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  • Castellano AM, Daz Franco JJ Captulo 27-Estrs laboral. Burnout, Trabajo a turnos. Acoso en el trabajo (Mobbing). Suicidio y trabajo. En: Tratado de Medicina del trabajo. 1ra edicin-2005. Editorial Masson.. Pg: 463-480

    Capitulo 27

    ESTRS LABORAL. BURNOUT. TRABAJO A TURNOS. ACOSO EN EL TRABAJO (MOBBING). SUICIDIO y TRABAJO M. Castellano Arroyo y J .J. Daz Franco

    ESTRS LABORAL Estrs laboral y psicopatologa

    En el ser humano se itllegran una seri e de elem en tos orgnicos y psquicos cuya resultan-te es una unidad que se manifiesta a travs de una conducta intencional dirigida por la racio-nalidad y la voluntad. Ningn acto humano es neutro. ya que goza de un sentido para la propia persona y para los que le rodea n . Por este mo-tivo, comprendemos la actividad laboral como una conducta humana , dirigida a realizar una ta rea a travs de la que se recibe la correspon-diente gratificacin, econmica , social o perso-nal. En la ac tividad laboral se compromete toda la persona, con su manera de ser o personali-dad, y a traves de e ll a pone su sello a lo que hace; la personalidad es la manera de pensar, de sen tir, de relacionarse con los dems y con el ento rno , d e enfrenla rse a los acontecimientos sencillos y complej o s de la vida diaria , inclu-yendo, por lo tanlo , no slo la actividad labo-ral, s ino tambin la forma de establecer las re-

    j laciones humanas implicadas en el trabajo!. 1 El trabajo puede lener una dimensin positiva 5 cuando cs vivido como vchiculo de eliminacin I

    1 ji

    J <

    de la propia energa y expresin de creatividad, 'l/o como fue11le de bienestar material. de satis-faccin personal y de reconocimiento social: sin embargo, su inOuencia ser negativa cuando este sea una amenaza para la salud fisica, fuente de tensin en las relaciones interpersonales, fuenre de monotonia o de frustrac in , en cuyo caso puede ligarse, incluso, a la aparicin de psicopa- tologa. La psicopatologa o los trastornos men-i tales pueden tener mlliples orgenes. De fo r-

    o ma s inttica podemos considerar tres:

    l . El s ntoma p s icopatol g ico consecutivo a las enformedades o dmios ce rebrales . Son los sntomas orgnicos .

    2. El s ntoma ps icopatolgico como expresin de vllblembi/idad cons titucional . Son los sn-tomas primarios y endgenos propios de di-versos trastornos m entales.

    3. El s ntoma psicopato lgico que aparece como n'Spllt'Sta a (as cimm s((/ltct"as del elltonlO. Snn Ins sinlnma" rlf'nnminarln

  • 464 En este contexto podemos entender el estrs tal y como 10 define Valdsz, relacionndolo con las teoras cognitivas de las emociones y como elemento presente en la gnesis de los sntomas psicosomticos: El estrs es un esta-do de activacin autonmica y neuroendocri-na, de naturaleza displacentera. que implica un fracaso adaptativo, con cognicin de indefen-sin inmunolgica y conductual.

    La vivencia de estrs se produce cuando la persona se ve desbordada por el entorno , cuan-do siente que su propia seguridad escapa de su control, lo cual le produce malestar psquico y un esfuerzo de adaptacin en el que se com-promete toda la persona . Autores precursores de estas ideas fueron LazarusJ , Seligrnan4 y Rahes, que nos llevan a una visin cognitiva del estrs en el que intervendran:

    Un alllbieflte familiar o laboral connictivo o acoflu'Clllielllos vitales concretos e importantes en la psicobiografia del individuo, circuns-tancias que acaban generando una tensin crnica. La vulner(lbilid(ld personal. Este concepto va ligado a la person(llid(ld o manera de se r de cada individuo; expondremos este concepto ms adelante, ya que todo acontecimiento externo se vive a traves de la propia con-ciencia y la estructura psicolgica o perso-nalidad . Las experiencias desde el nacimiento, el aprendizaje a lo largo de la evolucin , lafor-ma deenfrelltarse a los acontecimientos , la ad-quisicin de las habilidades, etc. son factores importantes en la consolidacin del carc-ter del individuo, concepto que incluye tam-bin la influencia que el ambieme, la educa-cin y la cultura tienen sobre 10 especifica-mente gentico. A esto se une el sI/sumo orgllico cerebm/, con las respuestas neuroendocrina e inmunolgica.

    Desde esta perspectiva , el estrs resulta de los procesos de interaccin del individuo con el medio, lo que da lugar a l binomio estmulo-efecto, en el que el estimulo es la circunstancia estresante y el efecto su respuesta o conse-cuencia.

    Numerosos estimulos penniten a priori su ca-lificacin de positivo o de negativo para la gene-ralidad de los individuos y, por 10 tanto, penni-ten prever un efecto favorable o desfavorable para eUos; sin embargo, en la vida cotidiana son mltiples las circun!\tancias que actan como estmulos cuya valoracin estar en funcin de las caractersticas personales del individuo que lo vive y de sus propias circunstancias existenciales.

    No obstante, a pesar de 10 dicho hasta el mo-mento, el concepto de estrs puede verse desde otros ngulos segn la perspectiva doctrinal que lo analice. Asi pues, desde u na explicacinfisio-lgica el estrs es slo una respueSta estereoti-pada del organismo. Dcsde la perspectiva psi~ biolgica, es un estado psquico y/o biolgico provocado por un estado de concicncia de pr-dida de comrol sobre el entorno. Para el con-dllctismo, es un estado de desorganizacin de la actividad nerviosa superior, provocada por la accin de estmulos inadecuados o excesivos.

    Desde una perspectiva integradora de corte cognitivista, e!\ta Tamos ante un proceso que comprende:

    El estmulo O agente potencialmente estresante, cuya aparicin puede ser aguda y concrcta en forma de (mcontecimiento vitahl, o como una situacin de lensin mantenida en el tiempo y de carcter crnico. La persona o "el terrl!1lO" en el que incide el es-tmulo. Esto tiene singular importancia, ya que se trata de una persona concreta, con sus caractersticas orgnico-psicolgicas, base de mayor o menor resistencia o vulnerabilidad. Junto con la resistencia individual intervie-nen los apoyos de tipo psicosocial con que cuefUe la persona, y qu e se organizan concntrica-mente como un circulo familiar y social , que cuando son favorables, actan en forma de red protectora que ayuda a reorganizar su medio interno frente al estmulo estresante. La calidad e intensidad de respuesta del propio organismo en la reaccin neurofisiolgica en la que est implicada una activacin autno-ma de tipo neuroendocrino e inmunolgico. Las estrategias a naves de las cuales la persona afecwda respollde al eslmulo para actuar sobre el medio externo y reestructurarlo.

  • Como consecuencia de lo que acabamos de exponer, la respuesta individual puede hacerse a travs de conductas adaptadas y dirigidas para solucionar el conflicto, o a lraves de con-ductas maladaptativas, entre las que est la aparicin de estrs con manifestaciones de an-siedad, depresin, sintornatologia psicosornti-ca, disfunciones o claras enfermedades.

    De [o dicho hasta aqu deducimos que un es-timulo se conviene en estresante o nocivo cua.n do el individuo que lo experimenta vive un des-equilibrio entre las demandas y su propia capaci dad de respuesta, percibe la sensacin de fraca-so ame la situacin y la prdida del control de s mismo y del entorno, pues su dt..'SeO sena atender a las dcmandas y resolverlas satisfactoriamente.

    A estos conceptos volveremos cuando nos ocupemos del tratamiento medicopsicolgico de Jos trastornos que tienen su origen en el es-trs laboral, ya que ser preciso actuar sobre e[ entorno viciado y nocivo, pero el nfasis radica en la propia persona que lo sufre, con el fin de que su salud dependa fundamentalmente de ella y de su propia fortaleza psicofisica, y no de [a delicadeza del trato que reciba. .

