algunos de Jerez de los Caballeros ydel trmino de Llerena.

    La fuente mineral de Loro, situada cinco kilmetros deGuadalupe, se reconoce en sus aguas ferruginosas bicarbonata-das, iguales condiciones mdicas que las de Puerto-llano (CiudadReal) segn la obra del Dr. Forner y Segarra (i); las dos deaguas termales en Baos de Montemayor son notables, y juz-gar por los profesores Martnez Serrano, Rodrguez Solano, yLletget, superan las de Ledesma y aun las de las dos Alha-mas (2); y finalmente, la fuente de Alange, de aguas bicarbona-

    tadas clcidas, es tan celebrada como las anteriores, pues aparte

    (1) Disertacin de las virtudes medicinales de la nenie de Loro, nuevamentedescubierta en las sierras de Guadalupe : la escribi el Dr. D. Francisco Forner ySegarra, mdico honorario de familia del Rey X. S. y del Real monasterio de Nues-tra Seora de Santa Mara de Guadalupe. (Madrid, Imp. de Sancho, i 780).

    (2) Investioaciones hidrolgicas en particular sobre el manantial termal delpueblo de Baos de Montemayor y Bjar, por D. Francisco Martnez Serrano. (SieteMemorias impresas : 5 en Plasencia, las primeras, y las dos ltimas en Cceres;tres en i 84.2, una en i 843 y dos en i 845}.

    Virtudes medicinales y anlisis del agua minero-medicinal de Baos, por el doc-tor p, Cristbal Rodrguez Solano, del antiguo gremio y claustro de la Universidadde Salamanca, ltimo catedrtico en la misma de la de Astronoma, socio de variasCorporaciones cientficas y econmicas, director de baos y aguas minerales porSu Majestad desde 1829, y actual de los de Baos. (Cceres, i8$o).

    Baos-de-Baos (viajes por mi patria), por D. Nicols Daz y Prez, con un pr-logo por D. Francisco Caamaque (segunda edicin}. ( Madrid, Imp. de J. A. Gar-ca, i88).

  • INTRODUCCIN XXXVII

    de que su manantial es muy conocido desde los tiempos roma-nos, aun creen algunos que fueron ambos establecimientos, elde Baos de Montemayor y el de Alange, balnearios de sa-lubridad y descanso para las legiones de Italia/ Despus delos siglos transcurridos desde el conocimiento de estas aguas,

    hoy gozan de fama europea.Ocho obras conocemos sobre estas aguas de Alange (i) y

    bastan los nombres de los autores para reconocer las virtudesmdicas de las mismas.

    Junto Santibez el Alto existe la Fuente polvorosa, conabundante agua hidrgeno-suturado y la temperatura i55,siendo 1 1^5 la del aire la sombra. Otra fuente sulfuro-fra se

    ve cuatro kilmetros de Zorita, de escasa importancia por su

    pobre caudal, como tampoco la tienen, por la misma causa,la de San Gregorio^ junto Brozas; la de Hedegosa, prxima Ceclavn ; la Fuente del Oro^ en trmino del Castaar; la

    Trampal^ junto Carmonita; la del Carrasco^ al E. de Al-moharn ; la del Padre Mateo, prxima Valencia de Alcntara;la Herrumbrosa, de Cilleros y otras muy inferiores en La Hava,Garlitos, Casar de Cceres, Membro, Campo, Granadilla, LaAliseda y Botija.

    ( I } Disertacin sobre las aguas minerales de Alange, por el Dr. Alsinet, mdicomilitar de Mrida. (Ms., 175 i).

    Breve discurso sobre los baos termales que tuvieron los romanos cerca de Alan-ge en Exirernadtira, por D. Mariano Madramany y Calatayud. (Ms. en la R. A. dela H., letra 166).

    Breve memoria acerca de los baos de Alange, \ot D. Zacaras Gmez Bueno,director interino del Establecimiento. (Ms.)

    Memoria sobre los baos de Alange, presentada al concurso de 182Q paralaprovisin de las direcciones vacantes de aguas minerales. (Ms.)

    Baos minerales de Alange, por D. Jos Benito Lentijo, director de baos. ( Ba-dajoz, 1830).

    Memoria sobre los baos de Alange, presentada por D. Lus Colodrn al concur-so de 1838 para la provisin de vacantes de baos. (Ms.)

