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INTRODUCCIÓN El asma es una enfermedad inflamatoria de carácter crónico, asociada a hiperreactividad bronquial (HRB), que cursa con epi- sodios de obstrucción de las vías respiratorias de carácter varia- ble y reversible. Además de su cronicidad y variabilidad, es tam- bién característico de esta enfermedad el hecho de ser fluctuante su nivel de gravedad. Por tanto, su evolución puede sufrir impor- tantes cambios, estando éstos condicionados por diferentes fac- tores. Como en la mayoría de las enfermedades, también en la apa- rición del asma se han implicado factores genéticos. Sin embargo, parece que los genes responsables son, en su mayoría, comu- nes a todas las enfermedades alérgicas (1,2) . De esta manera, se determinaría genéticamente la diátesis atópica y, bajo la influen- cia de determinados estímulos, exógenos o ambientales, se desa- rrollaría la enfermedad (2) . Por tanto, algunos de estos estímu- los externos, como es el caso de los alérgenos, actuarían como agentes inductores y/o causantes del asma, siendo decisivos para que un paciente atópico padeciera esta enfermedad. Una vez el asma se ha desarrollado, pueden concurrir una serie de circuns- tancias y situaciones patológicas que, en mayor o menor grado, tienen influencia en su evolución, pudiendo desencadenar cri- sis de broncoespasmo y llegando a ser factores relevantes y deci- sivos en su gravedad y pronóstico. Algunos de estos agentes, como es el caso de los alérgenos y, probablemente, los virus res- piratorios, dependiendo del momento en que actúen sobre el individuo predispuesto, pueden ejercer un efecto causal o agra- vante del asma. Los factores genéticos y los alérgenos ya han sido amplia- mente descritos en otros apartados de este libro. Nos corres- ponde, a lo largo del presente capítulo, comentar otras circuns- tancias o situaciones que pueden ser importantes en la presentación clínica y en la evolución del asma, causando exa- cerbaciones de los síntomas asmáticos y dando origen, en deter- minados pacientes, a un asma bronquial grave y refractaria al tratamiento (3) . Entre los factores que pueden resultar decisivos en el pro- nóstico de la enfermedad asmática, figuran las infecciones res- piratorias, con su controvertido papel en la patogénesis de las enfermedades alérgicas, preconizándose incluso un papel pro- tector frente al desarrollo de las mismas. Sin embargo, no es dis- cutida su participación en las exacerbaciones asmáticas. Ade- más de los agentes infecciosos, la contaminación ambiental puede afectar negativamente a la salud de las personas y, en particular, a la de los enfermos con problemas respiratorios. Tam- bién diferentes patologías como los trastornos psicosociales y, en especial, los estados depresivos, las endocrinopatías como el hipertiroidismo, la obesidad, el reflujo gastroesofágico (RGE) y el tabaquismo, pueden tener también un efecto nocivo en el curso evolutivo del asma, dificultando su manejo. Los profesionales sanitarios debemos estar alerta para tratar de identificar estos factores y, en la medida de lo posible, inten- tar su prevención y control. INFECCIONES RESPIRATORIAS Las infecciones respiratorias, en especial las de origen vírico, son la principal causa de exacerbación y agravamiento del asma bronquial en niños y en adultos (4) . No obstante, su papel en la génesis del asma bronquial y la atopia es, actualmente, con- trovertido (5,6) . Según la llamada “hipótesis higienista”, estas infec- ciones tendrían un efecto beneficioso al estimular el sistema inmunológico e incrementar así sus mecanismos defensivos (7,8) . Por otro lado, también contribuirían a suprimir las respuestas de tipo IgE, debido a una preferencial reacción inmunitaria Th1 (9) . Esta teoría se apoyó inicialmente en observaciones del incre- mento de la prevalencia de la atopia en los países y zonas más desarrollados, con un mayor nivel de higiene y menor exposi- ción a agentes infecciosos, sugiriendo un efecto protector de éstos sobre el desarrollo de las enfermedades alérgicas. Hay varios estudios que sustentan esta teoría, como la existencia de una tasa muy baja de atopia tras varias epidemias de sarampión en Guinea (10) , o la menor prevalencia de alergia y episodios de sibi- lancias en los niños que, al acudir a guarderías y tener un mayor número de hermanos, están más expuestos a virus respirato- rios (11,12) . También apoya esta hipótesis la comprobación de la menor frecuencia de asma y rinitis entre los granjeros austríacos con respecto a la población urbana, que se ha atribuido al estilo F. Rodríguez Fernández, R. López Abad, F.J. Iglesias Souto, I. Jáuregui Presa Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental, infecciones, factores psicosociales capítulo 39

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INTRODUCCIÓN

El asma es una enfermedad inflamatoria de carácter crónico,asociada a hiperreactividad bronquial (HRB), que cursa con epi-sodios de obstrucción de las vías respiratorias de carácter varia-ble y reversible. Además de su cronicidad y variabilidad, es tam-bién característico de esta enfermedad el hecho de ser fluctuantesu nivel de gravedad. Por tanto, su evolución puede sufrir impor-tantes cambios, estando éstos condicionados por diferentes fac-tores.

Como en la mayoría de las enfermedades, también en la apa-rición del asma se han implicado factores genéticos. Sin embargo,parece que los genes responsables son, en su mayoría, comu-nes a todas las enfermedades alérgicas(1,2). De esta manera, sedeterminaría genéticamente la diátesis atópica y, bajo la influen-cia de determinados estímulos, exógenos o ambientales, se desa-rrollaría la enfermedad(2). Por tanto, algunos de estos estímu-los externos, como es el caso de los alérgenos, actuarían comoagentes inductores y/o causantes del asma, siendo decisivos paraque un paciente atópico padeciera esta enfermedad. Una vez elasma se ha desarrollado, pueden concurrir una serie de circuns-tancias y situaciones patológicas que, en mayor o menor grado,tienen influencia en su evolución, pudiendo desencadenar cri-sis de broncoespasmo y llegando a ser factores relevantes y deci-sivos en su gravedad y pronóstico. Algunos de estos agentes,como es el caso de los alérgenos y, probablemente, los virus res-piratorios, dependiendo del momento en que actúen sobre elindividuo predispuesto, pueden ejercer un efecto causal o agra-vante del asma.

Los factores genéticos y los alérgenos ya han sido amplia-mente descritos en otros apartados de este libro. Nos corres-ponde, a lo largo del presente capítulo, comentar otras circuns-tancias o situaciones que pueden ser importantes en lapresentación clínica y en la evolución del asma, causando exa-cerbaciones de los síntomas asmáticos y dando origen, en deter-minados pacientes, a un asma bronquial grave y refractaria altratamiento(3).

Entre los factores que pueden resultar decisivos en el pro-nóstico de la enfermedad asmática, figuran las infecciones res-piratorias, con su controvertido papel en la patogénesis de las

enfermedades alérgicas, preconizándose incluso un papel pro-tector frente al desarrollo de las mismas. Sin embargo, no es dis-cutida su participación en las exacerbaciones asmáticas. Ade-más de los agentes infecciosos, la contaminación ambientalpuede afectar negativamente a la salud de las personas y, enparticular, a la de los enfermos con problemas respiratorios. Tam-bién diferentes patologías como los trastornos psicosociales y,en especial, los estados depresivos, las endocrinopatías como elhipertiroidismo, la obesidad, el reflujo gastroesofágico (RGE) yel tabaquismo, pueden tener también un efecto nocivo en elcurso evolutivo del asma, dificultando su manejo.

Los profesionales sanitarios debemos estar alerta para tratarde identificar estos factores y, en la medida de lo posible, inten-tar su prevención y control.

INFECCIONES RESPIRATORIAS

Las infecciones respiratorias, en especial las de origen vírico,son la principal causa de exacerbación y agravamiento del asmabronquial en niños y en adultos(4). No obstante, su papel en lagénesis del asma bronquial y la atopia es, actualmente, con-trovertido(5,6). Según la llamada “hipótesis higienista”, estas infec-ciones tendrían un efecto beneficioso al estimular el sistemainmunológico e incrementar así sus mecanismos defensivos(7,8).Por otro lado, también contribuirían a suprimir las respuestas detipo IgE, debido a una preferencial reacción inmunitaria Th1(9).

Esta teoría se apoyó inicialmente en observaciones del incre-mento de la prevalencia de la atopia en los países y zonas másdesarrollados, con un mayor nivel de higiene y menor exposi-ción a agentes infecciosos, sugiriendo un efecto protector deéstos sobre el desarrollo de las enfermedades alérgicas. Hay variosestudios que sustentan esta teoría, como la existencia de unatasa muy baja de atopia tras varias epidemias de sarampión enGuinea(10), o la menor prevalencia de alergia y episodios de sibi-lancias en los niños que, al acudir a guarderías y tener un mayornúmero de hermanos, están más expuestos a virus respirato-rios(11,12). También apoya esta hipótesis la comprobación de lamenor frecuencia de asma y rinitis entre los granjeros austríacoscon respecto a la población urbana, que se ha atribuido al estilo

F. Rodríguez Fernández, R. López Abad, F.J. Iglesias Souto, I. Jáuregui Presa

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de vida rural, con familias más numerosas, que tienen diferen-tes hábitos dietéticos, viven más frecuentemente con animalesy en condiciones de menor higiene, conllevando todo ello unamayor exposición a gérmenes(13).

Por otro lado, se discute el papel de las infecciones respira-torias en la etiopatogenia y desarrollo del asma bronquial. Pareceevidente, sin embargo, su protagonismo en el desencadena-miento de crisis de broncoespamo y agravamiento del asma, unavez que ya se padece esta enfermedad. A continuación, comen-taremos algunos aspectos de la influencia que pueden tener enel asma estos agentes infecciosos, tanto víricos como bacteria-nos, basándonos en la comprobación científica existente en laactualidad. Esta comprobación científica procede frecuentementede observaciones y estudios epidemiológicos, los cuales mues-tran, en ocasiones, resultados contradictorios.

Virus respiratoriosLas infecciones por virus respiratorios tienen importantes

implicaciones en el asma bronquial, pudiendo comportarse comoagentes inductores o causantes de la enfermedad asmática, con-tribuyendo a su patogenia, y también actuando como estímu-los desencadenantes en las exacerbaciones asmáticas y en lascrisis de broncoespasmo.

Los virus respiratorios en la etiopatogenia del asma y la atopia

Dentro del papel de los virus respiratorios como agentesinductores o causantes de asma, el protagonismo principal corres-ponde al virus respiratorio sincitial (VRS), el cual acapara la mayo-ría de la literatura médica al respecto. No obstante, también sehan desarrollado modelos animales con otros virus como elparainfluenza, tratando de evaluar la relación entre estas infec-ciones y las enfermedades alérgicas(14).

EpidemiologíaEl VRS es el virus que más frecuentemente afecta a los niños

menores de 2 años, infectando a más del 80% de ellos y origi-nando cuadros de bronquiolitis y neumonía en esta edad(15,16).Se estima que, anualmente, el VRS causa 90.000 ingresos hos-pitalarios en pediatría en EE.UU.(17). En niños mayores y adul-tos es, sin embargo, un patógeno menor que produce habitual-mente cuadros catarrales banales de vías altas, a excepción delos pacientes inmunodeprimidos, que pueden desarrollar infec-ciones muy graves(17).

Otros virus, como el parainfluenza y el metapneumovirus(18),pueden causar también bronquiolitis, aunque con una menorfrecuencia. En un estudio finlandés(19) realizado en niños meno-res de 2 años ingresados por disnea en los que se determinabala presencia de una infección por VRS en el aspirado naso-faríngeo, se observó que todos ellos presentaban un riesgoaumentado de padecer asma con posterioridad aunque, enlos casos en los que no fue detectado el VRS, este riesgo eraincluso mayor, señalando la posibilidad de que otras infeccio-nes menos virulentas puedan participar también en la génesisdel asma.

Relación entre la infección por el virus respiratoriosincitial y el asma

A la luz de los conocimientos actuales parece claramenteestablecido que los niños que han padecido bronquiolitis por elVRS están más predispuestos a padecer episodios recidivantesde broncoespasmo con las infecciones respiratorias. Diferentesestudios prospectivos(20-22) han demostrado que los niños quepadecieron una infección grave por el VRS, precisando hospita-lización la mayoría de ellos, presentaban posteriormente mayorfrecuencia de episodios de broncoespasmo, mayor labilidad bron-quial y valores espirométricos más bajos que los niños de con-trol. En todos estos casos no se encontró como factor predispo-nente la historia personal o familiar de atopia. Sin embargo, sesugirió la influencia del tabaquismo pasivo como un posible fac-tor negativo en la evolución.

