FACETAS 20 DE FEBRERO 2011

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IBAGUÉ, FEBRERO 20 DE 2011 FA CE CULTURA AL DÍA La reseña David Sánchez J.: palabrero mayor Carlos Orlando Pardo Archivo Histórico del Tolima: rincón del relato regional Hernán Camilo Yepes TAS Reflexión La importancia de la solidaridad Carlos Arturo Gamboa

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IBAGUÉ, FEBRERO 20 DE 2011

FACECULTURA AL DÍA

La reseñaDavid Sánchez J.: palabrero mayorCarlos Orlando Pardo

Archivo Histórico del Tolima:rincón del relato regional Hernán Camilo Yepes

TASReflexiónLa importanciade la solidaridadCarlos Arturo Gamboa

FACETAS IBAGUÉ, FEBRERO 20 DE 2011

En los últimos años, se ha he-cho más común el nombre de modelo para la profesión de hombres y mujeres que desfi-lan mostrando nuevos diseños de ropa, pero durante mucho tiempo se empleó la palabra

maniquí, hoy reservada más bien para los muñecos usados para exponer la ropa de moda en las vidrieras de las tiendas. Esta palabra se originó en el neerlandés manneken, diminu-tivo de man ‘hombre’ y se usó al

principio para denominar a los muñecos de madera que los pin-tores y escultores usaban como modelos, hasta que el empre-sario francés Charles Fréderic Worth (1825-1895), propietario de la casa de alta costura Worth,

decidió en 1858 utilizar aquellos muñecos para mostrar sus mo-delos a la clientela, para lo cual el nombre original holandés fue adaptado a mannequin. Worth, como otros empresa-rios de su ramo, no demoró en

percibir que esa función sería mucho mejor cumplida con maniquíes vivas e inauguró así una profesión que, inicialmen-te, llevó el nombre del muñeco holandés, y que llegó al español como maniquí.

ManiquíPalabra del día

Por: Carlos Arturo Gamboa Solidario por predestinación ypor oficio. Solidario por atavismo, por convencionalismo. Solidario a perpetuidad. Solidario de los insoli-darios y solidario de mi propia soli-daridad. Oliverio Girondo El mundo actual es pro-fundamente individualista. Los sujetos deambulan solitarios por el asfalto del desarrollo, buscando el bien personal sin voltear a mirar el panorama desolador de las multitudes ex-cluidas. Si errabundos camina-mos, solos moriremos. El día en que seamos prescindidos, otros mirarán y entonces no tendremos la dimensión ética

de solicitar ayuda. ¿Quién o qué ha fulminado la solidaridad? Atreveré algu-nas ideas al respecto. Un siste-ma basado en el confort es al-tamente egoísta. Ya olvidamos que como humanos nuestro de-ber sería propender por la dig-nidad de todos, pero durante el siglo XX se creó la falsa imagen del hombre exitoso; aquel cuyo dormitorio está situado en los rascacielos; aquel cuya acumu-lación de dinero le hace dueño de bienes y de vidas; aquel que por estar imbuido en la coti-dianidad productiva olvida a los demás. Como el protago-nista de la película Ciudadano

Kane, la soledad terminará por carcomer su propia existencia, recordando con dolor el valor de las cosas verdaderamente importantes. La magia de la muerte con-siste en que nos recuerda que somos profundamente huma-nos. El miedo es otro factor que altera la movilidad. Habitamos en la época del miedo, ahora nos asustan con todo, con die-tas, con virus, con memoran-dos, con ganancias y con pér-didas, con estigmatizaciones, porque aquel que reclama jus-ticia se hace sospechoso para la sociedad. Nuestros héroes