    Estrs y actividad laboral

    En medicina del trabajo estamos habituados a valorar los denominados riesgos, entendidos corno estmulos de caractcr fisico. qumico, me-cnico, biolgico , cte. Sus efectos son bien co-nocidos y pueden controlarse desde la preven-cin y la salud laboral. Ms complejos son los

    j estimulos constituidos por las llamadas exigen-Ii cias o aspt.'CIos subjetivos del trabajo, ya que el i estrs emocional a que dan lugar tiene unos

    1 efectos muy personalizados en cada uno de los individuos expuestos. La Organizacin Interna-cional del Trabajo (OlT), en su informe de 0Ctu-

    !i bre de 2000 sobre "La salud mental en el traba-

    I < w

    jo, concluye que uno de cada diez trabajadores de los pases industrializados sufre estrs o en-fermedades mentales relacionadas con l , [o que confirma su importancia. E[ estrs generado en

    el trabajo puede tener mayor o menor gravedad ~ atendiendo tamo a sus caractersricas cualitati-Q vas como cuantitativas. Podemos encontrar:

    ESlrh laboral s;'Ilple, sin Otros componentes que la sobrecarga mental y la ausencia de gratificacin.

    Trabojo lralllmlico, por su propia naturaleza: contacto con enfermos en circunstancias es-peciales (terminales, crticos, etc.), toma de decisiones inmediatas en relacin con la vida o la seguridad de otras personas, riesgo cons-tante para la seguridad personal, etc.

    DesgaS/e proft'Siotlal (bumOlI/), en personas con poca participacin en la organizacin de su trabajo , alta exigencia por parte de las per-sonas a las que se atiende, etc.

    Acoso moral o psicolgico {!11 ellrabtljo (mobbitlg), ocasionado por una o ms personas aprove-chando la propia organizacin empresarial.

    ESTRS LABORAL SIMPLE Las condiciones laborales actuales se carac-

    terizan por la competitividad y el alto nivel de exigencia, lo cual llega a constitui r una sobre-carga mental mantenida para el trabajador que puede conducirlo a un estado de cansancio, fa-tiga , dificultad para la atencin y agotamien-to. Este estado de fatiga crnica llega a deterio-rar las relaciones con los compaeros cuando la ocupacin continua en la que se sumerge el trabajador le impide un cieno contacto inter-personal con el que mantener viva la comuni-cacin sobre algunos aspectos personales y fa-miliares. Tambin puede repercutir en las pro-pias relaciones familiares cuando la persona afectada pierde la capacidad para disfrutar y distraerse durante los dias libres o fines de se-mana con los miembros de su familia , redu-ciendo su inters por ellos y por el entorno.

    Otra situacin es la de trabajadores con alta capacidad y preparacin, gran sentido de res-ponsabilidad, deseos de agradar y de recibir re-conocimiento social, y que "no saben decir no .. cuando se solicita su colaboracin; esto les con-duce a un circulo muy estresante, porque las ca-ractersticas personales antes mencionadas le llevan a aceptar mas compromisos laborales de los que le permite el tiempo de que dispone. Esta siruacin concreta puede acabar generando cuadros de ansiedad generalizada que agravan

    '65

  • '66 la solucin del problema. La persona no puede conciliare! sueo porque se le agolpa en la men-re la tarea que tiene que realizar; como no des-cansa bien , al da sigu iente no est en condicio-nes de enfren ta rse aJ trabajo, y de esta forma se encierTa en ese crculo absolutamente negativo e inoperante. La solucin al cuadro descrito re-quiere que la persona rea lice una ordenacin del trab.'l.jo pendiente , planificndolo con arreglo al tiempo real de que disponga. Esta organizacin debe hacerse atendiendo a la urgencia e impor-tancia del trabajo, ayudndose incluso de un cs-quema escrito que pueda visualizarse y com-prenderse en su contenido, para despus acome-ter la larca de fonna sucesiva y organizada.

    Estas sitll

  • i , i

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    Tabla 27-2 . Valoracin biolgica y fisolglca en la respuesta al (."Slres

    I Do tas Alteracin Biolg icos Cat ecolaminas Aumento de dopamina)' noritdrenalina

    - Aumento de enzimas: dopa mina betanidrOlCilasa y feniletanolamina n melil transferasa

    - Aumento de metabolilOS urinarios de catecolamlnas (~cido vanil-m

  • ... rocrticos, etc., es deci r, aquellos que llevan a cabo actividades que requieren conocimientos y concentracin iruelecrual , y al mi smo tiempo precisa n de una implicacin emocio nal intensa al ser trabajos dirigidos a travs de la co mun i-cacin intcrpcrsonal con el objetivo de sat isfa -cer las n(."C(.'S idadcs de otras personas.

    E! sent imi ('m o de presin o sobreca rga se acentua con los siguientes factores:

    Tareas de aira responsabilidad personal lan-10 moral como legal (sin embargo. el profe-sIonal no puede desarrollarla segun su c rite-rio porque se le impone una organizacin y unos m ed ios a menudo insuficientes). Burcralizacin excesiva y tareas adminis-traliva s o de gestin al margen de la propia competencia profesional . Falta de Incentivos profesionales y econmi~ cos que suele ir acompaada de una gran exi-gencia d e trabajo personal , de puesta al da de conocimiemos y gastos en la actualizacin profeSIona l, todo ello en tiempo no laboral y s in que aumenten el reco noci mie nt o y el prestIgio social ni los beneficios econmicos.

    El hecho de que las propias personas sobre las que recae n los esfuerzos de estos profesio-nales no los reconozcan, e incluso los ataquen o Crit iq uen , van dando paso a pe nsa m ientos negativos respecto a la util ida d de su trabajo, a la s.U1sfaccin que les produce, y acaba crea n-do un c hma de desnimo que desemboca en co nductas evitativas y de mita de com promiso e implicacin. El desajuste con los compaeros y con las personas hacia las que se dirigen sus servicios aumenta y, de forma paralela, su dis-gUStO co n lo que hace y consigo mismo. Esto da paso a la patologa, a men udo de lipo psico-som tico. que justifica el absentismo laboral y el dislanciamicnto del trabajoD. El proceso se com pli ca porque la vuelta se hace cada vez ms dura, no hay motivacin, baja e l rend i-miento y cuesla man!ener las habilidades, las inquieludes intelecluales, organizativas, etc. El pensamiento imperanle es el desnimo; no me-rece la pena seguir porque lo que se hace no se aprecia . Todo puede resumi rse en un cansan -cio emocional que lleva a una prd ida de mo-

    tivacin que puede evolucionar a senti m ientos de fracaso. A panir de este momento la s reac-c iones estn en funcin de los propios meca-nismos de defensa y de afrontamiento de la si tll3cin ; asi pues, el grado de fragilidad o vu l-nerabilidad o de fortaleza psicolgica va a con-dicionar respueslas conductales mejor o peor adapladas. y que pueden llegar a ser muy a UfO-destructivas; como dice Diaz Franco l4 , no es aventurado afirmar la relaci n existente ent re este estado anmico y el su icidio, lo que ha confinnado una sentencia de la Sala de lo Con-tcn cioso-Adminislrativo de la Audiencia de Valladolid que comentamos ms adelante.

    Esa gama puede ir desde una actitud de indi-ferencia. d e mero cumplimiento ca rente de implicaciones emocionales y afectivas, para pro-gresar hacia cuadros ms serios con trastOrtlOS ansioso-depresivos, del sueo, irrilabilidad, dis-funciones digestivas, mialgias, cefaleas (labia 27-1) o los relacionados con la activacin nerviosa, como taquicardias, temblo res, incremento del consumo de tabaco. alcohol. tranquilizantes, etc. Adems, (''510S problemas van ms all del mun-do laboral y acaban por influir en el ambiente Iluniliar generando violencia familia r y social.