Sigurs y cols.(23) observaron que los lactantes que habían sidoingresados por bronquiolitis y en los que se había aislado el VRStenían, a los 7,5 años, una probabilidad de padecer asma 10 vecessuperior que la de los niños de control de similares característi-cas. Estos pacientes mostraban también una tasa de atopia supe-rior a la objetivada en controles (14,9% frente al 1%), sugiriendotodo ello que la infección grave por el VRS puede desempeñarun papel importante en el desarrollo del asma y la alergia.

El estudio prospectivo de patología respiratoria infantil deTucson(24), con una monitorización de más de 1.200 niños durantelos 3 primeros años de vida y un seguimiento posterior hasta los13 años, en los cuales se vigilaba la presencia de sibilancias yatopia, midiendo además la función respiratoria, aporta datosmuy interesantes. Se observó que los niños que habían pade-cido infecciones por el VRS en estos primeros años tenían, hastala edad de 11 años, alteraciones espirométricas y episodios debroncoespasmo más frecuentes que los niños que no habíansufrido esa infección, desapareciendo estas diferencias al cum-plir los 13 años. También comprobaron que este efecto no selimitaba a las infecciones graves, sino que afectaba también alos que padecieron infecciones más leves y no precisaron ingresohospitalario. No se encontró una asociación de la infección porel VRS con una mayor sensibilización a aeroalérgenos.

Otros estudios(25,26) coinciden en afirmar la transitoriedad delos episodios de broncoespasmo posteriores a la infección respi-ratoria por el VRS, sugiriendo que, aunque esta infección contri-buye sustancialmente a la expresión del fenotipo asmático, debenexistir otros cofactores para el desarrollo de esta enfermedad.

Factores que influyen en la relación entre la infecciónpor el virus respiratorio sincitial y el asma

Según la literatura médica, existen una serie de factores quepueden condicionar el pronóstico y el futuro desarrollo del asmaen los pacientes que han padecido bronquiolitis por el VRS. Estosfactores se pueden agrupar en dos tipos:

Dependientes del proceso infecciosoGravedad de la infección

Las infecciones más graves, que precisan hospitalización,evolucionarían más frecuentemente a un asma crónica, lo que

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estaría en relación con una lesión más intensa de las vías respi-ratorias, que favorecería la persistencia de la HRB. Si bien estoparece cierto, como se ha comentado previamente(24), los pro-cesos infecciosos más leves también tienen influencia en el desa-rrollo de la enfermedad sibilante del lactante.

Persistencia del virus en las vías respiratoriasSe ha correlacionado el posible desarrollo de la HRB con la

presencia crónica del VSR en el tracto respiratorio inferior. Enexperimentación animal se están ensayando anticuerpos neu-tralizantes del virus (palivizumab), en un intento de disminuirla replicación viral y la respuesta inflamatoria a nivel bronquial(27).

Variedad del virusSegún los conocimientos actuales, no parece existir una rela-

ción entre los diferentes serotipos del VRS y una mayor o menorprobabilidad de padecer asma con posterioridad(28).

Dependientes del huéspedEdad del niño

Los pacientes más jóvenes suelen padecer infecciones másgraves, probablemente como consecuencia de un sistema inmunemás inmaduro y menos eficaz(29). También es posible que el árbolbronquial, que está completando su desarrollo normal en estasedades tempranas, sea más susceptible a la aparición de altera-ciones estructurales ante las infecciones respiratorias(30). En pacien-tes de alto riesgo, como los niños prematuros, se ha ensayadoel efecto preventivo de la inmunoglobulina anti-VRS en la apa-rición de episodios de broncoespasmo(31).

Estado previo de las vías respiratoriasLas alteraciones en la fisiología pulmonar predisponen a

padecer infecciones respiratorias más graves(32). En el estudioprospectivo de Tucson, Martínez y cols.(33). observaron que losniños con una función pulmonar disminuida previamente a lainfección por el VRS presentaban posteriormente episodios desibilancias con más frecuencia. Se sugiere una probable influen-cia del tabaquismo materno como causante de un desarrollopulmonar anormal e irritación de las vías respiratorias de los lac-tantes.

Predisposición genéticaDeterminadas alteraciones genéticas, posiblemente comu-

nes al asma bronquial, podrían condicionar la existencia de unabarrera epitelial más permeable para los virus, con una mayorposibilidad de afectación de la mucosa bronquial y evolución ala cronicidad(34).

Respuesta inmuneLas respuestas inmunitarias se clasifican según el patrón de

citocinas y linfocitos T colaboradores (Th) predominante. En larespuesta Th1 hay una síntesis aumentada de interferón gamma(IFN-γ), que sería beneficiosa, ya que tiene como misión la defensafrente a los virus y otros patógenos intracelulares. Existe tam-bién una respuesta Th2, con un predominio de las interleucinas(IL) IL-4, IL-5 e IL-10, característica de la atopia. Un desequilibrioen el patrón de citocinas con un predominio de estas últimaspodría condicionar una deficiente defensa frente a los virus,dando lugar a una infección por el VRS más grave. Además,en el contexto de esta respuesta Th2 se originaría la síntesis deIgE específica antivirus, la liberación de mediadores de los mas-tocitos y el reclutamiento de eosinófilos, conduciendo todo elloa la instauración de un infiltrado inflamatorio “alérgico” en lavía respiratoria. De esta manera, el patrón de respuesta inmuneante la infección vírica puede condicionar el desarrollo posteriorde la enfermedad asmática (Figura 1)(35). Por otro lado, es posi-ble que ciertos antígenos expresados por los microorganismos,como la proteína G del VRS, puedan inducir respuestas Th2(36).

La relación entre la atopia y la infección por el VSR puedeser recíproca. Así, aquellos lactantes con perfil atópico (respuestapredominante Th2) serían susceptibles de padecer infeccionesmás graves(37,38) pudiendo éstas, a su vez, inducir la aparición denuevas sensibilizaciones(23,39). No obstante, existen discrepancias,con autores que apoyan(40) o rechazan(41) la relación entre la his-toria familiar de atopia y la persistencia de los episodios de obs-trucción bronquial con las infecciones respiratorias.

En la Tabla I se resumen los factores que pueden facilitar laevolución al asma bronquial en los niños que han sufrido unainfección por el VRS.

Los virus respiratorios en las exacerbaciones de asmaEpidemiología

Las infecciones víricas se consideran responsables de un grannúmero de exacerbaciones asmáticas y de crisis de broncoes-pasmo en niños y adultos(4,42-46). Aunque tradicionalmente no ha

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FIGURA 1. Esquema simplificado de la relación infección VRS-respuesta inmune.

VRSTh1

IFN-γ IL-4, IL-5, IL-10

Eliminación del virusIgG específica

Inflamación bronquialIgE específica

¿Inmunización? ¿Sensibilización?

Th2

– • Infección grave, con hospitalización• Infección precoz• Persistencia prolongada del virus en las vías respiratorias• Alteración previa de la función respiratoria• Respuesta inmunitaria Th2-atopia•¿Predisposición genética?

TABLA I. Infección por el VSR y desarrollo de asma bronquial.Factores pronósticos negativos

sido habitual identificar el germen responsable, el desarrollo detécnicas de virología molecular, como la reacción en cadena dela polimerasa (PCR) o las mejoras en los métodos de aislamientoy de identificación viral, nos permiten obtener una confirmaciónmicrobiológica en un mayor número de procesos infecciosos.

Si en los niños menores de 2 años el VRS es el agente pató-geno más frecuente, el rinovirus (RV) adquiere especial protago-nismo por encima de esta edad. Johnston y cols.(42) realizaron unseguimiento durante 13 meses de niños de 9 a 11 años diagnos-ticados de asma bronquial, consiguiendo aislar un virus en el 80%de las reagudizaciones de su enfermedad, siendo el RV el agenteimplicado en el 60% de los casos. Estudios realizados en adul-tos, como el de Nicholson y cols.(43), que incluía a 138 adultos asmá-ticos de 19 a 46 años de edad, encuentran un episodio catarralcomo desencadenante del 80% de las exacerbaciones asmáticas,identificando el agente infeccioso en el 44% de ellas. El RV fueel agente infeccioso más frecuentemente implicado seguido porel coronavirus, los virus influenza y parainfluenza y la Chlamydia.

También se han detectado antígenos del adenovirus en unmayor número de pacientes con enfermedad pulmonar obstruc-tiva crónica con respecto a los de control(44), así como en niñoscon enfermedad obstructiva de las vías respiratorias de mala evo-lución y con escasa respuesta a los corticoides(45). En la Tabla II figu-ran los virus respiratorios habitualmente aislados en las infeccio-nes respiratorias y sus correspondientes enfermedades asociadas.

Factores que influyen en las exacerbaciones asmáticasUna serie de factores pueden determinar la gravedad y fre-

cuencia de las agudizaciones respiratorias en los pacientes asmá-ticos con infecciones víricas. Dentro de estos factores pode-mos destacar los siguientes:

Factores intrínsecos al individuoEdad

El asma infantil es el más proclive a presentar exacerbacio-nes en relación con las infecciones víricas(42,43,46) lo que es, pro-bablemente, consecuencia de la mayor prevalencia de estas infec-ciones en los niños. También se ha observado una mayorincidencia de sibilancias recurrentes en niños prematuros, sobretodo si han padecido insuficiencia respiratoria grave y han pre-cisado ventilación mecánica(47).

Por otra parte, las personas de edad avanzada, especialmentesi padecen enfermedades crónicas y son fumadores, presentantambién, con mayor frecuencia, complicaciones respiratorias enlas infecciones por RV(48).

SexoNo parece tener influencia significativa, aunque quizás en la

edad pediátrica, los varones presenten episodios de sibilanciasdurante las infecciones respiratorias con mayor frecuencia quelas niñas. No obstante, estas diferencias no son muy llamativas.

Fenotipo atópicoEs probable que exista un sinergismo entre la alergia y los

virus respiratorios. Según Rakes y cols.(49), los cuadros de bron-coespasmo asociados a las infecciones víricas son más frecuen-tes en los niños atópicos o con eosinofilia en el esputo. En adul-tos, se ha observado que el riesgo de ingreso hospitalario porexacerbación asmática, está asociado con la sensibilización poraeroalérgenos y las infecciones por virus(50).

En las infecciones experimentales por RV posteriores a unaprovocación con alérgenos, se ha observado un aumento signi-ficativo de la peroxidasa del eosinófilo y la mieloperoxidasa delneutrófilo, lo que apoya la teoría del sinergismo entre ambos(51).Diversos estudios(52,53) muestran un incremento de las respues-tas inflamatorias específicas de alérgeno a nivel del árbol respi-ratorio secundarias a las infecciones por RV, con el consiguienteaumento de la HRB. También se ha observado que, durante losepisodios catarrales, la mucosa respiratoria de los individuos ató-picos muestra un intenso infiltrado de eosinófilos activados, quepredispone a estos pacientes a presentar cuadros de broncoes-pasmo(54).

Por otra parte, el epitelio respiratorio de los sujetos alérgi-cos expresa con mayor intensidad la molécula de adhesión inter-celular-1 (ICAM-1), que es el principal receptor de los RV y quedetermina que estos pacientes sean más susceptibles a dichasinfecciones(55). Además, algunas investigaciones recientes hanobservado que las células del epitelio bronquial de los pacientesasmáticos tienen un déficit en la defensa frente al virus, con unadisminución en la producción de interferón-β, lo que permiti-ría una mayor replicación viral y, en consecuencia, una lesiónmás grave de la mucosa respiratoria(56).

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Catarro Crisis asma Neumonía Bronquitis Bronquiolitis

Rinovirus +++ +++ - + +Coronavirus ++ ++ - - -Influenza + + ++ + -Parainfluenza + + - ++ +Vrs + + + + +++Adenovirus + + ++ + +Metapneumovirus + + + + +

Modificada de Johnston SL et al(46).

TABLA II. Virus respiratorios y sus enfermedades asociadas

No obstante, existen datos contradictorios con autores quepreconizan un papel protector de la exposición alergénica frenteal virus(57). Se intenta explicar este fenómeno por la secreción dealgunas sustancias con efecto antiinflamatorio, como la IL-10,durante la exposición crónica al alérgeno, así como también porel aumento, durante las exacerbaciones asmáticas, de los nive-les de óxido nítrico exhalado, el cual puede ejercer un papeldefensivo contra los virus(58).

Factores extrínsecos al individuoExposición al humo de tabaco

El tabaquismo pasivo, especialmente en niños, predispone apadecer infecciones respiratorias y episodios de sibilancias. Seha descrito, incluso, una relación directa entre la frecuencia deestos episodios y el número de fumadores y cantidad de cigarri-llos consumidos en el domicilio(59). También se ha observado unamayor gravedad del asma en los fumadores activos(60).

Contaminación ambientalIncrementa la sintomatología respiratoria y la susceptibilidad

a las infecciones víricas. Los enfermos asmáticos pueden presen-tar agudizaciones graves con las infecciones respiratorias, cuandolos niveles de contaminación son muy elevados, pudiendohablarse de cierto sinergismo entre los contaminantes y los micro-organismos(61).