La importancia de la solidaridad

terminan siendo aquellos que encarnan la injusticia. Miles de ejemplos demuestran que algunos que ofrecían nuestra salvación fueron los mayores tiranos, porque nadie nos sal-vará; nos preservaremos entre todos. El miedo del siglo XXI es un personaje encarnado en millones de seres. Ahora quie-nes reclamamos un mundo mejor, somos ‘el coco’ con que aspavientan cualquier posibili-dad de cambio. La solidaridad puede ser definida, de manera muy co-tidiana, como la colaboración recíproca entre seres humanos, (incluso los animales son soli-

darios) que se convierte en un sentimiento conservando a las personas unidas en todo mo-mento, sobre todo cuando se enfrentan situaciones de las que no resulta fácil recuperarse. Esa solidaridad debe ser reconquis-tada y debe establecerse como un valor ético, no es suficien-te con aterrarse de un mundo repleto de miseria, inequidad y horror, se hace necesario actuar para poder transformar esa rea-lidad del otro, que es también mía. El miedo nos hace inso-lidarios y la insolidaridad nos deshumaniza. Como lo expresó Gioconda Belli: “La solidaridadeslaternuradelospueblos”

IBAGUÉ, FEBRERO 20 DE 2011 FACETAS

David Sánchez Juliao: palabrero mayorPor Jorge Eliécer Pardo* Jamásheconocidoescritormás llenode amor y vidaqueDavidSánchezJuliao.Siempre,enestoslargosyagitadosañosdeamistad,escucharloalcalordeuncafé relatarhistoriases-critasyporescribir,deleitabaacontertuliosyespontáneosqueseacercaban.Tampocoheco-nocidoautordemigeneraciónquellenetantounasaladecon-ferencia y que su exposición,matizada con referencias inte-lectualesypopulares,nosaca-ra admiración; la gente queríaque siguiera hablando, sin pa-peles ni ayudas audiovisuales.Un verdadero palabrero. Unodeesosescritorescolombianos-escasos ya- que no se expre-saban en malos términos denadie; siempre ponderando lobueno de los demás, en espe-cialdelosqueloacompañabanenlaliteratura. Escuché,enlaépocadelosprimeros libros de David, aesos acartonados sociólogos -bautizadosporentoncescomocientíficos sociales- que Sán-chezJuliaopretendíaapropiar-sedeldiscursopopular,quenobeneficiaba ni a la sociología ni alaliteratura.BastóelpasodeltiempoparaentenderqueDa-viddabacomienzoenColom-

David era una fiestaPor: José Luis Díaz Granados* Era la más fiel personifica-ción del hombre caribe: altivo,generoso,alegre,sentimental. Espléndido narrador, tantoen laprosa escrita comoen suobra sonora y visual, no podíahabermejorintérpretedelalmadesutierraqueestecolosalfa-bulistadeLorica. “El Pachanga”, “El Flecha”,las “Historias de Racamandaca”,“El arca de Noé”,“Fosforito”,en-treotros, sonrelatosdeliciososensureinvencióndelalabiapo-pulardenuestrolitoralCaribeyyapertenecena laentrañapro-fundadeloscolombianos.

Lo mismo podríamos afir-mar de su maravillosa trilogíamusical conformada por lasnovelasPero sigo siendo el rey,Mi sangre aunque plebeyay Danza de redención,merecedorasdediver-sasdistincionescomoelPremioIndiaCatalinaydelaespléndidahistoriadeamorydolor“Gallito Ramírez”,tancelebradaportele-videntesdetodaslasedades. El inconformismo nato deDavid, su espíritu crítico y sualergiaalarribismoyalamedia-nía,estánplasmadosensuobrade temática andina Buenos días,

América. Ensupasopor ladiploma-ciacomoembajadorenlaIndiayenEgipto,promovió,divulgóypublicóa losvaloresmás re-presentativos de la cultura deColombia. Tantoensuslibroscomoensu famosa literatura-cassete, ensus libretos, en sus incursionesenlapolíticayenlatertuliafa-miliar y fraternal, siempre dejólaimprontadesugracejo,desuproverbial sentido del humor,desugraciaperpetua,pero,so-bretodo,delduendeprodigioso

desuimagineríacaribe. Era,pues,Davidungrandí-simomamadordegallo.Algunavez,intuyóquedosjóvenesqueloibanaentrevistarnoteníanlamenorideadesuvidaymuchomenos de su obra. Entonces,aparentó seriedad y se tornótrascendente. Ante la preguntaquededóndeera,él,lamáspuraencarnacióndelCaribe,lesres-pondió que era bogotano. Soycachaco,lesdijo,ydepuracepa.Soy de los Sánchez de Teusa-quilloydelosJuliadodeChapi-nero.Losjóvenes,algoconfun-

didos,lepreguntaron:Entonces¿porqué tieneacentocosteño?Yéllescontestóimperturbable:Bueno,porqueyamehepulido. Tusseresqueridos,tusfami-liares,tusamigos,colegas,cote-rráneos, lectores, admiradoresyadoradores,tedecimosadiós,DavidSánchezJuliao.Tucora-zóndeoroteganólapartida.