    Monografa de las aguas y baos de Alange, por D. Julin de Villaescusa, doctoren medicina y en ciruja, actual visador del Establecimiento, etc. (Madrid, 1850).

    Baos de Alange. aSu historia, descripcin y efectos maravillosos de susaguas, por D. Abdn Berbn, antiguo mdico titular de la misma villa y actualpropietario del Establecimiento, (Ms.)

  • XXXVIII INTRODUCCIN

    Las charcas que se conocen en Extremadura pueden consi-derarse solamente como depsitos naturales, porque todas hansido establecidas artificialmente, para que en las prolongadassequas encuentren los vecinos las aguas recogidas de las llu-

    vias. Ms de lOO pueblos en las dos provincias tienen para susnecesidades exclusivamente las aguas de charca, que en los me-

    ses de Julio, Agosto y Setiembre son su nico recurso. La deZalamea la Serena, la de la Albuera, la de Talavera, la de Lan-cho^ junto Malpartida de Cceres; la Nueva ^ del Casar; la deSan Miguel^ del Arroyo del Puerco; la de Palancosy de Naval-moral; la de Vega, de Brozas; la de Arce, de Navas del Madro-o; la de La Torre, en Serradilla; y en fin, las de La Trucha,en Guadalupe; la Albuera, en Albal; las de Runel y Mata Ra-nas, en Trujillo, son, puede decirse, las que merecen citarse,tanto por la dimensin que algunas renen cuanto por la im-portancia que en el pas tienen.

    IV

    Del nombre de Extremadura y de sus armas

    Terminado ya el ligero examen que manera de introitonos proponamos escribir para esta obra, tratando de la Geo-grafi'a. Geologa, Geognstica, Prehistoria y la Hidrologa extre-

    mea, hemos de terminar este ya pesado trabajo con algunasnoticias sobre el nombre de Extremadura y las armas que laciencia herldica seal este pas.

    Es un verdadero problema determinar el origen, fundamento

    y causas ocasionales que dieron origen al nombre Extremadura.La etimologa de este vocablo ha dado lugar los ms encon-trados razonamientos por parte de Zurita, Garibay, Morales,

  • INTRODUCCIN

    Mariana, Mosquera, Tamayo, Moreno de Vargas y Solano deFigueroa.

    Dicen estos autores, casi sin variantes, que ExtremadiLvase tom de la voz latina extrema Jiora^ y se le dio la hoy co-marca extremea porque el territorio comprendido entre el roArdila y Badajoz fu la ltima conquista del rey Alonso IX deLen en 1228. No faltan quienes la crean originaria de Extre-maduri^ porque abraza una gran porcin de las Castillas, desdela orilla izquierda del ro Duero, desde Soria hasta Alcaraz (i).

    Pero esta crtica no la encontramos exacta, pues en nuestra

    hurqilde opinin, no pueden ser los extremos del Duero los quedieran el nombre esta comarca.

    Si as fuera, Soria y Beira seran las Extremaduras (2), queson las que estn en los extremos del ro, y no se llamara desde

    mediados del siglo xiii con este nombre las provincias de Ba-dajoz y Cceres que las atraviesan el Guadiana y Tajo respec-tivamente; ni la Extremadura portuguesa, que con ms pro-piedad hubiera tomado el nombre del ro cuyo extremo seencuentra. Tampoco le recibieron porque fueran las tierras msprximas al Duero, porque, en este caso, seran llamadas asCastilla la Vieja y la Beira Alta, y menos porque fueran ms

    ( I ) Tom su nombre, segn unos, de la expresin latina extrema-hora, porqueel territorio comprendido entre Badajoz y el ro Ardila fu la ltima conquista delrey D. Alonso IX de Len en 1228; otros la derivan de la voz Extremadiiri, porqueabraza una gran porcin de las Castillas, saber: desde la orilla izquierda del roDuero, comprendiendo desde Soria por el N. y Alcaraz por el E. (Madoz, Dicciona-rio oeogrfico-estadistico-histrico, t. VIH, pg. 621}.