Exposición a agentes infecciososEn contraste con su debatido papel en la patogenia del asma

y las enfermedades alérgicas, está bien establecido que, una vezdesarrollada la enfermedad, la exposición a virus respiratoriosen las guarderías, hospitales, etc., es una causa frecuente de exa-cerbación de la sintomatología asmática(42,43).

Una mayor transmisión y contagio de estos virus contribuyeal patrón estacional observado en algunos brotes epidémicos decrisis asmáticas en los meses de septiembre, al volver los niñosal colegio(62).

Mecanismos de actuación de los virus respiratoriosLas infecciones víricas pueden producir exacerbaciones asmá-

ticas por diferentes mecanismos (Tabla III), que pueden actuarsimultáneamente:

Efecto citopático directo de los virusLos virus infectan y se replican en las células del epitelio res-

piratorio. La necrosis y desprendimiento de estas células, ade-

más de aumentar la viscosidad del moco, disminuye sus funcio-nes de defensa y de barrera. La intensidad de la lesión epitelialdepende del tipo de virus(63), siendo especialmente intensa en elcaso de los virus influenza o el VSR. El RV, patógeno habitual delas vías respiratorias superiores, se ha aislado también en el tractorespiratorio inferior, aunque produce escaso daño epitelial.

Inflamación neurogénicaCon la lesión del epitelio respiratorio y el desprendimiento

de las células epiteliales, las terminaciones nerviosas quedan másexpuestas en la luz bronquial, lo que facilita su irritación y la con-siguiente liberación de neuropéptidos broncoconstrictores comola sustancia P y la neurocinina A. La disminución de la produc-ción de endopeptidasas epiteliales reduce, además, el catabo-lismo de estos neuropéptidos. Por otra parte, la exposición delas fibras nerviosas también origina un reflejo colinérgico conliberación de acetilcolina y contracción de la musculatura bron-quial. El resultado final es la inflamación neurogénica y el aumentode la HRB(64).

Liberación de mediadores celularesPor la interacción del virus con el epitelio respiratorio, se pro-

duce liberación de histamina, leucotrienos y prostaglandinas queoriginan edema mucoso, broncoespasmo e hipersecreción democo.

Reacción inmunitaria frente al virusInicialmente se origina una respuesta inespecífica vehiculada

por las células epiteliales y los macrófagos. Se sintetizan y libe-ran citocinas con actividad pro-inflamatoria y quimiotáctica, comola IL-1, IL-6, IL-8, IL-11, el factor de necrosis tumoral (TNF), laseotaxinas, el factor estimulador de las colonias de granulocitosy macrófagos (GM-CSF) y el RANTES (regulated upon activationT-cell secreted)(65). Como consecuencia, se genera un infiltradoinflamatorio de defensa frente al virus, compuesto por linfoci-tos, neutrófilos y eosinófilos, a la vez que se incrementa la HRB.

La evolución del cuadro infeccioso estará determinada porel patrón de respuesta linfocitaria. Si hay un predominio Th1,con la consiguiente producción de IFN-γ, la sintomatología serámás leve y la curación, más rápida. Por el contrario, si la res-puesta es predominantemente Th2, con aumento de la produc-ción de IL-5, habrá una mayor persistencia del virus en las víasrespiratorias, con síntomas más graves y prolongados(65,66).

En los pacientes asmáticos, esta respuesta frente al virus esdiferente, con una reacción inflamatoria más intensa a nivel delas vías respiratorias, probablemente como consecuencia deun incremento en la producción de citocinas de perfil Th2 (espe-cialmente, en los atópicos) y un mayor acúmulo de eosinófilosen las vías respiratorias.

Moléculas de adhesiónLa ICAM-1 es el receptor principal del RV en el epitelio respi-

ratorio, por lo que desempeña un papel preferente en la génesisde las exacerbaciones asmáticas por este virus. Tanto las infec-ciones por RV(67) como la exposición alergénica en los atópicos(55),

689Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

• Efecto citopático en el epitelio respiratorio

• Inflamación neurogénica

• Liberación de mediadores celulares

• Reacción inmunitaria frente al virus

• Aumento de la expresión de ICAM-1

TABLA III. Mecanismos de actuación del RV en lasexacerbaciones asmáticas

aumentan la expresión de ICAM-1 en las células epiteliales, poten-ciando el sinergismo entre ambas, lo que ayudaría a explicar lamayor susceptibilidad de los asmáticos a las infecciones virales.Actualmente está en fase experimental el empleo de la proteí-na recombinante CFY196 que, al bloquear los receptores del RV,protegería, supuestamente, a los asmáticos de estos patógenos(68).

Vacunación antigripalEs un tema muy debatido la conveniencia o no de la vacu-

nación antigripal en estos pacientes. En un estudio aleatorizadoenmascarado con placebo(69) se observó que, en las 72 horasposteriores a su administración, los pacientes vacunados presen-taban una disminución de los valores del pico flujo con una fre-cuencia significativamente mayor que en los controles. No obs-tante, se concluyó que, aunque existe un riesgo de exacerbacióndel asma, éste es pequeño en comparación con los beneficiosde la vacunación. Hoy día, está clara la indicación de la vacunaanual con el virus influenza, considerándose segura, tanto enlos niños, como en los adultos, incluso en el asma grave(70).

Infecciones bacterianasAunque los virus son los agentes infecciosos más importan-

tes en la génesis y evolución del asma, también las infeccionesbacterianas, en especial las originadas por bacterias atípicas,empiezan a tener una importancia creciente en esta enferme-dad(71). A raíz de las teorías higienistas, también se ha discu-tido el posible efecto positivo de las bacterias en la madura-ción del sistema inmune, constituyendo un mecanismo deprotección respecto al desarrollo del asma bronquial(72).

Dentro de las bacterias atípicas, en la actualidad sólo hay evi-dencia consistente de la implicación del Mycoplasma pneumo-niae y la Chlamydia pneumoniae. Habitualmente originan pro-cesos infecciosos agudos aunque, dada la posibilidad decrecimiento intracelular de la C. pneumoniae, pueden tambiéncronificarse, siendo frecuentes las infecciones subclínicas, inclusoen individuos sanos(73).

El diagnóstico se basa en la demostración de la respuestainmunitaria frente a estas bacterias, detectando la presencia deanticuerpos IgG, IgA e IgM específicos en suero y en secrecio-nes(74). El M. pneumoniae puede aislarse también en las secre-ciones respiratorias, aunque su cultivo no es fácil, ya que nece-sita medios artificiales muy exigentes. Con las técnicas de PCRse ha avanzado notablemente en la identificación y en el diag-nóstico de estas infecciones.

EpidemiologíaExisten diferentes estudios epidemiológicos que relacionan

estas bacterias con el asma. Hahn y cols.(75) fueron pioneros enasociar las infecciones por C. pneumoniae y la enfermedad asmá-tica al observar, en un grupo de 365 pacientes asmáticos, unafuerte correlación entre los niveles de anticuerpos específicos ylos episodios de broncoespasmo, señalando la presencia de estainfección como un factor pronóstico negativo en la evolucióndel asma a la cronicidad. Este mismo autor, posteriormente, revisóla casuística publicada, que incluía 18 estudios con más de 4.000

pacientes, objetivando en 15 de ellos una asociación entre la C.pneumoniae y el diagnóstico de asma(76). Otras publicaciones(77,78)

asocian la infección crónica por C. pneumoniae (niveles altos deIgG e IgA) con la probabilidad de padecer asma y de que éstasea crónica, grave e intrínseca. Araafa y cols.(79) observan que ladetección de los anticuerpos frente a esta bacteria, en el sueroy en el lavado broncoalveolar, se correlaciona significativamentecon la disminución de los valores del volumen espiratorio for-zado en el primer segundo (FEV1) y con la evolución a un asmacrónica y corticodependiente. También en la edad infantil la infec-ción por C. pneumoniae se ha relacionado con la frecuenciade las exacerbaciones y con las crisis de asma, detectándoseen un elevado porcentaje de pacientes la existencia de IgE espe-cífica frente a esta bacteria(80).

Al igual que sucede con la C. pneumoniae, también exis-ten datos de la implicación del M. pneumoniae en el asma bron-quial. Esta bacteria puede colonizar una vía respiratoria anor-mal, como la de los pacientes con asma crónica, causandoinfecciones asintomáticas(81). Sin embargo, en ocasiones se aso-cia con exacerbaciones de asma, detectándose en el suero depacientes que precisan hospitalización(73).

Gendrel y cols.(82) identifican el M. pneumoniae en el 50%de los niños con agudización grave del asma y en el 26% de losasmáticos crónicos, destacando la importancia del diagnósticoy tratamiento de esta infección en las reagudizaciones del asmainfantil. En un reciente estudio prospectivo realizado en niños,también se ha objetivado la implicación del M. pneumoniae enel comienzo de la enfermedad asmática con un posible efectoen la génesis de esta enfermedad, especialmente en aquellosniños con antecedentes personales o familiares atópicos y conuna IgE total elevada(83).

No obstante, no todas las pruebas científicas apoyan estaasociación entre las bacterias atípicas y el asma bronquial. Recien-temente, un estudio francés(84) de niños ingresados por reagu-dizaciones asmáticas no encontró una correlación significativaentre la presencia de M. pneumoniae y el empeoramiento de suasma. Tampoco Korppi y cols.(85) encontraron, en 122 niños conun asma de reciente comienzo, una mayor detección de anti-cuerpos IgG frente a la C. pneumoniae que en el grupo control.

Fisiopatología de las infecciones bacterianas en el asmaAmbos gérmenes pueden permanecer de manera crónica

en las vías respiratorias, comportándose incluso la C. pneumo-niae como un parásito intracelular en el epitelio de la pared bron-quial. Una vez que colonizan los bronquios, liberan proteínas (laC. pneumoniae secreta la heat shock protein) que desencade-nan una respuesta por parte del huésped, dando lugar a las alte-raciones tisulares de las vías respiratorias, tanto a nivel de lascélulas epiteliales, alterando sus funciones ciliar y de barrera,como en las restantes estructuras de la pared bronquial.

Dentro de los mecanismos de reacción del huésped se libe-ran citocinas pro-inflamatorias que amplifican el daño en los teji-dos(86). Además, se produce una respuesta humoral con niveleselevados de anticuerpos anti-C. pneumoniae (IgG, IgA y, a veces,IgE), pudiendo correlacionarse éstos con la gravedad del asma(87).

690 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

Por otra parte, estas infecciones pueden también promover laangiogénesis y las alteraciones neurales de la pared bronquial,contribuyendo a la HRB y a la reestructuración tisular propias delasma bronquial crónica.

La evolución del proceso infeccioso hacia la curación o haciala cronicidad, como en otros procesos infecciosos, dependedel patrón de respuesta linfocitaria del huésped. Que tenga lugarun tipo u otro, puede depender de diferentes factores, comola predisposición genética, el grado de maduración del sistemainmunológico del huésped (según la teoría de la higiene, lasinfecciones precoces pueden promover un patrón de respuestaTh1), o incluso también de la relación temporal entre la expo-sición alergénica y la infección (se ha visto en modelos animalesque, si el proceso infeccioso antecede al contacto con el alér-geno, se promueve una respuesta Th1 mientras que, si le sucede,tiene lugar una reacción inflamatoria Th2)(88).

Se ha especulado con el posible efecto nocivo de los corti-coides, tanto sistémicos como inhalados, en algunos enfermoscon asma, al disminuir la respuesta Th1 y dificultar la erradica-ción de los patógenos intracelulares como la C. pneumoniae,permitiendo así su persistencia en las vías respiratorias con elconsiguiente aumento en la inflamación bronquial(86).

Implicaciones terapéuticasDebido a la posible influencia de estas bacterias en la evolu-

ción del asma bronquial, se ha discutido el papel que puedendesempeñar los antibióticos en su tratamiento, tanto en el con-trol de las exacerbaciones, como en el tratamiento crónico deesta enfermedad.

Se han implicado fundamentalmente los macrólidos en eltratamiento del asma, aunque también otros antibióticos acti-vos frente a estas bacterias atípicas, como las tetraciclinas y lasquinolonas, pueden ser útiles.

Los tratamientos con claritomicina han conseguido una mejo-ría en la sintomatología y en la función pulmonar únicamentede los asmáticos en los que se había aislado la Chlamydia o elMycoplasma pneumoniae. No obstante, a pesar de la mejoríaclínica, en un porcentaje importante de pacientes el germen per-sistía en el árbol respiratorio tras el tratamiento antibiótico(89).La roxitromicina, en tratamientos continuados de 6 semanas, hamostrado su utilidad terapéutica, observándose un aumentoestadísticamente significativo, aunque transitorio, de los valoresdel FEV1, que retornaban a sus niveles previos al cabo de 3meses(90). También la azitromicina, en ciclos terapéuticos de 3-4semanas, se ha ensayado con cierto éxito en el asma(91).