*Escritor colombiano. Libros y Letras. Palabras para despedir al escritor David Sánchez Juliao, en la Parroquia de Cristo Rey, el 10 de Febrero del 2011, Bogotá.

biaaunanuevalecturadondesus textos vivos y llenos detejidosocialypoético,confor-maban la idiosincrasia de di-ferentes zonas del país, sobretodoladelaCostaCaribe. Primero lo tomaron conhumor(El Pachanga, El Flechas)ydespuéssedieroncuentadequesudiscursonarrativoyes-tético no sólo estaba impreg-nado del lenguaje propio de

susprotagonistassinoqueallínavegaba una juiciosa investi-gaciónqueleíaeinterpretabalasociedad,másalláde losmar-móreosestudiosoinformesdelos científicos sociales. Y Da-videsperó,nonecesitabamás.Insistióensuformaexpresivayensuscontenidosvernáculos.Muchos, como Orlando FalsBorda y la antropóloga NinadeFreidemanncomentaron la

importanciade esos textos enlaculturacolombiana.Allí está la esencia viva de nuestras comuni-dades,medijoalgunavezNina. SenosfueDavidysupar-simonia para relatar viajes yanécdotas, amores y despe-didas. En la radio, entrada lamañana cuando supe la noti-cia,oíunviejo reportajedon-denarrabacómoseformabanlasidentidades.Latrascribode

memoria: Un negrito que se mira al espe-jo de frente y se dice: soy chévere. Se mira el perfil izquierdo y se dice: soy chévere. Se mira el perfil derecho y se dice: soy chévere. Un blanco, que está cerca, le reprocha: usted no es más que un negro hijueputa. El negro no lo mira, sólo se dice: pero chévere.

*Escritor colombiano

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¿Quién hubiera llegado apensar que un lugar con unatrascendencia tan sin igual,justificada en su gran número de documentos valiosos para la historia y las historias dela región y del municipio, no goza de tanto reconocimien-to, o que, al menos, no cuenta con la mirada contemplativa de tantos y tantas tolimenses que olvidan o no conocen partedesuhistoria? Recorrer lahistoriade los461 años que está próximos a cumplir la Capital Musical de Colombia y de los 150 años del Tolima Grande no es sólo conocer someramente la his-toria,nitratardedescifrarquétanto se ha avanzado en mate-ria administrativa y guberna-mental. Es, también, detener-se en los escenarios que nosmanifiestan, con la mediación de páginas eternas, pero sus-ceptibles al paso del tiempo, que siempre hay un pasado que no debe repetirse. Prueba fiel de ese testimo-nioquereposaaguardandolamirada de los más aguzados y, por qué, no, también de los sagaces nuevos investigado-res, es el Archivo Histórico del Tolima, un espacio reduci-doalquelabibliotecaSoledadRengifo acoge con fervor en su segundo piso.

Una necesidad De valores cultural e his-tórico irrefutables para lahistoriadelaciudadydelDe-partamento, este recinto fue creado gracias al acuerdo 012,

Archivo Histórico del Tolima:el rincón del relato regional

A pesar de la humedad y la estrechez del sitio, Nelly Flórez se esmera por preservar este patrimonio.

“Que no nos vaya a suceder como con el Archivo de Honda.”