    i 2) ((Soria pura cabeza de Extremadura. Soria se titulaba cabeza de Extrema-dura, porque de las cuatro cuadrillas del Consejo de la Mesta, la de Soria era laque presida los concejos de las Extremaduras y los de Sierras, y haca cabeza delas cuatro por ser la sucesora de Numancia, que en todos los tiempos fu la prin-cipal cabeza de la Celtiberia, y por lo tanto de la trashumancia, como su nombrelo indica, segn el Diccionario de Cortes : ((Numancia, nombre cltico de los Cel-tas nmades, de aqu Nomadia, ?Jomantia y Numancia. Paulo Orosio dice que Nu-mancia era cabeza de Galicia; no porque la comarca denominada Galicia llegase Soria; sino porque galicia, numancia y trashumancia son lo mismo que viajar, emigrar los ganados; y Gallaico y Extremeo significan los pastores que los con-ducen a los extremos de los caminos que tienen que recorrer de los agostaderos los invernaderos.

  • XL INTRODUCCIN

    distantes, porque antes del ao 1240 en que fu concluida dereconquistar Extremadura, haca 166 aos que se haba conquis-tado Toledo, 83 que se haba conquistado Andjar, 3 Malagn,Calatrava y Alarcos: poblaciones todas ms extremadamentedistantes del Duero que las que comprende Extremadura, y portanto, si viniese el nombre de la extremada distancia del citadoro, debieran con ms propiedad llamar en aquella poca Extre-madura la provincia de Toledo y parte de Andaluca ; y si talhubiera sido el origen, no hubieran perdido estas an el nom-bre, porque el ro no ha hecho mayor su distancia Cceres niacortado la de Andjar. Podr replicarse que, si bien no recibiel nombre porque estuviese en los extremos del Duero, ni porestar cerca de l, ni por encontrarse muy distante, lo recibieraporque las comarcas de los extremos del Duero fueran ensan-chndose con la reconquista, hicieran extensivo su nombre las provincias de Badajoz y Cceres, viniendo de este modo recibir el nombre de los extremos del mencionado ro, sin serlas comarcas en que nace y muere, ni estar prximas ella.

    Y una vez admitida esta doctrina, tenemos forzosamente queaceptar que hubo anterior las hoy comarcas extremeas dePortugal y Espaa, otras que tambin fueron llamadas Extre-meas, deducindose de aqu que este nombre no fu hecho paralas provincias que hoy le llevan. En las Cortes de 1258, cele-bradas en Valladolid, hay una clusula en que se dice literal-

    mente que ningn rico ome nin otro ome ninguno que nontome conducho en Castilla, nin Extremadura, nin en Toledo>con toda la tierra, ni toda Landalucia, ni en regno de Len ninsu extremadur :

    ^nin en Asturias, nin en Gallizia en todo lo

    que es del Rey.

    Dedcese de los trminos en que est redactado el anteriorordenamiento: Que haba dos Extremaduras: una que erade Len y otra que no lo era; 2. Que la una Extremadura estescrita con letra mayscula como nombre propio, y la de Lenlo est con letra minscula, como si se la diera el nombre por

  • INTRODUCCIN XLI

    el USO que Len hiciera de la comarca, y no como nombre pro-pio de ella.

    En el perodo de cien aos, en que fueron fronteras de losmoros el Tajo y el Monte, se llamara Extremadura el territoriocomprendido entre esta frontera y el Duero ; pero si fijamosnuestra atencin en los documentos oficiales de aquella poca,veremos que se adjudicaban de los reinos de Len y de Castillatodo lo que est entre las cumbres de la cordillera del Guada-rrama y Duero; y que de dicha cordillera abajo se titulabaExtremadura y tierra de Toledo, mejor dicho, reino de To-ledo. '

    Tenemos, forzosamente, que deducir que, si se llam Extre-madura la comarca que hoy tiene este nombre por los extremosdel Duero, fu porque ella se hizo extensivo los del extrema

    del ro, y no porque se hiciera el vocablo para nombrarla conmayor propiedad, como han supuesto muchos.

    Pero asintiendo lo que refiere sobre el particular D. Vicen-

    te Paredes en su citado opsculo sobre el Origen del nombre deextremadura, deberemos remontarnos la poblacin trashu-

    mante que viva de los ganados, en los tiempos de la Recon-

    quista, ora en las montaas de Len, ora en sus extremos 6cuencas del Tajo y el Guadiana, para conocer el verdaderoorigen y aplicacin del vocablo extremadura, ddo desde elsiglo xni lo que hoy son provincias de Badajoz y Cceres: poresto en los sucesos y costumbres del pueblo conquistador debe-

    mos buscar el origen de esta denominacin.