    Tratamiento

    Casi lodo lo que se indique en el acoso moral en el trabajo ser aplicable en el sndrome de bumout. En este caso estamos ante un estrs in-especifico que no procede de la actitud de una persona concreta, sino ms bien de un sistema organizativo .institucional que no puede modifi-carse. Es recomendable hacer una aproximacin cognitiva de la situacin personal para dar res-puesta a las preguntas: cul es la causa de que est desanimado?, por qu no tengo ilusin por mi trabajo?, por qu lengo el presentimiento de que lo que hago, a x:sar de mi esfuerzo, no sirve para nada? Cada persona afectada enco nlrar aqu las respuestas a su propio caso O situacinu .

    Qu puedo hacer para poner remedio? Es posible que pueda aponarse la sol ucin o al-guna med ida que palie el problema de alguna de las causas. No obstante, en e l s ndrome de bumout es dificil abordar soluciones verdaderas

  • i ,

    debido a la complejidad y a la variedad de las causas. Por eso dos son los factores sobre los que hay que actuar:

    Personalidad del individuo afiaado. A partir de sta podrn potenciarse sus rasgos positivos y se ver con qu elementos cuenta (estabilidad emocional, afectividad , extraversin/intro-versin, inters por experiencias nuevas, es-pritu artstico e imaginativo, etc.), adecuan-do la actitud ms acorde con las exigencias que el trabajo represente para cada persona. A ctllacilI S

  • 470 una ps icopatologa emergente que est empe-zando a ser reconocida por los tribunales bajo di-ferentes aspectos, segn se encaucen los daos en la jurisdiccin social (despidos improceden-tCS, consideracin de accidente de trabajo, resci-sin de contrato, c tc.), en la civi.l O incluso en la penal (como tralO degradante o atentado contra la integridad moraJ, en casos de suma gravedad).

    El hecho de que en este cuadro la dinmica se limite a la persona acosada y al acosador ha permitido establecer unas caraclcrislicas indi-viduales y del entorno que estereotipan el perfiJ de la vctima del acoso y el del acosador, las cua les pueden tenerse en cuclHa. pero siem pre con la precaucin de que s610 el estudio indi-vidualizado del caso nos dar informacin fia-ble y digna de valoracin mdico-laboral y des-de luego mdico-legal.

    Para que el acoso produzca su efecto, es preciso que recaiga sobre una persona cuya manera de ser propicie la reaccin palOlgica. Se trata, por 10 taOlo, de personas con un aho sentido de la moralidad y un nivel de aUlOexi-gencia muy riguroso, gran respeto por las nor-mas sociales, preocupados por su imagen, autnomos, con iniciativa, gran capacidad pro-fesional, y a menudo apreciados por sus com-paeros. Insist iremos en este punto al referir-nos a la exploracin de la personalidad de la victima como base de la estrategia terapulica.

    Por su parte, el acosador suele ser una per-sona sin sentido de la culpabilidad, manipula-dora, cobarde y en ocasiones agresiva, y profe-sionalmente mediocre. Su personalidad puede ajustarsc mayoritariamente, en nucstra opi-nin, a dos modelos:

    Indi viduo co n un perlil de psicoticismo frio, distante , muy estable emocionahneOle, orgu-lloso, con un alto concepto de si mismo, in-teligente y calculador. Con estas caracteris-ticas tiene capacidad de organizar su estrate-gia, calcular la eficacia de los resultados de su conducta e ir progresando de manera pau-latina y atinada ; su desgaste personal es m-nimo por su ausencia de sentido de culpabi-lidad y dureza de carcter. Individuo con alto nivel de III!/lroticislllO; pue-de ser inteligente aunque la conducta mala-

    daptativa que pone de manifieslO habla de una i nhibicin neurtica de la inteligencia .. , muy inestable emocionalmente, inseguro, con poca tolerancia a la frustracin, con tendencia a experimenta r ansiedad y a tener reacciones explosivas, dominante y orgulloso, el cual se encuentra en un puesto de responsabilidad que le viene grande. Sus reacciones sern desajustadas a la imponancia del hecho, inco-herentes de unas ocasiones a otras, y si esta-blece malas relaciones con un trabajador de-tenninado, puede convertirlo en diana de su agresividad u objetivo de su acosal2

    El acosador suele ejercer una violencia ex-clusivamcnte ps quica , a traves de una acti tud hostil y de sus pronunciamientos verbales, pero en ocasiones excepcionales puede llegar a la agresin fisica. Asimismo, puede comportarse de forma directa. en cuyo caso. mediante len-guaje manifiesto, contradice, humilla, rebaja y desacredita a la victima bien en privado o en pblico, mientras que en la forma indirecta uti-liza cauces retorcidos para agredir psicolgica-mente a la persona, usando un lenguajc doble-vinculantc, en el que el gesto y el modo se con-tradicen con las palabras, o un lenguaje latente, en el que se dan mensajes contradictorios que confunden y desconciertan a la victima. En ge-neral son acciones dirigidas contra la dignidad personal del afectado, contra el mejor desarro-Llo de su trabajo mediante la TCSlricci6n de los medios la Obstaculizacin de sus planes o proyectos; se resalta lo que se debi hacer y no se hizo, se le quita mrito a 10 que hizo, etc. Es tos compol'lamientos provocan se rios daos psicolgicos que expondremos ms adelal1te.

    Motivos y finalidad del acoso o persecucin moral en el trabajo

    El acoso moral en el trabajo no tiene unajus-tificacin razonable. Los motivos que lo desen-cadenan pueden estar relacionados con la pro-pia incapacidad personal del acosador. Como hemos d icho, habitualmente es una persona en-frentada a unas responsabilidades que le dt.."Sbor-

  • dan, por lo que descalifica a los dems para ocultar su incompetencia; Gonzlez de Rivera 10 llama .. mediocridad inoperante activall. En otras ocasiones se trata de la incompatibilidad enrre el trabajador y el acosador que genera pro-blemas de relacin interpersonal. Ante esta si-tuacin , el acosado suele reaccionar inculpn-dose y dudando de su propia capacidad, 10 cual dismin uye su autoestima y le crea malestar psi-quico de diversa gravedad. Cuando la reaccin es de desafo, desobediencia o resistencia pasi-va por parte del trabajador a las indicaciones re-cibidas, ste puede aparecer como una persona querulante y conflictiva; esta situacin la hemos enconlrado en [os casos en los que hasta ahora hemos intervenido como peritos en va judicial. Otro factor presente en algunos casos es la envi-dia hacia e1l'rabajador, en ocasiones motivada por su vala o alguna cualidad en particular, lo cual suele ir acompaado de la ya referida insu-fciencia personal y profesional del acosador.

    Otras veces el acoso esta inspirado en la es-trategia empresarial, que se propone eliminar al trabajador de la plantilla ya sea procurando su traslado, la baja laboral, el despido, [a jubi-lacin, etc. En este caso suele tratarse de un trabajador incmodo por no adaptarse a las iniciativas de la empresa, mientras que el aco-sador puede ser un jefe intermedio, que acepta .. la representacin~ de los intereses de la em-presa personalizando la accin acosadora, en la que pueden colaborar otros compaeros en connivencia con la dinmica empresarial.

    Conductas constitutivas t de persecucin o acoso moral i en el trabajo I El autor del acoso moral con frecuencia ! ocupa un puesto de superioridad sobre la pcr-!i sona elegida como victima en lo referente a la 1 organizacin del trabajo , prepotencia econ-J mica, ejecutiva, elC. Suele ejercer esta superio--< ridad por medio de diversas conductas, que '" pueden resumirse en: i

    TomardecisiOIlt!s qllt!lIfectall al tmbajador victi-ma del acoso en asxr:tos mI/y diversos de su traba-

    jo: lugar, horario, actividad concreta. modo de realizarlo, medios a emplear, personas con las que colaborar, etc. Son medidas contrarias a 10 deseado y manif(!stado por el trabajador y que, por lo tanto, se toman a sabicndasde que van a ser mal recibidas por el interesado. Canoro limirar illida/i)f(15 mallife5Jadas por el tra-Ixljador, en las que ste haba puesto algn in-teres o de las que incluso haba hecho un pro-yecto importante para l. Uf!V(/r a cabo medidas de colltrol, vigila1lcia o de-IIImcio sobre las wreas ualizadas por e/trabaja-dor, de forma que ste se s ienta amenazado ante cualquier incidencia. Esta situacin en-cierra aspectos muy negativos para la perso-na, ya que le coloca en una actitud autorrefe-rente y hasta paranoide y vigilante que puede llevarle al desequilibrio psquico. Tomardisiollesgmves(dada la influencia que tienen en la vida familiar de la persona acosa-da), como, por ejemplo, el traslado forzoso. la situacin de disponibilidad laboral, el cese, el despido, etc., en cuyo caso suelen conducir invariablemente a la judicializacin del caso. Finalmente. amI/do hay ms miembros de lafa-mia lrolxljando ni la misma empTrStl (esposa/o, hijos. etc.), puede darse el caso de qlle lasded-siones empresan'ales lIegfllivas recaigan sobre estos familiares, lo cual es aun ms traumtico para el trabajador que si el dao estuviera dirigido contra s mismo, potencindose en el el senti-do de lo injusto y de la indefensin .