Si bien estos resultados son alentadores, quedan algunosinterrogantes por aclarar acerca del papel definitivo de los anti-bióticos en el asma:• Esclarecer su mecanismo de acción, ya sea actuando como

antimicrobianos que eliminan la infección, subclínica o no,que promueve las alteraciones bronquiales, o ya sea ejer-ciendo una actividad inmunomoduladora y antiinflamatoriaen las vías respiratorias, al disminuir la transcripción del ARNmensajero para ciertas citocinas pro-inflamatorias lo que setraduce en reducción de la IL-8 liberada por los eosinófilos(92).

• Determinar el perfil de los pacientes asmáticos y las pautasde tratamiento. Se pueden emplear estos antibióticos a dosisterapéuticas y en ciclos cortos, sólo cuando se aísle el micro-organismo en el árbol bronquial. Otra posibilidad sería admi-nistrarlos a dosis bajas, durante largos periodos de tiempo,como tratamiento de mantenimiento a largo plazo, buscandosu efecto antiinflamatorio y regulador de la respuesta inmu-nitaria.En la actualidad no se tienen respuestas claras para estas

cuestiones, siendo necesarios nuevos estudios que abarquenamplias poblaciones de pacientes para obtener unas conclu-siones definitivas.

CONTAMINACIÓN AMBIENTAL Y FACTORESMETEOROLÓGICOS

El desarrollo de las sociedades modernas, junto con los ade-lantos tecnológicos que ha traído consigo, tiene un papel fun-damental en el deterioro del aire que respiramos y, por consi-guiente, en el incremento de las enfermedades pulmonares entrelos pobladores de nuestro planeta. Diversos datos epidemioló-gicos muestran un incremento de la prevalencia del asma y otrasenfermedades alérgicas, más acentuado en los países más desa-rrollados. Este hecho, por tanto, puede tener relación con elmayor nivel de contaminación existente en las zonas más indus-trializadas (Figura 2).

Históricamente se empieza a señalar la posible relación dela contaminación atmosférica y la patología pulmonar en el sigloXVII, al iniciarse en Inglaterra la Revolución Industrial, siendoJohn Evelyn(93), en 1621, el pionero en llamar la atención sobreeste fenómeno. En 1952, tras la aparición en Londres de una“epidemia” de graves problemas respiratorios atribuida a las

691Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

FIGURA 2. Imagen de contaminación urbana (smog).

partículas de humo negro y la densa niebla, se crearon norma-tivas específicas para mejorar la calidad ambiental.

En la actualidad, aunque los niveles de polución ambientalen los países del mundo occidental no son alarmantes, la con-taminación atmosférica se ha convertido en un problema desalud pública mundial. En los últimos años, un número impor-tante de estudios realizados en distintas ciudades han encon-trado que, aun dentro de los índices de calidad del aire consi-derados como seguros, los incrementos de los niveles decontaminación se pueden asociar con efectos nocivos sobre lasalud(94). Por otro lado, ha aumentado la incertidumbre sobre losposibles riesgos de algunos contaminantes para los que actual-mente no existe una normativa adecuada(95).

Aunque los niveles elevados de contaminación pueden teneruna repercusión negativa en la salud de todas las personas, losdatos clínicos sugieren que los pacientes asmáticos son más vul-nerables a sus efectos que los sujetos normales sanos, siendotambién más susceptibles los niños y ancianos.

Contaminantes aéreosEn la atmósfera existen una gran variedad de contaminan-

tes. En la Tabla IV se muestra la clasificación de los mismos enfunción de su mecanismo de producción, localización preferentey características físico-químicas. A continuación describimos loscontaminantes aéreos más importantes en relación con las enfer-medades alérgicas y la patología del aparato respiratorio, enespecial el asma bronquial.

Contaminantes aéreos exterioresDióxido de azufre (SO2)

El SO2 es un gas incoloro, no inflamable e irritante, que afectaa las mucosas y a las vías respiratorias. Se forma por la com-bustión de carburantes fósiles (carbón, diesel y gasolina), origi-

nándose principalmente en industrias, centrales térmicas y porel tráfico de vehículos pesados. El SO2 puede permanecer en laatmósfera entre 3 y 5 días y, bajo determinadas condiciones mete-orológicas, ser transportado a grandes distancias. Al reaccionarcon la humedad ambiental, genera aerosoles de ácido sulfúricoy sulfuroso que forman parte de la llamada “lluvia ácida”.

Las emisiones de SO2 en España superan los 1,4 millones detoneladas al año, situándose entre las más altas de la Unión Euro-pea. No obstante, se observa un descenso paulatino en los nive-les de este contaminante, que puede atribuirse a una disminu-ción drástica del uso de combustibles de alto contenido en azufre.

Además de los niños y los ancianos, también los enfermoscardiovasculares y los que padecen enfermedades respiratoriascrónicas, como el asma, son más susceptibles a la exposición aniveles altos de SO2. Los individuos sanos pueden tolerar con-centraciones ambientales de SO2 de hasta 1,0 partes por millón(ppm) sin presentar alteración alguna de la función pulmonar.El efecto en los pacientes asmáticos es controvertido, afirmán-dose en algunos estudios(95-97) que concentraciones iguales omayores a 0,25 ppm producen exacerbaciones en la sintomato-logía respiratoria, mientras que otros autores(98) no encuentranningún efecto del SO2 en la función pulmonar de los asmáticos,a pesar de alcanzar concentraciones muy elevadas.

Los niveles elevados de SO2 se han relacionado con unaumento del número de las visitas a urgencias y de los ingre-sos hospitalarios(95,99). Ciertos factores añadidos pueden aumen-tar la sensibilidad al SO2 en los sujetos asmáticos, como la expo-sición al ozono(100) y al aire frío o la realización de ejerciciofísico(101,102). Algunos autores encuentran una variabilidad indi-vidual(104), e incluso entre sexos(105), en la respuesta a la exposi-ción al SO2. No está claro si el nivel de gravedad del asma tienerelación con la susceptibilidad al SO2, aunque parece que tieneuna repercusión similar en pacientes con asma leve o mode-rada(103). En relación con los alérgenos, algún estudio sugierela existencia de una relación inversa entre el contenido alergé-nico del polen de gramíneas y los niveles de SO2

(106).

Óxidos de nitrógeno (NOx)Se utiliza el término “óxidos de nitrógeno” (NOx) para deno-

minar principalmente la suma del monóxido de nitrógeno u óxidonitroso (NO) y de dióxido de nitrógeno u óxido nítrico (NO2). ElNO2, formado a partir de la oxidación del NO, es un gas de colorrojizo que se comporta como irritante y tóxico a altas concentra-ciones. El NO es un gas incoloro que se genera durante los proce-sos de combustión y, aunque también tiene efectos perjudicialespara la salud, éstos son mucho menores. Las concentraciones deNO y NO2 son mayores en las áreas urbanas, donde hay mayordensidad de tráfico. Otras fuentes importantes de generación deestos óxidos de nitrógeno son las centrales de energía y determi-nadas industrias. El NO2 puede ser también un importante conta-minante en interiores por la utilización de estufas y cocinas de gas.

Diversos estudios epidemiológicos sugieren que la exposi-ción a niveles elevados de NO2 tienen un efecto nocivo en elasma bronquial, causando alteraciones en la función pulmo-nar(107,108). No obstante, algunos estudios de exposición contro-

692 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

SSeeggúúnn eell mmeeccaanniissmmoo ddee pprroodduucccciióónn• Primarios: emitidos directamente a la atmósfera (SO2, algunos

tipos de NOx, CO, PM)• Secundarios: formados en el aire como resultado de reacciones

químicas (O3, NOx, y algunas partículas)

SSeeggúúnn llooccaalliizzaacciióónn• Interiores: productos de combustión (humo de tabaco, de leña),

CO, CO2, COV (hidrocarburos, aldehídos, benceno, tolueno),agentes microbiológicos, polvos orgánicos, radón, fibras devidrio, etc.

• Exteriores: SO2, O3, NOx, CO, PM y COV

SSeeggúúnn llaass ccaarraacctteerrííssttiiccaass ffííssiiccoo--qquuíímmiiccaass• Gaseosos: SO2, NOx, O3, CO, COV (HPA, dioxinas, bencenos,

aldehídos, 1-3 butadieno)• Partículas: gruesas (2,5-10 µm; PM10), finas (0,1-2,5 µm; PM2,5)

y ultrafinas (< 0,1 µm)

NOx: óxidos de nitrógeno; PM: partículas; COV: compuestosorgánicos volátiles; HPA: hidrocarburos poliaromáticos.

TABLA IV. Clasificación de los contaminantes aéreos

lada revelan resultados contradictorios en los asmáticos(109-113),considerando necesaria en estos pacientes una exposición a 0,5ppm para producir un aumento en la HRB(114). Más reciente-mente se ha comunicado que unas exposiciones elevadas al NO2

en los días previos a una infección respiratoria viral se asociancon exacerbaciones asmáticas de mayor gravedad(115). Por otrolado, también parece haber un sinergismo entre el NO2 y losaeroalérgenos de modo que, en los pacientes asmáticos, la expo-sición a 0,4 ppm de NO2 durante 4 horas incrementa las res-puestas inmediata y tardía en las provocaciones bronquiales conalérgeno(116,117). Este fenómeno es aún más llamativo cuandocoexiste la exposición a varios contaminantes que potencian susefectos. Así, la exposición simultánea al NO2 y SO2 puede lle-gar a incrementar hasta en un 60% la respuesta bronquial inme-diata durante la provocación bronquial con D. pteronyssinus(118).

Al ser el NO2 un contaminante habitual en el interior de lasviviendas, se ha sugerido una asociación entre los niveles aumen-tados de NO2 en los hogares y las exacerbaciones de la sintoma-tología respiratoria en niños(119).

Ozono (O3)El ozono es un gas constituyente natural del aire que respi-

ramos, pudiendo convertirse en tóxico a elevadas concentracio-nes. El 90% del O3 se encuentra en la estratosfera, entre los12 y los 50 km sobre la superficie terrestre, siendo el que pro-tege a la Tierra de las radiaciones ultravioletas (capa de ozono).El resto se forma en la troposfera, considerándose un contami-nante atmosférico secundario. Es generado por reacciones foto-químicas entre el oxígeno atmosférico y sus precursores (NOx ycompuestos orgánicos volátiles), derivados de los procesos decombustión. Los niveles de O3 en la troposfera suelen aumentaren la época estival debido a las altas temperaturas y la intensaradiación solar.

Las elevadas concentraciones de O3 son uno de los proble-mas más críticos de contaminación ambiental en España, concasos de superación de los límites cada vez más frecuentes eintensos (el umbral de protección de la salud se supera unas7.300 veces al año)(120). Los estudios epidemiológicos han obje-tivado alteraciones en la función pulmonar asociadas a la expo-sición a niveles elevados de O3 ambiental, tanto en asmáticoscomo en sujetos sanos(121).

Los estudios de exposición al O3 han revelado dos efectosprimarios:• Disminución de la capacidad vital forzada (CVF) y del FEV1

asociados al incremento de la HRB(122).• Desarrollo de inflamación neutrofílica en las vías respirato-

rias(123,124).Las alteraciones respiratorias motivadas por los niveles altos

de O3 se pueden incrementar con la realización de ejerciciofísico(125-128), por lo que se suele recomendar a las personas sus-ceptibles evitar practicarlo cuando los niveles de este contami-nante se eleven. También la exposición al O3 puede incrementarlas respuestas a los aeroalérgenos, disminuyendo el umbral deconcentración necesario para provocar síntomas respiratorios ydescensos significativos del valor de FEV1

(129,130).

PartículasInicialmente, con la denominación de partículas totales en

suspensión (PTS), se agrupó a todas aquellas presentes en elaire, cuyo tamaño era igual o inferior a los 50 µm de diámetro.Con posterioridad, se demostró que las partículas más peque-ñas (con diámetro inferior a 10 µm) eran las más nocivas debidoa su capacidad para penetrar en los alvéolos pulmonares. Actual-mente, clasificamos estas partículas en suspensión (particu-late matter, PM), según su diámetro, en gruesas (2,5-10 µm;PM10), que son retenidas en las vías respiratorias proximales, yfinas (< 2,5 µm; PM2,5), que alcanzan el parénquima pulmo-nar(131,132). Recientemente se han descrito las partículas ultrafi-nas (< 0,1 µm), más abundantes y, potencialmente, más dañi-nas para la salud(133).

