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EL GATO Y LOS RATONES Un gato, llamado Rodilardo, causaba entre las ratas tal estrago y las diezmaba de tal manera que no osaban moverse de su cueva. Así, con tal penuria iban viviendo que a nuestro gato, el gran Rodilardo, no por tal lo tenían, sino por diablo. Sucedió que un buen día en que Rodilardo por los tejados buscaba esposa, y mientras se entretenía con tales cosas, reuniéronse las ratas, deliberando qué remedio tendrían sus descalabros. Habló así la más vieja e inteligente: -Nuestra desgracia tiene un remedio: ¡atémosle al gato un cascabel al cuello! Podremos prevenirnos cuando se acerque, poniéndonos a salvo antes que llegue. Cada cual aplaudió entusiasmada; esa era la solución ¡estaba clara! Mas poco a poco reaccionaron las ratas, pues ¿cuál iba a ser tan timorata? ¡Quién iba a atarle el cascabel al gato! Así he visto suceder más de una vez -y no hablo ya de ratas, sino de humanos-: ¿a quién no lo han golpeado los desengaños? Tras deliberaciones, bellas palabras, grandes ideas... y, en limpio, nada. Comentario: Las personas no todas, algunas actúan de manera hipócritamente tales hacer ver lo crontrario a una verdadera lealtad no todas tienen la dicha de encontrar personas justan que entienda que es una lealtad sincera y actuar rectamente ante otras personas y sobretodo cuando no actúan de frente sino a espaldas con engaños y mentiras.

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EL GATO Y LOS RATONES

 Un gato, llamado Rodilardo, causaba entre las ratas tal estrago y las diezmaba de tal manera que no osaban moverse de su cueva.   Así, con tal penuria iban viviendo que a nuestro gato, el gran Rodilardo, no por tal lo tenían, sino por diablo. Sucedió que un buen día en que Rodilardo por los tejados buscaba esposa, y mientras se entretenía con tales cosas, reuniéronse las ratas, deliberando qué remedio tendrían sus descalabros.    Habló así la más vieja e inteligente:   -Nuestra desgracia tiene un remedio: ¡atémosle al gato un cascabel al cuello!

  Podremos prevenirnos cuando se acerque, poniéndonos a salvo antes que llegue.   Cada cual aplaudió entusiasmada; esa era la solución ¡estaba clara!   Mas poco a poco reaccionaron las ratas, pues ¿cuál  iba a ser tan timorata?   ¡Quién iba a atarle el cascabel al gato!

Así he visto suceder más de una vez -y no hablo ya de ratas, sino de humanos-: ¿a quién no lo han golpeado los desengaños?

Tras deliberaciones, bellas palabras, grandes ideas... y, en limpio, nada.

Comentario:

Las personas no todas, algunas actúan de manera hipócritamente tales hacer ver lo crontrario a una verdadera lealtad no todas tienen la dicha de encontrar personas justan que entienda que es una lealtad sincera y actuar rectamente ante otras personas y sobretodo cuando no actúan de frente sino a espaldas con engaños y mentiras.

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EL RATÓN DE CAMPO Y EL RATÓN DE CIUDAD

  Invitó el ratón de la corte a su primo del campo con mucha cortesía a un banquete de huesos de exquisitos pajarillos, contándole lo bien que en la ciudad se comía. Sirviendo como mantel un tapiz de Turquía, muy fácil es entender la vida regalada de los dos amigos. Pero en el mejor m omento algo estropeó el festín:En la puerta de la sala oyeron de pronto un ruido y vieron que asomó el gato. Huyó el ratón cortesano, seguido de su compañero que no sabía dónde esconderse.

   Cesó el ruido; se fue el gato con el ama y volvieron a la carga los ratones. Y dijo el ratón de palacio:-- Terminemos el banquete.-- No. Basta -- responde el campesino --. Ven mañana a mi cueva, que aunque no me puedo dar festines de rey, nadie me interrumpe, y podremos comer tranquilos. ¡ Adiós pariente ! ¡Poco vale el placer cuando el temor lo amarga ! No quieras vivir rodeado de bienes, si ellos van a ser la causa de tu desdicha.