    Cuadro clnico del acoso moral en el trabajo

    El frabajador que realmente sufre una situa-cin de acoso moral pasa por diversas etapas en su evoluci6n, a las que corresponden un conjunto de snto mas que exponemos a conti-nuacin. En la primera etapa la victima reac-ciona autoafirmndose y considera ndo casua-les los obstculos en el desempeo de su traba-jo y/o las claras manifestaciones de hostilidad. Sin embargo, el hecho de que no exista una buena identificacin del conflicto produce ya sntomas de ansiedad, que se manifiestan sobre todo por la dificultad para conciliar el sueo y

    ,,,

  • darle vuellas a los lemas origen de la preo~ cupacin.

    En la segullda ewpa se va confirmando el conniclo y se idenrifican la(s) persona(s) de las que procede, pero la falta de explicacin lgi-ca conduce al afectado a una siruacin de des-concierto e incertidumbre. Es la fase de la in-credulidad e incluso de pensar que las dificul-tades esin en s mismo por su suspicacia. o porque en realidad no hace bien las cosas. En esta ctapa se inician los simomas relacionados con la propia debilidad y disminucin de la se-guridad en s mismo; aumenta la ansiedad yel aislamielllo porque a su alrededor se produce una espec ie de rechazo s in que sepa exacta-melue por qu ocurre_

    La patologa franca pasa por una fase depre-siva en la que la persona afectada inten ta dar explicaciones a los dems, o pedirlas, y como respuesta observa el silencio, excusas superfi-ciales, nota que sus compaileros y el clima de trabajo, en general, se le vuelven en contra y se pone de parte de la(s) persona(s) de la(s) que procede el acoso. La victima se va convencien-do de que hace las cosas mal y de que es el cul-pable de la situacin. Aunque intenta modifi-car sus comportamientos, 11 0 resuelve los pro-blemas. lo cual aumenta su inseguridad y le crea conflicto consigo misma. De este punto pasa ya a una depresin franca, con tristeza, falla de ilusiones. prdida de inters e imposi-bilidad de realizar su trabajo. Surgen trastornos de los impulsos (alimentacin, libido, etc.) y trastornos del sueo con un despertar prematu-ro sin poder volver a conciliar el sueo. Segui-damente, si n que desaparezca la tristeza. va predominando la ansiedad y la inestabilidad emocional con episodios de agresividad y reac-ciones impulsivas, y amplia sintomatologa psicosomtica: palpitaciones y dolor precor-dial, cefaleas, dolores musculares, Irritabilidad gstrica, erc. (tabla 27-1). En personas ms sen-sibles e inseguras pueden aparecer cuadros de franca ansiedad, conductas evitativas con fo-bias concretas e incluso conductas obsesivas.

    Si la siluacin persistc, la vctima in tenta adaptarse, alternando perodos de baja laboral, para recuperarse, aunque la vuelta al trabajo es cada vez ms dura, y en muchos casos se pro-

    duce la incapacidad. En este perodo los snto-mas son muy variados y a menudo acordes con c1 tipo de persona lidad de la vctima: tristeza y falta de ilusiones, cansancio y estado de fatiga, llanto. irritabi lidad que a veces estalla impulsi-vamente, prdida de memoria y dificultad de concentracin. Junto con estos sntomas apa-recen cuadros psicosomalicos bicn estableci-dos, y a veces en relacin con estados de inmu-nodepresin, con neutropenias y leucopcnias: cuadros de diarreas. nuseas y vmitos e irrita-bilidad digestiva, aftas. herpes, mialgias, cefa-leas, cervicalgias. lumbalgias, cte.; aislamiento social y prdida de inlers por el entorno.

    Todos estos cuadros suelen lener una gran repercusi n familiar, ya que el cnyuge o los hijos acaban sufriendo las consecuencias del estado en que se encuentra la vctima. En oca-siones empatizan con ella y hacen suya la si-tuacin, con lo cual incluso pueden potenciar y agravar los snlomas. Sin embargo, tambin es nociva la actitud de negar la situacin e inten-tar convencer a la persona afectada de que los hechos son producto de su imaginacin, por-que esto aumenta su confusin y desconcierto para idelltificar realmente cl problema y poder hacerle fren te. En nuestra experiencia hemos visto algunos casos en los que, coincidiendo con la evolucin comentada, se produjo la se-paracin matrimonial y el divorcio.

    Otra consecuencia severa, cuando la vcti-ma es vulnerable, insegura y con una tendencia muy significativa a experimentar ansiedad, es caer en adicciones como el alcohol por sus efectos ansiol licos, psicofrmacos u otras dro-gas de abuso.

    Diagnstico del acoso moral en el trabajo

    La finalidad preventiva que inspira a la actual medicina del trabajo frente a los riesgos laborales debe tener como primer objetivo la in-tervencin precoz ante el acoso 1110ral en el tra-bajo. El problema suele aflorar a travs del pro-pio trabajador que busca ayuda mdica en dife-rentes instancias. Lo habirual es que al sentirse enfermo acuda al mdico de atencin primaria

  • para la consulta de sntomas psicosomaticos; la baja laboral por incapacidad temporal (IT) suele ser frecuente junto con e l tralamiento ansiolitico y/o antidepresivo. En el parte de baja se ve cada vez ms que la causa es estrs laboral, lo cual orienta hacia el origen del problema. Sin embar-go, el problema corre el riesgo de prolongarse, enquistarse o agravarse si no se indaga en la di-nmica real bajo la que se ampara la conducta de acoso. La prolongacin de la baja propicia la desviacin del paciente a la mUTUa para el con-trol de la IT. En este paso es imprescindible una valoracin mdico-psicolgica del trabajador con el fin de detectar vulnerabilidad personal y riesgo de complicaciones mdico-lega les en el caso. La solucin completa pasa, adems de por la atencin al trabajador, por el ambito de la em-prL"Sa en la que se investigue la realidad o no de unas relaciones interpcrsonales viciadas y fuen-te de ex igencias y riesgos psicosocialesl> que merezcan evaluacin y correccin.

    El Servido de Prewmcin es una instancia cla-ve en estas patologas . No es infrecuente que estos trabajadores sufran accidentes de trabajo ms o menos graves pero, con frecuencia , re-petitivos, o que persistan por su sintomatologa psicosomtica, como se ha dicho, en una situa-cin de IT. Es preciso investigar las causas ocultas que favorecen los percances porque en ellas radicar la propuesta ms adecuada para la solucin del problema, ya que con frecuen-cia acaba convinindose en un problema judi-ciaJ en el mbito de los Juzgados de 10 SociaI2 En este sentido, y desde un puntO de vistajur-dico, hay que tener en cuenta que el concepto

    .i de .. lesin corporal debe utilizarse en sentido II amplio y no nicamente como una irrupcin sbita y violenta, sino como un trastorno fi-

    1 siolgico y funcional que, unido a u n suceso desencadenante, origina la lesin corporal,., hecho que ha quedado plasmado en varias sen-

    i tencias (sentencia del Tribunal Supremo [STS] ~ de IOdenoviembrede 198 1;STSde27defe-I brero de 1992; sentencia del Tribunal Supremo -< de Justicia STSJI del Pas Vasco de 7 de octu-'" bre de 1997). No obstante, sera preciso renejar,

    ~ mediante un infonne especializado. la relacin ~ directa de causalidad en aquellas enfermeda-o des del trabajo no recogidas en el listado de en-

    fermedades profes ionales (v. STSJ de Murcia de 31 de julio de 1997 o STSJ del Pas Vasco de 2 de noviembre de 1999).