Nelly Flórez

Su primer nombre fue ‘Centro de Es-tudios Históricos’, que fue cambiado, en 1984, a Archivo Histórico del Tolima.

promulgado por el Concejo deIbaguéen1978,unactole-gislativo que daría comienzo a la conservación de este grueso compilado de hechos, perso-najes, travesías, situaciones y demás circunstancias que han caracterizado a la región. Ver alrededor de tres si-glos de documentos reunidos enun lugarquepideagritosser ampliado es un gran desa-fío. Más interesante, aún, es descubrir un tesoro en innu-merable cantidad de libros: al-gunos, en peligro de muerte, otros renaciendodeentre lascenizas y otros, que con ma-yor suerte y con un decididoapoyo institucional pudierongozar de una exhaustiva res-tauración. Con la valerosa puesta en marcha del Archivo Histórico, se acabó ladesidia enque sealojaron miles de documentos deungranapoyoteóricoparala ciudad. Las ‘tumbas’, unas

bóvedas ubicadas en el edifi-cio de la Alcaldía, fue la pri-mera morada de documentos que yacían casi inertes entre el moho, la suciedad, el mal trato y el desorden, convivían archivos de toda índole. Un año decisivo para que la iniciativa se transformara y tuviera la seriedad de que re-quería con urgencia, fue 1980, época en que la Universidad del Tolima sentó su decidida posición hacia su recupera-ción,luegodequeunanuncioradial alertara de la cruel si-tuación de hacinamiento y de abandono documental. El li-derazgo,apartirdeentonces,se revistió en los nombres de Lilia Alvarado, Miriam de Varón, Armando Martínez y Hernán Clavijo, entre otros docentes, quienes emprendie-ron la labor de recuperacióndocumental. Y fue, de esta manera, como se recuperó un material

voluminoso, que hoy, a pesar delassecuelastanfuertesquele dejó esa enfermedad nada esquiva que es el olvido. Los archivos, entonces, fueron trasladados gracias a un deli-cado proceso en el que intervi-nierondocentesyestudiantesdel departamento de Cien-ciasSocialesdelafacultadde

Educación de ese alma máter, compromiso que algunos to-maron por vocación y don de ayuda, y que a otros también sirvió para su graduación. Con el acuerdo 032 de 1983, expedido por el Conse-jo Superior de la Universidad, seconsolidótannobleacción,catalogada con el nombre de ‘Centro de Estudios Históri-cos’, al que seguiría el 037 del añoposterior,quelobautiza-ría en definitiva como lo que hoy conocemos, establecién-dose como meta ser un gene-rador de proyectos de investi-gación y, a su vez, elevando a la máxima potencia el cuidado de dichos elementos históri-cos.

Composición La relevancia del sitio que-daría en vano si no fuera por-

En estos libros notariales existen hasta tres siglos de historia.

que en el poco espacio que nos ofrece el Archivo Histó-rico se albergan unos testimo-nios muy especiales y que se caracterizan por ser los más ‘niños consentidos’ del lugar: el Fondo Notarial, por el que se agrupan los libros que han manejado las primeras dos notarías existentes en Ibagué. En cuanto a la Primera, en sus libros se esconde un re-gistro de entre 1615 y 1965, mientras que en la Segunda, sus documentos están distri-buidos entre los años 1912 y 1969. Son más de 300 años de archivo a disposición, un sinnúmero de juicios de suce-sión, compraventas de tierras, conformaciones de socieda-des, división de globos co-muneros, reconocimientos de

hijos naturales, entre otros. En este Archivo han con-fiado sus fuentes documenta-les, también, entidades como Gestora Urbana, Instrumen-tos Públicos, Instituto Geo-gráfico Agustín Codazzi, Secretaría de Planeación y Alcaldía municipales (con co-municaciones oficiales, acuer-dos y decretos desde 1817) y Gobernación del Tolima (con ordenanzas). De igual manera, un lugar especial en el corazón de este recinto lo ocupan las decenas de libros que brindan su tes-timonio particular acerca de las épocas de la República y la Colonia, que bien podrían co-laborar con la formación his-tórica en los colegios públicos y privados. A ellos se suma el acervo documental del área judicial, que fue extraído del Palacio de Justicia, donde sus expedientes, muchos de ellos incompletos, ocupaban in-hóspitas bolsas y anaqueles. A él acuden, particularmente, estudiantes de Derecho, pues

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“Estamos en este proceso porque nos gusta y somos responsables, como Universidad.”