Comentario: si bien es cierto que vivir rodeado de vienes a quien no le gustaría pero la realidad es que esto no es la completa felicidad de que sirven los bienes, en dinero, cuando a veces pasamos un problema familiar, una enfermedad, cosas que lo material no pueda solucionar, cuando se tiene algo de valor vives con la preocupación y hasta el sueño se va, pensando en si te lo roban mientras que si vives con lo necesario y humildemente tanto de lo material como en el corazón, la vida es más cómoda y tranquila

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LA ZORRA  Y LA CIGÜEÑA

    Sintiéndose un día muy generosa, invitó doña zorra a cenar a doña cigüeña. La comida fue breve y sin mayores preparativos. La astuta raposa, por su mejor menú, tenía un caldo ralo, pues vivía pobre mente, y se lo presentó a la cigüeña servido en un plato poco profundo. Esta no pudo probar ni un sólo sorbo, debido a su largo pico. La zorra en cambio, lo lamió todo en un instante.Para vengarse de esa burla, decidió la cigüeña invitar a doña zorra. -- Encantada -- dijo --, yo no soy protocolaria con mis amistades. Llegada la hora corrió a casa de la cigüeña, encontrando la cena servida y con un apetito

del que nunca están escasas las señoras zorras. El olorcito de la carne, partida en finos pedazos, la entusiasmó aún más. Pero para su desdicha, la encontró servida en una copa de cuello alto y de estrecha boca, por el cual pasaba perfectamente el pico de doña cigüeña, pero el hocico de doña zorra, como era de mayor medida, no alcanzó a tocar nada, ni con la punta de la lengua. Así, doña zorra tuvo que marcharse en ayunas, toda avergonzada y engañada, con las orejas gachas y apretando su cola.   Para vosotros escribo, embusteros: ¡ Esperad la misma suerte !

 No engañes a otros, pues bien conocen tus debilidades y te harán pagar tu daño en la forma que más te afectará.

Comentario: la biblia dice no paguen mal por mal pero pocos entienden y no lo comprenden y no lo llevan a poner en practica pues a veces nuestros deseos de vengarnos de aquel que nos hizo un daño, pero es más importante siempre tener en cuenta que hacer un daño o burlarnos de una persona puede hacer aún peor, ya que la otra persona reaccionaria aun peor de lo que fuimos con ella por eso hay que pensarlo dos veces antes de cometer un mal a una persona.

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LA MOCHILA

  Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la tierra.   Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos.   -¿Qué dices tú, la mona? -preguntó. -¿Me habla a mí? -s altó la mona-. ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura!   -Que hable el oso -pidió Júpiter. -Aquí estoy -dijo el oso- con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante!

  -Que se presente el elefante... -Francamente, señor -dijo aquél-, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas...   -Que pase el avestruz. -Por mí no se moleste -dijo el ave-. ¡Soy tan proporcionado! En cambio la jirafa, con ese cuello...   Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella. -Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que sólo ve los cascotes.   La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional. -Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie...   -Que pase la víbora -dijo Júpiter algo fatigado. Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina: -Por suerte soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas.   -¡Basta! -exclamó Júpiter-. Sólo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila.   -Precisamente -empezó el topo-, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista pero, ¿no es horrible su cogote pelado?   -¡Esto es el colmo! -dijo Júpiter, dando por terminada la reunión-. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros.   Suele ocurrir.

 Sólo tenemos ojos para los defectos ajenos y llevamos los propios bien ocultos, en una mochila, a la espalda.

Comentario: a veces nos creemos tan perfectos y estamos llenos de vanidad de engaños y defectos y somos tan inteligentes para ver los errores y defectos ajenos, señalamos, criticamos y ofendemos sin ver los defectos propios queriéndolos tapar señalando a otras personas por no ver los que llevamos por dentro que son peores que los que están afuera de nuestro interior.

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EL LEÓN Y EL RATÓN

Saliendo de su agujero harto aturdido, un ratoncillo fue a caer justo en las garras del león. El rey de los animales, demostrando su poder, le perdonó la vida. Su generosidad no fue en vano, porque ¿quien hubiera creído que el león pudiera necesitar un día de la gratitud de un sencillo ratoncillo?Sucedió que en cierta ocasión en que el león salió de su selva, cayó en unas redes, de las cuales no podía librarse con sus fuertes rugidos. Lo oyó el ratoncillo, y acudió al sitio. Trabajó tan bien con sus pequeños dientes, que una vez roída una malla, el león terminó de desgarrar la trama entera. 

En ciertos casos pueden más la paciencia y el tiempo que la ira y la fuerza.Y una buena acción, en algún momento tiene su recompensa.

Comentario: hay un dicho que dice haz el bien y no mires a quien, si bien es cierto que si haces algo generoso por alguien siempre tendrás recompensa de Dios a través de las personas pero hacer el bien, de corazón sin hipocresía ni vanidad esperando a que te miren las personas, pues la recompensa no sería justa.