    Por todo estO, y as lo recoge la Sala de lo So-cia! del TSJ de Navarra. acreditado el acoso fisi-co y psquico laboral , la IT que sufra el(la) tra-bajador(a) derivada de dicha conducta recibir la calificacin de accidente de trabajo (v. defini-ciones, articulado y jurisprudencia en el cap. 3), con las consecuencias que se deriven de ello.

    Otra instancia a la que puede recurrir el tra-bajador, sta de naturaleza no mdica , es la re-presentacin de los Imbajadon'S. Si se denuncia la situacin ante stos, e l enfoque del anlisis de-bera ser mltiple: estudio de la situacin, cir-cunstancias mcdicops icolgicas del acosador y del acosado y adopcin de las medidas correc-toras mas favorab les y menos perjudiciales para todos los implicados. No olvidemos que la em-presa no puede pennanccer ajena a los proble-mas derivados de las relaciones personales en-tre sus empleados y los mandos intermedios, porque el ambiente laboral es pieza clave de la propia organizacin y rentabilidad empresarial. Es el responsable ltimo de la salud de sus tra-bajadores segn la Ley de Prevencin de Ries-gos laborales (LPRL). por lo que no puede per-manecer ajena a estos problemas, que sin duda son la base de la imagen de una organizacin empresarial.

    Los medicos del trabaJO. en cualquiera de es-tos pasos que Intervengan, deben guiarse por sus conocimientos en psicologa laboral. y des-de su responsabilidad panicular deben atajar el problema con objetividad, rigor y eficacia. La solucin debera incluir el estudio medicopsico-lgico de la vctima, el de la persona autora del acoso, y otros posibles implicados en la dinm i-ca agresiva, ya que todos ellos pueden cstar so-brellevando problemas emocionales o clara-mente psicopatolgicos cuya expresin sea la conducta acosadora . Por este motivo. siempre que sea posible se reali7 ... 'lra el siguiente estudio en las personas a las que afcae el problema:

    Determinar s i padecen un trastorno psqui-co o psicosomtico y su grado de gravedad. Detenninar si este trastorno est en relacin oon su trabajo y con la relacin interpersonal

    473

  • 474 que mantiene, bien a nivel ind ividual, bien a ni vclll1stitucional. Establecer las medidas teraput icas que pue-den llevar a la persona afectada a modifica r su situacin en aquellos aspectos que depen-dan de ella, pa ra 10 cual ser imprescindible un estudio de su personalidad, as como la valoracin y cua ntificacin de los sntomas. Poner de manifiesto situaciones organ izati-vas o inslnucionales que puedan estar perju-dicando la salud de un trabajador concreto, mxime cuando exista posibilidad de modi-ficacin si n perjuicio para la e m presa y s us trabajadores.

    Para alcanzar estos objetivos es preciso en-trevistar y explorar a los afectados y tener en cuenta los antecedentes familiares y personales de imponancia, desde la perspectiva clnica y social. El estud io recoger los datos de su tras-torno y situacin clinica actual, asi como la ex-ploracin de la esrruClUra psicolgica de la per-sonalidad. Para ambos aspectos ser nt.'Cesario utilizar una ba teria adecuada de test psicom-tricos y p sicodiagn sti cos que n os ofrezcan una informacin objetiva , seria y rigurosa so-bre la fi nalidad propuesta (v. cap. 26).

    Tratamiento

    Como se indic a nteriormente, en e l acoso moral O psicolgico hay tres pilares bsicos: la persona que acosa o acosador, la victima o per-sona acosada y el entorno. Es frecuente que al explorar a la vctima encontremos, como he-mos expuesto, una personalidad y unas cir-cun stancias personales que expliquen psicol-gicamente sus reacciones ante el acoso, por lo que la tendencia teraputica ser tratar a la vic-lima para mitigar los tra stornos q ue padece. Sin embargo. no debe perderse de vista que, al ser una si tuacin mul! ifactorial, es imprescin-dible actuar sobre el ambiente investigando al acosador y sus posibles problemas emociona-les, y a la organizacin empresarial que permi-te el acoso. Sin las modificac iones en estas ins-tan cia s ser int il la actuacin aislada en la persona, que acabar sucumbie ndo a la opre-

    s in con que el enlorno la trau mat iza. La con-ducta teraputica tendr en cuenla :

    Diagnsli co de los trastornos que padece la persona explorada. Tratamiento farmacolgico especfico al tipo de lrastomo y a la gravedad del cuad ro que padezca. Tra tamiento psicorerapCurico, de esclareci-miento y apoyo enfocado desde una perspec-tiva cognitiva, lo cual es imprescindible y efi-caz en todos los casos.

    Est claro que una situacin de acoso esta-blecida requiere una estrategia de evaluacin y afrontamiento. Mediante el proceso de eva-luacin, el Individuo afectado determina en qu medida la relacin con el acosador o con el entorno es peligrosa, y mediante e l afronta-miento se decide la forma de manejar eSla si-tuacin. El afro ntamiento mediante lcnicas cogn iti vas pretende:

    Analizar la realidad . Comprenderla . Pone r en marcha conductas que se dirijan con eficacia a solucionar el problema, y si esto no es posible, a minimizar el impacto emocional que ste tiene para la persona.

    Estos o bjeti vos neces itan el entrenamiento personal que lleve a su organismo a colI/rolar las reacciones autnomas neurofisiolgicas, de ma-nera que en lugar de sufrir taquicardia , hiperten-sin, anmcxia o bulimia , temblor, cefalea o lum-balgias, responda con serenidad, tranqui lidad y reflexin, todo 10 cual favon .. "Ccci el scntimielllO de domin io de la situacin . de seguridad en si mismo y de estar por encima de las circunstan-cias. Para eso debe .. comprenden. lo que real-mente est ocurriendo. Con frecuencia. el anJi-sis de la si tuacin nos lleva a la realidad de que los motivos son minimos ruando se desnudan de dramatismo. En el caso de que sean importantes, se situa n en su justo punto. E l segundo paso es identijiCtlra /a/X'Tsona o persol1(lS de las que procede la agresilI, porque eso proporciona luz sobre los apoyos con los que se cuenta y otras circunstan c ias que pueden ayudar a superar con x ito el

    -

  • conflicto. O tro dato que a yuda a esto es averi-guar los molivasque estn detrs del acoso. Si se dan con aciel10 estos pasos, puede pasarse a la accin, es decir. hablar y analizar el problema entl'e las pa rtes. Slo cuando esto fracase, pasa-remos a la siguiente etapa, en la que hay que bus-car aal/aaone.5 en el marco de la orgm,;zacin empre-sarial: ayuda del mdico del trabajo, apoyo de los representantes de los trabajadores, etc.

    En el caso de quc el conflicto no se solucione con estas estrategias, habr que pasar a una ac-titud personal en la que e l dao quede minimi-zado, olvidando tos sentimientos y las emocio-ncs para o l'ganizar una conducta laboral con baj a implicacin emociona l, de forma que se sustituya la reaccin (espontnea y emocional) por la actuacin (planeada, distante y profesio-nalizada). As pues, la persona afectada cum-plir sus obligaciones y deberes laborales, pero desde una actitud fria y si n implicarse en el pro-blema. Es decir, debe regular y controlar su res-puesta emocional de forma que pase a tolerar aquello que no puede contro lar. Resultan de gran ayuda las tcn icas de relajacin, como el entrenamiento autgeno de SCh ulzsc, [(~cn i ca de autorrclajadn mediantc la cual se enrre-na el cerebro en el control de los elementos or-gnicos: sentir los mscu los. la respiracin, los latidos cardacos, desvanecerse, contraer los msculos, ctc. En el mercado existen tcnicas de relajacin g rabadas en las que se asocia la experiencia de la relajacin a imgenes de pai-saJes, colores. msica, etc. , que permiten liqui-dar la tensin y el estrs en pocos minulOs, pro-duciendo una agradable sensacin de bienestar y de seguridad al disponer de un instrumento t defensivo frente a la amenaza del estrs.

    i t i

    Todo esto debe com plementarse con una organizacin familiar y social dirigida a buscar fuera del trabajo las satisfacciones y gratifica-ciones que toda persona necesita para sentirse til y satisfecha consigo misma.