    El pueblo refugiado en las montaas de Asturias no perdi

    en muchos siglos ni su organizacin poltica, ni sus derechos civi-

    les. Al conquistar iban establecindose civil y militarmente con

    las mismas costumbres que tenan antes de la invasin musulma-

    na. Los godos dividieron su terreno en tres partes, dos pertene-

    can los godos y una los ndigenas, que ellos llamaban roma-

    nos. Los godos aprovechaban las suyas con la ganadera,

    principalmente, segn consta por el Fuero Juzgo; los espaoles6

    I

  • XLII INTRODUCCIN

    la suya con la ganadera y la agricultura. Los godos por mediode sus leyes protegan los espaoles de los abusos de su domi-nacin, y les respetaban sus costumbres administrativas; perono siempre fu bastante sincera esta proteccin, y las faltas loconvenido di lugar la sublevacin de los rsticos de Orspe-da, en tiempos de Leovigildo. El reparto de los terrenos en unprincipio satisfaca las necesidades de unos y otros; pero aumen-

    tada la poblacin, las dos terceras partes no eran suficientes los godos, ni la tercera de los indgenas bastaba sus necesida-des agrcolas y pecuarias.

    A los dominados los vejaban con impuestos: no permitanla mezcla de su raza con la de los dominadores, y esta cualidadde intereses y guerra intestina, que duraba la irrupcin sarra-cena, entr por mucho en la manera de obrar durante la invasiny la reconquista. Los que los godos llamaban romanos, ms de-dicados la agricultura, y por tanto con una riqueza inmueble,

    fueron los que quedaron viviendo entre los conquistadores. Losgodos con sus ganados, que era su principal riqueza, y losespaoles (los dedicados la ganadera), se refugiaron en lasmontaas del Norte. Sus ganados acostumbrados la trashuma-cin, no podan prosperar sin los invernaderos, y tuvieron nece-sidad de conquistarlos de los enemigos. Los rabes que tambineran aficionados la ganadera, y establecieron la trashumacin,

    segn cuenta Reynaud, y refiere ms al pormenor el historiadorAl-Haken, necesitaban los pastos de invierno y no podan con-sentir que sus contrarios los recuperaran. Esto di lugar lalucha, en la que entraba por mucho la prosperidad ruina dela ganadera. Para los godos y espaoles, que por costumbre ypor necesidad explotaban la ganadera, era ms importante lasubsistencia de esta explotacin. Por esta causa medida queiban ensanchando sus dominios, los iban tambin ocupando conel ganado, combinando su organizacin militar con la pastoril,cosa que no tenan que estudiar, pues la tenan combinada antesde la venida de los moros para defender sus ganados de las ase-

  • INTRODUCCIN XLIII

    chanzas de los que ellos llamaban romanos, sus dominados; puesaquella autoridad semi civil, semi militar y medio administrativa,que llamaban Gardingo^ no era otra cosa que lo que despusde la reconquista fu el Alcalde Mayor del Concejo de la Mesta,como ya se le llamaba en 1310. El terreno que iban ganando lodividan en provincias, cada una la gobernaba un Duque, quemandaba las tropas; la administraba el Gardingo, que cuidabade defender los ganados, juzgaba las discordias entre los gana-deros, y era teniente del Duque en el ejrcito. A cada poblacinla gobernaba un Conde y su Vicario, y todos los moradores esta-ban obligados presentarse armados al ser llamados para laguerra. A medida que iban ensanchando sus conquistas, ibanfortificando ciudades en las fronteras, y en premio de estas con-quistas las concedan privilegios que en un principio fu el dere-

    cho de regirse por leyes propias, ms tarde el reparto del botnconquistado, y por ltimo el seoro sobre las tierras que gana-

    sen, amparando en los derechos la poblacin civil el Gardin-go, Alcalde Mayor, que gobernaba nombre del Concejo, cuyoorigen se remonta al siglo vii.