Nelly Flórez

Desde 1978 funcio-na el Archivo Histó-rico en la biblioteca Soledad Rengifo.

en sus hojas se incluyen pro-cesos por conflictos de fami-lias y órdenes de tierras. No sólo los documentos académicos tienen cabida en este espacio particular. La prensa también ha sido, difí-

cilmente, recuperada y clasi-ficada, trabajo con que se ha logrado convertir en perennes diarios de gran antigüedad como Diario Oficial, Gaceta Oficial (con ejemplares de en-tre 1874 y 1918), El Carmen,

El Comercio, El Cronista, El Derecho y La Tribuna.

Sus guardianas Nelly Flórez es la actual escudera del Archivo Histó-rico del Tolima, desde hace tres años. Para ella, ha sido una prioridad dar a conocer este lugar, pues allí se puede encontrar un testimonio irre-futable de lo que es el devenir de la región. “Desde que in-gresé a administrarlo, he esta-do muy dedicada a publicarlo, porque me di cuenta de esa fa-lencia desde que era estudian-te de Ciencias Sociales en la Universidad del Tolima, pues estábamos frecuentemente consultando (aquí) y con ello lo conocimos”. Ella es la segunda perso-na y la segunda mujer que se hace a cargo de este espacio, luego de un trabajo que du-rante casi dos décadas cum-pliera la también profesional universitaria Evelia Campos, quien cumplió su pensión y, además, hubiera, loablemen-te, aprovechado su paso por el manejo del Archivo para re-tratar la historia de Ibagué, al igual que otros letrados más.

Urgente, urgente Es complicado hablar de sostenimiento de un espacio que ha tenido gran injerencia en la conservación de la cul-tura de la región, cuando las entidades gubernamentales descuidan una labor que, por simple razón de ser, debe-rían cumplir. La Universidad del Tolima, desde hace algún tiempo, ha debido asumir por su propia cuenta los costos de que se requiere para el mante-nimiento del sitio.

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El médico Pablo Isaza se ha caracterizado por buscar que los resultados de sus investigaciones lleguen a manos de los ciudadanos.

Prueba fotográfica del primer archivo, ubicado en el sótano del Palacio de Justicia, antes de su traslado definitivo.

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“Fue un proceso de años para tenerlo así como lo estamos viendo.”

Nelly Flórez

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En cuando al abandono,NellyFlórezexpresóque“enla actualidad se puede decirque hemos estado solos, yaque el sostenimiento ha sidosólo de parte de la Universi-dad,queapoyaenlapartead-ministrativayenlacustodiayel proceso de microfilmación de los documentos. Estamosen eso, pero cuesta y no loshemoshecho,pues faltan re-cursosparahacerlo.EstamoshablandoconlaAlcaldíaparaver de dónde sale el rubropresupuestalparapoderhacereste trabajo. No ha sido fá-cil”. Debidoalpocopresupues-tosefrenóunprocesofunda-mental: el que quiso lograrseconelArchivoGeneralde laNación,entidadque,talcomolo manifestó la centinela dellugar,pretendióenviardosdesusfuncionariosahacerrevi-sióndelestadoactualybuscarsalidas a estas necesidades,siendo un costo que no pu-dieronasumir,conello,estro-peandounanobleilusión. Otro factor que pone enapuros a quienes se han de-clarado amigos del ArchivoHistóricoeseldelespaciore-ducidoqueactualmente tienepara su funcionamiento.ParaFlórez, es urgente hablar deun traslado a otra locación,como el Panóptico, pues unsegundo piso no es para unsitio que periódicamente sellena de documentos, cuyopeso se fija más por el valor históricoqueporsuvolumenengramosykilos.Las investigaciones Hay,comosehadichoan-teriormente, apoyos intelec-tualesqueprocuranponeren

circulación, a su manera, lashistoriasqueesterincóncon-serva. Son, ellos, escritoresde la región, quienes se hanencargadoderevivirlasydar-les vida gracias a exhaustivasinvestigaciones a esos libros,paraevitarquemueranallí,enanaqueles y estantes, ante lavistagordadequienessenie-ganarecordarunpocodesupasado. Esteeselejemploquehantomado historiadores de la