    ORGANIZACiN DEL TRABAJO: EL TRABAJO A TURNOS

    Incluso para el mdico del trabajo no versado en la atencin especializada de problemas psi-

    quitricos, aparecera una serie de alteraciones psquicas de origen variado que en algun caso tendrn una clara procedencia biogcl1tica. vin-culando el trastorno a una causa orgnica (cere-bral o no); cn ot ros, sern los conflictos propios de la personal idad del sujeto los que tengan rele-vancia; finalmente, en un ltimo grupo sera manifiesta una influencia del ambiente (laboral, en principIo) en el padecimiento que valoramos, lo que le conferirla el carcter de sociogentico. Los dos ultimos supuestos serian de atencin preferencial para la psiquiatria laboral.

    Pero no conviene olvidar que junto con la manifestacin del desasosiego fisico o psquico elevado a tema de consulta, ex isten muchas si-tuaciones no evidenciadas que se sufren en si-lencio por quienes las padecen. y que en el su-puesto de que desencadenen daos morales, no implican consecuencias punitivas en quie-nes los generan. Estos darlos se inscriben den-tro de slIuaciones sustentadas en postulados abusivos. dentro de organizaciones administra-tivas deficientes o ajenas a los mnimos plantea-mientos, profesionales y tecnicos , exigibles en cualquicr cometido que implique a una colecti-vidad humana. De esta forma. la mala organi-zacin del trabajo puede convertirse en un se-rio peligro para la integridad mental de quienes la sufran en sus diferentes defonnaciones. Nos encontramos en este punto con un problema plameado por Augusw ComteH , que es rele-vante al respecto: la corrclacin entre los he-chos de desorganizacin personal y social (la-boral, en nuestro caso).

    Cuando hablamos de trastornos de la socie-dad industrial, estamos abocados a plantearlos dcsde la ps icopatologa de las enfermedades profesionales. Po r eso nos prcguntamos con Bastide si en las diferentes profesiones hay fac tores que predisponen para algunas alteraciones mentales. o si, por el contrario, se eligen deter-minadas actividades profesionales a favor de situaciones ntimas en las que la descompensa-cin in renta atenuarse en virtud del desempe-o de funciones que atemperaran el desasosie-go y el desconcierto mental que viven esas per-sonas. La c uestin no es reciente. Ya en el Segundo Congreso lntcmacional de Higie ne Mental, celebrado en Pars en 1937, el psiquia-

    475

  • 476 tra Emilio Mira y Lpcz (nacido en Cuba, pero formado y consagrado profesionalmente en Ca-talua) presem las conclusiones de 6.000 ob-servaciones clnicas realizadas desde el Institu-ID de Orientacin Profesional de Barcelona y desde c1lnstituto Psicotcnico de la Gcncralitar de Catalua. Para Mira hay dos explicaciones posibles a esta relacin de tipos patolgicos se-gn los oficios: en ciertos casos habra una es-pecie de preselecci6n, una anterioridad del pro-blema mental en relacin con la profesin, que habra sido escogida justamente de conformi-dad con la constitucin patolgica; en Otros ca-sos se dara una accin directa de la profesin sobre e l comportamiento y las actitudes. En cualquier caso, lo que ncurotizara o deprimira no sera tanto la eleccin del trabajo como la reaccin del trabajador a la frustracin .

    Desde que el movimiento de las relaciones humanas -representado por Elton Mayo-super el orden establecido por la organizacin c ientica del trabajo de TayJor. se puso de ma-niiesto que frente al salario primaba en los tra-bajadores la satisfaccin en el trabajo. Por eso la psiquiatra laboral concentr su atencin en los crectos de los connictos emociona les sobre el rendimiento del trabajo.

    En una evolucin posterior, la psicologa y la sociologa (McGregor, Maslow, Hcrzberg, Argyris, etc.) han ido poniendo el acento en e l contenido de la tarea , considerando su esencia como un factor intrnseco. Las condIciones er-gonmicas O ambientales constituiran factores extrinsecos, potencialmente perturbadores y nocivos.

    En la relacin persona-trabajo hay que distin-guir dos variantes: las exigencias de la tarea y la carga de trabajo (recomendamos al lector que acuda al cap. 24), que uaducen, respectiva-mente, las caraetersticas de la tarea y los efectos de sta sobre el organismo. Cuando analizamos la dimensin psiquica de la relacin persona-ua-bajo, tropezamos con argumentos de orden his-trico que conducen a la hiptesis de que, en el trabajo, el aparato menlal est en connicto fre-cuente con la organizacin laboral. El problema de la organizacin consiste en elegir y combi-nar los esfuerzos de las personas segun sus ca-ractersticas propias. de manera que puedan ob-

    tenerse los resultados que se desean. Hay que re-cordarque los problemas de la organizacin sur-gen casi en su totalidad de la divisin del tmb.,-jo, a condicin de que se tengan en cuenta los derechos individuales de los trabajadores , reco-gidos en la legislacin laboml con que se dotan los administrados en cada pas.

    Trabajo por turnos Enraizada en la organizacin del tiempo de

    trabajo, situamos [a distribucin de lasjorna-das en horarios que, como los del trabajo noc-turno, aileran de forma muy significativa los ritmos biolgicos, establecidos profundamente en el ser humano. En el caso del ritmo circa-diana (mctameral o da-noche) enconlramos un paradigma ms familiar, cuya alteracin provoca consecuencias indeseadas para quie-nes se ven obligados a fo rzarlo por razones laborales. La Fundacin Europea para la (( Me-jora de las Condiciones de Vida y Trabajo" de-fine el trabajo por tumos como una forma de or-ganizacin en la que equipos independientes operan sucesivamente para lograr la continui-dad de una modalidad de prod uccin O servi-cio ... En el trabajo por turnos, especia lmente el nocturno, e [ trabajador desarrolla unos co-metidos con un esfuerzo suplementario, im-puesto por el hecho de realizarlo durante ellla-mado periodo de desactivacin. Consecuenle-mente, magnificando la paradoja anterior, se ver obligado a intentar descansar durante el da (periodo de activacin) , con un sueo diur-no notablemente menos reparador q ue el noc-turno. La repercus in de este tipo de jornada de trabajO en los nd ices de acti vidad laboral viene reflejada en tres parmetros: menor ren-dimiento, reduccin de la atencin con reper-cusin en la seguridad laboral , y elevado ndice de absentIsmo laboral.

    Lgicamente exiSTe una pal'ologa asociada al Trabajo por turnos que el DSM-IV recoge como trastorno del ritmo circadiano (307.45). Este trastorno presenta especificaciones:

    Presencia persistente o recurrente de un pa-trn de sueo desestructurado que obedece a

  • una mala sincronizacin entre el sislCma cir-cadiano endgeno de sueo-vigilia del indi-viduo, por una parte, y las exigencias exge-nas de esparcimiento y duracin del sueilo, por otra. Las alteraciones del sueii.o provocan un ma-lestar clinicamente significativo o deterioro social. laboral o de otras rcas de la actividad personal. Las alteraciones del sueo no aparecen ex-clusivamente en el transcurso de arra trastor-no del sueo u Otro trastorno mental. EltraSlOmo no se debe a efectos fisiolgicos directos de una sustancia (drogas, frmacos) O de una enfermedad.