    Este antiqusimo Concejo, que en una otra forma le hemosvisto figurar en todos los acontecimientos de nuestro pas desde

    los tiempos ms remotos, entra en sus leyes las costumbresde los godos en el aprovechamiento de las dos terceras partesdel terreno que se reservaron ; su subsistencia fu la causa y la

    necesidad de la reconquista, y cuando durante sta pudieron ha-

    cerlo, se dedicaron escribir y restablecer sus reglamentos yleyes anteriores la invasin rabe: las primeras que conoce-

    mos restablecidas del Fuero de Eurico, son los privilegios dados

    en 1273 por D. Alfonso el Sabio este Concejo (i).

    (i) Los ejecutores de los acuerdos del Concejo eran :1 . Los Alcaldes ordinarios : nombraba uno cada cuadrilla con jurisdiccin en

    las demandas civiles entre Hermanos.2. Alcaldes de Alzada : se nombraban dos por cada cuadrilla para recibir las

    presentaciones de los que apelaren de los Alcaldes de Cuadrilla, Juez del Con-

  • XLIV INTRODUCCIN

    En estos privilegios daban los pueblos de los puertos rea-les, hasta las mrgenes del Guadiana, el nombre de Extremos Tierras Llanas. En el segundo privilegio, dado en Gualda

    cejo, para que ante ellos se alegara y probase lo conveniente, fin de que los Alcal-des de Apelaciones despacharan brevemente.

    3. Alcaldes de Apelaciones: nombraba cada cuadrilla para conocer de lasapelaciones de los Alcaldes de Cuadrilla y Jueces del Concejo; y determinar porlos procesos que ante ellos llevaren, dos das antes de que terminase el Concejo,para si alguna de las partes quisiera apelar.

    4. Alcaldes Entregadores : eran tenientes del Mayor, y por l nombrados,hasta el ao i 568, en que fu comprado este derecho por el Concejo al Conde deBuenda, desde la cual fecha los nombraba el presidente del Consejo de la Coronan cuatro letrados, uno por cada Cuadrilla. Tenan cada uno sus ministros, queeran un Procurador Fiscal, un Escribano y dos Alguaciles. Salan establecer susaudiencias, dentro de veinte das de concluido el Concejo, en los sitios que pre-viamente se sealaban, que haban de ser en cabezas de provincia, partido pue-blos de mucho vecindario. No tenan jurisdiccin contra Hermanos en general;pero s contra los que de ellos maltrataban ganados; contra los que fingan ventasde sus ganados para perjudicar otros Hermanos; contra los que hurtaren dediez cabezas arriba; y contra los Hermanos que resistieren pagar el repartimien-to hecho por el Concejo. Reconocan los privilegios Ejecutorias de las villas pueblos que tratasen de quebrantar los del Concejo, y procedan contra los quelos alegaban, cuando no eran legtimos. Castigaban las heridas y malos tratamien-tos hechos los pastores. Procedan en las causas de ocupacin, rompimientosde caadas ; contra los que hacan nuevas dehesas y vias ; contra las imposicio-nes y acrecentamiento de tributos los ganados... etc., etc.

    El Concejo de la Mesta se conoce constituido como tal desde i 3 i i, y se compo-

    na de cuatro cuadrillas, cuyo orden de jerarquas era el de sus nombres: Soria,Cuenca, Segovia y Len. Sus Alcaldes Mayores lo fueron por derecho propio hasta^1 ao 1499 que compr el concejo el oficio al Conde-Buenda. Antes de esta fecha,segn la epstola 73 del doctor Fernn Gmez de Cibdadreal, ao de 1437, elcargo de Juzgadura Alcaida de Mesta fu siempre de Fidalgos de honor... Conanterioridad estas fechas ya citadas se celebraban dos concejos cada ao, unoen las Sierras, y otro en los Extremos. En i 27 3 se celebraba un concejo de mestasen Montemoln primero de Enero, y otros dos, uno en las Sierras y otro en losExtremos, en los puntos que en el de Montemoln se acordaba: posteriormente slose celebraban dos; los de las Sierras haban de celebrarse desde Berlanga hastaAylln, y los de los Extremos desde Don Benito hasta Siruela y los lugares inter-medios. Hubo en esto de los lugares en que se haban de celebrar los concejosmuchas cuestiones, por lo que, la Provisin de 27 de Octubre de 1600, ordenque los de Extremadura se hicieran en Talavera, Oropesa, Puente del Arzobispo, Villanueva de la Serena; y los de Sierras en Aylln, Cifuentes, Berlanga Buen-da. No concluyeron con esto las discordias ni se cumpla lo acordado; pues seconservan actas de concejos celebrados en lo que hoy es Extremadura, en Don Be-nito, Villanueva, Siruela, Guadalupe, Mrida, Santa Cruz, Medelln y Campanario;y fuera de este territorio en Barajas, Puebla de Montalbn, Legans, Humanes,Chinchn, Mstoles, Alcobendas, Colmenar de Oreja, Villaexcusa de Haro, Naval-carnero, Guadalajara, Talavera, Pinto, Olmedo, Madrid, Algete, Valdemoro, Loe--ches, Vallecas, Chamartn y Escalona.