Estas partículas están asociadas con un incremento en la mor-bilidad y mortalidad por enfermedades respiratorias y cardiovas-culares(133-136). Los niveles ambientales elevados de partículas sehan asociado con las infecciones respiratorias, con la exacer-bación de los síntomas de asma, con el consumo de medicacióny con el aumento de los ingresos hospitalarios(137-140). Los agen-tes activos vehiculados por las partículas son muy diversos, eincluyen iones metálicos, residuos orgánicos, aerosoles ácidos ycontaminantes biológicos (endotoxinas)(122). El material parti-culado constituyente de la contaminación ambiental es múlti-ple, siendo las partículas procedentes de los gases generadospor la combustión en los motores diésel las más importantes enla patología respiratoria.

Partículas procedentes de la combustión de los gases de los motores diésel

Desde que en 1892 Rudolf Diesel patentara el motor diésel,su lenta pero progresiva implantación le ha permitido ser la prin-cipal fuerza motriz, tanto en los países industrializados, comoen los subdesarrollados. En la industria del automóvil, estos moto-res han ido desplazando a los de gasolina, siendo España unode los países de la Unión Europea con mayor crecimiento en lasventas de estos vehículos. La mecánica diesel es más contami-nante, siendo estos motores capaces de producir hasta cien vecesmás partículas que el motor de gasolina(141). Las emisiones de losmotores diésel constituyen una mezcla compleja de miles de sus-tancias orgánicas e inorgánicas en forma de gases y de finas par-tículas. La porción gaseosa incluye los hidrocarburos policíclicosaromáticos (HPA) generados durante la combustión. La porciónparticulada o partículas de emisión de los motores diesel (PED)está compuesta principalmente por un núcleo de carbono ele-mental al cual se adhieren cientos de sustancias orgánicas. EstasPED representan la mayoría (más de un 90%) de las partículassuspendidas en la atmósfera de las principales ciudades delmundo.

Además de su efecto cancerígeno(142), los estudios epidemio-lógicos realizados en ciudades con alta densidad de tráfico handemostrado que las PED son el contaminante más perjudicialpara los pacientes con asma bronquial(143,144). Díaz-Sánchez ycols.(145) han observado un aumento en la prevalencia de sibilan-cias y en los ingresos hospitalarios, así como una disminución

693Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

de la función pulmonar en los asmáticos que residen cerca delas autopistas. Diferentes estudios sugieren que estas emisionesde los motores diésel promueven la inflamación de las vías res-piratorias y la sensibilización a aeroalérgenos(146,147), pudiendoactuar como adyuvantes inmunológicos en la síntesis de IgE espe-cífica frente al polen de ambrosía(148). La interacción entre estoscontaminantes y los pólenes puede potenciar la alergenicidadde estos últimos, al ser las PED capaces de modular los epítoposalergénicos(149), de modo que los granos de polen recolectadosen las ciudades presentan una mayor potencia alergénica quelos procedentes de las zonas rurales(150).

Por otra parte, las PED pueden también actuar como trans-portadoras de aeroalérgenos al ser capaces de adsorberlos (elalérgeno principal de las gramíneas muestra gran afinidad invitro por las partículas diesel)(151). De esta manera, los pólenesalcanzan una mayor concentración y permanencia en el aireen las zonas urbanas, favoreciendo la aparición de nuevas sen-sibilizaciones y la reagudización de la sintomatología de los suje-tos alérgicos.

Las PED también pueden incrementar la respuesta a la meta-colina y la resistencia de las vías respiratorias en pacientes conasma leve(152). Se ha sugerido que las PED aumentarían la pro-ducción y la liberación de citocinas pro-inflamatorias por las célu-las del epitelio bronquial(153), a la vez que reducirían el aclara-miento mucociliar, facilitando la persistencia del alérgeno en lamucosa respiratoria y la respuesta inmunitaria(154). Asimismo,el efecto inflamatorio en las vías respiratorias de las emisionesde los motores diesel puede también aumentar la susceptibili-dad a las infecciones respiratorias virales(155). Por último, también

se han implicado alteraciones genéticas en el sistema de las glu-tatión-S-transferasas como responsables del incremento de lasreacciones alérgicas inducidas por las PED(156).

Contaminantes aéreos de interioresEn los últimos años se ha evidenciado que, incluso en las ciu-

dades más industrializadas, el aire de los hogares y oficinas puedetener niveles de contaminación más altos que los del exterior.Los habitantes de los países desarrollados pasan más del 90%de su tiempo en el interior de los edificios, siendo esta propor-ción probablemente mayor en los lactantes, ancianos y perso-nas con enfermedades crónicas(157). Este problema se ha agra-vado con la mejora del aislamiento de las viviendas (haciéndolasmás herméticas), con los sistemas de aire acondicionado condeficiente funcionamiento, así como con el humo ambiental decigarrillos y el aumento de animales domésticos.

Origen de los contaminantesLa contaminación del interior de los edificios tiene un origen

múltiple, consecuencia del uso de materiales inadecuados deconstrucción, de la realización de ciertas actividades, de la uti-lización de diferentes productos (limpieza, desinfección, etc.),de la producción de gases de combustión (cocinas, estufas, etc.)o de materiales biológicos e, incluso, procedentes de la propiacontaminación exterior. En la Figura 3 se muestra el diagramade un edificio con sus potenciales contaminantes, tanto interio-res, como procedentes del exterior. Los contaminantes más habi-tuales del aire interior figuran en la Tabla IV, clasificándose enfunción de su origen biológico o químico.

694 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

FIGURA 3. Diagrama de un edificio que muestra diversas fuentes de contaminantes de interior y exterior. Modificado deXavier Guardino Solá. Calidad del aire interior. Enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo.

Calefaccióny

refrigeración

CONOxPM

Micro-organismos

CO, PM,NOx

CO, PM,COV, NOx, CO2

HTA, NOx, CO,PM, CO2

Formaldehído

COVSOCO2

NOxO2

CO: monóxido de carbono; CO2: dióxido de carbono; NOx: óxidos de nitrógeno; SO2: dióxido de azufre: PM: partículas; COV: compuestos orgánicos volátiles.

Contaminantes biológicosDiferentes agentes biológicos pueden contribuir a la infla-

mación de las vías respiratorias en los pacientes asmáticos. Algu-nos de éstos, como los alérgenos de los ácaros, pólenes, epite-lios de animales, hongos e insectos (cucarachas…), afectanúnicamente a las personas con hipersensibilidad a los mismos.Otros contaminantes se pueden comportar como irritantes ines-pecíficos, especialmente las endotoxinas bacterianas y los β-glu-canos de los hongos(103).

Existe controversia acerca del efecto de la exposición a estosagentes, en especial la endotoxina, que algunos autores hanrelacionado con un descenso en el desarrollo de asma y de ato-pia(7,13). En cambio, otros autores han asociado la exposición abacterias y esporas fúngicas en el interior de los edificios con unincremento de la prevalencia de síntomas respiratorios y con unadisminución de la función pulmonar en niños asmáticos(158). Lasviviendas con elevada humedad pueden resultar nocivas para lasalud de los pacientes asmáticos, al favorecer el crecimiento deestos microorganismos, aumentar la concentración de ácaros enel polvo doméstico e incrementar la frecuencia de infeccionesrespiratorias. Esto sugiere que la humedad en los ambientes inte-riores puede suponer un factor de riesgo para el desarrollo delas sibilancias y el asma(159). La utilización de sistemas o apara-tos deshumidificadores puede ser beneficiosa en la evolución dela enfermedad asmática al disminuir la exposición a estos agen-tes biológicos(160).

Contaminantes químicosEstos contaminantes de interior se generan por combustión,

especialmente en aquellos aparatos con un funcionamiento defi-ciente. Calentadores, cocinas y hornos de gas pueden ser fuen-tes de CO, CO2, NOx y SO2. Como se ha comentado previamente,el nivel de NO2 en el interior de las viviendas puede ser mayorque en el exterior, siendo capaz de provocar exacerbaciones delasma bronquial, especialmente en niños, tanto por efectodirecto(107,108), como potenciando la respuesta bronquial al alér-geno(116-119). El consumo de cigarrillos también contribuye a lacontaminación del aire interior, generando el llamado humode tabaco ambiental, en el cual se han identificado múltiplessustancias con diversos efectos nocivos para la salud.

Entre los agentes contaminantes químicos de interior tam-bién se encuentra el formaldehído. Se trata de un compuestoorgánico volátil, con efecto irritante sobre las mucosas respira-toria y ocular. Sus fuentes en el interior de las viviendas son múl-tiples, tales como aislantes, resinas, barnices, cosméticos, mate-rial conglomerado e incluso el humo del tabaco. Unos nivelesmuy elevados de este gas pueden producir alteraciones respira-torias, e incluso desencadenar crisis asmáticas(161). También seha descrito una respuesta inflamatoria de las vías respiratorias yuna disminución de la función pulmonar en los niños sanos,secundarias a la exposición al formaldehído(162).

El “síndrome del edificio enfermo” representa un ejemplotípico de contaminación interior. Este término engloba una abi-garrada sintomatología constituida por molestias irritativas ocu-lares, nasofaríngeas y cutáneas. Los pacientes presentan tam-

bién síntomas respiratorios como tos, opresión torácica y sibi-lancias, acompañados de síntomas inespecíficos, como cefaleay astenia. Los individuos que padecen este síndrome suelen desa-rrollar su actividad en grandes construcciones, dedicadas gene-ralmente a oficinas, cuya ventilación se realiza mediante uncircuito cerrado sin contacto con el exterior. Además de las sus-tancias químicas, ciertos agentes biológicos, como las esporasde hongos, las micotoxinas y las endotoxinas, podrían aumen-tar en estas condiciones de recambio inadecuado de aire y con-tribuir a la aparición del síndrome.

Puesto que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en elinterior de los edificios, además de intentar controlar la conta-minación de la atmósfera exterior, se debe prestar especial aten-ción al control del aire respirable en los espacios interiores. Poreste motivo, se deben desarrollar métodos sencillos, eficaces yeconómicamente viables, que mantengan un saludable ambienteinterior con unas adecuada ventilación y filtración del aire(163).

Factores meteorológicosLa relación entre el clima y la patología respiratoria ha sido

objeto de debate desde hace mucho tiempo. Es un tema de cons-tante actualidad el posible efecto del cambio climático sobre lasalud en general y, especialmente, sobre las enfermedades res-piratorias. Aunque no está claro un efecto directo de los facto-res meteorológicos sobre los pacientes asmáticos, parece evi-dente que éstos puedan influir de manera indirecta, alterandolos niveles de contaminación y las concentraciones de aeroa-lérgenos(164). Así, los movimientos ascensionales de aire, de ori-gen térmico o barométrico, reducen la concentración de conta-minantes, favoreciendo su dispersión en la atmósfera. En cambio,otros factores, como las bajas presiones o la inversión térmica(una capa de aire frío, más pesada, se asienta bajo una capade aire cálido), evitan que los gases contaminantes se eleven enel aire, retardando su disipación en la atmósfera. Las variacionesen los niveles de radiación ultravioleta y de pluviosidad añadi-dos al efecto invernadero pueden afectar al tipo de vegetacióny al nivel de polinización, alterando la intensidad de los sínto-mas en los pacientes alérgicos al polen(165). Por otra parte, loscambios de temperatura pueden afectar, no sólo a la cantidadde polen liberado al ambiente, sino también al calendario depolinización. Así, los incrementos de temperatura en invierno yprimavera tienen como consecuencia un avance en el tiempo dela polinización, con el consiguiente adelanto en la aparición delos síntomas. Del mismo modo, los veranos más cálidos supo-nen una prolongación de la polinización de ciertas plantas, comolas urticáceas. Es curioso el llamado “efecto climático urbano”,con un calentamiento causado por la alta densidad de edifica-ciones y los suelos herméticos, que hace que se adelante la poli-nización unos días con respecto al medio rural(166).

También los descensos bruscos de la temperatura ambientaly los ambientes gélidos están asociados con exacerbacionesasmáticas. Es bien conocido el efecto de la inhalación del airefrío y seco, especialmente durante el ejercicio físico o la hiper-ventilación que, a través del enfriamiento y de la pérdida de aguade unas vías respiratorias hiperreactivas provoca, en los sujetos

695Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

asmáticos, crisis de asma, descenso de la función pulmonar yaumento del número de visitas a urgencias(167,168).

Otro factor meteorológico que es necesario considerar enlos asmáticos es la presión atmosférica, habiéndose asociado unaumento de los síntomas respiratorios con la aparición de cam-bios barométricos bruscos. Si bien algunos estudios han refle-jado un efecto nocivo de las bajas presiones en el asma, existeuna mayor evidencia que señala a los periodos de altas presio-nes como posibles desencadenantes de crisis asmáticas(169,170).