    Los tipos de trastornos son: tipo suei\o re-trasado. tipo jet lag, tipo cambio de turnos de trabajo y tipo no especificado. El tipo ~cambio de turnos de trabajo .. esta constituido por un insomnio que aparece durante las horas que el individuo deberia dormir o una so mnolencia excesiva durante las horas en que deberia estar despierto. debido a un tumo de trabajo noctur-no O a un cambio repetid o en el turno de tra-bajo.

    Pero no es nicamente esta patologa la que co nd iciona la vida de los t rabajadores nOCturnos. Al parecer existen variantes en la reaccin de cada persona a l sobreesfucrzo que supone romper el ritmo eircadiano, refe-ridas fundamentalmente a la diferente moti-vacin e integridad personal con que cada uno se enfrenta al trastorno del ritmo circa-diano. Sin embargo. en el transcurso del

    j tiempo aparecen t rastornos nerviosos o diges-! tivos y, siem pre, rupturas del ritmo dc vida i social de variadas e imprevisibles consccuen-

    1 cias (dificultad para las relac io ncs pcrsonales, senti miento de so ledad , ruptura de parcja , .. prdida de identidad familiar, depresiones, i suicid ios, etc.). Por este motivo la experien-! cia del carcter penoso comn desarrolla I fuertes vinculas entre los trabajadores noctur-

    nos, como sucede en otros ambientes labora-~ les de riesgo (p. ej., la m ineda).

    ~ Con los datos anteriores podra definirse un ~ s ndrome del trabajador por tumos, consis-o teme en:

    Trastornos del sueo. Trastornos nerviosos en relacin con la fa-tiga:

    Alteraciones de la reproduccin y la li-bido . Astcnia fisica matutina . Astcl1ia psquica. Trastornos del estado de nimo. Trastornos somticos (p. ej., cefalea ma-tutina).

    Trastornos gastrointestinales y prdida de apetito.

    TELETRABAJO

    El teletrabajo se interpreta como una activi-dad laboral que Fundamentalmente radica en el sector servicios, por cuenta propia o ajena. que se lleva a cabo fuera del centro de trabajo habi-tual, utilizando tecnologas informticas-telc-mticas. Vistas las caracterisLicas de la acciden-talidad laboral y el lugar que en ella representan los accidentcs ;11 ;r'lCre, se presenta como pro-metedora al obviar los desplazamientos. Por otra par1e . la ganancia de tiempo por ausencia de prdidas en ruta, la flexibi lidad de los hora-rios, la mejora en autonoma y la evitacin de fatiga fisica y psquica asociadas a los procedi-mientos laborales convencionales, hacen del te-lcrrabajo una modalidad muy deseable.

    No obstante, al tcletrabajo tambicn se le pue-de sealar un conjunto de dificultades que, en casos extremos, arrojaran la posibilidad de convertirse en riesgos de tipo psquico secun-darios a soledad y falta de apoyos y rcferencias sociales a la anomia laboral ocasionada por la necesidad de aUlOsealarse normas, lmites, tiempos y responsabilidades en el desarrollo de la tarea . Sin estimulas, sin frenos. s in referen-cias, sin organizacin formal e informal a que acogerse, la persona que se ve abocada a prac-ticar el teletrabajo puede experimentar una se-rie de olcadas de desnimo cuya consecuencia podra resolverse con la desercin laboral o la reubicacin en un trabajo convencional. En caso de que esto no fuera posible, la persona que en su da opt por el trabajo en soledad se veda atrapada en la insatisfaccin y la mono-

    477

  • 478 tona. generadas por un cometido que puede convertirse e n un txico psquico a l ser un co-metido indeseado o de dificil asimilacin.

    SUICIDIO Y TRABAJO

    Concepto de suicidio

    Una de las principales contribuciones al es-tudio del suicid io proviene de la sociologa, a travs de la obra de Emilc Durkheim 1li , mu-chos de cuyos posl'ulados man tienen su vigen-cia y siguen siendo fuente de inspiracin de [as sigui entes con tribuciones de la moderna so-cio loga. En su esrudio monogrfico de 1897 sobre el sui ci d io, Durk heim lo define como todo caso de muerte que resu lle , directa o in -directamente, de un acto , posilivo o negativo, realizado por la vctima misma , a sabiendas que deba producir este resullado,, _

    El progreso de la psiqu iatra ha ido concre-tando muchos aspectos de la epidemiologa , el abordaje teraputico y la prevencin del suici-dio. Denlro de las variadas etiologas atribuidas a l suicidio estn las de origen psicopatolgico, asi como los faclOres psicolgicos individuales implicados en una crisis existencial. Si n embar-go, para Durkheim est clara su etiologa social, rechazando o dejando en un ultimo plano los factores psicolgicos, los psicopatol6gicos o los csmicos (cli mato lgicos, cslacionales, circadia-nos, circaseptianos o hebdomadales. elc.).

    Au nque la apariencia de la conducta suicida revista un carcter destacado de individualidad, sus causas residen en la relacin del individuo con su med io social. .. La caus.'1 determinante de un hecho social se ha de buscar entre los hechos sociales antecedentes y no entre los estados in-dividuales de la conciencia individual,., defien-de Durkheim, qu ien de este modo seala tres categorias: las ya conocidas. suicidio egosta , suicidio a ltruista y su icidio anmico, y adems aade una cuarta , reflejada slo en una nota a pie de pgina, el suicidio fatal ista .

    En el otro extremo aparece el abordaje psicol-gico del suicidio, con obligada refere nci a a Sig-mund Freud. cuya posicin puso de manifiesto en 1916 en Dudo y me/al/eolia. Segn su concep-

    cin de que la autoculpa y odio a uno mismo. latente en toda depresin, proceda de una hos-tilidad contra un objeto deseado desviada contra uno mismo. Freud conceba el suicidio como la fo rma extrema de esa situacin. y postu laba que todo suicidio ira precedido de un deseo anterior reprimido de matar a otra persona.

    Podra conclu irse que. as como Durkheim minimiz la dimensin indi vidual , Freud co-meti la misma faita con la d imensin social. De cualquier fonna, un fenmeno psicosocial como el suicid io debe estudiarse psicolgica y socialmente, no siendo suficiente la considera-cin unilateral del problema. Existen eviden-cias de que la tasa de suicidi os consti w ye el verdadero pulso de una sociedad . Esta tasa de-tecta cris is sociales, guerras, desast res econ-m icos, crisis polticas, progreso cultural. trans-formacin de la familia, ere.

    En cuanto a Jos intentos de suicidio. entre el 10 Y el 20% de las conductas suicidas se quedan en tentativas, y el 80-90% restante se convierten en suicidios consumados. En cuanto a las ci-fras, habra un mayor numero de suicidas entre los 20 y los 30 aos de edad que a los 80 aos.

    Relacin entre depresin, suicidio y trabajo

    Vamos a valo rar dos problemas psicopato-lgicos de gran transcendencia como son la de-presin y el su icidio, [ratando de relacionarlos co n el trabajo. Esta cond icin nos remite a las consullas de los Servicios de Prevencin de las emp resas d esd e donde. segun el concepto de vigilancia de la salud , se atiende a una seccin transversal de la comunidad de ciudadanos re-presentados por el sector de los trabajadores. encomendados a su tutela facultativa .

    Algunos autores consideran que la mitad de los su icidios pueden atribui.rse a una psicopa-tologa depresiva. aunque el suicidio es un tipo especial de co ndu cta que resu lta de la accin coordinada de unos factores que se manifiestan de formas diversas , pudiendo difere nciarse cuatro moment os - ni correlativos, ni obliga-tOrios en el procedimiento sui cida: la idea vaga de suicidio. la amenaza suicida, la lemaliIJa

  • de suicidio y la cOllSlmwcin del aClo suicida. Aunque varian las estimaciones, el nmero real de suicidios probablemcnlc es dos o tres veces ms elevado de lo que las cifras sealan. Por otra pane, por cada consumacin suicida existen de cinco a diez intenlos. Asimismo, muchas de las personas que mueren por causas en apariencia accidentales (incluyendo los accidentes de trlico) pueden haberse dado muerte a si mismos de manera deliberada.