  • INTRODUCCIN XLV

    (Guadalajara) el 2 de Setiembre del afio de 1273, se dice tex-tualmente: E demando y defiendo que nenguno sea osado de1 prendarlos, nin de embargarlos, por nengunas de estas razo->nes, tambin en las Sierras como en los Extremos.

    >

    En los tiempos anteriores al ao de 1609, en que se hizo larecopilacin de los privilegios de la Mesta, se llamaron Extre-

    mos todos los terrenos de pastos tiles para invierno, sean

    los que no llamaban Sierras y ocupaban los alcaldes de Tierrasllanas. Desde 1609, con motivo de asignar los Concejos, se re-dujo llamar Extremos los terrenos de pastos de invierno desdelos Puertos Reales hacia la Extremadura, Mancha y Andaluca,como puede verse en el cuaderno, 3.^ parte, pgina 93, Leyi.^, tt. 14, lib. 3 de la Recopilacin.

    Antes de esta fecha se llamaban Extremos todo lo que no

    eran sierras invernaban en ellos los ganados (i), equivaliendoas la palabra Extremo invernadero, y el extremo del viajeque haca cada rebao desde la Sierra punto en que se apa-

    centaba en el verano, hasta el sitio en que haba de pasar el

    invierno (2).En el privilegio dado por D. Sancho en el ao de 1288, se

    deca as: E esto non tengo por bien; ende mando todos> aquellos que hobieren dezmar sus ganados en los Estremos,>que non tomen carneros, ni ovejas... salvo que los cuenten, y

    (1) Pueden verse los privilegios concedidos al Concejo por D. Sancho en To-ledo ao de 1288; los de D. Juan I en la Real Carta de D. Juan II en i454;los de los Reyes Catlicos en Jan en 1489; de Carlos V en 1529; de Felipe IIen I ;6 I.

    (2) No es porque sus extremos sean duros, como se dice vulgarmente, ni por-que la antigua tocase en el Duero, sino porque adoptado como punto de partidade los Leoneses el ro Durio Duero en sus expediciones contra los rabes delSur, pareci bien designar las tierras sometidas dndoles un nombre acomodado la distancia ganada. Nuestro pas (por Extremadura) u desde luego un Ultra-mar para los conquistadores, lejano extremadamente del Duero. Adese que enel siglo XII al xni, que fu cuando se invent el nombre, era efectivamente nues-tra Extremadura lo ms distante de los dominios de Len. As discurre tambincon aduccin de datos el erudito Padre J. B. de C, autor del Roteiro de Portugal,hablando de su Extremadura portuguesa (Viu, en su Extremadura, al t. I, pg. 5.)

  • LXVI INTRODUCCIN

    >que tomen de vente corderos uno por la mitad de diezmo en el^ Estremo que elganado pastare^ que le den carta de paga-> ment. >

    Y en las concesiones hechas en las cortes de Valladolid porel propio rey, en 22 de Mayo de i 293, y peticin dla ciudadde Plasencia, se deca: Otro s: A lo que nos pidieron que nose les tome servicios de los ganados que no salieren de sus> trminos para ir estremo ^ invernasen en la tierra, tenemos>por bien que no se lo demanden ni se lo tomen de los ganadosque all moraren todo el ao.

    Por lo que se ve bien claro que llamaban Extremos los

    invernaderos puntos que iban pasar los ganados el invier-no, ya fueran de Extremadura, de Castilla Andaluca, demos-trndonos tambin esto que se han conocido con el nombre deExtremadura diversas comarcas, distintas de la conocida hoypor esta denominacin.