talla de Álvaro Cuartas Coy-mat, Hernán Clavijo, EveliaCampos,CarlosRobertoCar-vajal, Héctor Villegas, MaríaYolandaJaramillo,JorgeLuisCárdenasyÁngelaInésGuz-mán, quienes han plasmadosus investigaciones en librosque también hacen parte delcompendio. Ensustextos,productodeinvestigacionesdelargoalcan-ce,quetambiénreposanenelArchivo, se puede encontrar

retrospecciones en cuanto afactores como la agricultura,lospersonajes,lademografía,la historia de la esclavitud yel desenvolvimiento tantodeIbaguécomodelTolima. El médico Pablo Isaza esotro de quienes actualmentese sumergen en las historiascompiladas por este archivo,para desarrollar un informesobrelasaludenelTolima;suobjetivo, insertarse en enfer-medades típicas de la época

de laColonia.A largoplazo,promete ser un documentodegranutilidadparalapobla-ciónibaguereña. Que la experiencia deHondanoserepita,yquetan-toelinviernocomoelolvidono terminen por arrasar esteespacio que durante tantosaños ha permanecido intac-to,comprimido,perointacto.Nosería justoque lahistoriasufriese un nuevo embate ensucontra.

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El cuentoAutotexto

Poesía

Por David Sánchez Juliao* Undía,enlatristesoledaddeunabibliotecapública,unlibro decidió abrir sus pági-nas, sentarse, encender unalámpara y leerse a sí mismo.Aprendió mucho, pues setrataba de un libro sobre losmedios de comunicación enlaeraactual,entreloscuales,

ellos,libros,erandepocouso.De modo que el libro tuvotiempo para releerse, subra-yarseyanalizarse,delamismamaneraquetuvotiempoparahacer lo propio con el restodelibrosdelabiblioteca.Tansabio llegó a ser, queprontofue ascendido a enciclopediay pudo entender que, claro,

vivíaenunmundodeanalfa-betasenelcualloslibroseranlas únicas personas que leíancosas importantes y a cons-ciencia. Pronto, convenció asuscolegasdequeabandona-ranlasbibliotecasysefuerana los parques de diversión, aloscines,alascalles,aloses-tadiosdeportivos,alosrestau-

rantesdecomidarápida,alossupermercados, a los centroscomerciales,alasemisorasderadio,alassalasdebelleza,alas playas y a las salas de te-levisión con el propósito deleera lagente.“Hay tanto que aprender de ellos” –concluye-ron–“que no habíamos caído en la cuenta de que el mundo es una

enorme biblioteca–y sepregun-taron—:“¿Por qué será que nos tenían encerrados?” –, a lo queun anciano Tratado de Éticarespondió—:“Es que lo que se encierra es siempre lo peligroso”. *Homenaje al escritor e incomparable amigo, fallecido en Bogotá el 8 de febrero de 2011.

Antonio Mora Vélez

El caminante ha muerto. De-trás de sus huellas h a y un centenar de valles irrigados con su mensaje de palabrero zenú. Era su estirpe la del guerrero que cree más en el fuego, en el filo y en la contundencia del verbo ilu-

minado. La del cantor que decidió con-tagiar el paisaje de alegría con sus cantos y decirles a las golondrinas y a los camajones que no todos los hombres se miden en la vara de los sueños. El caminante ha muerto. Y con su muerte se recienten las cui-

tas de las ceibas milenarias y de los bocachicos rebeldes que luchan en silencio contra la tempestad de las palmeras salvajes. El caminante ha muerto y con él muere el porro del hermano y la risa antídoto de la mala ventura. Y por él están llenos de flo-res negras los montes y veredas, el

río de sus padres ancestrales corre con la velocidad de la tristeza y un espasmo sacude la epidermis del valle de Melxión, como si la tierra toda con sus hijos sintieran su partida y reclamaran su que-rencia. El caminante ha muerto por-que después de recorrer tantos ca-

minos con sus cuentos y de sembrar tantas semillas de verdad con sus voces, decidió abonar con su cuerpo y con su luzla tierra que hoy lo llora.

Poema escrito a raíz de la muerte de Da-vid Sánchez Juliao.