    Cuando hablamos de suicidio ('/1 el medio la-boral, los procedimientos autolticos no son uniformes y a veces adoptan formas encubier-tas, a modo de equivalentes suicidas. Por eso, en los accidentes laborales de repeticin podra subyacer una ideacin suicida no declarada. Las formas equivalentes de suicidio abarcan un extraordinario abanico de posibilidades. La hiptesis de sit uaciones que se definen como desajustes en la organizacin de la demanda interna (ergodependencia)>> incluye la posibilj-dad de episodios autoagresivos. De igua1 ma-nera, y aun con mayor riesgo autolitico, figu-ran los desajustes ya comentados con ante-rioridad en la organizacin de las relaciones humanas (mobbing> y "en la organizacin de la demanda externa (bunlolll>.

    Podria pensarse que las cosas suceden como si el individuo que no se atreve a suicidarse, pero que no encuentra razones para seguir vi-viendo, buscara una fonna socialmente acepta-ble de suicidio. Una forma aceptable y digna, justificada en el cumplimiento exagerado del deber y del cometido laboral, es la inmolacin en el trabajo, a base de superar, sin justifica-cin de demanda externa, los limites miS ex-I tremos de autocxigencia laboral. i Como resumen, podemos decir que un traba-~ jador puede poseer una predisposicin a pade-~ cer un trastorno depresivo que llevar implcito ji el riesgo de suicidio. A esto hay que aadir la !i variada panormica de traSlQrnos con campo 1 nente ansioso-depresivo en los que los factores J psicosociales laborales tienen una indiscutible

    influencia. Ya sea como esrrs simple, como cua-~ dros sistematizados encuadmdos en el mobbing, ~ en el bumout, en una mala organizacin laboral ~ o en trabajos claramente traumiuicos, el riesgo o potencial de suicidio siempre deber ser valora-

    do por el mdico del trabajo ante el trabajador 479 que padezca los cuadros ya mencionados. En relacin con estO, la Sala de 10 Contencioso-Ad-minisrrarivo de Valladolid declar6 que el suici-dio de un funcionario del Centro Penitenciario de Valladolid //Ubia sido COfl5eCtlt'ftcia directa de la lIaturalaa del sen'icio que desempeaba. 10 cual tambin ha quedado suficientemente acreditado para la A udiencia Nacional, por lo que se rCCl)-nace el derecho de los familiares a la pensin que les corresponde por este concepto, y que en primera instancia se )(.'s habia denegado.

    Incidencia del suicidio en el mbito laboral

    La ltima estadstica registra 1.988 casos (el 78% de! tO!'dl) en los que no consta la ocupacin de la persona que atenta contra su vida. Si anali zamos la relacin con la actividad, en primer ter-mino, la stadislica sea la el mayor nmero de casos entre la poblacin inactiva. Por sectores, los directivos acumulan 36 casos, frente a las de-mas actividades laborales, que presentan 218.

    Durante el ao 2000 el sector terciario fue el que acumul ms casos (101 casos, un 88% de los cuales fueron hombres), por encima de los sectores secundario (62 casos, 60% de hombres) y primario (55 casos, lodos hombres). sta es la tendencia de aos anteriores por la notable ter ciarizacin de la economa espaola .

    Entre las actividades profesionales destaca el colectivo de [os mdicos, con una tasa de suici-dios de dos a tres veces superior que la de la po-blacin general, siendo los psiquiatras y anes-tesistas quienes soportan el mayor riesgo.

    Las tasas absolutas de casados que intentan o consuman el suicidio superan en un 100% a los no casados dentro de Jos sectores laborales de actividad primaria y secundaria, en tanto que en la actividad terciaria son equivalentes.

    Prevencin de riesgos laborales en relacin con el suicidio

    El planteamiento de actividades preventivas en salud mental laboral pasa por la correcta de-

  • 400 finicin y acuerdo de [o que debe entenderse por prevencin primaria, secundaria y terciaria en salud menlaL

    La prevencin primaria tralar de disminuir los trastornos psquicos en una poblacin, lu-chando contra las causas y circunstancias que producen y/o favorecen las enfermedades mentales. Es preciso actuar sobre los recursos de la comunidad y reducir los factores que con-sideramos pcJjudiciales, aunque no tengamos la certeza absoluta de la etiologia.

    La prevendi", seollldan"lI tratar de reducir la incapacidad y el tiempo de duracin de los trastornos psquicos, haciendo descender la proporcin e importancia de los casos que se presenten, mediante el diagnstico precoz y el tralamicnto efectivo. Pueden entenderse como casos los declarados, aquellos que estn en tra-tamiento y los crnicos. En los estudios de po-blacin pueden incluirse los casos de nesgo.

    La prevencin terciaria tratar de reducir la proporcin del defecto o res iduo de los trastor-nos mentales, utilizando los servicios de la red asistencial. La clave del problema se encuen-tra en quin es el que rehabili ta al enfenno; no es J institucin psiquitrica, sino que es la pro-pia sociedad quien rehabHita o reintegra cuan-do admite de nuevo al enfermo en el trabajo. La rehabilitacin casi nunca es total (sobre todo en los casos crnicos) porque no se vuelve al estado anterior, sino a otro ms bajo ocupa-cionalmente y en funcin de una clase social determinada. La iden tidad individual se ha convertido en seudoiden tidad y el individuo slo reconoce en s lo que han hecho de l a travs del aprcndizje institucional.

    En este cometido deben intervenir, adems del personal de las Unidades Bsicas Sanitarias (UBS), como recoge el documento elaborado recientemente por el Grupo de Trabajo de Sa-lud Laboral del Consejo lnterterritorial del Ser-vicio Nacional de Salud27, aquellos expertos en psicosociologa aplicada y en psicologa de las organizaciones cuya opinin se pueda reca-bar. La ergonoma puede ser una eficaz ayu-da, en trminos de salud mental. con sus an-lisis de los puestos de trabajo, la medicin de la carga psquica, fatiga mental y de los biorrit-mas, la cadencia y el ritmo de trabajo, las nue-

    vas formas de organizacin del trabajo auto matizado, y otros aspectos similares contem pIados en la ergonoma ambiental , diferencial y de diseiio.

    El anlisis de los documentos de politica sanitaria de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS). que desde 1987 viene ocupn-dose ms especificamente de la salud laboral, insisten en que las prcticas apropiadas de hi giene del trabajo requieren la parcicipacin activa de los rrabajadores en los programas de promocin de la salud, asegurando una conti-nuidad en la prestacin de atencin de salud, un aumento de sus efectos y una mejora en el estilo de vida de los trabajadores. Por lo que se refiere a temas del mbito de la higiene mental, todo esto puede cristalizar en accio-nes concreta s: programas 1e empresa contra el uso y abuso del tabaco, alcohol, psicofr-macos y drogas de las llamadas no socia les, educacin para la salud en temas de estrs psi-cosocial, y acogida comprensiva y no dema-ggica de s ituaciones de acoso moral y se-xual, etc.

    Respecto a las actitudes auto lticas, la OMS recomienda que, en caso de producirse algn caso de tentativa o consumacin suicida en ambientes institucionalizados, deber abar darse como s i se tratara de una situacin epi. dmica . Nada extrao, por Otra parte, si consi-deramos el carcter desencadenan te de culpa bilidades que ocasionan todas las conductas suicidas.

    La prevencin de riesgos laborales poten-cialmente desencadena mes de s ndromes de-presivos o de procesos autoJiticos, est en rela-cin directa con los diversos aspectos organiZIJli. vos de la empresa. Por eso, para con trolar esos riesgos, deberan desarrollarse las oportunas polticas organizativas, basadas en procedi-mientos de seleccin adecuados, c ultura de empresa equilibrada con las posibles culruras infonnates que se puedan ir desarrollando, e lj-minaci6n de las situaciones de agravio compa-rativo, polticas salariales imaginativas, estilos de mando asumibles, metodologas adecuadas de promocin e incemivaci6n laborales, y atencin selectiva a la seguridad y salud de los trabajadores.

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