    Y que perdieran el nombre de Extremaduras las TierrasLlanas, Extremos Invernaderos que hay de la cordillera Car-petovetnica arriba, contribuy eficazmente la Ley i.^, ttulo 14,libro 3 de la Recopilacin hecha de los privilegios en 1609; yadems, el acuerdo tomado anteriormente por el Concejo cele-brado en el Burgo de Osma el ao 1561, en el que dispusieron,respecto la concurrencia de los alcaldes de Tierras Llanas Extremos, que: Los Alcaldes del dicho concejo, que estuvieran>de Ciudad Real abajo, y de Toledo y de Talavera y Plasencia,>sean obligados ir en cada un ao al concejo que se hace en>las Extremaduras. Por esta causa de que los alcaldes, estos,concurran los concejos de las Extremaduras, y los otros deestas poblaciones arriba, aunque eran de Extremos, Extrema-duras Tierras Llanas, concurran los concejos de las Sierras,vino reducirse y concretarse el nombre de Extremadura losterritorios de Extremos que estn de Puertos Reales abajo (i).

    (i) la misma Extremadura de Puertos abajo se aluda en los ordenamientosque hicieron las Cortes de Burgos celebradas en 1379, cuando dicen: Otro s:

  • INTRODUCCIN XLVII

    Parcenos que estas razones prueban suficientemente el ori-gen del nombre Extremadura y las razones histricas que exis-ten para que por dicho nombre sean conocidas hasta hoy lasprovincias de Badajoz y Cceres.

    Las armas blasones que stas tuviesen desde el siglo xiiison las mismas que adopt Badajoz, cabeza de Extremadura,desde que la conquistara del poder de los rabes el rey D. Al-fonso IX de Len. Son, pues, estas armas, dos columnas sobrecampo azul con dos leones rapantes y coronados. Sobre lacabeza de* estas dos columnas se lee Non plus ultra, esto es,no ms all, expresando sin duda con esto que en Extrema-dura terminaban los lmites del reino de Len, como as era laverdad.

    lo que nos pidieron por merced, que cuando reunisemos Cortes Ayuntamien-tos que mandsemos fuesen dadas posadas convenientes y barrio apartado to-dos los Procuradores de nuestros Reinos, y que sea entregado el barrio al primerProcurador que viniere de Castilla, de Len, de las Exireinaduras. de lasAndulucas para que lo guarde y reparta.

  • Badajoz

    7

  • CAPTULO PRIMERO

    El puente de las Palmas.Origen de la ciudad de Badajoz y su importancia

    tiempo de los romanos. Badajoz, cabeza del reino de Algarve yla Lusitania

    N las guerras de Viriato, anterior los roma-nos, la hoy ciudad de Badajoz se conoca conel nombre de Civitas Pacis. No se sabe elorigen de este pueblo que debi ser funda-cin de los turdetanos.

    Una pequea cadena eslabonada de coli-nas calizas corta transversalmente el curso

    del Guadiana, que no pudo atravesar sin for-mar un ngulo para ir en busca de la peque-a cortadura por que pasa encajonado. Bada-

    joz domina la orilla izquierda de este desfiladero, sucediendootro tanto al fuerte de San Cristbal, construido en la eminenciade la colina opuesta. Sobre la orilla izquierda, la pendiente dela colina, modificada por el arte, est coronada de casas que

  • 52 BADAJOZ

    descienden en anfiteatro hacia el ro, aprisionadas por un cerco

    de murallas inexpugnables en otros tiempos y hoy perfectamenteintiles ante los modernos progresos en el arte de la guerra.

    Visto Badajoz desde el lado opuesto al ro ofrece un pano-rama sorprendente. la derecha, tocando casi con los antiguosmuros romanos, asoma el palacio del prncipe de la Paz. Ungrupo central de edificios y torres antiguas separa el referido

    palacio de otro edificio destinado maestranza de artillera,

    Vista de Badajoz

    obra de fines del siglo xviii, que se levanta al otro extremo dela ciudad; y antepuesto esta hermosa vista el ro Guadianacorre majestuosa y pausadamente, como temeroso de tener queentregar pronto sus cristalinas aguas al reino vecino (i).

    Pero lo que mayormente resalta en este cuadro, ante los

    ojos del espectador, es el puente que frente la ciudad atravie-sa este ro. Es una obra sorprendente que se come