La humedad ambiental, además de condicionar las con-centraciones de ácaros y esporas fúngicas causando agudizacio-nes en los pacientes con asma extrínseca, puede tener relevan-cia también en la patología asmática no alérgica. Se ha descritola existencia de “epidemias” de crisis asmáticas en los días deniebla, en los cuales el aire está más saturado de vapor deagua(170,171). En un estudio realizado en Japón en los años 1980,se objetivó la influencia de varios factores meteorológicos enel incremento de las visitas a urgencias de los pacientes asmá-ticos, destacando entre ellos la existencia de una humedad rela-tiva mayor del 65% y de una presión atmosférica superior a1.013 milibares(172).

Finalmente, se han descrito exacerbaciones asmáticas decarácter epidémico asociadas con las tormentas. Este hecho sepuede explicar por el descenso brusco de la presión y de la tem-peratura (acompañado, frecuentemente, de lluvias) que tienelugar(173). Añadido a esto, se incrementa la concentración de par-tículas alergénicas (polen y esporas) las cuales, debido a la exis-tencia de corrientes de aire descendentes, se concentran a niveldel suelo, fraccionándose además algunos pólenes al contactocon el agua y teniendo como resultado final un aumento en lacantidad de aeroalérgenos respirables(174). También se ha encon-trado una relación directa entre el aumento de la concentraciónde O3 durante las tormentas y los agravamientos del asma(175).

TABAQUISMO

La prevalencia del tabaquismo ha disminuido en los últi-mos años en España, aunque se sitúa todavía en torno al 35%de la población general, persistiendo una incorporación progre-siva de adolescentes al hábito tabáquico, más acusada en muje-res y cada vez a edades más tempranas(176). Por otra parte, desdehace más de una década, se aprecia una mayor prevalencia detabaquismo en las clases sociales más desfavorecidas, así comoen mujeres desempleadas de todas las clases sociales(177), queson las que más tiempo pasan con los niños; en este sentido, losestudios epidemiológicos británicos aprecian mayor exposiciónpasiva al tabaquismo parental en los niños de áreas urbanas mássuperpobladas y con mayor desempleo(178).

Actualmente, los efectos de la exposición pasiva al humo detabaco ambiental en el asma y las enfermedades alérgicas res-piratorias están claramente establecidos, tanto para la poblaciónadulta, como para la población infantil. Sin embargo y, paradó-jicamente, los datos no son tan concluyentes sobre los efectosdirectos del tabaquismo activo.

Tabaquismo activo y desarrollo del asmaAl contrario de lo que ocurre con otras enfermedades respi-

ratorias directamente producidas por el tabaco, entre los fuma-dores adultos no se ha demostrado una mayor prevalencia deasma respecto a las personas no fumadoras (aunque sí de laHRB)(179). Aunque en estos estudios epidemiológicos no se hayapodido demostrar un papel directo del tabaquismo activo comoprecursor del asma del adulto el caso es, probablemente, dis-tinto en la población más joven. El consumo de tabaco ha demos-trado ser un factor de riesgo significativo para el desarrollo deasma en los adolescentes suecos(180). Un amplio estudio epide-miológico reciente en adolescentes franceses ha tratado de dilu-cidar si los jóvenes con asma y enfermedades relacionadas fumancon mayor frecuencia que los no asmáticos(181). Teniendo encuenta el posible efecto de la exposición pasiva ambiental y, trasel ajuste por sexo, edad, área del país, atopia familiar y exposi-ción pasiva, se concluye que el riesgo de sufrir asma, rinocon-juntivitis e incluso eccema atópico, es mayor en los fumadoresactivos, y que este riesgo es aún mayor cuando están, además,expuestos al tabaquismo pasivo(181). Observa también una mayorfrecuencia de asociación de polinosis y asma en los fumadoresactivos, frente a los pasivos y los no fumadores, así como unafuerte asociación del tabaquismo activo con el asma grave(181).

Entre los asmáticos existe un porcentaje de fumadores acti-vos de hasta un 25%(182) y, sin embargo, son muy pocos los estu-dios realizados sobre este grupo de pacientes, por lo que tam-bién son escasos los datos de los que se dispone sobre lainfluencia del tabaquismo en el asma. Aunque no se ha podidodemostrar una relación causal entre el hábito tabáquico y la apa-rición de asma, resulta evidente que fumar provoca síntomasmás frecuentes y graves que llevan a una mayor utilización dela medicación de rescate y de los servicios de urgencias y peorcalidad de vida. Además, en los pacientes asmáticos, el taba-quismo se asocia a una aceleración en el deterioro de la funciónpulmonar y a un manejo más difícil de la medicación(182).

Por otra parte, se ha observado que los enfermos asmáticosque fuman presentan, con mayor frecuencia, resistencia al efectoterapéutico de los corticosteroides(183), aunque aún no se hanpodido determinar con exactitud los mecanismos que medianen este hecho, habiéndose sugerido varias hipótesis (Tabla V)(182-

184). Según los pocos datos publicados hasta el momento, se sabeque el tabaquismo activo modifica, de alguna manera, la infla-mación bronquial asociada al asma. En las vías respiratorias delos asmáticos fumadores se producen cambios que afectan alfenotipo de las células inflamatorias y, en consecuencia, a la sín-tesis de citocinas y factores pro-inflamatorios que, a su vez, influ-yen en los mecanismos de acción a nivel molecular de los cor-ticosteroides (Tabla V). Otra posible explicación, menos evidente,a esta menor respuesta terapéutica radicaría en el aumentodel metabolismo de los fármacos, motivado por la mayor induc-ción enzimática presente en los fumadores(183). Es importanteseñalar que los datos de que disponemos en la actualidad sonescasos y fundamentados en hallazgos clínicos y que todos losmecanismos propuestos que intentan explicar este hecho sonteóricos, no habiéndose establecido todavía una clara relación

696 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

causa-efecto. Por otra parte, los asmáticos fumadores tienenmás dificultades en seguir los programas de educación y peorautocontrol de su enfermedad, lo que podría contribuir a difi-cultar su manejo terapéutico.

Aunque todavía no hay suficiente información sobre el efectodel tabaco en el asma, es evidente que altera la naturaleza dela inflamación de las vías respiratorias y que confiere una resis-tencia al efecto de los corticosteroides; por todo ello, se haceimprescindible que el personal sanitario insista en el abandonodel hábito tabáquico a los pacientes que padezcan asma.

Tabaquismo pasivo y desarrollo de asmaEn la actualidad, está fuera de toda duda el efecto nocivo

de la exposición al humo de tabaco en la salud de las perso-nas. Este efecto perjudicial es aún más evidente en aquellos indi-viduos que padecen enfermedades respiratorias, como el asmabronquial. La contaminación del aire interior por el humo deltabaco procede del flujo lateral y del flujo principal del humoexhalado y, generalmente, recibe el nombre de humo de tabacoambiental(185). Se han identificado varios miles de componentesdiferentes en el humo del tabaco, algunos de ellos con efectosnocivos para la salud, entre los que destacan la nicotina, las nitro-saminas, los HPA, el monóxido y el dióxido de carbono, los NOx,la acroleína, el formaldehído y el cianuro de hidrógeno(186).

Múltiples estudios epidemiológicos han demostrado que laexposición prenatal o en los primeros meses de vida al humo detabaco, especialmente si la madre es la fumadora, es un factorde riesgo independiente para el desarrollo de asma infantil(187),posiblemente condicionado por un mayor número de infeccio-nes respiratorias. El riesgo aumentado de padecer asma en loshijos de fumadores parece incluso estar directamente relacio-nado con la cantidad de tabaco que fumen los padres(188). Porotra parte, los hijos de madres fumadoras, independientementede que desarrollen asma o no, muestran limitación en las prue-

bas de función respiratoria respecto a niños de madres no fuma-doras(189).

En el asma ya establecida, la exposición al aire contaminadocon humo del tabaco aumenta significativamente la morbilidaden los niños y adultos. El humo del tabaco es un desencadenanteinespecífico de crisis agudas de asma bronquial, asociado, comoya se ha comentado, a un mayor número de infecciones respi-ratorias. En esta línea, se ha observado que el número de visitaspor asma a urgencias se incrementa en un 63% en los hoga-res de fumadores con respecto a los de no fumadores(190). Se hasugerido que el tabaquismo materno puede alterar, incluso intra-útero, la elastina del pulmón en desarrollo, reduciendo la canti-dad de ésta y provocando cambios que podrían llegar a ser per-manentes(191-193). Un estudio sugiere que el hábito de fumar dela madre durante el embarazo es un factor de riesgo para el desa-rrollo de asma infantil, independientemente de la exposiciónpost-natal al humo de tabaco(194). Por último, se ha observadoreversibilidad en los efectos del tabaquismo pasivo en los niñosasmáticos cuando los padres abandonan el hábito de fumar(195),por lo que una intervención familiar en este sentido es de sumautilidad en todos los casos de asma.

FACTORES PSICOSOCIALES

El papel de los estímulos emocionales como precipitantes decrisis de asma ha sido motivo habitual de estudio en la literaturamédica y la psicológica. En los últimos años, los factores psico-sociales han despertado interés por su hipotético papel etioló-gico en el desarrollo de asma en las edades tempranas de la vida,pero también por ser un factor pronóstico de evolución desfa-vorable en el asma grave y de riesgo vital.

Factores psicológicos en el desarrollo de asma en la infancia

La interacción teórica entre el estrés psicológico y los fac-tores de riesgo alérgico e infeccioso en el comienzo del asma enla niñez han sido motivo de muchos estudios, con resultadospoco concluyentes. En este sentido, Klinnert y cols.(196) han demos-trado, mediante estudios prospectivos de cohortes, que el 25%de los hijos de madres asmáticas, posteriormente diagnostica-dos de asma, proceden de familias de alto estrés (con un númeroimportante de acontecimientos vitales estresantes) y con dificul-tades para la adecuada atención al recién nacido por los padres.Estos datos contrastan con el 5,3% de los hijos de madres asmá-ticas que, procedentes de familias con bajo estrés y adecuadapaternidad, desarrollan asma, sugiriendo que, ante problemasgraves de atención al niño, determinados acontecimientos o des-gracias familiares interactuarían con otros factores etiológicos,favoreciendo el desarrollo de asma(196).

Estímulos emocionales en el asma establecidaSe ha sugerido que el estrés podría actuar como un cofac-

tor en la producción de una respuesta de tipo Th2 frente a losantígenos. En este sentido, un estudio reciente realizado en uni-

697Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

CCéélluullaass iinnffllaammaattoorriiaass eenn llaass vvííaass rreessppiirraattoorriiaass• Aumento del número de neutrófilos y linfocitos CD8+• Disminución del número de eosinófilos

NNiivveelleess ddee cciittoocciinnaass yy mmeeddiiaaddoorreess iinnffllaammaattoorriiooss• Aumento en la producción de IL-4, IL-8, TNF-α• Disminución en la producción de la IL-10• Estrés oxidativo

RReecceeppttoorreess ccoorrttiiccooiiddeess ((GGRR))• Aumento de la expresión de los GR-β (sin ligando para los

corticoides)• Reducción en la expresión de los GR-α

FFaaccttoorreess ddee ttrraannssccrriippcciióónn pprrooiinnffllaammaattoorriiooss• Aumento en la expresión del NF-κB

SSiisstteemmaass ddee ttrraannssmmiissiióónn ddee llaa sseeññaall cceelluullaarr ccoorrttiiccooiiddeeaa• Reducción de la actividad de la histona deacetilasa

Modificada de Thomson NC y cols.(182).

TABLA V. Posibles mecanismos de la resistencia de losglucocorticosteroides en los fumadores asmáticos

versitarios con asma demostró que la respuesta eosinofílica secun-daria a la provocación bronquial con el alérgeno era superiordurante la semana de exámenes finales que en una semana másrelajada a mitad de semestre(197). Por otro lado, la provocaciónintencional de asma en condiciones experimentales demuestraque, en el 15-30% de los asmáticos(198), la exposición a agentesque consideran estresantes, desde estímulos olfatorios a discu-siones violentas o imágenes de intensa carga emocional, induceepisodios objetivos de broncoconstricción(199).

Factores psicosociales en el asma grave y de riesgo vitalExiste un número importante de estudios retrospectivos

recientes que destacan el papel de distintos factores psicosocia-les como elementos determinantes de mal pronóstico en el asmade peor control y en las muertes por asma(200).