El caminante ha muerto

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DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales

COORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, Redacción cultural EL NUEVO DÍAPERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez

EDITOR: Billy Edison Zúñiga ValenciaDISEÑO: Katherine Moreno

ILUSTRACIONES: viñetas de Benhur Sánchez. Colarte.com. Benhur Sánchez.

FOTOS: Internet. Suministradas. Hernán Camilo Yepes Vásquez.Carrera 6a. No. 12-09

Tels.: 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K

www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.

Por: Roberto Burgos Cantor* A medida que las libreríassufrenelembatedelasventasporcorreo,apreciamosmáslaslibreríasdeviejo. En apariencia es un gustoanacrónico o una superviven-ciadeunpasadodelcualalgu-nos no quieren desprenderse.Es apariencia, porque en lasguaridasderesistenciaquesonlas librerías de viejo se agitauna vida de destellos inéditosy aristas sorprendentes. En ellaberinto de libros apiladosdentroyfueradelosestantes,entresupeculiarolordepapelleído,hayunaoposiciónalvér-tigodestructivodelarealidad. A esa tiranía de la actuali-dad que niega huellas y hacedesuraudaapariciónunacon-quistadelpresente.Sólotene-moseso:loquepasóyloúnicoquequedaes losqueviene,siviene. Además,en las libreríasdeviejopuedesucederelencuen-troconelorigendeuntiempo,la terca permanencia de unaidea, la duración de las pala-bras escritas, los testimoniosdealgúnlector,ylasdivertidasdedicatorias de autor que undíacambiandemanosodeco-razón. Había creído, por la pre-sencia de siglos que implicael tratocon librosdevariadasedades, que el oficio de libre-ro de viejos estaba reservadoa veteranos de largos años.LosupusehastaquevisitéSan Librario. Es un local pequeñoquepertenecióaunalascasasdeestiloinglésquelevantaronconladrillosytejasrojasenal-gunosbarriosdeBogotáD.C.La regentan dos jóvenes desensibilidad y afilada intuición: Álvaro Castillo y un descen-dientedeCartagenadeIndias,CamiloDelgado. Con las ambiciones de la

Una vida conquistada

edad,ÁlvaroyCamilo,ademásde haber afinado la brújula de lectoresenlaintimidadconloslibros,derecorrerferias,dees-carbarbibliotecas,hancreadounsellode impresiónnobleyautoresescogidos.EstánNico-lásSuescún,FranciaGoenaga,JuanFelipeRobledo,RobertoFernández Retamar, CintioVitier,EligioGarcíaMárquez,Patricia Iriarte, Héctor RojasHerazo. Este año han iniciado lacoleccióndeSanLibrarioconuna compilación de artículos,ensayos,yreportajesdeArnol-do Palacios. Su título: Cuando yo empezaba. Esun libroque entrega elplacerdelostextosdeunbuenescritor, su humor contagio-

so, y ayuda a situar la obra yal narrador de Las estrellas son negras y La selva y la lluvia. Laescogencia,laintroducción,elordenamiento de los materia-les que hace Castillo, ofrecenpistas sobre la vocación, lasrealizaciones y la mirada desu época y supaís quepuedemostrar un novelista. ArriagaAndrade por Palacios es me-morable. LoslibrosdePalaciosesta-banextraviadosenelolvidoyla ausencia críticade la litera-tura colombiana. Del ChocóatascadoviajóaBogotáimpe-didoporunaparálisisquedis-minuíasusmovimientos. Publicó la primera novelaen 1949 después de recons-truirla de las cenizas de abril

de1948.LasolidaridaddeMa-nuel Zapata Olivella, la fe deClemente Airó y la complici-daddeAlipio Jaramillo edita-ronLas estrellas son negras. Arnoldo se fue a Francia.Ladeentonces:libertad,igual-dad, fraternidad. Allá se que-dó. En sus viajes de renova-

cióndevínculoslauniversidaddelVallelehapublicadoA la búsqueda de mi madre de Dios ynuestralibreríadeviejoelpre-ciosoitinerariodesuvocaciónliteraria.

*Escritor colombiano. Libros y letras