La Tabla VI resume los factores psicosociales que pudieroncontribuir a las muertes por asma en una serie de estudios(201-

206), entre los que cabe destacar la sedación previa, el incumpli-miento del tratamiento, el retraso o la negativa a pedir ayuda,la “corticofobia” o los antecedentes psiquiátricos, de alcoho-lismo o de toxicomanías. La Tabla VII muestra los factores psico-sociales que se han asociado con el asma grave o de riesgovital(207-215) entre los que destacan:

Nivel socioeconómico bajoSe ha observado que las mayores tasas de hospitaliza-

ción(216-218) y de mortalidad por asma(219-222) se localizan enlas áreas urbanas más superpobladas y con mayor desempleo.Entre los factores posiblemente implicados en esta asociaciónse podrían citar las características de las viviendas(223), el taba-quismo, pasivo y activo(224), las diferencias étnicas(225) (los dis-tritos más pobres suelen ser los de mayor multiplicidad racial),o los factores de estrés psicosocial como el analfabetismo, lasdisfunciones familiares, los malos tratos, el alcoholismo y elabuso de sustancias, el desempleo, la inmigración y el desa-rraigo, etc.

Percepción anormal de la disneaEn el asma bronquial existen muchos pacientes con sobre-

percepción de sus síntomas como forma de somatización(226),lo que suele llevar a polimedicación y abuso de los recursossanitarios. Sin embargo, un dato más frecuente y preocupanteen muchos pacientes con asma es la percepción reducida dela disnea o de la gravedad de sus síntomas; la causa es des-conocida, pero estos pacientes muestran mayor número deingresos, de crisis asfícticas de riesgo vital y de muertes porasma(227).

698 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

Estudio País/año n Diseño Factores psicosociales Referencia

Cochrane Londres/1975 19 Retrospectivo Sedantes en 15/19 201

British TA U.K/1982 90 Cohorte R. Escaso cumplimiento 53% 202Retraso en pedir ayuda 54%Negativa a pedir ayuda 29%

Sears N.Z./1986 147 Cohorte R. No tomaban medicación 36% 203Retraso en pedir ayuda 37%Negativa a pedir ayuda 37%

Robertson Australia/1990 165 Cohorte R. Escaso cumplimiento 23%Retraso en pedir ayuda 15%Aislamiento geográfico 12%Problemas psiquiátricos 15%

Campbell Australia/1994 80 Cohorte R. Consultas psiquiátricas 22% 204154 ARV* Comparativa Hª psiquiátrica familiar 21%

Retraso en pedir ayuda 56%Escaso cumplimiento 31%

Marder Chicago/1992 205 Cohorte R. Relación negros/blancos 5:1 205

Wareham Norwich/1993 24 Retrospectivo Factores psicológicos 71%(aislamiento, neurosis, abusos...)

Bucknall Escocia/1999 95 Factores psicosociales 55% 206• Negación 14%• Depresión 11%• Alcoholismo/toxicomanías 11%• Vivir solos 9%• Sucesos vitales estresantes 7%

*ARV: asma de riesgo vital.

TABLA VI. Muertes por asma y factores psicosociales

NegaciónConsiste en rehuir la enfermedad y actuar como si el pro-

blema no existiera. Es una estrategia maladaptativa de defensamuy frecuente en el asma bronquial, más común en la adoles-cencia, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Puede asociarsea una baja percepción de la disnea.

DepresiónLa prevalencia de síndromes depresivos es mayor en las

poblaciones adultas con asma que en los controles(228) lo quese ha atribuido a la baja calidad de vida asociada con una enfer-medad crónica, a posibles desequilibrios del sistema neuroen-docrino(229) o a los propios efectos psiquiátricos de los corti-costeroides(230). Por otra parte, parece probado que eltratamiento específico con antidepresivos se asocia con unmenor riesgo de muerte en los pacientes deprimidos con asmagrave(231).

Trastornos de ansiedadEstudios epidemiológicos recientes muestran que, tanto en

asmáticos jóvenes como en adultos, la prevalencia de los síndro-mes de ansiedad es superior a la de los de control(232-235). Lospacientes con asma moderada y grave son más proclives a desa-rrollar estrategias de negación, a presentar una percepción pato-lógica de la disnea y a mostrar más crisis de pánico que los pacien-tes con asma leve(236). Obviamente, no suele ser posible determinarsi el problema psicológico es causa o consecuencia de la gra-vedad del asma.

Estrategias terapéuticas de intervenciónSe han llevado a cabo distintas intervenciones en un intento

de minimizar el impacto de los diferentes factores psicosocia-les en el asma de mala evolución, incluyendo terapias conduc-tistas y de psicoanálisis, programas de automanejo del asma yestrategias de intervención individual o comunitaria para aumen-tar la comprensión de la enfermedad y la observancia del tra-tamiento.

Los tratamientos de modificación de la conducta puedenvariar desde sesiones de pocos minutos sobre temas básicossobre el asma o el uso de las medicaciones a diseños más com-plejos, con múltiples sesiones sobre temas más variados, y quepueden estar dirigidos a unos pocos pacientes o bien, a comu-nidades(237). Un metanálisis reciente sobre 32 intervenciones edu-cativas de automanejo del asma en niños y adolescentes sugiereque dichos programas mejoran la función pulmonar y la sen-sación de bienestar, y reducen el absentismo escolar, la limita-ción de las actividades y las visitas a urgencias, apoyando elempleo de este tipo de intervenciones en el tratamiento rutina-rio de, al menos, los asmáticos más jóvenes(238). En adultos, losresultados publicados son más dispares. El estudio Greenwich,en el que unas enfermeras especializadas de Gran Bretaña impar-tieron educación a grupos de pacientes sobre el manejo del asma,no mejoró la calidad de vida de éstos(239). En España, un estudioprospectivo sobre 73 pacientes con asma moderada-grave, rea-lizado durante 12 meses, tampoco mostró diferencias en la cali-dad de vida, en las pruebas funcionales ni en el cumplimientodel tratamiento de los sujetos incluidos en el programa de inter-

699Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

Estudio Año n Factores psicosociales Referencia

Campbell 1995 77 Prevalencia enfermedad psiquiátrica 43% 207Negación 57%

Sibbald 1989 210 Prevalencia enfermedad psiquiátrica 38% 208Asociación baja autoestima-morbilidad

Patterson 1991 10 Escaso cumplimiento 209CorticofobiaDesorden bipolar, esquizofrenia

Fitzgerald 1995 124 Trastorno de ansiedad 56% 210Depresión 19%Psicoterapia previa 33%

Hanania 1997 120 Bajo nivel socioeconómico 211

Chetta 1998 36 Alteraciones psicológicas, hipocondría 212Poca percepción disnea

Kolbe 1997 138 Bajo nivel socioeconómico 213Retrasos en tratamiento

Kolbe 2000 77/239 controles Alta psicomorbilidad en general 214Sin diferencias entre los casos (asma de riesgo vital)/controles(asma agudo no grave)

Dahlen & Janson 2002 43 Correlación ansiedad y depresión/mala evolución 215

TABLA VII. Factores psicosociales en asma grave y de riesgo vital

vención frente al grupo control, aunque sí se observó un mejorconocimiento de la enfermedad, un mejor uso de los inhala-dores, una mayor eficacia en las medidas de desalergenización,y una menor necesidad de atenciones médicas urgentes o pro-gramadas(240).

En resumen, los aspectos psicosociales del asma merecen sertenidos en cuenta, fundamentalmente en el asma difícil y deriesgo vital aunque, en la práctica diaria, no siempre resulta fácildeterminar en qué pacientes se debería intervenir y qué tipo deintervenciones serían las más adecuadas en nuestro entorno.

REFLUJO GASTROESOFÁGICO

Fue William Osler(241) quien, a finales del siglo XIX, describiópor primera vez la asociación entre el RGE y el asma. Desde enton-ces, han aparecido numerosos estudios tratando de aclarar la rela-ción y la influencia mutua entre ambas enfermedades, aunqueotros autores, como Gastall y cols.(242), niegan la posibilidad deque el RGE sea un factor etiológico del asma y de la tos crónica.

Existe una elevada prevalencia del RGE en los pacientes asmá-ticos aunque, al revisar la literatura médica, encontramos unascifras bastante dispares, que oscilan entre el 15 y el 82%, depen-diendo fundamentalmente de los métodos utilizados para sudiagnóstico, hallándose una mayor prevalencia en los estudiosque emplean la determinación del pH esofágico durante 24 horaspara la confirmación del RGE(243-246).

A pesar de esta elevada prevalencia del RGE en las poblacio-nes asmática adulta e infantil, que sugieren una relación que vamás allá de la pura casualidad, todavía no se ha podido demos-trar claramente la asociación causa-efecto entre ambas enfer-medades.

Mecanismos de actuación del RGE en el asmaLos mecanismos que intentan explicar la conexión entre la

existencia de RGE y el inicio o agravamiento de la sintomatolo-gía respiratoria en los pacientes asmáticos se resumen, básica-mente, en el postulado de dos teorías(247-251), que son la teoríadel reflejo y la teoría del reflujo (Figura 4).

Teoría del broncoespasmo reflejoDebido a su origen embrionario común, el árbol traqueo-

bronquial y el esófago comparten su inervación, vagal y auto-nómica. Así, en el RGE la secreción ácida gástrica estimularía losnervios aferentes del esófago distal, dando lugar a una respuestaeferente parasimpática que activaría a las fibras colinérgicas post-ganglionares de las vías respiratorias, induciendo broncoespasmo.Diferentes publicaciones basadas en la abolición del reflejo bron-coconstrictor tras la administración de atropina, o la realizaciónde una vagotomía, apoyan esta hipótesis(252,253).

Por otra parte, los nervios aferentes esofágicos también pro-yectan sus axones directamente en los bronquios, modulandola excitabilidad de las neuronas parasimpáticas. La secreción ácidaestimularía estas terminaciones nerviosas y, a través de un reflejoaxonal local esófago-vías respiratorias y la consiguiente liberación

de neuropéptidos, como la sustancia P y la neurocinina A, desen-cadenaría la inflamación neurogénica en el árbol respiratorio(254).

Teoría del reflujo del contenido gástricoSe basa en la existencia de una regurgitación del conte-

nido ácido gástrico del esófago proximal y la presencia de micro-aspiraciones a nivel endotraqueal, que da origen a la estimula-ción de una subpoblación de neuronas sensoriales primariassensibles a la capsaicina, lo que conduce a la liberación de neu-ropéptidos y la consiguiente inflamación neurogénica de las víasrespiratorias(248).

El asma bronquial como factor predisponente del RGELa elevada prevalencia del RGE observada en los asmáticos

puede ser debida a una serie de circunstancias y alteracionesque, de alguna manera, lo facilitan. Según esto, el RGE seríasecundario a la enfermedad asmática.

En primer lugar, en el asma bronquial existe una mecánicarespiratoria alterada que repercute, tanto a nivel torácico, comoabdominal, pudiendo alterar el normal funcionamiento del apa-rato digestivo. El incremento de la presión intratorácica negativaque se produce durante la inspiración en las crisis de asma induceun aplanamiento del diafragma crural, lo que altera el soportefuncional del esfínter esofágico inferior (EEI)(255), cuyo funciona-miento sería ya de por sí defectuoso debido a la hipertonicidadvagal propia del asma(256). Finalmente, el tratamiento farmacoló-gico puede facilitar la aparición de RGE, ya sea prolongando elcontacto del contenido ácido con el esófago(257), en el caso de loscorticosteroides sistémicos o reduciendo el tono del EEI en el casode los β2-agonistas (orales e inhalados)(258) y de las teofilinas(259).

DiagnósticoUna serie de signos y síntomas que típicamente se acentúan

con la posición horizontal (de ahí el frecuente empeoramientonocturno) y con la ingestión de comidas copiosas, de alcohol,de café o de chocolate, deben hacer sospechar la existencia deRGE en los pacientes con asma. La tos crónica es la manifestación

700 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

FIGURA 4. Asociación entre el reflujo gastroesofágico y elasma. Modificado de Mathew y cols.(251).

Teoría del reflejo

Reflujo gastroesofágico

Teoría del reflejo

Acidificación esófagodistal

Acidificación esófagoproximal

Reflejo vagal

Broncoespasmo Microaspiración

Asma bronquial

respiratoria más frecuente(260), que ocasionalmente se acompañade hemoptisis o de episodios de disnea y sibilancias. Pueden pre-sentarse síntomas digestivos como pirosis o ardor retroesternal,dolor epigástrico, disfagia, sensación de globo a nivel cervical,eructos, halitosis, náuseas y vómitos. También puede aparecerdolor faríngeo, disfonía, otalgia, rinitis y sinusitis, aunque sonmenos específicas. No obstante, en ocasiones el RGE es silente;se manifiesta sólo con sintomatología respiratoria, como ocurrecon frecuencia entre los niños(261), o con síntomas atípicos(262).

La técnica diagnóstica de elección es la pHmetría esofágicaque registra el pH del esófago inferior durante 24 horas. La cons-tatación de valores inferiores a 4,0 durante más del 5% deltiempo confirma el diagnóstico. Esta prueba tiene una elevadasensibilidad (77-100%) y especificidad (85-100%)(247) y, aunqueno es de utilización rutinaria en el asma, se recomienda en elasma de difícil control, en el asma con empeoramiento nocturnoy en la que los síntomas digestivos preceden a los respirato-rios. Cabe destacar que el pH esofágico varía a lo largo del díaen función de la dieta y de la actividad y que la pHmetría esofá-gica de 24 horas no cuantifica el reflujo no ácido, que tambiénpodría influir en la patogénesis del asma(244,246).

Otras técnicas diagnósticas, como el esofagograma con barioo el empleo de isótopos radiactivos para el estudio del vacia-miento gástrico, son menos útiles. La endoscopia ayuda a con-firmar el diagnóstico de esofagitis.

En ocasiones, ante una clínica muy sugestiva de RGE y laincapacidad de realizar una pHmetría esofágica, se puede ensa-yar un tratamiento empírico con altas dosis de fármacos inhi-bidores de la bomba de protones. Este tratamiento mejora lossíntomas digestivos en 1-2 semanas, aunque se precisan al menos3 meses para observar mejoría en los síntomas respiratorios(247).En el caso de que este ensayo terapéutico empírico no dé resul-tado, se puede recurrir a la pHmetría esofágica para verificar lapresencia de RGE, determinar si ha habido una correcta supre-sión ácida y ajustar la dosis de la medicación(263).

El procedimiento diagnóstico en la edad pediátrica no difieredel recomendado en los adultos aunque se debe tener presenteque, en los niños, el RGE se manifiesta con frecuencia con sin-tomatología exclusivamente respiratoria. Por este motivo, serecomienda realizar un despistaje del RGE en los siguientes casosde asma infantil(261):• Sintomatología asmática persistente y/o exacerbaciones fre-

cuentes a pesar de un buen cumplimiento terapéutico.• Sintomatología de RGE que precede a la clínica respiratoria.• Exacerbación nocturna del asma más de una vez por semana.• Neumonías recurrentes confirmadas radiográficamente.• Presencia de asma no alérgica.• Asma grave que precise para su control altas dosis de cor-

ticoides inhalados de forma persistente y/o más de dos ciclosde corticoides orales al año.

TratamientoInicialmente consiste en modificar el estilo de vida mediante

una serie de recomendaciones generales y dietéticas que resul-tan muy eficaces. Se debe recomendar evitar el sobrepeso, las

comidas copiosas y la ingestión de alimentos en las 3 horas pre-vias a acostarse, la ingestión de alimentos que disminuyan eltono del EEI (café, chocolate, alcohol) o que retrasen el vaciadogástrico (grasas) y el hábito tabáquico. Se debe evitar, dentro delo posible, la utilización de fármacos que alteren el tono delEEI o que lesionen la mucosa esofágica. Se aconseja tambiénelevar la cabecera de la cama. No obstante, con frecuencia sedebe recurrir al tratamiento farmacológico:• Los inhibidores de la bomba de protones bloquean la secre-

ción ácida del estómago y son la opción más eficaz. Debenser utilizados a altas dosis (dosis diarias de omeprazol de 40-80 mg, lansoprazol, 30-60 mg, o pantoprazol, 40-80 mg)y de forma prolongada (3-6 meses)(7,9,24). La dosis óptima enlos niños está todavía por determinar, aunque puede ser rela-tivamente más alta que en los adultos.

• Antiácidos: neutralizan el ácido del refluido gástrico.• Antagonistas H2 de la histamina, eficaces en la curación

de la esofagitis por RGE.• Procinéticos, como la cisaprida y la metoclopramida. que

aumentan el vaciamiento gástrico. Su utilidad está limitadapor sus potenciales efectos adversos neurológicos y cardiacos.El tratamiento quirúrgico se reserva para los pacientes que

no responden al tratamiento médico y presentan complicacionesimportantes, en especial aquéllos con frecuentes exacerbacionesnocturnas y en los que el RGE precede a la sintomatología asmá-tica. Resulta, sin embargo, de menor utilidad en el asma extrín-seca, en el asma por ejercicio y en el asma de larga evolución(265).La técnica de elección es la funduplicatura, consistente en envol-ver el fundus alrededor de la unión gastro-esofágica, mostrán-dose, en ocasiones, más eficaz que el tratamiento médico(247,266).

Consideraciones finalesAunque en la actualidad numerosas publicaciones científicas

sugieren la conexión entre el asma y el RGE, todavía no se ha esta-blecido claramente ni su relación causal, ni la influencia del trata-miento del RGE en la evolución del asma. Analizando los diferen-tes estudios, existen en ellos imperfecciones de diseño (tamañomuestral insuficiente, falta de grupo control), en la inclusión de lospacientes o incluso en la valoración de los resultados obtenidos(251).

Posiblemente, un grupo de pacientes asmáticos, quizás losque padezcan un asma o un RGE más grave, pueda beneficiarsecon el tratamiento antirreflujo. Ante la ausencia de criterios esta-blecidos, debe ser el médico quien, de forma individualizada,valore en cada paciente asmático la existencia del RGE y su reper-cusión en la sintomatología respiratoria, considerando su trata-miento para mejorar el control del asma(250,251,266,267).

FACTORES ENDOCRINOS

Las hormonas parecen desempeñar un papel en la modu-lación de la inflamación y en la inmunidad(268,269); por ello, elasma, que es una enfermedad inflamatoria crónica con altera-ciones inmunológicas, puede verse afectada por los cambiosendocrinológicos.

701Enfermedades alérgicas de las vías respiratorias inferiores

Hormonas sexualesCon cierta frecuencia, las mujeres asmáticas experimentan

un aumento de sus síntomas respiratorios durante el periodopremenstrual(270-272) o la menopausia, e incluso algunas iniciansu enfermedad durante este periodo(269,273). Por otra parte, en laadolescencia, el asma es más frecuente y generalmente de mayorgravedad en el sexo femenino(269). También en el embarazo seproducen una serie de cambios en el organismo que puedenalterar el control del asma(274).

Estas observaciones clínicas, apoyadas por las conclusionesde algunos estudios epidemiológicos(275,276), sugieren la influen-cia de las hormonas sexuales en la incidencia y evolución delasma. Sin embargo, aunque algunas hipótesis sugieren la actua-ción de las hormonas sexuales sobre las diferentes células y cito-cinas involucradas en la inflamación(277), todavía no se ha demos-trado con exactitud el mecanismo por el cual estas hormonasinteraccionan con la enfermedad asmática.

HipertiroidismoLas alteraciones en la función tiroidea también pueden reper-

cutir en la presentación y en el curso evolutivo del asma bron-quial. El hipertiroidismo y el asma son dos enfermedades conuna elevada prevalencia, por lo que pueden coexistir en un mismoindividuo. Se han descrito pacientes asmáticos estables y biencontrolados que sufren un agravamiento de su sintomatologíaal padecer un hipertiroidismo, presentando, además, una sor-prendente mejoría al normalizarse su función tiroidea(278,280).Se ha descrito el llamado síndrome de asma e hipertiroidismo(281),caracterizado por una rara forma de asma muy grave, con fre-cuentes descompensaciones e ingresos hospitalarios, el cualexperimenta una dramática mejoría al tratar el trastorno hormo-nal. Por otra parte, los asmáticos hipertiroideos experimentanmás frecuentemente los efectos adversos de nerviosismo y tem-blores de los fármacos β2-agonistas(280).

No se conoce con exactitud por qué los pacientes con hiper-tiroidismo sufren un deterioro de su asma, aunque se han suge-rido varias hipótesis entre las que cabe citar el descenso del AMPcíclico intracelular(278) y de los niveles de catecolaminas(284,285), lostrastornos del sistema nervioso simpático(286) o del metabolismode los corticoides(287,288), así como la producción de oxidantespor los neutrófilos y macrófagos alveolares(289).

Debido a la conexión entre ambas enfermedades, Jerez ycols.(290), tras evaluar sistemáticamente la función tiroidea enpacientes con asma de difícil control y mala evolución, conclu-yen que esta práctica es únicamente rentable en aquellos casosen los que la anamnesis y la exploración física sugieran la exis-tencia de un trastorno a este nivel.

OBESIDAD

Tanto la obesidad como el asma bronquial han experimen-tando, en las sociedades occidentales, un progresivo aumentoen su prevalencia. Por este motivo, se ha sugerido una relaciónentre ambas patologías(291-293), hecho apoyado, además, por algu-

nos estudios epidemiológicos(294,295). No obstante, a veces puedeser difícil extraer conclusiones de estos estudios, que puedenincluso presentar sesgos en la selección poblacional debido a lafalta de uniformidad, tanto en el diagnóstico de asma, como enla medición de la obesidad(291,295). Se deben también conside-rar la edad y el sexo de la población estudiada que, debido a suinfluencia sobre el calibre y la anatomía de las vías respiratorias,pueden ser determinantes en dicha asociación(291). Para compli-car el análisis, se debe introducir un factor temporal y de causa-lidad, tratando de averiguar si la obesidad predispone o ponede manifiesto un asma latente o si, a la inversa, los asmáticos,por su posible limitación física, tienden al sedentarismo y, enconsecuencia, a la obesidad. Por otra parte, también es objetode debate el beneficio del control de la obesidad y el sobrepesosobre la evolución del asma.

Posibles mecanismos de la asociación entre obesidad y asma

Aunque se han formulado diferentes hipótesis para explicaresta asociación (Tabla VIII), todavía no se han establecido, conexactitud, los mecanismos que operan en este hecho.

Factores mecánicosEn primer lugar, el efecto mecánico de la grasa sobre la fun-

ción pulmonar es el mecanismo más evidente. Su acumulaciónen la pared costal, diafragma y abdomen, impiden la correctaexpansión pulmonar, provocando una reducción en el volu-men pulmonar total y de la capacidad residual funcional, hechosque se han asociado con el aumento de la resistencias pulmo-nares asociada con la obesidad(293). La obesidad y la distribuciónde la grasa corporal se comportan como dos factores indepen-dientes en cuanto a su efecto nocivo sobre la función pulmonar,considerándose la grasa de distribución central (acumulada enla cavidad abdominal y en la pared torácica), la de mayor reper-cusión en la disminución de los volúmenes pulmonares. La mejo-ría en la función pulmonar observada en los asmáticos obesosal bajar de peso refuerza esta hipótesis mecánica(296). Por otraparte, la obesidad incrementa el RGE(291) y, por lo tanto, puederepercutir negativamente en la evolución del asma bronquial.

Factores inmunológicosTambién se han implicado alteraciones inmunológicas en

relación con el aumento del índice de la masa corporal. Las víasrespiratorias de los pacientes obesos están infiltradas por eosi-

702 Factores relevantes en la presentación clínica del asma: tabaquismo, contaminación ambiental...

• Factores mecánicos

• Factores inmunológicos

• Factores hormonales

• Factores genéticos

• Estilo de vida, sedentarismo

•¿Sesgo en los estudios?

TABLA VIII. Potenciales mecanismos de asociación obesidad-asma

nófilos, lo que podría ser consecuencia de la sobreproducciónen estos sujetos, de citocinas quimiotácticas de eosinófilos comola IL-6 y el factor de necrosis tumoral. Por otra parte, en la obe-sidad se encuentra elevada la leptina, hormona producida porlos adipocitos y que tiene, además de una función saciante yestimuladora del metabolismo basal, un efecto pro-inflamato-rio, ya que favorece la liberación de IL-6; no obstante, su papelen el asma todavía no se conoce con exactitud(291,292).

Factores hormonalesEn los obesos se han descrito valores elevados de estróge-

nos, procedentes del metabolismo de los andrógenos por unaenzima aromatasa presente en el tejido adiposo(291,295), que pue-den tener un efecto negativo en el curso evolutivo del asma.

Factores genéticosAl igual que en muchas otras enfermedades, también se han

involucrado los factores genéticos en la asociación entre la obe-sidad y el asma. El cromosoma 5q contiene el gen del receptorβ2-adrenérgico que regula la actividad del sistema nervioso sim-pático, decisivo en el mantenimiento del tono de las vías respi-ratorias y del metabolismo basal. Este cromosoma contiene, ade-más, el gen del receptor de los glucocorticoides (NR3C1),implicado en la modulación de la inflamación(292).

Factores nutricionalesPor último, las costumbres en la nutrición y en el estilo de

vida de los países industrializados, que tienden a dietas hiperca-lóricas y a un mayor sedentarismo, podrían también contribuira explicar el aumento paralelo de la prevalencia de ambas enfer-medades(291,294).

Conclusiones finalesAunque no se ha podido confirmar una asociación definitiva

entre la obesidad y el asma, es muy probable que la primera con-tribuya a empeorar los síntomas respiratorios y la calidad de vidade los pacientes asmáticos(266). También parece evidente la mejo-ría en la función pulmonar que experimentan los obesos al per-der peso(297-299). Por tanto, dentro del tratamiento integral delpaciente asmático, la obesidad es un factor a tener en cuentay que se debe intentar corregir.

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